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La brecha de género en la ciencia: una tarea pendiente

Por: Karina Fuerte

Desde el 2015, todos los años se celebra el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia (11 de febrero) para promover el acceso pleno y equitativo a la ciencia y reconocer el papel fundamental que desempeñan las mujeres y las niñas en los campos STEM.

A pesar de que las mujeres y las niñas constituyen la mitad de la población mundial, su rezago es evidente en comparación con la población masculina. Problemáticas como la violencia contra las mujeres, la desigualdad de género y la brecha salarial constituyen algunos de los mayores desafíos en materia de derechos humanos del mundo. Mucho antes de la llegada del COVID-19, otra pandemia se esparcía en todo el mundo: la violencia contra las mujeres. En el mundo, el 35 % de las mujeres han experimentado algún tipo de violencia física o sexual, en el mayor de los casos, por parte de su pareja. “Ya sea en el hogar, en la calle o en los conflictos armados, la violencia contra las mujeres y las niñas es una violación de los derechos humanos de proporciones pandémicas que ocurre en espacios públicos y privados”, advierte un reporte de las Naciones Unidas.

Con el fin de erradicar esta pandemia social, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró 1975 como el Año Internacional de la Mujer y organizó la primera Conferencia Mundial sobre la Mujer, que tuvo lugar en Ciudad de México. Otros pasos hacia la búsqueda de la igualdad entre hombres y mujeres se han dado desde entonces a través de la creación de ONU Mujeres en el 2010, organismo de las Naciones Unidas centrado en impulsar la igualdad de género en el mundo; y el establecimiento en el 2015 del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, celebrado el 11 de febrero, con el objetivo promover el acceso pleno y equitativo a la ciencia y la participación de mujeres y niñas. La Asamblea General de las Naciones Unidas instauró este evento internacional anual para reconocer el papel fundamental que desempeñan las mujeres y las niñas en la ciencia y la tecnología.

Imagen: UN Women.

Imagen: UN Women.

¿Por qué la necesidad de crear un día especial para promover y reconocer el papel de las mujeres y las niñas en la ciencia y la tecnología? Por muchos años, los prejuicios y los estereotipos de género han mantenido a niñas y mujeres alejadas de la ciencia. Actualmente, solo el  33 % de los investigadores en el mundo son mujeres. Según datos de la UNESCO del 2019, la región con el mayor número de científicas era Asia Central con el 48.2 %, seguida de América Latina y el Caribe con el 45.1 % de mujeres que se dedican a la ciencia de forma parcial y tiempo completo. El reporte de la UNESCO señala que en 2019 Venezuela era el país latinoamericano con el mayor porcentaje de científicas, con el 61.4 %. A nivel mundial, la matrícula de estudiantes mujeres en el campo de la tecnología de la información y las comunicaciones (TIC) es de tan solo 3 %; en las áreas de ciencias naturales, matemáticas y estadísticas, 5 %; y en ingeniería, manufactura y construcción, solo el 8 % de los estudiantes son mujeres. Es evidente que, en pleno siglo XXI, la brecha de género en todos los ámbitos, particularmente en la participación de las mujeres en la generación de conocimiento científico, sigue siendo una tarea pendiente.

Más allá de los datos duros, es importante destacar e identificar los factores cualitativos que disuaden a las mujeres de seguir carreras en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM por sus siglas en inglés). Factores como la violencia de género, el matrimonio infantil, la trata de mujeres, la mutilación genital femenina y la brecha salarial impactan directamente en la trayectoria formativa y profesional de niñas y mujeres. En el ámbito laboral, particularmente en los campos STEM, numerosos estudios han encontrado que las mujeres publican menos, se les paga menos y no progresan en sus carreras al mismo ritmo que sus colegas hombres.

11 de febrero: Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia

Desde su establecimiento por la Asamblea General de la ONU en el 2015, el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia tiene como objetivo “crear conciencia sobre el tema que celebra la excelencia de la mujer en la ciencia y recordar a la comunidad internacional que la ciencia y la igualdad de género deben avanzar de la mano para abordar los principales desafíos globales y lograr todos los objetivos y metas de la Agenda 2030”.

Este año, el tema de este evento internacional es “Mujeres científicas a la vanguardia de la lucha contra el COVID-19”. La pandemia de COVID-19 ha puesto en evidencia la desigualdad de oportunidades que tienen millones de niñas y mujeres en todo el mundo. Por un lado, el cierre de escuelas a nivel mundial debido al coronavirus podría tener graves repercusiones en la formación de niñas y niños. Las consecuencias de estos cierres van más allá del retraso académico y el aumento de la desigualdad educativa. Un informe publicado en The Lancet, señala que, para finales del 2020, medio millón más de niñas en todo el mundo se habrían visto obligadas a contraer matrimonio y un millón más de niñas quedarían embarazadas como resultado indirecto del encierro provocado por el COVID-19.

Por otro lado, en el ámbito laboral cerca de 11 millones de puestos de trabajo ocupados por mujeres desaparecieron de febrero a mayo del 2020, siendo las mujeres que son madres o cuidan de alguna persona las más afectadas. Las madres en la pandemia han reducido sus horas de trabajo de cuatro a cinco veces más que los padres para hacerse cargo del cuidado de la casa, los hijos y la enseñanza en línea. Durante la pandemia las mujeres se han visto obligadas a dejar la fuerza laboral en números récord, trayendo consigo la llegada de la primera Gran Recesión Femenina.

Imagen: UN Women.

Imagen: UN Women.

Diversos estudios han demostrado que la pandemia de COVID-19 también ha tenido un impacto negativo significativo en las científicas, afectando particularmente a las que se encuentran en las primeras etapas de su carrera. Ciertamente, la pandemia ha exacerbado aún más la brecha de género ya existente en la ciencia. Diversos análisis sugieren que las mujeres están publicando menos manuscritos e iniciando menos proyectos de investigación que sus colegas hombres durante la pandemia. El impacto mayor se lo han llevado las mujeres que tienen hijos. Alessandra Minello, estadística y demógrafa social de la Universidad de Florencia, Italia, publicó un artículo que señala cómo la pandemia elevará el «muro materno» que bloquea el avance de las mujeres en la academia, especialmente ante la constante presión que tienen académicos y académicas por publicar. Estas disparidades de género no se resuelven celebrando la labor de las mujeres en un solo día. Se requiere un cambio sistémico, mediante nuevas políticas, iniciativas y mecanismos de apoyo a las mujeres y las niñas en la ciencia.

