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Los ayuntamientos y el trabajo de la convivencia (2)

Por: Pedro Uruñuela

Señalaba en el artículo anterior la importancia de la labor municipal en el fomento del trabajo de la convivencia en la localidad. Son muchas las cosas que puede hacer un ayuntamiento, a través de la concejalía de Educación y a través, también, de otras concejalías. El apoyo que puede llevar a cabo se manifiesta de muchas formas, impulsando acciones puntuales, fomentando la formación de todas las personas, coordinando las acciones que se llevan a cabo para reforzar la sinergia entre ellas, etc.

Veíamos en el post anterior la experiencia del Ayuntamiento de Arganda del Rey, con la elaboración, presentación y puesta en marcha del Plan Estratégico Municipal para la Convivencia Escolar para los próximos tres años. Hoy me gustaría centrarme en el trabajo de la Concejalía de Educación del Ayuntamiento de Móstoles, recogiendo la celebración de final de curso en lo tocante a la convivencia, dentro del programa municipal “De educación también hablamos”.

En la jornada de cierre del trabajo llevado a cabo a lo largo del curso, cuatro colegios públicos presentaron sus experiencias, que habían sido financiadas y apoyadas por la propia concejalía, con el acompañamiento también de su inspector, Francisco Galván. Pudimos conocer cómo habían elaborado su propio plan de convivencia para el centro, la aplicación de la mediación en infantil y primaria, la participación de las familias, etc. La concejalía de Educación anunció la publicación en la página web de estas experiencias, a partir del material usado por sus protagonistas en la presentación. Será muy interesante poder repasarlas y recordarlas.

El tema elegido para la jornada de clausura tenía por título “Su castigo, nuestro fracaso: prácticas restaurativas y convivencia”. Hubo oportunidad de reflexionar sobre el modelo retributivo presente en muchas sanciones, su forma de aplicación y sus consecuencias para el propio alumnado y para el centro, en general. La obsesión por el control del alumnado, la insistencia en la imposición de todo un catálogo de normas claras a la vez que severas, la aplicación de sanciones rigurosas a quienes incumplen dichas normas, el refuerzo de la autoridad del profesorado, etc. fueron las características más comentadas por parte de las personas que llenaban el salón de actos del Centro Cultural.
Se puso igualmente de manifiesto la insuficiencia de este planteamiento para dar respuesta adecuada a las situaciones de quiebra de la convivencia existentes. En el modelo retributivo-reactivo se aplica la norma existente, pero no se tienen en cuenta las emociones y necesidades del alumno o alumna, cómo lo está viviendo y cómo es necesario acompañarle en el proceso de identificación, comprensión y regulación de estas emociones. Igualmente, se insistía en cómo el castigo dice lo que no se debe hacer, pero no enseña la conducta que se debe practicar. De ahí su insuficiencia para conseguir un cambio de actitudes en el alumnado que lleve, a su vez, a la aparición de otras conductas diferentes.

En el marco de un modelo restaurativo, frente a la pregunta “quién es el culpable”, se plantea ante todo “cuál es el daño causado y cómo se puede reparar y solucionar”. A partir de ahí, se insistió en la necesidad de implicar a todo el grupo y a toda la comunidad en la búsqueda de alternativas, caracterizando las principales notas de este modelo. Así, se insistía en la asunción de responsabilidades, la necesidad de reparación del daño causado, y, a la vez, en la búsqueda de la reconciliación entre las personas, algo clave teniendo en cuenta la duración de la relación a lo largo de todo el curso y, probablemente, en cursos sucesivos.

Las características del modelo restaurativo centraron la exposición posterior en dos aspectos clave. El primero es la necesidad de construir y reforzar el grupo de alumnos y alumnas, de revisar el estilo de relación y acompañamiento que, como personas adultas, tenemos con el alumnado y la insistencia de trabajar CON los alumnos y alumnas, no PARA o CONTRA ellos. Es necesario dedicar tiempo a la construcción del grupo, principal recurso para la prevención de los conflictos, y para la construcción de una buena relación personal con los alumnos y alumnas. En un grupo cohesionado es más difícil que aparezcan conflictos, pero en el caso de darse, el modelo restaurativo trabaja la comprensión mutua, la asunción de responsabilidades y la elaboración conjunta de la respuesta. Sin esta base relacional, de poco valen las normas y las sanciones, que adquieren su principal sentido desde la relación, el afecto y los vínculos construidos dentro del grupo.

Interesante fue también la reflexión sobre las preguntas restaurativas y el análisis de las preguntas que solemos hacer al alumnado y a las propias familias. Lejos de insistir en los “por qué” o los “quién ha sido”, son mucho más interesantes las preguntas que buscan aclarar “qué ha pasado”, “a quién le afecta”, “cómo se sienten las personas afectadas”, “qué piensas ahora de lo ocurrido” y “qué podríamos hacer para mejorar la situación”. Por último, unas reflexiones sobre los círculos restaurativos y sus características, así como los cambios de actitud y planteamiento necesarios, tanto a nivel de profesorado como del propio centro, sirvieron para cerrar la reflexión, tras más de dos horas de tratamiento del tema.

Quizá lo más importante de esta experiencia fue el poder comprobar el entusiasmo y el deseo de continuar el próximo curso tanto con las acciones iniciadas y llevadas a cabo este curso como con las nuevas perspectivas mostradas en la jornada, buscando su concreción a través de grupos de trabajo dispuestos a llevar a la práctica diaria de los centros estos planteamientos restaurativos. Y todo ello con el apoyo del propio ayuntamiento.

Lo llevado a cabo por el Ayuntamiento de Arganda y por el de Móstoles pone en primer plano dos experiencias concretas, indicadoras del importante papel que pueden y deben representar los ayuntamientos en el trabajo de desarrollo e implantación de la convivencia positiva. Es necesario reivindicar su papel y crear cauces para que su acción se generalice.

Son varias las acciones que puede poner en marcha un municipio para el fomento de la convivencia. Sin ánimo de exhaustividad, puede impulsar el estudio y análisis de la situación de la convivencia en los centros educativos y en el propio municipio, en general. Puede, asimismo, poner en marcha acciones de formación dirigidas tanto a las familias como al alumnado, incluyendo aquí también las dirigidas al propio profesorado. Puede organizar actividades y encuentros para el fomento de la convivencia, impulsar también actividades de apertura al entorno a través de proyectos de aprendizaje-servicio facilitados por el propio ayuntamiento… Y, sobre todo, puede y debe coordinar y hacer sinergia con todas las actividades que se llevan a cabo, respetando el papel protagonista de los centros.

