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Entrevista: Carlos Peña.»La modernidad parece hostil a la reflexión filosófica»

Por Juan Rodríguez

¿Por qué dicha reflexión parece no cuadrar con el mundo técnico, utilitario? De la mano de Heidegger y Ortega y Gasset, entre otros, Peña entrega no solo una respuesta a la pregunta que hace el libro, sino también una introducción a la radicalidad de la filosofía; como muestra, por ejemplo, el feminismo. Además, en esta conversación, aboga por una disciplina al alcance del lector medio: «Los filósofos tienen como tarea hacer el esfuerzo de claridad», dice. 

Tales de Mileto, un filósofo griego que vivió entre los años 624 y 546 a. C., dos siglos antes que Sócrates, caminaba con su mirada embelesada en el cielo, en la bóveda celeste. Tanto, que no vio un pozo que había delante suyo y cayó en él. Una sirvienta que presenció la escena se rió del filósofo, y le dijo que mientras quería conocer las cosas del cielo, se le ocultaba lo que estaba frente a su nariz y bajo sus pies. «La misma burla vale para todos aquellos que se introducen en la filosofía», escribe Platón en uno de sus diálogos, el «Teeteto», donde cuenta la anécdota.

La moraleja de la historia es que la filosofía vive justificándose. Más de dos milenios después, en 1926 en Alemania, un joven filósofo, que todavía no llegaba a sus cuarenta años, recibe la visita del decano de Filosofía de la Universidad de Marburgo, quien le pregunta si tiene algún manuscrito que se pueda publicar. El profesor responde que sí. El decano le dice que debe ser de inmediato, pues como no había publicado nada en 10 años, se había rechazado su nombramiento como sucesor de Nicolai Hartmann. «El profesor Heidegger (1889-1976) se inclinó a un costado de su escritorio, abrió una de las gavetas, cogió un grueso manuscrito que tenía por título ‘Ser y tiempo’ y lo entregó al decano».

Tal como la primera, la segunda historia la relata Carlos Peña en su nuevo libro, «Por qué importa la filosofía» (Taurus), para ratificar los problemas que tiene la llamada «ciencia primera» para validarse socialmente. La historia, escribe Peña, «muestra la forma en que, a falta de indicios mejores, se exige a la filosofía mostrar su utilidad».

Tras el sentido

Rector de la Universidad Diego Portales, abogado y doctor en Filosofía, el nuevo ensayo de Peña ya está en librerías, y se suma a otros títulos suyos, como «Ideas de perfil» (Hueders, 2015) y «Lo que el dinero sí puede comprar» (Taurus), publicado el año pasado. Una prodigalidad que asombra y que, entre su trabajo como rector, profesor y columnista, lleva a preguntarse ¿en qué momento Peña escribe sus libros? «La escritura material del texto no es muy difícil -responde- y seguramente ayuda a ello un cierto oficio adquirido en la escritura periodística y en la sala de clases. Una clase es también una forma de escritura. Escribo temprano, todos los días dos o tres horas. Ahora mismo estoy trabajando ya en otro proyecto. No me salto ningún día del año. Leo y escribo con la regularidad con que otros rezan o van al analista (y quizá leer y escribir tienen para mí la misma función… ja ja). Y luego dedico mi tiempo a mis otros deberes».

El nuevo libro, que apela al lector medio, es a la vez una introducción a la filosofía y al pensamiento de Heidegger -«quizá el pensador más relevante de todo el siglo XX»-, pero primero que todo es una defensa de la necesidad de esta disciplina en el mundo contemporáneo. Y si no una defensa, sí una reflexión sobre las tensiones y hasta contradicciones entre filosofía y modernidad y, no obstante, el lugar que le cabe a la primera en nuestra época. De la mano de Heidegger y Max Weber, Peña entiende la modernidad como la época de la racionalización del mundo, como época técnica, donde todo es pasado por el tamiz de la utilidad, donde incluso el ser humano es un recurso. Y, claro, razona Peña -siguiendo en este caso al propio Heidegger, Ludwig Wittgenstein y José Ortega y Gasset-, si la filosofía es un quehacer casi por definición improductivo, que no genera valores positivos, que, al contrario, cuestiona nuestras certezas o ilusiones y hasta pone en duda nuestras seguridades más cotidianas, nos recuerda la fragilidad de la existencia, entonces no debe extrañar que se la vea como inútil y progresivamente vaya siendo desplazada no solo de la consideración pública, sino también de la enseñanza escolar y universitaria.

Detrás del asunto de la modernidad y la filosofía hay un problema que moviliza la reflexión de Peña, y que vincula este libro con «Ideas de perfil» y «Lo que el dinero sí puede comprar», a saber: la falta de sentido en la modernidad capitalista y técnica y, a la vez, la circunstancia tan humana de preguntarse por ese sentido, de buscar algún significado. En palabras del propio Peña: «Todos los autores de ‘Ideas de perfil’ se preguntaban si era posible el sentido en la modernidad; el libro sobre el dinero, por la forma que adquiría ese problema, el del sentido o significado, en la autonomía abstracta del mercado. Y en este texto se trata de vincular la reflexión radical de la filosofía -como una investigación sobre la estructura originaria que hace posible la pregunta por el sentido (Heidegger, Ortega, Wittgenstein)- y la manera en que la modernidad (caracterizada por Weber) parece hostil a ella».

