Page 532 of 3041
1 530 531 532 533 534 3.041

Brasil: Un manifiesto sindical exige que Bolsonaro adopte un enfoque diferente

América del Sur/Brasil/Prensa IE

La Confederação Nacional dos Trabalhadores em Educação (CNTE) de Brasil ha publicado un manifiesto que contiene medidas para proteger la salud pública y las vidas de los trabajadores.

Los dirigentes de la CNTE han criticado duramente la respuesta del presidente Jair Bolsonaro a la propagación de la epidemia de la COVID-19 en el país. Su manifiesto incluye exigencias a las autoridades públicas para garantizar la salud y la seguridad del personal del sector de la educación y de los estudiantes.

“La gravedad del momento actual exige la solidaridad de todo el mundo”, subrayó el sindicato.

Hablando en nombre de “las multitudes olvidadas, abandonadas e invisibles”, el sindicato de docentes explicó que “a través de este manifiesto, los educadores de Brasil defienden públicamente la vida humana con los sentimientos altruistas más profundos”.

Se necesitan medidas colectivas y de apoyo

El sindicato considera que “no hay perspectiva de futuro sin medidas colectivas y de apoyo. Las reglas del mercado no pueden aliviar el sufrimiento de la mayor parte de la población nacional y mundial. Ahora más que nunca, los servicios públicos deben regirse por argumentos universales y responsables que beneficien a todo el mundo. ¡Saldremos de la crisis actual gracias a más políticas de Estado y con menos políticas orientadas hacia el mercado, pues estas perjudican a la población!”.

Los dirigentes de la CNTE condenaron la política neoliberal del Gobierno de Bolsonaro, consistente en socavar el papel del Estado y de sus funcionarios y que “demuestra ser un fracaso absoluto cada día”. Ante la crisis de salud pública actual, las “acciones contradictorias” del Gobierno brasileño permiten a este eludir su responsabilidad ante “la verdadera dimensión del problema”.

La epidemia se agravará

El sindicato argumenta que el presidente Jair Bolsonaro ha actuado sistemáticamente contra la política de confinamiento recomendada por las autoridades científicas y de salud pública en todo el mundo. Añadió que el presidente ha pedido a la población que salga a las calles y ha utilizado fondos públicos para promover una campaña llamada “Brasil no puede parar”.

La CNTE insistió en que la epidemia se estaba propagando en Brasil y que la situación se agravará en las próximas semanas, especialmente si las autoridades públicas de los diferentes niveles abandonan las políticas de distanciamiento social. La unión sindical señaló que se necesitan medidas públicas de ayuda y asistencia para proteger las vidas de las personas.

Nuevas políticas

El Gobierno debe cambiar urgentemente “su trayectoria de defensa a ultranza del ultraliberalismo económico, que promueve, por encima de todo y de todo el mundo, un Estado mínimo” y ha de adoptar medidas “que protejan a la población y a la clase trabajadora contra la pandemia vírica”, dijo el sindicato.

“La imposición a las grandes fortunas, a los beneficios y a los dividendos de las personas ricas y el aumento de los impuestos sobre los bienes inmuebles son medidas urgentes y muy eficaces para combatir la desigualdad y garantizar el bienestar de toda la población, en particular en épocas de crisis como la que estamos viviendo”.

Además, insistió en que se debe ejecutar de inmediato un proyecto aprobado por el Congreso Nacional en el que se prevé un pago de emergencia de 600 reales brasileños (hasta 1200 reales brasileños para madres solteras, es decir, entre 100 y 200 euros) a personas de ingresos bajos durante tres meses.

Manifiesto sindical

El sindicalismo brasileño de la educación propone que se adopten las medidas siguientes para la sociedad de Brasil, en particular para la comunidad educativa:

  • Aplicar medidas económicas y educativas diferentes a las que promueve el presidente Bolsonaro, muchas de las cuales contradicen las políticas del Ministerio de Salud de Brasil y de la Organización Mundial de la Salud. Según el sindicato, el presidente se rige exclusivamente por los intereses inmediatos de los directivos de empresas, que no velan por las vidas de la población ni por los derechos de los trabajadores.
  • Mantener los salarios (sin reducciones), puestos de trabajo, ingresos y contratos de trabajo tanto en el sector público como en el privado a través de la adopción de políticas de subsistencia decentes para las familias brasileñas, en particular para aquellas pertenecientes a segmentos sociales históricamente marginados por las políticas públicas.
  • Adoptar mecanismos económicos que garanticen la compensación de pérdidas a los trabajadores (y no solo a los directivos de empresas), ayuda para microempresarios individuales y un ingreso mínimo universal (digno) para las personas desempleadas, los trabajadores del sector informal y las familias más pobres que han sido excluidas del programa de subsidio familiar nacional desde 2016.
  • Gravar a las mayores fortunas de Brasil para financiar las políticas de lucha contra la pandemia y apoyar el futuro proceso de desarrollo social y económico, así como proteger el medio ambiente.
  • Defensa absoluta del sistema nacional de salud y de todos sus profesionales; el Gobierno debe aumentar la oferta de pruebas diagnósticas rápidas para la COVID-19 y la cantidad de camas en cuidados intensivos.
  • Mantener el cierre total de las escuelas brasileñas para contener la propagación de la COVID-19 y utilizar las escuelas públicas como espacios para prestar servicios en el marco de otras medidas de emergencia de las que son responsables los organismos de salud pública y de asistencia social.
  • Defender la vida de las personas en un sentido amplio, garantizando un suministro de alimentos adecuado, especialmente para los estudiantes pobres y sus familias. Las autoridades públicas deben dar prioridad a la adquisición de productos agrícolas para ayudar a este sector.

Más solidaridad y sanidad y educación públicas de calidad

“¡Es sumamente importante empezar a pensar en el futuro!”, instaron los dirigentes de la CNTE. “¡La sociedad exige más políticas públicas y de Estado! ¡Más solidaridad de los gobiernos de diferentes niveles y menos austeridad para la población! Más sanidad, educación, equipos sanitarios y seguridad públicos de calidad. Resumiendo: ¡respeto, especialmente para las personas más pobres y vulnerables!”.

Fuente: https://www.ei-ie.org/spa/detail/16802/brasil-un-manifiesto-sindical-exige-que-bolsonaro-adopte-un-enfoque-diferente

Comparte este contenido:

Brasil: Universidades públicas, aulas remotas e os desafios da ameaça neofascista no Brasil

América del sur/Brasil/04 Junio 2020/https://www.cartamaior.com.br/

Notas para ações táticas emergenciais

As universidades públicas estão diante de pesados dilemas que podem definir, de modo duradouro, o seu futuro. O governo, aproveitando a pandemia, está efetivando ações destrutivas para, no dizer do antiministro do Meio Ambiente, ‘passar a boiada’[1]. Na mesma linha, o antiministro da Economia, após ter caracterizado os servidores como parasitas, em meio a risos –  ao modo de Saló de Pasolini, uma das obras que expressam, de modo mais profundo, a perversidade inerente ao fascismo –  jactou-se por ‘colocar uma granada no bolso do inimigo”[2], ou seja, dos servidores. O MEC, orientado pelo negacionismo, retoma o Future-se[3], e o CNPq e a CAPES estão sendo desconstituídos. Nenhuma ação construtiva está em curso para melhorar a infraestrutura das instituições, medida indispensável para retomar as atividades no futuro.

