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La ONU pide prohibir las tareas escolares en todo el mundo.

Por: Educacion en red. 03-09-2016

Hemos pasado cientos de años educándonos, aprendiendo nuevas cosas para lograr una mejor convivencia como humanidad y hacer de la vida algo mucho más cómodo para todos. Sin embargo, hay algo que todavía deja más preguntas que respuestas, nos referimos a las tareas escolares. Ya que hasta este momento sigue sin existir explicación que justifique por qué cuando vamos a la escuela necesitemos hacer tareas.

Para nuestra buena suerte después de millones de alumnos reprobados por no hacer tareas, la respuesta ya llegó a nosotros y hoy te la vamos a compartir.

Recientemente Harris Cooper, prestigiado profesor de la Universidad de Duke declaró: «No hemos encontrado evidencia de que las tareas ayuden a los niños a ser mejor estudiantes».

A continuación te dejamos con la explicación.

Desde 1989 diferentes estudios han revelado que los alumnos comprenden de mejor forma el trabajo que realizan dentro del salón de clases, además, las tareas y trabajos que les piden para hacer en su casa les quitan valioso tiempo para desarrollar otras actividades que son igual de importantes para su crecimiento.

Así mismo, el profesor Etta Kralovec de la Universidad de Arizona concuerda con los resultados de dicha investigación «Las tareas que los profesores a veces dejamos a nuestros alumnos en realidad no representan ningún beneficio para ellos».

Hasta la fecha se han realizado varios experimentos, por ejemplo, alumnos que dedican 1 hora de su día a hacer tareas en casa son mejores estudiantes que aquellos que suelen dedicar 4 horas. Lo que significa que estos estudiantes prácticamente pierden 3 horas de su tiempo al día, tiempo que pudieron haber aprovechado para realizar otro tipo de actividades.

Otros especialistas aseguran que las tareas afectan el carácter de los estudiantes, sobre todo cuando hablamos de niños, ya que el estudiar debe ser considerado como una actividad que se disfrute, nos debe apasionar aprender cosas nuevas. En lugar de eso, las tareas escolares molestan al niño y lo condicionan a no querer ir a la escuela, por eso es que no les gusta aprender.

Desde el Kinder los niños saben que les quedan muchos años como estudiantes, en los cuales tendrán que esforzarse mucho y no les queda de otra más que rechazar el conocimiento.

Otra razón por la que las tareas deben desaparecer inmediatamente de todos los sistemas educativos, es porque contribuyen a que los alumnos se hagan dependientes y flojos. Ya que los padres acostumbran a ayudarles a elaborar sus tareas y la mayoría terminan haciéndoselas. Sin duda los niños requieren de la ayuda de sus padres, pero esta ayuda casi siempre termina generando conflictos. Pues el niño pierde su sentido de responsabilidad y ve la tarea como un castigo por parte de sus padres.

No olvidemos el clásico «Si no haces la tarea no puedes salir a jugar con tus vecinos».

Entonces, cuando eliminamos las tareas escolares los estudiantes recuperan la motivación por el estudio, la alegría por ir a la escuela y aprender cosas nuevas cada día.

Afortunadamente la Organización Mundial de la Salud (OMS), a través de sus representantes en la Organización de las Naciones Unidas, están llevando a cabo las peticiones necesarias para eliminar por completo las tareas escolares de todos los sistemas educativos registrados.

La investigación demuestra que el estudiante que deja de hacer tarea en su casa recupera su alegría por el estudio y se transforma en una persona feliz. (www.badabun.net)

EDUCACIONENRED.PE

MÁS EN: http://www.educacionenred.pe/noticia/?portada=95789#ixzz4JFBAuI00

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Impacto de las reformas educativas

Las reformas educativas históricamente son consideradas como proyectos políticos que intentan incorporar, modificar o experimentar estrategias que perjudican directamente en el proceso de enseñanza aprendizaje y en los contenidos curriculares, además las reformas también están directamente vinculadas con la formación docente.

El docente siempre ha sido considerado como el sujeto clave para llevar a cabo las prácticas educativas, él es quien forma las nuevas generaciones, y su papel ha sido importante en las diferentes épocas, de igual forma ha participado en los diferentes cambios que hemos tenido en el sistema educativo. Por tal razón tiene más exigencias para actualizar su capital cultural constantemente e innovar su práctica docente.

Las lecturas existentes especifican que a mediados del siglo XIX, los maestros no tenían una integración como colectivo docente, sus opiniones no eran tomado en cuenta por los órganos del Estado, con el paso del tiempo esto fue cambiando debido a que el maestro no tenía una formación elemental, por lo tanto, surgían problemas que él no podía solucionar.

Juárez, J. (2000) señala que en 1823 la solución para resolver el problema de la falta de preparación del docente fue través de la Compañía Lancasteriana, esta compañía estableció la primera Escuela Normal donde preparaban a los maestros con diferentes técnicas, de igual forma permitió que en aquella época se perfeccionaran los métodos de enseñanza de la lectura y la escritura.

Hasta ese momento las reformas provocaron dos tipos de actitudes de los docentes: por un lado había profesores que no tenían iniciativa para reflexionar sobre su quehacer, tampoco para decidir por sí mismo; por otro lado estaban los docentes que vieron el mundo educativo con un pensamiento crítico y un compromiso transformador hacia la comunidad, por ejemplo: José Vasconcelos, Justo Sierra, entre otros.

La creación de la SEP, accedió a reformar y unificar programas integrales para que se llevaran a cabo como proyecto nacional, esto pactó un compromiso estable entre la SEP y la comunidad docente; por lo tanto el Estado estaba obligado a otorgar capacitación y formación docente, basados en una ideología nacional. En esta etapa se pensaba que lo más importante era las relaciones sociales, es decir, las relaciones entre el niño y el hombre.

El impacto de las reformas implementadas fue directamente hacia los maestros rurales, pues ellos no habían sido formados en escuelas normales, sino que la elección como docentes fue porque sabían leer y escribir, además porque mostraban un espíritu comunitario.

Las políticas públicas encaminadas a crear reformas educativas han presentado una debilidad al igual que el mismo Sistema Educativo, la de no saber a ciencia cierta la realidad de la educación; hasta el momento no se ha hecho una evaluación con parámetros confiables, donde destaque claramente la realidad educativa, y separe entre lo que se está logrando y lo que no.

Por eso a mediados de los años 40´s, las reformas solucionaban los problemas pero solo de manera temporal, no había un impacto profundo, quizá porque las exigencias del momento y los cambios sociales eran constantes. Aun así se organizaban cursos de capacitación para los docentes, se adecuaron las bibliotecas y organizaron talleres para elaborar materiales didácticos; todos estos aspectos aun se lleva a cabo en el sistema educativo actual.

Los cambios sociales, económicos y culturales exigen cada vez más una preparación eficaz del docente, pues mientras más avanza la sociedad del conocimiento se requiere de docentes que tengan un alto capital cultural, para formar jóvenes competentes, sin embargo cabe destacar que las prácticas docentes actuales son el resultado de las múltiples transformaciones que la formación inicial tuvo desde su origen.

El sistema de formación inicial de profesores por mucho tiempo no ha encaminado correctamente los requisitos de ingreso para los estudiantes, no ha tenido cuidado principalmente en el elemento de la vocación. En un estudio realizado sobre educación normal se concluyó que:

En la Escuela Nacional de Maestros las dos terceras partes de los estudiantes confesaban haber elegido la carrera por sus ventajas materiales y prácticas (carrera corta que les daba el diploma de bachillerato y el de maestro de primaria, les aseguraba una plaza federal con sueldo y prestaciones de por vida, o por haber sido ésta la decisión de sus padres), y sólo 37.5% estudiaba “por vocación al magisterio”. Al preguntarles también si pensaban perseverar en el magisterio a largo plazo, 36.4% opinó que pensaban abandonarlo y 27.3% que planeaban combinarlo con el estudio y ejercicio de otra carrera. (De Calvo, en Latapí, 2003. p. 13).

Hace falta sentido de vocación para ser maestros comprometidos y eficaces, desafortunadamente son muchas las escuelas que se dedican a formar maestros, (UPN, Universidades, Normales) aunque tengan los mismos planes y programas, se diferencian por las perspectivas y visiones internas que tiene cada una de ellas.

¿Cómo se encuentra la formación inicial?

Lo que distingue al maestro del siglo XXI no es que enseña, sino que aprende continuamente. El capital cultural debe estar actualizado constantemente, sin lugar a duda, la del maestro es una profesión que requiere un reto intelectual, para ello necesita adquirir conocimiento, apropiarse de él y saber difundirlo a sus alumnos.

Lo anterior se logra a través de una evolución continua, por medio de la actualización y la pasión personal, teniendo como base la formación inicial.

Se conoce que todos los sistemas de formación inicial en el mundo son diferentes, sin embargo existe un consenso internacional que debe reunir cuatro aspectos, según Latapí (2003) el primero se refiere a una formación humana integral, donde se desarrollen destrezas intelectuales formales y el desarrollo de valores humanos; el segundo destaca la sólida preparación en las disciplinas que se van a enseñar, el tercero señala que el desarrollo del aprendizaje están relacionados con los conocimientos y las habilidades adquiridas y el cuarto aspecto se refiere a que la práctica de la enseñanza debe ser guiado por un maestro con mucha experiencia.

