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Moisés Wasserman: ¿Es posible que las universidades desaparezcan algún día?

Por: Sebastián Cortés.

Moisés Wasserman, académico, bioquímico e investigador, tiene claros los desafíos que enfrenta la educación en Colombia.

En entrevista con Guía Académica, de EL TIEMPO Casa Editorial, el gurú de la educación colombiana, habló sobre la brecha que existe entre lo público y lo privado, el futuro de las universidades y las redes sociales, entre otros temas.

¿Qué está pasando con la educación en Colombia?

Hay algo positivo y es que la cobertura ha crecido sustancialmente. En básica es total, en media se acerca a eso y en superior llega a ser un poco más del 50%. El lunar es la preescolar, que no llega al 20% y la psicología moderna coincide en que es crucial para el desarrollo posterior. La superior es de 50%, pero en los países de la Ocde supera al 80%. Es decir la situación ha mejorado, no obstante, falta camino.

En la educación superior hay una gran heterogeneidad en la calidad. Ninguna de nuestras instituciones está entre las mejores 500 del ranking de Shanghái, pero sí hay varias públicas y privadas entre las mejores de la región. Sin embargo, la heterogeneidad nuevamente está en contravía de la equidad. Estudiantes con recursos acceden a buena educación privada, los muy capaces a buena educación pública, pero una buena capa de jóvenes se ve ‘a gatas’ para lograr su objetivo: muchos deben asumir deudas onerosas y que les reducen sus posibilidades posteriores de acceder a posgrados y a construir una vida familiar tranquila.

Lo más grave, en todos los niveles, es la inmensa diferencia en calidad y en facilidades de acceso a la educación entre las regiones urbanas y las rurales, empeorando en la medida en que la región rural esté más alejada de los centros urbanos. Hay problemas de acceso, de maestros y de infraestructura. Todos desfavorecen a los estudiantes rurales.

Para el experto, la educación virtual, en un futuro cercano, no reemplaza a la universidad y al maestro.

¿Usamos la metodología de enseñanza adecuada en colegios y universidades?

Hay muchas formas de hacer las cosas bien, y de hacerlas mal. Seguramente hay docenas de metodologías y doctrinas pedagógicas aplicándose en el mundo y no es sencillo decidir cuál es mejor, sobre todo porque los efectos se perciben tardíamente.

Yo diría, sin embargo, que no estamos en la frontera del cambio y de la innovación educativa. Hay colegios y universidades que, como decía antes, son comparables con los mejores de la región, pero tenemos también en esto una gran heterogeneidad, y hay algunos realmente alejados de las tendencias dominantes en el mundo.

¿Cree que las universidades desaparecerán algún día?

Creo que cambiarán, como han venido cambiando de acuerdo con los nuevos retos que se les han presentado en los mil años de su existencia. Lo que pasa es que ahora el cambio es cada vez más rápido. Hay que adaptarse a esta situación y eso significa que hay que cambiar muy rápidamente. Las nuevas tecnologías son a la vez una oportunidad y un reto. Quién sabe si algún día el cambio llegue incluso a que desaparezca la institución formal. De todas formas será reemplazada por otra institución que asuma tareas como laboratorios, talleres prácticos, estudios de campo, y muchos más que no se pueden hacer a distancia ni virtual, ni solitariamente.

¿Qué opinión tiene acerca de la educación virtual?

Creo que es una tecnología muy útil, pero, al menos en el futuro cercano, no reemplaza a la universidad y al maestro. Estudios que han medido su impacto llegan a la conclusión de que de todas formas quien determina la calidad de la enseñanza es el maestro. Quienes piensan que esa tecnología hará mucho más barata a la educación están equivocados, posiblemente la encarecerá. Sí es posible que la haga más cercana a quienes tienen problemas de acceso por vivir en lugares alejados de los centros urbanos.

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Para Wasserman, las redes sociales «tienen peligros y son que así como se informa con gran rapidez puede desinformarse igualmente rápido».

¿La educación en Colombia debería enfocarse en el emprendimiento, en formar mejores seres humanos o en graduar excelentes profesionales para que se vinculen rápido al mercado laboral?

Sin lugar a dudas debe enfocarse en la formación. Mejores personas incluye también seres humanos con una mejor instrucción, que saben más, que conocen el mundo en el que viven y que lo entienden mejor. En la formación, incluyo la artística, la científica, la matemática, la literaria, la filosófica y, por supuesto, también la moral.

