Page 24 of 39
1 22 23 24 25 26 39

Universitarios en Ecuador protestan por recortes a la educación

Redacción: TeleSUR

La Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación justificó la medida con los efectos de la pandemia en la economía.

Estudiantes universitarios se dieron cita, este martes, en las áreas de la Universidad Central del Ecuador, con sede en Quito, para rechazar los recortes a la educación anunciados por el Gobierno de Lenín Moreno.

Desde este lunes, varios centros educativos mostraron su inconformidad con la medidas. Según las autoridades, la disminución de los fondos serviría para afrontar la crisis económica agravada por la expansión del contagio de la Covid-19 en el país.

En respuesta, varios centros educativos coincidieron en que el recorte ordenado por el Ejecutivo afecta mayormente a la investigación y generación de conocimiento.

La propia Universidad Central del Ecuador aseguró en un comunicado que esta acción constituye un atentado. Agrega que llevarla a cabo obligará a «despedir docentes y personal administrativo, lo que afectaría el desarrollo académico, la investigación y la producción de conocimiento científicos».

Este martes, en medio de las protestas sucedieron enfrentamientos entre los oficiales del Gobierno y los estudiantes que se dieron cita en la Universidad Central.

Por su parte, la Escuela Politécnica Nacional (EPN) expresó su “malestar e inmensa preocupación” por la baja en su presupuesto. Se refirió además a cómo impacta este hecho en el pago de la nómina de profesores y empleados.

Asimismo, calificó de “unilateral e inconsulta” la decisión, pues aseguró que no ha recibido ninguna comunicación oficial y remarcó que por esa razón desconoce el “sustento técnico y jurídico de tal medida”.

Al reclamo se sumó la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie). Sus integrantes rechazaron la medida y denunciaron su implementación en medio de la emergencia sanitaria.

Además, la organización recordó que en 2019 el Gobierno destinó más de 100 millones de dólares adicionales a la cartera de Defensa. También calificaron la nueva medida como “un atentado contra la juventud ecuatoriana, afectando a 31 entidades de educación superior”.

Fuente: https://www.telesurtv.net/news/universitarios-ecuador-protestan-recortes-educacion-20200505-0016.html

Comparte este contenido:

Coronavirus y la vulnerabilidad del sistema mundo que depone a la educación en compartimientos

Por: Heriberto Rivera

Independientemente que se pueda estar de acuerdo o en oposición, las Enseñanzas y el gran aporte como legado a la humanidad del sociólogo Immanuel Wallerstein que siempre planteo con sobradas razones  la unidisciplinaridad de las ciencias sociales  resuenan en los oídos y hace brillar aun mas la luz cuando se lee y estudia a este gran pensador de los últimos tiempos, aunque ya fallecido, su pensamiento fue capaz de ponernos en su lugar ante la voracidad del mundo globalizado.

Ante la realidad que es imposible ocultarla, la globalización se hizo omnipresente, pues millones de personas en el mundo imaginaron que seria la gran solución a la problemática mundial de los más de siete mil millones de habitantes aunado al resto de los organismos vivos.

No en vano, el mundo se afincaba a la esperanza de  un mundo mejor, mas habitable, mas humanizado, pues hasta mentes de pensamiento esclarecedor  como  Joseph Stiglitz nos decía “creo que la globalización -la supresión de las barreras al libre comercio y la mayor integración de las economías nacionales-puede ser una fuerza benéfica y  su potencial es el enriquecimiento de todos, particularmente los pobres”. (pág., 11).

En la realidad concreta y tangible del ver para creer, la globalización no marcho desde sus orígenes como fue planteada, no funciona y no podrá funcionar si el interés máximo es el capital y su sistema capitalista.

La realidad de la globalización ha sido  desde sus comienzos muy inclemente que hasta políticos conservadores como Jaques Chirac, según Stiglitz “han manifestado su preocupación porque la globalización no está mejorando la vida de quienes mas necesitan de sus prometidas ventajas” (pág., 28); es claro para el mundo que algo ha funcionado terriblemente mal.

Luego de la introducción de la globalización que apertura en el mundo la economía de mercado a gran escala, se ven los resultados y los críticos a la misma acusan con razón a los países occidentales  de hipócritas y con razón,  pues forzaron a los pobres a eliminar las barreras comerciales, pero ellos mantuvieron las suyas e impidieron a los países subdesarrollados exportar su producción.

 Stiglitz después de estar de acuerdo con la globalización advierte que La globalización, tal y como ha sido defendida, a menudo parece sustituir las antiguas dictaduras de las elites nacionales por las nuevas dictaduras de las finanzas internacionales”; tal situación ha venido socavando  las bases de la soberanía de los  países que fueron conminados a que los caprichosos mercados de capitales tomaran por ellos sus decisiones. (Pág.308).

El resultado ha sido que las naciones  más empobrecidas de la tierra empeoraron más su situación. (Stiglitz, 2002). Los beneficios de la globalización han resultado en demasiadas ocasiones inferiores. (pág., 33)

En fin para el economista Joseph Stiglitz, “la globalización actual no funciona. Para muchos de los pobres de la tierra no está funcionado. Para buena parte del medio ambiente no funciona (…..) la pobreza ha crecido y los ingresos se han hundido” (Stiglitz, 2002). (pág., 269).

Si bien, la globalización logró estimular y apalancar la economía de mercado de países inclusive como China y Vietnam, el problema no es la globalización sino el modo en que ha sido gestionada; y esa gestión  es apuntalada por instituciones financieras económica internacionales con nombre y apellido como el FMI, El Banco Mundial, la OMC, cuyos dirigentes y ejecutivos establecen las reglas de juego, dominan el ajedrez mundial, manejando a los gobiernos de los países cual peones de su suerte.

 Esas instituciones que no juegan en nada a la neutralidad establecen las líneas que benefician a los países industrializados mas avanzados e intereses muy particulares  de esos países desfavoreciendo a los mas pobres  a esos que conforman la periferia o lo que llaman peyorativamente sus patios traseros, enfocando la globalización de forma deliberada desde puntos de vista particularmente estrechos, modelados conforme una visión especifica de la economía y la sociedad.

Siguiendo en la onda de Stiglitz, el mundo se encuentra sumergido  además del  malestar por la globalización esta azotado por el terrorismo el cual tiene diversas manifestaciones y mutaciones sociales que inducen  e introducen modificaciones  al ADN de la sociedad.

Sobre el fenómeno de la globalización ya Wallerstein, había referido que  “los medios, así como también los científicos sociales, repiten constantemente que hay dos cosas que dominan al mundo en que vivimos desde los  últimos decenios del siglo XX: la globalización y el terrorismo”.

En ese momento dichos fenómenos eran sustancialmente nuevos, donde la globalización nos la presentaban como un fenómeno rebosante de esperanzas y el terrorismo como la encarnación de peligro temible; y como cosa rara, EEUU se presentaba como el gran adalid para imponernos uno  y luchar contra el  otro mal.

Para ese entonces, todos los poderes políticos, económicos y financieros nos impusieron la globalización bajo el razonamiento de que “no hay ninguna alternativa” a la cual todos los países deben ser sometidos.

El mundo seguía en su camino acatando el dictamen de sus líderes mundiales, pero tal vez lo más negativo era la incomprensión de tales fenómenos por la  fragmentación del conocimiento al cual se halla sometida la humanidad entera, debido al  parcelamientos  y fraccionamiento de la educación.

