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Darío Villanueva: “Hay que aprovechar el potencial de la literatura para seducir”

26 de julio de 2017 / Fuente: http://blog.tiching.com

Darío Villanueva

Hace ya algunos años Carlos García Gual nos alertaba sobre el creciente descrédito de las humanidades y la literatura en la sociedad actual. De hecho, los programas educativos actuales han reducido considerablemente el número de horas dedicadas a la lectura y estudio de la literatura. ¿Cree que existe un desapego real por la cultura literaria? 

Sí, lo atribuyo a una visión muy reductora de la formación de las personas. Existe un orden de valores trastocados donde se le concede importancia absoluta a lo que, visto desde otro punto de vista, resulta secundario. Se da mucha importancia a la pragmaticidad, a la supuesta eficacia, también se utiliza el término empleabilidad. Se considera que es más importante enseñar destrezas puntuales y prácticas que contribuir a la configuración de la personalidad, que es lo fundamental en las primeras etapas de la formación de las personas. En este sentido, lo que no se aprende durante la infancia es imposible aprenderlo más tarde porque la persona va madurando mientras está siendo educada y cuando llega a cierta edad se desliga del proceso educativo. Pero las destrezas concretas y puntuales siempre se pueden aprender. De hecho, la propia configuración de la sociedad, cada vez más, nos va a exigir una formación continua. Yo creo que es una falta de perspectiva respecto a lo que es sustantivo en esa etapa primera de formación básica, donde hay que configurar en plenitud la personalidad de los jóvenes.

¿Qué valores y qué destrezas puede aportar la literatura a la formación de los estudiantes?
En primer lugar, tiene una función fundamental que es enseñar de manera grata la lengua. La primera destreza que la gente adquiere al leer es la destreza expresiva: conoce su idioma, su vocabulario, se familiariza con las estructuras gramaticales y aprende ortografía. No hay mejor manera de aprender ortografía que leyendo. Aparte de esto, la literatura enseña la condición humana y proporciona un gran número de informaciones complementarias de tipo histórico, artístico, económico, científico. Está llena de contenido y de sabiduría. Yo distinguiría tres utilidades máximas: el conocimiento del idioma, el enriquecimiento de los contenidos de los que ya hemos hablado, y por último la condición del sentido estético. La literatura emociona a través de la belleza y a través de la palabra, y esa vinculación entre emoción, belleza y palabra es uno de los réditos mayores que podemos obtener de la literatura.

¿Qué consecuencias cree que puede traer consigo este desdén por los estudios humanísticos?
Lo que ya hace años algunos sociólogos como Marcuse llamaban el “hombre unidimensional”, es decir, seres humanos enormemente limitados con unas perspectivas muy chatas, muy reducidas. Llegaríamos a un despilfarro del enorme potencial de desarrollo que la condición humana nos proporciona y que la formación humanística nos ayuda a desarrollar en plenitud. Esto tiene unas consecuencias muy malas porque la propia vida social, la propia democracia, necesita de ciudadanos excelentes, formados al máximo. La atención a las humanidades tiende a crear individuos y ciudadanos mejores.

A pesar de ello, a todos nos gustan las buenas historias y sobre todo a los niños y niñas. ¿Qué cree que se puede hacer desde las aulas para que el alumnado aprecie los buenos libros y goce con su lectura?
Precisamente esto. Los profesores tenemos que conseguir que brote la chispa del disfrute estético en nuestros alumnos. Hay que tener mucho cuidado en no presentar la literatura como una disciplina árida o con unas exigencias utilitarias. Tenemos que aprovechar el potencial que tiene la literatura de seducir, de emocionar, de producir un efecto de percepción de belleza en los estudiantes. Tenemos que evitar que nuestra manera de enseñarla introduzca una barrera entre el estudiante y la propia literatura. El profesor debe ser muy transparente y dejar que sea la propia literatura la que actúe e interaccione con el estudiante. Hay determinadas estrategias que pueden ayudar mucho a esto.

¿Qué tipo de estrategias?
Sobre todo una buena selección de los textos, una buena interpretación de cuáles son los horizontes de expectativas de los alumnos que pueden cambiar de un año al otro, de una promoción a otra promoción. Tener las antenas muy desplegadas para empatizar con el alumno. Con el conocimiento que los profesores tenemos, debemos saber proyectar sobre nuestros alumnos aquella literatura que en ese momento a ellos les pueda enganchar. No se trata de enseñarles la literatura que ellos prefieran, sino crear una confianza con ellos para introducir toda la literatura que nosotros creemos que deben conocer.

