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Entrevista: El juicio sumario de Bryan Caplan. Un profesor contra el sistema educativo: “Solo sirve para tirar el tiempo y el dinero”

Por: Héctor G. Barnés

“Piensa en todas las asignaturas que has cursado. ¿En cuántas has aprendido algo útil? Las clases que no te van a servir de nada después de graduarte empiezan ya en la guardería”. Estas son las tajantes frases que Bryan Caplan, profesor de Economía de la Universidad George Mason utiliza en la introducción de su último libro, ‘The Case Against Education’ (“Juicio a la educación”), para enmendar la plana al sistema educativo en su totalidad. Una quema de la que solo se libran contadas asignaturas, apenas una quinta parte del total. A saber: en el colegio, aprender a leer y escribir y a hacer cuentas; algo de matemáticas o carpintería en en instituto; y en la universidad, alguna que otra carrera como ingeniería o informática. El resto, paja.

El resto es un absoluto desperdicio, resume el polémico autor, definido en ‘Salon’ como “el próximo gran filósofo de la derecha”. Esa es la palabra que se repite una y otra vez en el libro y en las entrevistas con el autor. “Waste”,“desperdicio”. “Es es mi argumento básico: la educación es un derroche de tiempo y dinero porque gran parte de sus beneficios no provienen de aprender habilidades útiles para el trabajo ni de aprovechar la experiencia educativa”, explica a Sean Illing de ‘Vox’ en una entrevista a cara de perro. “Más bien, lo que pasa es que la gente presume, o como los economistas lo llaman, envían una señal. Intentan impresionar a sus futuros empleadores mostrándoles lo dedicados que son”.

Si estás en un concierto y te pones de pie, verás mejor. Pero si todo el mundo lo hace, todos verán igual de mal. Con la educación pasa lo mismo

El libro ha caído como una bomba en la prensa americana, especialmente a diferencia de la mayoría de críticas sobre el sistema educativo, que suelen centrarse en cuestiones de gobernanza u optimización de recursos, es una enmienda a la totalidad. En la reseña de ‘The Washington Post’, Sarah Carr, editora de ‘The Teacher Project’, decía del volumen que “plantea preguntas importantes, pero más allá de eso ofrece poco más que peligrosa y extravagante ideología disfrazada de análisis de datos creativo”. Caplan se define en todas las entrevistas como un “libertario”, y recuerda que por ello, cree que debe ser el gobierno el que demuestre la utilidad de la educación antes de hacer que los ciudadanos gasten su dinero.

En realidad, ‘The Case Against Education’ es uno de esos libros-síntoma que refleja el espíritu de los tiempos al recoger algunos de los argumentos cada vez más populares en sectores liberales. No es de extrañar, por tanto, que el autor sea un firme defensor de la Formación Profesional frente a la universitaria. “La mentalidad de universidad para todos ha fomentado que se rechace una alternativa realista: la formación práctica”, escribe en el libro. “Toda la formación profesional enseña habilidades laborales específicas, y consiste en aprender haciendo, no aprender escuchando. Las investigaciones, aunque un tanto escasas, muestran que la educación vocacional aumenta los sueldos, reduce el desempleo e incrementa el nivel de éxito escolar”. No es casualidad que en España partidos como el PSOE o el PP hayan abogado por la FP en los últimos tiempos.

Aquí viene el privatizador

Caplan analiza la educación como un producto que se devalúa al dejar de ser exclusiva. Muy ilustrativa resulta la metáfora del concierto que utiliza para explicar por qué la educación universitaria para todos es un problema. Si estás en un concierto y quieres ver mejor, te pondrás de pie: a nivel individual, la educación funciona. Sin embargo, si todo el mundo hiciese lo mismo, lo que ocurriría no sería que todo el mundo tendría una mejor vista… Sino que todo el mundo compartiría la misma (mala) visibilidad. Esto, unido a un diseño del sistema educativo propio del siglo XIX, es según Caplan la razón de que su utilidad es limitada. No sirve más que para “certificar la capacidad de conformarse y ética de trabajo” del futuro empleado. Por eso, niega sus beneficios, pero no anima a nadie a dejar su carrera, porque eso le dejaría en una situación aún peor.

“El éxito académico es una fuerte señal de la productividad el trabajador”. Esa es la verdadera razón por la que se siguen pidiendo carreras

“Nos encontramos en una situación en la que un montón de gente va a la universidad pero muchos no pueden conseguir un buen trabajo cuando acaban”, explica en la entrevista con ‘Vox’. “O consiguen una buena formación, se llenan de deudas y obtienen un empleo mediocre”. Nada que ver, recuerda, con la imagen que se nos vende de la educación, que en teoría proporciona “enseñanza valiosa, habilidades útiles y te recompensa con un buen trabajo”. El problema es que el sistema actual no proporciona ni empleabilidad ni conocimiento o habilidades. No solo eso, sino que lo sabemos y seguimos consintiéndolo porque no hemos sido capaces de encontrar una alternativa.

