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Mi condena

Por:  Daniel Seixo

 

"El mejor truco del Diablo fue convencer al mundo de que no existía, pero sabemos que no se ha ido." 
The Usual Suspects 

"Al Fascismo no se le discute, se le destruye."
Buenaventura Durruti

Querido lector:

Se me pide una condena y por tanto, permíteme que abochornado por la escasa calidad del típico sainete previo al mitin que el presidente de Vox, Santiago Abascal, ha ofrecido en esta ocasión en Sestao, me preocupe por su pobre puesta en escena y la decadente calidad del espectáculo político general en el estado español y os diga por ello que nuestra estrella, tan feliz hasta hoy, está amenazada seriamente por nuestros propios errores.

No permitamos pues que la falsa apariencia de neutralidad y el buenísimo no correspondido por parte de quienes clara y abiertamente se han situado al frente del discurso fascista, frene nuestra fuerza, no permitamos que nuestra confianza en la inexistente humanidad de quienes ven en nosotros únicamente un enemigo a batir, logre frenar la acción antifascista directa. Aquella que desde la militancia y en los barrios, supone el muro de contención más directo contra la amenaza fascista. El pueblo vasco ha dado sobrada muestra en numerosas ocasiones de su actitud frente al fascismo y lo sucedido en Sestao, no supone sino una muestra más del profundo carácter antifascista y la activa militancia política de gran parte de la población de Euskal Herria, vecinos y vecinas, militantes, compañeros de trabajo y de estudios, diversas vidas y diversos motivos tras cada uno de los rostros de quienes ante la visita de la formación de Santiago Abascal, han decidido mostrar su rechazo firme y contundente al discurso del odio, la provocación y la discriminación.

Ante todo la verdad, y la verdad es mi señor que nosotros perdimos la batalla contra el fascismo, la perdimos abandonados a nuestra suerte por las democracias burguesas occidentales que pese a su supuesta neutralidad, tomaron claro partido en la Guerra Civil española al permitir la participación del ejército fascista italiano y las tropas de Hitler  por parte del bando sublevado. Perdimos la guerra y perdimos una nueva oportunidad de confrontar al fascismo cuando no supimos presentar batalla a la herencia franquista durante la transición y es por eso que todavía hoy, soportamos en nuestras propias carnes los claros tics antidemocráticos de nuestra política y a una timorata izquierda. Perdimos la batalla contra el fascismo cuando no supimos tejer alianzas internacionales contra el sistema capitalista y nos avergonzamos de nuestras luchas y de nuestra identidad, para abrazar las corrientes políticas procedentes precisamente de los países que en su momento nos abandonaron. Y la perdimos muy especialmente, cuando decidimos que política y barricadas eran ya incompatibles.

No se trata por tanto la lucha antifascista que hoy tratamos de un intento por ganar batallas pasadas, ni de nostalgia o meros actos de reivindicación de algo ya únicamente propio de la historia. No, a lo que aquí me refiero, por lo que aquí se pide mi condena, son actos de ferviente actualidad. Es sin lugar a dudas, una nueva etapa del desafío fascista lo que desde la izquierda enfrentamos y no temo por ello asegurar que las posturas que en Sestao se confrontaban a una y otra orilla del cordón policial, eran una vez más la de fascistas contra antifascistas.

Señor  concluyamos, que ya es tiempo.

Yo Condeno al partido de Santiago Abascal y a su propia persona por ejercer la estrategia de la provocación, acudiendo a poblaciones claramente contrarias a sus postulados políticos sin la más mínima intención de convencer, sino únicamente con el deseo de provocar incidentes con los que aumentar la presión política y sus posibles apoyos electorales por la vía de la confrontación.

Condeno a los dirigentes de Vox por hacer un uso deleznable e intolerable del pueblo vasco, buscando la criminalización del mismo con el único objetivo de lograr recabar votos en sus feudos tradicionales en otros puntos de la península.

Condeno a Rocío de Meer por su esperpéntico espectáculo en una tierra que sabe bien lo que es la violencia y la verdadera sangre derramada y que por ello jamás recibirá de buen agrado a aquellos que una y otra vez lanzan soflamas al ejército en busca de un posible golpe de estado.

Condeno de nuevo a la señora Rocío de Meer por cambiar su versión sobre lo sucedido en Sestao sobre la marcha y hacer de la supuesta agresión que denuncia en redes sociales y ante la prensa, pero de momento no ante las autoridades, un espectáculo de confrontación en busca de un posible crecimiento del odio que le otorgue meros réditos electoralistas.