¿Y las familias, cómo pueden transmitir a los más pequeños el gusto por la lectura?
Que sean ellos mismos los favorecedores de la lectura. Esto pasa por la aproximación al libro, en cualquiera de los soportes. Yo creo que el libro impreso va a continuar teniendo vigencia, pero si hoy en día los nativos digitales empiezan a leer a través de dispositivos electrónicos, no desdeñar tampoco que la primera lectura literaria llegue desde allí. De todos modos, la propia pujanza del sector editorial demuestra que sigue muy vigente la aproximación al libro. Los libros que hoy se editan están concebidos en función de las expectativas de los más jóvenes, son muy seductores. Pueden ser una obra de arte, una máquina muy perfecta. Los padres lo que tenemos que hacer es que nuestros hijos sepan que la lectura forma parte de nuestra vida.

Este año se celebra el cuarto centenario de la publicación de la segunda parte de el Quijote. ¿Qué hace de esta obra un libro tan universal?
Es la obra más universal de nuestra literatura, y casi podría decir que es la más universal de todas las literaturas. El Quijote es fundamentalmente y, al mismo tiempo, un libro regocijante, melancólico y sabio. Está lleno de sabiduría culta y popular. Don Quijote y Sancho son dos arquetipos que aportan las dos dimensiones cultas: la de los libros y la de la vida. Como se pasan todo el tiempo hablando, porque el Quijote es un libro de diálogos, resulta muy seductor para los lectores porque se acaban por sentir inmersos en una conversación en la que se habla de muchas cosas que siguen teniendo plena vigencia hoy. No defrauda nunca. Hay mucha gente que hace con el Quijote como con la Biblia: abrirlo por una página al azar y empezar a leer. Y lo que está leyendo le resulta de utilidad. Es un libro gracioso e irónico, pero tiene una profundidad humana muy grande. Es un libro melancólico porque todos nos sentimos identificados con lo que querríamos ser y lo que la vida nos permite. El choque entre el modo en que nos gustaría ver las cosas y cómo las cosas son definitivamente.

¿Es esa la razón por la que este libro continúa apelando al lector tal y como lo hacía hace 400 años?
Sin duda alguna, esa es una prueba incontestable. Los clásicos son los libros que le siguen diciendo cosas a los lectores que pertenecen a una sociedad distinta a aquella en la que el libro fue escrito. Lectores que ya no tienen contacto posible con quien fue el autor. En el caso del Quijote, incluso apela a lectores que no pertenecen a la lengua en la que fue escrita y tampoco a la sociedad ni al país. El Quijote es una obra profundamente española, pero al mismo tiempo aporta unos valores de universalidad.

¿Usted cree que se lee suficientemente el Quijote en nuestros centros educativos?
No puedo emitir una respuesta al respecto porque no dispongo de datos exactos. Lo que sí podemos decir es que el sistema no ofrece garantías de que el Quijote sea una lectura, no digo obligatoria, pero sí obligada dentro de los planes de estudios. Hace 100 años, cuando se conmemoraron los 300 años de la publicación de las dos partes del Quijote, hubo varios decretos del Gobierno para establecer la lectura obligatoria en todas las escuelas. Entonces hubo polémica porque algunos escritores decían que estaba muy bien, por ejemplo Miguel de Unamuno, pero también hubo quien se postuló en contra, como Ortega y Gasset. Su argumento era que consideraba que el Quijote era una obra desmitificadora y que a los niños hay que ofrecerles mitos, cosas en las que crean.

Algunos docentes creen que la extensión de la obra o el lenguaje cervantino son obstáculos a la hora de leer y estudiar el Quijote en las aulas. ¿Recomienda usted aproximarse a él a través de adaptaciones?
Sí, sin duda alguna. El Quijote es un libro para leerlo más de una vez y a mí me parece que la primera vez, para engancharse, la mejor manera de hacerlo es a través de las magníficas adaptaciones que existen ya desde el siglo XIX.

