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Desmontando PISA (1): Giro neoliberal en la concepción de la educación

España / 10 de diciembre de 2017 / Autor: Enrique Díez Gutiérrez / Fuente: Aika

El informe PISA, denominado así por sus siglas en inglés (Programme for International Student Assessment) consiste en la valoración y comparación internacional del alumnado de 15 años mediante la realización de exámenes en las áreas de Lectura, Matemáticas y Ciencias. Esta prueba es realizada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) con la intención, afirman, de “proporcionar a los gobiernos datos relevantes y fiables que les permitan tomar decisiones en materia de política educativa”.

El impacto que ha adquirido este informe tiene que ver con el giro económico neoliberal que se está produciendo en la concepción de la educación a nivel mundial.

Como denuncian intelectuales del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), PISA es un inmenso dispositivo de control que aspira a imponer una perspectiva educativa que nos aleja del reconocimiento de la educación como un derecho y nos aproxima a su interpretación como un bien de consumo. Una concepción de la educación entendida como una ventaja competitiva, en la que cada individuo invierte de cara a su inserción más exitosa en el futuro laboral.

Esta filosofía neoliberal ha irrumpido con fuerza en el escenario del sistema educativo desde finales de los años 80. Proporcionar al mercado trabajadoras y trabajadores adaptados a las exigencias de la producción moderna, se ha convertido, con mucho, en la tarea primordial y la más importante de las funciones atribuidas a la enseñanza, en este “giro neoliberal”. De aquí que el modelo de evaluación adoptado con PISA trata de comprobar la adecuación de los futuros trabajadores y trabajadoras a las exigencias del mercado.

PISA es un dispositivo de control para imponer una perspectiva educativa que nos aleja de la educación como un derecho y nos aproxima a su interpretación como un bien de consumo

Las inversiones en el sistema educativo comienzan a ser pensadas de acuerdo con las exigencias del mercado y su rentabilidad debe ser evaluada conforme a ello. La persona trabajadora “flexible” y “polivalente” constituye así la referencia del nuevo ideal pedagógico. El papel público de la educación como campo de entrenamiento para la democracia y para la ciudadanía democrática se ha pasado a considerar como un despilfarro del gasto público, siendo reemplazado por el punto de vista que la empresa privada tiene de la función de la enseñanza: un campo de entrenamiento para atender las necesidades de las empresas.

Se emprende así una nueva cruzada de reconceptualización del discurso sobre las prioridades de la educación y una nueva retórica sobre los nuevos “desafíos” de nuestra época y los escenarios futuros, siempre con la finalidad de ajustar la educación a las demandas del mercado laboral. Como si los seres humanos se pensaran y definieran únicamente como trabajadores y trabajadoras de la maquinaria laboral. De esta forma se está produciendo una auténtica mutación en la naturaleza y fines de la educación que, de formar ciudadanos y ciudadanas provistos de valores, saberes y capacidades, pasa a subordinarse completamente a la producción de “recursos humanos” para el sistema productivo.

A partir de la década de 1970, se trata de pensar el sistema educativo en términos de salidas profesionales y evaluarlo en función de ello. La problemática de la inserción laboral prevalece sobre la aspiración a la integración social y política de los futuros ciudadanos y ciudadanas. La profesionalización ya no es una finalidad entre otras del tramo final de la escolarización, sino que tiende a convertirse en la principal línea directriz de todas las reformas y las políticas de evaluación educativa.

En este modelo neoliberal, la función social asignada a la educación se centra en su apoyo al crecimiento económico, su aportación a la competitividad empresarial de las industrias, la formación para el trabajo y la capacitación para el desarrollo tecnológico. Estas funciones económicas priman sobre la función de socializar para participar activamente en una ciudadanía consciente y comprometida, transmitir la cultura y desarrollar la personalidad.

El sesgo económico de la OCDE aplicado a educación

Por eso no es de extrañar que estas pruebas estandarizadas se lleven a cabo por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), organismo internacional creado para “maximizar el crecimiento económico” de los países que lo integran.

La OCDE es un organismo económico, con un sesgo muy caracterizado a favor del papel económico de las escuelas. Es a esta institución, con una clara orientación economicista, a la que nuestros representantes políticos han decidido encomendar ser el árbitro global de los medios y fines de la educación y determinar lo que los estudiantes deben saber y las escuelas enseñar, asumiendo el poder de configurar la política educativa, sin debate acerca de la necesidad o de las limitaciones de las metas de esta institución económica.

El informe PISA se centra así fundamentalmente en cambiar las escuelas para “mejorar la competitividad económica”. Tal como también aparece en la actual ley educativa, la LOMCE: el crecimiento económico. Este sesgo hacia el papel económico de la educación, olvida que hay muchos otros aspectos importantes de la educación: el desarrollo artístico, la reflexión crítica, la educación emocional, la participación cívica, la convivencia, etc. Estos aspectos no se tienen en cuenta en PISA, que premia un modelo de estudiante moldeado para el mercado laboral, olvidándose de los verdaderos retos del siglo XXI.

