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El movimiento de la Universidad de Córdoba, la hora de los pueblos y la Universidad actual

Por: Heriberto Rivera

Por estos días de junio 2018, se estarán cumpliendo los cien años de la llamada Reforma de Córdoba, hecho de gran trascendencia para Nuestra América. Dicho acontecimiento, a diferencia de como lo han querido presentar los sectores del conservadurismo, no solamente fue una rebelión de corte académico, así como tampoco fue un evento espontaneo; por el contrario, fue un acontecimiento emancipatorio (Tatian, 2018), en los albores del siglo XX, con orientaciones hacia la justicia social, la redención del pueblo que buscaba subvertir los valores impuestos por la sociedad, el clero y los privilegiados de la clase dominante proveniente de la “chaucocracia”.

El movimiento de Córdoba, si bien nació a partir de reclamos estudiantiles y pedagógicos, inmediatamente  sus ideas  se prolongaron en un ideal político antiimperialista y en un proyecto social de unidad con la clase trabajadora.

Para algunos pensadores, los tiempos académicos no son los tiempos de la revolución, pero en el caso de la gesta de los jóvenes de la Universidad de Córdoba de la  sureña Argentina del año 1918, ambos tiempos confluyen, pues la  necesidad de una formación más allá de los textos y de los claustros universitarios, eran sin duda el ansiado momento de  búsqueda de MAESTROS, que estuvieran a tono con los cambios que para el momento se venían dando  en el mundo, aunque entrando tardíamente al siglo XX; situación ésta que marchaba aunada, aunque muchos no lo refieran así, a la consolidación de la “hora americana”, de hacer realidad el sueño de nuestros libertadores, Bolívar, San Martín y Rosas, así como tantos otros que batallaron entre la vida y la muerte, con la pluma y con la espada, para forjar la gran Patria Americana.

La herencia del movimiento de Córdoba, trasciende lo académico en lo que las tres misiones principales se refiere a  la universidad  como son docencia, investigación y extensión, de hecho su “influencia más profunda estará marcada por una reaparición en escena del ideal revolucionario americano de fines del siglo XVIII y principios del siglo XIX contribuyendo a la recuperación de la necesidad de una identidad común y del destino de Patria Grande que habían soñado Bolívar Y San Martín para una  América Unida e independiente”(Pittelli y Hermo, 2010).

Reivindicar el movimiento de Córdoba es extraerlo  de los claustros del oscurantismo académico en la que lo ha colocado la ortodoxia, es rescatarlo de las homilías republicanas que siempre han pretendido desnaturalizar el verdadero sentido del subversivo movimiento de los estudiantes de Córdoba en la  oportunidad de su aniversario.

Así mismo, es rescatar la firmeza revolucionaria de su líder fundamental Deodoro Roca que fue el ideólogo principal de la Reforma Universitaria de 1918 y que en 1920 propuso suprimir el doctorado cuarenta años antes que el mayo francés, cuestionado los exámenes, constituyendo una pedagogía socialista, antiautoritaria a partir de la propia pedagogía latinoamericana.

Ciertamente Deodoro Roca fue la pluma más inspirada del movimiento autor del manifiesto liminar que llego a tener proyección de carácter internacional.

En ese sentido, según Pittelli y Hermo (2010) expresan que el movimiento de Córdoba llego a influir en el Mayo francés de tal forma  que la “herencia de Deodoro Roca afloraría en la enorme rebelión de los 60 y 70 y su influencia sería universal, a tal punto que como reconociera Daniel Cohn Bendit, “la rebelión juvenil europea del Mayo francés estaría inspirada  directamente por  su pensamiento, incluso textualmente en alguna de sus consignas tales como << a los exámenes responda con preguntas>> o <<prohibido prohibir>> estampados en los muros de París”.

El ideario de la reforma universitaria argentina se adelanto 50 años al clima cultural europeo, fue un movimiento con mayor  sustrato político superando en muchos aspectos al movimiento francés,  éste por el contrario dio  inicio a lo que algunos llaman la cultura del espectáculo y de los grafitis. “Precursoramente, Deodoro Roca, se esforzó por conjugar a tres pensadores que volverían a ocupar la escena en los años sesenta: Marx, Freud y Nietzsche” (Kohan, 2011).

En el campo pedagógico, suficiente razón tiene Néstor Kohan (2011) al establecer que la obra precursora de Deodoro Roca sienta las bases para una “pedagogía socialista centrada en la libertad y no en la disciplina autoritaria, en una relación entre maestro y alumno dinámica y no mecánica, horizontal y ni vertical. Muchísimos años después, algunas de estas ideas serán trabajadas por el pedagogo brasileño Paulo Freire en su pedagogía del oprimido”.

En este contexto, se hace necesario recuperar la memoria  de aquellos  hitos históricos que sedimentaron el movimiento de alta política, pedagógica y social surgida en la Universidad de Córdoba, así como su vigencia y la situación actual de la  universidad venezolana del siglo XXI.

Los protagonistas del movimiento de Córdoba, estaba compuesto por estudiantes, profesores de la universidad, ubicados muy lejos del reformismo e iniciaron una revolución que con el paso del tiempo fue traicionada y vulnerada; el engendro de los estudiantes de Córdoba, estaba impregnado del espíritu de la lucha de la independencia forjada cien años atrás; por cierto una independencia aún inconclusa.

Realizar el presente escrito tiene la intención, siguiendo el camino de la historia, él cual es la verdad, ser testigo del pasado, que supere el hábito de algunos historiadores de convertir a los grandes acontecimientos y sus protagonistas en muñecos de cartón, en esterilizarla para que sea menos incomodo su recuerdo y rememoración.

El movimiento de Córdoba, trasciende el hecho meramente pedagógico, rompe las cuatro paredes del claustro universitario y se planta como un movimiento político social que tuvo la intención de desgarrar los “virreinatos espirituales” que seguían dominando a las universidades luego del proceso de independencia. (Tünnermman, 2008).

Dentro de ese marco, la Reforma de Córdoba, permitió que por primera vez en Latinoamérica, la Universidad fuese al reencuentro con su pueblo y lograra asumirse como efectivamente  consigue  convertirse en un gran movilizador social, en el gran catalizador para proyectar los cambios sociales y político que emergen de la sociedad que se abre pasos a codazo entre los  amarres de la tradición que paralizaban los avances planteados.

El movimiento de Córdoba, inicia la vía de originalidad latinoamericana en el campo político, económico y social, pudiéndose afirmar que hoy a cien años de su surgimiento, sus planteamientos tienen aún plena vigencia y no se han extinguido por el paso de los años.; los jóvenes de Córdoba, tuvieron la valía y el coraje de “enfrentar a la universidad europeísta que, con contadas excepciones, culturalmente sometida al pensamiento impuesto e importado por las metrópolis y considerablemente reacia a problematizar la necesaria “hora americana”.

El ímpetu y la osadía e irreverencia  estudiantil decidieron enfrentar a un régimen universitario anacrónico “fundado sobre una especie de derecho divino” en la que por siglos el saber y la verdad fueron monopolios de élites sociales que, para perpetuarse en sus privilegios pretendieron y aún pretenden mantener celosamente bajo su control las claves del conocimiento y de las ciencias, que de esa manera se tornan en instrumentos de dominación y vasallaje.(Márquez, 2003).

Comentario aparte merece equiparar y  hacer notar la especie de “derecho divino” si se iguala con la infausta  política del “Destino Manifiesto”, el caballito de batalla que los Estados Unidos en su afán de imponer el capitalismo en todo el mundo han usado para aislar, invadir, derrocar gobiernos y masacrar a los pueblos resistentes.

Ese “derecho divino” lamentablemente aún persiste en la universidad en pleno siglo XXI, el cual se expresa en los grupos y parcelas de poder de corte academicistas que persisten en imponer modelos educativos inspirados en el norte y otros centros hegemónicos. Ese “derecho divino”, que se manifiesta  a través de una visión epistemológica colonial que media las relaciones jerárquicas y organizativas sobre la cual se ha montado la universidad tradicional venezolana. (Portillo y Memdez, 2017).

Las propuestas del manifiesto Liminar de Córdoba, tuvieron siempre sus enemigos, que hicieron retroceder los avances, contando para ello con gobiernos que lograban abortar los cambios y transformaciones; por esa razón, es que en las llamadas universidades tradicionales e históricas, los cantos  conventuales alejan las posibilidades de servir al pueblo, guardando bajo llave sus saberes y sus estudiantes  cuidan sus cerrojos; de tal forma que hoy en pleno siglo XXI, la universidad continua tercamente por ser una abadía benedictina.

En Venezuela, las influencia del movimiento de Córdoba nacida de la inspiración estudiantil no tuvieron cabida en los años inmediatos luego de 1918 debido  ala situación política dominante en esos años- dictaduras como forma de gobierno- dicha ascendencia aparece apocadamente por los años 1946, siendo  “la primera vez en nuestro país que oficialmente se toma en cuenta al estudiantado en funciones relacionadas con el gobierno y la administración de las universidades”(Márquez; 2003). El Estatuto Orgánico de 1946  estableció,  por primera vez en el país, la representación de los estudiantes en el Consejo universitario, los Consejos de Facultad y las Asambleas de Facultad. Dicho Estatuto, fue ratificado por gobierno de Delgado Chalbaud el 23 de diciembre de 1948, vigente  hasta que la junta de gobierno interviene la UCV mediante decreto 321 del 17 de octubre de 1951 es derogado el estatuto orgánico de 1946.

Por cierto en ese tiempo la godarria merideña tuvo a su representante más acérrimo cuando años mas tardes fue nombrado rector de UCV Eloy Dávila Celis de infausto recuerdo pues cuando fue rector de la ULA tuvo gran desprestigio por su actuación despótica y represiva  como rector, contra quien se habían  producido graves disturbios en aquella universidad.

Pero el movimiento que se acerco con más aproximación a la impronta de la  reforma de Córdoba , guardando las distancias, fue el movimiento de Renovación Académica que estalló en 1969 en la Universidad Central de Venezuela y otras universidades autónomas, dicho movimiento alcanzó según Márquez (2003) “niveles muy radicales y entre sus objetivos la renovación perseguía la revisión a fondo de los planes y programas de estudio; la llamada auditoria académica, por lo cual los estudiantes harían la evaluación de sus profesores en razón de sus condiciones éticas y de su rendimiento académico, la ampliación de la representación estudiantil en las funciones electorales y de cogobierno, hasta hacerla paritaria con la delos profesores, y la participación de los empleados y obreros de la Universidad en dichas funciones” .Esto ultimo constituye un justo reclamo que hace la comunidad universitaria en los actuales momentos.

Dicho movimiento de renovación académica fue la expresión del momento estructural donde el poderoso movimiento estudiantil más allá de los partidos acompañados de docentes y trabajadores impulsaba la renovación que había colocado en evidencia pública el agotado modelo de universidad.

Ese movimiento renovador de Venezuela, cincuenta años después, se planteo lo que en su momento hicieron los jóvenes de Córdoba, querían según el profesor Nelson Méndez “una universidad para el mañana, desprendida del conservadurismo institucional y del peso de los intereses de poder establecidos, que anunciase y prefigurase rumbo a la Venezuela socialista futura”.

