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Hijos de padres con deserción escolar usualmente repiten ese modelo

Por: El Siglo de Torreón

Un estudio de la Universidad del Valle de México (UVM) reveló que 76 por ciento de las familias en las que el padre tiene como grado máximo la secundaria enfrentan la deserción escolar de al menos un hijo.

En tanto, si el padre de familia cuenta con bachillerato o un grado más avanzado, el porcentaje de deserción de uno de los hijos baja a 24 por ciento, señalan los resultados de la investigación del Centro de Opinión Pública de esa casa de estudios.

El trabajo consistió en mil 002 encuestas en casa habitación, a nivel nacional, a 501 padres de familia y a uno de los hijos que estuviera cursando secundaria.

Los principales motivos que citan los padres para no haber terminado sus estudios son no haber contado con recursos económicos (53 por ciento), no les gustaba estudiar (13 por ciento), necesidad de trabajar (12 por ciento), dedicarse a apoyar labores del hogar (siete por ciento), no eran prioridad los estudios en su familia (seis por ciento) y mal desempeño académico (cinco por ciento).

El sondeo arrojó que 81 por ciento de los padres que sólo estudiaron la secundaria dicen que, de haber tenido la posibilidad, les habría gustado seguir con su formación escolar; 46 por ciento considera que la mayor ventaja de haber continuado habría sido un mejor empleo, 31 por ciento piensa que tendría más ingresos, y 10 prociento que habría adquirido más conocimientos.

Los padres que terminaron licenciatura y llegaron a posgrado, dijeron, 27 por ciento, que su principal motivación fue el deseo de superarse; 22 por ciento, tener una carrera; 16 por ciento, tener mejores oportunidades de ingresos; 16 por ciento, mejores oportunidades de empleo; ocho por ciento, poner el ejemplo a su familia, y seis por ciento, apoyar a su familia.

En el análisis dado a conocer por la UVM en un comunicado, en las familias en las que existen hijos que han desertado de la escuela es más probable que sus padres hayan tenido una formación deficiente en habilidades básicas como escritura, compresión de textos, incluso historia.

De 26 por ciento de los padres que dicen haber tenido poca o ninguna habilidad de escritura, tienen hijos que han desertado; 24 por ciento de los que dicen haber tenido poca o ninguna habilidad en lectura, reportan lo mismo, y 60 por ciento de los padres que dicen haber aprendido poco o nada de historia, tienen hijos desertores.

En general, los padres encuestados están de acuerdo en que su familia se involucraba en las actividades escolares: 64 por ciento está de acuerdo en que su familia los apoyaba con tareas de la escuela, mientras que 70 por ciento acepta que su familia los motivaba para continuar con sus estudios.

Para la mayoría de los padres de familia desertores la educación universitaria del país es de calidad regular, sin embargo, mientras los padres tienen escolaridad más alta, tienden a considerar que la educación universitaria es de muy buena calidad en México (44 por ciento).

Los padres de familia consideran que el aspecto más importante que debe favorecer una institución universitaria es ofrecer carreras que respondan a las necesidades del país (50 por ciento), mantener actualizados los programas de estudio (37 por ciento), y tener vinculación con las necesidades de la industria (13 por ciento).

De los encuestados, 74 por ciento cree que quienes tienen una carrera universitaria cuentan con más oportunidades para conseguir buen empleo, 41 por ciento admite no tener planificada la educación de su hijo, 27 por ciento dice haberla planificado parcialmente y sólo 32 por ciento dice haberla planificado.

La educación superior es vista como un vehículo para lograr movilidad social, sin embargo, el acceso de los hijos a ese nivel parece estar delimitado por los estudios con que sus padres cuentan.

Hijos de padres con deserción escolar usualmente repiten ese modelo

En general, los padres encuestados están de acuerdo en que su familia se involucraba en las actividades escolares: 64 por ciento está de acuerdo en que su familia los apoyaba con tareas de la escuela, mientras que 70 por ciento acepta que su familia los motivaba para continuar con sus estudios. (ARCHIVO)

Fuente: https://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/1386771.hijos-de-padres-con-desercion-escolar-usualmente-repiten-ese-modelo.html

 

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Series: La educación en el ojo del huracán

Por: Juan Pablo Russo

Entre la diversidad temática que rige los contenidos del cine y las series se encuentran las “High School” o de colegios, género que nació a mediados de la década del 50 y cuyo abordaje fue mutando a lo largo del tiempo. Los éxitos televisivos más recientes de este género corresponden sin duda a la edulcorada comedia musical Glee, que reunía en un coro a todos los losers de un secundario de Ohio, y 13 Reason Why, centrada a partir del suicidio de una adolescente víctima de bullying y cuyos padres responsabilizan a las autoridades del colegio que asistía.

