La pandemia está afectando a las comunidades de diferentes maneras. En Educa lanzamos una convocatoria para preguntar a los jóvenes en Oaxaca: ¿Cómo la pandemia te está afectando a ti, a tu familia y a tu comunidad? Jóvenes de pueblos indígenas compartieron desde el Istmo, los Valles Centrales y la Sierra Norte sus experiencias.
La economía es una de las grandes preocupaciones, la falta de movilidad y el cierre de negocios para prevenir infecciones han roto cadenas de comercialización que afectan sus comunidades. No hay venta de sus productos como camarón u hortalizas y los precios en las tiendas están subiendo, “hay personas que se aprovechan con el Covid y han aumentado el precios mucho más al doble o al triple de lo que se puede vender, y no todas las personas tienen los recursos suficientes para comprar”, compartió José Ivan del Istmo.
Hablan de la falta de información acerca del Covid-19 que ha generado confusión de cómo la gente debe cuidarse, y la falta de apoyo desde el estado en términos de recursos, información y servicios de salud. Este contexto genera mucha ansiedad y miedo en ellos y en sus familias, por la preocupación de enfermarse, la falta de ingresos, y por el impacto en su educación.
Sin embargo, entre toda la incertidumbre, ven en sus comunidades una respuesta, la fuerza de la comunalidad y la tradición de vivir con la tierra les ofrecen un sustento, “a decir verdad en estas comunidades originarias del rincón, a donde pertenece mi comunidad, es una gran oportunidad de reflexionar sobre la importancia de rescatar y revitalizar los saberes comunitarios, viendo estos como la única manera de lograr sobrevivir a esta situación” valora Nazareth de la Sierra Norte.
En plena pandemia los pueblos indígenas luchan con otro enemigo que está arrebatando la vida de sus hijos e hijas, tanto en sus comunidades como en los diferentes condados de Nueva York. Además de las muertes maternas, de los niños y niñas indígenas que mueren por desnutrición, los feminicidios, la violencia delincuencial que ha cobrado muchas vidas de jóvenes que se vieron obligados a incorporarse a las filas del sicariato, en el primer semestre del 2020 se ha elevado el número de muertes de jóvenes y adultos mayores de los pueblos indígenas que han muerto por covid. El desmantelamiento de los centros hospitalarios, la carencia de personal médico, de equipamiento y medicinas son indicadores funestos de la discriminación y el racismo, que cotidianamente enfrentan las madres y padres de familia cuando llegan a los hospitales o clínicas de salud.
La falta de pruebas PCR invisibiliza los contagios, pero sobre todo desdeñan las muertes que ocurren en las comunidades indígenas. Son atisbos del etnocidio que se sigue reproduciendo por parte del estado ante el abandono secular y el despojo sistemático de sus riquezas naturales y del presupuesto público, por parte de una clase política voraz, que se ensaña contra la población más vulnerable. El escenario es cruento en las regiones indígenas porque el desmantelamiento de la vida comunitaria está tocando fondo, sobre todo porque se ha ido resquebrajando la red de solidaridad que han sabido tejer en las últimas décadas para contar con ingresos seguros que provienen de las remesas. El gran número de muertes de jóvenes indígenas en Nueva York, nos muestra el rostro del racismo que padecen en Estados Unidos, por el simple hecho, de asumir una identidad cimentada en sus raíces culturales y por pertenecer a la población estigmatizada por el presidente Trump, que los sataniza por el hecho de ser personas indocumentadas.
En nuestro país la brecha social y económica tiene visos de una brecha que institucionaliza la discriminación y el racismo, porque la clase política y el empresariado mexicano siempre se han erigido como los herederos de la revolución y los elegidos y ungidos para gobernar un país pluricultural. Sigue imperando una forma vertical de ejercer el poder con una visión etnocéntrica que tiene como paradigma el individualismo, la privatización de los bienes públicos y el modelo extractivista para garantizar la acumulación capitalista. Las consecuencias de este sistema depredador se han traducido en miseria, muerte y sometimiento a una población indígena insumisa, que ha sido protagonista de las grandes transformaciones del país, pero que al final de las gestas históricas, siempre han sido relegados tratándolos como súbditos o seres sin derechos.
