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Cerca de 1,4 millones de niños llevan más de un año sin ir a la escuela en Etiopía por la pandemia y la guerra en Tigray

Cerca de 1,4 millones de niños llevan más de un año sin ir a la escuela en  Etiopía por la pandemia y la guerra en Tigray

Alrededor de 1,4 millones de niños llevan más de un año sin acudir a la escuela en la región etíope de Tigray (norte) a causa del cierre de centros por la pandemia de coronavirus y el conflicto desencadenado en noviembre tras la ofensiva del Ejército contra el Frente Popular para la Liberación de Tigray (TPLF), según ha denunciado este martes el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).

«Esta es una emergencia de protección, de educación y de nutrición», ha señalado el portavoz de UNICEF, James Elder, que ha realizado recientemente una visita a la región, antes de agregar que más de un millón de personas se han visto desplazadas por la violencia, en medio de los enfrentamientos en la zona.

«Vi mucha destrucción de los sistemas de servicios esenciales, de los que dependen muchos niños para sobrevivir. También he escuchado relatos desgarradores de violación y violencia sexual de parte de niños y mujeres», ha señalado Elder.

Según los datos de UNICEF, más de 3.000 niños no acompañados han sido identificados y registrados en las regiones de Tigray, Afar y Amhara, en el norte de Etiopía, y ha empezado a darles cuidados provisionales, además de trabajar para intentar localizar y unificar a las familias separadas por el conflicto.

La ofensiva en Tigray arrancó el 4 de noviembre por orden del primer ministro en respuesta a un ataque del TPLF –que entonces gobernaba en Tigray– contra una base del Ejército en la capital regional, Mekelle, que se saldó con la muerte de un importante número de militares etíopes.
Fuente: https://www.notimerica.com/politica/noticia-cerca-14-millones-ninos-llevan-mas-ano-ir-escuela-etiopia-pandemia-guerra-tigray-20210420144704.html

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Sudán del Sur anuncia que reabrirá los colegios en mayo tras un año de cierre por la pandemia de coronavirus

El Gobierno de Sudán del Sur ha anunciado que procederá el 3 de mayo a la reapertura de las escuelas en el país, cerradas desde hace casi un año a causa de la pandemia de coronavirus, que ha dejado más de 10.000 contagios y cien fallecidos hasta la fecha.

La ministra de Educación sursudanesa, Awut Deng, ha indicado que expertos sanitarios le han comunicado que es seguro proceder a esta reapertura y ha desvelado que ha dado orden a las autoridades provinciales para iniciar los preparativos de cara a la aplicación de la decisión.

La decisión ha sido anunciada apenas unos días después de que la comisión ‘ad hoc’ creada ante la pandemia retirara el confinamiento parcial en el país argumentando que se ha registrado un descenso «significativo» de los casos, según ha recogido la emisora sursudanesa Eye Radio.

Las autoridades del país africano han detectado hasta la fecha 10.478 casos y 114 fallecidos por coronavirus, según datos facilitados por los Centros de África para el Control y la Prevención de Enfermedades (África CDC), dependientes de la Unión Africana (UA).
Fuente: https://www.notimerica.com/politica/noticia-sudan-sur-anuncia-reabrira-colegios-mayo-ano-cierre-pandemia-coronavirus-20210421120752.html

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Amnistía Internacional: represión en el Sáhara Occidental por defender los derechos humanos

– Intimidación y hostigamiento de las autoridades marroquíes a los defensores saharauis de DDHH por expresar de forma pacífica sus opiniones.

– Recuerda que los presos de Gdeim Izik fueron condenados en juicios sin garantías, en los que no se investigaron las denuncias de tortura

La defensa pacífica de los derechos humanos y expresar opiniones en el Sáhara Occidental bajo ocupación marroquí supone sufrir detención, según el último informe de Amnistía Internacional (AI) sobre la situación de los derechos humanos en el mundo.

En el Informe 2020/21 Amnistía Internacional denuncia que durante 2020 en el Sáhara Occidental “continuaron la intimidación, el hostigamiento y la detención de defensores y defensoras saharauis de los derechos humanos por expresar de forma pacífica sus opiniones”.

El informe incluye la información correspondiente a los derechos humanos en el Sáhara Occidental en el mismo apartado que la de Marruecos, donde las autoridades usaron la pandemia para reprimir la disidencia aprobando legislación restrictiva e incoar procesamientos por criticar la gestión gubernamental de la crisis o por incumplir las medidas de emergencia.

De los múltiples casos de saharauis defensores de los derechos humanos que han sufrido la represión de las autoridades marroquíes, Amnistía Internacional cita el de los periodistas Ibrahim Amrikli y  Essabi Yahdih.

De Ibrahim señala que fue detenido en mayo en El Aaiún, capital del Sáhara Occidental, y durante más de dos días fue interrogado por su trabajo para la organización de derechos humanos saharaui Fundación Nushatta  y que fue  golpeado e insultado “reiteradamente”.

