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El capitalismo acomoda sus peones ante la crisis sistémica y del trabajo

Por: Eduardo Camin

 

A pesar de las medidas extraordinarias adoptadas en todo el mundo, con frecuencia de una forma que no tiene precedentes, la crisis de la Covid-19 ha repercutido de forma muy adversa en los mercados laborales y obligará a los encargados de la formulación de políticas a afrontar retos políticos de gran alcance.

Un reciente Informe el Observatorio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sostiene que los resultados que se logren en el mercado laboral en el resto de 2020, y en años sucesivos, dependerán de las decisiones que adopten, así como de la evolución de la pandemia en el futuro, y podrían repercutir en el mundo del trabajo a largo plazo.Organización Internacional del Trabajo

No todos los países deberán afrontar la misma situación. La gravedad de las dificultades que deban subsanar y los instrumentos y recursos que puedan utilizar al respecto variarán sustancialmente. No obstante, la mayoría de los países tendrán que hacer frente a una serie de dificultades fundamentales, como la armonización de las intervenciones políticas en los planos sanitario, económico y social, a fin de lograr resultados satisfactorios sostenibles para los mercados laborales.

Desde el comienzo de la pandemia ha sido necesario prioriza medidas de contención y erradicación de la propagación del virus y, pese a que ello ha redundado en costos económicos y sociales sustanciales, constituye una condición previa necesaria para impulsar una recuperación sostenible.

Por otro lado, se pide cada vez más a los encargados de la formulación de políticas que establezcan claramente un calendario para la reapertura de los lugares de trabajo y los protocolos sanitarios que deben observarse a tal efecto, y que determinen si se seguirá brindando apoyo a las empresas y a los trabajadores que no pueden retomar su actividad habitual.

La adopción de ese tipo de decisiones es compleja, habida cuenta de los costos que conllevan para los sectores público y privado la prolongación de las restricciones, la inquietud asociada a intervenciones prematuras susceptibles de propiciar una segunda fase de la pandemia y la presión cada vez mayor de la opinión pública.

Por otro lado, la aplicación y el mantenimiento de las intervenciones políticas a la escala necesaria, habida cuenta de que los recursos son cada vez más insuficientes.

El reconocimiento general de la obligación de adoptar «todas las medidas necesarias» para mantener la actividad económica, el empleo, la actividad empresarial y los ingresos a lo largo de la pandemia ha llevado a los gobiernos a fijar objetivos fiscales y monetarios de antemano.

Muchos países tendrán que afrontar un elevado nivel de deuda externa y aplicar medidas políticas monetarias muy restrictivas, aun si la pandemia remitiera en los próximos meses.

Pero los efectos adversos en los mercados de trabajo y la compleja coyuntura económica a escala mundial que se prevé a largo plazo subrayan la necesidad de seguir aplicando políticas que fomenten la recuperación, si bien ello tendrá lugar en condiciones fiscales y monetarias sin precedentes.

Una consolidación fiscal anticipada, como la que siguió a la crisis financiera de 2008-2009, podría conllevar el riesgo de desestabilización de los mercados laborales, ya menoscabados por la covid 19.

La pandemia ha puesto de manifiesto amplias deficiencias y desigualdades en el mundo del trabajo, y las ha acentuado. Las mujeres, los jóvenes y los trabajadores del sector informal, que se encontraban en una situación muy desfavorable antes de que comenzara la crisis, han padecido algunas de sus peores consecuencias.

Por otro lado, ha aumentado la concienciación pública sobre la labor, a menudo compleja e infravalorada, de determinados grupos, en particular los trabajadores de los sectores sanitario y de atención social y los servicios de limpieza, así como los trabajadores domésticos, cuya labor ha sido y sigue siendo primordial para superar la pandemia.

Obviamnte, si no se hace hincapié de forma explícita en la mejora de la situación de los grupos más desfavorecidos y vulnerables, los procesos de recuperación podrían agravar las actuales situaciones de injusticia.

Además, la OIT exhortó al mantenimiento de la solidaridad y del apoyo internacionales, en particular con respecto a los países emergentes y en desarrollo, ya que la respuesta general a la crisis mundial de la Covid-19 se ha caracterizado por una cooperación internacional deficiente: la gran cantidad de recursos utilizados por los países de ingresos elevados para hacer frente a la pandemia no ha estado al alcance de otros países.

Ello ha incidido ampliamente en la capacidad de los países en desarrollo y emergentes para proteger a sus ciudadanos y afrontar la pandemia, lo que a su vez condicionará la evolución de la situación en todos los países en el futuro.

La retórica sobre la necesidad de aplicar medidas de respuesta a escala mundial frente a la crisis de la Covid 19 debe sustituirse por acciones específicas que permitan brindar asistencia a los países que gocen de menor espacio fiscal, en particular mediante la adopción de medidas multilaterales encaminadas a facilitar la financiación y el pago de deuda.

Los debates estériles, una absurdidad dialéctica

La OIT se compromete a promover las cooperativas y la economía ...Es obvio que la preocupación de la OIT, por advertir sobre las consecuencias nefastas de una determinada realidad no es nuevo. Pero son lo que son, recomendaciones. En realidad el debate se sitúa en otro escenario, entre los partidarios del capitalismo que atribuyen la crisis a la mala gestión de banqueros, gobiernos, empresas, o el Covid 19 el cual piensan superar, a cualquier costo y por el otro los opuestos al capitalismo, que vinculan la crisis a su existencia misma.

