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Valoración diagnóstica del regreso a clases

Por: Ángel Santiago Villalobos

Ha iniciado un nuevo ciclo escolar con la identificación del abandono escolar y valoración diagnostica (periodo de evaluación), del lunes 30 de agosto al 10 de septiembre continuando con el periodo extraordinario de recuperación, del 13 de septiembre al 23 de noviembre; esto según el calendario escolar emitido por la SEP para la educación básica (www.gob.mx).

Cabe mencionar que la CNTE también considera otras alternativas para la educación en tiempos de pandemia, al igual que ha venido construyendo sus propuestas anteriormente antes de presentarse esta contingencia, como ejemplo el calendario de la resistencia que se publica desde hace ya unos años en Chiapas, en el cual se proponen diferentes fechas y actividades emanadas desde la comisión estatal pedagógica, de niveles educativos y regionales.

Todo esto en el marco del anunciado regreso a clases presenciales por parte de las autoridades, con el periodo de valoración también se ha identificado que  la realidad de muchos centros escolares es otra, ya que se han encontrado diferentes formas de organización comunitaria con periodos y etapas muy variados, emanados de las reuniones de docentes para valorar los procesos del retorno a las aulas, esto dependiendo de los contextos de cada entidad, región, zona escolar y de las propias escuelas, ya que con la pandemia se han podido reflejar los diferentes escenarios y situaciones que enfrenta cada institución para el desarrollo de su actividad docente, siendo varias las escuelas las que aún no regresan a clases presenciales como se esperaba después de ese anuncio oficial.

Ya con un ciclo escolar en el que se acumularon experiencias y saberes de docentes, alumnos y padres de familia para continuar con las clases, se ha optado por organizarse internamente de muchas maneras, algunos han recorrido las fechas del mencionado calendario escolar, adaptando los periodos de acuerdo a las necesidades de cada escuela, evaluando a distancia con cuadernillos, de manera presencial, virtual o en línea, ya que se tienen que considerar las situaciones en nuestras comunidades, las condiciones diversas por las que se encuentran en los tiempos de pandemia los alumnos y familiares, la infraestructura de nuestros espacios, el material con el que se dispone, etc.

El periodo de recuperación no será la excepción, se han comenzado a modificar las fechas y los métodos para su ejecución, echando mano de la experiencia previa del ciclo escolar anterior en el que la mayoría de profesores tuvieron que ingeniárselas para hacer llegar sus actividades, entre las más variadas estrategias también pudimos observar visitas personalizadas a los domicilios de los alumnos, el uso de tecnologías para asesorías y responder dudas batallando con los problemas de conexión, los horarios de atención; los mencionados cuadernillos para la entrega de actividades y revisión de tareas con la complejidad de asistir periódicamente a entregar y recibir el material para su observación y corrección, aquí también cabe aclarar que no todos vieron conveniente el uso de los programas aprende en casa ya que sus formas de organización comunitaria y la comunicación docente – alumno permiten otros métodos de educación a distancia más flexibles.

Y es que debido a la pandemia han surgido diferentes propuestas educativas surgidas desde las propias aulas y escuelas, pensadas y diseñadas por los actores principales en el ejercicio de la educación en todos los niveles, estos a su vez se han complementado y cobrado fuerza con la colaboración y comunicación entre dichos actores.

Fuente de la información:  https://www.educacionfutura.org

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Las desigualdades de la conexión

Por: Gabriela Riera

El acceso a las tecnologías digitales se convirtió, ante la llegada de la covid-19 a todo el mundo, en uno de los determinantes más importantes del bienestar de las personas.

El acceso a tecnologías digitales básicas ganó mucho terreno. Prácticamente la totalidad de las zonas urbanas en América Latina y el Caribe tiene cobertura de banda ancha móvil, y poco más de un 84 % de la población tiene ya un teléfono móvil. Sin embargo, tan solo el 69 % de las personas reporta hacer uso de internet. A partir de este punto, el acceso comienza a ser profundamente desigual.

En países como Chile y Costa Rica se reporta que más del 85 % de los hogares tiene internet, pero en países como Bolivia y Guatemala este porcentaje no llega al 25 %, según el informe proporcionado por las Naciones Unidas (ONU) y realizado por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (ITU 2020).

Una vez con acceso a la red en casa, la posibilidad de realizar trabajo o estudios de manera remota requiere en su gran mayoría de una computadora. El porcentaje de hogares que cuentan con una es todavía menor. La desigualdad entre países va del 65 % y 68 % en Argentina y Uruguay, al 17 % en países como Honduras, El Salvador, y 11 % en Haití, continúa el mismo informe.

Con estos datos, la marginación digital —laboral y educativa— en tiempos de confinamiento alcanza cerca del 60 % de la población de América Latina. Aunque en países en desarrollo las suscripciones a teléfonos celulares cayó por primera vez en la historia de 103 por 100 habitantes en 2019 a 99 por 100 habitantes en 2020.

El acceso a internet en los hogares es la principal herramienta con la que las personas hacen frente a la pandemia, porque les permite continuar con algunas de sus actividades cotidianas, entre ellas, trabajar, estudiar y socializar aún en aislamiento, afirma el subsecretario general adjunto de la ONU y director regional de América Latina y el Caribe, Luis Felipe López-Calva.