-Si la modernidad es la época de la aceleración, de la liquidez, de la falta de fundamento o sentido, y si, a su vez, la filosofía nos revela la contingencia de toda certeza, ¿no es la filosofía, entonces, moderna por antonomasia? ¿No debería campear en nuestro mundo?

«Hoy día se intenta desalojar a la filosofía de todas partes porque, en efecto, no parece prestar utilidad alguna. Pero, como explico en el libro (la frase en cualquier caso es de Heidegger), si con la filosofía no puede hacerse nada, ella quizá pueda hacer algo con nosotros: ayudarnos a comprender la contingencia del mundo, entender que el mundo moderno, el mundo de la técnica, a pesar de su carácter aparentemente absoluto e irrefutable, es contingente, apenas una forma de comprender o interpretar la realidad, por hablar así, que nos constituye. Y ese no es un servicio menor: mostrar que vivimos en medio de una red de interpretaciones que se disfraza de realidad final. La filosofía (Heidegger, Wittgenstein, Ortega) subrayan eso una y otra vez: lo que llamamos realidad es un disfraz de una respuesta que, sin darnos cuenta, inventamos para una pregunta que no podemos eludir. ¿Cuadra eso con la modernidad? No del todo, porque, como explico en el libro, la filosofía muestra que si bien la verdad es histórica, el relativismo no tiene sentido y que la aceleración del tiempo, el apuro, que parece proyecto, es en verdad una forma de huida. Las sociedades se constituyen sobre ciertas preguntas que pueden olvidar u ocultar, pero no eludir. Y eso también vale para la modernidad. Por eso la modernidad, como expliqué en otro libro, parece una mezcla de progreso y desilusión».

-Para defender la permanencia de la filosofía en la educación, se suele decir que desarrolla el pensamiento crítico y que sería el fundamento del conocimiento. Usted difiere. ¿Por qué?

«Me parece que esas dos formas de justificar la presencia de la filosofía no son muy fuertes. Si por pensamiento crítico se entiende la capacidad de argumentar y debatir, ese es un objetivo que también se alcanza con una sociedad de debates o despertando el gusto por leer (puesto que leer es comprender a otro y en ocasiones, discrepar de él). Y eso de que la filosofía es el fundamento del conocimiento no se sostiene. Si la filosofía garantizara el conocimiento, ¿acaso no buscaríamos una garantía a la propia filosofía y así hasta el infinito? No; más bien creo que la filosofía es el intento permanente por dilucidar la estructura originaria que nos constituye y que hace que no podamos dejar de formular preguntas que, paradójicamente, no podemos responder. La filosofía se esfuerza por develar esa estructura originaria que nos hace formular preguntas radicales y, a la vez, ella es la muestra de nuestra relativa incapacidad para responderlas».

Género y sexo

Para ejemplificar la radicalidad y necesidad de la filosofía, de sus preguntas, Peña le dedica un apartado del libro al feminismo, y en particular a la filósofa estadounidense Judith Butler, autora de «El género en disputa». «El feminismo de Butler es un buen ejemplo, porque es un esfuerzo (ya veremos si acertado o no) de comprensión radical. Suele creerse que el género es una construcción cultural adosada sobre el sexo que sería biológico o natural; pero ¿qué ocurre -esto es lo que sugiere Butler inspirándose en algún sentido en Simone de Beauvoir- si pensamos que la diferencia de orientación sexual es culturalmente construida?», dice Peña al preguntarle por qué eligió ese ejemplo. «Parece demasiado, pero ¿acaso ese tipo de pensamiento no nos ayuda a dilucidar mejor lo que queremos decir cuando hablamos de diferencia sexual y la importancia que ella está poseyendo para la política? La filosofía no ayuda a saber más, decía Wittgenstein, sino que ayuda a saber mejor».

-¿Qué puede decirnos la filosofía respecto de la «ola feminista» chilena y de polémicas como el uso del lenguaje inclusivo?

«Lo que llamamos feminismo tiene dos versiones y creo que las dos se entrelazan en el debate en Chile. Una es el feminismo como reclamo de un trato igual con prescindencia del género y la orientación sexual. Otra versión es el feminismo como comprensión de la diferencia sexual y el poder, tipo Butler. El primer tipo de feminismo reclama construir ámbitos de interacción libres de abuso en razón de género o la orientación sexual; el segundo tipo de feminismo sostiene que la diferencia sexual se ha construido como forma de dominación y se ha instalado en el lenguaje, en el cuerpo y en el deseo, etcétera, motivo por el cual habría que revisar las formas en que se transmite culturalmente desde el lenguaje al currículum, pasando por las bibliografías universitarias. Cuando se advierte esta distinción entre feminismos, se comprende que es absurdo hablar de feminismo a secas y es ingenuo creer que hay un amplio consenso en torno a sus demandas. Porque si pensamos en la sociedad chilena, el consenso cubre el primer tipo de feminismo, pero no el segundo, que posee un alcance teórico mucho mayor. Quizá en torno a ese debate (que es también generacional) se estructure este problema en el futuro».

