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La desigualdad latinoamericana empieza en la escuela

Por: Jorge Galindo

Los datos del último informe PISA revelan la capacidad segregadora de los sistemas educativos en los principales países de la región

Cada vez que se publica el informe PISA, todos los países incluidos corren a ver cómo han quedado en los rankings. Es normal: poco a poco PISA se ha convertido en el estándar de evaluación del rendimiento de los estudiantes. A través de exámenes estandarizados realizados a muestras representativas de alumnos de 15 años en tres áreas (matemáticas, lectura, ciencias), podemos aproximar cómo de bien o mal le va a cada país en comparación con los demás. Así, por ejemplo, sabemos que a los representantes de la Latinoamérica continental incluidos en el estudio, les va bastante peor que la media de la OCDE.

La desigualdad latinoamericana empieza en la escuela

Ninguno se acerca siquiera al punto de referencia. Algo que parece ser motivo de preocupación estos días, en tanto que la última versión de PISA se publicó el martes pasado. La preocupación es comprensible, y debe ser atendida: particularmente en casos como el de Panamá o Argentina, donde hay un desajuste significativo entre el nivel alcanzado en PISA y el PIB per capita. Pero esta pasión humana innata por rankearnos no debe ocultar un problema central en los sistemas educativos latinoamericanos. Uno que se refleja en los datos de la OCDE, y que también está ocupando debates, encabezando protestas incluso, en el continente: la desigualdad.

Los países de la región están, sencillamente, a la cola del índice de inclusión social de PISA: Perú, Chile, Colombia, Brasil, Panamá y México ocupan los últimos lugares. Costa Rica, Argentina y Uruguay están solo un poco más arriba. Y todos ellos son marcadamente menos inclusivos no sólo que la media de la OCDE, sino que la media del conjunto de los países evaluados mediante PISA.

Así que a nadie deberá sorprenderle que en todos los países latinoamericanos haya una nítida correlación entre las notas medias obtenidas de cada segmento poblacional y el estatus socioeconómico, medido por el grado de ventaja (o desventaja) con el que parte aquel alumno que viene de un hogar determinado.

La desigualdad latinoamericana empieza en la escuela

El caso de Perú es particularmente dramático, que también se encuentra a la cola del índice de inclusión social. Pero Argentina no se queda muy atrás. En estos países, un estudiante socioeconómicamente aventajado está, cuando cumple quince años, a un pequeño abismo de quienes no nacieron en hogares de alto estatus.

El propio informe PISA estima qué porcentaje de la varianza es atribuible a lo que podríamos definir como ‘factor cuna de oro’. Para todos los países, la cifra es más alta que la media de la OCDE (12%), pero de nuevo destacan Perú y Argentina, además de Panamá.

La desigualdad latinoamericana empieza en la escuela

Si una sociedad aspira a la igualdad de oportunidades, su sistema educativo debería mover ese porcentaje lo más cerca posible del cero, de manera que cualquier persona pueda alcanzar cualquier punto de la evaluación independientemente de las condiciones de partida. Claramente, eso no es lo que sucede. Las estructuras educativas latinoamericanas aquí contempladas, con la posible excepción de Chile, son reproductores de desigualdad. Y llevan años siéndolo.

Ha habido pocos cambios significativos en la distribución de las evaluaciones obtenidas por los alumnados. Y, cuando los ha habido, han sido cambios en bloque: o todos han mejorado por igual, o todos han empeorado por igual. La desigualdad persiste aquí por encima de los esfuerzos del sistema educativo para reducirla.

La desigualdad latinoamericana empieza en la escuela

La escuela es la correa de transmisión básica de todo lo bueno y malo que tiene que ofrecer la educación. Y las escuelas en Latinoamérica son notablemente disímiles entre sí. La barrera divisoria es, de nuevo, socioeconómica. Tomemos un indicador básico y accesible: la disponibilidad de material escolar. Resulta que la proporción de alumnos en escuelas cuyos directores reportaron a PISA faltas de material es notablemente mayor entre aquellos con desventaja socioeconómica.

La desigualdad latinoamericana empieza en la escuela

En este caso, a Perú lo acompaña (y lo supera) Colombia, donde las necesidades adquieren una penetración alarmante. Chile y Costa Rica son los únicos países relativamente parejos. Algo que se refleja cuando pasamos a indicadores más complejos.

Una escuela puede ser un mecanismo de segregación si incluye en su seno a un conjunto de alumnos notablemente distinto de la diversidad representada en la sociedad, o del de otras escuelas. Efectivamente, eso es lo que sucede en la mayoría de las naciones latinoamericanas aquí consideradas. En algunos casos, como (de nuevo) el peruano, el grado de segregación es astronómico.

La desigualdad latinoamericana empieza en la escuela

Es éste el único indicador en el que uno de los países del grupo sale mejor parado que la media de la OCDE: se trata de Chile. Pero todos los demás presentan un panorama que ayuda a entender las diferencias en la evaluación PISA entre alumnos según nivel socioeconómico: el sistema escolar les está separando de partida.

