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La OCDE y el futuro de la reforma educativa

Por: Mauro Jarquín Ramírez.

 

La reforma educativa partió del diagnóstico de que la educación mexicana no era de calidad debido básicamente a dos cosas: mal desempeño docente e ineficiente administración escolar. En este tenor  -y al más puro estilo del gerencialismo educativo internacional impulsado por la OCDE y el Banco Mundial- los reformadores consideraron que, para impulsar la calidad educativa, era necesario hacer del profesorado un objeto de intervención, a través de la creación de un marco institucional de control docente e incertidumbre laboral. Asimismo, dicha política debía ser acompañada con la construcción de nuevas directrices administrativas en las escuelas, apegadas a las lógicas del new public management.  El simplista supuesto subyacente de todo esto residía en esperar que, ante las transformaciones de los insumos de trabajo (docentes), la “mejora” en los insumos de capital (infraestructura) y la gerencialización del proceso administrativo, los productos escolares, medidos en pruebas estandarizadas de aprendizaje, mejorarían sustancialmente, algo que incluso en los propios términos de los reformistas no ha ocurrido[1].

Sin embargo, a pesar del rechazo que el profesorado y las comunidades educativas han mostrado a la reforma y los valores que la impulsaron, esta sigue operando, aunque de manera desigual, en los distintos niveles del sistema educativo mexicano, modificando paulatinamente el ambiente laboral del profesorado y con ello, transformando también de manera sutil en las comunidades educativas el “sentido común” sobre las tareas, fines y procesos de la educación pública. El gobierno de los números, los estándares, las evaluaciones y el control docente en las escuelas se ha impuesto por la fuerza, se ha mantenido por la ley y se ha justificado por la razón intelectual de ciertos “expertos” en educación, consultores internacionales y personeros de grupos de interés, cuya mayor inspiración son los lineamientos educativos gerenciales de entidades multilaterales, las cuales se han visto sumamente interesadas en consolidarse como actores centrales en los procesos de gobernanza educativa nacional.

Al respecto, es de resaltar la particular persistencia que la OCDE ha mostrado con el paso de los años en su campaña de consolidación como el referente a seguir en la política educativa. Para lograrlo, ha echado mano tanto de su capacidad de presión política internacional, como de la construcción de alianzas con determinados actores del sistema educativo mexicano que se han encargado de difundir sus lineamientos educativos por todas partes donde han podido, presentándolos como novedosos, “de avanzada” y hasta progresistas. En ese sentido, basta mencionar, por ejemplo, la colaboración constante entre Andreas Schleicher, Director de Educación de la OCDE con la organización Mexicanos Primero.

La insistencia de la OCDE  por mantener políticas gerenciales en educación ha sido constante desde el año 2010, cuando desarrolló propuestas centrales que nutrirían la posterior reforma educativa, pero se ha agudizado en los últimos meses. Durante su Participación en la reunión «El Servicio Profesional Docente 2014-2018: Alcances, Beneficios y Desafíos”, organizada por la SEP el pasado 15 de Febrero, Gabriela Ramos, Directora OCDE y representante del G-20, dijo: “Desde la OCDE celebramos que muchas de las medidas introducidas en materia de selección y formación docente, estén alineadas con las mejores prácticas internacionales”, para después completar: “sin embargo, esta es la OCDE, tenemos algunas recomendaciones […] tenemos que insistir en continuar con estos esquemas que se han aprobado.” Ideas similares desarrolló la organización en el documento “Education Policy Outlook México”, publicado en marzo pasado, en donde reconoce favorablemente las políticas realizadas para lograr la “calidad” y “equidad” educativas, como la autonomía escolar y la consolidación de la autoridad evaluadora. De igual forma, insiste en la necesidad de dar continuidad a los esfuerzos por “fortalecer la profesión docente” y mantener las políticas establecidas hasta el momento.

Ante el cambio de gobierno y el debate generalizado sobre el rumbo educativo del país, la OCDE ha mantenido su punto de vista, tal como lo expresó a inicios de septiembre pasado, cuando en la presentación del documento “Education as a Glance 2018”, Gabriela Ramos expresó que habían elementos “muy positivos” en la reforma educativa, que debían ser “resaltados” y tomados en cuenta. Sin embargo, Ramos también afirmó: “si hay elementos positivos que se puedan rescatar para el beneficio de los niños y los maestros de México, les damos la bienvenida”[2], con lo cual abrió la posibilidad de ciertos cambios en la reforma, cambios en los cuales la propia OCDE espera estar presente al tener “los mejores datos”, “la mejor evidencia” y “los mejores análisis”.

La OCDE pasa por alto que el descontento no radica en una disposición particular, sino en el intento global por mercantilizar la educación básica, lo cual no se solucionará “mejorando”, por ejemplo, la evaluación docente. Será tarea del gobierno entrante tomar las riendas de la educación nacional y analizar democráticamente la reforma, debatir lo necesario y, desde luego, cumplir con sus promesas de campaña.

