Page 6 of 25
1 4 5 6 7 8 25

Educar, ¿para qué?

Por: Julio Leonardo Valeirón Ureña

La “educación encierra un tesoro”, tesoros que tienen nombres y edades, que vienen con diversas historias como realidades en la cual viven, pero que deben ser conocidos en el contexto de hoy, pero, sobre todo, respetados y “amorosamente explotados”.

Desde los años ochenta y con la irrupción de las tecnologías, hemos sido testigos directos de grandes cambios en la vida cotidiana por sus diversas aplicaciones. Desde el momento mismo que tuve la posibilidad de sentarme frente a un “desktop” y luego una “laptop”, he podido apreciar esos cambios en nuestra vida cotidiana y en el trabajo. El acceso y manejo de la información, los análisis de grandes bases de datos, la edición de textos, el uso de hojas de cálculos, etc., eran cuestiones impensables en los años en que hice mis estudios universitarios.

De ahí en adelante, he visto como muchos ámbitos de la vida han ido cambiando al aplicar la tecnología en su desarrollo y procesos. Los vehículos de hoy se han convertido en otra cosa, además de ser un medio de transporte. No me imagino que nos deparará el futuro en esos menesteres. Hay quienes disponen de recursos tecnológicos con los cuales “controlan” diversos dispositivos en sus hogares. Las alexas y otras tantas tecnologías parecidas, proporcionan algunas facilidades dentro del hogar y el trabajo. En el ámbito de las ciencias médicas, su uso ha transformado no solo los procesos de diagnósticos, sino incluso el de la intervención. El ejercicio profesional, en todas las áreas del conocimiento, han sido impactadas con la aplicación de las tecnologías.

Todo esto es solo un preámbulo para el tema que me ocupa, el cual tiene que ver con el desarrollo de la función de educar desde la escuela. Con el desarrollo y disposición pública de la www, siglas con que conocemos la expresión inglesa de world wide web, esa red informática y sistema lógico de acceso y búsqueda de información que nos ha abierto hacia el mundo del conocimiento y la información, los procesos de enseñanza y aprendizaje debieron transformarse en lo que respecta, precisamente, a la oportunidad de la disposición y uso de la información y el conocimiento.

Muy a pesar de todos estos avances la escuela siguió y sigue atrapada en una lógica de enseñanza de siglos atrás, que además de repetitiva es aburridísima, sobre todo para los niños, niñas y jóvenes de hoy, “nativos tecnológicos”. Las voces de los maestros, repitiendo lo mismo sin parar, deambulan por encima de las cabezas de quienes, “imperturbablemente”, están sentados en fila “presenciando el espectáculo que se desarrolla delante de ellos”. Como nos decía el sociólogo Fanfani: “unos hacen como que enseñan, mientras otros hacen como que aprenden”. Esa es la gran tragedia de nuestras escuelas en América Latina, como en nuestro propio país.

Y como para complicar aún más la situación, vivimos un mundo en que todos estamos continuamente sobre estimulados al través de todos estos medios de comunicación y redes sociales, de manera particular, los niños, niñas y jóvenes. Pero la escuela, sin embargo, que parece no entender estas cosas, sigue esperando que los estudiantes exhiban un comportamiento de “quietud” para aprender. A veces pienso si es que existen esos seres hiperactivos, o más bien  escuelas donde el tiempo parece no transcurrir y donde ellos y ellas, no encuentran la manera de canalizar los efectos de dicha sobre estimulación. Ése es un tema por sí solo importante.

¿Cómo es posible esperar que las niñas-niños y adolescentes de hoy puedan entusiasmarse con una educación repetitiva y repetitiva de contenidos vacíos de significado y aplicación para la vida? Para miles de ellos, la educación no parece tener sentido y con ello sus aulas, según transcurre el tiempo a lo largo de los 12 años de educación primaria y secundaria, van progresivamente perdiendo su presencia. ¿Quieres tener una idea de lo que eso significa en la República Dominicana? Pues, tomando las informaciones estadísticas disponibles antes de que la pandemia por el coronavirus nos invadiera, y creo que esto se ha agravado, de cada 1000 estudiante que ingresa en primero de primaria solo completan los estudios secundarios en 12 años, cuatrocientos noventa y siete, si leíste bien, 497. Es decir, menos del 50% de los que ingresaron. Esos 497 ¿vencieron el tedio, el aburrimiento y el sin sentido? o quizás más bien, ¿se adaptaron a una escuela que, sin proponérselo, les enseña muy poco para manejarse en la vida de hoy? ¿O cuentan con familias que en ese tema no transigen? Reconozco los múltiples factores que explican el llamado “abandono escolar”, pero es responsabilidad de la escuela, junto a la familia, motivar, motivar y motivar sobre el valor de la educación y lo que eso va a significar en sus vidas futuras.

Ojo, no nos perdamos en esto, no se trata solo de la disposición de laptop, tablas y todos los cacharros que nos ofrece el mercado de las “nuevas tecnologías”. Se trata de una escuela que ha se ha centrado en el conocimiento memorístico y sin mucho valor para la vida, en vez de centrarse en el desarrollo de las capacidades personales y colectivas de leer, comprender y accionar en el entorno y en la realidad que les ha tocado vivir.

