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Refuerzan en México habilidades digitales y pedagógicas del personal docente

América del Norte/18-09-2020/Autor(a) y Fuente: spanish.xinhuanet.com

Cerca de 2.000 profesores, pertenecientes al Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (Conalep) de México, serán capacitados para incrementar su experiencia y capacidades pedagógicas en el uso de herramientas digitales, informaron este miércoles las autoridades educativas del país.

Al inaugurar el diplomado Habilidades Digitales Docentes para el Siglo XXI, el secretario de Educación Pública (SEP,ministerio), Esteban Moctezuma Barragán, reconoció que en la formación de profesionales técnicos se requiere observar los cambios y necesidades del nuevo siglo.

«A través de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs) las y los maestros del Conalep actualizarán sus procesos educativos, recibirán innovaciones, metodologías y proyectos académicos que les sirvan para desarrollar y mejorar las competencias del siglo XXI», detalló el director del Conalep, Enrique Ku Herrera.

En un comunicado se precisó que en el curso se cuenta con un programa a través de rutas que incluyen desde lo básico respecto a la alfabetización digital; el uso de la ofimática como recurso educativo; vías de innovación apoyadas en los principios del Mobile Learning; además de alternativas en nivel medio, avanzado y profesional con las que los docentes podrán integrar herramientas virtuales con el fin de facilitar el aprendizaje.

A nombre de la Fundación Telefónica Movistar, Alejandro Zamora Cervantes, jefe de Proyectos Educativos, explicó que uno de los principales objetivos es reducir la brecha educativa mediante una educación digital de calidad, por ello han implementado este proyecto en 38 países, donde han participado más de 450.000 docentes quienes, como parte central del proceso educativo, contribuirán a la innovación y diseñen experiencias que vayan más allá de las aulas.

Fuente: http://spanish.xinhuanet.com/2020-09/17/c_139375065.htm

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Vendedores de humo y revalorización del magisterio

Por: Rogelio Javier Alonso Ruiz*

 

En la mayoría de sus discursos, el secretario de Educación, Esteban Moctezuma Barragán, no ha dudado en ensalzar la figura del docente. Ha insistido, en más de una ocasión, que los maestros son insustituibles, destacando una y otra vez la relevancia social de su función, en sintonía con uno de los ejes del ideal educativo oficial: la revalorización del magisterio. En abril del año pasado, al presentar la nueva Reforma Educativa, Moctezuma Barragán advirtió a los medios de comunicación que el mero cambio de discurso –de la denostación al reconocimiento– se había traducido (según una encuesta de la que no dio mayores detalles) en un incremento del nivel de aprecio de la sociedad hacia los profesores: puede que tenga razón, pero no es suficiente.

Además de las palabras, la revalorización del magisterio ha sido respaldada por un marco legal: el título cuarto de la Ley General de Educación (LGE) reconoce que deberá buscar, entre otros fines, fortalecer el desarrollo y superación profesional del docente mediante la formación, capacitación y actualización; fomentar el respeto a la labor docente y a su persona; reconocer su experiencia, así como su vinculación y compromiso con la comunidad y el entorno donde labora, y otorgar un salario profesional digno.  Tales propósitos son replicados, de manera literal, por la Ley General del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros.

Así pues, la revalorización del magisterio ha sido cobijada no sólo por los discursos, sino también por un marco legal que sienta las bases para su operación. Evidentemente ambos elementos, las palabras y las leyes, son insuficientes para concretar la tan anhelada recuperación de la notoriedad del docente. A casi dos años del inicio de un nuevo gobierno, el endulzamiento del oído del profesorado no ha estado acompañado de acciones que redunden en condiciones profesionales y salariales más favorables para los maestros.

De hecho, los discursos y las leyes parecen ir en sentido contrario de algunos hechos recientes en la vida pública: el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) 2021 contempla la reducción presupuestal de más del 95% para la Dirección General de Educación Superior para Profesionales de la Educación (DGESPE), de la que dependen las Escuelas Normales. Nuevamente, pese a que las leyes educativas mandatan el fortalecimiento de estas instituciones (LGE, título cuarto, capítulo II) y a que las palabras de las autoridades apuntan hacia la corrección de su situación de abandono, los hechos se oponen con fuerza. Independientemente de que la cuestión presupuestal sea enmendada a partir del debate legislativo, ¿qué mensaje envían los autores de la propuesta? Si el sexenio pasado estuvo marcado por la asfixia de la matrícula normalista, éste podría distinguirse por propinar a estas instituciones un golpe presupuestal brutal.

Por si fuera poco, en el PPEF se advierte otra situación contraria a la revalorización magisterial: se prevé la disminución del 49% del presupuesto destinado al Programa para el Desarrollo Profesional Docente. Por más que se hable de austeridad y de pulcritud en el ejercicio de los recursos, ¿cómo pueden estas cifras conciliarse con el supuesto interés por tener maestros mejor preparados? ¿son congruentes con lo establecido en las leyes educativas? ¿no es éste un agravio al derecho de los docentes de acceder a opciones formativas dignas?