¿Qué características debe tener una buena adaptación?
Fundamentalmente que, con mucho respeto a la lengua de Cervantes que aún es un lenguaje muy similar al nuestro, evite aquellos párrafos y aquellos términos donde hay una distancia mayor. Que las palabras no se conviertan en una barrera para su compresión. También es muy interesante aligerar los meandros y recovecos que el Quijote tiene sobre todo al principio, y que distraen el argumento principal y pueden resultar disuasorios. La intercalación de historias ajenas a la línea principal es algo que también puede aligerarse en las ediciones adaptadas.

¿Qué papel atribuye usted a los clásicos en la educación?
Para mí es un papel fundamental. La literatura es un repertorio de obras eminentes que han conseguido superar las barreras del tiempo y el espacio. De modo que, aunque yo soy decidido partidario de leer la lectura actual y creo que se debe fomentar que los jóvenes se conviertan en lectores de la literatura de su momento, sin embargo, los clásicos han dicho cosas que no se han mejorado después de ellos y que nos hablan a nosotros de nuestra realidad. Esa es la condición de un clásico. Es como si hubieran conseguido acuñar de manera perfecta los sentimientos, las pasiones, las circunstancias.

¿Las nuevas tecnologías están cambiando los hábitos de lectura de los estudiantes?
Sí, en general, toda nueva tecnología cambia nuestros hábitos. McLuhan decía que las nuevas tecnologías actúan como extensiones de nuestros sentidos. Modifican nuestra relación con el entorno, pero no hay que ser catastrofistas. No hay que pensar nunca que los cambios van a destruir la condición humana, que es muy fuerte y muy poderosa. Son cambios que no son modificaciones irreversibles. Igual que la radio no terminó con la conversación, la televisión y el cine no terminaron con el teatro, hoy en día el libro electrónico no está terminando con el libro de papel.

Las editoriales se esfuerzan cada vez más en conseguir formatos que resulten atractivos para un público saturado de estímulos a su alrededor. ¿Qué cree que debe hacerse para que la edición impresa siga resultando atractiva para esta generación?
A mí me parece que las ediciones pensadas para un público juvenil son muy atractivas, y que los diseñadores son unos auténticos artistas, no solo porque se expresen artísticamente, sino porque saben encontrar el punto del receptor: saben colocarse en la perspectiva estética de este. No es un tema que me preocupe en absoluto. Creo que la industria editorial va por muy buen camino y el libro de papel, sin dar el paso a la interactividad que posibilita el mundo digital, goza de muchísimos elementos y factores de extraordinaria atracción para el lector.
Yo sigo muy atentamente la producción de literatura juvenil  e infantil y verdaderamente me quito el sombrero ante lo que editores y diseñadores están haciendo.

Además de la interactividad que ofrecen los formatos digitales, ¿Qué más ventajas cree que tienen este tipo de libros?
Tienen la ventaja de la hipertextualidad, que se refiere a la relación del texto con otros textos. También la neutralización entre lo oral y lo escrito, y también la contraposición de los signos simbólicos, que son las palabras, y los signos icónicos, que son las imágenes. El libro electrónico incluye voz, sonido, imagen, movimiento, y también permite que el actor interaccione con él. Es como un gran complejo de comunicación. El libro tradicional también es interactivo porque el acto de leer también es un acto de interacción. Al leer, debemos cooperar con el libro, inquiriendo sobre aquello que le falta al libro y poniéndolo nosotros con nuestra imaginación. Por esto la lectura es una actividad extraordinariamente activa.

Y por contra… ¿algún inconveniente?
Puede ocurrir que la capacidad de seducción que tienen acabe favoreciendo más la superficialidad que la profundidad del concepto. Que la carcasa sea tan seductora que no permita ir al fondo de la cosa.

Fuente entrevista: http://blog.tiching.com/dario-villanueva-hay-que-aprovechar-el-potencial-de-la-literatura-para-seducir/

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«Los cambios sociales no son producto solo del entusiasmo sino, sobre todo, de convicciones arraigadas»

Por: Frei Betto.

«Cuando se corre detrás del dinero y el aumento del patrimonio personal, se cede a la corrupción»

(Frei Betto).- Hay quien se mueve, se activa y se moviliza en función de causas políticas. En los últimos tiempos, los estudiantes ocuparon escuelas y, ahora, los manifestantes gritan en las calles ¡FUERA TEMER!