En ese sentido se debe tener presente, según lo mantiene López (2017) que “sobre la Renovación (académica) influyó igualmente las luchas universitarias que en América Latina se habían suscitado a partir del movimiento de Reforma Universitaria en Córdoba, Argentina, en 1918. Desde Córdoba, la autonomía universitaria[2] se hizo sinónimo de reforma (Febres Cordero, 1959:17), y la reforma universitaria se hizo sinónimo de progreso social (Roa y Núñez Tenorio,1971:18). Entendiendo por autonomía universitaria la independencia de la institución con respecto al Estado, tanto en lo académico como lo administrativo (Pinto, 1990: 65)” (www.aporrea.org/educacion/a241119.html.05-02-2017).

Esta aspiración fue ahogada, la convirtieron en un cono inaudible tanto por sectores de la derecha y de la izquierda, calificándola  de   alucinación  voluntarista y utópica; según narra el profesor Méndez, protagonista y fuente viva de ese momento “sus enterradores le enfrentaron un proyecto para hoy, respetuoso de las tradiciones de ayer y de la hegemonía reinante, eficiente y racional ante la demanda de la sociedad contemporánea, donde la institución operaría como servidor técnica, productiva y virtuosa que como faro de inteligencia critica y creación alternativa”.

Para ser rigurosos con la historia, La reforma de Córdoba en su momento también fue combatida por los sectores de la izquierda conservadora  y según Rivera (1952), “tildaron a la Reforma de movimiento pequeño burgués reaccionario” conceptos que se pueden entender si partimos de la falta de identificación  real de la unificación de los pueblos ignorada por los seguidores en aquel tiempo de la antigua  URSS. “Obviamente  la ceguera de los socialistas y comunistas frente a la Reforma de Córdoba fue parte de su ceguera frente a la cuestión nacional”.

El movimiento de renovación académica centro sus esfuerzos a la critica del saber que se impartía en la universidad, el cual era visto como elemento responsable de que la institución fuese incapaz de dar respuestas a los problemas sociales que en Venezuela comenzaba a suscitarse como la creciente migración interna producto del abandono del campo y el crecimiento exponencial de los cordones de miseria que comenzaban a tomar lenta y persistentemente  los núcleos urbanos. (Negrón, 2007)

Ese movimiento que enfrento y señalo con gallardía  la alternativa ante la profunda crisis de la Universidad rebatió con grandeza las objeciones tecnocráticas y al realismo que  proclamo la imposibilidad/inutilidad de transformar la Universidad  sin que le país cambie.

Según Carlos Tünnermman (2008), académico y estudioso aquilatado sobre la Reforma de Córdoba, la propuesta de los estudiantes de Córdoba, en su manifiesto Liminar, en ese sentido nos relata que “el concepto de autonomía sustentado por el movimiento de Córdoba era muy amplio: implicaba el reconocimiento del derecho de la comunidad universitaria a elegir sus propias autoridades, sin interferencia de extraños; la libertad de cátedra; la designación de los profesores por procedimientos puramente académicos que garantizara su idoneidad. Incluso se llego a recomendar la búsqueda de un mecanismo que permitiera a la universidad su autofinanciamiento (autarquía patrimonial), a fin de evitar las presiones económicas por parte del estado o de otras fuentes de ingreso, que en determinado momento podían hacer irrisoria la autonomía formal”; agregando que “mas tarde yante la constante amenaza de parte de las fuerzas públicas, se incluyo la inviolabilidad de los recintos universitarios. Con esto el concepto de autonomía adquirió característica que no sedan en otra parte del mundo”.

Ante la realidad de hoy, justo es reconocer los grandes avances que en su momento inspiraron los estudiantes de Córdoba, pero también se reconoce que los efectos permanentes de las democracias funcionales  y liberales y de dictaduras como forma de gobierno, convirtieron y desvirtuaron los postulados de Córdoba en valores ajenos a la vida de la Universidad.(Muñera,2011).

En Venezuela ante la necesidad de continuar adaptando la universidad a los interese de el modelo neoliberal, ya anteriormente en 1970 habían reformado la Ley de universidades de 1958- con la cual coartaron la autonomía, fue nombrada por el gobierno de turno  la Comisión Redactora  del Anteproyecto de Ley de Educación Superior del año 1981, lo que con eufemismo  llamaron la comisión de los sesenta por el numero de sus miembros,tuvo la intención de proponer una Ley para superar la distorsión y desvirtuación en la cual se mantiene hasta el sol de hoy. Dicha propuesta de la reforma fue engavetada por el gobierno de entonces a la cabeza del cual se encontraba Jaime Lusinchi y su partido Acción Democrática. Una vez el proceso de  transformación universitaria fue abortado y silenciado por los interese político partidistas.

Esa desviación se fundamenta en suficientes razones para estar distorsionados. El sistema educativo venezolano sufre un flagelo de la “distorsión” ( en esencia no es otra cosa que la contradicción de la estructura social del país), que se manifiesta en problemas como el analfabetismo (25%); la deserción escolar (el rechazo o exclusión del usuario por el sistema educativo), la poca inclinación hacia carreras técnicas; la formación de profesionales y técnicos sin planificación; docentes sin actualización de conocimientos, y la tendencia formar individuos para servir de empleados y no como agentes creadores”. De allí que “el resultado es un hombre sin iniciativas para el cambio o la transformación social, victima y producto del esquema intelectualista y del modelo educativo que no propicia la participación del estudiante en la solución de los problemas.”(Ortega y Otero,1986).

La universidad latinoamericana, cuya  aspiración de originalidad fue distorsionada durante buena parte del siglo XX “ocupó su tiempo en búsqueda de certezas, apegada al paradigma newtoniano y en producir con vehemencia verdades absolutas y rígidas”(Escotet); agregando además el precitado autor de la cita anterior, que en consecuencia, al estudiante se le ha venido formando para un mundo inmutable y predecible, a pesar de que el corazón y el cerebro intuían cambios profundos y enormes agujeros negros.

Al perder el camino de su originalidad, la universidad consolido  la idea de progreso con la mirada puesta en los centros de poder y sus pretensiones, de tal forma que la consecuencia lógica de la universidad venezolana se vio reflejada en la construcción de una política educativa para la sumisión y formación de estudiantes acríticos que los hace fértiles para el consumismo.

Dentro de ese marco se desarrollaron  los contenidos curriculares basados en formas de aproximación a la realidad dictada en otras latitudes, obviando su riqueza cultural, por tanto las investigaciones responden dentro de este paradigma principalmente a una visión capitalista, basada en una visión reduccionista de nuestros países marginando la diversidad  nacional y la pluralidad  de actores.

El nuevo siglo arropado con grandes y excelentes contribuciones entre las cuales destacan las de Heisenberg, Ilya Pregogine (estructuras disipativas), Geymonat, Piaget, Morín, Moscoviei, Dussel, Buenaventura Dos Santos así como otros científicos y humanistas de nuestro tiempo, promete moverse hacia concepciones menos dogmáticas y por ello  menos deterministas.

La Universidad reclama, sin negar la relevancia de los epistemes de visión eurocentristas, de  incorporar otras visiones epistémicas que vinculen a la universidad  una visión critica de la realidad con la inclusión de una visión desde  abajo, plural, diversa a partir de las formas de aprehensión del pueblo en todas sus expresiones.

En ese sentido la critica al eurocentrismo no es para hacer valer  otros centros, sino para procurar como los sostiene Buenaventura Dos Santos, un reconociendo de otras culturas de probada riqueza discursiva y reflexiva, que tienen su propia metodología para hacer aportes al conocimiento y su difusión. Se trata de la Universidad donde se conjugan y condensa todo el conocimiento.

La universidad, ha vivido muchas veces al reverso de la sociedad, del sistema productivo y del propio sistema de ciencias y tecnología, aunado al distanciamiento entre la escuela secundaria y la universidad. Esa universidad que aspiró a ser puntal de la lucha de los pueblos, ser su redentor, que aspiró y fue durante un corto tiempo popular, autónoma y democrática, al tomar distancia del movimiento de Córdoba, se fue transformando en un círculo de la aristocracia de la educación, donde “el estudiante también empeñado en la búsqueda más que de aprendizaje, en  busca de certificaciones profesionales, está convertido en un negocio de la academia” (Escotet).

La praxis educativa ofrecida en la educación universitaria venezolana debe estar centrada en la pertinencia, colaboración y solidaridad, pues las universidades, en estos momentos, padeciendo todos los males del cientificismo: rigidez en sus programas de estudios, escasa capacidad de respuesta a las demandas sociales, poca capacidad para atender lo que escapa del método verificable universal, excesivo disciplinarismo y concretismo, que parcelan el conocimiento y lo disgregan, perdiendo el sentido y orientación de la realidad y dirigiendo el conocimiento cada vez más hacia la especialización de la especialidad, es decir, a la «super-especialización», sin ninguna conexión con el contexto social.

La universidad del siglo XXI, requiere con urgencia ser transformada; la autonomía, hoy reconocida con  carácter constitucional, no puede convertirse en poder supraestatal, a pesar de que su origen fue político, ya que fue producto de la movilización social, durante este tiempo la influencia de los partidos políticos ha sido-para bien o para mal- determinante, hasta el punto de hoy día sigue siendo manipulada por los mismos factores que la adaptan a sus intereses particulares, donde a pesar de los cambios instituidos a partir de Córdoba, todavía tiene bemoles como las cátedras que se obtienen como un “derecho” de sucesión,  irremediablemente esta situación necesita un cambio de estructuras.

La Reforma  Universitaria de Córdoba, al irrumpir en la posibilidad de construir otra sociedad, una nueva sociedad, donde el ser humano sea su centro, ha tenido muchos enemigos, pues la tradición y su intereses de clase es impedir que  las instituciones se transformen para bien de la humanidad; hoy muchos conversos quieren minimizar la acción estudiantil de Córdoba y se refieren a ella como un mito sin mayor trascendencia.

La fraternidad nacida entre generaciones de estudiantes en defensa de los ideales reformistas, de la enseñanza laica, de la autonomía universitaria y la solidaridad con los pueblos latinoamericanos sometidos al vasallaje de los imperios colonialistas, no fue un mito. Tampoco fue mitológica la heroica participación de los reformistas enfrentando los sistemas dictatoriales  y las democracias abstractas que anularon la autonomía universitaria y abolieron las garantías constitucionales, así como en defensa de la enseñanza pública de la universidad autónoma, popular y democrática, por la cual seguiremos luchando.

Si reconocemos que somos parte de un mundo plural, diverso y multicultural,  obliga al hombre educado a ser capaz de lograr la aprehensión de la realidad en la búsqueda de la utopía.

“EDUCAR, NO ES ENSEÑAR AL QUE NO SABE, ES DECUBRIR AL QUE NO EXISTE”

Bibliografía:

Aritz Recalde. Reflexiones sobre la Reforma  Universitaria del año 1918: Siete hipótesis para el Análisis.

Escotet, M. Desafíos de la Educación Superior En Una era de Transición.

Kohan, N. (2011).La Reforma Universitaria en el siglo XXI.

Luquez, E. A los cien años de la Reforma Universitaria. Proceso de Alta Política (1918-2018). En ffyl.uncuyo.edu.ar

Márquez, A. Autonomía Universitaria y Revolución. DIKAIOSYNE, nº 10. Universidad de Los Andes. Mérida.2003.

Muñera, L. La Reforma de Córdoba y el Gobierno de las Universidades Públicas en América Latina. Ciencia política nº 12, julio-diciembre 2011.

Méndez, N (1995). La Renovación en la Universidad Central de Venezuela. Erase una vez el futuro.

Negrón, J (2007). Saber y Poder: El proceso de Renovación Universitaria en la Universidad Central de Venezuela (1967-1970). Boletín Antropológico, año 25, nº 71, septiembre-diciembre, 207. ISSN: 1325-2610.