Lo que seguro nos espera en el futuro cercano es una obsolescencia acelerada tanto de los trabajos como de las profesiones. Por tanto una persona bien formada se podrá defender porque tendrá las capacidades para autoeducarse. Una persona formada en un oficio podrá quedar desamparada cuando este desaparezca.

¿Las redes sociales están volviendo más inteligentes o más ignorantes a las nuevas generaciones?

Las redes sociales tienen aspectos positivos y otros que lo son menos. Por un lado tienen una extraordinaria capacidad para informar muy rápidamente sobre lo que pasa. Generan también un potencial democrático en el que la gente puede decir su opinión y ser escuchada aunque no tenga el privilegio de tener acceso a medios, ser político, o comunicador. Pero tiene peligros y son que así como se informa con gran rapidez puede desinformarse igualmente rápido. La formación del futuro tendrá que incluir la del buen criterio para distinguir lo bueno de lo espurio.

¿Cuál es el cambio más urgente que requiere la educación colombiana?

Crecimiento en cobertura donde es aún insuficiente (muy seriamente en preescolar y en superior) y crecimiento de calidad de forma que sea más armónico entre público y privado, entre instituciones de alta calidad y las de menor calidad, y entre urbano y rural. Si la oferta de lo público no es tan buena, o más, que la de lo privado, la educación perpetuará la inequidad en lugar de resolverla.

Fuente de la entrevista: https://www.eltiempo.com/vida/educacion/entrevista-con-moises-wasserman-sobre-la-educacion-en-colombia-375448

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1.579 maestros fueron víctimas del conflicto en los últimos 60 años. La fundación Compartir presentó un informe sobre la situación de la docencia rural en Colombia

Colombia / 16 de junio de 2019 / Autor: Redacción / Fuente: El Tiempo

Desde 1958 y hasta 2018, un total de 1.579 maestros fueron víctimas del conflicto armado en Colombia. De estos, el 35,5 por ciento de los hechos ocurrieron en zonas rurales, siendo el asesinato el delito del que más han sido víctimas, con un 68 por ciento del total.

Así se desprende del informe ‘Docencia rural en Colombia: educar para la paz en medio del conflicto armado’, en el que la Fundación Compartir hace un balance de la situación de los docentes del país que trabajan en el campo.

La investigación, que fue desarrollada en 15 subregiones y 170 municipios, sirve como abrebocas para el Premio Compartir al Maestro, que será entregado la próxima semana. De acuerdo con la fundación, con esta esperan «darle al país un aporte que resulte en intervenciones y estrategias para mejorar la formación y el desarrollo profesional de la docencia rural».

Según la investigación, en el área urbana hay 17.346 sedes educativas (32,5 %), mientras que en el área rural, 35.949 (67,5 %), distribución que, de acuerdo con Compartir, refleja la alta dispersión que presenta la educación rural.

Asimismo, el informe señala que la mayor parte de las sedes rurales solamente ofrecen los grados de primaria (46,6 %) y preescolar (37,5 %), mientras que pocas ofrecen educación secundaria (8,4 %) y media (5,1 %), y solo 2,4 % ofrece educación para adultos por ciclos”.

Por otra parte, el informa aborda la distribución de directivos rurales por cargo; así, indica que, para el año 2018, de los 6.233 directivos rurales vinculados al sector oficial, el 42,3 % eran rectores; 36 %, coordinadores; y 21,7 %, directores rurales.

Dentro de la composición de los directivos docentes rurales existe un desequilibrio en materia de género, con una mayor representación de hombres. De los 6.233 directivos, 3.916 son hombres y 2.316 son mujeres”, afirma Marcela Bautista, autora de la investigación.

En cuanto a docentes, para el año 2018 en el país se encontraban vinculados 309.889 , de los cuales el 34 % (106.679) está en la zona rural; el 64 %, en la zona urbana; y el porcentaje restante no cuenta con un registro de la zona.

Del total de maestros rurales, 66.308 son mujeres, las cuales representan el 62,2 % de la planta docente rural, frente a los 40.371 hombres (37,8 %), lo que muestra un cambio en la distribución de género frente a lo encontrado en los directivos rurales”, apunta la investigadora.