Según Wallerstein parte del problema es que “hemos estudiado estos fenómenos en compartimientos y estancos a los que le hemos dado nombres  especiales-política, economía, estructura social, cultura -sin advertir que dichos compartimientos eran construcciones de nuestra imaginación mas que de la realidad”.

 Esta situación nos lleva a decir que la educación en todos los niveles, mientras que este deliberadamente parcelada hará siempre más difícil la comprensión integral de los distintos fenómenos que acechan a la humanidad como la pandemia del coronavirus que la humanidad padece y lleva sobre sus vidas en los actuales momentos.

Así como los virus tienen la capacidad y la propiedad de la mutación, también ésta es social, hay en camino una mutación social para seguir controlando el  sistema-mundo, a pesar de  que muchos que no comprendieron el fenómeno  de la globalización y el terrorismo que ahora se manifiesta como bioterrorismo.

En ese sentido Wallerstein uno de los creadores iniciales  del enfoque o si se quiere una perspectiva critica de sistema-mundo  a través del cual realiza el análisis de la realidad social y viene “hablando de la globalización  desde mucho antes de que el término fuera inventado  no como algo “nuevo” sino como de algo que había sido un elemento básico para el sistema –mundo moderno desde que este comenzara en el siglo XVI”.

Ese sistema-mundo que opera como tal, ha contado con muchas instituciones- Estados y sistemas interestatales, compañías de producción, marcas, clases, grupos  de identificación de todo tipo- y que estas instituciones forman una matriz que permite al sistema operar pero al mismo tiempo estimula tanto los conflictos como las contradicciones que calan en el sistema.

En consecuencia, ese sistema- mundo  es una creación social que como toda creación del hombre tiene sus orígenes, su historia, sus intenciones los cuales deben ser enteramente comprendidos, sus mecanismos deben ser claramente delineados que lleven a comprender el por qué se generan situaciones  o complicaciones introducidas que la mayoría de las veces aparece como realidades inexplicables.

Echar mano de la perspectiva critica sistema –mundo implica asumir otra forma de pensar y ver la realidad objetiva en momentos en que el mundo se hace cada vez mas interdependiente en  donde la visualización y posible solución de su problemática debe realizarse con el soporte de distintas disciplinas del conocimiento pero rompiendo las fronteras entre ellas para poder ampliar el horizonte del conocimiento y tener la certeza de la realidad.

Esa otra manera de ver el mundo a través de la nueva unidad de análisis, “el sistema mundo  en lugar de la nación, como lugar donde transcurren los distintos, interrelacionados y complejos procesos sociales” (Crespo, 2014), lo cual permite realizar una aproximación hacia donde se encamina en la actualidad: la vulnerabilidad.

En ese orden de ideas,  ese Sistema Mundo  explicando la postura de Wallerstein  por Tolosa citado por Crespo (2014), “esta formado por las fuerzas que constantemente lo reproducen y, al mismo tiempo, por fuerzas que dificultan su preservación: Ambas fuerzas no son  eternas: lo que reproduce mañana puede ser estéril; lo que hoy se opone, mañana puede ser sustituido por algo distinto”.

En consecuencia esa necesidad de conocer nos lleva buscar espacios para un nuevo pensamiento, no por lo nuevo en el sentido del esnobismo, sino lo nuevo como sentido de superar las estructuras del pensamiento simple, del determinismo y de la causalidad lineal del pensamiento por  otro que sea mas holístico; para lograrlo  es necesario superar los estancos y compartimientos que enclaustran el conocimiento dentro de una correa  esquemática de la repetición que desfigura la realidad social.

El mundo actual nunca antes se había enfrentado a diferentes situaciones en la cual existen ciertamente posibilidades del peligro de la existencia de la especie humana, cuyo análisis se  hace en compartimientos trayendo como resultado situaciones aparentemente inexplicables.

 Fundaméntanos en las ideas de Wallerstein nos refiere “que los compartimientos estancos de análisis- lo que en las universidades se denomina disciplinas- son un obstáculo y no una ayuda para la comprensión del mundo” argumentando que la realidad social en la que vivimos y determina cuales son nuestras opciones no ha sido la de los múltiples estados nacionales de los que somos ciudadanos sino algo mayor que hemos llamado sistema-Mundo”

Al referirnos al sistema educativo generado por el sistema-mundo, Benach (2020) quien plantea razonadamente que la pandemia  debe ser la oportunidad para hacer un cambio social  radical  nos dice sobre la educación  que   a modo de retorica se  insiste en la “necesidad de realizar estudios con enfoque  multidisciplinares  o interdisciplinares, y es verdad que existen valiosas reflexiones teóricas, pero  sin embargo el mundo académico penaliza  ese enfoque, en favor de una especialización a menudo vacua”.

Ese conocimiento parcelado y fragmentado, que impide que se tengan las herramientas más que necesarias imprescindibles para comprender las realidades, es  sustentado también por los medios hegemónicos que atosigan a la población con cifras y estadísticas con sus curva matemáticas que se “muestran obsesionados con la primicia, nos saturan con los datos de la pandemia pero deliberadamente ignoran las interrelaciones de la pandemia con la crisis ecológica, crisis económica, la psicología, la cultura del miedo, el desempleo, la precarización. Trata las cosas de forma aislada y parcelada y emocional, cuando no tóxica”. (Benach, 2020).

En consecuencia, hoy somos testigos del resultado expresado en un orden dominante de sociedad que no comprende que su compulsiva manera de devorar la naturaleza en el altar de la ganancia es una manera de devorarse a sí misma , convirtiéndose  en una depredación autofagica.

La pandemia que hoy asola  a la humanidad es una herencia del sistema –mundo que se corrobora al realizar ese análisis integro que delinea todo el aparataje de los instituciones que lo conforman. No es posible y no cabe en la mente racional y sensata que ante los grandes avances en todos los campos del conocimiento en tecnología y comunicación no se detecte a tiempo el advenimiento de una catástrofe sanitaria. El huésped venía anunciándose.

En consecuencia, ante la imposición de la cultura necrófila, la protección social no fue globalizada se desmontaron los sistemas de salud de los países y la salud de los ciudadanos quedaron al garete, quien tenga su seguro privado puede acceder a los organismos dispensadores de la misma.

 De esta manera  según lo manifiesta García Linera (2020), “la globalización resulto mas bien ser una coartada de unos cuantos países, de unas cuantas personas para imponer su domino, su poder y su cultura, que una verdadera integración universal de los logros humano en beneficio  de todos”.

La situación de ahora nos rebela que la “mano invisible” de la globalización de los mercados -incluido el de  la salud- ha resultado inservible para los cuidados de la humanidad y mas peligrosa que la propia pandemia.

 Según investigaciones realizadas esas son  situaciones creadas y engendradas por las contradicciones del sistema mundo que lo hace cada vez más vulnerable debido a la irracionalidad del mundo capitalista- nacida de la  búsqueda incesante del lucro lo cual provee otras aberraciones que dejan a la humanidad a la deriva promoviendo pandemias desde los grande laboratorios. (Castilla, 2020).

Según Castilla (2020), la OMS – una de las instituciones que conforman el sistema mundo del cual nos habla Wallerstein-su relacion con los grandes laboratorios es un secreto a voces, pues “la OMS omitía informar   que tres de sus principales expertos mantenía lazos financieros con ambos laboratorios”; se refiere Castilla a la laboratorio Roche que “ se enorgullecía de haber ganado USD 937  millones solo en el primer trimestre del año 2009 con el SARS y la británica  Glaxo que proyectaba ganancias por USD 1600 millones en los siguientes seis meses.