Lo anterior obliga a las Escuelas Normales del País a ser más competentes, con una enseñanza que responda a las exigencias de la sociedad, para que los egresados verdaderamente desarrollen esas destrezas intelectuales deseadas. Es urgente pensar en estos cuatro aspectos de la formación inicial, ya que si en el futuro se sueña con una alta escala en calidad, las escuelas deberán formar maestros que estén a la altura de estos retos.

En nuestro país un rasgo indispensable del perfil de los profesores se relaciona a la profesionalización y a la actualización, sin embargo existen cifras lamentables relacionadas a los bajos índices de lectura por parte de los docentes, según datos del INEE(2006) especifican:

Los datos por nivel educativo apuntan a los profesores de secundaria como los que en mayor porcentaje −ocho de cada diez− reportan leer al menos un libro al año, les siguen en igual proporción los de preescolar y de 4°, 5° y 6° de primaria (70.6%), mientras que seis de cada diez profesores de los tres primeros grados de primaria dicen tener esta práctica de lectura. Este último resultado es inquietante, pues son los primeros años de primaria cuando los docentes debiesen de aprovechan para iniciar entre sus alumnos el gusto por la lectura; sin embargo, quienes deben de promoverlo son los que menos la practican. (p. 114)

En México existe un desajuste entre la teoría y la práctica, entre lo que se quiere lograr y lo que realmente se logra, por eso es necesario que el docente constantemente enriquezca su capital cultural en todos los ámbitos, académico, social y familiar.

Actualmente es fácil observar en la práctica docente que la mayoría de los profesores imparten una asignatura diferente a la especialidad que estudiaron, también se visualiza una limitada infraestructura y medios necesarios que limitan de alguna forma la ejecución correcta de la reforma actual.

Lo anterior son las consecuencias y los fallos que en determinado momento fueron heredadas por los planes de estudios de 1984 y 1997. Ya que en el primero las Escuelas Normales se preocupaba que sus egresados se concibieran como técnicos operativos de los programas oficiales, y no como verdaderos profesionales de la educación. En el segundo el implante fue más apegado a la formación docente, al desarrollo de habilidades criticas donde el docente podía transformar su propia realidad. (Duran, 2004)

El plan de estudios de 1984 estableció al maestro como docente investigador, teóricamente conocía los aspectos del perfil de egreso, pero la práctica era muy diferente, ya que en las escuelas existían limitados materiales de apoyo, es decir, él sabía que tenía que ser un agente transformador de su realidad pero era difícil hacerlo. Lo anterior sucedió porque desafortunadamente las escuelas normales no tenían los recursos suficientes para implementar este plan.

En cambio el plan 97 superó de alguna forma aspectos que habían sido rezagados en el plan 84, se interesó en formar docentes, no docentes investigadores, reorganizó los contenidos teóricos, sin embargo de igual forma lo que falla nuevamente es la organización de las escuelas normales y sus docentes.

Los dos planes estuvieron inmersos en un círculo vicioso, la falta de organización de las escuelas normales, la falta de materiales y de apoyo financiero. Quizá el problema más grave es la falta de voluntad política para llevar las reformas hasta sus ultima consecuencias académicas.

En determinados momentos se puede pensar que la ejecución de las reformas ha fallado por la cultura conformista del personal docente, pues han mostrado un rechazo al cambio; hasta cierto punto es cierto, pero también se ha insistido en implementar nuevos modelos curriculares sin haber concretizado en toda su dimensión el vigente.

En el siglo XXI la necesidad urgente es que las escuelas normales sean reformadas en cuanto a sus enfoques, para tener una vinculación real entre la formación y la práctica docente. Para ello necesitamos de docentes comprometidos y actualizados.

Tomado de: http://vinculando.org/educacion/impacto-de-las-reformas-educativas.html

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Adriana Delpiano: «Hoy, en Chile, más de un millón 800 mil alumnos están estudiando gratis»

América del Sur/Chile/30 de agosto de 2016/ Fuente: latercera

La secretaria de Estado destacó que esa cifra corresponde al 33% del total de estudiantes en el sistema. Subrayó que el mayor legado del proyecto de educación superior será que establecerá normas para sancionar el lucro.

Plazos, expectativas y críticas. La ministra de Educación, Adriana Delpiano, analizó con La Tercera el marco general en el que actualmente evolucionan las seis reformas que el gobierno impulsa en este ámbito del país. La secretaria de Estado repasó sus beneficios y entregó sus apreciaciones de por qué las encuestas le otorgan una aprobación tan baja a esta iniciativa.

¿Cuándo Chile va a poder ver el impacto de la reforma educacional?

Hay algunos impactos que son inmediatos. Uno de ellos es que este año 139 mil 300 alumnos entraron a la gratuidad de la educación superior. También la Ley de Inclusión, con el fin del copago en los colegios. Los temas de calidad en la educación van a pasar por tener los profesores mejor formados, con mayores exigencias académicas, con apoyo. Los ingresos garantizados por la carrera docente, el apoyo establecido y la mayor exigencia para entrar a la universidad hará que cambie la composición de quienes estudian pedagogía. A esto se suma la nueva educación pública, que también es de mediano plazo. El sistema administrado por los municipios tiene demasiadas dificultades. Tienes puntos a  favor si al alcalde le importa la educación y si es un municipio con recursos. Pero si no tienes lo uno ni lo otro, es muy difícil lograr educación de calidad. Los nuevos servicios locales que administrarán los colegios públicos tendrán un fuerte apoyo pedagógico y el colegio será lo central. En unos cinco años vamos a ver cambios significativos en calidad académica gracias a los distintos elementos de la reforma. Pero hoy, en Chile, sumando los alumnos que comenzaron a estudiar gratis en la educación escolar y superior, tenemos que más de un millón 800 mil alumnos estudiando gratis, lo que equivale a cerca de un 33% del total de estudiantes en el sistema.

¿Y el cambio al financiamiento de los colegios?

 Se ha hablado mucho del financiamiento a la educación, pero el proyecto de Ley de Desmunicipalización ya lo cambia mucho. Por ejemplo, entrega un recurso basal para la administración. Además, entrega fondos directos para los recursos extra que se necesitan para completar los sueldos de carrera docente. El tema conflictivo apareció más bien ligado a si la subvención a los colegios es un voucher o no, pero ese cambio nunca fue un tema comprometido. Surgió con carrera docente y con nueva educación pública. Y, en ese contexto, vamos a ver qué otra fórmula tenemos que no cueste mucha más plata, porque ya la reforma educacional absorbe una cantidad alta de recursos públicos.

Pero cuando entró educación pública se dijo que iban a presentar un proyecto…

Exactamente, y lo más probable es que presentemos un proyecto para cambiar el financiamiento de los colegios el próximo año. En este minuto, salvo que realmente logremos dar con una fórmula con la misma cantidad de recursos, no es posible plantear un cambio. Porque, en el fondo, cambiar la asistencia por matrícula, que es lo que piensan algunos, no te resuelve el problema. Hoy el cálculo está hecho sobre la asistencia promedio de los últimos tres meses y esa asistencia nunca es el 100%. Si sólo cambiaras la fórmula actual por matrícula, ya tendrías que considerar una gran cantidad de recursos adicionales.

En el Senado han criticado mucho que los SLE son arbitrarios.

Los SLE fueron súper estudiados para reunir un mínimo de alumnos y calidad para que no quedaran todos concentrados en algunas partes. No nos guiamos con las divisiones provinciales. En Chile hay 54 provincias, justamente porque las provincias no nos resolvían el tema de cantidad de alumnos. En el debate ahora en el Senado, lo que estamos pensando es cómo este sistema mantiene un vínculo directo con la región. O sea, que no sean servicios territorializados, que se entiendan con un órgano central.

Si todas estas reformas tienen tanto impacto positivo, ¿por qué en encuestas como la CEP aparece con poca aprobación la reforma?

Creo que son varias las explicaciones. Es curioso, porque la gente valora las reformas en genérico. No se opone a la reforma, pero cualquier reforma provoca desorden, por más que lo trabajes. Y, como que de alguna manera, esta idea de reforma es valorada teóricamente, pero empieza a cruzarse una sensación de inestabilidad. Creo que no todas las reformas han tenido problemas similares. La otra razón es que la gente todavía no ve los frutos. Se ha hablado mucho de la reforma y siento que este año por primera vez estamos viendo efectos concretos. Por ejemplo, los profesores ya fueron ubicados en los niveles de la carrera docente, cuando hasta el año pasado estábamos discutiendo si la reforma iba o no.

Dónde sí ha quedado en evidencia el rechazo es en Inclusión y Educación Superior.