Suele decirse que, en educación, es la hora de los municipios, y que es necesario reforzar su papel y función en ella. Los temas relacionados con la convivencia son un buen ejemplo de ello. Animemos y potenciemos su papel, pues los resultados, sin ninguna duda, van a merecer la pena.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/convivenciayeducacionenvalores/2018/06/26/los-ayuntamientos-y-el-trabajo-de-la-convivencia-2/

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Educación quiere decir (también) política

Por: Xavier Besalú

La neutralidad es sencillamente imposible si hablamos de educación, porque no hay educación sin principios y valores, porque educar supone un camino, unas finalidades, un modelo de persona y de sociedad. Y eso vale tanto para la educación familiar como para los sistemas educativos.

Por si alguien tuviera dudas, no hay más que acudir a la legislación vigente: “El sistema educativo español se orientará –entre otros– a la consecución de los siguientes fines: la formación para la paz, el respeto a los derechos humanos, la vida en común, la cohesión social, la cooperación y la solidaridad entre los pueblos; la formación en el respeto y reconocimiento de la pluralidad lingüística y cultural de España y de la interculturalidad; la preparación para el ejercicio de la ciudadanía y para la participación activa en la vida económica, social y cultural, con actitud crítica y responsable…”. Y ahí, claro, empiezan los problemas. Porque, para algunos, esos principios y valores formarían parte de la retórica burocrática sin incidencia alguna en la práctica educativa. Otros quisieran circunscribirlos a la codificación jurídica estricta, sin margen para la interpretación y la adaptación a situaciones nuevas, como si para cada caso estuviera ya prevista una respuesta infalible.

Pero la realidad es cambiante, ningún valor es absoluto ni se da en unas circunstancias impolutas –tal y como reconoce, por otra parte, el aprendizaje competencial–, de forma que los educadores deberemos navegar siempre con un horizonte predeterminado, con unos anclajes sólidos, pero por un mar imprevisible con unas personas singulares y libres, que nos obligarán a una toma de decisiones constante, a transformar en acciones aquellos criterios que nos guían, a interpretar adecuadamente las necesidades y las posibilidades que se nos ofrecen.

Porque, siguiendo con el artículo de la LOMCE/LOE que hemos citado, mientras para unos formar para la paz sigue significando preparar la guerra, para otros es renunciar a cualquier tipo de violencia. Mientras para unos los derechos humanos universales tienen fronteras y grados, para otros son inherentes a cualquier persona, independientemente de sus características personales y de su nacionalidad. Mientras para unos la cohesión social obliga a mantener en el ámbito privado determinadas prácticas con el fin de prevenir reacciones airadas, para otros no puede haber cohesión sin libertad. Mientras unos creen que algunas lenguas –por el hecho de ser habladas por muchísimos millones de personas o por tener el respaldo inequívoco de un Estado– tienen más derechos, otros piensan que la igualdad es justamente que reciban un trato y un afecto equivalentes. Mientras unos reducen la interculturalidad a folklore y buenas palabras, otros piensan que más bien obliga a abordar el racismo institucional y cotidiano. Mientras para unos el ejercicio de la ciudadanía se reduce a introducir el voto cada vez que somos llamados a las urnas, para otros quiere decir un ejercicio irrestricto de la libertad de expresión y de asociación y un control permanente de la acción de los gobiernos.

La verdad es que, el pasado invierno, me sorprendió comprobar que buenos profesionales de la educación, maestros competentes y comprometidos, dieran por buena la sentencia del gobierno español que acusaba sin matices al sistema educativo de Cataluña de estar al servicio del independentismo, ya desde el currículum oficial, y de someter al alumnado a una especie de lavado de cerebro para conseguir sus fines. Me sorprendió porque estamos en la era de la información y es fácil y hasta cómodo contrastar supuestas verdades, calumnias interesadas o acusaciones sin pruebas. Porque si bien es cierto, como han demostrado diversas investigaciones fiables y rigurosas, que todos los sistemas educativos fomentan una determinada pertenencia cultural y política, y se esfuerzan por transmitir una identidad nacional diferenciada, es injusto y discriminatorio atribuirlo únicamente a las naciones sin estado, como sería el caso del País Vasco y Cataluña, sin decir también que eso es lo que hace el estado español con muchos más medios y a lo mejor “sin que se note el cuidado”.

Cuando esta acusación pasó del sistema educativo en general a los docentes en particular, denunciados por –supuestamente– adoctrinamiento político, obviando los mecanismos que cualquier centro educativo tiene para abordar discrepancias, problemas educativos o errores didácticos, empezando por el diálogo con los propios profesionales o con las direcciones, pero propalándolo a bombo y platillo en televisiones y periódicos afines, utilizando fiscales, jueces y ministros para denigrar impunemente, como después se ha visto, creo que queda claro que estamos asistiendo a una auténtica ofensiva política partidista. Una especie de cacería que utiliza a la escuela, al profesorado y al alumnado como material arrojadizo, de usar y desechar, destruyendo un bien tan preciado como intangible como es la confianza en un servicio público que goza de la estima mayoritaria de la ciudadanía y que cumple unas funciones sociales de primera magnitud, especialmente en tiempos donde todo tiende a mercantilizarse y en que han crecido exponencialmente las desigualdades sociales.

Y si hablamos de educación y política, inevitablemente deberemos acudir a Paulo Freire. En 1985 publicó un libro de título diáfano, La naturaleza política de la educación, donde escribió palabras como las siguientes: “El elemento político de la educación es independiente de que el educador sea consciente de dicho factor, que jamás es neutral… Por lo cual resulta muy importante decidir opciones. Los educadores deben preguntarse para quién y en nombre de quién trabajan”.