Mientras tanto, Caplan sugiere que dejemos de financiar con fondos públicos la educación; todo el dinero debería provenir de las matrículas y de la iniciativa privada. No solo eso, sino que también habría que cercenar las becas. La gran paradoja a la que se enfrenta el economista es intentar explicar por qué la educación beneficia al individuo pero no a la sociedad. “El aumento de rentabilidad para los graduados universitarios ha sido de un 73%”, admite. “La clave, sin embargo, no es cuánto renta, sino por qué. La respuesta que se suele dar es que los estudiantes aprenden cosas útiles”. Pero no es así: no se trata de lo que aprendes (“¿trigonometría? ¿arte? ¿música? ¿latin?”), sino de que hacer una carrera demuestra que eres capaz de tragar con todo: “El éxito académico es una fuerte señal de la productividad el trabajador”.

La Universidad George Mason, donde Caplan da clase, es pública. (iStock)
La Universidad George Mason, donde Caplan da clase, es pública. (iStock)

El propio profesor lo reconoce respecto a sus clases. “En lo que concierne a mejorar su rendimiento laboral, no puedo decir que lo haya conseguido con los estudiantes que están en empleos que no me son familiares”, admite en una entrevista con ‘The Chronicle of Higher Education‘ al sugerir que, efectivamente, sus clases de economía no enseñan gran cosa a futuros banqueros o comerciales. La mayoría de sus estudiantes, sospecha, pasan sus años en la universidad sufriendo, conscientes de que no están aprendiendo nada. El problema es que “la gente a la que no le gusta el colegio raramente escribe ensayos sobre lo malo que es”. Un círculo de silencio que le sale muy caro a las administraciones públicas.

Educadores contra la educación

Caplan no está solo, y su opinión se encuentra en línea con la de tantos pensadores liberales –también españoles– que abogan por reducir la financiación pública del sistema educativo. Por lo general, estos parten de la premisa de que es poco eficiente, por lo que aumentar la inversión tan solo sirve para perder aún más dinero: “Soy cínico respecto a los estudiantes, la mayoría son filisteos. Soy cínico sobre los profesores, la mayoría son poco inspiradores. Soy cínico sobre los que deciden, las autoridades de los colegios que controlan lo que los alumnos estudian”, admite el economista en el libro. “La mayoría creen que ya han hecho su trabajo al conseguir que los estudiantes obedezcan”.

El profesor aboga por una separación de Estado y escuela similar a la separación de Iglesia y Estado: “El gobierno debería salir del negocio y dejar que sus clientes y las organizaciones benéficas se encarguen de ello”. No obstante, reconoce que esta no es más que su opinión personal, a diferencia del resto de ideas que defiende en el libro que, según él, están más o menos justificadas por los datos. Todas ellas conducen, una y otra vez, a la idea de que destinar dinero a colegios y universidades es una malísima inversión. Como le cuenta a Illing, gastar menos haría que la educación se quedase igual “pero ahorraríamos un montón de recursos, y la gente podría empezar con sus vidas mucho antes, lo que sería una gran mejora. Hay muchos recursos que estarían mejor en otra parte”.

Las críticas no se han hecho esperar. No solo la de Nassim Nicholas Taleb, que aunque calificaba de “excelente” su argumento, señalaba que pasaba por alto la “convexidad de la prueba y error del aprendizaje heurístico” y retaba al autor a una discusión (algo que ocurrirá el próximo día 23). También la de otros como Peter McCoy de ‘Bloomberg‘, que recuerda que recortar en educación hace que sea “difícil o imposible que los niños pobres o de clase media-baja tengan el mismo acceso del aprendizaje que las familias ricas”. Por su parte, Carr añade que su forma de tratar a los profesores y la educación como un ente único elimina cualquier sutilidad en su análisis. La mayoría, no obstante, coinciden en algo: tenga más o menos razón, Caplan ha sacado a la palestra un tema, el de la razón última por la que las empresas piden títulos universitarios, del que raramente se suele hablar en términos tan descarnados.

Fuente de la Entrevista:

https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2018-04-13/profesor-sistema-educativo-tirar-dinero_1547267/

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Entrevista a Olivier Ayache-Vidal: “Los profesores tienen prejuicios y no están suficientemente formados, es gravísimo”

Francia / 15 de abril de 2018 / Autor: Begoña Piña / Fuente: Público

El director francés, Olivier Ayache-Vidal, reflexiona en positivo y con humor en ‘El buen maestro’ sobre los problemas del sistema educativo en Francia, los prejuicios de los profesores en los colegios del extrarradio y su falta de formación para enseñar.

A mí una profe, cuando entraba por la puerta, me decía directamente: ‘Ya te puedes poner al final a dormir si quieres’. Pues vale, iba y me dormía. ‘Vete al final, duérmete o píntate las uñas, pero déjame hacer la clase’. Y yo aún no había hecho nada”. Eran declaraciones de una joven en riesgo de exclusión social el pasado año, cuando UNICEF alertó del “preocupante abandono escolar” en nuestro país. Aunque 10 puntos por encima de la media europea, el problema existe en otros países. “En Francia cada año 17.000 niños son excluidos de forma definitiva del sistema escolar. Cada día echan de sus colegios a cien niños. ¡Eso es horrible! Los prejuicios de los profesores hacen que los niños tengan menos capacidades”.

Producto en la mayoría de los casos de la procedencia y raza de los alumnos y de su clase social, esa escandalosa desigualdad de oportunidades que existe en la Educación pública en Francia animó a Olivier Ayache-Vidal a investigar durante dos años para rodar posteriormente sus ‘opera prima’, ‘El buen maestro’, una reflexión en positivo del sistema escolar con la que intenta abrir un debate que se materialice en respuestas a esos alumnos.

