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¿Qué es la educación imaginativa? Entrevista exclusiva con Magdalena Merbilháa

Por Observatorio ITESM-MX

Hoy en día la información está a un clic, antes la información solo estaba al alcance de unas cuantas personas. Hoy, el poder de la información está al alcance de todos, es por eso que la misión actual de los profesores ya no es la de difundir esta información, sino la de enseñar a los alumnos a procesar esta información, a entenderla y asimilarla a través del pensamiento crítico.

En entrevista exclusiva para el Observatorio, Magdalena Merbilháa, historiadora, docente y Directora Asociada del Grupo de Investigación en Educación Imaginativa, habla del nuevo rol de los docentes, del papel que jugarán las humanidades en el futuro de la educación y de su área de especialidad, el modelo de educación imaginativa, el cual destaca la importancia de las emociones en el aprendizaje.

«No hay aprendizaje sin emociones», asegura Merbilháa y destaca que el docente necesita enganchar las emociones de los estudiantes, de lo contrario lo que estos aprendan va a ser olvidado.

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Las enseñanzas de Marx: Educación popular y formación política

Por: Zur Pueblo de Voces

El pasado 5 de mayo se cumplieron 199 años de nacimiento de uno de los críticos más potentes de la formación capitalista. Aquí Hernán Ouviña comparte una faceta poco difundida, su preocupación por la formación política y la educación.

Si bien puede parecer redundante o conocido, es importante recuperar cómo la larga tradición del marxismo revolucionario supo tener a lo formativo y a la educación popular como algo central en su derrotero militante. En especial porque aunque suene paradójico, en coyunturas adversas como la que vivimos en América Latina, o en momentos donde la movilización popular nos encuentra de manera constante en las calles, los procesos de formación, de análisis y estudio, de lectura e investigación de la propia realidad que se pretende transformar, se resienten o bien ostentan -salvo contadas excepciones- un lugar residual al interior de las organizaciones de izquierda. A contrapelo, y en sintonía con los planteamientos de buena parte del marxismo crítico, es precisamente en contextos como el actual donde más urgentes resultan este tipo de apuestas pedagógico-políticas.

Consideramos un ejercicio imprescindible revisitar desde este ángulo las propias biografías e itinerarios de quienes constituyeron una referencia fundamental en la conformación del marxismo revolucionario, comenzando por el propio Karl Marx (1818-1883). En general predomina -a nuestro modo de ver, no casualmente- una visión de Marx como un genio solitario, dedicado casi exclusivamente a escribir libros y artículos detrás de un escritorio, sumergido cual ratón de biblioteca en la sala de lectura del Museo Británico durante años para elaborar El Capital. Sin embargo, se omite que desde su juventud hasta los últimos momentos de su vida, siempre produjo, intervino y reflexionó en diálogo constante con la realidad y las luchas que lo estimulaban a pensar y actuar como militante revolucionario, por lo que podemos definirlo como un verdadero intelectual orgánico de las clases populares.

Desde sus primeros artículos periodísticos de denuncia de las condiciones de miseria y explotación que padecían los campesinos de Mosela, pasando por el enorme aprendizaje político que resulta de sus diversos encuentros e intercambios en buena parte del continente con organizaciones clandestinas, sindicatos y asociaciones de exiliados, hasta la elaboración de sus incendiarios documentos y comunicados políticos al calor de la revolución de 1848 (entre los que se destaca elManifiesto Comunista, escrito a pedido de la Liga en la que participaba junto con Engels, y cuyo antecedente había sido el Comité de Correspondencia Comunista), puede decirse que su formación estuvo signada por el vínculo estrecho con -y el aprendizaje a partir de la experiencia vital de- las organizaciones y movimientos en lucha en toda Europa.

Sería infructuoso reseñar en detalle su abultada producción teórico-política, pero vale la pena recordar algunos de sus principales materiales y momentos de intervención, para dar cuenta de la importancia que siempre tuvo el estudio y la formación para Marx. No podemos dejar de mencionar las Tesis sobre Feuerbach, temprano borrador de 1845 cuya extensión es inversamente proporcional a su densidad filosófica y política, en la medida en que condensa en unos pocos párrafos una caracterización profundamente revolucionaria respecto del conocimiento de la realidad, y postula como criterio de verdad a la praxis, la cual presupone una unidad indisoluble entre reflexión y acción, así como el papel activo y dinámico que tienen los sujetos tanto en la comprensión como -sobre todo- en la transformación del mundo. A su vez, textos pedagógicos y de amplia difusión popular bajo el formato de folletos, como Trabajo asalariado y capital o Salario, precio y ganancia, son en realidad conferencias que fueron pensadas para el esclarecimiento teórico y la batalla política, en el seno de las organizaciones de base de trabajadores y activistas que el propio Marx frecuentaba. Su obsesión por lograr que la clase obrera pudiese acceder a los sucesivos tomos de El Capital a través de su desdoblamiento en fascículos sueltos divulgados a precios populares -tal como deja traslucir en más de una carta intercambiada con Engels y con su editor- tiene la misma vocación formativa.

