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La educación por «competencias» y el neoliberalismo

 La educación por “competencias” pretende presentarse como una pedagogía de “última generación” capaz de salvar al sistema capitalista de su crisis y a las nuevas generaciones del desempleo. Es el concepto mágico al que se apegan los ministerios de educación para justificar las reformas educativas ordenadas por el Banco Mundial, incluido no sólo el currículo académico, sino también las relaciones laborales con los docentes.

En Panamá, país donde los vuelos teóricos no alcanzan grandes alturas, la doctrina de las “competencias” ha sido resumida por el MEDUCA en su Decreto Ejecutivo 920, fuertemente denunciado por los gremios docentes.

Sin la menor pretensión de creernos expertos en pedagogía, pero forzados por las circunstancias de la lucha de clases que rodea nuestras aulas, nos hemos visto obligados a un repaso rápido del tema para tratar de comprender todo lo que está en juego detrás de las benditas “competencias”.

Empecemos por señalar que hay tres elementos implicados en este asunto: 1. La base epistemológica subyacente a la teoría de las competencias; 2. La propuesta pedagógica concreta; 3. El marco social, económico y político en que surge.

La epistemología de las competencias:

La epistemología o concepción teórica y metodológica subyacente a la pedagogía de las competencias suele ser falsamente presentada como un desarrollo del constructivismo pedagógico de Piaget, Vygotsky y Freinet. Nada que ver. En todo caso su origen epistemológico es completamente opuesto al constructivismo pedagógico.

Según Nico Hirtt, pedagogo belga dirigente del grupo Appel pour une Ecole Démocratique (APED), la pedagogía de las competencias nace del “constructivismo filosófico” (también llamado radical o epistemológico o “relativismo”) no del “constructivismo pedagógico”. Para el constructivismo filosófico, la realidad depende de la construcción mental del observador, la cual, a su vez, se basa en las experiencias personales. De manera que para esta perspectiva la ciencia no busca la “verdad”, ni el conocimiento “objetivo”, porque existen tantas verdades como observadores haya.

Hirtt nos alerta para no confundir “constructivismo pedagógico” (Piaget, Vigotsky) con “constructivismo epistemológico”.

Para Piaget y Vygotsky, la existencia del mundo real u objetivo no estaba cuestionada. La pedagogía debía llevar al estudiante hacia el conocimiento (como fin último de la educación) mediante una serie variada de técnicas en la que el educando es ente activo para que vaya “construyendo” ese conocimiento a partir de experiencias concretas y compresibles para él: “… los conceptos se adquieren más fácilmente y más eficazmente cuando durante el aprendizaje el educando pasa por un proceso de (re)construcción de conocimientos…, por su participación en un proceso hipotético-deductivo”, dice Hirtt.

Para el “constructivismo filosófico”, lo que está en construcción no es el conocimiento, sino  la propia realidad. Desde esta perspectiva la realidad es hasta cierto punto “inventada” (por las experiencias anteriores, las percepciones y los datos empíricos). Nunca se podrá llegar a conocer la realidad tal como es, o sea, nunca habrá conocimiento objetivo. Esta perspectiva se remonta a Kant y hasta el subjetivismo extremo. En ella han trabajado epistemólogos muy reputados en las universidades del siglo XXI: Watzlawick, Glaserfeld, Prigogine, Luhman, Morin y Maturana.

Porque no viene a cuento, no vamos a entrar aquí en el debate epistemológico, ni en la crítica correcta de las deformaciones del positivismo con toda su carga de pretendida “objetividad” al servicio de intereses concretos, sin caer en los extremos relativistas de esta corriente “constructivista”.

Para el debate pedagógico, que es el que nos interesa ahora, el problema del “constructivismo filosófico” es que desdeña el conocimiento (en el cual no cree) como objetivo último del proceso educativo, y cambia el acento hacia los procedimientos, las metodologías, las actitudes y aptitudes subjetivas del educando, como fin primordial de la educación.

De ahí deriva que se valore más la capacidad del docente de desarrollar “programas analíticos por competencias” que su real capacidad para transmitir conocimientos. De ahí que, como es el caso de Panamá, sea un requisito para ser docente pasar por los cursos de docencia superior (volcados al manejo de las TIC’s) que los postgrados de especialidad.

La propuesta pedagógica de las Competencias:

Aclarado lo anterior, es fácil comprender las diferencias abismales entre la pedagogía constructivista (Piaget, Vygostky) y la pedagogía fundamentada en la “educación por competencias”.

El objetivo central de la educación, para el constructivismo piagetiano, era el conocimiento, es decir, la comprensión del mundo (natural y social) mediante conceptos que el educando iba construyendo con una batería de técnicas propuestas por el docente que llevan al estudiante a resolver problemas. Aquí las técnicas pedagógicas son un medio para un fin: el conocimiento.