En Guerrero la lucha por el reconocimiento de los pueblos indígenas y afromexicanos nos remite a momentos claves de nuestra historia. La lucha independentista y la gesta revolucionara no se entiende sin la participación de estas poblaciones y de sus dirigentes. A pesar de que, en el estado, el mismo congreso celebra con bombo y platillo el legado histórico que nos dejó José María Morelos y Pavón, en los Sentimientos de la Nación, que es como la carta de los derechos humanos en América, los diputados y diputadas de esta legislatura, se han negado atender la demanda legitima de los pueblos de Guerrero, para impulsar una reforma que reconozca plenamente sus derechos como pueblos indígenas y afromexicanos.
En esta lucha varias organizaciones sociales y autoridades comunitarias buscamos el acercamiento con diputados de la actual legislatura del estado, con el fin de emprender un proceso de dialogo que iniciamos en los meses de mayo y junio de 2019. Celebramos 4 sesiones de parlamento abierto, donde se invitamos a varios expertos y expertas en los temas e hicimos mesas de trabajo para discutir las problemáticas y propuestas en la materia.
Posteriormente se organizaron 10 foros de consulta previa, libre e informada y culturalmente adecuada en diversas regiones y municipios del Estado de Guerrero, siendo un ejercicio inédito, por la participación de diferentes actores sociales y políticos, pero sobre todo de las comunidades indígenas y afromexicanas. El primer foro fue en la comunidad del Paraíso, municipio de Ayutla; el segundo, se realizó en la cabecera municipal de Metlatónoc; el tercero, en Tlapa de Comonfort; el cuarto en la comunidad de Paraje Montero; el quinto, en San Luis Acatlán; el sexto, en Marquelia; el séptimo, el Tlacoachistlahuca; el octavo, en la comunidad de las Juntas-Caxitepec municipio de Acatepec; el noveno, Xalitla municipio de Tepecoacuilco de Trujano y el décimo en el Puerto de Acapulco.
Los foros de consulta cumplieron con los requisitos de ser previos puesto que se realizaron anteriormente a la elaboración y presentación de la iniciativa de reforma, libres e informados pues a la gente no se le condicionó ni se le obligó a ir, sino que por su propia voluntad acudieron a manifestar sus voces de reclamo y propuestas sobre sus derechos; de buena fe, porque no hubo otra intención más que la del reconocimiento pleno de los derechos; y culturalmente adecuados porque se dieron en el marco de sus asambleas estando presentes sus autoridades. Se contó con intérpretes y las decisiones las tomaron de acuerdo a sus sistemas internos.
Después de todo este proceso de consulta en el mes de octubre 2019 por parte de la Comisión de Asuntos Indígenas y Afromexicanos del Congreso se nombró un Comité Técnico Comunitario, el cual se encuentra integrado por autoridades indígenas y afromexicanas, así como expertos en el tema. Una vez que tomaron protesta dicho Comité comenzó a trabajar y redactó la iniciativa de reforma constitucional tomando en cuenta todas las participaciones y propuestas que se dieron en los foros de consulta.
En diciembre de 2019 el presidente de la Comisión de Asuntos Indígenas y Afromexicanos presentó la iniciativa de reforma constitucional que redactó el Comité Técnico Comunitario, la cual fue respaldada por otros 19 diputados y diputadas, siendo turnada a la Comisión de Estudios Constitucionales y Jurídicos. Sin embargo, hasta el 1 de junio de 2020, luego de que diversas autoridades comunitarias e integrantes del Comité Técnico Comunitario, realizaran una manifestación en el Congreso del Estado, para pedir la dictaminación y aprobación de dicha reforma, fueron recibidos por los integrantes de la Junta de Coordinación Política del Congreso (JUCOPO), tomando como acuerdo central, discutir esta propuesta para el 24 de junio del 2020.
Se sostuvieron dos reuniones virtuales entre los integrantes del Comité Técnico Comunitario y la JUCOPO, y a pesar de que los diputados y diputadas han expresado su disposición y la voluntad política de legislar en la materia de los derechos indígenas y afromexicanos, no hay avances a más de 8 meses y ni si quiera un dictamen por parte de la Comisión de Estudios Constitucionales y Jurídicos.
Recientemente, el 3 de agosto el Comité Técnico Comunitario dio una conferencia de prensa en la que exhortó a los diputados integrantes de la JUCOPO, para que se instalará el 9 de agosto de 2020 una mesa de trabajo para debatir los temas. Contrario a lo esperado emitieron un comunicado argumentando que los anexos de los foros de consulta no habían sido entregados y en consecuencia, no podían determinar que dicha iniciativa había sido sometida a consulta a los pueblos indígenas y afromexicanos.