La mayoría de la población se encuentra lejos de tener las herramientas, conocimientos y oportunidades para hacer uso de la digitalización como motor para mejorar sus condiciones de vida, a pesar de los importantes avances en la cobertura de banda ancha en la región, afirma la publicación del Programa para el Desarrollo de Naciones Unidas (PNUD)

Desigualdad

En el interior de los países, las desigualdades están muy marcadas por la dimensión urbano/rural. Por ejemplo, la adopción de internet muestra niveles muy superiores en áreas urbanas, como lo muestra el caso de Brasil, donde, al año 2017, el nivel de adopción era de 65 % en áreas urbanas y de solo 33,6 % en áreas rurales; o el caso de Ecuador, donde, al año 2017, el nivel de adopción era de 46 % en áreas urbanas y de solo 16,6 % en áreas rurales (CAF, 2020).

¿Qué hacemos con el acceso?

Otro factor relevante es el uso que se le está dando a internet, si la persona es capaz de realizar tareas de forma virtual (que antes requerían contacto físico) o en su mayoría solo se utiliza para comunicación básica en redes sociales. Según el índice de resiliencia digital del hogar, creado con este objetivo por el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), esta «virtualización» aún es limitada.

El índice combina cuatro indicadores: descarga de aplicaciones para la salud, descarga de aplicaciones educativas, densidad de plataformas fintech e intensidad del comercio electrónico para calcular la «resiliencia digital del hogar». Estos indicadores deben servir como indicador de los países cuya población está más preparada para afrontar la cuarentena sanitaria mediante la digitalización de sus hogares.

En el índice se puede ver la marcada heterogeneidad dentro de la región. El CAF interpreta que, de manera agregada, la posibilidad de los hogares para acceder a información sanitaria, realizar transacciones monetarias, adquirir bienes por comercio electrónico y contribuir a la educación de niños en países con un índice inferior a 30 es limitada. Por encima de esa barrera se encuentran Chile, Brasil, Argentina y Colombia; por debajo, Panamá, México, Perú, Paraguay, República Dominicana, El Salvador, Ecuador, Honduras, Guatemala y Bolivia.

En América Latina y el Caribe, la proporción promedio de trabajos que se pueden realizar desde casa es tan solo del 20 %, inferior a la de otras economías de similar ingreso. Esta varía entre el 14 % de Honduras y el 27 % de Uruguay. Esta proporción es del 41 % en los Estados Unidos (G4T Julio 2020).

Un motivo para el optimismo, según el organismo de la ONU, es que la pandemia ha obligado a que las personas con recursos suficientes profundicen sus habilidades y herramientas digitales y, por otro lado, que se construya un consenso de que el Estado asuma la tarea de una digitalización incluyente como una de sus más importantes prioridades.

Fuente de la información e imagen: https://www.diariocontexto.com.ar

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Política y educación, puestos por influyentismo

Por: Erica Lavín

La presencia de autoridades educativas con un proyecto claro y amplio, con pleno conocimiento de las necesidades y rezagos que existen en los diferentes contextos educativos de nuestro país, y sobre todo, con la capacidad para elaborar líneas estratégicas de solución y proyectar una política educativa que no quede en simple discurso, resulta ya algo más que necesario e imprescindible.

La decisión en torno a quienes ocuparán titularidades de la Secretaría de Educación, tanto en el nivel estatal como en el federal, siempre ha sido unilateral pues se trata de una facultad que le compete al gobernante en turno. Aún si se trata de una facultad expresa en las leyes, sería conveniente que se realizara a través de consultas amplias, y que se tomara en cuenta la trayectoria en el ámbito académico o educativo, ya que los perfiles profesionales de quienes ocupan esos cargo suelen quedar en segundo plano, dejando el camino libre al influyentismo, el  pago de favores o relaciones políticas con los más altos niveles de gobierno, lo que al final determina quien asumirá esos espacios y, por lo tanto, el sistema educativo queda en manos de personas cuya trayectoria, en general, ha sido meramente en el terreno político sin conocimiento de la complejidad de los procesos educativos; esto deriva en resultados por demás cuestionables en cada administración.

De esta manera, vemos un desfile de políticos que de un día para otro se convierten en autoridades educativas, sin tener conocimiento amplio del área y sin tener previamente un proyecto o una propuesta que pueda implementarse. Frecuentemente saltan de una curul en el congreso hacia esas secretarías e incluso, hay quienes se pasan cada año asumiendo diferentes cargos en la administración pública (federal o estatal), y al resultar constantemente favorecidos privan de oportunidades a personas cuyo perfil y preparación son excelentes, pero por no transitar en el camino de la política y centrar su trabajo en lo académico y educativo, no son ni tomados en cuenta para dichos espacios.

En los niveles altos y medios de mando suceden cuestiones parecidas, será el aspecto político el que determina quién ocupará una subsecretaría o una dirección. Por lo tanto, su lealtad incondicional desde un principio queda sometida a quien le otorgó dicho puesto, se cuadran al mandato gubernamental que les confirió la responsabilidad, y, por si no bastara lo anterior, su desconocimiento les resta eficiencia en el desempeño de su administración, pues se encuentran perdidos entre las diversas problemáticas ya existentes.

Nunca consideraron estar en el ámbito educativo, nunca fue de su interés ni su aspiración y por ello prepararse para dicho cargo no figuró en su profesionalización. No es de extrañar que su estancia en los puestos asignados resulte gris y opaca, generen más problemas por sus decisiones desatinadas y se vayan sin resolver los rezagos que ya se tenían.