En la educación por competencias, el conocimiento como tal deja de ser el objetivo central del proceso educativo, y pasa a jugar un papel secundario, dándose prioridad a las técnicas, las cuales pasan de medios, para convertirse en el objetivo prioritario de la educación. Eso es lo que está detrás del famoso slogan de: “saber hacer”.

La educación por competencias se carga de un plumazo todo lo que en la educación procuraba la “comprensión” de la realidad, al calificarlo como “saberes muertos”, sin valor (ni de mercado, ni moral). De manera que es más importante, para las competencias, que el estudiante sea capaz de manipular un “data-show”, a que haya comprendido cabalmente los conceptos centrales de las ciencias naturales y sociales.

El corazón de las competencias, y el objeto de la evaluación, no son los saberes (conocimiento), sino las actitudes y el comportamiento del estudiante: responsabilidad, eficiencia, iniciativa, ejecución, trabajo en grupo, adaptación a circunstancias cambiantes, etc.

La pedagogía de las competencias lo resume en sus tres pilares: saber ser (comportamiento), saber hacer (habilidades) y saberes (conocimientos). Dividen las competencias en tres niveles según las capacidades que se entregan al educando: Básicas (efectividad personal), genéricas (mayor empleabilidad) y específicas (dominio funcional de un área).

En palabras de Nico Hirtt: “Entre los dos tipos de enfoque, la relación con el error se encuentra completamente al revés. En la pedagogía constructivista, lo más importante no es que el educando culmine la tarea, sino que haya aprovechado su trabajo (y sus errores eventuales) para progresar en el descubrimiento y dominio de conocimientos. En la enseñanza de competencias, el progreso en el dominio de conocimientos no es un objetivo en sí mismo. Sólo cuenta el resultado final. Adiós al derecho de error, pero por sobre todo, adiós a la utilización del error como palanca pedagógica”.

La principal víctima de las competencias es la búsqueda de “la verdad sobre el mundo” (conocimiento racional) y es lógico que así sea, puesto que la filosofía (epistemología) que les da origen (constructivismos filosófico) ha declarado a la realidad como un hecho “imaginado” (no objetivo) y relativo.

Eso explica que las reformas educativas en boga lleven a su aniquilación a los cursos cuyo objetivo es la reflexión y comprensión del mundo: filosofía, historia, sociología. Y los cursos enfocados al conocimiento concreto, tengan por objeto, no el conocimiento conceptual, sino las técnicas (saber hacer).

Por eso en Panamá, el MEDUCA se ha cargado cursos como el de “Historia de las Relaciones de Panamá con Estados Unidos” y en general ha comprimido la Historia en un pensum abigarrado a abordar en poco tiempo, más volcado a fechas y personajes, que a la comprensión de los procesos.

Por eso en las universidades, cursos como Sociología, Historia y Filosofía tienden a ceder espacios a favor de Inglés y las famosas TIC’s.

En mundo marcado por la crisis económica y social, la injusticia, la desigualdad, la discriminación, la corrupción generalizada, no es muy conveniente para las clases dominantes que los estudiantes reflexionen sobre la realidad, es mejor atiborrarlos de la falsa idea de que si hablan inglés y saben manejar una computadora se habrán salvado del desempleo y la miseria.

¿Quiénes están detrás de las competencias?

Es evidente que una pedagogía sustentada sobre las competencias (“saber hacer” y “saber ser”) y no sobre el conocimiento (“saberes”), se propone como centro del proceso educativo no la formación de un trabajador especializado o profesional en un área específica, sino de un asalariado dúctil (“capaz de adaptarse a todas las circunstancias”), un “utility”.

En este enfoque pedagógico de las competencias se profundiza el proceso que Carlos Marx llamaba la transformación del “trabajo concreto”  en “trabajo abstracto” que realiza el capitalismo. Es decir, para el sistema capitalista cada vez importa menos la capacidad de un trabajador de crear un producto a partir de su dominio de una técnica o de su habilidad personal. El sistema, promoviendo la simplificación de los procesos laborales y su división social impone tareas simples (mecánicas) que cualquiera puede realizar  (Taylorismo y Fordismo). De esta manera se abarata el costo de la mano de obra y se aumenta la plusvalía y la ganancia empresarial.

No es casualidad que la pedagogía de las competencias sea impulsada por organismos financieros como el Banco Mundial, junto a toda la batería de medidas neoliberales que han empobrecido a la clase trabajadora, incluida la desregulación laboral que ha llevado al empleo precario y a los bajos salarios. Después de todo, “competencias” es un concepto empresarial, derivado de “competitividad”, sinónimo de “productividad”, o mayor explotación de la fuerza de trabajo por el capital.