El sistema capitalista es caótico, y en su seno conlleva una crisis tras otra, que a su vez sólo aparece a los ojos comunes en el instante en que la gran burguesía empieza a hallar dificultades de rentabilidad y por consecuencia se ahonda la contracara natural de la inmensa riqueza que se genera en el sistema, que en el fondo no es otra que las hambrunas, miserias, precariedad y violencia desquiciante.

El mencionado funeral del capitalismo no puede ser otra cosa que el fin de una época, puesto que lo fracasado no es un orden de desarrollo económico o social sino el fin del desarrollo de un orden conocido. Por ello, toda respuesta o sugerencia a la situación por venir al interior del sistema adquiere caracteres absurdos. Encubrir la crisis, y hacerla ver como un episodio externo al sistema es un éxito de los economistas de la burguesía.

Entre sus defensores hay quienes piensan que es la última de las crisis cíclicas del moderno sistema de explotación, que acabará venciéndola y que incluso lo fortalecerá, no obstante, su extrema gravedad, como en 1929, con una refundación del capitalismo para salvarlo de su sepultura.

Otros sostienen que es la crisis integral y final de ese sistema y que el único modo de salir de ella es establecer el modo de producción, no capitalista de desarrollo. Una visión optimista de quienes piensan que este hundimiento del sistema , este fracaso sistémico, acabará con el capitalismo como por arte de magia: se haría pedazos no tanto por una presión subversiva o revolucionaria sino como resultado de la fractura de su propio organismo.

La crisis del capitalismo es integral por abarcar las crisis financiera, la real cíclica, la energética, la del sector alimentario, la ecológica, la de la agresiva política exterior imperialista, la ideológica, la moral, de gobernabilidad, la del consumismo desenfrenado, la de su conomía política, que mezcla neoliberalismo y recetas de Keynes, antes desechadas. Desde que estas crisis se hicieron una sola, querer examinarlas por separado es el más grave error.

El sistema está diseñado para la acumulación de capital, no para la satisfacción de las necesidades de quienes trabajan. La ganancia es el único motor de la actividad económica, por ello al burgués con virus o sin él, le es indiferente invertir en medicinas, drogas o tráfico de seres humanos; es un negocio como cualquier otro.

El proceso de competencia va ahogando a millones de empresas, concentrando y centralizando la producción para aprovechar economías a escala. Esa es la única forma de fructificar los recursos técnicos para aumentar los beneficios, abaratar los salarios e incrementar la tasa de ganancia.

La realidad nos muestra que a medida que se desarrolla el sistema, agudiza todas sus contradicciones y se muestra más reaccionario y salvaje.

El empleo, especie en vías de extinción en el mundo de las promesas

Antes de la pandemia, la comunidad internacional ya se había comprometido a realizar transformaciones de gran alcance en los procesos de desarrollo a escala mundial. Y también en el mundo del trabajo, a través de la adopción de la Agenda 2030 de Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible y la Declaración del Centenario de la OIT sobre el futuro del trabajo, respectivamente.

Mientras tanto, la realidad, nos enseña que los trabajadores son echados a la calle por millones, las empresas quiebran por miles, la inflación se dispara y hace imposible la subsistencia. La burguesía con sus órganos propagandísticos se dedica a explicitar subidas y bajadas de la bolsa de valores, lo que muestra la imbecilidad y mistificación ilimitada de ese «análisis».

Tras la superación de la pandemia, en el mundo habrá un mayor nivel de desempleo, desigualdad, pobreza, deuda y frustración política. Ante ello, no queda más que develar la gravedad de la crisis, porqué nos afecta profundamente, entender que no existen salidas capitalistas a la misma.

Y que tampoco hay retorno a la socialdemocracia populista, para salvar un sistema que hace aguas en las crisis ecológicas, energéticas, éticas, alimenticia, cultural, que juntas se arrullan en el cuadro sistémico de la crisis.

Pero por más que le pese a los organismos internacionales plenos de buenas intenciones, no es ni será la burguesía -clase social portadora de la acción de valorización del capital- la que, en su dinámica de acumulación y reproducción de riquezas, favorezca la apertura y creación de espacios.

Por el contrario, frente a las demandas de las clases más oprimidas siempre se ha respondido con violencia y represión. La paradoja es que sin horizonte revolucionario, ¿quien detiene la marcha del capitalismo?.

Fuente e imagen: http://estrategia.la/2020/07/15/el-capitalismo-acomoda-sus-peones-ante-la-crisis-sistemica-y-del-trabajo/

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«Las pandemias son el resultado de la destrucción de la naturaleza»

Llamamiento conjunto de la ONU, la OMS y la WWF «por un mejor futuro para la gente y para el planeta». «La mayoría de enfermedades emergentes están causadas por acciones humanas»

La ONU, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) han lanzado un llamamiento conjunto advirtiendo que pandemias como el coronavirus están causadas por la destrucción de la naturaleza y por el efecto de acciones humanas, como la deforestación y el comercio de especies silvestres.