Más allá de las problemáticas que han empeorado debido a la pandemia, esta crisis sanitaria mundial ha demostrado claramente el rol fundamental que las mujeres han tenido en la lucha contra la COVID-19. Desde el trabajo de doctoras, enfermeras y personal sanitario que trabajan en primera línea, hasta el ingenio de científicas y su papel fundamental en el avance del conocimiento sobre el coronavirus hasta el desarrollo de técnicas para las pruebas y la vacuna.

Este año, la celebración del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia se llevará a cabo el 11 de febrero de 2021 mediante un evento en línea que tendrá interpretación simultánea de los debates en inglés y francés. Para más información visita: https://www.un.org/es/observances/women-and-girls-in-science-day

Fuente e imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/mujeres-en-ciencia

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Asco proyectivo y política de la exclusión

Por: Leonardo Díaz

La historia nos muestra ejemplos de ese asco proyectivo en la actitud del supremacismo blanco. No olvidemos que uno de los argumentos clásicos del racismo ha sido describir a las personas de color como “subhumanas”.

Hace muchos años, un colega confesó que sentía angustia al dialogar con un paciente VIH positivo, a pesar de saber que el virus no se transmitía por una conversación.

Esa declaración fue un acto de gran honestidad. No todos, especialmente si somos ciudadanos de quienes se esperan determinadas sensibilidades y discursos, acordes con la educación que se nos atribuye, estamos dispuestos a confesar que determinadas personas nos provocan un rechazo por poseer una determinada condición de salud. Ese reconocimiento es el primer momento en el proceso de superar la situación.

Muchas veces, no somos conscientes de lo que genera la angustia. Llegamos incluso a sentir “asco” por determinados individuos, una emoción provocada por una asociación inconsciente entre nuestros semejantes y la presencia amenazante de la muerte.

Desde una perspectiva evolucionista, el asco ha jugado un papel estelar en nuestra sobrevivencia como especie permitiéndonos sobrevivir muchos siglos antes de poseer el conocimiento de la existencia de gérmenes como las bacterias o los virus.

Basándose en los estudios experimentales del psicólogo de la Universidad de Pensilvania, Paul Rozin, la filósofa Martha Nussbaum subraya el carácter cognitivo del asco. (La monarquía del miedo, cap. 4).

Según dichos estudios, el asco está condicionado no solo por el objeto sensorial, sino también, por la interpretación previa de lo que significa dicho objeto. Experimentamos el asco ante personas y grupos que asociamos simbólicamente con la contaminación, la degeneración o la muerte, aunque desde un punto intelectual, no representen objetivamente nuestra destrucción.

Nussbaum relaciona este fenómeno con una actitud humana denominada por el antropólogo Frans de Waal como “antroponegación”. Se trata de una tendencia humana a rechazar la condición animal de nuestra especie, a un permanente intento de trascender simbólicamente el vínculo que nos une con el resto de los animales.

Nussbaum piensa que el esfuerzo por escapar simbólicamente de la animalidad y de la muerte se va transmutando en un “asco proyectivo”.  Todas nuestras características asociadas con la animalidad, la descomposición o la muerte las proyectamos hacia otros, usualmente grupos humanos socialmente excluidos que alimentan nuestra falsa autopercepción de superioridad.

La historia nos muestra ejemplos de ese asco proyectivo en la actitud del supremacismo blanco. No olvidemos que uno de los argumentos clásicos del racismo ha sido describir a las personas de color como “subhumanas”, con mayor semejanza a los simios que a los integrantes de la etnia caucásica.

Pero también, podemos apreciarlo en la suciedad que la mirada homofóbica atribuye a las relaciones homosexuales, especialmente las masculinas. En dicho imaginario, estas interacciones se relacionan con posturas animales donde el sexo no reproductivo se reduce a una mera circulación de sucios fluidos.

Y como ocurre con el miedo, el asco proyectivo puede ser explotado políticamente, no solo por líderes que sienten dicha emoción de un modo sincero; sino también, por cínicos y demagogos que, sin experimentar la emoción, conforman su liderazgo intentando ganarse la adhesión de quienes la experimentan.

De este modo, alimentan una política de la exclusión. Un error común para combatirla consiste en proporcionar una lectura intelectualista del fenómeno y esperar que los ciudadanos se persuadan racionalmente de que el “Otro” no significa animalidad, suciedad, o descomposición.

Fuente: https://acento.com.do/opinion/asco-proyectivo-y-politica-de-la-exclusion-8911749.html

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¿La crítica por la crítica misma?

Desconectada de las luchas sociales, sin lugar beligerante contra la opresión, la crítica sirve de bastante poco. A lo sumo se reduce a una especie de “entretenimiento ingenioso” para encontrarle “peros” a todo y ganarse unas palmadas, o unos pesos, “espantando al burgués”. No se negarán aquí los talentos desplegados por algunos “críticos” reconocidos (y temidos) en territorios diversos. No obstante el brillo de los geniecillos críticos suele quedar eclipsado por el individualismo que sofoca al talento con cataratas de egolatría. Toda esa crítica solipsista conduce al aplauso de ellos mismos. Un tedio.

Otra cosa es la crítica, y sus métodos, inflamando las inteligencias populares con escrutinios históricos, dialécticos, éticos y estéticos para fortalecer las tácticas y las estrategias emancipadoras en la lucha de clases. O dicho de otro modo: la fuerza de la crítica -que realmente importa- no está en las contorsiones de los silogismos (o sofismas) lenguaraces, sino en la efectividad de una fuerza del razonamiento sistematizado que esclarece el escenario de las batallas y permite, organizadamente, ascender a la praxis victoriosa, sin reclamar “derechos de autor” ni aplausos para la vanidad.