Una escuela que mantenga y desarrolle nuestra capacidad de ser seres sensibles y amorosos, capaces de soñar con nuevas realidades que se expresan en la poesía, la danza, las artes como en la ciencia y la matemática. Una escuela que nos haga personas con características propias y colectivas en el marco de las relaciones con los demás. Una escuela que nos haga contemplar la naturaleza y valorarla, que nos permita vivir el presente con autenticidad, conociendo y apreciando el pasado por las enseñanzas que nos pueda proporcionar y, sobre todo, para evitar que en el futuro sigamos cometiendo los mismos errores y estupideces, centrándonos en el desarrollo de una mejor ciudadanía y sociedad.

En el mundo que nos ha tocado vivir y, todavía más, en el que se perfila, no tiene ningún sentido seguir organizando el conocimiento en un montón de asignaturas que no desarrollan las capacidades de comprender y actuar de manera eficaz y amorosamente en la vida. La educación no puede seguir centrada, con anteojeras y fuete como los caballos en el hipódromo, solo en el conocimiento sino en los sujetos concretos y situados en sus contextos, en un mundo globalizado, con grandes temas por delante como el desarrollo de las tecnologías, el agotamiento de los recursos del planeta y, con ello, el cambio climático; un mundo profundamente desigual e injusto, produciendo, contradictoriamente, grandes riquezas al mismo que una pobreza que “llora antes los ojos de dios”.

Se requieren de nuevos conocimientos incluso, pero aquellos que sean capaces de movilizar las conciencias en el desarrollo de valores y actitudes centradas en la vida en sus múltiples manifestaciones. No se trata, como ahora se pretende, de seguir reproduciendo las desigualdades sociales ofreciéndoles a unos el desarrollo de habilidades para solo ser obreros y técnicos, y a otros, los científicos, empresarios y políticos que determinarán la vida del resto, la mayoría.

Necesitamos una escuela capaz de prefigurar las relaciones que anhelamos predominen en el mundo de hoy. Donde crezca y se desarrolle la participación de alumnos, padres y maestros, y que, sobre todo, deje de estar atrapada en las manos de políticos que solo ven en el sistema educativo la oportunidad de aprovechar el presupuesto educativo para el empleo de sus parientes, militantes y seguidores del partido. Porque valoro la actividad política, es que entiendo que los políticos deben desarrollar sus actividades en los territorios (campos, barrios y ciudades) y allí, con sus propuestas y sus formas de vida, logren alcanzar la atención, el favor y valoración de las y los ciudadanos, en la gestión de las políticas públicas consensuadas y decididas.

La escuela, como bien social, debe ser respetada y estar centrada en alcanzar que los estudiantes aprendan a pensar por sí mismos, en vínculo y cooperación con los demás, generando habilidades personales y sociales, tanto para el ámbito laboral como ciudadano.  Se requiere formar hombres y mujeres comprometidos con su bienestar y el bienestar de los demás, con un sentido fuerte y profundo de lo que signifique la justicia y la equidad, como del conocimiento y asunción de lo que son sus derechos, pero también, sus deberes. A reconocer que sus derechos terminan en el derecho de los demás. Por otra parte, formar los líderes que en los diferentes ámbitos de la vida se requieren, a fin de interpretar las necesidades y aspiraciones colectivas, en la procura de una mejor sociedad y un mundo más humano y justo.

Hoy, más que nunca, necesitamos una “escuela que aprende”, como planteó hace ya algunos años Peter Senge[2], y que haga posible una sociedad que aprenda a desarrollar justicia e inclusión, respeto por toda forma de vida, una sociedad centrada en la vida, pues la vida es digna de ser preservada en cualesquiera de sus manifestaciones.

Efectivamente, la “educación encierra un tesoro”, tesoros que tienen nombres y edades, que vienen con diversas historias como realidades en la cual viven, pero que deben ser conocidos en el contexto de hoy, pero, sobre todo, respetados y “amorosamente explotados”, para que florezcan nuevas maneras de amar, de relacionarse con los demás, nuevas formas de conocer y pensar, como nuevas maneras de accionar como personas y colectivos.

[2] Senge, P. (2002).  Escuelas que aprenden. Grupo Editorial Norma. Colombia

Fuente: https://acento.com.do/opinion/educar-para-que-9042481.html

Comparte este contenido:

Aprender y enseñar con tecnologías digitales

Por: Júlia Coromina

Cuando integramos las TIC en el aula es importante valorar en qué medida se enriquece la relación que se establece entre alumnos, tareas y contenidos, y docente.

La necesidad de promover un salto cualitativo en la educación implica pasar de un modelo de adquisición del conocimiento a un modelo de profundización y creación de conocimiento. En un contexto de cambio constante, las tecnologías nos han permitido mejorar los procesos de enseñanza-aprendizaje, avaluación y organización. Estas transformaciones en las tareas del profesorado y los alumnos impactan tanto en el proceso de aprendizaje como en el de enseñanza.

Hoy en día, ¿tenemos opción para decidir si incorporamos o no las TIC en nuestra vida cotidiana, en la escuela, en el trabajo…? En la actualidad la tecnología digital es de uso común en varios contextos (contextos de educación –como escuelas, institutos, universidades, bibliotecas–, contextos laborales y de la vida cotidiana –en casa, en los transportes públicos, los restaurantes–) y para una población cada vez más amplia que se inicia a una edad cada vez más temprana. Aparte de las características de contextos y edad, hay que señalar el tipo de actividad en que, según Henry Jenkins, los jóvenes no solo son usuarios, sino que también participan creando contenidos multimodales. Se trata de una cultura de participación que se realiza claramente en las redes sociales, pero también en expresiones más creativas. Ahora bien, esta participación no forma parte del currículo explícito, sino de lo que se denomina currículo oculto. La falta de incorporación de actividades digitales no es solo una cuestión de gestión de las tareas escolares, sino también un desperdicio de oportunidades de aprendizaje de los estudiantes.

