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La covid amenaza la educación de los refugiados

Noticia/10 Septiembre 2020/http://www.ipsnoticias.net/

 La educación y el potencial de millones de niños y jóvenes refugiados en el mundo están bajo la amenaza de la pandemia covid-19, porque carecen de recursos para reinsertarse en el sistema educativo, advirtió este jueves 3 un nuevo informe de la Agencia de las Naciones Unidas los Refugiados (Acnur).

El titular de Acnur, Filippo Grandi, recordó que “la mitad de los niños refugiados del mundo no estaban escolarizados antes de esta situación”, causada por la pandemia y sus consecuencias económicas y sociales, y “después de todo lo que han soportado no podemos robarles su futuro negándoles hoy una educación”.

“A pesar de los enormes desafíos que plantea la pandemia, si se ofrece un mayor respaldo internacional a las personas refugiadas y a sus comunidades de acogida, podremos desarrollar más medios innovadores para proteger los avances fundamentales obtenidos durante los últimos años”, dijo Grandi.

El nuevo informe, “Uniendo fuerzas por la educación de las personas refugiadas”, examinó la situación de los refugiados en 12 países de acogida: Chad, Etiopia, Iraq, Jordania, Kenia, Líbano, Pakistán, Ruanda, Sudán del Sur, Tanzania, Turquía y Uganda.

Al cierre de 2019 había en esos países 10 539 000 refugiados, más de la mitad de los 20,4 millones alcanzados por el mandato de Acnur en todo el mundo.

Antes de la pandemia, un niño refugiado tenía el doble de probabilidades de no asistir a la escuela que un niño no refugiado. Más de 1,8 millones de niños refugiados en esos países, 48 por ciento de todos ellos, no asistía a una escuela.

Aunque la tasa bruta de matriculación de refugiados en escuelas primarias es de 77 por ciento, solo 31 por ciento de los jóvenes se matriculó en escuelas secundarias, y apenas tres por ciento pudieron hacerlo en educación superior.

En secundaria la matrícula de las niñas con respecto a los varones es 10 por ciento menor, y los impactos sociales y culturales de la covid pueden desalentar el regreso a clases de una gran cantidad de ellas, según el informe.

“Me preocupa especialmente el impacto en las niñas y jóvenes refugiadas. La educación no solo es un derecho humano, sino que la protección y los beneficios económicos para las niñas refugiadas, sus familias y sus comunidades educativas son evidentes”, dijo Grandi.

La situación en general empeorará por el cierre de escuelas, las graves dificultades para pagar matrículas, uniformes o libros, la falta de acceso a tecnologías o porque niños, niñas y jóvenes se verán obligados a trabajar para ayudar a sus familias.

Por ejemplo, en la región del Sahel, la franja semiárida al sur del Sahara que comparten una docena de países africanos con poblaciones de refugiados, se prevé que la violencia fuerce el cierre de unas 2500 escuelas, a las que acuden 350 000 estudiantes.

El informe considera que se ponen en peligro esfuerzos y avances para alcanzar, en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas para 2030, el ODS 4, de garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad para todos.

También destaca que adaptarse a las limitaciones impuestas por la covid ha sido especialmente duro para 85 por ciento de los refugiados, quienes viven en países en desarrollo o menos desarrollados.

Ello porque recursos como teléfonos móviles, tabletas, ordenadores portátiles, buena conectividad, o incluso los aparatos de radio, necesarios para emprender tareas como educación a distancia, con frecuencia no se encuentran fácilmente disponibles para las comunidades desplazadas.

El informe recomienda a escuelas y universidades que den la bienvenida a los refugiados, capaciten a los maestros para integrarlos, ofrezcan becas para el tercer nivel, sean comprensivos con las realidades del desplazamiento, eviten obstáculos burocráticos y hagan frente a la discriminación, la xenofobia y el acoso sexual.

A los Estados y ciudades se les pide asegurar que los niños y jóvenes refugiados sean incluidos en el esfuerzo para reiniciar la educación, asegurar que las niñas tengan las mismas oportunidades, e incluso dar a los refugiados acceso a la escuela aún sin documentación o certificación.

A empresas y donantes se les pide asociarse a los programas de inversión en educación para refugiados, apoyando con financiamiento, equipos o materiales para capacitación de maestros, conectividad, infraestructura, pasantías y capacitación de estudiantes y oportunidades de trabajo.

Fuente: http://www.ipsnoticias.net/2020/09/la-covid-amenaza-la-educacion-los-refugiados/

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Somalia: cómo un Estado fallido intenta levantar su sistema educativo

África/Somalia/10 Septiembre 2020/elpais.com

El país, asolado por hambrunas, sequías, terrorismo y un brutal éxodo migratorio, estrena el primer plan de estudios propio en 30 años para alumnos de Secundaria. Se estima que un millón de estudiantes se beneficiará y podrán usar, al fin, libros propios y no de otros países o lenguas

Iqra Isse Ahmed tiene 17 años y sueña con ser doctora en su país: Somalia. A pesar de que lo tuvo claro desde que era una niña, lo ve “muy complicado”: “Mis padres aún no han reunido el dinero para que vaya a la universidad y tampoco sé si tengo el nivel”, cuenta por teléfono desde su casa en Mogadiscio, la capital. Aunque ha atendido regularmente las clases en su instituto y ha aprobado todas las asignaturas, solo ha tenido acceso a libros de países vecinos y, en ocasiones, de cursos inferiores. “Era un desastre: repetíamos el contenido o estudiábamos con libros de alumnos mucho más pequeños que nosotros”, narra. Su caso no es una excepción: es el de todos los estudiantes de secundaria durante los últimos 30 años, quienes han hecho malabares con material de otros países, a veces incluso en idiomas extranjeros. La Asociación Nacional de Estudiantes Somalíes asegura que se han llegado a utilizar hasta 42 planes de estudios diferentes. Este miércoles, el Gobierno ha lanzado el primer plan educativo propio para Secundaria, compuesto por 13 asignaturas y disponible en somalí, árabe e inglés. “Al fin estudiaremos lo nuestro”, exclama Isse.

