Page 6 of 170
1 4 5 6 7 8 170

Colombia: Alejandro Gaviria será ministro de Educación: estas son algunas reacciones y retos

La designación del ex rector de los Andes ha generado varias opiniones. Expertos apuntan a que tendrá desafíos en lograr acceso a la educación para los más pequeños, mitigar los daños que dejó la pandemia, superar las brechas regionales y que se viene una discusión grande: si se podrá lograr una educación superior gratuita.

Este jueves 7 de julio, a través de Twitter, el presidente electo, Gustavo Petro, confirmó que Alejandro Gaviria será el próximo ministro de Educación de Colombia. “Alejandro Gaviria será nuestro nuevo ministro de Educación. Tiene como retos lograr la educación superior pública y gratuita. Lograr centros de excelencia universitarios públicos centrados en la investigación y aumentar sustancialmente el número de niños y niñas en el preescolar”, señaló. (Le sugerimos: El recorrido de Alejandro Gaviria, el próximo ministro de Educación)

Gaviria, quien también fue asignado como jefe del empalme en educación entre el gobierno Duque y el de Petro, ha tenido experiencia tanto en el sector educativo como en el gobierno. Antes de ser designado como ministro de Educación y de lanzarse como candidato presidencial, fue rector de la Universidad de los Andes. Y su último puesto dentro de algún gobierno, fue como ministro de Salud, durante la presidencia de Santos.

Frente a su nueva designación, sin embargo, hay reacciones negativas y positivas de varios líderes y expertos del sector educativo. Sandra García, PhD. en política social de la Universidad de Columbia (Estados Unidos ) y profesora de la Escuela de Gobierno de los Andes, celebró el nombramiento. Como le señaló a El Espectador, desde su punto de vista, Gaviria “es una persona que desde hace muchos años ha venido estudiando a profundidad la problemática de la movilidad social, particularmente la movilidad social en educación, incluso desde antes de ser ministro de Salud y en su rol como profesor y decano en la facultad de Economía de los Andes, en donde se destacó por sus investigaciones en el tema”.

Por esto, su designación como ministro de Educación, agregó, “es un mensaje de una apuesta por profundizar reformas importantes en términos de calidad educativa y sobre todo de igualar oportunidades desde la educación”.

Igualmente, Julián de Zubiria, reconocido investigador y educador, dijo que se trataba de una “extraordinaria noticia”, en una línea similar a la que mostró Daniel Torres, impulsor de cuatro leyes por los deudores del ICETEX y parte de la organización Icetex Te Arruina. “Alejandro Gaviria será un ministro de Educación muy sensible a las injusticias que ocurren en el sector educativo, convencido de que la educación en todos los niveles es un derecho y con una extraordinaria capacidad intelectual que garantizará que sus decisiones sean apuestas correctas para el futuro de la educación en Colombia”, explicó.

Pero hay organizaciones que consideran que no se trata de un nombramiento acertado. María José Murillo Zapata, responsable de la secretaría de educación de la Federación de Estudiantes Universitarios de Colombia, le dijo a este medio que “les sorprendía y decepcionaba un poco” que Gaviria sea el ministro de Educación. “Él tiene una visión neoliberal de la educación, porque, como se ha visto en su trayectoria, ve las instituciones de educación superior como empresas y también responde a un modelo de financiación a la demanda, que es algo que históricamente el movimiento estudiantil ha rechazado”. Además, aclaró que, que “Gaviria no representa las luchas históricas del movimiento estudiantil que ha salido a las calles por una educación pública, gratuita y de calidad”.

Por su parte, Néstor Alarcón, de Fecode, explicó que la Federación respeta las decisiones autónomas que toma el presidente electo, Gustavo Petro, frente a su gabinete, y que esperan ser tenidos en cuenta “en esa construcción y consolidación de un acuerdo nacional que requiere la educación”. Por ejemplo, advirtió, el acceso universal a la educación será clave, ya que más de 1 millón de niños y niñas, entre los tres y los 16 años, están por fuera del sector educativo.

Gaviria, como los demás ministros que harán parte del gabinete de Gustavo Petro, se enfrentará a varios retos. Según los expertos consultados, estos son algunos de los principales.

Icetex, endeudamientos y la promesa de la universidad pública

Para Torres, quien ha liderado la lucha por ayudar a los estudiantes de las deudas del Icetex, un tema clave será “reformar al Icetex y liberar a sus usuarios del endeudamiento crónico”, un tema que permitiría que acceder a la educación superior no fuera tan costoso como lo es actualmente. Pero para Murillo, de la Federación de Estudiantes, ni esto, ni lo que ha propuesto Gaviria, sería suficiente. “La reforma que propone a la ley 30 se queda corta, porque solo se está hablando del artículo 86 y 87 que abarcan el tema de la financiación superior. Pero la crisis que atraviesan las universidades en profunda y el debate de los cambios no solo se puede limitar a lo financiero”.

En otras palabras, como lo resumió Salomé Burbano, investigadora del Centro de Pensamiento en Políticas Públicas de Educación Superior de la Universidad Nacional, el gran reto será “el fortalecimiento económico del sistema público universitario, en aras de lograr la tan anhelada gratuidad y el acceso por medio de la financiación de la oferta y no de la demanda”.

Acceso a la educación de los más pequeños

Zubiria explicó a El Espectador que otro tema prioritario para el próximo ministro debe ser “garantizar el derecho a la educación de los niños menores de 6 años. A ellos les hemos violado el derecho establecido en la Ley General y estamos muy atrás de América Latina”, advirtió. Un tema en el que coincide con Fecode.