Fuente de la Noticia:

https://www.eltiempo.com/vida/educacion/cifras-sobre-educacion-rural-en-colombia-370890

ove/mahv

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Los obstáculos que enfrentan los docentes rurales en Colombia

Redacción: El Espectador

Un informe de la Fundación Compartir da cuenta de las condiciones en las cuales trabajan los profesores en las zonas más dispersas y golpeadas por el conflicto armado en el país. Poco acceso a la formación, soledad y falta de atención psicosocial hacen parte de su día a día.

El estado de una escuela en el río Raposo, zona rural de Buenaventura (Valle del Cauca)./ Nicolás Sánchez A.

Es un lugar común hablar de las brechas que hay entre el campo y la ciudad en Colombia. Pero, a pesar de que el fenómeno está ampliamente estudiado, la desigualdad persiste y en la educación es quizás uno de los ámbitos en donde más se refleja. Por ejemplo, según el Dane, solamente el 8,4% de las instituciones educativas ubicadas en zonas rurales ofrecen educación secundaria. Otro dato que da cuenta de la desigualdad es el acceso a la educación superior. Según la fundación Compartir tan solo el 20% de los jóvenes que habitan en zonas rurales llega a la educación superior.

Los docentes rurales también padecen las consecuencias de la desigualdad. Tienen que trabajar en zonas geográficas de difícil acceso, lo cual muchas veces los priva de la posibilidad de estar con sus familias. También les toca vivir en medio de realidades como el conflicto armado que sigue afectando varios departamentos del país.

La Fundación Compartir publicó el informe “Docencia rural en Colombia: educar para la paz en medio del conflicto armado”. En el documento quedó consignada la investigación que se desarrolló en 15 municipios que están ubicados en las regiones donde se implementarán los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (Pdet), zonas del país que se estipularon en al acuerdo de paz entre el Estado y las Farc por las afectaciones que la guerra produjo. El estudio se centró en descubrir las condiciones en las cuales trabajan los maestros y rectores rurales.

Hablamos con Marcela Bautista, consultora e investigadora de la Fundación Compartir, quien dio detalles sobre los descubrimientos del informe y planteó algunas soluciones para que mejore la educación en las zonas rurales.

¿Cuáles son los descubrimientos en los municipios donde trabajaron?

El estudio analizó dos variables: las trayectorias de formación de los maestros rurales, docentes y directivos, y comprender las condiciones de vida de los docentes en la ruralidad. Lo que encontramos es que el país tiene grandes desafíos y retos en mejorar el desarrollo profesional de los maestros rurales. Por otro lado, también en asegurar calidad de vida en esas codiciones de permanencia. Si esos maestros permanecen en zonas rurales dispersas, algunas de ellas atravesadas por conflicto armado, es necesario mejorar la calidad de vida.

¿Cómo viven los maestros en las zonas que ustedes estudiaron?

Para poder llegar a esas escuelas rurales los maestros tienen que trasladarse a través de diferentes medios de transporte. Muchas veces no es fácil lograr ubicar viviendas en esas zonas adonde recién llegan y no son de ahí. Muchas de estas regiones tienen problemas de acceso a servicios como el agua, la energía, el internet, la conectividad no es fácil. Algunos de ellos prefieren dejar a sus familias en las cabeceras municipales y trasladarse de lunes a viernes a las escuelas, lo que les genera un sentimiento de soledad. Eso significa que los maestros requieren un acompañamiento importante. Los profesores tampoco cuentan con espacios de tipo cultural, deportivo, bibliotecas o museos donde puedan realizar otro tipo de actividades. En regiones de conflicto armado los maestros tienen que adaptarse a las condiciones, muchas veces tienen que aceptar esos ordenes sociales (impuestos por los actores armados) para poder permanecer en la zona. Hay partes donde la Fuerza Pública no existe, donde no hay entidades del Estado, entonces los docentes se convierten en el único representante del Gobierno porque son empleados públicos y son quienes aseguran la prestación del servicio educativo en esas zonas rurales dispersas, por lo que terminan siendo el único representante de un orden legítimo en el país.

¿Cómo se ven reflejadas esas condiciones en la calidad de la educación que reciben los niños en esas regiones?