Es decir, detrás del frio recuento de contagios y muertes están los intereses de dueños del mundo, de quienes delinean la globalización, sus operaciones y sus maniobras y como dice Castilla (200) “detrás las puestas en escena, los intentos de torcer  la vara en favor de los negocios”. Que aberrante e inmoral resulta  el sistema mundo que tenemos.

En fin, estamos ante la presencia de un Sistema – Mundo gendarme que vigila los hogares pero es el gran ausente a la hora de la prevención y los cuidados que amerita la población mundial; claro es la lógica del sistema mundo que en consecuencia ni puede ser garante de la salud de las grandes mayorías.

Las medidas de emergencia que eventualmente puede llegar a tomar tiene límites predefinidos: el umbral de la propiedad privada capitalista.

Ante estas situaciones creadas como  resultado del antropocentrismo salvaje y criminal surgen preguntas tal vez sin respuestas comprometedoras: Si la especie humana es lo fundamental para la permanencia y multiplicación de la misma  ¿por qué no se practican ejercicios de sanidad  y salubridad a tiempo en caso de una pandemia figurada tal y como se realizan a gran escala ejercicios militares para salvaguardar y prever alguna invasión de las fronteras territoriales para prevalecer el poder factico? .¿Por qué no se planifican y organizan planes sociales de emergencia en momentos de “normalidad”, como en un incendio, un evento sísmico o pandemia?.

¿Cómo es posible que la potencia mundial centro del sistema mundo pueda ser capaz de mantener ejércitos y mas de novecientas bases militares alrededor del sistema mundo?

Antes de esto, por el contrario, se destinan millones de dólares para financiar la creación de nuevos y resistentes virus; Según Bautista (2020) ,”desde el 2001 el gobierno gringo ha destinado 100 billones de dólares en una ofensiva guerra biológica; desplegando 400 laboratorios dentro y fuera de USA, empleando a más de 13.000 científicos en la creación de nuevas cepas de gérmenes ofensivos resistentes a las vacunas (por ejemplo, en la universidad de Wisconsin, el grupo de investigación del doctor Yoshihiro Kawaoka descubrió el modo de elevar la toxicidad de la gripe española en un 200%, para fines de guerra biológica que impulsa el Pentágono)”.

Las diversas investigaciones sobre una pandemia que pudo haberse evitado dan cuenta de la irracionalidad del sistema mundo, se pueden citar por referencia de Castilla (2020) solo algunas, pero se sabe de la existencia de otras.

 En el año 2016, Peter  Hotez, junto  a su equipo medico del colegios de  medicina de  Houston, estuvo a punto de lograr una vacuna contra el coronavirus, de repente le cortan el cash justo cuando debían pasar de realizar pruebas en animales a hacerlas en humanos.

Otra situación parecida le ocurrió al investigador francés Bruno  Conard, quien trabajo durante varios años en la cepa de los coronavirus tras el brote del SARS en 2002, quedo a la deriva por falta de recursos.

Estos ejemplos como otros logran demostrar que no fue obra de ningún “cisne negro” (teoría que trata de explicar eventos “imprevistos”), que el coronavirus no era imprevisible, pues desde los inicios del siglo XXI, con la experiencia del SARS se podían asentar las bases para crear vacunas de prevención salvando la vida de miles o tal vez millones de personas.

En consecuencia los habitantes del planeta tierra, estamos viviendo y sufriendo la más burda irracionalidad de quienes dispone del sistema mundo para engrosar los recursos del capital, situación esta que hace vulnerable tal sistema y cuya corriente se devuelve incluso contra sus impulsores.

Así tenemos que el cambio climático generado por la obcecación de mantener un sistema que pone en riesgo la especie humana tiene como resultado la  muerte , destrucción y  desolación; la deforestación de  grandes extensiones de boques y selvas vírgenes ha traído como consecuencia que ese coronavirus que “pululaba  dentro de animales selváticos, sin ninguna intención  de causar daños a los humanos”, por sobrevivencia tuvo que salir de su ambiente natural  y lamentablemente encontró refugio en los sistemas respiratorios como hábitat propicio para convertirse en un contagioso virus  asesino.

De manera que hoy no vengan con el cuento del “tiempo perdido” que hoy lamentan los lideres del sistema- mundo que no ha sido contingencia sino el resultado de la opción política de la cual nos habla esclarecidamente Wallerstein con su análisis del Sistema -Mundo.

El gendarme mayor del mundo en medio de la pandemia mas desastrosa vivida por la humanidad, desafiando los pedidos de cooperación que invaden el éter mundial el habitante de la casa blanca patea el tablero internacional, violando los principios fundamentales del derecho internacional  amenaza con mas sanciones a gobiernos constitucionales, como única finalidad de mantener ese modelo que socava la vida de los pueblos. La quimera del norte, la nación presentada como  históricamente como “tierra de oportunidades” no otorga siquiera el derecho a tener un cuadro de fiebre a sus trabajadores.

Hoy todos los millones de habitantes del planeta somos testigos de excepción , que aún  con todo el arsenal de guerra y de billones de dólares para acabar con gobiernos populares;  las potencias económicas, con todo el dinero, armas y poder que detectan, con su gran criminal arrogancia  y discursos burlescos, descuidando el talento y capital humano el sistema mundo se cae a pedazos; la naturaleza tantas veces ignorada  y violada esta pasando su factura mayor por la inercia destructiva del modelo impuesto sin poderlo evitar; ese es el resultado que provoca el caos y la destrucción ambiental provocado por el actual sistema económico que practican.

Para culminar este escrito incorporo la opinión del filosofo y lingüista Noam Chomsky, quien al requerirle  opinión por un periodista responde: “el asalto neoliberal ha dejado a los hospitales sin preparación. Un ejemplo entre todos: las camas de los hospitales han sido suprimidas en nombre de la “eficiencia”. Chomsky, resume en una palabra lo que necesitan saber sobre el sistema en el que vivimos: “esta crisis es el enésimo ejemplo del fracaso del mercado, al igual que lo es la amenaza de una catástrofe medioambiental. El gobierno y las multinacionales farmacéuticas saben desde hace años que existe una gran probabilidad de que se produzca una gran pandemia, pero como no es bueno para los beneficios preparase para ello, no se ha hecho nada” (Marzo, 2020).

La vulnerabilidad del sistema mundo  que lleva a la humanidad a una riesgosa “situación limite”, obedece  a su relacion de explotación desbordada de la madre naturaleza, que coloca al mundo en el abismo de la desaparición y con sobrada razón Dussel (2020) nos alerta  que “Hoy, la madre naturaleza se ha rebelado; ha jaqueado a su hija, la humanidad”, (…) “es la naturaleza la que  hoy nos interpela: “¡O ME RESPETAS O TE ANIQUILO!”; es el grito de tierra en el tiempo, un mensaje turbulento que así como lleva muerte también entraña un futuro que no espera, se asemeja al parto maternal en cual hay  vida y esperanza, pero también se corre el riesgo de sucumbir.

Esa oportunidad de cambio, de vida y esperanza se “manifiesta como signo final de la modernidad y como anuncio de una nueva edad del mundo, posterior a esta civilización soberbia moderna que se ha tornado suicida” (Dussel, 2020).

Veamos la decadencia de un Sistema Mundo que empieza a mostrarnos sus límites y que, como dijo alguna vez Enrique Dussel citado por  Bautista (2019), “dará lugar a un nuevo orden transmoderno que no tenga como referencia a la modernidad, sino que, básicamente sea superación de ella”.