Educar exige siempre compromiso, porque es una intervención que no queda solo a nivel de los principios, sino que demanda un hilo de coherencia entre el discurso y la práctica. Educar anuncia una esperanza de futuro, sobre todo para aquellos que lo tienen todo en contra, es una fisura contra el fatalismo y la resignación, sean cuales sean los obstáculos a eliminar. El mismo Freire, en otro de sus libros, lo expresa con una analogía: “En el mundo físico, el conocimiento de los terremotos ha dado lugar a toda una ingeniería que nos ayuda a soportarlos; no los elimina, pero atenúa los daños”. Algo parecido podríamos decir cuando nos esforzamos por comprender críticamente y transformar la realidad: no es de ningún modo inevitable la adaptación, aunque cambiarla no esté en nuestras manos o nos parezca casi imposible, pero debería ser posible amortiguar sus efectos.

Para Freire, la docencia no puede ser otra cosa que directiva y, justamente por ello, debe hacer frente a algunos riesgos: el del autoritarismo, el de la manipulación, el de la arrogancia, el del elitismo, el del vanguardismo… A ese tipo de prácticas educativas Freire las califica como “de conquista”, porque pretenden someter al educando, o “de invasión”, cuando lo que buscan es imponer una determinada versión de la cultura y el conocimiento. Pero la dirección no está reñida ni con la democracia, ni con el diálogo y la participación, ni con el afecto. De lo que se trata es de partir siempre de la lectura del mundo de los educandos, de su visión de la realidad, de su experiencia vital. Pero no para quedarse en ella: por eso, una de las funciones del docente es la de “desafiar” al educando, forzarle de alguna manera a repensar sus creencias y asunciones a la luz de la ciencia y de las experiencias vitales de los otros, a través del diálogo y del debate argumentado, para promover nuevas formas de comprensión de la realidad.

Al terminar este artículo, Correos me tiene reservada una sorpresa especialmente oportuna: en el buzón encuentro el nuevo libro de Jaume Carbonell, el que fuera director de la imprescindible Cuadernos de PedagogíaLa educación es política, donde –entre otras cosas– se ocupa de la catástrofe del Prestige y el movimiento Nunca máis, de las guerras (nuestra guerra civil y la segunda guerra mundial), del referéndum del 1 de octubre en Cataluña y de los atentados de Barcelona y Cambrils de agosto pasado, y donde escribe “contra el mito de la neutralidad”, a favor del “compromiso ético y político del profesorado”, y apuesta por “activar el pensamiento crítico, equilibrando razones y emociones”. ¡Ahí queda eso!

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/06/20/educacion-quiere-decir-tambien-politica/

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Ilusión interesada: la etiqueta ecológica se convierte en el emoticono más utilizado

Por: Carmelo Marcén Albero

Habrá que prevenir a los estudiantes de que también hay trampas en algunas etiquetas, que deben ser críticos con lo que comen o llevan puesto.

La escuela es un conjunto diverso y cambiante, un magnífico caleidoscopio de la vida cotidiana, tanto por lo que recoge del mundo exterior, sobre todo próximo, como por lo que puede proyectar sobre él. Por eso no estaría de más que acogiese, como tema de estudio o debate, cuestiones que pueden parecer ajenas al aprendizaje. Alguien pensará que es una audacia sin sentido hablar en las escuelas e institutos de las etiquetas, pero dado que tienen una potencialidad plena en la sociedad actual nos atrevemos a proponerlo. Además, las portamos tanto las personas como lo animales o los objetos. Son marcas resistentes -se convierten en señales de comportamiento con el tiempo- que resultan difíciles de separar de alguien o algo; tanto es así que nos previenen o nos dicen qué debemos hacer ante esa señal, incluso cómo debemos sentirnos.

Nos hemos acostumbrado a ello y no sabríamos vivir de otra forma. En el diario de una jornada de cualquiera de nosotros tienen un papel importante. ¿Cómo podrían vivir nuestros abuelos sin ellas? Por entonces lo de la etiqueta quedaba sujeto a los usos que el diccionario atribuye al bien obrar (protocolo, fórmula, rito, etc.), que se podría resumir en el letrero “donde fueres haz lo que vieres”. Entre todas las etiquetas de hoy -más asociadas a rótulo, sello o marca que son otros sinónimos que dan las Academias de la Lengua Española- hay que colocar en un lugar preferente a los emojis, pues marcan nuestra comunicación. Los emoticonos inundan los chats, ya sea en Messenger, WhatsApp, Telegram o Twitter. Incluso Facebook se inventó el “Día Mundial del emoji” pues decía que quienes nos movemos por esas redes enviamos más de cinco mil millones de ellos cada día. Eso sí, los más utilizados son los que muestran risa o corazones. ¿Cómo no hablar en la escuela de este asunto?

Podríamos concretarnos en las etiquetas que portan los productos y materiales que usamos. La Administración las regula, los comerciantes las incorporan y las organizaciones de consumidores nos alertan de que debemos leerlas, aunque no entendamos una buena parte de lo que en ellas se dice; hay tantas palabras extrañas y las letras de tamaño tan reducido que nos invitan a pasar de ellas. Invitemos a nuestros alumnos a que examinen una muestra de envoltorios de los productos cotidianos que consumen. Es posible que desconozcan los datos nutricionales -la normativa europea obligó en 2011 a que así fuera, expresado en porcentajes por 100 gramos o 1.000 ml-, y en qué cantidades contienen cada uno, y que ignoren las posibles afecciones a la salud en caso de un consumo desordenado.

Reclamemos su atención, pues las organizaciones de consumidores han alertado del mal uso que se hace de distintivos como “natural, ecológico, casero, tradicional o artesano”. Si se confirma que la etiquetas no se leen, no debemos darnos por vencidos, pues contienen símbolos más sencillos e ilustrativos. Vayamos en su búsqueda. Hay muchos, pero podría servir como ejemplo el símbolo del reciclaje que está incorporado en multitud de envases y productos. Casi todos estudiantes sabrán qué significa, más o menos. Mejor aún, abrámosles el interés por la etiqueta ecológica para que la lleven a sus domicilios.