Asimismo, dentro de la Asociación Internacional de los Trabajadores (AIT), una de las propuestas que supo impulsar fue la de una investigación “de la situación de la clase obrera en todos los países, llevada a cabo por la clase obrera misma”, donde uno de los puntos más relevantes era la educación del proletariado en términos mentales, físicos y tecnológicos, es decir, desde una perspectiva integral.Sumamente entusiasmado por concretar esta propuesta redactada en 1866 (no casualmente, escasos meses antes de que salga a la calle la primera parte de El Capital), Marx expresará que “al iniciar tan gran obra, los obreros mostrarán que son capaces de tomar sus destinos en sus propias manos”. En efecto, poco tiempo atrás, en ocasión del nacimiento de la Asociación Internacional de los Trabajadores, ya había escrito en su Manifiesto Inaugural que “la clase obrera posee un elemento de triunfo: el número. Pero el número no pesa en la balanza si no está unido por la asociación y guiado por el saber”.

No está de más recordar que otro texto imperecedero de Marx, publicado luego bajo el título de La guerra civil en Francia, fue en rigor un documento político redactado por él a pedido del Consejo General de la AIT (de hecho, sus integrantes fueron quienes firmaron como “autores” colectivos la primera edición de este material), con el propósito de brindar una lectura desde el punto de vista de la clase trabajadora, acerca de los sucesos ocurridos en París durante la instauración de la Comuna entre marzo y mayo de 1871, a tal punto que las diversas ediciones en inglés y en otras lenguas -por lo general como folleto- fueron vendidas entre los obreros a precios reducidos y se agotaron rápidamente. Es interesante destacar que el interrogante teórico-práctico que obsesionó a Marx durante casi dos décadas (¿con qué sustituir al Estado burgués tras la conquista y destrucción del poder político a través de una revolución?), no pudo ser respondido por él en términos intelectuales o eruditos, sino que fueron las y los desposeídos parisinos que osaron “tomar el cielo por asalto”, quienes resolvieron este enigma y le enseñaron a Marx -a partir de su experiencia colectiva y sin receta alguna- la forma política “al fin descubierta” que debía asumir el autogobierno popular luego de la desarticulación del poder estatal y capitalista.

Ya en su última década de vida, además de insistir en la necesidad de entender y analizar a las sociedades a partir del principio epistemológico de la totalidad (que implica concebir al capitalismo como un sistema, no disociando por tanto, salvo en términos estrictamente analíticos, las diferentes y complementarias relaciones de opresión, dominio y resistencia que lo constituyen como tal), Marx confrontará con aquellas corrientes que, como la liderada por Lasalle en Alemania, pregonaban la posibilidad de construir el socialismo de manera gradualista y desde el Estado. Conocido como “Crítica al Programa de Gotha”, este manuscrito póstumo redactado en 1875 cuestiona de manera radical los núcleos principales de un programa político que, elaborado en el marco de la unificación de las dos principales organizaciones obreras alemanas, se encontraba en las antípodas de su concepción revolucionaria. Frente a la sugerencia de los lasalleanos de subsumir toda propuesta de trabajo cooperativo y de educación popular a la lógica estatal, Marx responderá indignado: “Eso de ‘educación popular a cargo del Estado’ es absolutamente inadmisible. ¡Una cosa es determinar, por medio de una ley general, los recursos de las escuelas públicas, las condiciones de capacidad del personal docente, las materias de enseñanza, etc., velar por el cumplimiento de estas prescripciones legales mediante inspectores del Estado (…) y otra cosa, completamente distinta, es nombrar al Estado educador del pueblo! (…) es, por el contrario, el Estado el que debe recibir del pueblo una educación muy severa”.