La cortesía del filósofo

Si bien es Heidegger el autor que guía el ensayo de Peña, también ocupa un lugar importante -y muchas veces coincidente con el de Heidegger- el filósofo español José Ortega y Gasset (1883-1955). Lo que tal vez sea un homenaje de Peña al intelectual que reivindicó la claridad como la cortesía del filósofo, y el ensayo y la prensa como medios de expresión de la misma. «Sí, hay algo de eso», dice Peña. «Ortega es, en mi opinión, el más grande pensador en español que ha existido desde el XVI con (el filósofo, teólogo y jurista) Francisco Suárez: un hombre anegado de talento. Y es además un intelectual que nunca olvidó que para influir hay que ser intelectual en la plazuela, que para él era el periódico. Creo que tenía toda la razón. Se suma a ello que él pensó en paralelo muchas tesis heideggerianas. Desde luego, ‘Meditaciones del Quijote’ (1914) se publica trece años antes de ‘Ser y tiempo’ (1927). Él mismo se quejó de eso en un texto póstumo: ‘La idea de principio en Leibniz’. Lo dijo en una frase magnífica (como casi todas las suyas): ‘encandilados por mis imágenes, resbalaron sobre mis pensamientos'».

-Más allá de la tensión entre filosofía y modernidad, ¿qué responsabilidad les cabe a los filósofos en la poca valoración social que parece tener su disciplina? ¿Qué le parece la enseñanza de la filosofía en Chile?

«Los filósofos, desde luego, tienen responsabilidad en todo esto. A veces cultivan un lenguaje que confunde la profundidad con la oscuridad; otras veces confunden la filosofía con la historia de las ideas o la simple erudición; y, en fin, hay quienes creen que la filosofía es una rama del misticismo o un sucedáneo religioso. Todo eso le hace daño a la filosofía, por supuesto. Los profesores de los colegios tienen aquí una tarea importante: enseñar a reflexionar acerca de problemas, más que instruir acerca de las respuestas disponibles. Enseñar que cada época hace el esfuerzo de comprender lo que tiene delante suyo y de inventarse un mundo y, al hacerlo, interpretarse a sí misma».

-Si esa es la tarea de los profesores, ¿cuál es la de los filósofos?

«Los filósofos, creo, tienen como tarea ante todo hacer el esfuerzo de claridad (como usted recordaba, la claridad era la cortesía del filósofo) y poner su reflexión al alcance del lector medio, que es lo que yo mismo intento en este libro. No veo otra forma de mostrar su importancia y su atractivo. Es verdad que la filosofía exige a veces complicadas reflexiones; pero quienes cultivan la filosofía no deben olvidar que (como dijo Wittgenstein) todo lo que puede ser dicho, puede ser dicho claramente».

»La filosofía no ayuda a saber más, decía Wittgenstein, sino que ayuda a saber mejor».

»El feminismo de Butler es un buen ejemplo (de la labor filosófica), porque es un esfuerzo de comprensión radical».

»A veces los filósofos cultivan un lenguaje que confunde la profundidad con la oscuridad».

»Ortega y Gasset nunca olvidó que para influir hay que ser intelectual en la plazuela, que para él era el periódico».

Fuente de la entrevista: http://www.economiaynegocios.cl/noticias/noticias.asp?id=491377

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Entrevista: Rector del Duoc UC. “La brecha entre lo universitario y lo técnico se está reduciendo”

Por Michel Nahas y Camila Mardones

Como “un muy buen momento”. Así define Ricardo Paredes, rector del instituto profesional Duoc UC, el período que vive la educación técnico-profesional (TP) en Chile. Pese a reconocer que aún existen barreras pendientes, como el acceso a financiamiento y becas, el mejoramiento de la calidad y la discusión en torno a la continuidad de estudios, la autoridad aseguró, en conversación con La Tercera, que ha existido una evolución en esa modalidad, y que en el último tiempo “la discriminación sistemática que había contra la educación TP se ha reducido fuertemente”, atrayendo cada vez a más alumnos.

¿En qué momento se encuentra la educación TP?
Está en un camino propio, distinto del universitario, que no es un escalón ni un paso previo para seguir en la universidad. Muchas veces los alumnos del mundo técnico-profesional aprenden cosas parecidas a lo que se aprende en la universidad, pero la metodología es distinta. Ellos pueden aprender perfectamente la ecuación del calor, pero sin un libro de ecuación del calor, sino que con un soplete, un ladrillo, un termómetro.

¿Ha cambiado la visión en torno al mundo TP?
Yo creo que lo que veíamos hace poco años como una formación mucho más de oficio, como el soldador o el matricero, está evolucionando, porque la obsolescencia de lo técnico es enorme; entonces, las personas necesitan progresivamente ir caminando a una formación que desarrolle competencias más genéricas; como reflexión, abordar problemas, trabajo en equipo, liderazgo. La brecha entre lo universitario y lo técnico se está reduciendo. Por ejemplo, yo pienso que una profesión como odontólogo es una profesión esencialmente técnica y nadie diría en Chile que esto es algo peyorativo. Algo importante es mirar a países que les va bien en esto, como Australia o los europeos, donde la visión es bastante contradictoria con la “universititis”. Creo que esa línea no es promisoria. Pero sí está cambiando la visión; hay que recordar que en Chile más de la mitad de los estudiantes que salen de cuarto medio entran al mundo técnico.

¿Por qué cree que pasa eso? ¿Puede ser que la gente los elige porque son carreras más cortas, más baratas o también es porque hay mayor conocimiento de que existe un mercado amplio en esa área?
Creo que los tres puntos previos, pero también hay otra cosa: la mayoría de la gente aprende más fácil mirando, en la práctica. La duración de las carreras también es clave. Hay muchos jóvenes que progresivamente quieren carreras más cortas para trabajar y para servir a la familia. Otro punto es que antes los profesionales que salían de la universidad eran una elite intelectual y económica. Hoy las personas se dan cuenta de que entrar a la universidad no garantiza nada, cada vez es un mundo más abierto y ya no tiene esa connotación que tenía antes.

