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Entrevista a Audrey Azoulay: “Una empresa no es la misma si hay mujeres tomando decisiones”

Entrevista/17 Enero 2019/Autor: Borja Hermoso/Fuente: El país

La exministra de Cultura de Francia ha cumplido un año al frente de la Unesco. El reciente portazo de Estados Unidos e Israel a la institución que vela por la cultura, la educación y la ciencia en el seno de Naciones Unidas fue un duro revés. Pero la alfabetización femenina en el ámbito global, la protección del patrimonio artístico, la bioética y la inteligencia artificial no pueden esperar

Retratar a Audrey Azoulay (París, 1972) como una mujer irremediablemente guapa, elegante y refinada, además de cautivadora en el tú a tú, supondría, con toda probabilidad, incurrir en el estigma machista que esta francesa hija de judíos marroquíes (su padre, el banquero André Azoulay, fue consejero del rey Hassan II) quiere combatir desde su puesto de directora general de la Unesco. Así que no lo haremos. Azoulay cumplió en noviembre un año al frente del organismo de Naciones Unidas que vela por la educación, la cultura y la ciencia. Objetivos prioritarios: poner en pie iniciativas educativas de nuevo cuño para alfabetizar a niñas y mujeres; utilizar la diplomacia cultural y la defensa del patrimonio como arma de paz; y sentar las bases de un arsenal ético para controlar los posibles excesos de la inteligencia artificial y los avances científicos. Exministra de Cultura en el Gobierno del presidente François Hollande, su pedigrí no admite dudas: es diplomada por la muy prestigiosa y muy elitista Escuela Nacional de la Administración francesa (ENA), por el Instituto de Estudios Políticos de París y por la Universidad de Lancaster en Reino Unido (Administración de Empresas). Nada más sentarse en su despacho de la sede de la Unesco en París, en noviembre de 2017, Estados Unidos e Israel anunciaron que se iban de la institución “por demasiado politizada y antiisraelí”. Azoulay inicia mañana una visita a España, entre otras cosas para dar carta de naturaleza a la declaración del yacimiento cordobés de Medina Azahara como patrimonio de la humanidad.

De ministra de Cultura de Francia a directora general de la Unesco… ¿Son planetas distintos o no tanto? Entre los dos puestos hay más continuidad de lo que pudiera parecer, porque la Unesco es una casa donde se respira cierta concepción de la cultura muy ligada a la educación, y mi concepto del Ministerio de Cultura era precisamente ese. Además, siendo ministra ya tuve que trabajar muy intensamente en colaboración con la Unesco, sobre todo en lo relativo a la diversidad cultural.

Como máxima responsable de este organismo, ¿aplica usted el principio de excepción cultural de la misma forma en que lo hacía como ministra de Francia? Depende de qué se considere como excepción cultural. Pero si hablamos de la idea de defender que la cultura no es una mercancía, desde luego que sí. La especificidad cultural más allá de lo comercial. Eso lo promovemos a través de nuestros textos legales, nuestras convenciones… Ahora mismo, por ejemplo, estamos centrados en el tema de la remuneración de los autores en el ámbito digital, un debate que tiene lugar actualmente en el Parlamento Europeo y que es un asunto muy, muy difícil.

Pero esa defensa apasionada de lo cultural no parece compartida por otros socios europeos… La cultura suele quedar muy bien para la foto, pero a la hora de repartir presupuestos suele ser el patito feo. Totalmente de acuerdo. Uno de nuestros objetivos es precisamente demostrar todo lo que puede aportar la cultura en los desafíos políticos a los que nos enfrentamos hoy, en la reconciliación después de conflictos, por ejemplo, o en la recuperación del patrimonio, o en el empleo juvenil a través de las industrias culturales. Está claro que estos temas no pueden ser algo marginal.

Todo es política, la cultura y la educación también. Imagino que hay importantes presiones y luchas en el seno de la Unesco. Las luchas políticas han adquirido demasiado protagonismo. A veces enrarecen el debate. Mi misión es establecer coaliciones, llegar a los consensos necesarios para poner en marcha los proyectos. No siempre es fácil. Por ejemplo, en Mosul, en Irak, pusimos en marcha una iniciativa para la que casi no teníamos dinero, y tuvimos que explicar intensivamente por qué merecía la pena trabajar sobre la educación y la cultura en ese lugar y en ese momento concreto. Logramos que un número suficiente de Estados nos apoyara, logramos reunir más de 100 millones de euros, y la Unión Europea dará otros 20 para actuaciones en Mosul y Basora. Se pueden conseguir grandes cosas.

Su designación como directora general no fue sencilla. Había hasta cinco candidaturas de países árabes. Consideraban que ya había llegado la hora de que uno de los suyos dirigiera la Unesco. ¿Cómo es hoy la relación con ellos? El periodo electoral fue bastante tenso, pero las relaciones son hoy excelentes. Para proyectos como el de Mosul tuvimos todo el apoyo de los países árabes.

Pero ¿usted qué opina? ¿No ha llegado el momento de una dirección árabe o africana en la Unesco? ¿O latino­americana? ¿El tiempo, quizá, de desoccidentalizar la institución? La cuestión ya se planteó, en efecto, en las pasadas elecciones. Pero había cinco candidaturas árabes. ¿Cuál tenía que ser? El problema para el mundo árabe, en esta ocasión, es que estaba muy dividido. No hay reglas al respecto, ningún país, árabe o no, tiene prioridad para dirigir la Unesco. Lo importante es tener buenas ideas y buenos proyectos, esa es la única regla.

Sí, pero ¿se creen de verdad la Unesco sus Estados miembros? En la acción práctica y no en lo simbólico, quiero decir… Hay de todo, cada país es diferente. Hay problemas, claro. Por ejemplo, nosotros creemos que globalmente hay una infrainversión en el tema educativo que resulta sorprendente. Estimamos que faltan 40.000 millones de dólares [unos 35.200 millones de euros] por año en el mundo. Y otra cosa: aparte de lo que cada Estado quiera invertir por su cuenta en políticas educativas y culturales, está el problema de lo que cada uno está dispuesto a hacer en ese campo de manera coordinada en el seno de la Unesco. Hay países dispuestos a hacer mucho por su propia educación y su cultura, pero no de forma coordinada. Ese es un combate de todos los días.