Condeno a su vez a la prensa servil con el fascismo, aquella que indiferentemente en Altsatsu o en Sestao, se sitúa contra el pueblo y sin profundizar en la búsqueda de pruebas o contrastar las diferentes versiones, lanza todo su peso sin justicia alguna contra la parte más débil en sus titulares

Y por último: yo condeno a toda esa progresía burguesa de falso antifascismo de triángulo rojo en redes sociales, que puntualmente reniega del antifascismo directo cuando ante la amenaza ultra y la represión policial, demuestran ser los únicos que verdaderamente dan la cara. No solo condeno a ese falso progresismo, sino que reniego de cualquier relación política con ellos.

En cuanto a las personas a quienes condeno, debo decir que ni las conozco ni las he visto nunca, ni siento por ellas más que el profundo desprecio que a todo antifascista le provocan las posturas reaccionarias. Las considero por tanto fuera de toda lógica política y el acto que realizo aquí, no es más que un medio para intentar llamar la atención sobre el tremendo error de considerar al fascismo un interlocutor válido y digno de solidaridad..

Solo un sentimiento me mueve, solo deseo que la luz se haga, y lo imploro en nombre de la humanidad, que ha sufrido tanto y que tiene derecho a ser feliz. Mi ardiente protesta no es más que un grito de mi alma, un deseo para que quienes hoy se lamentan por el triste y fingido llanto del fascismo en Sestao, no tengan nunca que vivir en sus propias carnes el efecto de su llegada al poder. La única vía para impedirlo es la de un antifascismo activo y combativo.

Todavía hay tiempo para reaccionar. Así lo espero.

Fuente e imagen:  https://nuevarevolucion.es/mi-condena/


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Saludable celebración virtual LGBT+

Por: La jornada

Pese a las limitaciones impuestas por la pandemia que mantiene acotada la actividad del mundo entero, se realizó una vez más en México –el sábado 27– la llamada Marcha del Orgullo LGBT+ que tiene lugar desde 1978. Esta vez la celebración, ciñéndose a las restricciones de movilidad dictadas para evitar la difusión del Covid-19, tuvo un carácter virtual; es decir, se llevó a cabo a través de la transmisión por redes sociales de una serie de presentaciones artísticas alusivas al tema, así como de cápsulas informativas, conversaciones sobre pasado, presente y futuro del movimiento organizador, y temas específicos como homologación de derechos para todas las personas en el país y reconocimiento de los derechos para las familias diversas.

Aunque la historia de dicha celebración tiene muchos antecedentes, no fue sino hasta 1999 cuando la marcha llegó por primera vez al zócalo de la Ciudad de México, y cambió su original nombre de Marcha del orgullo gay por el de Marcha del orgullo lésbico, gay, bisexual, y transgenérico (es decir, las siglas LGBT+, como se le conoce ahora, tras agregarse a la lista otras diversas opciones sexuales).

En sus inicios, rechazado o cuando menos mirado con desconfianza por los sectores más conservadores de la sociedad, el movimiento cumplió otro año de bregar por la visibilización pública de sus integrantes –y por extensión de todas las personas que tienen elecciones sexuales consideradas diferentes– se inscribe en un marco más amplio, donde prevalecen las nociones de coexistencia, modos de relación social y formas de habitar el planeta. En tal sentido, como espacio que abre el pensamiento y las prácticas humanas a otros planos que diferentes de los tradicionales, ocupa ya un lugar bien ganado entre los agentes activos para la construcción de órdenes sociales.

Pero no es corto el camino que todavía le queda por recorrer al movimiento LGBT+ en su búsqueda de pleno reconocimiento. De hecho, la discriminación de que son objeto las personas cuya orientación sexual e identidad de género les son negadas, aún constituye un escollo difícil de sortear en amplios sectores de la sociedad. Las variadas formas de violencia ejercidas en su contra –con su máxima y más repudiable expresión, los crímenes de odio– son todavía moneda corriente en muchas naciones del mundo, la nuestra incluida.

La celebración virtual efectuada ayer, sin embargo, representa otro paso adelante no sólo para el colectivo encargado de darle vida, sino también para todos los sectores sociales convencidos de que es preciso desterrar del mundo, para siempre, la exclusión, el prejuicio y la segregación.

Fuente: https://www.jornada.com.mx/2020/06/28/opinion/002a1edi

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Los escenarios de la Educación Básica en la compleja coyuntura actual

Por: Miguel Ángel Pérez

Como ya se ha dicho en otros momentos, la educación básica no existe en nuestro país, es solo una abstracción, un concepto, lo que sí existe son los tres niveles educativos y las tres modalidades de atención.