Unos años más tarde, retomará con mayor fuerza aquella vocación por la formación, el estudio y la investigación militante, a través del diseño y la difusión de una “encuesta obrera”, que tenía por propósito el indagar en la situación de explotación que padecía la clase trabajadora europea, pero también conocer sus condiciones de vida y reproducción más allá de la fábrica, así como sus formas organizativas y sus repertorios de lucha. Elaborada en 1880 para que sean los propios trabajadores quienes la implementen en sus ámbitos laborales, llegó a contemplar más de 100 preguntas, la mayoría de las cuales eran interrogantes “generadores”, que buscaban fomentar, a partir de su lectura y el debate colectivo que disparaban, un proceso de desnaturalización y cuestionamiento de la situación padecida, en paralelo a la autoconsciencia por parte de los obreros mismos, de su potencialidad como clase revolucionaria y con intereses antagónicos a los de la burguesía.

Este viejo Marx se encargará incluso de fustigar, junto con Engels, a la dirigencia socialdemócrata alemana que por aquel entonces ya dejaba traslucir su tendencia a la burocratización y comenzaba a denostar la capacidad de las y los trabajadores de liberarse del yugo capitalista sin tutela alguna. En una extensa y premonitoria carta, denunciarán a quienes consideran que “la clase obrera es incapaz de conquistar por sí misma su propia emancipación” y consideran que “para lograrla debe ponerse bajo la dirección del burgueses ‘cultos y pudientes’, los únicos que poseen el ‘tiempo y las oportunidades’ para informarse de lo que es bueno para los obreros”. A contrapelo de esta concepción paternalista y vertical, dirán: “Cuando se constituyó la Internacional, formulamos expresamente el grito de combate: el emancipación de la clase obrera debe ser obra de la clase obrera misma. Por ello no podemos colaborar con personas que dicen que los obreros son demasiado incultos para emanciparse por su cuenta y que deben ser libertados de arriba por los burgueses y pequeños burgueses filántropos”

El 14 de marzo de 1883 su vida se apagará definitivamente. A partir de ese momento, las querellas e interpretaciones en torno a su legado y herencia serán una constante en el seno de las izquierdas (e incluso por fuera de ellas). Quizás previéndolo, el viejo Marx supo responder de manera irónica: “lo único que sé es que no soy marxista”. Sabias palabras éstas frente a quienes pretendían hacer de su pensamiento y su praxis revolucionaria un nuevo dogma al margen de todo tiempo y espacio.

Por ello lo fundamental es no vislumbrar a Marx ni al sin fin de grandes revolucionarios/as (desde Lenin y Gramsci a Rosa Luxemburgo, de Mariátegui y Amilcar Cabral al Che Guevara) como iluminados/as y sabelotodos/as que esclarecieron y guiaron a organizaciones y pueblos “ignorantes”, carentes de conciencia por sí mismos/as y meros/as ejecutantes de una estrategia que les era incorporada “desde afuera”. Si bien en todos los casos tuvieron un papel destacado en sus respectivos procesos revolucionarios, vale la pena recordar una de las tesis sobre Feuerbach escrita precisamente por el joven Marx, que criticaba aquellas lecturas unidireccionales que olvidan que “el educador a su vez debe ser educado”. De ahí que quizás sea más equilibrado afirmar que fue la praxis colectiva y el devenir histórico-político dentro del cual se situaron con creatividad y audacia en tanto aprendices-sistematizadores/as (o educadores-educandos), lo que les permitió destacarse como dirigentes e intelectuales revolucionarios/as a cada uno/a de ellos/as en los proyectos donde intervinieron.

A pesar de la indudable centralidad que han tenido estos/as referentes del marxismo en impulsar y sostener iniciativas de producción de conocimiento, investigación militante y educación popular liberadora, resulta imprescindible resituar -comenzando por el propio Marx- tanto sus liderazgos como los aportes teórico-prácticos que han generado, en el marco de procesos y sujetos de carácter colectivo, así como en función de una constelación de luchas e iniciativas emancipatorias, que constituyeron las verdaderas escuelas en la que se forjaron como intelectuales orgánicos de los pueblos.

El estancamiento del pensamiento crítico y la dogmatización han sido un peligro constante en los diferentes proyectos revolucionarios encarados por las fuerzas de izquierda, y hoy cobra nuevos bríos como tendencia en la actual coyuntura que vivimos. Acudir nuevamente a autores, corrientes, matrices de análisis e itinerarios de trastocamiento del orden social y político, que en algún contexto u época diferente quizás prosperaron o resultaron viables para caracterizar y transformarotra realidad, se torna una tentación difícil de escamotear y nos ahorra el ejercicio de pensar y actuar con cabeza propia, a partir del estudio riguroso y situado del propio territorio y desde el tiempo histórico que pretendemos revolucionar.