La falta de un plan de estudio durante tres décadas solo se explica con una situación de caos como la que ha estado inmersa Somalia (15 millones de habitantes), situada en el Cuerno de África. En un país polvorín, que sufre la fragilidad del Estado, hambrunas, un brutal éxodo migratorio, terrorismo y durísimas sequías, el sistema educativo estaba a la cola de las preocupaciones del Gobierno.

Exámenes en turco, libros de países árabes, aulas improvisadas en casas de los vecinos y alumnos que se graduaban a la vez de primaria y de secundaria. La ausencia del Gobierno en la educación de Somalia dio pie a la improvisación de los agentes sociales que “hacían lo que podían”. Kassim Hish, especialista en Educación de emergencia de Save the Children en Somalia, lamenta que las medidas de la Administración hayan tardado tanto, pero espera que den resultados: “Hemos normalizado el olvido educativo y el caos que se deriva del mismo por la situación del país, pero aún estamos a tiempo. Tenemos que recuperar a muchos alumnos”. Tan solo el 35% de los menores de edad asiste a clase y, de ellos, cerca del 20% deja la escuela antes de llegar a Secundaria, según datos de esta organización. La Unesco estima que alrededor de 4,4 millones de niños están sin escolarizar.

Es una medida celebrada por todos. Estudiantes, profesores y organizaciones internacionales involucradas en la educación aplauden la iniciativa y consideran que es el primer paso para el desarrollo de un país con una de las tasas de matriculación más bajas del globo, donde un 40% de la población adulta es analfabeta, según datos del Gobierno. Mohamed Abdullahi Farmajo, presidente de Somalia, lo calificó como una “victoria para la nación”: “Después de una larga lucha, hemos vencido”, afirmaba a medios locales. “A partir de hoy, nuestros niños aprenderán la cultura, la historia y las necesidades de nuestro propio país”, añadía.

Hace apenas un año que inauguró también un plan de estudios propio para los estudiantes de Primaria, del que se beneficiaron más de tres millones de alumnos, según datos oficiales. “Esperamos alcanzar otro millón de alumnos de Secundaria en todo el país”, deseaba Farmajo el pasado miércoles. El Presidente aseguró, además, que se monitoreará la implementación de las nuevas dinámicas de estudios a lo largo del curso y que iniciará un proceso de formación para los profesores. Save the Children, en colaboración con el ministerio de Educación somalí, está a cargo de más de un millar de docentes. Hish también espera que los sueldos aumenten: “Hoy por hoy, el sueldo de un profesor ronda los 100 dólares (85 euros). Ellos también necesitan una motivación económica”.

Para David Bondia García, catedrático en Derecho internacional público y experto en Derechos Humanos, la medida educativa es una pieza clave “para cambiar la imagen de estado fallido en Somalia”: “En una nación totalmente desestructurada, en conflicto armado, con miles y miles de desplazamientos y que difícilmente tiene para alimentar a sus ciudadanos, la educación nunca ha sido una prioridad”, explica, “Que Somalia invierta ahora en educación es el primer ladrillo de esa reconstrucción”. Y una vía para contar la historia del país en primera persona.

Las voces que representan a los jóvenes se muestran muy optimistas. Mohamud Adan Mumin, presidente de la Unión Nacional de Estudiantes Somalíes y miembro de la Comisión de la Unesco en Somalia cree que la medida “traerá más igualdad y creatividad y servirá de herramienta de apoyo para los profesores”. Ahmed Adawe, representante de la juventud somalí en la Unión Africana, coincide: “Espero que así frenemos la enorme migración de gente joven que aquí no tenía opción de seguir estudiando”. Bondia, sin embargo, se muestra algo más crítico. “Lo que hace falta ahora es una mejora en las infraestructuras y un empeño sincero por cerrar la brecha de género en la escuela. Es un país muy cojo en materia educativa”. De hecho, Somalia ha sido el último país en ratificar la Convención sobre los Derechos del Niño. Hace tan solo cinco años que se unió a la lista de los 196 países comprometidos con salvaguardar el bienestar de los menores. “Queda mucho aún”, incide Bondia.

Isse reconoce que envidia a los nuevos alumnos. Hace unos días que quedó con unas amigas que empezaron en el instituto a principios de septiembre y se las pasó hojeando el material y comparándolo con los pocos libros que aún no ha regalado y que guarda repletos de garabatos y anotaciones a lápiz. “Los que vienen van a poder estudiar sobre cosas que nos conciernen a nosotros como país”, dice, “Yo aprendí en Historia las guerras de otros continentes que nada tenían que ver con nosotros. Me enorgullece saber que los próximos alumnos estudiarán lo nuestro”.

Fuente e imagen tomadas de: https://elpais.com/elpais/2020/09/07/planeta_futuro/1599495843_086740.html

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Entrevista a Vicente Mañes: “Sin suficiente profesorado, va a ser imposible cumplir la normativa en ciertos sitios”

Entrevistas/10 septiembre 2020/Autor: Daniel Sánchez Caballero/eldiariolaeducacion.com

Los colegios de infantil y primaria están comenzando las clases esta semana. La situación no es precisamente la ideal. Hablamos con Vicente Mañes, presidente de Fedeip, la federación que agrupa a sus directoras y directores. Aunque en Valencia, su Comunidad, la realidad es bastante buena, en el resto del país las medidas de seguridad no parece que puedan ser viables.

Vicent Mañes no para. El presidente de la Federación de Asociaciones de Directivos de Centros Educativos Públicos de Educación Infantil y Primaria lleva desde que empezó la pandemia atendiendo a los medios de comunicación a diario, peleando por sacar adelante su colegio, el Bertomeu Llorens i Royo de Catarroja, en Valencia, y coordinándose con los compañeros de la Federación. Mañes está en una situación curiosa: como representante de los directivos de colegios tiene que hablar de una realidad que le cuentan y que muchas veces no se corresponde con la suya. Como explica durante la entrevista, este profesor de inglés trabaja en la Comunidad Valenciana, probablemente la administración autonómica que ha presentado un plan de vuelta al colegio con más medios y posibilidades para los colegios. En el resto, cuenta Mañes, será difícil cumplir las medidas sanitarias porque no habrá suficientes profesores. Tan sencillo como eso: sin docentes no hay seguridad. Y ese resto son la mayoría de comunidades. En el verano más atípico de su vida, Mañes ha tenido dos semanas de vacaciones y nunca llegó a desconectar de sus compañeros ni dejó de hablar con otros directores.