Conviene traer a colación las palabras del EZLN hechas en la Sexta Declaración de la Selva Lacandona cuando de igual manera el gobierno en turno y los partidos políticos traicionaron los Acuerdos de Sn Andres Larrainzar: “Y entonces en esos acuerdos los malos gobiernos dijeron que sí van a reconocer los derechos de los pueblos indios de México y van a respetar su cultura, y todo lo van a hacer ley en la Constitución. Pero, ya luego que firmaron, los malos gobiernos se hicieron como que se les olvida y pasan muchos años y nada que se cumplen esos acuerdos”.
“Pero resulta que no, que los políticos que son del partido PRI, el partido PAN y el partido PRD se pusieron de acuerdo entre ellos y nomás no reconocieron los derechos y la cultura indígenas. Eso fue en abril del 2001 y ahí los políticos demostraron claro que no tienen nada de decencia y son unos sinvergüenzas que sólo piensan en ganar sus buenos dineros como malos gobernantes que son. Esto hay que recordarlo porque ya van a ver ustedes que ahora van a decir que sí van a reconocer los derechos indígenas, pero es una mentira que echan para que votemos por ellos, pero ya tuvieron su oportunidad y no cumplieron”
Estos Acuerdos tienen más de 20 años y no han sido cumplidos. No es posible que a pesar de todo este tiempo que ha pasado los legisladores se sientan con el derecho de decidir quién debe tener derechos y quién no. Ojalá que la reforma en el estado de Guerrero se logré plasmar conforme al interés supremo de los sujetos principales que son los pueblos indígenas y afromexicanos. Que esta reforma sea una respuesta efectiva para avanzar sus demandas históricas. Ya es tiempo de que los pueblos sean reconocidos como sujetos de derechos públicos y que formen parte de las transformaciones sociales que se requieren en nuestro estado, para que haya justicia, equidad, pluralidad política, autónoma, respeto a los sistemas normativos y una verdadera representación política en todos los órganos de gobierno.
Durante los días 21 y 22 de julio se realizará un encuentro internacional virtual de pueblos indígenas (PPII) convocado por la organización Huarpe Pynkanta de San Luis, Mendoza y San Juan. El encuentro se trasmitirá por radio y redes sociales. En él participarán autoridades de pueblos nación preexistentes de Argentina y de ocho países de América.
El Encuentro denominado de “Voz Sol Luna”, reunirá autoridades y referentes indígenas en torno a una asamblea (Tautau). Las autoridades de 19 pueblos nación preexistentes de Argentina y de otros ocho PPII de América intervendrán en el encuentro asambleario que será transmitido en vivo desde la FM 104.1 Radio Rebelde San Luis. También puede seguirse por la red social Facebook.
Compartimos el comunicado de prensa de laOrganización Territorial Huarpe Pinkanta
Encuentro Internacional de Pueblos Originarios en San Luis
“El Gran Espíritu proteja al Pueblo-Nación Pre existente Huarpe Pinkanta y el camino de nuestros hijos”
La Organización Territorial del Pueblo Nación Preexistente Huarpe Pinkanta, los invita a testimoniar, desde sus medios de prensa, del Encuentro Internacional de Pueblos Originarios de América que se realizará el 21 y 22 de julio próximo de manera virtual con la participación de más de 19 Autoridades de Pueblos Nación Preexistente de Argentina y de 8 Países con sus Pueblos Nación Preexistente Indígenas.
El Encuentros de “Voz Sol Luna”, reunirá a diferentes Autoridades y referentes de Pueblos Indígenas en torno a una asamblea Tautau, en la que se pretende conectar por primera vez desde nuestro territorio a Pueblos Nación Preexistentes Indígenas, sus sentires y decires en primera persona y plena libertad.
Cada pueblo organizará su participación con ejes propuestos como: la aplicación de la ley Indígena en los distintos territorios, Educación, Salud, Desarrollo, relación con el Estado, Educación Superior, Arte y Cultura.
Participaran del encuentro de Pueblos Indígenas: 19 autoridades de Pueblos Nación Preexistentes de Argentina y 8 Países con sus Pueblos Nación Preexistente Indígenas.
Los esperamos para ser testigos de la recuperación de la voz de libertad de nuestro Pueblo.
Teléfono de contacto: 2664850761, Roque Miguel Gil, “Omta” (Autoridad Tradicional Consejo de Ancianos) de la Organización Huarpe Pynkanta (se ruega comunicarse entre las 8,00 y las 12,00 horas).
La semana pasada hubo una reunión clave en la definición del futuro de la Educación Intercultural Bilingüe (EIB) para todo el país.
El ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, mantuvo una reunión virtual con los referentes educativos de pueblos originarios de todo el país en la cual quedó el compromiso del Gobierno nacional de separar la EIB y la Educación Rural.
La Educación Intercultural Bilingüe (EIB) es una propuesta educativa latinoamericana nacida con el fin de que los pueblos originarios continúen conservando sus lenguas nativas y prácticas culturales.
En el año 2006, con la Ley de Educación Nacional 26.206, la EIB pasó a ser una modalidad estructural en el sistema educativo argentino, garantizando el accedan al derecho constitucional de la preservación de la identidad étnica para sus habitantes.
Durante la administración del presidente Mauricio Macri la modalidad fue desmantelada. La EIB fue clausurada y en el caso de Salta fue mantenida por el Gobierno provincial como se pudo.
Con el cambio de Gobierno las cosas no mejoraron ya que Ministerio de Educación de la Nación propuso su fusión con el sistema educativo adaptado para las poblaciones rurales, lo cual implicaba el desconocimiento del valor de la cultura originaria.
En otras palabras, EIB no puede estar dentro de la rural por que hay muchos habitantes originarios dentro de las ciudades. El ministro Trotta recogió el guante y aceptó una reunión de trabajo virtual para una revisión de la decisión con una comisión del pueblo mapuche integrada por Jorge Nawel, de la Confederación Mapuche de Neuquén; Orlando Carriqueo, de la Coordinadora del Parlamento Mapuche de Río Negro; Cristina Marín, como responsable del programa de EIB de Río Negro; y Celia Rañil, como integrante de CEAPI pueblo mapuche Santa Cruz.
Por el lado del ministro Trotta, sumó a Adriana Puiggrós, y a la presidenta del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), Victoria Donda.
Producto del debate y análisis que realizó el Gobierno con los representantes del mundo indígena, el ministro informó en la reunión que, la decisión política tomada, es “reafirmar y organizar la modalidad EIB con una coordinación propia y específica como forma de valorizar la enorme contribución que realiza la presencia de conocimientos, práctica y cosmovisión de 40 naciones indígenas en el país”.
“Nosotros ya tenemos el compromiso del ministro Trotta de revisar y reactivar la EIB como una modalidad específica. Ahora vamos a comenzar a trabajar para lograr aspectos que están contemplados pero que no se cumplen”, dijo la referente de EIB por las comunidades mapuche de Río Negro, Cristina Marín.
Lo que se sabe es que los referentes de todo el país quieren avanzar hacia la consulta para que cada pueblo elija a sus referentes para la EIB. También quieren trabajar en la determinación del financiamiento y de los presupuestos para su funcionamiento. “Estos lograría mayor representatividad y autonomía”, dijo Marín.
Esto necesariamente llevará a realizar un mea culpa, especialmente para los referentes que llegaron hasta Buenos Aires y que no fueron elegidos ni tienen representación.
De cualquier manera hay preparadas reuniones para el futuro inmediato donde se sumará la representación del Consejo Educativo Autónomo de Pueblos Indígenas (CEAPI), que es la instancia creada por Resolución del propio Ministerio de Educación.
Fuente de la reseña: https://www.eltribuno.com/salta/nota/2020-6-30-11-32-0-tiempos-de-definiciones-para-la-educacion-intercultural-bilingue
America Latina/ 15/07/2020/Autor: FILAC/Fuente: http://estrategia.la/
Convocamos, a conformar una Concertación por el Buen Vivir, como espacio regional de diálogo e intercambio de perspectivas y propuestas compatibles con un modelo de desarrollo con identidad que permita a los Pueblos Indígenas y a la sociedad en su conjunto, enfrentar los principales efectos sociales y económicos provocados o agravados por la pandemia.
Vivimos en una época de crisis e incertidumbre. Enfrentamos una pandemia que se ha convertido en una crisis total, porque afecta a todas las personas del mundo y nos afecta en todos los planos: en la salud, en la economía, en lo político, en lo público y en lo privado, concluyó el Diálogo de Alto Nivel organizado por el Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas para América Latina y el Caribe, FILAC.
El Secretario Técnico de la institución, Álvaro Popex señaló que el documento llama a “poner a disposición de todos, una herramienta para construir juntos un mundo mejor, sobre la base del respeto de la naturaleza, todas sus culturas, sus hombres, sus mujeres, sus jóvenes y sus mayores”.