El entusiasmo es bueno en la actividad política, pero no forma militantes. Pasado el apasionamiento, las aguas vuelven a coger su nivel. Lo que forma militantes revolucionarios para toda la vida es la articulación entre práctica y teoría.

La práctica se da en movimientos sociales, sindicatos, partidos o instancias pastorales como las comunidades eclesiales de base. La formación teórica exige herramientas adecuadas para comprender la realidad y saber cómo transformarla.

Durante los años de la dictadura se trabajó fuerte en esas dos caras de la moneda: la práctica y la teoría. Se multiplicaron en el país los movimientos sociales y proliferaron por todo Brasil equipos de educación popular que se encargaban de la parte teórica. El movimiento sindical y el PT llegaron a dirigir, en Cajamar (SP), una escuela-albergue a la que afluían militantes de todos los estados. Hoy, el MST mantiene en Guararema (SP) la Escuela Florestan Fernandes para perfeccionar la formación de sus militantes.

Me pregunto qué ha sido de los jóvenes que ocuparon las escuelas a inicios de año. ¿Terminado el movimiento se acabó el entusiasmo? ¿Quién les ofreció herramientas teóricas para que comprendieran que la lucha de un sector de la sociedad es la lucha de un pueblo, y que el antagonismo entre la libertad y la opresión es la búsqueda de una sociedad en la que el capital deje de prevalecer sobre los derechos humanos?

Las herramientas teóricas están disponibles y son de fácil acceso: las obras clásicas del marxismo, los libros de Paulo Freire, la historia de las revoluciones sociales, la historia de América Latina y Brasil.

Los cambios sociales no son producto solo del entusiasmo, sino, sobre todo, de convicciones arraigadas, capaces de tornar inmunes a los y las militantes a las tres tentaciones principales que aparecen en la lucha política: el poder, el dinero y el sexo.

Cuando la lucha se centra en alcanzar el poder y/o mantenerse en él, se troca un proyecto de nación por una feria de cargos y salarios. Cuando se corre detrás del dinero y el aumento del patrimonio personal, se cede a la corrupción. Cuando se cae en la promiscuidad, hiriendo los sentimientos de compañeras y compañeros, se mina la base ética de la construcción de hombres y mujeres nuevos.

En la historia de Brasil hay suficientes ejemplos de militantes que se destacaron por sus firmes convicciones ideológicas y prácticas revolucionarias: Tiradentes, Prestes, Olga Benario, Mauricio Grabois, Mariguella, Apolonio de Carvalho, Fray Tito, Chico Mendes, Margarida Alves, la hermana Dorothy Stang, el padre Josimo, etc.

Basta estudiar sus historias para saber cómo se formaron y fueron capaces de enfrentar todo tipo de adversidades para mantenerse fieles a la causa de la liberación de nuestro pueblo.

Fuente del Artículo:

http://www.periodistadigital.com/religion/opinion/2017/07/19/frei-betto-los-cambios-sociales-no-son-producto-solo-del-entusiasmo-sino-sobre-todo-de-convicciones-arraigadas-religion-iglesia-brasil.shtml

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Película: ‘Inociencia interrumpida’

Resña_ Cuando la joven Susanna Kaysen (Winona Ryder) acudió a un psiquiatra después de tomarse un bote de aspirinas para curar un simple dolor de cabeza, no pensó que lo que iba a suceder marcaría su vida por completo.En 1967, esta joven, desilusionada por la vida, fue ingresada en el hospital psiquiátrico Claymoore con el diagnóstico de Desorden límite de personalidad. En Claymore, donde encerraban a jóvenes diferentes y con trastornos psíquicos, Susanna conoce a un grupo de chicas que se convierten en sus mejores amigas y, lo que es mejor, que le enseñan a encontrar un lugar en el mundo.Durante dos años, Susanna comparte su vida con Lisa (Angelina Jolie), a quien le gusta transgredir las normas, Daisy (Britanny Murphy) y Polly (Elisabeth Moss). Todas ellas tienen problemas con las convenciones de la sociedad de los sesenta, que no las acepta, pero ellas se comprenden y ayudan.Ayudada por la enfermera Valerie (Whoppi Goldberg) y por sus amigas, Susanna podrá, por fin, encontrarse a sí misma.

https://youtu.be/iictRMHBViY

Link de descarga: https://www.youtube.com/watch?v=iictRMHBViY

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Maestros: recurso estratégico de la sociedad

Por: Siglo,21

Los docentes son figuras señeras de la sociedad, sobre los que recae la responsabilidad de jugar un papel estratégico en la construcción de un mejor futuro para la nación. Socialmente les ningunean su nivel profesional, que se traduce en bajos salarios y reconocimiento social. Esto perjudica la autoestima de quienes forman a los ciudadanos del país.