Existe a possibilidade concreta de que não seja possível retomar as aulas regulares no prazo de até um ano, possivelmente mais. A saída que vem sendo aventada pelo ministro da Educação, pelo Conselho Nacional de Educação, aparelhos privados de hegemonia empresariais e, difusamente, ecoa anseios das comunidades universitárias.

O presente artigo foi elaborado no contexto de elaboração do novo caderno do Coletivo de Estudos em Marxismo e Educação – COLEMARX/ Faculdade de Educação da UFRJ[4] dedicado ao tema da universidade. Sistematiza indicações que não corroboram essa alternativa, argumenta, distintamente, que a tentativa de instituir uma falsa normalidade irá legitimar a perda de centralidade dos problemas de infraestrutura que precisam ser enfrentados para possibilitar que a universidade pública brasileira possa assegurar as condições para o retorno futuro. O falso normal comprometerá de modo severo e, para muitos, irremediável, a incipiente democratização do acesso e da permanência de estudantes provenientes das frações mais exploradas e expropriadas da classe trabalhadora.

Sem nova infraestrutura, retorno incerto

Em grande parte das instituições, a expansão das duas últimas décadas foi realizada a partir de adequações de espaços preexistentes, via-de-regra, precários e exauridos. Não são poucas as salas de aula e espaços de trabalho acadêmico e administrativo pequenos, sem ventilação adequada, com escassos lavatórios para as mãos. A despeito da heterogeneidade das edificações, dificilmente a totalidade das instalações universitárias seria aprovada pelos protocolos das autoridades de saúde.

A exigência de distanciamento entre os estudantes nas salas de aula – norma básica da OMS –  exigiria turmas de aproximadamente 15 estudantes, o que está longe de ser uma realidade. Em todos os protocolos em circulação na União Europeia, China e outros países que já estão operacionalizando o retorno das escolas e universidades, a questão da harmonização dos espaços das instituições com ‘protocolos sanitários’ assume importância axial para planejar o retorno.

Diferente da orientação ultraneoliberal, a adequação exigirá novos servidores para que seja possível reduzir o número de estudantes por turma. Tudo isso somente se realizará se houver planificação. Entretanto, como o MEC é negacionista, essa agenda não será proposta. Como o ministério responsável pelos assuntos educacionais não irá agir por sua própria vontade, as instituições, sindicatos, movimentos estudantis, sociedades científicas etc., terão de assumir a tarefa de elaborar, imediatamente, projetos gerais com objetivos, metas, estimativa de custos e, com assessoria parlamentar, apresentar proposições ao Congresso Nacional, objetivando a definição de recursos. As diretrizes para esses projetos de adaptação das instituições terão de incluir as áreas administrativas, laboratórios, bibliotecas, restaurantes, moradia estudantil, transporte etc.

No fulcro do planejamento, o cronograma de adequações terá de ser cuidadosamente estabelecido, devendo conjugar o calendário recomendado pela OMS/OPAS, secretarias de saúde, Fiocruz, sociedades científicas pertinentes e pelas próprias instituições e o plano de melhoria da infraestrutura com fontes de recursos, normas de repasses e de licitação que caracterizem a emergencialidade, o que poderia ser feito em diálogo com os órgãos de controle para que a celeridade necessária possa ser garantida.

A analogia grosseira de que a paralisação das aulas em virtude da pandemia guarda paralelo com greves longas (e, portanto, que o problema se resume ao ajuste de calendários), somente contribui para tornar ainda mais opaco o congelamento do protagonismo em prol da construção de condições para que as aulas possam ser retomadas quando as condições da pandemia permitirem.

Referenciado na defesa da vida dos estudantes, servidores e comunidades não é possível, a priori, definir o horizonte temporal para indicar o retorno às atividades acadêmicas nos espaços universitários. E é esse intervalo de tempo que está engendrando toda sorte de propostas que, desconsiderando as demandas estudantis e dos servidores, ocultam proposições que buscam redefinir a natureza dos processos de ensino e aprendizagem nas universidades. A pretexto da pandemia, as corporações ávidas para ocupar os nichos de negócios lastreados pelo fundo público difundem suas plataformas para introduzir, nas instituições públicas, a inexistente modalidade semipresencial.

A ideologia das aulas remotas

São muitas as motivações para as aulas remotas: a mais nobre delas é o desejo de reencontrar os estudantes, estudar juntos, saber como passam, compartilhar as intensas atividades de debates, eventos culturais e artísticos que circulam e, certamente, a responsabilidade de realizar reflexões sobre a perigosa conjuntura brasileira. No presente texto argumento que não é verdade que o dilema esteja resumido à disjuntiva: a) o retorno por meio de aulas remotas aos cursos regulares, restabelecendo o período acadêmico como se o país não vivesse a mais trágica e brutal crise sistêmica desde meados do século XX e b) o imobilismo diante da situação. O problema é mais complexo e, conforme discutido na última seção, outras alternativas são possíveis.

Para precisar a discussão, por aula remota denomino o processo de restabelecimento das disciplinas, por meio de tecnologias de informação, nos marcos da grade curricular que estava prevista para o ano acadêmico de 2020. Entretanto, nos dias de hoje, essa alternativa pressupõe, a priori, deixar para trás justamente os estudantes das frações mais exploradas e expropriadas que ingressaram via cota racial ou de escola pública, e que são merecedores das melhores esperanças de ampliar a democracia no país. Não menos relevante, milhares de servidores teriam dificuldade de atuar nas aulas remotas, em virtude da impossibilidade de transformar o espaço doméstico em oficinas de trabalho e de harmonizar a cotidianidade transtornada pela pandemia com as atividades letivas virtuais. Esses problemas são especialmente severos para as estudantes, as professoras e para os professores substitutos e demais contratados por tempo determinado. Por hora, deixemos em suspenso os aspectos pedagógicos – decisivos e cruciais – das aulas remotas.

É necessário realçar que não se trata apenas de problemas de acesso à internet por meio de banda larga, o que já é um imenso obstáculo para uma enorme parcela de estudantes, problema que é mais grave em estados do Norte e Nordeste, mas que é sumamente grave nas periferias dos grandes centros urbanos (PNAD, 2017), mas, principalmente, das condições de vida dos estudantes. As universidades, corretamente, defendem a quarentena e, por isso, não podem se furtar de examinar as condições de moradia, trabalho, renda e estado psicológico das e dos estudantes que se deterioraram, ainda mais, a partir da pandemia.

Se examinarmos as condições de vida de nossos estudantes, mesmo as anteriores à pandemia, considerando como aproximação razoável, os indicadores da pesquisa do FONAPRACE/ ANDIFES[5], concluiremos que, grosso modo, apenas os segmentos das classes médias de melhor poder econômico e, generalizadamente, das classes médias altas e dos ricos, poderão ter acesso a ambientes de estudos condizentes com as atividades denominadas de ensino remoto.