Mientras esto sucede en las alturas del poder ejecutivo y sus distintas ramas, las consecuencias las sufren los maestros, en cada transición y cambio de gobierno ven cómo los verdaderos docentes que están en el trabajo cotidiano educativo; los que conocen ampliamente los problemas  institucionales, escolares, administrativos y laborales; los que han sufrido en carne propia los errores de una errada política educativa formulada por personajes que llegaron a las titularidades por ese influyentismo, es decir,  los  verdaderos sabedores de lo que se requiere para mejorar la educación en los distintos niveles y contextos, tienen que tolerar a funcionarios que están acostumbrados a emitir grandes discursos  pero no a actuar. Prometen, pero no cumplen, acostumbrados a que les rindan pleitesía y a que sean ellos el centro de atención y no las escuelas, no los maestros ni los estudiantes; el acto educativo se vuelve secundario y las propuestas de los verdaderos docentes para mejorar y transformar la educación quedan excluidas porque eso no les interesa a nuestros funcionarios: su paso por las secretarías solo representa un escaño más en su agenda y un dato en su currículum. Saben que es momentáneo, es pasajero, y les queda muy claro que sirviendo a los intereses gubernamentales serán recompensados con otro cargo más, creándose así un círculo vicioso.

Los desastrosos resultados de las administraciones saltan a la vista,  y para lograr avances reales debemos considerar la posibilidad que  la asignación de las titularidades de secretarías de educación, estatales y federales, deba ser a través de un proceso claro, transparente, democrático; que los aspirantes cuenten con  un perfil adecuado y una trayectoria en el ámbito educativo, pero no solo en  apariencia, ya que es conveniente tener la certeza de que su vocación  y amor por la educación está por encima de sus intereses personales, económicos y políticos.  El diseño de un proyecto educativo verdaderamente transformador y del que se sienta parte la comunidad educativa, debe ser considerado algo imprescindible. A esos puestos no se puede llegar sin nada y, peor aún, sin capacidad para convocar a ese proyecto, sin capacidad de diálogo y sin consensos con los docentes, que tanto hace falta en estos tiempos. No puede continuar un trabajo desde arriba, repleto de improvisaciones y discursos ajenos a la realidad.

Fuente de la información: https://www.educacionfutura.org

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México: La Igualdad de resultados en educación primaria requiere una mediación pedagógica con equidad

La Igualdad de resultados en educación primaria requiere una mediación pedagógica con equidad

Iván Rodríguez Carmiol

Hazel Vega Acuña

Red Temática de Investigación en Educación Rural

El Observatorio del Derecho a la Educación y la Justicia (ODEJ) es una plataforma para el pronunciamiento público, impulsado por el Campo Estratégico en Modelos y Políticas Educativas del Sistema Universitario Jesuita (SUJ). Su propósito consiste en la construcción de un espacio de análisis informado y de posicionamiento crítico de las políticas y las reformas educativas en México y América Latina, arraigado en la realidad social acerca de las injusticias del sistema educativo, y recupera temas coyunturales y estructurales con relación a la agenda educativa vigente.

Las tasas netas de cobertura educativa en primaria alcanzan un máximo muy frecuentemente cercano al 100 por ciento de la población en edad para cursar únicamente a nivel de primer grado. Esto mismo ocurre en todas nuestras sociedades latinoamericanas, cuando observamos los datos agregados a nivel nacional. Pero las condiciones en las que estos estudiantes asisten y se enfrentan al sistema educativo reflejan la vertiginosa desigualdad prevaleciente en la región, entre las más desiguales del planeta.

La universalización de la educación primaria es una meta pendiente, incluso en los países latinoamericanos, y aun para los que han alcanzado mejores resultados en cuanto a acceso, inclusión y éxito educativo.

Es evidente que las capacidades que proporciona no ya la escuela primaria (I y II ciclos), sino la Educación General Básica (hasta III ciclo inclusive), hoy día se tornan insuficientes para la integración de la población en la sociedad de una forma productiva y en trabajos que garanticen un mínimo de bienestar y seguridad.

Garantizar igualdad de acceso a oportunidades de desarrollo personal y profesional a todos los miembros de la sociedad constituye una de las dimensiones centrales del desarrollo humano. Sin embargo, Latinoamérica tiene por reto intervenir temprana y oportunamente desde la educación inicial y en adelante, procurando equiparar asimetrías, acortar rezagos y rellenar brechas para que todos tengan condiciones de acceso, permanencia y éxito a una educación de calidad socialmente inclusiva.

La educación inclusiva ha estado enfocada con mucha intensidad, y con razón, en resolver barreras de acceso físico e inclusive cognitivo a niños con discapacidades temporales y/o permanentes. Sin embargo, podríamos discutir que ésta no es la única población que ve restringida su participación plena y efectiva en el sistema educativo y, por ende, en la sociedad.

Las barreras sociales al acceso, permanencia y éxito educativo persisten, en gran medida, pendientes de determinación, abordaje y solución.

A partir del máximo que se alcanza en el primer grado de primaria, referido en párrafos anteriores, las cohortes de educandos sufren progresivamente un desgranamiento que, en países como Costa Rica, llega a alcanzar hasta un veinte por ciento de la población a nivel de sexto grado, y crea con ello un caldo de cultivo para la reproducción de la desigualdad, que casi explica por sí sola la persistencia de problemas como la pobreza, y constituye el germen de la informalidad económica y de la exclusión social del modelo de desarrollo vigente.

Estos estudiantes excluidos comparten entre sí una serie de características, entre las que predominan un promedio menor y relativamente bajo de escolaridad entre los padres y adultos en el hogar (que usualmente se operacionaliza bajo el término “clima educativo en el hogar”), así como la escasez de medios materiales de existencia (o sea, se trata de familias mayormente afectadas por la pobreza, el desempleo, la inserción laboral precaria, una mayor proporción de hogares monoparentales, un mayor radio de personas dependientes económicamente -adultos mayores, niños/as y adolescentes que aún no tienen edad para trabajar-, etcétera).