Como es sabido, la historia no se repite salvo como tragedia o como farsa. Por ello, frente al seductor recetario de manuales y esquemas abstractos en estos momentos sombríos donde prima el desconcierto y el desarme teórico, el planteo de Mariátegui de no calcar ni copiarconstituye un faro estratégico, desde ya sin que esta consigna implique partir de cero, pero sí cepillando a contrapelo y asumiendo la necesaria actualización y revitalización crítica de los aportes de Marx.

Ludovico Silva, uno de los intelectuales venezolanos más potentes para formarnos de manera des-manualizada, solía decir que “si los loros fueran marxistas, serían marxistas ortodoxos”. Por cierto, es sobre la base del análisis concreto de nuestra realidad específica -en la que finalmente actuamos e intervenimos a diario- que podemos traducir y (re)elaborar conceptos e ideas, así como construir una estrategia revolucionaria acorde a los desafíos que nos depara nuestro presente. No se trata, en suma, de “aplicar” esquemas o categorías prefabricadas, ni de concebir a la obra de Marx como un sistema acabado o un conjunto de verdades irrefutables, sino de recrear sus presupuestos y basamentos, a partir de su confrontación con la cada vez más compleja realidad en la que estamos inmersos. Pero a no dudarlo: Marx tiene todavía mucho que enseñarnos como “maestro de vida”.

Fuente: http://www.zur.org.uy/content/las-ense%C3%B1anzas-de-marx-educaci%C3%B3n-popular-y-formaci%C3%B3n-pol%C3%ADtica

 

 

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La formación del pensamiento crítico

24 de mayo de 2017 / Fuente: https://compartirpalabramaestra.org

Por: Jairo Hernando Gómez Esteban

La formación, entendida como la construcción de sí mismo, no puede ser indisociable del pensamiento crítico dada su naturaleza creativa y propositiva.

Formación y crítica son dos palabras que de tanto usarse -y abusarse- en los diversos contextos educativos, han terminado por quedar despojadas de su significado original y su verdadero sentido social y político. No obstante, en un país ad portas de un posconflicto armado, dichas categorías como propósitos fundamentales de la educación, requieren urgentemente ser retomadas y puestas en perspectiva histórica.

Siguiendo a Gadamer, la formación se puede entender como la construcción de sí mismo, como el proceso mediante el cual no sólo llegamos a ser lo que somos, sino también, de cómo llegamos a ser lo que aún no somos. Y en ese hacernos a nosotros mismos, en esas perpetuas natalidades cotidianas, las tensiones entre el sujeto que se está formando y el formador que quiere ‘moldearlo’ y ‘adiestrarlo’ a su propia visión de mundo no se hacen esperar, sembrando, sin proponérselo, la primera semilla del pensamiento crítico. Pero dicha actitud crítica no sólo surge por oposición y resistencia al formador -y en general a cualquier forma de poder- que insiste en encasillarlo a como dé lugar en una visión de mundo predeterminada, sino también como un ejercicio de la voluntad y de la imaginación creadora.

La formación se puede entender como la construcción de sí mismo, como el proceso mediante el cual no sólo llegamos a ser lo que somos, sino también, de cómo llegamos a ser lo que aún no somos.

La construcción de sí mismo sólo es posible a partir del despliegue de todas nuestras potencias vitales, de tener las condiciones materiales y culturales para promover el desarrollo potencial de los individuos, en despertar y activar aquéllas funciones que, siguiendo a Vygotsky, estarían en la zona de desarrollo próximo e incluirían no sólo las que se encuentran en proceso de maduración biológica, sino, principalmente, las características históricas en que se hallan los sujetos en formación. Entendida así, la formación es exactamente lo contrario al desarrollo de competencias, las cuales están focalizadas exclusivamente en “el saber hacer en contexto” con una connotación predominantemente instrumental y centradas en lo que hace el sujeto, y no en lo que potencialmente haría en otras condiciones menos institucionalizadas y normatizadas. Este énfasis en las potencias del sujeto permite no sólo confrontar y cuestionar las diversas formas que adopta el poder, y, en consecuencia, decidir cómo, por quién y en nombre de qué principios ser educado y gobernado, sino también darse cuenta de que la única forma de verificar el cumplimiento de las promesas consigo mismo, de la fidelidad a los acontecimientos que lo han configurado y transfigurado, de las diversas posiciones que han tenido sus trayectorias vitales, sólo es posible mediante la autoconfrontación y la reflexividad, el autoexamen y la introspección; es decir, mediante la crítica de sí mismo.