Embora as aulas remotas emergenciais não possam ser configuradas como EaD é inevitável associar os termos. Em primeiro lugar, caso não seja possível implementar em curto prazo o plano de reformas nos espaços das universidades, institutos etc., uma hipótese plausível, o problema das aulas remotas se estenderá por um bom tempo; ademais, não cabe ingenuidade aqui: essa será a saída induzida pelo governo Bolsonaro como o “novo normal”, mas como modalidade EaD. Este intento será insistentemente defendido pelas corporações que oferecem as tais plataformas de ensino, lideradas pelas maiores do setor, e por meio de prepostos vinculados ao capital que estarão solidários com o aprofundamento do ultraneoliberalismo, concebido como a única via de superação da crise pós-pandemia.

Por isso, é preciso colocar à lume a realidade da EaD no Brasil. Ao contrário do que vem sendo apregoado (a área educacional é conservadora, resiste a ingressar no século XXI e nas tecnologias digitais), o país está entre os que mais possuem estudantes nessa modalidade, processo liderado, largamente, pelas corporações mais agressivas do mercado. Em 2008, esta modalidade correspondia a 12,5% das matrículas e 20% dos novos ingressantes; em 2018, alcançou 25% das matrículas e 40% dos novos ingressantes. Cabe o registro: grande parte em curso de formação de professoras/es. Essa expansão foi efetivada pelas grandes corporações que, efetivamente, possuem o monopólio da EaD no país. Como modalidade de ensino regulamentada pelo Decreto no 9.057, de 25 de maio de 2017, a EaD deveria requerer planejamento cuidadoso, específico, deliberado, associado a atividades presenciais sistemáticas. Não é o que se verifica nas corporações. No caso das instituições que têm compromisso de assegurar processos formativos integrais, a exigência de momentos presenciais acaba afastando aqueles estudantes que, por não terem meios de vivenciar as atividades presenciais desses cursos, avolumam a fileira dos evadidos.

Os ultraneoliberais, por atuarem nos negócios financeiros, sabem que a elevada lucratividade desse segmento decorre da superexploração dos professores e de estratégias de ensino que pressupõem as mais brutais formas de expropriação do conhecimento dos docentes: é a hipertrofia do capital fixo para sufocar o lugar do trabalho vivo, potencialmente inventivo. Pouco importa que os cursos assim ofertados possuem elevadíssima evasão dos estudantes, pois, para os negócios, são estudantes sem rostos. Como o objetivo é o lucro, enquanto houver circulação de ‘clientes’ os negócios se realizam. Não pode surpreender o fato de que algo como 47% dos cursos são considerados insatisfatórios pela rebaixadíssima avaliação do MEC, sempre muito generosa com as corporações.

As plataformas de ensino utilizadas pelas corporações educacionais, em geral, estão sob controle das cinco grandes corporações de Tecnologia da Informação (Amazon, Microsoft, Facebook, Apple, Alphabet/ Google) que detém o fundamental do mercado mundial. Todas elas estão estruturadas a partir de “certas” concepções pedagógicas. Todas, igualmente, possuem objetivos estratégicos em prol da criação do mercado mundial de ensino superior, um objetivo acalentado desde a criação do Acordo Geral de Comércio de Serviços da OMC, em 1995. Não é possível ignorar, também, o uso pelas corporações dos dados que circulam por suas plataformas, por meio da mineração dos dados (revolução dos algoritmos) posteriormente aplicado em campanhas publicitárias, políticas e eleitorais, a exemplo das efetivadas por Cambridge Analityca[6]. A indagação sobre qual o real negócio do Facebook, por exemplo, segue atual: não seria a captação e o tratamento de grande quantidade de dados para fins políticos e econômicos?

Finalmente, e não menos importante, é preciso colocar em relevo o fato de que os dispositivos tecnológicos possuem intencionalidade, são desenvolvidos com objetivos e, por isso, as corporações de TI são referências na flexibilização dos direitos trabalhistas. As novas modalidades de trabalho inseridas nas plataformas tecnológicas como Uber indicam o caminho a seguir. E na educação não é diferente. A adesão ao fetiche tecnológico, nesse sentido, não deixa de ser uma servidão voluntária; é a luta pela sobrevivência, principalmente dos jovens, que faz mover essas engrenagens fetichizadas.

O Brasil talvez seja o país em que melhor é possível avaliar a experiência concreta de EaD e o quadro é desolador. A lógica do processo conduz a hipercompetição das corporações pelo mercado educacional, rebaixando custos, operando dumping, precarizando o trabalho dos docentes, muitos relexicalizados como colaboradores, tutores, monitores e noções afins. Para dimensionar até onde a mercantilização pode ir, examinar o caso da Laureate é ilustrativo[7]. As grandes corporações do setor, parte delas com ações negociadas na bolsa de valores, atribuem a cada docente a correção de milhares de provas e, não satisfeitas com a hiperexploração do trabalho, vêm ampliando a demissão de docentes que atuam no núcleo de EaD para substitui-los por robôs que, doravante, programados por meio de inteligência artificial (IA), corrigiriam os trabalhos e provas dos estudantes.

O trabalho remoto é indissociável da contrarreforma trabalhista de 2017, e está associado às terceirizações, à pejotização, ao trabalho intermitente e outras modalidades de precarização selvagem do trabalho. O insulamento domiciliar quebra toda solidariedade de classe, e, mais amplamente, a sociabilidade dos espaços compartilhados de trabalho que engendra relações sociais com potencial humanizador.

O tema do trabalho remoto chegou às universidades em virtude da pandemia e está em confronto, ao menos parcial, com o negacionismo que pretende impor, contra as normas das autoridades da saúde, o fim da quarentena. Nesse sentido, deve ser reivindicado como direito dos servidores em prol da vida, desde que sua regulamentação observe o que deveria ser óbvio: trata-se de trabalho remoto em virtude da existência de uma pandemia e, nesse sentido, as especificações não deveriam ser centradas nos indivíduos, mas nos planos de trabalho das unidades, setores, laboratórios e da própria instituição.

No caso da docência e, mais amplamente, das atividades de ensino, pesquisa e extensão o trabalho remoto não pode ser confundido com a EaD: é distinto, ocorrendo em situações administrativas, orientações, defesas, estudos específicos fora do local de trabalho. A transmutação do trabalho remoto em ensino remoto, associado à EaD, é uma impropriedade. Inexiste a modalidade ensino remoto. O que é feito em termos de ensino remoto não deixa de se valer das ferramentas de EaD que, como assinalado, possui normas e diretrizes próprias e, sobretudo, estratégias pedagógicas especificamente desenvolvidas para a referida modalidade de ensino. Não há como transladar o planejamento de cursos presenciais em cursos baseados em trabalho remoto dos docentes.

Os colegiados das instituições, ouvido os movimentos estudantis e dos servidores, assim como as entidades sindicais e acadêmicas, terão de examinar com vagar o que pode e em que condições deveria ser realizado, como bancas, relatórios, projetos, monografias de conclusão de cursos, sempre considerando a perspectiva da universalidade. Será crucial, ainda, que os conselhos superiores interpelem os órgãos de fomento, sobretudo CAPES, CNPq, FINEP etc., objetivando a repactuação dos calendários e, sobretudo, a preservação do caráter republicano e comprometido com a liberdade de cátedra dessas agências.