El coronavirus, un huésped ignorado, pero que ya venía anunciándose, llegó para quedarse; según Ramonet (2020) “en la escena geopolítica, la espectacular irrupción de un actor desconocido ha desbaratado por completo el tablero de ajedrez del sistema-mundo”

 La vida la hacen los hombres como seres terrenales, hoy pareciera que está comenzando uno de los tantos despertares de la humanidad, ojala no la  logren apagar los sueños de los injustos.

“Lo peor de la peste no es que mata a los cuerpos, sino que desnuda las almas y ese espectáculo suele ser horroroso” Alberto Camus.

Bibliografía:

Bautista, R (2020). La pandemia como arma geopolítica. www.resumenlatinoamericano. 23-03-2020.

_________________ (2019). Entrevista con L. López en  Correo del Alba. www.correodelalba.org

Benach, J. “Hay que aprovechar esta pandemia  para hacer un cambio social radical” en www.sinpermiso.info. 28/03/2020.

Castilla, E. Coronavirus: Entre la pandemia y la Irracionalidad del sistema capitalista. Jueves 12 de marzo de 2020.

Crespo, R. La Perspectiva de “Análisis de Sistemas Mundo y el sistema mundo Moderno (la economía- mundo capitalista), en https: //rebelión.org, 24-09-2014.

Chomsky, N.  (2020) Entrevista. En otrasvoceseneducacion.org, marzo 28,2020.

García, A. (2020). Pánico Global y horizonte aleatorio, en www.nuestravoces.com.ar

Grau, V. Coronavirus, jaque al mundo globalizado

Dussel, E. “Cuando la naturaleza  jaquea la orgullosa modernidad”. La Jornada.www.jornada.con.mx; 04/04/2020.

Ramonet, I (2020). La pandemia y el sistema-mundo

Stiglitz, J (2003). El malestar en la globalización. Taurus, México.

Wallerstein, I. (2005) Análisis del Sistema Mundo. Una Introducción. Siglo Veintiuno editores.

heristo50gmail.com

 

Fuente: El autor escribe para OVE

Imagen: https://pixabay.com/illustrations/dollar-currency-capitalism-funds-2091737/

Comparte este contenido:

De la seguridad al coronavirus

Por: Raúl Zibechi

Desnudos ante el poder: Si aceptamos el confinamiento y la decisión unilateral del ejecutivo de restringir libertades y de imponer formas de conducta como el distanciamiento social; si las mayorías las aplauden mientras condenan a quienes las transgreden, es porque la sociedad ha sido ablandada y modelada por décadas de políticas de seguridad.

Los institutos de opinión pública uruguayos detectaron un cambio abrupto en la percepción de la población respecto a los problemas principales que enfrenta. Así, el diario La República titula en su edición del 23 abril “La salud desplazó a la inseguridad y ahora es la primera preocupación de los uruguayos”

La directora de Equipos Consultores, Mariana Pomiés, asegura. “Nos llevamos una sorpresa porque hace años la principal preocupación era la inseguridad y ahora se desplomó”. En su evaluación, la preocupación por la seguridad cayó del 58 al 5%, siendo desplazada por la salud y la economía, por ese orden.

La serie histórica que Equipos presentó el 14 de abril de la mano de Ignacio Zuasnábar, en canal 12, no deja lugar a dudas. Desde 2008 la seguridad y la delincuencia desplazaron a la desocupación como tema excluyente de los uruguayos. El año pasado, el 72% lo consideraron el problema principal en sus vidas.

Son datos relevantes ya que la serie histórica recorre más de una década, desde 2007, atravesando casi todo el período de los gobiernos progresistas. La seguridad es el dato central que permite explicar los resultados electorales de octubre y noviembre, o sea la derrota del Frente Amplio y el triunfo de una coalición multicolor que llevó a Luis Lacalle a la presidencia, pese a no existir nada que se parezca a una crisis económica en Uruguay, a diferencia de otros países de la región.

Aunque los datos son reales e indiscutibles, el enfoque me parece desacertado. La pandemia de coronavirus no desplaza a la seguridad como tema principal, porque se trata del mismo fenómeno social. El coronavirus es la expresión, en este período, de la preocupación ciudadana por la inseguridad, excusa para la aplicación de las políticas de seguridad desplegadas en los últimos 20 años, no sólo en Uruguay sino en toda América Latina.

Estamos ante una construcción política que está íntimamente ligada a lo que el filósofo Giorgio Agamben denomina como “estado de excepción”, devenido en el “paradigma de gobierno” en el período actual*. En su estudio sobre el origen el estado de excepción se remonta al “estado de sitio” durante la revolución francesa, ligado a la guerra contra enemigos externos que enfrentaba la Asamblea Constituyente en 1791. Posteriormente, a lo largo de los siglos XIX y XX, el estado de sitio se emancipa de la situación bélica que lo generó, “para ser usado como medida extraordinaria de policía frente a desórdenes y sediciones internas, deviniendo así de efectivo o militar en ficticio o político” (p. 29).

Insiste, mal que nos pese, en que fue la tradición democrático-revolucionaria y no la absolutista, la creadora del estado de excepción. Los “plenos poderes” que asume el poder ejecutivo supone en los hechos un vacío de derecho. Lo sucedido durante las dos guerras del siglo XX, con el ascenso del nazismo en el seno de regímenes democráticos, llevó a Walter Benjamin a decir que “el estado de excepción…ha devenido la regla”.

Agamben registra que la ampliación de los poderes del ejecutivo va mucho más allá de las conflagraciones bélicas, cuando todos los países en guerra aplicaron el estado de excepción. Bajo esa tendencia inexorable, “es la totalidad de la vida político-constitucional de las sociedades occidentales lo que comienza progresivamente a asumir una nueva forma, que quizá sólo hoy ha alcanzado su pleno desarrollo” (p. 43).

¿Cuáles son los mecanismos que llevaron a que el estado de excepción se haya convertido en el paradigma de las democracias? La mutación principal, consiste en que “la declaración del estado de excepción está siendo progresivamente sustituida por una generalización sin precedentes del paradigma de la seguridad como técnica normal de gobierno” (p. 44).

El filósofo sostiene, en una reciente entrevista, que el control a través de videocámaras y teléfonos celulares, “excede, por mucho, cualquier forma de control utilizada bajo regímenes totalitarios como el fascismo o el nazismo” y que las medidas que limitan nuestra libertad “nunca se habían aplicado en la historia de nuestro país”.

Si aceptamos el confinamiento y la decisión unilateral del ejecutivo de restringir libertades y de imponer formas de conducta como el distanciamiento social; si las mayorías las aplauden mientras condenan a quienes las transgreden, es porque la sociedad ha sido ablandada y modelada por décadas de políticas de seguridad.

Porque nos hemos acostumbrado a que el poder decida, con la sola aprobación de “técnicos” y “especialistas”, una gama cada vez más amplia de decisiones: quiénes son pobres y quiénes indigentes, quiénes pueden recibir ayudas y subvenciones, qué empresas están exentas del pago de impuestos y cuáles pueden vulnerar la soberanía nacional, y un largo etcétera. Hasta llegar a decidir en qué lugares debo usar tapabocas, cuántos pueden estar en un almacén y a qué distancia de otras personas debo sentarme.