De hecho, según un reciente estudio sobre inasistencia escolar publicado por el Laboratorio de Economía de la Educación (LEE), para 2021, 5.049.813 personas en edad escolar -esto es entre los 5 y 24 años- no estaban asistiendo a ninguna institución educativa. Pero el grupo más afectado fue el de la población de 5 años, ya que del 14,3 % que se reportaba como fuera del sistema en 2019, paso al 26 % durante el año pasado. (Le sugerimos: En Colombia 3 de cada 10 personas en edad escolar no están estudiando, ¿por qué?)

Mejorar la educación básica

Zubiria también agregó que otro tema clave será transformar pedagógicamente la educación básica “Seguimos con modelos muy tradicionales y de muy poco impacto en las competencias esenciales. Sin esos dos retos no se podrá cumplir con la meta de ampliar el derecho para los jóvenes en la educación superior. Podemos abrir muchas universidades, pero si no llegan estudiantes con mayor nivel en lectura y pensamiento, esos jóvenes no podrán permanecer”, advirtió.

Superar las brechas regionales y mejorar sus currículos

García, de la Escuela de Gobierno de los Andes, recuerda que actualmente hay muchas brechas regionales en la educación, como en el tema de permanencia y graduación. “En zonas como el Pacífico en comparación con la zona Andina son brechas muy grandes y también en calidad. Ese es el primer reto, el cual se exacerbó con la pandemia. Tenemos unas pérdidas de aprendizaje y unos rezagos, además de un aumento significativo de esas brechas. Es un reto que hay que atender de manera urgente”, aclaró.

De hecho, para Fecode, según comenta Alarcón, es clave que el ministerio de Gaviria logre “ajustar y tener un currículo nacional, y por supuesto, los regionales, para alcanzar metas de pertenencia y pertinencia de la comunidad educativo”. Además, explica, superar estas brechas pasa mejorar por la infraestructura de colegios e instituciones educativas, ya que “la construcción de colegios está en un 20 o 30% de lo prometido”. Falta, dice, un plan a corto, mediano y largo plazo en “la adecuación de infraestructura así como en su nueva construcción en zonas apartadas”.

Reparar lo que dejó la pandemia

Gaviria recibirá un sector educativo en el que niños y niñas, en especial, no fueron a sus colegios por más de dos años. Lo que no solo implicó desafíos académicos y emocionales, sino, para muchos, dejar de recibir educación del todo, pues no tenían acceso a la virtualidad. Por esto, uno de los temas prioritarios del próximo gobierno será cómo mitigar esos daños. (Le puede interesar: Invisibles: la infancia en Colombia durante la pandemia)

“Asociado a la pandemia, se agudizó bastante es el tema de salud emocional y bienestar socioemocional. Es uno de los retos más grandes que está enfrentando el sistema educativo en este momento. Se necesitará alguna estrategia intersectorial para atender este reto y acompañar a los docentes y a los directivos docentes en esa labor”, cuenta García.

Igualmente, Andrea Escobar, de la Fundación Empresarios por la Educación, agrega que “el ministerio deberá comprometerse con el cierre de brechas históricas, profundizadas por la pandemia, y crear las condiciones para que la educación, de una vez por todas, responda a las necesidades de los más de 1200 municipios representados en las 96 Secretarías de Educación, reconociendo la multiculturalidad, la pluralidad, los contextos regionales y la diversidad de los territorios”.

Pelar la corrupción de la alimentación escolar, PAE

La pandemia, se ha dicho, afectó la nutrición de niños y niñas, pues los colegios, para muchos, son el espacio en el que reciben la mejor alimentación, y no se logró garantizar que esto continuara con el cierre de colegios y la virtualidad. Sin embargo, con o sin pandemia, uno de los focos de denuncias del sector ha sido el Programa de Alimentación Escolar, conocido como PAE. Para Alarcón, de Fecode, es urgente atacar este tema y, desde la Federación, comenta, sugieren que retorne a la vigilancia de las asolaciones de padres de familia. “Antes funcionaba así y ellos nunca presentaron inconvenientes, y se haría con el acompañamiento del ICBF y las gobernaciones locales y regionales”, comenta.

Fuente: https://www.elespectador.com/educacion/alejandro-gaviria-sera-ministro-de-educacion-estas-son-algunas-reacciones-y-retos-noticias-hoy/

Comparte este contenido:

Trabajo digno para las juventudes, el reclamo del Movimiento Sur

La organización se movilizó para reclamar por trabajo digno. Nota al Pie estuvo presente en el Obelisco y dialogó con Juan Soto y Ayrton de los Santos, miembros de la agrupación.

La mañana de este martes, les jovenes organizades del Movimiento Sur realizaron una jornada para reclamar por el acceso al empleo digno. En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) se concentraron en el Obelisco, para luego movilizarse hacia el Ministerio de Trabajo. El objetivo de la protesta fue solicitar que el Gobierno nacional implemente políticas que permitan a les jóvenes insertarse en el mercado laboral. Asimismo, se buscó visibilizar la precarización en la que varies se encuentran actualmente.

Nota al Pie estuvo presente en la movilización de CABA y dialogó con Juan Soto, coordinador de Movimiento Sur, y Ayrton de los Santos, miembro de la agrupación.