Aunque estén de moda algunos centros promotores del “pensamiento crítico”, bajo modalidades diversas en cursos, conferencias, talleres o guruísmos… aunque se ofrezcan a crédito (o con “tarjetas de débito”) el asunto es, también, cuánta crítica promueven para ejercer la crítica sobre ellos mismos. Y generalmente no lo resisten. En las refriegas que libra el pueblo trabajador, cotidianamente, contra las condiciones objetivas y subjetivas, impuestas por el capitalismo, se necesita un arsenal creativo de dispositivos críticos capaz de confrontarse a sí mismo en el terreno decisivo de la práctica emancipadora. Crítica fraguada en la crítica de sí, como estrategia dialéctica de acción que garantiza confianza en las organizaciones para las luchas decisivas que se encadenan a diario. No sirven los corpus críticos escleróticos que tanto gustan a las instituciones burocratizadas. No sirven los guiños críticos, de autor, cincelados en el histrionismo de esgrimas lenguaraces. No sirve cualquier cosa en una lucha cruda con objetivos precisos. Especialmente, no sirve el santoral de los sabelotodo críticos, expertos en esconder o negar la lucha de clases.

La clase dominante se esmera en desactivar toda iniciativa de organización transformadora, parida por las bases para emanciparse. Atacan, ridiculizan y desfiguran todo aquello que toque las fibras íntimas de la propiedad privada y la ideología de la clase dominante. Todo aquello que enriquece a los pueblos con las armas de la crítica y la crítica de las armas. En esa guerra por perpetuarse, el capitalismo compra o crea “expertos”, universidades, liceos, academias, “think tanks”, iglesias y todo género de “opio” contra los pueblos. Es decir, los arsenales de guerra ideológica que nosotros debemos someter al campo de la denuncia y de la crítica científica y revolucionaria. O será nada. O seremos nada.

Por definición, todo autoritarismo es enemigo rabioso de la crítica que no puede controlar. Y ha convertido su enemistad en pedagogía para que, a los oprimidos, ni se les ocurra, por miedo o por ignorancia, cultivar las habilidades críticas necesarias para la supervivencia de la libertad. Alguna vez se consideró, incluso bajo el capitalismo, el desarrollo de las capacidades críticas como una virtud de la educación y un logro “civilizatorio” indispensable en las sociedades contemporáneas. Pero duró poco. El desarrollo de las industrias bélicas, la manipulación de conciencias con las industrias mediáticas y el saqueo económico global orquestado por las industrias bancarias… necesitó anular de las cabezas y los corazones todo fundamento o aliento crítico que pudiera exhibir la avaricia burguesa intoxicada de propiedad privada. Para eso han satanizado, perseguido y linchado públicamente a los mejores talentos críticos que han proliferado en las bases sociales y en las luchas emancipadoras. Pero acosada, desfigurada o prostituida, la crítica tiende a sobrevivir sacudiéndose los fardos ideológicos burgueses. Gracias a la fuerza de las luchas hartas de saqueo y humillaciones.

Nuestros arsenales con métodos críticos, no pueden ser armatostes para reverenciar santorales ingeniosos. Por más que estén de moda en los corrillos iluministas. Necesitamos municiones de crítica creativa e inagotable, lúcida y accesible, profunda y portátil, perfectible y autosustentable. Que sea letal contra la economía y la ideología de la clase dominante; que sea fértil en la constitución dialéctica de nuestro programa humanista emancipatorio, que actúe también y sobre sí misma. Un arma inédita para la emancipación de la consciencia. La crítica, como herramienta en manos del pueblo trabajador, debe ser un organismo vivo y producto social, que se necesita a sí mismo para sobrevivir en el medioambiente idóneo que es el aporte y el avance. El acto creador. Por eso es indispensable mantener ajustadas las agujas de sus objetivos, mantener prístinas sus metas y no permitir las desviaciones o las deformaciones que se infiltran al confundir la crítica con el pleito. La crítica necesita sentido y dialéctica. Suele hacerse rancia si se la infecta con cánones repetitivos, si se la aleja de la ciencia y si se dogmatiza. El sentido de la crítica lo aporta la comunidad. La crítica no democratizada suele ser sospechosa y falsa. Nos ha costado mucho aprender que la falsa crítica sirve sólo para poner a la vista las partes que esconden a un todo.

Guardemonos de incurrir en el error, añejamente encumbrado, de abrazar la crítica de los amargos, por más sesuda que parezca. La lucha emancipadora no consiste en propiciar torneos de odios razonados; no consiste en hacer de la amargura un baluarte ni de la revancha un mérito. Y aunque predominen los malestares como atmósfera tóxica donde prospera la crítica, es de urgencia advertir que su fase de realización, su ascenso a la práctica, se logra gracias a los combustibles de la alegría, del espíritu creativo, colaborativo, participativo… organizado, que los pueblos saben darle a todo lo que sueñan, y hacen, para el bienestar común. Se entronizó como un “cliché” la imagen del “crítico” como un mal-encarado espécimen proclive a la intolerancia y a la propagación de verdades a destajo. Pero la crítica debe ser, necesariamente, una alegría. “La creatividad es la inteligencia divirtiéndose” A. Einstein

Hay una crítica que nace, crece y se transforma con el fin de fortalecer a la especie humana en sus luchas y la hay, contrariamente, la que se infiltra para desmoralizar, inhibir y desactivar luchas, luchadores y luchadoras. Nosotros requerimos de un método de crítica fecundo y muy dinámico, generado en todos los frentes permanentemente para que sea capaz de aprovechar las mejores herencias sin caer en emboscadas canónicas. Método de crítica revolucionaria en manos de los pueblos como bandera, como escudo como poesía. De todos, para todos y desde todos. “Deseable, posible y realizable”. (Sánchez Vázquez)

Dr. Fernando Buen Abad DomínguezDirector del Instituto de Cultura y Comunicacióny Centro Sean MacBrideUniversidad Nacional de Lanús.Miembro de la Red en Defensa de la Humanidad.Miembro de la Red Verdad contra las Fake News.Miembro de la Internacional Progresista.Miembro de REDS (Red de Estudios para el Desarrollo Social)

Fuente: https://rebelion.org/la-critica-por-la-critica-misma/

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Los retos de TikTok ponen en alerta a las familias

En TikTok podemos ver videos de bailes, jóvenes (y no tan jóvenes) haciendo play-back, trucos de magia, manualidades, recetas de cocina, tutoriales de belleza y un sinfín de actividades. Pero también, y cada vez más, de activismo social o político.

“Una Internet mejor comienza contigo: más conectados, más seguros”. Con ese lema se celebra el Día de Internet Segura 2021. Este año se nos pide a todos, niños y jóvenes, familias, docentes y centros escolares, así como a las empresas y responsables políticos, implicarnos en esta tarea.

