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Chile: Educación técnica, estudio revela subrepresentación de las mujeres en carreras “masculinas”

Redacción: El Dinamo

Durante el Seminario “Técnicos; la columna vertebral que la industria necesita”, organizado por Fundación WorldSkills Chile, se confirmó que la educación técnico profesional en Chile sigue teniendo problemas de género.

Durante la instancia se presentó el Estudio “Esto no es para ustedes: Acceso y persistencia de estudiantes mujeres en especialidades técnico-profesionales tradicionalmente masculinas”, desarrollado por la Universidad Alberto Hurtado en alianza con la Universidad de Concepción y financiado por Fondo de Investigación y Desarrollo en Educación (Fonide) del Mineduc.

La investigación develó que, pese al relativo balance de género (48% mujeres versus 52% hombres) en la matrícula total de la Educación Media Técnico Profesional (EMTP), las estudiantes mujeres están subrepresentadas en gran parte de las especialidades de la rama industrial, como metalmecánica, electricidad, construcción y telecomunicaciones, carreras de mayores ingresos.

Otro aspecto que representa un punto de tensión, tanto para los establecimientos como para las propias estudiantes, es la práctica laboral en empresas de rubros asociados a especialidades tradicionalmente masculinas.

En esa línea, los establecimientos deben realizar esfuerzos extras por conseguir práctica para sus estudiantes y éstas, una vez que son ubicadas en las empresas, frecuentemente son asignadas a tareas que no son propias de la especialidad, “situación que es percibida por las estudiantes como un anticipo de las dificultades que deberán enfrentar en el mercado laboral”, explica Paola Sevilla, investigadora de la Universidad Alberto Hurtado, a cargo del estudio.

Un 62% de las alumnas encuestadas declara que deberán esforzarse más que sus pares masculinos egresados de las mismas especialidades para alcanzar sus metas laborales (elevándose este porcentaje a un 71% en el caso particular de Mecánica Automotriz). Junto a ello, un 30% cree que terminará realizando tareas distintas y de poco valor en el rubro, y un 43% cree que las mujeres no son bien vistas en empresas del área industrial.

Al respecto, Arsenio Fernández, presidente de Fundación WorldSkills Chile, organización dedicada a elevar los estándares de la educación técnico-profesional en el país, aseguró que “es necesario un esfuerzo de distintos actores, como la educación técnica de nivel medio y superior, el Estado y la empresa para ir rompiendo las barreras culturales que hoy existen en Chile y que discriminan a las mujeres”.

“En nuestra organización nos preocupamos por promover la participación de las mujeres en las Olimpíadas Nacionales de Habilidades Técnicas, particularmente en aquellas especialidades de carácter industrial. El año pasado una alumna del Liceo Industrial Chileno-Alemán de Ñuñoa destacó en la competencia de Soldadura, área en la que predominantemente se desenvuelven hombres”, agregó.

En tanto, el subsecretario de Educación, Raúl Figueroa, sostuvo que el Mineduc “se encuentra tenazmente trabajando en mejorar la articulación que debe existir entre la educación y las necesidades del país representadas a través del sector productivo y una mejor articulación entre lo que ocurre en la Educación Media Técnico Profesional (EMTP) con la Educación Superior Técnico Profesional (ESTP)”.

Fuente: https://www.eldinamo.cl/educacion/2018/08/22/educacion-tecnica-estudio-revela-subrepresentacion-de-las-mujeres-en-carreras-masculinas/

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Chile: Lanzan primera plataforma online para fomentar la escritura en la escuela

Redacción: La Tercera

Desarrollada por el Instituto de Estudios Avanzados en Educación de la U. de Chile, en alianza con la Fundación Educacional Arauco y la Agencia de la Calidad. Será presentada este 22 de agosto en un seminario en la Casa Central de la Universidad de Chile.

Pese a su importancia para comunicar ideas, argumentos y sentimientos, la escritura es una de las habilidades que está al debe en el sistema escolar chileno. Según datos del SIMCE de 2016, el 64% de los textos informativos escritos y el 50% de los textos narrativos escritos por los escolares de 6° básico desarrollan las ideas de forma básica o con dificultad. Además, diversos estudios reflejan que los escolares chilenos dedican poco tiempo del aula a la escritura.