Al tener maestros en zonas tan lejanas es muy difícil desarrollar procesos de formación docente. Nosotros trabajamos con las secretarías de Educación de esas regiones y estas tienen las mejores intenciones en algunas ocasiones, no en todas, de desarrollar procesos de formación para los maestros rurales y para los rectores, pero trasladar a los docentes hasta las cabeceras municipales y a las ciudades es supremamente costoso. Desarrollar un proceso de formación en el sitio también es un proceso costoso. Pocas veces los profesores rurales y los rectores pueden asistir a esos procesos de formación. Eso implica que la posibilidad de una capacitación continua, de una cualificación permanente es limitada. Eso afecta el desempeño de los maestros porque el desarrollo profesional docente implica que se esté continuamente en procesos de formación. La alternativa para ellos es la formación virtual, muchos cursan programas en internet o a través de plataformas virtuales o hacen posgrados virtuales, pero la calidad de esos programas no es la mejor. Entonces invierten recursos para una formación que no les garantiza calidad y tampoco impacta sus prácticas en el aula.

¿Qué tan grande es la brecha entre la educación rural y la que se imparte en las ciudades?

Las brechas son varias. En la parte rural hay desafíos importantes relacionados, por ejemplo, con la infraestructura: no todos los territorios rurales tienen las sedes educativas que se necesitan, ni donde se necesitan. Hay problemas también con la movilidad, el acceso, de los estudiantes a esas escuelas porque no se garantizan diferentes modalidades de transporte. También hay problemas para garantizar la alimentación escolar de los niños desde febrero hasta diciembre porque los operadores no llegan siempre a tiempo. Nosotros nos centramos en el maestro porque es el centro de la calidad educativa. Si uno analiza el número de años de escolaridad de la población, según los datos que registramos, las personas en las cabeceras municipales y en las ciudades reportan 9.6 años, mientras que en la ruralidad dispersa el promedio son 6 años. La cobertura en educación media en las ciudades está en el 86%, en la ruralidad dispersa está en el 54%. Si miramos el acceso a la educación superior la población rural dispersa presenta las brechas más difíciles, sólo el 20% de esa población se matricula en educación superior. En general, en todas las dimensiones del sector educativo hoy la ruralidad está presentando brechas.

¿Cuáles son las acciones que el Estado podría hacer de manera urgente?

Lo que nosotros estamos proponiendo desde el estudio es: frente a los maestros rurales y los rectores estamos proponiendo tres aportes de política, el primero de ellos es centrar los procesos de formación docente en la ruralidad y para la ruralidad. El país no puede continuar desarrollando procesos de formación desde un enfoque urbano para la educación rural, se requiere que se diseñen y tengan en cuenta las condiciones de los contextos rurales o si no, no va a ser posible garantizar la calidad de la educación en las zonas rurales. Por otra parte, el Estado debe garantizar un apoyo psicosocial y socioemocional a los maestros que están en la ruralidad, especialmente a quienes están en zonas de conflicto armado. Esos son los docentes que finalmente desarrollan los procesos de construcción de paz. Si queremos consolidar escenarios pacíficos es necesario abordar esos temas con los profesores para que ellos lo traten con sus estudiantes para resignificar el conflicto armado. Finalmente, proponemos la creación de un plan de reconocimientos e incentivos específicamente para los maestros y los rectores rurales que permita fomentar el arraigo de los maestros en esas zonas, que no deserten ni se trasladen, y que se reconozca su labor en el día a día porque muchos maestros hacen muchas cosas, pero en soledad y cuando conversábamos con ellos pedían «por lo menos que nos digan que lo estamos haciendo bien», «por lo menos que nos acompañen».

¿Cómo hacer para que esas medidas se materialicen?

Estamos empezando un dialogo con el Ministerio de Educación y esperamos continuar con las secretarías de Educación para que estas recomendaciones que estamos haciendo queden incluídas para el desarrollo profesional de los maestros rurales.

Fuente: https://www.elespectador.com/colombia2020/pais/los-obstaculos-que-enfrentan-los-docentes-rurales-en-colombia-articulo-864670

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Colombia: Universitarios aplican proyecto pedagógico para reducir conflictos en Transmilenio

América del Sur/Colombia/elespectador.com

A través de un modelo pedagógico-comunicacional, aplicado durante siete meses por un equipo de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), se logró que en el 57 % de los casos asociados con conflictos ciudadanos en este sistema, las personas modificaran sus formas de relacionarse.

El modelo pedagógico forma parte de un proyecto en consorcio entre TransMilenio y la UNAL, en el que participaron las facultades de Artes, de Ingeniería y de Derecho para desarrollar esquemas de intervención basados en la mediación social, pedagogía y estadística. Archivo El Espectador

Un equipo de cerca de 120 mediadores distribuidos en 15 estaciones de Transmilenio realizaron la intervención. Una primera fase consistió en una observación participante que permitió hacer un diagnóstico de las situaciones de conflicto que se presentan entre los usuarios del sistema de transporte.