¿Cómo ha empezado el curso?

Los compañeros en general se quejan de la precipitación, improvisación, en algunas comunidades autónomas más que en otras. También de la falta de recursos: en Andalucía no han llegado, en Murcia que hayan hecho un plan semipresencial que parece que no convence a nadie y no está bien organizado, en el País Vasco también achacan improvisación al Gobierno y en Galicia, esto ya es el culmen, han cambiado los consejeros de Educación y Sanidad, las dos consejerías más implicadas en la gestión de la pandemia. Todo esto no ayuda a una incorporación tranquila. En la Comunidad Valenciana tenemos el profesorado ya contratado en función de los grupos creados. Tenemos el plan de contingencia hecho, aunque ahora hay que hacer modificaciones como, por ejemplo, que ahora los grupos burbuja tengan que usar mascarillas todo el día. Pero ya lo teníamos hecho. No todo es una maravilla: faltan por llegar tablets, material para afrontar posibles confinamientos totales o parciales… En general, teniendo en cuenta que hay competencias autonómicas, podemos decir que ha habido precipitación y falta de seguridad, los equipos directivos no están tranquilos. Es una situación de incertidumbre muy grande, aparte de la gestión de casos. La coordinación con los centros de salud está cogida con alfileres y hoy es el día 1, no sabemos cómo puede evolucionar esto. Incertidumbre sería la palabra clave.

¿A qué cree que se debe esta precipitación? ¿No calibraron bien la situación o intentaron ahorrar dinero hasta el último momento?

La administración tiene una excusa, entre comillas. La pandemia va evolucionando y no es fácil adelantarse. Pero por eso precisamente habría que ser precavido y más cauto. Desde el 15 de agosto me están llamando las radios y periódicos con las prisas. ¿En mayo no sabíamos que el 7 de septiembre había que volver a los colegios? En algunas comunidades el trabajo estaba hecho, pero en otras hasta la Conferencia del 27 de agosto es como si no se acordaran. Mira Madrid, por ejemplo. Una dejadez inaudita, siendo un problema que afecta a tantísima gente, no solo a los alumnos. También a las familias. Porque abrir las escuelas es movilidad, entradas, salidas, gente que va y viene… todo lo contrario a lo que se preconizaba que había que hacer para contener la pandemia. No quiero dar un mensaje de intranquilidad, los equipos directivos nos lo hemos trabajado mucho, pongo la mano en el fuego por eso, pero lo hacemos con el material que nos dan. Necesitamos los medios, y aparte del tema económico y personal, es tener seguridad jurídica, tener herramientas legislativas. El legislador nos tiene que proveer de un marco en el que nos podamos mover. Si nos dicen que hay que exigir a las familias que tomen la temperatura pero no te dan herramientas para que se cumpla… Hay un poco de descoordinación en este sentido.

Supongo que habrá muchas realidades, pero ¿cree que se va a cumplir la normativa sanitaria?

Es difícil de contestar. Pero la normativa respecto a los grupos, las distancias, etc. en algunos sitios será imposible sin profesorado. Y en otros, incluso con profesorado, porque no tendrán espacio. El problema fundamental es de profesorado. Las administraciones hacen cálculos sui generis a veces. Si un centro está funcionando el año pasado con X profesores y atendía a todo el alumnado, incluida la diversidad, habrá administraciones que caerán en la tentación de mantener ese profesorado y deshacer los desdobles y refuerzos que había, eliminando este tratamiento a la diversidad y atención al alumnado, sobre todo, al alumnado con necesidades especiales. Perjudicaríamos a un sector muy amplio del alumnado. No conozco las respuestas de todas las administraciones, pero hay algunas que no están entregando los medios.

¿Cómo van los grupos burbuja?

Son grupos de 20 y algunas comunidades han flexibilizado ese número para que pueda llegar a 25, la ratio máxima. No sé cómo afecta a nivel macro que en lugar de 20 sea de 25, creo que no demasiado. La mayoría de los colegios lo han hecho. Con los no burbuja que hay que mantener metro y medio es donde más problemas hay. Las aulas deberían tener 70 u 80 metros cuadrados para meter a esos niños. En un aula de 56-57 metros cuadrados, que ya es grande, no caben 25 niños. Luego hay cosas de sentido común, como que es más importante la distancia lateral que la frontal, si están mirando todos en el mismo sentido. Pero son muchas cosas: el uso de servicios, poder utilizar las fuentes del patio, la organización de los servicios de limpieza… Ahora tienen que utilizar el mismo servicio cinco grupos distintos. Dentro de uno pueden ir a la vez, pero luego no puede entrar uno de otro grupo hasta que no lo hayas limpiado, con lo que antes del patio, después del patio y en la sesión de la tarde tienes que organizar turnos para que pueda ir un grupo, limpiar el baño, luego otro. Después está el comedor también, la cuadratura del círculo. Es uno de los servicios más demandados por la conciliación, y tenemos que organizar también los grupos…

¿Pero van a ser estancos estos grupos?

Van a funcionar en el centro. Otra cosa es la validez que tenga eso desde el momento en el que los niños salgan. Salen al parque, juegan, van a comprar con sus padres. Luego veremos, si surgen casos, cómo tratarlos… En los centros estamos súper concienciados para ser muy estrictos con este tema. Los patios, por ejemplo. Nosotros hemos tenido hoy (por ayer) una primera prueba. Hoy estábamos solo con los grupos burbuja, pero hemos sectorizado el patio y vigilado todos los profesores para que se vayan acostumbrando. En otros colegios se han hecho turnos… Eso ya depende de cada centro. Pero diría que sí se van a cumplir, al menos en las comunidades como desde la que hablo yo, en la que nos han dado medios. En Andalucía, Murcia, Aragón me transmiten sus quejas porque no son capaces de cumplir las medidas por falta de recursos.

¿Cómo se están organizando, por ejemplo, con los servicios o los profesores especialistas que normalmente van pasando de clase en clase?