Nuestros representantes políticos han decidido encomendar ser el árbitro global de los medios y fines de la educación a un organismo económico como la OCDE

Es decir, con esta orientación economicista y mercantil que marca la OCDE, el informe PISA no centra la evaluación en objetivos educativos realmente importantes pero que son menos susceptibles o imposibles de ser medidos, pues tiene que cuantificar, reduciendo de esta forma la imaginación colectiva en torno a lo que es o debería ser la educación.

PISA, desde este enfoque cuantitativo económico, es incapaz de valorar lo que plantea Berliner (2003) como objetivo fundamental de la educación: “Deberíamos ser el número uno en el mundo en porcentaje de jóvenes de 18 años que están política y socialmente implicados. Mucho más importante que nuestras puntuaciones en matemáticas y nuestras puntuaciones en ciencia es la implicación de la generación siguiente en el mantenimiento de una democracia real y en la construcción de una sociedad más justa para los que más la necesitan: los jóvenes, los enfermos, los ancianos, los parados, los desposeídos, los analfabetos, los hambrientos y los desamparados. Se deberían identificar las escuelas que no pueden producir ciudadanía políticamente activa y socialmente útil y divulgar sus tasas de fracaso en los periódicos”.

Fuente del Artículo:

http://www.aikaeducacion.com/opinion/desmontando-pisa-1-giro-neoliberal-la-concepcion-la-educacion/

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El Gobierno vasco reconoce su fracaso en el sistema educativo

País Vasco/05 de Diciembre de 2017/abc.es

La Educación se ha convertido en un problema para el Gobierno vasco, testigo indolente del rápido declive académico del territorio. Ni siquiera el último informe PISA, que ha puesto de relieve las dificultades de los alumnos a la hora deresolver problemas en grupo, ha motivado una respuesta firme del Ejecutivo autonómico, regido en coalición por PNV y PSE. Por el contrario, la consejera de Enseñanza, Cristina Uriarte, admitió que la situación no va a mejorar en el futuro próximo, pero subrayó que existe un «importante margen de mejora» en su sistema educativo.

Poco puede rescatar la responsable autonómica del trabajo que ha realizado la consejería de Educación, una de las que más dinero público gasta por alumno en España. El primer síntoma de la decadencia académica del territorio llegó de la mano del informe PISA 2015, que reflejó un preocupante descenso de las notas en Ciencias, Matemáticas y Lectura. De hecho, los alumnos vascos de 4º de la ESO obtuvieron los peores resultados de todo el país en esta última materia. Por otro lado, el ranking de Shanghái sitúa la Universidad del País Vaco (UPV/EHU) en el puesto 492 de la clasificación de los mejores centros del mundo, muy por debajo de la Pompeu Fabra (239), la de Barcelona (268) o la de Granada (302).

La propia Uriarte confesó que es necesario implantar medidas en el ámbito educativo, a cuyos problemas no les ve solución a corto plazo. De hecho, la nacionalista auguró que las futuras evaluaciones «posiblemente recogerán esa necesidad de mejora», pues, a su parecer, los cambios tardarán en surtir efecto.

Euskera, antes que Inglés

La caída libre de las notas en Matemáticas, Ciencia y Lectura coincide con el impulso del gabinete de Íñigo Urkullu a la lengua vasca. En este contexto, el grupo popular en el Parlamento vasco lamenta que la Consejería de Educación haya estado más preocupada por la implantación del euskera en las aulas que por atender a las materias necesarias para aumentar la competitividad de los alumnos. Entre ellas, el inglés, idioma que exigen casi cuatro de cada diez trabajos en la Comunidad Autónoma y que, sin embargo, solo tienen acreditado el 13% de los profesores.

«El panorama es desolador», aseguró a ABC la secretaria general del PP vasco, Amaya Fernández, para la que el Ejecutivo autonómico está «sacrificando» la calidad de la educación para imponer sus ideales políticos. En este sentido, consideró que la administración vasca necesita llevar a cabo una «reforma en profundidad» de su sistema de enseñanza.

Por otro lado, Fernández destacó que su partido ha realizado en las últimas semanas una ronda de contactos con distintas instituciones del sector, desde sindicatos hasta asociaciones de padres, en las que se han puesto de relieve las principales debilidades de la educación en el País Vasco. En este sentido, anunció que su equipo está preparando un documento marco con nuevas propuestas que darán a conocer a partir de enero.

Se trata de un documento de «reflexión y análisis» que recogerá las valoraciones extraídas de las reuniones con los colectivos. Algo que, a juicio de la secretaria general del PP vasco, debería haber llevado a cabo el Ejecutivo de Urkullu, al que acusó de mantener una actitud pasiva ante la crisis: «La consejera está alargando la toma de decisiones -aseveró-. No ha tomado todavía ninguna medida».