Para el escritor y crítico literario español Jorge Carrión, autor del libro Teleshakespeare (Interzona), “desde que The Wire retratara con gran realismo los problemas de la educación pública de Baltimore, no hemos dejado de ver en las series esas instituciones, emblemáticas de los Estados Unidos, más de sus sombras que de sus luces, y por tanto interesantes para las series (que quieren retratar los EEUU y que siempre con más sombrías que luminosas)”. Pero para Carrión la educación pública es tan representativa como la privada. “Recordemos, entre los ejemplos recientes, la última temporada de The Killing, la segunda temporada deAmerican Crime y The OA que si no me equivoco, también es privado”, sostiene.

Pero más allá de la hegemonía estadounidense, series de diferentes latitudes supieron captar el interés masivo de la audiencia, La comedia negra danesa Rita, la española Merlí y el drama policial australiano The Principal (todas disponibles en Netflix) son tres ejemplos de cómo la educación pública supo meterse en la TV y darle una vuelta de tuerca al género.

Rita da un giro total a lo visto en las “High School” exponiendo los diferentes problemas que enfrenta en la actualidad la educación pública danesa, que aunque trabajada en un tono de comedia en ocasiones transita por numerosas situaciones dramáticas hiperrealistas.

Mientas Rita representa el alejado, pulcro, aunque también contradictorio, modelo de los países nórdicos, The Principal se sumerge en el suroeste de Sydney, para mostrar situaciones un poco más cercanas a la educación tercermundista. La serie, de cuatro episodios, narra la historia de un director de escuela obsesionado en cambiar la vida de sus alumnos, todos varones, habitantes de un barrio multiétnico dominado por pandillas de narcotraficantes de poca monta.

Pero es el dramaturgo Héctor Lozano quien propone en Merlí una acida mirada sobre la relación entre alumnos y profesores pero sin que los tópicos -que los hay- sean el motor de las tramas y de los personajes. Lo atractivo de Merlí es, por un lado, su protagonista Merlí Bergeron, un profesor de filosofía que basa sus clases en situaciones reales que transitan los alumnos; pero por otro, la óptica desde la que se mira a los adolescentes. Mostrándolos como seres pensantes, capaces de resolver conflictos y alejados de toda estigmatización.

Las tres propuestas, además de construir “héroes”, se mueven en la búsqueda de un proceso educativo más justo, que incluya a pesar de las circunstancias y la realidad social de cada individuo. La educación es un derecho y los tres protagonistas harán lo imposible para que se cumpla.

En Argentina hubo algunas experiencias en este sentido como Entre horas, de la cineasta Daniela Goggirealizada para la TDA, pero es el género documental el que más retrató la educación pública a partir de series como Motivados por la historia (TV Pública), un docu-reality en el que un profesor de historia y cuatro jóvenes se proponen revivir el mítico cruce de la epopeya libertadora del General José de San Martín en 1817, o Queremos saber (Encuentro), que indaga en los cambios que ocurren durante la adolescencia. Ambas series se forjan a través de contenidos educativos y no sobre las problemáticas.

Ante la ausencia de series es el cine nacional quien se ha propuesto incursionar sobre estos vínculos como la reciente El corral (2017), de Sebastián Caulier, que se inmiscuye en el interior de un colegio de Formosa en pleno años 90 para desarrollar una historia de acoso y sus consecuencias.

Para Caulier este es un universo rico tanto para series como para el cine porque en los colegios públicos siempre hubo una diversidad de clases sociales, con todo lo que eso conlleva. “Por los pasillos de los principales colegios públicos se cruzaban hijos de empresarios o políticos poderosos con hijos de familias muy humildes. Es muy común que en los recreos convivieran, por ejemplo, el hijo de un conocido dueño de supermercados con el hijo de un repositor que trabajaba para uno de los locales del padre de aquél. En esos cruces de relaciones de poder en el mismo colegio se fundía el germen que da vida a una historia”.

Fuente: http://www.escribiendocine.com/articulo/0014005-series-la-educacion-en-el-ojo-del-huracan/

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La experiencia positiva en la educación técnico profesional

Por: Leandro Goroyesky

Pensar las prácticas profesionalizantes es pensar en el mundo del trabajo. Es aquello que posibilita al sujeto insertarse de forma activa en la sociedad y hacerlo de manera productiva, así como desarrollar el espíritu colaborativo y cooperativo en pos de un objetivo común para beneficio de todos.

El trabajo digno entendido como proceso productivo y colaborativo no persigue el bien individual sino el bien común, y es en ese marco en el que inscriben estas prácticas educativas.

Las prácticas profesionalizantes son una instancia decisiva de aprendizaje y constituyen una actividad formativa a ser cumplida por todos los estudiantes, con supervisión docente. Es la escuela la que debe garantizar el acompañamiento durante la etapa de formación.

Al ser de carácter obligatorio (tienen una duración mínima de 200 horas reloj anuales y se desarrollan a lo largo del segundo ciclo de forma gradual) deben estar orientadas hacia el perfil profesional y vinculadas al área técnica en la que se está formando.

La necesidad de su incorporación está basada en anticipar los desafíos que cada profesión implica en su ejercicio profesional y conecta a los estudiantes tanto con diferentes situaciones y problemáticas propias del campo profesional como con el conjunto de procesos (técnicos, tecnológicos, científicos, culturales, sociales y jurídicos) que pueden tener lugar en la diversidad de situaciones socio-productivas.