El libro La educación encierra un tesoro, de la Unesco, señala las cualidades ideales de un docente tipificadas como de autoridad, empatía, paciencia y humildad. Indica que se debe dar un nivel de competencia, profesionalismo y dedicación, lo cual se traduce en el hecho de que los maestros asumen responsablemente su papel frente al complejo mundo del conocimiento que deben ser transmitidos a sus alumnos. Además, se debe tomar en cuenta los cuatro pilares sobre los que se fundamenta el papel de los educadores: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos con la naturaleza y aprender a ser.

Bajo este contexto se abren amplias avenidas para formar a los docentes, entendiendo en el marco de la democracia, una educación pluridimensional que se inscriba en el principio de la interculturalidad, a fin de articular la globalización y la identidad.

Pacheco nos advierte que ningún factor determina de manera más radical la vida educativa y la calidad de la escuela del maestro. El buen profesor suple todas las otras deficiencias. No importa la calidad de los textos; que desconozca el programa oficial o que se carezca de un edificio adecuado, si hay un gran maestro al frente del aula. Así, el mentor debe ser excepcional, porque tiene el fecundo destino de convertirse en modelo que los estudiantes tienden a seguir.

Significa, hoy más que nunca, que debemos formar al maestro del futuro, porque sin él no podrá sobrevivir nuestro país en un estilo razonado de vida. ¿Cómo vamos a formar a ese maestro? Centralmente diríamos que dotando a los educadores de una formación más flexible, apta para la readaptación y concibiéndolo como una tarea continua. Los docentes necesitan estar al día en todo aquello que les atañe directamente y también en aquellas otras disciplinas que, aunque tangenciales a su propia especialidad, le son necesarias para profundizar más en sus conocimientos y poder así dar cumplida respuesta a las necesidades de sus alumnos.

Los docentes de las escuelas del futuro deberán superar en mucho lo de hoy. Implica un dominio de la innovación tecnológica para encarar nuevas formas de aprendizaje; una actitud flexible y disposición para el estudio continuo. Deberán saber acerca del rumbo de las cosas en el mundo, pero además, carecerán de complejos de inferioridad. Poseerán personalidad, seguridad en sí mismos y conciencia de su trabajo profesional.

El maestro, dice el escritor Carlos Fuentes, está tratando con futuros ciudadanos y el país necesita no solo mayor número de buenos profesionistas, sino de personas dotadas de integridad, en un país carcomido por la intolerancia, corrupción y desenfreno individual. La lección del educador es más importante, porque es más difícil. No deben derrotarlo ni el cinismo ni la indiferencia.

Los docentes de las escuelas del futuro deberán superar en mucho lo de hoy. Implica un dominio de la innovación tecnológica para encarar nuevas formas de aprendizaje; una actitud flexible y disposición para el estudio continuo.

Fuente: http://s21.gt/2016/06/25/maestros-recurso-estrategico-la-sociedad/

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La lectura y la formación de ciudadanos para la paz II

21 de junio de 2017 / Fuente: https://compartirpalabramaestra.org

Por: Nancy Palacios Mena

La consolidación de la paz solo será posible en una sociedad mucho más democrática que la que tenemos.

La consolidación de la paz solo será posible en una sociedad mucho más democrática que la que tenemos, y esa sociedad solo será posible en la medida en que logremos avanzar en la formación política de los ciudadanos. Sin embargo, esta meta parece estar lejos. Todo indica que no es una tarea fácil y posible de alcanzar en un tiempo corto.