La mayoría de los especialistas son también tutores. Son tutores de grupos de distancia, que quiere decir que pueden entrar en otros grupos, que eso es clave. También con la flexibilización de las medidas ahora se permite la entrada con equipo de protección por parte del profesor con mascarilla y distancia, sin interactuar físicamente con los niños. Antes no se podía. Otra opción es dar clases semivirtuales, que el profesor dé clase en el mismo centro, pero a distancia. Que no es la solución que más nos gusta, pero…

Hablamos mucho de temas sanitarios, pero los formativos están quedando un poco olvidados. ¿El asunto educativo cómo va? ¿Alguna preocupación especial?

En infantil y primaria la situación es diferente que en secundaria. Tenemos un currículum y unos contenidos, pero lo fundamental es establecer rutinas, metodologías, hábitos de trabajo y, por supuesto. también contenidos. Lo perdido en el último trimestre no nos preocupa, se recupera fácilmente reprogramando lo que se dejó de hacer. Lo más problemático es el cambio de hábitos, llevan seis meses sin pisar el colegio. Pero son esponjas y se habituan rápido. Los niños tenían ganas de volver, lo hemos comprobado. Estaban súper contentos de volver porque esta es su vida, el colegio, los profesores.

¿Cómo llevan el tema del ‘responsable COVID’ que les han obligado a asignar?

En la mayoría de los casos el responsable será el director o directora, como es mi caso. Estamos esperando formación específica, no tenemos y deberíamos tenerla. Entendemos que en este momento nuestro papel se limita a ser el vínculo entre salud y educación para detectar casos en el centro y para recibir instrucciones de los centros de salud en caso de posibles cierres. En todas nuestras conversaciones con la administración hemos dicho que el responsable COVID debería ser personal sanitario. Llevamos tiempo dándole vueltas al tema de la enfermera escolar. Excepto Madrid, el resto de comunidades no tenemos enfermera escolar, por ejemplo. Y es un papel importante, también por la promoción de la salud en el ámbito escolar. No es solo una enfermera que ponga tiritas, pero sí para preocuparse de la promoción de hábitos sanitarios. Y ahora vendría muy bien como primer elemento de rastreo de casos, etc. Pero no nos han hecho caso porque como siempre es una cuestión de dinero.

¿Ha pesado más el asunto conciliación que el formativo a la hora de decidir abrir los centros?

Sí. El problema es que tenemos confiada la conciliación casi en exclusiva a la escuela, y eso es un error. La función de la escuela no es conciliar, es otra. Es su papel educativo. Lo otro es complementario, también permite que las familias puedan hacer otra cosa. Esto es de un debate amplio y grande. Tendríamos que pensar cómo organizamos el tiempo de nuestros niños, de los adultos que trabajan, los horarios… y entre empresas, trabajadores, ministerios y comunidades autónomas articular otros mecanismos. Ahora nos vemos con el problema de que hay que solucionar rápido qué va a pasar cuando se confine una escuela. Si el niño no es portador, los padres no tienen coberturas para quedarse en casa. Ahora nos damos cuenta de todos los problemas que supone esto. Ya nos habíamos dado cuenta durante el confinamiento, de hecho. Es un tema que no tiene una solución fácil.

Hablemos del profesorado vulnerable. Parece que les están obligando a trabajar presencialmente. ¿Qué soluciones hay para ellos?

Hoy por hoy, si no tienen baja médica y solo son vulnerables, aunque estén en situación de riesgo, a no ser que tengan un informe de los servicios de atención a los profesionales, tienen que ir a trabajar. En los centros podemos hacer pequeñas adaptaciones, como no ponerles frente a un grupo burbuja sin mascarillas. No sé si la solución son los test masivos, como han hecho en Madrid, porque mira lo que ha pasado con todos los positivos, pero está claro que si una persona es de riesgo deberíamos hacer un esfuerzo por intentar adaptar sus funciones dentro del centro y minimizar en la medida de lo posible el riesgo.

Se habló de que del confinamiento saldríamos mejores. No parece que haya acabado de cumplirse aquello. ¿Tiene esperanzas pese a todo de que esto sirva para darle un empujón a la educación, por ejemplo, en relación a las ratios?

No lo sé. Esto es una situación totalmente inesperada. Va a depender mucho de cómo evoluciona el tema clínico cuando pasen dos o tres semanas desde la apertura de los centros. Entonces pasarán cosas. Lo que me temo es que cuando descubramos la vacuna no va a dejar huella. No sé si la vuelta a la normalidad es volver a ser tan torpes como éramos antes, pero no tengo esperanzas de cambios significativos. Lo de la importancia de la educación se dice con mucha facilidad, sobre todo la clase política. Pero luego se ven los resultados. En este país ha primado que se abrieran los bares y hoteles antes del tema sanitario. Y así nos ha ido.

No sé si tendrá respuesta, pero necesito que alguien me explique esto. ¿Por qué cree que las comunidades prohíben las reuniones de más de 10 personas, pero en los colegios permiten meter a 20 personas en 50 metros cuadrados?

Solo tengo una respuesta: que crean que de verdad en el colegio vamos a cumplir las medidas. Si todo el mundo cumpliera con las medidas, perfectamente podríamos reunirnos 20 o 30 personas. Si nos reunimos con distancia, mascarilla, sin tocarnos, compartir objetos, podríamos hacerlo. Y si no lo creen es una irresponsabilidad muy grande. Pero sí, comparto el argumento.

Acabamos con una pregunta un poco más personal. ¿Ha tenido vacaciones?

Me fui del cole el 4-5 de agosto. Hasta el día 14 o 15, aunque continuaba el contacto con mis compañeros, sí tuve vacaciones. A partir de ese día fue una locura. Trabajo de coordinación, en los colegios, hablando con compañeros, intercambiando ideas. Y la última semana de agosto ya estábamos de vuelta. No es una queja, este trabajo es absorbente y sabemos dónde nos metemos. Muchas otras personas tampoco han tenido y son colectivos que no han tenido repercusión. Pero no me quejo.

No le preguntaba tampoco con esa intención. Lo decía por esto de que los profesores sois unos vagos y no queréis volver a clase para quedaros en la playa.