En efecto, si bien la tecnología de la información y la comunicación (TIC) ha modificado muchos aspectos de la actividad diaria, también ha cambiado nuestra interacción con el aprendizaje y estos cambios en los procesos de enseñanza y aprendizaje no han sido equivalentes. La importancia y ubicuidad de las TIC en el trabajo, la educación y la vida cotidiana se reflejan en la consideración del actual escenario de interacción social de la sociedad, definida como «sociedad de la información y el conocimiento» por Manuel Castells. La referencia al conocimiento es consecuencia de la conciencia de que las tecnologías por sí solas no tienen efectos si no van acompañadas de las habilidades cognitivas y de la alfabetización correspondientes a las capacidades de acceso como usuarios y a las capacidades de integrar, evaluar y generar información y comunicación. Siguiendo esta idea, Robert B. Kozma afirma que, en la transición de la economía industrial a la economía del conocimiento, es importante ser conscientes de la necesidad de promover un salto cualitativo en la educación para pasar de un modelo de adquisición del conocimiento a un modelo de profundización y de creación de conocimiento. Y de este modo, desarrollar aquellas capacidades que en la actualidad suponen el nuevo escenario laboral y que requieren de la tecnología a nivel transversal: las competencias del siglo XXI (entendidas como la capacidad de comunicación eficaz, de trabajo en equipo y de colaboración, de flexibilidad y resolución de problemas complejos y de gestión de la información).

Además, de acuerdo con Kozma, la tecnología no debe considerarse como un añadido, sino como un elemento transformador de la educación en el contexto de la sociedad de la información y el conocimiento, donde los aprendices, sus características, las formas sociales, los ritmos de aprendizaje, etc., están cambiando y, por lo tanto, se hace necesario replantear qué, cómo y cuándo se enseña, cómo se evalúa, cómo se organizan y estructuran las escuelas y cómo se gestionan los tiempos y los espacios.

https://youtu.be/GsWz3PkIEic

Como diría César Coll, hay que redefinir el concepto de escuela innovadora –que hasta ahora se centraba en promover el aprendizaje de la tecnología (de las TIC) con el objetivo de formar a los niños en el uso de herramientas y estrategias para el tratamiento y la transmisión de la información– de modo que se enfoque en el uso de las tecnologías para aprender con la tecnología. Por lo tanto, se trata de convertir las TIC en tecnologías para el aprendizaje y el conocimiento (TAC), lo que se puede entender como una visión de las TIC desde la escuela. Es decir, poner las tecnologías al servicio de una mejora en los procesos de enseñanza-aprendizaje, de evaluación y de organización, así como de actualización en un contexto de cambio constante.

En consecuencia, según Coll, el objetivo de la escuela debería ser garantizar un aprendizaje más profundo, más comprensivo y más significativo y preparar al alumnado para ser capaz de crear conocimiento: educar para lo que aún no se sabe qué será, preparar a los alumnos para que puedan enfrentarse a retos que aún no tienen y dar el máximo de recursos y herramientas para que, cuando se lo encuentren, puedan crear, inventar, rediseñar, estrategias y recursos para poder aportar soluciones. En definitiva, promover el aprendizaje a lo largo de la vida (life-long learning) en contextos y etapas diversos con la ayuda de las TIC.

Ante este contexto, la figura del profesor se convierte en un guía u orientador, y se le exige que desarrolle la competencia digital docente (CDD) entendida, según el Departament d’Ensenyament, como «la capacidad de aplicar y transferir todos los conocimientos, estrategias, habilidades y actitudes sobre las TAC en situaciones reales y concretas de su praxis profesional». Esta CDD está formada por dos tipos de conocimientos y habilidades: por un lado, la competencia digital instrumental, o el uso instrumental de las TIC cuyo marco de referencia es la acreditación de competencias en tecnologías de la información y la comunicación (ACTIC), y por el otro, la competencia digital metodológica, es decir, las habilidades de carácter didáctico y metodológico que, a su vez, se dividen en cinco dimensiones: (1) diseño, planificación e implementación didáctica; (2) organización y gestión de espacios y recursos educativos; (3) comunicación y colaboración; (4) ética y civismo digital, y (5) desarrollo profesional.Digital Competence Framework for Educators

Marco de competencia digital docente | (c) European Union, 1995-2018

Esta dualidad en la tipología de conocimientos y habilidades que configura la CDD pone en evidencia según Manuel Area que, como educadores, es importante saber que la pedagogía tiene que ir por delante de la tecnología. Es un error suponer que la simple presencia de las tecnologías digitales en el aula producirá una mejora automática de la calidad de los procesos de enseñanza y aprendizaje, así como una mejora de la motivación y el rendimiento del alumnado creando per se innovación pedagógica. Utilizar las tecnologías digitales en el aula bajo un modelo pedagógico tradicional (centrado en el profesor, unidireccional, individualista…) neutraliza el poder innovador de las TIC. Por ello, el valor que pueden añadir las TIC a los procesos de enseñanza y aprendizaje no depende solo de las características del aparato tecnológico o software informático utilizado, sino de los usos sobre la actividad conjunta que desarrollan profesores y alumnado en torno a los contenidos y las tareas de aprendizaje. En este último punto, Coll destaca el rol mediador que desempeña la tecnología y que varía en función de la situación que adopta dentro del triángulo interactivo formado por las relaciones entre alumnado, contenido-tareas y profesor.