¿Quién decidió que la pandemia es una guerra que debe ser enfrentada con métodos y modos militares? Los gobiernos, sin el menor debate público, argumentando la urgencia, la salvación de la población, el bien público, y otros similares. Todo ello sin que mediara el menor debate en la sociedad. Porque la fruta de la militarización de la sociedad fue madurando durante décadas de gestión de la seguridad con políticas de control policial.

El Estado/policía toma las decisiones y aplica las penas luego de marcar la falta, aunque en muchos casos el policía sea sustituido por un asistente social. La sociedad queda, de ese modo, desnuda ante el poder. Una desnudez, como dice Agamben, que es “una producción específica del poder y no un dato natural”.

* Giorgio Agamben, Estado de excepción, Adriana Hidalgo, 2004.

Fuente  : https://zur.uy/de-la-seguridad-al-coronavirus/

Imagen: https://www.shutterstock.com/image-photo/digital-crime-by-anonymous-hacker-1095422036?irgwc=1&utm_medium=Affiliate&utm_campaign=Pixabay+GmbH&utm_source=44814&utm_term=https%3A%2F%2Fpixabay.com%2Fimages%2Fsearch%2Fseguridad%2F

Comparte este contenido:

El extraño silencio antes de la tormenta. Crónica de la psicodeflación

Por: Franco “Bifo” Berardi

El extraño silencio antes de la tormenta

4 de abril

Lucia encontró una foto en blanco y negro y me la mando por teléfono.

En la foto, veo una mujer joven y hermosa, vestida como lo hacían en los años treinta durante un día festivo. Hay una niña con ella. En el fondo un edificio que reconozco fácilmente. La mujer y la niña entran por Vía Ugo Bassi y en la parte inferior se encuentra el frontón triangular del edificio que separa el Pratello de San Felice. La joven mira hacia adelante, con una mirada ligeramente ausente, y la niña, que se aferra a su mano, parece exigir atención, pero la mujer no la mira, no se vuelve hacia ella, mira hacia adelante, hacia otro lado.

Esa mujer es mi madre, y la niña es su prima María.

Inmediatamente me pregunté quién tomó esa foto, quién sostiene la cámara. Es Marcello, estoy seguro, su novio Marcello. Mi abuelo Ernesto permitió que Dora se fuera  con él, pero solo si estaba acompañada por alguien, un hermano o una niña. Dora parece molesta, un poco arrogante, quizás fastidiada por la presencia no deseada de su prima. No se da vuelta para mirarla, mira hacia él, hacia el fotógrafo que capturó ese instante. Mira hacia el futuro, hacia ese futuro que imagina, en ese día festivo de primavera a fines de los años treinta, cuando mi madre tenía poco más de veinte años, y la tragedia parecía estar muy lejos. Luego vino la tragedia de la guerra que devastó la vida y trastornó el futuro que esperaba.

6 de abril

A Grim Calculus

El título de The Economist de esta semana lo dice todo. Grim significa sombrío, desalentador, oscuro e incluso feroz. Un triste cálculo que nos vemos obligados a hacer.

Es fácil de entender de qué cálculo está hablando la revista que durante un siglo y medio ha estado representando al pensamiento económico liberal. Cuánto nos costará la pandemia del coronavirus en términos económicos y qué tipo de razonamiento nos vemos obligados a hacer, teniendo que elegir entre dos decisiones alternativas: cerrar todo y bloquear casi por completo la producción, la distribución, es decir toda la máquina de la economía, o aceptar la posibilidad de una hecatombe.

Leí en la revista: “El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, ha declarado que “no debemos ponerle precio a la vida humana”. Es una declaración, un llamado a la acción y a la unión por parte un hombre valiente cuyo estado está abrumado. Sin embargo, dejando de lado las compensaciones, Cuomo está abogando por una opción que no considera las consecuencias que traerá a toda la comunidad. Suena despiadado, pero ponerle precio a la vida, o al menos buscar alguna forma de pensar sistemáticamente, es precisamente lo que los líderes necesitarán si quieren encontrar una salida durante los terribles meses que van venir. Al igual que en las unidades de terapia intensiva, algunas renuncias y algunos compromisos son inevitables (…) Por el momento, el esfuerzo para combatir el virus parece estar destinado a consumir todos nuestros recursos (…) Pero en una guerra o durante una pandemia, los líderes no pueden escapar al hecho de que cada curso de acción impondrá enormes costos sociales y económicos.

Para el verano, las economías habrán sufrido caídas de dos dígitos en el PBI trimestral. Las personas habrán soportado meses de aislamiento, perjudicando tanto la cohesión social como su salud mental. El cierre y el confinamiento de un año costarían a Estados Unidos y a la Zona Euro un tercio, más o menos, del PBI. Los mercados caerían y las inversiones se retrasarían. La capacidad de la economía se marchitaría a medida que la innovación se estancara y las habilidades decayeran. Finalmente, incluso si muchas personas mueren, el costo del distanciamiento podría superar los beneficios. Ese es un lado de las compensaciones que nadie está dispuesto a admitir todavía”

Todo muy claro: The Economist nos pone frente a un razonamiento que puede parecer brutal, pero que es simplemente realista. Un titular de la revista dice «Hard-headed is not hard-hearted». Tener una cabeza brillante no significa tener un corazón de piedra.

¿Cómo negarlo? Gracias a la decisión de detener el flujo de la actividad social y el ciclo de la economía, los líderes políticos ciertamente han salvado millones de vidas en los próximos tres, seis, doce meses. Pero, observa The Economist, con una consistencia intransigente, que esto nos costará un número mucho mayor de vidas en el tiempo que viene. Estamos evitando el desastre que el virus podría significar, pero ¿qué escenarios preparamos para los próximos años, a escala mundial, en términos de desempleo, ruptura de las cadenas de producción y distribución, en términos de deuda y quiebras, de empobrecimiento y desesperación?

Frenemos un momento.

El editorial de The Economist es razonable, coherente, irrefutable. Pero lo es solo dentro de un contexto de criterios y prioridades que corresponde a la forma económica que hemos llamado capitalismo. Una forma económica que hace que la asignación de recursos, la distribución de bienes dependa de la participación en la acumulación de capital. En otras palabras, hace que la posibilidad concreta de acceder a bienes útiles dependa de la posesión de valores monetarios abstractos.

Este modelo que hizo posible movilizar enormes recursos para la construcción de la sociedad moderna ahora se ha convertido en una trampa lógica y práctica de la que no pudimos encontrar una salida. Pero ahora la salida se ha impuesto, automáticamente, con violencia, desafortunadamente. No es la violencia de las revoluciones políticas, sino la violencia de un virus. No es la decisión consciente de las fuerzas dotadas de voluntad humana, sino la inserción de un corpúsculo heterogéneo, como la avispa en relación a la orquídea, un corpúsculo que comenzó a proliferar hasta que el organismo colectivo fue incapaz de comprender y desear, incapaz de producir, incapaz de continuar.

Esto detuvo la reproducción, absorbió enormes sumas de dinero que no han servido para mucho. Hemos dejado de consumir y producir, y ahora estamos aquí, mirando el cielo azul desde la ventana y nos preguntamos cómo terminará todo esto. Mal, pésimo, dice The Economist, para quien la interrupción del ciclo de crecimiento y acumulación parece ser un evento catastrófico que pagaremos con hambre, miseria y violencia.

Me permito estar en desacuerdo con el catastrofismo que propone The Economist, porque me refiero a la palabra “catástrofe” de una manera diferente, aquella que en su etimología significa “un giro más allá del cual se puede ver otro panorama”. Kata se puede traducir como más allá, y estroofeina significa moverse, desplazarse.