Si la igualdad de oportunidades es ya por sí mismo un objetivo harto complicado, se vuelve prácticamente imposible cuando existen altos grados de segregación en la red educativa. No se trata sólo de materiales, ni de calificación profesoral (aunque también: en Argentina, el porcentaje de maestros con educación post-universitaria es 15 puntos mayor para los alumnos de estrato alto). También es una cuestión de contactos y códigos culturales que se vuelven menos accesibles para aquellos que no nacieron en la parte alta de la distribución de renta. El resultado final lo vimos en los gráficos de evaluación por estrato: no sólo aquella correlaciona con éste, sino que se advierte en todas las gráficas un repunte entre el tercer y el cuarto nivel. Esa es la prima de la clase alta latinoamericana.

Porque estos países ‘aíslan’ a sus estudiantes socioeconómicamente aventajados del resto con una eficiencia casi sin parangón. Si ponemos en común la capacidad de aislar a los (simplifiquemos por un momento) ricos del resto y a hacer lo propio con los pobres del resto, resulta que Latinoamérica es más eficaz en el aislamiento de ambos que la media de la OCDE. Pero resulta también que lo es, sobre todo, cercando a los aventajados de los demás.

La desigualdad latinoamericana empieza en la escuela

Este gráfico es la versión para la educación de las galerías de fotografías aéreas que muestran barrios con tejas de metal y suelo de tierra junto a otros que guardan piscinas y mansiones entre muros. De hecho, es su reflejo y su raíz. No cabe duda de que hay que trabajar en que los países latinoamericanos asciendan en el ranking de PISA. Pero esa escalada no sólo no puede dejar a nadie atrás, sino que debe comprimir las brechas que ahora abre. Si la igualdad de oportunidades no es viable, tampoco lo es ninguno de los modelos que copan ahora los grandes debates ideológicos sobre el presente y futuro de la región. Ni el liberalismo meritocrático ni el igualitarismo tienen sentido sin este punto de partida fundamental. Así que, antes que compararse con el vecino, quien aspire sinceramente a producir cualquiera de los dos resultados (o un punto intermedio entre ambos) deberá mirar atentamente estos datos y preguntarse si acaso se dan las condiciones para alcanzar su ideal

Fuente: https://elpais.com/internacional/2019/12/05/america/1575575380_272998.html

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Nos han cateado

Por: Elvira Lindo.

Lo que irrita es que haya que esperar a los resultados del informe PISA para que hablemos más de lo que está pasando

España siempre se ha llevado regular con la educación. Tome usted una tertulia política al azar y observará que mientras los contertulios se mueven como peces en el agua en su hábitat natural, el de las conjeturas politiqueriles, todo va sobre ruedas. A mí, que conozco a los analistas más que a mis hijos, porque siempre adivino por dónde van a salir, me sigue asombrando el conocimiento que muestran de lo que se susurra en despachos, pasillos y whatsapps. Da la impresión de que políticos y cronistas beben juntos. O algo más. Pero, ay, su brillantez patina cuando abarcan otros universos. El día en que por mandato del informe PISA sobre el nivel escolar hay que abordar el sistema educativo da la misma impresión que cuando nos preguntaban en historia sobre Fernando VII y escribíamos sobre la Constitución de Cádiz, a ver si colaba. Año arriba año abajo, qué más da.

La cuestión es que sabemos poco. Diría que porque, en general, no prestamos la atención que debiéramos a un asunto capital que articula la igualdad social, la justicia y la movilidad de clases. Nos encontramos ahora con que los resultados en ciencias de la Comunidad de Madrid, donde los recortes, la segregación y algunas medidas de mera palabrería propagandística, como someter asignaturas a un bilingüismo para el que no están preparados ni los docentes ni los alumnos, se desploman; nos encontramos con que el nivel de los alumnos ha caído escandalosamente, y para justificarlo, el consejero de Educación nos habla de pruebas mal diseñadas que contagian en sus malos resultados a las otras. No acabo de entenderlo. Entiendo, sí, que si esto hubiera ocurrido en Andalucía habría habido una especie de consenso de aceptación, pero Madrid, que se ha ido salvando del suspenso milagrosamente a pesar de la creciente desigualdad social, está en shock.

Lo que irrita es que haya que esperar a esos resultados del informe para que hablemos más de lo que está pasando. Basta con visitar colegios públicos que, ubicándose incluso en el mismo barrio, no cuentan con los mismos recursos, o bien precisan que esos recursos sean reforzados porque tienen necesidades especiales. Hay muchos centros públicos en donde reina la interinidad, escasean los profesores de refuerzo, y se ha impuesto un bilingüismo que puede llevar a los críos a ser ignorantes en dos idiomas. También se diserta sobre la preparación del profesorado. Efectivamente, un maestro o una profesora se enfrentan hoy a desafíos en mi opinión de enorme envergadura, y también los padres y las madres pueden sentirse perdidos. Hace unos años afirmábamos que un profesor no tenía por qué ejercer de asistente social o de psicólogo, pero hoy está comprobado que es preciso que exista una conexión estrecha entre las características socioculturales de un barrio y cómo aborda un claustro la enseñanza. Los colegios que han entendido que es más provechoso trabajar integrados en la comunidad obtienen mejores resultados.

Sospecho que los políticos a los que se les llena la boca con la palabra excelencia o bien provienen de clases privilegiadas o bien desconocen nuestro presente. Si la escuela deja de ser el motor del ascensor social estaremos reforzando el clasismo; si el bachillerato deja de ser la mayor fuente de cultura de nuestra vida educativa estaremos rebajando el nivel de todo un país. Hablemos de ello, sí, pero todos los días, y preguntando a quien sabe.