En Inclusión me llama la atención. La ley da plazos largos, es un proceso que nos va a seguir acompañando: los colegios tienen que transformarse en sin fines de lucro y hay un camino para terminar el copago. Si vemos la realidad, advertimos que este año más de 700 establecimientos pasaron a ser gratuitos sin drama. El problema está en los sostenedores de colegios muy grandes. Han pasado cosas curiosas. Un colegio se pasó a pagado el año pasado, este año comenzó a funcionar como pagado y ahora está a punto de quebrar porque sus alumnos no han podido seguir pagando la colegiatura, que aumentó al doble. Hay que decir que hoy llegan mucho más recursos a la educación pública. Entonces, si algún colegio decide cobrar y dejar de percibir estos otros recursos nuevos, no le sale a cuenta. Es mejor ser gratuito que no serlo. Efectivamente, hay un grupo de colegios que son más grandes que están planteándose si el negocio les vale la pena y pasan a particular pagado.

Usted dice que en cinco años podrían empezar a palpar los beneficios de la reforma. También en cinco años el rechazo debería comenzar a cambiar?

Espero que antes. Una vez que se aprueban las leyes y salen, dejan de ser drama. Otra cosa es la implementación, y puede tener dificultades o no, pero claramente el momento más álgido fue cuando discutimos la Ley de Inclusión y carrera docente, porque se polarizaron las posturas. Ahora, la Ley de Educación Superior es la más compleja, pero se va a discutir este año y esperamos que quede totalmente despachada en el primer semestre del próximo. Era muy difícil discutir ese proyecto sin tener ley. Este proyecto tiene demasiados actores involucrados y te tienes que hacer cargo de un historial de leyes anteriores. Entonces, por supuesto, hay muchos jóvenes que quisieran mañana mismo cerrar no sé cuántas universidades, porque tienen fama de que lucran. Otros, lo contrario.

¿Cree que la crítica está siendo poco constructiva y sin sustento?

Creo que hay de todo, pero no creo que el ministerio esté encerrado sin escuchar a los actores, como se ha dicho. No estamos dibujando esto en blanco, tenemos que hacernos cargo de que hay una base. Por ejemplo, dicen  que no le demos ni un peso a ninguna institución con fines de lucro, pero hoy los centros de formación técnica y los institutos profesionales por ley son con fines de lucro y hace muchos años que existen becas sus alumnos. ¿Qué queremos? ¿Le quitamos las becas? ¿Hacemos una transición larga para que sea así? ¿Los dejamos con becas? Las soluciones son diversas, no hay una única. Hay que entender que el país dio pasos en el pasado en los que les generó muchos derechos a esos estudiantes.

También hay críticas por cómo se aborda el tema en las universidades.

En el caso de las universidades, no sacan las utilidades desde la estructura universitaria propiamente tal, sino más bien por el lado, con sociedades relacionadas o venta de servicios, cosas que son más complejas de detectar. La ley que nos rige hoy es mucho menos precisa respecto de las negociaciones con partes relacionadas o no tener dueños de la corporación con fines de lucro. Hay una gama de situaciones que no están normadas hoy y creo que el gran avance de  la reforma es que quedarán normadas.

Entonces, ¿lo que se hace es regular cómo se tienen que desarrollar esas actividades?

Para que efectivamente no lucres con la educación superior.

O sea, ¿sí se va a erradicar el lucro de la educación superior?

Se va a sacar el lucro de la educación universitaria. Estamos viendo que para entrar en gratuidad se pasen a sin fines de lucro. La próxima semana se le vuelve a poner urgencia al proyecto de transformación a entidades sin fines de lucro para IP y CFR y creo que va a tener un impacto muy grande la gratuidad en la educación técnica. Un aporte directo para docencia es muy importante. El tener instituciones grandes que ya se pasaron a la gratuidad creo que va a ser un estímulo poderoso para las otras, sino las colas que va a haber en estas instituciones van a ser enormes.

Fuente: http://www.latercera.com/noticia/nacional/2016/08/680-694275-9-adriana-delpiano-hoy-en-chile-mas-de-un-millon-800-mil-alumnos-estan-estudiando.shtml

Imagen: static.latercera.com/20160827/2327580.jpg

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México. Peña Nieto: del plagio al informe de gobierno

Centroamérica / México / 28 de agosto de 2016 / Por: Bárbara Funes México D.F | @barbarafunes2

Tras el escándalo del plagio de su tesis, el presidente dará su informe de gobierno en un nuevo formato, ante un auditorio integrado por jóvenes de distintos estados del país. ¿Será para pasarles los secretos de cómo obtener un título con plagio?

El pasado 24 de agosto se anunció que el formato de su cuarto informe de gobierno será distinto a los años anteriores: Peña Nieto se reunirá con jóvenes para platicar sobre su administración.

¿Será que los quiere instruir sobre cómo plagiar una tesis y obtener a cambio un título universitario? ¿O será que les quiere transmitir cómo se logra que los empresarios le regalen mansiones a cambio de la asignación de contratos con el Estado?

Quien sabe, Peña Nieto es una cajita de sorpresas. Según la oficina de presidencia, cinco serán los ejes que se desarrollarán en el documento oficial que debe presentar por escrito el próximo 1 de septiembre el Ejecutivo al Congreso de la Unión.

Éstos serán: México con educación de calidad, México Próspero, México Incluyente, México en paz y México con responsabilidad global.

Los “logros” de Peña Nieto

El primero, «México con educación de calidad”, se enfocará en los “logros” de lareforma educativa: evaluación punitiva para las maestras y los maestros que enseñan a leer y escribir a los hijos del pueblo trabajador. Que madres y padres de familia financien las operaciones de los centros educativos: como con la inclusión de 100 hojas tamaño carta para uso de las secretarías en la lista de útiles escolares, o el pago de servicios como la luz, una práctica ya en numerosas escuelas rurales. Que se limiten los programas educativos aun más, de la mano del avance de la elitización de la universidad.

A su vez, el intento de imposición de todas estas medidas a punta de pistola, como ocurrió en la masacre de Nochixtlán, que dejó como saldo once manifestantes muertos, y para avanzar en el desmantelamiento de las escuelas normales, la desaparición forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa y el encarcelamiento de numerosos estudiantes.

El segundo eje, “México próspero”, se centra en el desarrollo de políticas para “eliminar las trabas que limitan el potencial productivo del país”. La aplicación de la reforma laboral, con la legalización del outsourcing, pérdida de prestaciones y bajos salarios son algunas de las “bondades” para las trasnacionales y los magnates como Carlos Slim. Pero esto no esto: los beneficios fiscales y todo tipo de facilidades a los inversores extranjeros son parte de una política hacendaria generosa con los empresarios. La contracara: los impuestos que deben pagar millones de trabajadores que trabajan para el Estado y para el sector privado bajo la modalidad de servicios profesionales por honorarios, por dar un ejemplo.

La aplicación de la reforma energética se inscribe en este eje, con la apertura la capital privado de la exploración y explotación de los hidrocarburos. Como se hizo con Mexichem, incluso antes de la aprobación de la reforma energética, que operaba el complejo Pajaritos junto con Pemex. Y las consecuencias fueron nefastas: despidos, recorte de fondos para seguridad industrial y mantenimiento, que devinieron en una explosión que enlutó a toda la región.

“México incluyente”, el tercer eje, resaltará “una visión integral basada en derechos, generación de oportunidades y desarrollo de capacidades productivas para combatir la pobreza”. Claro, esto mientras el trabajo informal escaló de forma abrumadora: 57% de la población económicamente activa del país labora en el sector informal. Esto implica que muchos apenas cobran el salario mínimo, ni tienen acceso a servicios de salud pública, no cuentan con prestaciones -como vacaciones pagas y aguinaldo, por ejemplo.

El cuarto eje representa una burla abierta: “México en paz”. Las fosas clandestinassembradas, en todo el país como Tetelcingo, Morelos, y Huehuetoca, Estado de México demuestran que no hay ninguna paz. Que la “guerra contra el narco” -financiada por Estados Unidos a través de la Iniciativa Mérida con el fin de silenciar la protesta social- se ha profundizado. Que la militarización se hace sentir en distintas regiones del país y es causal de masacres como la de Tanhuato y la de Tlatlaya, con ejecuciones forzadas. Son parte de este escenario el avance de la violencia contra los periodistas y contra las mujeres.

Por último, en el quinto eje, “México con Responsabilidad Global” hará referencia a “la protección de mexicanos en el exterior bajo una política migratoria a fin de generar oportunidades para los mexicanos”. Grandes aportes al imperialismo estadounidense, como con la criminalización de los migrantes desplegadas por el gobierno de Barack Obama, donde madres con sus niños están encarceladas en prisiones en condiciones de hacinamiento. O mantener militarizada la frontera sur para frenar la travesía de los migrantes centroamericanos que quieren llegar a tierra estadounidense.

Fuente: http://www.laizquierdadiario.mx/Pena-Nieto-del-plagio-al-informe-de-gobierno?id_rubrique=1714

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Educar “como Dios manda”: Mercados, niveles, religión y desigualdad

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Michael W. de Apple

Temas de Educación.

Piados Ibérica. 2002

 

En este volumen, el autor, amplia y profundiza los argumentos de El conocimiento oficial y política, cultura y educación en donde combina investigaciones históricas, empíricas y conceptuales para explicar a los movimientos conservadores que no cesan de reconstruir la educación de una manera perjudicial.

Los argumentos planteados surgen de varias fuentes: testimonios nacionales e internacionales que indican los efectos de las políticas actuales, de la participación del autor en movimientos contrarios a la reestructuración radicalmente conservadora y su ira ante quienes creen en la lógica de mercado y no pueden ver el daño que esa arrogancia genera.

