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La culpa es de los maestros

Lev Moujahid Velázquez Barriga

Hyderabad Chávez Medina proviene de una familia de maestros con gran vocación; estudió la licenciatura en educación primaria en el Centro Regional de Educación Normal de Arteaga, Michoacán; maestría en interculturalidad en la Universidad Pedagógica Nacional; doctorado en pedagogía crítica en el Instituto McLaren y, además, los fines de semana participa de talleres y otros espacios para su formación continua. Sin duda, es un profesor con una alta preparación profesional y responsabilidad como docente.

Cada semana se traslada de Nueva Italia, su lugar de origen, a la comunidad  El Rincón, en la sierra del Occidente michoacano. Demora 3 horas de camino en auto particular hasta Aguililla, la cabecera municipal, y de ahí otros 40 minutos más en motocicleta por senderos de terracería para llegar finalmente a su escuela. Su situación ha mejorado indudablemente, porque en su anterior centro de trabajo tenía que viajar 3 horas adentrándose en la zona serrana para cumplir con su labor.

 “Hyder” como le dicen sus compañeros, es el único profesor de su escuela, de hecho el único trabajador de la educación que hay para atender la diversidad de funciones que ésta demanda. Además de sus labores administrativas, directivas y de intendencia, atiende alumnos desde primero hasta sexto grado de primaria y eventualmente los padres de familia le envían a sus hijos en edad preescolar como oyentes, porque no existe un jardín de niños en la comunidad.

La escuela de El Rincón sólo tiene un aula de 25 metros cuadrados para atender a los alumnos de todos los grados, no cuenta con luz eléctrica, mucho menos con aula de medios, no hay biblioteca, tampoco existen canchas deportivas, ni material didáctico alguno que le haya proporcionado la Secretaría de Educación Pública (SEP); sólo tiene unas cuantas butacas, un pintarrón, una silla y una mesa para el maestro.

Se podría pensar que las condiciones de Hyder para impartir clases son una cuestión excepcional entre el magisterio, pero no es así; son la regla en muchas escuelas mexicanas. Alrededor del 40 por ciento de las primarias son multigrado; es decir, no cuentan con los maestros necesarios para que cada grado sea atendido por un sólo docente. En esta condición están prácticamente el ciento por ciento de las escuelas comunitarias en todo el país.

Del informe 2016 del Instituto Nacional para Evaluación Educativa (INEE) La Educación obligatoria en México, se desprende que no hay docentes suficientes para cumplir con la formación integral de los alumnos; por consecuencia, los que existen enfrentan tareas pedagógicas multifacéticas, de suerte que la promesa de Escuela al Centro con su programa de organización completa que Aurelio Nuño anunció en este año, se descompone rápidamente  en el inmenso basurero de los incumplimientos.

Los datos arrojados por el informe dicen que a pesar de que el 67 por ciento de las escuelas reportan al menos un alumno con alguna discapacidad, únicamente son atendidas con apoyo de personal especializado el 33.8 por ciento de ellas; ahora, siendo la obesidad uno de los mayores problemas de salud infantil en México, sólo 54.7 por ciento de las escuelas cuentan con maestros de educación física; en tanto que el 85.8 por ciento no tienen maestro de artísticas, 85.7 por ciento carecen de maestro de computación y 76.4 por ciento de inglés.

Entonces, los maestros mexicanos no sólo deben coberturar las carencias pedagógicas que dejan los vacíos de personal en los centros escolares, también tienen que realizar otras funciones directivas y de carácter administrativo, todo a un mismo tiempo; según el mismo informe: 45.5 por ciento de los directores son, a su vez, maestros frente a grupo. Evidentemente, la carga laboral y horaria se incrementa considerablemente, pero no así su salario, porque no existen incentivos por hacer funciones adicionales.

Sin embargo, el  gobierno, los empresarios y los organismos de la globalización económica se han empeñado en hacer responsables a los maestros como factor único de cualquier deterioro educativo. A partir de esa tesis se les presenta de manera tendenciosa como un sector privilegiado laboral y salarialmente, pero que no está cumpliendo adecuadamente con su labor.

Recientemente la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) presentó suPanorama Educativo 2016 referente a México, en él se informó que los maestros, pese a que están por debajo de la media mundial, son los profesionistas mejor pagados del país y los medios masivos de comunicación no tuvieron ninguna duda en replicar como cierta tal afirmación, aun cuando no coincide con lo que se ha dicho en los últimos años.