Protagonizada por el prestigioso actor de la Comédie-Française Denis Podalydès y con la participación de los chicos con los que convivió el director dos años –un grupo de jóvenes debutantes que concede mucha autenticidad y frescura-, la película denuncia el clasismo del sistema y la falta de preparación de los profesores.

Olivier Ayache-Vidal

Olivier Ayache-Vidal, director de ‘El buen maestro’

¿El retrato que hace en su película de la Educación pública, bastante desolador, es el real?

Al 100%. Es exactamente así. He estado más de dos años en el colegio Maurice Thorez de Stains conviviendo con 500 alumnos y 40 profesores. La película me ha costado cuatro años. He estado en un colegio, pero lo he investigado todo, desde el principio hasta el final: los profesores, las instituciones, el ministerio… lo he visto, me he entrevistado con todos. Podría escribir una tesis.

Da la sensación de que el problema más grave de todos es el clasismo, ¿es así?

Sí. Hay tantos problemas hoy en la educación pública, pero el clasismo es grave y es muy difícil de cambiar. El sistema escolar francés es muy clasista. ¡Es espantoso! Y es fundamental que los chicos crean en sus capacidades. En una clase de Psicología se hace un experimento con ratas. Se dice a un grupo de la clase que son las ratas más inteligentes del mundo, mientras que a la otra parte de la clase se le dice lo contrario, que son las más tontas. Y se hace el test con el famoso laberinto. Las primeras lo hacen rapidísimo, las segundas ni siquiera se ponen en marcha. Pero son las mismas ratas. Con una persona pasa igual, así que imagina lo que ocurre cuando limitas desde la escuela a una persona.

La clase social, la zona en la que viven, la procedencia… deciden esa discriminación con los alumnos, ¿algo más?

 Sí, los profesores, los profesores y sus prejuicios sobre la población. La inteligencia es la misma en todos, pero los prejuicios de los profesores hacen que los niños tengan menos capacidades.

¿Cómo se pueden evitar los prejuicios de estos profesionales?

Es un gravísimo problema, pero es que los profesores no están suficientemente formados, además de sus prejuicios. Es como si mañana uno fuera profesor de autoescuela porque es campeón de Fórmula 1, lo segundo no funciona nada para enseñar, para contagiar las ganas de aprender. Lo importante es conseguir que los alumnos, que generalmente no quieren aprender, tengan ganas de hacerlo y crean en ellos mismos.

Son buenos en Matemáticas, pero no saben enseñar…

Eso es. Después de unos años de especialidad, son buenos en una materia, pero no saben enseñarla. Hay que saber hacer que el otro quiera aprender. Los niños no quieren comer verdura, hay que hacerles entender por qué es buena la verdura y ponerla un poco atractiva. Pedagogía.

El profesor de su película enseña Literatura y Lengua, ¿es una reivindicación en un sistema que cada vez desprecia más las humanidades?

Mira, un día estaba al fondo de la clase poco antes de empezar a rodar y de pronto un alumno entra en clase tarde. Llegó tarde y traía una tarjeta con su excusa. El profesor leyó la nota y le dijo que estaba bien, que podía irse. Cuando terminó la clase me acerqué a la papelera donde el profesor había tirado la nota y la recogí, no entendí nada y se lo dije a un grupo de profesores. Les pregunté si el chico era extranjero o si tenía problemas de dislexia o algo así, y me dijeron que no. Era mucho más terrible, tenía quince años y no sabía todavía leer y escribir. ¡Escribía fonéticamente! Al chico le habían enviado al fondo de la clase y habían dejado de ocuparse de él. Es horrible.

Aun así, en su película se advierte la esperanza.

Soy bastante optimista, a pesar de todo, pienso, que no es muy bueno exagerar. Lo que sí hay que hacer es poner el dedo en la llaga, pero no hay que decir que el sistema es una aberración. Se trata de mostrar los problemas y de solucionarlos y creo que cada vez tenemos más medios para hacer esto. Y una clave es formar mejor a los profesores, que estudien Pedagogía además de sus materias.

Pues aquí hay niños que salen del colegio sin saber quién es Calderón de la Barca o Lope de Vega.

Es increíble. Y a pesar de todo esto que es terrorífico, creo que Francia y España también son países con suerte respecto de otros del resto del mundo.

¿Francia es consciente de que ocurre esto con su Educación pública?

Creo que poco a poco cada vez hay una mayor conciencia de lo que está ocurriendo en la Educación.

La sociedad es reflejo de la Educación ¿y al contrario?

También. La Educación que tenemos es la que ha propiciado esta sociedad, así que sí, también es un reflejo. Y en la educación hoy están los colegios del centro burgués, que son elitistas, y los de los extrarradios. Por eso he hecho esta película, porque el cine sirve para ayudar también en estas cosas, para mostrar lo que ocurre, los problemas que hay, desde la ficción con historias en las que pones emociones y humor. Sirve para denunciar cosas y para enseñar a la gente cosas que a lo mejor no conoce bien.

¿Usted compartía los prejuicios de su personaje antes de hacer la película?

No, yo tengo muchos amigos en los suburbios, en el extrarradio, pero he conocido extraordinarios profesores que sí los tienen.

Aquí los profesores tienen miedo de dar clase en ciertos centros, ¿allí?