Huelgas

El descontento del sector educativo con la gestión del Gobierno vasco va más allá de las protestas por los resultados académicos, tal y como quedó reflejado en la manifestación de profesores de la semana pasada. Más de 26.000 docentes de escuelas e institutos estaban convocados a la marcha, la cual, según los sindicatos, secundó el 70% de los mismos. Tasa que el Ejecutivo redujo hasta el 45,9%. Durante la movilización, los profesionales exigieron a la administración un aumento de la plantilla, así como subidas salariales y disminución de la eventualidad.

En este sentido, los portavoces de las centrales ELA, LAB y Steilas destacaron que el proyecto de Presupuestos presentado por PNV y PSE, no recoge ninguna de las medidas que piden para reconducir la «grave situación» en la que se encuentra el sector. Si no se alcanza un acuerdo, el gremio realizará un nuevo paro general el próximo 12 de diciembre.

Fuente: http://www.abc.es/conocer/abci-educacion-pais-vasco-malos-resultados-201712042133_noticia.html

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César Bona: «a los niños hay que dejarles con hambre de seguir aprendiendo»

España / 3 de diciembre de 2017 / Autor: Redacción / Fuente: El Economista

Bona, considerado como uno de los mejores maestros de España, destaca que hay apoyar y formar a los docentes en materias fundamentales como el trabajo colaborativo, «porque es difícil enseñar algo que no hemos aprendido».

«Es importante que escuchemos a nuestros alumnos, porque es complicado formar a quien no conocemos, y la escuela debe ser el lugar en el que se dé voz a los niños para convertirlos en sujetos activos del cambio». Esta es sólo una de las reflexiones que César Bona, considerado como uno de los mejores profesores de España, ha compartido hoy en Valencia con los 350 docentes y pedagogos que han participado en la 2ª Jornada Pedagógica RUBIO.

Un encuentro en el que se han analizado, de primera mano, modelos y corrientes educativas innovadoras como las que respalda el propio César Bona, que atesora más de 16 años dedicado de lleno a la docencia, por los que fue reconocido en 2015 por el Global Teacher Prize como uno de los 50 mejores educadores del mundo.

Durante su participación en este foro, impulsado por la editorial de los cuadernos didácticos RUBIO, Bona ha explicado que cada niño tiene unas necesidades y hay que respetarlas, sin saturarles. «Tenemos que mantenerles las ganas de volver al día siguiente a la escuela, hay que dejarles con hambre de aprender», sostiene el mediático maestro. Por este motivo, aunque no demoniza los deberes, considera que «hay que evitar que los niños estén horas trabajando en casa, haciendo deberes que luego los maestros no pueden ni corregir por falta de tiempo material».

En este sentido, ha añadido el propio César Bona, «en España somos muy de blanco y negro, y es importante encontrar una zona intermedia. La escuela no puede convertirse en el centro del universo del niño, que tienen que disfrutar de su familia, y la familia de ellos».

Además, a colación de los resultados del último informe PISA, César Bona ha señalado que, aunque no se puede generalizar, la baja capacidad de desarrollar trabajos colaborativos entre los alumnos españoles tiene un claro motivo: «es difícil que los maestros podamos enseñar algo que no hemos aprendido, porque nadie nos ha enseñado» y ha destacado que «hay miles de maestros llenos de ilusión, pasión y muy preparados», y que, en su opinión, «hay que tratar de contagiar en positivo a todos aquellos compañeros que perdieron la ilusión por el camino».

La solución, según Bona, pasa por brindar más apoyo a los maestros y reforzarles, tanto los que están estudiando como los que están en activo, con nuevos conocimientos sobre temas tan importantes como el trabajo colaborativo, el aprendizaje por proyectos o la gestión de las emociones «porque sólo puedes exigir lo que puedes dar. Y para exigir ilusión o comprensión tienes que dar ejemplo, lo otro no es coherente». Eso sí, asegura que la sociedad tiene que «valorar más la labor de los docentes».

Aprender transformando

Por su parte Juan de Vicente, reconocido en 2016 como el profesor más innovador de España, ha mostrado el trabajo que están desarrollando en el IES Miguel Catalán de Coslada, donde hace tiempo apostaron por abrazar modelos pedagógicos diferentes a los establecidos, como el modelo de justicia restaurativa o el de aprendizaje servicio, que ha permitido conectar de manera real la escuela con la sociedad, con la vida.

De Vicente, que ha coincidido con Bona en la importancia de aupar y escuchar al alumnado, ha reflexionado sobre varios puntos importantes para apostar por nuevos modelos de escuela, como el liderazgo directivo, pedagógico y compartido, en el que los estudiantes son el eje central: «nos interesa muchísimo el liderazgo del alumnado. La clave de la transformación de la escuela está en el grado de participación del alumnado».