En el primer capítulo Mercados, niveles, religión y desigualdad se sientan los argumentos centrales de todo el texto: para buena parte de los expertos, políticos y empresarios la educación es negocio y no debería recibir un trato distinto al de cualquiera otra empresa. Aquí se explica el lugar de la derecha, qué debate se da sobre la libertad, cómo el neoliberalismo se destaca como paradigma político-económico, naturaliza justificaciones y realidades, cómo se busca reestablecer el orden cultural, iglesia-Estado; economía y religión, gerencialismo.

En el capítulo 2 ¿De quién son los mercados? ¿De quién es el conocimiento? se examinan con más detalles los presupuestos que subyacen a las fuerzas de la modernización conservadora en el campo de la educación. Se centra en el análisis de la actividad educativa de cuatro grupos, en las posturas que asumen y en sus efectos negativos: a) neoliberales: son el grupo más fuerte, sostienen la visión de un estado débil, la presuposición que lo privado es bueno y estatal, malo. Los guías la racionalidad económica; b) neoconservadores: sostienen la concepción de un estado fuerte, sobre todo en cuestiones relacionadas con el conocimiento, valores y el cuerpo; c) populistas autoritarios: la derecha cristiana siempre tiene qué decir en la política educativa. Basan sus posturas en unas nociones particulares de la autoridad bíblica, la “moral cristiana”, los roles sexuales y la familia; d) la nueva clase media directiva y profesional que utiliza su especialización técnica para proporcionar apoyo a los procesos de responsabilidad, medición, control de calidad y evaluación que exigen los partidarios de las políticas neoliberales.

El análisis está centrado básicamente en el panorama estadounidense que da cuenta de la política educativa del contexto internacional.

La educación ha entrado a un periodo de reacción. Nuestras instituciones se consideran un fracaso total, hay situaciones de abandono, alfabetización funcional, dudosa calidad, bajas puntuaciones en exámenes: de todo es responsable la escuela. Surge allí con fuerza el argumento: hagamos las escuelas más eficaces, más receptivas al sector privado. Hagámoslo y los problemas se desvanecerán.

Con este análisis – señala el autor- se consolida la amenaza a los ideales igualitarios. En el capítulo 3 Producir desigualdades. La modernización conservadora en la política y en la práctica, se examinan los efectos que han tenido en varios países reformas como la imposición de un mercado competitivo en el campo de la educación, establecimiento de unos curricular nacionales y estatales, de exigencias cada vez más elevadas y de unos exámenes comunes obligatorios haciendo especial hincapié en las propuestas neoliberales y neoconservadoras cuyos efectos son tan profundos en política y práctica de la educación. En este capítulo también se analizan las alternativas generadas por las pedagogías críticas y sus principales fallos respecto a los avances de la derecha. En este sentido señala que pocas veces ha conectado lo suficiente con los métodos empleados por la modernización conservadora para alterar el sentido común y transformar las condiciones materiales e ideológicas que rodean la enseñanza y se ha convertido en una especie de retórica romántica posibilista.

Aunque a lo largo del libro combina la teoría con la empiria, se muestra profundamente preocupado por el hecho de recurrir con tanta frecuencia a la teoría y con un nivel de abstracción tan elevado que se ha abandonado el espacio empírico dejándolo abierto para que lo ocuparan neoliberales y neoconservadores, cosa que han logrado.

Los capítulos 4 y 5 se centran en el creciente poder de los grupos religiosos conservadores en el debate sobre los fines y los medios de la educación. En el capítulo 4 El cristianismo en peligro, se detalla la génesis histórica de estos movimientos y se examinan algunos de sus efectos más recientes. En el capítulo 5 Dios, moralidad y mercados se señala que para conocer a la derecha religiosa populista y autoritaria es fundamental complementar el estudio histórico del cómo y el por qué del desarrollo de estos movimientos tratando de ver al mundo a través de sus propios ojos. Examina de una manera crítica la congruencia entre sus creencias acerca de lo curricular y de la pedagogía y su postura general acerca de la economía, el gobierno, la familia, los roles sexuales, las clases y las razas.

En el capítulo 6 ¡Abajo los enseñantes! La política cultural de la enseñanza domiciliaria, se examina el movimiento de la enseñanza domiciliaria como mecanismo para aunar muchas de esas prioridades. Sitúa a la enseñanza domiciliaria dentro de un movimiento más amplio (ataques a la esfera públicas, impulsos antiestatistas, lo público y lo privado), lo vincula con otras iniciativas proteccionistas; su relación con la historia del activismo gubernamental y cómo puede perjudicar a los estudiantes que no recurren a este tipo de estrategias.

En el capítulo 7 Frenar a la derecha se evalúan las posibilidades de atajar este giro hacia la derecha y se proponen algunas estrategias: frenar la formación de identidades contrarias a lo público; aprovechar las tensiones al interior de la alianza de la modernización conservadora; establecer alianzas tácticas; proporcionar respuestas reales a los problemas prácticos de la educación.

 

 

FUENTE:

http://www.biblioteca.unlpam.edu.ar/pubpdf/praxis/n08a10difranco.pdf

 

FUENTE DE LA IMAGEN:

https://d.gr-assets.com/books/1190867187l/1957805.jpg

 

PROCESADO POR:

 

Hans Mejía Guerrero

hans_mguerrero@hotmail.com

 

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Apagón Pedagógico Global (APG)

Las reformas educativas en clave de resistencias

Una vorágine de mutaciones culturales presiona a los sistemas escolares en el siglo XXI, impulsando su transformación de manera acelerada; lo que permanece invariable, en la inmensa mayoría de lugares del mundo, es el sistema económico, político, social y cultural de explotación del hombre por el hombre.

El cambio educativo suele venir en presentaciones de reformas y en algunos casos de revoluciones. A veces las reformas son lo más revolucionario posible en un momento histórico dado; en otros casos las reformas sólo intentan impedir revoluciones y contradicen la propia esencia etimológica de ‘acción para volver a formar’ reproduciendo las mismas políticas y prácticas que enuncian cambiar.  Muchas reformas son en realidad contrarreformas que procuran eliminar o minimizar el impacto en la acumulación de capital, de importantes conquistas sociales. Dialécticamente hablando, todos estamos de acuerdo en cambiar constantemente, sólo que algunos abiertamente aspiramos que la transformación sea el camino para construir otro mundo posible de solidaridad y justicia social en el cual el ser humano deje de ser considerado un simple consumidor de mercancías.

 

Respecto al cambio educativo actual Unesco (2015) plantea:

 

Vivimos tiempos turbulentos. El mundo está rejuveneciendo y aumentan las aspiraciones a los derechos humanos y la dignidad. Las sociedades están más conectadas que nunca, pero persisten la intolerancia y los conflictos. Han aparecido nuevos centros de poder, pero las desigualdades se han agravado y el planeta está bajo presión. Las posibilidades de un desarrollo sostenible e inclusivo son muy amplias, pero las dificultades son arduas y complejas. El mundo está cambiando: la educación debe cambiar también. (p.3)

 

En el presente, es creciente el interés del capitalismo globalizado por generar una centralización de las reformas educativas a escala mundial que le permita introducir de la manera más homogénea y rápida los cambios educativos que demanda el modelo de producción del siglo XXI. En contraposición, ciudadanos y magisterio entienden cada vez de manera más nítida, la urgencia de construir una agenda internacional alternativa en defensa de la educación pública.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), aprobados por los países miembros de la ONU en Septiembre de 2015, expresan la tensión actual entre aspiraciones ciudadanas e intereses del gran capital. Los ODS o nueva versión de las llamadas metas del milenio[i], incorporan en esta oportunidad un objetivo específico dedicado a la educación, el cuatro, que contiene diez metas[ii] las cuales exigen ser leídas, valoradas y trabajadas con una clara visión política.

Hasta hace tan solo un par de décadas, el proceso de reformas había construido una imagen-pinza pública de cambios “generados” desde el nivel nacional, los cuales en la medida que fueran progresistas contarían con el respaldo de los organismos internacionales especializados en la agenda educativa. Hoy, se construye una imagen pública para las transformaciones educativas diametralmente opuesta. Las reformas educativas aparecen ahora como resultantes de un consenso mínimo internacional que guiará los procesos de cambio de los sistemas escolares nacionales.

No es una novedad que el centro capitalista le imponga a la periferia la ruta de las adaptaciones que requiere el modelo de producción y sus sistemas de engranaje, en este caso el educativo. La variante en el presente viene dada por el hecho de legitimar ante el público en general, los mecanismos de determinación de la agenda de cambios desde el propio centro de gobernanza global.

Ministerios de Educación Nacionales -o sus equivalentes-  aparecen ahora interpelados a cambiar; ya sea conforme a las orientaciones que dictan los organismos económicos internacionales o, en la dirección convergente que acordaron sus gobiernos a través de los ODS, cuyo monitoreo, supervisión y evaluación –en el último de los casos- está a cargo del sistema de Naciones Unidas.