Cada nivel educativo que integra la educación básica se integra en una especie de mundo institucional. Tanto el preescolar, la primaria como la secundaria, tienen sus códigos internos, tradiciones y una sub-cultura institucional propia de cada nivel.

En esta fase de atención, lejos de sumar o de buscar nuevas formas de integracioón lo que vivimos es una nueva fase de distanciamiento. Los liderazgos académicos prácticamente estuvieron ausentes, dando lugar a la emergencia tecnológica como tablita de salvación.

Pero el ciclo escolar en términos formales ha concluido, no así, el riesgo por el virus y sus secuelas; ni tampoco está incultura de querer salir a toda costa, sin pensar en las consecuencias.

El próximo ciclo escolar para la llamada educación básica es muy probable que inicie el 7 de septiembre de manera semipresencial, la modalidad de atención será combinar unos días en la escuela delante o frente a cada docente y otros días en casa haciendo lo que apenas estamos comenzando a aprender hacer la actividad en línea y enviarlas con el apoyo de las plataformas digitales, pero ¿Quién se hará cargo del cuidado de los hijos cuando padres y madres tengan que presentarse a sus empleos? El escenario no se ve fácil, no lo está.

En el estado de Jalisco las elites de gobierno al lado de sus asesores han sido muy irresponsables al apresurar el confinamiento, la sociedad se ve cansada y agobiada y con la justificada necesidad de tener un respiro a partir de salir a las calles. Sin embrago, parece (según informes y estadísticas) que en estos días de mediados de junio son los días con mayor riesgo, mientras la curva siga en ascenso y no pare seguiremos en riesgo.

Muy pronto se darán a conocer las propuestas curriculares que servirán para generar la serie de adaptaciones curriculares y de otro tipo, que el sistema requiere. El periodo vacacional más que un descanso se torna en un respiro para el gobierno, para tener un margen de tiempo y pensar muy bien que va a hacer y cómo se pretende hacerlo.

La asignatura pendiente pensada en atender al ejercito de docentes, los cuales han sido capaces de responder en la emergencia sin capacitación y sin formación básica para atender a los alumnos a su cargo en formatos a distancia.

La educación básica en nuestro país, lejos de integrarse se resquebraja, incluso las políticas o las iniciativas de trabajo y de atención a los usuarios se acuerdan escuela por escuela. Cada directivo toma las medidas que mejor considera, citando papás con convocatorias escalonadas, visitando los hogares, etc.

El coronavirus ha servido entre muchas cosas para zarandear al sistema en el campo de la salud, de la economía y también en educación; las respuestas han sido casi siempre a la defensiva pensando en cuidar lo poco que tenemos, y tratando de evitar mayores riesgos.

Los medios lejos de informar han querido vender noticias amarillistas, o se han colocado en algún lugar de la balanza en las pugnas políticas que también existen. Hay un supuesto Comité de expertos de la universidad local, ellos a modo de monólogos del poder, han querido asumirse como líderes científicos, no cuentan con autoridad ni moral, ni tampoco científica en sus supuestas predicciones o recomendaciones. Dicho organismo, se ha dejado llevar por el oportunismo político protagonizado por los dueños de la universidad a la que dicen representar. La agenda no se abre, no se discute ampliamente, alguien tiñe miedo de decir como ocia el pitea las verdaderas verdaderas.

Los tiempos que siguen son tiempos para pensar, para buscar nuevas formas de restituir el tejido social e institucional que se ha dañado, necesitamos propuestas puntuales y fundamentadas que piensen en todos y todas y que nos permitan arribar a esta nueva normalidad de la que tanto se habla, rescatando los viejos valores que le daban sentido a nuestra continuidad, pero garantizando las nuevas formas de relación social.

La educación básica en nuestro país también deberá de reinventarse hoy es tiempo de superar el confinamiento en el que ha vivido el sistema por largos años.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/los-escenarios-de-la-educacion-basica-en-la-compleja-coyuntura-actual/

Imagen: https://pixabay.com/

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Una crisis global, sistémica y sin precedentes

Por: Daniel Tanuro

 

La naturaleza sistémica de este extraordinario acontecimiento es evidente por el origen del virus, su modo de propagación y sus efectos sociales.