Por eso, el CIAE del Instituto de Estudios Avanzados en Educación de la U. de Chile, en alianza con Fundación Arauco y la Agencia de la Calidad de la Educación desarrollaron la primera plataforma interactiva del país para la escritura y su retroalimentación en el aula (www.escribiendo.online).

La plataforma, que fue financiada con recursos Fondef, está destinada a profesores para trabajar con sus estudiantes de 5° y 6° Básico, aunque también podrían adaptarse las actividades para 4°, 7° y 8° Básico. Su objetivo es, en términos generales, generar una comunidad de aprendizaje para la escritura en el aula, para así impactar en la calidad de la enseñanza y del aprendizaje de la producción escrita.

Fuente: https://www.latercera.com/tendencias/noticia/lanzan-primera-plataforma-online-fomentar-la-escritura-la-escuela/290716/

 

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Concurso escolar financia y asesora proyectos de transformación social de todo Chile

América del Sur/Chile/22.08.18/Fuente: www.biobiochile.cl.

La Universidad Academia de Humanismo Cristiano (UAHC) ha abierto la invitación a estudiantes de enseñanza media de todo Chile, a participar del Concurso Interescolar de Iniciativas Juveniles Ciudadanas de Transformación de Realidades, Transforma.

Transforma es un concurso que busca fortalecer la formación cívica de estudiantes secundarios del país, a través del desarrollo y creación de proyectos, acciones y experiencias concretas que contribuyan a mejorar la calidad de vida de sus comunidades.

La invitación es a que los y las estudiantes elaboren un proyecto enfocado en su comunidad y territorio, ya sea para abordar una problemática y proponer una acción de transformación; o para sistematizar y poner en valor saberes conocimientos o experiencias locales.

La iniciativa busca incentivar a las y los jóvenes para que se involucren con las expresiones y problemáticas de sus comunidades locales, en el marco de las nuevas políticas de formación ciudadana del Ministerio de Educación.

Asimismo, se espera que el proyecto, tanto en su diseño como en su implementación, proponga formas de trabajo colectivas, colaborativas y participativas; logrando dialogar con diversos actores de la comunidad educativa y local.

Pueden ser parte de esta innovadora convocatoria mejoras y propuestas sobre medio ambiente, salud, género, convivencia escolar y ciudadana, entre otras. La fecha máxima de plazo de recepción de postulaciones es el 7 de septiembre de 2018.

Los proyectos ganadores obtendrán hasta un millón de pesos para su implementación, además de la asesoría para su correcta presentación y ejecución, a cargo de docentes de la UAHC.

En tanto, el jurado está formado por expertos en Formación Ciudadana y parlamentarios de distintas comisiones.

Cedida

La convocatoria y postulación está abierta a los y las estudiantes de enseñanza media y sus profesores y profesoras de todo el territorio, a través del formulario de inscripción disponible para su descarga en www.academia.cl. Para conocer mayor información, pueden escribir al correo comunicaciones@academia.cl.

Fuente de la noticia: https://www.biobiochile.cl/noticias/artes-y-cultura/actualidad-cultural/2018/08/13/concurso-escolar-financia-y-asesora-proyectos-de-transformacion-social-de-todo-chile.shtml

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Promoviendo la Inclusión y la Equidad en la Educación: Avances y Retos en América Latina y el Caribe

Por UNESCO Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe

 

Promoviendo la Inclusión y la Equidad en la Educación: Avances y Retos en América Latina y el Caribe

Luis Eduardo Pérez Murcia
Consultor

 

Fuente del documento: http://www.unesco.org/new/fileadmin/MULTIMEDIA/FIELD/Santiago/pdf/12-Murcia-Equidad-Inclusion-HighLevel-Cochabamba-2018-ES.pdf

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Columna de Educación: El mito de la educación basada en el cerebro

Por Paulo Barraza Rodríguez

Uno de los mayores problemas que enfrenta hoy la educación chilena en términos de calidad, es la proliferación e inserción en la práctica escolar cotidiana, en la academia y en políticas educativas, de técnicas pedagógicas pseudocientíficas basadas supuestamente en el estudio del cerebro