Ortega, K y Otero, M. (1986).El Fin de La Comedia. Consideraciones acerca del Anteproyecto de Ley de Educación Superior.

Pittelli, C y Hermo, J. (2010). La reforma Universitaria de Córdoba (Argentina) de 1918. Su influencia en el origen de un renovado pensamiento emancipatorio en América Latina.

Portillo, M y Memdez, J (2017). De la Universidad que tenemos a la  Universidad necesaria. Un estudio desde el pensamiento decolonial. Fondo editorial UNERMB.

Rivera, E. La Reforma Universitaria. Edición electrónica: Marxists Internet Archive, noviembre 2002.

Tünnermann, C. (2008). Noventa años de la Reforma de Córdoba (1918-2008), Buenos Aires, CLACSO.

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La otredad educativa como posibilidad de una antropología liberadora

Por: Juan Pablo Espinosa Arce

“La intersubjetividad es condición

para que el ser humano llegue a ser sujeto”

[Franz Hinkelammert]

Dentro del proceso educativo, una de las claves fundamentales para la consecución de sus objetivos es el logro de la intersubjetividad como condición y espacio de humanización. Por lo tanto, una antropología educativa que quiera ser liberadora debe asumir, como condición de posibilidad, la otredad. Reconocer que estamos imbricados en una red, que somos interdependientes con otros seres humanos, con el espacio creado, con lo religioso o con Dios y con nosotros mismos, es una exigencia dentro del mismo proceso humanizador que posee la dinámica educativa. Esa es nuestra tesis.

A esta tesis llegamos a partir de una crítica de los postulados de la modernidad y de su consecuente posmodernidad, transmodernidad, modernidad líquida, era del vacío, sociedad del cansancio. Son muchos los nombres para calificar un tiempo en el que la otredad ha sido combatida por una racionalidad del consumo, del cálculo, de la producción-efectividad, de lo analítico-matemático. Desde Nietzsche con la muerte de Dios o la muerte de las coordenadas originarias del relato religioso, pasando por Foucault con la muerte del hombre en cuanto sujeto, pasamos también por la muerte de la historia (Manuel Cruz, filósofo español) y también por la muerte ecológica o del ecosistema. Manuel Cruz – parafraseando al filósofo Gilles Lipovetsky – sostiene que este segundo autor llama a esta época como el “imperio de lo efímero, y cuyo principal rasgo era la perfecta vaciedad, la compleja ausencia de fundamento para ideas y actitudes. Cualesquiera dimensiones de la sociedad eran interpretadas bajo la misma (volátil) clave: la moda, con su permenante transformación y su perfecta ausencia de justificación” (M. Cruz, Adiós historia, adiós, 59).

Lo efímero o lo líquido – bajo el modelo de Bauman – asume y propugna una antropología inestable, tanto a nivel emocional, social, cultural, político. Es la antropología de la desconfianza y de la inseguridad, del establecimiento de espacios culturales que sólo pueden ser asumidos por determinados grupos sociales. Franz Hinkelammert (2000) propone – como imagen de esta antropología – al “individuo calculador” el cual “calcula sus intereses materiales en función de su consumo y de la acumulación de posibilidades del aumento de sus ingresos”. La antropología del acumulador, del consumidor, termina siendo una racionalidad de la depredación, tanto del medio ambiente como de la dignidad de los demás seres humanos. Aparece, con ello, la lógica del te integro a mi campo visual en cuanto puedo obtener de ti un provecho. Cuando ya no me das provecho te desecho y viene otro. Esta es la llamada “cultura del descarte” que constantemente ha denunciado el Papa Francisco. Una antropología del descarte termina alienando al ser humano en dinámicas de poder, de autoridad, de un falso comunitarismo, de una clara ausencia de otredad.

¿Qué hacer? ¿Qué racionalidad educativa proponer para pensar y favorecer una antropología liberadora que sea vaso comunicante con la otredad educativa? En primer lugar, hemos de comprendernos como sujetos que vivimos en circunstancias, contextos, espacios y tiempos determinados. En estas condiciones el ser humano está radicalmente abierto al sentido de la vida. Se-nos preguntamos por él, lo buscamos y anhelamos. Esta condición espiritual de la búsqueda, o de pensar la educación como búsqueda del sentido, es el primer momento de la antropología liberadora.

Si por antropología entendemos el estudio – filosófico, cultural, social, educativo – por el sentido del hombre, hemos de aprender a reconocer como el sentido está en la base de la misma vida. Ahora bien, uno de los aspectos llamativos de esa búsqueda – educativa – del sentido, es que siempre quedará incompleta. Podríamos aventurar que podemos decir más cosas de lo que no es el sentido a afirmar completamente a qué hacemos referencia con su mención. Por ello es que reconocemos la constante actitud de búsqueda, de pregunta, de aporía en el ser humano. Ortega y Gasset en su “Carta a un joven argentino que estudia filosofía” (1998) sostiene: “pegunta usted algunas cosas, es decir, admite usted la posibilidad que las ignora. Ese poro de ignorancia que deja usted abierto es el área pulimentada de su espíritu, le salvará. Por él se infiltrará un superior conocimiento. Créame: no hay nada más fecundo que la ignorancia consciente de sí misma”.

De lo último podemos desprender que la antropología educativa que asume la otredad como clave y espacio de liberación-humanidad es aquella que conscientemente asume la vulnerabilidad del no saber. Esto, a su vez, aparece como una invitación a reconocer que el verdadero conocimiento se hace explícito en la búsqueda comunitaria del sentido. Pareciera ser que aprendemos más y mejor cuando entre todos creamos una comunidad de indagación. De esta manera, los que entramos en el juego de la enseñanza y del aprendizaje hemos de pasar por un proceso de despojo de ideas previas para dar espacio a las experiencias de los otros.

El otro con el que comparto las búsquedas comunes también me enseña, y yo debo dejarme enseñar por él. Por ahí pasa también la liberación de precomprensiones o falsas comprensiones de lo que es la historia, el hombre, lo religioso, el medioambiente. Únicamente en el diálogo comunitario podemos entrever nuevas formas de humanidad. Propongamos un ejemplo de la literatura. El escritor peruano José María Argüedas en su obra Los ríos profundos (1972) narra el diálogo entre un padre y su hijo de nombre Ernesto. Ambos personajes, y de pie ante un gran muro incaico de Cuzco, entablan una conversación muy particular:

[Comienza a hablar el niño Ernesto] Papá – le dije -. Cada piedra habla. Esperemos un instante. No oiremos nada [responde el papá]. No es que hablan. Estás confundido. Se trasladan a tu mente y desde allí te inquietan. [Continúa el niño] Cada piedra es diferente. No están cortadas. Se están movimiento. [El papá responde] dan la impresión de moverse porque son desiguales, más que las piedras de los campos. Es que los incas convertían en barro la piedra. Te lo dije muchas veces. [Sigue Ernesto con sus preguntas, buscando el sentido] ¿Cantan de noche las piedras? Es posible [responde su padre]. ¡Mira, papá! Están brillando [replica Ernesto, para que el papá responde por última vez]: Si, hijo. Tú ves, como niño, algunas cosas que los mayores no vemos. La armonía de Dios existe en la tierra.

Es interesante el conflicto de antropologías, de visiones de mundo, de preguntas y respuestas que se expresan en este diálogo del escritor peruano. Ernesto representa la infancia que busca, que quiere conocer, que pregunta y juega. En la infancia, dice el filósofo español García Morente, está la mejor expresión de lo que es el verdadero filósofo. Ernesto representa el despunte de la vida, ese principio de ignorancia del que habla Ortega y Gasset. Es un pensamiento mágico y novedoso. En cambio, su papá representa al mundo adulto terminado, que no tiene nada más que aprender. Es el pensamiento lógico, extremadamente racionalista, analítico-matemático, que no espacio al aprendizaje que el niño Ernesto puede enseñar. Para el padre las piedras están ahí por una lógica del siempre ha sido así. Es la lógica de la naturalización. Es más, el padre reclama a su hijo que el conocimiento ya se lo ha enseñado muchas veces. Para Ernesto las piedras, el muro incaico, el mundo, la cultura, baila, danza, se mueve, tiene formas diferentes, tiene lugar el juego y lo mágico. Y es tanta su insistencia que pareciera que el padre hace un proceso de conversión o de ampliación de conciencia y concluye con una frase estéticamente bella: Si, hijo. Tú ves, como niño, algunas cosas que los mayores no vemos. La armonía de Dios existe en la tierra.

Esa es la lógica de la otredad que se permite la cita con la antropología liberadora. Es el nacimiento de una nueva forma de comprender la realidad, ya no desde la naturalización o de la castración de la curiosidad, sino que desde la apertura a lo nuevo. Esta es la búsqueda del sentido: sentarnos en los bordes de la historia y escuchar el relato de los niños, de los pequeños, de los otros. Únicamente entrando en una disposición de escucha, de aprendizaje, de reconocimiento de otras formas de enseñanza, podremos lograr una educación de la otredad en clave de liberación y humanidad.

Y porque la antropología liberadora y humanizante escucha puede dar respuestas a las preguntas de los pueblos. Es la apertura a lo simbólico, a lo corporal, a lo ritual, lo religioso, lo ecológico, en definitiva, lo humano. Es crear estructuras de apoyo y de buena vida como afirma la teórica del género Judith Butler. En palabras de Corrado Pastore (1981), es la invitación a crear “un nuevo humanismo que viene a ser la búsqueda comunitaria de un nuevo modo integral de vida desde cada situación concreta, en nuestro caso la situación latinoamericana”.  Volvemos a la lógica de lo comunitario, de la educación para la otredad, para el reconocimiento del rostro del otro, de entendernos como corresponsables del buen vivir de los demás. Finalmente la buena vida es política, es social, económica, ecológica, pedagógica, religiosa y ecológica. Tiene que ver con el cuerpo y con el espíritu, con la razón y los sentimientos.

Sólo desde esta ampliación de conciencia – como lo que experimentó el papá de Ernesto – podremos continuar asimilando nuestros ríos profundos. Sólo desde la lógica de la integración podremos afirmar con Hinkelammert (2000) que “la intersubjetividad es condición para que el ser humano llegue a ser sujeto”. En palabras de Demetrio Velasco (2003), “debemos comenzar a sentirnos solidarios de una historia común que nos hace cada vez más interdependientes. Solidaridad que no lo será adecuadamente si no es, a la vez, compasión, reconocimiento y solidaridad con todos y cada uno de los seres humanos concretos, a quienes consideramos iguales, merecedores de justicia social y sujetos de derechos”.

La invitación es a crear una educación compasiva, del reconocimiento, de la libertad, de la búsqueda comunitaria del sentido, desde diferentes formas y lógicas. Una antropología auténticamente liberadora es capaz de experimentar la apertura a lo nuevo, de liberar el diálogo de los sujetos, de superar el cautiverio de lo líquido y, reconociéndose vulnerable, emprender el nuevo camino en esta hora de la historia, en nuestro caso, latinoamericana.

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“Cuando educas a una generación de niñas tendrán una gran influencia en la vida de sus familias”. Entrevista a Urmi Basu Activista y responsable de la ONG New Ligth

Entrevista/07 Junio 2018/Autor: Pablo Gutiérrez del Álamo/Fuente: El diario la Educación

Urmi Basu lleva décadas trabajando con mujeres en la prostitución o traficadas y con sus hijas e hijos, a través de la educación, la salud y la seguridad. Ha conseguido cambiar la realidad de muchas personas.