[1] http://www.jornada.com.mx/2018/09/25/sociedad/035n1soc

[2] http://www.eluniversal.com.mx/nacion/la-reforma-educativa-no-es-perfecta-ocde

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La educación pública universitaria en estado de coma

Colombia / 21 de octubre de 2018 / Autor: Miguel A. Herrera Zgaib / Fuente: Radio Macondo

En este último año, 2018, se incrementó la letanía de la Ley 30 de 1992, que estableció las bases para el estatuto que rige la educación superior en Colombia. Ley que volvió a la liza política, una vez que los estudiantes colombianos, organizados en la Mane impidieron la contra-reforma educativa, pero no tuvieron la fuerza y el consenso suficiente para darle curso, vía Congreso, a una reforma progresista a dicho estatuto.

Este estatuto ya había revelado un diseño financiero inapropiado, en materia de presupuesto para la educación superior, cuando estableció que el incremento de la financiación estatal quedaba atado al incremento anual del IPC, mientras que a partir de 1993, al mismo tiempo se producía un incremento exponencial en la demanda de estudiantes al Sistema Universitario Estatal, SUE, sin que los recursos tuvieran un aumento siquiera proporcional a la nueva población estudiantil in crescendo.

La ley 32 decía corresponder a los primeros años de la reforma del Estado autoritario y excluyente que fue creado en 1886, el que después de guerras intestinas, dirigidas por los señores de la tierra, se reproducía, con poquísimas reformas; ninguna apta para romperle el espinazo a los privilegios socio-económicos celosamente mantenidos desde la colonia por una intelectualidad en su gran mayoría obsecuente y sumisa.

Todo esto a pesar de lo sostenido por Darío Echandía, cancerbero de la reforma del 36, durante los años dorados de “la revolución en marcha” de Alfonso López Pumarejo, un avezado centenarista a quien la Nacional rinde homenaje en un espacio rebautizado con su nombre, que hace parte de las que fueran las residencias Uriel Gutiérrez, cuya parte posterior colapsó hace varios años, disimulada por un improvisado corral de latas de zinc.

Este grotesco cercamiento simboliza bien el abandono presupuestal de la principal universidad de la nación, que empezó llamándose Central, de acuerdo con la Ley de 18 de marzo de 1826, junto a su otras dos hermanas en el fugaz tiempo de la Gran Colombia, la de Quito y de Caracas, que aún conservan el nombre original que le dieron los próceres masones e ilustrados, Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander, removido de la plaza central de la Ciudad Blanca, para rebautizarla como Ché hasta nuestros días.

La joya de la corona de la educación pública, bajo el cobijo de la sentencia latina “omnium potentior est sapientia”, esto es, que “la sabiduría todo lo puede”, por el contrario, ha estado sometida por largos años a una sequía presupuestal regada por un rosario impenitente, despiadado de años de desidia y olvido gubernamental, que la tienen en literal estado de coma, jugándose sus restos.

Tal abandono y postración se encuentran probados de sobra, hasta el absurdo, para todo el que haga la experiencia de recorrer sus vías, principales y adyacentes, para descubrir con estupor, que la Nacho, como le decimos cariñosamente, es un “fractal negativo”, que copia la situación de la ciudad capital que la aloja.

Este recorrido digno de un camino de herradura, hasta la fecha no lo hizo, ni el atento presidente de Colombia, Iván Duque, formado en el exterior, bajo el generoso cobijo del BID, que paga en parte la riqueza social colombiana, y mucho menos la actual ministra de educación, María Victoria Angulo, salida de las canteras de la administración distrital.

Sin embargo, en el papel, y para la Ley que rige el gobierno antidemocrático de la Universidad Nacional, el presidente es quien encabeza el CSU, la instancia máxima del gobierno universitario, donde el (a) ministr@ del ramo, lo reemplaza casi de manera inveterada.

La saga incumplida de la igualdad social

La educación pública superior era, y pretende seguir siéndolo una de las ventanas para la promoción del principio liberal de la “igualdad de oportunidades”, tantas veces negado en la práctica, que primero exige para su materialización igualdad de condiciones básicas en términos de vida, condiciones que nunca ha ofrecido la maltrecha república nacida en 1819. Para el año 1993, los privilegiados, porque accedían a los pregrados, eran 159.218, que para el año 2016, ascendieron a 611.800.

Entonces, el presupuesto asignado a las universidades públicas era de 1,72 billones, mientras que para el 2016 se incrementó en 2,93 billones, cuando con una operación simple queda claro que la población estudiantil se triplico en 23 años, el presupuesto para la educación superior ni siquiera alcanzó a duplicarse. Un estudiante en 1992, recibía en promedio $10.825.890, mientras que uno que estudiaba en 2016, apenas le correspondía $ 4.785.338.

Tal y como lo recordó en una conversación histórica, Estanislao Zuleta hablándole a la guerrillerada de clase media y popular, al M-19 reunido en las montañas del Cauca, que preparaba con optimismo el frustrado diálogo nacional de aquel entonces, que la democracia requiere condiciones que la Colombia ni tiene ni obtiene.

Este aserto, la gran brecha de la desigualdad social, no sólo persiste, sino que se amplía. Lo recordó con cifras actualizadas el pasado martes, Alicia Puyana, economista formada en Praga, en interlocución directa con Ota Sick, y en Oxford, en las líneas principales, más sustanciosas, del discurso de aceptación de su ingreso como miembro de número de la Academia Colombiana de Economistas.