En los últimos decenios se ha descubierto que los virus rompen la barrera de las especies, se adaptan y contaminan al Homo sapiens, causando zoonosis. El SARS-CoV2 no es una excepción: además del VIH, se han conocido el Ébola, el Chikunguniya, el Zika, el SARS1, el MERS, la gripe aviar y algunos otros. Sin embargo, existe un amplio consenso entre los especialistas en que el salto de especies es atribuible a la deforestación, a la industria cárnica, a los monocultivos agroindustriales, al comercio de fauna silvestre, al lavado de oro, etc. Es decir, en términos generales, la destrucción de los entornos naturales por el extractivismo y el productivismo capitalista. Por lo tanto, COVID-19 no es una maldición que nos lleva de vuelta a la Peste Negra y a otros flagelos de la salud de la antigüedad; por el contrario, nos proyecta hacia las pandemias del futuro. Aunque el virus desaparezca, aunque se desarrolle una vacuna (¡no hay certeza al respecto, el VIH y la hepatitis C lo prueban!), otras pandemias ocurrirán mientras no se hayan erradicado los mecanismos responsables de las mismas.

El modo de propagación del virus es también una característica fundamental del capitalismo contemporáneo. De hecho, la velocidad con que la enfermedad se ha propagado por todo el mundo no sólo se debe a las características intrínsecas del SAS-CoV2 (menor letalidad que el SARS1, vinculada a una alta contagiosidad). También se debe de manera decisiva a la globalización y a la densidad de los intercambios aéreos extremadamente rápidos a lo largo de las cadenas de valor que unen las megalópolis de la producción capitalista. Sin este elemento decisivo, la epidemia probablemente no se habría convertido en una pandemia.

Dentro de estas megalópolis, el contagio se vio obviamente favorecido por la densidad de las poblaciones. Pero este factor no es absoluto; debe ser entendido en conjunto con otros dos parámetros. El primero es el crecimiento de las desigualdades sociales. El ejemplo de Nueva York es instructivo: la densidad de población es mayor en el rico Manhattan que en el Bronx, pero es en este vecindario poblado por gente pobre y generalmente racializada donde COVID ha causado proporcionalmente más víctimas. El segundo parámetro es la contaminación atmosférica: los análisis italianos y estadounidenses han confirmado las conclusiones presentadas por los investigadores chinos que, ya en 2003, en el caso del SRAS-1, habían establecido una correlación entre la densidad de las partículas finas en el aire, las enfermedades respiratorias resultantes y los daños causados por el virus.

La gestión de la pandemia por parte de los gobiernos merece una crítica detallada, para la cual no tenemos espacio aquí. Digamos simplemente que se trata claramente de una cuestión de gestión de clase, cuyas prioridades desde el principio han sido 1°) mantener la actividad del sector productivo de la economía en la mayor medida posible; 2°) evitar un desafío a las políticas de austeridad que durante décadas han debilitado el sector asistencial (hospitalario y extrahospitalario) ; 3°) imponer a la población medidas de confinamiento muy estrictas y/o medidas tecnológicas liberticidas (único medio de aplanar la curva epidémica de conformidad con los puntos 1° y 2°) que han tenido como efecto el agravamiento de las desigualdades y discriminaciones sociales, de género o «raciales».

La pandemia (¡y su gestión!) están precipitando el inicio de una crisis socioeconómica cuya magnitud superará repentinamente la de 2008, y podría incluso acercarse a la de 1929. Pero el análisis del fenómeno no puede ser estrictamente cuantitativo. Cualitativamente, de hecho, esta crisis es como ninguna otra. Hay que reconocer que tiene lugar en un contexto general y muy clásico de sobreproducción capitalista, ya bastante tangible antes de diciembre de 2019. Pero, a diferencia de una crisis clásica, la destrucción del excedente de capital no será suficiente, aquí, para restablecer los beneficios para asegurar la reactivación de la máquina. El virus, de hecho, es mucho más que un simple detonante: mientras no se ponga fuera de acción, se agarrará a los engranajes.

En otras palabras, el retorno a la «normalidad» podría ser imposible durante un período indefinido de tiempo… excepto a costa de eliminar a millones de los más débiles, los más viejos, los más pobres, los enfermos crónicos. La extrema derecha no duda en optar por esta «solución», como lo demuestran las manifestaciones anticonfinanciación en Estados Unidos y Alemania, así como las declaraciones de Trump y Bolsonaro. Nos corresponde a nosotros, ecologistas conscientes de que la vuelta a la «normalidad» es un callejón sin salida, sacar la conclusión: el capitalismo no se derrumbará por sí mismo. Debemos concretar en las luchas la elección entre un ecosocialismo que se ocupe de los humanos como de los no humanos y una caída en la barbarie.