La etiqueta ecológica europea (EEE), que se conoce también con el distintivo Ecolabel significa que los productos cumplen unos rigurosos criterios ecológicos y así los identifica. Las empresas se implican -voluntariamente y a la vez se someten a vigilancia- con ellos al elaborar productos de la máxima calidad, y los consumidores podemos elegir los más sostenibles, lo cual significa comprometerse con el cuidado del entorno a la vez que consumimos productos de la máxima calidad. Hoy la portan en toda Europa alrededor de 40.000 productos o servicios. La marca de calidad ecológica no se refiere únicamente a alimentos sino que alcanza a otros muchos productos, que exhiben marcas similares. Algunos tan utilizados en casa como el sello de agricultura ecológica, el que nos asegura que los bosques con los que se elabora el papel o la madera están bien gestionados (FSC, PEFC), el que limpia la cosmética (Natrue), ese que nos certifica el textil (Made in Green o Global Organic Textile Standard), el pescado como debe ser (MSC-Marine Stewardship Council), la leche buena de verdad (PLS) y alguno más. De todas hemos de conocer su logo -tiene algo de protocolo, fórmula o rito pero también sello y marca, como dice la RAE-, pero todavía no son emoticonos famosos. ¿Quién sabe si con el tiempo?

Seguro que los estudiantes, están más preparados para llenar los armarios de sus casas con ellos después de hablar despacio sobre los pros y contras de estos productos; habrá que prevenirles de que también hay trampas en algunas etiquetas, que deben ser críticos con lo que comen o llevan puesto. Aunque no se consigan efectos de inmediato, es conveniente acercarse al caleidoscopio que es la vida y hacerlo de una forma responsable. Es nuestra ilusión interesada a la hora de proponer cuestiones de este tipo: hablar entre nosotros para pensar colectivamente, para actuar individualmente. Habrá que preguntarse más de una vez en clase, con los chicos y chicas, si “las palabras sin pensamiento suben al cielo”, como hacía Shakespeare; en sus tiempos no había emoticonos como ahora y se empleaban otras etiquetas. Ilusión interesada: la etiqueta ecológica (multifuncional y socialmente responsable) domina el pensamiento que encauza la vida.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/ecoescuela-abierta/2018/06/15/ilusion-interesada-la-etiqueta-ecologica-se-convierte-en-el-emoticono-mas-utilizado/

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Venezuela: ME inició transformación del proceso de lectura y escritura en las escuelas

América del Sur/Venezuela/Prensa ME

Concretar las políticas educativas impulsadas por el Gobierno Nacional, es la vía para generar procesos de cambios y transformación en el sector, y la lectura y la escritura es un aspecto central para lograr materializar las metas planificadas por el Ministerio del Poder Popular para la Educación.

El planteamiento lo hizo ayer la directora de Proyectos del nivel de Educación Primaria del Ministerio para la Educación, Carmen Mendoza, en el auditorio Gastón Parra Luzardo en la sede del Banco Central de Venezuela, donde se realizó el conversatorio Encuentro de Educación Primaria: El pueblo leyendo y escribiendo.

En la actividad, que contó con la asistencia de 350 docentes investigadores del proceso lectura y escritura y la participación de cuatro expertos en las citadas dinámicas, se analizaron conceptos y propuestas pedagógicas vinculadas con la creación en la escuela de una microsociedad de lectores.

Mendoza destacó que la jornada responde al llamado que les hizo el ministro del Ministerio del Poder Popular para la Educación, Elías Jaua, quien ha planteado que “es tiempo de concreciones, no de utopías o discursos teóricos”.

Con esta actividad, aseguró, “se está iniciando el proceso de transformación personal y profesional en lo que ellos creen es leer. Tenemos que descubrir desde el maestro cuáles son las concepciones que se tienen de lo que es leer y escribir para poder nosotros darle ese poder al pueblo”.

EL PODER DEL DISCURSO

El poder popular, agregó, debe enmarcar desde su identidad socio-cultural por dónde debe guiarse el proceso de lectura y escritura, “con todas las investigaciones que están haciendo los docentes venezolanos a través de una de las políticas fundamentales creada por el Ministerio, que es el Programa Nacional de Formación de Avanzada para los educadores”.

En este programa, explicó, hay unidades curriculares que implican saber desde lo ideológico-político, el poder del discurso y de la palabra, así como unidades relacionadas con “la integración del saber y de un pueblo leyendo y escribiendo”.

SOLVENTAR DIFICULTADES

La especialista en lectura, docente Magaly Muñoz señaló que con la actividad se da continuidad al trabajo de investigación realizado por el Ministerio de Educación, para responder a la problemática que se presentaba en las escuelas donde se detectaron a muchas niñas y niños con dificultad de aprendizajes para leer y escribir.

Esta situación, indicó, se ubica tanto a nivel social como en la escuela, producto de utilizar un solo libro en primer grado, que “realmente no respondía a la naturaleza del acto de lectura y escritura ni al proceso que siguen los niños para leer y escribir, tampoco la función de las prácticas de lectura y escritura en la sociedad”.

La escuela, aseveró, es la responsable de crear las condiciones adecuadas y ofrecer a los estudiantes toda la gama de materiales como la práctica de lectura y escritura que se desarrollan en la sociedad.

“Para esto las escuelas deben estar llenas de libros, y las maestras y los maestros se tienen que formar, entender cómo aprenden los niños, cómo es el proceso de desarrollo de la lectura y la escritura y las funciones sociales”, acotó.

Fuente: http://www.correodelorinoco.gob.ve/me-inicio-transformacion-del-proceso-de-lectura-y-escritura-en-las-escuelas/

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“La educación pública tendría que ofertar una formación artística mínima obligatoria, igual que se imparten idiomas, asignaturas científicas o humanísticas”. Entrevista a Raquel Hernández. Profesora y presidenta de la Confederación de Asociaciones de Educación Musical

Entrevista/14 Junio 2018/Autor: Daniel Sánchez Caballero/Fuente: El diario la educación

Raquel Hernández defiende la necesidad de más horas de Música en el sistema educativo y, sobre todo, de continuidad a lo largo de las etapas. Se puede pasar por toda la escolarización sin dar una sola hora de Música.

A Raquel Hernández le pesa que nadie se acuerde de la Música, excepto cuando interesa. La asignatura ha sufrido un duro varapalo en los últimos años, cuando la Lomce la sacó del catálogo de materias obligatorias. Ahora mismo, explica Hernández, se puede pasar por todo el circuito obligatorio sin dar una sola sesión. Pese a todos los beneficios que comporta, añade la presidenta de la Confederación de Asociaciones de Educación Musical y profesora de Secundaria desde hace 22 años. “La música es un elemento aglutinador que llega a todo el mundo”, afirma. Y cita el ejemplo de los alumnos de una clase con necesidades especiales a los que juntan con sus compañeros en Música o Plástica “porque son las clases donde mejor se van a integrar con sus compañeros”. Durante toda la conversación, Hernández insistirá en una idea: “Peleamos para que la educación musical esté donde tiene que estar y no como está ahora. No todo el mundo puede estudiar música fuera del colegio”.

