Inteligencia emocional: Educación desde niños explica psicóloga

Por: Mariana Tello / Helymar Márquez

Las emociones, esas grandes condicionantes de la conducta, pueden influenciar en la vida en multitud de sentidos. Su manifestación, puede convertirnos en personas integradas socialmente o excluidas, todo depende de la manera en que las manejemos.

El término de inteligencia emocional a la habilidad que todo persona puede desarrollar a partir del manejo adecuado de sus emociones para lograr una mejor adaptación antes las vicisitudes de la vida, según explica la psicóloga Helymar Márquez.

 

 “El ser padre y criar a nuestros hijos realmente es un gran viaje, con una ruta y estilo especifico para cada familia, a pesar de existir similitudes con otras, cada familia es un universo particular, lo único que nos permite evolucionar y disfrutar al máximo de este viaje es la actitud con la cual vamos a enfrentar las vicisitudes, retrasos y complicaciones típicas de cada viaje”.

 “Cuando estamos criando a nuestros hijos una de las prioridades como padres es poder brindarles todo lo que necesitan, desde alimentación, ropa, salud, educación, amor, compañía y todo lo que requieran para su crecimiento integral. Partimos suponiendo como premisa que debemos dar a nuestros hijos todo lo que nosotros nunca tuvimos, suponiendo que de esta forma crecerán conformes con la vida y con las directrices impartidas por nosotros. Y aunque esas son muchas de nuestras premisas y paradigmas nuestros niños también necesitan más herramientas emocionales para lograr el éxito por lo que ese debería ser nuestro norte también”, agregó la especialista.

Destaca Márquez que, cada vez es más creciente la cantidad de niños que les cuesta esperar para satisfacer sus necesidades físicas y emocionales produciendo en ellos un estallido emocional producto de la poca tolerancia a la frustración.

 

Un claro ejemplo está cuando un niño exige algo a los padres y este por considerarlo insignificante lo complace de manera casi instantánea de manera muy frecuente, ya sea para que lo deje continuar en sus actividades diarias o para que deje de molestar, estamos alimentando una conducta negativa que a la larga nos va a crear un gran problema con el niño

Los primeros años de vida alcanza una amplia gama de capacidades sociales y emocionales a medida que pasan los años. La capacidad de retrasar el impulso es la base de una serie de esfuerzos, desde comenzar una dieta hasta obtener el título de médico.

 

“Los niños deben aprender a controlar su agresividad, sus reacciones indeseadas… Algo para lo que se debe trabajar continuamente, en especial ante aquellas conductas emocionalmente inapropiadas. El empleo del castigo, ante estas ocasiones, no suele resultar efectivo. En cambio, hacerles reflexionar sobre lo sucedido de manera objetiva y constructiva, haciéndoles entender la importancia de sus acciones y la repercusión en los demás… así como ofrecerles alternativas de conducta positivas, derivará en una mejora en su manera de pensar y actuar y esto redundará en sus emociones”, destacó la especialista.

Es importante recordar que las emociones determinarán la manera de afrontar la vida. Emoción, pensamiento y acción, son tres elementos muy relacionados, presentes en todo aquello que se hace a diario. La comprensión y el control de las emociones puede resultar imprescindible para la integración en sociedad, pero si esta falla, nos convertiremos en personas inadaptadas, frustradas e infelices.

 

Las personas con alta inteligencia emocional alcanzan mayor éxito en la vida y se perciben a sí mismas como más felices.

Los adultos que obtienen éxito profesional y personal en sus vidas no fueron aquellos niños mejor comportamiento, o aquellos que mejores notas sacaban en el colegio, sino aquellos que mejor supieron entender a los demás.

Publicado originalmente en: http://www.panorama.com.ve/contenidos/2016/04/08/noticia_0106.html

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