[Se ríe] Yo intento ir a la playa cuando puedo, viene muy bien siempre.

Fuente e imagen tomadas de: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/09/08/sin-suficiente-profesorado-va-a-ser-imposible-cumplir-la-normativa-en-ciertos-sitios/

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Docentes: Constructores de Comunidades Educativas

 Juan Carlos Miranda Arroyo

 

Las y los docentes son, por definición y por vocación en la práctica, constructoras y constructores de comunidades educativas y de aprendizaje. Los son (y lo somos) como integrantes de grupos académicos colegiados y como líderes de los respectivos grupos de aprendizaje, que son parte de sus (nuestras) responsabilidades y compromisos profesionales.

Sobre esto, escribí antes lo siguiente: En relación con las políticas públicas educativas (PPE) en México, en la coyuntura actual, pienso que mientras la estrategia «Aprende en casa II» (SEP) no tenga como eje articulador la integración y ejercicio de las comunidades educativas, el proyecto gubernamental estará condenado al fracaso.

¿Qué propone la Secretaría de Educación Pública (SEP) con respecto a la construcción de comunidades educativas? Veamos algunos fragmentos de un documento oficial publicado recientemente: «…la comunidad educativa (se concibe) como un sistema abierto que se nutre de algunos elementos de un sistema más amplio -social, político, cultural, ideológico, económico- y de sus interacciones. A su vez, la comunidad estaría compuesta por un conjunto de subsistemas que se relacionan, interactúan y tienen objetivos comunes.» (1)

«Desde la perspectiva de Bronfenbrenner (1987), la familia y la escuela serían microsistemas en los que los educandos se desarrollan, mientras que la comunidad educativa sería el mesosistema en el que se interrelacionan ambos microsistemas. El conocimiento de estas interacciones resulta básico para comprender los patrones de actividad, los roles y, en general, el desarrollo de los educandos.»

«…el sistema educativo y la institución escolar son ámbitos idóneos para organizar a los agentes que se sitúan en los contextos de desarrollo de los educandos, ya que ningún otro espacio educativo posee la capacidad, el sistematismo y los recursos de los que dispone la escuela para llevar esto a efecto. Sin embargo, por otra parte, la institución escolar es un contexto cultural específico, y el hecho de construir la comunidad educativa en torno a una cultura determinada puede dificultar la organización eficaz de las interrelaciones que conduzcan a la consecución de las finalidades comunes.» (misma fuente)

La construcción de comunidades educativas hasta el momento, por parte de la SEP, es retórica, cuando ésta tendría que ser una línea esencial de las políticas públicas educativas, en los hechos, en la práctica cotidiana del «sistema». No sólo en las palabras.

La construcción de comunidades educativas, hoy, podría complementarse con dos líneas de acción centrales, que no veo en la estrategia gubernamental (SEP), es decir, no aparece explícitamente en el contenido y las acciones de las políticas públicas educativas en México (no lo veo al menos enfatizado): Poner como especial prioridad a la lectura y la escritura en la vida cotidiana de las y los estudiantes. Así como la formulación y resolución de problemas, no sólo en el campo del Pensamiento Matemático, sino también en todas las áreas o campos de conocimiento. Todo es cuestión de poner mayor atención a la enseñanza y aprendizaje de las habilidades intelectuales básicas.

Reitero: Las y los docentes no son «apóstoles» solitari@s de la educación. Por el contrario, su trabajo es, en esencia, colectivo, colegiado, de acompañamiento, de apoyo entre pares y de colaboración mutua.

Considero que los elementos básicos para construir comunidades educativas y de aprendizaje, como PPE, son: Liderazgo académico; trabajo colegiado horizontal; apoyo institucional (tiempos, movimientos y recursos); asesoría y acompañamiento técnico-pedagógico; disposición de acompañamiento por parte de las familias, y agenda educativa. También es esencial, implícita y explícitamente, un replanteamiento acerca de la formación inicial y continua de las y los docentes, así como de las y los directivos escolares, y de las y los asesores técnico-pedagógicos.

Mientras no tengamos un programa de formación robusto y ampliamente discutido, en torno a esos trayectos de preparación profesional permanente, dirigidos a esas figuras educativas concretas (y sin burocratizaciones absurdas), con un enfoque hacia la construcción de comunidades educativas y de aprendizaje, será difícil que caminemos como nación en la ruta correcta para asegurar el derecho pleno a la educación de niños, niñas, adolescentes, jóvenes y adultos.

Fuente consultada:

(1) SEP (2020). Guía del Taller Intensivo de Capacitación. “Horizontes: colaboración y autonomía para aprender mejor”. Ciclo escolar 2020-2021. Para el campo específico de “comunidad escolar”, la SEP cita a: POZO ANDRÉS, María del Mar DEL; ÁLVAREZ CASTILLO, José Luís; LUENGO NAVAS, Julián y OTERO URTZA, Eugenio. Teorías e instituciones contemporáneas de educación, Madrid, Biblioteca Nueva, 2004, pp. 125- 127. Disponible en:

http://www.ugr.es/~fjjrios/pce/media/2- EscuelaFamiliaComunidadEducativa.pdf

Y a: POSADA ESCOBAR, Jorge Jairo (2000). Notas sobre comunidad educativa. Bogotá: Universidad Pedagógica nacional. Disponible en:

http://www.bdigital.unal.edu.co/ 1513/7/06CAPI05.pdf

Fuente:  https://profelandia.com/docentes-constructores-de-comunidades-educativas/

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La educación de la madre, esencial en el desarrollo neuronal de los niños

Por: Ana Camarero

La interacción con la progenitora pesa más en el ámbito cognitivo durante los primeros años de vida y del padre destaca la clase social, aunque existe solapamiento entre los dos factores, según un estudio

Una investigación, en la que han participado la Universitat de València, la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunitat Valenciana (FISABIO), la Universitat Jaume I, del Centro de Investigación Biomédica en Red de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP) y la Red de Investigación en Servicios de Salud en Enfermedades Crónicas (REDISEC), ha estudiado la aportación que algunas características individuales de la madre y del padre, como su clase social, educación u ocupación tienen en el desarrollo cognitivo infantil. El estudio confirma que estas singularidades explican cerca del 10% de la variación del desarrollo cognitivo de los niños y niñas durante sus primeros años, siendo el nivel formativo de la madre y la clase social del padre, los factores más influyentes en ese desarrollo. Llúcia González Safont, primera autora del artículo e investigadora de CIBERESP en FISABIO y en, sostiene que en esta investigación “la madre posee un peso ligeramente mayor, en su aportación individual, en comparación con el padre, aunque ambos se solapan ampliamente. En el caso de la madre, la educación adquiere una mayor relevancia, mientras que en el padre es la clase social. Sin embargo, en ambos casos, se observa un gran solapamiento entre los elementos del gradiente socioeconómico”.