Fuente del artículo: https://elpais.com/elpais/2019/12/06/opinion/1575649693_063411.html

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Piden transformación educativa en Latinoamérica para garantizar la paz

Redacción: El Imparcial

Se trata de la Red Latinoamericana por la Educación (REDUCA), una alianza de organizaciones civiles de toda índole de 15 países que nació hace ocho años en Brasil, y que celebró hasta este miércoles un período de reuniones en Panamá.

Latinoamérica vive una turbulencia social derivada de la inequidad y solo una real transformación del sistema educativo, que permita a todos los niños y jóvenes aprender con calidad, garantizará la viabilidad de un futuro próspero y en paz, alertó este miércoles una alianza de entes civiles de la región.

Se trata de la Red Latinoamericana por la Educación (REDUCA), una alianza de organizaciones civiles de toda índole de 15 países que nació hace ocho años en Brasil, y que celebró hasta este miércoles un período de reuniones en Panamá.

«Estamos convencidos de que la educación es una herramienta de pacificación, de diálogo, de agregación a esta discusión que, digamos, está desbocada por jóvenes que reclaman» su espacio a través de manifestaciones públicas «con imágenes de rebelión», dijo a Efe el secretario general de REDUCA, el argentino Manuel Álvarez Trongé.

Las movilizaciones sociales que se registran en países del sur del continente no son una «sorpresa» para la REDUCA, ya que el «caldo de cultivo» de las mismas se sustenta en que Latinoamérica «tiene el triste récord de ser una región de las más desiguales del planeta», recordó Álvarez Trongé.

Pero al mismo tiempo esta red regional de organizaciones civiles ve en esta «crisis una oportunidad», por lo que aboga «por la garantía prioritaria del derecho a la educación» como centro de toda política pública en los países latinoamericanos, dijo el secretario general de la alianza.

 

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Enfoques cooperativos; Hoy: Los gobiernos que adopten  al cooperativismo como sistema educativo, apuestan al desarrollo..

Corriente pedagógica cooperaria.

 

Por José Yorg, el cooperario.

 

“Dondequiera que sea posada nuestra mirada encontraremos sistemas educativos en decadencia, obsoletos que en vano proclaman modernidad y calidad educativa porque al fin no se desprenden de las pedagogías individualistas, he allí el meollo de la cuestión: Los gobiernos que adopten  al cooperativismo como sistema educativo, apuestan al desarrollo socio-económico, buscan el buen vivir de sus pueblos en razón a las bondades pedagógicas del cooperativismo». José Yorg

  

Este artículo adelanta parte de un trabajo académico de mayor profundidad sobre la temática, próximamente a ser publicado en España.

El pensamiento pedagógico cooperativo inaugurado por Robert Owen (1771-1858)  parte de la profunda convicción de que el “hombre y la mujer” pueden mejorar humanamente.

Esta convicción nos ilustra que tal afirmación proviene de un análisis de la sociedad industrial tal y como se le presentó, es decir, sociedades injustas que promovían la desigualdad social. Tal situación enojosa, contraria al mejoramiento humano, prosigue en la actualidad.   

El industrialismo, etapa segunda del capitalismo, produjo enorme infortunio a los trabajadores, hombres, niños y mujeres, y se construyó sobre esa base el esquema educativo patriarcal y disciplinador, profundamente individualista.

Owen con mirada crítica alentó  la reforma de esa sociedad, cuyo producto era contrario a lo humano, por tanto, debía ser transformado y sentenció que “Esa transformación de un orden en otro es impuesta por una tremenda necesidad que hasta ahora ha producido padecimientos suficientes para estimular la búsqueda de un alivio y esforzarse en alcanzar la felicidad que todos los seres vivientes anhelan”.

No necesitamos extremar nuestro análisis sobre esa sentencia humanizadora y traerla a la actualidad en que campea el neoliberalismo, la decadencia institucional, frágil sistema democrático y tendencia a la opresión social.

En dondequiera que sea posada nuestra mirada encontraremos sistemas educativos en decadencia, obsoletos que en vano proclaman modernidad y calidad educativa porque al fin no se desprenden de las pedagogías individualistas, he allí el meollo de la cuestión: Los gobiernos que adopten  al cooperativismo como sistema educativo, apuestan al desarrollo socio-económico, buscan el buen vivir de sus pueblos en razón a las bondades pedagógicas del cooperativismo.

Está claro para quien quiera comprender que, históricamente, la educación es un instrumento, es un reflejo reproductivo del modelo de sociedad que nace desde la concepción de mundo, del hombre, de la empresa que el poder real dominante y sus gobiernos títeres sostienen pese a la crisis civilizatoria desatada y que es irreversible.

Por ello, el cooperativismo es un movimiento socio-económico contestatario al capitalismo. Y su modelo educativo expresa su concepción transformadora de las sociedades individualistas.

“Esa transformación hará que desaparezcan las disputas entre los individuos y las naciones acerca de aquello que es misterioso y naturalmente no descubierto; ni habrá discusiones en torno a las leyes humanas, cuando las leyes de naturaleza definida, fija e inmutable, se orienten a asegurar el bienestar y la máxima felicidad del hombre”, nos ilustra Owen.

Organización de cooperativas escolares.

http://www.bnm.me.gov.ar/giga1/documentos/EL003538.pdf

Se alude muy frecuentemente que en la Argentina el proceso político del movimiento peronista y su impronta transformadora socio-económica, fue un proceso de revolución inconclusa.