Audrey Azoulay: “Una empresa no es la misma si hay mujeres tomando decisiones”
LEA CRESPI

¿Un combate similar al que tiene que librar la Unión Europea con sus países miembros, quizá?Pero ahí los problemas vienen de que, según algunos, la Unión Europea supone una pérdida de soberanía nacional. Y eso no se da en el caso del trabajo con la Unesco…

¿Cómo se lleva la institución con países de corte populista o ultranacionalista como la Italia de Salvini, la Hungría de Orbán, la Rusia de Putin… y ahora el Brasil de Bolsonaro, poco cómodos con el multilateralismo? Con esos países tenemos, por ahora, excelentes relaciones. Ya veremos. Nosotros trabajamos con todo tipo de regímenes políticos, no solo con democracias. Se trata de llevarles hacia algo, hacia una agenda común, hacia intereses generales. La Unesco es lo suficientemente fuerte como para no deformarse por el hecho de trabajar con regímenes de ese tipo.

Como Corea del Norte, por ejemplo. Estoy particularmente contenta de lo que hemos conseguido hacer. Llevábamos, claro, muchos años trabajando con Corea del Sur, que ya justo después de la Segunda Guerra Mundial elaboró todos sus manuales escolares en colaboración con la Unesco. Y hoy Corea del Sur financia, por ejemplo, importantes proyectos de la Unesco en África y en el sureste asiático. Y Corea del Norte empezó a trabajar con la Unesco en los años setenta, tímidamente, con una colaboración limitada pero estableciéndose un diálogo, es decir, una confianza. Y ahora hemos aprovechado eso para lograr que por primera vez las dos Coreas hagan algo juntas en el marco de Naciones Unidas: una candidatura conjunta para que la lucha tradicional coreana sea declarada patrimonio inmaterial de la humanidad.

Bueno, está claro que la lucha coreana no es la cosa más importante del mundo, pero… ¡Depende de para quién!

Por algo se empieza, el valor simbólico también cuenta, ¿no? El valor simbólico de algo así es muy alto. Es un mensaje claro para ambos lados de esa frontera. No es algo marginal. Por eso fue también importantísimo lo que hicieron juntas las dos Coreas en el ámbito deportivo.

¿Cabe ser optimistas en cuanto a otras colaboraciones entre las dos Coreas? Lo deseamos. Lo que nos interesa es trabajar en bases sólidas y duraderas para la paz. No nos ocupamos de la cuestión nuclear, ni de cuestiones políticas internas, pero sí trabajamos en temas de educación o de defensa del patrimonio en Corea del Norte. Y eso es beneficioso para todos.

Estados Unidos e Israel se acaban de marchar de la Unesco. Con la salida de Estados Unidos, ¿la institución vive o solo sobrevive? La historia ha demostrado que la institución puede vivir sin algunos de sus Estados miembros, y eso incluye a Estados Unidos, porque no es la primera vez que sale. En 1984 [en la era ­Reagan] ya se marcharon, y estuvieron fuera 18 años. No es una buena noticia, está claro, es una pérdida. Pero hay que seguir avanzando. De todas formas estaban en una situación de salida desde hace tiempo. Desde 2011 ya no aportaban financiación a la Unesco. Estaban en la casa, pero sin actividad. No votaban en la Conferencia General. Este es tan solo un paso más, y yo lo siento. Creo que tienen mucho que ganar estando con nosotros y mucho que perder estando fuera.

No parece que a un mandatario como Donald Trump lo que más le interese sea el modelo de la Unesco: multilateralismo, trabajo en equipo, diplomacia, solidaridad… Las razones de su partida no se entienden bien. Han dicho que se van porque la Unesco está demasiado politizada y asume decisiones que van contra los intereses de Israel. Es lo mismo que dijeron cuando se marcharon en 1984, hemos encontrado documentos muy interesantes que lo demuestran. Aseguran que se han ido por decisiones adoptadas sobre Jerusalén y Oriente Próximo, pero resulta que en los últimos tiempos habíamos logrado acuerdos sobre esas cuestiones ¡con el apoyo de EE UU! Y justo cuando se alcanza un consenso, se van. Y ahora ese consenso será, claro, mucho más difícil de obtener.

¿Cuáles cree que han sido las verdaderas razones de ese portazo? Todos sabemos que hay un movimiento político que está propiciando la retirada de Estados Unidos de organismos multilaterales de cooperación. Ya lo vimos en el acuerdo sobre el calentamiento global. La política actual de Washington no es favorable a las instituciones multilaterales. Lo paradójico es que hace poco, en nuestro Consejo Ejecutivo, el representante de Estados Unidos se felicitaba del trabajo realizado en la cooperación científica, la prevención de los extremismos, la educación de las mujeres… Es decir, que hay muchos asuntos de la agenda con los que están totalmente de acuerdo, pero luego hay un claro factor político, que es el que marca su salida.

¿Cree que el Gobierno de Trump es un paréntesis en el curso lógico de la historia política de EE UU o es la consecuencia de esa historia política? No sé si es un paréntesis, pero desde luego no es un fenómeno aislado. Hay un gran movimiento que no es favorable a la acción multilateral. Hay una tendencia política a la que tenemos que responder. Y no creo que haya que tratarla como un paréntesis que se acabará por sí misma tal y como empezó. Hará falta trabajar.

¿Y el Brexit? ¿Está afectando ya a la relación de Reino Unido con la institución que dirige? Durante todo el año que ha terminado, Reino Unido ha sido un buen socio, incluso cuando ya había decidido marcharse de la Unión Europea. Incrementó su apoyo financiero a la Unesco en lo relativo a las campañas para la educación de las niñas, que es una prioridad absoluta. Hasta hoy, no he sentido un efecto Brexit en la relación entre Reino Unido y la Unesco.

Hay 132 millones de niñas en el mundo que no están escolarizadas. Son cifras de la Unesco. Son terribles. Y hay 750 millones de personas adultas que no saben ni leer ni escribir, y dos tercios de ellas son mujeres. Urge actuar. Acabo de volver de Camboya y allí estamos trabajando en fábricas con programas de educación de mujeres que nunca han ido a la escuela. En muchos países, miles y miles de adolescentes abandonan el colegio por diversas causas: bodas infantiles, embarazos, problemas económicos… Los 15 y 16 años es una edad crítica en muchos países. También hay un grave problema de falta de paridad en presencia femenina en los estudios científicos.

¿Hay que ser feminista para ocupar hoy la dirección general de la Unesco? Sí, y da igual que sea una mujer o un hombre quien esté al frente. Esas desigualdades son un grave hándicap para el mundo. Si se quieren tratar de verdad las cuestiones de la paz, del desarrollo y del conocimiento, si eso no pasa por una mayor inclusión de la mujer, no se logrará nada. Hay cosas que hay que corregir ya. Todavía hay libros escolares donde los estereotipos sobre las profesiones del hombre y de la mujer son fortísimos. Hay legislaciones que no están adaptadas a la igualdad hombre-mujer. Hay que derribar todo eso.

¿Qué opina de movimientos como #MeToo? Hace poco, en estas páginas, la actriz Juliette Binoche decía que le ha llegado “el momento de renovarse”. ¿Qué opina? Yo creo que no se le puede pedir a la ola feminista ser de entrada una ola razonada y tranquila, porque está respondiendo a desigualdades y situaciones injustas que vienen de siglos atrás, y seguro que no es perfecta, pero para mí no es un movimiento que haya que frenar, al contrario, hay que impulsarlo. Lo importante es el largo plazo, hay que cambiar las estructuras. No se trata solo de corregir injusticias individuales, sino las infraestructuras de la sociedad. Tiene que haber mujeres al frente de compañías, una empresa no es la misma cuando hay mujeres tomando decisiones. Y lo único que va a transformar todo eso es la educación.

¿Ha tenido que sufrir usted en su trayectoria profesional situaciones de machismo? Por supuesto. Y lo peor de todo es la autocensura, que tiene que ver con la vida profesional de las mujeres, la conciliación, la culpabilización… Una vez promocioné a una mujer de mi equipo y vino y me dijo: “¡Gracias, te prometo que no tendré hijos!”. Es increíble. Tener que elegir entre la carrera profesional y la vida familiar es terrible para una mujer.

En marzo se celebrará en París, auspiciada por la Unesco, una conferencia internacional sobre inteligencia artificial. ¿Puede adelantar algo? Los propios profesionales que están trabajando en inteligencia artificial se hacen preguntas sin parar, y no quieren que se les deje solos en ese debate. Hay que mantener un diálogo internacional acerca de qué principios comunes tenemos que marcarnos en el tema de la ética científica, y concretamente con el genoma, principios que defiendan los valores del humanismo. No se puede perder tiempo en eso. Vamos a hablar con científicos, con educadores, con políticos… Queremos crear un marco normativo en el que se comprometan los Estados miembros. Y a partir de ahí intentar que los asuman en sus propias leyes.

¿Cómo es la relación de la Unesco con China en lo relativo no solo a los experimentos sobre el ADN de bebés, sino también a la censura cultural y periodística? Las relaciones son excelentes. Durante mi visita a Pekín en julio, el presidente Xi Jinping me recibió para subrayar la voluntad de poner en marcha una colaboración estratégica. China es también su sector privado, que se ha comprometido con la Unesco a través de contribuciones voluntarias en la preservación del patrimonio en África y en la educación de niñas y de mujeres. Dicho esto, en Naciones Unidas rige un principio que es el de la igualdad de tratamiento de todos los Estados miembros. Y en ese sentido actúa la Unesco en sus ámbitos de competencia, en especial en el de la libertad de expresión y en el de la libertad de prensa. La seguridad de todos los periodistas, no solo los chinos, es un asunto capital para nosotros, y no podemos tolerar amenazas sobre ellos. Por otra parte, cuando recientemente un científico chino anunció que había hecho nacer a los primeros bebés genéticamente modificados, volvimos a subrayar la necesidad absoluta de tener en cuenta los principios éticos internacionalmente reconocidos que defienden el valor de los derechos humanos y de la dignidad humana como requisito previo indispensable a toda investigación o intervención médica sobre seres humanos.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/01/07/eps/1546875669_855194.html

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Unicef, OCDE y Unesco destacan la necesidad de una educación preescolar universal y de calidad

Por: UNESCO 

“Las etapas más importantes de la vida de los niños transcurren antes de que entren por primera vez en una escuela primaria. Al cumplir cinco años, el cerebro del niño ha alcanzado ya el 90 por ciento de su desarrollo y las bases para el éxito en la escuela y el resto de la vida ya están asentadas”, según explica un blog conjunto UNICEF-OCDE-UNESCO.

Pero en el mundo, el 50 por ciento de los niños de edad preescolar no pueden aprovechar las oportunidades educativas para la primera infancia, que podrían influir en sus vidas y en sus aprendizajes a largo plazo.

La atención y educación de la primera infancia (AEPI) establece cimientos sólidos para el aprendizaje a lo largo de toda la vida, realza la disponibilidad de los niños para la escolarización primaria y pone en marcha un ciclo positivo de desarrollo en sus vidas. Puesto que los déficits de aprendizaje empiezan a crecer antes de que el niño ingrese en la enseñanza primaria, es de particular importancia la tarea de garantizar una AEPI de calidad para los niños desfavorecidos.

Una AEPI de calidad es un elemento indispensable para alcanzar el objetivo de “que nadie quede rezagado”. Este fue el mensaje difundido por la Reunión Mundial sobre la Educación, celebrada en Bruselas (Bélgica) en diciembre de 2018. La UNESCO colaboró con la OCDE y el UNICEF para congregar expertos y profesionales a fin de hacer hincapié en la importancia esencial de lograr una AEPI de calidad para todos en el marco del ODS 4 de la Agenda 2030 de Educación.

Esta iniciativa conjunta abordó los retos que plantean el acceso equitativo, la calidad y la financiación de la AEPI, que afrontan tanto el Norte como el Sur, y mostró cómo Colombia, Estonia y Mongolia han hecho frente a esos desafíos.

