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La Universidad Nacional: su estadio y el fútbol

Por: Ignacio Mantilla

El pasado 13 de agosto, en la Ciudad Universitaria tuvo lugar la final del VII Torneo de Fútbol Masculino para egresados, Copa Sesquicentenario, que se disputó entre el equipo Gorditos y Bonitos, en representación de la Facultad de Ingeniería y que resultó ganador, y el conjunto Pete Deluxe, de la Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales. En la versión femenina de esta competencia resultó ganador el equipo Marea F.C., compuesto por egresadas de la Facultad de Ciencias Humanas, todas unas guerreras.

Si bien sólo hubo un vencedor formal en cada versión, la comunidad universitaria en su conjunto disfrutó con la puesta en práctica de este tipo de actividades deportivas, que no sólo ejercitan el cuerpo, sino que reactivan la relación entre quienes han dejado de verse desde su grado.

Entre los estudiantes, este mismo tipo de actividades se realizan durante todo el año, incluyendo otros deportes, como rugby, baloncesto, atletismo, taekwondo, ciclismo y natación.

El deporte, en particular el fútbol, ha sido una de las actividades físicas favoritas en los campus de la Universidad Nacional. Creo que todos quienes hemos tenido la fortuna de disponer de prados extensos para disfrutar del tiempo disponible entre una y otra clase hemos pateado allí un balón de fútbol.

Para muchas personas que ni siquiera han formado parte de la comunidad universitaria, la vecindad con un campus de la universidad les ha facilitado su uso para hacer ejercicio. Hay quienes incluso recuerdan cómo, desde niños, iban frecuentemente a jugar fútbol allí. Y ese atractivo no se pierde. Por eso en las tardes soleadas es frecuente encontrar grupos de estudiantes disputando algún “picado”.

Recordemos que en el estadio Alfonso López Pumarejo de la Ciudad Universitaria muchas generaciones de estudiantes y de ciudadanos bogotanos pudieron apreciar las mejores expresiones del fútbol universitario.

Los estudiantes provenientes de todo el país armaban sus equipos. Algunas veces se hacían torneos con programación institucional y otras de forma espontánea. Los competidores se convertían en figuras populares en sus facultades y tenían el compromiso de dejar en alto el nombre y defender el honor deportivo de su carrera.

Estas respetadas actividades se alternaban con asambleas estudiantiles y todas las otras actividades académicas y culturales propias de la universidad. Y es que el fútbol ha atrapado a personalidades de todas las disciplinas, profesiones y vocaciones. Así, por ejemplo, se sabe que Albert Camus, premio Nobel de Literatura y héroe de la resistencia francesa, amaba este deporte. Sus biógrafos señalan que Camus era un apasionado y furibundo aficionado del fútbol y que propiciaba su práctica en las barriadas pobres de Argelia. Otro ejemplo, ampliamente conocido, es el del gran físico danés Niels Bohr, quien obtuvo el Premio Nobel en 1922. Él y su hermano Harald fueron futbolistas profesionales destacados. Hay quienes afirman, con algo de sorna, que es el único futbolista que ha ganado un Premio Nobel. También hay otros que dicen que es el único nobel que hubiera podido vivir del fútbol.

El estadio Alfonso López de la Universidad Nacional se empezó a construir en septiembre de 1937 y se culminó en agosto de 1938, para la realización de los Juegos Bolivarianos, en el marco del cuarto centenario de Bogotá. La edificación fue bautizada por el presidente Eduardo Santos con ese nombre por ser López Pumarejo el mayor impulsor de la Universidad Nacional en la década del 30. Allí se escribió un capítulo clave de El Dorado, época en que varios de los equipos que compiten en el campeonato profesional de fútbol, como Independiente Santa Fe y Millonarios, tenían en sus nóminas a excepcionales jugadores extranjeros. No pocas veces, en el estadio de la Ciudad Universitaria, que compartía sede con el recién inaugurado estadio El Campín, jugadores como Alfredo Di Stéfano, Néstor Raúl Rossi y Adolfo Alfredo Pedernera hicieron gala de su gran técnica y juego.

A los estudiantes de los años 70, algunos de nuestros profesores nos contaban con nostalgia que a tan sólo algunos metros de su salón de clases podían ir a ver a sus ídolos, o incluso que algunos jugaron contra ellos, cuando hacían parte del equipo de fútbol de la universidad.