A las plataformas se les solicita la creación de una Internet mejor, vigilando que haya un contenido positivo en sus canales y promoviendo servicios seguros para sus usuarios.

“Mantener a nuestra comunidad a salvo es nuestra mayor prioridad. Hemos llegado a un acuerdo con el Garante (de la protección de datos) y desde hoy vamos a tomar medidas adicionales para apoyar a nuestra comunidad en Italia. A partir del 9 de febrero, enviaremos de nuevo a cada usuario de Italia nuestro ‘age gate proccess’ (proceso de control de edad), y solo los usuarios mayores de 13 años podrán seguir utilizando la aplicación después de pasar este proceso. Además, estamos desarrollando un nuevo botón de ‘denunciar’ para permitir a los usuarios que reporten cuentas que puedan ser de menores de 13 años, que serán revisadas por nuestro equipo y eliminadas, en el caso de que sea necesario. No hay una línea de meta cuando se trata de proteger a nuestros usuarios, especialmente a los más jóvenes y nuestro trabajo en esta área tan importante no se detiene. Por ello, continuamos invirtiendo en las personas, los procesos y la tecnología que nos ayuda a mantener nuestra comunidad como un espacio seguro para la expresión positiva y creativa”. Alexandra Evans, Head of Child Safety de TikTok para Europa.

Foto de referencia de Tik Tok / AFP

Este es el comunicado que lanzaba la plataforma china TikTok tras la sentencia por el fallecimiento de la niña italiana de 10 años como consecuencia de uno de los retos virales, el #BlackOutChallenge.

¿Qué contenidos se publican en TikTok?

En TikTok podemos ver videos de bailes, jóvenes (y no tan jóvenes) haciendo play-backtrucos de magia, manualidades, recetas de cocina, tutoriales de belleza y un sinfín de actividades. Pero también, y cada vez más, de activismo social o político, educativos o sanitarios.

Por eso, tantas universidades, empresas o partidos políticos han visto la oportunidad de crear y publicar contenidos de una manera clara, sencilla y directa para su público objetivo: los adolescentes y jóvenes.

TikTok, como el resto de aplicaciones y redes sociales, es una plataforma cuyo objetivo principal es que los usuarios permanezcan el mayor tiempo posible en ella para poder rentabilizarla, ya sea a través de impactos de publicidad, con el registro de datos o de su comportamiento.

Su éxito se debe a la forma en la que, gracias a la inteligencia artificial y su algoritmo, recopila y aprovecha los datos de los usuarios para mejorar su experiencia. A medida que las marcas compiten por la atención de los usuarios, el contenido personalizado se ha convertido en lo más importante.

Un fenómeno viral

Pero desde hace algunos años se ha puesto de moda que personajes famosos, como influencers y youtubers, o cualquier individuo anónimo, se apunten a realizar un reto o challenge, ya sea por una causa benéfica o por simple diversión. Estas tendencias virales se comparten por mensajería instantánea o redes sociales y cada usuario aporta su versión personal del reto.

Los retos, bien diseñados y enfocados, pueden ayudar a conseguir ciertos objetivos, como concienciar sobre la necesidad de cuidar el medioambiente, luchar por los derechos de los más vulnerables, la igualdad de oportunidades, educación, etc. (con etiquetas como #TodosPorElClima, #TheRealChallenge y #DanceForChange…).

El problema surge cuando aparecen retos que ponen en peligro la salud o la integridad física de los usuarios, especialmente si son menores de edad. Algunos de los challenges más peligrosos se están difundiendo hoy día en TikTok, donde miles y miles de adolescentes se retan a realizar juegos peligrosos.

Y así es como se han viralizado en los últimos meses tras verse en la app el #BenadrylChallenge, el #KnockOutChallenge, el #SupergluelipsChallenge o el tristemente mediático por el fallecimiento de al menos dos menores #BlackOutChallenge.

Los menores en la plataforma

Según la Ley Orgánica 3/2018 de Protección de Datos Personales y Garantía de los Derechos Digitales del 5 de diciembre, artículo 7.1 (LOPDGDD), en España se establece en 14 años la edad mínima para que un menor pueda ser gestor del tratamiento de sus datos personales –por ejemplo, teniendo perfil en redes sociales–.

En el caso de TikTok, la propia plataforma especifica en su política de privacidad que no está dirigida a niños menores de 13 años y, además, nos insta a denunciar a través de un formulario si creemos que tienen o recopilan datos personales sobre un niño menor de esa edad.

De hecho, la clasificación que tienen en los mercados de descargas, tanto iOS como Android, es de 12+ con el fin de que las familias sepan que no es una aplicación para menores de esta edad.

Pero ¿cómo se valida que el menor no miente cuando introduce su edad o que confirma tener el consentimiento paterno (obligatorio)? Pues, simplemente, la plataforma confía en la honestidad y madurez de todos los menores. Y este es el gran problema, la edad mínima de acceso y las plataformas: no hay un sistema de doble verificación eficaz.

Como publica en un estudio Statista, la presencia de niños más pequeños en redes sociales es una realidad, hay un 47,7 % de usuarios de 4 (sí, lo hemos escrito bien) a 15 años en Instagram y un 37,7 % en TikTok. Por eso es tan importante que las familias supervisen la actividad de los menores cuando utilizan sus tabletas o smartphones, ya sea a través de una herramienta de control parental o mediante las conversaciones familiares.

Aumentando las medidas de seguridad

Tras la batalla legal con EE UU y la sanción impuesta en 2019, la plataforma china introdujo una serie de medidas para limitar el acceso a contenidos inapropiados y a personas desconocidas por parte de los menores prohibiendo las bromas, el acoso en la red y los retos o challenges que pudieran provocar lesiones.

Además, de 13 a 16 años los niños utilizarán una versión restringida de TikTok con contenidos de acuerdo a su edad y con bloqueo de los mensajes privados entre usuarios. Sin embargo, el problema es que esto no es posible aplicarlo en las cuentas de todos aquellos menores que no pusieran su edad real al darse de alta.

Además, en noviembre ampliaron la función del Family Pairing, que permite vincular la cuenta de nuestro hijo o hija a la nuestra, para, de este modo, gestionar o controlar funciones como el tiempo que pasan conectados, quién puede ver su perfil, quién puede comentar sus vídeos, enviarles mensajes o ver los contenidos que le gustan.