Este trabajo se enmarca en el estudio de cohortes del Proyecto INMA (Infancia y Medio Ambiente), un estudio de seguimiento materno-infantil que comenzó en España en el año 2003 y que realiza el seguimiento prospectivo de cerca de 4.000 mujeres embarazadas y sus hijos e hijas en siete áreas de España. Su objetivo principal es evaluar el efecto de los contaminantes ambientales en el desarrollo infantil. González Safont apunta que “estas exposiciones pueden estar relacionadas con las desigualdades sociales y, por ello, debemos conocer cómo afectan a los participantes. Además, con este artículo quisimos iniciar una nueva línea de investigación de desigualdades sociales y de género, que se ha completado con otros trabajos”.

Entre las conclusiones que se desprenden de este trabajo se encuentran que la educación materna pesa más en el desarrollo cognitivo durante la niñez y en el caso del padre destaca la clase social, si bien existe solapamiento entre los dos factores y que la edad y la inteligencia de la madre son factores clave para el desarrollo cognitivo. Además, que al ser la mujer la que mayoritariamente sale del mercado laboral durante los primeros años de crianza de los hijos e hijas, su educación proporciona una mayor estimulación cognitiva materna y pesa más que la del padre en el desarrollo cognitivo en esta primera etapa evolutiva. Sobre este último factor, González Safont expone que “el desarrollo cognitivo está muy relacionado con la estimulación que se proporciona al niño. En nuestro caso, las madres pasan más tiempo con sus hijos, participando más de esa estimulación, que los padres”.

La primera autora de este artículo de investigación explica que, en cuanto a los factores de edad e inteligencia de la madre en el desarrollo cognitivo de sus hijos/as, “la asociación con la edad fue más clara para las madres que para los padres. Tuvieron mayor desarrollo cognitivo los niños y las niñas niños/as cuyas madres tenían entre 25-34 años en el embarazo, en contraposición con las más jóvenes o mayores. Algo similar sucede con la inteligencia. En el caso de las madres hay una tendencia clara: aquellas que obtuvieron mayores puntuaciones en el test WAIS-III, tuvieron hijos/as con puntuaciones más altas. Esto se observó también en los padres, pero no con la misma intensidad”.

Amable Cima, profesor adjunto de la facultad de Medicina Universidad CEU San Pablo, psicólogo clínico HM Hospitales y especialista en Trastornos del Neurodesarrollo, apunta que la influencia del factor epigenético en el desarrollo cognitivo tiene un valor fundamental, pues puede influir en el potencial de desarrollo genético del menor. Este psicólogo manifiesta que “esta influencia es limitada y se encuentra mediatizada por diferentes elementos ambientales: desde la posición del menor en el conjunto de hijos de la familia hasta las expectativas educativas de los progenitores, pasando por su nivel socioeducativo y económico, y el lugar de residencia. Por tanto, los factores genéticos determinan una línea de neurodesarrollo del niño/a que, a lo largo de sus primeros años de vida, se verá acelerada, retrasada o detenida por esos otros elementos epigenéticos que, como personas adultas, podemos llegar a controlar y modificar para alcanzar un nivel u otro de desarrollo biopsicosocial del menor”.

Ana Jiménez-Perianes, profesora adjunta de la facultad de Medicina Universidad CEU San Pablo y especialista en Psicología Infanto-Juvenil, dice que, en relación a los resultados de la investigación sobre la mayor influencia que el nivel formativo de la madre y del padre tiene en el desarrollo cognitivo del niño, tiene que ver con que, “en ambos casos, la persona más formada tiene más herramientas intelectuales y emocionales para atender el desarrollo de sus hijos, detectar la presencia de dificultades tempranas en dicho proceso, dedicar recursos personales y materiales para su resolución y generar un ambiente rico en estímulos para su desarrollo”.

Aunque esta investigación no se centra específicamente en la brecha entre niños y niñas, sí invita a una reflexión social sobre qué medidas se pueden tomar para reducir las diferencias sociales y de género. En este aspecto, la investigadora del CIBERESP defiende que la reducción de la brecha pasa por “apostar por una educación pública que garantice la igualdad, ampliar los permisos de maternidad y paternidad, facilitar las reducciones y flexibilizaciones de jornada y posibilitar el retorno y reinserción de las mujeres al mercado laboral tras la etapa de la maternidad”. Un tema, el de las diferencias sociales, que para Marta Domínguez Pérez, profesora contratada y doctora, Departamento Sociología Aplicada de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid, se mantiene debido a que “la reproducción de las clases se legitima por el sistema educativo. Los niños y las niñas de clase alta con mayor nivel educativo de sus padres están más socializados/as en estos saberes que los de clase baja”. Además, continúa Domínguez Pérez, “el sistema da mejores puntuaciones a los más experimentados en estos saberes. Un/a niño/a que en su casa está acostumbrado/a a ver libros, que está más motivado/a hacia los idiomas porque sus padres los hablan, que sabe muchas cosas porque lo vive y lo habla en su casa, es muy distinto de quien en su casa no tiene ni habla de ello”. Esta socióloga asegura que “está estudiado que el sistema instruye, pero no educa. La educación proviene del medio familiar, los medios, la sociedad. En el centro educativo hay más instrucción que educación y aquella se evalúa con sistemas de medición que recompensan a aquellos que tienen más fácil acceso a ella”. “Dime dónde naces y te diré quién eres continúa funcionando en nuestra sociedad”, finaliza Domínguez Pérez.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2020/07/27/mamas_papas/1595857647_039210.html

 

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Releer a Freire en tiempos de pandemia

Por: Enrique Díez

Dedicado a la profesora María Verdeja, de la Universidad de Oviedo, que tanto nos sigue enseñando sobre Paulo Freire

Decía Paulo Freire que «cuando la educación no es liberadora, el sueño de los oprimidos es ser el opresor», porque el oprimido lleva en su seno la imagen del opresor dado que de él recibió y recibe constantemente su educación, refrenda el profesor Miguel Barrigüete de la Universidad Complutense de Madrid.