¿Estoy dispuesto como apoderado a que el dinero que gasto en la educación de mis hijos sirva para financiar una educación basada en creencias pseudocientíficas? ¿Estoy dispuesto como directivo de establecimiento educacional a pagar grandes sumas de dinero por seminarios o talleres que van a desinformar o peor aún mal-informar a mis docentes? ¿Están dispuestas las universidades a contratar académicos que transmitan contenidos sin sustento empírico a futuros profesionales de la educación? ¿Está dispuesto el Ministerio de Educación a que la política pública en educación se base en conjeturas y no en evidencia? Estas preguntas reflejan muy bien uno de los mayores problemas que enfrenta hoy la educación chilena en términos de calidad: la proliferación e inserción en la práctica escolar cotidiana, en la academia y en políticas educativas, de técnicas pedagógicas pseudocientíficas basadas supuestamente en el estudio del cerebro.

Para que se haga una idea de cuál es la situación actualmente, al año son muchos los docentes que asisten a seminarios de “neurociencia y educación” y varios los establecimientos educacionales que pagan mucho dinero por charlas y talleres dictados por personas sin formación alguna en el área, pero que se autodenominan “especialistas en neurociencias”, en los que se promete explicar cómo lograr en simples pasos que los alumnos aprendan “más” o cómo enseñar “mejor” en base a supuestos hallazgos neurocientíficos.

Un ejemplo prototípico del negocio detrás de estos cursos, se refleja en un taller de “neuroeducación” dirigido a docentes que se ofreció hace un tiempo atrás en Santiago, con contenidos que mezclaban psicología popular y pseudociencia, a un valor de 10 UF por asistente (con un promedio de 80 asistentes, calcule Ud.). Súmele a esto el perjuicio educacional que significa mal-informar a profesores que volverán a sus aulas a aplicar estos supuestos conocimientos neuroeducativos con sus alumnos, perdiendo tiempo y recursos valiosos.

Para ser aún más claro, lo que habitualmente se vende como técnicas educativas basadas en hallazgo neurocientífico no son más que una sarta de neuromitos o creencias pseudocientíficas que afectan negativamente el quehacer educacional (Pashler, McDaniel, Rohrer, & Bjork, 2008). De acuerdo con la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE, 2002) los neuromitos se definen como un error de interpretación que encuentra su origen en malas citas o un mal entendimiento de hallazgos científicos, los cuales generalmente son aplicados en educación u otros contextos. Ejemplos de neuromitos que actualmente están insertos en nuestros colegios son los “estilos de aprendizaje”, la “gimnasia cerebral” (BrainGym), la idea de que hay estudiantes “cerebro-izquierdo o cerebro-derecho”, el “efecto Mozart”, entre otras excentricidades (Howard-Jones, 2011).

Aunque cueste creer, la penetración de estas creencias pseudocientíficas no solo llega a los colegios, sino también a las universidades. En Chile existen planteles de educación superior que ofrecen Diplomados y Magíster en Neurociencias con aplicación a la Educación. Aunque llamativas, estas ofertas académicas hay que tomarlas con pinzas. Las razones de tal precaución son diversas: la nula formación o trayectoria profesional en neurociencias de algunos docentes de estos programas y la debilidad de sus contenidos. Solo como ejemplo, en uno de estos programas se imparte la asignatura “antroposofía y neurodesarrollo”. De más está decir que el concepto “antroposofía” no tiene nada que ver con el ámbito investigativo de las neurociencias.

Como guinda de la torta, tenemos que los neuromitos en la educación chilena incluso están presentes en decretos ministeriales. Concretamente, los decretos 170 y 83 (Mineduc, 2009; 2015) mencionan los “estilos de aprendizaje” y sugieren adaptar las prácticas educativas a los “estilos” de los estudiantes. Al respecto, la evidencia científica acumulada desde hace más de cinco décadas (Arbuthnott & Krätzig, 2015; Cuevas, 2015) es enfática en demostrar que adaptar las clases según el estilo de aprendizaje de los estudiantes no tiene ningún efecto sobre el rendimiento académico. A pesar de la gran cantidad de evidencia científica existente, cada año cientos de profesores asisten a cursos de capacitación para aprender a detectar diferentes estilos de aprendizajes y conocer las últimas técnicas para hacer clases adaptadas a cada estilo, y así poder dar cumplimiento a los decretos del Mineduc.