Dice AI que fue obligado a firmar una “confesión” de cargos falsos en la que reconocía haber arrojado piedras contra agentes, y que dos días más tarde fue acusado de “infringir órdenes relacionadas con la situación de emergencia sanitaria” y de “ofender a funcionarios públicos”.

Respecto a Essabu Yahdi, fundador de Algargarat Media, AI relata que fue detenido en julio en El Aaiún “arbitrariamente” cuando se personó en la comisaría para obtener un certificado administrativo, y que permaneció recluido durante 10 horas, antes de quedar en libertad sin cargos.

“Posteriormente –continúa- dijo que la policía lo había insultado; amenazado con su “detención, violación y asesinato”, e interrogado sobre la línea editorial de Algargarat y su personal y financiación, así como sobre sus publicaciones personales en Internet, “en concreto sobre una en la que se burlaba de otra que había compartido un parlamentario marroquí sobre el rey”.

Juicios sin garantías

Amnistía Internacional recuerda a los presos de Gdeim Izik: “las autoridades continuaron manteniendo recluidos en prisiones de Ait Melloul y Bouzarkarn, (tambien estan en Kenitra y Tiflet2) en el suroeste de Marruecos, a 19 activistas saharauis condenados en 2013 y 2017 en juicios sin garantías y en los que no se investigaron de forma adecuada las denuncias de tortura”. Agrega que “están recluidos a cientos de kilómetros de sus familias y, debido a las restricciones asociadas a la COVID-19, no les permitían las visitas de familiares”.

En el informe se señala que en octubre la ONU renovó hasta octubre de 2021 el mandato de la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental (MINURSO), “sin concederle un componente de derechos humanos, a diferencia de la mayoría de las demás misiones de mantenimiento de la paz de la organización”.

También cita que en diciembre el Gobierno marroquí firmó un acuerdo con Estados Unidos “por el que accedía a establecer relaciones diplomáticas plenas con Israel a cambio del reconocimiento oficial estadounidense de la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental”.

Respecto al Frente Polisario, “administrador de los campamentos de refugiados saharauis en Argelia”, dice que fue detenida “al menos a una persona por expresar críticas” y que tanto el territorio del Sáhara Occidental como los campamentos del Polisario “seguían siendo inaccesibles para las organizaciones de derechos humanos, lo que dificultó la vigilancia de los abusos contra estos derechos”.

Esto último ha sido negado por el delegado del Frente Polisario en España, Abdulah Arabi: asegura a Contramutis que las organizaciones de derechos humanos tienen acceso a los campamentos saharauis y que jamás han sido vetadas. “Si este año no han ido se ha debido a las restricciones de la Covid-19, como les ha pasado a comisiones médicas y humanitarias”.

En el informe de Amnistía Internacional no se recogen otros casos de la amplia relación de vulneraciónes de los DDHH ocurridos el Sáhara Occidental ocupado a lo largo de 2020: represión de manifestaciones, acoso a destacadas activistas, como Aminetu HaidarEl Ghalia Djimi o Sultana Jaya y su familia; detenciones, secuestros con amenazas y vejaciones, sentencias condenatorias, malos tratos a los presos políticos saharauis… y la expulsión, en febrero, de una abogada española y una delegación de parlamentarios catalanes, como se puede ver en los informes sobre derechos humanos publicados a final de cada mes en Contramutis.

Entre las sentencias, varias de ellas a jóvenes, destacan la de Khatri Faraji Dadda, de 21 años, a 20 años de prisión, y la del estudiante Husein Bachir, entregado por España a Marruecos a pesar de haber pedido asilo político, a 12 años.

Un caso llamativo fue el de la niña de 12 años Hayat Moulay Ahmed Sidiya, detenida en la escuela, en El Aaiún, y sometida a torturas psicológicas y físicas, como cantar el himno marroquí, arrodillarse y besar la imagen del Rey de Marruecos y recibir golpes, todo ello por llevar en su bata blanca dibujada una pequeña bandera saharaui.

Fuente: https://rebelion.org/amnistia-internacional-represion-en-el-sahara-occidental-por-defender-los-derechos-humanos/

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We are proud of the first ever policy on inclusive education in Sierra Leone: the National Policy on Radical Inclusion in Schools

By Dr David Moinina Sengeh, Minister of Basic and Senior Secondary Education of Sierra Leone and Chair of the Advisory Board for the GEM Report

I became the Minister of Basic and Senior Secondary Education of Sierra Leone in November 2019, just a few months before Covid-19 disrupted education systems around the world.  Sierra Leone is no stranger to dealing with viruses. The lessons learnt during the deadly 2014 Ebola crisis helped the country address the current education challenges more effectively. This time around, the virus has enabled us to think further how to do things differently, particularly for children who have been adversely affected, starting with building a more inclusive and equitable education system. It inspired much of the direction and content in our new inclusive education policy, validated by education stakeholders and approved by the Cabinet of Sierra Leone.