Al ser los sistemas escolares parte sustantiva de los mecanismos de gobernabilidad de los Estados Nacionales, ello impone dinámicas de alianzas y acuerdos entre perspectivas e intereses comunes a escala planetaria por parte de quienes gobiernan; lo cual debería hallar un correlato entre quienes resistimos. El curso que tomen los cambios educativos en cada lugar dependerá, en gran medida, de la correlación de fuerzas que caracterice al mundo político en un momento histórico dado y de las tensiones existentes entre las clases en esa sociedad.

Pero, ¿cuál es el lugar de enunciación de las reformas educativas? Ante todo es importante destacar el papel de la ex URSS en el triunfo del paradigma de la educación para todos y todas. En 1917 los bolcheviques toman el poder en la Rusia Zarista e inician la revolución socialista en uno de los países más atrasados, económicamente hablando, sin acueductos, electricidad y con muy pocas escuelas. En solo décadas logran concretar una política pública que hasta ese momento parecía ser una utopía a nivel mundial: hacer llegar la educación a todo el territorio de Rusia y la Unión Soviética, es decir lograr la masificación educativa en un país. La educación para todos y todas dejó de ser una aspiración de ilustrados, maestros(as), sectores progresistas y políticos radicales en el mundo, para convertirse en un paradigma emergente de la gestión pública.

Al culminar la Segunda Guerra Mundial creció la esperanza de los pueblos del mundo respecto a las posibilidades de la educación para evitar otra confrontación a gran escala y como camino para mejorar sus sociedades. No es osado señalar que la educación de masas es una conquista del socialismo, independientemente de la degeneración burocrática y liquidacionista de la experiencia soviética desde el periodo post leninista.

Por ello, el surgimiento del paradigma mundial de la educación de masas debemos ubicarlo en el marco de las tensiones propias de la crisis capitalista que llevó a las dos guerras mundiales del siglo XX y la insurgencia de la revolución rusa.

En ese contexto, al finalizar la Segunda Guerra Mundial los sectores capitalistas más conservadores se vieron forzados a aceptar, no sólo la creación de la UNESCO, sino el impulso de la masificación de la educación a escala planetaria.

Con la creación de la ONU se estructuran un conjunto de organismos especializados en las distintas áreas de gobierno e interés político, los cuales fueron delineados a partir de los acuerdos de la conferencia monetaria y financiera de las Naciones Unidas (1944). En el caso de la educación se asume que la tarea central le corresponde a UNESCO, quien puede establecer alianzas en determinados casos con otras agencias dependientes del sistema de Naciones Unidas e incluso más allá.

Sin embargo, con el desembarco del neoliberalismo educativo en la década de los ochenta del siglo XX, organismos económicos globales como el Banco Mundial (BM) la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), entre otros, decidieron fortalecer sus oficinas de educación y asumir un mayor protagonismo en las propuestas, diseños y orientación de las reformas educativas globales. De esa etapa hasta el presente han evolucionado adquiriendo un protagonismo central que amenaza, incluso, la continuidad de convergencia de la agenda educativa en UNESCO.

Es necesario señalar que UNESCO sigue siendo -por carencia de otro espacio mundial similar o parecido-  el lugar privilegiado para expresar las tensiones entre lo económico, lo político, lo pedagógico y lo social; por ello, mantiene su carácter progresivo respecto a las instancias económicas señaladas. El creciente protagonismo en la agenda educativa de los organismos económicos globales amenaza con sustraerle a UNESCO su papel de líder en el sector, dejándole sólo protagonismo en cultura y comunicación.

Hoy en casi todos los sistemas educativos del mundo se habla de calidad de la educación como preocupación central de las reformas y el mecanismo hegemónico que se está utilizando para determinar su curso es el modelo del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes o PISA (por sus siglas en inglés). PISA es diseñada y puesta en marcha por la OCDE, convirtiéndose su propuesta en el paradigma de la medición y estandarización educativa a nivel global. La direccionalidad estratégica de la política educativa suele ser decidida por el centro de poder del sistema mundo derivado del acuerdo de Bretton Woods (1944)[iii].

La bitácora de las reformas educativas se inicia en las reuniones del G7 (o G8); su memorándum activa al Fondo Monetario Internacional (FMI) quien delinea la ruta de solución a los “problemas” y transformaciones que requieren los sistemas educativos nacionales para satisfacer las demandas del modelo de producción. Estas recetas generan demandas concretas para los sistemas escolares, vistos como lugares donde se forma la mano de obra especializada y/o calificada que requiere el capital en la coyuntura.

El Banco Mundial (BM), Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), entre otros, estructuran y coordinan las políticas económicas y sociales, así como escenarios presupuestarios financieros por regiones y países, para los sistemas educativos a partir de los acuerdos del G7 (ó G8) y el FMI.

Luego, estas decisiones y orientaciones son legitimadas ante el público en general, mediante documentos, discursos, libros, declaraciones, noticias, estudios, que circulan de manera profusa en la organización y desarrollo de Conferencias internacionales, regionales, especiales, sectoriales organizadas según la magnitud de la transformación requerida, en la telaraña de instituciones pertenecientes a:

(1) el sistema de Naciones Unidas (UNESCO, FAO, UNICEF, PNUMA, entre otras);

(2) muchas organizaciones no gubernamentales internacionales y nacionales;

(3) las cada día más influyentes Fundaciones Filantrópicas pertenecientes a grandes magnates industriales y financieros.

 

Los debates, acuerdos y resoluciones que acompañan esta operación son difundidos de manera profusa en formatos de noticias, estudios especializados, artículos de opinión, programas especiales de TV y radio, colecciones bibliográficas, videos, hasta en canciones y películas por parte de la industria cultural. El propósito es construir hegemonía cultural que propicie la cimentación de consenso social, respecto a la inminente necesidad de emprender cambios en una determinada dirección y  sector, en este caso el educativo.

Esta dinámica permea los debates nacionales y construye “viabilidad política” para emprender los cambios: La narrativa de presentación en cada país, solía ser la propia de un clamor de la ciudadanía local, ocultando –en la mayoría de los casos- su lugar de enunciación real, la teleología del cambio propuesto y la dependencia nacional respecto a centros de poder económico mundial. Estas iniciativas que antes se imponían bajo el formato inicial de “Comisiones Nacionales de Currículo” y “Comisiones de Estado para la Reforma Educativa”; hoy suelen presentarse como “Comisiones por la Calidad Educativa” y, la narrativa que las alimenta es la de la estandarización de los aprendizajes.

 

Reformas, contrarreformas y educación publica

Las reformas y contrarreformas educativas se convirtieron en los mecanismos que expresaban las tensiones entre educación para élites y educación para todos y todas. Desde la perspectiva de los intereses del gran capital se procuró hipotecar las reformas educativas a los requerimientos del modo de producción; desde las resistencias al modelo capitalista, las reformas fueron consideradas oportunidades para avanzar en el concepto de educación pública, gratuita, popular y de la calidad incluyente.

Al analizar los procesos de reformas educativas generadas desde el surgimiento del Sistema de Naciones Unidas podemos identificar tres grandes ciclos, un número similar de operaciones de control de destino y cinco modas.

El primer ciclo fue el de la masificación de la educación. Éste aparece vinculado a la reestructuración del mundo capitalista post segunda guerra mundial; el cual demandaba mano de obra más especializada, burocracia gubernamental capaz de absorber y comunicar los nuevos códigos de gobernanza mundial y, la generación de una inmigración masiva de sectores de la población del campo a la ciudad en los países de la periferia capitalista que posibilitara la industrialización de la agricultura.

El segundo ciclo, es el de las reformas educativas neoliberales que se inicia en los ochenta con la crisis de las deudas externas, la revolución de las Tecnologías de la Comunicación y de la Información y, la reestructuración económica global. El propósito de este ciclo es la promoción de la privatización y la mercantilización educativa como mecanismos para liberar al sector público de la “carga” presupuestaria que implicaba la educación pública.

El tercer ciclo, se inicia a finales de los noventa e inicios del siglo XXI; siendo éste el ciclo el de la estandarización de la evaluación de docentes y estudiantes, la expansión acelerada de la mercantilización, la virtualización de la educación y del Apagón Pedagógico Global (APG).

En este ciclo se concreta el abandono de la agenda de la educación superior o universitaria por buena parte de los organismos educativos internacionales, dejando a merced del mercado y los rankings universitarios el destino del sector. UNESCO, por ejemplo, una vez culminada la primera Conferencia Mundial de Educación Superior (CMES, 1998) paradójicamente cierra su dirección de educación superior.

Por otra parte, en las últimas décadas se distinguen tres grandes operaciones de control de destino caracterizadas por: (a) la creciente centralización internacional de la agenda de reformas de los sistemas escolares nacionales, (b) la homogenización de las narrativas ciudadanas y gubernamentales respecto a la educación y, (c) la determinación del uso de los recursos del PIB y el presupuesto público en educación a través de la imposición de las llamadas “tendencias” del cambio.

En el primero de los casos se logra construir una lógica mediante la cual las Conferencias Mundiales, Regionales y/ o  Sectoriales constituyen el espacio privilegiado para consensuar las rutas marco de las reformas educativas nacionales. En ese sentido se oculta el papel de la economía en la orientación estratégica de las reformas, dotando a algunos organismos internacionales del sector educación con una especie de aureola de “neutralidad” que les faculta para elaborar documentos base, permeados por la agenda económica en educación, los cuales son presentados con el lenguaje propio de los educadores y el sector educativo.