Por ejemplo, en el informe 2015 del INEE Los Docentes en México se dijo textualmente que: “Más de la mitad de los docentes de educación preescolar y primaria tienen niveles salariales inferiores a los de otros profesionales con contratos de medio tiempo o más. En 2012, la mediana del salario real de las educadoras representó menos de la mitad de la mediana del salario de otros profesionistas con ese nivel de escolaridad y con jornadas de medio tiempo o más”.

Otra referencia que contradice a la OCDE es el estudio elaborado por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), llamado Compara Carreras 2016. Una herramienta sobre las consecuencias económicas de escoger una carrera, en el cual, al igual que el año anterior, coloca entre las 10 profesiones peor pagadas del país a 5 relacionadas con la docencia: formación docente para primaria; preescolar; por asignatura; física, artística y tecnología; así como orientación y asesoría educativa.

La falacia de los mentores con salarios de reyes se acompaña de otra que los presenta como profesionistas con baja preparación y con poca disponibilidad a seguir estudiando; pero las estadísticas de los propios organismos empresariales de la globalización OCDE-Mexicanos Primero, reconocen que cerca del 90 por ciento de los docentes en funciones participan en trayectos de formación continua, una taza muy alta con respecto de otros países.

Los Empresarios Primero intentan demeritar esta cualidad del magisterio diciendo que más del 70 por ciento no se sienten preparados. Las razones son más que lógicas porque las condiciones para asegurar una educación integral son precarias: ningún maestro que atienda necesidades pedagógicas específicas sin el apoyo de otros docentes especializados, que realice múltiples funciones adicionales teniendo una sobre carga laboral, que sea sometido a evaluaciones punitivas y sin espacios adecuados para el aprendizaje, tendrá la sensación de tener una formación completa, por más que se prepare, siempre le quedará la necesidad de seguir actualizándose.

Efectivamente la culpa es de los maestros, por su incapacidad para escindirse; no obstante, más allá de esa imagen distorsionada que dibujan los enemigos de la educación pública, habrá que rescatar las muestras cotidianas de gratitud que motivan a miles de educadores como Hyder a seguir adelante en las condiciones adversas que enfrentan en sus escuelas, las cuales se resumen en las conclusiones del Informe 2016 del INEE cuando dicen que: “los alumnos en general, consideran que tienen buenos maestros”.

Lev Moujahid Velázquez Barriga*

*Doctor en pedagogía crítica y educación popular; integrante de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación en Michoacán

Fuente del articulo: http://www.contralinea.com.mx/archivo-revista/index.php/2016/10/16/la-culpa-es-de-los-maestros/

Fuente de la imagen:http://www.contralinea.com.mx/archivo-revista/wp-content/uploads/2016/10/lev-velazquez-510-a.jpg

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Recortes, fortalecen la reforma educativa

Por: Lev Moujahid Velázquez

En distintos sectores empresariales, políticos y educativos ronda la idea de que el recorte presupuestal anunciado para 2017 pone en riesgo la viabilidad de la Reforma Educativa; para algunos esto se ve con cierto desencanto del gobierno federal y para otros se observa con aire de júbilo porque podría ser una señal de tregua hacia los grupos opositores.

Ambas percepciones tienen sus matices, si ponemos en el centro del debate la relación que existe entre los objetivos para los que ésta fue creada y los rubros que serán afectados. Por principio de cuentas, no debemos perder de vista que se han señalado hasta la saciedad las formas de despojo al derecho laboral de las y los maestros a partir de la evaluación; así mismo, diversos mecanismos de privatización de la educación pública como los ejes centrales de la Reforma.

Al analizar los impactos que tendrá el recorte de 31 mil 600 millones de pesos a lo destinado para educación en 2017, equivalente a un 10.6% menos que este año, podemos observar que las afectaciones a ciertos programas tienden más a fortalecer los propósitos que se han denunciado de la Reforma que ha poner en entredicho el éxito de sus alcances.

Por el ejemplo, el Programa para el Fortalecimiento de la Reforma Educativa que se creó para acompañar con inversión en infraestructura física escolar es uno de los más afectados, con un recorte de 72.8%. Era de esperarse que sólo se trataba de un gancho con una jugosa carnada para atraer adeptos, pero que duraría mientras los ingenuos mordieran el anzuelo.

Menos recursos públicos en infraestructura da sentido y funcionalidad a los consejos de participación social para hacer llegar a las escuelas dinero producto del esfuerzo organizativo de los padres de familia. La autonomía de gestión que se anunció como parte esencial de esta reforma, se completa aquí en la medida en que la comunidad escolar es capaz de renunciar a la garantía constitucional de la gratuidad educativa.