Llegados a este punto, es importante introducir la relación que tiene el concepto de «recurso semiótico» con el tipo de uso que damos a las TIC en el aula. De acuerdo con Coll, entendemos que cuando un recurso semiótico es utilizado como instrumento de regulación tanto de la actividad y de los procesos psicológicos individuales (intrapsicológicos) del aprendiz como de los procesos comunicativos y sociales con otras personas (interpsicológicos) implicados en el proceso de aprendizaje se convierte en un «instrumento psicológico» (en el sentido vigotskiano de la expresión). Así, las TIC pueden utilizarse como instrumentos técnicos, que nos ayudan a hacer mejor, más rápido, más dinámico y con más eficacia lo que ya estábamos haciendo (otorgando poco valor añadido a la práctica educativa), o como instrumentos psicológicos que ayudan a planificar, orientar y regular las actividades y los procesos psicológicos individuales y ajenos (otorgando un alto valor añadido a la práctica educativa).

Cuando las tecnologías se implementan aprovechando y explotando sus características como recursos semióticos y transforman la actividad conjunta entre profesorado y alumnado en torno al contenido y las tareas, impactan tanto en el proceso de aprendizaje (amplificando los procesos de construcción de conocimiento y de atribución de sentido de los alumnos a los contenidos y tareas) como en el proceso de enseñanza (incrementando, diversificando y ajustando las ayudas sistemáticas y sostenidas y los apoyos al aprendizaje de los alumnos por parte del profesor y otros alumnos).

En conclusión, se puede afirmar que, en el marco que entiende la educación desde un modelo socioconstructivista, el uso de las TIC como instrumento psicológico de conexión entre los tres elementos del triángulo interactivo otorga calidad pedagógica en el proceso de enseñar y aprender con tecnologías digitales.

Fuente de  la información e imagen: https://lab.cccb.org/es

Comparte este contenido:

Libro(PDF): Volver al después del contagio. Las post-epidemias argentinas de la colonia a nuestros días

Reseña: CLACSO

*Disponible sólo en versión digital

Cuando todo hacía parecer que los brotes de pestes, endemias o epidemias eran cuestiones del pasado, otro virus y otra pandemia llegaron sin previo aviso. La sensación de inseguridad se vio atizada por la inasible presencia del covid-19 que signó nuestras experiencias vitales como nunca lo hubiéramos pensado ante el vertiginoso avance científico y tecnológico que la humanidad parecía haber alcanzado. ¿Qué percepción tuvieron las sociedades del pasado y la nuestra ante una enfermedad desconocida? ¿Contamos con repertorios culturales, políticos, económicos para superar psicológicamente los efectos de una pandemia? ¿Los intereses particulares influyen en las respuestas políticas a la catástrofe humana? Interpelado por este escenario de incertezas y situaciones que nos atraviesan, este libro procura reflexionar sobre las pandemias desde una perspectiva histórica y generar un aporte para volver a analizar contextos de epidemias y enfermedades con el fin de dar cuenta de esos escenarios pospandémicos.

Autora: Yolanda de Paz Trueba. Olga Echeverría. Silvana A. Gómez. Lucía Lionetti. [Coordinadoras]

Diego Armus. Lucía Lionetti. Jesús Binetti. Yolanda de Paz Trueba. Lucas Andrés Masán. Lucas Bilbao. Marcelino Irianni. Jorge Troisi Melean. Silvana A. Gómez. Adriana Carlina Álvarez. María Silvia Di Liscia. Karina Ramacciotti. Daniela Testa. Olga Echeverría. Irene Molinari. [Autoras y Autores de Capítulo]

Editorial/Edición: CLACSO. Facultad de Ciencias Humanas – UNICEN.

Año de publicación: 2022

País (es): Argentina.

ISBN: 78-987-813-071-2

Idioma: Español

Descarga: Volver al después del contagio. Las post-epidemias argentinas de la colonia a nuestros días

Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?orden=&id_libro=2459&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1599

Comparte este contenido:

Democratizar la comunicación y la tecnología digital – Por FCINA

Nodal

Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

Contexto general

La pandemia mundial profundizó las condiciones de precariedad de las mayorías generadas por la financiarización capitalista y mostró las carencias y desigualdades producidas por el orden neoliberal, atenuadas en algunos lugares por sistemas sociales de contención de carácter progresista o revolucionario.

La emergencia sanitaria creó además condiciones para un aumento radical del uso de las tecnologías digitales, lo que multiplicó las ganancias y el poderío de las corporaciones que controlan las principales plataformas que intermedian las relaciones y búsquedas en internet. Con ello, casi imperceptiblemente, se acelera la transición a nuevas formas de vida, trabajo, educación, salud, cultura, intermediadas por las tecnologías digitales y caracterizadas por la privatización del espacio público y hasta la vida íntima.