De allí la importancia de rescatar de ese proceso transformador social el rol que se le asignara en el Plan estratégico Quinquenal del Estado peronista a la educación cooperativa escolar.

Se pretendió la cooperativización de la producción como base y sustento del inicio de una nueva civilización argentina justa, libre y soberana post-segunda guerra mundial ya que ese acontecimiento bélico implicaba un nuevo orden mundial.

Fijó Perón:

«El Cooperativismo tiene su forma de  resurgimiento  universal mejor  sentadas en la República Argentina. ¿Por qué razón?  Porque el Estado propugna ahora el  cooperativismo”, fijo Perón.

«Asimismo el Estado, mediante todos sus centros de enseñanza, promoverá la formación de una nueva conciencia nacional  agraria hacia el cooperativismo”.

“El sector  cooperativista forma así el puntal más importante en la organización del pueblo.»

“Deseo al sector cooperativista organizado no  sólo para las  actividades de la producción sino también para «todas las actividades».

«La reforma económica  que vamos realizando  es la base  del  cooperativismo”.

Para llevar adelante este formidable programa de educación y desarrollo cooperativo escolar- ProDeCoop-Escolar-se creó por  “Resolución  Ministerial  del 28/1/1954, la Comisión de Cooperativas Escolares,  integrada por tres inspectores de enseñanza -uno por cada una de las Direcciones  Generales de Enseñanza- y un inspector administrativo de la Dirección General de Administración, tendrán a su cargo la dirección superior de las actividades cooperativistas que se desarrollen en los establecimientos de enseñanza”.

Es dable concluir que, para retomar esa épica transformadora peronista, que es  imprescindible, por cierto, ante la debacle neoliberal y a fin de no repetir fórmulas políticas públicas ya perimidas e inútiles para el pueblo, concluimos que los gobiernos que no adopten como sistema educativo al cooperativismo, apuestan al statu quo, al quietismo, a la mediocridad educativa.

¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!

 

Autor: José Yorg

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Entrevista a María Fernanda Ampuero: «Me parece que hay una cosa monstruosa en la relación entre padres e hijos»

Entrevista/05 Septiembre 2019/Autor y fuente: Semana Educación

La escritora ecuatoriana María Fernanda Ampuero habló con BBC Mundo sobre su nuevo libro ‘Pelea de gallos’, en el que retrata 12 historias de familia: un padre que permite que su hija sea abusada, una madre que castiga, un hermano que tortura.

Dinamitar por dentro la institución sagrada de la familia. Despedazarla en trozos de perversión, encierro, secretos, cicatrices.

Eso es lo que hace María Fernanda Ampuero (Guayaquil, 1976) en su brillante debut en la ficción, el volumen de relatos ‘Pelea de gallos‘, que fue destacado por el The New York Times entre lo mejor de 2018.

«Mi ideal es que sea considerado un libro de terror, el género que mejor puede contar que estamos durante 18 o 20 años a merced de estas personas —la familia—, que a su vez estuvieron a merced de otras», dice. En una especie de cautiverio feroz.

Después de casi dos décadas fuera de Ecuador, pasando por Buenos Aires y Madrid, Ampuero acaba de volver a su país con una misión grande: dirigir el Plan Nacional del Libro y la Lectura, para llevar los libros a quienes piensa que más lo necesitan.

«Fui una niña salvada por la literatura; de la soledad, del ostracismo, del sentirme freaky y rara. Me gustaría acercarla a otros niños que se sientan así», explica.

También autora de los libros de crónicas ‘Permiso de residencia‘ y ‘Lo que aprendí en la peluquería‘, María Fernanda Ampuero participará en los diálogos del Hay Festival de Querétaro con su escritura implacable y hermosa.

‘Pelea de gallos‘ son 12 historias de familia: un padre que permite que su hija sea abusada, una madre que castiga, un hermano que tortura… ¿Cuánto hay de ti en este libro?

Soy de una familia de clase media ecuatoriana convencional: papá trabajando, mamá en casa, dos hermanos. Desde afuera, una familia bastante modélica, pero yo creo que todas las casas son embrujadas.

Cuando tus padres no piensan en que eres un ser humano que está observando el mundo, necesitando una palabra de aliento, un consuelo o simplemente que te dirijan la mirada, estás como secuestrada, porque tienes que vivir con ellos.

Como en el síndrome de Estocolmo, los quieres ¡y quieres que te quieran! Y, tal vez, es peor querer que te quieran que querer.

¿Te refieres a desear el amor de los padres?

El sentimiento más autodestructivo es querer que tus padres te quieran. Aunque no sean abusadores, ni violentos, ni te castiguen, sino todo lo contrario, te den comida en la mesa y te lleven a un colegio.

Ellos tienen a un ser que está todo el tiempo mirando, diciendo quiéreme, dime que soy importante, lo mejor que te ha pasado en la vida, es un poco de Frankenstein: el monstruo del doctor, ese hijo que le dice «¡acéptame! ¿por qué no me aceptas si tú me hiciste?».

Me parece que hay una cosa monstruosa en la relación entre padres e hijos.

Parece ser la voz de una niña la que habla en la mayoría de los cuentos¿Por qué eliges esa mirada?

Es la niña que no se siente del todo aceptada, que experimenta cosas extrañas que la hacen sentir como monstruosa y a la que le enseñaron que el único valor que tenía una mujer era su hermosura.