Disminuir recursos en este rubro fortalece el programa de Escuelas al CIEN, que no sufrió mayores alteraciones presupuestales, ya que los certificados de infraestructura son el mecanismo estelar para privatizar la educación, porque reciben dinero por medio de endeudamiento público; a través de ellos la oligarquía financiera, que vive de la especulación monetaria, obtiene intereses cuantiosos por concepto de préstamos y la garantía de recibirlos durante 25 años.

Inicialmente se planteó que al programa para la Inclusión digital, cuyo monto en 2016 ascendió a  mil 641 millones de pesos, desaparecería en su totalidad para el próximo año; sin embargo, la reciente visita de Ángel Gurría, Secretario General de la OCDE, puso en cintura al gobierno mexicano, de suerte que la drástica decisión tendrá que cambiar, toda vez que la SEP ofreció a la  multinacional que los acompañaran en la compra y adquisición de chatarra tecnológica, en el ánimo de satisfacer las sedientas gargantas del empresariado.

Si bien, en lo respectivo a la formación profesional docente hubo un recorte de 39.5%, lo cierto es que todavía serán unos 1500 millones de pesos que al igual que este año, serán desviados a empresas de la economía cognitiva como el Tecnológico de Monterrey con quienes ya hicieron los primeros contratos para ofertar trayectos formativos y no a las escuelas e instituciones formadoras de docentes de carácter público.

Llama la atención que el INEE, quien es responsable de impulsar la evaluación, es decir, el instrumento de despojo laboral del magisterio, tendrá un aumento de 21.9% a su presupuesto; eso tiene una interpretación lógica: no hay intención alguna de detener los procesos evaluativos ni el  sistemático acoso  contra los maestros, sino todo lo contrario. El carácter voluntario de la evaluación para el desempeño docente se irá con las fiestas decembrinas como un buen recuerdo, pero la cuesta represiva seguirá en pie apenas llegue la sobriedad posterior al año nuevo.

Sólo para provocar, como decía un amigo del cono sur intentando suscitar un buen debate, diré a modo de conclusión que los recortes presupuestales no ponen en riesgo la Reforma Educativa, sino que cumplen cabalmente sus perversas intenciones.

Fuente: http://revoluciontrespuntocero.com/recortes-fortalecen-la-reforma-educativa/

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La disputa por el consenso

Por:  Lev Moujahid Velázquez Barriga

os cuatro meses de paro nacional de labores que encabezó la CNTE pusieron en jaque al gobierno mexicano, al sistema educativo y al proceso vertebral de su reforma: la evaluación. No obstante, no hay un termómetro que se haya hecho público para medir el descontento magisterial. Sin embargo, que no se haya hecho público no significa que no exista; por supuesto, el Centro de Inteligencia y Seguridad Nacional (Cisen) guarda para sus propias reservas cifras que alertaron al Estado mexicano de un levantamiento popular de amplias dimensiones alentado por la coordinadora, que contó con el consenso de la sociedad.

Por su parte, la CNTE hace sus estimaciones internas de manera cotidiana, sin intención propagandística o para orientar la opinión pública en la competencia mediática, donde no tiene posibilidad, dado el control empresarial de la industria de las comunicaciones; más bien, con el propósito de diseñar sus procesos de lucha en función de lo que llaman correlación de fuerzas. La resistencia magisterial estima que en su última oleada de movilizaciones masivas participaron 900 mil trabajadores de la educación, quienes se involucraron de forma no siempre homogénea, en momentos diferentes, a veces de manera descentralizada y en distintos niveles de impacto y organización, pero finalmente en una misma lucha que se articuló como una sola jornada contra la reforma educativa.

En nuestro sistema de educación básica y media superior, que se compone de aproximadamente de 1.5 millones de maestros, el número de inconformes que participaron en una o más acciones de rechazo a la reforma equivale a 60 por ciento del total de su membresía, lo cual contrasta abismalmente con el 10 por ciento (no más de 150 mil) que participaron en los procesos de evaluación, gran parte de ellos por coerción directa de las autoridades o por incertidumbre a perder su trabajo. Ahora, para medir el descontento generalizado contra los cambios constitucionales, así como el apoyo moral y físico que respaldó a la coordinadora, el asunto se vuelve más complicado, porque no existen mecanismos directos de información por parte del movimiento magisterial que hayan concentrado sistemáticamente el nivel de participación y desacuerdo de la sociedad.