Credit: Kate Holt/GEM Report

There has been great progress in education in Sierra Leone since 2018. More children are enrolled in schools than ever before, particularly girls. Thanks to the government’s Free Quality School Education programme, 700,000 more students have enrolled in school, with girls in senior secondary school showing the largest proportional increase. The decision in 2020 to overturn the policy that previously banned pregnant girls from attending school also led to a spike in female enrolment.

However, the most marginalised students in the country continue to be excluded from education, due to intersecting disadvantages such as poverty, social norms and stigma. They tend to be children with disabilities, from rural and underserved areas and from low-income households. Poverty remains the most significant barrier to education. The disparities are huge. An estimated 36% of households in the poorest wealth quintile have out-of-school children, as opposed to 6% in affluent households. Hardly any poor rural girls, compared to 42% of urban wealthy boys, had graduated from secondary school in 2017. Hence, girls are also less likely to go to university.

 

Education is one of the best routes out of poverty. This is why in 2020, the Government of H.E President Bio asked me to challenge my team to design a new education policy with the aim of removing the barriers that prevent the most disadvantaged children from reaching their full potential. The idea solidified on engaging local and international stakeholders including reading the recommendations in the 2020 GEM Report, which recommends explicit polices and legislation on inclusion. Our new policy is the culmination of a year-long consultation process that saw us travel around the country to speak with adolescent girls affected by the 2010 ban on pregnant girls from school, children with disabilities, students in rural areas, parents, families, teachers, communities and local education officials. They all gave their time and openly answered our questions. Their views, knowledge, and experience as well as those from civil society, have formed the basis of the first ever National Policy on Radical Inclusion in Schools in Sierra Leone.

The ultimate goals of the policy are enrolment, retention and successful transition of all students in pre-primary, primary and senior secondary education; regardless of disability, gender, pregnancy or parenting status, geographic location, and socio-economic background.

In practice, this goal means actively enabling those from marginalised and excluded groups to enter and remain in school until they graduate. It means adapting the education system to better meet their learning needs – ensuring school is a place of dignity, safety, and respect for all – while systematically reducing cultural, policy and practical barriers to education. Finally, it means developing the institutional structures, staff and tools necessary to support the implementation of this radical inclusion policy in schools.

While the policy follows the call of the GEM Report to widen the definition of inclusion to cover all learners at risk of exclusion, and not just one group, our priority will be disadvantaged girls. The policy aims to create opportunities for them to pursue an education through grants, scholarships, and community support programs. More safe schools will be built in rural remote communities to enable children, particularly girls, living in these locations to access education. Vulnerable learners may require resources to enable school attendance, such as sanitary towels, transportation, and priority in school feeding programmes. Greater access to sexual and reproductive health services will be critical, as, too, will be the provision of comprehensive sexuality education across core subjects. Families and communities will be engaged to provide support for their children at home and at school, including for parent learners.

The latter is particularly important because adolescent pregnancy and child marriage in Sierra Leone are among the highest globally, with an estimated 19% of girls aged 15 to 19 having had a live birth in 2017.  There are immense disparities as well, with 18% of girls from the wealthiest households giving birth compared to 40% among those from the poorest households. The stigma, discrimination and lack of integration mechanisms for pregnant and young parent learners still remain a barrier to their full participation in school. This policy will enable pregnant girls to return to school after giving birth and provide support programmes to help them catch up from lost lessons and graduate. An exciting component of the policy is the appointment in every school of a Girls’ Champion, a teacher who will support girls and advocate gender inclusivity by mitigating abuse and exploitation throughout the school while promoting a girl-friendly learning environment.

Children with disabilities in Sierra Leone are also often denied their right to education. Even when they are in class, they are less likely to complete their primary education and transition successfully to secondary school. This policy will improve the learning environment for children with disabilities (physical, cognitive and psychosocial) by eliminating barriers to full inclusion, starting with physical barriers as many schools are inaccessible to students with disabilities. Out of all 11,168 schools in Sierra Leone, only 10% have ramps (Annual School Census, 2019). Through this policy, schools will ensure ramps are provided and toilets are more easily usable.

Teachers will also be trained to be more aware of the needs of students with disabilities in inclusive classrooms. Children with and without disabilities need to learn side-by-side, helping to break the cycle of stigma, discrimination, and marginalisation. The policy fosters an on-going partnership and engagement between special needs and mainstream education with proper early screening and assessment of children’s abilities. The policy allows for the development of individual learning plans for children with cognitive disabilities, with the involvement of parents and specialists. Continued access to assistive technologies and referral to supportive services will enable these children to have an education of higher quality.