Las nuevas tecnologías junto a la innovación “verde” son abrazadas a su vez por los fondos de inversión y el capital en general como vía de reconversión del capitalismo, cuya responsabilidad en el dramático deterioro medioambiental es a todas claras manifiesto, colocando en severo entredicho al expolio de recursos naturales finitos. En el marco del plan conocido como “Great Reset”, promovido por el Foro Económico Mundial, hay un proyecto en marcha para potenciar este recambio que contempla, entre otros, un modelo de gobierno mundial tecnocrático dominado por las grandes empresas de la mano con la inteligencia artificial, que supuestamente encontrará soluciones al cambio climático y suplirá a las “deficiencias” del sistema democrático.

El proceso de reconversión del capital ha incrementado la pobreza, la desigualdad y la exclusión de las mayorías, trayendo aparejado un aumento del control y la represión.

Otro aspecto marcado del contexto son las presiones migratorias, resultantes de crisis ambientales, económicas, bélicas, de violencia, etc., que a su vez inciden en el mercado laboral, a la vez que actúan como válvula de escape para las economías deprimidas.

Al mismo tiempo, se observa una reactivación de la esperanza en las fuerzas populares, con la vocación de generar transformaciones positivas. En el ámbito social y político, emerge el protagonismo de una generación joven y de las mujeres reivindicando espacios y nuevos derechos. En este espacio, tiende a generalizarse el reclamo contra la degradación medioambiental, el rechazo a los centralismos y las formas y mandatos verticalistas.

Como reacción a este avance y a un mundo de transformaciones vertiginosas, cobran también fuerza las corrientes retrógradas con respaldo confesional, encabezadas por personajes de derecha violentos con proclamas racistas y misóginas.

Contexto geopolítico

El ascenso de China y Rusia como actores en el escenario mundial, ha debilitado la hegemonía unipolar de los Estados Unidos y de Occidente en general, dando lugar a una puja en todos los campos por la conservación de preeminencia o la apertura a un nuevo equilibrio multilateral. Es preciso develar y acercar desde la comunicación el impacto de la rivalidad de estos bloques de poder, que convierten a América Latina y el Caribe en territorio de disputa.

En este contexto, la integración regional significa no solamente la posibilidad de cooperación en su interior, sino una necesidad de escala para incidir en este nuevo escenario mundial.

Contexto político

Con la excepción de la derrota de la opción progresista en Ecuador, las victorias populares en Bolivia, Perú, Honduras y Chile, antecedidas por las de Argentina y México, junto a la resiliencia de los gobiernos de Cuba, Venezuela y Nicaragua ante los embates de los EEUU, permiten hablar de un entorno sociopolítico más favorable a la justicia social y la integración latinoamericana.

Sin embargo, las tensiones internas derivadas de las relaciones de fuerza entre el bloque oligárquico de poder real y las organizaciones populares muestran que llegar al gobierno no significa conquistar el poder, observándose giros de compromiso a la derecha, con la continuidad de soluciones extractivas, endeudamiento y protección de los intereses del capital.

Todo ello, sumado a los permanentes intentos de injerencia externa vía cooptación de instancias judiciales (lawfare), entre otras maniobras, relativiza el avance y augura inestabilidad.

En este escenario, adquieren máxima centralidad las próximas elecciones en Colombia y Brasil.

En Colombia continúa el agravamiento de las situaciones de violencia, el hostigamiento y asesinato de periodistas y defensores de derechos humanos, hechos que deben ser denunciados con máxima firmeza. Por lo mismo, es necesario apoyar a los movimientos populares y en las próximas elecciones, brindar respaldo desde la comunicación al emergente político resultante de la unidad de las fuerzas de izquierda, como posibilidad de superación de los conflictos derivados de la concentración de poder existente.

En Brasil, fundamental por su peso específico para el balance político y la posibilidad de integración regional, la necropolítica del gobierno actual frente a la pandemia, el aumento de la miseria y el hambre, el desempleo galopante, entre otros factores, han generado en las mayorías una nostalgia de la época de gobierno de Lula. Por otra parte, el aumento de los precios de insumos básicos en la canasta básica alimentaria o el combustible, han hecho que la clase media reste apoyo al actual régimen. Este escenario, junto al empeño y destreza del precandidato del PT para construir una suerte de frente amplio en base a la reconstrucción del proyecto de país, lo han convertido en posible ganador en primera vuelta.

No obstante el panorama alentador, las fuerzas transformadoras alertan sobre la necesidad de guardar la calma y no caer en la ingenuidad. Hay un pacto de élites y lo que hoy está en el gobierno es un partido militar, cuyos personeros son sus piezas claves, lo que anuncia un camino duro. La batalla de ideas y la necesidad de neutralizar la mentira y el discurso de odio institucionalizado será crucial.

El campo comunicacional

La fundamental importancia de la disputa de relatos es manifiesta, por lo que la democratización del espectro comunicacional, incluyendo los espacios digitales, continúa siendo prioritaria para el avance de las aspiraciones de los pueblos. Es preciso prestar máxima atención a las agendas informativas, de dónde surgen y quienes las promueven.

En el campo de los medios, el irrespeto o cancelación de normas legales logradas en ardua lucha por la comunicación popular, la desfinanciación o eliminación neoliberal de medios públicos, la inequitativa distribución de pauta estatal a favor de los medios hiperconcentrados, su progresiva transnacionalización junto a la monolítica cartelización de discursos estigmatizantes contra las alternativas revolucionarias o progresistas afectan la posibilidad de imprescindibles transformaciones que garanticen diversidad informativa y un balance equilibrado en la opinión pública.