El presidente Alfonso López Pumarejo y muchos otros impulsores de la Ciudad Blanca, como Agustín Nieto Caballero, estuvieron influenciados por los desarrollos pedagógicos de pensadores como Ovidio Decroly, María Montessori y, por supuesto, del asesor Fritz Karsen, quienes les daban una gran importancia a la experiencia y la práctica para generar conocimiento, además de resaltar la actividad física. Fue tal vez por eso que el estadio, así como otros equipamientos para practicar deportes, tuvo un lugar privilegiado en este campus. Pero con seguridad, la arquitectura de la Ciudad Universitaria, en manos de Leopoldo Rother, reflejó el pensamiento de una generación que estaba decidida a impulsar la modernización del país en todos los campos.

Aunque el fútbol no despierta las mismas pasiones en todas las personas, hay que reconocer que los universitarios no escapamos a sus deleites y que todos tenemos nuestros “equipos del alma”. En mi caso, cómo no confesar mi interés por el éxito del Atlético Bucaramanga y cómo no reconocer que también hay equipos extranjeros de los cuales soy hincha. Así por ejemplo el Villarreal de España o el Mainz 05 de Alemania.

En la actualidad, la Universidad Nacional, patrimonio de todos los colombianos, que cumple 150 años de existencia, no sólo genera desarrollo científico, sino que también contribuye a la consolidación del deporte nacional. Para resaltar algunos ejemplos, cabe mencionar la disciplina de dos de nuestras estudiantes que lograron un cupo en los pasados Juegos de Río 2016: Diana Pineda, estudiante de Ingeniería Civil de la Facultad de Minas, y Estefanía Álvarez, estudiante de Estadística de la Facultad de Ciencias, ambas de la sede Medellín.

Fuente: http://www.elespectador.com/opinion/la-universidad-nacional-su-estadio-y-el-futbol-columna-708851

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Economía política versus oposición sediciosa en el marco de la Asamblea Constituyente

Por: Gerson Gómez

Si apelamos al derecho comparado, una referencia muy puntual a lo que Venezuela logro durante el gobierno de Hugo Rafael Chávez Frías, fue apelar a la propuesta de  Juan Pablo Pérez Alfonso, de   luchar los costos    del   crudo en los mercados internacionales, y el rescate pleno de nuestra principal industria en términos estratégicos. De la misma manera en términos de una versión de V república al estilo francés, durante el gobierno de François Mitterrand, Francia rescata la Fiat de previos gobiernos neoliberales, como su principal fuente de ingresos en términos estratégicos, cuya pretensión fue la de penetrar en el mercado norteamericano,  vendiendo acciones mayoritarias a empresas norteamericanas, lo cual llevo a una debacle de  la principal industria francesa.

Teniendo en cuenta que Venezuela en la era de la apertura petrolera vendía el petróleo a 6 (seis) dólares por barril, Hugo de manera muy audaz, la logro rescatar de manos de la administración  neoliberal y de una segura privatización de PDVSA, ya que  se veía sumergida en una rapaz gerencia que condenaba a la empresa llevándola a la quiebra para su potencial venta a las distintas corporaciones petroleras,  cuyo interés estaba enfocado en explotar a lo que en algún momento denominaran, Faja Bituminosa del Orinoco,  hoy, Campo petrolero “ Hugo Rafael Chávez Frías “ que representa una de las reservas más importantes de crudo súper pesado del planeta.

Entender de manera muy seria la importancia energética y mineral de Venezuela en el mundo, es primordial para reflexionar sobre la autodeterminación política que como derecho adquirimos a través de la gesta emancipadora, es fundamental en materia socio-política, por lo que redimensiona la visión de lo que ha sido tradición en las oligarquías nuestro americanas.  El sufragio y la participación política, ha sido y será, la esencia del sistema democrático venezolano y la cifra de más de 8 000 000 millones de participantes que rebasa todas las elecciones previas realizadas en Venezuela.

La figura de la representatividad, se ve trastocada por la participación como base del ideal de transformación, el realce de nuevos valores como la solidaridad, la equidad, igualdad, en pro de la creación de mecanismos de interdependencia, en América Latina y el Caribe, en pro de fortalecer nuestras economías en una relación de ganar-ganar se ha logrado con la creación de nuevas formas de integración en donde nace Petrocaribe, ALBA, UNASUR, SELAR, y otras ya existentes CARICOM, OPEP entre otras.