Uno de los asuntos de mayor relevancia en relación a la revalorización del magisterio fue la polémica evaluación docente. Si bien fue un logro digno de celebrarse el despojarle su carácter punitivo, el cambio en la evaluación ha quedado inconcluso. Se mencionó que, a partir de la nueva Reforma Educativa, se daría énfasis a su enfoque formativo para que sus resultados fueran la base para generar opciones de capacitación y actualización del magisterio; nada de eso ha sucedido aún, pese a que está marcado en la ley: no se han promovido ejercicios evaluativos diagnósticos para los profesores y, de este modo, las ofertas formativas siguen desvinculadas de las necesidades particulares. Así pues, las intenciones por hacer de la evaluación ya no un instrumento para despedir profesores, sino para fortalecerlos, quedaron a medias.

En términos económicos, la revalorización del magisterio sigue a la espera. Sin contar el aumento salarial de este año, que se suscita en condiciones especiales, el de 2019 fue apenas superior (0.15%) que el último de la administración federal anterior. Pese a que ya se cuenta con un marco normativo que mandata un salario profesional digno, desde el 2018 los maestros no han podido participar en algún programa de incentivos que, en otras épocas, hacía del sueldo de los maestros mexicanos uno de los más elásticos (no mejor pagados) de la OCDE; sería hasta 2021 que los profesores podrían gozar de algún estímulo en sus bolsillos. Así pues, el estancamiento salarial del magisterio durará, cuando menos, los tres primeros años del gobierno actual.

De este modo, se observa que falta mucho por hacer realidad la revalorización del magisterio. No se esperaba que de la noche a la mañana se resolviera la compleja situación docente, pero tampoco acciones a todas luces contrarias a la revalorización magisterial, tales como los intentos de reducción presupuestal mencionados. No se menosprecia la importancia de un cambio de discurso que reconoce la importancia del docente, sobre todo después de años de linchamiento pública y tampoco se minimiza la trascendencia de contar ya con un marco legal propicio para hacer realidad mejores condiciones para el profesorado.

Hasta el momento los discursos optimistas sobre la revalorización del magisterio no concuerdan con las condiciones actuales de los docentes ni mucho menos con las intenciones que se han dejado entrever en relación a la asignación presupuestal. Las palabras seguirán siendo huecas y las leyes letra muerta mientras no haya una auténtica dignificación de la labor docente. Mientras siga el divorcio entre el discurso y la realidad, los promotores de la revalorización del magisterio correrán el riesgo de quedar como auténticos vendedores de humo.

Fuente e imagen: https://proferogelio.blogspot.com/2020/09/vendedores-de-humo-y-revalorizacion-del.html?m=1

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Docentes: Constructores de Comunidades Educativas

 Juan Carlos Miranda Arroyo

 

Las y los docentes son, por definición y por vocación en la práctica, constructoras y constructores de comunidades educativas y de aprendizaje. Los son (y lo somos) como integrantes de grupos académicos colegiados y como líderes de los respectivos grupos de aprendizaje, que son parte de sus (nuestras) responsabilidades y compromisos profesionales.

Sobre esto, escribí antes lo siguiente: En relación con las políticas públicas educativas (PPE) en México, en la coyuntura actual, pienso que mientras la estrategia «Aprende en casa II» (SEP) no tenga como eje articulador la integración y ejercicio de las comunidades educativas, el proyecto gubernamental estará condenado al fracaso.

¿Qué propone la Secretaría de Educación Pública (SEP) con respecto a la construcción de comunidades educativas? Veamos algunos fragmentos de un documento oficial publicado recientemente: «…la comunidad educativa (se concibe) como un sistema abierto que se nutre de algunos elementos de un sistema más amplio -social, político, cultural, ideológico, económico- y de sus interacciones. A su vez, la comunidad estaría compuesta por un conjunto de subsistemas que se relacionan, interactúan y tienen objetivos comunes.» (1)

«Desde la perspectiva de Bronfenbrenner (1987), la familia y la escuela serían microsistemas en los que los educandos se desarrollan, mientras que la comunidad educativa sería el mesosistema en el que se interrelacionan ambos microsistemas. El conocimiento de estas interacciones resulta básico para comprender los patrones de actividad, los roles y, en general, el desarrollo de los educandos.»

«…el sistema educativo y la institución escolar son ámbitos idóneos para organizar a los agentes que se sitúan en los contextos de desarrollo de los educandos, ya que ningún otro espacio educativo posee la capacidad, el sistematismo y los recursos de los que dispone la escuela para llevar esto a efecto. Sin embargo, por otra parte, la institución escolar es un contexto cultural específico, y el hecho de construir la comunidad educativa en torno a una cultura determinada puede dificultar la organización eficaz de las interrelaciones que conduzcan a la consecución de las finalidades comunes.» (misma fuente)

La construcción de comunidades educativas hasta el momento, por parte de la SEP, es retórica, cuando ésta tendría que ser una línea esencial de las políticas públicas educativas, en los hechos, en la práctica cotidiana del «sistema». No sólo en las palabras.