Y es que la construcción de sí mismo implica someter a crítica los criterios que orientan nuestra acción, nuestros modos de existencia, nuestro horizonte ético y político; y en dicha crítica es preciso diferenciar entre el lenguaje propio de la cultura de masas, triunfante, homogeneizante, instituido, que se arma y se desarma dentro de los dominios del poder, porque es el lenguaje de lo mismo; y el lenguaje del cuestionamiento, la paradoja y la ironía que toma distancia y se diferencia. La crítica de sí mismo no puede escamotear estas dos clases de lenguajes porque, dependiendo del uso que hagamos de los dos, se revelará no sólo nuestras relaciones significantes con el poder, sino las formas como nos relacionamos, de crearnos y recrearnos a nosotros; es decir, que la crítica de sí mismo se constituye en la verdadera estrategia de evaluación de cualquier proceso de formación.

Reconocer que el pensamiento crítico no sólo es inherente sino coadyuvante del proceso de formación, implica que los formadores asuman las resistencias y las oposiciones, la imaginación y la voluntad de sus aprendices como mecanismos de autoformación y autocreación de sí mismos y de otros mundos posibles.

Ahora bien, dependiendo de la forma como utilicemos estos dos lenguajes -el del poder y el del sujeto en formación- surgirán nuevos lugares de encuentro, se construirán nuevas intersecciones; en fin, se creará una comunidad que acepte cambios en las formas de regular el poder entre géneros y generaciones, la elaboración creativa de formas alternativas de conocimiento, que comprenda que otras formas de organización social son posibles a partir de pactos sociales cooperativos, asociativos y morales que permitan apuntalar la democracia, que restituya la posibilidad real de crear instituciones y acciones colectivas a partir de la reciprocidad mutua, la asociación voluntaria, la solidaridad, la autosuficiencia económica y alimentaria; en otras palabras, en asumir el pensamiento crítico como uno de los ejes fundamentales sobre los que debe descansar cualquier proceso de formación, entendiéndolo como un pensamiento propositivo y alternativo al consumismo, productivismo y economicismo tan propios del espíritu de esta modernidad tardía.

En síntesis, reconocer que el pensamiento crítico no sólo es inherente sino coadyuvante del proceso de formación, implica que los formadores asuman las resistencias y las oposiciones, la imaginación y la voluntad de sus aprendices como mecanismos de autoformación y autocreación de sí mismos y de otros mundos posibles, como herramientas de autocomprensión y autoexpresión en busca de su propias verdades, y, por supuesto, como estrategias de confianza, solidaridad y reciprocidad, absolutamente imprescindibles en la construcción colectiva de la paz.

Fuente artículo: https://compartirpalabramaestra.org/columnas/la-formacion-del-pensamiento-critico

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6 de cada 10 mexicanos consideran que los niños en México no saben argumentar o ser críticos

México/15 de Mayo de 2017/Animal Político

Una encuesta de Parametría señaló que 8 de cada 10 mexicanos quieren que cambie la forma en que se educa a los niños en las escuelas.

Seis de cada 10 mexicanos consideran que los niños en México tienen “poca” o “nada” de habilidad para saber argumentar o ser críticos, indicó una cuenta nacional de vivienda aplicada por Parametría. 

Ante esa situación, ocho de cada diez mexicanos (81%) consideran que es necesario cambiar la forma en que se dan clases en México.

En menos de un año, subió 16 puntos porcentuales la cantidad de gente que quiere un cambio en la educación, para que los niños sepan ser críticos y defender sus argumentgos. “En la encuesta anterior realizada en julio de 2016, el 65% consideraba que era importante cambiar la forma de enseñanza en el país”, apuntó Parametría.

 

 

 

 

 

 

 

 

El pasado 13 de marzo, la Secretaría de Educación Pública (SEP) presentó el nuevo modelo educativo, cuyo objetivo es que todos los niños y jóvenes tengan un acceso equitativo y reciban una educación integral de calidad.

Esto es relevante, indica Parametría, ya que en el ciclo escolar 2015 – 2016 había en educación básica (preescolar, primaria y secundaria) un total de 23,334,603 alumnos inscritos en escuelas públicas, y 2,563,033 en escuelas privadas, según datos del Sistema Educativo de la República Mexicana .

En la encuesta, Parametría destaca que si bien un 81 % de personas entrevistadas consideran crucial modificar la enseñanza, la cifra aumenta en 85% entre las personas que tienen hijos en edad escolar.