En el segundo, se logra construir un sentido común de lo educativo que tiene como rango distintivo “despolitizar” el debate en el sector. La despolitización procura ocultar la dependencia de los sistemas educativos respecto a las agendas de dominación política global. Si éstas se ocultan resulta más limitadas las posibilidades de que emerjan propuestas alternativas al modelo hegemónico de dominación, de neo colonización cultural y –como lo alerta Henry Giroux- de conformación de zombis políticos como sustitutos de la ciudadanía crítica. Un indicador claro de ello, son las dinámicas mediante las cuales los sistemas escolares fueron abandonando -progresiva y aceleradamente- –   las finalidades, tareas y estrategias vinculadas al pleno desarrollo de la personalidad que les caracterizó a sus inicios.

En el tercero, se logra consensuar la determinación de un monto mínimo del PIB (6%) y del presupuesto público (20%) para el sector de educación. Detengámonos brevemente en este último aspecto. Esta conquista de carácter progresivo, que sintetizaba una aspiración histórica del magisterio y sus organizaciones sindicales para garantizar el funcionamiento de robustos sistemas escolares nacionales y la ampliación de la cobertura de la educación pública, comenzó a ser vista como una importante porción del presupuesto público por parte de las grandes transnacionales del sector y para los empresarios locales.

Cada vez más economistas, administradores, especialistas en informática, comienzan a ocupar los cargos de Ministros de Educación o sus equivalentes; en muchos casos ya ni los viceministros del sector son educadores, ni tienen experiencias mínimas de aula en los sistemas escolares.

El Foro Mundial de Educación realizado en Incheon, Corea (2015)   -donde se consensuaron las metas y el Marco de Acción 2030 para el sector-   contó con la casi nula presencia de docentes en comparación con el protagonismo de los directores de los organismos económicos globales, los representantes de la filantropía empresarial y grandes transnacionales del sector educativo[iv]. En este sentido, el logro más importante de este Foro que fue consensuar un monto mínimo del PIB y del presupuesto para alcanzar metas en EPT 2030, resultó ser un escenario privilegiado para allanarle el camino a las grandes transnacionales del sector tecnológico y de la medición estandarizada, quienes entienden el 6% PIB y el 20% del presupuesto público educativo, como un mercado global a disputar.

Hoy buena parte de este monto –del PIB y el presupuesto público en educación-  está siendo invertido en la compra de chatarra tecnológica de rápida obsolescencia, el cual va a parar a las finanzas de las grandes trasnacionales informáticas. Otra porción es destinada a la aplicación de las pruebas estandarizadas (PISA y Ranking universitario, como ejemplos) cuyos resultados vienen prediseñados con orientaciones  para las políticas públicas educativas. Crecientes montos del presupuesto educativo se destinan en compras de materiales bibliográficos a los grandes consorcios editoriales, así como a las corporaciones de alimentos que invaden el mercado de las llamadas políticas compensatorias y los programa sociales que se viabilizan a través de la educación. Finalmente, otra porción importante del PIB y el Presupuesto Público del sector se utiliza en infraestructura y actualización de las condiciones de planta física para albergar plataformas tecnológicas. Todo en nombre del necesario cambio educativo.

Paradójicamente, en momentos en los cuales se logra acordar un piso mínimo de inversión en educación, se genera una desinversión en salarios y condiciones de trabajo de los docentes y, en requerimientos que emanen de la determinación de necesidades, prioridades y aspiraciones desde las propias escuelas.

Analizados los ciclos y las operaciones de control a distancia, veamos ahora el último de los elementos: las modas educativas.  Ellas se convierten en elemento discursivo central sobre el cuál gravitan las reformas educativas en cada uno de los ciclos y operaciones de control.

 

Las modas educativas que fragmentan la pedagogía

El fragmento es la herramienta ontológica y epistemológica predilecta del capitalismo para imponer su dominio. Por su parte el análisis de la realidad como totalidad y la dialéctica entre lo global y lo local, emergen como antítesis de ese proceso epistémico de dominación. Por caminos distintos a los de otros campos profesionales, la pedagogía se auto constituyó en la ciencia o la convergencia de ciencias que estudian al ser humano en su proceso de aprendizaje no limitándose a lo cognitivo, sino relacionando la organización escolar con la realidad histórica, política, económica y social concreta.

Esta comprensión de la relación entre el todo y las partes, dota a la pedagogía de perspectivas políticas no siempre compatibles con el sistema. Por ello, se inicia un proceso inducido desde esferas económicas, tanto en el magisterio como en las políticas públicas, de ruptura con la posibilidad de interpretación holística de la realidad. Las modas y “novedades discursivas acompañan y hacen “creíbles” para el público en general, las contrarreformas educativas que debilitan los avances progresistas precedentes.

Desde los años cincuenta del siglo XX las reformas dejan de hablar de las pedagogías, sustituyéndolas en distintos momentos por alguno de sus componentes como epicentro de la actividad de cambio educativo. Se habla de la importancia de trabajar un determinado fragmento de la pedagogía y se desacredita el potencial del conjunto de ellos actuando en la cotidianidad educativa. No desconozco con ello que detrás de cualquier enfoque pedagógico subyace una ontología y una epistemología política que condiciona su teleología. Lo que pretendo subrayar es el desarrollo de contrarreformas educativas que se fundamentan en modas educativas para romper cualquier posibilidad de interpretación de la realidad como totalidad.

Primero fue la moda de las didácticas (´50s), seguida de la moda de la formación de directores, supervisores y planificadores (´60s), posteriormente las modas del gerencialismo y la evaluación cualitativa (´70s). En la década de los ochenta del siglo pasado desembarca la moda educativa de más larga duración, la del currículo, la cual se instaló en los sistemas escolares durando casi treinta años, además con concepciones curriculares separatistas de las políticas y prácticas pedagógicas.

En cada una de estas modas se nos dijo que el fragmento era el epicentro de la actividad pedagógica y el elemento más importante para las reformas educativas. El común identificador de las modas educativas lo constituye, la concepción nomotética del ser humano, la invisibilización de la tríada contexto-docente-estudiante en interacción, y especialmente, la ruptura con la interpretación de la relación entre lo general y lo particular, del todo con las partes, de lo escolar con el contexto, es decir de la totalidad con lo cotidiano del hecho educativo.

Esta dinámica logró permear la estructura y el diseño organizacional de muchos Ministerios de Educación, los cuales cuentan, con direcciones de planificación, currículo, evaluación, supervisión, entre otros, pero no cuentan con una instancia organizacional que las integre; peor aún aparecen separadas administrativamente en vice ministerios distintos que no se articulan entre sí. El objetivo de romper con la mirada integral e integradora del hecho educativo fue realizado mediante la imposición de modas a partir de fragmentos de la pedagogía.

La moda más reciente es la de la evaluación de los sistemas educativos (dos primeras décadas del siglo XXI) con dos aristas centrales: la del rendimiento de los aprendizajes; limitándolo a cuatro áreas (lectura y escritura, matemáticas, tecnología y nociones de ciencia) y, de los docentes (uso del tiempo escolar, rendimiento estudiantil, mecanización de la carrera docente). En el caso de la educación superior se impone el modelo de los rankings. Se pretende ahora  decir que lo importante son los resultados de estas evaluaciones y clasificaciones.

A tal punto han logrado construir hegemonía para sus propósitos que buena parte de las reformas y/o contrarreformas educativas que vienen generándose gravitan y son determinadas por los resultados de las pruebas PISA/OCDE y los rankings universitarios surgidos del tejido de sistemas estadísticos internacionales promovidos por el Banco Mundial y la OCDE.

Paralelo a las modas educativas, y con el propósito de destruir cualquier resistencia a la regresión educativa en marcha, se ha generado una renovada ofensiva contra el magisterio y la idea de planteles escolares. Estos mecanismos buscan socavar y destruir el espacio de la educación pública. Veamos las expresiones de cada una de ellas.

 

La docencia una profesión en riesgo de desaparición

La dominación y las resistencias son procesos objetivos y subjetivos, que se expresan en la realidad social, en este caso educativa. Los docentes somos actores/autores fundamentales en la construcción de ciudadanía no domesticada, interpretación científica del mundo, el aprender a aprender y el desarrollo del pensamiento crítico. Si se indaga con meridiana precisión, encontraremos que detrás de cada proyecto emancipatorio colectivo ha sido notoria la presencia de docentes, quienes coadyuvaron a abrir -desde las ideas y el ejemplo de sus posiciones- el camino. Por ello, el capitalismo desprecia tanto a los docentes.

El capitalismo ha querido arrebatar hasta la identidad a quiénes ejercen la docencia. Los apologistas del capitalismo han señalando, en distintos momentos y regiones –incluso desde paradigmas aparentemente progresistas-  que, por ejemplo, no es correcto llamarse maestro o profesor. Esta línea discursiva se complementa con la que señala que “cualquiera puede dar clase y no se requiere mayor formación profesional que aquella propia de la transferencia de conocimientos” –como si la docencia y la pedagogía fueran simples tecnologías de enseñanza de contenidos-  o que “la docencia es una seudo profesión de paso, es decir, para ejercerla mientras se alcanza el dominio de otra profesión de larga duración”.