Lo anterior ilustra cómo, en la práctica, determinadas características socioeducativas de los estudiantes se convierten en barreras para el acceso, la permanencia, el logro y el éxito educativo, y terminan siendo factores explicativos de peso en la exclusión del derecho a la educación de amplios estratos de población.

Nivelar “la cancha” implica, necesariamente, una acción afirmativa o discriminación positiva en el acompañamiento y mediación pedagógica por parte del docente, tanto durante la jornada escolar, como en los refuerzos extraescolares.

La pandemia ha venido a multiplicar la situación inicial de desigualdad en el acceso a la educación. En el contexto pandémico, el acceso a una educación de calidad está mediado por la disponibilidad de tecnología, que haga posible el desarrollo no presencial de los procesos de enseñanza y aprendizaje, o al menos su continuidad, y esto ha sido, en Latinoamérica, el privilegio de segmentos socialmente más favorecidos, a la vez que constituye una barrera insalvable para todos los demás.

La brecha urbano-rural, especialmente en contextos de alta dispersión geográfica de población, se ve igualmente multiplicada en medio de la pandemia. La disponibilidad de equipo de información y comunicación que sirva de vehículo para un vínculo remoto interactivo (teléfonos celulares, tabletas) y de medios de comunicación (conectividad fiable, sostenida) es un factor especialmente limitante en este contexto.

Las medidas de salud pública impuestas para mitigar y controlar las tasas de contagio han obligado a la suspensión de lecciones por largos periodos.

La posterior implementación de sistemas de educación a distancia basados en guías para el trabajo autónomo y asincrónico ha hecho doblemente notoria la importancia del clima educativo en el hogar, además de la posibilidad material de dedicar tiempo y condiciones aptas para el estudio, en la permanencia y el logro del aprendizaje.

En resumen, nunca como hoy la urgencia de procurar equiparar las condiciones y garantizar el acceso, la permanencia y el éxito para todos los niños y las niñas, independientemente de sus recursos familiares, económicos y culturales, ha sido un imperativo de mayor centralidad. El objetivo de proporcionar una educación de calidad para todos cobra una pertinencia inédita en y durante la pandemia, así como de cara al periodo de reconstrucción postpandemia. La necesidad de equiparar condiciones y no dejar a ningún niño o niña atrás, que forma parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en su numeral 4, e incluso la misma meta de erradicación del trabajo infantil (metas 8, 7) con horizonte de cumplimiento en 2025, depende de que seamos capaces de organizarnos para implementar un abordaje efectivo al problema de la exclusión educativa en primaria, debida a factores sociales y culturales mencionados en esta reflexión.

En cuanto a cómo debemos brindar acompañamiento para obtener resultados igualitarios y de calidad en primaria, independientemente de condiciones personales, culturales y sociales, es necesario pensar en estrategias de discriminación positiva o acción afirmativa hacia los niños desde la mediación pedagógica. Los apoyos externos -tales como las becas estudiantiles y esquemas de transferencia condicionada de efectivo-, así como los servicios complementarios -tales como comedor escolar- son absolutamente necesarios, pero claramente insuficientes.

En específico, cómo y a través de cuáles estrategias podemos replantear y dosificar la mediación pedagógica para obtener resultados de calidad educativa con igualdad es una pregunta abierta que debemos reflexionar, discutir y responder de forma colectiva en el futuro inmediato. Lo único que tenemos claro, es que es impostergable.

 

Bibliografía:

Trejos Solórzano, J. D. 2012. El índice de oportunidades educativas: un indicador resumen de la equidad en la educación. San José, Costa Rica: http://hdl.handle.net/20.500.12337/850

Trejos Solórzano, J. D. 2010. Indicadores sobre equidad en la educación para Costa Rica. San José, Costa Rica: http://hdl.handle.net/20.500.12337/776

 

Fuente de la Información: https://www.educacionfutura.org/la-igualdad-de-resultados-en-educacion-primaria-requiere-una-mediacion-pedagogica-con-equidad/

 

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Hacer una pausa

Hacer una pausa

Teresa Galicia

Ya han transcurrido más de tres semanas del inicio del ciclo escolar y habría que detenerse un poco y reflexionar en que tanto este modelo híbrido (como se le denomina oficialmente), está logrando los objetivos de aprendizaje propuestos en la gran diversidad de escuelas y de contextos que existen en nuestro país.

El modelo no es nuevo, ya que especialmente en Universidades y escuelas privadas ya habían empezado a utilizarlo, combinando la presencialidad con clases en línea bajo un esquema flexible promoviendo el aprendizaje autónomo entre los estudiantes.

Esta propuesta va más allá del uso de las TIC, puesto que aunque implica la utilización de ciertos recursos y herramientas que brinda el acceso a Internet, también ofrece la posibilidad de una experiencia más personalizada de acuerdo a las necesidades de los estudiantes, puesto que otorga la libertad para qué decidan, cuándo y dónde estudiar, ya que sus opciones lo permiten: a distancia, presenciales o mixtas, además de que el currículo y las actividades de aprendizaje se adecuan tomando en cuenta lo que necesita cada alumno.

Ahora se dice que México tomó la opción de la educación híbrida, sin embargo, haciendo un alto y profundizando en lo que realmente sucede en los espacios educativos escolarizados, en la mayoría de ellos, especialmente en lo que comprende la educación obligatoria pública, se siguen realizando prácticas relacionadas con lo que se ha denominado como “Enseñanza remota de emergencia”ERE (Berruecos, 2020), ahora combinada con la asistencia a la escuela de algunos alumnos.