No caso das aulas, como salientado, além dos problemas propriamente pedagógicos, não seria uma medida correta, pois seria esdrúxulo que a universidade, em sua institucionalidade balizada pela Constituição, deliberasse por uma alternativa que seguramente não será universal, enredando a universidade em novos e mais graves problemas.

Os processos de ensino e aprendizagem na universidade pública pressupõem um ambiente de aprendizado e de ensino, nas salas de aula, laboratórios, grupos de pesquisa, na experiência cotidiana das interações entre os estudantes, docentes, técnicos. Os cursos foram assim pensados. A ampliação das atividades remotas para a esfera do ensino, referenciada no new management –  é seguro que esse é o intento do MEC que já ampliou a possibilidade de que 40% das disciplinas possam ser ofertadas a distância, como prática a ser seguida no futuro – corrói o ethos acadêmico e a formação complexa dos estudantes, rebaixando o lugar das públicas no ensino superior do país, e, pior, institucionaliza o apartheid educacional.

Os defensores do new management educacional reagem às críticas sem enfrentar o que é substantivo: a má pedagogia, a péssima formação e, principalmente, a postura “E daí?” sub-repticiamente assumida diante da segregação de enorme parcela dos estudantes. Ocultando o principal, retrucam que, uma vez que a volta às aulas não pode ser imediata (embora não priorizem a construção de condições para o regresso acima indicadas), as aulas remotas são a única alternativa possível, pois os servidores não podem deixar de cumprir metas de desempenho e os estudantes precisam concluir seus cursos. Como apontado anteriormente, é preciso examinar alternativas ao que o texto considera uma falsa disjuntiva: retomada do período acadêmico por meio de aulas remotas versus o imobilismo.

O que pode ser feito para retomar as atividades universitárias durante a pandemia?

O dilema acima referido precisa ser enfrentado: no caso de prolongamento por muitos meses das restrições para a reabertura das universidades é evidente que a instituição não pode deixar de criar condições para renuclear seus estudantes, inserindo-os na vida universitária, isso é imprescindível para a instituição e para a vida dos estudantes. Vale reiterar: a interação com os estudantes é um anseio dos docentes e técnicos e administrativos. É seguro que também os estudantes estão desejosos de retomar contato com a universidade. A formação intelectual dos estudantes é uma exigência magnificada pela combinação da crise política, econômica e da pandemia. Seria decepcionante que durante esse período a universidade renunciasse ao seu papel formador.

Aos aspectos formativos, é preciso agregar o fato de que o país vive dias perigosos em que cresce assustadoramente o risco de que a ideologia neofascista se converta, cada vez mais, em governo neofascista. O renucleamento dos estudantes se justifica, também, pelo fato de que a universidade é, nessas situações, uma das primeiras instituições afetadas pela violência que caracteriza as experiências fascistas. Não surpreende, como assinalado, que nesses dias perigosos, em 28 de maio de 2020, o governo Bolsonaro e seu peculiar ministro da Educação tenham apresentado nova versão do destrutivo Future-se.

Para que os setores democráticos não se vejam enredados em uma insustentável posição defensiva ou, pior, se percebam constrangidos a aceitar a segregação implícita no ensino remoto, é preciso trabalhar o tema da reaglutinação dos estudantes e da organização de atividades que expressem a vitalidade das instituições universitárias no momento mais difícil desde o início do pós-II Guerra, considerando os problemas objetivos das condições de vida já referidos acima e, ao mesmo tempo, os desafios acadêmicos e pedagógicos. Como enfrentar esse dilema?

As universidades, institucionalmente, terão de assumir protagonismo real na organização de condições para reaglutinar seus estudantes. Como assinalado, no contexto de avanço de projetos autocráticos e de cariz neofascista, é necessário que os estudantes estejam próximos às suas universidades, em defesa da democracia, da educação pública e envolvidos em processos formativos originais.

A pandemia abre caminho para o fundamentalismo e para disposições de pensamento referenciadas no ‘darwinismo social’. A crise econômica, embora anterior à pandemia, é por esta muito potencializada e os neofascistas disputam a imagem da crise, como se esta decorresse das medidas de isolamento social adotadas pelos países e pelos estados e municípios. As universidades, nesse cenário, estão no rol das primeiras instituições a serem atacadas para consolidar a autocracia neofascista que está em preparação. Ademais, os estudantes não deveriam estar longe de seus companheiros de curso, de seus centros acadêmicos e diretórios estudantis. Se a fórmula simplista e escapista do ensino remoto não responde às exigências da realidade, o que resta é a resignação e a esperança desencarnada de que, em breve, as coisas melhorarão?

A esquerda socialista, e os setores comprometidos com a democracia, precisam definir ações para atuar no tempo histórico e forjar alternativas. Uma agenda democrática não pode deixar de atuar:

no sentido de universalizar o acesso gratuito e universal a todos estudantes das instituições públicas acesso à rede web com banda larga ou equivalente e de garantir os meios tecnológicos para a interação criativa dos estudantes. Existem recursos previstos para tal fim, por meio do Fundo de Democratização dos Serviços de Telecomunicações instituído pela Lei n. 9.998/2000. As universidades e institutos, em conjunto com as prefeituras municipais, poderiam participar da ampliação do acesso de redes comunitárias, associadas à Rede Nacional de Pesquisa e iniciativas afins, fortalecendo o caráter público do acesso à banda larga no país;

emergencialmente, em prol da renda mínima, no âmbito da assistência social, para todos estudantes que provêm de famílias de baixa renda, pelo menos no valor atualmente praticado (R$ 600,00), objetivando assegurar melhoria nas condições de vida;

na defesa de que as instituições universitárias e de pesquisa públicas elaborarem ambientes virtuais próprios, livres do controle das corporações, de modo a assegurar a autonomia universitária e a soberania dos suportes pedagógicos indispensáveis para enfrentar as condições de isolamento social no contexto da pandemia.

Cumpridas as três condições, todas elas necessárias, é possível desenvolver políticas para a referida reaglutinação dos estudantes com suas instituições.

O exemplo da UFBa é relevante. Esta instituição realizou, nos dez últimos dias de maio de 2020, em plena pandemia, um Congresso para 38 mil membros de sua comunidade com mais de 600 debates, apresentação de trabalhos, grupos de estudos, cursos livres, exposições artísticas, tudo isso sem perder a interpelação da conjuntura: a abertura do Congresso se deu com três mesas: uma sobre o fascismo, outra sobre a pandemia, na ótica de uma instituição de pesquisa pública e, finalmente, uma terceira sobre a educação no contexto atual. Mais claro impossível!