Entonces fuimos más allá. Finalmente hemos hecho ese movimiento que las luchas conscientes, decididas y locuaces de cincuenta años no han logrado. Todo se ha detenido o casi todo y ahora se trata de reiniciar el proceso, pero según otro principio, el principio de lo útil y no del de la acumulación de lo abstracto. El principio de igualdad frugal de todos, no el de competencia y desigualdad.

¿Seremos capaces de desarrollar este principio para reiniciar la máquina, pero no esa máquina que funcionaba antes de manera implacable, sino una máquina elástica, una máquina quizás un poco más inestable y ciertamente más frugal, aunque más amigable?

¿Seremos capaces? No lo sé y, sobre todo, no sé a quién me refiero con el “nosotros” de mi pregunta. ¿Quienes seremos capaces?

Ya no es política, ni es el arte del gobierno. La política es incapaz de cualquier gobierno y, sobre todo, es incapaz de comprender. Los pobres políticos parecen estar perseguidos, tambaleantes, ansiosos.

El nuevo juego, el de la proliferación rizomática de corpúsculos ingobernables, pone en el centro al conocimiento, no a la voluntad. Por lo tanto, ya no es política, sino conocimiento.

¿Y cuál saber?

No el de los economistas, incapaces de salir de la casa de espejos de la valorización, que traduce el producto en términos abstractos de cálculo monetario y aumenta el volumen de destrucción con el objetivo de aumentar el volumen del valor abstracto. Se trata de un saber concreto, que no traduce lo útil en valor, sino en placer, en riqueza.

¿Necesitamos aviones de combate F35? No, no los necesitamos, no sirven para nada, excepto para ganarse la vida mediante una alianza militar inservible y hacer que los trabajadores produzcan latas de atún de manera más rentable.

¿Y también porque sabes todas las unidades de cuidados intensivos que se pueden construir con un sólo avión F35? Doscientas.

Lo sé, este es el discurso de los vagos que no saben cuán complejas son las cosas, con sus interdependencias, etc, etc. Bien, me voy a quedar callado y escuchemos el discurso de los realistas que repiten la misma canción de siempre: si queremos mantener la ocupación en los niveles actuales tenemos que producir armas, ¿es así no? Eso es lo que dicen los realistas de The Economist y los de la derecha y la izquierda.

Así que seguiremos fabricando armas para que todas esas personas trabajen ocho, nueve horas al día. Y en un mes o un año a partir de la epidemia, seguirá la miseria masiva y después la guerra. Y la extinción, de la que esta vez solo probamos un bocado, nos encontrará en su hermoso caballo blanco como en el triunfo de la muerte que se puede ver en el Palazzo Abatellis, en Palermo.

¿Y, si en cambio, decidimos hacer que las personas trabajen solo el tiempo necesario para producir lo que es útil? ¿Y si acaso les damos a todos un ingreso independientemente del tiempo de trabajo (inútil)?

¿Qué pasa si interrumpimos los pagos por los aviones inútiles que ya hemos comprado? ¿Qué pasa si acabamos con las obligaciones internacionales y aquellas relaciones que nos obligan a pagar grandes sumas por la guerra?

Estos discursos no son delirios ni desvaríos de un extremista, sino el único realismo posible. There is no alternative 😉

Mi amiga Penny me escribe desde Londres: “I just sit and write – this strange life has become familiar and calming but there is always calm before the storm” (Nota: “Me siento y escribo, esta vida extraña se ha vuelto familiar y relajante, pero siempre viene la calma antes de la tormenta”).

Siempre hay un extraño silencio antes de que estalle la tormenta. Como si me dijera: la mejor parte vendrá cuando el virus cansado se retire. En ese punto, los tontos pensarán que es hora de volver a la normalidad.

Los sabios se preparan para una gran tempestad.

7 de abril

Después de dos meses de inexplicable ausencia, el asma volvió y me estuvo persiguiendo todo el día. Me la pase acostado en la cama, jadeando por la falta de oxígeno y sin fuerzas para hacer nada.

Por la noche salgo a tirar la basura: orgánica, vidrios, no diferenciada. Camino lentamente por la pequeña plaza debajo de mi casa. El Hotel San Donato Best Western está cerrado, con postigos atornillados en sus puertas. Camino un poco por Via Zamboni para ver las torres. No hay nadie en esta calle, donde, desde el siglo XII y durante la primavera, los estudiantes acuden en masa y cortejan.

8 de abril

Tomo mi café y miro hacia la plaza soleada. Incluso hoy está esa chica que pasa siempre por debajo del arco. Tal vez vive sola en un estudio en via del Carro. Tiene un traje negro con ribetes amarillos, sostiene su teléfono celular en la mano y hace movimientos de gimnasta. Movimientos un poco incómodos: levanta la pierna derecha y permanece así durante unos segundos, hasta que el teléfono celular llama su atención. Luego levanta la pierna izquierda mirando el teléfono celular, gira hacia la pared, inclina los brazos y hace algunos movimientos de ida y vuelta con la cabeza. Mi teléfono suena, me alejo.

Me llaman desde Milán para preguntar si todavía puedo mandar una grabación para Radio Virus.

Vuelvo a la ventana, la chica ya no está.

Si no fuera que su representante terrenal prohibió considerar la enfermedad como un castigo de Dios, asumiría que el Señor es un viejo ingenioso. Primero mandó a Johnson a terapia intensiva y, después también, al homofóbico ministro Litzman del Estado de Israel

Desafortunadamente, esta es la única noticia reconfortante que proviene de ese país de racistas. Por lo demás, la crónica política israelí habla de la lucha sin fin entre el torturador Ganz, el corrupto Netanyahu y ese nazi de Lieberman. Tal vez lleguen a la cuarta elección en un año. Mientras el mundo se disuelve a su alrededor, ellos están demasiado ocupados peleando por eso.

Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) de Ginebra, la pandemia provocará un aumento del desempleo de alrededor de 25 millones de personas. En los Estados Unidos ha habido más de diez millones de despidos en dos semanas, y se espera que el número aumente en los próximos días. Son números sin precedentes, para usar una de las expresiones más populares de estos días.

Las políticas económicas tradicionales no bastarán para hacer frente a este fenómeno. O recurrimos a la marginación violenta de una gran cantidad de personas que viven en la miseria y rugen en las afueras de la ciudad, o abandonamos, por completo, el discurso de la economía moderna, la vieja utopía del pleno empleo, el prejuicio del trabajo asalariado y, literalmente, empezamos de nuevo. Solo nos queda una certeza: el conocimiento científico acumulado, y, sobre todo, el poder viviente del trabajo cognitivo, de la invención técnica y de la palabra poética.

Pero el criterio económico que ha regulado, hasta ahora, las relaciones y las prioridades se ha vuelto definitivamente loco. Está desencajado/fuera de sí. Y esto es para siempre.

Porque si tratamos de restablecer la antigua relación entre quienes tienen riqueza y quienes tienen que trabajar para ganarse la vida, entonces la miseria estará destinada a generar ríos de violencia y desempleo para alimentar ejércitos desesperados listos para cualquier cosa.

Será cuestión de requisar espacios y estructuras de producción. Será cuestión de regular, en igualdad de condiciones, el acceso a los recursos disponibles.