Estas conforman experiencias de socialización educativa que vinculan a las instituciones educativas en el contexto territorial, intercambio característico y distintivo de esta propuesta.

Dichas prácticas educativas forman parte del plan de estudios de la educación secundaria técnica y se diseñan y se gestionan en escuelas de educación secundaria técnica y agraria.

Entendemos que la verdadera formación no se logra solamente con la adquisición de conocimientos, sino con el desarrollo de capacidades que posibiliten saber y saber hacer, aplicando lo adquirido en tareas concretas del mundo real incorporando el manejo de dispositivos técnicos.

A diferencia de las pasantías, entendiéndolas como una forma de entrenamiento empresario inserto dentro del proceso comercial de una compañía u organización, estas prácticas tienen lugar en un contexto educativo. Su finalidad es lograr la formación formal técnico-práctica.

Tampoco son meras actividades extracurriculares complementarias: se trata de actividades incorporadas al plan de estudios.

Desde el Instituto Nacional de Educación Tecnológica (INET) planteamos diversas estrategias para la vinculación entre la escuela secundaria técnica y agraria y el mundo del trabajo. En ese sentido, las prácticas profesionalizantes son un eje de vinculación curricular e institucional, dentro y fuera de la escuela técnica, formando al estudiante en valores como responsabilidad, respeto, dignidad, cooperatividad, colaboratividad, productividad y prosecución del bien común.

Asimismo, las prácticas profesionalizantes están normadas y reguladas a partir de la Ley de Educación Técnico Profesional (Ley 26.058), sancionada y promulgada en 2005 por el Senado y la Cámara de Diputados de la Nación Argentina. La Ley 26.058 determina para las prácticas profesionalizantes sus fines, objetivos, propósitos, objeto, alcances, financiamiento y ámbitos de aplicación dentro del ordenamiento, regulación, administración y el proceso de mejora continua de la calidad de la Educación Técnico Profesional.

Sólo por señalar el caso de Buenos Aires, en los últimos cuatro años la cantidad de estudiantes participantes tuvo un crecimiento sostenido:

Sobre un total de 262 Escuelas de Educación Secundaria Técnica, durante los cuatro años de implementación (2013-2016), se han firmado 3900 actas acuerdo entre las empresas y las escuelas.

Las prácticas profesionalizantes no sólo ayudan a formar técnicamente a los estudiantes sino que les inculcan valores que los ayudan a forjarse como personas y sujetos sociales.

De este modo la educación técnica procura brindar todos los conocimientos y habilidades que debe poseer un currículum integral e integrado: conocimientos conceptuales y de datos, habilidades procedimentales y técnicas, valores axiológicos, deontológicos y actitudinales.

Fuente: https://www.cronista.com/columnistas/La-experiencia-positiva-en-la-educacion-tecnico-profesional-20171003-0024.html

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La escuela en el limbo

Por: José María Agüera Lorente

Henos aquí un curso más ante un panorama de incertidumbre con perspectiva de prolongarse por tiempo indefinido a la espera de ese pretendido pacto de estado por la educación. Ya lo padecimos el pasado año académico, cuando de la caja de Pandora de la última ley educativa parida por el ministro Wert sin consenso, la LOMCE (Ley orgánica de mejora de la calidad de la educación… ¿Sarcasmo involuntario?), salieron todos los males concretos derivados de la politización de una institución fundamental en todo Estado democrático y de derecho, por cuanto tiene entre sus funciones la de corregir desigualdades y, por ende, contribuir de modo primordial a la convergencia social. El curso pasado los profesores, alumnado y familias no supimos hasta bien superada la mitad de su duración qué se iba a hacer con la dichosa PEBAU (prueba de evaluación del bachillerato y acceso a la universidad) diseñada, en principio, de acuerdo con el marco de la LOMCE, como instrumento de estandarización de la educación de masas no declarado como tal; se trata de asegurarse el control político del mecanismo de ingeniería social seguramente más potente.

En su libro Escuelas creativas, de hace dos años, el experto en educación Sir Kenneth Robinson denuncia lo que él llama «movimiento de normalización», un proceso de iniciativa política habitualmente centralizado en los ministerios de educación de los diversos países puesto en marcha con el propósito de llevar a la institución de la educación por el buen camino que conduce al éxito, el cual se certifica según criterios pertenecientes a un paradigma ya obsoleto hace varias décadas a juicio del mencionado experto puesto que responde a los valores y fines socio-económicos de una realidad histórica pretérita y sin vigencia alguna en el tiempo de la llamada por el difunto Zygmunt Bauman modernidad líquida. La normalización de los estándares educativos es la respuesta política espasmódica ante las ineludibles incertidumbres que son su esencia. Mediante ella se pretende asegurar unos mínimos de calidad educativa en todos los niveles académicos y en todos los diversos centros de un territorio según directrices rígidas establecidas por una autoridad educativa central y utilizando como instrumento procedimientos de evaluación en los que los exámenes son decisivos; el caso de la antes mencionada PEBAU en nuestro país.