Urmi Basu es una mujer de mirada directa. Como su habla. Lleva años trabajando en uno de los “distritos rojos” mayores del mundo, en Kaligat, India. Educación, sanidad y condiciones de vida de las mujeres traficadas o que ejercen la prostitución, también de sus hijas y de sus hijos. Esta es la labor de una mujer cuya familia siempre ha sentido un fuerte vínculo social y que ya en tiempos de la independencia tuvo relación con Mahatma Gandhi.

Ha pasado unos días en Madrid y nos encontramos con ella en las oficinas de Mundo Cooperante, ONG con la que trabaja prácticamente desde que su iniciativa, New Ligth, vio la luz.

¿Cómo es el sistema educativo en India?

India tiene una sociedad estratificada por castas, y desafortunadamente, mucha de la gente pobre que vive en las ciudades también pertenece a las castas más bajas. Para ellos, la oportunidad de la educación es un gran desafío.

En India, tenemos dos tipos de escuela. Una es el sistema educativo privado y la otra es el público. Este último está dirigido por el gobierno. Va del curso 1 hasta el 12, desde los 5 años.

La educación y la salud las maneja el gobierno del estado. Y cuando hay poco dinero, lo primero que hace es recortar en educación. Por lo que las escuelas son muy pobres; las infraestructuras son abismalmente bajas, no hay equipamiento educativo, las escuelas no están siquiera pintadas. Cuando vengo a Europa, esta es mi mayor tristeza: al mismo tiempo, hay gente que está viviendo con mucha disparidad, no solo dentro del país.

En India alguien te puede llevar a una escuela privada, que puede ser mejor que algunas escuelas en Madrid; hay mucho dinero invertido en los centros privados. Tienes clases perfectamente equipadas con dispositivos electrónicos, todos los niños comienzan con una tablet, con un ordenador, hay aire acondicionado, pista de baloncesto, piscina, un auditorio de música… y en la misma ciudad hay niños que no tienen siquiera un banco decente en el que sentarse.

¿Y para las mujeres?

La educación de las mujeres ha sido muy, muy negligente. Después de 70 desde la independencia, no tenemos suficientes oportunidades educativas para las mujeres. Especialmente, oportunidades de las que las mujeres de las castas inferiores puedan participar. Porque tradicionalmente se ha denegado la educación para ellas. Sus padres y madres no fueron educadas, los hombres con quienes se casan tampoco… Que una mujer acuda a la escuela es un imposible.

Nosotros tenemos un proyecto de trabajo con la gente dalit (la casta inferior, los “intocables”), en el que tenemos a una niña que es la primera alfabetizada de la comunidad. La primera de su familia en ir al colegio y terminar. Y su familia ha tenido mucha oposición de su comunidad. Les decían cosas como que: “Envías a tu hija a la escuela, o al instituto o la universidad… no encontrarás a nadie para darla en matrimonio”.

¿La situación de las mujeres ha mejorado o empeorado en los últimos años?

Sí. definitivamente es mejor, pero, la violencia de género no deja de crecer en India. En todas partes.

Por ejemplo, en el nivel universitario, verás clases en las que prácticamente hay el mismo número de chicas que de chicos. Hablo de lo que pasa en las grandes ciudades. Las mujeres tienen un acceso más fácil a la educación. Hay centros para hombres y otros para mujeres, pero en espacios mixtos, verás mitad y mitad. Está mejorando la situación, definitivamente. Pero al mismo tiempo, el dominio sobre las mujeres en cualquier forma, la violencia de género en cualquier forma, es la más alta de todos los tiempos.

¿Por qué?

Bueno… Porque los hombres se sienten “desempoderados”. Es una guerra, una guerra. Y no debería serlo. Los hombres se sienten desempoderados a pesar de que esta generación de niños han estudiado al lado de sus compañeras y deberían crecer con la idea de que una mujer o una niña tiene los mismos derechos que tú. Pero creces como un hombre joven con la idea de que eres el centro del universo. Pero cuando salen a la calle se dan cuenta de que no es así, no es cierto. Y se sienten inferiores.

En situaciones labores, imagina que tenemos cinco puestos vacantes para los cinco mejores estudiantes. Y entre estos cinco mejores, tres son hombres y dos mujeres. De manera que dos plazas serán ocupadas por chicas. Esto comienza a ser un problema para el resto de los chicos: “¿Por qué las mujeres están en nuestros trabajos? Id a casa a limpiar y a tener bebés. ¿Por qué ellas compiten con nosotros con el mismo nivel? ¿Por qué nos quitan el trabajo? ¿Por qué quitándonos el sitio, ocupando nuestro espacio?”.

La violencia de género se está incrementando porque los hombres jóvenes se sienten desempoderados, tienen un acceso tremendo a la pornografía y una enorme red social desarrollada en los medios digitales y para ellos se vuelve prácticamente imposible aceptar que las mujeres pueden decir no. Las mujeres están cogiendo poder y dicen no. Los hombres están desempoderados porque tienen que lidiar con esto.

Desde que se cambió la ley para que el castigo por violación fuera la pena de muerte, la mayor parte de las víctimas han sido asesinadas. Y eso era lo que estábamos esperando y por eso dijimos que no. Yo estoy en contra de la pena capital, porque las estadísticas muestran que, para cualquier delito, no reduce el crimen, la violencia. En cualquier momento en el que una chica está en una situación de este tipo, es asesinada, y con una brutalidad inimaginable. Golpeadas con piedras, a veces con las extremidades cortadas, con cortes en la cara, caras machacadas de manera que no puedan reconocerse…

Parece un mensaje para las otras mujeres…

Es un mensaje. El resultado de la violación es el mismo, pero si tú matas a la víctima, la persona que podría testificar desaparece. En castas superiores, se utilizan drogas, de manera que puedan abusar o conseguir que las chicas se desnuden para grabar un vídeo. Vídeo que podría ser usado como una herramienta para el chantaje.

Todo esto que cuentas de India pasa en otras partes del mundo. ¿Cuál es la situación de niñas y mujeres que se ven obligadas a prostituirse?

Cuando comenzamos el trabajo (ya hace muchos años que somos socios de Mundo Cooperante) había muy pocas mujeres o niñas con educación en la comunidad. Nuestro objetivo siempre ha sido educar a las niñas, educar a las niñas, educar a las niñas. Y también a los niños.

Ahora tenemos una comunidad de chicos y chicas del área en la que trabajamos que viven de manera diferente. No tal vez en el sentido de alcanzar grandes trabajos o cosas del estilo, pero ninguna de las chicas se prostituirá. Tienen capacidad como para ver otras posibilidades en la vida.

Y las niñas son ahora las profesoras de sus madres, les enseñan cuestiones relacionadas con la salud sexual, sobre cómo funcionan los sistemas de contracepción, cómo funcionan las vacunas… Cuando educas a una generación de niñas tendrán una gran influencia en sus familias. En la lucha contra el matrimonio infantil, sobre el tráfico de personas, en que se beba agua limpia, el cuidado del ambiente… los niños se van convirtiendo en agentes de cambio a medida que crecen.

¿Cómo ha cambiado la situación en Kaligat desde que nació New Ligth?

Completamente. Es verdad que la prostitución continúa, pero muchas de las mujeres han podido salir. No hay ninguna niña, de las que han pasado por el programa de New Litgh, que haya acabado en la prostitución. Si pudiera enseñarte fotos de antes y de ahora… es un lugar completamente diferente. Antes era un lugar en el que se traficaba con drogas, había asesinatos, violencia, donde la policía venía y, haciendo uso de su posición de poder, iba con las prostitutas y no pagaban… todo esto ha parado.

¿Qué educación educación deberían recibir los niños para que al llegar a la juventud y la edad adulta no se sientan inferiores a esas mujeres que reclaman su espacio?

Desde el inicio hemos educado a las niñas y a los niños. Si no educamos a los niños, ellos serán mañana los vendedores de droga, se involucrarán en crímenes… es importante mantener a los niños en el colegio y explicarles la redefinición del género.

Miran a sus madres, ylas pueden ver como víctimas o como mujeres poderosas, lo que hará que cambien su manera de tratar a las mujeres en sus vidas. Y tienen muchos ejemplos de mujeres poderosas como yo o como mis colegas. Tenemos muchas mujeres trabajando en los centros, docentes, que mantienen la disciplina con amor… mujeres que no tienen miedo. Es muy importante.

Yo, personalmente me he visto abrumada cuando los jóvenes adolescentes muestran respeto, tanto… Y comentan cómo hablar con una mujer, cómo dirigirse a una mujer, cómo terminar con la violencia verbal… la comunicación no violenta. Tenemos muchos talleres, entrenamientos… invitamos a jóvenes a que vengan como voluntarios para estar con los niños y los inspiren y motiven.

¿Cómo se organizan vuestros centros?

New Ligth tiene 7 centros. Tenemos tres centros residenciales, uno para chicos y dos para chicas. Uno de los de las chicas es hasta los 18 y el otro, para chicas de 19 a 23. Y tenemos otros cuatro refugios más. Dos para niñas y niños pequeños, de 2 a 5 o 6 años. Con clases de educación infantil. Y hay un refugio para la comunidad dalit, bajo el nombre de Samantabhadra, que se refiere a la entidad de Buda que ilumina el conocimiento.

Y, además, tenemos el refugio primero, que está abierto todos los días las 24 horas. Nunca cierra. Tenemos muchos niños estudiando allí, o estando sin más, nuestras oficinas también están allí. Por las mañanas los niños se visten, van a la escuela, vuelve, comen, leen, estudian con los profesores, descansan, hacen yoga, juegan, pintan, reciben orientación, hacen teatro… Esa es su casa.

Cualquier éxito que hayamos conseguido, es gracias a su emplazamiento en el centro de Kaligat. Es algo que nació dentro del barrio, no que hayas traído de fuera y te hayas adaptado, no… Ha crecido de una manera orgánica. Todos los días hay una nueva necesidad, así que buscamos la solución.

¿Qué hace una niña desde que se despierta en uno de estos refugios?

Se levantan entre las 6:30 y 7:00. Toman una bebida caliente y alguna galleta y salen a boxear. Todos los días, cinco días a la semana.

¿Practican boxeo?

Sí, sí. Tenemos campeonas. Salen fuera con la entrenadora, una referencia internacional. Entrenan durante una hora y media por la mañana. Vuelven para prepararse para ir al colegio, alguna gente vuelve sobre la una, toman la comida, otros vuelven a las tres. Después, se dan un baño, descansan, y luego vienen docentes a enseñarles las lecciones de los días siguientes. Leen, tienen clases de arte, hay seis computadoras y un docente que trabaja en este laboratorio informático, preparan allí sus trabajos, consiguen información de internet. También tienen clases de baile tradicional los domingos por la mañana.

¿Por qué el boxeo?

Porque creo que es un deporte que supone un importante ejercicio físico al tiempo que da una disciplina mental profunda. Las fortalece para protegerse a sí mismas y también para intervenir en el caso de que vean algo que podría requerir su intervención. Y además, podemos crear una buena cantidad de gente deportista que puede acabar en puestos en el gobierno, o en otros sectores. Compiten a nivel nacional y esto les podrá dar acceso a puestos de trabajo de responsabilidad… Puedes ver un documental llamado Burqa boxers. Algunas de nuestras estudiantes aparecen en él documental.

La educación no queda reducida a las matemáticas o el inglés…

No, no, no… todo aquello que un niño o una niña de una familia de clase media puede hacer es lo que los nuestros harán. Estudiar solamente aburre. Las criaturas tienen que tener otras formas de expresión, para que se expresen ellos mismos, es muy importante. Es esto lo que construye la autoestima. Cuando vas a una clase, todos esos chicos que vienen de familias ordinarias, de familias con dinero, todo el mundo está callado en esas aulas. Es un ejercicio tremendo de autoexpresión y autoestima.