El fortalecimiento de la conciencia política, ha sido esencia de la visión multicéntrica y pluripolar que enmarca la geopolítica, con una visión contra hegemónica, en donde el aparato financiero, es el principal detractor, en el ataque de los países entre ellos Venezuela, la creación de un mercado paralelo de divisas, genera una inflación atroz, que disminuye el nivel y la calidad de vida del venezolano.

La esencia de todo esto reside, en la consolidación de una cultura regional, que valore el ideal de crear economías viables, consolidando la interdependencia solidaria y en igualdad de condiciones fomentada desde la Ley Plan Patria, como legado político quien iniciara todo con la Agenda Alternativa Bolivariana en contra de las pretensiones  neoliberales del ALCA y la Agenda Venezuela.

Y por qué no señalar que la Asamblea Nacional Constituyente, pretende afianzar muchos programas sociales, y afianzar  el liderazgo de Venezuela como lo establece el legado de Hugo Chavez.

Imagen: http://notihoy.com/economista-recomienda-buscar-alternativas-al-petroleo-en-venezuela-2/

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Por defender a un niño

Por: Gloria Hurtado

Las profesiones suelen tener Tribunales éticos que reglamentan el desempeño del  oficio. Profesionales de la misma área son elegidos para juzgar el comportamiento de colegas. Hay estatutos vigentes. Ahora en Agosto del 2017, el Tribunal Deontológico de Psicología me condenó por dos razones.

En el 2009 recibí y evalué el caso de un menor, hijo de padres separados, donde su madre angustiada por lo sucedido, quería evaluación y apoyo por la forma en que se había dado la separación. El padre asiste dos veces a consulta: en la primera, al escondido graba la cita y en la segunda aporta copia de cartas “desesperadas” que le escribe a su esposa para que no se separen. Pero luego, de acuerdo al desarrollo de los hechos, argumenta que él nunca dio permiso para que su hijo fuera apoyado psicológicamente. No aporta dinero para el sostenimiento, es obstinado en seguir y reclamar afecto del niño y por las instituciones donde el hijo se educa, hay constancia de su acoso afectivo. Primera condena: para el Tribunal de Etica un psicólogo no puede recibir a un menor sin la aprobación de ambos padres, así por ejemplo, el padre sea un violador. La madre (o padre) individualmente no pueden buscar ayuda sin el permiso de un Juez o Comisaría de familia. Es una falla (¡) del profesional recibir al menor sin autorización de ambos padres o en su reemplazo de un juez. Está la palabra del señor que dice no dio autorización y está la mía con las pruebas de los documentos entregados e implícita aceptación del tratamiento. Nunca hubo constancia hablada o escrita de su negativa al proceso psicológico para su hijo.

Segunda condena del Tribunal de Psicología: de acuerdo a la conducta, sentimientos y respuesta del niño durante las citas, concluí como Psicóloga que el padre necesitaba evaluación profesional y era un individuo (dado su comportamiento obstinado y acosador) que generaba inseguridades y miedos al niño. Por lo tanto es un hombre con dificultades emocionales que debería recibir ayuda profesional. La acusación del Tribunal es que si el señor no fue mi paciente, como Psicóloga no puedo deducir cómo son sus comportamientos. Las heridas talladas en la salud emocional del niño, su angustia y miedo, los efectos de la actitud social del señor, los reportes de la madre, no  son válidos como pruebas de conductas patológicas. Hoy, 2017, por las actitudes del padre, (lo vigilaba a través de las rejas de la unidad, seguía al bus del colegio, tenía hasta 17 llamadas al celular en una tarde) sus escándalos e histeria ante las reacciones del niño (le tiene terror a su acoso), el padre pierde la custodia y patria potestad tiene una orden de caución para no acercarse al menor. Existen pruebas concretas de su conducta.

Si un Magistrado habla del proceso fuera del lugar asignado para juzgarlo queda inhabilitado para fallar. No sucede en este Tribunal. Una de las psicólogas que  juzga, profesora universitaria, manifestó su molestia hacia mi “puesto que la leen mas que a revistas serias de Psicología”. Pareciera que enseñar esta carrera no garantiza maestros éticos y coherentes. Son mas poderosas la rabia y la envidia. Acepto la condena consciente de que los derechos del niño prevalecen sobre cualquier norma. Por la salud emocional de un niño lo volvería a hacer ¿Usted lo haría?