«En los últimos años hemos visto emerger muchas enfermedades -como el zika, el zida, el zars o el ébola- que, aunque parezcan diferentes, tienen su origen en poblaciones de animales en condiciones de severo estrés ambiental«, advierten en un artículo conjunto en The Guardian el director general de WWF, Marco Lambertini; la directora ejecutiva de la Convención de la ONU de la Biodiversidad, Elizabeth Maruma Mrema; y la directora de Medio Ambiente, Cambio Climático y Salud de la OMS, Maria Neira.

«Todas estas nuevas enfermedades ilustran cómo nuestra conducta destructiva hacia la naturaleza está poniendo en peligro nuestra propia salud, una dura realidad que ha sido ignorada durante décadas», advierten los firmantes. «Las investigaciones indican que la mayoría de las enfermedades emergentes están causadas por las acciones humanas».

El llamamiento a tres bandas coincide con la difusión del informe sobre el impacto global del Covid-19 de WWF, la mayor organización mundial de conservación de la naturaleza, que concluye que «el riesgo para nuevas enfermedades emergentes es más alta que nunca, con el potencial de destruir la salud, las economías y la seguridad global».

El informe del WWF recalca el vínculo entre las enfermedades zoonóticas (transmitidas de animales a humanos) y la presión humana sobre los hábitats naturales, la tala indiscriminada de los bosques, la agricultura y la ganadería intensiva y el tráfico y consumo de animales silvestres.

Las tres organizaciones urgen a la acción «para construir un mejor futuro para la gente y para el planeta», prohibiendo el comercio de animales silvestres, combatiendo la deforestación, apoyando a las comunidades más afectadas por la crisis y orientando los programas de rescate económico hacia una «recuperación verde».

UNA SOLA SALUD

Las tres organizaciones instan a los gobiernos a tomar decisiones transformadoras y a apoyar en septiembre un Acuerdo Marco de Biodiversidad 2020, equiparable al acuerdo del clima de París. Los firmantes piden también una aproximación integrada bajo el concepto Una Sola Salud, que reconozca el vínculo entre la salud de los humanos, de los animales y del medio ambiente.

«Preocupantemente, mientras el Covid-19 nos ha dado una razón más para proteger la naturaleza, hemos visto que lo que está ocurriendo es lo contrario», advierten al unísomo Marco Lambertini, Elizabeth Maruma Mrema y Maria Neira.»Del Gran Mekong a la Amazonia y a Madagascar, nos llegan informes alarmantes sobre al aumento de la caza furtiva, de las talas ilegales y de los incendios, mientras muchos países están recortando las protecciones ambientales cuando más las necesitamos».

«Debemos abrazar una recuperación justa, saludable y verde como el inicio de una transformación más amplia hacia un modelo que ponga los valores de la naturaleza en los cimientos de la sociedad«, advierten los firmantes. «No hacer eso, y ahorrarnos el dinero que requieren las protecciones ambientales, los sistemas de salud y la seguridad social, ha demostrado ser una falsa economía. La cuenta que deberemos pagar en el futuro puede ser muchas veces mayor».

Fuente: https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/ciencia/2020/06/18/5eeb1bae21efa0f6438b460b.html

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Libro (PDF): Biocapitalismo, procesos de gobierno y movimientos sociales

Reseña: CLACSO

 

Los textos que presentamos están atravesados por algunas temáticas recurrentes que tienen que ver con la caracterización y consolidación del capitalismo contemporáneo principalmente en su versión financiera y especulativa, y las profundas transformaciones que en este contexto global viven los procesos de Gobierno y los movimientos sociales en América Latina.

 

Autor/a:    Compilador: Giunta, Isabella – Autor/a:  Hardt, Michael,   Mezzadra, Sandro –  Negri, Antonio –  Giunta, Isabella – Prologuista:  Cerbino, Mauro –   Cerbino, Mauro

 

Editorial/Editor:         FLACSO sede Ecuador

Año de publicación:   2013

País (es):                      Ecuador

Idioma:                       Español.

ISBN :                        978-9978-67-393-5

 

Descarga:  Biocapitalismo, procesos de gobierno y movimientos sociales

Fuente  e Imagen:    http://biblioteca.clacso.edu.ar/colecciones/saladelectura/index.php?a=q&r=1&hs=1&t=1&q=Extractivismo&j=dl&c=general&fqf=TX&Submit=buscar+en+CLACSO

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Los educadores populares

Por: Lev Moujahid Velázquez Barriga

El Programa de Educación y Cultura para el Estado de Michoacán (PDECEM), se encuentra entre las propuestas educativas regionales de la CNTE, cuyos principios y horizontes le permitieron enfrentar las últimas reformas neoliberales. El PDCEM es la expresión de diversas miradas de las comunidades pedagógicas de base y tiene tantas manifestaciones como colectivos que se han apropiado de él o lo han transformado según su contexto regional y sus aportaciones cooperativas.

Este, al igual que los demás proyectos educativos de la CNTE sólo se entiende como un movimiento pedagógico que se construye y reconstruye de abajo hacia arriba, no al revés; son los colectivos pedagógicos populares los que inventan o se equivocan, tal como decía Simón Rodríguez “Inventamos o erramos”, para referirse a la tarea monumental de hacer lo propio desde la mirada latinoamericana y decolonial. Ninguna burocracia sindical o gubernamental, por más revolucionaria y progresista que se nombre, puede sustituir este movimiento pedagógico, incluso las comisiones educativas de la CNTE tienen la responsabilidad de acompañar, organizar, difundir, investigar, formar y sistematizar de manera horizontal; pero, de ningún modo suplantan la inteligencia colectiva del movimiento.