El principal reto sigue siendo el diseño y desarrollo de los ambientes híbridos, ya que se trata de una modalidad educativa con características particulares, que bien entendida, puede llevar al mejor aprovechamiento de las posibilidades tanto presenciales como virtuales, pero que ante la realidad compleja que se presenta en nuestro sistema escolarizado, pareciera ser una buena propuesta que enfrenta el reto de las desigualdades sociales y brechas digitales presentes en los diversos contextos.

Sin duda, con una implementación adecuada, permitiría la flexibilización de la oferta educativa por su característica de expansión de los tiempos y espacios. Híbrido significa que los encuentros presenciales y virtuales, permitirían la integración rutinaria de espacios en donde las actividades educativas se desarrollarían a través de secuencias de instrucción, que se integran entre espacios presenciales, virtuales y autónomos, la posibilidad en tiempos sincrónicos y asincrónicos, así como la de incluir experiencias previas y escenarios de práctica de los estudiantes en el ambiente de aprendizaje.

La interacción y la comunicación también son básicas en este modelo por los encuentros que promueve, ya que, tanto en los momentos presenciales como virtuales, se prevén diversos tipos de interacción entre estudiantes con estudiantes y de estudiantes con el profesor, además del uso entrelazado de la presencia con la no presencia en las aulas.

Si en la puesta en práctica se adoptan ambientes presenciales con ocasionales elementos virtuales de apoyo o como ambientes virtuales con algunos encuentros presenciales, se reducen las posibilidades de esta modalidad, además de que los profesores requieren, como lo he escrito en otras colaboraciones, de formación y acompañamiento docente para poder implementarlo en las diversas realidades educativas ya que su concreción y mejor aprovechamiento necesitan de un diseño y desarrollo deliberado y planeado integrando los espacios y tiempos de aprendizaje presenciales, virtuales y autónomos.

Las experiencias de los maestros y maestras en este escenario son necesarias para conocer las prácticas que están realizando para la concreción de este modelo. En estos días estaré compartiendo mis experiencias con personal educativo de escuelas públicas de Educación Básica de todos los niveles y modalidades de Oaxaca, a invitación del Instituto de Ciencias de la Educación de la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca dentro del seminario “La práctica docente en el modelo de educación híbrida”.

Insisto en que toda implementación, requiere de seguimiento y monitoreo, que no esté basado en cuántos estudiantes asisten y cuántos no o en cuántas escuelas abrieron sus puertas y cuántas no; se requiere saber que está pasando con el proceso de enseñanza y de aprendizaje y las prácticas docentes que se está llevando. Aproximarse a la diversidad de realidades permitiría, si es necesario, redireccionar el camino. ¿Acaso no es tiempo de hacer una pausa?

Referencias

Berruecos, A. (2020) https://ibero.mx/prensa/de-que-hablamos-cuando-hablamos-de-educacion-distancia-hibrida

Osorio, L. (2008) “Ambientes híbridos de aprendizaje: elementos para su diseño e implementación” https://tinyurl.com/k72f2zxs

Fuente de la Información: https://www.educacionfutura.org/hacer-una-pausa/

 

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Por qué el trabajo duro por sí solo no es suficiente para salir adelante

Por qué el trabajo duro por sí solo no es suficiente para salir adelante
Por Kate Morgan27 de septiembre de 2021
Constantemente se nos enseña que la receta para salir adelante es agachar la cabeza y trabajar más que los demás. Pero eso no es del todo correcto.
Este artículo contiene un lenguaje fuerte que algunos lectores pueden encontrar ofensivo.

A fines de este verano, la autora británica Kate Lister se dio cuenta de que resonó. En Twitter, escribió: “¿Cuántos años tenías cuando te diste cuenta de tu plan original de ser realmente amable, trabajar muy duro y hacer mucho más de lo que debías con la esperanza de ser recompensado automáticamente por esto sin preguntar? ? »

Cínico o no, el sentimiento resonó: a más de 400.000 personas les ha gustado o retuiteado.

A pesar de los refranes y los consejos que les dicen a las personas desde una edad temprana que el trabajo duro te llevará a todas partes, realmente no lo hará, dice Jeff Shannon, entrenador ejecutivo y autor de Hard Work is Not Enough: The Surprising Truth about Being Believable at Work. Él cree que “el trabajo duro es un buen comienzo” y, al comienzo de su carrera, ciertamente puede ayudarlo a establecerse en un trabajo.

Pero no es suficiente para llevarte hasta la cima. “En cierto momento, miras a tu alrededor y te das cuenta de que todo el mundo trabaja duro en este nivel. La experiencia y el trabajo duro se convierten en la expectativa y no lo ayudarán a subir la escalera «.

Entonces, sí, es injusto que el sistema no simplemente valore el trabajo duro de lleno, pero es una realidad importante con la que deben lidiar los trabajadores, especialmente si están luchando por escalar la escalera. Para realmente salir adelante, debe hacer más que solo su trabajo. Realizaciones como las de Lister a menudo vienen inmediatamente después de ver dispararse a colegas con habilidades similares (o menos ), mientras que su carrera se estanca. La mayoría de las veces, los que ascienden son los que están dispuestos a abrirse camino por la política hacia la cima, mientras que usted estaba demasiado ocupado trabajando duro para darse cuenta de que debería estar trabajando en la sala.