Por eso nos tenemos que preguntar si la educación actual es y está siendo liberadora. No solo tiene que ver con los ejes fundamentales que debatimos actualmente: la financiación, la inclusión, el respeto a la libertad de conciencia, la vuelta a clase segura, la nueva ley de educación, etc. Sino que tiene que ver también con el sentido y la finalidad de la misma. Pues, a veces, en medio del análisis sobre el qué, el cómo y el con qué, cruciales ciertamente, se nos olvida el para qué.

Ahora que hasta septiembre hay plazo para hacer alegaciones a la nueva ley educativa y para planificar la vuelta a la escuela el próximo curso escolar, es más pertinente que nunca debatir sobre todos esos temas. No lo dudo. Pertinente reflexionar si es suficiente destinar 1.600 millones de euros a la educación pública, cuando se deberían destinar, al menos, 12.000 millones para alcanzar el 5% del PIB (los países más avanzados de la UE destinan el 7% del PIB) y, así, revertir así los recortes que hemos sufrido en educación. De esta forma se podrían recuperar los docentes suprimidos por los recortes del RD–L 14/2012 (32.821 de enero de 2012 a julio de 2013) y reducir las horas lectivas (lo cual requeriría 35.760 docentes más en infantil y primaria y 13.101 en ESO).

Esto permitiría, al menos inicialmente, aumentar las plantillas y las instalaciones educativas públicas lo suficiente para reducir las ratios de alumnado en las aulas y facilitaría una vuelta a la escuela más segura y, sobre todo, con posibilidad de diseñar una educación realmente inclusiva y con una atención mucho más personalizada al alumnado, como asegura la ministra de Educación que se debe hacer.

Debatir si debemos seguir destinando 4.866 millones de euros anuales de las arcas públicas a la Iglesia Católica para mantener una asignatura confesional en la escuela que no respeta la libertad de conciencia de los niños y las niñas y utiliza los espacios públicos escolares para difundir su ideario religioso (contrario en muchos aspectos incluso a principios básicos de derechos humanos y a la igualdad entre hombres y mujeres) o definitivamente denunciar unos acuerdos franquistas con el Vaticano, que se mantienen por falta de voluntad política en derogarlos.

Debatir, efectivamente, como plantea la ministra de Educación, si el sistema educativo debe avanzar hacia un enfoque más competencial, y si esto significa profundizar en un modelo educativo industrial y con una orientación centrada en el mercado. Si se deben repensar los temarios hipertrofiados y enciclopédicos de la LOMCE, controlados por las grandes editoriales y pasar a “nuclearlos en temas fundamentales”, como dice la ministra, estableciendo también tiempos y medios para que el profesorado pueda prescindir de los libros de texto y crear sus propios materiales. Si la “digitalización educativa plena” y la “alfabetización múltiple” que se propone tiene que ver más con un imperativo económico, para no invertir en profesorado y adecuación de instalaciones por la pandemia del coronavirus, que con una necesidad desde un planteamiento pedagógico o de mejora de la educación. O si todas estas medidas que se anuncian contribuirán realmente a una mayor equidad educativa como se pretende. Qué duda cabe que revertir la cultura de la repetición, la extensión de la educación infantil (si es pública), la modernización de la formación profesional (si se le destinan recursos) o el desarrollo del aprendizaje personalizado (que debe contar con recursos y ratios adecuados, como asegura la propia ministra), van encaminados en ese sentido.

Pero creo que también debe ser pertinente, con el mismo nivel de intensidad y dedicación, debatir el para qué de la educación. Porque si todas las reformas que se plantean se orientan y profundizan en una línea de educación al servicio del modelo neoliberal y capitalista de sociedad que nos ha conducido a esta situación, creo que hemos equivocado el camino.

Necesitamos repensar la educación desde un enfoque descolonizador de ese imaginario dominante que insiste una y otra vez en que “no hay alternativa”. Que este es el modelo único, o el menos malo, porque no hay otros posibles. Que el capitalismo depredador, extractivista, insostenible, desigual, colonialista, patriarcal, competitivo, segregador, excluyente, etc., es lo único posible. Que su relato neoliberal individualista es el único imaginable: que debemos entender que la educación es una inversión individual para obtener rentabilidad en el mercado laboral futuro, más que un derecho; que debemos competir por seleccionar un centro educativo lo más elitista posible para relacionarnos con la “gente adecuada” y tener así más ventajas competitivas de cara a ese futuro aspiracional; que el emprendimiento educativo al estilo empresarial debe ser uno de los objetivos fundamentales de la educación; que la competencia frente a los otros y la segregación de quien no puede son algo inevitable, etc.

Necesitamos, en definitiva, repensar si el sistema educativo actual está al servicio de un proyecto de liberación y justicia social, tanto personal como colectivo, o si se orienta cada vez más hacia una educación bancaria, que diría Freire, no problematizadora, puramente instrumental y al servicio de la ideología dominante. Por eso, nos tenemos que preguntar cómo es posible que tantas personas de barrios obreros de este país (también de la UE) hayan pasado por las aulas y en pleno siglo XXI defiendan postulados e ideologías ultraderechistas, patriarcales, fascistas, xenófobas, racistas, neoliberales y capitalistas (sistema basado en el egoísmo, la ética del más fuerte y la desigualdad).