Lo que está ocurriendo en muchos países donde se presentan las contrarreformas neoliberales de nueva generación (siglo XXI), no es otra cosa que un gigantesco ensayo del gran capital para aplicar la más feroz involución educativa en el plano de la educación pública con un capítulo especial en la eliminación de la profesión que lo ha caracterizado: la docencia. Si logran imponerlo en algunos países procurarán generalizarlos como nuevo modelo para América Latina y el Mundo.

Estas contrarreformas en marcha en distintas latitudes del planeta, son para el capitalismo en educación del presente, lo que en los noventa fue la Chile de Pinochet. El centro de las reformas neoliberales de nueva generación apuntan a la destrucción de la profesión docente atacando:

(a) El prestigio, la tradición y el reconocimiento social de los centros de formación profesional, especialmente aquellas caracterizadas por su perfil crítico como las normales y muchos institutos pedagógicos;

(b) la estabilidad laboral, que en las décadas precedentes había logrado un estatus singular en buena parte de las legislaciones nacionales; el Caballo de Troya que utilizan para ello son las evaluaciones docentes, la imposición de nuevos modelos de sistemas de ingreso y ascenso, el horizonte difuso de los sistemas de jubilaciones y pensiones docentes, muchos de ellos generados en la frontera de lo extra jurídico.

Paralelo a ello, en muchos lugares se está procediendo a la creación de un “ejército de reserva docente” que trabajaría por periodos cortos de 1 a 6 años, para lo cual son preparados mediante modelos Fast Track de enseñanza de técnicas básicas de transferencia de conocimiento. Finalmente, mediante el impulso de modelos de virtualización educativa.

Si no son necesarios docentes, no existe razón en las políticas públicas para financiar o poner en marcha normales o universidades pedagógicas. Para su progresiva sustitución se diseñan programas de formación docente inicial y de formación permanente de los docentes en servicio, paralelos o independientes a los que se realizan en las normales o universidades pedagógicas en la Región.

Los administradores de los sistemas educativos nacionales comienzan a aplicar el modelo norteamericano de formación docente Fast Track,  cuyo rasgo más distintivo es la sustitución de lo pedagógico por tecnología de la enseñanza administrados por ahora en la mayoría de los casos, por y desde los Ministerios de Educación Nacional o sus equivalentes, pero que seguramente serán privatizados en el corto plazo;

(c) a las organizaciones sindicales autónomas del magisterio. Para ello coaptan, condicionan o desprestigian a las direcciones sindicales más patronales, persiguen  a las más combativas y colocan nuevos mecanismos y obstáculos para limitar la sindicalización y las posibilidades de procesar cotizaciones sindicales. Sindicatos débiles o sumisos no serán herramientas eficaces del magisterio para resistir;

(d) el concepto de lo público, abriendo paso a la idea de mercado educativo. La profundización de las iniciativas de mercantilización y privatización educativa son crecientes, en las cuales el docente es un simple asalariado condenado a trabajar un fragmento de la mercancía educativa, objetivada en títulos.

El propósito de cada una de estas iniciativas no es otro que poder mostrar que se pueden administrar y llevar adelante sistemas educativos sin maestros(as), sin profesoras(as) y sin la profesión docente. Pero la ofensiva de las contrarreformas de nueva generación no se detiene allí. El nuevo espacio de desmantelamiento de la educación pública es el plantel y el aula como lugares de encuentro y construcción del imaginario colectivo de los sistemas escolares masificados.

 

Plantel educativo o pantalla virtual: la tecnología acecha a la escuela

Si la prospectiva planificadora de los sistemas educativos, desde la lógica capitalista, ya no requiere normales ni universidades pedagógicas porque la docencia deja de ser una profesión, el capítulo siguiente de la contrarreforma neoliberal será la destrucción del plantel escolar como espacio educativo socialmente construido para la enseñanza-aprendizaje durante los siglos XIX y XX.

La virtualización juega un papel especial en esta tarea. Un dato ilustra esta tendencia, durante el año 2014 desde el Banco interamericano de Desarrollo (BID) se promovió el modelo de enseñanza de “pirámide invertida” que en esencia y síntesis planteaba que dada la proliferación de computadores caseros y portátiles, los teléfonos celulares inteligentes y las tabletas electrónicas, así como la expansión de la internet y el wifi, estaba llegando el momento de desarrollar un modelo de aprendizaje “casero” basado en videos masivos y uniformes de enseñanza, en el cual la escuela se convierta fundamentalmente en un espacio de evaluación.

Evidentemente, ello se alimenta de la tendencia a sustituir inversión en infraestructura escolar por servicios tecnológicos  -hardware y software- para mantener la expansión económica de la industria de las tecnologías de la comunicación y la información a escala global.  La disputa por las partes del PIB y el presupuesto público en educación es cada vez más feroz y como en los demás campos confronta al capital nacional con el trasnacional.

 

Apagón Pedagógico Global (APG)

Todos los procesos descritos anteriormente nos han permitido señalar, desde hace ya varios años, el riesgo cierto, que en el marco de las transformaciones del capitalismo mundial del siglo XXI se genere un Apagón Pedagógico Global (APG). En la carta que el 9 de julio de 2015 doscientos treinta y seis educadores e investigadores educativos de todo el mundo le entregáramos a la señora Irina Bokova, Directora General de la UNESCO, así lo alertamos. Esta tendencia a generar un APG se expresa en:

(a) la fragmentación de la pedagogía, en el impulso de modas temporales de algunos de sus componentes (didácticas, planeación, gerencialismo, evaluación, currículo, sistemas de evaluación escolar) que terminan generando una despedagogización de la educación y especialmente de la escolaridad;

(b) una desvaloración institucional y social de la profesión docente que conlleva a impulsar la idea que cualquier titulado puede ejercer la docencia, rompiéndose la noción de profesionalidad en el sector y de carrera docente e, incluso cuestionando la existencia de normales y universidades que forman docentes;

(c) un creciente discurso de desvaloración de la escuela, del centro educativo, con alternativas que golpean la noción de educación pública, como lo son la virtualización, la educación en casa o el concepto de espacios de aprendizajes como sustitutos permanentes de plantel y aula;

(d) la evaluación de aprendizajes en dos áreas cognitivas (pensamiento lógico matemático / lectura y escritura), una informativa (conocimiento sobre ciencias) y una instrumental (uso de tecnología) creando la noción que el resto de los aprendizajes son de segundo orden. Todo aquello que apunte al desarrollo integral del ser, individual y social, y la construcción de ciudadanía pasa a ser accesorio y prescindible. La estandarización de los criterios y valores de estas cuatro áreas de aprendizajes se presentan como equivalentes a la calidad educativa como aspiración ciudadana colectiva.

No es osado ni delirante plantear que de continuar esta tendencia al APG capitalista en educación, en las próximas décadas podría desaparecer la escuela y la escolaridad como las hemos conocido en los últimos siglos. El sustituto de los sistemas educativos pareciera ser una especie de apartheid educacional que llevaría la exclusión educativa a un nivel inimaginable en el presente, conduciendo a la humanidad a una barbarie civilizacional sin precedentes.

El giro economicista de las contrarreformas educativas que se está imponiendo de manera abierta y sin medias tintas, obliga a abrir un debate mundial respecto a su impacto en el corto y mediano plazo.

No es tiempo de lecturas románticas o aparentemente “despolitizadas”. Ni las reformas educativas ni los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) son neutros y los resultados de su implementación dependerán en buena medida de la orientación política que alcance la sociedad mundial en el corto y mediano plazo..

Lo que está en juego, es el futuro de la educación pública de masas en el mundo. Es tiempo de revisar, analizar y proyectar el papel de las resistencias en la actual coyuntura de las reformas y contrarreformas educativas a escala global. Las reformas educativas que no se piensan, diseñan y aplican democráticamente con los y las docentes, terminan en dominación y conflictos para las sociedades.

Quizá sea tiempo de soñar con una organización de los educadores a nivel mundial que no esté atrapada por las lógicas de los partidos del status quo mundial ni por las trasnacionales económicas; es tiempo de pensarnos desde el protagonismo central de los docentes de aula. Las resistencias son la única garantía de una educación pública para todos y todas como camino para construir juntos otro mundo posible.

 

Lista de referencias y trabajo recientes vinculados

Bonilla-Molina, L. (2015). Calidad de la educación: Ideas para seguir transformando la educación. Ediciones CIM. Caracas Venezuela.

Bonilla-Molina, L (2016). Educación en la agenda para la elección del nuevo(a) Secretario (a) General de Naciones Unidas. Disponible en http://otrasvoceseneducacion.org/ archivos/99542

Bonilla-Molina, L. (2016). No dejemos solos a las maestras y maestros(as). (Carta a los candidatos a la secretaría general de la ONU). Disponible en http://questiondigital.com/?p=34137

Bonilla-Molina, L. (2016). La universidad Latinoamericana ¿Tiene falla de origen?  Disponible en http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/101099

Bonilla-Molina, L. (2016). Universidad, apertura, cierre de carreras y programas de formación. Disponible en http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/108540

Giroux, Henry (2011). Zombie Politics and Culture in the Age of Casino Capitalism. Series: Popular Culture and Everyday Life – Volume 23- EEUU.