La construcción de comunidades educativas, hoy, podría complementarse con dos líneas de acción centrales, que no veo en la estrategia gubernamental (SEP), es decir, no aparece explícitamente en el contenido y las acciones de las políticas públicas educativas en México (no lo veo al menos enfatizado): Poner como especial prioridad a la lectura y la escritura en la vida cotidiana de las y los estudiantes. Así como la formulación y resolución de problemas, no sólo en el campo del Pensamiento Matemático, sino también en todas las áreas o campos de conocimiento. Todo es cuestión de poner mayor atención a la enseñanza y aprendizaje de las habilidades intelectuales básicas.

Reitero: Las y los docentes no son «apóstoles» solitari@s de la educación. Por el contrario, su trabajo es, en esencia, colectivo, colegiado, de acompañamiento, de apoyo entre pares y de colaboración mutua.

Considero que los elementos básicos para construir comunidades educativas y de aprendizaje, como PPE, son: Liderazgo académico; trabajo colegiado horizontal; apoyo institucional (tiempos, movimientos y recursos); asesoría y acompañamiento técnico-pedagógico; disposición de acompañamiento por parte de las familias, y agenda educativa. También es esencial, implícita y explícitamente, un replanteamiento acerca de la formación inicial y continua de las y los docentes, así como de las y los directivos escolares, y de las y los asesores técnico-pedagógicos.

Mientras no tengamos un programa de formación robusto y ampliamente discutido, en torno a esos trayectos de preparación profesional permanente, dirigidos a esas figuras educativas concretas (y sin burocratizaciones absurdas), con un enfoque hacia la construcción de comunidades educativas y de aprendizaje, será difícil que caminemos como nación en la ruta correcta para asegurar el derecho pleno a la educación de niños, niñas, adolescentes, jóvenes y adultos.

Fuente consultada:

(1) SEP (2020). Guía del Taller Intensivo de Capacitación. “Horizontes: colaboración y autonomía para aprender mejor”. Ciclo escolar 2020-2021. Para el campo específico de “comunidad escolar”, la SEP cita a: POZO ANDRÉS, María del Mar DEL; ÁLVAREZ CASTILLO, José Luís; LUENGO NAVAS, Julián y OTERO URTZA, Eugenio. Teorías e instituciones contemporáneas de educación, Madrid, Biblioteca Nueva, 2004, pp. 125- 127. Disponible en:

http://www.ugr.es/~fjjrios/pce/media/2- EscuelaFamiliaComunidadEducativa.pdf

Y a: POSADA ESCOBAR, Jorge Jairo (2000). Notas sobre comunidad educativa. Bogotá: Universidad Pedagógica nacional. Disponible en:

http://www.bdigital.unal.edu.co/ 1513/7/06CAPI05.pdf

Fuente:  https://profelandia.com/docentes-constructores-de-comunidades-educativas/

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Mundos paralelos

Por: Abelardo Carro Nava

Recuerdo que hace varios años tuve la oportunidad de desarrollar, conjuntamente con mis estudiantes, una investigación relacionada con contenido que se ofrecía en medios visuales para personas sordas. Un tema que, indiscutiblemente, nos dejó grandes enseñanzas, porque los seres humanos que tenemos la capacidad de ver y escuchar el mundo a través de nuestros ojos y oídos, en algún momento de nuestra vida llegamos a pensar, que ese mundo, no es el mismo para todos. Craso error, desde luego, de mi parte.

Para tal indagación, nos dimos a la tarea de recuperar algunos datos importantes, sobre todo, pensando en que nuestra atención estaría enfocada en esos contenidos, pero también, en las personas sordas; para ello, logramos realizar una entrevista a un grupo de 5 estudiantes de la Licenciatura de Educación Especial de la Escuela Normal Urbana Federal Cuautla, ubicada en el Estado de Morelos. Como parece obvio, para dicha entrevista, tuvimos la oportunidad de contar con un intérprete, puesto que los que realizamos este trabajo, desconocíamos la lengua de señas mexicana y un profesor, que laboraba en esa institución educativa, nos apoyó en esa encomienda dada su experiencia, conocimiento y capacidad en este rubro.

Recuerdo también que, antes de la entrevista, el nervio se apoderó un poco de nosotros. Repasábamos las preguntas, verificábamos que el funcionamiento de la cámara y de la grabadora fuera el más adecuado, movíamos las sillas que habíamos colocado; en fin, con estas acciones, pretendíamos que nuestros invitados (informantes), se sintieran cómodos y en confianza.

Llegado el momento, nos saludamos; la tensión fue notoria, puesto que mientras nosotros (hablantes y oyentes) expresábamos algunas palabras para saludarlos, nuestros acompañantes solamente sonreían y gesticulaban. Tomamos nuestro respectivo lugar y, después de un agradecimiento por la aceptación de la entrevista, ésta comenzó. Desde luego, el intérprete, les comunicaba lo que, con nuestras palabras, les expresábamos.