¿Qué dificultades enfrenta en ese sentido la educación TP?
Hay algo que complica todo esto, que es que hay un grupo de instituciones que, pese a que tienen una matrícula pequeña, son muchas y de pésima calidad; eso ocurre en todo nivel, pero en el técnico existe un desafío mayor.

Mencionó el punto de la “universititis”. ¿Cree que hoy el Duoc es una mejor opción que algunas universidades?
Definitivamente. La gente se está metiendo más acá y uno podría pensar que la masividad viene de los estratos de más bajos ingresos o de gente que no alcanzó a entrar a la universidad. Hay algo de eso, pero definitivamente no es lo único. Hicimos un estudio con alumnos que ingresaron al Duoc habiendo rendido la PSU, miramos el puntaje de esos alumnos, las carreras que decidieron y sus posibilidades. Lo que hallamos fue que hay un grupo reducido de universidades -en las que están las tradicionales, así como universidades nuevas y buenas- que los alumnos prefieren, pero para la mayoría de la matrícula el Duoc resulta ser una alternativa completamente equivalente al de universidades más masivas, como la UDLA o la Andrés Bello.

Usted planteó la situación de la carrera de odontología, que hoy es exclusivamente de carácter universitario. ¿Cree que se puede abrir esa discusión?
Yo creo que hoy nadie tendría ningún problema en discutir esto y que ningún odontólogo tendría un problema en reconocer que su labor tiene mucho de técnica. Pero creo que se ha generado un círculo. Hay carreras de la salud muy específicas que tienen que tener algún control, pero ese control no me parece que lo dé el hecho de ser universitario. Hay otras cosas que son muy negativas en términos de política pública que van en el mismo carril.

¿Cuáles?
Primero, que hay un conjunto de carreras que solo se pueden impartir en universidades, lo que no tiene ningún sentido porque son muy parecidas y hermanas al mundo técnico, como kinesiología, y donde hay lobby de ciertos colegios o grupos para que carreras como fisioterapia, por ejemplo, no sean aceptadas en el mundo de la salud. Hay otras cosas que ocurren en la misma línea y que son peores. Las Becas Chile, por ejemplo, solo financian posgrados para carreras con licenciatura; en el mundo técnico-profesional no podemos dar carreras con licenciatura. Entonces, pese a que nuestros alumnos pueden ingresar a algunos programas de posgrado, no pueden acceder a financiamiento. Otro absurdo es que el Estado frecuentemente requiere profesionales con carreras de cinco años o más, y ahí se está poniendo una barrera que va absolutamente en contra de la intuición de que las carreras son demasiado largas.
Ley de educación superior

¿Se encontró con un lobby muy fuerte durante la aprobación de la Ley de Educación Superior?
Más que lobby, había una forma de legislar con trauma. El trauma fue las universidades que se cerraron, la Universidad del Mar, la Arcis, ello llevo a una súper regulación. Hubo además una discusión por el gusto de lo estatal, de darle condiciones especiales, algo que la verdad yo nunca le he encontrado mucho sentido. En ese gusto por lo estatal se planteó el tema de los CFT estatales. Yo he visto el del Maule, donde hay una rectora trabajando súper aperrada, pero enfrentando 80 alumnos en tres carreras. Ahora viene el CFT de Aysén, que se hizo con mucha voluntad, soñando poner una pata estatal coordinada.

Usted tiene una mirada pesimista sobre los CFT estatales…
Creo que es bueno tenerla hoy, para que en cuatro años más, cuando estén desfinanciados, no se les eche la culpa a la U. de Aysén o a la U. Austral, sino que se sepa que esto es lo que va a ocurrir a menos que se haga algo; como por ejemplo una reforma, donde se hagan alianzas para apoyar este tema. En la ley de CFT estatales se establece que tienen que quedar vinculados a una universidad, siendo que la continuidad lógica es a un instituto profesional. Es algo muy realista y urgente. Me gustaría ver más empoderado al Ministerio de Educación, llamando a mesas amplias para reformar las cosas. Lo de los CFT tenemos que repensarlo.

¿Qué tan representativa de Chile es la educación TP?
En sus orígenes, la educación técnico-profesional era para resolver un problema de analfabetismo y de oficios muy precarios. Pero se ha ido transformando y hoy los laboratorios y talleres que tienen las buenas instituciones son de punta. Esa infraestructura, ese esfuerzo, se ha visto progresivamente en más y más gente de distintos estratos. Hoy tenemos prácticamente un 10% de alumnos de cada decil, lo que quiere decir que la foto del Duoc, y me imagino también de otras instituciones, como Inacap, es la foto de Chile. La educación superior técnico-profesional tiene una estampa, una silueta mucho más parecida a Chile que la de cualquier universidad.

¿Qué planes tiene el Duoc en materia de ampliación de sedes?
Estamos enfocados en dos líneas. Por un lado, en el crecimiento con sentido, el llegar a lugares con necesidad de progreso. Tenemos proyecciones para sedes en Puerto Montt y Villarrica. Por otro lado, queremos enseñar habilidades que son escasas y que son las que los comités empresariales nos dicen que echan más de menos, como el trabajo en equipo, liderazgo, pensamiento crítico.