La organicidad de la pedagogía en movimiento se expresa en el diálogo, en la relación práctica-teoría-práctica, en el intercambio de experiencias y la “compartencia” de conocimientos de los que viven cotidianamente la educación, se trata de devolverles el protagonismo a los colectivos escolares y la voz a las comunidades de aprendizaje, de romper con esos vicios que todavía menosprecian al magisterio cuando el secretario de educación los invita al diálogo pero hace un monólogo, se trata de desterrar la falacia de que los expertos en la educación y la escuela son los que la reflexionan desde fuera.

El PDECEM está ligado a los procesos de cambios civilizatorios que ponen en el centro la vida, está necesariamente encaminado a romper con la hegemonía de un sistema que produce desigualdades sociales, se debe a un proyecto plurinacional de democracia de los pueblos; es por eso que no se puede encerrar en el ámbito áulico ni reducir a la implementación de libros de texto ni encadenar a la certificación, por más alternativas que sean ambas cosas; su espacio inmediato de transformaciones es la comunidad, el barrio, la colonia, el vecindario o la localidad, justo ahí donde es posible desencadenar cambios locales de impacto global, de construir una nueva hegemonía histórica y cultural que siente las bases de una ciudadanía crítica y organizada capaz de involucrarse en la construcción del gobierno popular.

Este vínculo comunitario es la tarea que han desarrollado los programas de Alfabetización Popular y de los Centros de Desarrollo para la Creatividad, el Arte, la Cultura y el Deporte; desde ahí se proponen, a veces con éxito y otras con limitaciones: desplegar redes de economía solidaria, proyectos autosustentables,  recuperar los saberes comunitarios, rescatar la cultura popular, fomentar la lectura política de la realidad, conformar núcleos de base para la autogestión de la democracia protagónica y el alcance de la justicia social. Sin esta relación, la escuela y el magisterio quedarían ensimismados en sus dinámicas escolares y gremiales.

Otra de las tareas transversales del PDCEM es el desmantelamiento de las bases ideológicas, científicas, filosóficas y teóricas del capitalismo, para ello su Escuela de Formación se entiende como el despliegue de espacios formativos de los educadores populares en cada región y en cada delegación; como disciplina de estudio sistemático de la teoría de la organización popular, de la realidad actual y de las pedagogías de la rebelión. En esta tarea, la investigación es fundamental, pero no esa que se hace en el claustro ni la que sigue los principios de la ciencia dominante para enaltecer a las vacas sagradas; la  investigación militante tiene compromisos claros con el empoderamiento de los oprimidos, es construcción de conocimientos y propuestas desde los educadores populares que están directamente involucrados en las resistencias pedagógicas, a partir de las metodologías participativas: sistematización de experiencias, narrativas pedagógicas, dialéctica constructiva y otras que contribuyan a que los oprimidos produzcan conocimientos para la liberación.

Estos proyectos regionales de la CNTE enfrentan serias amenazas, puesto que  el discurso gubernamental propone disolverlos, argumentando que todos sus planteamientos ya han sido incorporados a la Nueva Escuela Mexicana, lo cual es absolutamente falso, la narrativa de la reciente reforma educativa sigue siendo neoliberal y pro empresarial, en su horizonte está la continuidad de la globalización económica y por eso el nuevo gobierno optó por la actualización del proyecto de despojo más grande del capitalismo en los siglos XX y XXI para México, el TMEC (antes TLC). Los únicos que han materializado sus proyectos son las multinacionales de Google Microsoft, Grupo Carso, Grupos Salinas, Grupo Televisa y la banca; las experiencias regionales fueron excluidas y ahora pretenden que sean sometidas a los designios del gran capital.

La urgente defensa de los proyectos de educación emancipadora de la CNTE necesita que las y los educadores rompan con el distanciamiento social (manteniendo el físico) y se convoquen al encuentro dialógico para construir la hoja de ruta crítica con ese propósito, una vía puede ser el Taller Virtual del Educador Popular 2020 de la Sección XVIII; sin embargo, en este contexto de la pandemia, habrá que seguir abriendo camino en lo que Paulo Freire llamaba, el inédito viable.

El autor escribe para OVE

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Entrevista a Franco “Bifo” Berardi: Estamos entrando en la época de la extinción”

Por: Núria Navarro

El filósofo italiano alerta de que solo se puede evitar la caída apostando por la igualdad en la era poscovid.

Uno de los astros de la filosofía que no ha pedido tiempo añadido para reflexionar sobre las consecuencias del covid -ha firmado artículos y dado charlas en ‘streaming’ como la organizada por el Palau Macaya de la Fundació La Caixa– es el italiano Franco (Bifo) Berardi (Bolonia, 1949), un rebeldón que germinó en mayo del 68 y que llevaba tiempo avisando de que vivíamos en el interior del “cadáver del capitalismo” y no nos dábamos cuenta.

-¿Esta era la vía de salida del “cadáver”? ¿Una pandemia?
-Sí. Ha venido de una dimensión biológica, ha circulado por la órbita mediática y se ha insertado en la esfera psíquica, cambiando la perspectiva. Pero salir del ‘cadáver’ no es suficiente.

-¿Toca hacer limpieza?