Fuente: http://www.revolturas.com/en/articulos

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De los genes al Talento: un modelo comprensivo sobre el desarrollo del talento

Javier Tourón

Hay pocos modelos en la literatura científica tan reputados como el de Françoys Gagné, del que hablamos aquí en diversas ocasiones, por ejemplo en aquella entrada que titulé: Talento, ¿de qué hablamos? Si no la has leído te la recomiendo. También nos ‘visitó’ este autor en My friend’s corner. Como allí explico, somos amigos desde hace décadas y, por eso, estoy encantado de poder ofreceros aquí una nueva entrada, que es suya realmente, en la que incluyo su último artículo aparecido en la monografía de la Revista de Educación que he co-editado con el también amigo y profesor de la Florida State University Steven Pfeiffer, de la que hablé hace unos días, y en la que os anunciaba mi intención de ir desgranando su contenido en sucesivas entradas.

El trabajo que aquí se presenta es uno de los artículos que Gagné ha escrito, en el que de una forma magistral, recorre todas las dimensiones de su modelo que ya ha aparecido en docenas y docenas de publicaciones, pero no de manera tan global y comprehensiva como en este trabajo. Está escrito, además, de modo que cualquier persona puede entender sin necesidad de ser técnico en la materia.

Es importante, por señalar unas pocas cosas del mismo, entender el concepto de capacidades naturales, o aptitudes, que no son innatas, de aquí la relevancia de entender los fundamentos biológicos del modelo (ver fig 2). Los dones (aptitudes o capacidades naturales) son la materia prima que tras un proceso sistemático de desarrollo se convertirán en Talento, en competencias en los diversos campos que se estén considerando. En este proceso de desarrollo no os perdáis el papel de los catalizadores  intrapersonales y ambientales.

¿Se entiende que la capacidad es la materia prima del talento y que éste no se desarrolla sin intervención específica y adecuada? ¿Se comprende lo absurdo de señalar que unos son y otros no son? ¿Caemos en la cuenta de que sin trabajo y esfuerzo el talento no llegará a emerger ni, si lo hace, se consolidará? Espero que disfrutéis de la lectura y que os ayude a desterrar para siempre la noción de que solo «se es» si tiene un CI de X, en un test Y, porque eso nadie serio en este campo lo admite. Yo, y espero que tú, ¡tampoco!

Fuente del articulo: http://www.javiertouron.es/2015/04/de-los-genes-al-talento-un-modelo.html

Fuente de la imagen: http://2.bp.blogspot.com/-zvH4TUO9t8Q/VSAgfgfO1KI/AAAAAAAAEWA/yj8XYzQFikM/s1600/Fundamentos%2Bbiológicos%2BDMGT_javiertouron.j

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Repitencia, una estrategia con poco resultado

Mariana Otero

El Ministerio analiza cambios en el sistema de evaluación. Volver a cursar todo igual no garantiza el aprendizaje.

Un grupo de adolescentes repitentes de una escuela ubicada en una zona marginal de la ciudad de Córdoba aseguran que sienten que han fracasado porque se quedaron de año. Creen que es su culpa y dicen que sus padres y profesores opinan lo mismo.

En Córdoba, cada año, repiten unos 30 mil estudiantes de primaria y secundaria. Las cifras vienen en leve descenso en los últimos años, pero los índices de permanencia en el sistema no mejoran. ¿Repetir de año es una estrategia válida para lograr los aprendizajes deseados? ¿O es la antesala del abandono?

Hace tiempo que en el mundo se analizan nuevas alternativas. En algunos países, la repitencia no existe (Noruega, Japón o Israel, por caso); y en otros, es excepcional, como Finlandia y Costa Rica.

Los operativos de evaluación nacional e internacional revelan que el nivel de desempeño de los repitentes es inferior al de quienes promocionan.En este sentido, el Ministerio de Educación de Córdoba estudia cambios en el sistema de evaluación y analiza diversos formatos.