El trabajo duro, dice Shannon, no importa mucho si nadie reconoce que lo estás haciendo. Para traducir ese esfuerzo en promociones y avances, especialmente en un mundo laboral cambiado, debe hacer que la gente lo note, y usted.

Llegar a su escritorio antes que nadie no es suficiente; debe pregonar sus logros (Crédito: Getty Images)

La trampa del ‘efecto tiara’

El trabajo duro sigue siendo muy importante, dice Carol Frohlinger, presidenta de la firma consultora Negotiating Women, Inc., con sede en Estados Unidos. Pero simplemente esperar a que alguien se dé cuenta es perjudicial.

Frohlinger llama a esta tendencia el «efecto tiara» (un término que Sheryl Sandberg también citó en Lean In). “La gente trabaja muy duro y ofrece resultados fabulosos y espera que las personas adecuadas se den cuenta, vengan y se coloquen una tiara en la cabeza. Pero eso no suele suceder ”, dice. “Una de las cosas que les puede pasar a las personas que hacen un buen trabajo y nada más es que están fuera del radar. Entonces, cuando hay una oportunidad de promoción, nadie piensa en ellos. Simplemente se olvidan, de una manera benigna «.

Esto va en contra de la formación social que comienza ya en la escuela primaria, cuando a los estudiantes se les enseña que los trabajadores tranquilos y duros son los que tienen más probabilidades de prosperar. Debido a que los maestros recompensan tales cualidades en los primeros años, tendemos a esperar que nuestros eventuales jefes también lo hagan. Es frustrante, entonces, ingresar al mundo laboral solo para descubrir que esta lección arraigada a menudo es incorrecta.

De hecho, como señala Shannon, el trabajo duro por sí solo suele pasar desapercibido después de cierto punto, porque todos los que te rodean están trabajando al mismo nivel o más o menos. Si no llama la atención sobre sí mismo de otras formas, es fácil pasar a un segundo plano.

Si bien tanto los hombres como las mujeres son susceptibles a que los supervisores pasen por alto su arduo trabajo, Frohlinger dice que las mujeres a menudo se ven más afectadas negativamente, porque en general se considera más aceptable que los hombres hablen de sus logros. «Para las mujeres, puede verse como fanfarronear, y las mujeres fanfarronas pueden ser castigadas», dice.

Para subir la escalera, es necesario ser no solo un gran trabajador, sino un poco político.

Entonces, ¿cómo evitas el estereotipo? La respuesta, tanto para hombres como para mujeres, es encontrar una manera de llamar la atención sobre sus esfuerzos sin esperar algo tan poco frecuente como una revisión anual o una autoevaluación de desempeño.

“Lo que sucede en muchas empresas y organizaciones es que esperas hasta el final del año, cuando escribes el memorando ‘I love me’ [autoevaluación]”, dice Frohlinger. «Pero no puedes esperar un año».

Ella sugiere darle al jefe actualizaciones más frecuentes, aunque breves, y asegurarse de poner los logros en contexto. “Podría ser solo un correo electrónico rápido con algunas viñetas: aquí están mis victorias y esto es lo que hicieron por nosotros”, dice. «He aquí por qué fue útil para nuestro equipo o cómo le ahorró dinero a la empresa». La frecuencia y la elección de palabras son importantes, agrega Frohlinger. “Nadie quiere escucharlo todos los días. Usar frases como ‘mi equipo y yo’ te ayuda a lucir bien al mismo tiempo que compartes las felicitaciones «.

El encuadre también es importante. Un jefe puede encontrar extraño recibir una actualización no solicitada cantando tus propios elogios, pero será mejor que el elenco como un registro o una forma de «mantenerlos informados», dice Frohlinger.

El valor de la política

Sin embargo, en la mayoría de las oficinas e industrias, la capacidad probada por sí sola no es suficiente para ayudarlo a salir adelante, porque también debe ser agradable y memorable. “Si quieres tener impacto e influencia, la gente necesita confiar y creer en ti”, dice Shannon, de la misma manera que lo hacen con un candidato al que apoyan.

Poner la cabeza a trabajar y esforzarse no significa que sus supervisores lo noten y lo elogien (Crédito: Getty Images)

Básicamente, para subir la escalera, es necesario no solo ser un gran trabajador, sino un poco político.

 “Necesitas ser visto como un líder”, dice Frohlinger. “Necesitas agradar a las personas de tu nivel, a las personas que están por encima y a las que están por debajo de ti. Cuando evalúas el trabajo, la investigación es bastante clara: las personas que agradan obtienen mejores calificaciones , incluso si su trabajo es el mismo «. Y ahí radica la verdad injusta: usted y un colega pueden tener exactamente las mismas habilidades y ética de trabajo, pero si han pasado más tiempo haciendo amigos e influyendo en las personas, se verán mejor en su trabajo. Los jefes también son humanos, y es simplemente un instinto básico para ellos favorecer a las personas que les agradan. 

Sin embargo, es muy posible aumentar su capital político en el trabajo. Existen tácticas básicas que pueden convertirlo en un miembro querido de la oficina, simplemente prestando atención a sus colegas. “Es necesario pensar en cómo conectarse con otras personas además del trabajo”, dice Frohlinger. “¿Tenemos un pasatiempo o interés en común? Digamos que sé que te gusta la jardinería, y veo este artículo sobre jardinería y te lo envío. Eso es bastante simple, pero te agradaré más «. 