¿Cómo está la educación musical en España?

En general —yo controlo más primaria y secundaria— está mal. No porque no se hagan bien las cosas, sino porque está maltratada por el Gobierno y la legislación. Si hablamos de conservatorios, aunque los domino menos, tienen sus problemáticas también. Siguen siendo infravaloradas, el ministro Wert habló de “las asignaturas que distraen” y entre ellas estaba Música. Eso se reflejó así en la Lomce, que es la ley que más daño nos ha hecho en los últimos años, y hace que nuestro trabajo sea complicado.

La normativa permite que un niño entre en primaria y acabe secundaria sin haber cursado nunca Música o ninguna enseñanza artística. Afortunadamente, las comunidades, en el ámbito de sus competencias, han regularizado, aunque de una manera desigual. Algunas han pasado de tener dos años obligatorios a uno. Como no se imparte la asignatura en los mismos cursos en todas las comunidades, yo he tenido este año un chaval que venía de Almería y no estaba dando Música. Estos problemas no aparecen en otras áreas que sí están consideradas y que tienen una continuidad a lo largo de la vida escolar. En el caso de la Música, esa continuidad, que teníamos con la Logse, no existe, la hemos perdido. Nadie se plantea quitar un año de Inglés o cualquier asignatura, a nosotros sí nos pasa y eso nos hace mucho daño.

¿Y el currículo?

El currículo es inabarcable con el tiempo que nos dan y que no responde a las expectativas de la realidad social y tecnológica que vivimos. Yo hablo con mis compañeros y les planteo que tuvieran que dar, por ejemplo, historia de la Filosofía entera en dos días a la semana, con sesiones de 50 o 55 minutos. Tenemos un temario amplísimo y con la problemática añadida de que, con los exámenes de septiembre en junio, hemos perdido tres semanas de clase.

La del currículum es una queja bastante extendida entre el profesorado en general, veo que también les afecta.

Es muy amplio. Tenemos toda la parte del lenguaje musical y luego la de historia de la música. Por ejemplo, en 1º (en Navarra, en Madrid es en 2º) se suele dar lenguaje musical, interpretación y escucha. En 3º, el grueso es Historia de la Música, aunque luego la puedas impartir de una forma u otra. El currículum de 4º tiene más que ver con las nuevas tecnologías, la música de cine, medios de comunicación. Son ámbitos muy diferentes, pero es inabarcable con el tiempo que nos dan.

¿Cuál sería el tiempo mínimo necesario?

Se trata sobre todo de que hubiera continuidad entre los cursos y fuera obligatorio en primaria con dos sesiones. No puede ser que haya una sesión de 45 minutos, que es lo que hay, excepto en algunas comunidades. Sobre todo pedimos continuidad, que no haya un año en blanco, ni entre primaria y secundaria ni en secundaria. Si hubiera continuidad y una racionalización del currículum, podríamos con dos horas, pero lo ideal serían tres para poder tocar más, hacer una escucha activa y trabajar más cosas.

Siempre nos dicen que los chavales pueden estudiar música en una escuela de música. Pero también inglés. Y no todo el mundo tiene la oportunidad o se lo puede permitir. La educación pública tendría que ofertar a todo el alumnado una formación artística mínima, y eso debería ser obligatorio igual que se imparten idiomas, asignaturas científicas, humanísticas… La Música abarca todo, es arte, es un lenguaje, es ciencia. Tocamos todos los palos. Somos Matemática y Física, somos un lenguaje con nuestra propia escritura, somos un arte, una forma de expresión y comunicación. Es impresionante que la materia siga estando tan maltratada cuando la música alcanza a un altísimo porcentaje de la población. Si hay algo que hacen los chavales es moverse, cantar, bailar, escuchar música.

¿Se puede dar una clase de interpretación o lenguaje musical a 30 alumnos a la vez?

Es muy complicado. Y lo que te encuentras en las aulas en secundaria es muy dispar y depende de lo que se haya dado en primaria. Los números no ayudan, entre otras cosas porque a veces ni siquiera hay una dotación suficiente para trabajar con los chicos. Muchas veces depende más de lo que tú tengas para poder trabajar. No nos queda otra, nos acoplamos a la realidad que tenemos, pero no es lo ideal, ni siquiera por espacio físico ni por dotación.

“Dependes de lo que tú tengas para poder trabajar”. ¿Habla de materiales propios?

A veces sí. Las dotaciones dependen mucho de cada instituto, de muchos factores. Que haya habido un profesor implicado que haya ido consiguiendo material o que haya habido mucha interinidad. También me refería a las capacidades de cada uno: hay gente haciendo maravillas con pajistas o palos chinos. Hay compañeros que hacen talleres de construcción de instrumentos… Utilizas la imaginación y la creatividad, que también es una forma de implicar al alumnado y de que lo haga suyo.

Orquesta del IES Jaime Vera de Madrid.

¿Se sienten abandonados, como si a nadie le importara la música?

Sí, claro. Se ve reflejado en la carga horaria que nos dan y el reconocimiento que le dan a nuestra materia. Pero no solo a los profesores, el ámbito laboral lo dejo fuera, la asignatura está marginada. En algunas comunidades ni siquiera está entre las asignaturas que regulan los gobiernos regionales. En bachillerato todas las materias puramente artísticas están en el grupo de específicas optativas. Un alumno puede estar haciendo el Bachillerato de Artes, pero tienen Música como optativa y no se pueden examinar en la Selectividad porque solo entran las troncales. Hay un agravio comparativo con los estudiantes de Sociales o Ciencias porque nuestros alumnos no se pueden examinar de las asignaturas que ellos han elegido. En secundaria, estamos al nivel del segundo idioma, ni siquiera al nivel de Educación Física o Religión. Es fuerte que en Bachillerato, habiendo una modalidad de Artes, no hay una asignatura de Música. Los damnificados son los alumnos y se han quejado mucho de la situación.

Se reunieron con los partidos por el pacto… ¿Qué conclusión sacó de aquellas citas?