Nacionalmente, é possível elaborar uma cartografia com muitas atividades científicas, culturais, tecnológicas, tanto organizadas pelas instituições, unidades, laboratórios, como os que investigam o coronavírus, sociedades científicas, conselhos profissionais, povos indígenas, sindicatos, movimentos sociais, compondo plataformas comuns com atividades auto organizadas diversas que possam interpelar a perigosa e complexa conjuntura, promovendo encontros, desencontros, convergências táticas, dilemas estratégicos. Na tradição do pensamento crítico, experiências das universidades populares, com Gramsci e Mariátegui, são inspirações a serem consideradas.

Tempos excepcionais exigem medidas excepcionais. Nos dias de sofrimento e dor da pandemia, a universidade não pode deixar de se perceber interpelada pelos problemas que afligem a humanidade. Essa é a tradição das universidades populares que poderia inspirar os planos acadêmicos nesses dias difíceis. Cada universidade poderia criar normas de validação de créditos pelas atividades que, a rigor, poderiam ter, muitas delas, alcance nacional. No gozo da autonomia universitária, é possível atribuir créditos de atividades complementares e extensão universitária, possibilitando, desse modo, que os estudantes avancem em seus processos formativos e na inserção universitária. Temas complexos terão se ser discutidos, como a conclusão dos cursos por parte dos estudantes que estão muito perto de concluí-los, discussão que deveria ser empreendida nacionalmente, por meio de fóruns com a Andifes, UNE, Andes-SN e demais entidades pertinentes.

Essas são, em linhas gerais, proposições para a nossa reflexão que terá de ser célere. Urge construir uma agenda comum com amplitude para forjar a necessária unidade de ação em defesa da democracia, dos direitos sociais, da educação pública e gratuita, referenciada nos princípios do Art. 207 da Constituição Federal.

***

[1] Ministro do Meio Ambiente defende passar ‘a boiada’ e ‘mudar’ regras enquanto atenção da mídia está voltada para a Covid-19, G1, 22/05/2020,

https://g1.globo.com/politica/noticia/2020/05/22/ministro-do-meio-ambiente-defende-passar-a-boiada-e-mudar-regramento-e-simplificar-normas.ghtml

[2] Suspensão de reajuste de servidores é ‘granada no bolso do inimigo’, diz Guedes em reunião, G1, 22/05/2020, https://g1.globo.com/politica/noticia/2020/05/22/suspensao-de-reajuste-de-servidores-e-granada-no-bolso-do-inimigo-diz-guedes-em-reuniao.ghtml

[3] GIOLO, J., LEHER, R. e SUISSARDI, V. Future-se: ataque à autonomia das instituições federais de ensino superior e sua sujeição ao mercado”, São Carlos, SP: Diagrama Editorial, 2020, Acesso livre em: www.diagramaeditorial.com.br/editora/future-se.

[4] COLEMARX. Universidades públicas e aulas remotas: nenhum estudante pode ser excluído, junho de 2020, no prelo. http://www.colemarx.com.br/

[5] V Pesquisa Nacional de Perfil Socioeconômico e Cultural dos (as) Graduandos (as) das IFES – 2018, Observatório do Fórum Nacional de Pró-Reitores de Assuntos Estudantis – FONAPRACE/ Associação Nacional dos Dirigentes das Instituições Federais de Ensino Superior -ANDIFES, http://www.andifes.org.br/wp-content/uploads/2019/05/V-Pesquisa-do-Perfil-Socioecon%C3%B4mico-dos-Estudantes-de-Gradua%C3%A7%C3%A3o-das-Universidades-Federais-1.pdf

[6] Facebook vendeu informações de dados pessoais de cerca 50 milhões de utilizadores a uma empresa britânica de recolha e análise de dados, a Cambridge Analytica que contava com a participação do ideólogo da guerra cultural empreendida pela extrema direita Steve Bannon, utilizando os dados adquiridos em campanhas políticas como a saída do Reino Unido da União Europeia, a eleição de Trump à Casa Branca, também na Nigéria e no Quênia. Karla Pequenino. A vida debaixo do microscópio das grandes empresas. Público, 25/03/18, https://www.publico.pt/2018/03/25/tecnologia/noticia/a-vida-debaixo-do-microscopio-das-grandes-empresas-1807936, acesso em 30 de abril de 20.

[7]Thiago Domenici. Após uso de robôs, Laureate agora demite professores de EAD. Agência Pública, 13/05/20, https://apublica.org/2020/05/apos-uso-de-robos-laureate-agora-demite-professores-de-ead/?mc_cid=f0188b56be&mc_eid=405aa0050d, acesso em 30/05/20.

Fuente: https://www.cartamaior.com.br/?Editoria/Educacao/Universidades-publicas-aulas-remotas-e-os-desafios-da-ameaca-neofascista-no-Brasil/54/47699

Comparte este contenido:

Colombia: Cursos y certificados de Coursera serán completamente gratuitos por la pandemia

América del sur/Colombia/04 Junio 2020/semana.com

Los estudiantes tendrán acceso a más de 3.800 cursos, 150 proyectos guiados, 400 especializaciones y 11 certificados profesionales de universidades de alta calidad de todo el mundo.

Aunque en algunos países ya se ha comenzado con la reapertura de colegios y universidades bajo estrictas medidas de bioseguridad, datos de la Unesco indican que aún el 70 % de los estudiantes nivel internacional siguen afectados por el cierre de las instituciones debido a la covid.19.

Bajo la incertidumbre de cuándo podrán regresar completamente a las clases presenciales, y ante la cancelación de programas de verano, muchos estudiantes están enfrentando ansiedad por el impacto que una interrupción prolongada en sus estudios. A pesar de este panorama, todo el sector educativo en el mundo coincide en un aspecto, el aprendizaje debe continuar.

Teniendo en cuenta la preocupación de millones de estudiantes, la plataforma de educación virtual, Coursera, anunció que a partir de hoy, los estudiantes universitarios de todo el mundo pueden aprender y obtener certificados de los cursos que allí se ofrecen de forma gratuita.

Los estudiantes que estén cursando actualmente la universidad, un postgrado o que sean recién graduados, solamente necesitan contar con un correo electrónico escolar verificado para inscribirse y obtener acceso gratuito a más de 3.800 cursos, 150 Proyectos Guiados, 400 Programas Especializados y 11 Certificados Profesionales.

La inscripción estará abierta hasta el 31 de julio, sin necesidad de una tarjeta de crédito, y una vez inscritos tendrán hasta el 30 de septiembre de 2020 para completar los programas.

Durante este período, los estudiantes podrán aprender de algunos de los mejores profesores del mundo y obtener credenciales de las universidades con mayor prestigio a nivel internacional, incluyendo la Universidad de Michigan, la Universidad Nacional Autónoma de México, la Universidad de Yale, el Tec de Monterrey y la Universidad de Duke.

Los certificados profesionales de algunos de los principales educadores de la industria entre los que se encuentran Google, IBM y SAS ayudarán a los estudiantes a prepararse para el mundo laboral con habilidades de gran demanda.