¿Hacéis también trabajo de educación con las mujeres que se prostituyen en el barrio?

Sí. Ofrecemos programas de educación para adultos. Allí tienen mucho trabajo manual para ellas: tejen pañuelos, alfombras… También manufacturan compresas, completamente biodegradables. Estas son mujeres que no han estado nunca en el colegio, pero miden, cortan, manejan maquinaria pesada, empaquetan…

Se trata de programas educativos que buscan que tengan alternativas laborales a la prostitución. A menos que les des una formación que les pueda suponer conseguir una cantidad de dinero similar a la que consiguen con la prostitución, no la abandonarán.

Es algo complicado que no se hace porque no todo el mundo tiene el tiempo necesario para el aprendizaje porque mientras están en clase, ¿cómo sostienen sus vidas? ¿cómo comen, cómo sobreviven?

También trabajáis con mujeres que han sido traficadas…

Sí. Hay tres refugios en donde trabajamos contra el tráfico. Trabajamos con otras organizaciones más allá de la frontera, en las calles. En el momento que podemos, intervenimos, tratando de recobrar a las personas y ayudarla en cualquiera que sea el momento del proceso legal. Y las enviamos de nuevo a sus lugares de origen. Mujeres que vienen de Nepal, Bangladesh, también de nuestro mismo distrito o de otros estados de la India… de estados más pobres. Un problema enorme… alrededor de 3 millones de personas son traficadas, de las que 1,8 millones son mujeres jóvenes.

¿Qué papel podría ocupar la escuela frente a la trata? ¿cómo enseñar esto?

Definitivamente hay que hablar con los niños alrededor de los 8 o 9 años y decirles que deben tener cuidado de los extraños, cuando están en el parque. Las escuelas tienen un papel realmente muy importante y no pueden continuar pretendiendo que estas cosas no ocurren aquí. “Es un problema de otro lugar, de otro país, de otra parte del mundo”. No, eso ya no es verdad.
Es un problema global. Puedes ir a la Puerta del Sol, a la calle Montera y en esa calle verás a muchas chicas, muchas de ellas son de Sudamérica, Europa del Este…

¿Qué le dirías a los profesores, a los estudiantes, qué podemos hacer para cambiar la realidad?

Les diría que sean conscientes de que han de formar ciudadanos del mundo, globales, porque ya no es posible seguir pensando solo en nuestra realidad más inmediata. Porque cambia, es movida y removida por eventos mundiales, y cuanto antes sepan de la realidad global estarán mejor equipados para manejar esta realidad.

Ayer mismo, hablaba con alguien de 43 años. Y hablábamos de ir a la India. Su primera pregunta fue: “India es un país muy pobre, ¿no?”. Y esto es en Madrid, un hombre de 43 años. Eso es lo único que preguntó. Ya es momento de cambiar esto. Y la comunidad educativa puede hacerlo. Hay familias que pueden pensar: “Esto es demasiado duro para mis hijos, no quiero exponerlos a esta realidad”. Pero no puedes criar a tus hijos en una burbuja, no puedes. Por supuesto, cuánto y cómo de pronto… esto puede ser decidido por las familias y el profesorado, juntos. Y niños diferentes tendrán niveles de entendimiento diferentes de la realidad.

Los niños y las niñas deben saber porque no siempre serán niños. Tendrán 19 o 20 años e irán a la universidad y tendrán que estar con gente de todo el mundo. Viajarán, tal vez para hacer alguna investigación. O tendrán un trabajo en Madrid que les enviará a Hong Kong. No te hablo de una ciudad del Tercer Mundo. La realidad en Hong Kong es completamente diferente a la de aquí.

Imagen y fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/06/06/cuando-educas-a-una-generacion-de-ninas-tendran-una-gran-influencia-en-la-vida-de-sus-familias/

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Aprender a transformar y gestionar los conflictos

Por: Pedro Uruñuela

Usemos nuestro pensamiento para llegar a acuerdos, no para reforzar el enfrentamiento.

En el último artículo publicado en este blog terminábamos preguntándonos por las competencias, habilidades y valores que hacen posible una convivencia positiva, así como por la forma de potenciar aquellas actitudes que la hacen posible. Sin duda, una de las competencias fundamentales y una actitud básica es la referente a la gestión pacífica de los conflictos.

Los conflictos son una realidad ineludible que todos nuestros alumnos y alumnas se van a encontrar numerosas veces a lo largo de su vida. Hoy los viven en sus familias, en su clase, en las relaciones con sus amigos y amigas, con sus profesores/as … Y en la sociedad nos encontramos conflictos importantes en el propio barrio o localidad, lo mismo que sucede en todo el Estado. Particular importancia tiene, desde mi punto de vista, lo que está sucediendo en Cataluña y la forma en la que se está afrontando este conflicto. Más allá de quién pueda tener la razón, no es ésta la forma adecuada de abordar un conflicto.

Como educadores nos interesa primordialmente que nuestros alumnos y alumnas aprendan y hagan propia una forma de transformación de los conflictos, que sean capaces de ver y entender los puntos de vista de la otra parte, que desarrollen un espíritu crítico ante los hechos que les toca vivir. ¿Qué competencias, habilidades y valores son

necesarios para una buena gestión de los conflictos? ¿Qué actitudes favorecen la transformación pacífica de los conflictos y son claves para el desarrollo de una buena convivencia?

En primer lugar, es necesario que nuestro alumnado aprenda a analizar los conflictos, identificar sus principales elementos y comprender los aspectos ocultos a simple vista en los mismos. Siguiendo a J. P. Lederach, el conflicto tiene lugar entre personas, que manifiestan posiciones incompatibles que son expresión de intereses y necesidades no visibles a primera vista, que responden a la pregunta de por qué se mantienen esas posiciones. Las personas expresan emociones, muestra de cómo viven ese enfrentamiento, que condicionan el desarrollo y evolución del conflicto.

En el conflicto se pone de manifiesto el problema, la incompatibilidad, la diferencia que enfrenta a las personas. Es el núcleo, el meollo, la estructura del conflicto. Y, por último, el proceso, cómo se desarrolla el conflicto y cómo las partes tratan de resolverlo, cómo se toman las decisiones y cómo se sienten sus protagonistas. Que nuestros alumnos y alumnas aprendan a analizar correctamente los conflictos implica trabajar habitualmente el estudio de éstos, para conseguir que se incorporen y automaticen las estrategias de análisis de los mismos.

En segundo lugar, es necesario revisar y modificar nuestros planteamientos y actitudes ante los conflictos, aprendidos en la familia y reforzados en nuestras relaciones más habituales. Acostumbrados a actitudes de “yo gano-tú pierdes”, e incluso de “yo pierdo-tú pierdes”, hay que avanzar hacia planteamientos en los que las dos partes ganen, lo que sólo es posible si se tienen en cuenta sus necesidades y se busca la forma de armonizarlas y poderlas atender de manera suficiente.

Es posible, en tercer lugar, trabajar con los alumnos/as los pasos que son necesarios para dar respuesta adecuada a los conflictos, pasos que hemos recogido en el acrónimo RESOLVER: Recapacitar y prepararnos para el conflicto, Expresar cómo vemos el conflicto cada una de las partes, buscar soluciones alternativas, Valorar las alternativas propuestas, Experimentar dichas alternativas y, finalmente, Revisar cómo nos va con las soluciones dadas. En definitiva, aplicar a la gestión de conflictos los pasos del método científico.

Pero, además del entrenamiento individual, es necesario dotarse, en cuarto lugar, de mecanismos y sistemas colectivos para la gestión y transformación de los conflictos. Los sistemas de mediación y las prácticas restaurativas son un buen ejemplo de ello, y sirven para reforzar y poner en práctica todo lo señalado para una buena gestión de conflictos.

¿Suelen aplicarse estas pautas de actuación en la transformación de los conflictos diarios? Lamentablemente, no. Y lo mismo sucede respecto de otros conflictos importantes, como puede ser el que estamos viviendo en Cataluña en el último año. Tomando éste como referencia, me gustaría enumerar alguno de los planteamientos que más me han llamado la atención en este tema, que pueden ser también signo de lo que nos sucede habitualmente en otro tipo de conflictos. La enseñanza de la manera de gestionar los conflictos que tratamos de proponer a nuestros alumnos y alumnas puede ser también de aplicación a esta situación:

• Ha predominado un enfoque reactivo, de renuncia a iniciativas para gestionar el conflicto, para limitarse a “reaccionar” ante lo que pasaba, especialmente por parte del gobierno central. Desde este enfoque, se ha recurrido al uso de la violencia en sus diversas formas, olvidando lo que ya decía Bakunin, que “un problema resuelto a la fuerza sigue siendo un problema”.

• Se ha enfocado la relación y el enfrentamiento desde un planteamiento de “yo gano, tú pierdes”, y ello por ambas partes. Desde la toma de decisiones de forma unilateral, al margen de toda norma y reglamento, hasta la proclamación de la eliminación y descabezamiento de la otra parte. Es necesario otro planteamiento, muy claro, de “yo gano, tú ganas”, en la que ambas partes puedan reconocer sus legítimos intereses y necesidades, buscando el máximo acuerdo que sea posible a través del diálogo, y llegando como mínimo al “mini-ganar” por ambas partes, haciendo política democrática.

• Es necesario asumir y respetar la diferencia y buscar los elementos mínimos e imprescindibles para una convivencia pacífica. Es necesario reconocer la legitimidad de cada una de las partes respecto a sus posiciones y planteamientos y buscar la parte de verdad que pueda haber en ellos. Esto implica renunciar a los juicios de valor sobre la otra parte, a las descalificaciones y búsqueda de intenciones ocultas en el otro, y, sobre todo, renunciar a “echar leña al fuego”.

• Las emociones son otro punto clave para evitar o relajar la polarización. La situación política y social que vivimos está muy cargada de emociones que llevan a un cierto bloqueo racional. Además, se pone de manifiesto la tendencia a pensar no solo que nuestras ideas y creencias son mejores que las de los demás y por lo tanto las suyas están equivocadas, sino a despreciar al otro por no darse cuenta de ello.

• La falta de reflexión es otro de los elementos que alimentan la polarización. La podemos vivir en una discusión “en directo”, pero se evidencia de manera contundente en la inmediatez en escribir o responder a un tuit. En este sentido vale la pena darle la vuelta a un dicho popular “piensa mal y acertarás” y transformarlo en “piensa más y acertarás”.