Nos reunimos con responsables del Ministerio y con los cuatro partidos principales. La sensación siempre es que nos entendían e incluso compartían algunas cosas, pero se quedaba en general todo en buenas palabras. En algunos ves más sensibilidad y más comprensión.. Pero a mí no me interesa eso, me interesa que me digan qué van a hacer para cambiar esto. Con el Ministerio la impresión fue positiva también, pero te quedas con la sensación de que al final hay que repartir el pastel y ellos se creían que íbamos a pedir horas, sin más. No. Hace falta una educación integral y eso implica una educación humanísitaca, científica y artística. No se puede obviar lo artístico, cada vez más estudios confirman lo que aporta la Música, incluso para otras asignaturas. Un alumno que estudia o hace música adquiere una serie de herramientas como la escucha, la paciencia, la perseverancia, insistir, saber que tiene que estar en silencio para escuchar a sus compañeros y saber cuándo tiene que entrar. También la tecnología, utilizamos metodologías nuevas… Todo eso no se ve y es muy frustrante. Sabemos que nos tienen en consideración, pero al final parece que esto es una cuestión de lobby, y los hay más fuertes. Es raro que se hable de Música. Se habla de Religión, de Filosofía, pero nadie habla de Música. A veces tienes la sensación de que estamos para un roto y un descosido.

¿Tiene alguna esperanza de que la situación vaya a cambiar?

Soñar es gratis. Con el pacto en Coaem no teníamos mucha esperanza. Habrá que ver qué hace la nueva ministra, pero la historia no habla muy bien de ella desde ese punto de vista, Euskadi no es donde más horas de música hay. ¿Pueden cambiar las cosas a nivel estatal? Nosotros estaremos enfrente, presentaremos nuestras propuestas y pelearemos por ello. Esperanzas, pocas, aunque es lo último que se pierde.

¿Qué pueden hacer las familias por la música?

Las familias y en general la sociedad. Nosotros tenemos una campaña que es Educa con Música en la que estamos recabando apoyos de personalidades. Nos apoyan las universidades también, los conservatorios. Para que la sociedad se dé cuenta de que la música forma parte de nuestra vida, tenemos que saber más de ella, darle a los chavales esa capacidad. Cada vez se piden más perfiles de gente con creatividad, y la creatividad se puede trabajar desde muchos ámbitos, pero seguro que desde la música se puede. Las familias pueden protestar, exigir. Pero no debe quedarse en las familias, tiene que saltar a la sociedad en general. Hay que darle valor al arte. Una sociedad que da valor al arte es una sociedad distinta, y aquí hablamos de esto. Pero ha de ser un cambio global, las familias solas o los profesores no hacemos nada. Y ahora lo que prima son las lenguas, las matemáticas, el inglés. Mi hija tiene siete sesiones de Lengua a la semana, seis de Matemáticas y una de Música y una de Plástica. Me pregunta por qué no puede tener más horas de Música y Plástica. Los niños cantan, bailan, pintan. Necesitarían tener expresión corporal, teatro, para que cuando hablen en público no se pongan a temblar. Eso lo trabajamos en Música, tienes que dar conciertos. Nosotros tenemos Musiqueando, con la que hemos sacado a 30.000 chavales a la calle a hacer conciertos. Trabajan el miedo escénico, pero son trabajos que no se tienen en cuenta. Priman otras áreas, que no digo que no deba hacerse, pero no siempre a costa de los mismos, que son las materias artísticas.

¿Somos una sociedad insensible con las artes?

En el sentido del reconocimiento, sí. Nos gusta el arte, la literatura, el cine. Se va al teatro, a festivales. Pero luego la gente descarga películas. En muchos casos no se ve todo lo que conlleva que haya esa obra de teatro, esa película, ese concierto. No se valora todo lo que hay detrás, que es un trabajo ímprovo, con muchas horas de estudio y trabajo. Muchas veces no se entiende que eso viene de una formación, y esa formación viene desde la escuela. Creo que no se valora esto, aunque sí somos un país que valora el arte. Por ejemplo, no hay normativa para un escenófrago, que es el autor de una escenografía y no está protegido por nadie, como la SGAE protege a los músicos.

Ha mencionado de pasada Musiqueando y Educa con Música. ¿Qué otras acciones tenéis en marcha o pensadas?

En función de cómo vayan transcurriendo las cosas nuestra intención es movilizarnos de forma más evidente. Ahora estamos recopilando apoyos a con la campaña Educa con Música y demostrando a la sociedad lo que hacemos en las aulas a través de Musiqueando. Les ven sus padres, sus abuelos. Es una experiencia muy bonita. Llevamos cuatro años y cada vez más centros y niños se apuntan. Esto lo podemos hacer si tenemos tiempo para poder trabajar con tranquilidad. Les gusta tocar en grupo, escucharse. Tenemos que dejarles la opción de que tengan áreas como la nuestra en la que puedan trabajar de otra forma que no sea memorística, que no sea un esfuerzo mental inabarcable o un esfuerzo terrible en casa. No es que no haya que trabajar, con la Música se trabaja mucho, pero de una forma diferente. Los chavales necesitan respirar, seis horas de clase son muchas. Necesitan poder crear.

Imagen: http://eldiariodelaeducacion.com/wp-content/uploads/2018/06/raquel-hernández.jpg

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/06/14/la-educacion-publica-tendria-que-ofertar-una-formacion-artistica-minima-obligatoria-igual-que-se-imparten-idiomas-asignaturas-cientificas-o-humanisticas/

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Los candidatos y el futuro de la reforma educativa

Por: Eduardo Andere

¿Qué pasará con la educación, con la SEP, con el INEE, con la evaluación de maestros? ¿Continuará la reforma educativa?

Viviremos algunos meses de incertidumbre. Recordemos que el lenguaje de los políticos en campaña es diferente al lenguaje de los gobernantes y legisladores. En campaña nada importa más que ganar las elecciones. Así que las verdaderas intenciones se sabrán en algunas semanas más, una vez que tengamos gobernantes y legisladores electos. Sabemos lo que ellos han dicho en sus plataformas y en los debates. La información más reciente es la del debate del martes 12 de junio pasado. La ventaja de lo dicho en el debate sobre lo dicho en las plataformas es que todos nosotros escuchamos de las bocas de cada uno de los candidatos lo que ellos harían. En cambio, lo que está escrito en sus plataformas pasa por muchas plumas que enfatizan o suavizan, pero que no necesariamente refleja el pensamiento exclusivo de los candidatos.