Esta realidad se reafirmó en la respuesta que le dio la otra académica, Consuelo Ahumada, para corroborar su decir, a la vez que resaltaba el tremendo drama de las minorías étnicas, que, en número superior a dos millones, prueban que la igualdad social es un “trágico sueño guajiro”.

Es lo que se establece 27 años después de que se inauguró el nuevo orden con optimismo circunspecto de los subalternos, de los trabajadores, de los pobres, de los excluidos, de la insurgencia subalterna. Era el promisorio debut de la nueva estructura constitucional sancionada en 1991, cuya arquitectura normativa definía al orden político de Colombia como un estado social de derecho, con una explícita participación ciudadana, y la protección efectiva de los derechos humanos fundamentales, que han hecho célebres millones de veces el socorrido derecho de amparo, la célebre tutela que por estos días quería suprimirse de un plumazo.

A la muerte de la Constitución de 1886, longeva hasta más no poder, en beneficio de los privilegios decimonónicos del bipartidismo forjado al calor de heroísmo y cálculo de los “patricios” que hicieron la guerra de independencia, al frente de sus peones, el ponente de la Ley 30 era el senador Ricardo Mosquera Mesa, probado antes como rector de la Nacional al final de la segunda mitad de la década del 80.

Ahora, en la crisis más severa en la existencia de la Universidad Nacional, de modo paradójico, le toca liderar su salvación en articulo mortis a una rectora, Dolly Montoya, esposa del rector citado, quien fuera activista estudiantil en el año 1971, como ella misma lo ha recordado, cuando enfrentaba la imposición del modelo Atcon, de reforma universitaria, y la financiación injerencista de los Estados Unidos.

Tal reforma, como la reforma agraria eran parte de la prueba dizque de la Alianza para el Progreso, apuntalada a comienzos de los años 60, por la visita de la pareja destruida por los tristes augurios del reino de Camelot. Aquella vez el anfitrión fue Alberto Lleras Camargo, primer secretario de la OEA, el denominado ministerio de colonias del hegemón estadounidense.

La reforma de la Nacho era prenda de garantía para espantar el fantasma del comunismo, cuya tormenta ya había barrido a la vecina Isla de Cuba, donde pronto se estableció la educación pública gratuita, y se alfabetizó a millones de analfabetos, a pocas millas, con brigadas de voluntarios movilizados de la ciudad al campo.

De la consulta anticorrupción a la defensa de la universidad pública

Cuando el nuevo orden de la participación, cuando la democracia, cuando la paz están detenidos, cuando no corrompido el orden constitucional de 1991, por el repetido incumplimiento de la promesa de promover de manera inmediata que la igualdad sea real y efectiva, y en cambio hacer la guerra de exterminio interno de insurgentes y disidentes, el conjunto de los colombianos, y de modo particular, las minorías, cada vez más excluidas, explotadas y oprimidas, se toman las calles a través del estudiantado universitario, y los demás grupos subalternos.

Unos y otros desfilaron, como multitud abigarrada, sin desmanes el pasado miércoles, en las grandes capitales, Bogotá y Medellín, y en las otras superando de acuerdo a cálculos conservadores el medio millón de personas. Todos reclaman el futuro en términos de presente a cumplirse, sin tretas ni engaños.

Así, los jóvenes de Colombia han tomado, cuando no arrebatado simbólicamente, cuando más lo necesita, la batuta de la mano de los mayores, expectantes ante el triunfo electoral de la reacción, la derecha y los tibios en sordina, pegados como lapa a las vetustas fórmulas bipartidistas ampliadas, que, en la sesión de la cámara, con los rectores a borde, apenas tuvo en el coro de representantes a 8 de ellos.

Estas minorías del país político siguen saboteando el tránsito de toda la nación envilecida y desplazada, por millones, de la guerra civil interna, regionalizada a la paz incluyente con las reformas exigidas. Prueba fehaciente de ello fue la actitud del presidente del senado, Macías, del CD, cabeza del bloque reaccionario, hoy dominante, quien descalificó la intervención de la estudiante Jennifer Pedraza, representante al CSU de la Universidad Nacional, para sabotear y cortar su intervención, durante el mismo día en que algo más de 50.000 personas llenaban las principales vías, y copaban la plaza de Bolívar.

El actual presidente y sus coequiperos, de manera descarada, vienen aplazando el avance real de los acuerdos propios de una paz incluyente, porque la paz de Santos, con todo, quedó encerrada en los postulados neoliberales, que le señalaron una suerte de muerte prematura a éstos, y a la educación pública superior, desangrando sus presupuestos; aplicándole el préstamo gota a gota.

En la comisión del presupuesto actual, la senadora Aída Abella se enteró que los anunciados $500.000 millones para la educación superior no serían ejecutados, entregados para la vigencia presente de 2018, donde las universidades públicas están estranguladas, empezando por la Universidad Nacional. El plan era que esto ocurriera para el año 2019, y con una orla de exigencias múltiples para su desembolso.