Bajo estas ausencias de información y prácticas inusuales entre los movimientos sociales, llama la atención que diversos estudios estadísticos sobre el panorama político en el país reportan una caída estrepitosa de la figura presidencial, pero otros también comienzan a registrar el descenso de la reforma educativa, que ha perdido credibilidad de manera considerable entre la ciudadanía. Aunque la tendencia ya se veía venir, la situación se agrava al grado de reconocer indicios de ingobernabilidad y la emergencia de actores como la CNTE, cuya aceptación ha crecido en la población mexicana hasta configurarse como un ente político, que en el escenario nacional disputa el consenso social con las instituciones del Estado y los partidos políticos. La suspensión temporal de la obligatoriedad de la evaluación para el desempeño, la liberación de varios presos políticos, el flujo a cuentagotas de adeudos añejos al salario de los docentes y la apertura de canales administrativos para no continuar con los procesos de cese laboral, así como los acuerdos tácitos en zonas de mayor conflicto para no operar de manera normal la reforma educativa, han sido medidas resultado del cálculo político para detener la rebelión magisterial-popular y el peligro de la ingobernabilidad.

Pero en la lógica del poder no está la posibilidad de resolver la crisis de gobernabilidad y la falta de legitimidad en la política educativa derogando abiertamente esta reforma ni ninguna otra para restablecer su consenso social. La respuesta ya se organiza a partir del efecto manipulador que el aparato ideológico del empresariado construye, desprestigiando la protesta social y minando los espacios donde la CNTE ha logrado tener una presencia importante. Entonces, pese a que estamos cercanos al proceso electoral, el intento de aniquilamiento contra los maestros no se detendrá, como demuestran los 21 nuevos ceses de docentes en la Ciudad de México a partir del primero de octubre. Al contrario, la oligarquía prepara una nueva base de apoyo social para recuperar la hegemonía y promover su plataforma profascista, movilizando la moralidad conservadora, la homofobia en las calles, el racismo y clasismo, tanto en la universidades públicas y normales como a través de los medios de comunicación masiva.

En las ciudades y comunidades, los gobiernos condicionan la entrega de becas a los padres de familia, así como de los programas sociales, a la denuncia y la vigilancia inquisitorial de los malos comportamientos políticos de los profesores. Al mismo tiempo, el Ejército despliega brigadas que organizan campañas de denostación y acciones de confrontación con los mentores. La aparente tregua del Estado y un posible camino que deje en suspenso la reforma educativa el resto del sexenio, como primer paso para declararla inaplicable de manera definitiva, no depende sólo del consenso de la CNTE en el ambiente social, pero sí de su capacidad para potenciarlo y construir de manera articulada e inteligente la movilización pedagógica, organizativa, jurídica y política en el terreno escolar, de las comunidades, las instancias legislativas, las calles y las instituciones políticas nacionales e internacionales.

Fuente noticia: http://www.jornada.unam.mx/2016/10/06/opinion/018a1pol?partner=rss

Fuente imagen: http://static.animalpolitico.com/wp-content/uploads/2016/06/CNTE.jpeg

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Formación docente, entre la corrupción y la agonía

Por: Lev Moujahid Velazquez Barriga

El pasado martes 23 de agosto, el periodista Luis Hernández Navarro reveló en su artículo de La Jornada La conexión regia de la reforma educativa el verdadero rostro privatizador de esta medida y los jugosos negocios que el empresariado nacional hace a través de los nuevos programas promovidos desde sus socios en el gobierno y la Secretaría de Educación Pública (SEP). Particularmente, se refirió a la formación de profesores como uno de los casos más ejemplares de la complicidad gubernamental con los empresarios, al que quisiera abonar algunas ideas más.

Hasta antes de que Aurelio Nuño presentara la Estrategia nacional de formación continua de profesores de educación básica y media superior, la inversión en este rubro era ínfima, unos 200 millones de pesos anuales, que según el informe presentado por el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) en 2015 representaba 361.91 pesos por cada docente de educación básica.

En consecuencia, los llamados Centros de Maestros, responsables de la formación continua del magisterio, habían sido abandonados; el mismo informe mostraba que la mitad de ellos no tenían aulas de medios, tampoco contaban con bibliotecas ni salones suficientes, los equipos de trabajo se reducían a 10 personas, entre asesores académicos y de apoyo administrativo, que debían atender alrededor de 267 escuelas; todas estas condiciones por demás precarias para enfrentar la vasta demanda de los docentes.

Repentinamente, en marzo del presente año, el secretario de Educación anunció un aumento mayor al 800 por ciento; es decir, la inversión pasaría a mil 809 millones de pesos para financiar su estrategia de formación, pero las escuelas formadoras de docentes no serían comensales en el banquete presupuestario cuya mesa estaría reservada para las grandes firmas de la economía del conocimiento, efectivamente sin licitaciones, sino a través de invitación expresa del señor Aurelio Nuño a sus amigos y cómplices de la privatización educativa.