Al mismo tiempo, ha destacado que hay que lograr que los proyectos sean sostenibles y que para lograrlo es básico lograr generar redes estables de colaboración.

Escuelas del futuro, Col.legi Montserrat y Escola Sadako

Pero los asistentes a esta 2ª Jornada Pedagógica RUBIO también han podido escuchar las voces de dos colegios que han acometido una profunda renovación educativa y que se han convertido en dos ejemplos de la fuerza de la innovación pedagógica en las aulas, como son el Col.legi Montserrat y la Escola Sadako.

Desde el Col.legi Montserrat, la Madre Marta Molinas ha explicado el modelo transformador que han adoptado en su escuela, basado en la aplicación de la teoría de las Inteligencias Múltiples en todos los ámbitos de la enseñanza.

Por su parte, Jordi Mussons, director de Escola Sadako y uno de los impulsores de la Escola Nova 21, ha ahondado en el modelo en el que están trabajando y que está sirviendo de inspiración para multitud de colegios y docentes de toda España, como ha respaldado el propio César Bona durante su intervención.

Una escuela activa, laica, inclusiva, participativa, innovadora y con un proyecto global, que busca despertar en sus alumnos el pensamiento crítico, la creatividad, la colaboración y la curiosidad, así como el sentimiento de compromiso con la ciudadanía.

Y es que en Sadako encontramos ya aplicadas muchas de las tendencias educativas que han hecho de Finlandia un referente, como la generación de espacios para los alumnos pensados para relajarse, el aprendizaje basado en la experiencia (learning by doing) o la aplicación del each one-teach one entre alumnos, porque «a los niños les interesa más el aprendizaje entre iguales, entre ellos, que el que podamos darle nosotros», ha apuntado Mussons.

Para Enrique Rubio, director general de la afamada editorial de cuadernos didácticos RUBIO e impulsor de esta jornada pegagógica, «está jornada es el mejor ejemplo de nuestro trabajo. Estamos satisfechos con la acogida de este segundo encuentro, porque somos una editorial con una clara vocación innovadora que buscamos nuevas maneras de hacer, nuevas maneras de enseñar a los alumnos para lograr que aprendan más y mejor, pero siendo felices.»

RUBIO nace hace más de 60 años de la mano de Ramón Rubio, creador del Método RUBIO, y es la editora de los afamados cuadernos didácticos basados en potenciar la plasticidad del cerebro, a través del desarrollo de las competencias básicas, como la escritura y el cálculo. Desde su fundación, RUBIO ha vendido más de 300 millones de ejemplares de cuadernos, que han acompañado a seis generaciones de españoles. La firma vuelca gran parte de sus esfuerzos en la Fundación Cuadernos RUBIO, una entidad sin ánimo de lucro de carácter educativo, cultural y solidario.

Fuente de la Reseña:

http://www.eleconomista.es/ecoaula/noticias/8772134/11/17/-Cesar-Bona-a-los-ninos-hay-que-dejarles-con-hambre-de-seguir-aprendiendo.html

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El docente, eje del debate educativo.

Por: Julian Stratenshulte.

La última entrega del Informe PISA ha vuelto a sacar los colores a España. En este caso, por la poca capacidad de nuestros docentes para trabajar en equipo, en comparación con los resultados obtenidos por otros países miembros de la OCDE.Y aunque pueda parecer una cuestión menor que no tiene por qué influir directamente en la formación de los alumnos, no hay que olvidar que los profesores son el eje en torno al cual giran los debates del pacto de Estado por la Educación que negocian los principales partidos políticos en el Congreso.

Es cierto que muchos profesores han de enfrentarse a incómodas situaciones en sus centros, debido, en primer lugar, a la pérdida de autoridad en las aulas, en las que resulta casi imposible imponer una mínima disciplina. El continuo cambio legislativo, además, aumenta su insatisfacción, ya que los criterios implementados, que interfieren en sus funciones, son más de naturaleza política que pedagógica. Finalmente, la actitud de muchos padres, cuestionando los métodos didácticos y culpando exclusivamente a los docentes de los malos resultados de sus hijos, contribuye a crear una imagen de desprestigio profesional que desincentiva una labor que tiene mucho de vocacional. Sin embargo, cada vez hay más consenso en la comunidad educativa en que la calidad del profesorado es un factor crítico que se encuentra en el origen de parte de las deficiencias y disfunciones del sistema y que determina necesariamente sus resultados. Urge, por tanto, que las negociaciones parlamentarias aborden sin prejuicios esta cuestión.

Tal y como algunos especialistas han apuntado, es necesario revisar la selección y la forma de acceso del profesorado. En este caso, la implantación de un MIR educativo permitiría, como ocurre en otras profesiones, formar durante años a los candidatos, previamente seleccionados mediante oposición.También están en cuestión los planes de estudios de los que aspiran a ser maestros y profesores, cuyos contenidos tendrían que actualizarse y ampliarse, para reforzar la formación del profesorado. Una formación, que no debería abandonarse a lo largo de la carrera profesional de los docentes.

