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Educación sexual en el colegio: El antídoto contra las «Manadas»

Por: otromundoesposible.net/05-12-2018

ESPAÑA ES DE LOS POCOS PAÍSES QUE NO ACEPTA LA EDUCACIÓN SEXUAL COMO ASIGNATURA, A PESAR DE LAS RECOMENDACIONES DE LA UNESCO. EXPERTOS ASEGURAN QUE PODRÍA EVITAR CASOS COMO EL DE LA MANADA.

«La educación sexual en los colegios es esencial para la igualdad de género y la salud reproductiva». No lo dice un teórico, un sexólogo ni ninguna institución interesada. Es la conclusión a la que llegó Naciones Unidas, más concretamente la Unesco, en un informe publicado hace apenas tres años. La Organización Mundial de la Salud ya había advertido, a principios de este siglo, de la necesidad de que «los programas de educación sexual se inicien tempranamente, sean específicos para cada edad y constituyan una actividad continua de promoción de la salud durante los años escolares. Deberían empezar en la familia, con los niños en edad preescolar, y estar en conexión con la escuela».

El 80% de los países analizados por la Unesco para su estudio contaba con algún programa que contemplaba la educación sexual como materia en los colegios. España no está entre ellos. Más allá de iniciativas individuales en algunos centros, no existe, en nuestro país, obligación legislativa de incluir en el currículum escolar ninguna asignatura con un contenido relacionado con la sexualidad, bien sea a nivel biológico, social o psicológico.

Respecto a la situación mundial, la especialista principal en Educación para la Salud del Programa de la Unesco, Joanna Herat, declaró en la presentación del análisis que «a pesar del aumento de la voluntad política, sigue habiendo una brecha importante entre las diversas políticas regionales y mundiales vigentes y su aplicación sobre el terreno. Por ese motivo, a los jóvenes se les deniega a menudo hasta la información más elemental sobre su salud y sus derechos en materia de sexo y reproducción».

En España ni siquiera estamos en la fase de «voluntad política», más allá de que algunos gobiernos regionales y municipales organizan charlas puntuales en institutos, dirigidas a adolescentes. En varias de ellas ha participado el sexólogo José Bustamante, que considera estas iniciativas del todo insuficientes: «Son solo un par de horas, y no asimilan lo que les contamos, no se les impregna porque no tienen la continuidad de una asignatura. Además, tienes que luchar contra la otra parte de la balanza, la educación patriarcal de muchas familias, y la televisión».

El especialista cree que impartir una materia así en los colegios es absolutamente necesaria en España, y que en casos como el de La Manada tiene mucho que ver esa carencia. «Es la educación en salud sexual, pero no solo higienista, la que se refiere a enfermedades de transmisión sexual o embarazos, sino la que también abarca el conocimiento y asimilación de la libertad propia y la del otro», matiza Bustamante.

La pocas veces que se ha iniciado un debate en España, los sectores conservadores lo han frenado. «Piensan que educar sexualmente es incitar a practicar el sexo desde pequeños, ser promiscuos, a frivolizar sobre un tema tan serio. Pero ya hay muchos estudios científicos, como los de la propia Unesco, que dicen todo lo contrario», explica este experto.

En España, la educación sexual no ha estado regulada de manera expresa en ningún periodo legislativo. La LOGSE de 1990 lo incluía en la «educación para la salud», una materia transversal. Con la Ley Orgánica de Educación (LOE) de 2006, se incluyeron algunos contenidos sobre sexualidad en la asignatura Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos, con el PSOE en el Gobierno. Con la llegada del PP y la siguiente reforma educativa en 2013 (LOMCE), se eliminó todo contenido relacionado con la sexualidad en el currículum académico español.

Bustamante concluye, en este sentido: «Está demostrado empíricamente que quienes reciben educación sexual desde pequeños le cogen más respeto, suelen pensárselo más y, sobre todo, aprenden a respetar la intimidad y la postura de la otra persona. Debemos ceñirnos más a lo que dice la ciencia, y dejarnos de ideologías».

*Fuente: https://www.otromundoesposible.net/educacion-sexual-en-el-colegio-el-antidoto-contra-las-manadas/


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Así es ser niña en Chad, entre matrimonios forzosos y ablación

Por: Tiziana Trotta. 

Sifa Kaite, coordinadora del programa de protección a la infancia del Servicio Jesuita de Ayuda a Refugiados y Entreculturas en el país africano, habla de las principales amenazas para las más jóvenes

Sifa Kaite (República Democrática del Congo, 1982) quería ser abogada, pero un viaje a Sudáfrica trastocó sus planes. Conocer de primera mano la vida en los suburbios, la violencia a la que se enfrentaban día tras día sus habitantes, los abusos a las chicas le hicieron ver claro que lo que quería era dedicarse a defender los derechos humanos, en especial los de la infancia. Cambió una vida cómoda en Bélgica, donde se había mudado con su familia, por Chad, donde ya lleva cinco años y ahora coordina el programa de protección a la infancia de la ONG Entreculturas y el Servicio Jesuita de Ayuda a Refugiados.

“Todo empieza con los niños y niñas. Si podemos trabajar para mejorar su situación, la sociedad en su conjunto se va a beneficiar del cambio”, explica desde la sede de Entreculturas en Madrid, adonde ha venido para participar en la presentación del informe Niñas libres de violencia: derecho a la educación como garantía de igualdad.

Mudarse al país africano no fue fácil para ella. “Dejé atrás un entorno confortable y una manera de trabajar que conocía para asomarme a un sistema patriarcal, donde he encontrado muchos obstáculos por ser mujer y extranjera. Al principio fue muy complicado imponerme, pero creo que esto me ha fortalecido. Entendí que no hacía falta representar causas enormes para obtener lo que quiero: progreso hacia los derechos humanos”.

Kaite en la actualidad coordina las actividades de protección de la infancia de su organización en el este del país, en Gozbeida, Iriba, Guéréda y Koukou. En esta zona, viven alrededor de 430.000 refugiados huidos de la violencia de Darfur, en Sudán. Más de la mitad (58%) son niños. Más de una década después del estallido del conflicto, la situación de los refugiados sudaneses está a riesgo de convertirse en crónica. Los peligros para la infancia, explica la experta congoleña, son enormes, en especial para las niñas. Estas son víctimas de una discriminación doble, por ser mujeres y refugiadas, en un país que no se lo pone nada fácil: Chad es el séptimo peor lugar del mundo para ser niños, según la clasificación anual deSave the Children. Los chicos y chicas de distintas edades entrevistados para la preparación del informe de Entreculturas destacaron, en particular, siete amenazas para las niñas chadianas.

Matrimonio temprano

Solo en la región de Sila, donde se encuentra Gozbeida, un 37,5% de las mujeres entre 20 y 24 años, ya estaban casadas a los 15, según el Fondo de Población de las Naciones Unidas. “Algunos creen que es la mejor opción para la niña y para la familia, una herramienta para controlar la sexualidad de la mujer y evitar que pueda deshonrar a sus parientes”, señala Kaite. La ley chadiana fija la edad mínima para casarse en 18 años, algo que las familias saben muy bien y, por eso, intentan esconder estas uniones. “Dicen que solo quieren designar al marido para que ningún chico se acerque a sus hijas, pero que el matrimonio no se consumirá hasta que ella alcance los 18 años. Es imposible comprobar lo que de verdad ocurre”. Estas prácticas, asegura, están muy arraigadas en la cultura y por eso son muy difíciles de erradicar. Otro obstáculo consiste en la falta de acceso a la justicia en algunas zonas del país, a pesar de que Chad haya firmado todas las convenciones internacionales sobre el tema. “Sin embargo, soy positiva”, dice Kaite. “Hace ya 15 años que las ONG tienen una fuerte presencia en el este del país y su trabajo de sensibilización contribuye a mejorar la situación”.

Matrimonio forzoso

“En el caso de las más jóvenes, obligarlas a casarse con alguien al que no han escogido es una clara vulneración de sus derechos, porque no tienen capacidad para dar el consentimiento”, indica, pero para las adolescentes hay más matices. “A veces mantienen una actitud pasiva, que se interpreta como un consentimiento implícito a casarse. No quieren a ese hombre, pero aceptan que su familia que lo haya elegido, que así es su cultura, que hay que casarse de todas formas”.

Sifa Kaite, coordinadora de Protección de la Infancia en los campos de refugiados de Chad del Servicio Jesuita de Ayuda a Refugiados y Entreculturas, posa en la sede de la ONG en Madrid.
Sifa Kaite, coordinadora de Protección de la Infancia en los campos de refugiados de Chad del Servicio Jesuita de Ayuda a Refugiados y Entreculturas, posa en la sede de la ONG en Madrid. ANDREA COMAS

Violencia sexual

Como en el caso de los matrimonios forzosos, ante este tipo de violencia se vuelve a presentar el problema del consentimiento. “Hace poco tuvimos el caso de una chica que estaba siendo cortejada por un coetáneo que quería mantener relaciones sexuales con ella. Un día salen a dar un paseo y acaban en casa de él, pero, una vez allí, ella se niega a acostarse con él, entonces el chico la fuerza. Es un caso claro de violación, pero el juez ha estimado que ella había dado su consentimiento por el simple hecho de haber ido a casa del chico, sabiendo lo que esto iba a suponer”. Este episodio no se reconoció como violación.

Tareas domésticas

Desde pequeñas, las niñas saben que van a tener que trabajar mucho para ayudar a la familia. Incluso aquellas que frecuentan la escuela: se levantan temprano para ocuparse del hogar, vuelven antes de clase para preparar la comida… No le queda tiempo para estudiar y pueden acabar abandonando los estudios. “Y la niña que no va a clase pierde la protección de la escuela y se enfrenta a un enorme riesgo”.

Negligencia

La negligencia puede manifestarse en muchas formas: los padres, por ejemplo, no llevan una niña al centro de salud a no ser algo extremadamente grave. O no le permiten estudiar, porque lo consideran una pérdida de tiempo. Pero también existe negligencia afectiva y, advierte Kaite, puede tener un coste muy elevado. “La niña que no beneficia de atención en el seno de la familia, la busca fuera. Allí está el peligro. Se dirige a los chicos y para ella recibir un halago de un chico significa mucho más. Por muy poco que reciba, puede dar mucho. Algunas incluso acaban en la prostitución”.

Mutilación genital femenina

Se estima que dos de cada cinco mujeres en Chad han sido víctimas de algunas formas de mutilación genital femenina, según datos de Unicef. “Los padres no tienen la sensación de estar llevando a cabo una violencia sobre su hija: es la cultura, la tradición, el rito para iniciarse a la edad adulta. Si no estás mutilada, no te puedes casar, es decir, que quedas fuera de la sociedad. No entienden por qué deberían dejar de hacerlo”, sostiene Kaite. El único argumento capaz de disuadirlos es el peligro que la ablación presenta para la salud.

Abandono escolar

En Chad, hay 193.872 niños y niñas refugiados en edad escolar, pero solo 86.000 están inscritos, según Acnur, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados. Hay muchos factores que pueden empujar una niña a dejar los estudios: el matrimonio, las tareas domésticas, el trabajo. Kaite lamenta que aún no se hable lo suficiente del impacto que tiene la higiene menstrual. Todas las chicas entrevistadas en los grupos de discusión para el informe admitieron que se sentían solas y avergonzadas durante los días del ciclo y que en ese período faltaban a clase. “Cada mes pierden cuatro o cinco días y van acumulando lagunas en el aprendizaje. Muchas creían que estaban enfermas. No saben qué es la menstruación porque nadie se lo ha explicado. Hablar de esto significa hablar de sexualidad y las madres son reacias a abrir la puerta a demasiada información. Cree que si las hijas conocen todo esto, igual quieren experimentarlo”. Para retenerlas en las aulas, explica la experta, es necesario fomentar la formación, incluyendo también a los niños y a los profesores. Entreculturas y el Servicio Jesuita de Ayuda a Refugiados también distribuyen productos de higiene como compresas y jabón, ya que muchas mujeres aún utilizan trapos viejos o trozos de colchón, lo que facilita las infecciones. En 2016, menos de una de cada cuatro escuelas chadianas disponía de servicios básicos de agua, algo que dificulta la gestión de la regla.

Fuente del artículo: https://elpais.com/elpais/2018/10/10/planeta_futuro/1539166878_623646.html

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Documental: La escuela del silencio

Presenta: Youtube

Documental que evidencia las dificultades de niñas en escuelas rurales.

Proyecto presenta la problemática de las niñas en las escuelas del Perú. … Además, señaló que “La escuela del silencio” representa el silencio social de ser niña en comunidades quechua-hablantes o aymara-hablantes con bajos recursos; por lo que existe un tema cultural que hay que abordar y transformar.

“Hoy las niñas y los niños acuden a la escuela primaria en similares porcentajes. Lo hacen en condiciones distintas que sus congéneres de las zonas urbanas. Conforme crecen las brechas se acentúan, y las niñas rurales y de barrios periurbanos van quedando rezagadas, con menos posibilidades de hacer realidad su proyecto de vida”, comentó.

El documental que ha sido producido por César Hildebrandt Chávez por encargo de UNICEF y con el apoyo del Ministerio de Asuntos Exteriores, Comercio y Desarrollo de Canadá, relata la historia de niñas que a pesar de vivir en entornos muy distintos – comunidades amazónicas, alto andinas y un asentamiento humano de Ventanilla – tienen un sueño común y enfrentan similares barreras para cumplirlos.

Ellas anhelan culminar la escuela y convertirse en profesionales. Estas niñas a su corta edad deben asumir el cuidado de sus hermanos menores y labores domésticas propias de una persona adulta; además deben trabajar para colaborar con la economía familiar; y día a día soportar la discriminación de género y la violencia en sus casas y colegios.

Miles de niñas y adolescentes están asumiendo responsabilidades que no les corresponden. Son niñas cuidando a otros niños y alejándose de la escuela; niñas trabajando para contribuir a la economía familiar. Deserción escolar, repitencia, bajos logros de aprendizaje y maternidad precoz suelen ser el resultado de esta situación.

Al referirse a “La Escuela del Silencio” la Embajadora de Canadá comentó “el video que comparte hoy UNICEF ayuda claramente a asegurar el derecho a la educación de las mujeres, desde un enfoque que articula género y diversidad cultural, reconociendo que la pobreza es un factor que dificulta fuertemente este ejercicio”.

Finalmente el representante de UNICEF señaló la necesidad de que Estado, cooperación internacional, sociedad civil y comunidad educativa aborden este problema con enfoque de género para garantizarles a las niñas el derecho a culminar su educación secundaria. Puntualizó que sólo así ellas podrán incorporarse en mejores condiciones al mercado laboral y romper con la cadena de pobreza que arrastran sus familias de generación en generación.

A tomar en cuenta:

  • Según el MINEDU el promedio urbano femenino de conclusión oportuna de la secundaria es superior al masculino. Sin embargo, se mantiene una brecha importante de más de 30 puntos, entre lo urbano y rural. El 76.9% de las adolescentes entre 17 y 18 años del área urbana han culminado la secundaria. En el área rural lo han hecho el 42.5%.
  • En el área urbana el 8.5 de las niñas que culminan sexto grado y el 9% de las adolescentes que culminan secundaria tiene atraso escolar. En el área rural ocurre lo mismo con el 28.9% y 26.8 % de las escolares, respectivamente. En el caso de la población indígena el promedio de atraso es de 33.4% al concluir la primaria y el 35.5% al terminar la secundaria.
  • El embarazo adolescente aumenta cuando menor es el nivel educativo. El 34,9% de las adolescentes que solo cuenta con nivel primaria está embarazada. Entre las adolescentes que tienen estudios superiores el porcentaje de embarazadas es de 4,5%.

Para mayor información en UNICEF, por favor contactar a Marilú Wiegold teléfono 613-0706 celular 99757-3218, e-mail mwiegold@unicef.org y Sandra Esquén, celular 99901-7866, e-mail sesquen@unicef.org  

Link. https://www.youtube.com/watch?v=wBG3jUvTMCs

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Educación afectivo-sexual, freno ante los abusos y violaciones

Por: Saray Marqués

Save the Children lanza su campaña ‘Rompo el silencio’ para denunciar los abusos sexuales en la infancia y recalca que la educación afectivo-sexual como materia obligatoria en la enseñanza reglada es una poderosa arma para combatirlos.

En la estela del #Metoo, coincidiendo con su primer aniversario, Save the Children ha lanzado su campaña Rompo el silencio para visibilizar los abusos sexuales en la infancia.

La ONG recuerda que también hace ahora un año se aprobaba por mayoría en el Pleno del Congreso una Proposición no de Ley para que el Gobierno se comprometiera a luchar contra la violencia contra los niños con una norma a imagen de la Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género de 2004. Una norma que Naciones Unidas viene tiempo reclamando (la última vez fue en enero), y cuyo anteproyecto el Gobierno de Pedro Sánchez se ha comprometido a tener listo en el segundo trimestre de 2019. Muy tarde, para las organizaciones de infancia, que consideran que para que la ley se materialice su fecha de entrada en las Cortes debería ser enero de 2019.

Esta ley contribuiría a mitigar, entre otros, los abusos sexuales en la infancia. Una realidad de la que sabemos, gracias a Save the Children, que representa una de cada dos denuncias por abusos sexuales. Y eso cuando se denuncia, porque sólo un 155 de las víctimas se atreven a dar el paso. Las que lo hacen tienen pocas probabilidades de que su caso llegue a juicio oral: sólo tres de cada 10 lo logran.

La ONG evidenciaba en su informe de 2017 la desprotección de los menores víctimas de abusos: en las sentencias analizadas, sólo en un 15% en que la víctima se lo contó a un profesor hubo una notificación a las autoridades competentes.

Save the Children pone el foco en la educación y considera que la futura ley debe incidir tanto la formación de los docentes en violencia y protección de la infancia como en la educación afectivo-sexual en la enseñanza reglada.

Para todos y cuanto antes

Carmela del Moral, analista jurídica de derechos de la infancia en Save the Children, defiende que esta última ha de ser obligatoria: “Si no educamos de una forma reglada habrá niños y niñas que estarán recibiendo esa educación por medios no adecuados. En los casos más suaves, por rumores de patio del colegio. En los tiempos que corren, sin embargo, la principal fuente será el porno en internet. En un mundo sin barreras, sin límites, esos niños y niñas estarán accediendo desde edades muy tempranas a contenidos marcados por fantasías machistas y violentas y acercándose a referentes de la cultura de la violación, que justifica y hace romántica la violencia sexual, que hipersexualiza a las niñas y adolescentes. Los menores necesitan filtros, herramientas para interpretar. No pueden normalizar conductas que son violencia sexual y no relaciones basadas en el placer, en la igualdad y en la libertad”, asevera.

Para Del Moral, cuanto antes se empiece a educar, mejor: “Desde luego, si no se han creado ya esos espacios de comunicación con los alumnos y alumnas, los hijos y las hijas, no es fácil hacerlo en la adolescencia, la edad en que más pudor tienen para hablar con adultos de estos temas”.

Le da la razón un estudio de la Liga Española de la Educación de hace cinco años. Preguntado un grupo de chicos y chicas de 14 a 18 años acerca de cómo obtenían información útil sobre sexualidad y cuidados de salud sexual, un 40,5% de ellos y un 25,4% de ellas mencionaron internet y un 17,2% de ellos y un 1,2% citaron expresamente el porno como fuente. Un 11,3% de ellos y un 13,4% dijeron haber recurrido a sus padres.

Aboga la experta por abordar desde que los niños son pequeños el conocimiento de su propio cuerpo, la idea de que son dueños de él, también de sus zonas más íntimas, de que pueden decir no, establecer límites, de que tienen derecho a no dar un beso, un abrazo, por ejemplo, la distinción entre las relaciones afectivas familiares, de amigos, románticas, sexuales: “La sexualidad forma parte de nuestra vida, y en educación no nos podemos limitar a la parte más biológica, al aparato reproductivo, a cómo evitar un embarazo o una enfermedad de transmisión sexual. Siendo importante, no puede ser lo único. No se puede dejar de lado todo lo que rodea al sexo, ni reducirlo a la mera penetración. Hay que hablar de afectividad, de la parte emocional… y no vale con una charla al año”.

Los chicos y chicas que mencionan la escuela como fuente se refieren a eso, a charlas, en ocasiones, promovidas por la asociación de padres y madres, en otras, por el profesorado más motivado. “No se puede dejar la educación afectivo-sexual en manos de la buena voluntad y las ganas de la comunidad educativa. Se debe perder el miedo a que figure como algo necesario, pues con ella lograremos niños y niñas más libre y adultos que esperemos que reviertan las tendencias de violencia sexual”, proclama Del Moral, que advierte de que estudios llevados a cabo en EEUU hablan de una prevalencia del abuso sexual hasta un 50% inferior en chicas que habían recibido educación afectivo-sexual: “Son más capaces de decir que no, de identificarlo y de hablar de lo que les ha pasado”.

Acompañamiento en la escuela y en casa

La ministra Isabel Celaá también se ha mostrado dispuesta a incluir la “educación emocional y sexual”, “la prevención de la violencia de género” y “los principios de diversidad y tolerancia” en los currículos escolares. Lo cierto es que estos aspectos desde la LOGSE se abordan de manera transversal. La LOE de 2006 insistió en este carácter, con un leve espacio propio, además, en la asignatura de Educación para la Ciudadanía. Y la Lomce de 2013, por su parte, se queda en generalidades, con objetivos para la ESO como: “Conocer y aceptar el funcionamiento del propio cuerpo y el de los otros, respetar las diferencias y afianzar los hábitos de cuidado y salud corporales”. Frente a esto, algunos expertos defienden una asignatura específica y obligatoria que amplíe el campo de conocimientos que aporta la escuela como espacio de aprendizaje.

Los jóvenes españoles no parecen preocupados por sus conocimientos sobre sexo. Un 78,7% los ven “totalmente adecuados”, según un estudio del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de la FAD. Pero, al tiempo, un 62,2% está de acuerdo con que “los chicos tienen más necesidad de sexo que las chicas” y, cuando se les pregunta si a veces hay que aceptar tener sexo para no perjudicar la relación, el porcentaje entre quienes están de acuerdo y en desacuerdo está muy igualado.

“Sin experiencias previas, se normaliza lo que se ve. Se toman como referentes prácticas que no son habituales, que no son normalmente igualitarias ni en libertad, y que encierran fantasías de dominación, de violencia, de violación. Si los niños y las niñas consideran el sexo en grupo con una chica y todos ellos pasándose el turno como algo normal, tenemos un problema, pues van a adoptar papeles que no les corresponden”, prosigue Del Moral. “El filtro es importante, saber que el deseo, lo erótico, son constructos sociales y culturales. No puede ser que el único referente sea la normalización de cosas que no son habituales”, abunda.

Por ello, para ayudar a los padres a ser referentes, la ONG cuenta con sus Respuestas fáciles a preguntas difíciles. “Debemos perder el miedo a hablar de sexo. También en la escuela, con mensajes adaptados a cada edad. Se tiene la idea de que se va a romper su inocencia, de que se les agrede, cuando es todo lo contrario. Hay que ayudarles, acompañarles y enseñarles en su sexualidad”, concluye Del Moral.

El caso holandés

El ejemplo de Holanda es paradigmático. Allí, gracias a un acuerdo entre el Ministerio de Educación y la asociación Rutgers, la educación sexual es obligatoria desde primaria, y así consta en el currículo. La organización aboga por una educación sexual comprensiva para todos los niños y adolescentes “porque la sexualidad es parte de su desarrollo, porque necesitan el apoyo de adultos para crecer de forma saludable, porque los niños y niñas hacen preguntas y tienen derecho a ser informados, porque necesitan enmarcar sus sexualidades en un marco claro de valores y porque el apoyo de los padres es a menudo insuficiente (demasiado tardío, demasiado escaso)”.

