Asia/India/17 Junio 2017/Autor: Ángel L. Martínez/Fuente: El país
El primer estado indio que logró la alfabetización universal también consigue la completa escolarización en primaria. El hito impulsa la mejora de otros muchos aspectos socio-demográficos
Apenas son las ocho de la mañana y la pequeña Neha cruza el umbral de la puerta del colegio con gesto somnoliento. El vaivén de su mochila escolar, colgando hasta las canillas, acompaña sus pasos cuando entra en el aula. Centenares de menores juegan por los pasillos de la Escuela Gubernamental de Cochin, junto a la estación de trenes del principal puerto de entrada al estado de Kerala. La imagen matutina, aparentemente común a otras ciudades indias, tiene relevancia en la primera región del país asiático que consigue la escolarización universal en educación primaria –90% de los niños en edad de primaria está matriculado, según la UNESCO–. El logro tiene su origen a finales de los ochenta y un impacto social más allá de las cifras de este estado meridional de India.
«El principal factor para el cambio a escala regional ha sido la desinhibición de la clase media y media-alta a la hora de reconocer su analfabetismo», explica la doctora P. S. Sreekala, directora en funciones de la Autoridad Estatal para la Misión de Alfabetización en Kerala (KSLMA, en sus siglas en inglés). Profesora en un colegio de Thiruvananthapuram, la capital de la región, la experta de 41 años subraya que el milagro de la educación en el estado ha conseguido reducir a mínimos el abandono escolar en un país en que el hastío del profesorado en algunas regiones deja fuera del sistema educativo a más de la mitad de los menores.
El absentismo es la principal lacra del sistema educativo indio. «El profesorado no recibe los salarios que merecen y el entusiasmo es pobre o inexistente, en la mayoría de los casos», cuenta la profesora en educación especial de Cochin, Shana Susan Ninan, de 31 años. La situación se agrava en las zonas rurales, por el escaso control institucional y las necesidades económicas de las familias. «Las escuelas cierran por uso indebido de fondos públicos. Esto conlleva el abandono escolar de estudiantes de orígenes pobres incluso al justo al acabar el anganwadi[educación prescolar] para ayudar a sus familias», agrega. Kerala consiguió revertir esta situación hace décadas (fue también el primer estado indio en votar un gobierno comunista, en 1957), haciendo partícipe a todos los agentes sociales en su misión de educar a la población empezando desde cero.
La campaña de enseñanza hizo de Kerala el primer estado indio en alcanzar la alfabetización universal en 1991. Cinco lustros después, el gobierno local declara la escolarización total en educación primaria. Este proceso arrancó con la participación masiva de todos los estamentos sociales del distrito de Kannur, al norte del estado. Más de 11.000 profesores se organizaron en bibliotecas, colegios y hogares para inscribir alrededor de 28.000 personas entre 18 y 50 años y unos 47.000 adultos mayores de 50. Tres años más tarde, en 2010, esta comarca de algo más de un millón de habitantes se convierte en la primera circunscripción en conseguir la escolarización primaria universal en la superpoblada India, de 2.250 millones.
El absentismo es la principal lacra del sistema educativo indio
«La mujer tuvo un papel trascendental. Más de la mitad de la población de Kerala es femenina y constituyen una parte mayoritaria tanto de los educadores como del alumnado. La tercera edad también ha mostrado su voluntad de recibir educación», detalla P. S. Sreekala. La materialización de ese ejemplo es Ayesha Beevi, de 101 años, quien pasó el examen de primaria hace dos años. Como los otros más de dos millones de personas que se presentaban el examen (el 80% de ellos, mayores de 50 años), la centenaria conseguía así el deseado objetivo de haber completado la formación obligatoria.