Coincide también la comunidad educativa en que ha de incentivarse a los profesores y a los centros que mejores resultados obtengan. A pesar de las reticencias de los sindicatos, que no aceptan que una parte del sueldo del profesorado dependa de los objetivos, como ocurre en el sector privado, los docentes que mejor lo hacen deben cobrar más que los que no están interesados en progresar. Para ello, habría que recuperar las inspecciones por parte de la Administración como herramientas de control y vigilancia de la labor de los docentes en el aula. Por último, en la línea de lo que denuncia el Informe Pisa, es fundamental romper el aislamiento de los profesores y promover la colaboración entre ellos, dentro y fuera de los centros

Fuente: http://www.elmundo.es/opinion/2017/11/22/5a148673268e3e776c8b4592.html

Imagen: http://e00-elmundo.uecdn.es/assets/multimedia/imagenes/2017/11/21/15112946816336.jpg

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España: Hacia dónde va la educación

España/ 28 de noviembre de 2017/Autora: Mariam Camarero/Fuente: http://valenciaplaza.com

Resolver problemas en grupo, educación temprana y a lo largo de la vida o las nuevas formas de enseñanza son los retos educativos de los próximos años

Con la llegada de Jean-Claude Juncker a la presidencia de la Comisión Europea, se creó el EPSC (European Political Strategy Centre). Se trata de un “think tank” que depende directamente de él, con el objetivo de proponer ideas innovadoras y hacer prospectiva para lanzar estrategias que puedan ayudar y asesorar al Colegio de Comisarios y al propio presidente de la Comisión.

Desde su creación ha elaborado numerosos documentos y organiza grupos de trabajo sobre los principales temas de actualidad, realizando prospectiva sobre los mismos. En una nota publicada este mismo mes, se abordan las 10 principales tendencias en educación. Merece la pena revisar algunos de los puntos más interesantes.

En primer, se apuesta por la educación temprana, esto es, comenzar la educación preescolar lo antes posible. Investigaciones recientes muestran que tanto desde un punto de vista cognitivo como de desarrollo del carácter y social, una educación desde los primeros años de la infancia beneficia el desarrollo futuro del individuo. Además, la inversión en educación temprana es la más rentable socialmente por su repercusión en la formación del capital humano. La segunda tendencia se situaría en el extremo contrario: el aprendizaje no acaba con la graduación de los alumnos. Dado que es de esperar tener que cambiar de trabajo en numerosas ocasiones durante la vida laboral, se hace cada vez más necesaria la formación permanente, a la que recurren sólo el 11% de las personas en edad de trabajar. Lo que se requiere para conseguir un trabajo cambia continuamente y es necesario adaptarse para mejorar la transición entre un trabajo y otro.

Relacionada con la tendencia anterior, en la actualidad la alfabetización debe ser también digital. Por primera vez en la historia, los más jóvenes están mejor capacitados que sus mayores en una habilidad muy valorada en el mercado de trabajo. Como puede verse en el gráfico superior (que procede de los resultados de PISA en 2012) los jóvenes entre 16 y 24 años son mucho mejores que la media de adultos en la resolución de problemas digitales. Además, los humanos no somos los únicos que aprendemos: también competimos con las máquinas. Existe una rápida tendencia a que los ordenadores realicen trabajos menos rutinarios y más complejos. La adaptabilidad y la colaboración máquina-humano se convertirá en una constante en los trabajos del futuro, en cualquier sector.

También se están produciendo cambios en la formación estandarizada, que si bien fue útil cuando los requisitos de los trabajos que se ofrecían eran más homogéneos, ya no es lo que se requiere hoy en día. Si lo que se valora es el capital humano en sentido amplio, es necesario lograr que cada persona maximice sus capacidades potenciales. Para ello hay que flexibilizar la educación, puesto que lo que puede servir para un tipo de alumno no funciona en otros casos. Dado el valor de la educación, vale la pena intentar enfoques individualizados, que son ahora más fáciles de implementar gracias a las nuevas tecnologías. Por otro lado, la complejidad creciente de los problemas hace necesario que la formación no sea tan especializada y compartimentada, sino que sea multidisciplinar y apoyada en la tecnología, de forma que se conecten diferentes tipos de conocimiento necesarios para entender y resolver los problemas de hoy en día. Éste es el modelo que está funcionando en Finlandia. Olvidemos las manidas frases “yo soy de letras” o “yo soy de ciencias”.

También estos días la OCDE ha publicado un informe derivado de los resultados de PISA que se centra precisamente en evaluar la capacidad de los alumnos para resolver problemas de forma colaborativa. Como pude verse en el segundo de los gráficos, España se encontraría en la parte inferior de la media. Llama la atención que en todos los países, independientemente de dónde se sitúen, las chicas superan a los chicos en esta habilidad.