“No se está pensando en eliminar la repitencia, pero sí en hacer ajustes, porque nos interesa que los chicos aprendan y que la evaluación dé cuenta de lo que el alumno puede y no de lo que no puede. Significará esfuerzo: estudiar más y modificar prácticas de enseñanza”, indica Delia Provinciali, secretaria de Educación. A fin de año, se presentarán propuestas de cambio.

En general, expertos y docentes coinciden en que la repitencia no ayuda a aprender si no se modifican las estrategias pedagógicas del año anterior. Además, sostienen, afecta la autoestima. A mayor edad del alumno, más alta es la probabilidad de obtener un desempeño bajo.

“Si se repite el grado o el año y no se modifican las estrategias de enseñanza y de aprendizaje y las formas de interactuar con el alumno –en las que muchas veces reside el problema– repetir es repetir el fracaso, con todas las consecuencias negativas a nivel motivacional, de relación con los pares y de estigma, que empeoran la situación”, subraya María Fernanda Freytes, magíster en Lingüística y docente en la UNC.

Sistema obsoleto

Tomás Montiel, maestro de primaria, opina: “La repitencia es el eslabón de un sistema que es viejo y obsoleto. Hay mucho para debatir sobre qué y para qué repetir ¿Qué significa repetir? ¿Repetir significa aprender? ¿Qué dificultades acarrea en un niño? ¿El sistema educativo genera las condiciones necesarias para promover el aprendizaje por sobre la repitencia?”.

Darío Delicia Martínez, especialista en Lectura y Escritura, investigador de la UNC, explica que la repitencia no es en sí misma una estrategia pedagógica, sino que es un fenómeno educativo que interpela al Estado y a la escuela a revisar sus modos de promover el rendimiento escolar.

“Con frecuencia se la asocia a la impericia de los alumnos, sin embargo, factores más radicales, como los problemas de aprendizaje, las circunstancias familiares o la adecuación de los contenidos curriculares por curso son, a mi juicio, las principales causas de la repitencia”, plantea. Y agrega: “Resulta complejo evaluar la conveniencia de que un estudiante repita un curso. Si se la entiende como una ‘nueva oportunidad para aprender’, la repitencia será una alternativa de solución, pero, lamentablemente, no es esta valoración positiva la que prevalece”.

Eduardo Suárez docente en el Ipem 2 dice que cuando repiten, los chicos sienten un fracaso personal. “Pero creo que el fracaso es del sistema escolar”, apunta.

Adriana Kloppenburg, directora de la escuela Alfonsina Storni, considera que no es un buen instrumento pedagógico, ya que no valora lo que los estudiantes hicieron bien. “Al repetir deben cursar todo el año, aun las materias que fueron aprobadas. Creo que habría que pensar un sistema en el que los chicos puedan ir aprobando por materias y no por año. En mi experiencia, generalmente les va peor cuando repiten que cuando cursaron el año por primera vez”, subraya.

Natalia Gianotti, profesora de educación especial y maestra integradora, cree que repetir puede ser beneficioso sólo en casos excepcionales. “Los estudiantes que repiten de grado tienen más posibilidades de abandonar la escuela. Son, en su mayoría, de sectores vulnerables”, plantea.

Silvana Belda, profesora de Educación Física en un colegio privado, sostiene que la repetición sirve, en ocasiones, en los primeros grados, cuando los alumnos no tienen la madurez suficiente.

“En la secundaria, depende mucho de cada alumno y también influye la familia. Nosotros, en general, hemos tenido buenas experiencias en lo pedagógico. El factor afectivo influye muy fuerte en adolescentes. A veces les cuesta vivir las experiencias en su nuevo curso y anhelan lo que hacen sus excompañeros”, remarca.

Delia Altamirano, profesora en el secundario, piensa que, en algunos casos, la repitencia sirve como una experiencia de crecimiento. Aunque no siempre.

“En Córdoba, los alumnos tienen permitido cambiar de especialidad, en casos específicos. Esto significa una trampa al sistema porque pasan de año, pero con muchas materias, previas y equivalencias. En este caso terminan repitiendo al año siguiente. El 70 por ciento de los chicos que pasan con tres materias previas repite el año que está cursando”, opina.

Mariano Montiel, profesor de Electrónica, remarca que los docentes deben adaptarse a los modos de aprender de las nuevas generaciones. “Si el alumno aprendió o no debería ser lo que nos debería llevar a hacer que pase o no de año.