En lo que se refiere a la enseñanza –y cito a Robinson–: «el movimiento de normalización prefiere la instrucción directa de información objetiva y de competencias y la enseñanza frontal a las actividades de grupo. Se muestra escéptica con la creatividad, la expresión personal y las formas de trabajo no verbales y no matemáticas, así como con el aprendizaje a través de la exploración y del juego imaginativo»; por lo que respecta a la evaluación –y vuelvo a citar– «da prioridad a los exámenes académicos escritos y al uso generalizado de preguntas tipo test para que las respuestas de los alumnos puedan codificarse y procesarse con facilidad». Es el taylorismo implantado en la escuela.

Este movimiento de normalización es un elemento principal del paradigma que Robinson viene denunciando desde hace años, no sólo por escrito, sino en conferencias accesibles en internet y en sus trabajos de asesoramiento educativo, y que se caracteriza por pecar de excesivo academicismo y de un cierto clasismo. Aunque nuestra sociedad requiere de mucha gente formada en diversos oficios muy necesarios –ya saben: fontaneros, electricistas, técnicos informáticos…– para nuestra calidad de vida la escuela no atiende suficientemente su promoción y la formación en los mismos. Esto se ve claramente en nuestro país y particularmente en la región de Andalucía, donde cada provincia –cada provincia– tiene su propia universidad, con la alta exigencia de recursos que ello implica, mientras que los estudiantes que quieren formarse profesionalmente en un determinado oficio se ven obligados a desplazarse a veces a gran distancia de sus hogares si quieren cursar un ciclo de formación profesional que, si es muy demandado, siempre estará escaso de oferta. Porque todavía sigue vigente, en gran medida y también en las instancias políticas, la creencia según la cual «los chicos listos van a la universidad» y los «torpes» deben dejar de estudiar para buscar trabajo u optar por el premio de consolación, que es la formación profesional para aprender un oficio. ¿Por qué, si no, se iban a llamar a los estudios universitarios «educación superior»? Ese calificativo de «superior» contiene una muy significativa carga valorativa y de estatus social. Estoy de acuerdo con Ken Robinson cuando sentencia en su libro: «Ese sistema de castas que favorece los estudios académicos sobre los técnico-profesionales es uno de los problemas más corrosivos del mundo de la educación». La razón se la da el economista y profesor en Cambridge Ha-Joon Chang en su libro titulado 23 cosas que no te cuentan del capitalismo cuando habla de inflación de títulos universitarios, y denuncia una «dinámica malsana» en los países de ingresos altos y medios-altos (como el nuestro) que pueden permitirse ampliar sus universidades, justificándolo en que la educación superior tiene un efecto directo positivo en su progreso económico. No es así. Como prueba de falsación de la creencia en el poder de la educación superior para incrementar la productividad y la riqueza de un país el profesor Chang presenta lo que él denomina «la paradoja suiza». Suiza, uno de los países más ricos e industrializados del mundo, presenta desde hace tiempo un índice de universitarios –que se ha elevado últimamente– notablemente inferior a otros países más pobres, como Corea del Sur: un 43% frente a un 67%, respectivamente. Para este heterodoxo economista las universidades no tienen por función principal proporcionar a los individuos conocimiento productivos, sino determinar dónde se sitúa cada persona dentro de la jerarquía laboral; se trata principalmente, pues, de una función de clasificación (sorting). La posesión de un título universitario por parte de una persona es en la práctica un indicador para los posibles contratadores de que es alguien más inteligente, disciplinado y organizado que quienes no lo tienen. O sea, que cuando una empresa da trabajo a alguien que no tiene experiencia previa lo hace por las mencionadas cualidades generales, no por sus conocimientos especializados que –como sabemos bien en nuestro país– a menudo no guardan relación con las tareas a desempeñar. Las destrezas específicas para cada puesto laboral suelen ser adquiridas mediante la práctica en el mismo ámbito concreto de trabajo. La consecuencia es que los grados universitarios en su mayoría pierden valor a efectos de acceder a un empleo de calidad, porque el número de titulados ha superado ese umbral crítico a partir del cual tales titulaciones dejan de marcar la diferencia. Entonces entramos en el mercado de los másteres, que es el siguiente escalón en la jerarquía de estatus en el ámbito de la formación; es decir, que ahora para destacar es necesario un máster o incluso un doctorado, aunque a juicio del profesor Chang el contenido en productividad de esos títulos de posgrado es mínimo en lo que respecta a los posibles trabajos. Su conclusión es contundente: «al menos la mitad de la educación universitaria (…) se “malgasta” en el juego de suma cero del sorting».