Se acercan a cumplir el segundo año en gratuidad. ¿Qué evaluación hay de esa política?
Teníamos mucho temor de que la gratuidad nos disparara la deserción y que llegaran alumnos sin compromiso y sin esfuerzo. Pero la verdad es que ha ocurrido lo contrario. Nuestras tasas de deserción han caído fuertemente, estamos reteniendo más alumnos. Eso en parte tiene que ver con un sistema de ingreso que estamos aplicando, que premia la nota del alumno en enseñanza media y la procedencia del mundo técnico-profesional. Vimos que los alumnos de mejor nota y que provienen del mundo TP están motivados y les va mejor, entonces se quedan. Eso ha significado incrementar la retención. Eso sí, estamos preocupados con el sistema global de financiamiento donde el límite de tiempo que financia la gratuidad está acotado a un período relativamente corto, ya que nuestros alumnos se demoran más, particularmente los vespertinos.

Desde el punto de vista económico, las universidades se han quejado del déficit que les genera la gratuidad. ¿Tienen ese problema?
El aporte por gratuidad es bastante cercano -en el caso del Duoc- al arancel que cobramos, un pelito más bajo. Ahora, ese pelito, multiplicado por 55 mil alumnos, nos da un déficit del orden de $ 1.500 millones al año. No es algo que nos produzca problema de caja resolverlo, pero sí es dinero que no tenemos respecto de otras actividades que queríamos hacer.

¿Han visto la discusión en torno al nuevo CAE?
Sí, el nuevo CAE tiene un diseño muy inteligente. De hecho, es muy parecido como concepto a la idea que salió en una comisión en la que participé en 2012.
Hay rectores que están hablando de fijación de precios.
Efectivamente, algo de fijación de precios tiene. Pero ojo, que no es una fijación literal de precios, porque la institución, si quiere, cobra más. El nuevo crédito acepta hasta un 50% más, entonces tiene una flexibilidad relativamente alta. La pregunta es ¿por qué cobran tanto más las instituciones? ¿Es algo que se lo van a retornar a los alumnos en posibilidades de empleo y trabajo? Si no es así, claramente, el Estado tiene el derecho a decir “yo no pongo plata ahí”. Hay algo sensato en la propuesta. Donde veo el mayor problema es que es tan buena la propuesta del nuevo CAE respecto del financiamiento por gratuidad, que lo mejor que puede hacer una institución es salirse de la gratuidad.

¿Por qué puede producirse eso?
Como a las instituciones en gratuidad les restringen el crecimiento, entre otras cosas, uno tiene una asimetría, y lo que veo es que las instituciones que están fuera de gratuidad tienen una situación sustancialmente mejor que las que están dentro.

Fuente de la entrevista: https://www.latercera.com/nacional/noticia/rector-del-duoc-uc-la-brecha-lo-universitario-lo-tecnico-se-esta-reduciendo/261346/

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La Historia es Nuestra: De Quilicura a Camboya, la profesora chilena nominada al Global Teacher Prize (Audio)

Chile / 29 de julio de 2018 / Autor: Redacción / Fuente: Cooperativa

Paula Molina entrevista a Catherine Berríos, profesora de francés de la UMCE sobre el camino que la llevó a trabajar en un orfanato en una localidad cercana a la frontera con Tailandia. La docente habla de la enseñanza como negocio en Chile y de la propuesta del Ministro de Educación, de arreglar los techos de los colegios con “bingos”.

Fuente de la Entrevista:
https://www.cooperativa.cl/noticias/pais/educacion/colegios/la-historia-es-nuestra-de-quilicura-a-camboya-la-profesora-chilena/2018-07-23/164514.html
ove/mahv
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Universidades latinoamericanas siguen a Chile en proyecto de educación científica para escolares

Chile / 29 de julio de 2018 / Autor: Francisca Siebert / Fuente: Prensa Universidad de Chile

La iniciativa de Laboratorios Portátiles, liderada en el país por la U. de Chile y que comenzó en 2013 en la Región Metropolitana, hoy se extiende a siete regiones y suma a once universidades, llevando la experimentación de las ciencias biológicas a los liceos públicos del país. Esta semana, expertos provenientes de nueve países de la Latinoamérica, se reunieron en la Casa de Bello con investigadores de universidades de todo el país para avanzar en la expansión del proyecto y mejorar la calidad de la educación científica.

En la Facultad de Ciencias se inauguraron el taller liderado por Relab que se realizará durante este 23 y 24 de julio.

En la Facultad de Ciencias se inauguraron el taller liderado por Relab que se realizará durante este 23 y 24 de julio.

Desgraciadamente son poquísimos los experimentos que los estudiantes de educación secundaria realizan, advirtió el Dr. Allende en la ceremonia inaugural.

«Desgraciadamente son poquísimos los experimentos que los estudiantes de educación secundaria realizan», advirtió el Dr. Allende en la ceremonia inaugural.

José Palma, jefe de la División de Educación General del MINEDUC, se hizo presente en la actividad y destacó el rol educativo que cumplen los científicos llevando la ciencia a los liceos.

José Palma, jefe de la División de Educación General del MINEDUC, se hizo presente en la actividad y destacó el rol educativo que cumplen los científicos llevando la ciencia a los liceos.

Estamos haciendo una labor que definitivamente en Latinoamérica hace muchísima falta, dijo Alicia González Manjarrez de Relab.