¿Cómo podemos proporcionar una educación preescolar universal y de calidad?

En el blog conjunto UNICEF-OCDE-UNESCO, firmado por Jo Bourne, Andreas Schleicher y Jordan Naidoo (link is external), figuran propuestas de acción concreta que se pueden emprender a fin de proporcionar a todos los niños del mundo que están en edad de aprender el acceso a la AEPI de calidad que merecen.

La UNESCO apoya a los Estados Miembros en la consecución de la meta 4.2 de los ODS, mediante la promoción de base empírica, la generación y difusión del conocimiento, el aumento de capacidades y la creación de redes y asociaciones.

En particular, la UNESCO, en colaboración con la OCDE, elabora actualmente una encuesta internacional para el personal de AEPI denominada STEPP (Survey of Teachers in Pre-primary Education) destinada a los países de ingresos medios y bajos, con miras a promover la formulación de políticas de base empírica para desarrollar la AEPI.

La Oficina de la UNESCO en Bangkok acaba de publicar el volumen ECCE Teacher Competency Framework for Pacific Small Island Developing States [Marco de competencias docentes en AEPI para los pequeños Estados insulares en desarrollo del Pacífico] con el fin de apoyar el aprendizaje temprano de calidad. El IIPE, la UNESCO, el UNICEF y la Alianza Mundial para la Educación colaboran en la preparación de cursos masivos de educación a distancia (MOOC) sobre la incorporación de la AEPI a la planificación del sector educativo; estos cursos se iniciarán en 2019 con el fin de reforzar el aumento de capacidades en este ámbito.

“Debemos situar la educación preescolar de calidad en el centro de los planes y las políticas de educación en todos los países”, concluye el blog conjunto.

*Fuente: https://es.unesco.org/news/mundo-preparado-aprender-llamamiento-conjunto-pro-educacion-calidad-primera-infancia-todos

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Does Zimbabwe have a higher literacy rate than SA?

Africa/ Zimbabwe / 15.01.2019/ Source:  bulawayo24.com.

South Africa is set to hold national elections in 2019, a year the ruling African National Congress marks its 107th anniversary.

Radio 702 talk show host Bruce Whitfield spoke to Bonang Mohale, head of Business Leadership South Africa, about what he expects from the party’s election manifesto at its launch on 12 January.

Mohale said he was looking at six issues. One was education, which he described as «the most tragic story of the last 25 years».

He said Zimbabwe’s former president, Robert Mugabe, «boasts of 94% literacy rate. South Africa’s is nowhere near that.»

Do statistics back up his claim?

Education experts previously told Africa Check that comparing literacy rates can be difficult, as countries often have different definitions of literacy.

Zimbabwe’s most recent labour force survey estimated that 97,6% of people older than 15 were literate in 2014. These were people who said they had completed Grade 3.

South Africa’s 2017 general household survey estimated that 94,3% of people older than 20 were literate. But these were people who said they could read and write with «no difficulty» or «some difficulty».

The United Nations Educational, Scientific and Cultural Organisation (Unesco) calculates its own estimates of literacy.

Its latest estimate for both countries is for 2014. That year South Africa’s literacy rate was 94,1% for people 15 years and older.

Unesco used data from Zimbabwe’s 2014 Multiple Indicators Cluster and Health Survey to estimate the country’s literacy rate as 88.7% of people 15 years and older.

The data for Zimbabwe was based on a reading assessment – not self-reporting. A reading test is likely to produce a lower rate, Unesco says.

Literacy rate comparisons should be made with caution, as there are differences in the definitions used and the way people are surveyed.

 

Source of the notice: https://bulawayo24.com/index-id-opinion-sc-national-byo-153568.html

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Stefania Giannini, directora de educación de la UNESCO: El papel de la educación superior es reafirmar los valores universales.

La educación superior tiene un papel clave que desempeñar para contrarrestar la propagación del populismo y el nacionalismo y abordar los desafíos globales como la pobreza y el cambio climático, al reafirmar los valores universales de la dignidad humana y el valor de la ciencia y la investigación, dijo la directora de educación de la UNESCO, Stefania Giannini. la semana pasada. 

La competencia entre universidades y entre países será cada vez más sobre el capital humano, advirtió. Los países que sean capaces de atraer personas talentosas y muy calificadas y darles oportunidades para mejorar sus competencias serán los más competitivos.

Pero los mismos países también construirán sociedades más inclusivas «porque un sistema sólido de educación superior, a nivel nacional, puede ayudar a disminuir las tensiones sociales, ayudar a las personas a ser tolerantes y conocer mejor las diferentes culturas, religiones e idiomas». 

La UNESCO, como la ONU y organización internacional líder dedicada a la educación, la ciencia y la cultura, puede estar luchando en un contexto difícil de creciente oposición al multilateralismo y la globalización, pero su misión, la de construir la paz ‘en la mente de los hombres’, todavía tiene mucho Para ofrecer al mundo, dijo a los periodistas en Londres, especialmente en el contexto actual. 

Dijo que la globalización, aunque había permitido a las personas vivir, aprender y trabajar en diferentes países, se había convertido en una palabra negativa para muchas personas comunes que enfrentan desafíos como resultado de ello.

«Quizás ahora sea el momento de volver a una perspectiva universal [basada en] la dignidad humana, el respeto, la tolerancia, el intercambio de conocimientos de culturas y religiones. Esta es una dimensión en la que la educación y específicamente la educación superior pueden desempeñar un papel crucial «. 

Ella habló sobre el 70 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, antes de un discurso amplio en el que argumentó que la educación superior es una» derechos humanos fundamentales ”y, más que nunca, la educación es la“ infraestructura principal para construir el desarrollo sostenible y las sociedades sostenibles ”y debe contribuir a la“ sociedad en su conjunto ”. 

“La educación superior tiene un papel de primera línea que desempeñar para comprender y encontrar soluciones a los desafíos que afectan a todos los países, incluso en sus dimensiones éticas.

“Las instituciones de educación superior son vitales para promover el desarrollo nacional y regional inclusivo, para conformar sociedades más resilientes e inclusivas. Están estrechamente vinculados a la configuración del tejido económico, social y ambiental de nuestro mundo «. 