Es una crisis con alto grado de incertidumbre sobre el propio virus que la provoca, su origen, sus mutaciones, su futuro e hipotética prevención a través de una vacuna. También incertidumbre sobre lo que nos dejará, si es que algún día nos abandona, señala el llamamiento.
Crisis humanitaria
Como se ha expresado recientemente, el mundo se encuentra ante una crisis humanitaria y sanitaria sin precedentes en el último siglo en un contexto económico ya adverso. A diferencia de 2008, esta no es una crisis financiera sino de personas, producción y bienestar. El coronavirus no está atacando a un cuerpo sano. Está operando sobre sociedades con muchas dificultades, exacerbando sus graves problemas prexistentes.
El coronavirus se suma a previas complejidades que no solo no están resueltas, sino que siguen allí, esperando que nos hagamos cargo de ellas.
Solo hace pocos meses estábamos preocupados por los incendios en la amazonia e inundaciones en varias partes del continente, inocultables efectos del calentamiento global producto de un desastroso comportamiento humano sobre los recursos naturales.
A lo largo y ancho del continente vemos cuestionamientos profundos a las instituciones políticas, así como dificultades muy serias con el funcionamiento del sistema democrático.
Apenas hace un año, la Organización Internacional del Trabajo conmemoraba su centenario recordándonos que el mundo se está transformando radicalmente impulsado por las innovaciones tecnológicas, los cambios demográficos, el cambio medioambiental y climático y la globalización, así como en un momento de desigualdades persistentes, que tienen profundas repercusiones en la naturaleza y la dignidad de las personas.
Además, la primera pandemia de la globalización impacta sobre un mundo tremendamente desigual y no solo en lo económico, sino en todos los aspectos relevantes de nuestra sociedad, desigualdad notoria para personas y colectivos, por razones étnicas, de género, etarias, etc.
En ese contexto global, América Latina es la región más desigual y violenta del planeta.
Por tanto, podemos decir que la pandemia provoca una crisis total sobre una sociedad en desigualdad total.
Entre los sectores más afectados, sin dudas, se encuentran los más de 800 Pueblos Indígenas, alrededor de 60 millones de personasque viven en América Latina, que constituyen cerca del 10% de la población de la región.
Esta realidad multicultural es una riqueza enorme, pero al mismo tiempo está marcada por un hecho incontrastable: la discriminación estructural, marginalidad, exclusión y pobreza histórica, agravado por diversas transformaciones económicas y sociales en el marco de la globalización, el cambio climático que erosiona la biodiversidad y la persistencia de la raíz colonial en los países del continente.
De allí que, gran parte de los Pueblos Indígenas viven en condiciones de vulnerabilidad extrema, lo que significa, entre otros aspectos, altas tasas de desnutrición, inaccesibilidad a servicios de salud, precariedad de infraestructura y en general, imposibilidad de ejercer derechos individuales y colectivos fundamentales.
Pero la pandemia también nos ha mostrado otros aspectos de nuestra realidad. Estos meses, hemos comprobado que el virus no puede destruir nuestros conocimientos, nuestros mejores valores, la solidaridad, ni impedir que nos organicemos para sacar lo mejor de nosotros, como personas, como pueblos, como humanidad.
Los Pueblos Indígenas, están dando respuestas masivas, conmovedoras y eficientes desplegando vigilancia comunitaria, divulgando recomendaciones en sus idiomas originarios, aplicando sus propios sistemas de salud tradicionales, enfrentando el hambre con acciones solidarias.Las comunidades indígenas y también gobiernos de la región,se han puesto de pie para enfrentar al virus.
Ahora es cuando debemos poner nuestras máximas capacidades, compromiso y voluntad expresada en hechos, no solo para superar los impactos de la crisis, sino para actuar sobre sus orígenes causales para estar en mejores condiciones ante eventuales nuevos embates de esta magnitud.
Convocamos, entonces a conformar una Concertación por el Buen Vivir, como espacio regional de diálogo e intercambio de perspectivas y propuestas compatibles con un modelo de desarrollo con identidad que permita a los Pueblos Indígenas y a la sociedad en su conjunto, enfrentar los principales efectos sociales y económicos provocados o agravados por la pandemia.
El paradigma indígena del Buen Vivir – Vivir Bien, reconoce una interrelación sistémica de distintos dominios para construir un bienestar pleno: individual (armonía con uno mismo), social (armonía con los demás); ecológico (armonía con el entorno natural) y espiritual (armonía con nuestros antepasados y futuras generaciones).