La comunicación fluyó y, después de algunas preguntas que, obviamente fueron contestadas, recuerdo que una de mis alumnas les preguntó sobre las posibles dificultades que encuentran, todos los días, para comunicarse con todas las personas. La respuesta, nos dejó pensando varios minutos: “Imagina que tú, que tienes la capacidad de oír, ingresas a una sala de cine en la que sólo ves lo que proyecta la pantalla, sin sonidos, solamente se reproducen las imágenes. Imagina que las personas que aparecen en la película se comunican mediante señas que, con sus manos, realizan. Imagina que en esa sala todas las personas son sordas y que, con alguna de las escenas que en la pantalla se reproducen, todos ríen y se comunican, también, con señas. ¿Cómo te sentirías? Bueno pues, de esa misma forma nos sentimos la mayoría de nosotros, en un mundo en el que tal parece que la sordera nos hace diferentes, sin embargo, esto no es así, porque nosotros somos personas normales con una discapacidad auditiva pero la gente no entiende esto. Ahora, si en un rato vas al cine, ¿la película que deseas ver tiene un recuadro en el que aparece un intérprete? Imagina lo difícil que es para nosotros ver la televisión, ir al cine o a una fiesta. ¿No te parece que vivimos en mundos diferentes?”.

Como decía, tal respuesta nos dejó pensando un par de minutos; y después, la comunicación siguió y la entrevista finalizó. Desde luego, el estudio arrojó resultados que ya suponíamos, por ejemplo, que los contenidos que producen varios medios visuales no tenían contemplado un esquema de trasmisión para personas con una discapacidad auditiva; que aquellos que lo tenían, colocaban un recuadro muy pequeño en el que se podía observa a un intérprete, pero, desafortunadamente, por el tamaño, no se percibía con claridad lo que comunicaba; que las empresas o medios visuales no tenían la intención, al menos en ese momento, de invertir en este tipo de esquema para que sus contenidos llegaran a este sector de la población; en fin, todo un cúmulo de cuestiones que, de cierta manera, reflejaron, y reflejan, una de las más crudas realidades que se viven en nuestro país.

Todo este tema lo traigo a colación porque, como es sabido, el pasado 3 de agosto se anunció el lanzamiento de la estrategia Aprende en Casa II; un proyecto mediante el cual, se pretende dar continuidad a los aprendizajes que deben adquirir los miles de estudiantes de nuestra República Mexicana y, para ello, se buscó que la televisión, fuera el medio para que se lograra este propósito, sin embargo, y aunque se anunció que este programa llegaría a todos los sectores de la población, la verdad de las cosas, es que el discurso dista mucho de lo que sucede en diversos hogares de México.

Por ejemplo, tuve la oportunidad de observar alguna de las trasmisiones que, en estos días, se están proyectando por medio de la televisión, con la finalidad de “reforzar” los conocimientos de los alumnos que, la estrategia Aprende en Casa I, ofreció a partir de marzo hasta el cierre del ciclo escolar 2019-2020. Lo observado, estaba destinado para 1º, 2º y 3º de educación primaria y, quiero pensar, que tenía relación con educación artística. Menciono: “quiero pensar”, porque no fue clara la intencionalidad curricular que la trasmisión ofrecía, pero por lo que pude observar y escuchar, deduje que se trataba de ello. Así, después de que la “conductora” dio la bienvenida a su posible audiencia (en el recuadro inferior derecho se podía observar a la intérprete comunicando, mediante señas, las palabras que la hablante ofrecía), llegó el momento en que esta “conductora” le pidió a sus “amiguitos” que escucharan los sonidos que producía la música mientras, a la par, bailaba (en este momento, la intérprete, dejó de realizar movimientos con las manos y permaneció impávida) y, después de ello, esa misma “conductora”, formuló algunas preguntas (mismas que fueron comunicadas por dicha intérprete).

¿Un mundo paralelo? Fue un cuestionamiento que surgió en mi mente y, desde luego, me llevó a escribir estas líneas con la finalidad de reflexionar sobre un tema que es, y debe ser, preponderante para todas las instituciones gubernamentales y educativas.

Tengo claro que la pandemia ha representado un gran reto para todos los gobiernos, pero ¿qué estamos haciendo en México con los más de 500 mil niños y niñas que presentan alguna discapacidad?, ¿qué está haciendo la Secretaría de Educación Pública (SEP) para cerrar las brechas de desigualdad y para lograr mayores espacios de equidad e inclusión?, ¿por qué no considerar las propuestas que han surgido de distintas organizaciones y colectivos, como las del Colectivo Educación Especial Hoy, cuyas aportaciones son valiosas y bien fundadas, para la realización de esquemas que apoyen a este y a otros sectores de la población que presentan alguna discapacidad?, ¿por qué no destinar mayores recursos para que, tanto estudiantes como profesores y padres de familia, cuenten con las mejores condiciones para lograr los propósito educativos?, ¿hasta cuándo dejaremos de vivir en mundos paralelos cuando hay un solo mundo, el suyo, el mío, el nuestro?

Al tiempo.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/mundos-paralelos/

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Aprende en casa II: ¿la televisión, el maestro o ambos?