A policy is only as effective as its implementation. Resources will be allocated equitably; more teachers will be trained in inclusive education and teaching assistants will be hired especially in classes where there are children with disabilities. Monitoring and evaluation to determine what is working and what needs to be improved will be a critical determinant of the success of this policy.

Education is viewed as the bedrock of long-term sustainable growth and socio-economic development of any country, helping to shift people out of poverty and create new opportunities to reduce inequitable income distribution and increase choices. This is more so in Sierra Leone under the leadership of H.E President Bio and this new Policy on Radical Inclusion in Schools will guide the government’s actions over the next five years towards a more inclusive and equitable education for all students. We are hoping it will bring Sierra Leone closer to achieving SDG 4, even with the constraints that Covid-19 has imposed.

Fuente: https://gemreportunesco.wordpress.com/2021/04/08/we-are-proud-of-the-first-ever-policy-on-inclusive-education-in-sierra-leone-the-national-policy-on-radical-inclusion-in-schools/

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Papúa Occidental: Violar a las mujeres para expoliar la tierra

Por: Daniel Raventós, Julie Wark

Papúa Occidental* suele describirse como un lugar “remoto”, adjetivo práctico que expresa dos significados: un lugar inmaculado para unas vacaciones exóticas y demasiado lejano para que a alguien le importe un bledo.

El diario indonesio Jakarta Post da como primera razón para visitar este lugar maravilloso el poder “bucear con amigables tiburones ballena”. En el número 8 de su lista de motivos cita quedarse embobado observando a los indígenas amistosos, incluyendo a “algunos que no han sido nunca contactados” (para los aspirantes a gran explorador). Es exótico pero seguro, al menos si hacemos caso al motivo número 9: “nadar entre miles de medusas sin tentáculos urticantes”. Desgraciadamente el ejército indonesio no es tan inocuo como las gelatinosas criaturas marinas. Para confirmar esta afirmación basta con leer el informe de la Escuela de Derecho de Yale titulado “Las violaciones de derechos humanos de Indonesia en Papúa Occidental: Aplicación de la ley sobre genocidio a la historia del control indonesio”. Ese genocidio continúa en nuestros días, principalmente porque la “comunidad internacional” y sus medios de comunicación son tan poco firmes como las medusas. El Guardian, por ejemplo, culpa solapadamente a los papúes de su sufrimiento porque “llevan decenios promoviendo la secesión [de Indonesia]”.

El hecho de que los lugares remotos dicten sus propias normas, o al menos que las dicten los hombres fuertes que los dirigen, tiene un gran atractivo para personas como Elon Musk, a quienes gusta hacer su voluntad sin tener que dar cuentas de ello. Y para un régimen como el indonesio es muy útil contar con un famoso multimillonario con un proyecto extravagante para poner algo del brillo que concede la celebridad a su barbarie militarizada, o para desviar la atención de la misma. El pasado diciembre, el presidente indonesio Joko Widodo ofreció a Musk parte de la isla Biak (con una población de más de 140.000 habitantes) para que juegue con su proyecto SpaceX (y acabe con los terrenos de caza tradicionales que serán destrozados en el proceso de lanzamiento de 12.000 satélites, si finalmente consigue que funcionen los lanzamientos).

Pero ¿cómo consiguió Indonesia las tierras de Papúa Occidental para regalarlas tan despreocupadamente? Para explicarlo en pocas palabras, porque la fraudulenta “Acta de Libre Elección” de 1969, reconocida por la ONU, otorgó a Indonesia (a su ejército, para ser más precisos) un acceso descontrolado a los inmensos recursos naturales de Papúa Occidental. Y, como una parte considerable del presupuesto militar procede de su control de las industrias extractivas, estos hombres se dedican a profanar y a violar la tierra y, naturalmente, a sus pobladores. Se calcula que al menos medio millón de papúes occidentales ha sido asesinados, pero no a causa de las pretensiones “secesionistas” de la población (léase derecho a la autodeterminación) sino del proceso de acaparamiento de tierras y de enriquecimiento de los militares para mantener su poder. En el lado receptor, los papúes se basan en sus cada vez más escasas tierras para la supervivencia económica, social y cultural.

Un aspecto poco conocido del genocidio que tiene lugar en Papúa Occidental es que gran parte de la violencia general que está expulsando a la población de sus tierras es violencia sexualizada. Lo cual encaja en el modelo general (por tanto no remoto) de las violaciones de guerra. Un pene es un arma de guerra biológica fácilmente transportable, por lo que en las últimas décadas se han registrado violaciones sistemáticas en las guerras de los Balcanes, Bangladés, Ruanda, Uganda, Myanmar, Timor Occidental, Congo, Sierra Leona,  Liberia, Kosovo, Darfur, Papúa Occidental y otros lugares. Es una estrategia que socava la dignidad y la moral de la población víctima al destruir, a largo plazo, el tejido básico de la sociedad. Es también un instrumento sádico de tortura cuando se obliga a los hombres a presenciar la violación de sus mujeres y de sus hijas, un modo de burlarse de su masculinidad por ser incapaces de proteger a sus mujeres.