“El tema de la calidad de la educación no sólo ha permeado en la población en general, sino de manera más importante entre aquellos entrevistados que tienen hijos en la escuela”, señala la encuestadora.

Uno de los ejes del nuevo modelo educativo está enfocado en desarrollar nuevas capacidades y habilidades en los alumnos, tales como: expresarse correctamente, aprender a resolver problemas o saber argumentar y ser críticos.

De acuerdo con la encuesta, 6 de cada 10 mexicanos consideran que los niños en el país tienen “poca” o “nada” de habilidad para saber argumentar o ser críticos (63%); para hablar en público (62%); para expresarse correctamente de manera escrita y al hablar (62%), y  para resolver problemas (60%).

Además, la mitad de los entrevistados (49%) dijeron que los niños no confiaban en sus capacidades y el 56% mencionó que tenían “poco” o “nada” de interés en cuidar su medio ambiente y entorno. Son temas que se pretende mejorar, de acuerdo al plan de trabajo del nuevo modelo educativo.

Es importante mencionar que, a pesar de que los entrevistados fueron formados en un modelo educativo distinto al que hoy se propone, la mayoría (86%) está de acuerdo con que es mejor enseñar a los niños a pensar y defender sus argumentos. Nuevamente este porcentaje aumenta entre la población con hijos en edad escolar donde llega al 90%.

 

En conclusión, al igual que en el tema de la evaluación de los docentes, la mayoría de los mexicanos considera que es necesario cambiar la forma de enseñanza en México.

Los entrevistados coinciden en que los alumnos del país no cuentan con las herramientas y habilidades necesarias que permitan tener un mejor desarrollo personal, que impacte en su vida profesional.

Fuente:   

Parametría. Encuesta en vivienda. Representatividad: Nacional. Número de entrevistas: 800 encuestas realizadas del 22 al 28 de abril de 2017. Nivel de confianza estadística: 95 %. Margen de error: (+/-) 3.5 %. Tasa de Rechazo: 8%. Diseño, muestreo, operativo de campo y análisis: Parametría SA de CV. Método de muestreo: Aleatorio sistemático con probabilidad proporcional al tamaño. Unidad de muestreo: Las secciones electorales reportadas por el INE. Población objetivo: Personas de 18 años en adelante con credencial para votar que al momento de la entrevista residan en el lugar de interés.

Animal Político. Niños que sí aprenden, mejores escuelas y nuevas materias: así es el nuevo modelo de la SEP. Última consulta: 10 de mayo de 2017] Disponible en:  http://www.animalpolitico.com/2017/03/modelo-educativo-sep/

Secretaría de Educación Pública. Estadística del Sistema Educativo República Mexicana. Ciclo Escolar 2015-2016. Última consulta: 10 de mayo de 2017] Disponible en: https://goo.gl/qoa7kg

 

Fuente: http://www.animalpolitico.com/2017/05/mexicanos-ninos-clases-educacion/

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Critical Thinking: aprender a cuestionarse la información

03 de mayo de 2017 / Fuente: http://blog.tiching.com

Por: Ingrid Mosquera Gende

Continuando en la línea de mi anterior post sobre gamificación, hoy deseo poner en cuestión la novedad del llamado Critical Thinking. De nuevo, en vez de juego, gamificación, en vez de correr, running…. pero, en este caso, ¿qué es lo que teníamos en vez de Critical Thinking? ¿y en qué consiste el Critical Thinking?

Desde hace años, se viene indicando la necesidad de que los alumnos aprendan a aprender, hace ya mucho tiempo que la información está en la red, disponible para todos y, por lo tanto, no resulta tan importante el contenido cómo la forma de acceder a él y la capacidad de distinguir lo fundamental de lo accesorio, lo real de lo inventado o las fuentes fiables de las no fiables. Es decir, el estudiante tiene toda la información en internet, pero debe saber buscarla, discernir y decidir sobre su relevancia, para ser capaz de escoger la adecuada, de un modo crítico.

El Critical Thinking, o pensamiento crítico, supone el desarrollo de diferentes habilidades en los alumnos, entre otras, ser capaz de:

  • Analizar
  • Reflexionar
  • Formular preguntas
  • Discernir la fiabilidad de fuentes
  • Definir
  • Explicar
  • Decidir

En esta ocasión, no considero que se esté añadiendo gran contenido a una idea ya existente. Creo que se le está dando un nombre anglosajón, lo que lo hace más atractivo, y pienso que, quizás, en este caso, para lo que sirve esta nueva metodología es para aunar y aglutinar diferentes ideas y pinceladas que se encontraban presentes en la mente de muchos docentes, sin llegar a conceptualizarse y sistematizarse.