Con base en dicho debate, los tres candidatos punteros dijeron, entre muchas otras cosas, lo siguiente:

López Obrador (LO) que “cancelará la mal llamada reforma educativa” principalmente en lo que toca a la evaluación de maestros y su rendición de cuentas. Si la reforma educativa tiene en grandes rasgos dos componentes: 1) la evaluación, idoneidad, ingreso y promoción de docentes y directivos; y, 2) el nuevo modelo educativo (es decir los nuevos currículos y libros de texto), hasta ahorita lo único que sabemos es que LO está más preocupado por el primer tema que por el segundo. Lo que dijo claramente es que preparará una nueva reforma educativa con los maestros y los especialistas y que mandará iniciativas al Congreso. Preparar una reforma toma tiempo. Mientras tanto hay normas que cumplir y ejecutar. El nuevo ciclo escolar comienza en agosto de 2018, más de tres meses antes del cambio de gobierno. Cualquiera que sean las intenciones, la reforma continuará para el próximo ciclo escolar. Si viene algún cambio será para los siguientes ciclos escolares. ¿Por dónde vendrán las ideas y los puntos finos de la nueva y “auténtica reforma educativa” de LO? Tenemos que esperar para ver. Hasta que su equipo de transición, en su caso, empiece a consultar, analizar y ventilar propuestas sabremos por dónde irá. Por lo pronto, el enorme transatlántico de “la educación” zarpará en agosto de 2018. Cambiar su inercia llevará tiempo y será costoso. Así le sucedió al Titanic.

Ricardo Anaya (RA) fue menos preciso por cuanto a la Reforma Educativo, dijo, palabras más o palabras menos, que no permitirá que las plazas se vendan o hereden. Y luego se enfocó al tema de la tecnología, de las brechas digitales y de la capacitación de maestros más que la evaluación. Pero, en esencia, dijo que sostendría lo fundamental de la reforma educativa. Como RA a diferencia de LO sí mencionó una medida que no requiere aprobación del Congreso, sí es posible observar, analizar y criticar. Dijo, si no me equivoco, que le entregaría un teléfono inteligente a toda la población y que a todos los estudiantes de educación media superior y superior les entregaría una tableta. Bueno, estas son medidas completamente populistas y rechazadas por la literatura seria en la materia. No es regalando artilugios tecnológicos como se mejorará la educación de los niños y jóvenes, o reducirá la desigualdad tecnológica y socioeducativa del país. Puede ser inclusive hasta contraproducente. Este punto sí es claramente negativo. Sí mencionó algo importante respecto al gasto reducido dedicado a la capacitación de los maestros por debajo del gasto destinado a la evaluación. Este es un punto positivo de reflexión para reorientar la política de evaluación educativa junto con las acciones de capacitación y profesionalización docente. Cuando Leonardo Curzio le hizo la pregunta “qué era mejor, si evaluaciones con base en muestras aleatorias o censales”, RA, notablemente se confundió sin saber técnicamente a lo que Curzio se refería.

Finalmente, el más moderado de todos, que en general sostuvo en casi todas las áreas que la solución era seguir haciendo, más o menos, lo que se ha hecho, es José Antonio Meade. Con él la Reforma Educativa continuaría prácticamente sin ninguna modificación, se consolidaría.

Lo realmente preocupante, en el fondo, para México y los mexicanos, es que los tres candidatos punteros, en mi humilde opinión, lucieron por el desconocimiento de las causas del problema educativo y las formas de resolverlo; prefirieron las acusaciones mutuas que las ideas novedosas y apropiadas. Además, se puede entrever en su lenguaje de política educativa, que no han estudiado a fondo la forma en la que los gobernantes y legisladores pueden ayudar a mejorar la educación. La retórica no ayuda.

Hay una buena noticia. No importa qué hagan, no importa por dónde se vaya el enfoque personalísimo de su política educativa, existe algo que ellos no pueden afectar. ¿Qué es eso? El aprendizaje. El aprendizaje es, en realidad, una función de la intimidad pedagógica que ocurre en el hogar y en el aula. En el nivel del aprendizaje de los cerebros de cada uno y de todos nosotros, lo que realmente importa, no es tanto el recurso o el discurso, sino la interacción humana entre los maestros y sus alumnos, entre los padres de familia y sus hijos.

Con o sin reforma educativa, la función de aprendizaje, es un debate entre el cerebro y la mente, una interacción humana entre los líderes pedagógicos y los aprendientes. Es la decisión personal de tomar un libro, hacer ejercicio, comer sanamente, tocar un instrumento, crecer, en lugar de ver televisión, usar los artilugios tecnológicos sin fines pedagógicos o productivos, estancarse en el diván o comer sin control cognitivo cualquier cantidad de azúcar y comida chatarra. Hasta donde yo percibo, eso no depende de ninguna política o reforma educativa, depende sí, de la interacción humana; de una decisión no de ser los mejores sino de ser mejores. No importa qué hagan los candidatos, si lo que hacen las escuelas y los maestros, lo que hacen los padres de familia, es fomentar una cultura de aprendizaje. En el póker de la educación, la cultura de aprendizaje mata a la política educativa.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/los-candidatos-y-el-futuro-de-la-reforma-educativa/

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Los ayuntamientos y el trabajo de la convivencia (1)

Por: Pedro Uruñuela 

El de la convivencia es un tema que nos ha de ocupar a todas y todos. Por eso son muchos los ayuntamientos que están realizando una labor importante de coordinación del territorio frente a este problema.

Desde hace años son muchos los ayuntamientos que se implican en el fomento de la convivencia en su ámbito municipal, potenciando, intensificando y coordinando actuaciones a favor de la misma. Resultaría muy difícil mencionar todas estas iniciativas puestas en marcha y sería injusto no mencionar a muchos municipios muy implicados en este trabajo.

El compromiso de los ayuntamientos es una garantía de éxito de los programas de convivencia. No se trata de poner en marcha una acción puntual y aislada. Se trata más bien de actuar a nivel general, de manera sinérgica, potenciando las acciones propuestas en cada centro, ayudando a su puesta en marcha y poniendo de manifiesto que, realmente, el trabajo de la convivencia es una tarea común, que nos afecta e interpela a todos y a todas.