Helen Bertrand, dirigente docente francesa, establece la coincidencia en el tiempo, lugar y origen institucional de la pedagogía de las competencias con la imposición del modelo económico neoliberal en Europa y Francia. Un primer referente es el informe de Michel Drancourt (“Le fin du Travail”, 1984), que señala: “Debemos tomar iniciativas políticas… (consistentes) en degradar los reglamentos, los derechos adquiridos, los hábitos administrativos, los corporativismos en el sector público, las estructuras de enseñanza tradicionales típicas del estado de bienestar”.

Bertrand señala que en 1989, la Mesa Redonda de los industriales europeos (ERT) exigió “una reforma acelerada de los sistemas de enseñanza y de sus programas… (para que) la educación y la formación se consideren inversiones estratégicas vitales para el éxito de la empresa del futuro”.

En 1991, en Francia, la Ley Aubry, creó “el balance de las competencias” profesionales.  En 1995, el Informe Mine, publicó “El trabajo en veinte años”, donde se señala la necesidad de reformar el Código de Trabajo y la educación en Francia.

La Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE),  que reúne a las potencias capitalistas, publicó en 1995 “La flexibilidad del tiempo de trabajo” y en 2001 “¿Qué futuro para la escuela?”. Entre 2000 y 2006, la Unión Europea aprueba el marco de referencia para las “competencias-clave”, necesarias “para el aprendizaje a lo largo de la vida, para el desarrollo personal, la ciudadanía activa, la cohesión social y la empleabilidad”.

Helene Bertrand cita a todos estos organismos y comisiones europeas quienes confiesan que su objetivo es abaratar el costo de los procesos educativos para transferir al estudiante la responsabilidad por su propia formación (“cultura de la responsabilidad”):

De esta forma, a nombre de la “formación a lo largo de la vida”, el asalariado termina siendo responsable de su “empleabilidad”. Debe formarse permanentemente, incluso en su tiempo libre, para ser competitivo para la empresa. El patrón se deshace así de la obligación de financiar la formación profesional continua (…). Si el trabajador debe constituir su propio capital de competencias originales y flexibles, que reemplazan el escalafón de calificaciones reconocido a nivel nacional, los diplomas y programas, tal y como se les reconoce en la actualidad, no van a tener utilidad”, dice Bertrand.

Ojo, porque aquí la siguiente víctima de este modelo de competencias son los diplomas y títulos, los cuales ya no tendrán un peso concreto en el currículo del trabajador, sino que pasarán a ser una “competencia” más entre otras.

Eso explica que en los últimos años en Panamá hayamos conocido propuestas como el “examen de barra” cada 5 años para que los titulados como abogados tengan que validar reiteradamente su profesionalismo. Medidas parecidas se han planteado para el sector médico, donde el título obtenido luego de muchos años de estudio no daría seguridad profesional, sino un examen periódico de las “competencias”.

En esta corriente también entran medidas como las tomadas en el sistema de evaluación de concursos de la Universidad de Panamá, en que las ejecutorias profesionales dejan de tener valor cumplidos los cinco años, con lo que se obliga al profesional a tener que estar buscando títulos constantemente para no perder su status profesional (puntismo).

Incluso el reciente Decreto 920 del Ministerio de Educación que pone en entredicho la estabilidad del docente de la básica y la media al someterlo a más de 15 criterios de evaluación (competencias) que si no se cumplen pueden llevarle camino al desempleo.

Sin embargo, los programas por competencias no son algo nuevo en Panamá. Si algo bueno se puede decir de la actual ministra de Educación, Lucy Molinar, es que ella no es la única responsable de la implementación del esquema educativo neoliberal. Sus antecesores en el cargo ya habían avanzado por este camino. Los famosos “programas analíticos por competencias”, que se han convertido en el fetiche de la reforma curricular, ya son pan de cada día en la básica y la media y en todas las universidades privadas.

El balance de la aplicación de esas reformas pedagógicas constituye un mentís a la principal afirmación de las autoridades en el sentido de que estas reformas son la tabla de salvación del país y que nos conducirán por la senda del “desarrollo”. Las “competencias” sólo han servido para seguir abaratando la fuerza de trabajo y sometiendo a los docentes mayores dosis de “stress” y explotación.

Bibliografía

  1. Bertrand, Helen. La evaluación de las competencias: ¿Qué está en juego?. En: Competencias: un desastre pedagógico. Un debate sobre la política educativa en Europa. Cuadernos de Formación del PRT de Costa Rica. San José, s/f.
  2. Hirtt, Nico. L’approche par competences: une mystification pédagogique”. EN: Competencias: un desastre pedagógico. Un debate sobre la política educativa en Europa. Cuadernos de Formación del PRT de Costa Rica. San José, s/f.
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El arte de preguntar

Siempre que pregunto ¿cómo se innova? obtengo la misma respuesta: me hablan del funnel de la innovación con sus etapas de observación, de prototipado, etc. Pero lo que yo quiero saber es cómo se prende la chispa, cómo se logra que una persona que quiere innovar tenga ideas que antes no tenía. La mayoría de la gente qué habla y escribe sobre Innovacion (y que hace solo 5 años se dedicaba a otras cosas) tiene serias dificultades para responder. La clave para innovar es hacerse la pregunta adecuada. El problema es que aunque nacemos preguntadores, estamos educados para responder.