Dentro del programa estatal, los niños a los 6 o 7 años -cuando empiezan a preguntar el significado de ciertos tacos con connotaciones sexuales-, son capaces de nombrar adecuadamente las partes del cuerpo, incluidos los genitales, y cuando llegan a los 11, están preparados para participar en debates acerca del sexo seguro o del abuso sexual, en los que se les interpela, por ejemplo, si es cierto que la sociedad mira con distintos ojos a un chico que mantiene muchas relaciones sexuales y a una chica que hace lo mismo. “Te aporta información que necesitas saber y te ayuda a definir tus límites, a diferenciar lo que de verdad quieres y lo que no quieres”, valora una alumna de secundaria holandesa en el vídeo que presenta el programa.

Holanda se jacta de ser uno de los países con tasas más bajas de embarazos adolescentes y de ETS. Es alto, en cambio, el porcentaje de adolescentes que usa anticonceptivo desde su primera relación y la califican de “deseada y divertida”. En la escuela se les habla de prevención, pero también de derechos, de respeto, de responsabilidad, de asertividad, de diversidad. El programa cuenta con formación para docentes y para padres para que se sientan más cómodos hablando de sexo, transmitiéndoles la idea de que aceptando el reto de iniciar una conversación sobre el tema están protegiendo a sus hijos, y extiende su colaboración a los centros de salud.

Mientras, en España…

Cuesta imaginar una situación similar en España, donde asociaciones como el Foro de la Familia o la Federación España Educa en Libertad (enemigas acérrimas de la asignatura de Educación para la Ciudadanía en su día) consideran este tipo de educación como adoctrinamiento o ideología de género y, al pensar en el consentimiento, piensan en el consentimiento de los padres para que los alumnos puedan acceder a estos contenidos en la escuela. La última vez que hicieron ruido fue el curso pasado, cuando la Consejería de Educación de la Región de Murcia impulsó la iniciativa de educación afectivo-sexual para primaria, secundaria, bachillerato y FP Básica en colaboración con la asociación No te prives.

José Joaquín Álvarez, profesor en el IES Duque de Rivas en Rivas Vaciamadrid, se ha convertido en un referente con la tutoría de atención a la diversidad sexual y de género que coordina en el centro desde hace 13 cursos. Asegura que la sensibilidad ha aumentado en este tiempo, pero lamenta “la falta de voluntad política para erradicar la lacra de la homofobia en entornos dominados por el miedo y el prejuicio social”.

También para él, que con la tutoría, incluida en el proyecto educativo de centro, pretende “promover la convivencia en el entorno escolar desde el respeto a los hechos diferenciales” o “completar las carencias formativas en educación afectivo-sexual”, “es imprescindible que la educación sexual llegue a todo el alumnado y se introduzca con entera naturalidad en el currículo escolar desde etapas muy tempranas, adaptándola al nivel madurativo de los estudiantes”. “Estos deben comprender la importancia de la sexualidad en el proceso de construcción de la personalidad desde su dimensión afectiva y plural. La educación se define por su poder transformador. El sistema educativo debe proporcionar los recursos y herramientas necesarios para erradicar los comportamientos sexistas y homófobos, con una formación orientada a potenciar relaciones igualitarias en un contexto de expresión libre de afectos, con un respeto exquisito a los hechos diferenciales”, concluye Álvarez, que insiste en la necesidad imperiosa de adecuar los planes formativos de la carrera docente.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/10/09/educacion-afectivo-sexual-freno-ante-los-abusos-y-violaciones/

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Guatemala: Organizaciones demandan fin de violencia contra las niñas

Centro América/ Guatemala/ 15.10.2018/ Fuente: www.tn8.tv.

Organizaciones sociales demandaron hoy al Estado que garanticeel fin de todo tipo de violencia y el derecho a la vida a las niñas de Guatemala, donde más de 2.000 de entre 10 y 14 años resultaron embarazadas de enero a junio pasado producto de agresiones sexuales.

Durante una actividad celebrada en la Plaza de la Constitución como parte del Día Internacional de la Niña, Meylin Mejía, de la organización Mujeres Transformando el Mundo, dijo a Efe que Guatemala «no tiene nada que celebrar«.

«Miles de niñas sufren de violencia sexual y en lugar de estar estudiando o participando en la recreación, están cuidando niños», lamentó.

Explicó que entre enero y julio pasado, de acuerdo con estadísticas del Observatorio de Salud Sexual y Reproductiva (Osar), 61.686 niñas y adolescentes de entre 10 y 19 años resultaron embarazadas en Guatemala.

De ellas, 2.002 tienen entre 10 y 14 años, «que fueron abusadas por sus padres, tíos, primos, abuelos o padrastros», lo que es «preocupante», dijo.