Giannini, que fue la segunda rectora de Italia, líder de la Universidad para Extranjeros de Perugia, orientada al estudio, por extranjeros, de la lengua y cultura italiana, y fue el ministro de educación de Italia entre 2014 y 2016, habló en Londres en un evento que marcó el 21 aniversario de la Agencia de Garantía de Calidad del Reino Unido para la Educación Superior.

Ella dijo que el mundo es testigo de una revolución en curso en la educación superior que la UNESCO, como la única agencia de las Naciones Unidas con un mandato en este campo, tiene la responsabilidad de guiar, con todos sus socios, hacia la inclusión, relevancia y excelencia para todos los estudiantes. 

La garantía de calidad es clave para la supervivencia

«Es una revolución que refleja la globalización acelerada, los cambios demográficos y los saltos cuánticos en la tecnología que están transformando profundamente la forma en que vivimos, trabajamos y aprendemos, incluso borrando los límites de lo que significa ser humano. 

«Yo diría que la garantía de calidad es co-sustancial con la supervivencia misma de una universidad, y de nuestra responsabilidad para con las generaciones de estudiantes».

Dijo que, aunque existía una tradición de excelencia en algunas de las universidades más antiguas, el desafío actual de cada universidad es ofrecer programas de alta calidad que satisfagan las expectativas de los estudiantes, inspirarlos a ser creativos, abiertos e innovadores, a ser críticos. Pensadores con la ambición y el conocimiento para asumir los desafíos complejos e interdependientes de nuestros tiempos. 

“Necesitamos construir sistemas de excelencia inclusivos, accesibles y abiertos, y que sean responsables”. 

Señaló dos desarrollos importantes que están cambiando o desafiando el papel de las universidades. 

Primero, por primera vez una agenda universal, adoptada por todos los estados miembros de las Naciones Unidas en 2015, reconoce el papel de la educación superior para abordar los problemas y desafíos críticos del siglo XXI.

La Agenda 2030, compuesta por 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), proporciona un marco amplio para desarrollar planes de estudio de educación superior e investigación orientada a combatir la pobreza, las desigualdades y el hambre, mejorar la salud, lograr la educación universal, proteger nuestro planeta y dar forma a ciudades más sostenibles. , comunidades y sociedades. 

Solicite un enfoque multidisciplinario

“Estos desafíos están interconectados y requieren un enfoque multidisciplinario: las universidades tienen una herencia de conocimiento unificado que necesitamos desarrollar aún más. 

«Ninguna se realizará sin una educación de calidad, a todos los niveles».

Uno de los objetivos de la meta de educación, SDG4, se refiere específicamente a proporcionar «acceso igualitario para todas las mujeres y hombres a una educación técnica, profesional y terciaria asequible y de calidad, incluida la universidad». 

El logro de este objetivo presenta grandes desafíos frente al segundo desarrollo, que es el panorama del cambio que está evolucionando a un ritmo cada vez mayor e impredecible, dijo. 

Ese cambio incluye tres tendencias. Primero, una demanda de educación superior que está aumentando en casi todas las partes del mundo y está impulsada por las tendencias demográficas. Se estima que 221 millones de estudiantes están matriculados en educación superior en todo el mundo hoy en día, una cifra que se situó en 143 millones en 2006 y solo 68 millones en 1991.

Este es un crecimiento exponencial: la inscripción en América Latina y el Caribe aumentó de 22% en 2000 a 50% en la actualidad, en Europa y América del Norte de 55% a 76%, en Asia oriental y sudoriental de 15% a 46%, y en África, aunque todavía está muy por debajo del promedio global del 37%, del 4% al 8%, dijo. 

Una segunda tendencia es el aumento de la movilidad de investigadores, estudiantes y personal universitario. En 2017, hasta 4.6 millones de estudiantes viajaron al extranjero para estudiar, lo que equivale a uno de cada 40 estudiantes en todo el mundo. Se prevé que este número se duplicará a más de ocho millones para 2025. 

«Europa sigue siendo el principal destino para los estudiantes de nivel terciario inscritos fuera de su país de origen, albergando alrededor del 50% del total, seguido de América del Norte, con el 20%». 

Explosión en números de proveedor

La tercera tendencia importante es la diversificación de la comunidad académica global y una explosión en el número y tipo de proveedores de educación superior, modalidades de provisión y de programas y certificados, que ahora incluyen títulos de «Bachelor para bebés» y «Micro-Masters». 

La tecnología ha generado opciones, pero también corrupción en forma de ensayos y fábricas de títulos que socavan la reputación del sector, dijo Giannini. 

Estos desafíos requieren un diálogo y una cooperación globales y la UNESCO considera que su misión principal es un compromiso con el desarrollo de políticas y prácticas de educación superior en todo el mundo mediante el establecimiento de normas y el suministro de plataformas para el diálogo y el intercambio de experiencias.

Estas plataformas incluyen los cinco convenios regionales de la UNESCO sobre el reconocimiento de las cualificaciones de educación superior, para la región de África, los Estados árabes, Asia-Pacífico, Europa y América del Norte, y para América Latina y el Caribe. 

Su objetivo es promover la «cooperación en lugar de la competencia», la inclusión, la transparencia y la confianza. Estos son factores clave para construir un marco de garantía de calidad global, dijo. 

Proyecto

El proyecto más ambicioso de la UNESCO en su trabajo en los últimos años es la elaboración de una Convención Mundial sobre el Reconocimiento de las Cualificaciones de Educación Superior, con el objetivo de su adopción en la 40a Conferencia General de la UNESCO, el órgano rector más importante de la organización, en noviembre de 2019.

«Este será un nuevo hito en la educación superior y una oportunidad para dar un ‘pasaporte de conocimiento’ a nuestros estudiantes», dijo Giannini. 

“Juntos, estos acuerdos formales vinculantes representan un paso significativo en el fomento de la confianza mundial. Pueden mejorar no solo la movilidad académica y profesional, sino que también mejorarán la cooperación internacional en la educación superior ”. 

