Redacción: Gabriela Origlia/La Nación
El futuro del trabajo y una educación más flexible son los temas que coparon la agenda de la cumbre del Youth 20 -el grupo de jóvenes del G20- que se desarrolló el lunes y martas en esta ciudad con la participación de 72 líderes de entre 18 y 30 años provenientes de 25 países. Las conclusiones serán entregadas a los presidentes del G20 y, además, el objetivo es construir un banco internacional de proyectos escalables y replicables.
El campus de la Universidad Siglo 21 se convirtió en un festival de colores e idiomas, con jóvenes de todo el mundo que compartieron experiencias y escucharon a disertantes que abordaron temas asociados al empleo como emprendedurismo, desafíos del siglo 21 y educación y sustentabilidad.
Agustín Batto Carol, chair del Youth20 y uno de los fundadores de Eidos (fundación dedicada al diseño de experiencias educativas) aseguró a LA NACION que la idea de armar un banco de proyectos escalables se basa en que «son acciones validadas en territorio y que, por lo tanto, fundamento de las recomendaciones» a elevar a los gobiernos. «Queremos decirles qué hacer, no sólo darles un diagnóstico».
El banco incluye 15 iniciativas «implementables, replicables y de impacto real, creados por jóvenes y dirigidos a jóvenes» que pueden ser insumos de organizaciones y gobiernos. Entre las propuestas está la desarrollada por la iraní-canadiense de 23 años Raya Bidshahri, Awecademy. Es una plataforma que trabaja en el campo educativo a partir de tecnologías disruptivas.
«Me gustaba aprender pero era aburrido y eso es un fenómeno global», explicó su impulsora a este diario. El portal -que tiene una mirada multicultural- apunta a recuperar el «asombro» en la educación y a conectar pensadores e innovadores. Ofrece programas para estudiantes, educadores y talleres de aprendizaje.
La tecnología fue el denominador común en las ponencias y en las propuestas. El presidente de la Universidad Siglo 21, Juan Carlos Rabbat, planteó que es lo que «hoy da más posibilidades de educar a toda la sociedad. Cada vez más nos alejamos de la idea de que la educación es sólo un privilegio para unos pocos; es esencial que la educación se desarrolle con la mirada puesta en el futuro y en las necesidades de la juventud».
El futuro es hoy
Mentalidad global, ciudadanía digital, nuevos paradigmas, trabajo en base a proyectos y liderazgo distribuido fueron los conceptos más repetidos a lo largo de las presentaciones y debates. También la preocupación por la igualdad de género estuvo presente. Las demandas coinciden con las que a diario plantean educadores y expertos en recursos humanos; el punto es el «cómo».
Para Batto Carol «nadie mejor que los jóvenes para diseñar nuevas reglas y relaciones en el ámbito laboral». Entiende que el documento final de la cumbre colaborará a «despejar el concepto instalado de que la tecnología se comerá todos los puestos de trabajo».
Elba López Mourelo, oficial en Mercados de Trabajos Inclusivos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), «el valor del empleo cambia pero no se dejan de crear puestos; los jóvenes saben que en el futuro no habrá más amenaza de la que hay hoy».
«Muchas veces el diseño de la tecnología incluye nuestros prejuicios; lo vemos en los robots -advirtió Marcela Werutsky, investigadora de Plan Internacional, organización enfocada en niñas y mujeres-. Hay que ser conscientes de que la tecnología también puede exacerbar las diferencias».
La representante de Asuntos Públicos para Latinoamérica de la consultora Adecco, Ana Montanari, enfatizó en que para las nuevas generaciones de trabajadores el «reconocimiento» laboral es tan importante como el salario y en que la «diversidad» que presenta el mundo global incluye el desafío de «más compromiso y empatía».
Cómo emprender y sobrevivir en el intento fue otro de los ejes de la reunión. Alessandro Lanteri, docente de Emprendedurismo en la Universidad de Abu Dabi, dijo a LA NACION que las claves pasan por proyectos caracterizados por la inteligencia colaborativa (habilidades y talentos de humanos y robots); el uso de la big data para eficientizar las decisiones; la aplicación de tecnología exponencial; la focalización en lo intangible y en la ética.