Otro fenómeno que ha comenzado a extenderse es que la formación no la proporcionan sólo las escuelas y las universidades. Además, llega a los potenciales alumnos en nuevos formatos o combinados con otros ya existentes. Grandes compañías ofrecen formación abierta a todos (la Fundación Telefónica ha lanzado una campaña de alfabetización digital orientada al empleo llamada Conecta Empleo, por ejemplo), mientras que ya es posible matricularse en cursos MOOC (Massive Online Open Courses o cursos online masivos abiertos) en Harvard. Incluso en las universidades presenciales existen asignaturas “flip” (los alumnos estudian en casa con materiales tipo MOOC y van sólo a clase a resolver dudas). En paralelo, en muchas ocasiones la formación superior ya no garantiza encontrar un trabajo que se corresponda con la cualificación obtenida. Puede deberse a que la evolución del mercado de trabajo ha sido rápida y la formación obtenida ya no es suficiente. Pero muy frecuentemente se ha producido una desconexión entre formadores y empleadores, con información incompleta a un lado y a otro. Nuevas herramientas tecnológicas están ya permitiendo a los estudiantes conocer lo que se requiere de ellos o encontrar profesiones más cercanas a sus habilidades o a su personalidad.

Por otro lado, a pesar de que se considera a nuestros jóvenes nativos digitales, no siempre son capaces de actuar con pensamiento crítico y de encontrar la respuesta correcta a ciertas cuestiones. En concreto, saber utilizar los buscadores no garantiza que sepan distinguir una noticia falsa de una verdadera o escoger una fuente de información solvente. Una investigación realizada por profesores de Stanford con una muestra de casi 8000 estudiantes de entre 10 y 22 años, mostró que 8 de cada 10 tenían dificultades para elegir la fuente fiable. Los más jóvenes confundían publicidad con noticias y sólo el 50% de los estudiantes universitarios preguntados (todos ellos de Stanford) fueron capaces de discernir entre dos páginas web, una falsa y la otra científica.

Finalmente, el grupo de asesores concluye que hay que mejorar la calidad de las universidades de la UE27: una vez el Reino Unido consume el Brexit no quedará ninguna universidad de la Unión Europea entre las 25 mejores del mundo. Actualmente 4 son británicas y una es suiza.

Aunque muchos de estos temas están presentes en el día a día de los que nos situamos dentro del sistema educativo, es una buena noticia que el grupo de profesionales que asesora directamente a la Comisión Europea esté haciendo prospección a largo plazo sobre las necesidades formativas y cómo adaptarse a ellas. Sólo anticipándose podrán ser más efectivos en un área donde sus competencias son muy limitadas.

Fuente de la Noticia:

http://valenciaplaza.com/hacia-donde-va-la-educacion

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Los avances de Vietnam en educación

Por: ÁNGEL PÉREZ MARTÍNEZ

Los resultados de los jóvenes de 15 años de Vietnam en las pruebas de PISA contradicen varios de los supuestos que tenemos en Colombia sobre cómo mejorar la calidad de la educación básica y media.

Los puntajes de los estudiantes de 15 años de Vietnam en las pruebas PISA del 2012, cuando se presentaron por primera vez, y del 2015, fueron sorprendentes para ellos, como país, y para el mundo.

Vietnam es un país más pobre que Colombia, con un PIB per cápita menor, cuya inversión en educación por estudiante es baja cuando se compara con los países de la Ocde, con el 34% de su población en edad escolar por fuera del sistema educativo y en ascenso económico, su crecimiento económico es superior a los 7 puntos en los últimos 10 años.

En primer lugar, una breve comparación económica de Colombia y Vietnam. Utilizando el PIB a precios corrientes, el Banco Mundial calcula que la economía colombiana se encuentra en el puesto número 41 (US$282.463 millones) entre 181 países mientras que la economía vietnamita ocupa el puesto 46 (US$202.616 millones). El PIB per cápita de Vietnam es más bajo, la población de Vietnam es de 92,7 millones, para 2016, frente a los 48,6 millones de Colombia. En dólares Vietnam tuvo un gasto público de 53.020 millones (2013), mientras que el gasto público de Colombia fue de 86.837 millones (para el año 2015). El per cápita del gasto público es de US$1.802 (2015) en el caso colombiano y de US$584 (2013) en el vietnamita; el gasto público representa cerca del 29% del PIB para ambos países.

En competitividad Vietnam se ubica mejor, pues está en el puesto 55, mientras que Colombia se encuentra en el 66. En el ranking de innovación Vietnam nuevamente supera a Colombia (puestos 63 y 59, respectivamente). La tasa de desempleo es muy diferente para cada país siendo de 9,2% para Colombia y 2,1% para Vietnam. Así mismo, el gasto educativo de Colombia, para el año 2015, fue de US$13.092 millones, lo que representa el 15% del PIB, mientras que en Vietnam fue de US$9.651 millones, lo que equivale al 19% del PIB. El gasto público per cápita en educación es de US$272 para Colombia y US$108 para Vietnam.