Un empleo formal

En diálogo con Nota al PieJuan Soto, coordinador de la organización en Buenos Aires, contó que se movilizaron al “Ministerio de Trabajo para llevar los currículums de todos los compañeros y compañeras jóvenes, que se sumaron a la iniciativa”.

Soto aclaró que el objetivo fue reflejar la falta de trabajo, la cual es la realidad “del 42% de los jóvenes’’ que ‘’no tienen un empleo formal”. Considera que “es una preocupación que el Estado no tome cartas en el asunto”. A su vez, sumó que desde la organización hace un tiempo que vienen “denunciando la falta de trabajo y de oportunidades que hay hacia los jóvenes”.

Trabajo
Una de las preocupaciones es que les jóvenes “se vayan buscando otras posibilidades de inserción laboral”, confesó Soto. Crédito: Estela García para Nota al Pie.

“Por un lado, pedimos más empleo para la juventud, que es un sector muy golpeado en la crisis económica y social que tenemos hoy en día”, compartió Ayrton de los Santos, miembro de la agrupación. Asimismo, informó que actualmente “el 50% de los jóvenes están por debajo de la línea de la pobreza”.

Basta de precarización en el trabajo

La precarización fue otro de los temas principales en el cual hicieron foco. Soto aseguró que son muches les jóvenes que trabajan de repartidores o haciendo changas. “Lo único que hace es precarizar más el trabajo. Pibes y pibas que tienen que ganarse el mango todos los días terminan optando por estos lugares para tener unos pesos más”.

Tanto Soto como de los Santos explicaron que la situación no da para más, ya que no les permite a les jóvenes llevar una vida normal porque ganan por debajo de la canasta básica.

Esta es una crisis que afecta a todas las juventudes por igual, pero de los Santos destacó que según diferentes informes hay casos de una mayor marginación. Consideró que “la población de los barrios populares se ve doblemente afectada y si sos mujer triplemente afectada”.

La crisis económica y la pandemia azotan al trabajo

Trabajo
Juan Soto remarcó que el objetivo de la movilización fue reflejar la falta de trabajo, la cual es la realidad que afecta al 42% de les jóvenes que no tienen un empleo formal. Estela García para Nota al Pie.

La situación durante la pandemia fue “bastante heavy”, aseguró Soto. Y agregó que muchos individuos ‘’fueron echados de sus trabajos y las consecuencias las vemos hoy”. Ante esto, añadió que actualmente varies se encuentran sin empleo y que se acercan al Potenciar Trabajo para poder ganarse el sueldo.

“Durante la pandemia, les jóvenes terminaron dejando sus estudios y nosotros lo denunciamos cuando reclamamos por la conectividad en los barrios”, agregó el coordinador de Movimiento Sur. El objetivo era que no haya deserción escolar y a la falta del acceso a Internet se le suma la falta de empleo por lo que terminan dejando de lado sus estudios para ir a trabajar y es ahí donde tienen que aparecer el rol del Estado para que haya “trabajo digno”.

Por su parte, de los Santos considera que esta situación fue empeorando. Al respecto, manifestó: “Tal vez en otro momento, tu economía familiar te permitía solamente estudiar; pero después pasaste a estudiar y trabajar para luego directamente trabajar y finalmente tener que dejar los estudios».

El “Estado les está soltando la mano”

“Jóvenes estudiantes y graduados de la Universidad o de Terciarios se están acercando al Potenciar para tener un ingreso fijo”, confirmó Soto. También aportó que, personas que se dedicaron y esforzaron para estudiar y son profesionales, “hoy no consiguen trabajo’’ y ‘’se acercan a las organizaciones en busca de oportunidades”.

“El desarrollo de un país también se hace con la formación de profesionales”, remarcó Ayrton de los Santos. Crédito: Estela García para Nota al Pie.

Por último, de los Santos enfatizó con que esto “es una falla grave del Estado”, ya que muches jóvenes analizan la posibilidad de irse a otros países ante la falta de salida laboral.

El referente concluyó que deberían haber condiciones justas de trabajo para las personas que se educaron y formaron. También que se podrían emplear diferentes “programas o inversiones” para que tanto el empleo público y privado prolifere.

Fuente: https://www.notaalpie.com.ar/2022/06/28/trabajo-digno-para-las-juventudes-el-reclamo-del-movimiento-sur/

Comparte este contenido:

«Catástrofe educativa» en América Latina y el Caribe, según BM y agencias de la ONU

Entre 80% y 90% de los niños de América Latina y el Caribe serán incapaces de comprender un texto simple debido a la «catástrofe educativa» provocada por la pandemia de covid-19, según pronósticos de organismos internacionales divulgados este jueves.

La dramática afirmación figura en informes elaborados por el Banco Mundial, Unicef, Unesco, USAID y otras agencias internacionales.

Según el documento titulado «Dos años después: salvando a una generación», del BM, Unicef y Unesco, cuatro de cada cinco niños en América Latina y el Caribe no podrán comprender un texto simple.

Asimismo, el estudio «Situación de la pobreza de aprendizaje a nivel mundial: actualización 2022», elaborado por el BM, las mencionadas agencias de la ONU, USAID FCDO y BMGF, revela que nueve de cada diez alumnos de la región son incapaces de leer un texto simple al final de la educación primaria.

Sólo África Subsahariana presenta resultados peores.

El primer informe destaca que la pandemia de covid-19 provocó en América Latina y el Caribe los cierres de escuelas más largos y constantes del planeta, a raíz de los cuales los alumnos de la región perdieron en promedio 1,5 años de aprendizaje.