Sabemos que no es responsabilidad exclusiva del sistema educativo. Que hoy en día tienen gran influencia en la socialización de la población los medios de comunicación masiva (las redes sociales, los videojuegos, Hollywood, la MTV, etc.), pero nos tenemos que preguntar si estamos haciendo lo suficiente desde la educación. Pues la mayor parte de la población pasa por el espacio escolar durante años de su vida. Y tras ver la “revuelta de los cayetanos”, el “auge de VOX”, la desigualdad rampante (el 26,1% de la población es vulnerable y más de la mitad tiene dificultades para llegar a fin de mes), el desastre ecológico del planeta, etc., nos tenemos que preguntar ¿para qué sirve la educación?

Como dicen Nichols & Berliner (2007): “Deberíamos ser el número uno en el mundo en porcentaje de jóvenes que están política y socialmente implicados. Mucho más importante que nuestras puntuaciones en matemáticas y nuestras puntuaciones en ciencia es la implicación de la generación siguiente en el mantenimiento de una democracia real y en la construcción de una sociedad más justa para los que más la necesitan: los jóvenes, los enfermos, los ancianos, los parados, los desposeídos, los analfabetos, los hambrientos y los desamparados. Se deberían identificar los centros que no pueden producir ciudadanía políticamente activa y socialmente útil y divulgar sus tasas de fracaso en los periódicos”.

Y en esto no olvidemos que no podremos contar con la “buena voluntad” de quienes están disfrutando de los privilegios del sistema, pues como nos recuerda Freire: «Los opresores de ayer no se reconocen en el proceso de liberación. Por el contrario, se sentirán como si realmente estuviesen siendo oprimidos». No tenemos más que recordar las bochornosas imágenes de la “revuelta de los cayetanos”, cacerola en mano, pidiendo libertad en un régimen que denunciaban como dictatorial, asegurando que les tenía secuestrados, o de quienes evaden cientos de millones en paraísos fiscales mientras hacen “donativos” que lavan su imagen.

Paulo Freire decía que “la educación es siempre un quehacer político, en tanto quehacer humanista y liberador en lucha por la emancipación”. Durante la pandemia lo hemos comprobado: sin ayuda mutua, sin cooperación, sin solidaridad y justicia social estamos abocados a la extinción como especie y como planeta. No lo olvidemos.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/07/14/releer-a-freire-en-tiempos-de-pandemia/

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China ordena a la policía que actúe ante las protestas étnicas

El rechazo de padres y alumnos a la reducción de horas lectivas en mogol crea fuertes tensiones en un país poco acostumbrado a los desafíos al sistema

El rechazo de padres y alumnos a la reducción de horas lectivas en mogol crea fuertes tensiones en un país poco acostumbrado a los desafíos al sistema

Aunque los chinos se manifiestan mucho más de lo que se cree en Occidente, lo cierto es que las protestas suelen estar provocadas por disputas laborales, económicas o medioambientales. Rara vez tienen un tinte político que suponga una afrenta para el sistema autoritario que rige el gigante asiático. Por eso merecen especial atención los altercados que se han registrado en la provincia de Mongolia Interior, donde algunos alumnos de etnia mongola y sus padres se oponen a la nueva política lingüística decretada por el Gobierno chino para el inicio del curso en esta región autónoma.

Según las nuevas directrices, tres asignaturas que antes se impartían en el idioma mongol pasarán a hacerlo en chino mandarín. Concretamente, la medida afecta de momento a Lengua y Literatura, a la que se sumarán en los próximos dos años Historia y Política y Derecho. Poco a poco, el mongol quedará relegado a una hora de docencia al día, algo que algunos ciudadanos de esa etnia –que supone solo el 17% de toda la población de la provincia– consideran insuficiente.

Según afirmó a Bloomberg el director del Centro de Información sobre los Derechos Humanos en la Mongolia Meridional, Enghebatu Togochog, la mayoría de padres y alumnos ha puesto en marcha un boicot a las clases y se han producido manifestaciones y enfrentamientos cuya envergadura va en aumento. «Nuestro tipo de vida ha sido eliminado ya. Solo nos queda el idioma, y por eso protestamos contra la nueva política», declaró este activista residente en Nueva York.

Diferentes vídeos grabados en la localidad de Tongliao recogen las manifestaciones de grupos de estudiantes en uniforme gritando consignas a favor de la docencia en mongol. Otro clip muestra a funcionarios del Gobierno pidiendo a los ciudadanos, casa por casa, que no participen en las protestas. Y también se ven algunas peleas con agentes de Policía, a quienes Pekín ha exigido que garanticen la estabilidad. De hecho, ya ha habido alguna detención.

«Proteger la ideología»

No son actos multitudinarios, pero sí resultan preocupantes para el régimen. Un académico de la Academia de Ciencias Sociales de China, Xi Wuyi, ha sostenido en Weibo, el Twitter chino, que el cambio en el sistema educativo de Mongolia Interior está en consonancia con las directrices del presidente Xi Jinping para «proteger la ideología» del Partido Comunista.

En un intento de calmar los ánimos, las autoridades educativas de la provincia han asegurado en un comunicado que el sistema bilingüe se mantendrá y que los cambios solo afectarán a las tres asignaturas mencionadas. Pero muchos temen que sea solo el principio de lo que consideran una estrategia de asimilación cultural como la que se ha vivido en Tíbet y Xinjiang, donde los idiomas nativos han quedado reducidos en las aulas a su mínima expresión. «Dicen que es para asegurarse de que nuestros hijos aprendan mandarín, pero no sé por qué no iban a hacerlo si todo está en ese idioma. Somos una minoría y, como tal, nos integramos con el resto a través de la lengua hegemónica, de la que es imposible escapar. Lo que quieren es borrar la nuestra», critica una madre que defiende el boicot.

Otros, sin embargo, consideran que la educación en chino mandarín –el estándar en un país con multitud de dialectos– ayuda a las minorías étnicas a integrarse en la sociedad y les otorga más oportunidades. El Gobierno siempre hace hincapié en que respeta las particularidades culturales de los diferentes grupos étnicos –curiosamente, en China se preserva el alfabeto mongol que en Mongolia se sustituyó por el cirílico–, pero también en la necesidad de que se formen en el idioma nacional para facilitar su movilidad, acceder a diferentes puestos de trabajo y reforzar la identidad nacional.

Fuente: https://www.elcorreo.com/internacional/asia/china-ordena-policia-20200903194610-ntrc.html
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