 Rogelio Javier Alonso Ruiz

El 3 de agosto de 2020, el secretario de Educación, Esteban Moctezuma Barragán, participó en la conferencia matutina presidencial para dar a conocer el regreso a clases. Si bien las expectativas para el discurso del secretario eran altas, el asunto medular del mensaje se centró predominantemente en la participación de las grandes cadenas televisivas del país en el programa Aprende en casa II. Se ensalzó a la televisión y a sus propietarios por su notable voluntad hacia la causa educativa.  La estampa resultó decepcionante para muchos: magnates de cadenas televisivas que años atrás contribuyeron al linchamiento mediático de los docentes, encabezando un anuncio tan esperado en materia educativa, sin siquiera asomarse algún profesor entre los asistentes. A partir de ello, se generó una polémica en torno al papel que jugaría la televisión en la siguiente edición del programa educativo a distancia federal.

La estrategia federal de educación a distancia intenta relacionar a la televisión y el docente. En este sentido, la SEP (2020), indica que “en aquellos lugares donde se puedan observar los programas educativos por televisión, no existan dos estrategias distintas de formación para alumnas y alumnos” (p.13), señalando además que la labor del profesor (explicar, despejar dudas, proponer actividades de acompañamiento, etc.) deberá sujetarse a lo presentado en los programas de televisión.  El docente tendrá que “conocer la programación semanal de Aprende en casa II para planificar el acompañamiento pedagógico” (SEP, 2020, p. 17) y, posteriormente, decidir sobre “las actividades para profundizar, avanzar en la comprensión o ejercitar conocimientos, sin saturar de demandas a estudiantes y sus familias” (SEP, 2020, p. 8).

Aunque se da libertad al profesor de diseñar acciones para conducir el aprendizaje de sus alumnos, el rumbo de éstas sería marcado por la programación televisiva. Entonces, de acuerdo al planteamiento oficial, se despojaría al profesor de la facultad de seleccionar los contenidos de acuerdo a las necesidades del grupo atendido, aunque no se le limita en torno a la creación de actividades propias. Así pues, no se elimina el papel del docente, pero parecería estar sujeto en cierta medida al orden que marque la televisión.

Existe un factor que dentro de la estrategia Aprende en casa II pudiera dificultar la relación entre el profesor y la televisión: el tiempo.  En la definición de la labor docente a distancia, resalta el hecho de que se exija no saturar de demandas a los alumnos, haciendo eco de uno de los reclamos más sentidos el ciclo escolar pasado, que propició que la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (MEJOREDU) aconsejara “evitar la tentación de reproducir los tiempos y las cargas de trabajo escolares en el hogar”. En este sentido, si los programas de televisión duran dos horas y media para educación primaria y tres horas para educación secundaria, ¿de cuánto tiempo dispondrán los profesores para las actividades complementarias a las que la estrategia federal los faculta? ¿Queda tiempo suficiente, después de ver por tres horas la televisión, para realizar actividades adicionales significativas sin aproximarse a la extensión de las jornadas escolares?

Sobre la calidad de los programas de televisión, evidentemente habrá que esperar a conocer las primeras emisiones de la nueva edición para emitir un juicio al respecto, lo cual sucederá hasta el 14 de septiembre. La escasa autocrítica de la autoridad educativa federal en cuanto a la calidad de la enseñanza y los aprendizajes durante la educación a distancia pudiera brindar pocas esperanzas en cuanto a modificaciones sustanciales a estos recursos. Los nuevos programas deberán evitar caer en el enciclopedismo de algunos de sus antecesores y evadir el deseo de reproducir los esquemas de una clase de aula, a través de la pantalla. La selección de contenidos también deberá ser un aspecto al que se tenga que poner atención especial, pues no todos son aptos para ser abordados por televisión.

Una de las críticas más frecuentes hacia la nueva estrategia de educación a distancia tienen que ver con el riesgo de propiciar una educación bancaria a partir del uso de la televisión. Si bien los programas televisivos de la segunda edición de la estrategia aún no son emitidos, las sospechas son bien fundadas. En la primera versión de la estrategia, se caracterizaron por el abuso de preguntas orientadas hacia conocimientos meramente declarativos, incurriendo ocasionalmente en errores en los enfoques de enseñanza de las asignaturas. Hasta el momento, la única modificación que se conoce a los programas de televisión es la inclusión de conductores de televisión, con el propósito de mejorar la comunicación con los espectadores y hacer más fluidos los programas. Será tarea del docente valorar la pertinencia de los programas; si se deja obrar a la televisión por sí sola, el riesgo de convertir al aprendizaje en un fenómeno de consumo y almacenamiento se pudiera convertir en realidad.

Los maestros no tan fácilmente se dejarán desplazar por la televisión: son abundantes los casos de creatividad, vocación y capacidad de profesores que han asumido su rol de manera ejemplar durante la pandemia. Segura y afortunadamente, la opción televisiva no será contemplada de manera acrítica por los docentes, a pesar de lo estipulado en los documentos oficiales. La experiencia del ciclo escolar anterior puso de manifiesto que muchos maestros prefirieron privilegiar sus propuestas didácticas por encima de los programas de televisión, que en muchas ocasiones no fueron pertinentes para las necesidades del contexto escolar que atienden. Si bien no hay mucho que regatear en términos de ampliación de la cobertura, si los programas televisivos no tienen una mejora sustancial (en la parte pedagógica) es probable que muchos docentes, al igual que en la experiencia pasada, los hagan a un lado.