Los gobiernos populares tienden aún en este campo a la inacción o a la instrumentalización propagandística de la comunicación. En ambos casos, en desmedro de la comunicación popular, comunitaria y plural.

Los espacios de integración regional

Las iniciativas oficiales de integración soberana continúan con una dinámica atenuada y en todos los casos, sin recuperar o abrir espacios para la participación popular.

La CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) como posible ámbito de sustitución de la anacrónica OEA, aparece, pese a su relativa revitalización por la gestión mexicana, como un espacio tendiente a abandonar su origen políticamente disruptivo, adoptando un estilo de compromisos pragmáticos, que refleja el signo político antitético o reformista de sus componentes.

La UNASUR en parálisis total, dada la división política en Suramérica.

El Mercosur, reapropiado en su carácter neoliberal por los gobiernos derechistas de Brasil, Paraguay y Uruguay, ha perdido incluso su esencia integradora a partir de la primacía del interés particular de sus miembros, mientras que el ALBA-TCP conserva el carácter de trinchera antiimperialista, sin embargo más discursiva que efectiva, dada las dificultades objetivas que atraviesan sus componentes.

También han surgido iniciativas de integración popular como la Asamblea Internacional de los Pueblos o RUNASUR, que promueven la participación directa, inclusiva y paritaria de los pueblos en procesos de integración y refundación institucional de carácter soberano.

El ámbito digital

La incidencia de la tecnología digital en casi todos los aspectos de la actividad social y la apropiación monopólica de las lógicas y entornos digitales por parte del capital, hacen imprescindible la disputa del campo popular por su re-democratización.

Alai

Comparte este contenido:

De la Web 1.0 a la 4.0 en la educación

Por: Forbes

Seguramente si eres de la generación millennial no habrás tenido la fabulosa oportunidad de vivir el nacimiento de una gran serie de herramientas que actualmente han desaparecido, pero que en su momento dieron pie a muchas de las plataformas de comunicación que se emplean hoy, no obstante si fuiste parte de la generación X seguro tuviste la oportunidad de utilizar algunas como Latinmail o Hotmail, que fueron algunos de los primeros correos electrónicos comerciales, o de ver el nacimiento del FTP para transmisión de archivos; del mismo modo, hacia finales de esta etapa, se dio el surgimiento del Messenger de Hotmail, como el gran sistema de chat síncrono y del MySpace como una de las redes sociales más antiguas y utilizada por la mayoría de grupos musicales para promocionar sus creaciones y actividades, hecho que le otorgó a esta red un posicionamiento mundial.

Todas estas herramientas formaron parte de la llamada Web 1.0 y cimentaron lo que actualmente conocemos y usamos; la comunicación en ese entonces era casi 100% asíncrona y poco colaborativa, páginas totalmente estáticas y visualmente poco atractivas.

En el mundo de la educación comenzó la evolución de la educación a distancia, que en ese momento se entregaba “físicamente” a través de DVD o incluso en soportes floppyde 3 ½, que transferían archivos de manera local para hacer las instalaciones y tenían aún muy poca o nula comunicación por conducto de la web.

Fue hacia la década del 2000 que nació la denominada Web 2.0, exactamente en el año 2005, y con esto dio comienzo la revolución de la educación a distancia y el nacimiento del e-learning, tal vez no como lo que conocemos ahora, pero sí evolucionando e intentando democratizar la enseñanza, lo cual posibilitaría llegar a más lugares con una oferta educativa formal.

La Web 2.0 revolucionó tecnológicamente tanto en ámbitos educativos, como sociales, así como en la esfera del entretenimiento o la comercial, pues hizo posible una web colaborativa, mucho más atractiva, dinámica y enfocada en el usuario.

Las principales herramientas que dieron vida a esta época fueron los blogs, las wikis y las redes sociales que conocemos actualmente. Dentro de la formación a distancia se dio el surgimiento de los LMS (Learning Management System) y los CMS (Content Management System) para poder gestionar cursos y contenidos en línea, los cuales se empleaban en instituciones educativas, como en corporativos para capacitar al personal. Entre lo más relevantes tenemos a Moodle, que nació en Australia y fue desarrollado por Martin Dougiamas, que si bien comenzó su operación en 1999 el auge de este sistema detonó en el 2000. Moodle es el perfecto ejemplo de la Web 2.0, pues es un sistema de código abierto que va innovando y mejorando con base en las contribuciones que la propia comunidad de la plataforma va desarrollando y compartiendo de manera colaborativa, o mejor expresado técnicamente como proceso social–constructivista.

Como decía, en este periodo surgen las redes sociales más importantes que conocemos en la actualidad, como Facebook, YouTube, Flickr, Twitter y algunas poco recomendables, aunque sumamente populares como Wikipedia.

Muchas de las herramientas que surgieron en este tiempo siguen ocupándose, y dentro del ámbito de la instrucción su uso ha mejorado tanto en cuestiones técnicas como en su aplicación didáctica, por lo que es indudable que la Web 2.0 ha sido la etapa de mayor desarrollo y aplicación a lo largo de los años.

En el presente, vivimos de lleno en la era de la Web 3.0, la cual implicó mejoras considerables a la fase previa (y es conocida como la Web semántica) gracias a la aplicación de la inteligencia artificial. En este tiempo la tecnología evolucionó a una red más inteligente, personalizable, pero sobre todo flexible en su uso y aplicación, pues se volvió “omnipresente”, puesto que podemos utilizarla en cualquier lugar y momento, así como desde cualquier dispositivo, llámese smartphone, tableta, computadora personal, etc.