Está esa sensación de fragilidad absoluta que tienes en la infancia, cuando se está formando tu autoestima, lo que vas a ser en el futuro. Es tan fácil destruir esa espina dorsal que aún es elástica.

Narra ese momento en la niñez en el que ibas a ser más feliz, sana, coherente, amorosa, empática, y algo o alguien torció ese camino, y para mí eso es la pérdida de la inocencia. Pero creo que es algo evitable. Por eso hay muchas cosas en el libro que son como ¡mira lo que le estás haciendo a los niños!

En ‘Subasta‘, el aclamado cuento que abre el libro, cuando la hija mostraba debilidad frente al horror de las peleas de gallos, su padre le decía «mujercita». ¿Lo escuchaste muchas veces?

Tuve un debate con un grupo de lectura, porque ellos atacaban al padre, y para mí, dentro de su ignorancia o condición de padre soltero, la única manera de salvar a su hija era diciéndole que dejara de ser lo que ella era, que se endureciera.

Por eso la niña se da cuenta de que el asco es lo único que la va a salvar de que la violen —y cubre su cuerpo con las vísceras de los gallos muertos—.

A mí me decían lo contrario, que fuera más mujercita: siéntate bien, no seas respondona, anda limpia, no seas machona.

Ensalzar la femineidad como lo único a lo que tenemos que aspirar las mujeres, así fui criada. Lo contrario de esa niña, pero ella se salva y muchas de nosotras no.

En el cuento ‘Nam‘, cuando la niña protagonista habla de la no aceptación, dice «lo mío es lo de siempre: gorda, morena, con lentes, peluda, rara». ¿Por qué esos adjetivos?

Básicamente me definen. Es como me consideré toda la vida y es bien doloroso.

Por eso te hablaba de una familia con abuelos, tías, comidas los domingos, supuestamente normal, pero con una cantidad de violencia no física incalculable.

Que le digas a una niña de 8 años «¡Ay mijita qué gorda que está!», «¡Ay qué pena, con lo linda que es de cara!», «¡Como tuviera el pelo de su mamá!»… Toda esa mierda destruye a los niños.

Las sobremesas destruyen a los niños. Crecí pensando que si fuese delgada mis padres me querrían más.

Tengo 43 años y cada vez que voy a Ecuador, pienso: «Estoy muy gorda. Mi mamá se va a sentir decepcionada». ¡Hasta el día de hoy!

A veces hablo con mis amigos, y les digo: «¡Que he salido en el New York Times! ¡No me jodas que porque tengo cinco libras para arriba, mi mamá no me va a querer tanto!».

¿Te ha causado mucho sufrimiento?

Ahora va a salir en España un libro que se llama ‘Tranquilas‘, una antología de lo que vivimos las mujeres en el espacio privado y en el público, historias en primera persona.

Ahí narro algo que nunca había contado claramente: una violación.

No la denuncié porque era una persona con la que había quedado y la cosa se puso violenta. No pude hacer nada, el tipo era enorme y básicamente me violó.

¿Cuál fue mi primer pensamiento cuando me levanté de la cama y fui al baño? ¿Debo ir a la policía a denunciar o qué ganas de matarlo? No, lo que pensé fue, claro, como soy tan gorda, se sintió decepcionado y tenía que castigarme. No le resulté atractiva cuando me desnudó. Lógicamente tenía que hacerme daño.

Yo me acuerdo, y mira que llevo años en el feminismo y eso hace un contrapeso brutal en ese pensamiento, pero no es una cosa de sicópata mía, es algo que piensan muchas mujeres: «no lo dejo aunque me haya roto el brazo y la quijada porque ¿quién más me va a querer?».

Está tan arraigado en nuestro espíritu y condición, que somos nuestro primer enemigo. Por eso la frase del cuento ‘Nam‘ es clave.

Cuando sus amigos la besan, la niña de ‘Nam‘ no lo puede creer…

Siente que no se merece que la besen o la toquen, porque es desagradable a la vista. Pero yo no nací creyendo que era eso. En mi WhatsApp tengo una foto disfrazada de la Mujer Maravilla.

Hasta el día de la foto, yo pensaba que era la niña más cool, perfecta y poderosa, brillante, lo máximo, capaz de hacerlo todo, como la Mujer Maravilla. Pero al poco tiempo, alguien me dijo que con ese traje se me veía la barriga, que eso era muy feo y había que ocultarla.

No lo volví a usar y ahora es todo un statement, porque yo quisiera volver a esa niña y decirle: «Eres increíble, eres buena, compasiva, empática, eres rápida».

Pero eso no se puede. Por eso estoy tan cabreada con las familias.

¿Existe la familia feliz?

No conozco a nadie con una familia convencionalmente feliz. Tengo amigas con padre alcohólico o que las abandonó por otra señora, madres que pegaban.

No sé si los juguetes rotos nos buscamos…

Tolstoi dice que todas las familias felices se parecen y las infelices lo son cada una a su manera.

Yo creo que se parecen porque son de ficción. No creo que exista una familia feliz.

¿Y por qué será que no existen?

Todo lo que es sagrado fácilmente conduce al fascismo. Me parece extremista, fundamentalista: honrar padre y madre, la ropa sucia se lava en casa.

Es peligroso que no podamos juzgar una institución tan importante para nuestras vidas, la más importante tal vez, porque incluso si eres huérfano, esa ausencia de padre y madre es un fantasma que está penando en toda tu historia.