Los cursos más tomados por los colombianos

  1. Fundamentos de Finanzas Empresariales (Universidad de los Andes)
  2. Primeros Auxilios Psicológicos (PAP) (Universitat Autònoma de Barcelona)
  3. The Science of Well-Being (Yale University)
  4. Aprendiendo a aprender (Learning How to Learn) (McMaster University, University of California San Diego)
  5. English for Career Development (University of Pennsylvania)
  6. Sexualidad…mucho más que sexo (Universidad de los Andes)
  7. Marketing Verde (Universidad de los Andes)
  8. Bienestar, equidad y derechos humanos (Universidad de los Andes)
  9. Objetivos de desarrollo sostenible para América Latina y el Caribe (Universidad de los Andes)
  10. Fundamentos de la escritura (Tecnológico de Monterrey)

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/cursos-y-certificados-de-coursera-seran-completamente-gratuitos-por-la-pandemia/675568

Comparte este contenido:

Colombia: Cinco tecnologías para regresar a clases presenciales en la pandemia

América del sur/Colombia/04 Junio 2020/semana.com

El cumplimiento de los protocolos de bioseguridad en las aulas, uno de los requisitos que deberán garantizar las universidades antes del retorno de los estudiantes.

En Colombia desde el pasado 16 de marzo ningún estudiante en el país tiene clases presenciales después de que se determinara cerrar los colegios y universidades para prevenir la propagación del nuevo coronavirus. Más de dos meses después, la medida se mantiene y aún es incierto cuándo será la reapertura de las instituciones.

La preparación y ejecución de protocolos de bioseguridad en las aulas de educación superior será una de las principales medidas que deberán garantizar las instituciones universitarias, antes del retorno progresivo a las clases presenciales en los siguientes meses.

Teniendo en cuenta esto, la Feria Internacional de Seguridad, en conjunto con Corferias, presentará al sector educativo las tecnologías clave que le permitirán cumplir los lineamientos y protocolos de seguridad para retomar la normalidad académica en medio de los esfuerzos de las autoridades por superar la pandemia.

A continuación, cinco desarrollos tecnológicos claves que se presentarán a colegios y universidades durante la rueda de negocios ‘Negociando con Seguridad‘ de este viernes 29 de mayo:

  • Control de instalaciones: Con la nueva capacidad de seguridad de accesos, la empresa española Nuo One monitorea el acceso a los alumnos y profesores únicamente en el horario y jornada especifico, controlando a partir de la data de los centros educativos el volumen de personas tanto presencial como a distancia. En el caso de necesitarse, el edificio contará con el video intercomunicador W&M en la puerta de entrada, para verificar la identidad y disponibilidad de aforo de personas que no cuenten con el acceso.
  • Sistemas de clases híbridas: Aunque se estima que en agosto las actividades académicas volverán paulatinamente a ser presenciales, el control de aforos será una manera de prevenir el contagio de la covid-19. Para esto la empresa colombiana D&I ha diseñado un sistema fácil de usar y de instalar, que permite la grabación y emisión de audio y vídeo de alto rendimiento. Cuenta con una cámara web Full HD, un micrófono condensador USB y un anillo de luz LED para mejor la calidad de la luz. A la fecha se han realizado pruebas en la Universidad de los Andes y el Colegio Nueva Granada.
  • Control de temperatura en las aulas: Para el regreso a clases de manera presencial la empresa Hikvision Colombia, presenta al país un sistema de vigilancia remota a partir de cámaras termográficas que permiten monitorear la temperatura corporal de los asistentes a las aulas de clase al mismo tiempo, sin importar si están estáticos o en movimiento. De esta manera, el sistema guarda una data de análisis de temperatura de sus asistentes de manera y fácil y ordenada.
  • Laboratorios académicos seguros: Usando reconocimiento facial y de palma a distancia, dispositivos como el Proface X (TD) y el SpeedFace V5L, de la empresa Zkteco, cuentan con un sistema integrado de seguridad, que al conectarse a las bases de datos de los centros educativos permite el acceso de forma remota a los docentes y estudiantes a las instalaciones de alta seguridad como laboratorios, bibliotecas y salas especiales cumpliendo con las medidas de bioseguridad indispensables.
  • Control de distancia y emisores de desinfección: La empresa Robotec Colombia ha diseñado un software de análisis de video que permite la detección de violaciones en los protocolos de distanciamiento social, generando alertas a los infractores. Además, ha generado nuevos dispensadores automáticos de gel, que evitan el contacto con cualquier tipo de superficie, al tiempo que presenta al usuario información sobre las normas de bioseguridad al interior del centro educativo.

Fuente e imagen tomadas de: https://www.semana.com/educacion/articulo/cinco-tecnologias-para-regresar-a-clases-presenciales-en-la-pandemia/674538

Comparte este contenido:

Chile: Cuarentena. 49 % de docentes siente que no logra que los estudiantes aprendan

América del sur/Chile/04 Junio 2020/semana.com

Una encuesta aplicada a profesores en Chile reveló que solo un 9 % considera que sus alumnos cuentan con hábitos para estudiar de forma autónoma.

Dos meses después del inicio de la cuarentena queda claro que nada reemplaza al profesor y a las clases en las aulas. El gremio docente tuvo que adoptar repentinamente las clases a distancia y replantear su profesión casi desde los cimientos debido a la crisis sanitaria generada por el nuevo coronavirus.

Si para un profesor no era tarea fácil lograr captar la atención de al menos 25 estudiantes en un salón de clase, adelantar las materias mediante vías tecnológicas, o incluso sin supervisión directa del docente, se ha convertido en todo un desafío tanto para los colegios, como para las familias.

La encuesta ‘Docencia durante la crisis sanitaria: La mirada de los docentes‘ buscó analizar cómo se está adelantando, arrojando una conclusión preocupante: los profesores sienten que los alumnos no están aprendiendo. El 49% de los encuestados consideró que debido a la pandemia no están logrando que sus estudiantes aprendan lo necesario.

E
n el estudio participaron 3.176 docentes de colegios públicos y privados de Chile, a quiénes se les indagó cómo se están abordando las clases a distancia producto del coronavirus. En ese sentido, uno de los hallazgos es que solo un 9 % de los profesores considera que la mayoría de sus estudiantes cuenta con hábitos para estudiar de forma autónoma y el 75 % piensa que sus alumnos y alumnas no poseen las habilidades necesarias para utilizar aplicaciones para estudiar a distancia.

“Estos resultados corresponden a las primeras estrategias y soluciones que los docentes y sus comunidades educativas pudieron desarrollar durante el inicio de la educación remota. Por ello, esperamos que al mostrar los aciertos, alertas y riesgos los actores del sistema de Educación de Chile y de otros países puedan diseñar e implementar estrategias y políticas para apoyar a los docentes de las escuelas y liceos en la tarea de enseñar en el contexto de la crisis sanitaria”, indica el informe.

Si bien un 62 % de las y los profesores declara que se ha comunicado de forma frecuente con sus estudiantes, sólo han logrado hacerlo con la mitad de ellos. Asimismo, solo un 27 % de las y los profesores reconoce utilizar frecuentemente las plataformas sugeridas por el Ministerio de Educación.

«Con el cierre de escuelas el derecho a la educación de muchos estudiantes se está viendo fuertemente vulnerado, dado el bajo acceso efectivo a Internet, redes de apoyo y servicios sociales”, explicó el profesor de la Universidad de Cambridge, Javier González, uno de los autores.