Si bien puede parecer un poco manipulador, ese tipo de trato alegre en realidad no lastima a nadie, y es lo que puede ser necesario para salir adelante. Puede requerir una reorganización de prioridades para aquellos que prefieren centrarse en su lista de tareas pendientes en lugar de socializar. Pero ir en contra de ese instinto puede ser beneficioso. Todo es parte del mantenimiento de la carrera, que según Frohlinger es responsabilidad de todos los trabajadores.

«Si no te ocupas de tu carrera», dice, «nadie más lo hará».

Fuente de la Información: https://www.bbc.com/worklife/article/20210921-why-hard-work-alone-isnt-enough-to-get-ahead
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México: Aprendizaje digital: Barreras y posibilidades para un acceso inclusivo y de calidad

Aprendizaje digital: Barreras y posibilidades para un acceso inclusivo y de calidad

Gabriela Rodríguez Blanco

La pandemia aceleró un proceso de cambio que se venía dando desde hace décadas en el ámbito laboral, educativo, de salud, prestación de servicios y en los modelos de consumo, producción y negocios. En educación forzó el uso generalizado de las TIC.

A pesar de que durante años se orientaron muchos recursos y esfuerzos para incorporar las TIC como un recurso didáctico habitual en las aulas, en 2020 no había condiciones dentro y fuera de las escuelas que aseguraran que todos los estudiantes pudieran acceder a ellas y aprovecharlas. La pandemia dejó al descubierto la enorme desigualdad existente y los factores estructurales que pueden potenciar, para unos, u obstaculizar, para otros, el desarrollo y la adopción de soluciones digitales.

En los países con estructuras productivas muy heterogéneas, poco diversificadas, con mercados laborales de gran informalidad y precariedad y con limitaciones al acceso y la conectividad, debido a cuestiones socioeconómicas, hay importantes grupos de la población que ven limitadas sus oportunidades para aprovechar el valor que generan las TIC.

El acceso a la conectividad y a dispositivos digitales condiciona el ejercicio pleno de derechos (salud, educación, trabajo, justicia) al tiempo que aumenta las desigualdades socioeconómicas. “Un desarrollo digital que no respete los derechos humanos en el entorno digital (derechos digitales) y que no se base en principios de inclusión y sostenibilidad puede reforzar los patrones de exclusión social.” Pero ¿cuántas personas cuentan con internet y dispositivos para usar y aprovechar la educación en línea?

En 2020, en México, 78% de la población urbana utilizó internet. En zonas rurales, sólo 50%. Uno de cada cinco habitantes de zonas urbanas tiene acceso limitado o nulo a internet, mientras que en zonas rurales 50% padece esta condición.

El acceso a la conectividad es extremadamente dependiente de la distribución del ingreso: En 2018, 81% de los hogares del quintil más rico de América Latina y el Caribe estaba conectado, en contraste con 23 millones de hogares de los quintiles I (38%) y II (53%). En México, poco más del 70% del quintil más rico estaba conectado, mientras que solo 10% del quintil más pobre lo estaba.

Hay un desequilibrio que impacta negativamente a las personas de los quintiles I y II, el cual limita o anula su acceso al teletrabajo, la teleeducación y a los servicios de salud, sociales y de justicia a distancia. Asimismo, se dificulta y encarece el acceso a bienes y servicios que las instituciones públicas ofrecen en línea, originando que surjan intermediarios que generan cobros por servicios que de origen son gratuitos.

En México, hay 84.1 millones de usuarios de Internet de seis años o más y el acceso entre hombres (72.7%) y mujeres (71.3%) es equilibrado. El smartphone es el dispositivo de acceso más frecuente (96%) y, de estos usuarios, 51.3% son mujeres y 48.7%, hombres, aunque la encuesta no indica a quién pertenece el dispositivo, dato relevante para identificar brechas de acceso.

“Los teléfonos inteligentes permiten un uso sustancialmente mayor de Internet móvil, pero existe una brecha de género significativa en la propiedad de teléfonos inteligentes, y las mujeres en los países de ingresos bajos y medianos tienen un 20% menos de probabilidades que los hombres de tener uno. Las mujeres son mucho menos propensas que los hombres a comprar su propio teléfono inteligente y tienen menos autonomía y agencia en la adquisición de teléfonos inteligentes. Sin embargo, muchas mujeres expresan una fuerte intención de adquirir uno”.

Los teléfonos móviles continúan siendo un bien inasequible para muchas personas en países de ingresos bajos y medios, especialmente para las mujeres con niveles de ingreso bajos y poca autonomía financiera, lo que limita su capacidad para comprar un dispositivo de forma independiente.

Un reporte rastrea el proceso de adquisición, uso y aprendizaje de servicios digitales e identifica –aunque no es un proceso lineal– cuatro etapas: adquisición del teléfono, conciencia del internet móvil, adopción del internet móvil, y uso regular del internet móvil. Asimismo, identifica las barreras del uso regular y diverso de estos dispositivos y señala cómo la brecha de género se amplía a lo largo de cada etapa, es más pequeña en cuanto a la propiedad de dispositivos y aumenta en la adopción y el uso regular del internet móvil.

 

Las personas que han utilizado un teléfono móvil y conocen internet mencionan dos barreras principales para utilizarlo: la alfabetización y falta de competencias digitales, así como la asequibilidad antes mencionada. Respecto de la primera barrera, los obstáculos que perciben son: dificultades de lectura y escritura, desconocimiento del acceso a internet en el dispositivo móvil, desconocimiento del uso del dispositivo móvil, falta de tiempo para aprender, e insuficiente apoyo para aprender. La barrera de asequibilidad se centra en el costo del dispositivo y de los datos.