Por eso pasan las cosas que pasan.

¿Cómo nadie habla de que hay niñas embarazadas por sus papás, abuelos, primos? Se han hecho estudios y es así.

Todo bien con la familia, pero un momentito, si yo sé que tu hermano le pega a su mujer ¿por qué me callo?

Esa suma de secretos de familia hacen a esta sociedad de mierda.

Cuentos como ‘Coro‘ y ‘Monstruos‘ reflejan la desigualdad y la explotación social. ¿Por qué lo haces con tanta crueldad?

Es el germen de muchos terrores.

En el cuento ‘Monstruos‘, Narcisa es un nombre real, aunque el relato no lo sea.

Narcisa fue una niña de 10 años que le regalaron a mis padres cuando se casaron.

En un mundo lógico, razonable y amoroso, tendría que haber sido mi hermana mayor, porque ellos la adoptaron; sin embargo, era la sirvienta.

¿Por qué? ¿porque tiene otro color, otro origen? ¿cuál es la lección que me estás dando? La lección es que hay gente que no importa.

Todas esas preguntas a mí me obsesionan, esas cosas desalmadas de la clase alta.

Me ha marcado mucho pensar en la desigualdad social, tal vez por mi experiencia como migrante, en que me convertí en el otro, en el que la pasa mal.

Y ya que lo has vivido en tu piel ¿cómo resolver la situación crítica de la migración en Latinoamérica?

Yo no sé resolver nada, pero estoy muy molesta con alguna gente en el Ecuador, porque nosotros hace apenas 20 años nos fuimos todos.

El país se cayó, perdimos nuestra moneda y los aviones eran como pateras voladoras de gente desesperada por sacar a su familia adelante, porque su familia se moría y que ahorita digan que la delincuencia es culpa de los venezolanos, que el gobierno debería ser más duro. ¡Qué horror!

Es como de malagradecidos. ¡Me da tanta ira!

Hablo de esto como ecuatoriana que emigró, no podemos tener tan poca memoria y el corazón tan duro. El gran trabajo pendiente que tenemos, por una cosa de humanidad, son los exiliados de hoy.

En ‘Crías‘, una chica se enamora de su vecino y él le revela que los hámsteres se comen a sus crías. ¿Aquí se trasluce tu mirada del amor?

Es mi gran cuento amoroso. Un amor raro, lleno de perversidad, pero al mismo tiempo me enternece que estos dos outsiders se encuentren.

Ellos son las crías de los hámsteres, que han sido masticados por sus propios padres. Son fragmentos de personas que logran eso que es tan difícil, hacer que calce tu fragmento, tu pedazo roto, con el pedazo roto de otro.

Me gusta ese amor.

Yo sé que es un libro duro y hay gente que cree que es un libro sin luz ni esperanza, pero yo veo en ellos un tipo de amor: llegar a casa, encontrar tu lugar en el mundo.

Fuente e imagen: https://www.semana.com/educacion/articulo/me-parece-que-hay-una-cosa-monstruosa-en-la-relacion-entre-padres-e-hijos/630337

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La prueba de que la educación depende de dónde nazcas

Por: Patricia Peiró

El mayor análisis hasta la fecha sobre distribución y acceso a la escuela infantil en Argentina refleja la desigualdad por nivel económico y provincia

El acceso a la educación básica sigue dependiendo, en 2019, de la familia, la provincia y el Gobierno bajo el que hayas nacido. Lo han demostrado esta vez en Argentina investigadores de Unicef y el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC). El diagnóstico, probablemente el más amplio elaborado en este extensísimo país en el que viven 44 millones de personas, forma parte de un ambicioso mapa de la educación inicial en Argentina, una iniciativa que se ha desarrollado entre 2017 y 2019 y que pretende poner el foco en la igualdad en el acceso a este derecho.

Como muestra, un dato que hace evidente esta inequidad: el 53% de los niños de dos años nacidos en las familias más ricas acuden a la escuela, un porcentaje que se reduce al 4% si pertenecen a las más pobres. «En la franja de cuatro y cinco se ha avanzado mucho, pero las brechas siguen existiendo. Hay mucha evidecia que incide en la necesidad de continuar con esta agenda, que haya oferta para todos. Los primeros años de vida resultan claves para detectar y anticipar problemáticas, acompañar a los padres si es necesario», detalla Cora Steinberg, especialista en Educación de Unicef en el país latinoamericano.

La educación inicial en Argentina ha logrado ya algunas metas. Por ejemplo, la escolarización a los cinco años, obligatoria desde 1993, se encuentra prácticamente universalizada en todo el país. La cobertura de los alumnos de cuatro años ha pasado del 73% al 85% y la de los tres, del 36% al 41%, entre 2010 y 2016. «El desafío es que continúe la expansión, pero que se dé con equidad. Hay que repensar la oferta e incluso en algunos contextos pensar en implantar la jornada escolar ampliada, por ejemplo», recalca Steinberg. Los contextos a los que se refiere son precisamente aquellos en los que los progenitores no pueden hacerse cargo del niño por la tarde. «Muchas veces los dos adultos están fuera de la casa trabajando y los chiquitos se quedan a cargo de otro familiar, a veces adolescente, que a su vez también ve cortada su capacidad de estudiar», explica la experta.