Fuente e imagen:  https://ficciondelarazon.org/2020/06/19/daniel-tanuro-una-crisis-global-sistemica-y-sin-precedentes/#more-5899

Fuente original: L’Autre Quotidien

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Preguntas sobre el borrado de la historia de la esclavitud y el abuso colonial

Por: Gilad Atzmon

¿Están también dispuestos los jóvenes británicos y estadounidenses que realmente se sienten culpables por los crímenes coloniales y racistas de sus antepasados ​​blancos a estar sujetos a un impuesto especial solo para blancos que asigna una parte significativa de sus ingresos a las organizaciones negras para que finalmente la justicia pueda prevalecer? ¿Apoyarán estos jóvenes espíritus revolucionarios blancos, por ejemplo, un proyecto de ley que impida a los blancos (incluidos sus padres, por supuesto) pasar su riqueza a sus descendientes para que se haga justicia y los negros puedan ser compensados ​​por siglos de abuso racista? Realmente estoy tratando de descubrir el verdadero significado de «culpa blanca», ¿tiene consecuencias personales?

Dado que la historia de la criminalidad del Imperio Británico es vasta, me pregunto si nuestros jóvenes revolucionarios llenos de culpa también se sienten responsables de la situación en Palestina. ¿Van a presionar al Gobierno británico para que ponga fin a sus lazos con Israel hasta que se restablezca la justicia en Palestina y se invite a los pueblos indígenas de la tierra a regresar a sus pueblos y ciudades? ¿Están esos jóvenes antirracistas británicos dispuestos a presentarse y disculparse con el pueblo de Pakistán o Irlanda? ¿Y qué hay de la gente de Dresde? En resumen, me gustaría saber cuáles son exactamente los límites de este “despertar ético” poscolonial británico.

Me pregunto si aquellos que insisten en derribar los monumentos de Churchill están dispuestos a aceptar la posibilidad de que David Irving haya tenido razón a lo largo de su lectura del líder británico.

Dado que la izquierda ha librado una batalla intensa e implacable contra la noción de «revisionismo histórico», me pregunto si aquellos que actualmente insisten en «dejar las cosas en claro» entienden que lo que hacen de facto es revisar el pasado. ¿Es posible que la izquierda finalmente haya aceptado que el revisionismo es el verdadero significado del pensamiento histórico?

Finalmente, ¿están los jóvenes que se adhieren a los valores progresistas y de izquierda e insisten en un futuro mejor, más diverso y antirracista, dispuestos a admitir que todavía existen esclavos negros? Pregunto porque hasta la fecha ninguna voz de izquierda o progresista se ha presentado para afirmar que estamos hablando de la esclavitud negra y los capitalistas.

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Fuente: https://rebelion.org/preguntas-para-borrar-la-historia-de-la-esclavitud-y-el-abuso-colonial/

Traducido del inglés para rebelión por J. M.

Fuente Original: https://gilad.online/writings/2020/6/19/questions-to-do-with-erasing-the-history-of-slavery-and-colonial-abuse

 

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Mercado Popular de Subsistencia, gambeta a los monopolios

Por: Raúl Zibechi

Una larga hilera de brazos se agitan en el pasillo del Sindicato de Artes Gráficas (SAG), cargando cajas, bolsas y paquetes hacia el camión que las llevará hasta el primer destino, a media mañana del tercer sábado de junio. La velocidad del trasiego contrasta con la serenidad de las sesenta personas que se trabajan trajinando. La primera sorpresa, para quien desconoce este espacio, es el promedio de edad, debajo de los 30 años.

Los alimentos fluyen de mano en mano, desde bolsas de harina de 25 kilos hasta botellas de desinfectantes, paquetones de fideos o frascos con mermeladas caseras. La diversidad de productos es una característica del Mercado Popular de Subsistencia (MPS), que abarca las necesidades del millar de familias que decidieron caminar por fuera de las grandes superficies, atraídas por precios muchísimo más baratos(entre el 30 y el 50 por ciento) y por tomar el control de los productos que consumen.

“Hasta el año pasado eran alrededor de 500 familias pero con la crisis multiplicamos por cuatro el volumen de pedidos”, explica Sebastián Vázquez, uno de los iniciadores de esta experiencia.


Autogestión y solidaridad

El MPS (mps.org.uy) ofrece una “canasta combativa” de alrededor de 300 productos, incluyendo alimento veganos y para celíacos, productos de limpieza e higiene personal, textiles y artículos escolares. La canasta se va ampliando según la demanda de las familias, que al integrar el mercado popular se organizan en un núcleo barrial para realizar sus pedidos.

“El núcleo de Nuevo París somos cinco familias”, desgrana Clara. “Cada familia hace un pedido que se traslada a una planilla del barrio que enviamos a una comisión encargada de las compras”. Después del 10 de cada mes, cada familia deposita el importe de su pedido una cuenta del mercado, que gestiona otra comisión. Los productos llegan los viernes por la tarde y los sábados por la mañana a dos puntos de almacenamiento: el SAG y el Polo Tecnológico e Industrial (PTI) del Cerro.