La denuncia pública de la senadora electa por la lista de la decencia, sobreviviente de la masacre de la UP, y sobre todo, la multitudinaria presencia estudiantil en las calles, hicieron que al día siguiente el gobierno de Duque/Uribe cambiara los planes y anunciara que dicha partida, sin afectar el presupuesto tendrá ejecución inmediata.

Hoy, más que nunca con el estudiantado movilizado quedó más que claro, que los acuerdos de paz de La Habana, en sus más de 400 páginas guardaron silencio sobre la suerte del SUE, y la educación pública estatal, porque en ellos no tuvo la comunidad universitaria una vocería real, una representación en las negociaciones.

Todo lo cual prueba que la disputa hegemónica de los subalternos, sociales e insurgentes, adolecía para entonces de una propuesta que encare el agujero negro de la reforma intelectual y moral, de la que es pieza maestra la reforma educativa integra, herencia abandonada, por una modernidad contrahecha como la de Colombia, “conducida” casi sin excepción por una intelectualidad cosmopolita, separada de los grupos y clases subalternas, con notables excepciones.

Saldando una deuda histórica

Tal divorcio histórico, entre intelectuales y pueblo que Jorge E. Gaitán, advirtió para los tiempos de la generación de los nuevos, se mantiene. A él han respondido los herederos del grito de Córdoba de 1918, cuando organizaron el paro nacional universitario del año 1971, que acordó un Plan Mínimo.

Era la respuesta a la reforma Patiño, que no pocos alaban, porque aclimató en últimas la universidad de entonces a los imperativos de la modernización capitalista, como antídoto al socialismo triunfante en la Cuba de entonces.

De nuevo, en 2011, el estudiantado en lucha recogió y amplió con lucidez las banderas de 1971, pero sucumbió ante un Congreso reaccionario, que impidió la prosperidad de una reforma progresiva de la Ley 30 de 1992, a la cual respondieron en el clímax del movimiento con un proyecto que quedó sepultado en los cajones del Congreso entonces controlado por el bloque en el poder del reformista neoliberal, Juan Manuel Santos.

Esta contra-reforma siguió, sin embargo, avanzando, a través de la asfixia al presupuesto de las universidades públicas, drenándolas con el “invento” del programa “ser pilo paga”, que utilizó a los pobres inteligentes y aprovechados, en número superior a 40.000, para subsidiar groseramente a la universidad privada de elite.

Ahora, siete años después, con renovadas banderas, y dos organizaciones estudiantiles nacionales, animadas por dos proyectos políticos de signo diverso, la responsabilidad con la reforma y la salvación de la universidad colombiana, experimentan su prueba de fuego en público y en privado.

En la plaza pública, ante una imponente movilización, se dieron dos indicios contraproducentes, el intento de impedir la intervención de Jennifer Pedraza, militante del proyecto organizativo de la OCE, del que es animador político el PDA/MOIR. Ella hablaba en nombre del estudiantado como representante electa ante el CSU, de la U. Nacional.

El segundo fue la censura, a posteriori, de la participación de Gustavo Petro, el candidato presidencial de la oposición, senador comprometido con la causa de la educación pública; a la que se sumó la imposibilidad que interviniera la senadora Angélica Lozano, de la Alianza Verde, que apenas le fue permitido subir a la tarima.

Después de la movilización del 10 de octubre, las 32 universidades están deliberando, y más de 10 han decretado como resultado, un paro hasta el 21 de octubre, al ser notificados de los $500.000 millones que entregará el gobierno nacional para paliar la crisis, cuando el funcionamiento de las universidades públicas requiere $ 4,5 billones para el año 2019.

Todas las universidades en paro, o en asamblea permanente han convocado a una mega manifestación nacional para el 17 de octubre. Las direcciones del movimiento estudiantil, y en particular, dos, la UNES, y la ACRES, tienen que rescatar la pluralidad, y corregir los errores del inmediato pasado, ahora cuando han vuelto a la calle con cientos de miles de estudiantes, profesores y padres de familia. Ellos que encarnan, la parte de los sin parte, tienen que convocar con el ejemplo, sin exclusiones.

Para mostrar la madurez del conjunto del movimiento estudiantil, y el empuje de la democracia subalterna. Y convencer a la gran mayoría de la nación que los respalda como respuesta a su efectiva pedagogía ciudadana, azotada como está, por demás, por las afujías producto la crisis del modelo minero energético y agro-exportador impuesto por la vulgata neoliberal.

El curso de este y los siguientes días nos probarán a todos si la intelectualidad joven corrige con audacia e ingenio propositivo el mundo de los mayores, y que está preparada para hacer las reformas urgentes, así como para convocar, si la negativa gubernamental se empecina en quemarle billones a la guerra, en vez de invertirlos en desmontar la desigualdad social, a una Constituyente Educativa.

Ella será el portal de entrada a la Constituyente Social que le de concreción a los acuerdos de paz, que la reacción y la derecha quieren “festinarse” impunemente, como si la nación colombiana aguantara otra guerra. Mientras hacen sonar en contravía de la paz los tambores a somatén.