No podemos perder el tiempo con la ilusión de volver a la normalidad pasada, porque correríamos el riesgo de arrastrar lo que queda en un espiral de devastación sin retorno. Lo que los consumidores esperaban en los últimos cincuenta años se ha ido y no debe regresar. Es el sistema de expectativas que debe cambiar radicalmente.

Si me pidieran que indicara un evento, una fecha y un lugar que está en el origen de este apocalipsis, diría que ese evento es la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro en junio de 1992. Por primera vez, las grandes naciones se encontraron para evaluar la necesidad de abordar los peligros que el crecimiento económico comenzaba a revelar. En esa ocasión, el presidente de los Estados Unidos, George Bush, declaró que “el nivel de vida de los estadounidenses no se puede negociar”.

Todos estamos pagando por su orgullo, que tal vez es inherente a la existencia misma de esa nación nacida del genocidio, y cuya riqueza depende de la deportación, la esclavitud, la guerra y el robo de los recursos y el trabajo de otras personas. Esa nación pronto enfrentará una devastadora guerra interna y, merecidamente, no sobrevivirá.

9 de abril

Después de un mes de aislamiento y de incertidumbre sobre los resultados futuros de la situación, se percibe cierto nerviosismo en la voz de los amigos que llaman, y también en los testimonios escritos, o en los análisis que me llegan todos los días. No leo todo lo que se me llega, pero si bastante.

En una lista de correo llamada Neurogreen recibí un artículo de Laurie Penny, publicado en Italia por Internazionale y, originalmente, en la revista californiana WIRED, que durante muchos años ha sido líder de la imaginación digital futurista y visionaria, y, en última instancia, ultraliberal.

Es extraño leer un artículo así en esa revista generalmente ultraoptimista. Ante todo es el relato de una experiencia bastante dramática. Laurie Penny se encuentra quién sabe dónde, lejos de casa, y está sorprendida por la tormenta viral. “El capitalismo no puede imaginar un futuro más allá de sí mismo que no sea una carnicería (…). La socialdemocracia se reintroduce rápidamente porque, parafraseando a Margaret Thatcher, realmente no hay alternativa”

150 miembros de la familia real saudita afectados por el virus.

Bernie Sanders se retira, Biden perderá las elecciones (¿o quizás las gane?), si es que se llevan adelante las elecciones estadounidenses.

Ocho médicos murieron en Gran Bretaña tratando a personas con el virus. Todos eran extranjeros: de Egipto, India, Nigeria, Pakistán, Sri Lanka y Sudán.

El cielo de Delhi es claro, algo que no se ha visto en años. Por la noche se ven las estrellas.

Pero Confindustria (Confederación General de la Industria Italiana) tiene prisa por reanudar las actividades, incluso si las noticias procedentes de China no son tranquilizadoras: Wuhan reabre, pero Heilongjiang cierra. La batalla contra el coronavirus es como tratar de vaciar el mar con un balde.

Tal vez no deberíamos luchar en absoluto, porque la guerra se perdió al principio: deberíamos minimizar nuestros movimientos, reconocer que el poder del que nos emborrachamos en la era moderna se agotó. Los que más caro pagan son los que más han creído y siguen creyendo en el poder ilimitado de la voluntad humana. Es comprensible que los hombres se pisoteen, quieran volver a tomar el mando, quieran gobernar su futuro ya que, engañándose a sí mismos, creían que lo estaban haciendo, en su pasado glorioso. Pero el virus nos enseña que el poder ilimitado era un cuento de hadas y que el cuento de hadas se terminó.

10 de abril

La ANPI (Asociación Nacional de Partisanos de Italia) lanzó una propuesta para hacer del 25 de abril una cita por la democracia. Acepto su convocatoria y estoy disponible para lo poco que pueda. ¿Cantaré también el himno de Mameli al comienzo de las celebraciones?

Espero el 25 de abril con el mismo espíritu con el que espero la Misa de Pascua del Papa Francisco.

A pesar de mi ateísmo, me hizo bien escuchar a Francisco la otra noche en la plaza desierta. Con ese mismo espíritu, voy a participar en el evento virtual el 25 de abril. La divinidad que adoran los demócratas es tan ilusoria como el dios de Francisco, pero me hará bien sentir la cercanía de un millón de personas.

11 de abril

En via Castiglione, en las colinas de Bolonia, a dos kilómetros del centro de la ciudad, alguien filmó a un jabalí con otros seis pequeños siguiéndolo.

En Bruselas, los holandeses reiteran que quienes necesiten dinero deben firmar un pagaré que diga que pagarán sus obligaciones. Italia estuvo de acuerdo con los holandeses cuando en 2015 se trataba de imponerle a Grecia el respeto por la ley de acreedores. Hoy es comprensible que Italia quiera evitar el trato que se le infligió a Grecia. Pero las nociones de deuda y crédito parecen bastante destartaladas hoy. La insolvencia tiene la intención de destruir el sistema de comercio. Acá también: There is no alternative.

Hablando de Grecia, Stella y Dimitri nos esperan allá en julio. Durante más de diez años hemos estado alquilando una pequeña casa entre los olivos. ¿Qué será del verano, los viajes, el mar? Billi y yo cambiamos de tema con cuidado. Tal vez no habrá viajes este verano.

12 de abril 

Después de la grosería abierta de Rutte y Hoekstra (Primer Ministro y ministro de Finanzas holandés), la Sra. Ursula (NOTA:  La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen) intenta endulzar la píldora para los italianos que están muy molestos por la avaricia un tanto ofensiva de los holandeses. ¿Otorgarán un MES sin condiciones? ¿De los coronabonos no se habla?

En una cosa, sin embargo, están todos de acuerdo: no debe haber un borrón y cuenta nueva. He escuchado esto varias veces de los negociadores europeos.

¿Por qué el borrón y cuenta nueva parece algo malo para todos? Quizás sería mejor resignarse a esto. “Chi ha avuto ha avuto ha avuto chi ha dato ha dato ha dato scurdammoce ‘o passato simm’e Napule paisà” (NOTA: se refiere a la canción Simmo ‘e Napule paisà: ¡Quien ha tenido, ha tenido, ha tenido, quién ha dado, ha dado, ha dado, olvidémonos el pasado, somos de Nápoles paisano!).  Aquí, para los economistas, la profunda sabiduría de estos versos napolitanos es incomprensible.

14 de abril

El viejo socialista Rino Formica, en una entrevista publicada en el Manifiesto, señala que no debemos creer que sobrevivir, en este momento, es más importante que pensar, como sugiere el lema latino primum vivere deinde philosophari. Si no filosofamos, observa Formica, corremos el riesgo de no saber qué decisiones tomar para vivir.

Marco Bascetta, por su parte, siempre para el Manifiesto, publica una reflexión (confusa pero intrigante) sobre el mismo lema latino ligeramente modificado: “primum vivere deinde laborare”. Y con razón observa que no hay mercado sin vida.

Agamben ha escrito varias veces que, en nombre de la nuda vida, estamos dispuestos a renunciar a la vida, y me acuerdo de otra máxima latina, que siempre he preferido a la mencionada por Formica: navigare necesse est, vivere non est necesse. ¿Para qué vivimos si no somos capaces de navegar?

Por segunda vez, el Presidente de los Estados Unidos ladra amenazando con suspender o cancelar la financiación de la Organización Mundial de la Salud porque dice que reaccionó lenta y erróneamente ante el enfoque de la pandemia, o tal vez porque tomó una posición pro-china. También amenaza subrepticiamente con despedir al experto más autorizado en el sistema de salud estadounidense, el virólogo Anthony Fauci.