Los cálculos monetarios que llevaron al secretario de Educación a tomar esa decisión fueron expuestos por Mexicanos Primero en febrero de este año en Prof. Recomendaciones sobre formación inicial y continua de los maestros en México, donde estimaron que por cada docente regularizado después de la evaluación para la permanencia, obtendrían unos 10 mil pesos de ganancias, para lo cual urgieron a sus socios en la SEP que se favorezca a la brevedad un consorcio de universidades para que trabajen de inmediato una plataforma común en estrecha colaboración con el INEE y la DGFDP (Dirección General de Formación y Desarrollo Profesional).

La exclusión de los convenios millonarios (600 millones por lo menos para un primer paquete de 60 mil maestros) pactados con el Tecnológico de Monterrey para la capacitación de los mentores, a través de cursos precarios, de bajo costo, mala calidad y por Internet, agudiza el proceso de desaparición de las normales, así como de los centros de actualización del magisterio y las universidades pedagógicas nacionales que han sido condenadas a la insolvencia económica y la obsolescencia en la formación inicial de los docentes, toda vez que bajo la consigna cualquiera puede ser maestro el énfasis presupuestario será en la capacitación de los no docentes que ingresen al servicio.

Estos convenios cancerígenos han hecho ya estragos profundos en los Centros de Maestros al punto de la agonía. En el caso de Michoacán, que se pudiera tomar como muestra nacional, hace seis meses que la autoridad educativa dejó de pagar luz, teléfono e Internet, de enviar insumos básicos como papelería; en varios de ellos los grupos de trabajo se redujeron a sólo dos personas que deben dar asesoría pedagógica a 6 mil profesores en promedio, a la vez que atienden tareas de carácter administrativo.

Los mecanismos de corrupción y desvío de recursos a los socios preferentes del gobierno federal para la capacitación docente han hecho tal crisis que las rentas de edificios donde funcionan dejaron de subvencionarse y están a punto de ser echados a la calle; uno de los más indignantes casos es el de la ciudad de Uruapan, donde el Centro de Maestros alberga, con 14 mil volúmenes, la segunda biblioteca de pedagogía y docencia más grande de estas instituciones en todo el estado, pero que corre el riesgo de perderse ante el oscurantismo medieval de los tecnócratas de la educación en México.

A pesar de que la SEP tiene más de un año que ya no presentó trayectos de formación para que pudieran ofertarse a través de los Centros de Maestros, en ellos persiste la necesidad de continuar impulsando proyectos propios partiendo de diagnósticos regionales, aún sin el reconocimiento oficial de sus cursos, talleres y diplomados, sin comisiones avaladas para los asesores académicos, haciendo uso de las escuelas de educación básica después del desahucio de sus aulas y edificios.

La calidad educativa en la formación de docentes de esta reforma ha significado en los hechos un sello de marca comercial producto de contratos preferenciales a través del consejo administrativo de la SEP, encabezado por Aurelio Nuño, el apagón pedagógico en aras de adquirir competencias administrativas en cursos desechables, la desprofesionalización y el desarraigo de la identidad magisterial, así como el desmantelamiento de las instituciones públicas formadoras de maestros, proceso que sólo podrá revertirse en la medida en que éstos se decidan a recuperar sus espacios e impulsen desde ahí una ruta crítica para la formación de nuevos educadores populares.

Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2016/08/27/opinion/014a1pol

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Educar, ocupar,resistir, construir poder popular.

Morelia, Michoacán. Más de 5 mil compañeros en el XIII Curso Taller del Educador Popular.

América del Norte/México/16.08.2016

Por: Lev Moujahid Velasquez Barriga.

Espacio fundamental en la lucha pedagógica y política contra la Reforma Educativa,el Curso Taller del Educador Popular en la ciudad de Morelia, México. Esta es la edición número XIII en la que las y los docentes pertenecientes a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), es decir, la corriente magisterial opositora a la Reforma Educativa neoliberal que se impulsa en este país,   se reune para definir el rumbo de su movimiento pedagógico, político y sindical.

Es importante mencionar que en la geografía educativa latinoamericana, la CNTE ha hecho importantes aportes a la pedagogía de los movimientos sociales, que se materializan en un mosaico de experiencias emergidas desde las epistemologías que se construyen al sur del mundo, rompiendo con el paradigma del capitalismo y que por lo tanto constituyen una esperanza para resarcir una nueva civilización en medio de la crisis sistémica.

El Educador Popular de la Sección XVIII de la CNTE ha sido ejemplo para que otras secciones democráticas en todo México tracen su propia ruta en la construcción de proyectos alternativos de educación. Ha sido también un espacio para el intercambio de saberes y tácticas de lucha contra las reformas educativas anti populares a nivel continental.