Precisamente, los datos reflejan que sólo la mitad de los docentes (42%) dice haber recibido acompañamiento pedagógico para planificar clases a distancia y un tercio declara recibir apoyo para el uso de recursos digitales (32%).

En relación al método de trabajo, el estudio reveló que, principalmente, está basado en el envío de guías (81%) y tareas a los estudiantes (75%). Por el contrario, las actividades menos desarrolladas son aquellas que suponen estrategias interactivas, ya que menos del 20% de los docentes declara organizar grupos de trabajo entre los estudiantes (11%) o realizar videoconferencias para hacer clases (16%).

«Todo lo anterior indica que las condiciones para poder trabajar de nuevas maneras y usar nuevos materiales son difíciles dada la dificultad de acceder e interactuar con sus estudiantes”, concluyó la directora del Observatorio de Prácticas Educativas Digitales (Oped) y académica de la Facultad de Educación de la Universidad Católica de Chile, Magdalena Claro.

El estudio, llevado a cabo en todo el país entre el 20 y 30 de abril, fue realizado por el Instituto de Informática Educativa de la Universidad de La Frontera; el Observatorio de Prácticas Educativas Digitales de la Facultad de Educación de la Pontificia Universidad Católica de Chile; SUMMA – Laboratorio de Investigación e Innovación en Educación para América Latina y el Caribe; el Centro de Desarrollo Profesional Docente de la Facultad de Educación de la Universidad Diego Portales y el Centro Costadigital de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/mitad-de-docentes-siente-que-no-logra-que-estudiantes-aprendan-en-cuarentena/674307

Comparte este contenido:

Islas Galápagos y Costa de Ecuador inician curso escolar virtual

América del sur/Ecuador/04 Junio 2020/prensa-latina.cu

Las regiones costa y Galápagos de Ecuador comienzan el nuevo curso lectivo 2020-2021, bajo la modalidad virtual, debido a la situación sanitaria que vive este país sudamericano, por la pandemia de Covid-19.
El principal desafío es lograr que la docencia llegue a todos los estudiantes, teniendo en cuenta la necesidad de recursos tecnológicos y de conectividad para acceder al nuevo mecanismo dispuesto por el gobierno nacional.

Son alrededor de dos millones 500 mil los alumnos que iniciarán las actividades académicas en las instituciones educativas públicas, fiscomisionales, particulares y municipales, de acuerdo con el cronograma establecido por el Ministerio de Educación.

El nuevo modelo pedagógico se denomina ‘Plan Educativo: Aprendemos Juntos en Casa’, con énfasis en el apoyo emocional.

Para garantizar un adecuado proceso docente-educativo, las autoridades habilitaron un sitio digital que contiene actividades pedagógicas en casa organizadas por día, asignatura, textos escolares digitalizados, lineamientos y protocolos para estudiantes, familias y docentes ante la emergencia.

Asimismo, hay más de 30 plataformas y portales complementarios por nivel y subnivel, así como acceso a cursos de formación docente en otras plataformas.

Los estudiantes que carecen de conectividad podrán contar con acceso a guías pedagógicas impresas, así como a espacios televisivos a través de los cuales se transmitirá el programa ‘A-prender la Tele’, y de ‘Educa Radio’, en numerosas emisoras.

El periodo lectivo se desarrollará en dos quimestres, el primero desde esta jornada hasta el 8 de octubre de 2020 y el segundo desde el 15 de ese mismo mes hasta el 12 de marzo de 2021.

Mientras, el curso escolar 2019-2020 está en su etapa final en las regiones Sierra y Amazonía, que abrieron el modo virtual de clases el pasado mes de marzo, cuando se declaró emergencia sanitaria en esta nación andina, una de las más afectadas por la nueva cepa de coronavirus en América Latina, con tres mil 358 muertes oficiales por la enfermedad.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=370466&SEO=islas-galapagos-y-costa-de-ecuador-inician-curso-escolar-virtual
Comparte este contenido:

Argentina: La odisea de garantizar las viandas escolares para los niños más pobres

América del sur/Argentina/04 Junio 2020/elpais.com

La suspensión de clases presenciales en Argentina obligó a diseñar estrategias inmediatas para hacer llegar a las casas los alimentos que las escuelas daban a diario a los alumnos que no tienen qué comer

Hace más de 70 días se suspendieron las clases presenciales en las escuelas argentinas por la covid-19. Para muchos niños y niñas, el cierre no solo impacta en su educación y sociabilización, sino también en el acceso a una comida saludable. Las viandas escolares son esenciales para muchas familias en situación de vulnerabilidad.

La norma que suspendió las clases estableció la continuidad de la provisión de viandas para quienes dependen de la escuela para alimentarse. En la ciudad de Buenos Aires, donde la cuarentena sigue de manera más estricta, el Gobierno está ofreciendo 420.000 canastas escolares en más de 1.340 centros educativos, los cuales abren sus puertas para entregar los alimentos. De todas formas, la coordinación logística de las entregas se ha encontrado con muchos obstáculos.

El 20 marzo, el día que comenzó el aislamiento social obligatorio, Gisela Quintana, una vecina de 35 años de la Villa 31, tuvo que ir hasta el colegio de sus hijas, de nueve y tres años, para retirar las viandas para transportarlas a su casa. Para llegar hasta allá tenía que tomar un colectivo y caminar varias cuadras. De por sí, era complicado salir del barrio porque las fuerzas de seguridad no lo permitían sin un salvoconducto. Además, debía exponer su salud en el transporte público.

“Fui dos veces a la escuela Indira Gandhi a retirar las viandas. Como a muchas familias se les complicaba llegar hasta ahí, con un grupito de madres esperábamos hasta la tarde y traíamos al barrio lo que sobraba para repartirlos con otros chicos que asisten al centro. Si no, se tiraba”, cuenta Quintana.

La presidenta de la cooperadora de la escuela Indira Gandhi, Paola Rocha Matto, también es vecina de la Villa 31 y ella insistió mucho para que las entregas se pudieran realizar en el barrio. Ella reconoce que era complicado para los chicos ir a buscarlas. Allí, asisten 184 alumnos de la Villa 31.

“El primer lunes que se decretó la cuarentena, fui a la escuela y la directora me mostró la olla de guiso que se tuvo que tirar porque muchas familias no pudieron llegar. Después se entregaron sandwiches y si no los venían a recoger antes de las 14, había que tirarlos a la basura. Algunas veces pudimos coordinar con un colectivo que se desvió del recorrido y nos acercó las viandas al barrio. Yo esperé al chofer para recibirlas y avisé a las familias por Whatsapp para realizar la entrega. Se hizo de manera improvisada e informal”, dice Rocha Matto.

Las primeras comidas que se ofrecieron consistían en un sándwich, una fruta y una barrita de cereal. A partir del 1 de abril, el Gobierno cambió la metodología y comenzó a ofrecer bolsones de alimentos para 15 días. Ahora, las canastas contienen productos para el desayuno, almuerzo y refrigerio. Se entregan para que las familias puedan cocinarlos en sus hogares. Las diputadas Myriam Bregman y Alejandrina Barry, del Frente de Izquierda, familias y docentes denunciaron que los bolsones no alcanzaban y no eran saludables.