Twitter: @proferoger85

Facebook: El Profe Rogelio

Blog: http://proferogelio.blogspot.com/


REFERENCIAS

SEP (2020). Orientaciones para apoyar el estudio en casa de niñas, niños y adolescentes. Educación preescolar, primaria y secundaria. México: autor.

MEJOREDU (2020). 10 sugerencias para la educación durante la emergencia por COVID-19. México: autor.

Fuente: https://profelandia.com/aprende-en-casa-ii-la-television-el-maestro-o-ambos/

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¿Marcha atrás la educación? Los peligros de la masificación en la era de la personalización

Por: Isabel Diez

Esta semana tenemos el regreso a clases en circunstancias completamente atípicas. La SEP anunció hace un mes el programa Aprende en Casa II, su estrategia –en alianza con las televisoras– para que millones de niños alrededor del país no se queden sin clases mientras la pandemia sigue su curso e impide regresar a las aulas. La SEP transmitirá por ese medio contenidos educativos para cada grado, que el niño podrá ver desde su casa. El Secretario de Educación Pública aludió al hecho de que el medio con el que más niños cuenta en su casa es una televisión y por ello, se decidió continuar con la estrategia que habían planteado desde finales del último ciclo escolar, en el que la adaptación tuvo que ser instantánea. 

Contar con una estrategia definida es mucho mejor que no contar con nada. De eso no hay duda. Sin embargo, el planteamiento elegido deja muchas preguntas e inquietudes. Principalmente, es curioso ver que en una era en donde los desarrollos tecnológicos y la teoría educativa están tendiendo hacia la personalización en la educación, la estrategia planteada se apoya vitalmente en la masificación. Al ser un medio de comunicación masivo, la televisión tiene, desde luego, un alcance muy grande. Sin embargo, ¿puede realmente promover en nuestros estudiantes los aprendizajes que se requieren para el siglo XXI?

Hay quien argumentará que ésta es una situación temporal, una respuesta inmediata a un problema sin precedentes. Sin embargo, creo que esa afirmación era válida al final del ciclo escolar pasado. Después de semanas de vacaciones en donde la estrategia se podía ajustar y viendo que la situación de la pandemia todavía tiene un largo camino por recorrer, considero que hubiera sido necesario un replanteamiento. Las semanas con las que empezamos se han tornado en meses. Más aún, incluso si el regreso a las aulas es posible en un futuro cercano, los maestros y estudiantes deberían tener la posibilidad de elegir, según su condición de salud y aquel de las personas que vivan en sus casas, si pueden regresar físicamente al aula. Muchos no podrán. ¿Qué sucederá con ellos? ¿Seguirán tomando el resto del semestre o del año clases por televisión? 

Desde un punto de vista pedagógico, la estrategia es cuestionable ya que presenta, entre otros, los siguientes problemas:

  • La televisión es un medio unidireccional. Es decir, que sólo transmite información. No hay posibilidad de intercambio y diálogo. Esto nos recuerda a la didáctica tradicional en donde el profesor, poseedor del conocimiento, lo transmite al estudiante, quien pasivamente absorbe la información… un modelo que llevamos años intentando romper.

  • A la vez, imposibilita que exista retroalimentación a los estudiantes. Continuamente se ha resaltado la importancia de dar buena retroalimentación, como pilar para que el alumno aprenda y se desarrolle. En este esquema esa opción desaparece.

  • Rutas de acompañamiento. Otro problema es que con este esquema no está claro cómo se pueden crear rutas de acompañamiento para los estudiantes que más lo necesitan. Y más aún la detección oportuna de dichas necesidades se complica. La pandemia ha hecho evidente las numerosas desigualdades y, desgraciadamente, en este modelo esas brechas corren el peligro de ampliarse.

  • Control de los contenidos. En el caso de México, la educación y los contenidos a enseñar históricamente han estado bastante politizados. En este esquema el Estado tiene completo control de lo que se enseña, lo que impide dar un toque humano a los contenidos, adaptarlos a necesidades particulares de cada contexto y menos aún aspirar a formar un pensamiento crítico en el estudiante, ante la carencia de perspectivas diversas.

  • Rol del docente. Finalmente, un punto esencial es que el rol del profesor –ese agente fundamental en el proceso educativo– queda desdibujado. Hoy en día, el profesor se entiende como un facilitador, un guía, un investigador. Ante la masificación que trae la televisión, su tarea pasa a segundo plano, siendo una figura absolutamente vital para el éxito educativo.

Es claro que no hay una solución única ni existe una panacea para dar respuesta a los retos que la pandemia ha planteado a la educación. Pero nos cuestionamos: ¿por qué no se está invirtiendo en infraestructura para que los sitios más remotos y vulnerables tengan acceso a medios que permitan esta personalización educativa? ¿Por qué no se fortalece el papel del docente como guía y aliado ante la severa crisis que nuestros niños están viviendo? ¿Por qué no se empodera a las escuelas para convertirse en espacios comunitarios que apoyen a los padres de familia en esta tarea titánica? 