Fuente: https://www.facebook.com/Levmx?fref=nf&pnref=story

Imagen:

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Proyecto educativo, organización popular

Lev Moujahid Velázquez Barriga*

La ausencia de la SEP y delINEE en el foro Hacia la construcción del proyecto de educación democrática, organizado por la CNTE, en el que se habían comprometido a debatir y construir las bases mínimas para una Evaluación educativa integral, dejó ver que su propuesta punitiva es indefendible de manera abierta, pública y transparente.

Los altos funcionarios del Estado mexicano, acostumbrados a falsas consultas predeterminadas por los mandatos empresariales, al vasallaje político del SNTE y además hechas a puerta cerrada, no quisieron arriesgar la obediencia siempre selectiva de sus foros, para enfrentar la inteligencia colectiva de los maestros, los investigadores y ciudadanos informados.

Sin embargo, mientras el gobierno federal se negaba a dialogar, un día después Aurelio Nuño se encaminaba a Coalcomán, Michoacán, para entregar una escuela pública a un organismo tan cuestionado por sus constantes violaciones a los derechos humanos, como es el Ejército, y no a la comunidad o a los maestros, quienes deberían ser realmente los guardas y promotores de la cultura nacional.

Por su parte, la SCJN también contribuyó a cancelar cualquier posibilidad de una propuesta evaluativa integral, respetuosa del derecho humano al trabajo. Su reciente fallo contra los docentes no hace más que confirmar lo que sistemáticamente ha negado la autoridad educativa: que la evaluación sí es la antesala para despedir y sí es retroactiva en perjuicio de los maestros en activo.

La triada SEP-INEE-SCJN deja de manifiesto que no hay espíritu republicano en sus malas decisiones, no existe en ellos la mínima integridad, equilibrio, independencia ni autonomía política para representar los intereses mayoritarios de los ciudadanos y separarlos del interés privado de las corporaciones económicas, que hoy demandan, con rabiosa insistencia, el uso de la violencia física, laboral y administrativa contra el magisterio.

En medio de esta falta de credibilidad, legitimidad y representatividad de las instituciones públicas del Estado mexicano, el foro nacional Hacia la construcción del proyecto de educación democrática adquiere dimensiones y posibilidades de amplio espectro, que apuntan a nuevos desafíos para la coordinadora.

La CNTE no sólo fue capaz de convocar ampliamente a un espacio de diálogo incluyente y plural, en el que se desnudó ante la diversidad de representaciones para mostrar las fortalezas y debilidades de su proyecto educativo, imperfecto, pero abierto a transformarse y fortalecerse con las múltiples voces del pueblo mexicano desde hace 20 años.

Además, generó una importante expectativa, según expresaron los asistentes, para posicionarse como ente articulador de las luchas sociales, de la disputa por la educación pública en el terreno físico e ideológico de las escuelas, pero también por la conducción de la nación que hoy está en manos de una élite neocolonial, cuyas reformas neoliberales implican el desarme de la soberanía política y cultural de los pueblos indígenas, mestizos y desposeídos de México.

La coordinadora está obligada a construir, sí, la otra escuela pública, la que forma en la conciencia crítica, la del currículo para la insurgencia ciudadana, que se evalúa integral y horizontalmente, pero no debe soslayar esta coyuntura política de debilidad orgánica para el Estado y de fortaleza para el movimiento social, en la cual es posible que de forma paralela se vayan sentando la bases para una nueva institucionalidad de carácter popular.

La ruta de nuevos foros abre horizontes a favor para concluir una primera etapa organizativa que instituya al Congreso Nacional de Educación como el órgano de poder popular responsable de diseñar y orientar la política educativa, cultural y para el buen vivir, desde la soberanía y la legítima autonomía del pueblo mexicano, para autoproclamar un nuevo sentido histórico cuya raíz ha crecido de manera opuesta al proceso destructivo del capitalismo y su modernidad patriarcal, racista, ecocida y epistemicida.

Se trata de un camino que se recorre también desde abajo, al que los maestros de la CNTE deben contribuir, para que la autonomía como poder horizontal y comunitario se viva y se construya también desde la escuela. La verticalidad, el burocratismo y el control educativo que se ejerce a través de los consejos técnicos escolares y los consejos de participación social, son motivo suficiente para generar ahí procesos ocupacionales de la escuela con nuevos actores que habían sido excluidos, nuevas pedagogías emancipadoras, así como proyectos culturales, tecnológicos, económicos, formativos y organizativos que transciendan los cercos perimetrales, abran los centros escolares a las necesidades comunitarias y su desarrollo endógeno.