A partir de ello, proponemos sumar pensamiento y esfuerzos de diversos actores, públicos y privados, nacionales e internacionales que, junto con los Pueblos Indígenas, lleven adelante un encuentro amplio y profundo con la finalidad de concertar acciones concretas.
Durante décadas hemos acumulado conocimiento, acordado valores esenciales como los derechos humanos individuales y colectivos, construido instituciones democráticas, impulsado ejemplos de desarrollo sostenibles plenamente respetuosos de la naturaleza y de las necesidades de las personas y también capacidad crítica sobre los errores cometidos y la necesidad de evitar recorrer caminos equivocados.
Este es el momento de hacer una síntesis de nuestros mejores avances, adaptarlos a la realidad actual y comprometernos a actuar sin dilaciones para que esta crisis nos permita salir fortalecidos como sociedad y como personas.
A partir de las evidencias que nos va dejando el análisis de la pandemia y sus efectos, proponemos que este espacio considere, al menos, los siguientes criterios:
Implementar los instrumentos existentes.Enfrentar la crisis no puede implicar retrocesos conceptuales, legales ni institucionales. Al contrario, se trata de una notable oportunidad de aplicar integralmente los avances generados en los últimos años como los estándares internacionales y el Plan de Acción Iberoamericano para la implementación de los derechos de los Pueblos Indígenas.
Atención de emergencias y visión de largo plazo. Sin perjuicio de buscar respuestas a demandas urgentes, se debe apuntar a identificar y operar sobre las vertientes causales que las provocan, teniendo una visión de mediano y largo plazo que permita concertar esfuerzos sostenibles para superarlas.
Abordaje holístico. Aunque los aspectos económicos y sanitarios son fundamentales, difícilmente puedan considerarse adecuadamente sin atender aristas políticas, culturales, sociales y otras del contexto actual. El desafío habrá de ser profundizar en áreas específicas sin desatender la visión integral de la realidad.
Agenda de transformación. Se trata de promover y realizar cambios profundos evitando la reiteración de políticas y acciones que no han logrado mejorar la realidad. Por ello, debe priorizarse atender los aspectos que están en el centro de las demandas de los Pueblos Indígenas y de las necesidades de la sociedad en general,
Este es el caso del modelo de desarrollo extractivista que prioriza el lucro a costa de la naturaleza y los derechos humanos, la gobernanza y ejercicio de derechos sobre tierras y territorios indígenas, la participación y consulta en el marco de los estándares internacionales, entre otros aspectos relevantes.
Perspectiva intercultural. El diálogo debe hacerse en base a una interacción equitativa y horizontal entre las culturas que conviven en el continente, sus expresiones y formas de ver el mundo.Entre otros aspectos, se deben buscar sinergias entre las innovaciones científicas y los conocimientos tradicionales propios de los Pueblos Indígenas como herramientas necesarias para entender y actuar sobre la realidad.
Resultados concretos. El espacio de concertación debe apuntar a que el proceso de intercambio de análisis logre productos específicos que pueden ser al nivel deacuerdos conceptuales, orientaciones acordadas, líneas de trabajo compartido entre varios de sus participantes e incluso, acciones concretas a impulsar en lo inmediato.
Ante una realidad como la que nos toca vivir, se trata de actuar a la altura de los desafíos que enfrentamos.
Requerimos de un espacio regional de alto nivel para el análisis y promoción de medidas que apunten a enfrentar las consecuencias y algunas de las causas que tornan tan graves los efectos de la pandemia,
Convencidos de ello, ponemos a consideración esta propuesta que esperamos sea de utilidad para ayudar acordar esfuerzos hacia el objetivo común de mejorar las condiciones de todas las personas que vivimos en esta región del planeta, concluye el documento.
* Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas para América Latina y el Caribe, FILAC. Difundido por el Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)
Fuente e imagen: http://estrategia.la/2020/07/10/pueblos-indigenas-proponen-una-concertacion-para-el-buen-vivir/
América/Ecuador/08/07/2020/Autor: Edgar Romero G. Fuente: https://actualidad.rt.com/
«Para mí la vida estudiantil en la universidad fue muy dura y todo era gracias al racismo; peor si eres mujer y eres indígena», cuenta.
Cuando la ecuatoriana Tamya Morán Cabascango ingresó a la universidad, en 2013, sintió, por primera vez, una acentuada discriminación.
Morán, cantante y joven kichwa de la localidad de Cotacachi, en la provincia ecuatoriana de Ibarra, ganó una beca del programa de diversidad étnica en la Universidad San Francisco de Quito (USFQ), a más de 102 kilómetros de su hogar.