El Profesor Todd Rose,[1] de la Universidad de Harvard, resalta en su libro The End of Average la problemática derivada del mito de la “persona promedio”, el cual plantea que si diseñamos soluciones educativas para la persona promedio, excluimos a los márgenes. Los que estaban atrás, se quedan más atrás. Los que iban más adelantados, no tienen oportunidades de continuar desarrollándose en su nivel. Cuando masificamos la solución, desgraciadamente se tiene en mente a una “persona promedio”. En cambio, cuando se diseña para los márgenes, automáticamente incluimos a la media y a todos los demás. Porque, si se analiza en detalle —y mis colegas educadores no me dejarán mentir— descubrimos que no existe el alumno promedio. Nunca ha existido y nunca existirá. Entonces, ¿por qué diseñar para la media?

 

Es contradictorio e irónico que hoy en día la propuesta educativa sea la masificación. Espero verdaderamente que la estrategia planteada vaya acompañada de otras que redireccionen su rumbo el cual, en este momento, parece ir marcha atrás.

 


[1]

Rose, Todd (2016) The End of Average, Nueva York, Harper Collins.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/marcha-atras-la-educacion-los-peligros-de-la-masificacion-en-la-era-de-la-personalizacion/

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México: El magisterio michoacano tiene un Plan B

Texto:  Alejandro Ruiz/Pie de Página

Profesores de la Seción XVIII de la CNTE implementarán un plan educativo emergente para el ciclo escolar 2020-2021; su propuesta pone al centro la relación entre el docente y el alumno como un elemento fundamental para el aprendizaje; usarán herramientas tecnológicas combinadas con clases semipresenciales y personalizadas

MICHOACÁN.- Ante la falta de disposición del gobierno federal para incorporarlos en el diseño de la ”nueva normalidad educativa”, profesores de la Seción XVIII Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) diseñaron su propio plan para el regreso a clases.

Este lunes 24 de agosto, más de 30 millones de estudiantes de nivel básico iniciaron las clases a distancia del ciclo escolar 2020-2021, bajo un esquema diseñado por la Secretaría de Educación Pública (SEP) por la contingencia sanitaria de covid.19: el programa “Aprende en casa por TV”, una colaboración con televisoras nacionales, a las cuales, la federación pagará 450 millones de pesos para transmitir las clases en su programación.

Pero en Michoacán, la Sección XVIII desarrolló un plan educativo emergente que pone al centro la relación entre el docente y el alumno como “un elemento fundamental para el aprendizaje”, y que se vale del uso de herramientas tecnológicas combinadas con clases semipresenciales y personalizadas para reforzar el proceso pedagógico.

“Nosotros iniciamos este ciclo escolar con un proyecto de elaboración de cartillas pedagógicas, las cuales se diseñaron en la Comisión bajo una fuerte discusión filosófica, epistemológica y pedagógica”, dice el profesor César José Valdovinos, integrante de la Comisión de Gestión Educativa de la Sección XVIII.

“Estas cartillas las entrega el docente a los alumnos y a los padres de familia, y a partir de los contenidos que ahí se establecen acordamos una ruta de seguimiento, donde el papel del docente es fundamental; pues ya sea a través de llamadas telefónicas, visitas a los hogares, o la cita en plazas públicas – siempre considerando las medidas sanitarias para el cuidado colectivo – mantenemos la relación entre educador y educando para reforzar el proceso de aprendizaje.”

El profesor Lev Moujahid Velázquez Barriga, secretario técnico de la Comisión de Gestión Educativa, agrega que “los contenidos del plan educativo emergente tienen que adecuarse a la realidad cambiante que atraviesa el país, por ello también se incorporan materiales pedagógicos que fomenten el cuidado de la salud y la alimentación que se agregan a las materias del plan curricular establecido, y que están encaminados a fortalecer el cuidado colectivo de las comunidades frente a la pandemia que hoy atraviesa nuestro país.”

El plan educativo emergente incorpora nuevos elementos que se adecuan a la realidad político y social de México, así como a los procesos de cambio que la pandemia ha detonado en la sociedad.

La propuesta incluye la realización de “caravanas pedagógicas”, las cuales tienen como objetivo mapear la realidad geopedagógica del estado para evaluar el contexto económico, político y social de las comunidades, así como para recuperar, reforzar e incorporar los saberes populares y los esfuerzos que desde hace años realizan diversos colectivos pedagógicos de la región.

De «Aprende en casa» a «La televisión enseña»

Pese a que la CNTE pidió entablar un diálogo para el diseño de los planes educativos que requiere la “nueva normalidad”, las autoridades educativas menospreciaron sus propuestas y optaron por una estrategia de educación a través de las televisoras.

“El gobierno federal se olvida que la pedagogía en México se viene desarrollando desde hace más de 390 años”, dice el profesor Arturo Espinoza Maldonado, también integrante de la Comisión de Gestión educativa de la Sección XVIII.

“Este nuevo esquema que propone la SEP está basado en el modelo de la tecnología educativa, un modelo que se desarrolla en los años setenta y que se inscribe dentro de la teoría de la pedagogía bancaria; donde se ve a la educación como una mercancía y se dejan de lado los procesos de aprendizaje, así como la construcción del pensamiento crítico.”