Cuando un periodista interrogó al fallecido fundador de Gatorade cómo era posible que su empresa fuese líder en el segmento de las bebidas energéticas resistiendo la competencia de colosos como Coca Cola y Pepsico, este le contó su historia. A mediados de los años 60, trabajando como ayudante en un equipo de fútbol americano, un detalle le llamó poderosamente la atención: después de los partidos, los jugadores no meaban. Comenzó a investigar y averiguó que la deshidratación que sufrían mientras jugaban (bajaban 8 kilos en promedio) tenía como consecuencia una importante pérdida de energía que afectaba su rendimiento. Así que con un presupuesto de 45 dólares se puso manos a la obra para desarrollar una bebida que les permitiese recuperar electrolitos y carbohidratos durante la actividad física. Según reconoció el creador de Gatorade “sin esa pregunta inicial de por qué los jugadores no meaban, la empresa nunca hubiese existido”. La innovación es una manera más elegante de llamar al conocido “ensayo y error”. Nada que no sepamos desde hace milenios, Sócrates fue el primer y más brillante exponente de la mayéutica a tal punto que no dejo nada escrito porque pensaba que cada uno debe desarrollar sus propias ideas.
El principal rasgo de la inteligencia es la capacidad de aprender. Y el elemento más importante para aprender es hacerse las preguntas adecuadas porque demuestran algo capital: que estás pensando intensamente. Sin embargo, ya desde el colegio hacemos justo lo contrario. La trayectoria educativa se mide por la capacidad de responder preguntas que tú no te haces (las hacen tus profesores) y por tanto no te interesan. Lo que más teme un profesor es una pregunta que no sabe contestar lo que explica por qué en las aulas abunda el monólogo en lugar del diálogo. Tanto énfasis en memorizar respuestas solo se explica porque tenemos pánico a hacer preguntas. Es mucho más fácil evaluar respuestas que evaluar preguntas. Por eso, si años después te vuelven a preguntar lo mismo que estudiaste en el colegio, no lo puedes responder porque se te olvidó. No se trata de mala memoria sino que tu nivel de compromiso con aquellas preguntas era mínimo. El colegio te avasalla con respuestas respecto de lo que ya se sabe mientras la vida gira sobre preguntas que no tienen respuesta, que no sabes cómo se resuelven. En el mundo que espera a nuestros hijos, memorizar respuestas no servirá de mucho. No hay nada peor que responder correctamente la pregunta equivocada. Por eso la educación tiene que prepararte para imaginar preguntas que no existen (innovar).
Todo esto explica por qué los adultos somos respondedores profesionales. Tus clientes, tus jefes y tu empresa esperan respuestas igual que tus hijos y tú pareja. Lo primero que haces para tratar de incorporarte al mundo laboral es someterte a una entrevista de trabajo donde respondes preguntas de quien te quiere contratar (y tratas de no decir ninguna barbaridad que te deje fuera). A nadie parece importarle tus preguntas más allá del sueldo que vas a recibir. Google ha sido pionero al declarar que el expediente académico no le sirve sino que busca gente increíblemente curiosa y comprometida con el aprendizaje para toda la vida. Incluso la revista Harvard Business Review plantea que debemos reaprender a preguntar.

Sin embargo, no siempre fue así. Los niños, que se caracterizan por su curiosidad y su deseo de entender el mundo, son máquinas de hacer preguntas muchas de ellas descabelladas. Recuerdo unas vacaciones en la playa en las que mi hijo mayor Iñigo, que debía tener 3 años, me acribilló con preguntas sin parar ¿Por qué el agua del mar es salada? ¿Por qué hay olas en la orilla? ¿Por qué el hierro se oxida con el agua? A cada intento de respuesta mía le seguía otro Por Qué y luego otro… Se trata de la mejor señal de aprendizaje posible. Mientras el error dispara el proceso de aprender (cuando Iñigo traga agua del mar su expectativa de que fuese dulce fracasa), la pregunta es el paso determinante para averiguar qué falló. De igual manera, cuando un adulto enfrenta algo que no entiende, lo que hace es preguntar.  En primer lugar y de forma inconsciente, te preguntas a ti mismo. Si no encuentras una solución, entonces preguntas a quien tengas a mano (a tus amigos, compañeros en la empresa, etc) lo que demuestra lo importante de tener buenas redes de contacto. