www.laopinion.com.co/08-05-2016/
En el Plan de Desarrollo Municipal 2016-2019 apuntan a cerrar la brecha de la desigualdad y la falta de oportunidades.
Los próximos cuatro años Cúcuta experimentará cambios drásticos en dos sectores críticos que desde años atrás vienen reclamando eficiencia, calidad y modernización: salud y educación.
Las apuestas planteadas en el Plan de Desarrollo Municipal 2016-2019 apuntan a cerrar, en el primer sector, con la brecha de la desigualdad y la falta de oportunidades, en especial para los más pobres de Cúcuta que no se encuentran asegurados.
En educación, la meta es acabar con el analfabetismo, impulsar en el cuatrienio la jornada continua y brindar calidad en el servicio que se presta a los más de 115 mil estudiantes que acuden a las 57 instituciones educativas de la ciudad.
La administración municipal está empeñada en abrir en este sector las fronteras para que los niños y jóvenes pobres tengan acceso a la escuela y la universidad. Que la población víctima de la guerra y la que está en condición de discapacidad también pueda participar y beneficiarse de toda la oferta institucional que ofrece el Estado para ellas.
El alcalde César Rojas planteó en la carta de navegación de Cúcuta una ciudad más participativa en ambos sectores.
En salud, por ejemplo, una apuesta que está planteada en el Plan de Desarrollo Municipal es hacer autosostenibles las Ips del régimen público municipal, además de blindar la salud pública de los cucuteños.
En educación se apuesta también a dignificar el servicio tanto a docentes como para los estudiantes.
La deserción de las aulas de clase hace parte de las mayores preocupaciones en esta administración.
El fin del analfabetismo y más calidad en el servicio
El despegue definitivo de la jornada única escolar, ya no como prueba piloto sino como política municipal de educación, es la apuesta más significativa de la actual administración cucuteña en los próximos cuatro años.
Así está plasmado en el Plan de Desarrollo Municipal y con ello también se busca garantizar el servicio continuo en todos los niveles a los niños y jóvenes de la ciudad. “Es el principal objetivo”, esboza el documento.
Según la política trazada para el cuatrienio, consolidar la jornada única, apenas intentada con una docena de planteles en la anterior administración, garantizaría educación en un ciento por ciento a los niños de la ciudad, de la mano también del mejoramiento de la infraestructura física de los colegios y la optimización de programas como el de transporte escolar y alimentario.
Combatir la deserción escolar
La cobertura educativa en colegios públicos presentó un leve descenso en el último año, por lo que fenómenos como el de la deserción escolar se evidenció en la población infantil.
En 2015 se concluyó con 113 mil 336 estudiantes en las aulas, cuando la meta trazada era 115 mil.
Por eso la prioridad que se da en el Plan de Desarrollo para aumentar el acceso a las aulas de los niños que no fueron a clases el año pasado.
Otro objetivo claro es el de llegar de manera gradual con el programa de alimentación escolar a unos 110 mil niños de los colegios públicos de Cúcuta y no a los 58 mil que se cubren ahora.
En estos momentos, dijo Orlando Joves, secretario de Planeación municipal, el municipio aporta de recursos propios al programa que también es financiado por el Ministerio de Educación Nacional.
A la par que se hace con los niños y jóvenes, el municipio se trazó como meta el mejoramiento de las condiciones de los más de 4 mil maestros.
Universidad al barrio
El tema del transporte escolar para los niños del campo ya está contratado y se espera abarcar al ciento por ciento de esta población para que acceda a la educación pública.
Se contemplan también convenios con las universidades Francisco de Paula Santander, Pamplona y Santo Tomás para la preparación de los docentes y el mejoramiento de la calidad de la educación.
Un programa piloto que despegará en el presente año es el de Universidad en el Barrio, coordinado por el Centro Tecnológico de Cúcuta, el cual le apuesta a beneficiar a mil jóvenes pobres del municipio para que accedan a la educación superior.
Esto se hará con las universidades de Pamplona y Francisco de Paula Santander.
El municipio cuenta con 57 instituciones educativas públicas, dos centros docentes y tres megacolegios.
Frente a las necesidades de educación de la población discapacitada y las víctimas de la guerra, el Plan Municipal de Desarrollo plantea incrementar el registro de inscritos hasta el año pasado: 2.205 estudiantes y 6.841, respectivamente, al menos en un ciento por ciento.
También se contempla el mejoramiento de la infraestructura física de los colegios, como quiera que así lo demanda la implementación de la jornada única escolar.
Asimismo, culminar el proceso de titulación de predios de las escuelas de Cúcuta.
Pobres, los llamados a gozar de una buena salud
Según la alcaldía, lo primero que se priorizará es la salud pública ambiental. Lograr una política integral y de mejoramiento del servicio en el municipio.
En este aspecto no hay análisis de cómo nos encontramos, cuáles son las enfermedades que más aquejan a los cucuteños y cómo podemos combatirlas, sostiene Orlando Joves, secretario de Planeación municipal.
En el Plan de Desarrollo Municipal 2016-2019 se plantea que no es salir a hacer cosas por cumplir, sino a diagnosticar el estado real de salud de los cucuteños, para luego sí proceder con las acciones preventivas.
Otro aspecto fundamental que se tratará en el próximo cuatrienio es la salud mental, como programa, para contar con herramientas que ayuden a proteger a los cucuteños en este tipo de patologías.
En el tema de seguridad alimentaria, se priorizarán los programas para la lactancia materna y lo que tiene que ver con la primera infancia, su estado nutricional.
Asimismo, se reforzarán los programas de salud sexual y reproductiva, para que se respeten los derechos de los jóvenes y combatir los embarazos a temprana edad, que es una de las problemáticas que más afecta a esta población en la capital nortesantandereana.
Las falencias de promoción y prevención presentadas en las recientes epidemias de chikungunya y zika en las que oficialmente se confirmaron más de 60 mil personas afectadas obligaron a replantear la política de salud pública.
En este orden, un programa que se reforzará será el de prevención y transmisión de enfermedades por vectores. La población se capacitará en el manejo y control de las patologías que producen las plagas presentes en la ciudad.
Cúcuta contará este año con el más moderno puesto de mando unificado desde donde se coordinarán todas las operaciones de prevención y atención de desastres.
Un sistema con todas las herramientas necesarias en materia de telecomunicaciones, que concentrará todos los cuerpos de socorro y autoridades en un solo punto.
Dos nuevas unidades básicas
Los reclamos de las comunidades sobre la falta de oportunidades en la prestación de los servicios de salud serán subsanados con la modernización de las 39 Ips que conforman la red de salud pública municipal desde la Ese Imsalud.
La meta es acabar con las largas colas y con los madrugones para que la gente sea tratada con calidad y con los profesionales y especialistas necesarios, dijo el alcalde César Rojas.
Un compromiso frente a este tema es el de construir en los próximos cuatro años dos nuevas unidades básicas en aquellas comunas donde hoy no se cuenta con estos centros, la Seis y la Siete.
La ciudad adolece de un servicio de mediana complejidad donde se deriven eventos que requieran la intervención de especialidades básicas y permitan optimizar la atención de alta complejidad en Ips como el hospital Erasmo Meoz, el cual se encuentra saturado en más del 150%.
Para ello se impulsará la creación y puesta en marcha del proyecto destinado a la protección de servicios en trauma con la presencia de ortopedistas, cirujanos y anestesiólogos en el Policlínico de Atalaya, donde se registra la mayor accidentalidad de Cúcuta.