El mensaje final es poner fin de una vez por todas al negocio de la pseudociencia en educación. Es crucial que docentes y directivos de colegios denuncien a quienes, aprovechándose del gran interés que despierta la neurociencia en el público general y en la educación en particular, quieran lucrar con sus anhelos ofreciendo recetas mágicas vestidas de cientificismo para aprender y enseñar mejor. Se insta a la cautela y a cultivar una actitud crítica respecto de este tipo de intervenciones fraudulentas que sobre-simplifican un problema muy complejo como es el aprendizaje en contextos escolares. Tal como señala Hyatt (2007), es tiempo de que los educadores y otras entidades formativas en el ámbito educativo –sean universidades u otras entidades– se aseguren de que las prácticas que no estén basadas en evidencia se dejen de usar con niños, con la esperanza de mejorar aprendizajes. Esto último es también una invitación al Mineduc a revisar el sustento empírico de las intervenciones educativas que mandata por decreto, con el objetivo de derribar falsas creencias y construir entre todos una educación de calidad, a escala humana y basada en evidencia.

Fuente del artículo: https://www.latercera.com/tendencias/noticia/columna-educacion-mito-la-educacion-basada-cerebro/280421/

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12 datos curiosos del exitoso sistema educativo japonés

Chile / 19 de agosto de 2018 / Autor: Camila Londoño / Fuente: Elige Educar

¿Qué hace que los estudiantes japoneses aprendan de una manera diferente? ¿Por qué sus resultados académicos siempre son sobresalientes? Aquí te contamos por qué.

Calidad, no cantidad: esta es quizás una de las principales características del sistema educativo japonés. Aunque tiene un enfoque bastante tradicional, el sistema, del cual se enorgullecen todos los japoneses, ha permitido sobresalir a niños y niñas. De hecho, numerosos estudios han comparado que los estudiantes de esta nación, son quienes lideran en alfabetización y en habilidades matemáticas. ¿Cómo lo han logrado?

1. Matemática

La clase comienza con saludos al profesor, quien más adelante pregunta a los estudiantes si saben cómo resolver un problema que previamente había puesto en la pizarra. El primer estudiante que termina el problema, levanta la mano. El profesor se acerca, echa un vistazo al problema y rodea al estudiante para indicar que es correcto. El alumno se levanta y se aleja de su asiento. Otra mano se levanta, pero, esta vez, el primer alumno asume el papel de profesor. Los japoneses dicen que si enseñas lo que aprendes, recordarás aproximadamente el 90%.

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2. Lenguaje

Los padres japoneses saben lo difícil que puede ser ayudar a sus hijos a aprender caracteres para usarlos en la comunicación oral y escrita. Sin embargo, debido al enfoque de alta calidad de la enseñanza, cuando salen de la escuela primaria, los niños japoneses conocen 1.006 caracteres kanji. A la edad de 15 años, cuando finalizan su educación obligatoria, sabrán 1.130 adicionales. Además de los kanji, los japoneses tienen dos conjuntos de escrituras fonéticas, hiragana y katakana. Cada conjunto tiene 46 caracteres que se comportan como sílabas (generalmente incluyen una consonante y una vocal, como “ka”). Combinado con puntos específicos utilizados para marcar los cambios de los sonidos originales, estos son suficientes para expresar todos los sonidos del japonés moderno. La escritura hiragana se usa con kanji para escribir palabras japonesas comunes. Katakana se usa para escribir palabras introducidas de otros idiomas, nombres de personas y lugares extranjeros, sonidos y llantos de animales.


3. Las clases

Las asignaturas que estudian incluyen japonés, matemática, ciencias, estudios sociales, música, artesanía, educación física y economía doméstica (para aprender habilidades simples de cocina y costura). Un número creciente de escuelas primarias también han comenzado a enseñar inglés. Los estudiantes también aprenden artes japonesas tradicionales como shodo (caligrafía) y haiku. Shodo implica mojar un pincel con tinta y usarlo para escribir kanji (caracteres que se utilizan en varios países de Asia oriental y tienen sus propios significados) y kana (caracteres fonéticos derivados de kanji) en un estilo artístico. Haiku, por otro lado, es una forma de poesía desarrollada en Japón hace unos 400 años que tiene 17 sílabas en forma de verso, que consta de tres unidades métricas de cinco, siete y cinco sílabas. Utiliza expresiones simples para transmitir emociones profundas a los lectores.