-Toca inventar formas de sobrevivir que privilegien lo útil por encima de la acumulación del (abstracto) valor monetario. Pienso que salimos de la época en que la expansión era posible y deseable para una parte de la sociedad, y estamos entrando en la época de la extinción.

-¡No más malas noticias, por favor!
-Para perseguir la expansión, el capitalismo empezó a destrozar masivamente los recursos físicos del planeta y las energías nerviosas de los humanos. Puso las bases de la extinción. Cuando la depresión produzca efectos políticos de agresividad, enemistad y miedo, la extinción es probable.

-¿No hay vuelta de hoja?
-No, si no logramos permanecer en el exterior del ‘cadáver’, si aceptamos volver a la normalidad del mercado, del capitalismo, de la aceleración psicótica. La condición pandémica -sumada al cambio climático- es el momento de redefinir el horizonte de la economía, de la relación social, de la intimidad misma.

-¿Por dónde pasará la felicidad fuera de la idea de crecimiento?
-‘Felicidad’ y ‘crecimiento’ son términos incompatibles. Propongo que olvidemos palabras complicadas como ‘felicidad’. ¿Me permite reformular la pregunta?

-Adelante.
-La pregunta es: ¿por dónde pasará la satisfacción de las necesidades básicas de la comunidad?

-¿Y la respuesta?

-En lo que ya existe: en nuestro saber, tecnología y potencia de producción, pero enfocados al interés de todos. En los próximos meses –y años– nos veremos obligados a elegir entre una miseria creciente y la redistribución de la riqueza existente. Si una minoría explotadora pretende mantener sus privilegios, vendrán años de guerra civil en todos los lugares de la Tierra. ¿La manera de evitarlo? ¡La igualdad!

-¿Qué entiende por ‘igualdad’?
-No me refiero a la renuncia, sino a una percepción frugal del gozo y de la riqueza. ‘Riqueza’ es el placer de las cosas y de los acontecimientos, y sobre todo es el tiempo para gozar de lo que tenemos. La reconquista del tiempo –que paradójicamente ha posibilitado el covid– es crucial. Debemos de ser capaces de conjugar seguridad y sensualidad.

-Usted solía invitar a “reconocer el placer en el cuerpo del otro”. Y ya ve.
-Cuando pienso en el futuro, lo más difícil de imaginar es cómo percibiremos el cuerpo del otro en la calle, en el café, en la cama. Es probable que salgamos del distanciamiento social con un miedo instintivo al cuerpo del otro, a sus labios.

“Puede que la dimensión ‘on line’ nos recuerde a una época angustiosa y volvamos a la sensualidad”

-Como ocurrió en los años 80, con el sida.
-Fue una bomba psíquica, sí. Pero ahora puede también que se manifieste un poderoso movimiento de acercamiento y de sensualidad, porque la dimensión ‘on line’ se volverá un recuerdo de una época angustiosa, como un síntoma de la enfermedad. Aquí veo el germen de un verdadero movimiento cultural, estético y social.

-Afectos, trabajo, escuela y ocio, de momento, pasan por las pantallas.
-La pantalla es el lugar de la seguridad, pero es también el lugar de la anestesia, de la ablación de la sensualidad. ¿Podemos imaginar una humanidad que se libere definitivamente de la ternura física, de la seducción de los ojos, de los labios, de las manos que se tocan delicadamente?

-¿Puede usted?
-Yo no lo puedo imaginar, y punto. Si lo imagino, es la peor distopía: un mundo eficiente, exacto, perfectamente compatible con la matemática financiera, pero muerto. Me hundiría.

‘Colomba e corvo’, un collage de Bifo Berardi realizado durante el confinamiento.

-Cuando está hundido, pinta. ¿Qué motivo se ha repetido estos meses?
-Hay una imagen que vuelve en mi cabeza y en mis collages: el papa Francisco lanza dos palomas blancas para simbolizar el amor, la paz, la alianza con Dios. Un cuervo negro se acerca a la paloma y la devora. Yo soy ateo, pero cada vez que pinto esta imagen me digo que la casualidad da pie a fantasías estéticas aterradoras.

Fuente: https://www.elperiodico.com/es/la-contra/20200621/franco-berardi-estamos-entrando-en-la-epoca-de-la-extincion-7957744

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El capitalismo de la vigilancia

Por: Carlos Fazio

Difuminada en la coyuntura por el apocalipsis mediático desatado por las élites plutocráticas y los poderes fácticos de Estados Unidos a raíz de la irrupción del Covid-19, la guerra comercial y financiera entre los gobiernos de Donald Trump y Xi Jinping profundizará en la pospandemia la carrera por la hegemonía, en momentos en que, parafraseando a Clausewitz, la tecnología es la continuación de la política por otros medios.

En 2016, un informe de Barack Obama sobre el futuro de la inteligencia artificial (IA) reconocía que su sucesor gobernaría un país que está siendo transformado por la IA. Aunque Trump abandonó parcialmente esa visión, Estados Unidos sigue siendo líder en IA gracias a las compañías líderes de la digitalización conocidas mediante el acrónimo Gafa (Google, Apple, Facebook, Amazon), pero el punto de quiebre se está volviendo el control de acceso a datos, ya que las principales plataformas someten a sus usuarios a procesos de supervisión no estandarizados y desfasados con la velocidad de la IA.