No estoy inventando nada. Los Congresos Populares de Educación ya se han impulsado en este sentido en varias secciones del magisterio democrático, las experiencias comunitarias existen de forma embrionaria, unas veces a iniciativa de la CNTE en comunidades no indígenas y barrios urbano populares de zonas marginales; otras acompañando a los pueblos originarios, pero que en esta etapa de la lucha magisterial se pueden potenciar y ampliar, toda vez que 120 mil campesinos del país dieron su respaldo a la coordinadora para detener la reforma educativa en sus poblaciones de origen e infinidad de movimientos sociales y sindicales también están a la espera del siguiente paso organizativo.

Fuente del Artículo:

http://www.jornada.unam.mx/2016/08/13/opinion/019a2pol

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Un estado autoritario sólo puede educar para obedecer.

Las razones oficiales de la reforma educativa chocan con la realidad. ¿Cómo decir que se buscan alumnos participativos capaces de resolver conflictos privilegiando “el diálogo, la razón y la negociación”, cuando el Estado busca imponer esa norma por medio de la fuerza y la represión? Por ningún lado se asoman los valores humanistas que dice enarbolar y sólo dominan los del empresariado neoliberal.

Por: Lev Moujahid Velasquez Barriga. 

Un Estado no puede ser ajeno a los principios educativos en su vida orgánica, formas de gobernar, legislar e impartir justicia; tampoco lo puede ser quien lo representa públicamente; por el contrario, los principios educativos deberían estar presentes en su constante interacción con la sociedad, en el ámbito político que lo dinamiza, en el proyecto nacional que lo orienta, en su desarrollo económico y cultural.

Cuando estos principios están ausentes, no podemos hablar de un Estado educador, sino de otro corrompido, en descomposición, porque en él imperan los intereses de grupo sobre el bien común. En estas condiciones, de un Estado corrompido y no educador, cualquier propuesta que se presente como opción de transformación educativa emanada desde el seno de su descomposición orgánica, no puede ser sino parte de sus mecanismos de imposición, sometimiento y de reproducción de intereses de grupo.

En ocasiones, estos mecanismos de dominación son explícitos y también tangibles, como lo es el Servicio Profesional Docente, que no deja duda de su carácter punitivo en la letra y en los hechos; otras veces no son tan explícitos, sino que dejan un cierto margen de libertades e interpretaciones para legitimarse, pero de facto se llevan a cabo con la misma verticalidad de siempre, como lo pretenden hacer Aurelio Nuño y sus aliados empresariales y sindicales, con el nuevo modelo educativo 2016.

Partimos de la premisa de que en México no hay un Estado educador. Todo lo contrario, el que nos rige está sumergido en una condición tan crítica, que carece de principios éticos y valores cívicos que se puedan ampliar al conjunto de la sociedad desde una propuesta pedagógica que nutra la vida democrática por las venas de nuestro sistema nacional de educación.

En este sentido, los documentos Modelo Educativo 2016. El replanteamiento pedagógico de la Reforma Educativa; Los fines de la educación en el siglo XXI y la Propuesta curricular para la educación obligatoria 2016, son parte de esta condición crítica; más que alternativas para dar contenido a las ausencias pedagógicas y superar los conflictos magisteriales, son un deslinde que intenta alargar la ruta de discusiones hasta el 2018, cuando el presente gobierno se haya ido y con él, toda responsabilidad sobre el caos que generó.

Se trata de una propuesta de nueva cuenta unilateral, llena de inconsistencias e incongruencias, unas producto de las mismas tesis fracasadas de la actual reforma y otras que auguran su inaplicabilidad porque son contrarias a su ADN político fascista, pero que aparecen como elemento de distensión del descontento magisterial, popular y académico.

Resulta de lo más dudoso que los mismos operadores y autores intelectuales de la reforma educativa, cuyas consecuencias son decenas de muertos, encarcelados y miles de despedidos, hoy digan que “el propósito de la educación básica y media superior es contribuir a formar ciudadanos libres, participativos, responsables e informados, capaces de defender y ejercer sus derechos, que participen activamente en la vida social, económica y política de México”.

¿Y para qué iban a querer eso? Valdría la pena preguntárnoslo, si no existen en este país garantías para el ejercicio de la libre ciudadanía, para exigir dignidad laboral sin que seas hostigado o víctima de la represión administrativa, sin ser despedido o perder tu libertad y hasta la vida. Así nos lo ha enseñado la Secretaría de Educación Pública (SEP) en los hechos, pero más crudamente durante este gobierno en turno.