«Para mí la vida estudiantil ahí fue muy dura y todo era gracias al racismo; peor si eres mujer y eres indígena: el racismo es más fuerte en las mujeres que en los hombres, porque es un medio racista y encima machista«, cuenta en entrevista con RT.
Ni siquiera había comenzado en la casa de estudios, cuando ya tuvo un primer episodio de discriminación. Buscaba la sede de la universidad y una señora se le acercó y le dijo: «Mijita, ¿estás buscando trabajo? Aquí están buscando a una empleada», tras asumir que, por ser indígena y estar caminando por una zona de «gente acomodada», ese era su objetivo.
La cantautora ecuatoriana Tamya Morán Cabascango, durante una de sus presentaciones.Facebook / Tamya Moran
Ya dentro de la universidad, la discriminación comenzó desde el primer día, cuando les dieron la bienvenida. «Aquí hay papel, no se sorprenderán. Y por favor, no se robarán el papel», les dijo el director. Eso causó risa a los nuevos alumnos, pero a ella no: «No sé si tengo poco sentido del humor, pero para mí fue muy malo que haya dicho que éramos delincuentes o porque uno es pobre siempre tiene que robarse algo».
Indígenas en América Latina
«En la región, ningún grupo étnico racializado está exento de ser víctima de discriminación racial», dice la socióloga Esther Pineda. Sin embargo, agrega, «países con mayor presencia indígena –como Bolivia, Ecuador, México, Perú– suelen tener formas de racismo anti-indígenas más visibles«.
América Latina tiene una amplia población originaria. Según el estudio ‘Latinoamérica indígena en el siglo XXI’, que el Banco Mundial publicó en 2017, estos pueblos representan el 8 % de la población de la región.
Sin embargo, según ese informe, los pueblos indígenas también constituyen el 14 % de los pobres y el 17 % de los extremadamente pobres de la región.
En Ecuador, según datos del Centro Caribeño y Latinoamericano de Demografía (CELADE), de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), apenas 6,97 % de la población se autodefine como indígena, pese a que el gubernamental Plan de Desarrollo 2017-2021 señala que existen 14 nacionalidades y 18 pueblos originarios.
Mural en la entrada de Cotacachi, Imbabura, Ecuador, donde está pintada Tamya Morán.Edgar Romero / RT
La cifra de Ecuador está muy por debajo del 41,79 % de quienes se reconocen como indígenas en Bolivia, 41,20 % en Guatemala, 23,73 % en Perú y 15,12 % en México.
«Eres una necia»
La joven cantante cuenta que para ir a la universidad generalmente vestía con jean o ropa casual, pero en ciertas ocasiones, cuando consideraba que así lo ameritaba, se ataviaba con su traje tradicional kichwa, que incluye anaco (falda), camisa bordada con motivos florales, faja y alpargatas.
«Mucha gente cuando me veía con pantalón ni pensaba que era indígena; entonces tenía amigos. Pero cuando había una exposición, yo venía con anaco y ¡pum!, ahí se frenaba todo. Eres indígena, bueno, te he visto y no me acuerdo«, relata.
Además, la entrevistada explica otro episodio puntual. «Una vez llegué con anaco, así bien bonita. Y cuando me siento al lado de un chico, se tapa la nariz como si yo estuviese apestando. Lo regresé a ver y le digo: creo que el que debería bañarse eres tú, tú eres el que apesta realmente. Y me cambié de asiento», denuncia.
En otra oportunidad, en la casa de estudios comenzaron a pedir a los estudiantes que mostraran su carné para el ingreso a los edificios. Morán comenta que al pasar junto a amigos «mestizos» no les solicitaron el documento; sin embargo, cuando trató de ingresar nuevamente, junto a amigos indígenas, de trenza larga, les impidieron el paso y les exigieron la identificación.
«Cuando nosotros estábamos en la puerta sacando el carné, pasa un chico rubio, blanco y ojos azules, y le dicen: ‘Siga, por favor’. Él ni siquiera se molestó en tener que abrir su mochila para sacar el carné», critica la joven.
Ante ello, Morán decidió no mostrar su documento e ingresó al edificio, mientras los guardias la seguían. Cuando una de las secretarias de la facultad, enterada de lo sucedido, le llamó la atención a los oficiales, uno de ellos contestó: «Lo que pasa, señorita, es que nosotros como guardias tenemos un perfil de la gente que estudia aquí«.