Control de contenidos y privacidad

El pasado 13 de enero la plataforma china reforzó aún más la privacidad y la seguridad de sus usuarios más jóvenes:

  • “Todas aquellas cuentas pertenecientes a usuarios entre los 13 y los 15 años cambiarán su configuración automáticamente para que estas sean privadas por defecto” (aunque, como dijimos antes, imposible aplicar en las cuentas de todos aquellos menores que no pusieran su edad real al darse de alta).
  • “Los vídeos creados por menores de 16 años solo podrán ser comentados por Amigos o Nadie” (desaparece la opción de Todos).
  • “Las opciones de dúo y pegar solo estarán disponibles para mayores de 16 años”.
  • “La opción de permite la descarga de tus videos solo estará disponible en aquellos contenidos creados por usuarios mayores de 16 años”.
  • “La opción de recomienda tu cuenta a otros estará desactivada por defecto para aquellos usuarios que se encuentren entre los 13 y los 15 años”.

Estas nuevas actualizaciones se unen a los anteriores cambios, que incluían la imposibilidad de utilizar los mensajes directos y la realización de retransmisiones en directo por parte de usuarios menores de 16 años y las restricciones a la compra, envío y recepción de regalos virtuales para usuarios menores de 18 años.

Pero, aunque existan nuevas funciones para bloquear contenidos, mensajería o a usuarios, sin duda, la probabilidad de riesgos no desaparece. Los menores podrán seguir accediendo a retos de una manera u otra, ya sea a través de la plataforma o porque les llega enviados por sus amigos a través de WhatsApp. Supervisar su actividad en el móvil en edades tempranas es imprescindible.

Incluso puede ser una buena opción usar la aplicación en el móvil o tableta de los padres y madres para que los pequeños vean el contenido que les guste sin tener que crearse una cuenta (se puede descargar la app y visualizar vídeos y hashtags), si se considera que aún no es el momento para ello.

Educar es la mejor herramienta

El bloqueo de Italia de la plataforma ha abierto un profundo debate. Legalmente, los países europeos, incluido España, pueden solicitar esta medida de urgencia (proteger los datos de los menores, al no poder verificar la edad de sus usuarios) bajo el amparo del nuevo Reglamento General de Protección de Datos (RGPD).

La opción no debería ser bloquear o prohibir las plataformas, ya que si no es esta, habrá otra. La mediación parental y la educación digital en casa es siempre la mejor fórmula para hacer que nuestros hijos hagan un uso seguro y saludable de la tecnología.

Por:

Laura Cuesta Cano

Responsable de Comunicación y Contenidos Digitales en Servicio PAD. Profesora, Universidad Camilo José Cela

Fuente: https://www.semana.com/tecnologia/articulo/los-retos-de-tiktok-ponen-en-alerta-a-las-familias/202155/

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Coronavirus y economía política de la educación

Asistimos desde hace algunas semanas a un amplio debate acerca del próximo inicio del ciclo lectivo en Argentina.

Este debate está fuertemente atravesado por dos posturas diferentes pero no necesariamente contrapuestas. De un lado de la eterna grieta los que pregonan la importancia que los niños y jóvenes vuelvan muy pronto a las aulas y del otro los que advierten acerca de los peligros del regreso de los alumnos en la actual situación de la pandemia y sin previamente haber vacunado a la totalidad del personal docente, directivo, administrativo y de maestranza de las escuelas y haber realizado las obras de mejora y adaptación de la infraestructura necesarias. Si se lee cuidadosamente esta brecha entre unos y otros la diferencia finalmente  está únicamente en el momento del regreso a las escuelas. El Pro, la Coalición Cívica, los Radicales y demás representantes de la derecha pro oligárquica y reaccionaria de nuestro país junto con los medios de difusión, grandes beneficiarios de las políticas ultra capitalistas del Macrismo y sus sacerdotes, los periodistas que funcionan a sobres y privilegios, intentan mostrar a los primeros como los grandes defensores del derecho a la educación y a los segundos proyectándose en contra de de la misma, cuando su propuesta sólo pretende atrasar el comienzo de las clases hasta que se hayan creado las condiciones objetivas para evitar la mayor propagación de la pandemia. Al respecto poco importa la opinión de los infectólogos, adquiriendo relevancia en cambio la de los expertos en propagación quienes predicen, en el caso de abrirse los colegios un muy importante incremento de la cantidad de contagios y muertes.

Iniciar las clases sin haber vacunado previamente al personal y sin las adaptaciones necesarias de la infraestructura implica  activar y multiplicar los factores de propagación. Entonces ¿por qué tanto entusiasmo del lado del lado de la derecha reaccionaria por comenzar la actividad escolar? ¿Aman tanto a nuestros hijos? ¿Les preocupa tan seriamente la formación e instrucción de niños y adolecentes?  A todas estas preguntas respondería con un rotundo NO. ¿Qué mueve entonces a tanto interés por la educación?

Las respuestas deben ser buscadas en otras razones. En nuestra Nación funcionan actualmente 15.090* Colegios Privados a los cuales asisten regularmente 3.489.551* Alumnos. Según cifras difundidas públicamente el nivel de morosidad, es decir de padres que no pagan las cuotas es del 61% y según nuestras fuentes más confiables es del 70 %*. Estos porcentajes están referidos a la deuda acumulada en relación con el pago del arancel correspondiente a lo largo de la cuarentena.

Para que los  alumnos puedan matricularse en el ciclo lectivo 2021 previamente sus padres, tutores o encargados deben poner al día sus deudas con la institución, ya sea  al contado o asistiendo a planes de financiación. Entonces la verdadera preocupación de ciertos sectores es volver a poner en funcionamiento uno de los más lucrativos negocios creados por el capitalismo local: la Educación Privada. Esta está conformada por una oferta educativa que además de cobrar en muchos casos exorbitantes cuotas totalmente fuera de cualquier regulación, (los aranceles oscilan entre$ 450* y $ 40.410* por mes) reciben además importantes subsidios por parte del Estado para su funcionamiento que como promedio alcanzan al 70 %* de los establecimientos privados y que están destinados a pagar total o parciamente la plantilla de personal. Además de este privilegio las Escuelas privadas no pagan IVA, ni ganancias y en muchos casos tampoco aportes patronales, lo cual eleva considerablemente aquellos subsidios percibidos en concepto de subsidios indirectos.