Que la educación marca la diferencia desde el punto de vista del estatus lo saben muy bien los ultrarricos –el 1% superior del espectro de la distribución de la riqueza–. Por esto suelen procurar para sus hijos el mejor colegio a la edad más temprana. Antonio Ariño y Juan Romero, coautores del libro La secesión de los ricos, llaman a esto «guerra darwinista» por conseguir la mejor educación para la prole a la edad más temprana. Diversos estudios por ellos aludidos demuestran ese «darwinismo educativo» en el ámbito global; no importa el país de origen de las familias de la élite mundial que buscan llevar su prole a los mejores centros del planeta. Así se tiende a crear progresivamente un sistema educativo global de escuelas secundarias y universidades jerarquizado en función de las demandas de las superélites. Este fenómeno es congruente con la ideología de la meritocracia mediante la que se legitima moralmente un sistema que perpetúa las desigualdades estructurales. Además, el interés de los ultrarricos (los multimillonarios que disponen de más de un millón de dólares para invertir) por esa educación de élite tiene que ver con el capital relacional. Éste es esencial para que los grupos de poder mantengan su reserva endogámica; consiste en el cultivo de las relaciones sociales entre aquellos individuos de semejantes estatus, ideología e intereses, solidarios los unos con los otros en la tarea de mantener su situación de privilegio. Ese capital se empieza a adquirir y acrecentar en esos centros educativos de prestigio internacional. Allí los hijos de los más importantes se codean con los mismos de su clase para cultivar las relaciones necesarias entre ellos para salvaguardar su estatus generación tras generación (a este respecto me viene a la memoria un programa de Salvados dedicado a colegio de El Pilar de Madrid que es un inmejorable botón de muestra de lo que aquí exponemos).

Por su parte, las mayorías sociales que parten con desventaja en la línea de salida de la carrera por lograr la mejor posición en la jerarquía de estatus tienen en la educación pública de calidad su mejor –y prácticamente única– baza. Se puede decir sin miedo a exagerar que se trata de una institución con un significativo valor político por cuanto su situación condiciona el futuro de generaciones. Esa brecha entre el mundo de los centros educativos internacionales de prestigio y la en muchos casos depauperada escuela pública impide la corrección de la creciente divergencia económica y perjudica la dinamización de la fluidez social. Lo resumen muy bien los profesores Ariño y Romero con estas palabras: «La educación debería ser el valor más democrático que existiera, en vez de la principal fuente de desigualdad; es el único ascensor disponible para los que menos tienen, aunque sea el ascensor de servicio. Las grandes desigualdades se fraguan en el desigual nivel de acceso a una educación de calidad».

Pero la educación se encuentra en el limbo por así decir, ese no lugar que no lleva a ninguna parte inventado por los teólogos para las almas de los niños que murieron pendientes de bautismo; sobre todo en nuestro país, pero no sólo pues a todos afecta esa cultura de la modernidad líquida identificada por Zygmunt Bauman. Su crisis institucional perjudica su esencia de arte, que esas dos dimensiones definen lo que la educación es. Es arte, pues tiene un componente creativo, y más precisamente constructivo o formativo. Los alemanes lo llaman «Bildung», que se podría traducir por configuración ya que el término proviene de la palabra «bild», que significa imagen o figura. Y está bien dicho, porque la educación configura, da forma –es decir, convierte en acto, poniéndonos aristotélicos– a las potencialidades de la humana naturaleza. Se trata de alcanzar mediante la educación el perfeccionamiento en el logro de un ideal, el de la humanidad. Ahora bien, para ello –y a juicio del ya referido Ken Robinson– los gobiernos han de abandonar un paradigma educativo ya obsoleto, fundado sobre los pilares de la industrialización y la supremacía de los valores estrictamente intelectuales. Este modelo, tradicionalmente protegido por las instancias políticas, se parchea y se vuelve a parchear, como en nuestro país, mediante leyes que en ningún caso lo cuestionan en lo esencial. Su diseño responde al objetivo de crear personas conforme a determinados conceptos de talento y necesidad económica, y es inevitable que produzca ganadores y perdedores. Una verdadera transformación del paradigma educativo requiere una nueva manera de pensar, como dice Ken Robinson: «Si concebimos la educación como un proceso mecánico que sencillamente no funciona tan bien como antes, es fácil concluir que tendríamos que repararlo, de que si lo retocamos y normalizamos como es debido, funcionará de forma eficaz y a perpetuidad. (…) la educación no es un proceso industrial, sino orgánico, por mucho que algunos políticos se empeñen en lo contrario. La educación trata con personas vivas, no con cosas inanimadas».