Todo esto en gran medida debido al nacimiento del concepto de “la nube” (lugar en el cual todo se aloja en servidores remotos interconectados a través de la web) y al uso de la inteligencia artificial que permite personalizar las experiencias de los usuarios e incluso predecir intereses e intenciones de estos.

Algunas de las innovaciones de este periodo son:

  • Personalización de la experiencia del usuario
  • Interoperactividad
  • Geolocalización
  • Búsquedas inteligentes

El trabajo en aula se volvió totalmente colaborativo gracias a las distintas plataformas, se potenció el e-learning debido a las diferentes tecnologías educativas que surgieron y siguen desarrollándose, y se fortaleció el concepto de aprendizaje activo, con el cual el estudiante y el docente pudieron establecer espacios de interacción de dos vías.

Es pues, precisamente, esta época la que estamos viviendo y aprovechando al máximo, la cual ha dado solución a diferentes problemáticas no solo académicas derivadas de la pandemia, en donde se pudo aprovechar el teletrabajo o home office y la educación en línea o e-learning, esto es en muchos casos la opción principal de enseñanza; todo ello, gracias a las aulas virtuales, los LMS y a las diferentes plataformas de comunicación empresarial y educativa, que si bien ya existían, se ha mejorado su uso y desarrollo.

Ahora bien, desde hace algunos años ha iniciado la era de la Web 4.0 o internet de las máquinas, en donde la inteligencia artificial, el machine learning o aprendizaje automático de las máquinas permitirá evoluciones y “facilitar” diferentes actividades y procesos en todos los ámbitos de nuestras vidas. En lo educativo nos concierne desarrollar espacios inmersivos de aprendizaje, analíticas predicativas y el apoyo de la robótica, de lo cual hemos abordado en artículos previos.

Si bien todas estas evoluciones en la tecnología educativa, que vale la pena recordar no solo tiene que ver con sistemas y plataformas sino también con estrategias y técnicas de aprendizaje, tienen como objetivo facilitar el acceso y los procesos de formación, estas nos dejan grandes cuestionamientos, ¿qué tan grande está siendo la brecha entre quien tienen acceso a estos desarrollos y quiénes no?, ¿qué tan preparados estamos los países de nuestra zona y en particular México para adoptar todos estos cambios? Y lo más importante de todo, ¿qué estamos haciendo como país para enfrentar tales cambios? Las respuestas las conocemos y de nuestra parte está en prepararnos y formar a las nuevas generaciones para que posean pensamiento disruptivo y proporcionarles las herramientas necesarias para triunfar en esta que será una era de muchos cambios y de alta competitividad.

De la Web 1.0 a la 4.0 en la educación

Comparte este contenido:

Tecnologías de la Relación, la Información y la Comunicación. Bienvenidos a las TRIC

Publicado en Educación 3.0

¿Cómo han influido las nuevas tecnologías en la forma de relacionarse de los usuarios? Diferentes expertos ya proponen incorporar la R (Relación) a las siglas TIC para analizar cómo estas afectan en el ámbito social.

Desde hace tiempo, numerosos expertos invitan a repensar el concepto que se tiene sobre las siglas TIC y proponen una nueva mirada que humanice los procesos de interacción que se producen a través de los dispositivos y pantallas. De este modo, reflexionan sobre el ‘factor relacional’, o lo que es lo mismo, una R que conecta a todas las siglas y que permite hablar de las TRIC (Tecnologías + Relación + Información + Comunicación).

¿Cómo influye la R en las TIC?

“El ‘Factor R-elacional’ es el eje que conecta los usos, consumos e interacciones que se producen en las redes, tanto psicosociales como sinápticas”, afirman los expertos en Comunicación Carmen Marta-Lazo y José Antonio Gabelas, ambos profesores en la Universidad de Zaragoza, en su libro ‘La era TRIC: factor r-elacional y educomunicación’.

Gabelas y Marta-Lazo llevan una década explorando esta línea de investigación que enfatiza la importancia de las relaciones humanas en las TRIC, cuestionando a quienes ponen el foco únicamente en la tecnología. En este sentido, Gabelas explica que la dimensión relacional “supedita la tecnología al factor humano, que es quien la produce y dota de sentido; posibilita que la I de la información, no solo se centre en los datos, sino también en su procesamiento desde el pensamiento crítico, y devuelve a la C de la comunicación su verdadero valor, en sus usos de intercambio, diálogo, recreación y construcción común”.

Siguiendo esta idea, el ‘factor relacional’ conecta los entornos Tecnológico, Informativo y Comunicativo, dando lugar a una comunidad que colabora y participa en el entorno digital no solo para generar contenido, sino para reflexionar y debatir sobre el mismo. En este sentido, la tecnología no significa lo mismo sin esa perspectiva relacional, es decir, adquiere otro sentido gracias al uso que las personas hacen de ella.

R de Riesgo

En ese espacio tecnológico que parece promover una cultura digital participativa y un aprendizaje cooperativo, también se encuentran una serie de amenazas para los usuarios. “Este Factor Relacional contempla una doble vertiente, por una parte podemos verla como aquella que nos hace crear y mantener vínculos sociales y por otra como la ‘R’ de riesgos que nos pueden llevar al mal uso o al abuso de dichas comunicaciones”, afirman en su libro Marta-Lazo y Gabelas.