4. El almuerzo

En las escuelas públicas primarias y secundarias, el almuerzo escolar (kyuushoku) se ofrece en un menú estandarizado y se come en el aula. De esta manera, los alumnos y los profesores logran forjar mejores relaciones mientras comen juntos.


5. Asistencia

Los estudiantes no se saltan las clases, ni llegan tarde a la escuela. Además alrededor del 91% de los niños en Japón expresa que nunca o sólo en algunas clases, ignoran lo que el profesor explicaba.

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6. Pertenencia

Los estudiantes en Japón tienen un fuerte sentido de pertenencia en la escuela, no se sienten ajenos. El 85% de ellos se sienten felices en la escuela.


7. Talleres

Un alto porcentaje de estudiantes japoneses asisten a talleres después de la escuela donde pueden aprender más cosas.


8. Educación inicial

La educación inicial es de suma importancia en Japón. El 99% de los niños japoneses asiste a la educación inicial.


9. Modales

En las escuelas japonesas, los estudiantes no rinden exámenes hasta 4º básico. Sólo hacen pequeñas pruebas. La meta durante los primeros tres años de colegio no es juzgar el conocimiento o el aprendizaje, sino establecer buenos modales y desarrollar el carácter. Por eso, a los niños se les enseña a respetar a otras personas y a ser gentiles con los animales y la naturaleza.

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10. El inicio de año y las vacaciones

El primer día de colegio ocurren el 1 de abril, fecha que suele coincidir con el florecimiento de los cerezos. El año académico se divide en tres semestres: del 1 de abril al 20 de julio, del 1 de septiembre al 26 de diciembre y del 7 de enero al 25 de marzo. Los estudiantes japoneses tienen seis semanas de vacaciones durante el verano, y tienen dos en invierno y primavera.


11. Limpieza

En los colegios japoneses, los estudiantes deben limpiar los salones de clases, cafeterías, e incluso los baños. Cuando limpian, los estudiantes se dividen en pequeños grupos y se les asignan deberes que van rotando a medida que pasa el año. Con esto, aprenden a trabajar en equipo y a ayudarse unos a otros.


12. Uniformes

Todos usan uniforme y el objetivo de esto es intentar remover las barreras sociales entre estudiantes. Se cree además que usar el uniforme ayuda a promover el sentido de comunidad entre los niños.

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Fuentes:Novakdjokovic Foundation /10 distinctive features of the Japanese education system that made this nation the envy of the world.

Fuente del Artículo:

http://www.eligeeducar.cl/12-datos-curiosos-del-exitoso-sistema-educativo-japones

ove/mahv

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Columna de Educación: El mito de la educación basada en el cerebro

Autor: Paulo Barraza Rodríguez

Uno de los mayores problemas que enfrenta hoy la educación chilena en términos de calidad, es la proliferación e inserción en la práctica escolar cotidiana, en la academia y en políticas educativas, de técnicas pedagógicas pseudocientíficas basadas supuestamente en el estudio del cerebro.

¿Estoy dispuesto como apoderado a que el dinero que gasto en la educación de mis hijos sirva para financiar una educación basada en creencias pseudocientíficas? ¿Estoy dispuesto como directivo de establecimiento educacional a pagar grandes sumas de dinero por seminarios o talleres que van a desinformar o peor aún mal-informar a mis docentes? ¿Están dispuestas las universidades a contratar académicos que transmitan contenidos sin sustento empírico a futuros profesionales de la educación? ¿Está dispuesto el Ministerio de Educación a que la política pública en educación se base en conjeturas y no en evidencia? Estas preguntas reflejan muy bien uno de los mayores problemas que enfrenta hoy la educación chilena en términos de calidad: la proliferación e inserción en la práctica escolar cotidiana, en la academia y en políticas educativas, de técnicas pedagógicas pseudocientíficas basadas supuestamente en el estudio del cerebro.

Para que se haga una idea de cuál es la situación actualmente, al año son muchos los docentes que asisten a seminarios de “neurociencia y educación” y varios los establecimientos educacionales que pagan mucho dinero por charlas y talleres dictados por personas sin formación alguna en el área, pero que se autodenominan “especialistas en neurociencias”, en los que se promete explicar cómo lograr en simples pasos que los alumnos aprendan “más” o cómo enseñar “mejor” en base a supuestos hallazgos neurocientíficos.

