Por: El Diario de la Educación
A pesar de que se valora, entre el profesorado, que se pida su perticipación, existen reticencias en cuanto a qué pasará con la información recogida, además de la falta de financiación para asumir ciertos cambios.
“Cuántas veces habéis pronunciado la pregunta ¿Y si nos preguntaran a nosotros? Eso es lo que vamos a hacer. Estamos para preguntaros, para que las personas que mejor conocéis la realidad de nuestros centros educativos, de infantil y primaria, toméis primero la palabra, para que podáis aportar, para que lideréis un proceso de cambio hacia la mejora de la educación”.
Estas son las palabras con las que Sonia Gaya, consejera andaluza de Educación se dirige en un vídeo a la comunidad educativa de la comunidad para explicar, someramente, cuál es la intención de su Departamento de enviar cuestionarios a los colegios desde esta semana.
Unos 2.000 centros educativos de infantil y primaria están llamados a la participación con un cuestionario de 42 preguntas, según informa la Junta de Andalucía, organizadas en varios bloques. El objetivo es que en un mes los claustros de todos los colegios hayan tenido reuniones para discutir sobre el cuestionario. Una vez hecha esta discusión, las direcciones rellenarán el cuestionario recogiendo el sentir mayoritario de los claustros.
Antes de final de año se recogerían todos estos cuestionarios con la intención de introducir los cambios necesarios para que, al menos, algunas modificaciones pudieran estar en marcha a inicios del próximo curso.
El objetivo es, según la misma consejera explica en el vídeo, que los claustros docentes desarrollen una discusión pedagógica en cada centro, para luego poder elevar sus propuestas a la Consejería. “Os pido que hagáis ese debate aquí, en vuestro claustro, que planteéis vuestras propuestas, que nos las hagáis llegar”.
Una discusión y una participación que genera ilusión y desconfianza al mismo tiempo. “Todo lo que sea preguntar al profesorado está bien”, dice Eusebio Córdoba, director del CEIP San Sebastián de Archidona (Málaga). Pero “algunos ya hemos repensado la primaria y la hemos cambiado”, asegura, “y algunos nos miran como bichos raros”. Para este director, una de las dudas importantes es qué ocurrirá con toda esa información que se recoja.
Algo en lo que coincide Córdoba, quien cita el programa de gratuidad de libros de texto como ejemplo. Un programa en el que la Junta de Andalucía invierte millones de euros al año que, dice este director, podría invertirse en otras necesidades, dando mayor autonomía a los centros para actuar.
Entre las cuestiones que la Consejería pregunta a sus centros las hay relacionadas con el currículo (qué asignaturas son más importantes a lo largo de la etapa), las metodologías (áreas de conocimiento vs. competencias), organización escolar, evaluación, convivencia, atención a la diversidad, dirección u orientación.
La iniciativa, que todavía no es del todo conocida en muchos claustros andaluces, sí ha generado movimiento en las redes sociales. En Twitter un buen grupo de maestras y maestros animan a la participación y se alegran de una iniciativa que puede promover la participación.
Sobre todo, destaca, la importancia que le conceden al hecho de que la Consejería de Educación escuche lo que tienen que decir quienes trabajan en el aula.
Además de los problemas que puedan surgir por la falta de financiación para asumir ciertas transformaciones, Eusebio Córdoba pone sobre la mesa otro inconveniente. Desde su punto de vista, existe un 20% de profesorado de primaria en Andalucía que esté trabajando de maneras diferentes en sus aulas, ilusionado con el proyecto. ¿Qué ocurrirá si el sentir mayoritario que salga de los claustros no coincide con lo que hace y desea este 20%?
“El momento del cambio ha llegado, el momento de repensar la primaria es aquí y ahora, cuento con todos vosotros”, finaliza la consejera en su vídeo.