Según explicó el profesor Édgar Ardila, director de la Escuela de Justicia Comunitaria de la UNAL, tales situaciones serían propiciadas por un problema estructural del sistema, en el que hay muy poco espacio frente a la demanda. A ello se suma la falta de reconocimiento y apropiación del sistema como un espacio importante en el que los ciudadanos pasan alrededor de un 10 % de sus vidas.

El modelo pedagógico forma parte de un proyecto en consorcio entre TransMilenio y la UNAL, en el que participaron las facultades de Artes, de Ingeniería y de Derecho para desarrollar esquemas de intervención basados en la mediación social, pedagogía y estadística, con el fin de intervenir en el fenómeno de la evasión y generar nuevo conocimiento para el manejo social de conflictos.

“Registramos todos los conflictos y fuimos creando un banco de datos que nos condujo a establecer 27 situaciones tipo, sobre las que actuamos estableciendo para cada una modalidades y protocolos de intervención”, explicó el profesor Ardila.

Construcción de identidad

“El propósito era propiciar la construcción de una identidad que ha sido sumamente esquiva en la ciudad en general pero más en TransMilenio, porque la gente siente que es un espacio completamente transitorio”, comenta el profesor Ardila, y agrega que aunque se cree que las personas no se vuelven a cruzar con las mismas personas en su trayectos, esto sí sucede muy a menudo.

A partir de ahí se generaron momentos pedagógicos, como por ejemplo la regulacion de las filas de abordaje de los articulados y alimentadores, actividad que permitió identificar y apropiar normas de convivencia y cultura ciudadana, ya que se convirtió en un contexto comunicativo entre el equipo de mediadores y las personas que esperan. Esto propició el intercambio de indicaciones de autocuidado, respeto mutuo y del aporte a la convivencia de la ciudad.

“Es el entendimiento de que la convivencia en alta medida son normas de relacionamiento que por supuesto tienen que ver con la ley, con el Código de Policía, con el reglamento de TransMilenio, pero también con las normas de cortesía y de convivencia”, asegura el profesor Ardila.

Las filas, caso exitoso

La regulación de las filas demostró ser un caso de éxito en la intervención que no está consignada en la ley pero que es una norma importante. En el portal de Las Américas, donde se había registrado la mayor cantidad de situaciones de conflicto y de riñas, también se lograron cambios con la implementación de las filas para abordar.

Tal intervención se dio en tres momentos: primero, los cuatro mediadores de la estación motivaron a los usuarios a hacer la fila durante un mes, con la intención de que sintieran que la norma era para su beneficio, mientras que en una segunda fase se identifica que aunque las personas aún no hacen la fila por iniciativa propia, sí lo hacen cuando identifican la presencia de los mediadores.

“Ese ejercicio pedagógico se produce en cinco minutos que tenemos para una catedra, lo que pasa es que se repite todos los días”, manifiesta el docente.

Fuente: https://www.elespectador.com/noticias/educacion/universitarios-aplican-proyecto-pedagogico-para-reducir-conflictos-en-transmilenio-articulo-865037

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Colombia: Comunidades buscan acuerdos humanitarios para acabar con asesinatos de líderes

Por: Kaos en la Red/12-06-2019

Comunidades negras, indígenas y mestizas del departamento del Cauca estarían trabajando una serie de acuerdos humanitarios con los actores armados presentes en el territorio, con el objetivo de definir mecanismos que acaben con el asesinato de líderes sociales y ex combatientes de las FARC que asolan a los territorios. Según Francia Márquez, lideresa del Proceso de Comunidades […]

Comunidades negras, indígenas y mestizas del departamento del Cauca estarían trabajando una serie de acuerdos humanitarios con los actores armados presentes en el territorio, con el objetivo de definir mecanismos que acaben con el asesinato de líderes sociales y ex combatientes de las FARC que asolan a los territorios.

Según Francia Márquez, lideresa del Proceso de Comunidades Negras (PCN), esta iniciativa se da en medio de una actitud irresponsable del Gobierno hacia los líderes sociales. Según ella, si el gobierno no responde, son las comunidades las que debe asumir la tarea puesto que no se puede permitir que siga la masacre de líderes y lideresas que completa cerca de 600 personas asesinadas desde la firma del acuerdo de paz con FARC en 2016.