El primer día tienen miedo y es normal porque los medios de comunicación se pasan todo el año diciendo que los profesores deben tener cuidado. Pero, la verdad es que jamás he visto a ningún profesor salir herido de un colegio. Lo que pasa es que llegan a un centro y ven a los jóvenes con esas vestimentas que llevan, sentados en la escalera… y se asustan.

O sea que ¿los medios de comunicación son una herramienta para incitar a ese clasismo?

Por supuesto, claro que incitan a ello. Tengo un amigo, un burgués del centro de París, que no conocía de nada el extrarradio de la ciudad y un día le llevé al colegio en el que estaba trabajando y al salir me reconoció que no era ni de lejos tan terrible ni tan tremendo como decían todo el día los periódicos y las televisiones.

¿Podría ser una estrategia de los grupos que quieren privatizar la Educación?

Ahí está, pero también hay otras cosas. Y una de ellas, por ejemplo, es la xenofobia. La gente que emigra llega a nuestros países con una enorme energía. Ellos han hecho lo que debían, tenían que salir de donde estaban. Esos niños también quieren vivir y sus padres quieren empujarles hacia arriba y que prosperen, y deberíamos aprovechar su buena energía en lugar de lo contrario. Pero hay que ayudarles, darles las herramientas necesarias y luego ya que hagan lo que quieran, que escojan ellos.

Fuente de la Entrevista:

http://www.publico.es/culturas/entrevista-olivier-ayache-vidal-olivier-ayache-vidal-sistema-escolar-frances-clasista-espantoso-profesores-prejuicios-no-suficientemente-formados-gravisimo.html

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Puerto Rico: Se convierte en Ley la Reforma Educativa

Puerto Rico / 1 de abril de 2018 / Autor: CyberNews / Fuente: Telemundo

El gobernador Ricardo Rosselló Nevares convirtió el jueves en la Ley 85 de 2018 el proyecto que da paso a la implantación de una Reforma Educativa en el país.

En el anuncio estuvo la secretaria del Departamento de Educación (DE), Julia Keleher, quien junto al primer ejecutivo entregó la Medalla Gobernador a los 20 estudiantes que obtuvieron las puntuaciones más altas en el College Board.

“Lo que aspiramos con esta reforma de educación es que jóvenes como ellos tengan más oportunidades”, dijo el mandatario como preámbulo a la firma del estatuto en La Fortaleza.

La ahora ley, que sufrió más de 600 enmiendas en el proceso legislativo, fue aprobada en la Cámara de Representantes y luego el Senado la aprobó con algunos cambios. La medida fue a comité de conferencia y entonces los legisladores concurrieron con las enmiendas senatoriales.

“Con todas estas enmiendas, sin dejar a un lado hacer justicia a los beneficios y sueldos de nuestros docentes, nos dirigimos en el camino correcto hacia el sistema educativo de calidad que merecemos”, sostuvo el mandatario.

El gobernador calificó la ley como “compleja”. Agradeció a los representantes Guillermo Miranda, Rafael “June” Rivera y al senador, Abel Nazario, a los presidentes legislativos y a Keleher.

“Me siento feliz de tener una ley que ahora requiere que el Departamento funcione de manera distinta”, dijo Keleher con voz entrecortada.

El sector magisterial y otros sectores expresaron rechazo a la propuesta, mayormente por las disposiciones de las escuelas charter y el programa de vales educativos. En la discusión también se levantaron cuestionamientos sobre los servicios de educación especial y las garantías de los beneficios de los maestros.

Fuente de la Noticia:

https://www.telemundohouston.com/noticias/puerto-rico/Reforma-Educativa-se-convierte-en-ley-478295073.html

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“Perdimos el tren de la Ilustración y el de la Industrialización. Si perdemos el de la educación seremos el bar de copas de Europa “Entrevista a José Antonio Marina

Europa/España/29 Marzo 2018/Autora: Sandra Vicente/Fuente: El diario la educación

José Antonio Marina habla de los impedimentos para cerrar el Pacto Educativo en una conversación que ataca los problemas endémicos del sistema y del camino que sigue el mundo de la formación para convertirse en un gran negocio privado

El filósofo, pedagogo y escritor, José Antonio Marina, conocido por la Universidad de Padres o por la redacción del Libro Blanco de la Profesión Docente está sentado en un sillón de piel de una sala del Palau Macaya de Barcelona. Nos encontramos poco antes de su conferencia ‘Felicidad y Perfeccionamiento’, dentro del ciclo ‘transhumanismo’ que se celebra en este mismo espacio, organizado por la oficina del Club Roma a Barcelona, ​​conjuntamente con la Obra Social ‘la Caixa’.

Si bien Marina tiene buena parte de su pensamiento dedicado a la ética y el papel de las nuevas tecnologías y la inteligencia artificial, poco hablamos de este transhumanismo que da nombre al ciclo, y la entrevista versa más sobre el Pacto educativo que no acaba de cerrarse y raíz del cual la Universidad Antonio Nebrija le pidió escribir el Libro Blanco sobre el Pacto educativo para que “los cambios surjan de la sociedad civil, y no de los partidos políticos que no han pisado una aula. Que no se note sólo el BOE sino en las escuelas”.

‘Perfeccionamiento y felicidad’ son dos conceptos complejos y ambiciosos. Empezando por el perfeccionamiento, argumenta que este no debe nacer a la esfera política.