Una investigación de Didier Álvarez (2005), sobre lectura y formación de ciudadanía realizada en Medellín, le permitió establecer, entre otras conclusiones, que sólo algunos estudios de historia de la pedagogía se han acercado a la reflexión política de la lectura pero, en general, puede decirse que ha habido poco interés en explorar la lectura desde los intereses de la ciencia y la filosofía política o, viceversa, en nutrir a la reflexión política con estudios socioculturales y bibliotecológicos sobre la lectura, en temas tan actuales y críticos como, por ejemplo, el de la relaciones entre formación de opinión pública, lectura, consumo de información y comunidades lectoras; o las relaciones de la lectura con la formación de ciudadanía y participación política, entre otros.

Pero todavía más, en la sociedad latinoamericana, a la lectura se le ha representado, normalmente, como una práctica reducida a la lectura de textos escritos, lejana de lo oral y aun mucho más distante de lo audiovisual y lo multimedial. (Lea: Lectura, democracia y ciudadanía)

Álvarez (2010) denomina este fenómeno centramiento es colar de la lectura, es decir la reducción de la lectura a una actividad que se limita exclusivamente a la escuela y a los procesos de formación no formales y formales es causa de que con demasiada frecuencia se le vea como un instrumento, y que casi nunca se pregunte en qué consiste como hecho sociocultural y cuál, entonces, es su importancia en la conformación y desintegración del vínculo político.

Para Álvarez, con todo y su riqueza explicativa, la perspectiva sicolingüística de la lectura y la escritura debe ser complementada con un enfoque sociocultural. Para ello, debe haber una renovación de los estudios sobre la lectura, de forma que pase a ser comprendida como una práctica de orden sociocultural y política, y no como una acción restringida al uso de habilidades y competencias sicolingüísticas.

Según Álvarez (2005) la apertura a una visión sociocultural de la lectura con lleva necesariamente a hacer énfasis especial en interrogantes como ¿Por qué se lee? ¿Para qué se lee? ¿Qué se lee? como preguntas centrales de comprensión de la práctica lectora. Debemos entender la lectura no como una actividad escolar que reviste aburrimiento y que incluso algunas veces se utiliza como un castigo, sino que debemos entender la lectura “como una práctica de orden sociocultural y política que habilita a las personas para interactuar con un texto (en cualquiera de sus modalidades o conformaciones: oral, escrito, audiovisual o multimedial) y producir significado, dentro de un contexto sociocultural, político e histórico preciso”.

De tal manera, leer se asume como el proceso cognitivo, semiológico, cultural, social e histórico de carácter complejo e interactivo entre el mensaje expuesto en el texto (que no sólo es el escrito) y el conocimiento, las expectativas y los propósitos del lector, dentro de contextos sociales, culturales, políticos e históricos determinados

En esta misma línea de argumentación Álvarez (2005) resalta que la lectura se perfila como una práctica que requiere del esfuerzo intencionado de las personas por construir sentido sobre el mundo y sobre ellas mismas como sujetos presentes en el mundo, en la perspectiva de su propia comprensión y emancipación de factores alienantes y auto alienantes. En consecuencia con lo anterior y como planteé en el fragmento que antecede éste; leer debe convertirse en una práctica   permanente, un hábito cultivado y multiplicado por toda la ciudadanía desde sus necesidades e intereses.

Adherimos a la conclusión de Álvarez según la cual la lectura es un acto de construcción de sentido en que se interactúa con el pensamiento de otro y un contexto, “leer el mundo” es un acto comúnmente representado como accesible para todos, pero que requiere una cierta “alfabetización” desde, principalmente, la lectura de la palabra, es decir, desde los acumulados históricos registrados; desde la valoración de la tradición oral vuelta memoria colectiva, desde el reconocimiento de la imagen vuelta signo que comunica y señala ideales y realidades

Referencias

Álvarez, Didier. (2005) Lectura y formación ciudadana. Un estudio aplicado a la Escuela Juvenil. Medellín.  Colombia. Revista Interamericana de Bibliotecología. Volumen. 28, Número. 1. p. 147-167.

Fuente artículo: https://compartirpalabramaestra.org/columnas/la-lectura-y-la-formacion-de-ciudadanos-para-la-paz-ii

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Bolivia: Morales afirma que la educación es la mejor inversión

Bolivia / 07 de junio de 2017 / Fuente: http://www.entornointeligente.com

El presidente Evo Morales aseguró el martes que la educación es la mejor inversión porque garantiza la liberación.

