Los ataques a las escuelas, que van desde tiroteos hasta secuestros, se multiplicaron por nueve en el país caribeño, donde hasta ahora se respetaban como lugares fuera de la violencia.
Los actos de violencia incluyen tiroteos, saqueos y secuestros. En total, 72 escuelas fueron atacadas en comparación con ocho durante el mismo periodo del año pasado.
Esas cifras incluyen al menos 13 colegios atacados por grupos armados, uno incendiado, un estudiante asesinado y al menos dos miembros del personal docente secuestrados, según los informes de los socios que cooperan con UNICEF.
Sólo en los seis primeros días de febrero se cerraron 30 escuelas como consecuencia de la escalada de violencia en las zonas urbanas, mientras que más de una de cada cuatro ha permanecido cerrada desde octubre del año pasado.
“El aumento de la inseguridad y los disturbios generalizados empiezan a paralizar el sistema educativo del país”, ha advertido UNICEF tras dar a conocer esos datos.
Bruno Maes, representante de UNICEF en el país caribeño, asegura que los colegios en Haití siempre han sido considerados y respetados como refugios seguros, pero en los últimos meses se han convertido en blanco de la violencia.
El saqueo, una alternativa lucrativa
«En algunas zonas urbanas del país, los grupos armados consideran el saqueo de escuelas como una alternativa lucrativa a otras formas de extorsión y delincuencia. Esto debe terminar. El ataque a los centros docentes por parte de los grupos armados está teniendo un enorme impacto en la seguridad, el bienestar y la capacidad de aprendizaje de los niños», afirmó Maes.
Según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA), el 60% de Puerto Príncipe, la capital del país, está controlado por grupos armados.
Cuando estas bandas atacan las escuelas, suelen saquear el material escolar, incluidos pupitres, bancos, pizarras, ordenadores portátiles, fotocopiadoras, baterías y paneles solares. También se han robado sacos de arroz, masa y maíz que se utilizan para las comidas escolares, un sustento para innumerables niños, así como material de comedor.
El aprendizaje está afectado
Con el aumento del malestar social en las últimas semanas, muchos directores de colegio han tomado la decisión de cerrarlos para proteger a los niños de posibles ataques. Como resultado, en enero de 2023, los niños perderán una media de un día y medio de clase a la semana.
Sin una acción urgente para proteger las escuelas de la violencia, UNICEF predice que los estudiantes perderán unos 36 días de clase a finales de junio.
Además de la violencia de las bandas, la agitación social también ha afectado a la capacidad de los niños para aprender. El 26 de enero, por ejemplo, los niños se vieron obligados a evacuar las escuelas cuando las violentas protestas callejeras por el asesinato de 14 policías se extendieron por todo el país.
«Mientras los niños se tambalean por los efectos de la violencia armada, la inseguridad en Haití no muestra signos de remitir», afirmó Maes. «La violencia sigue cobrándose un alto precio en la vida de los niños en Puerto Príncipe y sus alrededores, y las escuelas ya no se libran de ella. Un niño que tiene miedo de ir al colegio es un niño más expuesto a ser reclutado por grupos armados. Debemos actuar con urgencia para proteger la vida y el futuro de los niños».
A pesar de la escalada de violencia e inseguridad en el país, el Ministerio de Educación de Haití ha intensificado sus esfuerzos para abrir las escuelas, con tres de cada cuatro reabiertas en diciembre de 2022, en comparación con menos de una de cada en octubre.
UNICEF insta a todos los actores a abstenerse de cualquier acción que ponga en peligro el derecho de los niños a la educación y pide al Gobierno de Haití que garantice que los colegios sean seguros y responsabilice a los grupos e individuos que dañen o amenacen a los niños.
Fuente: https://news.un.org/es/story/2023/02/1518462