Ha habido una equivocación en las administraciones educativas, sean nacionales o autonómicas, de ahora o de hace veinte años. Los políticos piensan que si cambian la ley, cambian la educación, pero esta cambia cuando cambia lo que sucede dentro de las aulas. Muchas veces, desde que se aprueba una ley hasta que llega a la escuela, si es que llega, va diluyéndose por el camino. ¿Qué pasó con la Logse? Era una buena ley, pero no había dinero para ponerla en práctica. Aprobar una buena ley que no se cumple es peor que no aprobarla, porque se machaca una oportunidad de cambio.

La política tiene que acercarse a las aulas y pensando en los que están alrededor que, en primer lugar, son los alumnos. Van a la escuela por influencia familiar, económica y cultural y eso les determina más que el sistema educativo. Debemos cuidar de dónde vienen, pero también quién los atiende. A los profesores y directores de escuela en España nunca se les ha dado importancia. Al igual que a los inspectores: los buenos están muy quemados porque se les usa como policías, para lograr que se cumplan las leyes, cuando deberían ser asesores pedagógicos.

¿Cómo se puede dar impulso al cambio educativo desde la política, pues?

Uno de los problemas de la educación es que en el fondo no interesa a nadie. Cuando miras las encuestas del CIS, entre las preocupaciones de la ciudadanía nunca aparece la educación. Los políticos piensan: si no interesa a los ciudadanos ¿por qué me tendría que ocupar yo?

Si consiguiéramos que la educación apareciera en el CIS durante tres o cuatro meses seguidos, las leyes cambiarían a toda pastilla. Hay una indolencia que se demuestra mirando el Pacto Educativo. No soy pesimista al respecto; de hecho, soy tan optimista que pensé que antes de las elecciones se firmaría una hoja de ruta. Sólo una hoja comprometiéndose a cosas que venían bien a todos los partidos: el PP le convenía porque se decía que no se podía cambiar la Lomce hasta que no hubiera otra ley. En cambio, tenía que ceder y reconocer que era una ley de transición que había que cambiar ya, lo que daba la razón a PSOE y Podemos. Pero al mismo tiempo se les decía que no era suficiente con comprometerse a cambiarla, sino que tenían que hacer una propuesta en firme.

Por lo tanto, la idea era hacer un Pacto Educativo en seis meses; decían que eran pocos pero si yo pudiera encerrar a todos los partidos en una casa en la montaña todo un fin de semana, saldría. Porque está todo más que hablado. Redactando los papeles por el Pacto Educativo analicé por qué no habían funcionado todos los intentos de pacto hasta la fecha y cómo se habían resuelto los problemas en otros países. En cada caso el impedimento ha sido diferente, pero siempre ha habido alguien que se ha levantado de la mesa de negociaciones. Por eso tenía claro que el Pacto no vería la luz, el único que no sabía aún era qué partido lo impediría y por qué.

Vimos filtrar muchísima documentación para dar una base sólida para el diálogo y para que los políticos pudieran hablar pero el asunto se fue dejando. Ahora se ha creado una subcomisión en el Congreso, que me parece un procedimiento completamente inútil, y así estamos de nuevo: sin saber y con todo paralizado. Yo había planteado un Pacto en seis meses y en un año y medio una nueva ley. Pues ya hemos perdido una legislatura, empezaremos otra con la idea del pacto y la volveremos a perder. El problema real es que hay chicos que entrarán y saldrán del sistema educativo en esta precariedad y no lo merecen.

¿Cuáles son los problemas que han estado impidiendo el Pacto?

Temas recurrentes: si la educación pública debe ser toda de gestión pública o si hay espacio para la concertada. Si son las familias, las escuelas o los gobiernos los que deciden los planes educativos. Las discusiones sobre la financiación o qué pasa con la religión. Hasta dónde llega la libertad de los centros. ¿Qué competencias tienen las comunidades autónomas?

Y el profesorado y la dirección son aspectos claves a los que nadie presta atención: la formación de los docentes es imprescindible. En otros países no es un tema que se tenga que debatir porque todo el mundo entiende que la de maestro debe ser una profesión de élite.

Debemos enfrentarnos a estos problemas. El PP dice que no hay dinero para subir la inversión a más de un 4,2% y puede ser incluso que baje al 3,9. Y en cambio Podemos dice que necesitamos un 6 o un 7%. Si no podemos mejorar la educación hasta que llegamos a esa cantidad, dale años. Nosotros creemos que con el 5% podemos tener un buen sistema educativo y es una cifra razonable porque ya la hemos tenido.

José Antonio Marina / Foto: Sandra Vicente

Recogiendo la reflexión de los maestros, parece que no prestamos atención a los protagonistas y solo se habla de educación cuando hay alguna polémica. Cuando toca defender la escuela mucha gente sale a la calle, pero enseguida deja de ser un tema capital.

Con la educación nos pasa como con Santa Bárbara; sólo la recordamos cuando truena. Cuando salen los resultados PISA durante un tiempo no se habla de otra cosa. Nos quejamos un rato de que los maestros no hacen bien su trabajo y nos olvidamos. Cuando hay noticias tristes o negativas relativas a los jóvenes, “¿dónde está la escuela?”. Pregunta recurrente unos días y después no se habla más. Esto es porque no hay interés y no tomamos suficientemente en serio lo que supone la educación para la vida de una sociedad.