Así mismo, una breve comparación entre los resultados que obtuvieron los adolescentes de 15 años de Colombia y Vietnam, frente al promedio de los países de la Ocde, permite sobresaltar los resultados de los jóvenes de Vietnam en las pruebas de PISA, año 2015.

En ciencias, los jóvenes de 15 años en Colombia obtienen 416 puntos (Vietnam 525 puntos), mientras que el promedio de los países de la Ocde es de 493 puntos; en Colombia los hombres de 15 años se desempeñan mejor que las mujeres con una diferencia estadísticamente significativa de 10 puntos (Vietnam 3 puntos a favor de las mujeres, diferencia no estadísticamente significativa), en los países de la Ocde la diferencia es de 3,5 puntos en favor de los hombres.

En matemáticas los adolescentes de Colombia obtienen 390 puntos (Vietnam 495), frente al promedio de los países de la Ocde que fue de 490 puntos. Los hombres en Colombia se desempeñaron mejor que las mujeres con una diferencia estadísticamente significativa de 11 puntos (Vietnam 3 puntos a favor de las mujeres), mientras que el promedio de los países de las Ocde fue de 8 puntos más para los hombres.

En lectura los adolescentes de Colombia obtienen 425 puntos (Vietnam 487), mientras que el promedio de los países de la Ocde fue de 493 puntos. Las mujeres en Colombia se desempeñaron mejor que los hombres con una diferencia estadísticamente significativa de 16 puntos (Vietnam 3 puntos a favor de las mujeres) y en la Ocde, en promedio los hombres obtuvieron 8 puntos más que las mujeres.

¿Qué ha hecho Vietnam de manera especial para obtener estos resultados? Andreas Schleicher, Director de educación y conocimiento en la Ocde sostiene que hay tres factores clave que contribuyeron a estos logros: i) un gobierno comprometido, donde el Ministerio de Educación tiene un plan de largo plazo para la educación, al que realiza seguimiento permanente y evalúa; ii) un plan de estudios que abarca poco y profundiza mucho, lo cual obliga a los profesores a estar centrados en dicho plan (Schleicher destaca que en las aulas vietnamitas hay docentes con un impresionante nivel de rigor y quienes siempre desafían a los estudiantes con preguntas difíciles), y iii) una fuerte inversión en profesorado, el gasto público que Vietnam hoy destina educación representa más del 20% del total de su presupuesto, en proporción, es más grande que el de cualquier país miembro de la Ocde. Vietnam es pobre, pero prioriza su gasto en educación.

Por último, y quizás la variable más importante para explicar este éxito educativo se relaciona con la disminución de la relación docente-alumno en educación primaria: previo al año 2002 Vietnam tenía una relación más alta que la de Colombia (38,6 contra 30,6, en 1981). Ambos países tienen una tendencia a la baja, pero la de Vietnam, especialmente a partir de 1993, es más fuerte. En 2002 tuvieron la misma relación (alrededor de 26,5). Para 2015 la relación de Vietnam fue 19,2 mientras que la de Colombia fue 23,7, según datos del Banco Mundial.

A manera de conclusión Vietnam ha demostrado que se puede ser pobre y tener calidad en el sistema educativo. Además, el caso de Vietnam evidencia que crecimiento y desarrollo de la educación pueden ir de la mano.

Fuente del Artículo:

http://www.dinero.com/opinion/columnistas/articulo/los-avances-de-vietnam-en-educacion-por-angel-perez/252811

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Japan: Education: Best investment for our future

Japan/November 28, 2017/By:  IKUKO TSUBOYA-NEWELL/ Source: https://www.japantimes.co.jp

Among the 34 nations in the Organisation for Economic Co-operation and Development, Japan has always been among the bottom three when it comes to public spending on education as a percentage of GDP. In 2011, Japan was the worst at 3.8 percent, followed by Slovakia and Italy — against the OECD average of 5.6 percent. Countries that come on top in this category are Denmark, Norway and New Zealand.

Of course, to be fair, the ratio of student numbers to the total population needs to be considered with respect to this data. Japan, in fact, has the second-lowest ratio at 15.5 percent, sitting between Chile, the lowest, and Italy. The OECD average is 22.2 percent.

Looking at the ratio of spending on education to total general government spending, the OECD average is 12.9 percent. Again Japan ranks low, coming in second to last at 9.1 percent, just above Italy at 8.6 percent. At the top is New Zealand with 21.6 percent.

In summary, Japan does not invest heavily in education. This creates financial pressure on households as they try to provide fundamental education to their children, particularly in the underfunded areas of preschool and higher education. Data show that when it comes to household expenditures for pre-elementary school education, the top five spenders are Japan, Australia, South Korea, the United States and Spain. For higher education they are Chile, South Korea, the United Kingdom, Japan and the U.S.