Fuente del Artículo:

https://www.radiomacondo.fm/columna/la-educacion-publica-universitaria-en-estado-de-coma/

ove/mahv

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La errada trayectoria de la nueva SEP

México / 21 de octubre de 2018 / Autor: Hugo Aboites / Fuente: Educación Futura

Aún no toman formal posesión del cargo los integrantes de la Secretaría de Educación Pública (SEP) cuando en Guerrero ya tienen en sus manos la primera erupción de un conflicto que viene y que es consecuencia directa de la trayectoria balística que se ha imprimido al manejo del tema la reforma educativa. Las leyes de la física suelen ser diferentes a las de la política, pero las primeras declaraciones en julio; la integración de un consejero del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) a un alto puesto en la SEP; la declaración que éste hace de sólo hacer cambios mínimos (y coincidir así con la OCDE y Mexicanos Primeros); el planteamiento amorfo e individualizado de los foros; la preferencia abierta al SNTE, y, ahora, la creencia de que la solución al enfrentamiento es un exhorto a la conciliación dibujan una trayectoria que aterrizará en la propuesta de rescatar lo más posible de la actual reforma. Pero eso traería un desencuentro entre la administración de Andrés Manuel López Obrador y un sector del magisterio sumamente importante. Y lo peor, un conflicto innecesario, porque AMLO ha sido contundente en el tema de la abrogación total de la reforma del gobierno peñista y en esa dirección hay cada día más convergencias. ¿Qué necesidad?

Los de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (Ceteg), por otro lado, no merecían ser bloqueados por razones de mero procedimiento, como una y otra vez ha venido ocurriendo en los foros de otras entidades. Más bien, habría que llamarlos a una mesa de diálogo. Parece no entenderse que a los elevados niveles de indignación, rebelión y profunda exasperación del magisterio, se agrega la ambigüedad de la SEP. Que a ésta no puede responderse con este tipo de foros, donde, además de que el SNTE consigue posiciones privilegiadas, se limita a los independientes el uso de la palabra, y ya venida la violencia, no se les ofrece diálogo sino exhortos. Es previsible, entonces, la molestia. El recorrido de Javier Jiménez Espriú y otras secretarias en la vecindad del pretendido aeropuerto, por ejemplo, fue bruscamente atajado por la prepotencia de una empresa extractora de material y, sumamente molestos, los funcionarios tuvieron que retirarse, pero prometieron regresar el 2 de diciembre, con todo lo que eso implica. Pequeños detalles en contextos álgidos pueden tener muy profundas implicaciones.

Con los maestros el que se trate de una nueva administración no hace olvidar la profundidad del desencuentro histórico con el sindicalismo oficialista, no hay nuevo capital político que sirva. Ni puede borrar las agresiones que han sufrido desde los medios, la SEP actual, el Congreso pasado, el SNTE, las organizaciones empresariales y civiles como Mexicanos Primero. Se le olvida a la venidera SEP, o no lo sabe, que fueron los maestros de la Ceteg, los que temprano, en marzo 2013, bajaron de la montaña y vinieron a Chilpancingo desde las siete regiones para oponerse a la reforma. Cargando las maestras a sus niños en la espalda, impulsados por los más pobres y dedicados docentes, los que atienden a la población originaria, cerraron por la fuerza la Autopista del Sol. La misma donde apenas un año antes (diciembre de 2011) policías federales y estatales dispararon contra una manifestación de cientos de normalistas de Ayotzinapa, con saldo de varios heridos y dos asesinados. Y luego, las protestas en Chiapas, Oaxaca, Michoacán y una resistencia que se extendió a todo el país. Y fue esa determinación la que día tras día comenzó a socavar la fuerza y el fondo de la administración que ahora termina en desastre. Son estos los maestros y maestras cuya determinación y compromiso contribuyeron a crear las condiciones para buscar una real alternativa en el proceso electoral. Y ahora no se les escucha en su propia casa.

Gilberto Guevara

Pero además, la postura ambigua y distante de la SEP con los maestros, la está dejando sola . Lo de Guerrero, con lo que puso a flote, marcó un nuevo momento en la relación magisterio-gobierno y la postura de la SEP ya no es la más apropiada. Además, donde pueden, los maestros insisten en cancelar, y legisladores de Morena en el Congreso ya retomaron la abrogación total de AMLO, y, más, ni siquiera el INEE defiende ya su legislación. Es sólo “la ley que está vigente [y] es con la que se tiene que trabajar”. Y parece dejar en manos de la SEP la decisión o no de mantenerla, al decir que se mantiene porque “ningún secretario de educación ha solicitado cancelarla, ni lo ha hecho la SEP” (con Laura Poy, La Jornada, 11/10/2018). Deja así mal parada a la nueva SEP: queda como la única que nunca fue clara. Muy mal precedente. De acuerdo con las leyes de la física, y también de la política, la trayectoria de un misil a veces puede ser la de un boomerang.

P.S. Ayer fue para un gran señor de Palacio, hoy es obligado devolver la Belisario Domínguez a su casa y honrar a un periodista de verdad.

Fuente del Artículo:

La errada trayectoria de la nueva SEP

Fuente de la Imagen:

https://es.wikipedia.org/wiki/Secretar%C3%ADa_de_Educaci%C3%B3n_P%C3%BAblica_(M%C3%A9xico)

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México: Así visualiza Microsoft el futuro de la educación en 2030

México / 21 de octubre de 2018 / Autor: Ricardo Dorantes / Fuente: Alto Nivel

Microsoft cree que es claro el rol que jugarán las escuelas y el sistema educativo mexicano para el futuro del país: el cambio tecnológico en los empleos.