Una mujer camina por el barrio 31 de la Ciudad de Buenos Aires (Argentina), uno de los lugares con más casos de covid-19.
Una mujer camina por el barrio 31 de la Ciudad de Buenos Aires (Argentina), uno de los lugares con más casos de covid-19. JUAN IGNACIO RONCORONI EFE

“Ahora estamos peleando justamente para que el contenido mejore en cantidad (que consideramos es insuficiente), variedad (para que haya más equilibrio entre los seis grupos de alimentos) y calidad (ya que no cumple con los valores nutricionales de la ley de alimentación saludable)”, dice Eric Soñis, abogado del Centro de Profesionales por los Derechos Humanos (CEPRODH).

Para el desayuno y el refrigerio se ofrece prácticamente lo mismo: dos litros de leche, cinco saquitos de té y cinco de mate cocido, cinco frutas, cinco envases individuales de galletitas y cinco barras de cereales. Para 15 almuerzos, se brinda un paquete de arroz, uno de fideos, uno de azúcar y uno de queso rallado. También, una caja de puré de tomate, una botella de aceite, una bolsa de lentejas, una lata de arvejas y pescado en conserva. Las verduras: zanahoria, calabaza y cebolla. De postre, una caja de flan o gelatina y cinco unidades de frutas.

Como quedó en evidencia la dificultad de las familias para llegar a las escuelas, que estaban lejos de los barrios, tuvieron que acercar los bolsones hacia ellas. Pero así y todo, la desorganización permaneció. “Yo estoy embarazada, a una semana de tener familia, y me daban puntos de retiro distintos para cada una de mis hijas. Me recorrí la villa de punta a punta para buscar los bolsones”, dice Gisela Quintana. La Villa 31 es uno de los principales asentamientos informales de la Ciudad.  Ahí viven más de 40.000 personas.

Además de las canastas escolares, Quintana asiste a un comedor barrial. Asegura que no le alcanzan los productos que le entregan. Ella es mamá soltera y por el momento no está trabajando. En cinco de cada 10 hogares de villas y asentamientos se dejó de comprar algún alimento por no tener dinero, según una información que denunció Unicef. En el 17% de los hogares algún miembro de la familia acudió a algún comedor comunitario a retirar viandas o alimentos. La última vez que Quintana fue a retirar los bolsones había mucha gente. Cuenta: “Tuve que hacer dos filas. La gente no cumplía el distanciamiento social. Estaban todos amontonados. Algunos con el barbijo y otros no”.

En este momento, uno de cada tres casos confirmados del nuevo coronavirus en Buenos Aires se registra en villas y asentamientos. El Gobierno porteño confirmó más de mil casos de covid-19 en los barrios vulnerables de la Ciudad. Los más afectados son: Barrio 31 con y Barrio Padre Ricciardelli (1-11-14).

Romina Pérez (nombre ficticio por pedido de la entrevistada) también tuvo problemas para retirar las viandas escolares de sus hijos de once y cinco años. La mujer de 35 años había retirado los alimentos de los niños en la Escuela María Elena Walsh, cercana a su domicilio en la Villa 31. Recientemente, se acercó para retirar nuevos bolsones y el personal del colegio le avisó que a ella le habían cambiado el punto de retiro. Le dijeron que debía consultar en otro centro que se encuentra fuera del barrio.

A ella le resulta imposible salir del distrito para ir a retirar las viandas. Explica que este se encuentra cercado debido a las medidas de emergencia dispuestas por la cuarentena y que además no cuenta con ninguna persona que pudiera quedarse al cuidado de sus hijos mientras ella sale de su casa. A todo esto, agrega que ha sido víctima de violencia de género y que cuenta con una medida de restricción vigente y con botón anti pánico. En lo que se refiere a sus ingresos, dice que en épocas normales se desempeña en una cooperativa y que cobra una suma mensual aproximada de 6.000 pesos argentinos, unos 82 euros. Pero en este contexto, solo percibió la Asignación Universal por Hijo, la transferencia del estado para menores de 18 años en situación económica vulnerable. El monto de la asignación es de 3.100 pesos (42.5 euros)

Mariana García (nombre ficticio) vive en la Villa 31 bis y tiene ocho años. Su madre solicitó una vacante escolar en tercer grado de educación primaria y la pandemia la encontró en lista de espera. Como Mariana no obtuvo su vacante no pudo ser considerada para solicitar una beca alimentaria. En los casos como el de Mariana, los chicos no solo no acceden a las viandas, sino que tampoco tienen clases a distancia.

Mientras en muchos barrios vulnerables, tras muchos obstáculos y trabas logísticas, se  logró acceder a bolsones de comidas, en Saldías, un asentamiento lindero a la Villa 31, todavía no llegó ninguna entrega, a pesar de formar parte de la Comuna 2, uno de los distritos con más recursos de la Ciudad de Buenos Aires. Durante el ciclo escolar, niñas y niños de este asentamiento viajan más de dos kilómetros a pie para asistir a la escuela, pero en este contexto se les hace imposible ir hasta allí.

Varias madres se organizan para recoger las canastas de alimentos de las escuelas.
Varias madres se organizan para recoger las canastas de alimentos de las escuelas. F. T.

La Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ) viene acompañando el reclamo del barrio Saldías para que se cumplan sus derechos y las comidas lleguen hasta las familias y los menores de edad sin exponerlas a riesgos sanitarios. Se ordenó establecer mecanismos para facilitar el acceso a quienes viven lejos de las escuelas y para algunas familias la solución es retirar los bolsones de alimentos en otros centros educativos o instituciones públicas cercanas a sus domicilios, pero en Saldías no hay ninguna.

Ante la intimación judicial para resolver esta situación, el Gobierno de Buenos Aires propuso un punto de entrega a un kilómetro de distancia, cuyo acceso supone atravesar avenidas no urbanizadas y el cruce por un camino solo transitado por camiones hasta la Villa 31. “Con los contagios en la Villa 31, las familias no están dispuestas a movilizarse hasta allá”, comenta Francisco Rodríguez Abinal, integrante del área de Derechos Económicos Sociales y Culturales en ACIJ.

Según Carmen Ryan abogada y coordinadora del área Derechos Económicos, Sociales y Culturales de ACIJ, es importante que las entregas sean en puntos accesibles para las familias. Dice: “A veces cerca de las casas es un centro comunitario o una escuela. Pero cuando no están estas posibilidades, el Estado tiene que acercarse con una camioneta y generar un nuevo puesto de distribución”. En este sentido, Rodríguez Abinal agrega: “Hay que reconocer que las formas de entrega son deficitarias. Mejorar la logística implica brindar más posibilidades para las familias, ser más flexibles y dar más horarios para evitar la concentración de personas”.

Fuente e imagen tomadas de: https://elpais.com/elpais/2020/05/22/planeta_futuro/1590152244_351695.html

Comparte este contenido:
Page 532 of 3041
1 530 531 532 533 534 3.041