En las relaciones personales y también en las sociales debemos insistir en la búsqueda del acuerdo por encima de la acentuación de las diferencias, el reconocimiento de la otra parte sobre el menosprecio o la marginación de esta, la renuncia a la fuerza y el recurso a la palabra y al diálogo sobre el abuso de poder o la violencia. Y es que es esto lo que más nos cuesta: aceptar que las personas y los grupos son muy diferentes, que sus posiciones y pensamientos son también legítimos y que sólo desde la pluralidad y el respeto a la diferencia es desde donde puede construirse la convivencia.
La violencia no nos lleva a nada. Más bien nos lleva a dificultar más las cosas. Usemos la palabra, usemos el diálogo y, así, no tendremos que darle una vez más la razón a nuestro gran poeta Antonio Machado cuando nos decía que “en España, de diez cabezas nueve embisten y una piensa”. Usemos nuestro pensamiento para llegar a acuerdos, no para reforzar el enfrentamiento.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/convivenciayeducacionenvalores/2018/05/29/aprender-a-transformar-y-gestionar-los-conflictos/

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Promover el aprendizaje situado y profundo: una jornada con Ramón Grau, director del Instituto Quatre Cantons

Por: Jaume Carbonell

Este centro del barrio barcelonés del Poblenou, que acoge alumnos y alumnas mayoritariamente de clase media, se ha convertido en un referente pedagógico innovador desde su creación

Primera escena. Entre aulas y pasillos

Nueve de la mañana. Mientras aguardo en el vestíbulo la llegada de Ramon Grau, que está resolviendo un conflicto con un alumno, mi mirada se detiene en un plafón donde se destacan las cinco ideas de su proyecto educativo: el principio de actividad del estudiante; la personalización de los aprendizajes; el fomento de la autonomía/la toma de decisiones; las agrupaciones heterogéneas, y la transversalidad en el trabajo de los contenidos. Una sintética carta de presentación para la jornada de puertas abiertas. Pero lo más llamativo es la amplia información, siempre en catalán,  en torno a la violencia de género. Un gran cartel: “Día internacional de las mujeres”. Un tríptico: “No dejes que tu pareja te controle”; los resultados de un cuestionario en torno a este tema, y una serie de manos dibujadas con mensajes: “No más desprecios contra nosotras”, “No más acoso sexual”,…

Ramón me saluda y me comenta que mañana hay huelga estudiantil contra la sentencia de La Manada: “Sí, es muy necesaria, pero a mí me gustaría que se hubiera debatido más en las tutorías, porque es un tema muy preocupante”.

Iniciamos el recorrido por el instituto observando discretamente cómo se trabaja en las distintas clases: “Fíjate que aquí no hay pupitres y casi siempre se trabaja en equipo. Y a los profesores los verás siempre escuchando, preguntando, apoyando y orientando a cada pequeño grupo. Su objetivo es gestionar el aula”.  Nos detenemos para contemplar una maqueta sobre los edificios del barrio diseñada en 3D, fruto de una actividad de geometría urbana. Con el mismo diseño se expone otra maqueta sobre las antiguas fábricas del Poblenou, con el propósito de hacer un recorrido por las chimeneas del barrio. Fue un encargo del distrito. Hay trabajos globalizados a partir de centros de interés que define el propio centro (los TGCI) y hay trabajos globalizados, como es el caso, que nacen de propuestas externas (los TGPE). “Estos proyectos tienen tres componentes: investigación, creación y servicio -se prioriza uno o se articulan los tres-. Es que el texto, lo que se enseña, solo tiene sentido y emociona cuando tiene un contexto. Por eso es importante que el alumno pueda crear algo y vea la utilidad y aplicación del conocimiento”.

Los trabajos globalizados en 1º y 2º de ESO y los bloques de investigación, creación y servicio tienen una duración de 5 o 6 semanas con una carga horaria de 8 y 6 horas semanales respectivamente. Mientras este alumnado realiza un solo bloque a la semana el de 3º y 4º de ESO puede seguir dos simultáneamente. Las materias instrumentales -matemáticas, catalán, castellano e inglés- se mantienen aparte, y el alumnado se mezcla continuamente dentro de un mismo nivel. El Quatre Cantons se inspira en tres principios: formación integral, equidad y excelencia, entendida como el éxito para todo el alumnado a partir del desarrollo por parte de cada estudiante de sus talentos y la compensación de sus carencias.

Este instituto aprovecha de modo intenso y permanente el capital cultural del territorio para la ejecución de sus proyectos. Para ello establece colaboración con universidades, centros de investigación, museos, entidades, empresas,… “Cooperamos, por ejemplo,  con centros de día que ayudan a personas afectadas por la enfermedad de Alzheimer. El alumnado, por ejemplo, tiene que preparar y conducir una sesión de estimulación cognitiva a partir de estímulos visuales y auditivos, o pintar un cuadro con la misma técnica que utilizan las personas afectadas. Previamente, reciben charlas de investigadores, médicos y terapeutas que les ayudan a situarse; y se trabaja el sistema nervioso, el encéfalo y sus alteraciones. Son contenidos que les tocan emocionalmente y que les permiten dar sentido a la realidad y a construir significados basados en la experiencia”.

Seguimos por otros pasillos. Las paredes están repletas de vida con murales sobre distintos lugares del mundo, sobre la desaparición del mar de Aral,… “También hemos trabajado a fondo el drama de los refugiados de Siria”. Nuevos vistazos a las aulas: a menudo hay más de una pantalla y se les ve trabajar con las tabletas,  jamás con libros de texto. “En nuestro entorno, la conectividad del aula a internet, que facilita el trabajo de investigación, de búsqueda de información, se ha convertido en una condición sine qua non. Ello les permite crear vídeos, reportajes, collages, pósters,… Es un cambio de registro para generar aprendizajes”. Se percibe un ritmo de trabajo intenso pero tranquilo, con un ruido muy controlado. Lo mismo sucede cuando los chicos y chicas salen de clase y bajan por las escaleras. Ramón me hace notar que aquí hay mucho respeto por todo lo que se  expone y con el uso del material.  “¿Ves esta pared del fondo? Conecta con la sala Beckett -un teatro muy emblemático del barrio-,  donde un grupo de veinte chicos debe crear una pequeña obra en torno a una problemática de la adolescencia, con todos los pasos  y tareas que ello comporta. Al final hay una lectura de la obra, a la que también se invita a las familias,  por parte de actores profesionales. Es un momento muy especial”.

Segunda escena. El director que  impulsa un proyecto de cambio

A Ramon Grau (1955), le quedan dos cursos y poco más para jubilarse. Licenciado en Ciencias, especialidad de Bbiología, ha pasado por tres etapas docentes claramente diferenciadas. Primero, en la escuela de los jesuitas de Caspe (Barcelona). La segunda, tras sacar las oposiciones, en el Badalona-9, uno de los centros punteros en la aplicación de la LOGSE, la reforma socialista. “Pasé de ser un corredor de maratón a un jugador de equipo”. En efecto, en un entorno socialmente muy desfavorecido, se curtió en el trabajo colaborativo y le abrió los ojos a otras maneras de entender la educación y a descubrir las ganas de aprender del alumnado. Y la tercera fase empieza en el Quatre Cantons, desde sus inicios en el curso 2011-2012. La Administración le encargó liderar el proyecto en este centro de nueva creación, una modalidad organizativa que le permitía elegir a los seis primeros profesores para formar un equipo. Con el tiempo, el claustro se ha ido conformando con dos tipos de docentes: los de perfil estructural (según el actual decreto de plantillas del Departamento de Enseñanza el equipo directivo puede elegir hasta la mitad de estas plazas en función de las necesidades de su proyecto educativo, aunque en la práctica suelen ser menos). En concreto, este instituto dispone de 14 profesores con perfiles y con otros 22 profesores definitivos por concurso de traslado. “Con unos y otros formamos un claustro estupendo”.

En el ADN de este centro hay tres ideas clave: “La primera es la de personalizar el proceso de aprendizaje donde, a través de la motivación y la adquisición de las capacidades necesarias, todo el alumnado encuentre su propio camino. La segunda, es el aprendizaje profundo -en contraposición al memorístico y fungible-,  que puedan construir bastida que les permita seguir aprendiendo más adelante, cuando sean mayores. Y la tercera es que no se aprenda repitiendo el conocimiento sino creándolo y situándolo en un contexto. Trabajamos el pensamiento analítico, el pensamiento crítico ligado a la resolución de problemas complejos y el pensamiento creativo.

A media mañana, Grau se reúne con las otras personas del equipo directivo -jefa de estudios, coordinador pedagógico y secretario- para preparar el claustro de la tarde. Entre los cuatro van confeccionando el orden del día. Hablan de los resultados de las competencias básicas que, comparativamente y como en cursos anteriores, son superiores a la media de Catalunya; de las preinscripciones donde la demanda ha sido muy superior a la oferta; del aumento de alumnos por aula -pasarán de 24 a 25-  por una decisión de la administración en el reparto; de las vacantes y los repetidores de Bachillerato: en el Quatre Cantos solo habrá uno o ninguno; de la puntualidad de los alumnos, pues hay veintidós -el 5% del total- , siempre los mismos, que llegan tarde. También los retrasos afectan a media docena de profesores: “Esto hay que hablarlo”; y de la limpieza de las aulas: “El orden es muy importante porque te da una sensación de paz”; y del almacenamiento, siempre complicado, del material: “Habrá que poner armarios en los pasillos”. También deciden comprar taburetes altos para los laboratorios. “En julio, no hay que dejarlo para septiembre”. La sesión se cierra con la convocatoria de otra reunión. “¿Va bien el lunes?” pregunta la jefa de estudios. “Este día no puedo -tercia Ramon-, me han convocado para hablar de un proyecto de convivencia”.

Escuchándole te das cuenta de que, como director,  tiene una visión muy holística del centro, que controla todos los detalles e incidencias de su gestión cotidiana y que sabe trabajar en equipo. No obstante, hay algo que quiere dejar muy claro: “Yo soy profesor antes que director y compañero antes que director”. Para él la función directiva tiene dos componentes: la gestión, que reconoce que a veces le agobia por el exceso de responsabilidades y la burocracia de la Administración; y el impulso pedagógico: “Ser capaz de diseñar una política, un proyecto. Hay que saber qué hacer y cómo actuar. Y esto sólo puede hacerse en equipo. Esto es lo más importante. El problema de algunos centros es que solo gestionan porque no hay nada que impulsar, no hay proyecto”. Le preocupa la lentitud de los procesos de cambio, que todo el profesorado llegue al mismo sitio.

Tercera escena. El profesor que seduce al alumnado

Son muchas las imágenes y metáforas que podrían asociarse a Ramon viéndole impartir un par de horas seguidas de clase: actor, empático, orientador, acompañante, reflexivo, entrenador,… O podríamos decir sencillamente que es un buen maestro que se entusiasma con su trabajo, derrochando una extraordinaria energía desde el primer hasta el último minuto, utilizando todo tipo de recursos y gesticulaciones harto expresivas para captar la atención y lograr un eficiente ritmo de trabajo. Esta es otra de las máximas: que el alumnado trabaje mucho en el instituto para evitar hacerlo en casa, donde la carga de deberes suele ser ligera.

Empieza su clase en uno de los cursos de primero de ESO, con 23 alumnos. Esta reducción de la ratio habitual se realiza mediante un desdoblamiento de los grupos en cada nivel para favorecer la personalización de los aprendizajes. En el aula hay pantalla digital y televisor donde todo el alumnado, distribuido en seis grupos, puede conectarse con su tableta. La sesión de hoy -llevan unas cuantas- versa sobre las civilizaciones antiguas: Mesopotamia, Egipto, Grecia y Roma. Están bastante familiarizados con el tema porque ya lo están terminando. Tras trabajar el eje cronológico para situarse, han estado recogiendo y comentando información relativa a la época: dónde vivían, cómo se organizaban, las aportaciones culturales y conocimientos importantes, y la religión. A modo de recordatorio Grau escribe sobre la pizarra los nombres de algunos dioses egipcios: Nut, Geb, Osiris, Shu,… Conversan sobre la identidad de cada uno de ellos. Continuamente lanza preguntas: “¿Recordáis cómo se representan? ¿Alguna diosa?”.  Luego proyecta una imagen de esta misma civilización: “¿Qué véis? ¿No os dais cuenta de que pasan muchas cosas? ¿Alguna hipótesis? Es interesante ver cómo las religiones se convierten en mitos y creencias. Es legítimo tener creencias y tener fe con los dioses y con las personas”. Y acto seguido se confecciona entre todos una lista de las religiones monoteístas y politeístas.