Giannini dijo que junto con la inclusión, la garantía de calidad es la clave para los sistemas sólidos de educación superior en todo el mundo. Pero muchos países en desarrollo no tienen agencias nacionales de garantía de calidad, poniendo en peligro sus sistemas de educación superior que están bajo presión para expandirse.

“Tomemos el caso de África: en 2050, se calcula que 2.400 millones de personas vivirán en África, en comparación con los 1.000 millones actuales, con consecuencias directas para la inscripción de estudiantes en la educación superior, que se espera que aumenten en un 50% de los estudiantes universitarios para 2063. 

“Esto obligará a las universidades existentes a mejorar sus programas, a las nuevas instituciones a abrirse y los nuevos modos de distribución a expandirse para que la educación superior sea accesible para más estudiantes. La medida en que las instituciones orienten sus programas al desarrollo sostenible de la región será fundamental para garantizar que los graduados estén preparados para asumir su futuro «. La 

UNESCO está trabajando con 10 países africanos para ayudar a establecer estos mecanismos.

También está trabajando con la OCDE para actualizar las pautas de provisión de calidad en la entrega transfronteriza de educación superior. 

«Los sistemas de alta calidad son inclusivos»

En su discurso, Giannini dijo que los sistemas de alta calidad son sistemas inclusivos. A medida que se expande la demanda de educación terciaria, se deben diseñar más políticas para eliminar las múltiples barreras que enfrentan ciertos grupos y facilitar su participación. 

Estas políticas deben prestar especial atención a aquellos estudiantes que, teniendo buenas trayectorias académicas, sufren discriminaciones estructurales que los dejan fuera del nivel de educación terciaria. 

Destacó que se debe hacer más para alentar la participación de las mujeres en las disciplinas científicas.

Y subrayó que la inclusión de refugiados, migrantes y personas desplazadas en la educación superior es «especialmente urgente en el clima actual, no solo en Europa sino en otras regiones del mundo». Esta es una cuestión de derechos humanos, de dignidad humana, de respeto y tolerancia ”. 

El mes pasado, la UNESCO lanzó su Informe de seguimiento de la educación mundial, que este año se centra en los refugiados, los desplazamientos y la migración. 

El informe advierte sobre la necesidad de acuerdos dentro de los países que reconocen las calificaciones que los migrantes traen consigo para evitar desperdiciar su potencial. 

Actualmente, menos de una cuarta parte de los inmigrantes en el mundo están cubiertos por un acuerdo de reconocimiento internacional.

El informe revela hasta qué punto esto desperdicia el potencial: solo el 30% de las personas con títulos terciarios obtenidos fuera de Europa y América del Norte trabajan en ocupaciones altamente calificadas. Menos del 15% informó que su nivel de educación coincidía con su trabajo, en comparación con casi el 75% de los nativos. 

El año pasado, la adopción de una Recomendación del Convenio de Lisboa sobre el Reconocimiento de las Cualificaciones de Refugiados hizo un llamado claro a los sistemas de educación superior para que implementen procedimientos que reconozcan los talentos individuales, la experiencia y el aprendizaje previo, tanto formal como informal, para acceder a estudios adicionales en Niveles más altos, incluso en ausencia de documentos oficiales.

«Esta no es solo una cuestión técnica para validar los diplomas, sino también un llamado a cambiar la forma en que las sociedades consideran a los migrantes y refugiados, y valoran sus talentos como una contribución a la sociedad», dijo. 

Competencia y cooperación

Hablando con University World News , Giannini dijo que las palabras clave en el marco de la educación superior ahora son «competencia y cooperación». 

Ella dijo que debido a la creciente competencia internacional, se requiere que las universidades demuestren que su nivel de investigación es más alto que el de otras instituciones, para que sean cada vez más capaces de atraer a los mejores profesores, investigadores y estudiantes.

Pero al mismo tiempo «es solo gracias a la cooperación entre los principales actores de la cadena de conocimiento que podemos construir una verdadera sociedad inclusiva y encontrar las respuestas correctas a los grandes desafíos que enfrentamos ahora», como el cambio climático. 

Dijo que uno de los legados que Europa dejará en infraestructura, como lo demuestra el programa de investigación de la Unión Europea Horizonte 2020, por ejemplo, es la demostración de que las universidades pueden construir centros de conocimiento donde se puede encontrar una concentración y una agregación de competencias diferenciadas y enfocarse juntas en Problemas muy específicos.

Dijo que es una gran responsabilidad abordar los desafíos globales, pero reconoció que existe un problema derivado del desequilibrio entre el Norte y el Sur, dado que donde hay competencia, las universidades más fuertes continuarán atrayendo a los mejores talentos, y dado eso, dentro de los países en desarrollo. En los países, sin becas, solo la élite puede permitirse el lujo de estudiar en las principales instituciones en el extranjero. 

“Es por eso que tenemos que trabajar en una dimensión muy ambiciosa y universal y creo que tenemos las herramientas. Por eso, la UNESCO es el lugar adecuado para hacer algo como esto ”. 

Fuente: https://www.universityworldnews.com/post.php?story=20181216124727531

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Informe Mundial de Educación: aprendizaje conjunto contra el miedo a la inmigración

Redacción: Dw/09-01-2019

La UNESCO presenta su informe por primera vez en Berlín. El lema: «construir puentes en vez de muros». El organismo de Naciones Unidas para la educación describe cómo esta integra mejor a refugiados e inmigrantes.

Berlín fue por primera vez escenario de la presentación del Informe Mundial sobre Educación, que este año se centra en el tema migración y formación. Es un honor para el país, que desde 2015 ha acogido a más de un millón de refugiados y se cuenta entre los cada vez menos numrosos defensores de una política migratoria y de asilo humanitaria. La directora general de la UNESCO, Audrey Azoulay, presentó el informe.

El informe examina cómo migraciones y refugiados afectan a los sistemas educativos en todo el mundo. El documento, de 362 páginas, analiza el progreso que ya se ha hecho hacia la Agenda 2030 de las Naciones Unidas para la Educación. Y, de hecho, hay algunos avances positivos con respecto al programa de acción mundial «Educación para todos».