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Bajo el lema «las niñas tiene derecho a un proyecto de vida«, las organizaciones realizan en la Plaza de la Constitución, en el centro histórico de la capital, varias actividades recreativas en las que hacen participar a las niñas y también a los hombres.

Además, recordaron a las 41 niñas que el 8 de marzo del año pasado murieron durante un incendio en el Hogar Virgen de la Asunción bajo la tutela del Estado.

«Los niñas tienen derecho a construir un proyecto de vida, a la justiciarecreación, vivienda digna, alimentaciónprotecciónsalud y educación«, se leía en cárteles instalados en la plaza.

También se colocaron fotografías de niñas-madres para «reflejar la realidad en Guatemala«, dijo Mejía.

«Necesitamos que las niñas tengan derecho a la educación sexual reproductiva porque hay cientos de embarazos producto de la violencia», enfatizó.

En declaraciones a periodistas tras inaugurar una feria de empleo, el presidente en funciones de Guatemala, Jafeth Cabrera, manifestó que el Gobierno está luchando por la erradicación de la violencia contra las niñas.

El procurador guatemalteco de los Derechos Humanos, Jordán Rodas, aseguró hoy en un pronunciamiento que Guatemala sigue vulnerando los derechos humanos de las niñas y adolescentes, que son víctimas de maltratosabuso sexual explotación comercial.

«Estas violaciones a sus derechos fundamentales se expresan en discriminación y desigualdad hacia las niñas», sostuvo el Ombudsman

Fuente de la noticia: https://www.tn8.tv/america-latina/459347-guatemala-organizaciones-demandan-fin-violencia-ninas/

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Unesco aboga en la ONU por garantizar educación a las niñas

UNESCO/27 Septiembre 2018/Fuente: Prensa Latina
La directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, llamó en la ONU a la comunidad internacional a actuar con más fuerza por la educación de las niñas para »no dejar atrás a ninguna de ellas», informó hoy la organización.
‘La educación de las niñas es el motor más poderoso de la transformación mundial. También es un derecho fundamental y una cuestión de dignidad humana’, sostuvo en un evento celebrado en el marco del 73 periodo de sesiones de la Asamblea General de la ONU.

De acuerdo con un comunicado de la Unesco, la actividad contó con la participación del presidente de Francia, Emmanuel Macron; el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau; la primera ministra del Reino Unido, Theresa May; y la primera ministra de Noruega, Erna Solberg.

Los líderes presentes reafirmaron su compromiso político y financiero de emprender acciones individuales y colectivas para romper las barreras a la educación de las niñas hacia el horizonte del 2030, indicó el texto.

De acuerdo con la directora de Unesco, la reunión ‘es una señal clara de compromiso político de alto nivel con un tema que se encuentra en la encrucijada de dos de los desafíos más importantes de nuestro tiempo: la educación y la igualdad de género’.

Asimismo, abogó por más coordinación en las acciones con vistas a tener mejores resultados para ayudar a los 132 millones de niñas que no asisten hoy a la escuela.

‘Debemos trabajar en sinergia y de manera continua a lo largo del tiempo si queremos cumplir colectivamente con nuestra ambición’, señaló.

Durante el evento se celebraron tres mesas redondas en las que se subrayó la determinación de hacer más por la educación de las niñas en los países afectados por conflictos y crisis, y se señalaron los vínculos entre la educación de las niñas y la salud.

También se dialogó sobre la función que la educación puede desempeñar, por ejemplo, en la lucha contra la violencia sexual y por motivos de género, el matrimonio precoz o forzado, los embarazos precoces o no deseados, y las normas y expectativas sociales restrictivas.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=214007&SEO=unesco-aboga-en-la-onu-por-garantizar-educacion-a-las-ninas
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Tarana Burke: La mujer que está detrás de Yo También

Por: Amnistía Internacional

En la primera de una serie de perfiles de defensores y defensoras de los derechos humanos y cómo llegaron a serlo, hablamos de Tarana Burke, la mujer que cambió para siempre la conversación sobre la violencia sexual.

Antes de que el movimiento Yo También se hiciera viral en octubre de 2017, la activista Tarana Burke llevaba ya más de una década usando la frase en su lucha de toda la vida para ayudar y proteger a las víctimas de abusos. Aunque la repentina fama de la etiqueta y de su trabajo tomaron a Burke por sorpresa, ha podido usarla para la meta por la que lleva trabajando más de veinte años: ayudar a curar a las supervivientes y acabar con la violencia sexual.

Tarana Burke siempre ha sido una activista que deseaba ayudar a personas cuyas voces apenas se escuchan. Cuando sólo tenía 14 años fue miembro de una organización llamada Movimiento Liderazgo Juvenil Siglo XXI, donde se organizó en torno al caso de los Cinco de Central Park en 1989, en el que cinco jóvenes varones de color fueron acusados injustamente de un delito, y contra una iniciativa encabezada por Donald Trump para restablecer la pena de muerte en el estado de Nueva York para castigar a las personas adolescentes. “Llevo mucho tiempo luchando contra Donald Trump”, le dice a Elle.