Argentina es un un Estado federal, por eso el acceso de los niños a la escuela antes o después también está estrechamente relacionado con las políticas de cada uno de los Gobiernos provinciales. A veces incluso los Ayuntamientos tienen un papel importante en la educación infantil. Otro ejemplo de cómo una vida puede quedar marcada solo por el hecho de llegar al mundo en un sitio o en otro. En la provincia de Buenos Aires, la cobertura escolar de los niños de tres años alcanza el 59%, mientras que en otras jurisdicciones apenas supera el 10%. «En los grandes centros urbanos hay mas prevalencia de la oferta completa mientras que en el interior de las provincias la probabilidad de enseñanza de cero a tres es mucho menor. Hay zonas, especialmente las rurales, que siguen representando un desafío», resalta la especialista de Unicef.

«La articulación entre las propuestas estatales y cómo estas se ejecutan a nivel provincial supone todo un reto», apunta Alejandra Cardini, Directora del Programa de Educación de CIPPEC. El Estado como tal solo regula la franja obligatoria (cuatro y cinco años) pero en los años precedentes hay mucha disparidad. De hecho, las escuelas públicas conviven con los llamados jardines de infancia, algunos sin reconocimiento oficial, nivel inicial, sin embargo, convive con otras instituciones para la primera infancia, que dependen de distintos actores (Estado, sector privado y asociaciones de la sociedad civil) y distintos niveles de gobierno. «Hay que avanzar como lo hicieron otros países en normativa y currículum en los primeros años de vida», subraya Cardini.

Otro de los aspectos que analiza este informe es la formación de los docentes y resto del personal de las escuelas, de quien hay muy pocos datos. «Hay poca información de quién está delante de los chicos. Sería clave a partir de este estudio avanzar en la formación inicial y también en la continua, es decir, la que siguen recibiendo una vez que la tienen el título para enseñar. También hay que prestar atención al equipo no docente, a la figura del cuidador, por ejemplo», señala Cardini.

En octubre se celebran elecciones en Argentina y las expertas apuntan que es una nueva oportunidad para seguir avanzando en esta agenda. Por su parte, todas las conclusiones y recopilación de datos de esta investigación están disponibles de forma pública.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/08/09/planeta_futuro/1565351657_027669.html

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Alexander von Humboldt: el precursor de la divulgación científica. Universidades de Alemania analiza su legado

Redacción: DW

La historiadora de la ciencia Sandra Rebok investiga la vida y obra de Alexander von Humboldt desde hace 25 años. La experta habló con DW sobre el legado del explorador prusiano cuya visión global revolucionó su época.

Con motivo de 250 aniversario del natalicio del naturalista alemán, el próximo 14 de septiembre, universidades e instituciones en Alemania analizan la obra y legado del célebre científico prusiano. La historiadora de la ciencia Sandra Rebok destacó en conversación con DW el legado de Humboldt basado en la colaboración, que construyó puentes entre la ilustración y el conocimiento indígena y local del Nuevo Mundo. La especialista, que ha escrito más de una docena de libros sobre Humboldt, reveló las generosas condiciones que le otorgó la corona española para realizar la célebre expedición que lo llevaría, en 1799, a los territorios coloniales de ultramar.

DW: Humboldt llegó a las colonias españolas en el Nuevo Mundo a la edad de 30 años. ¿Cómo fue percibida su llegada a estas regiones entonces?

Sandra Rebok: Fueron distintos aspectos lo que se valoraban positivamente sobre Humboldt. Por ejemplo, que no fuera un explorador que considerara a América simplemente como un lugar donde recoger datos, para luego llevarlos a Europa para ser procesados. Humboldt se interesó en todos los aspectos humanos y sociales de la sociedad colonial y se pronunció sobre lo que no le gustaba. Criticaba el sistema colonial, la desigualdad social, pero tenía que tener cuidado porque se encontraba en esos territorios con el permiso de la corona española. Su trabajo también sirvió para rectificar un poco la imagen que se tenía entonces de España. Entonces tenía vigencia la llamada «leyenda negra», una imagen peyorativa de España por su papel en sus colonias. Humboldt destacó que la legislación en las colonias españolas respecto a la esclavitud era algo mejor que en otros países, sobre todo con respecto a Estados Unidos, en donde la esclavitud se perpetuaba y se expandía.

Sandra Rebok, historiadora de la ciencia que investiga la vida y obra de Alexander von Humboldt.Sandra Rebok, historiadora de la ciencia que investiga la vida y obra de Alexander von Humboldt.

Otro aspecto en el que influyó Humboldt es en el debate sobre la inferioridad de América. ¿Cuál fue la posición de Humboldt en ese momento?

En esa época se discutían en Europa las tesis de Georges Louis Buffon,  que sostenía que en América todo era inferior, las plantas, los animales, todo era más pequeño debido a la humedad del clima. Humboldt contradijo esa visión con su descripción entusiasta del continente.

En Perú hay una corriente marina que lleva su nombre, ¿Cómo se percató Humboldt de que había una corriente más fría?