De acuerdo con los profesores, la narrativa de “el aprendizaje primero” – la cual ha sido difundida por la SEP para reforzar el programa de “Aprende en casa por TV” – tiene la intención de descalificar al docente y separarlo del proceso de enseñanza-aprendizaje.

Eso, dicen, “es completamente antipedagógico», pues el papel que el docente desempeña en este proceso «es el de mediar las relaciones políticas y sociales que existen entre el contexto y el sujeto, y que se plasma en la relación que se establece entre los educandos y el educador.”

“Esto se vuelve peligroso – agrega César Valdovinos – pues instala en el imaginario colectivo la idea de que las aulas virtuales pueden sustituir al maestro y a las clases presenciales. Con esto no queremos decir que se tenga que prescindir por completo de las nuevas tecnologías en el proceso educativo, sino que éstas deben estar guiadas de manera presencial por el docente, pues la relación entre maestro-alumno permite el intercambio de saberes y el diálogo: pilares fundamentales de la educación.”

Este paradigma pedagógico no es nuevo, dicen los integrantes de la CNTE. Se ha planteado desde la Reforma Educativa del 2013, en la cual fue evidente la intención de desplazar al magisterio como núcleo central del proceso educativo bajo el argumento de que el presupuesto para la educación en México tenía un gasto muy alto debido a los altos salarios de docentes; lo cual es falso.

De acuerdo con Lev Moujahid, este intento por desplazar al magisterio de la toma de decisiones respecto a la educación “obedece en primera instancia a los intereses de corporaciones transnacionales y las grandes televisoras, pues trasladarían el presupuesto de nuestra nómina hacia ellos; lo cual ya está sucediendo en esta época de pandemia, pues al menos en Michoacán hay mil maestros que no han recibido su sueldo.”

“Lo que nosotros estamos exigiendo – agrega Velázquez Barriga – es que el presupuesto que se está destinando para pagarles a las televisoras se le asigne al magisterio para asegurar el cumplimiento de las medidas sanitarias, así como para la adquisición de las herramientas tecnológicas, el pago de internet y el mejoramiento de las condiciones de las escuelas para poder interactuar en el proceso educativo.”

Protesta en las calles, propuesta en la escuela

Desde hace más de dos años, la Sección XVIII de la CNTE ha trabajado en la construcción de una propuesta pedagógica enfocada en atender las necesidades educacionales de la población.

Parte de este proceso se ha sintetizado en la construcción del Programa Democrático de Educación y Cultura para el Estado de Michoacán (PDECEM); el cual incorpora aspectos de la pedagogía crítica, la educación popular y los saberes ancestrales para el diseño de nuevas estrategias pedagógicas que “se construyan de forma horizontal y desde abajo.”

“Nosotros somos conscientes que el papel del magisterio no debe ser el de un simple espectador – dice Arturo Espinoza –. Tenemos que asumir el protagonismo que se nos exige como docentes en todos los frentes de lucha, tanto en la defensa de nuestros derechos laborales como en la construcción de propuestas pedagógicas que realmente garanticen la defensa de los intereses estratégicos de la nación, en este caso: la educación pública y gratuita.”

Para la elaboración de estas propuestas, la Sección XVIII ha diseñado espacios formativos y de reflexión que permiten el intercambio de experiencias entre académicos, organizaciones políticas y docentes a nivel nacional e internacional. Tal es el caso del Encuentro Estatal del Educador Popular, donde a través de una serie de talleres y charlas magistrales, discuten colectivamente los retos de la educación bajo el modelo neoliberal.

“Estos espacios – señala Lev Moujahid – se han ido construyendo a partir de la necesidad que tiene el magisterio de renovar sus prácticas políticas y educativas, y por la tradición de lucha y rebeldía que históricamente ha caracterizado a la Coordinadora.”

Aunque la Sección XVIII es la única que ha elaborado un plan emergente de educación, varias secciones de la CNTE han asumido la tarea de construir proyectos y programas alternativos, por lo que en las secciones XXII, VII, XL y IX, de los estados de Oaxaca, Chiapas y el centro de México, ya comenzaron a trabajar en sus propias propuestas.

“Nosotros sostenemos que el pueblo de México no olvidará que fuimos las y los maestros quienes no dejamos caer la educación de nuestro país durante esta pandemia”, dice César Valdovinos.

“Aunque el gobierno federal lo niegue, nosotros estamos en la ruta de construir y luchar por una pedagogía de la dignidad, y a la vez, estamos dispuestos a trazar todo un ciclo escolar de pedagogía alternativa en Michoacán y sabemos que nuestros compañeros de las demás secciones también lo están.”

Pese a las dificultades que acarrea consigo “la nueva realidad”; profesores del magisterio michoacano ponen al centro la disputa por la educación. Elaborando propuestas político-pedagógicas que hagan frente a las carencias que, tras años de abandono institucional, hoy permean en el sistema educativo mexicano.

Fuente: https://piedepagina.mx/el-magisterio-michoacano-tiene-un-plan-b/

Imagen:  Alejandro Ruiz y cortesía de la Sección XVIII

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