Aún cuando puede ser esperanzador que muchas familias accedan a internet a través de estos teléfonos, existen limitaciones en este tipo de dispositivos, así como en el tipo de conexión de internet al que pueden acceder o pagar.

El tipo de dispositivo y la posibilidad de mantenerse conectado en diferentes lugares afecta de manera relevante el desarrollo de las habilidades digitales de niñas, niños y adolescentes. Si el acceso se da a través de un teléfono que se conecta en el hogar, las y los estudiantes desarrollarán habilidades digitales distintas a las de aquellos que pueden conectarse con múltiples dispositivos desde distintos puntos. Asimismo, las posibilidades de acceder a contenido, servicios y plataformas educativas que permiten el intercambio de archivos y la interacción síncrona y asíncrona dependerá también del tipo de conexión.

Una conexión de baja calidad limita el uso al intercambio de mensajes de texto y de archivos ligeros y dificulta el envío y descarga de archivos de video y audio, así como el uso de plataformas para el trabajo síncrono. A esto hay que añadir el costo de los datos que significa una conexión de este tipo.

Adicionalmente, hay que considerar que en la región el promedio de niños que viven en los hogares más pobres cuadruplica el número de los de hogares de mayor ingreso. Ello significa que en los hogares más pobres se debe contar con más dispositivos de conexión para poder acceder simultáneamente a varias sesiones de educación en línea. Una vez más, las diferencias entre los estratos económicos condicionan el ejercicio del derecho a la educación y agudizan las desigualdades. Aunque no se cuenta con datos desagregados por sexo, por lo que no sabemos qué tan accesible es para las niñas y las jóvenes utilizar el dispositivo del hogar, cuando hay varios hermanos puede llegar a serlo menos.

De ahí la importancia de impulsar políticas que apunten a atender los diversos aspectos de esta problemática, para aprovechar las oportunidades de aprendizaje y formación que aportan las TIC, pues sin una conexión a internet accesible, de buena calidad y asequible, las personas quedan totalmente excluidas de los potenciales beneficios de la transformación digital. Al tiempo que se atienden los aspectos estructurales que permiten el acceso, es necesario centrarse en lo sustantivo, en la educación y el aprendizaje, en el desarrollo de las competencias que requieren las y los estudiantes, los docentes y las familias a fin de que puedan ofrecer el andamiaje necesario para aprender con las TIC.

CRÉDITO: UNESCO 2018

Es necesario resolver las barreras de alfabetización y competencias digitales con una perspectiva de género e inclusión para generar iniciativas y estrategias que aseguren la participación de las mujeres y las poblaciones vulnerables, que consideren sus necesidades particulares. La atención a comunidades escolares y familias de las regiones más desfavorecidas, con las peores condiciones de conectividad y acceso a la tecnología, requiere de mucha creatividad, esfuerzo y empuje para cerrar la brecha digital e impulsar un cambio rápido en los sistemas educativos.

Dichas barreras son tan complejas que no es posible atacarlas solo con esfuerzos y recursos de los gobiernos locales y federal. Se requiere articular a múltiples actores (gobiernos, academia, sociedad civil, sector privado, organismos, fondos y programas de Naciones Unidas y otras organizaciones intergubernamentales) para diseñar soluciones.

Parafraseando a Alicia Bárcena, es necesario impulsar acciones, políticas y alianzas para proteger los avances alcanzados en materia de derecho de las mujeres, evitar retrocesos y promover una recuperación transformadora con igualdad de género. La tarea no es sencilla, pero cuándo lo ha sido.

https://www.muxed.mx/post/aprendizaje-digital-barreras-y-posibilidades-para-un-acceso-inclusivo-y-de-calidad

……………

Gabriela Rodríguez Blanco. Integrante de MUxED, pedagoga y maestra en educación con especialidad en tecnología educativa, egresada de la UNAM y la Universidad Anáhuac, respectivamente. Consultora e interesada en los temas relacionados con los ODS 4 y 5 de la Agenda 2030 de la UNESCO para el Desarrollo Sostenible.

Twitter: @gablanco72

Referencias:

CEPAL (2020). Construir un nuevo futuro. Una recuperación transformadora con igualdad y sostenibilidad. Consultado en: https://www.cepal.org/es/publicaciones/46227-construir-un-nuevo-futuro-recuperacion-transformadora-igualdad-sostenibilidad

CEPAL (2021). Tecnologías digitales para un nuevo futuro. Consultado en: https://www.cepal.org/es/publicaciones/46816-tecnologias-digitales-un-nuevo-futuro

GSMA (2020). Connected women. The mobile gender gap report 2020. Consultado en: https://www.gsma.com/mobilefordevelopment/wp-content/uploads/2020/05/GSMA-The-Mobile-Gender-Gap-Report-2020.pdf

INEGI (2020). Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH). Consultado en: https://www.inegi.org.mx/programas/dutih/2020/

ITU (2021). Girls in ICT Day. 2021 Theme: Connected girls, creating brighter futures. Toolkit. Consultado en: https://www.itu.int/women-and-girls/girls-in-ict/

OCDE (2020). Aprovechar al máximo la tecnología para el aprendizaje y la formación en América Latina. Consultado en: https://www.oecd.org/skills/centre-for-skills/Aprovechar_al_m%C3%A1ximo_la_tecnolog%C3%ADa_para_el_aprendizaje_y_la_formaci%C3%B3n_en_Am%C3%A9rica_Latina.pdf

Fuente de la Información: https://www.educacionfutura.org/aprendizaje-digital-barreras-y-posibilidades-para-un-acceso-inclusivo-y-de-calidad/

 

 

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