Conseguir información sobre lo que sucede en Papúa Occidental es muy complicado pues hablamos de un territorio vedado a periodistas e investigadores independientes. Si consiguen entrar en el país, todos sus movimientos son vigilados por funcionarios, y la gente teme por sus vidas si hablan con extraños. No obstante, tras denodados esfuerzos, la Relatora Especial de la ONU sobre la Violencia contra la Mujer consiguió hacerse una idea de lo que allí ocurría y concluir en 1999 que las fuerzas de seguridad indonesias utilizaban “la violación como instrumento de tortura e intimidación”. Más recientemente, al menos un estudio ha documentado “un sadismo sexual ferozmente creativo (contra los genitales de hombres y mujeres, y habitualmente con público forzado a contemplarlo)”. ¿Qué es el sadismo sexual creativo? Por poner un ejemplo, un informante “presenció cómo cortaban el pene a una serie de hombres en su aldea. Otro informante fue testigo de cómo cortaban la vagina a una mujer y obligaban a su marido a comérsela”. Este terror aparentemente aleatorio se convierte en terror absoluto, pues cualquier mujer puede ser una víctima, por lo que los pueblos indígenas huyen de sus tierras. Luego, los militares las reclaman, creando catástrofes sociales y medioambientales con todo ello.

Pero el terror no es realmente aleatorio. Es deliberado. La relación entre las industrias extractivas y la violencia sexual es evidente en los informes de violaciones sistemáticas de mujeres en los alrededores de Grasberg, donde se localiza la mayor mina de oro del mundo y la segunda mayor de cobre (de la tristemente célebre sociedad minera Freeport-McMoRan), que durante 30 años ha estado arrojando millones de toneladas de desechos de metales pesados al sistema fluvial del Ajkwa, que han destruido las tierras bajas y los bosques de manglar antes de contaminar el mar de Arafura. La policía y el ejército utilizan la violación para torturar a las mujeres cuando las interrogan sobre el paradero de sus maridos, sospechosos de ser miembros o simpatizantes del Movimiento Papúa Libre. Un testigo describe el horror que permanece en la memoria de las personas y aterroriza a poblaciones enteras durante generaciones:

“Una muchacha de doce años de la etnia amungme fue víctima de violencia sexual continuada. […] Una patrulla llegó hasta la casa donde vivía con un hermano mayor y sus padres. Cuando los soldados vieron a la víctima la invitaron a ir a su base. Como se negó a hacerlo, uno de ellos la violó delante de sus padres y luego otros soldados siguieron haciéndolo por turnos. A resultas de la violación, la muchacha quedó embarazada y dio a luz a un bebé. Posteriormente, cuando se produjo un reemplazo de tropas en la aldea, la misma muchacha volvió a ser violada, y todo esto continuó durante cinco reemplazos. Al final, la víctima parió cinco hijos”.

Si el pene se convierte en un arma en Papúa Occidental, lo mismo ocurre con los cuerpos de las mujeres. Según la oenegé Survival International, los índices de infección por VIH en la “remota” Papúa Occidental son 15 veces superiores a la media nacional, e incluso mayores en los alrededores de la mina Grasberg. “Algunos papúes creen que el ejército lleva deliberadamente prostitutas infectadas con el virus a las áreas tribales. Se sabe de soldados que ofrecen alcohol y trabajadoras sexuales a los jefes tribales para tener acceso a sus tierras y a sus recursos”.

Por lo general el régimen indonesio se las arregla para encubrir sus atrocidades, pero puede deducirse el modo en que esta violencia sexual sistemática actúa en Papúa Occidental a partir de otros casos. En Bosnia-Herzegovina, por ejemplo, las violaciones de guerra a mujeres musulmanas y croatas fueron una política oficial, violaciones controladas. “Son violaciones hasta la muerte, violaciones como forma de masacre, violaciones para matar y para que las víctimas deseen estar muertas. Es la violación como instrumento para provocar el exilio forzado, la violación para obligarte a abandonar tu hogar y que no desees regresar jamás. Es también una violación para otros la contemplen y la escuchen: la violación como espectáculo. Es la violación de la xenofobia liberada por la misoginia y desencadenada por orden oficial”. Se trataba, además, de violar con planes de futuro: fecundar a muchachas y mujeres musulmanas y croatas para construir supuestamente el Estado serbio con bebés “serbios” que se “infiltren” en el grupo de la madre. Los bebés también se convierten en víctimas cuando son rechazados o estigmatizados por el pueblo natal. En este crimen de procreación forzada, se utiliza a los hijos para envenenar a las comunidades al recordar a todos su terrible origen.