Las cifras oficiales de la repitencia

Repetidores. Primaria: 4.568 alumnos (año 2016). El 1,3 por ciento de la matrícula. Secundaria: 23.994 estudiantes: 7,5% de la matrícula. La mayoría de los repetidores son de segundo año y de primero, en ese orden.

Sobreedad. (Alumnos con edad mayor a la teórica correspondiente al grado en el cual están matriculados). Secundaria: 88.836 alumnos (27,8%). El curso con mayor cantidad de chicos con sobreedad es tercer año (31,1%).

5,5%. Tasa de abandono anual o deserción (porcentaje de alumnos matriculados que abandonan el sistema antes de finalizar el año escolar).

9,5%. Tasa de abandono interanual (porcentaje de alumnos que no se matriculan en el año lectivo siguiente). Cuarto año es el más crítico: 12,7%.

Fuente del articulo: http://www.lavoz.com.ar/ciudadanos/repitencia-una-estrategia-con-poco-resultado#

Fuente de la imagen:

http://staticf5a.lavozdelinterior.com.ar/sites/default/files/styles/landscape_1020_560/public/nota_periodistica/educacion_31.jpg

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Directores de colegio: tironeados entre educar y gestionar, no importa el contexto

Micaela Urdinez

Varios estudios muestran que, más allá de la geografía o los recursos, lidian con problemas similares: la sobrecarga administrativa; la falta de capacitación y no poder dedicarle mucho tiempo al rol pedagógico.

Los días nunca son iguales, no hay monotonía y sí una multiplicidad de cosas que atender. Y tenés que lidiar con que el tiempo no te alcanza», dice Patricia Peña, directora de secundaria de la Escuela Monseñor Enrique Angelelli, ubicada a dos cuadras del barrio Mitre, en Saavedra.

Su realidad es la misma que viven los directores secundarios de todo el país, independientemente de la geografía o el contexto en el que estén insertos. Porque el cargo, en sí mismo, trae aparejados varios desafíos que les son comunes: la soledad de su tarea; la sobrecarga de temas administrativos; el no poder priorizar sus tareas pedagógicas por tener que atender lo urgente, y lidiar con la rotación y el ausentismo de los docentes, entre otras cosas.

Más allá del conflicto por los salarios docentes y los debates en relación a la calidad educativa, existe la certeza de que, para que una escuela funcione, es necesario que tenga un buen director a cargo.

«Para mejorar una escuela uno de los actores principales es el director. Casi todos los interlocutores del sistema educativo y las investigaciones internacionales saben que esto es así», dice María Eugenia Podestá, de la Escuela de Educación de la Universidad de San Andrés.

Capacitación entre pares

«Hay situaciones que son parecidas en todas las escuelas. El año pasado armamos un movimiento que se llama Gesta, con directores de escuelas privadas y estatales de zona norte para capacitar a otros directores de escuelas públicas de Junín, de forma horizontal. Y nos encontramos con muchas más similitudes de las que creíamos, y vimos que podían dialogar sin problemas. Las problemáticas comunes eran la relación con las familias, el ausentismo, las normas de la escuela y la rotación de maestros», dice Gustavo Iaies, director de CEPP.

Alberto Croce, director ejecutivo de la Fundación Voz, va más allá del rol del director y señala la importancia de que logre formar un equipo directivo de calidad. «Ése es su primer desafío para que no todo recaiga en él», explica, poniendo el foco en otra de las características que remarcan los directores: la soledad de la tarea.

«En la mayoría de las escuelas, el director está muy solo y tienen organigramas muy achatados. Tiene montón de personas alrededor pero que no tienen roles de liderazgo. Hoy hacen falta figuras más piramidales, con mandos intermedios», dice Cecilia Oubel, coordinadora del Programa de Apoyo a Escuelas de la Fundación Cimientos.

En esta misma línea Podestá sostiene que, en el devenir cotidiano de las escuelas, lo urgente posterga lo importante. «Es de tal intensidad el trabajo que lo más importante para un director es cómo ordenar su agenda. Lo administrativo, las urgencias de los padres, y el ausentismo docente hace que les cueste poder levantar la cabeza y pensar más a largo plazo».

La consecuencia lógica de tantas distracciones, es que los directores tiendan a descuidar su tarea pedagógica, que incluye visitar las clases, orientar a los docentes y ver qué es lo que funciona para que los alumnos aprendan.