Ahora estamos entrando, ya no en la sociedad del conocimiento, sino del aprendizaje, que se rige por una ley implacable: toda persona, empresa, institución o sociedad, para sobrevivir, necesita aprender a la misma velocidad a la que cambia el entorno. Durante mi generación vinieron las nuevas tecnologías y nadie nos preguntó si queríamos aprender; y estas situaciones cada vez se darán más deprisa y tenemos que mantener el aprendizaje a todos los niveles de la vida para no marginar seleccionados.

España perdió el tren de la Ilustración y el de la Industrialización. Si perdemos el de la educación, Barcelona está condenada a convertirse en el bar de copas de Europa. En cambio tiene que luchar por ser la capital científica; este es el camino, aprendiendo todo el tiempo de quien sea. La inteligencia de una nación se mide por la cantidad de dinero que invierte en entrenadores de fútbol y la poca que dedica en grandes maestros.

Parece que cuando se habla de innovación la responsabilidad siempre recae sobre los maestros y no se habla del sistema. Como si los árboles no nos dejaran ver el bosque.

Es un problema porque hay maestros que lo hacen fantásticamente y es muy meritorio pero su acción es muy limitada. Debemos cuidar a estos buenos profesionales para que puedan generar proyectos de grupo a los que podamos apoyar como sociedad. Porque ya hay escuelas que no pueden mantenerse solas y hay empresas que comienzan a comprar centros porque se están dando cuenta de que la educación será el próximo gran negocio.

Según las últimas cifras, en 2015 la formación movió 4,3 billones de dólares. Que es cuatro veces el PIB español y las empresas, que están llevadas por gente muy lista y con mucho capital, se están posicionando para hacerse con ello. Me preocupa mucho ver a alumnos míos, muy brillantes, que con cuarenta años todavía no han tenido nunca un trabajo estable. Y es que ahora las empresas no dan importancia a los títulos sino al proceso educativo. Buscan gente que haya hecho su carrera, que tenga dos años de un grado, dos cursos de no sé qué y que además hayan estado haciendo voluntariado en África.

A priori abandonar la fiebre de las titulaciones no debería ser negativo, pero en el actual sistema académico ¿esto no es demasiado elitista?

Exige muchísimo esfuerzo; no hay un sistema que apoye esta demanda y tenemos una universidad muy estática, casi con autismo. Y los que salen perjudicados son los estudiantes, que no encuentran salidas. Y eso no es problema sólo de la educación universitaria. No hemos sabido organizar y planificar la FP. La educación tiene una falla sistémica de gestión; no hay nadie que se lo tome en serio y hay gente muy poco cualificada para llevar un sistema tan complejo, tanto que escandaliza.

¿Piensa en carteras de educación más tecnócratas?

En educación sí. Debemos fijarnos en lo que hacen en otros países, no tenemos que inventar la rueda. ¿Dónde hay un buen sistema educativo? Inglaterra lo hace muy bien. En Formación Profesional destacan Austria y Alemania. También Finlandia, por supuesto, o Polonia, que ha dado un salto de gigante. Todo el mundo tiene interés en hacerlo bien, pero cuando Méndez de Vigo es nombrado y te dice que no sabe nada de educación pero que está aprendiendo muy deprisa ves que no va bien. Debemos tener gente que venga aprendida de casa.

Volviendo a la pregunta inicial. ¿Cómo se liga todo este perfeccionamiento con la felicidad?

Tenemos que decidir por qué queremos formar las personas. ¿Para que tengan trabajo? ¿Para que sean buenos ciudadanos? Las queremos educar para que sean felices. La felicidad se ha puesto de moda: Coca-Cola tiene su instituto de la felicidad y planteárselo así es una tontería. Queremos que nuestros hijos sean felices, pero ¿qué significa esto? Hay dos dimensiones de la felicidad. Una es la psicológica, que es un estado de ánimo agradable donde me gustaría mantenerme, donde disfruto y no echo nada en falta. Pero cuidado, porque esto es individualista y subjetivo: Jack el Destripador consideraba que lo bonito de la vida era destripar a la gente.

El concepto que encuentro más interesante es el de la felicidad objetiva, que es lo que mide el índice de Felicidad de la ONU, que no tiene que ver con cómo me siento sino en las situaciones que considero óptimas para vivir, que me ayudan a mantener mis expectativas vitales. Una sociedad justa, que ayude a quien lo necesite, no violenta. La educación es la encargada de formar por esta felicidad objetiva y, después, ya nos podemos preocupar de la subjetiva.

Fuente e imagen de la información: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/03/26/perdimos-el-tren-de-la-ilustracion-y-el-de-la-industrializacion-si-perdemos-el-de-la-educacion-seremos-el-bar-de-copas-de-europa/

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Los mercaderes del templo de la educación

Por Emilio Nieves Torres

La aprobación del proyecto 1441 en la Cámara de Representantes evidenció que la prioridad de los legisladores de mayoría es privatizar las escuelas y que los privatizadores puedan hacer negocios con la educación. Esto quedó confirmado cuando el representante del Partido Independentista Puertorriqueño, Denis Márquez, presentó la enmienda de que las escuelas  chárter “no podrán cobrar gastos, mensualidades ni matrícula”. Esta era la oportunidad de los representantes de mayoría para derrotar el argumento de que los que administren escuelas chárter quieren hacer negocios con la educación y tener ganancias. Sin embargo, demostraron que su lealtad es con los privatizadores, no con los niños.