En los últimos días, han llegado fotos de su país, cerca de la metrópoli cosmopolita de Nueva York, que muestran bolsas donde guardan cadáveres, que son arrojados a fosas comunes excavadas para aquellos que ni siquiera tienen los medios para pagar un funeral y un entierro. Muchos se sorprendieron al pensar que esto es una consecuencia del virus maldito, que obliga a los estadounidenses a renunciar al funeral y al respeto por el fallecido.

Error.

Esas fotos no son noticia, no tienen mucho que ver con la epidemia.

En ese país, de hecho, aquellos que no tienen nada y mueren como perros generalmente son enterrados de esa manera, por sepultureros que están detenidos en alguna prisión, en una fosa común en la periferia fétida de una ciudad muy rica. Es la normalidad a la que muchos desean regresar rápidamente.

15 de abril

En California, los grupos de personas que viven en la calle están ocupando apartamentos y villas en venta que nadie comprará en este momento. Noticias reconfortantes. En Lagos, los ciudadanos de algunos barrios se arman para defenderse de las hordas de ladrones que acechan por las noches, aprovechando el toque de queda. Noticias inquietantes.

Pero quizás no sea la misma pregunta, quizás no sea el hecho de que en momentos como estos, en tiempos como los que se están preparando, la propiedad privada se convierte en algo inestable, débil, frágil. Algo oblicuo.

Leo en Facebook:

«Qué feo clima se ha creado.

Salís con máscara y guantes para ir a comprar o a buscar el diario, prestas atención, todos se miran con recelo y si alguien se acerca demasiado, hay una actitud de terror, de pánico.

Si salimos de este virus, ¿también saldremos de este comportamiento?

No lo sé.

¿Nos miraremos de reojo para siempre?”

Fuente e imagen: http://lobosuelto.com/extrano-silencio-cronicapsicodeflacion-bifoberardi/

Comparte este contenido:

Libro (PDF) Economía del género : el valor simbólico y económico de las mujeres

Reseña: CLACSO

Estudios previos habían mostrado que las mujeres se incorporan con menor frecuencia al mercado laboral de la industria del software. La autora se pregunta, entonces, si esta será una consecuencia de que las niñas son socializadas más para la maternidad y el cuido, que para el desempeño profesional. De ser así, prosigue la autora, ¿se encuentran las mujeres, que efectivamente ingresan al mercado laboral, en ventaja o en desventaja? ¿Cómo son valoradas simbólicamente, sobre todo en un contexto en que la industria de alta tecnología prioriza cualidades asociadas a las mujeres? ¿En qué áreas de trabajo se desempeñan? ¿Cómo hacer para que hombres y mujeres tengan las mismas oportunidades y derechos? Para explorar empíricamente estas interrogantes, la autora consideró tres niveles de análisis, prácticas, representaciones e instituciones, presentes en la oferta y la demanda en tres empresas especializadas en tecnologías. La hipótesis que orienta el trabajo sugiere que las mujeres están en desventaja en el mercado laboral y ello condiciona las posibilidades de desempeño en un sector económico estratégico pese, incluso, a las políticas, públicas y privadas, que promueven la igualdad de género.

Autor/a:  Flórez Estrada, María  

Editorial/Editor:  Editorial UCR

Año de publicación: 2007

País (es): Costa Rica

Idioma: Español.

ISBN :   978-9968-46-054-5

 

Descarga:   Economía del género : el valor simbólico y económico de las mujeres

Fuente  e Imagen:   http://biblioteca.clacso.edu.ar/colecciones/saladelectura/index.php?a=q&r=1&hs=1&t=1&q=miedo&j=dl&c=general&fqf=TX&Submit=buscar+en+CLACSO

Comparte este contenido:

Argentina: Cuotas de colegios privados: en marzo la morosidad fue del 60% y en abril trepó al 80%

América del Sur/Argentina/03-05-2020/Autor(a) y Fuente: www.diariodecuyo.com.ar

El parate de la economía golpeó fuerte el bolsillo de los padres que, a decir de los porcentajes que llegó al Ministerio de Educación, priorizaron otros gastos.

La crisis económica que provocó la pandemia, luego de la decisión de encarar un estricto aislamiento desde 20 de marzo, regó de incertidumbre y un panorama oscuro a varias actividades. Gente que cobró el sueldo en cuotas, otros que perdieron el trabajo y gran parte recibió sus haberes con algún descuento, ya sea acordado gremialmente o decidido directamente por el empleador.

Casi que no se salvó ningún rubro. Desde el comercio hasta los restoranes, pasando por una serie de actividades que recibieron el duro golpe de un país frenado que, si bien a cuenta gotas empieza a flexibilizar, no alcanza para empezar a verse el repunte.

Uno de los que asomaba para tener problemas era el segmento de colegios privados, que en San Juan aglutina a unos 35.000 alumnos en sus diferentes modalidades. El dato que llegó a las oficinas del Ministerio de Educación de la provincia es alarmante: en marzo la morosidad del pago de cuotas alcanzó el 60% y en el mes de abril está «entre un 70 y 80%».

El relevamiento fue realizado por la Asociación de Institutos de Enseñanza Privada (ADIDEP) e informado hace unos días a la Dirección de Educación Privada, que conduce Alicia Bernardini.

En San Juan, como en el resto del país, hay colegios de gestión privada donde el Estado hace un aporte de dinero para pagar los sueldos docentes que, dependiendo el caso, va del 30 al 100% de la remuneración mensual. Dicho esto, el sueldo de los maestros no debería estar necesariamente comprometido con este escenario de morosidad, pero sí otras áreas de los establecimientos, explicaron las autoridades.

A principios de este mes y adelantándose a lo que se acontecimientos, el Ministerio de Educación de la provincia sacó una resolución que echaba luz sobre cómo iba a darse el pago de cuotas, luego de algunos rumores en los pasillos de los colegios que hablaban de descuentos por lo que los niños no asistían.

En rigor, definió congelar las cuotas por el periodo que dure el aislamiento social, preventivo y obligatorio. Además, no debían aplicar el aumento previsto a partir de marzo luego de acordarse en paritaria el aumento anual docente.

También el texto obligaba a flexibilizar los plazos de pago del mes en curso sin que se cobre interés alguno por mora. En el listado de excepciones, incluyó suspender cobros extras que no sea la cuota mensual (fotocopias, materiales, etc). En el caso de nivel inicial, les pidió a los colegios que genere mecanismos de compensación por el pago de material didáctico.

Intertanto, las instituciones ofrecen a los padres todo tipo de canales  de pago y facilidades para que puedan hacer frente a la cuota mensual, recalcando que si bien los chicos no asisten a los colegios igual hay un vínculo virtual con los alumnos donde se les da tarea y, en algunos casos, es corregida por los docentes.

Así las cosas, con marzo y abril con altísimos porcentajes de morosidad y sabiendo que las clases presenciales no volverían al menos hasta después de las vacaciones de invierno, las instituciones privadas ven un horizonte con dificultades que puede comprometer el funcionamiento de los establecimientos.

Fuente e imagen: https://www.diariodecuyo.com.ar/economia/Cuotas-de-colegios-privados-en-marzo-la-morosidad-fue-del-60-y-en-abril-trepo-al-80-20200430-0075.html

Comparte este contenido:

Entrevista a Daniel Innerarity: “Que educación y sanidad ganen peso es una de las pocas noticias ilusionantes de esta devastación”

Comparte este contenido:
Page 24 of 39
1 22 23 24 25 26 39