La violación a esta escala socava el sistema de valores de todo un grupo. Las víctimas, que han sufrido agresiones a causa de su identidad, sienten repugnancia por ello y no quieren vivir con ese estigma. En el contexto colonial, la violación se convierte en genocida cuando ataca a las mujeres indígenas por ser indígenas. En su estudio de la violencia sexual, Andrea Smith escribe que “todas las indígenas supervivientes a las que he orientado me has dicho en un momento u otro que desearían no ser indígenas”. La violación ha sido utilizada de forma generalizada para instilar un sistema patriarcal en las culturas indígenas. “Con el fin de colonizar a pueblos cuya sociedad no era jerárquica, los colonizadores deben en primer lugar naturalizar la jerarquía institucionalizando el patriarcado. La violencia de género patriarcal es el proceso mediante el cual los colonizadores inscriben la jerarquía y la dominación en los cuerpos de los colonizados”. Los hombres atacan al “sexo débil”, pero en cierto modo saben que deben destruir el poder de las mujeres en la comunidad. Al escribir sobre Darfur, Sarah Clark Miller observa: “La abominable eficacia de la violación genocida corrompe el papel de las mujeres como cuidadoras de las relaciones, transmisoras de las prácticas culturales y sustentadoras de significado, al utilizar estas funciones habitualmente integradoras contra la comunidad”.

Si se unen los fragmentos de información disponibles puede observase que estos son los efectos que la violación sistemática está teniendo en Papúa Occidental. Un estudio descubrió que cuatro de cada diez mujeres habían sufrido violencia por parte del Estado indonesio. Y, dado que ningún tipo de violencia se produce en solitario, no es accidental que la violencia sexual ocurra en regiones con industrias extractivas “estratégicas”, como la minería, la agroindustria de la palma de aceite o la pesca. La violencia sexual y la violencia contra la Tierra están íntimamente relacionadas.

En el campeonato del Antropoceno, Indonesia ha conseguido, mediante métodos brutales, dos primeros puestos: tener la mayor mina de oro del mundo y la mayor producción de aceite de palma del mundo. Otro probable primer puesto sería el de la “utilización de los métodos más brutales”. Impertérrita ante los avisos de la crisis climática, Indonesia continúa con sus megaproyectos, entre los que se encuentra la construcción de una carretera de más de 4.300 kilómetros a través de Papúa, una red vial que causaría daños irreparables en regiones montañosas cubiertas de espesa selva, incluyendo el Parque Nacional Lorenz, Patrimonio de la Humanidad, en busca de mayor acceso a minerales, combustibles fósiles, madera y tierra para inmensas plantaciones de palma de aceite. Esto supone, claro está, pérdida de biodiversidad, pérdida y fragmentación forestal y emisiones de gas de efecto invernadero. Una hectárea de bosque húmedo puede producir 6.000 toneladas métricas de dióxido de carbono cuando se convierte en una plantación. Los incendios de turberas en Indonesia provocan gran parte de la neblina irrespirable que ha asfixiado gran parte del sudeste asiático en los últimos años, hasta el punto de que se estima que estos fuegos han podido causar hasta 100.000 muertes prematuras, solo en 2015.

Las mujeres son violadas en Papúa Occidental para que los militares puedan mantener el poder expoliando y profanando la tierra y todo el planeta. Hace ya mucho tiempo el antropólogo Franz Boas (despojado de su doctorado en Kiev por los nazis, que también quemaron sus libros) insistía en que, dentro de la indiscutible unidad de la humanidad, no existía jerarquía alguna de “razas” (un concepto que él aborrecía), lenguas o culturas, sino una multitud de pueblos; que ninguna cultura puede pretender su superioridad natural. El término “remoto” encubre muchas cosas y sirve para crear un “nosotros” superior y un “ellos” explotable. Mientras tanto Occidente, en su superioridad, se llena la boca hablando de derechos humanos universales a la vez que ignora alegremente la extinción de modos de vida mucho más compatibles con la coexistencia en este planeta. El Banco Mundial considera que las grandes infraestructuras son un “burdo instrumento” de progreso. En Papúa Occidental, el burdo instrumento de la violación representa el tipo más perverso de progreso. Y a nadie le importa un bledo (excepto a los violadores).

* También denominada Nueva Guinea Occidental (Irian Jaya hasta 2001) es la mitad occidental de la isla de Nueva Guinea e islas adyacentes en Oceanía. Fue incorporada al Estado de Indonesia en 1969, en una decisión controvertida que sigue siendo motivo de conflictos. La mitad oriental de la isla es parte del Estado independiente de Papúa Nueva Guinea. (N. del T.)

Daniel Raventós es profesor de economía de la Universidad de Barcelona y miembro del comité de redacción de la revista Sin Permiso. Presidente de la Red Renta Básica y miembro del consejo científico de ATTAC. Su último libro es La renta básica, ¿por qué y para qué? (Catarata, 2021).