Cada uno de los 60 núcleos envía una persona a los centros de acopio para separar los productos que corresponden a cada barrio y de allí salen en camiones hasta su destino. Hay núcleos que bordean las cien familias, sobre todo en las zonas centrales de Montevideo, pero ya empiezan a organizarse familias en la Costa de Oro y hasta en Parque del Plata.

“Cada grupo de compra tiene autonomía para decidir cómo hacen el reparto”, explica Clara. En el Club Dryco, en San Martín casi Bulevar Artigas, las familias de la zona de Jacinto Vera, Atahualpa y Goes, esperan el camión que salió minutos antes del SAG. Aquí la mayoría son mujeres jóvenes que apilan mercaderías para 80 familias, en el salón engalanado por un cantina que sería el sueño de coleccionistas de antigüedades.

Lucía lleva tres años en el núcleo de Jacinto Vera, donde se agrupaban unas 20 familias: “Desde que empezó la crisis de coronavirus, crecemos todos los meses y ya llegamos a las 80 familias, por lo que tendremos que dividirnos en dos o tres núcleos para poder manejar tantos productos”.

En el Dryco hacen el recuento para asegurarse que no hay faltantes y luego arman los pedidos de las familias, que pasan por el lugar a recoger lo que han encargado. En total, tres o cuatro horas de trabajo cada mes. El trabajo es siempre voluntario, nadie cobra nada, salvo los fleteros. Por cada 500 pesos de compra, cada familia agrega 15 pesos para el transporte y las bolsas.

El Mercado Popular funciona de modo descentralizado en los barrios y con comisiones federales en las que participan una o dos personas de cada núcleo, en lo posible de forma rotativa: logística, compras, finanzas, comunicación y propaganda, formación e ingresos. La última se encarga de la creación de nuevos núcleos, mientras la de formación organiza charlas y talleres para reflexionar sobre el consumo y, como apunta Clara, “hacernos soberanos sobre qué consumimos y a quienes le compramos”.

Fruto de esas reflexiones, más de la mitad de los productos que integran la canasta proceden de empresas recuperadas por sus trabajadores, cooperativas y emprendimientos autogestionados, colectivos y familiares.

En las etiquetas puede leerse: Cooperativa La Minga (ex trabajadores de BAO) y El Resistente de Malvín Norte, ambas de productos de limpieza; Caorsi, Molinos Santa Rosa, Mi Piace (extrabajadores de La Spezia) y Unidad Cooperaria (ex Cololó) entre las alimenticias. Llama la atención la marca Gigor, que provee buena parte del pan de molde del mercado popular, que funciona en la cárcel de Punta de Rieles gestionada por ex presos en la que trabajan los actuales reclusos.

El vínculo con las pequeñas empresas autogestionadas es una opción política y una seña de identidad del mercado popular. Siempre eligen “trabajo uruguayo” aunque una parte de los productos deban comprarlos a grandes empresas. Casi todas las prendas proceden de la textil Conacotex, una cooperativa que comenzó a funcionar en febrero 2018, integrada por ocho extrabajadoras de la empresa Everfit, en el PTI del Cerro.

Un largo camino

La propuesta del MPS surgió de la Brigada José Artigas, un colectivo de militantes frenteamplistas de base que se formó en 2009 en la zona de la Curva de Maroñas y Bella Italia, “cuando Mujica era candidato y lanzó un llamado para hacer trabajo voluntario”, rememora Sebastián. Empezaron con brigadas los fines de semana en Cabañitas, un asentamiento de la zona.

El desengaño llegó pronto. “Al ritmo que se caminaba, calculamos que se necesitarían 500 años para eliminar la pobreza y tomamos un camino propio en base a los ideales artiguistas, en el sentido de que nada podemos esperar sino de nosotros mismos”. En 2014 instalaron una “bloquera popular” para apoyar a los vecinos que estaban levantando sus viviendas, que podían utilizarla pagando sólo el costo de los materiales.

Con la decadencia de la construcción, tomaron otros rumbos. “Hicimos una encuesta en los barrios donde estaba la Brigada y decidimos armar una canasta básica con los cuatro productos principales: yerba, aceite, harina y fideos”. El MPS se estrenó en enero de 2016 con apenas 60 pedidos. Primer problema: “Como se paga por adelantado tiene que haber un mínimo de confianza. Ese mes nos dimos cuenta que no todos quieren dos kilos de la misma yerba o el mismo aceite y ya en febrero ampliamos la lista”, sigue Sebastián.