«Estamos haciendo una labor que definitivamente en Latinoamérica hace muchísima falta», dijo Alicia González Manjarrez de Relab.

Espero que estos talleres sean muy provechosos y que esta esperanza latinoamericana crezca en el camino de la educación de calidad, afirmó el profesor Giuliani.

«Espero que estos talleres sean muy provechosos y que esta esperanza latinoamericana crezca en el camino de la educación de calidad», afirmó el profesor Giuliani.

En la Facultad de Ciencias de la U. de Chile se dio inicio este lunes 23 de julio al “Taller Latinoamericano sobre el Uso de la Experimentación para mejorar la Calidad de la Educación de los Alumnos de Educación Media sobre Conceptos Fundamentales de las Ciencias de la Vida”.

Académicos de universidades de Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, México, Panamá, Perú, Uruguay, Venezuela, junto sus pares nacionales de diversas universidades –entre otras de las universidades de Chile, Católica, de Antofagasta y La Frontera, además de Instituto Antártico Chileno–, se reunieron para profundizar en la enseñanza de las Ciencias de la vida, y conocer los módulos impartidos en los Laboratorios Portátiles que lidera el profesor de la U. de Chile, Jorge Allende, con apoyo del Ministerio de Educación, la Red Latinoamericana de Ciencias Biológicas (Relab) y la Fundación Allende Connelly.

“Desgraciadamente son poquísimos los experimentos que los estudiantes de educación secundaria realizan. Hemos demostrado que es posible cambiar esto sin necesidad de gastar enormes cantidades de dinero y que los estudiantes aprenden mucho más mediante el trabajo experimental. En el corto plazo esos alumnos llegarán a las aulas universitarias y podrían ayudarnos a nosotros a disminuir el enorme déficit de científicos que tienen los países latinoamericanos”, planteó el Dr. Jorge Allende.

Hasta el momento ya son cuatro las universidades latinoamericanas que firmaron un acuerdo con Relab para poner en marcha la iniciativa, estas son: la Universidad Nacional del Estado de Paraná (Brasil) Universidad Nacional de Córdoba y Universidad de Quilmes (Argentina) y Universidad Javeriana de Bogotá (Colombia). A éstas se suman universidades en Costa Rica, Uruguay , México y Panamá en las que ya se han impartido los talleres y están en proceso de establecer un convenio definitivo para implementar la iniciativa.

El laboratorio portátil utilizado en Chile, que recorre los liceos locales de la mano de estudiantes de postgrado que trabajan con los estudiantes de liceos y sus profesores, cabe en dos maletas con ruedas, puede ser llevado en cualquier portaequipaje de un vehículo y tiene un costo de 10 mil dólares. Si es se divide su valor por 800 estudiantes que lo utilizaron es 12 dólares, cifra muy inferior a un texto de biología molecular. Con fondos y apoyo del Mineduc, Relab, la Wellcome Trust y la Fundación Siemmens de Alemania, en nuestro país, ya son más miles de estudiantes que los han utilizado en siete regiones del Norte, Centro y Sur.

José Palma, jefe de la División de Educación General del MINEDUC, también se hizo presente en la inauguración del taller, y destacó especialmente  “cuando el mundo académico y de la ciencia se da cuenta que su aporte no solo tiene que ver con el nuevo conocimiento sino que también tiene que ver en cómo éste se entrega no sólo hacia sus alumnos de la universidad. Tenemos un mundo escolar que recibe este aporte y que descubre una nueva forma de aprender la ciencia”. 

“Hoy vamos a trabajar por primera vez con todos los profesores de diversas universidades, explicando cómo son los talleres y cómo se trabajan”,  señaló Alicia González Manjarrez, profesora del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM y coordinadora Regional de Relab, quien catalogó el encuentro como histórico.

La académica de la UNAM, destacó además el hecho de que la Relab, además de su función como promotora de la ciencia en la región, ahora “va a compartir conocimiento, estamos haciendo una labor que definitivamente en Latinoamérica hace muchísima falta”.

Finalmente, Nicolás Giuliani, director del Departamento de Biología de la Facultad de Ciencias, expresó su intención de que estos talleres -que se extendieron entre el 23 y 24 de julio- «sean muy provechosos y que esta esperanza latinoamericana crezca en el camino de la educación de calidad. Bienvenidos y disfruten”.

Fuente de la Noticia:
http://www.uchile.cl/noticias/145265/planteles-latinoamericanos-siguen-a-chile-en-educacion-cientifica
ove/mahv
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La Universidad de Chile debe aportar al diálogo intercultural con los pueblos indígenas

América del Sur/Chile/24.07.18/Fuente: www.eldesconcierto.cl.

La comprensión de esta diversidad requiere un agenda activa de la Universidad de Chile, no sólo por los pilares valóricos y éticos que la sustentan, sino porque tiene la legitimidad para hacerse parte de temas y problemáticas emergentes, aportando argumentos para un debate respetuoso con las distintas expresiones de nuestro territorio.

Sr. Ennio Vivaldi Véjar
Rector
Universidad de Chile
PRESENTE:

Durante el último tiempo hemos visto cómo, una vez más, las demandas de los pueblos indígenas en Chile dan cuenta de la necesidad de continuar avanzando hacia una agenda de desarrollo realmente inclusiva y respetuosa con la diversidad, lo que, sin duda, lleva a repensar la comunidad política y la representación de los intereses de estos pueblos. Esto no sólo se evidencia en la contingencia actual del país sino que tiene su asidero en cuestiones mucho más profundas que requieren un cambio estructural político y social pero, sobre todo, cultural.