Ello puede significar un retroceso más de diez años, subraya el texto.

La región «enfrenta una crisis educativa sin precedentes que podría comprometer el desarrollo futuro de nuestros países», comentó Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe.

«El hecho de que una gran mayoría de los alumnos de sexto grado tal vez no logre comprender lo que leen pone un signo de interrogación sobre el bienestar futuro de millones de niños que aún no desarrollaron competencias fundamentales críticas, algo que eleva el riesgo de profundizar aún más las desigualdades de larga data en la región», agregó.

«Demasiados niños no han podido regresar a la escuela a tiempo completo, y muchos de los que han regresado están perdidos. En ambos casos no están aprendiendo», dijo por su lado Jean Gough, director de Unicef para América Latina y el Caribe, para quien esta «catástrofe educativa» se reproduce «día tras día».

Según Claudia Uribe, directora de OREALC/UNESCO Santiago, solo priorizando la educación en la agenda pública se puede lograr una recuperación.

Entre las «acciones clave» para «reencauzar a esta generación», el documento propone reintegrar a todos los alumnos que hayan abandonado el sistema educativo y asegurar que permanezcan en él, así como valorar y formar a los docentes.

Fuente: https://www.elfinancierocr.com/cables/catastrofe-educativa-en-america-latina-y-el-caribe/IH3EJ575CRGLNOCWJVDR3PRPI4/story/

Comparte este contenido:

Pandemia, derecho a la educación, aprendizajes y estallido de la burbuja educativa

Escrito para la «Revista Tarea» del Perú

Luis Bonilla-Molina

  1. Introducción

En julio de 2015 más de doscientos pedagogos(as) del mundo firmamos una carta en la cual advertíamos las consecuencias dramáticas que tendría para los sistemas escolares del mundo la aceleración de la innovación tecnológica, la cual me correspondió entregarla personalmente en París a la Dra. Irina Bokova, en esos momentos directora General de la UNESCO. A pesar que en esta misiva solicitábamos que la UNESCO interviniera propiciando soluciones nacionales, locales y regionales para mitigar el impacto profundo de situación, nunca recibimos respuesta.

A esta dinámica le denominamos Apagón Pedagógico Global (APG), explicando de diversas maneras, cómo la sociedad estaba cambiando con una aceleración inusitada y esto impactaría a la educación. Reconocemos la dificultad que tenía el pensamiento de resistencias educativas anti neoliberales para entrar un debate que superaba la simple y plana relación con la lógica del capital en educación, demandando una lectura más detallada centrada en revoluciones industriales, tecnología y dominación.

Analizamos la posibilidad cierta que en la transición del modelo societal de tercera a cuarta revolución industrial el sistema mundial propiciaría encerrarnos en nuestros hogares para construir la epistemología social que todo el mundo cabe una casa(2017). Ello parecía inverosímil por el giro tan drástico que implicaba. No obstante, la llegada de la pandemia del COVID-19 fue el hecho histórico que posibilitó el inicio de la transición a un nuevo modelo de sociedad y educación, que abre una nueva disputa entre la perspectiva de los pueblos y la del capital trasnacional.

Como lo mostramos en el Informe “Pandemia, vacunación y retorno a clases presenciales” (2021), durante la pandemia del Coronavirus las once corporaciones tecnológicas más importantes obtuvieron ganancias cercanas a los 3.2 billones de dólares como resultado del uso masivo de sus plataformas, fundamentalmente para fines educativos. La alta rentabilidad para el capital tecnológico trasnacional quedó evidenciada durante el confinamiento y cuarentena, lo cual ha hecho redoblar los esfuerzos de los gigantes tecnológicas para apresurar la transición.

  • Políticas de educación remota a través de internet, televisión, radio y cartillas

Desde nuestra perspectiva, el derecho humano a la educación implica la obligación indeclinable de los Estados nacionales de garantizar las condiciones para desarrollar los procesos de enseñanza-aprendizaje.  Sin embargo, en la última década se fue construyendo desde el multilateralismo una narrativa que sustrae al Estado de esta obligación, al presentarlo como un bien común mundial. Las nociones de sociedad educadora promueven una transferencia de las competencias de financiamiento del sector público a los ciudadanos.

Ello facilitó el impulso de un nuevo modelo de privatización educativa impulsado durante la pandemia. Los Estados nacionales se desentendieron de sus obligaciones de garantizar las condiciones mínimas de aprendizajes y las transfirieron a las familias, docentes y estudiantes, quienes tuvieron que asumir como propios los costes del internet, acceso a equipos de conexión y adquisición de plataformas.

Esto no fue accidental, sino que se corresponde al proceso de transición al modelo educativo de cuarta revolución industrial. Durante la pandemia ocurrieron varios fenómenos convergentes. El primero, una alfabetización forzada en el consumo de plataformas y contenidos digitales enlatados. Segundo, desterritorialización de los procesos de enseñanza-aprendizaje, imponiendo el paradigma de la virtualidad, modelos híbridos de aprendizajes hasta la propuesta de educación en casa. Tercero, la más gigantesca minería de datos personales con fines comerciales, que elimina los limitados espacios de privacidad con los cuales contaba la humanidad. Cuarto, un proceso de precarización laboral, doble jornada y deterioro de las condiciones de trabajo del personal docente. Quinto, el desarrollo de propuestas de flexibilidad curricular que consolidan la ruta hacia el modelo educativo STEM y la eliminación de contenidos humanistas. Sexto, una terrible estratificación en el aula que incide e incidirá por mucho tiempo en las posibilidades reales de inclusión educativa.