«La enseñanza es una de las tareas más nobles de la sociedad. La educación es nuestra mejor inversión porque garantiza nuestra liberación», escribió en su cuenta de Twitter: @evoespueblo.

Morales, quien se encuentra en Nueva York, Estados Unidos, donde esta jornada dirigirá la sesión del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU), aseguró que los «buenos maestros» son como los segundos padres porque inculcan valores.

«Mis profesores me enseñaron la importancia del amor a la familia, a la patria y los valores. Los buenos maestros son como segundos padres», publicó en otro tuit.

El jefe de Estado recibió las primeras enseñanzas en aulas de Orinoca, departamento de Oruro, donde también nació.

En otro mensaje en la red social, expresó su reconocimiento a los maestros por su labor.

«Con mucho empeño paciencia, esfuerzo y compromiso educan a nuestr@s hij@s. Nuestro reconocimiento por su labor. Felicidades», publicó.

Fuente noticia: http://www.entornointeligente.com/articulo/10077155/BOLIVIA-Morales-afirma-que-la-educacion-es-la-mejor-inversion

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Diversidad y convivencia

Por: Ángeles Solanes

Vivimos en sociedades cada día más diversas, conformadas por personas que se identifican con unos grupos y unas formas de vivir, sentir y actuar que se diferencian, cuando no se oponen, a las de otros. Esta diversidad podría ser motor de desarrollo y crecimiento personal y colectivo, pero mal gestionada nos conduce a escenarios de enfrentamiento, garantía desigual de derechos y retroceso civilizatorio. Incluso, en el peor de los casos, incentiva un odio extremo que acaba teniendo consecuencias devastadoras.

La multiculturalidad exige convivir en la diferencia y requiere un urgente compromiso social y político con la causa de la humanidad compartida y de los derechos humanos. Solo así puede contrarrestarse el vigor que están tomando los discursos encaminados a instaurar un régimen de terror que justifique la violación de los derechos. Como alertaba Zygmunt Bauman, es preciso detener ese proceso de «adiaforización» que opera especialmente contra los inmigrantes y refugiados, y por el cual eximimos de cualquier evaluación moral a las manifestaciones de racismo, xenofobia y discriminación que se dirigen contra los otros.

El análisis de la diversidad latente en el espacio público y en la cotidianidad de Europa, lejos de ser una cuestión de potencial conflicto, debe enfocarse como un desafío no resuelto. Un reto inaplazable que conlleva el debate sobre cuestiones fundamentales como el acceso equitativo al espacio público, la distribución del poder y de los recursos y las políticas liberales en diferentes ámbitos como el laboral, el educativo y el sanitario. El reconocimiento de la diversidad requiere garantías jurídicas para el desarrollo de un ámbito de autonomía y libertad personal, con especial atención a las cuestiones que atañen a la igualdad efectiva por razón de género.

La máxima de un modelo progresivo de convivencia intercultural en sociedades abiertas y plurales exige no reducir el soporte normativo al monopolio coercitivo como única precondición posible, sino más bien apostar por transformaciones sustantivas del derecho para acomodar lo diverso a los estándares internacionales de protección exigibles. Para que dicho modelo sea posible, hay que ser conscientes de la necesidad de una acción conjunta que entienda la diversidad como un valor positivo para hacer frente común a la denominada por Ulrich Beck como «sociedad del riesgo», que menosprecia al ser humano.

Para abordar éstas y otras cuestiones que contribuyan a una gestión de la diversidad, potencien la convivencia pacífica y garanticen los derechos humanos, con la colaboración del Instituto de Derechos Humanos de la Universitat de València, un grupo de expertos procedentes de Canadá, Perú, Reino Unido, Francia, Italia, Grecia y España, nos reunimos hoy y mañana en la Facultat de Dret, en el III Congreso Internacional Multihuri sobre derechos humanos, diversidad y convivencia (I+D+i DER2015-65840-R, Mineco/Feder). Ésta es una oportunidad de reflexionar, desde el convencimiento, como propone Axel Honneth, de que la ciudadanía debe tomar consciencia de su capacidad para mejorar la sociedad junto a una teoría crítica que tiene ahora la obligación moral del optimismo.

Fuente: http://www.levante-emv.com/opinion/2017/06/01/diversidad-convivencia/1574418.html

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