In all of these countries, a large number of households bear heavy financial burden for these two important stages of education.

In the case of Japan, we see that annual government spending per head is quite unevenly distributed — people in their 70s and 80s receive far more, for example, than newborns to 16-year-olds because of the heavy cost of welfare programs such as pensions, medical services and nursing care.

While this lopsided distribution has long been the case, the government is now seeking to shift resources more toward the younger generation. It plans to provide more public funding for preschool education, and Prime Minister Shinzo Abe’s Liberal Democratic Party is considering the introduction of a scheme to ease household costs for higher education similar to the HECS-HELP system in Australia, in which the government issues an interest-free loan on behalf of students to pay tuition fees directly to higher education providers. This loan is subject to indexation but charges no real interest. Students begin to repay the debt once their income is above a minimum threshold.

These are good initiatives, but are they enough? There are other factors that should be considered as well, and one very important issue is class size and diversity of students per class. As far as elementary schools are concerned, countries with the largest class sizes are Chile, with an average of 30.4 students, followed by Japan with 27.9 and Israel with 27.3. The OECD average is 21.2. For junior high schools, the average in South Korea is 34.0, while in Japan it is 32.7 and for Israel it is 28.7. The OECD average is 23.3 students per class.

It must be noted that the numbers for Japan include schools in severely depopulated areas. There can actually be up to 40 students per class in any public school (except for the first grade, where the maximum is set at 35). This means populated areas generally have classes with far more students than the average. This is particularly problematic because these are the areas in Japan where students are more likely to be socio-economically and academically at risk.

In Japan, there are 631,000 students identified as having developmental disabilities in the public elementary and junior high schools. This translates to 2.5 students out of the maximum class size of 40. One out of seven students comes from a household of relative poverty, or 5.7 out of every 40. Among public elementary school students, 13.4 percent, or 5.3 out of every 40, say classes are too easy and boring. Another 15 percent, or six out of every 40, say classes are too difficult and that they have difficulty understanding the content. There are 80,119 non-Japanese students in public or state schools, from elementary to high school, who need intensive Japanese lessons. This is a distribution of 0.3 students per class.

Overall, there is likely to be a considerable range of students in any one large class. Surely this must impact the likelihood of effective teaching.

Reducing class size to increase student achievement has been debated and analyzed for several decades. Smaller class sizes are generally welcomed for allowing teachers more time to spend with each student and less time on classroom management. This means the teacher can provide better teaching, tailored to each student’s individual needs, to ensure maximum success. In this respect, smaller class sizes may be viewed as an indicator of the quality of a school system.

An influential and credible study of the effects of reduced class size is the Student Teacher Achievement Ratio (STAR) study carried out in the U.S. state of Tennessee in the late 1980s. In this study, students and teachers were randomly assigned either to a small class, with an average of 15 students, or a regular class, with an average of 22 students. It was found that a smaller class size increased student achievement by an amount equivalent to about three additional months of schooling over four years. A long-term follow-up survey of participants into adulthood showed that they were about 2 percent more likely to be enrolled in college at the age of 20.

International studies also provide evidence of the positive effect of class-size reduction. Israel, just like Japan, has a limit of 40 students. Researchers there found positive effects from smaller fourth- and fifth-grade classes.

Why then, do we in Japan, continue to maintain a class size limit of 40 when in the U.S., U.K., France and Germany the limit is around 30? Of course, to some extent the answer is related to decisions about the careful use of taxpayer money and considerations that it be used most productively without undue waste. Perhaps, because of historical and cultural factors, it has been easier to have larger classes in Japan. For instance, a Confucian heritage means that teachers are highly respected and easily obeyed, and thus less affected by larger class sizes.

The OECD points out that data from the Program for International Student Assessment (PISA) suggests that high-performing education systems, such as those in Japan and South Korea, prioritize the quality of teachers rather than class size. Catherine Rampell, writing in the The New York Times, also points out that South Korea and Japan, which have some of the highest-achieving students in the world, also have the biggest class sizes. Both of these reports are right and we should be proud of our achievement and the high quality of our teachers. However, even with our Confucian roots, it is growing ever more difficult for a single teacher to meet students’ individual needs in today’s educational contexts.

As far as I am concerned, I would support having my tax contributions spent on providing better educational environments suited to student needs. Why not start by aiming to achieve the OECD’s average number of students per class by limiting class size to 30 students? I do not think I am alone in thinking that one of the best investments for the future is to invest in our children’s education.

Ikuko Tsuboya-Newell is the founder and chair of Tokyo International School. She serves as the International Baccalaureate Japan ambassador and as adviser on revitalization of education commissioned by the Ministry of Education, Culture, Sports, Science and Technology.

Source:

https://www.japantimes.co.jp/opinion/2017/11/26/commentary/japan-commentary/education-best-investment-future/#.Whuxz0qWY2w

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