Si no se reanudan las clases no hay obligación de pagar las cuotas y en los directorios de las empresas educativas, distintos a la conducción académica, se ocultan hombres y mujeres poderosos de nuestro país que de tal manera ven erosionados sus negocios.

Dos cuestiones accesorias más del orden de la Economía Política: En primer lugar la magnitud de los subsidios. Estos representan alrededor del 0,002%* del PBI. En tiempos de encendidos debates acerca del déficit fiscal una reducción parcial o total de los mismos constituiría un significativo aporte a las cuentas públicas o una oportunidad inmejorable para aplicar esos recursos a causas más nobles. En segundo lugar, dependiendo del arancel cobrado por la institución entre uno y tres alumnos pagan con su cuota el sueldo bruto de un docente. Llamativamente los docentes de colegios privados, uno de los sectores más esclavizados de la economía argentina, no tiene y lo que es peor nunca se han planteado ni participar en la conducción empresaria de las Escuelas privadas ni mucho menos alguna forma de participación en las ganancias. Por el contrario “carnerean”, salvo muy honrosas excepciones  toda medida de fuerza legítima que sus colegas del la Educación Pública llevan adelante. Por otra parte si se pretende entender o enseñar en un nivel muy elemental el concepto de plusvalía se puede relacionar cuánto cobra un maestro por su trabajo, al cual apenas le alcanza para su propia reproducción, y cuanto ganan sus patrones por la tarea que realiza.

En conclusión: el gran negocio de la Educación Privada debe considerarse como el motor que impulsa el acelerado  y desesperado impulso del regreso a las aulas.

Nota:

* Las cifras estadísticas corresponden a elaboración propia en base a información suministrada por el Ministerio de Educación de la Nación, DIGEP, CONSUDEC y Colegios Privados seleccionados.

Fuente: https://rebelion.org/coronavirus-y-economia-politica-de-la-educacion/

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La mercantilización de la educación y los think tanks en Uruguay

En la portada del diario oficialista El País se publicó el día 8 de febrero el siguiente titular “Eduy21 se repliega y evalúa una ‘elegante’ disolución”. Pero, ¿qué es Eduy21?

Es un think tank uruguayo fundado en 2016, que se especializa en temas de educación y uno de sus fines es lograr una reforma educativa. Las directrices son muy similares a las que viene llevando el Banco Mundial hace varios años en distintos países de la región.

Esta organización se presenta como “multipartidaria” porque en ella convergen blancos, colorados y frenteamplistas. Aunque de este último provengan de filas moderadas y liberales bastante alejadas de la izquierda.

Sus socios académicos son la Universidad Católica del Uruguay y la Universidad de Montevideo, ambas de carácter privado. Como socios contribuyentes tienen al banco Itaú, la Confederación de Cámaras Empresariales, Zona América y la Bolsa electrónica de Valores del Uruguay S.A. Como socios colaboradores figuran elosdiarios El País y El Observador y Visa.

Como referentes de Eduy21 se encuentran Renato Opertti decano de la Escuela de Postgrados de la Universidad Católica e hijo de Didier Opertti, ex Ministro del Interior en el primer gobierno de Julio María Sanguinetti (1985-1990). El propio Renato Opertti duda que el gobierno actual logre una transformación en la educación. «Tal como todo está planteado, no veo que vaya a haber un cambio de fondo», dijo.

Juan Pablo Mir y Fernando Filgueira, ex integrantes de gobiernos frenteamplistas también integran filas de Eduy21. Esto demuestra más que un rasgo de apertura de este think tank, la integración de tecnócratas que llevan adelante políticas neoliberales en el seno de gobiernos progresistas. Se refleja, quizá, más la debilidad ideológica del Frente Amplio que la pluralidad de este think tank.

En los socios individuales figuran nombres de la oligarquía uruguaya, personajes asociados a otros think tanks y actores que hoy están en el gobierno derechista. Esto deja en claro la conexión de todos estos actores y organizaciones en la conjunción de un mismo proyecto de país y de nación.

Entre sus socios individuales destaca Horacio Hughes, el nuevo presidente del Banco de Previsión Social (BPS). En su momento se postergó su designación porque su curriculum vitae estaba en inglés. Fue gerente general de OCA, empresa perteneciente al grupo brasileño ITAÚ. También Luis Hierro López, ex vicepresidente de la República por el Partido Colorado.

A ellos se suma María Dolores Benavente quien integra el Consejo Académico de otro think tank: el Centro de Estudios para el Desarrollo (CED), fue Vicepresidenta de República AFAP S.A y es asesora económica de la Cámara Nacional de Comercio.

También Pablo Da Silveira, actual Ministro de Educación y Cultura, y Liceo Impulso. Además de asesor de campaña del actual presidente Luis Lacalle Pou, fue recaudador de fondos de la misma. En febrero de 2020 detuvieron a su pareja, Maya Cikurel, investigada en Panamá por su presunta participación en la trama de sobornos de Odebrecht y requerida desde abril de 2019.

Da Silveira escribió un libro de 2009 titulado Padres, maestros y políticos. El desafío de gobernar la educación (Taurus). Esta es otra muestra del especial interés de la oligarquía uruguaya en la educación como un terreno en disputa, que a sus ojos, todavía tiene mucho espacio para mercantilizar. Luego, como ariete en la formación de los futuros ciudadanos como emprendedores, consumidores y liberales anti colectivistas. Como consta en su currículum, la Fundación Atlas financió una de sus becas.

La lista se amplía con el Comité HonorarioAllí figura Cecilia Hughes, en cuyo curriculum figura haber sido voluntaria en Desem-Junior Achievement Uruguay, una ONG con vínculos con la Red Atlas, y Nicolás Herreradel Estudio Guyer y Regules, encargado de la negociación por las vacunas entre el Estado y el laboratorio Pfizer Biontech, e integrante de otro think tank Centro de Estudios de la Realidad Social (Ceres).

Muchos de sus miembros pasaron a formar parte de la administración actual. En el Partido Nacional, es el caso de Guillermo Fossati, miembro de la comisión directiva del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineed), y Ana Ribeiro, subsecretaria del Ministerio de Educación y Cultura, de filas del hoy ministro del Interior Jorge Larrañaga. Asimismo, Sebastián Bauzá, actual secretario de Deporte, que llegó a la actividad política a instancias de Lacalle Pou.