TRIC

Con el objetivo de analizar de qué forma los adolescentes se conectan y usan internet, Unicef ha elaborado un informe que confirma esa necesidad relacional y los peligros a los que hacen referencia los expertos. En el documento se recogen las opiniones de más de 50.000 jóvenes de toda España, con edades comprendidas entre los 11 y 18 años, de entre los cuales más de la mitad utiliza las redes sociales para conocer gente y el 44,3% para no sentirse solos. El dato más alarmante es que el 22,5% de los encuestados afirma sufrir ciberacoso y el 52,4% de esas víctimas también lo ejerce.

“La infancia y la adolescencia son grupos expuestos a los excesivos consumos, donde la realidad se distorsiona, y en la que la formación de su personalidad necesita referentes presenciales”, añade Gabelas, quien además sostiene que “cuando la virtualidad sustituye a la realidad presencial, se activan los pilotos rojos del factor relacional, entendido también como riesgo”.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/noticias/tric/

Comparte este contenido:

¿Qué es el Humanismo Digital?

Por: Héctor Rodríguez Cruz

Debemos ponernos en la ruta del “Humanismo Digital”, haciendo posible su obligada “entrada”. En un futuro muy cercano las Humanidades serán Humanidades Digitales o no serán nada.

Impulsados por la Cuarta Revolución Industrial, hay que ir al encuentro del Humansimo Digital porque la revolución digital está alcanzando unos niveles de desarrollo y complejidad que nos ponen frente a dilemas éticos cada vez más urgentes debido a las extraordinarias repercusiones sociales, económicas, políticas y culturales que causa aceleradamente la automatización del mundo.

El Humanismo Digital no se hace esperar. En el 2015 la empresa consultora Gartner, publicó  el estudio “Embracing Digital Humanism”, en el cual precisó  que: «Las empresas que adoptan el Humanismo Digital utilizan la tecnología para redefinir la forma en que las personas logran sus objetivos. Permiten a las personas lograr cosas que antes no podían”.

Otro hito para comprender la necesaria sintonía entre tecnología y humanidades  es el “Manifiesto de Viena sobre el Humanismo Digital”, firmado en el mes de mayo del 2019 por unas cuarenta autoridades científicas y académicas de las más importantes universidades de Europa y Estados Unidos.

El Manifiesto declara que su propósito “no es solo frenar los inconvenientes de las tecnologías de la información y la comunicación, sino también fomentar la innovación centrada en el ser humano. Llamamos a un Humanismo Digital que describa, analice y, lo más importante, influya en la compleja interacción de la tecnología y la humanidad, para una vida y una sociedad mejores, respetando plenamente los derechos humanos universales”.

Pasamos a  una definición de Humanismo Digital. El HD puede considerarse como el resultado de una nueva convergencia de nuestro patrimonio cultural junto con la tecnología digital, abriendo un espacio sin precedentes para la sociabilidad, el aprendizaje y el trabajo. Esta “convergencia” redistribuye los conceptos y objetos, así como las prácticas asociadas a ellos, dentro de un ambiente virtual.

El humanismo digital es el proceso de búsqueda de respuestas a cómo debemos usar la tecnología para multiplicar sus posibilidades. Es un esquema que nos mueve a restaurar los valores humanistas clásicos en el uso y los fines de la tecnología, que debe estar siempre al servicio del ser humano para hacer la vida más segura y plena.

Nos referimos a  un  humanismo que nos hace tener presente nuestra necesidad de cuidados, de empatía, de generosidad y solidaridad hacia los otros; que siga defendiendo nuestra privacidad y la libertad para elegir acerca de los avances tecnológicos buscando el respeto de nuestro bienestar y nuestra autonomía moral.

Las Humanidades Digitales representan también un conjunto de ideales y principios que valoran las acciones humanas y los valores morales (el respeto, la justicia, el honor, el amor, la libertad, la solidaridad y otros). Para los humanistas, los seres humanos son responsables de la creación y desarrollo de estos valores.

Los instrumentos analíticos digitales basados en datos para la investigación en Humanidades en Europa y Estados Unidos muestran un amplio progreso,  convirtiéndose en una característica definitoria de la práctica de las Humanidades digitales en estos contextos, dando origen a la Alianza de Organizaciones de Humanidades Digitales (Alliance of Digital Humanities Organizations (ADHO) que agrupa un amplio número de asociaciones nacionales y cientos de universidades, muchas de las cuales ofrecen Maestrías y Doctorados en Humanidades Digitales..

En Latinoamérica, muchos gobiernos vienen realizando grandes esfuerzo para construir infraestructuras digitales públicas en las áreas de la ciudadanía digital. Sin embargo,  esto no ha ocurrido en campos como las Humanidades.

En cuanto a la participación de asociaciones  y universidades, sólo México, Brasil, Argentina, Chile, Colombia y Uruguay han logrado desarrollar alianzas público privadas para el desarrollo de las Humanidades Digitales.. ¡En nuestro país las HD son todavía una materia pendiente!

En la era digital, la tecnología es portadora de  la posibilidad del fomento y fortalecimiento de la democracia. Es por esto que muchos consideran que este concepto será el “Nuevo Renacimiento”, que permitirá que el Internet sea más poderoso que la imprenta a través del movimiento humanista, libre de censura.

Fuente: https://acento.com.do/opinion/que-es-el-humanismo-digital-9008308.html

Comparte este contenido:
Page 6 of 25
1 4 5 6 7 8 25