¿Suena utópico? Quizá, pero Ken Robinson es muy consciente de que la educación de masas siempre ha tenido fines económicos. Ahora bien, éstos deben estar en consonancia con las exigencias de cada época, y las del siglo XXI no son obviamente las del XIX del paradigma educativo aún vigente en gran medida. La consecución de los fines económicos actualmente exige cultivar la gran diversidad de talentos e intereses de los jóvenes para lo cual hay que otorgar la misma importancia tanto a los estudios académicos como a los técnico-profesionales. Una compañera profesora del ciclo de formación profesional de imagen y sonido, Cristina García Jaramillo, escribía un texto hace un año, tras su visita a Finlandia por ser partícipe en un proyecto educativo europeo, al que puso por título «España y Finlandia: resignación y confianza, dos modelos educativos». Esta colega pudo constatar in situ cómo la actualización del paradigma educativo es un hecho en ese país, lo que también reconoce Ken Robinson en su libro. En efecto, confianza en los diversos talentos de los alumnos y confianza en todo lo bueno que puede derivarse de la libertad creativa de los profesores, de su arte docente, sin vigilancia política de parte de ningún cuerpo de inspectores, dándole importancia no a los exámenes sino a crear las condiciones idóneas para el aprendizaje autónomo de los jóvenes, con flexibilidad en los horarios y espacios acogedores, con una protección política decidida de la conciliación de la vida familiar y laboral que libere a las escuelas de su papel (que también lo tiene aunque no se reconozca oficialmente) de meras guarderías de niños y adolescentes, de modo que las familias puedan ser efectivamente las principales responsables de la educación de sus hijos.

Mientras tanto, en nuestro país, muchos padecen la resignación que contagia una educación que sigue en el limbo. ¿Hasta cuándo?

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=232425

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México: Salud visual evitaría deserción escolar de niños vulnerables

México/09 de Octubre de 2017/20 Minutos

El director general de Salud Digna para Todos, Juan Carlos Ordóñez, abundó que una solución para mejorar los indicadores en materia de salud es la prevención, en ese sentido ejemplificó a la salud…

El director general de Salud Digna para Todos, Juan Carlos Ordóñez, abundó que una solución para mejorar los indicadores en materia de salud es la prevención, en ese sentido ejemplificó a la salud visual en las primeras etapas de vida, lo que además deriva en un mejor aprovechamiento escolar. Posterior a la presentación de la iniciativa social Ve Conmigo, que busca dotar a 20 mil niños que viven en situación de vulnerabilidad social de lentes y servicios visuales con la finalidad de acercar a las personas a la cultura de la prevención, Ordoñez puntualizó en la importancia de promover la salud visual desde la infancia.

En entrevista con Notimex precisó que “la prevención en salud es la única solución que ha probado en México y en el mundo que soluciona realmente indicadores y previene la tragedia de perder la salud, sobre todo para las personas de bajos recursos económicos”.

La iniciativa Salud Digna para Todos ofrece servicios de detección temprana de problemas de salud como estudios de diagnóstico, rayos X y mastografías, tomografías y densitometría ósea, por mencionar algunos, a precios accesibles.

Además, cuenta con certificaciones y premios de calidad y ofrece servicios médicos en 71 clínicas en 40 ciudades de 21 estados del país y busca acercar servicios médicos de diagnóstico que fortalezcan la cultura de la prevención, por lo que la campaña Ve Conmigo, que se lleva a cabo en conjunto con Essilor, Save The Children y TV Azteca, se suma a los esfuerzos de la organización en materia de prevención.

“Como país estamos sumandonos a lo que ya se hace para lograr que temas como la diabetes, la hipertensión, el cáncer cervicouterino y el de mama, sus números y el perfil epidemiológico de México cambie y cada vez seamos una sociedad más sana”, añadió.

Explicó que el año pasado se ofrecieron 1.1 millones de lentes a los mexicanos a través de las clínicas de Salud Digna; sin embargo, se observó que dicha cifra no era tan significativa para los niños de escasos recursos económicos, por lo que se buscó expandir los esfuerzos para la atención de los menores de edad.

Para ello, expuso, se sostuvieron pláticas con Essilor, firma dedicada al cuidado de la visión quien estableció la conexión con la organización internacional Save The Children, enfocada en la protección de los derechos de la infancia, para de esta manera coordinar las capacidades de cada organización en atención a los niños que viven en situación de vulnerabilidad.

Explicó que, en los próximos seis meses esperan terminar con la implementación del programa, debido a que es necesario acudir a diversos centros educativos para detectar problemas visuales; añadió que algunos de problemas que salud infantil que percibe la organización que dirige se centran principalmente en la salud nutricional.

Agregó que son muchos los esfuerzos que realizan organizaciones civiles y las autoridades para la atención de la salud; sin embargo, resaltó la importancia de que las personas tomen el tema de la salud en sus manos, “es un tema de consciencia personal”, puntualizó. En tanto, la directora de Save The Children en México, María Josefina Menéndez, explicó a Notimex que la iniciativa que opera trabaja en 21 zonas ubicadas en 18 estados del país y 90 por ciento de sus acciones están enfocadas la educación de infantes de preescolar hasta educación media superior, ello, mediante el desarrollo de talleres complementarios en temas de protección a la infancia, salud y nutrición, así como en la mejora de la calidad educativa.

Expuso que mediante el trabajo directo con niños se detectaron problemas de atención y comprensión, los cuales podrían estar relacionados con problemas de salud visual, por lo que se unió a Salud Digna para la realización de estudios de salud visual; así, el año pasado se realizaron al menos unos 20 mil para la entrega de poco más de cinco mil lentes a niños de escasos recursos. Explicó que Ve Conmigo es una suma de esfuerzos que si bien implica una carga adicional de trabajo para el equipo de Save The Children se contrarresta con que muchos niños regresen a las aulas escolares con otras condiciones que les permiten un mejor rendimiento escolar.