Un ejemplo prototípico del negocio detrás de estos cursos, se refleja en un taller de “neuroeducación” dirigido a docentes que se ofreció hace un tiempo atrás en Santiago, con contenidos que mezclaban psicología popular y pseudociencia, a un valor de 10 UF por asistente (con un promedio de 80 asistentes, calcule Ud.). Súmele a esto el perjuicio educacional que significa mal-informar a profesores que volverán a sus aulas a aplicar estos supuestos conocimientos neuroeducativos con sus alumnos, perdiendo tiempo y recursos valiosos.

Para ser aún más claro, lo que habitualmente se vende como técnicas educativas basadas en hallazgo neurocientífico no son más que una sarta de neuromitos o creencias pseudocientíficas que afectan negativamente el quehacer educacional (Pashler, McDaniel, Rohrer, & Bjork, 2008). De acuerdo con la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE, 2002) los neuromitos se definen como un error de interpretación que encuentra su origen en malas citas o un mal entendimiento de hallazgos científicos, los cuales generalmente son aplicados en educación u otros contextos. Ejemplos de neuromitos que actualmente están insertos en nuestros colegios son los “estilos de aprendizaje”, la “gimnasia cerebral” (BrainGym), la idea de que hay estudiantes “cerebro-izquierdo o cerebro-derecho”, el “efecto Mozart”, entre otras excentricidades (Howard-Jones, 2011).

Aunque cueste creer, la penetración de estas creencias pseudocientíficas no solo llega a los colegios, sino también a las universidades. En Chile existen planteles de educación superior que ofrecen Diplomados y Magíster en Neurociencias con aplicación a la Educación. Aunque llamativas, estas ofertas académicas hay que tomarlas con pinzas. Las razones de tal precaución son diversas: la nula formación o trayectoria profesional en neurociencias de algunos docentes de estos programas y la debilidad de sus contenidos. Solo como ejemplo, en uno de estos programas se imparte la asignatura “antroposofía y neurodesarrollo”. De más está decir que el concepto “antroposofía” no tiene nada que ver con el ámbito investigativo de las neurociencias.

Como guinda de la torta, tenemos que los neuromitos en la educación chilena incluso están presentes en decretos ministeriales. Concretamente, los decretos 170 y 83 (Mineduc, 2009; 2015) mencionan los “estilos de aprendizaje” y sugieren adaptar las prácticas educativas a los “estilos” de los estudiantes. Al respecto, la evidencia científica acumulada desde hace más de cinco décadas (Arbuthnott & Krätzig, 2015; Cuevas, 2015) es enfática en demostrar que adaptar las clases según el estilo de aprendizaje de los estudiantes no tiene ningún efecto sobre el rendimiento académico. A pesar de la gran cantidad de evidencia científica existente, cada año cientos de profesores asisten a cursos de capacitación para aprender a detectar diferentes estilos de aprendizajes y conocer las últimas técnicas para hacer clases adaptadas a cada estilo, y así poder dar cumplimiento a los decretos del Mineduc.

El mensaje final es poner fin de una vez por todas al negocio de la pseudociencia en educación. Es crucial que docentes y directivos de colegios denuncien a quienes, aprovechándose del gran interés que despierta la neurociencia en el público general y en la educación en particular, quieran lucrar con sus anhelos ofreciendo recetas mágicas vestidas de cientificismo para aprender y enseñar mejor. Se insta a la cautela y a cultivar una actitud crítica respecto de este tipo de intervenciones fraudulentas que sobre-simplifican un problema muy complejo como es el aprendizaje en contextos escolares. Tal como señala Hyatt (2007), es tiempo de que los educadores y otras entidades formativas en el ámbito educativo –sean universidades u otras entidades– se aseguren de que las prácticas que no estén basadas en evidencia se dejen de usar con niños, con la esperanza de mejorar aprendizajes. Esto último es también una invitación al Mineduc a revisar el sustento empírico de las intervenciones educativas que mandata por decreto, con el objetivo de derribar falsas creencias y construir entre todos una educación de calidad, a escala humana y basada en evidencia.

Fuente: https://www.latercera.com/tendencias/noticia/columna-educacion-mito-la-educacion-basada-cerebro/280421/

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