Tras media hora de intensa interactividad reparte tres tiritas de papel con preguntas distintas para cada grupo, que las tienen que responder en quince minutos. Las tabletas entran en acción: búsquedas individuales e intercambios de pareceres para construir un relato conjunto. Ramon anda de un lado a otro hablando y aclarando dudas en cada mesa. Se ponen enseguida con la tarea, se crea un ambiente de trabajo concentrado pero relajado y las distracciones son esporádicas, aunque no pasan desapercibidas al profesor que interviene en todo momento.

Silencio. Llega la hora de las presentaciones. “Habéis trabajado muy bien”. Sale el primer grupo. “Contad quiénes sois y qué explicaréis”. Hablan de los faraones, de las pruebas de ADN que les hicieron, de los cinco nombres que tenían. “Vosotros también tenéis varios nombres”. Hacen cálculos sobre los años que gobernaron. “Mejor escribirlos”, “¿Qué hacen los reyes a veces?”.  La conversación, con preguntas y respuestas cruzadas en toda la clase, se cierra con un aplauso. Le sigue otra presentación en la que se responde a esta pregunta: “Atenas y Esparta eran dos ciudades griegas famosas por sus rivalidades, ¿Dónde estaban situadas? ¿Por qué tenían conflictos?….”. Proyectan un mapa en la pantalla, las localizan, enumeran algunos conflictos y destacan su carácter militar. “¿Queréis preguntar alguna cosa,… los que trabajasteis Grecia? Fijaos que las disputas económicas entre ciudades ya existían en aquel tiempo y que también hoy siguen en alguna ciudad como la nuestra”.  “Aquí -me cuenta Ramon en uno de los escasos paréntesis que se permite- hasta ahora no hemos hecho ningún examen pero han hecho entre quince y veinte presentaciones”.

La dinámica se repite con una nueva tanda de preguntas, consultas y presentaciones en las que Ramon les estimula y les reconoce siempre trabajo: “Vamos. Muy bien. Correcto, pero vuelve a explicarlo más despacio para que todos nos enteremos. Las imágenes están muy bien seleccionadas. ¿Habéis redactado un texto para tenerlo claro?” A un grupo le toca documentar quiénes eran, qué hacían y cómo vivían los esclavos egipcios. Otro lo hace sobre el origen del maratón. Y un tercero sobre la Barcelona romana: tienen que localizar los vestigios que quedan.

Al término de la clase, cerca de las dos de la tarde, le pregunto de dónde saca tanta energía. Se me queda mirando y suelta: “Es cuestión de organizarse y de optimizar los recursos”. Cualquier profesor puede entrar en la clase de otro para ver cómo trabaja, y varios lo hacen. A buen seguro que cuando observen las clases de maestros como Ramon aprenderán un montón.


Cuestionario sobre ideas y aficiones

  1. Un momento especialmente feliz en la vida del instituto. Los trabajos de investigación de alumnos de Bachillerato seleccionados entre los mejores del barrio y de Catalunya. Y la ausencia de absentismo del centro: un alumno de 550.
  2. Un momento desagradable. La desconfianza y ataque de algunas familias partidarias de la pedagogía más tradicional.
  3. Algún rasgo distintivo del alumnado actual. Las ganas de aprender y de entusiasmarse cuando se les ofrece un aprendizaje con sentido.
  4. Lo más importante del profesorado. Compartir discurso, en la teoría y en la práctica.
  5. La innovación educativa. Ha de lograr más y mejor aprendizaje, optimizando la organización, los tiempos y espacios, el uso de los más diversos recursos y la actuación del profesorado desde una perspectiva holística.
  6. Las redes. Sólo sirven si logran impactar en una mejora del aprendizaje en los centros. Y esto está por ver, porque los cambios son muy lentos.
  7. Un deseo educativo. Seguir avanzando, no quedarse inmóviles y poder ir dando respuestas a las nuevas necesidades.
  8. Un libro sobre educación. Aprendiendo a aprender y Teoría y práctica de la educación, de J.D.Novak.
  9. Una novela. Matar un ruiseñor, de Harper Lee.
  10. Una película. Blade Runner, de Ridley Scott.
  11. Una afición. El juego Candy Crush.
  12. Un deporte. Balonmano. Fuí jugador y entrenador.
  13. Una ciudad. Barcelona.
  14. Un paisaje. Una playa de Menorca, cualquiera.
  15. Un problema social. Tener que dejar tu casa.
  16. Un sueño. Ir a la Antártida.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/pedagogiasxxi/2018/05/23/promover-el-aprendizaje-situado-y-profundo-una-jornada-con-ramon-grau-director-del-instituto-quatre-cantons/

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Grecia: Cuando eres el único alumno de tu escuela

Europa/Grecia/24 Mayo 2018/Fuente: El país

Christos Kamposos tiene ocho años y se ha quedado solo en el colegio de la isla griega de Arkoi

Christos Kamposos, de ocho años, es el residente más joven de la isla de Arkoi, una de las más pequeñas de Grecia, y el único alumno que asiste a una de las escuelas más solitarias del mundo. Por ello, el Ministerio de Educación griego designa cada año un maestro para que se desplace a enseñar a este colegio. Durante este curso la maestra es Maria Tsialera, que empezó a dar clase a Christos en septiembre.

El de esta deshabitada isla es el único centro educativo de Grecia que cuenta con un solo estudiante. Cuando Christos se gradúe (ahora está en tercer grado), el centro, seguramente, cerrará durante unos años. Solo volverá a abrir si una de las personas más jóvenes que aún vive en la isla forma una familia y tiene hijos.

La maestra de Christos, Maria Tsialera, iza la nueva bandera de la escuela. La anterior quedó prácticamente destruida tras un tempestuoso invierno. La isla de Arkioi no mide más de 6,7 kilómetros cuadrados y está a unos 270 kilómetros de Atenas. Se encuentra justo en la frontera con Turquía y desde el lado este de la isla se puede ver en la parte posterior de la costa turca.

No importa cuántos niños vayan a una escuela pues, con que solo haya uno, el Ministerio de Educación griego ya está obligado a enviar a un maestro, como ocurre en Arkoi. En otros casos similares en Grecia se reúne a todos los estudiantes de diferentes pueblos cercanos en un solo centro educativo. En este caso, es imposible transferir al niño a otro lugar porque se encuentra en una isla y no siempre hay un ferry que conecte este pequeño lugar con las islas más grandes que lo rodean.

Christos está en tercero de Primaria y, junto con su profesora, son las únicas dos razones por las que el colegio está abierto en esta remota isla. Antes que él fue su hermano mayor, Panayotis, quien mantuvo la escuela viva, y hace más tiempo asistieron a ella sus hermanos y primos mayores.

Un hecho muy interesante es que la isla de Leipsoi (donde la maestra de Christos vive con su marido y va y viene todos los fines de semana) es la isla con el mayor número de jóvenes de todo el país. De las aproximadamente 790 personas censadas en 2011 (último año registrado) más de 200 son niños. Casi el 30% de las personas tienen menos de 18 años de edad.

Txialera comprueba las impecables tareas de matemáticas que Christos hizo el día anterior. Le ha puesto un ¡Excelente! “Christos es un niño muy inteligente y le encanta venir a la escuela”, dice.

La de Arkoi es una escuela primaria, lo que significa que Christos permanecerá allí tres años más como mucho. Después, la única forma de que el menor continúe sus estudios es dejando su hogar y trasladándose a una isla diferente donde haya una escuela de educación secundaria.

El 28 de octubre es conocido en Grecia como el Día del No y es una de las mayores festividades del país. Conmemora la fecha en la que el general Ioannis Metaxás pronunció su célebre negativa al ultimátum que le entregó el embajador italiano en Atenas, en el marco de la Guerra greco-italiana ocurrida durante la Segunda Guerra Mundial. Para celebrar el 77 aniversario del Día del No, Christos ayuda a su profesora a decorar la clase con banderas de papel.

Christos escribe invitaciones confeccionadas a mano para la celebración del Día del No. Más tarde, él mismo las entregará a todas las familias de la isla. El último censo se realizó en 2011, cuando vivían 44 personas. Hoy, aproximadamente la mitad de ellos todavía están allí. No hay oficinas de policías o médicos en Arkioi, pero hay un pequeño helipuerto para emergencias.

Christos vive con su familia en una casa un poco fuera de la aldea principal de la isla, a un kilómetro y medio de la escuela. Es una ruta que por lo general recorre solo en su bicicleta. Es un chico muy amable, inteligente y tímido. Al niño le encanta ayudar a su familia cuando no está en el colegio o cuando termina los deberes que le encarga su profesora.

Los isleños son mayoritariamente pastores y pescadores, como la familia de Christos. Casi todos tienen un pequeño bote para pescar cuando el clima lo permite.

A la familia de Christos le resulta imposible mudarse, y por eso solo uno de sus hermanos mayores completó la secundaria, ya que se fue a vivir con unos familiares a Patmos. Tal y como está la situación en este momento, el niño está condenado a dejar los estudios dentro de tres años y permanecer en la isla donde probablemente trabajará como pastor, igual que su padre.

Christos va a buscar los libros que guarda junto a la ventana de su dormitorio. La familia vive una vida tranquila lejos de la locura de una gran ciudad. Hasta hace poco, ni siquiera tenían televisión y, por supuesto, tampoco un ordenador. Ahora, hay uno en la escuela, que la maestra usa casi a diario para mostrar a Christos cómo es la vida fuera de su pequeña isla. Él no ha viajado, pero todos los días su profesora le enseña el mundo.

Christos es el hijo menor en su familia. Tiene un dormitorio propio en el que pasa la mayor parte de su tiempo libre, que suele dedicar a la lectura. Cuando se le pregunta qué quiere ser de mayor, siempre responde: «Profesor».

El 11 de septiembre, día que empezó el último año escolar, en cada escuela de Grecia un sacerdote ortodoxo griego realizó una santificación para tener un buen año. Sin embargo, en esta isla remota no pasó nada, ya que no hay ningún religioso en la isla, a pesar de que hay tres iglesias en él. Cada vez que suena la campana, solo Christos corre hacia su escritorio.

Christos juega cerca de la casa familiar con su hermano mayor, Panayotis. El niño no tiene ningún compañero de clase ni otros chicos para jugar. Sus únicos amigos en la isla son también sus hermanos mayores y, a veces, sus primos que vienen por un día o dos (generalmente los fines de semana) de las islas cercanas. En las vacaciones de verano llegan más visitantes.

Imagen: https://ep00.epimg.net/elpais/imagenes/2018/05/09/album/1525884321_190028_1525888506_album_normal.jpg

Fuente: https://elpais.com/elpais/2018/05/09/album/1525884321_190028.html

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“Las adolescencias cambian constantemente con una única constante: adultos desconcertados”. Entrevista a Jaume Funes

Europa/España/24 Mayo 2018/Autora: Sandra Vicente/Fuente: El diario la educación

El educador Jaume Funes, autor del libro ‘Quiéreme cuando menos lo merezca… por que es cuando más lo necesito’, aborda la adolescencia desde una premisa simple: «para ayudarles a construirse, tienes que estar a su lado cuando descubran «, afirmación aplicable a tabúes como el sexo, las drogas o, incluso, el adoctrinamiento.