Del Partido Colorado están Patricia Viera, presidenta del Consejo de Formación en Educación, y Adriana Aristimuño, directora de Planificación Educativa del Codicen, que incluso fue la referente en educación de la campaña de Ernesto Talvi, exministro de Relaciones Exteriores.

La educación para la derecha liberal ha sido un punto neurálgico de sus políticas. A través de la Ley de Urgente Consideración (LUC) el gobierno ha iniciado un proceso de mercantilización de la misma y ha decretado la extinción de los Consejos de Educación y la eliminación de la participación docente en la gobernanza.

Uno de los gremios más potentes de la educación, la Federación Nacional de Profesores de Educación Secundaria (Fenapes) ha recibido ataques constantes por parte del ministro Da Silveira y denunció que mientras se recortan gastos en la educación, se le otorgan más a Eduy21.

La madeja

Los cruces y puertas giratorias de think tanks a puestos de administración en el gobierno y viceversa se repiten una y otra vez. Se pueden rastrear incluso, actores en gobiernos de la década del 90 y se pueden seguir las huellas de sus padres en los 70 y 80. Si se hurga más allá, se pueden rastrear familias, clanes y vínculos que se remontan a la fundación del Uruguay mismo.

Esto ha sido simplemente un pequeño tramo en la madeja de la oligarquía uruguaya, donde los mismos apellidos se repiten como un loop de dominación infinito en este capitalismo tardío, deforme y dependiente.

Fuente: https://rebelion.org/la-mercantilizacion-de-la-educacion-y-los-think-tanks-en-uruguay/

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La ciencia maltratada, privatizada y mercantilizada

Durante miles de millones de años, la vida se ha abierto camino en todos y cada uno de los rincones existentes en el planeta Tierra. Vida en continuo cambio, no solo proliferando sino adaptándose a todo tipo de condiciones, con diferentes formas de alimentarse, reproducirse y crecer.

Pero la historia humana no es sino una entre miles, tantas como ramas en las que se diversifica el árbol de la vida en la Tierra.  Grande es la fuerza de los conocimientos y, pertrechados con ellos el hombre es invencible. Pero ¿nos son asequibles los conocimientos?
Es obvio que nuestra especie está sometida a los mismos mecanismos de cambio y selección que el resto de los organismos que pueblan nuestro hábitat, nuestro medio ambiente y para entender hacia donde nos dirigimos debemos comprender cómo hemos llegado hasta aquí.
El Covid-19 no cae del cielo, sino que es consecuencia de un sistema capitalista patriarcal, productivista y devastador, que ha alterado el equilibrio de los ecosistemas, incluyendo virus y bacterias. El urbanismo y la deforestación asociada al desarrollo capitalista está obligando a muchos de estos animales a migrar e instalarse cerca de los humanos, lo que multiplica las probabilidades de que microbios, que para estas especies son benignas, pasen a las personas y muten en patógenos.
Los apologistas del capitalismo sostienen que no hay razones para cuestionarlo. Pero cuando ocurre una crisis como ésta, la gente se da cuenta de que el sistema no funciona y que tenemos que contenerlo, e incluso quizás superarlo. Pero el problema es que hoy no parece que mucha gente sea capaz de establecer una conexión entre el virus y el capitalismo.
La enfermedad sigue siendo percibida como un evento aleatorio, algo que ha ocurrido sin más, como un relámpago o la caída de un meteorito. Apenas hay discusión sobre cómo el capitalismo produce pandemias a pesar de que haya una considerable base científica al respecto.

 ¿Covid-19 como oportunidad?

La crisis del coronavirus pone en evidencia las limitaciones y riesgos, a nivel humano y social, pero también económico, del sistema capitalista. Nos pone frente al espejo de lo que puede ser el futuro en un marco de emergencia climática.
En un escenario de crecientes fenómenos climáticos extremos, solo un estado del bienestar fuerte, sistemas de protección social suficientes y un tejido comunitario y socioeconómico resiliente nos permitirá hacer frente a la creciente vulnerabilidad.
La economía de mercado muestra, en momentos como el actual, el sinsentido de un sistema financiero especulativo y volátil. Se hace evidente que el capitalismo financiarizado y globalizado es incapaz para hacer frente a situaciones de crisis humanitaria como la que plantea la pandemia del Covid19 o la actual emergencia climática.
Los problemas se contagian rápidamente, la incertidumbre se convierte en histeria colectiva en los mercados financieros, las dependencias de importaciones y exportaciones se vuelven vulnerables y la deuda insostenible se convierte en un peso imposible de seguir cargando.
Ante estas evidencias, seria recomendable, como resaltan algunos economistas poner en valor los beneficios de una nueva economía de circuito corto, que produzca bienes y servicios que respondan a las necesidades de las personas y no a las posibilidades de rentabilidad de la inversión.

La verdad es la luz de la razón

Creemos que en una crisis como la del Covid 19, la economía debe sostenerse en el saber, pero “el saber se mercantiliza y al mismo tiempo se privatiza”. Al transformarse el estatus del ser humano en relación al saber, convirtiéndose en “proveedor” y “usuario” se facilita la conversión de este en un objeto de valor.
De modo que es fácilmente asimilable al ciclo de producción/consumo que define a los distintos objetos que se ponen a disposición en el mercado, (ergo) el saber se convierte en una mercancía más, que se vende, se compra y se consume, deja de ser un “valor de uso” para transformarse en un “valor de cambio”.
En plena pandemia, nos aprestamos a un nuevo ejercicio dialéctico, donde las derivas comerciales, estarán nuevamente presentes, en efecto grupos de investigadores, laboratorios, empresas farmacéuticas están en la actualidad lanzados en la comercialización de la vacuna.
Apenas diez meses después la gente ya está siendo vacunada contra la Covid-19, a pesar de que, al comienzo de la pandemia, nos advirtieron que se necesitan años para desarrollar una vacuna.
Nos encontramos, por tanto, ante una situación de ¿falta de legitimidad de la ciencia, al estar enmarcada en el ciclo de valorización capitalista, el cual intenta hacer pasar como “saber” lo que es interés económico; por lo tanto, el saber vale como forma de obtención de plusvalía?.
Sublime realidad, capitalista, que precede un asunto de feroz competencia entre los Estados-nación, quienes, además, entran en conflicto con las grandes multinacionales, que también desean poseer ese saber para reforzar sus posiciones, además de establecer sutilmente un marco ideológico con las vacunas chinas y rusas.
En este marco el saber ya no es apreciado por su valor epistemológico (todo nuevo saber es positivo) para distribuirse públicamente (todo el mundo tiene derecho al saber) sino por su valor monetario/económico (se investiga aquello de lo que se extraiga rentabilidad), de modo que se controlan los flujos de información según intereses comerciales (al conocimiento tendrá acceso solo quienes puedan pagarlo).
En esta situación, el saber cómo “búsqueda de lo verdadero” pierde relevancia en favor de otra perspectiva guiada sustancialmente por la rentabilidad económica, lo que comporta el problema de su pérdida de legitimidad. ¿Cómo confiar en un saber dirigido por intereses espurios?
¿Quién puso el dinero?
Debido a la urgente necesidad de la vacuna, los gobiernos y los donantes han invertido miles de millones de dólares en proyectos para crearlas y probarlas. Organizaciones «filantrópicas» -como la Fundación Gates- respaldaron la búsqueda, así como celebridades de todo tipo y organizaciones sin fines de lucro, que han otorgado casi 1.900 millones de dólares. En total, los gobiernos han proporcionado 8.600 millones de dólares, según la empresa de análisis de datos científicos Airfinity.
Solo 3.400 millones de dólares provienen de la propia inversión de las empresas, y muchas de ellas dependen en gran medida de la financiación externa.