En este último mes he tenido el honor de participar en dos iniciativas de fomento de la convivencia, a partir de las peticiones que nos llegaron a la asociación CONVIVES. Se trata de las iniciativas de dos municipios de la Comunidad de Madrid: el Ayuntamiento de Arganda del Rey y el de Móstoles.

Desde la concejalía de Educación del municipio de Arganda del Rey se ha presentado el Plan Estratégico Municipal de Convivencia Escolar 2017-2020, fruto de la discusión y participación de los distintos centros educativos de la localidad a lo largo de este curso. Como señala el propio ayuntamiento, educar para la convivencia supone fomentar la cultura de paz a través de la promoción de valores y hábitos de convivencia democrática, con especial énfasis en la participación, el diálogo y la corresponsabilidad de todos los miembros de la comunidad educativa. Todo esto implica el fomento y desarrollo de valores como el respeto a los demás, la tolerancia, la empatía, el desarrollo de actitudes cívicas y la honestidad, entre otros.

Dos son las principales preocupaciones que han llevado a la concejalía de Educación a poner en marcha esta actuación: la problemática en torno al acoso y maltrato entre iguales y, sobre todo, la necesidad de garantizar la convivencia pacífica entre el alumnado, fuera y dentro de los centros educativos. De esta forma, el trabajo de la convivencia supera una de las limitaciones más importantes en las que se suele caer, reducir e identificar el trabajo de la convivencia con la erradicación del acoso entre iguales. Por el contrario, entendiendo que la eliminación de las situaciones de maltrato es un primer paso importante y necesario, el Plan Estratégico Municipal se plantea objetivos y actuaciones ambiciosas, para llevarlas a cabo a lo largo de los tres próximos años, hasta el 2020.

Cuatro son los objetivos que se plantea el Plan. En concreto,

  • Coordinar las actuaciones de los centros educativos y otras que se están llevando a cabo en el municipio en materia de convivencia escolar.
  • Mejorar la concienciación y prevención en materia de acoso y convivencia escolar.
  • Asesorar y acompañar a las familias y centros educativos en la prevención e intervención en las dificultades de convivencia.
  • Mejorar la formación de todos los miembros de la comunidad educativa en temas de convivencia

El Plan Estratégico municipal concreta también cinco líneas de actuación prioritarias, describiendo en cada una de ellas la caracterización de dicha medida, los objetivos que persigue, y las acciones concretas que se van a impulsar desde dicha medida. Así, se quiere poner en marcha la creación del Observatorio Municipal de la convivencia escolar, que recogerá toda la información relacionada con la convivencia en el municipio, haciendo visibles todas las iniciativas llevadas a cabo por los centros educativos. Esto llevará a propuestas concretas de actuación formuladas a partir de la detección de las necesidades y a la evaluación permanente del trabajo de la convivencia en el municipio. El registro de las acciones puestas en marcha, la elaboración de un protocolo para la recogida de información o la realización de informes periódicos sobre el estado de la convivencia son alguna de las actuaciones recogidas en esta medida.

La segunda línea de acción va a suponer la creación de un Departamento de Asesoramiento en el Ayuntamiento, que dé apoyo y soporte a los centros educativos y las familias. Se trata de apoyarles en la búsqueda de las respuestas más adecuadas a las necesidades detectadas en cuanto a la convivencia, creando un espacio donde poder tratar todas estas situaciones. Para ello, se creará y determinará el funcionamiento de este Departamento, estableciendo su protocolo de actuación y dándole la visibilidad que necesita ante los centros y las familias.

La tercera línea de acción busca la puesta en marcha de actividades formativas, presenciales o a distancia, en el municipio y los centros escolares. Se busca el impulso de acciones formativas que vinculen el conocimiento teórico con la práctica, dando recursos específicos para atender a grupos especialmente vulnerables.

La cuarta línea de acción va a consistir en la puesta en marcha de un concurso de “buenas prácticas” en materia de convivencia escolar y mejora del clima educativo. Se busca, así, sacar a la luz las distintas actuaciones llevadas a cabo por los centros escolares y motivar a su profesorado para la realización de un buen trabajo en convivencia.

Por último, como quinta línea de acción se propone la puesta en marcha de un soporte web que facilite el acceso a la información de las distintas actividades, para fomentar así la concienciación sobre estos temas y para facilitar los recursos y experiencias útiles para el trabajo de la convivencia.

El Plan ha establecido ya su temporalización y, en su presentación aporta también referencias sobre múltiples recursos, desde bibliografía a recursos digitales, mencionando experiencias de interés que pueden ser adaptadas y replicadas fácilmente por los centros. Pueden consultarse aquí.

Este primer curso las actuaciones se han centrado, de manera preferente, en la prevención del maltrato y acoso entre iguales, llevando a cabo una campaña de concienciación en toda la comunidad educativa sobre sus consecuencias y repercusiones en aquellos que lo padecen. Con la colaboración de la Escuela Municipal de Cine, han desarrollado seis videos sobre el acoso, material muy importante para su visión y discusión en los distintos centros docentes.

Sin embargo, no se han quedado en las acciones de prevención del acoso y maltrato. Considerando que estas situaciones de maltrato son síntoma de algo más importante, la falta de desarrollo de la convivencia, tienen planificada otras actuaciones para los sucesivos cursos, buscando poner en marcha otro tipo de acciones con el alumnado (refuerzo de sistemas de mediación, alumnado ayudante, etc.). Se da así cabida a un enfoque global y positivo de la convivencia, sin limitarse a situaciones concretas de quiebra de la convivencia y superando los enfoques puramente reactivos.

Deseamos a la concejalía de Educación y al Ayuntamiento de Arganda todo el éxito posible en el desarrollo de este Plan. Es un buen ejemplo del compromiso por la convivencia que puede plantearse cualquier municipio, y de la concreción de diversas actuaciones que pueden llevarse a cabo en este campo. Son muchos los municipios comprometidos en este trabajo, como veremos en el próximo artículo al analizar otra experiencia diferente, pero de gran interés también, la llevada a cabo por el Ayuntamiento de Móstoles.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/convivenciayeducacionenvalores/2018/06/12/los-ayuntamientos-y-el-trabajo-de-la-convivencia-1/

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