«Las demandas administrativas son tan fuertes que se deja de lado uno de los roles más importantes del director que es la gestión pedagógica. Y no tienen tiempo. No es solo que no saben cómo hacerlo, sino que no se pueden anticipar», agrega Podestá.

Para Oubel, ésta también es una preocupación central: los directores tienen que gestionar los procesos de aprendizaje que suceden en el interior de las aulas. «El único que posee una mirada amplia sobre la trayectoria escolar de los alumnos es el director y, por eso, debe ocuparse más y mejor de lo que los docentes hacen en las aulas», agrega.

En un intento de solucionar este tironeo, Croce propone la figura de un vicedirector que se ocupe de los temas administrativos así el director puede concentrarse en lo pedagógico.

Otro de los temas recurrentes es la falta de capacitación y de herramientas que tienen los directores para poder llevar adelante su tarea. Sobre este punto, Podestá dice: «Habiendo trabajado durante tantos años con los directores vimos que uno de los principales problemas son los pocos espacios formativos para la aprender a ser director. No hay una formación sistemática de iguales características en todas las jurisdicciones».

Oubel también es categórica en este tema: «El director tiene que ser un líder del cambio y de la innovación, pero no hay un recorrido y una formación para esto».

En lo que todos coinciden es en que es fundamental que los directores impulsen un vínculo profundo con la comunidad. «Las escuelas tienen que ser una especie de centro cultural comunitario. Esto toma especial dimensión en las localidades del interior, donde la escuela juega un rol donde puede incluso definir el perfil de desarrollo de la zona», concluye Croce.

Espacios de capacitación

Ronda de Directores (Cimientos)

Es un espacio de capacitación para autoridades educativas y equipos directivos de escuelas secundarias que ayuda a fortalecer diferentes habilidades

Gesta (CEPP)

Directores de escuelas privadas y estatales de la zona norte de la provincia de Buenos Aires capacitan a otros directores de escuelas públicas del Gran Buenos Aires

Directores: Líderes en Acción (San Andrés)

Desde 2010 capacitaron a 682 directores y vicedirectores y 110 supervisores en 13 provincias, la ciudad de Buenos Aires y el distrito de Pilar.

Fuente del articulo: http://www.lanacion.com.ar/2003356-directores-de-colegio-tironeados-entre-educar-y-gestionar-no-importa-el-contexto

Fuente de la imagen: http://blog.derrama.org.pe/wp-content/uploads/2013/02/images.jpe

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¿Las escuelas normales están en vía de extinción?

Semana Educación

Estas instituciones formaron tradicionalmente a los maestros en el país. Sin embargo, hoy se habla poco de ellas, a pesar de su importancia en las regiones.

Las escuelas normales superiores fueron las primeras instituciones acreditadas para formar maestros en el país y, hasta 1934 con la creación de las primeras facultades de Educación, fueron las únicas en hacerlo. Pero con el tiempo, las normales perdieron protagonismo en su tarea de educar a los profesores. En 1997 y 2008 la ley les exigió pasar por diferentes procesos de acreditación que disminuyeron su presencia en el sector educativo. De más de 300, ahora solo quedan 137.

Según la Ley General de Educación, la idea es que estas instituciones cumplan un papel de “formación inicial de docentes”, lo que implica el primer paso en una educación posterior más completa en licenciaturas y otros estudios. Sin embargo, por las dificultades de acceso a la educación superior (especialmente en las zonas más aisladas del país, donde mayor presencia tienen las normales) muchos normalistas no pueden continuar su carrera.

Por esa razón, en las escuelas rurales y los pueblos apartados del casco urbano, estos profesores todavía cumplen un papel destacado en la educación. Además, porque en estas zonas hacen falta profesores. Según la revista Dinero, en el campo, el 51 % de las sedes educativas son multigrado (escuelas que tienen un profesor para varios grados).

De ahí la necesidad de tener más profesores de calidad en las zonas rurales y la relevancia que tomaron las normales superiores, de las cuales el 90% están en poblaciones con menos de 100.000 habitantes.

Lo cierto es que la formación de maestros es un aspecto fundamental para mejorar el desarrollo de estas regiones y para implementar la construcción de paz en los municipios que más sufrieron con el conflicto, un asunto particularmente relevante en este momento (de hecho, este será uno de los temas clave que se tratarán en la Cumbre Líderes por la Educación 2017).