Las escuelas públicas perdieron en solo un año su acumulado histórico de ser un espacio que garantizaba condiciones iguales para sus estudiantes. Si bien no todas las escuelas eran iguales y existían marcadas diferencias entre unas y otras, lo cierto es que cuando un(a) estudiante entraba al aula de clases los pupitres y sillas eran iguales para todes, así como laboratorios, canchas deportivas, espacios culturales. Esto se rompió durante la pandemia, ya que los estudiantes se estratificaron según sus posibilidades económicas para el acceso tecnológico.

Una primera capa, la minoritaria, la constituyeron aquellos(as) que tenían en su casa computadora, internet, acceso a plataformas, programas y, que contaron con el acompañamiento de docentes contratados particularmente para el apoyo a los procesos de aprendizaje. Una segunda capa, aquellos que, aun teniendo internet, equipos de conexión y acceso a plataformas tuvieron que vivir en soledad el drama de un cambio abrupto de modelos pedagógicos presenciales a algo tan difuso que se denominó aprendizaje remoto. Una tercera capa, conformada por aquellos alumnos que ocasionalmente pudieron tener acceso a alguna red social como Telegram o WhatsApp, que observaron clases en televisión o radio, a la usanza de hace décadas, mientras sabían que otros estudiantes con mayores recursos económicos lo hacían con la tecnología del presente. Una cuarta capa, aquellas(os) estudiantes quienes solo pudieron sostener el vínculo pedagógico con algún material ocasional impreso, como si estuvieran en el medioevo.  Esta segmentación hizo que millones de estudiantes en el mundo dejaran de estudiar; no abandonaron la escuela o universidad, fue el sistema quien los abandonó a su suerte.

La improvisación en la formulación de contenidos a través de la televisión, radio o cartillas, fue justificado con la etiqueta de emergencia sanitaria cuando en realidad se estaba golpeando la continuidad a través del tiempo de la escuela pública presencial.

  • Estratificación escolar y Auto percepción de exclusión

Es falso que los gobiernos no podían prever un escenario de cuarentena y de imposibilidad de encuentro presencial como el ocurrido durante el año 2020. Su inactividad para evitar el impacto dramático del pase forzado a la virtualidad resulta sospechosamente funcional al modelo de dependencia educativa y cultural con las grandes corporaciones tecnológicas.

A pesar de las múltiples voces que lo demandamos, durante la pandemia y post pandemia, no se garantizó el acceso universal gratuito y público del internet, que se convierte ahora en una demanda democrática más allá de lo educativo.  Pero tampoco, acceso gratuito ni a docentes y estudiantes de equipos de conexión remota. No se trabajó en la construcción de propuestas pedagógicas para entornos virtuales y dinámicas digitales que fomentara el pensamiento crítico, la creatividad, la solidaridad y la emancipación.

Lastimosamente ello generó, en amplios sectores de la población estudiantil (y en algunos casos profesoral) una cultura de auto percepción de exclusión.  Algo así como la resignación de no poder acompañar el impacto de la aceleración de la innovación en las dinámicas educativas, lo cual, se convierte en un duro golpe al derecho a la educación para todos, todas, todes.

  • Impacto en los aprendizajes

En diciembre de 2019 cuestionábamos el carácter reproductor, alienante y destructor del tejido social de muchas dinámicas escolares y educativas. El discurso de las competencias, del perfil de egreso centrado en la empleabilidad y no en la construcción de ciudadanía crítica y sociedad, de la estandarización, mercantilización y desterritorialización, así como la difusa narrativa de la calidad educativa (sin pertinencia social) asediaban a las escuelas públicas presenciales.

Pero, durante la pandemia los problemas se potenciaron a la enésima potencia. Al carecer de estudios sistemáticos sobre impacto de la aceleración de la innovación en la educación, se descuidó la generación de propuestas pedagógicas alternativas, especialmente en sus componentes didácticos, de planeación y gestión de aprendizajes en entornos virtuales y dinámicas digitales. Para aquellos(as) que pudieron acceder a clases en línea, se trasladó a las pantallas el modelo frontal de enseñanza en un contexto aún peor, el de la carencia de encuentro humano. Se desarrolló la im-pedagógica faena de ocho hasta 10 horas frente a una pantalla, visualizando estrategias metodológicas propias de la presencialidad y de limitada utilidad para la enseñanza en plataformas pensadas para reuniones ocasionales como zoom, google meet y otras. Lo que ocurrió durante la pandemia fue un desastre pedagógico, que fue mitigado por la abnegación y entrega de millones de docentes quienes fueron resolviendo de manera contingente, allí donde la tradición y la innovación posibilitaban un encuentro.

El modelo educativo de 100% virtualidad fue un estruendoso fracaso a pesar de la propaganda de gobiernos y las narrativas que esconden la avaricia de las grandes corporaciones tecnológicas. Lo positiva fue la problematización que emergió de esta experiencia, entre docentes y estudiantes, sobre la necesidad de construir propuestas para trabajar en entornos virtuales, sin abandonar la presencialidad.

Los resultados empíricos comienzan a mostrar serios problemas en los aprendizajes durante la pandemia, mucho más en las esferas del pensamiento crítico y la construcción de ciudadanía activa y crítica.  Es urgente trabajar en la resolución de los problemas generados, pensando en la educación como constructo social y no como mercancía.