ONU (2016). Objetivos de Desarrollo Sostenible. Disponible en: http://www.un.org/sustainabledevelopment/es/education

UNESCO (2015). Replantear la educación: ¿Hacia el bien común mundial? Ediciones Unesco. París. Francia.               Disponible en http://unesdoc.unesco.org/images/ 0023/002326/232697s.pdf

UNESCO  (2016). Unesco Science Report: Towards 2030.  Ediciones Unesco. Paris Francia.  Disponible en http://unesdoc.unesco.org/images/0023/002354/235406e.pdf

[i] Su análisis específico escapa a los propósitos y límites de extensión de este trabajo por lo que lo desarrollaré en otro artículo.

[ii] Ver las metas en  http://www.un.org/sustainabledevelopment/es/education/

[iii] La Conferencia de Bretton Woods deliberó en Julio de 1944 sentando las bases del sistema monetario, financiero y de gobernabilidad que rige al capitalismo mundial desde ese momento.

[iv] Esto generó una firme carta de rechazo de centenares de educación en el mundo, la cual me correspondió consignar el 9 de julio de 2015 ante la Directora General de la UNESCO y actual candidata a la Secretaria General de la ONU Dra. Irina Bokova.  Pueden leer y firmar la carta en la siguiente dirección electrónica https://www.change.org/p/maestros(as)-as-profesoras-es-investigadores-as-en-educacion-estudiantes-familias-organizaciones-del-magisterio-centros-de-investigacion-educativa-organizaciones-y-movimientos-soci-si-compartes-el-contenido-por-favor-expresa-tu-adhesion

 

Publicado originalmente en la Revista Viento Sur N° 147

 

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Luchas contradictorias

Por Adan Morgan
Narrador: A. Adriana Gómez 
Ingresé a la Escuela Normal hace tres años. Siempre fui de las que he sido firme en mis decisiones, recuerdo que desde que tenía 10 años tenía el deseo de ser profesora. Mi madre, profesora de preescolar, siempre pretendió disuadirme para que eligiera otra profesión, su mayor temor eran las experiencias que ella estaba viviendo desde 2011 donde se hablaba de una reestructuración curricular y el impulso de una reforma educativa. A mí madre no le angustiaban los cambios, sino las malas frases y etiquetas que tanto los medios, como muchos sectores de la sociedad se encargaban de estigmatizar en contra de los profesores.
Fui testigo muda de las angustias de mi madre, hasta antes de la reforma y la persecución de las evaluaciones la encontraba siempre contenta preparando sus clases todas las noches, preparando materiales, haciendo recortes, entre otras actividades que la desvivían por sus niños. Podría decirles con toda honestidad que hubieron muchos días que mi madre con la intención de hacer lo mejor por los niños, dejaba de hacer lo que correspondía conmigo, su única hija. Y digo su única hija, porque después de que mi padre se fue de migrante a Estados Unidos, y un día recibimos la noticia de su fallecimiento; mi madre no ha decidido volver a casarse, ni vivir con otra pareja. Su amor lo volcó, desde entonces en mi y sus niños (de preescolar) como ella dice.
Aún con las angustias y temores de mi madre decidí ingresar a la Escuela Normal. Recuerdo que mi ingreso fue toda una odisea porque decidí estudiar en San Cristóbal de Las Casas, por lo que tenía que viajar desde la comunidad de la Gloria, municipio de Ocosingo, Chiapas. Mi Madre después de la noticia del fallecimiento de mi padre decidió que nos quedáramos a vivir en esa comunidad, porque ahí estaba su centro de trabajo. En mi caso siempre acompañado de mi madre estudie la primaria en el pueblo, la secundaria y la preparatoria en otra comunidad cercana a la Gloria. Para mí madre fue importante mi crecimiento en el pueblo de la Gloria, no quiso dejarme con mis abuelos, siempre me dijo que era importante que fuera consciente de alegrías, tristezas y dificultades que ella pasaba como profesora para brindarme las condiciones necesarias.
En san Cristóbal las cosas no fueron fáciles, porque para ingresar a la normal había que hacer muchas vueltas, muchos gastos y sobre todo lograr entrar compitiendo con la corrupción porque en esa normal hay un profesor que ofrece su servicios dando un curso para preparar alumnos y él forma parte de los aplicadores de exámenes, así que es juez y parte del proceso, por eso muchos de los que llevan el curso con él tienen segura la entrada. Por eso fueron dos ocasiones que intenté ingresar, en la última ocasión fui aceptada en el lugar 34 de 40 matrículas que se ofertaron.
Ya en la Escuela Normal los discursos florecen en cada parte, estaba ilusionada con las clases, las asesorías, las posturas, la información que ahí discutíamos de 3 de la tarde a 10 de la noche. Al concluir mis clases me disponía hacer mis tareas por las noches. En el barrio de Tlaxcala recuerdo que entre varias compañeras logramos rentar un cuarto donde instalamos dos literas y entre las cuatro pagamos el cuarto e instalamos lo necesario para nuestros alimentos y los recursos necesarios para sobrellevar los estudios.
Recuerdo las palabras de las compañeras emocionadas con el discurso de profesoras y profesores. Por las noches nos gustaba hablar de autores destacados que se habían discutido en las clases como I. Ilich, P. Freire, A. Gramsci, Giroux, entre otros tantos pensadores que han cuestionado el sistema educativo utilitarista y capitalista. Nuestra formación teórica se hacía cada vez más aguda con el movimiento que se comenzaba a gestar en las Escuelas Normales en Chiapas con nuestra gloriosa y combativa Coordinadora de Estudiantes Normalistas del Estado de Chiapas (CENECH).
La experiencia en el movimiento había rebasado todas mis expectativas, todos los temores y angustias que pasaba mi madre como profesora se habían convertido en mi bandera de lucha. Mi madre estaba convencida que la educación no podía reducirse a estándares, que la calidad no podía medirse con un examen, mucho menos pensar que todo podía reducirse a lo laboral. Por eso siempre me dijo que la escuela debía promover que los niños fueran felices, no cargarlos de más contenidos, dejar de ver a las escuelas como fábricas que producen personas para que sean productivos laboralmente. Los niños necesitan más espacio para ser felices y desenvolverse como niños.
Esa fue mi consigna cuando pidieron nuestro consentimiento para participar en el paro de actividades. Nuestros compañeros organizadores en una reunión con todos los grupos de la Escuela Normal sometieron a consenso nuestra participación. La decisión fue unánime, todos emocionados decidimos integrarnos a la lucha magisterial, como estudiantes nos sumaríamos a la CENECH para hacer desde ahí nuestras peticiones y participar en todos los movimientos y actividades que propusieran.
La mayoría de estudiantes estábamos emocionados con la decisión, de inmediato cada grupo se organizó para hacer las guardias, formas de participación y la manera de hacerse de recursos para sostenerse en el paro magisterial.
También observamos que los profesores de la Escuela Normal se estaban organizando. Nos emocionaba saber que nuestras profesoras y profesores, los mismos que con sus discursos comentaban y discutían en los salones se incluían en la lucha, eso hacía hasta ese momento coherente el discurso con la práctica. Nos llenaba de orgullo saber que lucharíamos codo a codo con nuestros profesorxs de la Escuela Normal.
Pero las luchas discursivas son contradictorias, porque hay muchos profesorxs que en el momento de dar sus clases se desgarran las vestiduras contra el sistema, pero en el momento de hacer las cosas, de enfrentarse, de luchar, de protestar, de salir a las calles; simplemente brillan por su ausencia.
A poco más dedos meses y medio nos damos cuenta que el discurso y la práctica no son coincidentes. Nos observamos entre compañerxs alumnxs en el campamento y en las actividades que realizamos y siempre estamos los mismos, buscamos entre las multitudes a nuestros profesorxs de la Escuela Normal sin tener éxito, hemos visitado un campamento que instalaron en el parque central y la carpa que se instaló parece derrumbarse, nadie ha visitado el lugar desde hace varios días. Pareciera como si el fantasma del pueblo de Luvina de Rulfo corroe y rasga la lona que dejaron. ¿Acaso decidieron ir a disfrutar sus vacaciones mientras los alumno seguimos luchando y resistiendo? ¿Qué pasa con la delegación sindical de nuestra institución y su flamante secretario general quienes afirman ser combativos?
¿Cómo creer en nuestros profesorxs «críticos» y sus discursos, si en el momento de luchar y poner el ejemplo solo brillan por su ausencia?
No tenemos las preguntas concretas, solo muchas dudas, decepción y coraje; porque los profesorxs de las Escuelas Normales en Chiapas deberían de ser ejemplo de lucha; ser ejemplo para sus alumnos; deberían tener una propuesta concreta en el pliego petitorio para fortalecer las Escuelas Normales.
Las luchas son contradictorias, desiguales e injustas. Lo digo como alumna, como hija, como ciudadana. La escuela, la formación no sólo está en los libros y en la teoría, también está en el ejemplo constante resistiendo y luchando no sólo en las aulas, sino también en las calles.
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