Burke ha trabajado en todas las áreas concebibles de la justicia social, pero se ha dedicado concretamente a las niñas de color y sus dificultades, sobre todo en torno a cuestiones de igualdad racial y de género. También ha vivido personalmente la experiencia y, como joven superviviente de violencia sexual, se dio cuenta de que no había recursos suficientes para comenzar el largo camino a la curación.

Contó a Elle lo que vivió cuando intentó buscar ayuda: “Fui al centro local de ayuda para víctimas de violación, y llamé a la puerta y la mujer respondió; la abrió, pero no me invitó a entrar; era una mujer blanca mayor. Así que dije: ‘Estoy tratando de obtener información sobre sus servicios’ y ella dijo: ‘Sólo atendemos casos que nos mandan’. Y yo dije: ‘¿Que les mandan de dónde?’ Y ella dijo: ‘De las comisarías’”.

Ese fue el momento en el que Burke se dio cuenta de que tenía que hacer algo. “No teníamos muchos recursos, pero mi madre era muy resuelta”, contó a The Guardian. “Me metió en todo tipo de programas; me metió en todos los sitios donde pudo meterme”. Esas fueron las cosas que cambiaron el rumbo de su vida: “Los primeros atisbos de curación y de comprensión de lo que me había pasado de niña vinieron de lo que leí”.

Desde entonces, su trabajo se centró en crear un espacio para “apoyar y amplificar las voces de las supervivientes de abusos, agresiones y explotación sexuales” mediante la organización comunitaria, talleres y, más tarde, las redes sociales.

Siempre ha conocido las cifras, y la popularidad inmediata de Yo También sólo confirma lo que ya sabía desde hace tiempo. Recuerda uno de sus primeros talleres Yo También, con unas niñas de secundaria de Alabama. Al terminar, entregó unas fichas y pidió a las niñas que escribieran Yo También si necesitaban ayuda. En un grupo de unas 30 niñas, esperaba encontrar cinco o seis Yo También. Se quedó horrorizada al ver 20.

Gracias a su propia experiencia y a su extensa labor con otras supervivientes, Burke sabe que lo importante es saber que no estás sola, que hay otras personas que te entienden y te apoyan. Y así es como nació Yo También. “Sabía que cuando intercambias empatía con alguien, se produce una conexión inmediata con la otra persona diciendo ‘yo también’”, explica a Elle. “En eso consiste el trabajo. En supervivientes que hablan entre ellas”.

Saltamos a 2017. La actriz Alyssa Milano instó a las supervivientes de agresión sexual a que usaran las palabras “yo también” en Twitter, sin tener ni idea de su origen ni de su pasado. En apenas unas semanas, la etiqueta se usó más de 12 millones de veces. “Si en este país [Estados Unidos] tuviéramos un brote de una enfermedad contagiosa que hubieran contraído 12 millones de personas […], estaríamos dedicados solamente a buscar la cura. Esa es la diferencia en cómo considera la gente la enfermedad de la violencia sexual”, dice Burke a Variety.

La repentina popularidad de sus palabras y, más tarde, de su propio movimiento, tomaron por sorpresa a Burke. Pero sabía que era una oportunidad que no podía perder: “Creo que nunca veremos una época en la que haya una conversación nacional sobre la violencia sexual”, dice aThe Telegraph.

En cuanto al futuro, sólo espera que este momento se transforme en un movimiento duradero. “Tenemos que estar ahora mismo en un momento de estrategia. Tiene que haber organización. Ha habido amplificación”, dice a The Telegraph. “El trabajo que tiene que haber ahora es lo que pasa después de que dices ‘Yo también’”.

Una de las metas de Burke es que se preste más atención a las víctimas que a los agresores. El movimiento consiste en “construir algo que no existe”, una comunidad global que ayude a orientar a las supervivientes de violencia sexual. Burke reclama más recursos para ayudar a las supervivientes a curarse, para ayudarles a comunicarse, para salvar vidas. En última instancia, busca crear comunidades y seguir educando a la gente sobre la violencia sexual.

Burke sabe que ahora está en una posición privilegiada y quiere usarla para bien. “Pero si no hubiera pasado, estaría aquí mismo, con mi camiseta Yo También, haciendo talleres y yendo a centros de ayuda para víctimas de violación” porque “el trabajo es el trabajo”, recuerda a The Guardian.

Cuando, este año, recibió un homenaje en la fiesta de Variety sobre el poder de las mujeres, Burke terminó su discurso con un grito de guerra: “Si están listas para cambiar el mundo, si están listas para unirse a este movimiento, si están listas para hacer el trabajo que hace falta para acabar con la violencia sexual, sólo puedo terminar con estas palabras: Yo también”.

*Fuente: https://www.amnesty.org/es/latest/education/2018/08/tarana-burke-me-too/

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