La escuela y universidad son espacios no solo para aprender conocimientos científicos y saberes, sino un lugar privilegiado para aprender a convivir, compartir, y construir juntes una sociedad de justicia social.  Lo virtual y lo digital deben ser herramientas complementarias a la presencialidad, como el libro, la calculadora o el microscopio, nunca la centralidad del hecho educativo.

  • ¿Cuál fue la estrategia pedagógica de la transformación digital?

El capitalismo cognitivo sueña con la disminución a su mínima expresión de los sistemas escolares y la educación presencial, para poder transferir los presupuestos públicos educativos a las arcas de las corporaciones tecnológicas globales.  Este tema no es solo pedagógico, sino eminentemente político, social y económico, por lo cual la construcción de alternativas debe incorporar e integrar estas dinámicas. La estrategia de las corporaciones fue mostrar a los sistemas escolares como instituciones ancladas en el pasado y mostrarse como el futuro de la educación, algo que no tiene veracidad ética ni pedagógica.

Necesitamos abrir un debate amplio, sin otra premisa que la defensa de la educación pública financiada por los Estados, orientada a la generación de pensamiento crítico, creatividad, compromiso solidario y justicia social.

  • El impacto en las habilidades socioemocionales

No hay respuestas localistas a una ofensiva mundial del capital contra la educación, pero tampoco propuestas validas que tomen en cuenta solo lo estructural descuidando las expresiones concretas en la realidad.  Necesitamos recuperar una dialéctica constructiva entre lo global y lo local en materia educativa.

Antes de la pandemia las bancas de desarrollo venían imponiendo las narrativas de inteligencia emocional, resiliencia y empatía como paradigmas sociales en el aula, entre estudiantes, pero también en la relación entre profesores y estudiantes. Desde la lógica del capital la inteligencia emocional no es para liberar emociones sino para reprimirlas, la resiliencia coloca en el plano personal las consecuencias de la distribución desigual de las riquezas pretendiendo conjurar las nociones de lucha de clases y revolución, así como promueve una empatía que disuelva el conflicto y la contradicción privilegiando el encuentro acrítico.

Durante la pandemia, millones de niños, niñas y jóvenes fueron sometidos al aislamiento, el temor al encuentro, la perdida de sentido y el desarrollo de la cultura del aprendizaje aislado que promueve competitividad. La vuelta a clases debe superar los quiebres y tensiones en los vínculos sociales generados por el encierro, pero también por la odiosa estratificación escolar. La vuelta a las aulas debe subrayar el encuentro como camino para aprender juntes y construir sentido colectivo creador de las emociones.

  • ¿Qué viene?

Lo que viene como ofensiva del capital contra la educación pública es terrible. Ya Santillana, McGraw Hill y otras corporaciones están presentando a los ministerios de educación de la región sus plataformas educativas que superan lo conocido con las plataformas comunicacionales, las cuales, usando inteligencia artificial, análisis de metadatos y bloques de datos procuran mostrar a las escuelas y docentes como dinosaurios pedagógicos. Su único interés absorber de manera sostenida, el presupuesto público destinado hoy a la educación de los, las, les hijes de la clase trabajadora, campesinos, pobladores, es decir, del pueblo.

Debemos juntar esfuerzos para evitar el estallido de la burbuja educativa, que es la denominación que hemos seleccionado para agrupar el conjunto de iniciativas que el gran capital trabaja para disminuir el peso real de la educación presencial y consolidar la llamada transformación digital.  Resistir a esta ofensiva del capital demanda resolver la brecha epistémica que afecta al movimiento social pedagógico alternativo.

Pero esta realidad no puede servir de bases para darle las espaldas al desarrollo científico y tecnológico del presente.  Necesitamos pensar la tecnología de la cuarta revolución industrial en clave de pensamiento crítico, justicia social y transformación radical de las relaciones sociales de poder.  Ese es el desafío mayor.

  • ¿Qué hacer?

Necesitamos defender la escuela presencial pública financiada por el Estado, con perspectiva crítica, emancipadora, solidaria, abierta a usar, pero no dejarse eclipsar por la transformación digital. Urge construir espacios de encuentro y debate para pensar juntes una taxonomía educativa alternativa la de Bloom, Kendal, Manzano y otros que permita orientar la construcción de plataformas educativas que contribuyan a que la escuela presencial fomente la ciudadanía critica, el pensamiento divergente, la creatividad y la solidaridad.  Necesitamos pensar los contenidos digitales en clave de resistencia y pensar la pedagogía situada en las realidades emancipadoras de la tercera década del siglo XXI

Referencias bibliográficas

Bonilla-Molina, Luis (2016) Apagón Pedagógico Global (APG). Las reformas educativas en clave de resistencias. Revista Viento Sur, número 147. España

Bonilla-Molina, Luis (2017) Apagón Pedagógico Global. Video disponible en YouTube https://www.youtube.com/watch?v=zZ79h4Zu4SE

Bonilla-Molina, Luis (2021). Educación 4.0, contenidos digitales y plataformas virtuales. Video animado disponible en YouTube https://www.youtube.com/watch?v=s641QZG_2hg

Bonilla-Molina, Luis (2017) Todo el Mundo cabe en una casa. Disponible en el sitio web del autor luisbonillamolina.com

Bonilla-Molina, Luis (2020) El derecho humano a la educación hoy. Ediciones CLADE. Disponible en https://luisbonillamolina.com/2020/11/15/el-derecho-a-la-educacion-hoy/