Desde el nacimiento del Estado chileno, las relaciones con los pueblos indígenas se han basado en la marginación de procesos sustantivos que inciden en sus posibilidades de desarrollo. Mirando la realidad desde una perspectiva hegemónica occidental, se ha subvalorado de manera permanente su conocimiento ancestral por considerarlo “pre moderno”. Sin embargo, hoy podemos ver como estos sesgos devienen en un diálogo que no ha logrado ser realmente intercultural, pues no existe comprensión ni voluntad por mirar el mundo desde los ojos de este “otro” en el que se han convertido los pueblos indígenas.

Es aquí donde la Universidad de Chile debe asumir un rol como agente de cambio social, “comprometiéndose así a cumplir con su misión, con la promoción de los valores tradicionales de pluralismo, libertad de conciencia, tolerancia y no discriminación”, desde una posición democrática y respetuosa con la diversidad, buscando mecanismos que promuevan un verdadero diálogo intercultural, aportando argumentos para un debate complejo, jugando así un rol esencial no sólo en el debate académico sino también en el debate nacional. Ello supone ejercer un rol articulador entre los actores estratégicos de este proceso: pueblos indígenas decisores de política pública, sociedad chilena.

Durante los últimos años la Universidad de Chile ha hecho esfuerzos por avanzar en una agenda que recoja no sólo la diversidad de la sociedad a la cual debe volcar su quehacer, sino también su propia diversidad interna manifestada en la presencia de estudiantes, académicas, académicos, funcionarias y funcionarios indígenas, quienes han buscado generar, en este espacio de creación y difusión del conocimiento, oportunidades para enriquecer la comprensión entre diferentes cosmovisiones, dando cuenta de que existen puentes que pueden ser tendidos en pos de un nuevo pacto de convivencia intercultural.

La comprensión de esta diversidad requiere un agenda activa de la Universidad de Chile, no sólo por los pilares valóricos y éticos que la sustentan, sino porque tiene la legitimidad para hacerse parte de temas y problemáticas emergentes, aportando argumentos para un debate respetuoso con las distintas expresiones de nuestro territorio. Respecto de los pueblos indígenas, el avance en el reconocimiento de derechos, la conformación de ámbitos de políticas públicas específicas, los cambios institucionales, entre otros, deben ser planteados y posicionados desde la mirada de estos pueblos, como actores clave de su propio futuro. El diálogo intercultural supone una voluntad de escuchar y ser escuchados sin sesgos, comprendiendo que las formas de relacionarse con el mundo son vistas desde ópticas que no pueden ser fácilmente comprendidas desde la cultura occidental, pero que tienen un sustento ancestral, cultural y político que deben ser considerados.

Una Universidad con vocación pública como la nuestra debe ser consciente de ello. Tenemos un rol que cumplir pues, como señala la Comisión de la Conferencia Mundial sobre la Educación Superior “debe existir una necesaria coincidencia entre lo que las universidades hacen y lo que la sociedad espera de ellas, especialmente su participación en la búsqueda de soluciones a los problemas humanos urgentes”. Aquí estamos frente a uno de ellos.

Atentamente

Verónica Figueroa Huencho, académica mapuche, Instituto de Asuntos Públicos.
Sonia Montecino Aguirre, académica, Facultad de Ciencias Sociales.
Nancy Yañez Fuenzalida, Directora, Centro de Interculturalidad y Derecho, Facultad de
Derecho.
Maria Hueichaqueo Epulef, Facultad de Medicina Veterinaria y Pecuaria, Electivo
Kimunche
Claudio Millacura, Coordinador, Cátedra Indígena, Facultad de Ciencias Sociales.
Salvador Millaleo, académico, Facultad de Derecho
Doris Sáez Hueichapan, académica, Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas
Myrna Villegas Diaz. Directora (s) Centro de Derechos Humanos, Facultad de Derecho.
Marcia Oyarce Zenteno, Bienestar estudiantil, Facultad de Economía y Negocios.
María Loreto Rebolledo, académica, Instituto de la Comunicación e Imagen
Francisco Herrera J., académico, Facultad de Filosofía y Humanidades.
Maribel Mora Curriao, Directora, Oficina de Equidad e Inclusión.
Alejandra Araya, Directora, Archivo Central Andrés Bello.
Maria Eugenia Domínguez, senadora universitaria por los Institutos
Interdisciplinarios, académica de Instituto de la Comunicación e Imagen.
Felipe Hasler Sandoval, académico, Facultad de Filosofía y Humanidades.
Paulina Vergara Saavedra, académica, Instituto de Asuntos Públicos
María Elena Acuña, académica, Facultad de Ciencias Sociales.
Beatriz Bustos, académica, Facultad de Arquitectura y Urbanismo.
Olga Grau Duhart, académica, Facultad de Filosofía y Humanidades.
Iris Espinoza, académica, Facultad de Odontología.
Hortensia Morales, académica, Facultad de Ciencias.