Entre 2000 y 2015, el acceso de las mujeres a la educación secundaria ha mejorado significativamente. Aunque el 63 por ciento de todos los analfabetos siguen siendo mujeres, la mayoría de las personas que inician la educación terciaria en la actualidad, como los estudios universitarios o la formación profesional, son también mujeres. Un gran paso adelante en términos de justicia global de género.

El informe se centra conscientemente en las oportunidades y los éxitos fruto de la interacción de la educación y la migración. Pues demasiado a menudo, según se quejan los autores, discursos «oportunistas» acaparan el tema de la migración y el exilio para «construir muros en lugar de puentes».

Las cifras lo demuestran: en promedio, una de cada ocho personas en el mundo es un migrante interno, es decir, alguien que tuvo que mudarse a otra región en su propio país. Una migración que tiene un impacto en los que se van, pero también en los que se quedan, especialmente en los países de ingresos bajos y medios. Para los países anfitriones, ciertamente supone oportunidades económicas, sostiene el informe. La razón: la gente con educación superior es mucho más propensa a decidir mudarse a otra región, otro país u otro continente. Una tendencia que es reconocible a nivel mundial.

 Kenia Slum und Apartmentsiedlung grenzen aneinander, Nairobi (picture-alliance/imageBROKER/U. Doering)El acceso a la educación: en los barrios marginales de Nairobi es mucho más difícil que en el vecino barrio acomodado.

Especialmente el éxodo rural priva a muchas personas desplazadas internamente de sus oportunidades educativas. Al menos 800 millones de personas viven en barrios marginales donde no hay acceso a electricidad, agua y educación. Lo que esto significa está ilustrado por el ejemplo de Bangladesh. Allí, en 2016, la proporción de adultos jóvenes en la escuela secundaria que no asistían a clase era el doble en barrios marginales que en otras áreas urbanas. Por lo tanto, el informe llama a los gobiernos de todo el mundo a la planificación urbana. Las escuelas públicas tendrían que estar también en estos asentamientos informales y barrios marginales, de lo contrario el derecho universal a la educación sería papel mojado.

Garantizar el derecho a la educación, abordar el tema de los refugiados

La migración internacional  también afecta cada vez a más sistemas educativos. En 2017, según el informe, había 258 millones de migrantes internacionales. En la mayoría de los países miembros de la OCDE, al menos una quinta parte de los estudiantes de 15 años en 2015 eran migrantes o tenían un trasfondo migratorio. Este es un reto para los sistemas educativos.

Con una extensa lista de ejemplos de buenas prácticas y de recomendaciones, el informe muestra lo que puede ser correcto o incorrecto en la práctica concreta del sistema educativo. Por ejemplo, los refugiados deben tener derechos educativos exigibles, lo que significa eliminar las barreras discriminatorias. Un ejemplo es que el certificado de nacimiento ya no puede convertirse en una condición para el ingreso al sistema escolar nacional. «Las regulaciones existentes no deben incluir lagunas o áreas grises que permitan la interpretación de funcionarios individuales a nivel local o escolar», escriben los autores.

Kongo DRK Schulkind (DW/Flávio Forner )Todos los niños tienen derecho a ir a la escuela, sean migrantes o refugiados.

Y critican duramente la extendida práctica de tratar a los migrantes y refugiados como grupos de presencia temporal y, por tanto, relegados a una educación separada. Tanto la integración a largo plazo como el éxito educativo a corto plazo de los estudiantes inmigrantes son mayores cuanto menos se los separa de sus compañeros nativos. Esto queda claramente demostrado por los estudios científicos.

Para mejorar la coexistencia de sociedades heterogéneas, los autores del estudio también recomiendan una revisión del programa de estudios. En lugar de describir el asilo y la migración como un problema, también se debe enseñar a los estudiantes el otro lado de la historia de cada huida y cada exilio, por ejemplo la «contribución de la migración a la prosperidad y al bienestar» de la sociedad de acogida.

El gasto educativo de la ayuda al desarrollo se multiplicó por diez

Para que esto tenga éxito, los maestros deben poder presentar los temas con sensibilidad y con los conocimientos adecuados. Según el informe, recae sobre ellos una importante función de guía. «Si bien los maestros no son terapeutas, pueden ser capacitados para reconocer el estrés y el trauma y para remitir a los estudiantes que lo requieran al correspondiente especialista».

Sin embargo, la llegada de refugiados ha agravado la preexistente falta de maestros en muchos países. Por ejemplo, actualmente faltan 42.000 maestros en Alemania, 80.000 en Turquía y 7.000 en Uganda.

Además, los autores del Informe Mundial sobre la Educación recomiendan que se otorgue mayor importancia a las capacidades y las competencias de los refugiados y migrantes. «Aprovechar este potencial requiere mecanismos más simples, más baratos, más transparentes y más flexibles para reconocer las calificaciones académicas y las habilidades profesionales», reiteran. En el documento que la ONU prepara sobre migración para alcanzar un acuerdo global en 2019, el Pacto Global para una Migración Segura, Ordenada y Regular, se presta especial atención a este tema.

En particular, la cooperación global para el desarrollo demanda oportunidades educativas para los migrantes y refugiados. Los autores derivan esto del reconocimiento de que si bien dos tercios de los migrantes internacionales aspiran a irse a países de ingresos altos, nueve de cada diez refugiados terminan en países de ingresos bajos y medios. «Para cubrir estas necesidades, la proporción de ayuda humanitaria para la educación tendría que ser diez veces mayor». Una simple mirada a la situación en el África subsahariana muestra cuánta inversión se necesita en el sector escolar.

Fuente: https://www.dw.com/es/informe-mundial-de-educaci%C3%B3n-aprendizaje-conjunto-contra-el-miedo-a-la-inmigraci%C3%B3n/a-46368448

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Libro: Las Tecnologías de la información y la comunicación en la formación docente: guía de planificación (PDF)

UNESCO / Autor: Evgueni Khvilon (Coordinador) / Fuente: UNESDOC Biblioteca Digital

En el área educativa, los objetivos estratégicos de la UNESCO apuntan a mejorar la calidad de la educación por medio de la diversificación de contenidos y métodos, promover la experimentación, la innovación, la difusión y el uso compartido de información y de buenas prácticas, y estimular un diálogo fluido sobre las políticas a seguir.