En 2030, la generación que hoy inicia la educación básica estará pisando las aulas universitarias. Y Microsoft ya trata de visualizar ese salón de clases.

Será tan impresionante como suena, de acuerdo con Anthony Salcito, vicepresidente global de Educación para Microsoft.

Sí, habrá Inteligencia Artificial, uso de Big Data, computadoras en cada pupitre, softwares diseñados especialmente para generar una mayor comprensión y entendimiento de los temas con la vida práctica. Sin embargo, la tecnología no es el objetivo, sino un medio.

Así lo dice Salcito, un hombre que se aleja de la imagen geek de los oráculos de la era digital: peinado perfecto, traje negro a la medida y la seguridad que debe tener el que sabe que su trabajo es diseñar el entorno del futuro para millones de personas.

“Lo primero en lo que se debe pensar es en un cambio de cultura, pues hay mucha negatividad en torno a esta conversación. La transformación de aulas y escuelas es muy mal vista por ciertos sindicatos y algunos grupos de profesores”, lanzó el directivo durante la más reciente edición de Bett Latin America, el encuentro que reúne a los visionarios de la educación en diferentes ámbitos.

México es, precisamente, una de esas economías en donde el sindicato educativo juega más como un actor político que defiende en ocasiones una burocracia oxidada, así como un elefante blanco que enriquece a sus líderes, más que como un ente especializado en el desarrollo de la educación y los profesores en el país.

“El periodo de transición en México busca cancelar la agresiva reforma educativa de la administración que sale. Una de las cosas que tenemos que hacer es estar seguros de continuar hacia adelante, de priorizar y construir los cambios que debemos hacer en las escuelas y en los salones de clases”, dice Salcito, en entrevista exclusiva con Alto Nivel.

Uno de los primeros mensajes del Presidente Electo, Andrés Manuel López Obrador, fue asegurar que se cancelará la Reforma Educativa impulsada durante el sexenio que termina.

Reuters.

AMLO y el paquete de reformas.

La idea del nuevo Gobierno es, hasta el momento, una nueva Reforma que considere la opinión de maestros y enfocada a la equidad en la educación.

Hoy más que nunca, añadió Salcito, es claro el rol que jugarán las escuelas y el sistema educativo mexicano para el futuro del país, no sólo porque los trabajos demandan una conexión de las habilidades que se encuentran en la educación, sino porque los empleos cambiarán radicalmente con la influencia tecnológica y los jóvenes que ingresen al mercado laboral deberán contar con la confianza y habilidades para marcar diferencia a nivel local y global.

En el país ya se han puesto en práctica algunas iniciativas relacionadas con la interacción tecnológica en el salón de clases, como Educator Exchange, las cuales tienen como principal objetivo llevar la experiencia de las nuevas herramientas al campo de la funcionalidad.

Sin embargo, esto es solo el principio del camino. Salcito hace énfasis en uno de los errores más comunes en la planeación de los sistemas educativos.

“Muchos países, no solo México, consideran los cambios en el sistema educativo a un plazo de 5 o 6 años, es decir, un periodo de elección. Así es como perdemos el panorama importante: las transformaciones educativas se deben pensar a 20, 30 o 40 años”, advierte.

Otra de las razones del fracaso de la actualización educativa, y que contribuye más al rezago que a dar pasos hacia el frente, es el mal entendimiento que hay en torno a la tecnología.

“Se cree que la manera en la que se llega al cambio es la adquisición de las cosas –de los equipos tecnológicos–, pero el cambio se debe dar de adentro hacia afuera: hay que preguntarnos primero qué tan abierta es la mentalidad para adoptar nuevas tecnologías, enfoques y conexiones”, señala el experto.

De ahí que, para Salcito, las bases de la transformación educativa abordan por factores esenciales en donde la tecnología ni siquiera tiene un lugar.

“Lo primero es tener claro el propósito de lo que hacemos y para quién lo hacemos. Luego, un objetivo claro para lo que los alumnos están aprendiendo. Finalmente, hay que reconocer el valor del cambio de paradigmas, enfocarnos en la cultura y en la mentalidad, antes que en la infraestructura y la tecnología”, explica.

La tecnología, por otro lado, sí jugará un papel importante, pues no sólo servirá para llevar la educación a distancia –suplir falencias como la infraestructura educativa que persiste en zonas como Michoacán o Guerrero–, sino también para que los estudiantes puedan generar una conexión personal con aquello con lo que están aprendiendo.

Durante su presentación, Salcito expone el caso de unos jóvenes del Caribe mexicano, quienes diseñaron, a partir de un software de Minecraft, una estructura para albergar y preservar el coral en Cozumel.

Al final, se aprecia a los estudiantes colocando su diseño en el océano.

El objetivo es tan sencillo, y tan complejo, como querer impactar en el mundo que habitan. La tecnología es el medio. La mentalidad y la cultura, al final, el gran reto y la losa más pesada para que esto sea una realidad general.