Fuente de la noticia: http://www.eldesconcierto.cl/2018/07/21/la-universidad-de-chile-debe-aportar-al-dialogo-intercultural-con-los-pueblos-indigenas/

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Más mujeres a ciencias, más hombres a pedagogía

Por Josefina Santa Cruz

Hace ya unos años, se ha hecho evidente el interés de la política pública por atraer más mujeres a las ciencias. Las campañas con dicho objetivo muestran que queremos mujeres en carreras de alto status a las que históricamente han accedido más los hombres. Sin embargo, no sucede lo mismo con carreras que atraen casi exclusivamente solo a alumnas.

¿Por qué no existen campañas similares para atraer hombres a carreras como Pedagogía Básica o Educación de Párvulos?

Según los documentos publicados en el Portal de Transparencia, de los 4.271 educadores de párvulos que trabajaban en la Junta Nacional de Jardines Infantiles (JUNJI) en diciembre de 2017, siete  eran hombres y solo dos de ellos estaban en sala; los cinco restantes tenían roles administrativos, pero ninguno de ellos era de planta.

Asimismo, la memoria 2017 de la Fundación Integra – cuyos jardines infantiles forman parte de la red pública – informa que el 97,1% de sus trabajadores son mujeres.

La predominancia del género femenino en la carrera de educación de párvulos es quizás consecuencia de un prejuicio que hace mucho daño a la profesión, que el rol de educadoras les es natural a ellas, casi como un instinto.

Creer que nacer mujer es suficiente para ser una docente de calidad resulta en un menosprecio de la formación profesional que tiene dos consecuencias fundamentales.

Primero, si se piensa que la formación de las educadoras es prescindible o accesoria, es inevitable pensar también que su trabajo no requiere especialización ni menos formación universitaria.

Dicha creencia se contradice con lo que ocurre en países que han logrado la mejor educación del mundo, como Finlandia, donde los educadores (de ambos géneros) deben pertenecer al 20% superior en puntajes de ingreso a la universidad y haber cursado un magister antes de tener la posibilidad de tener a cargo la responsabilidad de ser profesor de un curso.

Segundo, si se piensa que el rol de educador es inherente al sexo femenino, es lógico también pensar que no hay ninguna formación capaz de otorgarle a los hombres que puedan interesarse en enseñar ese “instinto” o “qué sé yo” que supuestamente tendrían ellas de forma natural.

Sin embargo, no solo la profesión y los escasos interesados se ven perjudicados por estos prejuicios. La literatura sobre el tema sugiere que la educación de los niños pierde algunas  ventajas cuando es impartida exclusivamente por mujeres.

Contar con hombres educadores de párvulos provee a los niños de un modelo masculino a seguir, según Bittner & Cooney, 2003; Coulter & McNay, 1993; d’Arcy, 2004 y reduce la frecuencia con que los niños desarrollan estereotipos sexistas, Farquhar et al., 2006.

Otro estudio concluyó que la relación entre apoderados y profesores se beneficiaba, al contar con docentes hombres con quienes un padre podría vincularse mejor d’Arcy (2004).

También la inclusión de profesores hombres en la sala de clases podría ayudar a reducir el sesgo femenino que perciben los estudiantes en los temas que se discuten y los ejemplos que se dan en clases. 

Partamos por casa y hablemos en familia de lo bueno que sería atraer más mujeres a Ciencias y más hombres a Pedagogía, dos tareas pendientes en un país cada vez más conciente de que necesitamos cambios culturales y que estos son urgentes, especialmente, cuando se trata de la educación de los niños y niñas de nuestro país.

Fuente del artículo: https://opinion.cooperativa.cl/opinion/educacion/mas-mujeres-a-ciencias-mas-hombres-a-pedagogia/2018-07-21/063748.html

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Chile: Cruda realidad: Estudio desnuda que 5 millones de adultos no han terminado 4º medio en Chile

América del Sur/24.07.18/Por Jonathan Flores/Fuente: www.biobiochile.cl.

Cinco millones de adultos no finalizaron sus estudios de Enseñanza Media en Chile, mientras que cerca de 700 niños viven en la calle, lo cual les impide tener una actividad escolar, según estudios de la Fundación Don Bosco.

Las cifras fueron entregadas este sábado en las dependencias de ese organismo, donde estuvieron presentes los ministros de Educación, Geraldo Varela; y de Desarrollo Social, Alfredo Moreno, quienes en su paso por la institución también realizaron una visita a niños en situación de calle que cursan sus estudios en esa institución.

En ese contexto, Moreno valoró el trabajo realizado por Fundación Don Bosco y aseguró que es necesario reincorporar a estos niños al proceso escolar normal.

La autoridad de Gobierno se refirió también a la protección de las personas en situación de calle bajo el Código Azul y recalcó que las personas están tomando conciencia de este suceso.

En tanto, el titular de educación explicó que lo más importante es trabajar en conjunto desde el punto de vista pedagógico, social y psicológico.

Por su parte, el especialista en evaluación y medición educacional de la Universidad de Santiago, Daniel Ríos, aseguró que las cifras dadas a conocer por las autoridades de Gobierno son preocupantes.

Expertos en educación aseguran que es necesario implementar políticas públicas de integración, tanto en los 700 niños que viven en situación de calle como también disminuir la cifra de los 5 millones de adultos chilenos que no finalizaron su Enseñanza Media con el fin de no perjudicar el desarrollo laboral en nuestro país.

Fuente de la noticia: https://www.biobiochile.cl/noticias/nacional/chile/2018/07/21/cruda-realidad-estudio-desnuda-que-5-millones-de-adultos-no-han-terminado-4-medio-en-chile.shtml

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