Los sistemas educativos de todo el mundo se enfrentan actualmente al desafío de utilizar las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TICs) para proveer a sus alumnos con las herramientas y conocimientos necesarios para el siglo XXI. En 1998, el Informe Mundial sobre la Educación de la UNESCO, Los docentes y la enseñanza en un mundo en mutación, describió el profundo impacto de las TICs en los métodos convencionales de enseñanza y de aprendizaje, augurando también la transformación del proceso de enseñanza-aprendizaje y la forma en que docentes y alumnos acceden al conocimiento y la información.

Con el advenimiento de las nuevas tecnologías, el énfasis de la profesión docente está cambiando desde un enfoque centrado en el profesor y basado en clases magistrales, hacia una formación centrada principalmente en el alumno dentro de un entorno interactivo de aprendizaje. El diseño e implementación de programas de capacitación docente que utilicen las TICs efectivamente es un elemento clave para lograr reformas educativas profundas y de amplio alcance.

Las instituciones de educación docente deberán optar entre asumir un papel de liderazgo en la transformación de la educación, o bien quedar rezagadas en el camino del incesante cambio tecnológico. Para que la educación pueda explotar al máximo los beneficios de las TICs en el proceso de aprendizaje, es esencial que tanto los futuros docentes como los docentes en actividad sepan utilizar estas herramientas. Las instituciones y los programas de formación deben liderar y servir como modelo para la capacitación tanto de futuros docentes como de docentes en actividad, en lo que respecta a nuevos métodos pedagógicos y nuevas herramientas de aprendizaje.

Links para la descarga:

https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000129533_spa?fbclid=IwAR2j4ukuC0M9_5Xe4e7wW6qNazz7VCWzjAgzbWI5kKVFc1CqouTwIjCTTZE

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Fuente del documento:

https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000129533_spa?fbclid=IwAR2j4ukuC0M9_5Xe4e7wW6qNazz7VCWzjAgzbWI5kKVFc1CqouTwIjCTTZE

ove/mahv

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UNESCO: Preparar a los docentes para el futuro que queremos

UNESCO / 16 de diciembre de 2018 / Autor: UNESCO / Fuente: Virtual Educa

Durante su reunión anual en Montego Bay, Jamaica, entre el 5 y el 9 de noviembre, el Equipo Especial Internacional sobre Docentes para la Educación 2030 aprobó una declaración centrada en garantizar que las cuestiones vinculadas con los docentes continúen siendo el centro de interés de la agenda mundial de educación.

Mediante esta declaración, el Equipo Especial sobre Docentes refuerza su visión de que en el centro del derecho a la educación se halla la profesión docente altamente valorizada, cualificada y correctamente formada. De este modo, se formulan las siguientes recomendaciones:

  • Los socios internacionales deben intensificar sus esfuerzos para desarrollar definiciones robustas y clasificaciones sobre el significado de “docentes cualificados” y fortalecer la cooperación y los mecanismos de reporte con el fin de asegurar el monitoreo integral de la Meta 4.c del Objetivo de Desarrollo Sostenible 4.
  • Los gobiernos deben procurar una adecuada financiación de todos los bienes públicos, incluida la fuerza de trabajo docente, a través, principalmente, de la movilización nacional de recursos a través de políticas fiscales que sean socialmente justas, de medidas rigurosas contra la corrupción y los flujos financieros ilegales, de políticas docentes y de asignación docente efectivas y eficientes desarrolladas con la participación de docentes y sus organizaciones, y de un énfasis continuo en la movilización externa de recursos para complementar los recursos nacionales en los países.

Por otra parte, la doble perspectiva de la Agenda 2030 de Educación sobre equidad y aprendizaje sitúa a los docentes en el centro de las respuestas políticas en aras de la igualdad participativa y del aprendizaje a escala mundial. Los docentes pueden constituir una fuerza potente que contribuye a la igualdad con miras a superar las desigualdades de oportunidades al nacer. La contratación masiva de nuevos docentes poco formados o sin ninguna formación, en particular en los países menos desarrollados, es un motivo real de preocupación.

El Equipo Especial sobre Docentes expresó también su preocupación en cuanto al hecho de que la formación de los docentes no ha crecido al ritmo deseado con miras a preparar a los nuevos docentes para que puedan hacer frente a los cambios rápidos debido a la globalización, la migración, el cambio demográfico y los avances tecnológicos que determinarán el futuro de la educación.

Además, la formación de los docentes en un mundo cada vez más complejo debe orientarse hacia el futuro y prepararlos, a su vez, para el aprendizaje continuo. La formación debe facilitar la reflexión por parte de los docentes sobre cuestiones vinculadas con el tipo de educación que resulta más pertinente y adecuada según las necesidades de los jóvenes en un entorno de aprendizaje diferente como el del siglo XXI.

El Equipo Especial sobre Docentes reconoce la importancia de las tecnologías de la información y la comunicación en la educación. No obstante, las tecnologías deben ser consideradas como una herramienta de apoyo para los docentes y no como instrumentos de sustitución. La formación de los docentes deberá entonces facilitar la utilización por parte de estos de las tecnologías como respaldo al aprendizaje en un marco educativo holístico y centrado en el ser humano.

Asimismo, el Equipo Especial recordó que la formación de los docentes debe considerarse como una formación a lo largo de toda la carrera y que resulta conveniente dar una atención particular a la naturaleza del desarrollo profesional de los docentes, a los marcos de competencias, al desarrollo de los planes pedagógicos y a las comunidades de aprendizaje/comunidades de práctica profesionales. Al ser la docencia una profesión basada en el conocimiento, se debe estimular a los docentes y formadores para que actualicen su base de conocimientos.

A través de esta declaración, el Equipo Especial sobre Docentes estimula un tipo de formación para los docentes que les permite gestionar los cambios y hallarse en medida de forjar un futuro justo y equitativo que no excluya a nadie.

Fuente de la Noticia:

https://virtualeduca.org/mediacenter/preparar-a-los-docentes-para-el-futuro-que-queremos/

ove/mahv

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