La escuela chárter puede cobrar matrícula, establecer una mensualidad y pedir fondos para mantenimiento, limpieza, libros, equipo, tecnología, entre otros gastos. Es lamentable e indignante escuchar, al gobernador Ricardo Rosselló y a legisladores mercadear al estudiante con una suma de dinero. Convierten a los alumnos en clientes de la empresa.

El proyecto 1441 es la legislación más peligrosa para la educación pública porque deroga la Ley 149 que viabiliza la autonomía escolar, dando paso al marco legal para la privatización de todas las escuelas. Entrega el 10% de las escuelas a las entidades privadas. El otro 90% se mantiene en lista de espera para convertirse en chárter.

El Gobernador y los legisladores que apoyan este proyecto parten de la premisa de que la escuela pública no funciona, no sirve y que hay que implosionarla. Sin embargo, son los mismos que van a las escuelas a entregar medallas, certificados, trofeos y otros regalos en las graduaciones, cuadros de Honor, ferias científicas, olimpiadas de matemáticas, “spelling bee”, oratoria, entre otras actividades en las que celebramos el éxito de nuestros estudiantes de escuela pública. Esta es su mayor hipocresía. Su verdad es que la escuela pública es buena para politiquear y mercadearla.

Lo peor de toda esta legislación es que les quita el poder a las comunidades escolares y se lo otorga a la compañía privada y a la contratista que dirige el Departamento de Educación. Mediante la “Carta Constitutiva” el privatizador logrará que la empresa contratista le garantice sus ganancias, la eliminación de los derechos laborales de los trabajadores de la educación y las diversas modalidades de discrimen y segregación contra los estudiantes.

Los maestros de Puerto Rico siempre han demostrado un compromiso social con las comunidades. Si su interés fuese exclusivamente económico estarían conformes con un “aumento” de $125.00 mensuales y con tener trabajo sin protestar.  Pero los maestros tienen los valores de la solidaridad y la justicia para luchar para que los estudiantes tengan una educación pública y de excelencia. Cuando los maestros participan de un paro o una huelga lo hacen por esos valores y la convicción de que su sacrificio es la mayor expresión de compromiso con la educación pública. Puede ser que el gobernador y los legisladores repitan la historia crucificando al Maestro. Pero tengo la certeza de que nuestros discípulos y el pueblo se unirán a los maestros en la defensa de la educación pública, sacando a los mercaderes del templo.

Fuente del Artículo:

https://www.elnuevodia.com/opinion/columnas/losmercaderesdeltemplodelaeducacion-columna-2407051/

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No a la privatización de las escuelas

Puerto Rico / 18 de marzo de 2018 / Autor: Cándida Cotto / Fuente: Claridad

El gobierno utiliza el mismo cuento de que “no sirven” contra de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) y el Departamento de Educación (DE) para convencer al pueblo de la privatización. Coincidieron en denunciar el ex presidente de la UTIER (Unión de Trabajadores de la Industria Eléctrica y Riego), Ricardo Santos, y la presidenta de la Federación de Maestros, Mercedes Martínez Padilla, en un diálogo sobre las pretensiones del gobierno de privatizar ambos haberes públicos.

Martínez Padilla, denunció que cuando el gobierno habla de la escuela pública dice que ‘no sirve’, mientras cada año la compañía privada Pearson se gana $20 millones en el contrato por preparar las llamadas pruebas estándar de “aprovechamiento” y el Buró Federal de Investigaciones (FBI) se encuentra investigando un fraude por mil millones de dólares por parte de compañías privadas contratadas para el programa de las tutorías.

Al describir la postura de la FM en contra de la privatización de la escuela pública, Martínez Padilla, apuntó que los planes de privatización se vienen cuajando desde el 1993, luego hubo otro intento mediante los vales educativos en el 1980. En ambos casos reclamó que la militancia del magisterio mediante la FMPR logró detener la privatización.

En esta ocasión todas las organizaciones magisteriales, además de la FMPR, la Asociación de Maestros (AMPR), el grupo EDUCAMOS, UNETE, Educadores Puertorriqueños en Acción (EPA), Organización de Directores y Administradores Escolares (ODAE) y la Organización Nacional de Directores de Escuela (ONDEPR), constituidos en el Frente Amplio en Defensa de la Educación Pública (FADEP) coinciden en denunciar que el proyecto PC 825 lo que pretende es promover la privatización de la educación pública a través de las Escuelas Charter y los vales educativos, cerrar cientos de escuelas, eliminar miles de plazas, despojar a las comunidades de cualquier tipo de participación en las decisiones de las escuelas, eliminar derechos como la lista de turnos, permanencia y antigüedad.

Martínez Padilla afirmó que, este mes de marzo viene otro cierre de 300 escuelas y el despido de unos siete mil maestros. “Que sepa la Secretaria de Educación que ya hemos ofrecido 80 charlas y vamos a seguir haciéndolo no me cabe ninguna duda de que nosotros vamos a vencer”, expresó. El diálogo auspiciado por el Movimiento Socialista de Trabajadores (MST) se llevó a cabo este viernes dos de marzo en el local de la UTIER. .Además del expresidente de la UTIER participó el maestro activista Hugo Mártir, quien puntualizó en la necesidad de desarrollar una definición amplia de la privatización, la cual dijo no es solo el traspaso de los haberes públicos, es la sub contratación, y otras modalidades. En el caso de las escuelas charter destacó que el propósito además es profundizar en las mentes la ideología liberal. En esa dirección llamó la atención y denunció que no es casualidad el que el DE esté atacando primero a las escuelas que están bien organizadas.