Además de eso, estimo que la aportación más interesante del Thinking hace referencia a ofrecer ideas sobre cómo desarrollar esa actitud crítica y esa reflexión en nuestros estudiantes desde el aula. En este sentido, algunas indicaciones al respecto suponen que el profesor debe:

  • Promover la reflexión con preguntas abiertas y hacer que los alumnos se cuestionen el contenido. No hay que creer todo lo que se lee y no todo lo que se nos explica tiene que ser blanco o negro, existen tonos intermedios. Mediante actividades de búsqueda de contenido, por ejemplo, se les puede ayudar a distinguir entre la objetividad y la subjetividad en las informaciones, así como a discernir su relevancia y la fiabilidad de las fuentes.
  • Crear un ambiente motivador en el que el alumno desee aprender, despertando su interés e incentivando su curiosidad, al mismo tiempo que se fomenta su creatividad e imaginación.
  • Conducir a los alumnos hacia su propio aprendizaje, favoreciendo su autonomía y actuando como intermediarios y no como transmisores de contenido, como guías hacia la construcción de su propio conocimiento.
  • Colaborar en el autoconocimiento de los alumnos, ayudándoles a aprender a aprender y a aprender a pensar. No todos los estudiantes tienen los mismos estilos de aprendizaje ni las mismas estrategias o técnicas. Debemos ayudarles a encontrar su propio camino hacia el aprendizaje. Al mismo tiempo, desarrollarán los sentimientos de empatía y tolerancia, implementando la colaboración y la cooperación entre los estudiantes, así como su capacidad de superación de la frustración y del estrés, mediante el autoconocimiento, destacando la importancia de ser positivo y abierto ante nuevos retos y dificultades que se les presenten en la vida, tanto personales como laborales.

Como ejemplos concretos para el aula, se aportan, entre otras, ideas como:

  • Contrastar noticias actuales procedentes de diversos medios, viendo distintos programas de televisión o escuchando diferentes programas de radio – para comparar puntos de vista y enfoques.
  • Establecer debates sobre temas de actualidad e interés para los alumnos – para promover la tolerancia, la empatía, el debate, la escucha activa y el respeto por opiniones diferentes a las propias.
  • Analizar páginas web y otras fuentes – comparando referencias, siendo capaces de valorar su importancia y credibilidad.
  • Definir términos y presentar contenidos oralmente por parte de los alumnos – para crear y construir un contenido propio de calidad, aportando ideas, redactando y explicando de forma adecuada, sea por escrito o de forma oral.
  • Preparar preguntas de examen por parte de los estudiantes – para involucrarlos en su propio aprendizaje, haciéndolos partícipes del mismo, promoviendo la autoevaluación y la valoración del contenido proporcionado, distinguiendo lo principal de lo secundario.
  • Analizar imágenes, fotos o lenguaje no verbal – para desarrollar diferentes estilos de aprendizaje y conocer diferentes estrategias de estudio, acercándoles el arte y haciéndoles conscientes de que el aprendizaje no solo se produce a través de la palabra.
  • Usar metodologías como el aprendizaje cooperativo, la clase invertida, la resolución de problemas o el aprendizaje por proyectos – para fomentar el diálogo, el debate, el aprendizaje por descubrimiento y la autonomía.

Creo que el fin último de cualquier metodología hoy en día debe ser la autonomía. Esa es la pieza fundamental que falta en el puzzle, los alumnos de hoy estudian para profesiones que aún no existen. Por lo tanto, no deberían estudiar para ellas, deberían prepararse para ellas, prepararse para lo impredecible y lo novedoso, sin hundirse al enfrentarse a nuevos retos y a adversidades. Eduquemos a los alumnos para la vida real, una vida que aún no sabemos cómo va a ser, eduquémoslos y preparémoslos para lo impredecible y proporcionémosles las herramientas para un aprendizaje continuo, autónomo y equilibrado.