El éxito educativo de Kerala trasciende el sector de la enseñanza, mejorando los principales índices socio-demográficos. El estado sur de India cuenta con las mejores estadísticas del país en crecimiento de población (4,9%) así como la tasa de mortalidad infantil más baja de India (12, frente a la media de 40 nacional). También los índices de natalidad (14,7) y la proporción de sexos (1.084) mejoran ampliamente la dramática media nacional; 21,4 y 940 respectivamente.
Gobierno y agentes sociales atribuyen las estadísticas positivas al logro educativo. Más allá de establecer causalidades o de interpretar si fue antes el huevo o la gallina, los expertos insisten en la relación directa entre la educación y las mejoras en otros ámbitos. «Las diferentes intervenciones y movimientos educativos en Kerala han ido de la mano de logros destacados, como la instalación de retretes en toda la región», explica V. Ummer Koya, director de la organización educativa Jan Sikshan Sansthan (JSS) en Malappuram, una circunscripción remota al norte del estado. La mejora en saneamiento es un hito inconcebible hace solo unos años en el contexto de India, donde más de 600 millones de personas defecan al aire libre y una de las prioridades establecidas por el actual gobierno nacional. «Una de nuestras comunidades tribales ha aceptado la implantación de una estrategia multisectorial que aúna escolarización, centro de adultos, formación digital, instalación de aguas potables y saneamiento», completa el director de esta ONG educativa de Malappuram.
Organización nacional creada para ofrecer formación profesional a comunidades marginales, la oficina de JSS del distrito de Malappuram consiguió el premio UNESCO-Confucio de Alfabetización en septiembre de 2016. El prestigioso galardón reconoce el trabajo de un proyecto que aglutina a más de 50.000 beneficiarios en el norte de Kerala, de los que la mayoría no solo ha completado con éxito el programa de alfabetización, sino que gana un salario como resultado del mismo. «El 90% de los beneficiarios de nuestras actividades son mujeres de 15 a 50 años, de entornos empobrecidos social y económicamente como es el caso de las comunidades tribales de la jungla y otras minorías», subraya el director V. Ummer Koya.
Pese a los avances, se sigue encontrando un elevado analfabetismo entre la población dalit[la casta más baja de India], así como entre las poblaciones costeras remotas
A pesar del avance educativo y su impacto en el resto de la vida del estado sur de Kerala, quedan muchos obstáculos por afrontar. «Seguimos encontrando un elevado analfabetismo entre la población dalit [la casta más baja de India], así como entre las tribus y poblaciones costeras remotas. Necesitamos hacer más énfasis en la mejora de la condición de estas poblaciones o de la comunidad transgénero», reconoce P. S. Sreekala. La también profesora en educación especial Shana Susan Ninan completa: «Casi no hay investigación educativa en el área de la población con diferentes habilidades. Las escuelas tradicionales tienen que educar a profesores y padres en cómo tratar a los niños con discapacidades». Ninan, que imparte sesiones de sensibilización ante abusos sexuales, derechos de la mujer y la situación de la comunidad LGTBI (Lesbianas, Gays, Transexuales, Bisexuales e Intersexuales), insiste en que ese es un campo aún por explorar en el ámbito educativo.
A raíz de ese déficit, el gobierno de Kerala (Frente de Izquierdas) presentó a finales de 2015 una política para transgénero para su completa inclusión en los sectores de educación, trabajo y sanidad. «Las nuevas medidas gubernamentales fueron ideadas con la mejor de las intenciones. Pero ni tienen visos de ser ejecutadas tal y como se concibieron, ni tienen el vigor de una ley», explica el profesor gay de 32 años, Jijo Kuriakose. Líder de Queerala, organización regional en defensa de los derechos de la comunidad LGTBI, Kuriakose reconoce que la integración educativa de su comunidad sería la cristalización de una transformación vital para India; donde el estigma de ser mujer, de clase baja o de diferente orientación sexual condiciona el libre acceso a la educación y los abandonos escolares.
Fuente: http://elpais.com/elpais/2017/06/12/planeta_futuro/1497268686_256245.html
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