Fuente de la Noticia:

https://www.altonivel.com.mx/educacion/asi-visualiza-microsoft-el-futuro-de-la-educacion-en-2030/

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Departamento Educación de Puerto Rico invierte 36 millones en un millón de libros

Centro América/Puerto Rico/11 Octubre 2018/Fuente: Hoy los angeles

El gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló, anunció hoy que dos meses después del inicio del año escolar ya se ha distribuido más de un millón de libros en las siete regiones educativas de la isla, lo que representa una inversión de 36 millones en la adquisición de libros de texto y cuadernos.

«La reforma educativa que hemos implementado tiene como norte invertir los recursos en el estudiante, eliminando la burocracia. Por ello, hicimos una reorganización de planteles escolares que nos permitieran dirigir más recursos al salón de clases», sostuvo el primer ejecutivo en un comunicado.

Adelantó que próximamente se integrara tecnología para cada uno de los estudiantes con la llegada de computadoras y tabletas.

El primer ejecutivo recordó que la educación integral se compone de varios elementos y que entre estos «los libros de texto son esenciales para que tanto maestros como estudiantes puedan contar con herramientas que dirijan las metas educativas por niveles académicos».

«Agradecemos al equipo Departamento de Educación y a la secretaria Keleher por poner en acción parte de los resultados que promueven la reforma educativa, que el dinero de la agencia impacte directamente a la población estudiantil», sostuvo.

En el proceso de selección de libros de texto hubo una amplia participación de todos los sectores en los procesos de evaluación. Unas diez casas editoras están a cargo de la entrega de los libros.

Fuente: http://www.hoylosangeles.com/efe-3775819-14703432-20181009-story.html

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La crisis de los aprendizajes

México / 7 de octubre de 2018 / Autor: Rafael de Hoyos / Fuente: Nexos

El supuesto que asistir a la escuela equivale a que los niños aprendan —en el caso del sistema educativo mexicano— es erróneo en la mitad de los casos. Más de la mitad de los estudiantes en el sistema educativo mexicano, cerca de 16 millones niños y jóvenes, no adquieren los aprendizajes mínimos necesarios, es decir, no comprenden textos ni pueden utilizar operaciones matemáticas básicas para resolver problemas cotidianos. Sin estas competencias básicas el futuro de nuestros niños y jóvenes no parece muy prometedor. Difícilmente podrán insertarse en el mercado laboral, su capacidad para utilizar nuevas tecnologías e innovar será muy restringida y su participación en los procesos democráticos se limitará, en el mejor de los casos, a votar.  El que nuestros niños y jóvenes vayan a la escuela pero no aprendan no solamente es una pérdida de recursos, un potencial no aprovechado, es, además, una gran injusticia. No es justo para los padres que asumimos que nuestros hijos van a la escuela a aprender, no es justo para el contribuyente mexicano que paga impuestos a cambio de servicios públicos de calidad. Pero, sobre todo, no es justo para los millones de niños y jóvenes que provienen de un hogar en pobreza. Para ellos, el contar con una buena educación es una de las pocas vías a través de las cuales podrán salir de la pobreza.

Figura 1: Porcentaje de estudiantes que finalizan primaria
y tienen un nivel de logro mínimo necesario en matemáticas

Fuente: Informe sobre el Desarrollo Mundial 2018

Esta crisis de los aprendizajes en México y en muchos otros países en vías de desarrollo está documentada en el Informe sobre el Desarrollo Mundial 2018 “Aprender para hacer realidad la promesa de la educación” del Banco Mundial. La crisis impacta a cientos de millones de niños en todo el mundo, afectando el desarrollo futuro de varias generaciones. Como es común con las crisis globales, la incidencia recae más en los países más pobres. En países de ingreso bajo, menos del 20% de los niños que concluyen la primaria tienen niveles de logro por encima del mínimo en matemáticas (ver Figura 1). Al interior de los países, la crisis afecta más a los pobres, quienes más necesitan de una buena educación que genere las competencias necesarias para obtener un buen empleo y salir de la pobreza. Debido a la relación que guardan los aprendizajes presentes con los ingresos futuros, la crisis de los aprendizajes es uno de los factores detrás de la persistencia de la desigualdad del ingreso, al interior y entre los países.

La crisis de los aprendizajes no es producto del azar, es el resultado lógico de políticas que han sido implementadas sin tener el aprendizaje de los alumnos como principal objetivo. A grandes rasgos, los sistemas educativos están compuestos de alumnos, docentes, insumos —como infraestructura escolar y materiales educativos— y formas de gestionar todos estos elementos para producir el proceso enseñanza-aprendizaje en la escuela (gestión escolar).

Ilustración: Patricio Betteo

Una condición que propicia el aprendizaje entre los alumnos es haber recibido la nutrición, estimulación e interacción temprana adecuada. Sin este conjunto de cuidados iniciales, las conexiones neuronales de los infantes no son las adecuadas para explotar todo su potencial de aprendizaje. Como se demuestra en la Figura 2, la diferencia en conexiones neuronales entre un infante sin carencias—parte de arriba de la figura, y el infante que vivió carencias agudas—parte baja de la figura, es abismal.