En la experiencia de Clara, la cuestión del dinero no resulta problemática porque las familias saben que el pedido les llega una semana después de haber pagado y si surge algún problema el colectivo lo va a resolver. “La cuestión participativa es la más compleja, que la gente se vaya rotando y que no sea una cooperativa de consumo, porque somos una organización social y política que trasciende las compras”.

La estructura del MPS funciona“de abajo hacia arriba”. Cada grupo envía una persona a la reunión federal una vez por mes, donde cada barrio tiene un voto. Además los núcleos se agrupan en cuatro regiones: noreste, sur, oeste y este. “En las regionales discuten la logística de cada sector, los problemas de cada núcleo, o sea los temas territoriales, mientras el federal decide las compras, pero primero se discute en los barrios”.

Uno de los debates en curso gira en torno a la necesidad de trascender a los distribuidores, de yerba o aceite, por ejemplo, ya que las grandes empresas les venden a través de sus distribuidores. “Queremos pelear para que nos vendan directamente, ya que los distribuidores no pueden ya cubrir nuestra demanda”, razona Sebastián.

En los talleres de formación explican cómo se conforman los precios y las vecinas terminan descubriendo que el intermediario se lleva la mayor parte del precio final. Prueba de ellos, es que “entre las diez mayores fortunas del Uruguay hay cuatro vinculadas a la industria y la intermediación de alimentos y que por algo las casas matrices de las grandes superficies son extranjeras”, sigue Sebastián.

 

Más allá de esta crisis

Aunque el nombre del mercado haga hincapié en lo “popular”, la realidad es más compleja. En los hechos, explican Sebastián y Clara, “la gran mayoría de las familias proceden de barrios de clase media, donde predominan profesionales y trabajadores con salario fijo, que pueden planificar la compra mensual y han reflexionado sobre su consumo”.

Reconocen que se trata de un desafío mayor. Para superarlo, se proponen “reconstruir el papel del almacén de barrio, que pueda comprarnos al MPS y le gane no más de un 15 por ciento a los alimentos. Sería una forma de reconstruir las relaciones que estaban tejidas en torno al almacén”.

En este punto, vale recordar el análisis de Immanuel Wallerstein quien, inspirado en el historiador Fernand Braudel, sostenía que lo que define al capitalismo no es el mercado sino los monopolios. “Los monopolios dominan negando la libertad e igualdad en el escenario económico”, apunta.

El verdadero mercado, o la economía de mercado, es un mundo de realidades claras y “transparentes” donde predominan “procesos fáciles de captar”. Los monopolios capitalistas son opacos, porque sus actores se introducen en circuitos y cálculos “que el común de los mortales ignora”.

En los mercados (pensemos en las ferias vecinales o en los mercados campesinos) los beneficios son exiguos y las relaciones consisten en “comunicaciones horizontales” entre productores y compradores. Por el contrario, “los monopolios son asunto de fuerza, de astucia, de inteligencia (…) pero más que nada de poder”*.

El crecimiento del MPS es alentador, tanto en la cantidad de personas involucradas como en la apertura de nuevos frentes, como la cuestión de género. Meses atrás crearon grupo de mujeres y de disidencias sexuales que participaron en la marcha del 8M. Clara ensaya una explicación: “Las encargadas del consumo de los hogares y de organizar la alimentación son las mujeres, y al entrar al Mercado se les impone el desafío de organizarse de otro modo”.

Empiezan a trabajar junto a vecinas que no conocían, descubren la cuestión de los precios y “hacen un clic”. “En los barrios populares está pasando algo interesante: una vecina compra un paquete de 25 kilos, lo fraccionan entre las vecinas y los intercambian por otros productos con las demás familias”. De ese modo, al comprar al por mayor, la diferencia de precios se estira.

Sebastián es más enfático: “El desafío principal es que el Mercado se llene de los más pobres, que se lo apropien, porque son los que más lo necesitan ya que para ellos la crisis es permanente”.

 

* “Braudel y el capitalismo o todo al revés”, en Impensar las ciencias sociales, Siglo XXI, 1998, pp. 227-237.

Fuente e imagen:  https://zur.uy/mercado-popular-de-subsistencia-gambeta-a-los-monopolios/

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La grieta invade el ámbito académico en ciencias sociales o De la muerte del debate público.

Por: Miguel Andrés Brenner

 

Recuerdo a inicios de la década de los años setenta del siglo pasado, cuando hacía poco estaba cursando la carrera de sociología, en la entonces Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, que participé como asistente-alumno a un evento de magnitud histórica, que quedó en el olvido. Se concursaba la cátedra Sociología Sistemática. Habían dos competidores, Juan Carlos Portantiero y Justino O’Farrell, el primero dentro del marxismo, el segundo dentro de las “cátedras nacionales” con fuerte pregnancia peronista. Eran dos grandes académicos en aquel entonces. En el aula magna de la sede de la vieja facultad, repleta de asistentes, se dio un debate muy apasionado entre los integrantes de ambas cátedras postulantes en el concurso, demasiado apasionado. Debate público al fin, añorado en la actualidad.