“Temas de salud y nutrición están ligados al desarrollo visual”, expuso la directiva de la organización que el año pasado atendió a 386 mil niños en 18 estados del país en 21 zonas de trabajo mediante programas vinculados al sistema educativo nacional para la formación de niños, maestros y padres en diversos temas, tales como la nutrición y protección de los derechos de la infancia.

Fuente: http://www.20minutos.com.mx/noticia/279764/0/salud-visual-evitaria-desercion-escolar-de-ninos-vulnerables/

 

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¿Cómo va la educación en América Latina?

Por: Revista Semana Educación

Según datos del Instituto de Estadística de la Unesco, la región y Colombia van por buen camino. Sin embargo, la calidad es un desafío pendiente y quedan todavía brechas que afectan particularmente a la población más vulnerable.

La educación se ha convertido en un tema de agenda y detectar las falencias de los sistemas educativos en los diferentes países es una prioridad para el progreso y desarrollo de las naciones. Sin embargo, a pesar de los múltiples esfuerzos, todavía queda mucho camino por recorrer; y eso es lo que está sucediendo en el mundo, América Latina y sobre todo en Colombia.

De acuerdo con los datos actualizados del Instituto de Estadística de la Unesco, un total de 617 millones de niños y adolescentes en todo el mundo carecen de un nivel mínimo en lectura y matemáticas. Según el organismo internacional, más de 387 millones de niños con edad para estar en primaria (un 56  por ciento) y 230 millones de adolescentes con edad para cursar el primer ciclo de secundaria (un 61  por ciento) no alcanzan ese nivel mínimo.

Se trata de una “crisis de aprendizaje” que podría amenazar con el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible que se han trazado las Naciones Unidas para 2030.

Uno de los elementos que sorprenden más a la Unesco es que de los 387 millones de los niños con edad de cursar primaria en el mundo y que no saben leer, 262 millones van a la escuela.

Según el diagnóstico de la organización, estas estadísticas ponen en evidencia tres tipos de carencias. La primera se refiere a la de los niños que no están escolarizados, con pocas posibilidades de conseguir los conocimientos útiles en lectura y matemáticas. Las otras dos tienen que ver con la incapacidad para mantener escolarizados a los niños, así como la calidad de la enseñanza.

En cuanto a la región de América Latina y el Caribe, aunque todavía se presenten varias falencias, los sistemas educativos han podido cubrir las necesidades de la población y los resultados se están viendo. “Colombia participó en las pruebas Pisa en el año 2012 y sacó 376 puntos, luego en 2015, obtuvo un resultado de 416”, contó Atilio Pizarro, jefe de Planificación de la Unesco durante la XV asamblea anual de la Fundación Empresarios por la Educación.

De acuerdo con otras cifras presentadas por el experto, para 2030, América Latina tendrá un 96,6 por ciento de cobertura en educación primaria; y para 2042, se proyecta que la cobertura sea universal en este nivel. En cuanto a educación media, para 2030, se espera que la región tenga un 90 por ciento de cobertura y en 2066 sea total. Por último, en educación media superior, la cobertura será de un 72,7 por ciento en 2030 y se proyecta que la cobertura será universal para 2095 en la región.

En cuanto al tema de docentes, en la región de América Latina y el Caribe, solo el 85 por ciento de los maestros de primaria tienen formación. El análisis de encuestas de población activa de 13 países de la región mostró resultados muy similares a los países de la Ocde.

 Al mismo tiempo, un tema preocupante para la región es el de los maestros, su formación y salarios. Según contó Pizarro, los profesores de América Latina ganan menos que otros profesionales. “Los docentes de preprimaria y primaria ganaban el 76 por ciento de lo que logran otros profesionales o técnicos, mientras que los profesores de secundaria ganaban el 88 por ciento”, dijo.

Por último, un tema que tocó el representante de la Unesco fue el de Desarrollo Sostenible y la Ciudadanía Mundial. “En cuanto a la educación en derechos humanos, en muchos países, no más de dos tercios de la población está familiarizada con la Declaración Universal de los Derechos Humanos. El 68 por ciento de los estudiantes en la región apenas tienen conocimientos sobre este tema”, dijo.

Pero, ¿cómo mejorar?
A pesar de las falencias, hay que reconocer el avance de la región y de Colombia también en materia de educación. No obstante, la Unesco ha hecho una serie de recomendaciones para alcanzar las metas para 2030 en materia educativa.

Aún cuando América Latina presentó un importante avance en educación en los últimos 15 años, la calidad es un desafío pendiente en la región, donde quedan todavía brechas que afectan particularmente a la población más vulnerable. “La educación debe ser de calidad, formando estudiantes con habilidades que permitan enfrentar los desafíos del mundo de hoy, sin que nadie sea excluido. Más de la mitad de los estudiantes se concentran en los niveles más bajos de desempeño”, contó Pizarro.