Los ingenieros de la IA necesitan datos (materia prima) para crear sus algoritmos y/o perfeccionarlos. Y si bien EU es el país que ha recolectado más datos, a partir del 13 Plan Quinquenal de Informatización Nacional (2016-20) de Xi Jinping, China ha aumentado de manera exponencial sus capacidades a través del Internet de las cosas, el aprendizaje automático y del número de usuarios de sus empresas innovadoras apoyadas por las nuevas tecnologías ( startups).

El gobierno chino ha hecho fuertes inversiones en investigación y desarrollo, subsidia la industria de los chips de procesamiento y tiene una regulación más laxa en tecnologías de automatización y recolección masiva de datos. Así surgieron conglomerados privados de Internet comercial como Baidu, Alibaba y Tencent (conocidos bajo el acrónimo Bat), que de cara a la carrera por la IA han alcanzado tecnológicamente a las corporaciones estadunidenses del sector.

Y al igual que ocurrió en sus orígenes con las Gafa del Silicon Valley, pioneras del capitalismo digital gracias a los programas de inversión militar keynesianos, que después del 11 de septiembre de 2001 −en conexión con el Estado de seguridad nacional de la administración Bush hijo− desarrollaron el enorme aparato de vigilancia y control estatal revelado en 2013 por el ex contratista de la CIA y la NSA Edward Snowden, el apoyo del gobierno chino ha sido clave en el desarrollo de Baidu como la plataforma base de IA para vehículos autónomos, Alibaba para ciudades inteligentes y Tencent para cuidados de la salud.

Alibaba, considerada el Amazon chino, desarrolló un sistema de puntajes de crédito social privado, que se propone recopilar y almacenar todos los rastros que los usuarios dejan en Internet y regular el comportamiento de cada persona sobre acceso al crédito, a la educación formal y al mercado de trabajo, incluido el uso de líneas aéreas comerciales y trenes de alta velocidad. La empresa implementó el proyecto City Brain (cerebro de la ciudad) para conectar a través de un software mapas, cámaras de vigilancia, sensores, datos del gobierno e información compartida en redes sociales, que procesan algoritmos de IA en superordenadores que sirven de alimento para la planeación urbana y la gestión de tráfico en ciudades como Hangzhou y Macau.

La cooperación de Baidu con las autoridades chinas también gira en torno del control de datos y la ciberseguridad. La corporación ha equipado puntos neurálgicos del espacio público con cámaras que cuentan con un sofisticado software de reconocimiento facial que también puede identificar personas encapuchadas por su forma de caminar. Tencent, la tercera integrante del Bat también explota patentes de reconocimiento facial y videovigilancia. Ergo, el capitalismo de la vigilancia.

En la pospandemia del Covid-19, la guerra fría política, comercial y tecnológica entre EU y China se calentará. Después de que Trump lanzó su estrategia de decoupling (desconexión) para contener el crecimiento económico de China, Xi llamó a poner énfasis en el desarrollo del mercado interno, y no en las exportaciones. Aunque en el plano exterior, a través de Alibaba, el soft power chino aumentará su infraestructura ferrocarrilera, portuaria y digital (fibra óptica, antenas de telecomunicaciones, 5G) en su área de influencia: Vietnam, Tailandia y Singapur, y eventualmente Bangladesh y Pakistán. Aun en África.

Es en ese contexto que hay que ubicar los discursos de Xi del pasado 26 de mayo ante la Comisión Militar Central (la versión china del Pentágono) y de Trump en la academia militar de West Point, el 13 de junio. Xi ordenó a las fuerzas armadas pensar en el peor de los escenarios para salvaguardar la soberanía nacional, la seguridad y los intereses de desarrollo. Trump insinuó cambios doctrinarios para un conflicto con China en pos de mantener la hegemonía global.

La hegemonía de EU se basa en el dominio de las rutas marítimas y su superioridad tecnológica. Según fuentes del Pentágono citadas por el periódico inglés The Times, con base en unos juegos de guerra simulados, en 2030 EU perdería una guerra naval con China en el Pacífico. El análisis concluye que todas las bases de EU en la región del Comando Indo-Pacífico serían abrumadas por los misiles balísticos de alcance medio chinos, incluida la isla de Guam, principal base de los bombarderos estratégicos B-2. La disputa geopolítica está en pleno desarrollo.

Fuente: https://www.jornada.com.mx/2020/06/29/opinion/019a1pol

Imagen: SpaceX-Imagery en Pixabay

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«El coronavirus es un pedagogo cruel porque la única manera que tiene de enseñarnos es matando»: entrevista con Boaventura de Sousa Santos

Por: BBC

Considerado uno de los grandes referentes entre los pensadores de izquierda, el sociólogo portugués Boaventura de Sousa Santos cree que el nuevo coronavirus es un gran pedagogo, eso sí, uno cruel.

Así nos lo presenta en su nuevo ensayo, «La cruel pedagogía del virus», en el que dice que la pandemia de covid-19 es la forma en el que nuestro planeta nos está diciendo basta. ¿Aprenderemos? Ese es el gran interrogante ahora.

Boaventura de Sousa Santos es director emérito del centro de Estudios Sociales de la Universidad de Coimbra, en Portugal; investigador distinguido de la facultad de Derecho de la Universidad de Wisconsin-Madison, en Estados Unidos.

Descrito como el «sociólogo de la antiglobalización», es uno de los principales impulsores del Foro Social Mundial.