Fuente artículo: http://blog.tiching.com/critical-thinking-aprender-cuestionarse-la-informacion/

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Libro: Antología del pensamiento crítico nicaragüense contemporáneo

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Antología del pensamiento crítico nicaragüense contemporáneo

Juan Pablo Gómez. Camilo Antillón. [Coordinadores]

Carlos Fonseca Amador. Jaime Wheelock Román. Orlando Núñez Soto. Xabier Gorostiaga. Frances Kinloch. Alejandro Serrano Caldera. Andrés Pérez Baltodano. José Luis Rocha. Sergio Ramírez. Ileana Rodríguez. Erick Blandón. Sofía Montenegro. Victoria González Rivera. Myrna Cunningham. María Teresa Blandón. Manuel Ortega Hegg. Galio Gurdián. Miguel González Pérez. Juliet Hooker. Mario Rizo. [Autores de Capítulo]
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Colección Antologías del Pensamiento Social Latinoamericano y Caribeño.
ISBN 978-987-722-210-4
CLACSO.
Buenos Aires.
Abril de 2017

La presente antología constituye una oportunidad única y hasta el momento inédita en el país de reunir una selección de los principales referentes intelectuales de los últimos cincuenta años.

Organizamos la antología en cinco secciones temáticas. Titulamos la primera “Antiimperialismo, dictadura, revolución”, rúbricas que condensan tres procesos significativos del siglo XX nicaragüense. En esta sección incluimos a referentes intelectuales del país que analizaron las lógicas del imperialismo en la historia nacional y señalaron a la dictadura somocista (1936-1979) —la más extensa de este siglo en todo el continente— como uno de sus principales legados.

La segunda sección se titula “Nación, Estado y cultura política”, temáticas clave en las agendas del pensamiento social nacional y continental. Los autores y las autoras de esta sección llaman la atención sobre la constante imposibilidad de la nación, señalando con ello la ausencia de prácticas mínimamente democráticas a lo largo de la historia nacional.

La tercera sección se titula “Cultura y ciudadanías (post)utópicas”. La alusión a la temporalidad (post)utópica nos sitúa en los quiebres del estatuto de las ciudadanías en distintos momentos de la historia reciente del país.

“Movimientos de mujeres y feminismos” es la cuarta sección, y en ella nos concentramos en mostrar las importantes contribuciones que los movimientos de mujeres y distintas posiciones feministas han hecho al pensamiento social del país.

La quinta y última sección, “Problematizando la nación mestiza: pueblos indígenas, afrodescendientes y campesinos”, brinda una muestra de posiciones antagónicas al mestizaje homogeneizador, tanto en su versión liberal-oligarca, que tiende a la eliminación real o epistémica de las diferencias culturales, como en su versión marxista, que constituyó la diferencia como problematicidad.

De la Presentación de Juan Pablo Gómez y Camilo Antillón.

Para descargar el libro, haga clic aquí:

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Fuente de la reseña:

http://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?id_libro=1222&orden=&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1161

 

 

 

 

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Argentina: Festival por «Otra Educación» en el barrio La Favorita

Argentina/ 25 de abril de 2017/ Daniela Álvarez/ Fotos: Richard Quevedo/ Fuente: http://www.laizquierdadiario.com

Se realizó el sábado y estuvo organizado por el bachillerato popular Violeta Parra.

El festival por una educación “que nos enseñe a pensar y no a obedecer” recorrió las calles del barrio La Favorita.

Hubo sorteos, murgas, folklore, orquestas, juegos, feria, comidas y radio abierta en el festival del bachi, un espacio que nació desde abajo y busca generar otro tipo de educación, una más crítica, democrática y liberadora para las vecinas y vecinos de familias trabajadoras que habitan en los barrios del oeste de la ciudad.

Durante la radio abierta se entrevistó a la docente Paola Vignoni, quien fue sancionada e inhabilitada para trabajar durante un año por la Dirección General de Escuelas, por pensar distinto y criticar las políticas educativas del gobierno. El caso de Paola es un ejemplo de lo que esta escuela popular justamente no quiere y contra lo que lucha: el autoritarismo, el pensamiento único y el maltrato a las trabajadoras de la educación.

También estuvieron presentes Claudia Pechere y Verónica Vignone del programa “Cuestión de mujeres” quienes hablaron sobre el juicio de Soledad Olivera que comienza esta semana y comentaron sobre la importancia de la organización y la lucha de las mujeres para luchar contra todas las opresiones que este regmen ejerce sobre estas.

En este caso, ellas vienen problematizando, entre otras cosas, cómo este sistema desaparece mujeres, tanto a Joahana y Soledad en Lavalle, como a Gisela Gutierrez en el barrio donde se hacía este festival.

Fuente de la Noticia:

http://www.laizquierdadiario.com/Festival-por-Otra-Educacion-en-el-barrio-La-Favorita

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