Bonilla-Molina, Luis (2020) Escuela, universidad y educación en la cuarta revolución industrial. Disponible en el sitio web del autor luisbonillamolina.com

Bonilla-Molina. L y otros (2021) Pandemia, Vacunación y retorno a clases presenciales. Observatorio social del coronavirus. CLACSO, Buenos Aires. https://www.clacso.org/pandemia-vacunacion-y-retorno-a-clases-presenciales-en-america-latina-y-el-caribe/

Bonilla-Molina, Luis (2021) El estallido de la burbuja educativa. Disponible en https://luisbonillamolina.com/2021/12/12/el-estallido-de-la-burbuja-educativa-la-madre-de-las-batallas-en-defensa-de-la-educacion-presencial/#:~:text=La%20burbuja%20educativa%20resume%20el,desde%20la%20primera%20revoluci%C3%B3n%20industrial.

Bonilla-molina, Luis (2021) ¿Qué es la brecha epistémica en educación? Disponible en https://luisbonillamolina.com/2021/11/28/que-es-la-brecha-epistemica-en-educacion/

UNESCO (2015) Replantear la educación: ¿Hacia un bien común mundial? Ediciones UNESCO Paris. Francia.  Disponible en https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000232697

Comparte este contenido:

Perú hace obligatoria la vuelta a la presencialidad en las universidades

 

El Ministerio de Educación de Perú estableció este sábado la vuelta a las clases presenciales en las universidades públicas y privadas en el segundo semestre académico de 2022, una medida que también incluye a las escuelas de posgrado, anunció la institución en el diario oficial «El Peruano».

Mediante un informe de la Unidad de Planificación y Presupuesto del Ministerio de Educación, se emitió opinión favorable a esta medida de volver a las aulas universitarias a partir de agosto, que es cuando en Perú se inicia el segundo semestre.

Este informe concluye que el retorno a la presencialidad se encuentra alineado con los objetivos estratégicos e institucionales del sector y no irrogará gastos ni al propio ministerio ni a los pliegos de las universidades públicas.

Esta resolución deroga una norma anterior que permitía el retorno a la modalidad presencial y/o semipresencial, de forma flexible y gradual, mediante la implementación de modelos híbridos de enseñanza, en cumplimiento con las medidas de prevención y control de la covid-19.

También se detalla que la decisión del retorno a las aulas es conforme a las disposiciones emitidas por el gobierno central y la autoridad sanitaria respecto de las medidas de prevención y control del virus.

En Perú, los colegios permanecieron cerrados más de dos años debido a la pandemia, y los escolares volvieron gradualmente a las clases en el mes de marzo.

Fuente: https://www.swissinfo.ch/spa/coronavirus-per%C3%BA_per%C3%BA-hace-obligatoria-la-vuelta-a-la-presencialidad-en-las-universidades/47685126

Comparte este contenido:

Argentina: Propuestas para mejorar la educación

Por: Juan José Llach

Argentina ha caído en las evaluaciones educativas, del primer y segundo lugar entre los países latinoamericanos, a entre el cuarto y octavo.

La educación argentina y sus resultados llegaron a estar a la cabeza de los países de América Latina, y más lejanamente, también mejores que los de algunos de los países latinos de Europa. Hoy sus resultados han empeorado significativamente.

Por ejemplo, en las evaluaciones comparables (PISA para el secundario y ERCE (UNESCO) para el primario) han caído desde fines del siglo pasado desde el primer o segundo lugar entre los países latinoamericanos, a entre el cuarto y el octavo. Hay que agregar que, en la mayoría de los casos, los aprendizajes no generan las capacidades y los talentos que el mundo del trabajo requiere.

Sorprende que esto no sea una causa nacional, pero, últimamente las duras realidades de la pandemia y los cierres de escuelas han encendido las preocupaciones de las familias.

Entra las fallas actuales de la educación en la Argentina, sobresalen (a) una segregación que no cesa, y quizás crece, entre escuelas pobres para los más necesitados y escuelas mucho mejores para los no tan necesitados, evidenciada también durante la pandemia con las estridentes diferencias en conectividad y equipamiento informático; b) una carrera docente insuficiente, con más de 1200 institutos de formación docente (IFD), comprensibles desde el punto de vista local, pero no satisfactorias para la formación de maestros y profesores, con las excepciones de algunas instituciones; c) la remuneración de los docentes no es atractiva para convocar talentos y no puede serlo con inflación crónicamente alta y un voraz gasto público.

Esto llevó a los gremios -desde los años ’80, con Mary Sánchez- a endurecerse y especializarse en defender el salario real, no obstante, lo cual se deterioró, al menos, el salario docente relativo a otras profesiones.

Dada la situación actual, parece oportuno centrar las propuestas de políticas públicas en la vinculación de la escuela con el mundo laboral, subrayando que no son las únicas necesarias. Aunque no suele pensarse en la docencia cuando se habla de este tema, creo que es necesario hacerlo, porque hay que diseñar una nueva carrera docente, obligatoria para los nuevos maestros, y optativa para quienes están en ejercicio. Una de las novedades de la nueva carrera debería ser renovar profundamente las calificaciones, por ejemplo, incluyendo las mejoras de los aprendizajes de los alumnos y que ellas conlleven incentivos pecuniarios.

Lógicamente, la formación para el trabajo excede la formación de los docentes. La buena, pero muy incumplida, Ley de Educación Nacional (2006) estableció que los tres objetivos de la educación secundaria son, en ese orden, formar ciudadanos, para el trabajo y para seguir estudios superiores.

