El bombazo del Brexit, las relaciones con Estados Unidos y el TTIP (Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión), la lucha contra el terrorismo y el cambio climático serán los acontecimientos que marquen la agenda del evento.
El bajo crecimiento, el elevado nivel de desigualdad y el lento avance de las reformas estructurales son algunos de los temas principales que los líderes del G-20 debatirán en la reunión que celebrarán en Hangzhou, China, este fin de semana. Esta reunión tiene lugar en un momento importante para la economía mundial, «el péndulo de las políticas podría inclinarse en contra de la apertura económica, y si no se adoptan medidas de política contundentes, el mundo podría registrar tasas de crecimiento decepcionantes por mucho tiempo”, advierte la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Cristine Lagarde.
La implicación política brilla por su ausencia según el FMI. Esta cumbre será el momento para recordar que las medidas que se acuerdan no suelen acabar desempeñándose: Según la evaluación del FMI, sólo se han cumplido el 55% de los compromisos firmados en la cumbre de Brisbane (Australia) y el 45% de la cumbre de Antalya (Turquía). De ahí el pesimismo para lograr el crecimiento deseado adicional de 2% en los dos años que le quedan hasta 2018. «Incluso en el caso extremo de que todos los compromisos pendientes se implementan ahora, el impacto duradero en el PIB del G-20 sería sólo alrededor de un punto y medio», subraya el texto.
Lagarde advierte de la peligrosidad de crecer lentamente
En un informe emitido el pasado jueves, la directora gerente del FMI explica que el año 2016 será el quinto año consecutivo con un crecimiento del PIB mundial por debajo de su promedio a largo plazo del 3,7% (1990-2007), “y 2017 podría ser el sexto”, añade. Desde principios de los años noventa, cuando los efectos de contagio derivados de la transición económica provocaron una desaceleración del crecimiento, no se ha visto un debilitamiento de la economía mundial por tanto tiempo.
Lagarde explica el porqué de la situación: Muchas economías avanzadas siguen viéndose afectadas por los legados de la crisis, como el sobreendeudamiento público y privado, y el deterioro de los balances de las instituciones financieras. El resultado ha sido una demanda persistentemente débil.
Cuanto más se prolongue el debilitamiento de la demanda, mayores serán las repercusiones sobre el crecimiento a largo plazo, dado que las empresas reducen su capacidad de producción y los trabajadores desempleados abandonan la fuerza laboral y sus aptitudes críticas se deterioran. La débil demanda también provoca una caída del comercio, lo que se suma al crecimiento decepcionante de la productividad.
Del lado de la oferta, la desaceleración de la productividad y las tendencias demográficas adversas están frenando el crecimiento potencial, una tendencia iniciada antes de la crisis financiera mundial. Y dado que las expectativas de que el crecimiento sea más vigoroso en el futuro próximo son mínimas, las empresas tienen aún menos incentivos para invertir, lo cual daña la productividad y las perspectivas de crecimiento a corto plazo.
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La CEOE asistirá para asesorar a los líderes políticos
A su vez, representantes de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) y de varias empresas líderes españolas de los sectores de las telecomunicaciones, finanzas y energía se desplazarán a China para asistir los días 3 y 4 de septiembre a la Cumbre del B20 en la ciudad de Hangzhou, según ha informado la patronal en una nota.
Esta cumbre se engloba dentro de la propia cumbre del G20 y tiene por objeto presentar a los líderes políticos un total de 20 recomendaciones en materia de empleo, finanzas, comercio e inversión, infraestructuras, desarrollo de pequeñas y medianas empresas y anticorrupción, con el fin de impulsar el crecimiento de las principales economías del mundo y generar empleo.
Aclarar las claves futuras para desbloquear el lento avance de la economía mundial serán los retos que tendrán que afrontar los políticos mundiales este fin de semana pero, ante todo, deberán cumplir lo acordado una vez vuelvan a casa.