Haciendo mediciones. Se dio cuenta de que era una corriente más fría, y la corriente fue nombrada en su honor más tarde. Hay una cita suya, en donde dice que eso se sabía desde hace 300 años atrás, y que todo pescador e indígena lo sabía, que él simplemente hizo las mediciones, que recogió en sus obras, y las dio a conocer a un público más amplio. A menudo se le han atribuído hallazgos, descubrimientos, o el origen de alguna idea, pero él mismo rectificaba que era conocimiento local. Por un lado, era una persona que lo medía todo, era el método Humboldt, pero se encontraba entre la ilustración y el romanticismo, lo que muestra su fascinación por la naturaleza. Eso se ve con su llegada a lo que hoy es Venezuela. Ahí puso pie por primera vez en el continente americano y estaba fascinado con el paisaje, con ese mundo exótico que tanto tiempo había anhelado y que ahí encontró. Luego subió al Chimborazo, que tambien le impactó.

 La Academia de Minería en Freiberg, en donde estudió Alexander von Humboldt.La Academia de Minería en Freiberg, en donde estudió Alexander von Humboldt.

¿Qué impresión tuvo a su llegada a la entonces Nueva España, lo que hoy es México?

Le cautivó el avanzado estado de la investigación científica que consideraba incluso superior al de las instituciones en Estados Unidos en ese momento. Le impresionó la Ciudad de México, porque era muy limpia, pero también lamentó la desigualdad social en la Nueva España, ese interés suyo por las personas y su situación, más allá de los datos científicos, se sigue valorando hoy en día.

¿Bajo qué condiciones obtuvo el respaldo de la corona española en su expedición?

El rey Carlos IV le otorgó plenas libertades en todas las posesiones de la corona en América, e incluso en Filipinas. En aquella época las expediciones se realizaban con el apoyo de algún gobierno, y después de varios intentos fallidos con los gobiernos británico y francés, fue en Madrid en donde obtuvo el respaldo de un poder europeo. Humboldt asumió todos los gastos y los de su acompañante, Aimé Bonpland, pero aún así, dependía del contexto político. Se esperaba que enviara colecciones e información al Gabinete de Historia Natural y el Jardín Botánico de Madrid, en donde Humboldt colaboraba mientras preparaba su viaje. Siendo él un experto en minería, se esperaba obtener información mineralógica sobre las posesiones españolas en el Nuevo Mundo, aunque no estaba claramente formulado en el permiso que obtuvo. Además, en Madrid se creía que el vínculo con el sabio viajero y bien conectado mejoraría la imagen de la ciencia en España, que no era muy valorada en Europa.

¿Qué influencia tuvo Humboldt sobre las incipientes gestas independentistas en las entonces colonias españolas? Después de su viaje se reunió en París con Simón Bolívar

Humboldt criticó el sistema colonial pero nunca llamó a un levantamiento armado o a una revolución. Como anotó en sus diarios, pensaba que expulsar a los españoles de esos territorios no necesariamente sería una buena solución porque podría provocar un enfrentamiento entre la élite criolla. Él temía un desenlace aún peor para la población más vulnerable, los indígenas, los esclavos y jornaleros. Estaba más a favor de reformas. Sin embargo las críticas del viajero prusiano fueron utilizadas por las emergentes naciones, que lo proclamaron un héroe de la independencia.

 Alexander von Humboldt, es recordado con una estatua ante la Universidad que lleva su nombre en Berlín. Alexander von Humboldt, es recordado con una estatua ante la Universidad que lleva su nombre en Berlín.

¿Porqué le entregó Humboldt los mapas que hizo de México al entonces presidente de Estados Unidos, Thomas Jefferson?

Él pensaba que esa información tenía que compartirse, no quería que ese trabajo que entregó al entonces virrey de la Nueva España, José de Iturrigaray, acabara en un cajón. Jefferson acababa de comprar a Francia el territorio de Louisiana, pero el presidente necesitaba información confiable sobre ese territorio. Aunque tenía mucha información que le hacían llegar sus  enviados en Madrid, Jefferson era muy desconfiado y pensaba en que Huboldt no tendría interés en darle información equivocada, lo que pudo  constatar después.

¿Qué actualidad tiene su legado en Europa y en las naciones que visitó?

Su legado tiene que ver con la colaboración científica. En todos sus escritos que recoge en El Cosmos, su última obra, en la que hace una descripción sobre el estado del conocimiento de la época, destaca que ese logro no fue en solitario. Recogía los diferentes datos y los contrastaba con otros. Además de esto, es importante su cuestionamiento sobre la responsabilidad de la ciencia, sobre la utilidad del conocimiento, y el objetivo de la investigación científica. Para él estaba claro: tenía que ser a favor de las personas, en beneficio de la gente. Por eso enfatizaba en lo que se conoce hoy en día como acceso abierto, lo que significa que la producción científica debe divulgarse y no quedarse en las élites ni en los círculos científicos.

¿Que diría Humboldt sobre los incendios en la Amazonía?

Lo que nos diría el pensamiento de Humboldt es que lo que sucede en la Amazonía no es algo que solamente afecta a las personas que habitan ahí, sino que nos afecta a todos de múltiples maneras. Porque todo está vinculado. El pensamiento de Humboldt es global y holístico, una visión desde distintas disciplinas que muestra todas las consecuencias globales.

¿Y sobre la aspiración del presidente Donald Trump de comprar Groenlandia?

La idea de comprar un territorio, simplemente por intereses estratégicos, ya sea políticos o de explotación de recursos, nunca habría sido apoyada por Humboldt. Cuando Estados Unidos manifestó su interés en comprar Cuba a España, según se desprende del Manifiesto de Ostende, Humboldt se opuso categóricamente, porque sabía que eso significaba extender la esclavitud, un sistema que criticó buena parte de su vida.

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