Hoy se da una “grieta” en el ámbito académico, un debate similar sería casi imposible. Los de un posicionamiento excluyen a los de otro posicionamiento. El famoso “ágora” (del griego ἀγορά, asamblea, de ἀγείρω, “reunir”;​) de la antigüedad griega feneció. Los de un lado miran con desconfianza a los del otro lado. El “pensamiento único” que se asigna a la derecha en tiempos de neoliberalismo, invade con su espíritu todo el espectro académico.

Así, por ejemplo, el video con perspectiva educacional -figura más abajo- en su inicio y final, en tanto haya discordancia, puede llegar a oscurecer el centro del panorama explicativo del modelo neoliberal en educación. Valga el caso de una mirada “progresista” que pudiera no aceptar algunos de sus motivos, a partir de lo que se invalide todo el texto fílmico, sin poder discriminar entre lo valioso y no lo valioso desde el propio encuadre político.

Pero, también en el mismo “progresismo” hay grietas. Comento una experiencia que viví, aunque debido a motivos de discreción no puedo mencionar las fuentes de información. En un encuentro, previo a la asunción de Alberto Fernández a la
presidencia de la nación, se realizó un encuentro a efectos de diseñar los lineamientos de las futuras políticas educativas. Los expositores fueron seleccionados estrictamente dentro del ámbito del poder académico vigente, excluyendo a otros que aún pudieran tener miradas o expectativas diferentes, pero no disociadoras. Ni uno de ellos fue elegido (*), y los motivos pueden ser diferentes. Obviamente, es difícil que, independientemente de su aceptación o no, fueran también candidatos para ocupar cargos políticos en el nuevo período gubernamental. Y se da la posibilidad, otra forma de grieta, de no darles cabida simplemente por cuestiones de poder.

Hicimos alusión a la grieta. La palabra grieta aparece en nuestro país durante la primera década del siglo XXI. Tiene que ver con un uso lingüístico que señala la división maniquea de la sociedad argentina entre  kirchneristas  y  antikirchneristas. Dicho enfrentamiento político posee una alta y promovida dosis de irracionalidad, odio, prejuicio, intolerancia, de pura matriz emocional.

Proviene del latín “crepâre” (estallar). Según el Diccionario de la Real Academia Española tiene tres acepciones, de las que subrayamos para nuestro caso aquellas que aluden al término “solidez”:

  1.  f. Hendidura alargada que se hace en la tierra o en cualquier cuerpo sólido.
  2.  f. Hendidura poco profunda que se forma en la piel de diversas partes del cuerpo o en las membranas mucosas próximas a ella.
  3.  f. Dificultad o desacuerdo que amenaza la solidez o unidad de algo.

Grieta se usa a manera de metáfora. Un término nos permite comprender el significado de algo, nos permite comunicar algo a alguien, nos permite posicionarnos de alguna manera en el plexo de las relaciones humanas, en el caso al que aludimos, nos referimos al posicionamiento político. La solidez (firme, macizo, denso) de los cuerpos es estudiada originalmente por la física. En tal sentido, la grieta menta una “estallido” que hace casi imposible el diálogo. El diálogo supone al menos una base de acuerdo como punto de partida, si aquella no existe, tampoco el diálogo. Entonces, son los aspectos emocionales más negativos desde los que se entiende la realidad. Y, si vamos al ámbito académico, la “grieta” en el mismo significa la disolución de lo epistemológico o científico.

Hagamos un juego de imaginación. Consideremos el siguiente breve video en materia de política educativa: https://youtu.be/Qp8obtMJ-kI . Dejo a la libre consideración de cada lector del presente texto la mirada interpretativa que haría alguien que se ubica dentro de la derecha, dentro de la izquierda, dentro del progresismo.

Hagamos la salvedad de que dichos posicionamientos pueden ser ambiguos por lo genérico de cada uno de los mismos. Y otro interrogante más: como docentes, ¿sería dicho video materia de nuestra enseñanza?

(*) Ni uno de los 64 académicos fueron tenidos en cuenta. La propuesta fue por el mérito de estos, sin habérseles consultado al respecto.

Fuente: https://insurgenciamagisterial.com/la-grieta-invade-el-ambito-academico-en-ciencias-sociales-o-de-la-muerte-del-debate-publico/

Fotografía: Revista Bordes.

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