Julie Wark es miembro del consejo editorial de la revista Sin Permiso, socióloga, antropóloga y especialista en sudeste asiático: Como autora ha publicado, entre otros Indonesia: Law, Propaganda and Terror (Zed Press, 1983)

Fuente: https://www.counterpunch.org/2021/03/21/west-papua-rape-the-women-to-rape-the-land/

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Kenya: KCPE exams to be released in two weeks time, CS Magoha says

Africa/Kenya/09-04-2021/Authors: Hunja Macharia/Wycliffe Oketch/Source: www.kbc.co.ke

Education Cabinet Secretary Prof. George Magoha says KCPE examination results could be released in the next two weeks.

Magoha said KCPE examination marking is progressing well and the results should be out in a fortnight if everything falls into schedule.

He said the marking of KCPE 2020 multiple choices is complete, with only Insha and Composition marking remaining.

Magoha spoke in Kisumu County where he supervised the distribution of Day 6 KCSE 2020 examination materials.

He called for extra vigilance among school heads and security personnel saying they must ensure the integrity of the exams remain intact.

Magoha said candidates found cheating will be allowed to complete their exams but actions will be taken against them after due process is followed.

The CS also said that candidates should be allowed to sit for exams regardless of whether they have cleared school fees.

The education CS at the same time has put on notice individuals aiding in the Kenya Certificate of Secondary Examinations cheating saying stern action will be taken against them.

Source and Image: https://www.kbc.co.ke/kcpe-exams-to-be-released-in-two-weeks-time-cs-magoha-says/

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Los jóvenes africanos se conectan a Internet para preservar los idiomas locales y luchar contra el Covid-19

A medida que aumenta el uso de Internet en el continente, se están trabajando proyectos para ayudar a los africanos a encontrar información en línea en sus lenguas maternas.

  • COVID-19 amenaza con ampliar la brecha digital
  • Los usuarios africanos de Internet luchan por encontrar contenido relevante
  • Los proyectos difunden información en los idiomas africanos locales

Las palabras «mascarilla» y «desinfectante de manos» ahora son familiares en todo el mundo, pero para los hablantes de isiZulu en Sudáfrica esos términos no existían hace un año, hasta que un grupo de voluntarios recurrió a Internet para crearlos.

Desde publicaciones de Wikipedia en lenguas indígenas hasta bibliotecas de palabras digitales, los amantes de las lenguas africanas se conectan a Internet para preservar y crear palabras y contenido para las generaciones futuras, un esfuerzo al que la pandemia del coronavirus le ha dado mayor urgencia.

«El idioma es muy importante, es la herramienta que usamos para comunicar nuestra comprensión del mundo», dijo Perrymason Adams, de 39 años, contable de Sudáfrica que trabaja como voluntario en WikiAfrica , un proyecto para aumentar el contenido de Wikipedia en idiomas africanos.

Con cierres recurrentes en todo el mundo para detener la propagación del COVID-19, los grupos de derechos advierten que la brecha digital que separa a quienes pueden aprender y trabajar en línea de quienes no pueden profundizar la desigualdad ya existente.

El acceso en línea está creciendo rápidamente en África subsahariana, y la penetración de Internet en la región aumentó al 25% de la población en 2019 frente a menos del 1% en 2000, según el Banco Mundial.

Pero las investigaciones muestran que incluso los africanos que pueden acceder a la web a menudo tienen dificultades para encontrar contenido con el que puedan identificarse.

Según el Foro Económico Mundial, una de las principales razones por las que muchos africanos no se conectan a Internet cuando pueden es «la falta de contenido en los idiomas locales».

Este es un gran impulso detrás de WikiAfrica, que desde que fue lanzado por la Fundación Moleskine en 2006 ha contribuido con más de 40,000 entradas escritas, así como imágenes, archivos de audio y video, a la popular enciclopedia en línea.

Durante la pandemia, traducir información sobre distanciamiento social, máscaras y desinfectantes se ha vuelto crucial, dijo Adams, quien se ofreció como voluntario para traducir material al isiZulu e isiXhosa, otro idioma sudafricano.

Adams estaba «alucinado» cuando se enteró de la iniciativa hace dos años y quiso seguir traduciendo artículos durante el encierro, sobre los orígenes del nuevo coronavirus, encierros y mascarillas.

«Sabía que esta información podía salvar vidas, sentí que estaba siendo un activista del lenguaje», dijo, y señaló que habla cuatro idiomas en casa con su familia e hizo las traducciones de isiZulu con su madre.

INFORMACIÓN DEMOCRATIZANTE

Los voluntarios del programa WikiAfrica traducen contenido en línea a casi 20 idiomas africanos, incluidos twi, swahili, afrikaans y dagbani, según una portavoz de la Fundación Moleskine.

Los artículos traducidos han sido vistos más de 500.000 veces, dice la organización sin fines de lucro, que se enfoca en proyectos culturales y ayuda a capacitar traductores en todo el continente.