Por otro lado, los expertos recomiendan un enfoque de aprendizaje que se dé a lo largo de la vida, y para ello se requieren políticas públicas más ambiciosas, integrales, de largo aliento y que articulen múltiples oportunidades educativas, tanto formales como no formales.

“Se necesita repensar los sistemas educativos tradicionales. Los gobiernos deben ofrecer a los jóvenes y adultos, oportunidades de aprendizaje a lo largo de la vida. Los jóvenes demandan una pedagogía activa, conectada con la vida y sus intereses”, explicó el jefe de Planificación de la Unesco.

Además, la Unesco recomienda que las políticas sobre docentes tienen que ser integrales y sistemáticas; pues la región debe avanzar en la certificación de sus profesores en los niveles de primaria y secundaria.

Por último, para poder impulsar la educación técnica, es clave impulsar la conexión de los distintos actores del sistema. De acuerdo con el organismo internacional, se necesita complementariedad, pertinencia y actualización de la formación que ofrecen las instituciones educativas. “El verdadero desafío de los sistemas de educación terciaria de la región es que se asegure la equidad de su expansión, transformándose en palancas de promoción y movilidad social”, concluyó el experto.

Fuente: http://www.semana.com/educacion/articulo/informe-unesco-sobre-educacion-en-america-latina/542592

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Día Mundial de los Docentes – 5 de octubre de 2017

UNESCO / 8 de octubre de 2017  / Autor: Redacción / Fuente: Unesco.org

Enseñar con autonomía empodera a los docentes

Como todos los años, el 5 de octubre se celebra, desde 1994, el Día Mundial de los Docentes, que conmemora la Recomendación conjunta de la OIT y la UNESCO relativa a la situación del personal docente (1966),cuyo 50° aniversario fue celebrado el año pasado. La Resolución de 1966 constituye el marco de referencia fundamental para abordar los derechos y las responsabilidades de los docentes a escala mundial.

Este año, el Día Mundial de los Docentes conmemora también el 20° aniversario de la Recomendación de la UNESCO relativa a la Condición del Personal Docente de Enseñanza Superior (1997). En los debates acerca de la condición de los docentes se olvida muy a menudo a esta categoría de personal. Al igual que los docentes de preescolar, primaria y secundaria, los docentes de la enseñanza superior son parte de una profesión que requiere conocimientos especializados, capacidades específicas y competencias pedagógicas.

 

El Día Mundial de los Docentes de 2017 tendrá como tema “Enseñar en libertad, empoderar a los docentes” haciéndose eco del tema de la edición de 2015 el cual quedó definido con motivo de la aprobación, en septiembre de 2015, de los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y reafirmó que el empoderamiento de los docentes constituía la prioridad principal entre todas las estrategias de desarrollo y educación.

El Día Mundial de los Docentes se celebra cada año en todo el mundo y reúne a los gobiernos, las organizaciones bilaterales y multilaterales, las ONG, los representantes del sector privado, los docentes y los expertos del ámbito educativo. Con la aprobación del ODS 4 sobre educación y de la meta 4.c en lo relativo a los docentes, esta jornada se ha convertido en la ocasión idónea para hacer un balance de los logros y reflexionar acerca de los medios para hacer frente a las dificultades que perduran en la promoción de la docencia, fundamentalmente en lo relativo a la grave escasez de docentes. De hecho, según los cálculos del Instituto de Estadística de la UNESCO, el mundo necesitará 69 millones de docentes para lograr la universalización de la enseñanza primaria y secundaria de aquí a 2030.

Evento mundial de la UNESCO – 5 de octubre de 2017

Con motivo de la conmemoración del 20° aniversario de la Recomendación de 1997 tendrá lugar una conferencia internacional en la Sede de la UNESCO, en París. Dicha conferencia congregará a docentes, formadores, responsables de formulación de políticas, así como a investigadores y otros agentes del sector educativo con el objetivo de destacar la enseñanza, la libertad académica y lo que debe hacerse en aras de garantizar una enseñanza superior de calidad y un futuro sostenible para la docencia.

Los objetivos de la conferencia son:

  • Celebrar y resaltar la contribución de los docentes de preescolar hasta la enseñanza superior en el ámbito educativo y en el desarrollo de los ciudadanos del futuro.
  • Conmemorar el 20° aniversario de la Recomendación de 1997 sobre la condición del personal docente de la enseñanza superior.
  • Debatir las cuestiones relativas a la calidad de la enseñanza en la educación superior y de lo que ésta representa a todos los niveles educativos desde la perspectiva del ODS 4 para una educación inclusiva y de calidad para todos.
  • Poner de relieve y debatir acerca de los logros y desafíos que perduran en el ámbito de la enseñanza superior, tales como la autonomía de los establecimientos, la libertad académica y el desarrollo profesional del personal de la educación superior.

Fuente:

http://es.unesco.org/themes/docentes/dia-mundial-docentes

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