Me parece que, desde las esferas de la burocracia estatal, no se puede recomendar sin atisbos de hipocresía que el sistema educativo deba formar personas capaces de resolver conflictos, privilegiando “el diálogo, la razón y la negociación” cuando se ha priorizado la vía judicial, la criminalización de la protesta, así como la intervención de los órganos represivos para dirimir diferencias de orden pedagógico y laboral.

Por otra parte, la supuesta “nueva cultura” organizativa que pone “la escuela al centro” y sienta las “bases para construir centros escolares que fomenten el trabajo colaborativo y colegiado”, no se puede edificar sobre los cimientos de un sistema vertical y centralizado, en cuyos órganos horizontales de participación social y los que a partir de su autonomía diseñan las evaluaciones para generar propuestas de política educativa, están los Empresarios Primero y las necesidades educativas después.Hablar de autonomía de gestión para la rendición de cuentas es una de las mayores inconsistencias que podemos encontrar, si la corrupción ha penetrado hasta las altas esferas del poder político, incluso en la presidencia de la república; si los niveles de endeudamiento han sido tan irresponsables que hoy se podrían financiar el 95 por ciento de los programas culturales, educativos y deportivos de la SEP tan sólo con lo que el Estado paga de intereses anuales por concepto de deuda pública.Sin embargo, el Modelo Educativo 2016 sigue proponiendo la colocación de certificados de endeudamiento en la bolsa de valores, a través de Escuelas al CIEN (Certificados de Infraestructura Educativa Nacional), como si fuese un mecanismo exitoso y los datos no fueran desalentadores.

En su caso, los Consejos Técnicos Escolares y la Ruta de Mejora Continua que se presentan como los instrumentos para la planeación contextualizada de la escuela, poco han contribuido al diseño de alternativas pedagógicas, no por falta de capacidad de los docentes claro está, en realidad su objetivo no ha sido la autogestión curricular, sino la aplicación de una reforma educativa que viene desde arriba con todo su peso administrativo, burocrático, antilaboral y privatizador hasta los centros escolares.

En cuanto a las evaluaciones internas, según las condiciones específicas, como parte de la autorregulación de los aprendizajes, la formación intrínseca de los docentes y las orientaciones autogestivas de los procesos pedagógicos escolares, podríamos decir que carecen de pertinencia y significatividad para los actores educativos, toda vez que el eje rector para los informes oficiales, la mediatización comunicativa de los resultados del sistema educativo, la opinión pública, las decisiones políticas y los impactos laborales de los profesores, son las evaluaciones externas y además estandarizadas.

A decir del modelo curricular que aparece como continuidad del marco constitucional inspirado en las recomendaciones derivadas de los acuerdos de cooperación con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), para la integración del mercado mundial, y no en la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), es decir, para el desarrollo cultural de la humanidad, no se puede nombrar a sí mismo como humanista. No hay humanismo posible ni centralidad de lo pedagógico para quien ha esclavizado el destino de las nuevas generaciones a la globalización económica.

Pretender “encontrar un equilibrio entre las exigencias propias de un proyecto humanista, fundamentado en la educación integral, y un proyecto que persigue la eficacia y la vinculación de la educación con las necesidades de desarrollo del país”, se vuelve búsqueda paradójica en la medida en que la “calidad” y no las cualidades humanísticas son el objetivo superior de la educación, como estigma que ha dejado heridas en la Constitución mexicana, sacrificada en favor de los intereses empresariales.

No hay coherencia lógica cuando se propone, por un lado, incorporar “los avances que se han producido en el campo del desarrollo cognitivo, la inteligencia y el aprendizaje” y, por otro, supeditar toda la teoría pedagógica avanzada que apunta a la diversidad humana y de sus formas de aprendizaje, al modelo único por competencias, el cual no concibe a la persona en su complejidad (homo complexus), sino en la simplicidad de su unidimensionalidad económica (homo economicus).

En suma, un Estado totalitario, como el nuestro, no educa para la autonomía, sino que refuerza la obediencia y la sumisión, transgrede la diversidad cultural y cosifica la integralidad humana, ahí está la esencia del modelo educativo que presenta la SEP, revuelta entre marañas conceptuales que se contradicen con su tradición neoliberal.

Una verdadera propuesta educativa sólo podrá venir de las oposiciones críticas al proyecto empresarial, de las diferencias políticas a la dictadura pro fascista, de la cultura democrática y popular que se reconstruye en la renovación constante de los movimientos sociales, de las autonomías indígenas y su proyecto decolonial, del diálogo de saberes entre la raíz pedagógica latinoamericana y las epistemologías para atender la diversidad cognitiva.

Fuente: http://www.voltairenet.org/article192952.html

Imagen: http://www.voltairenet.org/local/cache-vignettes/L400xH227/educacion-685-2fbb4.jpg

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