Deshumanizados, excluidos e invisibilizados: Los múltiples rostros del racismo en América Latina
La explicación del guardia enfureció todavía más a la secretaria que, según Morán, «tiene raíces afro». «A ver, dígame cuál es el modelo que ustedes siguen aquí en la universidad, porque si es así, yo tampoco podría entrar», replicó la mujer.
Tras hacer esta denuncia, desde el programa de diversidad étnica le dijeron: «Eres una necia»; frase que se repetiría posteriormente y que, según explica Morán, «también solían usarla los antiguos dueños de haciendas para decírsela a los indígenas cuando eran fuertes y no podían decir sí a todo».
«¿Por qué estás cantando en español?»
Estando en la universidad, en una oportunidad, la invitaron a una radio. La entrevista, que era grabada, la conducía una persona reconocida que, ahora, dirige una fundación donde forman a líderes, incluyendo a indígenas.
A la radio, Morán fue acompañada por un guitarrista colombiano. Al inicio de la conversación, la locutora le dice: «¡Pero es que a ustedes los indígenas, la (universidad) San Francisco les regala las cosas!».
Mujeres indígenas ecuatorianas.udapt.org
«Eso me molestó tanto que, apenas terminó, yo le dije que los que estamos ahí realmente nos merecíamos estar […] Creo que le molestó, porque se esperaba que yo le dijera: ‘sí, muchas gracias universidad por darnos tanto'».
A su respuesta, Morán añadió que lo que le han brindado es para devolver un poco de todo el dolor que ocasionaron a los pueblos indígenas desde la conquista. La conversación se caldeó más, comenzando los ataques por parte de la locutora: «¿A ver, tú eres indígena? entonces ¿por qué estás cantando en español?» y «¿por qué si eres indígena y eres de Ecuador estás cantando una canción colombiana?«, puesto que la joven había decidido interpretar un tema de la cantautora de Colombia Marta Gómez.
La locutora le echó en cara sus estudios en antropología y la invitó a educarse más. Y volvió a salir a flote la palabra «necia».
En su propio país, además, Morán no ha escapado de frases racistas como «es que los indígenas huelen mal, es que los indígenas son pobres porque quieren, porque son vagos […] los indígenas o los pobres se embarazan como conejos«.
Pese a todas estas experiencias, Morán salió victoriosa de la universidad. Es cantautora, compositora y música, además de cantante profesional de jazz, género que fusiona con sus raíces andinas y otros estilos musicales. Destaca como una de las principales exponentes artísticas de Cotacachi.
«Indio preso»
Además del relato personal de Morán, hay otros casos colectivos. Uno de los más recientes ocurrió en octubre de 2019, cuando los pueblos indígenas se rebelaron contra el «paquetazo» del presidente Lenín Moreno. Entonces, hubo ataques racistas, principalmente verbales, contra los manifestantes.
En medio de los caldeados ánimos, Jaime Nebot, exalcalde de Guayaquil, ciudad de la región Costa, dijo a los indígenas que protestaban «que se quedaran en el páramo», haciendo referencia a que no podían protestar en esa urbe. Mientras, los periodistas Anderson Boscán y Luis Eduardo Vivanco, de La Posta, en una de sus intervenciones, entre risas, expresaron: «Indio encontrado, indio preso».
En las redes sociales, en ese entonces, se podían leer insultos como «horda de indígenas», «emplumados», «esos indígenas son animales salvajes», «indígenas siempre mal acostumbrados a hacer lo que se les da la gana», «malditos indígenas, se creen los dueños del país», «brutos», entre otros.
El país «ha sido testigo de un incremento peligroso de expresiones con alta carga de regionalismo, racismo, discriminación y odio a pueblos y nacionalidades» indígenas, denunció entonces el estatal Consejo Nacional para la Igualdad de Pueblos y Nacionalidades (CNIPN).
Añadió que a la gravedad de los dichos se le suma que quienes los dicen «son personas de trayectoria pública, que fungen un liderazgo político». También repudiaron la posición de los medios de comunicación, a los que exhortaron a «generar y orientar noticias, editoriales, crónicas y opinión pública, desde los principios de responsabilidad, ética y profundo conocimiento de la realidad plurinacional».
Fuente e imagen: https://actualidad.rt.com/actualidad/356784-ecuador-racismo-indigenas-testimonio-tamya-moran
En las fronteras del sudoeste de la República Centroafricana, la covid-19 es una realidad distante. Allí, los indígenas bayaka se sienten protegidos por los genios de sus selvas ancestrales
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