Pero no hay que olvidar que es clave de todo «lo educativo», aunque incumplido, que las escuelas a las que asisten los chicos más necesitados sean cada vez más parecidas a las de los menos necesitados.

A esto se agrega una polémica más que centenaria, célebre e ilustrativa, pero todavía irresuelta, entre Alberdi y Sarmiento. El primero veía que lo central de la educación era formar para el trabajo, para aumentar así la producción y reducir la pobreza.

Por su parte, la visión de Sarmiento era que, dada la gran inmigración en ciernes, lo fundamental era formar ciudadanos. La educación en la Argentina optó por la formación de ciudadanos. Cierto es que se crearon escuelas técnicas y agro técnicas y se diferenció el bachillerato de la formación del perito mercantil. Pero el corazón de la educación secundaria se mantuvo en el bachillerato –inicialmente sobre todo para varones- y en la escuela normal para formar docentes –sobre todo para mujeres, crecientemente.

Sigue estando pendiente una formación para el trabajo, acorde a los tiempos.

Los Institutos Tecnológicos de Australia pueden indicar un camino de modernidad siglo XXI. Son de tal calidad que compiten con las universidades y «exportan» servicios educativos, muy atractivos para los asiáticos.

Dicha exportación, incluyendo universidades e institutos, está en el orden de 40.000 millones de dólares, que son exportaciones. La Argentina, si se apura dado que la competencia es creciente, podría jugar el mismo rol para muchos países de América Latina. Ya en parte lo está haciendo, pero gratis. Es muy polémico, al menos, que los pobres de la Argentina paguen los estudios universitarios de personas de otros países.

Ese rol de la Argentina se potenciaría fundando entre 1 y 5 Institutos Tecnológicos por provincia, según su tamaño y su demanda. Deberían centrarse en las especialidades propias de cada una, atractivos, luminosos, y articulados con las escuelas medias y las universidades.

Respecto de la viabilidad de esta utopía se puede usar el casi virginal instrumento de la Consulta Popular, legislado en el artículo 40 de la Constitución y en las leyes 25432 (2001) y complementarias.

Este es el momento de dar la batalla legal por la educación, para que deje de ser la Cenicienta del país. Un solo ejemplo basta. Hace doce años que se legisló que la inversión en educación debía ser 6% del PIB (en la ley de financiamiento dicho porcentaje incluía a ciencia y tecnología). Pero solo una vez en doce años se cumplió con el mandato legal.

https://www.nuevarioja.com.ar/opinion/797-propuestas-para-mejorar-la-educacion

Comparte este contenido:

México: Lo que deja la educación virtual tras la pandemia

Por: Miguel Lisbona Guillén

Finalizan los cursos o semestres en los diversos niveles de educación después de unos meses donde, con distinta ubicación geográfica y ritmos en la incorporación de la presencia de alumnos y profesores, se ha reanudado la enseñanza en las aulas. Es sabido que la pandemia del Covid-19 rompió las dinámicas educativas en prácticamente todo el planeta, con distintas consecuencias que siguen analizándose desde los estudios sociales, en especial los dedicados a la educación.

Dichas investigaciones no son coincidentes a la hora de interpretar los datos, es decir, los análisis discrepan sobre si la educación virtual de la pandemia retrasó los procesos de enseñanza-aprendizaje. Sin embargo, por mucho que se insista en ello, hay niveles educativos y materias que necesitan, más que otras, la presencia en aulas y laboratorios. Ello no quiere decir que todos los problemas que hoy existen alrededor de la enseñanza deban buscarse y atribuirse a la pandemia porque, previamente, ya eran frecuentes las quejas de profesores, alumnos o padres de familia respecto a las dificultades para transmitir conocimientos. Un hecho al que se une la compleja relación entre los actores que intervienen en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Las  nuevas formas de transmitir y recibir la información, de las que ya me he ocupado en otras ocasiones, son elementos imprescindibles para entender que los medios didácticos necesitan adecuarse a las cambiantes realidades de la sociedad. En muchos casos, ello ya se observa que sucede, pero no puede pensarse que todas las situaciones educativas se solventan de la misma manera o se examinan con los mismos lentes de observación. Una diferenciación que la pandemia expuso con claridad cuando muchos de los estudiantes, y solo hay que tomar el ejemplo de Chiapas, dejaron de recibir educación en línea por falta de los insumos necesarios y los recursos económicos para conseguirlos. La carencia de computadoras y, en consecuencia, de los programas para desarrollar ciertas tareas se hicieron evidentes durante los largos meses de encierro y aislamiento social vividos en México a causa del Covid-19.

Estas realidades visibilizadas por la coyuntura surgida durante la pandemia no deben tapar los anteriores rezagos educativos y desiguales circunstancias vividas a través de la educación. Así, la pandemia solo mostró, a través de la trastocada cotidianidad, la escasez de recursos económicos de los centros de educación pública y de las familias usuarias de dichas instituciones.

Recuperar la supuesta normalidad de los procesos de enseñanza-aprendizaje en las aulas no debe ocultar las situaciones que la pandemia escenificó de manera transparente; hechos que por sabidos no dejan de cuestionar la igualdad educativa. Unas certezas demostradas desde hace décadas en las investigaciones sociales para convertirse en ejemplos fehacientes de cómo construyen o ratifican las iniquidades en las sociedades.

Comparte este contenido:
Page 6 of 170
1 4 5 6 7 8 170