Figura 2: Conexión neuronal, infante sin carencias (arriba),
infante con carencias agudas (abajo)

Fuente: Informe sobre el Desarrollo Mundial 2018

Las condiciones de inicio de los dos infantes en la Figura 2 —tomada de un estudio que se llevó a cabo en Bangladesh— ponen al niño pobre en clara desventaja para sacar provecho de sus años formativos. Lejos de resarcir estas desigualdades de origen, los sistemas educativos enviarán a los niños pobres a escuelas pobres con docentes ausentes o poco preparados, ensanchando las brechas originales. Por ejemplo, en los países más pobres de África, los docentes están ausentes una quinta parte del tiempo, entre los que van a la escuela, solo dos tercios están dentro del aula y sólo una fracción de los docentes que están dentro del aula tienen los conocimientos básicos y las habilidades para transmitir estos conocimientos.

La escuela es una organización compleja, en donde el director maneja recursos humanos, mantiene la infraestructura, incentiva la participación de los padres de familia, hace una planeación estratégica, implementa planes y programas de estudio. Lo cierto es que los directores de escuela tienen una gran responsabilidad para la cual no han sido formados. Los directores en México —como en casi todos los países del mundo— son docentes que fueron formados para enseñar, acumularon años de experiencia y, de la noche a la mañana, se convirtieron en directores de escuela. Como se demuestra en el Informe 2018, las habilidades de gestión de los directores de escuela son significativamente menores a las habilidades de gestión de directores de empresas en la industria de las manufacturas.

El Informe tiene recomendaciones puntuales de las cuales resalto cuatro que considero las más relevantes para México: (1) medir los aprendizajes de los alumnos y utilizar los resultados como un insumo para la mejora al interior de cada escuela; (2) implementar una política de primera infancia que provea nutrición, estimulación e interacción temprana a todos los infantes en hogares marginados durante sus primeros tres años de vida; (3) mejorar la calidad de la docencia a través de la profesionalización de la carrera docente y (4) formar y acompañar a los directores para que lleven a cabo una gestión centrada en los aprendizajes. Doy una breve explicación de cada una de estas cuatro recomendaciones.

Sin negar sus limitaciones, la extinta prueba ENLACE le dio, a cada una de las escuelas en el país, una radiografía sobre los niveles de logro en matemáticas y español y las áreas dentro de estas asignaturas que debían ser reforzadas. Como lo demuestra un estudio recientemente publicado, el proveer acompañamiento a las escuelas para ayudarles a interpretar los resultados de pruebas estandarizadas y utilizarlos como un insumo en el plan de mejora escolar, es suficiente para aumentar los aprendizajes de los alumnos.

No hay una intervención que haya comprobado su efectividad más que la política de primera infancia o el desarrollo infantil temprano. Al mismo tiempo, de las cuatro recomendaciones, esta es en donde México muestra los rezagos más importantes. Otros países de la región como Chile y Colombia ya implementan una política integral para mejorar las condiciones de inicio de los niños en condiciones de alta marginación.

Las políticas para profesionalizar la docencia y mejorar la gestión escolar forman parte de la Reforma Educativa de 2013. La introducción del mérito como criterio para la selección y promoción de los docentes seguramente tendrá un impacto positivo sobre la calidad de la docencia y, por lo tanto, los aprendizajes de los alumnos. Sin embargo, el vínculo entre las evaluaciones del Servicio Profesional Docente y los aprendizajes de los alumnos se dará en la medida en que los resultados de las evaluaciones sean utilizados para diseñar la estrategia de formación inicial y de docente en servicio. En el caso de la gestión escolar, la estrategia “Escuela al Centro” provee herramientas y formación a directores para que puedan ejercer de forma más eficiente el rol de gestores pedagógicos que retroalimentan a los docentes e incidan sobre los aprendizajes. Los elementos de “Escuela al Centro” están en línea con la evidencia más reciente que muestra los efectos positivos del “coaching”sobre las prácticas docentes y los aprendizajes de los alumnos.

Sin embargo, de poco sirve tener un buen diseño de políticas educativas si no podemos implementarlas a escala y de forma independiente a los ciclos políticos para asegurar continuidad. Para que eso ocurra, es necesaria una gran coalición en torno los principios fundamentales del sistema educativo que queremos construir, es decir, qué queremos obtener de nuestro sistema y qué necesitamos para alcanzarlo. Yo aspiro a tener un sistema educativo que garantice las competencias básicas de todos los niños y jóvenes, sin importar su ingreso, sexo, localización geográfica, educación de los padres, entre otros. Me parece que lo que necesitamos para lograrlo es más evidencia y menos ideología en el proceso de toma de decisiones y es ésta la contribución más importante del Informe 2018. El salir de la crisis de los aprendizajes y proveer aprendizajes a los 16 millones de mexicanos que están escolarizados pero no aprenden, no es solamente una obligación del Estado, es responsabilidad de todos. Aprender es un derecho, una manifestación del derecho a construir la vida que nos plazca, una consecuencia directa de nuestra legítima búsqueda por la libertad.

Fuente del Artículo:

https://educacion.nexos.com.mx/?p=1430

ove/mahv

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