 Vacunas contra la covid-19: ¿a qué se debe el secretismo?

La pandemia hace que la demanda mundial de vacunas sea superior a la oferta. El mundo entero se disputa una plaza para recibir la vacuna contra el coronavirus, un bien todavía demasiado escaso y producido por pocos laboratorios farmacéuticos.
Los gobiernos firman contratos con las compañías que han desarrollado esas vacunas en tiempo récord y, sin embargo, información crítica de esos acuerdos permanece oculta para el gran público debido a estrictas cláusulas de confidencialidad. Cuánto cuestan o cómo se distribuirán son detalles que en la mayoría de los casos la ciudadanía desconoce, porque así lo exigen los acuerdos firmados.

El problema es mundial

En respuesta a una petición de información del Parlamento Europeo a mediados de noviembre, la comisaria de Salud, Estela Kiriakides, afirmó que “Debido a la naturaleza altamente competitiva de este mercado, la Comisión está legalmente imposibilitada para desvelar la información que contienen estos contratos”.
La ministra belga de Presupuesto, Eva de Bleeker, tuvo que retirar, poco después de publicarlo, un mensaje en Twitter en el que recogía la lista de precios de los laboratorios con los que había negociado la Unión Europea (UE).
A las quejas por el incumplimiento de los compromisos adquiridos por algunos fabricantes de vacunas se suman ahora las voces que exigen mayor transparencia en un asunto de salud pública vital. La polémica sigue subiendo de tono, sobre todo en la UE, enojada después de que los laboratorios Pfizer y AstraZeneca le comunicarán que no estarán en condiciones de suministrarle al bloque la cantidad de dosis iniciales acordadas.
Ello ha llevado a que, según fuentes de la UE citadas por la agencia Reuters, desde Bruselas se les exija a las farmacéuticas que hagan públicos los términos de los contratos y amenace con controlar las exportaciones de las vacunas producidas en Europa.

¿Por qué tanto secreto?

Según Jonathan García, experto en salud pública en la Universidad de Harvard, en EEUU., “esto no es nada nuevo; es frecuente que en los contratos entre los sistemas de salud de los países y las farmacéuticas se incluyan cláusulas de confidencialidad”. “Los laboratorios buscan fraccionar el mercado para poder negociar precios distintos con los diferentes países”, añade.
Esto les permite negociar con los países en función de sus recursos, ofreciéndoles precios más bajos a las naciones pobres o en desarrollo y exigiendo cantidades más altas a los más ricos.
La compañía AstraZeneca ha revelado que la vacuna que ha desarrollado en colaboración con la Universidad de Oxford tendrá un coste aproximado entre 3 y 4 dólares por dosis (se requiere de dos). Pero el suyo es, por ahora, un caso excepcional. Además de los precios, se mantienen muchas veces en secreto la información relativa a la producción y logística, y las conocidas cláusulas de responsabilidad.
En ellas se estipulan límites a la responsabilidad de los laboratorios en el caso de posibles efectos adversos de los medicamentos y se indica que si hay diferencias no las resolverán los tribunales nacionales, sino unas cortes especiales de arbitraje internacional.
Las voces que reclaman mayor transparencia alertan de que la urgencia por el desarrollo de una vacuna, para una enfermedad que se ha cobrado ya más de dos millones de vidas en todo el mundo, ha podido llevar a los gobiernos a aceptar limitaciones de responsabilidad aún mayores.
En la Estrategia para la Adquisición de Vacunas que hizo pública la Comisión Europea se decía que “la responsabilidad por el desarrollo y el uso de la vacuna, incluida cualquier indemnización específica requerida, recaerá sobre los estados miembros que la adquieran”.
No obstante, estamos hablando de una emergencia sanitaria global, de algo que sucede cada 100 años, ante lo que uno esperaría que el sistema utilizara mecanismos mucho más transparentes y buscara un esquema más cooperativo. En cambio, vemos que se sigue buscando un mercado monopólico y mantener ventajas en los precios.
Las diferencias en el acceso a las vacunas han llevado al mundo a un riesgo de “fracaso moral catastrófico”, como definió el director de la Organización Mundial de la Salud, el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, el hecho de que los países más necesitados vayan a tener que esperar años para inmunizar a su población.
La historia de las epidemias muestra que no sería la primera vez. Ya sucedió con la poliomielitis y la viruela, enfermedades erradicadas mucho antes en los países más avanzados. O con el VIH, que todavía diezma a muchas poblaciones africanas cuando los pacientes en el llamado primer mundo han visto prolongada significativamente su esperanza de vida gracias al desarrollo de los tratamientos antirretrovirales.
Como resultado, los analistas de inversiones pronostican que al menos dos de estas compañías, la empresa estadounidense de biotecnología Moderna y la alemana BioNTech con su socio, el gigante estadounidense Pfizer, probablemente ganarán miles de millones de dólares.

Fuente: https://rebelion.org/la-ciencia-maltratada-privatizada-y-mercantilizada/

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