Desencuentros entre la educación básica y la educación normal

México / 29 de abril de 2018 / Autor: Enrique Medina Vidaña / Fuente: El Sol de Durango

En agosto de este año entrará en vigor el Modelo Educativo para la Educación Obligatoria, desde la educación preescolar hasta la educación media superior, pasando por la educación primaria y la educación secundaria; es decir, cuatro niveles educativos y 15 grados escolares, tres, tres, seis y tres, respectivamente.

Al respecto, en los distintos niveles educativos se han venido realizando acciones de conocimiento del modelo, preparación y organización de la logística, capacitación y actualización del profesorado y del cuerpo directivo.

Como todo cambio, especialmente cuando hablamos de educación, hay mucha expectativa entre los distintos actores educativos, pues aunque se ha dicho que los libros de texto y los materiales educativos estarán a tiempo, no hay la certeza de que así sea; además, con la gran efervescencia política que existe en virtud de la elección federal para presidente de la república, así como para las cámaras de senadores y de diputados, el escenario es complejo e incierto, ya que se cuestiona la vigencia misma de la reforma educativa y todos los cambios que han venido ocurriendo en los últimos cinco años.

Lo cierto es que se ha hecho un trabajo enorme y se han invertido una gran cantidad de recursos, por lo que parece inviable que el modelo educativo no se vaya a aplicar, al margen de que se pudiesen hacer algunos ajustes a las disposiciones reglamentarias en materia de servicio profesional docente y especialmente en el ámbito de la evaluación del desempeño para la permanencia, que es el aspecto que más controversia ha desatado en el sector educativo.

Esto en el hipotético caso de que el nuevo presidente y su equipo de trabajo lo pudiesen consensuar socialmente y que los cambios fuesen políticamente correctos y aceptados por todas las fuerzas políticas.

En el caso de la educación básica, se espera un cambio importante, pues el modelo aprobado el pasado año rompe con algunas prácticas y fundamentos del modelo anterior 2011, y presupone un nuevo planteamiento curricular, a partir de aprendizajes clave como el centro de atención de los maestros en su ejercicio de enseñanza; además, adquieren carta de legitimación el desarrollo de habilidades socioemocionales y la política de inclusión de todos los niños y adolescentes en la escuela.

En cuanto a la educación media superior se advierte un cambio no tan brusco, habida cuenta de que el modelo educativo aprobado en 2008 se conserva en un alto porcentaje, aunque habrá que trabajar aspectos como la generación de ambientes de aprendizaje y la transversalidad didáctica, al igual que en la educación básica, con el antecedente de que algo de eso ya se venía trabajando a nivel bachillerato.

En este escenario, la educación normal parece no tenerlas todas consigo pues a pesar de que ha habido un proceso largo y profundo de consulta y rediseño curricular, tal como lo mandató la reforma educativa, así como de transformación institucional, para equipararse con las instituciones de educación superior, el tránsito ha sido lento y la reforma a los planes y programas de estudio aún no se concreta, así como tampoco se ha instaurado el servicio profesional docente, o algún esquema parecido, más allá de la reciente aparición de un reglamento de ingreso y promoción recientemente aprobado por la SEP y que aplica de manera parcial sólo en el Distrito Federal.

El anuncio de la propia SEP es que tal vez en agosto comience a implementarse un nuevo plan y programas de estudios para la educación normal, con el fin de preparar a los profesores de educación preescolar, primaria y secundaria con un perfil de egreso, congruente y alineado al nuevo modelo educativo, así como al perfil, parámetros e indicadores que se toman como base para la evaluación de ingreso y la evaluación de permanencia en la educación básica.

Si en verdad eso ocurriera, el nuevo plan de estudios de las escuelas normales se estaría aplicando exclusivamente para la generación que ingresa, por lo que las restantes tres generaciones todavía seguirían siendo preparadas con el plan de estudios 2012, documento que muy poco tiene que ver con el Modelo Educativo para la Educación Obligatoria, y mucho menos con el perfil, parámetros e indicadores, de tal modo que los egresados de las escuelas normales en los próximos tres años tendrían que estar siendo actualizados y preparados de modo emergente en el aprendizaje tanto del modelo educativo como del perfil, parámetros e indicadores correspondiente a su función.

Lo anterior obliga a pensar en que las escuelas normales tendrán que acercarse a la educación básica para observar cómo es que se va implementando el modelo educativo, para ir acompañando a sus alumnos en este conocimiento y de manera extracurricular apoyarles para que tengan una adaptación exitosa al campo de trabajo, una vez que hayan sido seleccionados como idóneos en el concurso de oposición para el ingreso a la educación básica, tal como lo dispone el servicio profesional docente. Aspecto que condiciona también el estudio y análisis concienzudo del perfil parámetros e indicadores, pues es la base sobre la que se diseña la evaluación de ingreso.

Son entonces muchos los aspectos que se tienen que tomar en cuenta a nivel institucional, docente y estudiantil, para que las escuelas formadoras de docentes transiten exitosamente en la implementación del modelo educativo y en la evaluación de ingreso al servicio profesional docente: organización, interdisciplina, excelencia, profesionalización, colaboración, vinculación, formación docente y calidad educativa son algunos indicadores de transformación de la gestión institucional; mientras que, la colegialidad, la adecuación curricular, la revisión del perfil de egreso, la integración de cuerpos académicos, el enriquecimiento del perfil profesional y la preparación en el dominio de la lengua inglesa, son retos que los docentes de las normales deberán asumir con gran responsabilidad.

Finalmente, en los años por venir, los próximos tres, al menos, los estudiantes de la educación normal, los futuros profesores de educación básica habrán de volverse expertos en el dominio de los aprendizajes clave que estipula el modelo educativo, ampliar su conocimiento y dominio de estrategias de aprendizaje, desarrollar sus habilidades socioemocionales, se capaces de construir y mantener ambientes de aprendizaje proactivos e incluyentes, trabajar en proyectos colaborativos, aprender a aprender, dominar el idioma inglés y las tecnologías de la información y darles un uso didáctico y finalmente, tener claros los conceptos de inclusión y equidad, todo ello como prerrequisitos para garantizar la calidad de la educación obligatoria que mandata el Artículo Tercero de nuestra Carta Magna. Al tiempo.

Fuente del Artículo:

Desencuentros entre la educación básica y la educación normal

Fuente de la Imagen:

Integración y distribución del Fondo de Aportaciones para la Educación Básica y Normal (FAEB)

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Enrique Medina Vidaña

Ex-subsecretario de Educación en Durango, México