Al comienzo de la pandemia, los funcionarios de la organización notaron que faltaba la cantidad de contenido sobre COVID-19 en Wikipedia en idiomas africanos, dijo el director ejecutivo y cofundador Adama Sanneh.

«Así que creamos una campaña para decirles a todos los hablantes de lengua africana del continente (y) de la diáspora que digan: ‘Si conocen el idioma, traduzcan parte de este contenido del inglés, el francés o el portugués'», dijo sobre Zoom.

Parte de WikiAfrica se trata de «democratizar la información», dijo Lwando Xaso, abogado y activista de Constitution Hill Trust, una organización que promueve la constitución sudafricana que se asoció con el programa.

«Creo que la urgencia del virus es que nadie debería estar fuera de su burbuja de información», dijo Xaso.

ACCESO LIBRE

En todo el mundo, varios esfuerzos para traducir materiales a las lenguas maternas africanas están generando contenido culturalmente relevante y, al mismo tiempo, ayudan a mantener vivas las lenguas indígenas.

Las Naciones Unidas en Nigeria crearon un portal de desinformación COVID-19 que responde preguntas frecuentes en los idiomas yoruba, hausa e igbo.

Y el año pasado, 30 jóvenes africanos se reunieron para traducir las pautas de salud pública de COVID-19 a 18 de los idiomas africanos más comunes después de que la investigadora de la Universidad de Cambridge, Ebele Mogo, recurriera a las redes sociales para pedir ayuda con la traducción.

Cuando se registró por primera vez el COVID-19 en Nigeria, su país de origen, a Mogo le preocupaba la difusión de información errónea, como consejos para comer ajo o tomar baños calientes para protegerse del virus, según el sitio web de su proyecto.

«Para aquellos que están asustados por la perspectiva de no poder protegerse a sí mismos y a sus familias, puede ser muy fácil seguir el consejo equivocado», dijo en el sitio.

Fuera de la pandemia, desde 2011 la Universidad de Boston ha estado acumulando repositorios de manuscritos de África Occidental digitalizados y en peligro de extinción.

Estas iniciativas son invaluables, dijo Mahlatse Hlongwane, de 24 años, estudiante y voluntaria de WikiAfrica de la provincia sudafricana de Limpopo, quien dijo que encontró nuevas palabras en sesotho relacionadas con la pandemia al escuchar la radio y escuchar nuevos términos que se usan de manera informal.

Pero, agregó, la gente necesita más sitios web sin datos para acceder al contenido en sus teléfonos móviles, especialmente en áreas rurales donde la información es escasa.

«Me encantaría que la gente supiera que la información está en línea para ellos», dijo Hlongwane.

‘TODO SOBRE VISIBILIDAD’

Para impulsar la difusión de información en los 11 idiomas oficiales de Sudáfrica, Wikimedia South Africa, una organización sin fines de lucro, se ha asociado con la Fundación Moleskine para realizar «talleres de edición» para enseñar a las personas cómo editar correctamente las entradas de Wikipedia sobre varios temas.

Aprender sobre la ley de derechos de autor es una parte integral del proceso, dijo el presidente de Wikimedia Sudáfrica, Bobby Shabangu.

Por ejemplo, señaló, subir una foto de una estatua podría considerarse una violación de los derechos de autor en el país, una ley que el grupo aboga por cambiar.

En un taller en 2019, los voluntarios crearon entradas de página de WikiAfrica sobre artistas femeninas africanas, escritas en lenguas africanas indígenas.

«Se trata de visibilidad», dijo Adams, el voluntario en Pretoria.

«Se trata de escribirlas (mujeres artistas africanas) en la historia … para que un lector pueda inspirarse y verse a sí mismo y decir:» ¡Oh, guau! «Y abre una visión del mundo de lo que es posible», dijo. .

En Sudáfrica, el gobierno del apartheid utilizó el idioma como una forma de controlar a la población de mayoría negra, señaló Adams.

Bajo la Ley de Educación Bantú, promulgada en 1953, los estudiantes fueron divididos en líneas raciales y obligados a aprender en afrikáans, un idioma nacido del asentamiento holandés en el país en el siglo XVII.

«Debido a nuestra historia, se borraron muchas personas, identidades y culturas», dijo Adams.

«Es realmente importante sentir que existes, que tu presencia sea reconocida, que te vean como humano, como persona».

(Informe de Kim Harrisberg @KimHarrisberg en Johannesburgo y Kristi Eaton en Tulsa, editado por Jumana Farouky y Zoe Tabary. La Fundación Thomson Reuters es el brazo caritativo de Thomson Reuters y cubre las vidas de personas de todo el mundo que luchan por vivir libremente o bastante. Visite http://news.trust.org)

Fuente: https://allafrica.com/stories/202104010285.html

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