En su nuevo trabajo, el sociólogo reflexiona sobre todas las lecciones que nos está dejando este virus, que ha evidenciado las desigualdades de nuestra sociedad, de nuestro modelo de desarrollo, con el que Santos es muy crítico.

Un virus capaz de infectar a cualquiera, sí, pero que se ha cebado con los más vulnerables, con los pobres.

«El 30% de la población mundial tiene falta de agua», dice. «¿Cómo van a lavarse las manos? La poca agua que tienen la necesitan para comer y beber».

Lo que sigue es una síntesis de la conversación telefónica de BBC Mundo con Boaventura de Sousa Santos.

Línea

Desde varias esferas se ha usado una retórica belicista y se ha calificado este virus como un enemigo. Usted se refiere a él como un pedagogo cruel. ¿Cuál es la pedagogía de este virus?

Es virus es un pedagogo en el sentido de que nos está dando varias lecciones. El problema es saber si nosotros las vamos a escuchar y las vamos a aprender.

Es cruel porque la única manera que el virus tiene de enseñarnos es matando, matando a inocentes, y lo hace por miles y miles.

¿Qué nos está tratando de enseñar?

El virus es un pedagogo que nos está enseñando que la Madre Tierra no está satisfecha con el modelo de desarrollo que tenemos. Nosotros somos una parte muy pequeñita, ínfima, de la vida del planeta.

Solo representamos un 0,01% de la vida en el planeta, pero a pesar de eso nos disponemos a intentar destruir el resto de la vida.

Entonces la naturaleza se defiende, y nos está diciendo «así no, si siguen así, va a haber más pandemias».

Quote

Estamos desbaratando los bosques, contaminando el agua, minería a cielo abierto expulsando indígenas, campesinos… para una explotación de los recursos naturales sin límites… con un calentamiento global tremendo…

Y todo eso está desestabilizando los hábitats de los animales silvestres, y por eso vamos a tener más pandemias.

Otra cosa que está haciendo este virus es ponernos a pensar más sobre la capacidad del Estado. ¿Hay otra lección ahí?

En los últimos 40 años nos han dicho que el Estado es ineficiente, es corrupto, y que lo bueno son los mercados, que el mercado es el mejor regulador de la vida social.

Pero viene una pandemia, y nadie pregunta por los mercados. Nadie pide al mercado que los salve, que los proteja, se lo piden al Estado.

Esa es una lección muy fuerte, y si de verdad la vamos a aprender, entonces tenemos que reinvertir en educación, en salud, transportes e infraestructura que no tenemos.

En muchos países se ha privatizado la salud, en Estados Unidos, por ejemplo, ni siquiera existe un sistema público de salud. Me parece que esta es una enseñanza muy fuerte.

Otra lección es que me parece ha habido gobiernos, algunos de derecha o de extrema derecha, que se han revelado muy incompetentes para proteger la vida de la gente. Hablo de Inglaterra, de Estados Unidos, de Brasil, de India, y de otros países.

Son países cuyos gobiernos han creado una ecuación fatal entre la economía y la vida, y han dicho que la economía es más importante que la vida, y por eso se han resistido a ordenar confinamientos, han descuidado la gravedad de la pandemia, se han retrasado y ese retraso se ha traducido en miles de muertos.

El caso de Inglaterra es paradigmático. El señor Boris Johnson quería privatizar el Servicio Nacional de Salud, y después ese Servicio Nacional de Salud fue el que lo salvó. Esa es otra enseñanza: la vida es más importante que la economía.

Hospital en Iquitos, Perú.Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionEl sociólogo dice que el virus ha sido más mortífero entre los que ya son vulnerables, los pobres.

Otra lección muy importante es que el virus también nos ha mostrado que, al contrario de lo que muchos piensan, no es democrático para nada.

Es caótico, por supuesto. Entra e infecta a gente de todas las clases, es verdad, pero ¿a quién mata? Mata a los que ya son vulnerables, los pobres, los que no tienen acceso a la salud.

En ese sentido, como diría (Eduardo) Galeano, el virus muestra «las venas abiertas» del mundo.

Usted dice que como modelo social, el capitalismo no tiene futuro. ¿Qué escenarios nos deja esta pandemia sobre la mesa? ¿Cuáles son las alternativas?

La alternativa es empezar realmente por una transición que va a ser larga, no se puede cambiar la sociedad de un día para otro, sería una ruptura, una revolución, no estamos en tiempos de revoluciones muy radicales.

Lo primero es la matriz energética, que habría que cambiar rápidamente, es decir, ir a energías renovables.

En segundo lugar, las estrategias de consumo tienen que ser alteradas, particularmente la alimentación.

No tiene sentido que los países tengan que importar alimentos cuando los pueden producir dentro de sus fronteras. Llamamos a eso soberanía alimentaria y es fundamental porque si hay una crisis, una pandemia, y un país depende de la agricultura de otro país, eso puede significar hambre, y eso ha pasado.

Pastores recogiendo agua en un pozo en Senegal.Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionSegún Boaventura de Sousa Santos, para la mayoría de la población del planeta es imposible seguir las recomendaciones de la OMS.

Ha pasado ahora, por ejemplo -un caso que conozco bien- entre Mozambique y Sudáfrica. Mozambique depende de los productos agrícolas procedentes de Sudáfrica y cuando se cerró la frontera se creó una crisis.