 

Tensión en las escuelas 

En tanto entre las y los maestros, padres y estudiantes desde finales del mes de febrero prevalece la tensión por sus puestos de trabajo, el futuro de los planteles y de los estudiantes, a raíz de que muchos maestros han estado recibiendo una carta en la cual les declaran como “recursos disponibles”. Según la secretaria del DE, Julia Keleher, el envío de la carta fue una por “error”. Por su parte la Asociación de Maestros como representante sindical reconocido por el patrono anunció que se proponía acudir al tribunal para dejar sin efecto el memorando que faculta la declaración.

El memorando en cuestión fue circulado el 28 de febrero y dispone la “Política Pública para establecer Procedimiento Especial para la Asignación o Designación Administrativa del Personal Docente”, y en ella dicta las pautas y autoriza a los directores de región, conocidos por LEA y a la secretaria Auxiliar de Recursos Humanos para declara al personal docente como “recurso disponible”, lo que no es otra cosa que se quedaría sin plaza en la escuela donde se encuentra y removerlos de escuela.

Ante esta maniobra por su parte la portavoz de Educamos, Eva Ayala, en expresiones por escrito alertó que la circular provoca que en los próximos meses se establezca un movimiento de personal de manera abrupta de muchos planteles escolares del país. “Nuestros maestros son padres y madres que requieren de un salario y condiciones óptimas por la labor que realizan. Mover maestros a estas alturas es cometer un asesinato a nuestra escuela puertorriqueña. Muchos pudieran quedar sin empleo o ser movidos hasta del distrito o región educativa donde trabajan. Están creando las bases para facilitar la imposición del proyecto de la supuesta reforma educativa”.

El memo firmado por la secretaria Keleher establece que se identificara al personal docente como “recurso disponible”, como resultado de las siguientes situaciones: reducción en el total de la matrícula de la escuela a que está asignado; reducción en la matrícula por grado; cierre o consolidación de escuela; eliminación de fondos o consolidación de programas, proyectos o cursos; y reorganización del sistema de educación pública.

La comunicación da a entender que el movimiento del personal docente será de inmediato. Además dispone que el personal declarado como “recurso disponible” podrá ser asignado para atender a dos escuelas “cercanas” para completar su carga académica.

Fuente del Artículo:

http://www.claridadpuertorico.com/content.html?news=D6F85DE0BCF463B45DAEC818C3C195C4

 

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Docentes puertorriqueños se preparan para dar batalla

Centro América/Puerto Rico/15 Marzo 2018/Fuente: Prensa Latina

Los principales gremios de los docentes puertorriqueños se preparan hoy para dar una dura batalla en contra de la entrega de la educación pública a corporaciones privadas.
A pesar de que tiene prohibido el derecho a la huelga, la conservadora Asociación de Maestros de Puerto Rico (AMPR) ha establecido que no se opondrá a que los docentes paralicen sus labores en rechazo a la ley de reforma educativa que sancionó la víspera la Cámara de Representantes.

La presidenta de la AMPR, Aida Díaz, prefirió no revelar los pasos que se proponen dar para boicotear el traspaso del presupuesto públicos a instituciones privadas que administrarían las escuelas charter en detrimento del sistema vigente.

Díaz está esperanzada en que el proyecto de ley enviado por el ejecutivo y aprobado por la Cámara de Representantes con unas 400 enmiendas, no supere los escollos en el Senado, también dominado por el oficialista Partido Nuevo Progresista (PNP), que persigue la anexión de Puerto Rico a Estados Unidos.

Aclaró que las enmiendas al proyecto no atienden las preocupaciones del magisterio, con excepción de algunos aspectos en torno al sistema de retiro de los docentes.

‘No vamos a oponernos a una huelga’, dijo al sostener que el grupo que quiera convocar a paros o huelga, si el maestro tiene la discreción para acudir, no nos vamos oponer’, adujo en tono cauteloso.

Recordó que la Ley 45 de sindicación de los trabajadores públicos impide que los maestros decreten huelga.

Igual posición mantiene la izquierdista Federación de Maestros de Puerto Rico (FMPR) que, con parte de su dirección, vociferó desde las galerías del hemiciclo de la Cámara baja su rechazo a los diputados que se alinearon con la política a favor de las escuelas charter, un modelo copiado de Estados Unidos, donde su éxito es cuestionado.

La presidenta de los docentes federados, Mercedes Martínez, anticipó que mantendrán su sólida militancia contra la apropiación de los recursos del Estado en perjuicio de los estudiantes y los maestros.

Eva Ayala, presidenta de Educamos, dijo a Prensa Latina que esta situación golpea más duramente a la mujer, ya que son alrededor del 70 por ciento de los docentes de escuelas publica.

‘Se empobrece a mujer, que también es jefa de familia, que cría sola a sus hijos’, apuntó al participar en una rueda de prensa en la que se convocó a una protesta el sábado de la próxima semana.

Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=160210&SEO=docentes-puertorriquenos-se-preparan-para-dar-batalla
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