Márquez también resaltó que es necesario que la sociedad en general se manifieste, no solamente en las redes sociales, sino que a través de acciones concretas de solidaridad de respuesta al Gobierno y de compromiso con la construcción de la paz. “Cuando me felicitan en la calle por mi lucha, me pregunto para mí misma ¿y la suya pa cuándo?” cuestionó la lideresa en medio de una intervención.

Este anuncio de la posibilidad de alcanzar acuerdos humanitarios regionales se dio en el marco de un evento citado por el Observatorio de Realidades Sociales, a cargo del arzobispo de Cali, monseñor Darío de Jesús Monsalve, en el que se invitó a toda la sociedad colombiana a ser escudo para los líderes sociales, y así defender el tejido social que es el que más estaría siendo destruido por los constantes ataques contras las personas en los territorios.

Comunidades hablando de Acuerdos Humanitarios por los líderes

Encuentro del Observatorio de Realidades Sociales de la aquidiócesis de Cali

Fuente de la Información: https://kaosenlared.net/colombia-comunidades-buscan-acuerdos-humanitarios-para-acabar-con-asesinatos-de-lideres/

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Para conmemorar la lucha estudiantil en Colombia

América del Sur/ Colombia/ 11.06.2019/ Fuente: www.colombiainforma.info.

El 8 y 9 de junio se han convertido en un símbolo de lucha y resistencia para la historia de los movimientos estudiantiles en Colombia. ‘El día del estudiante caído’ conmemora a los estudiantes asesinados en 1929, 1954 y 1973, y abre paso a la reconstrucción de la memoria histórica de otras y otros estudiantes asesinados por la represión del Gobierno durante más de 50 años.

El 8 y 9 de junio se conmemora en Colombia ‘el día del estudiante caído’, recordando a los y las estudiantes que fueron asesinadas en la Universidad Nacional, durante el mandato de Gustavo Rojas Pinilla.

El 8 de junio de 1954 fue asesinado, a manos de la Fuerza Pública, Uriel Gutiérrez, estudiante de medicina de la Universidad Nacional en Bogotá. Este hecho fue el inicio de una manifestación realizada por estudiantes y compañeros de Uriel el 9 de junio, donde en medio de hechos violentos fueron asesinados 11 estudiantes. Estos dos días que marcaron la historia de Colombia también estuvieron acompañados de censura a la prensa.

¿Quién fue Uriel Gutiérrez?

Fue un líder estudiantil que trabajaba en una reforma administrativa y académica de la Universidad Nacional. Tiempo después de su asesinato se creó la Federación de Estudiantes Colombianos – FEC-.

Como si se tratara de un hecho reciente, Luciano Pabón, ministro de Gobierno, deslegitimó la protesta realizada el 9 de junio dirigida por las y los estudiantes en rechazo al asesinato de su compañero Uriel, estigmatizándola, dando paso a que asesinaran a 11 estudiantes más y que estos hechos quedaran en la impunidad.

Las consecuencias del asesinato de los estudiantes de la Universidad Nacional fueron la renuncia del entonces rector Julio Carrizosa Valenzuela, y la realización de varias promesas relacionadas con la reforma por la que los estudiantes luchaban junto a Uriel. El siguiente en asumir el cargo fue el coronel Manuel Agudelo, quién se dedicó a perseguir al estudiantado.

Uriel Gutiérrez no fue el único, ni el último estudiante asesinado a manos de la Fuerza Pública en Colombia; durante estos dos días el movimiento estudiantil, desde sus diversas expresiones, intenta recuperar la memoria de aquellos que fueron víctimas de un Gobierno terrorista, que no reconoce el asesinato de quienes se esfuerzan por construir unidad y organizar al pueblo.

Son días para conmemorar a todas las y los estudiantes que aún continúan en pie de lucha, desde las aulas y las calles, debatiendo y construyendo un sistema educativo mejor, en miras de un sistema educativo público y de calidad al que pueda acceder el pueblo trabajador.

Mural restaurado de Gerson Gallardo y Edwin López, estudiantes de la Universidad Francisco de Paula Santander asesinados en 2003 por paramilitares.

Fuente de la noticia: http://www.colombiainforma.info/para-conmemorar-la-lucha-estudiantil-en-colombia/
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