El psicólogo, educador y periodista Jaume Funes ha dedicado buena parte de su vida a trabajar con adolescentes. Comenzó en 1973, cuando “la adolescencia todavía no existía y le llamábamos pubertad”, recuerda. Su experiencia en una etapa compleja de la vida -tanto, que a veces asegura que preferiría ser “especialista en pequeña infancia” -le ha llevado a agotar en menos de 10 días la primera edición de su libro Quiéreme cuando menos lo merezca … porque es cuando más lo necesito.

Y es que hablar de adolescencia es hablar de la infancia pero también de la edad adulta. De contradicciones y de descubrimientos, de rebeldía y del amor. Así, hablamos de sexo y drogas, de nuevas tecnologías, influencers e, incluso, de adoctrinamiento, en la misma conversación. Todo ello, con un único hilo conductor: la adolescencia.

Es hablar de adolescencia y mucha gente se estresa: ¿por qué es una etapa tan convulsa, tanto para los propios jóvenes, como para los adultos que les rodean?

Hace más de cuarenta años que trabajo esta etapa vital: empecé en el año 73 del siglo pasado. He visto muchas adolescencias, incluso cuando éstas no existían como concepto universal, hasta las adolescencias online que tenemos hoy. En estos años ha habido muchos cambios sociales pero siempre se ha mantenido una constante: adultos desconcertados. La primera reacción siempre es convertir el cambio en problema y tendemos a construir el control. Pero no se puede intentar poner barreras ni leyes a lo que es incontrolable.

Mi batalla como profesional siempre ha sido intentar que los adultos aprendan a mirar a los adolescentes. No puedo decir que no generen problemas: yo mismo he vivido intensamente la época de la heroína y muchos de los chavales con los que he trabajado ahora están muertos. Pero no aportamos nada si enfocamos esta etapa vital desde el conflicto: debemos aprender a ayudar a unas personas que piden ayuda, pero no de la manera que nosotros quisiéramos o entenderíamos. No son drogatas ni delincuentes; antes que nada son adolescentes que se complican, o no, la vida de una determinada manera y que nos la complican, o no, a nosotros.

Habla de una época en la que no existía la adolescencia como concepto universal, pero jóvenes en transición los ha habido siempre

Cualquier profesional de la educación y la salud ha estudiado la pubertad y el cambio biológico y fisiológico que de ella se deriva. Pero no es sólo físico, sino que está tremendamente relacionado con las condiciones sociales. La manera cómo vivimos la primera menstruación o el despertar sexual tiene que ver con el contexto. Piensa en estos cambios en los años sesenta y setenta, cuando muchos chicos no tenían tiempo de observar y reflexionar, sino que debían ocuparse de la casa, ponerse a trabajar … La contemplación de estos cambios y , con ellos, la posibilidad de vivir la adolescencia, sólo era posible para los jóvenes con dinero y recursos.

¿La adolescencia no puede ser sin ocio?

Es una etapa que va ligada al tiempo para ser adolescente, un tiempo no dedicado a ser un sujeto productivo explotado por el trabajo. Además, también se caracteriza por unas dosis mínimas de consumo porque, aparte de contemplar la adolescencia, también debes consumir como tal. La lógica psicológica de la adolescencia pasa por sentirse diferente, no querer ser un niño ni tampoco un adulto, y uno de los mecanismos para salir de estas incertidumbres es identificar a los que son como tú y compartir esa vivencia en comunidad.

Esta conformación de grupo se basa en comuniones de estilo de vida que van desde las tribus urbanas a los lenguajes, pasando por las maneras de vestir o la música. Las construcciones sociales se hacen a través del ocio, que no debemos confundir con tiempo de diversión: son espacios que no están destinados al trabajo. Y es que buena parte de los mecanismos que los adultos interpretamos como diversión, son simplemente cuestiones de relación. Uno de los más tópicos es el botellón: los adolescentes no se juntan para beber, sino para relacionarse en un espacio en el que no hay adultos.

Siempre que abordamos esta práctica desde la perspectiva del alcohol olvidamos que es un mecanismo de relación. Así como el consumo no es lo más importante de estos encuentros, tampoco debemos olvidar que nos encontramos en una sociedad, precisamente, de consumo que aspira a fidelizar adolescentes. Al igual que los partidos políticos y las iglesias, el capitalismo intenta que los jóvenes comulguen con su manera de consumir y entender el mundo. Porque el consumo relacionado a determinados estilos de vida que se hacen fuertes a partir de la adolescencia luego se hacen muy difíciles de cambiar. Tu consumo acaba definiéndote así que, de alguna manera, los adolescentes acaban siendo las grandes víctimas del mercado.

¿Los adultos tendemos a magnificar los conflictos resultantes de la adolescencia?

A veces me veo como un digestólogo, que ayuda a digerir adolescencias difíciles a familias desconcertadas. Es vivir con una persona que te cuestiona continuamente, pero es que los adultos tampoco asumimos que la mayor parte de nuestras certezas son incertidumbres con seguridades artificiales. Y en el fondo nos consolamos pensando que quien nos está cuestionando es una criatura que no sabe lo que dice que sabe y que se la pegará seguro.

Pero asumir esto no significa dejar de estar a su lado. Al contrario, quiere decir estar dispuesto a enseñar a una persona que dice que lo sabe todo -y que nunca reconocerá que no sabe algo- y conseguir que aprenda -aunque no lo reconozca- para que cuando aprenda nunca te den las gracias. La función del adulto debe estar detrás de las bambalinas: debe ser quien le ayude a construir preguntas para buscar las respuestas. Pero quien quiera dirigir la vida de un adolescente deberá asumir demasiados conflictos.

Jaume Funes | Sandra Vicente

Esta actitud requiere paciencia que, en su defecto, se sustituye por autoridad. ¿Qué piensa de la autoridad?

Quienes educan de manera sensata olvidan el poder o la autoridad, que sería el equivalente al “te aguantas, la vida es dura”, “mientras vivas en mi casa mando yo”, etcétera. El poder no es una herramienta, es un desastre: debemos asumir que nosotros y nuestros conocimientos, valores y criterios, dejan de ser un referente cuando los niños tienen 10 años. A partir de entonces, usar la autoridad significa imponer, adoctrinar.

Más allá de las manipulaciones que pueda haber de las informaciones, debemos saber que todos los poderes aspiran a adoctrinar a las nuevas generaciones para que piensen de una determinada manera. No deben cerrarse la puerta a estas informaciones, al contrario, lo que tenemos que hacer es incentivar que las escuchen y guiarlos para que entiendan que ellos mismos han de discernir y descubrir su criterio. Es un proceso larguísimo que no se puede imponer.

Y esto ocurre en todos los ámbitos de la educación: tenemos un power point que deben aprender. Tú te lo empollas, yo te evalúo, tú lo olvidas, yo te doy un certificado y ya, partir de ahí, eres un buen ciudadano porque vas asumiendo una serie de conocimientos. Pero si queremos que se interroguen por lo que sucede a su alrededor, no podemos obligarlos a aprender lo que creemos que se debe aprender, sino que debemos cultivar sus propios intereses. Los adolescentes no son el proyecto de nadie.

¿Tendemos a infantilizar a los jóvenes cada vez que hablamos de adoctrinamiento?

Puedes montar un cirio hablando sobre que el día 1 de octubre pasaron un montón de bestialidades pero tienes ante ti personas a las que, si no has estado presente en su vida, si no te has preocupado de ellos y si no les hablas continuamente sobre lo que ocurre a su alrededor, ya les puedes meter el mitin que quieras, que será inútil. Sólo convencerás al convencido. Quienes hablan de adoctrinamiento están dando poder a un profe que, fíjate qué casualidad, hasta ayer era un inútil y hoy es un adoctrinador.

Los maestros deben respetar pero explicar la desigualdad social: que ha cerrado una fábrica echando a no sé cuántas personas, que los Mossos han ido a no sé dónde y han hecho no sé qué, que el banco ha desahuciado a una familia … con eso les dices a los chavales: vigilad, que hay algo que se llama intereses económicos que afectan diferente a todos. Quien explica esto de esta manera no adoctrina, sino que ayuda a leer la actualidad de manera crítica.

¿Hoy deberíamos hablar de los palestinos masacrados por Israel? Claro, y las escuelas que hablen de lo que pasa en la vida lo harán. Y seguro que saldrá un filo-israelí diciendo que se adoctrina en el antisemitismo. Pero el drama no es ese, el drama es que la mayoría de chavales pasen de escuchar cuando se habla sobre chicos de su edad que han sido asesinados. No debemos focalizar en si eres propalestino, proisraelí, independentista o unionista. Tienes que ser pro-pensamiento, porque las irracionalidades las encontramos partes.

Hablemos de los grandes tabúes de la adolescencia: por mucho que cambien los tiempos, el sexo y las drogas siguen estando ahí. Y continuamos afrontándolas mal. ¿Por qué?

El sexo siempre ha sido pecado mortal, enfocado desde la moralidad. Siempre he tenido que hacer educación sexual y, así como en los años 70 no podía hacerlo sin saber qué fotos de señoras del Interviú se pasaban bajo el pupitre, ni sin conocer los consultorios sentimentales del Pronto, hoy no puedes hacer educación sexual sin conocer las nuevas tecnologías ni la pornografía.

Estos elementos para descubrir y gestionar el despertar sexual siempre estarán y el papel de los adultos siempre debe ser el mismo: ayudar a construir una sexualidad feliz, atractiva y equilibrada para que durante el resto de su vida una fuente significativa de placer y felicidad venga de la sexualidad. Pero para que con cincuenta años todavía disfruten follando, abrazándose y acariciándose, antes deben haberse equivocado, preguntado …

Y para ello necesitamos adultos que no se escandalicen y que tengan una vida equilibrada, porque la especialidad de los adolescentes es desequilibrar al adulto. Si no se afronta esta etapa de manera serena, ya les puedes decir lo que quieras, esto es como el adoctrinamiento: les podemos decir que el sexo es malo, que deben mantenerse vírgenes … pero ellos ya descubrirán qué piensan, nos guste o no. Y si los queremos ayudar a construirse, debemos estar a su lado cuando descubran. Para que te crean cuando les digas que el sexo no es sólo penetración, sino que te lo puedes pasar bien acariciándo, no les puedes ir diciendo “pobre de ti que folles”, porque entonces no confiarán en ti.

Prohibir lo que los adultos hacen o consumen nunca ha sido una buena táctica

Las drogas y el sexo estarán siempre y parte del proceso de maduración de los jóvenes pasa por ir descubriendo cómo relacionarse con los riesgos. Los chavales tienen que ir descubriendo que hay una gran diferencia entre un kalimocho Don Simón y un Gran Reserva. Pero, aunque yo sepa que no vale la pena agarrarse un pedo monumental con vino de un euro, no seré yo quién les diga que no lo hagan. Porque es un pedo que se debe agarrar antes de llegar a la conclusión de que no compensa.

¿Que el alcohol es malo? Desde el punto de vista neurológico es una droga muy potente. Tú mismo, destroza tus neuronas como quieras, pero debes saber que el alcohol también sirve para pasarlo bien. Yo disfruto mucho con un buen whisky, pero no diré nunca que para pasarlo bien necesito beber.

No podemos pensar que los adolescentes pasarán de la inocencia de la infancia a la estabilidad de la edad adulta sin trasiegos. Esta etapa de transición, al contrario, debe ser bastante entretenida y la deben vivir intensamente, porque si no, los problemas vendrán luego. Hay que tener en cuenta, eso sí, que es un proceso de aprendizaje terrible si no se encuentra ningún adulto que ayude a hacerlo.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/05/18/las-adolescencias-cambian-constantemente-con-una-unica-constante-adultos-desconcertados/

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