Por otro lado, estas instituciones de formación inicial de docentes, “se conviertan en el foco para la formación de muchísimos proyectos de carácter cultural, social y ciudadano en las regiones. Son casi que un patrimonio de cada municipio”, según cuenta Eduardo Cortés, presidente de la Asociación Nacional de Escuelas Superiores de Colombia (Asonen).

¿Qué son las normales superiores?
Las normales superiores funcionan básicamente como una escuela secundaria regular, con una salvedad: después de grado 11, los alumnos pueden realizar un programa de formación complementaria en el que estudian cuatro semestres más  y salen calificados para enseñar en preescolar o primaria.

Actualmente hay 137 escuelas normales superiores en todo el país y se gradúan cerca de 7.000 estudiantes, según cifras de Asonen. Esto es casi la quinta parte de todos los graduados en Ciencias de la Educación, 37.000 cada año.

Aunque la proporción de normalistas que enseñan en instituciones oficiales no es tan alta (en el concurso docente de 2016, 8 % de los aplicantes fueron normalistas), las cifras generales ocultan la importancia de estos profesores en las zonas apartadas. Además, hay que tener en cuenta que muchos de ellos continúan su formación en programas de licenciaturas, por lo que no aparecen como normalistas, aunque las escuelas normales siguen constituyendo un eslabón importante en la formación de profesores.

Problemas de articulación
Sin embargo, las escuelas normales superiores pasan por un problema de normatividad bastante particular. Están cobijadas por la Ley 115 (que abarca a las instituciones de educación básica y media) y sus exigencias son, en su mayoría, las de una escuela de primaria y secundaria. Pero también cumplen funciones de una institución de educación superior, pues gradúan a personas calificadas para el trabajo docente.

Por eso, las condiciones de calidad no están niveladas con las que se les exige a los programas de licenciatura. En aspectos como la práctica pedagógica, los normalistas tienen una gran ventaja, pues su formación es práctica casi en su totalidad. Pero en otros temas, como la investigación o el aprendizaje de inglés están atrasadas.

“Los docentes vinculados a las escuelas normales les cobija la normativa de profesor de educación media. Esto significa que tienen un gran número de horas semanales y dentro de su actividad no está previsto la investigación, no hay presupuesto para eso”, opina Diana Soto, decana de Educación de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia.

Esto lleva a que tengan problemas en la articulación con los programas de licenciaturas. Como las escuelas normales están definidas como instituciones de “formación inicial de docentes”, muchos normalistas optan por continuar sus estudios en una licenciatura, en universidades con convenios en las que pueden acreditar entre tres y cuatro semestres, dependiendo de la institución. Pero como los normalistas salen con otro perfil, es más difícil adelantarlos en ciertos aspectos, como el bilingüismo.

“Hay que repensar ciertos aspectos como este para que estos jóvenes no ingresen a las licenciaturas en condiciones descompensadas en relación con los que ya están en las universidades”, dice Soto.

Más reconocimiento
Solucionar este problema implica replantear la normativa que rige a las normales.  Actualmente, Asonen trabaja junto al Ministerio de Educación para definir una reglamentación particular para estas instituciones. “Queremos  una legislación propia para fortalecer las plantas de personal, mejoramiento de infraestructura. Hay normales en riesgo o con alto deterioro. También queremos recursos para la investigación que es muy importante para las normales”, dijo Cortés a Semana Educación.

Además de eso, con el mismo presupuesto que les asignan a las escuelas oficiales, las normales tienen que proveer su programa complementario de dos años más. “ Nosotros dependemos de unos recursos que gira el gobierno por estudiante, pero son los mismos que se giran para un estudiante de cualquier institución educativa sin programa complementario”, explica Cortés.

De ahí que para el presidente de Asonen, las normales requieren que se les reconozca más su importancia como educadoras de educadores. “Esa es una deuda pendiente del país”, concluye.

Este tema se tocará en la Cumbre Líderes por la Educación 2017.

 

Fuente del articulo: http://www.semana.com/educacion/articulo/formacion-de-maestros-la-importancia-de-las-escuelas-normales/536758

Fuente de la imagen: https://static.iris.net.co/semana/upload/images/2017/8/17/536755_1.jpg

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