Y tenemos que empezar por una lógica de bien común. Hay productos que son un bien común y no deberían ser privatizados nunca. El agua por ejemplo, es un bien común que no debería ser privatizado.

Lo hemos visto en esta pandemia con una brutal crueldad. Por un lado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que la gente debe lavarse las manos, por otro, la gente se quedó sin empleo, y no podían pagar las facturas, entonces, las compañías cierran el agua.

En algunos países, en Centroamérica por ejemplo, los gobiernos tuvieron que suspender los cortes de agua por impago.

¿Está la globalización en tela de juicio? ¿Habrá un cambio de paradigma?

Puede, no creo que sea un cambio radical, pero muchos países están pensando realmente que hay que repensar la parte industrial, para que bienes esenciales estén disponibles en el país y no sean dependientes, como se ha visto, de China.

Boaventura de Sousa SantosDerechos de autor de la imagenSCARLETT ROCHA
Image captionEl sociólogo portugués cree que vamos a entrar en un período al que llama la pandemia intermitente.

No tiene sentido que el país más poderoso del mundo, que es Estados Unidos, no produzca guantes, mascarillas, ventiladores… cosas esenciales. Tenemos que relocalizar alguna industria de bienes esenciales.

La pandemia impuso cambios drásticos en nuestras vidas. En algunos países se decretaron cuarentenas severas. Las calles estaban vacías. ¿Cree que las sociedades están preparadas para vivir de otra manera, para una alternativa a esa vida de consumo constante?

Preparadas no están, pero lo importante es saber que somos capaces. Somos capaces de no ir al supermercado a todas horas, ni pasar el fin de semana en el centro comercial. Somos capaces, pero porque hemos sido forzados.

Lo importante es que la posibilidad existe, que hay alternativa para que la gente pueda cuidar de sus hijos, quedarse más en casa, consumir menos… pero porque las personas han sido forzadas de una manera cruel.

Ahora creo que deberíamos ver una pedagogía en eso, porque este modelo de desarrollo y consumo que tenemos nos traerá otras pandemias.

Madrid vacía por el coronavirus.Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionLa pandemia mostró, según el sociólogo, que hay alternativa a la vida de consumo constante.

Vamos a entrar en un período al que llamo la pandemia intermitente, es decir, salimos a la calle, vamos a los bares, durante unos meses; después viene el invierno, las cosas empeoran… porque no sabemos cuándo vamos a tener una vacuna y además porque obviamente pueden surgir otros virus, quizás más mortíferos.

Es realmente mediante una acción política y una acción educativa que la gente debería prepararse de otra manera.

Nuestros productos están hechos para que duren poco tiempo. Un reloj podría durar toda la vida, pero la gente cambia de reloj según el color de la ropa. Esto, que llamamos la obsolescencia de los productos, es programada para que duren muy poco y gastar más recursos naturales.

Antes mencionó la recomendación de la OMS sobre lavarse las manos. Algo que hemos visto, y que usted señala en su ensayo, es que instituciones globales, como la OMS, hicieron recomendaciones que en realidad solo podían seguir una parte pequeña de la población. ¿Cree que estas instituciones de la gobernanza global están alejadas de las sociedades?

Lo están, porque son instituciones que realmente no reflejan la realidad, porque están especializadas.

La OMS no trata sobre la desigualdad, ese es otro departamento de la ONU y por eso hace las recomendaciones, pero no se preocupa de si la gente tiene la posibilidad de lavarse las manos.

Sabemos que el 30% de la población mundial tiene falta de agua, y de agua potable todavía más, y que para 2050 la mitad de la población no va a tener agua potable. Mucha gente, la poca agua que tiene, es para beber y cocinar, no para lavarse las manos.

Suburbio en Buenos Aires.Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image caption¿Cómo mantener la distancia social en zonas donde la gente tiene que vivir hacinada?, se pregunta Santos.

Por otro lado, la distancia física y sanitaria… ¿cómo? Si vives en villas miseria, en barriadas, en favelas donde en el mismo departamento tienes 10 o 15 personas.

¿Cómo pueden teletrabajar los uberizados que te entregan la comida? Yo puedo protegerme teletrabajando, pero alguien me va a traer la comida, y esa persona no está protegida.

Esto no puede seguir por este camino de vulnerabilidad.

¿Y cuál cree que es el papel de los intelectuales en este escenario de crisis y en el de la postcrisis?

Los intelectuales tienen que acompañar mucho las aspiraciones de la gente y trabajar no solamente en el medio universitario, sino en las comunidades.

Yo trabajo mucho en las barriadas de Colombia, de México, de Argentina, de Brasil, etc., con la gente, para aprender con ellos. No podemos ir con teorías de vanguardia diciendo que vamos a cambiarlo todo de un día para otro, porque no me parece que sea posible.

Creo que hay que ir despacio y tendremos que ser pedagogos de esta alternativa.

Yo aprendo más con los indígenas que con otros. En términos ecológicos, quienes me han enseñado lo que sí fueron los indígenas, y los campesinos. Son ellos los que saben cuidar a la Madre Tierra y ser un vocero.

Creo que los intelectuales deberían ser voceros de mucha voz silenciada en el mundo y que son voces de futuro, no son voces del pasado.

Fuente: https://www.bbc.com/mundo/noticias-53219916

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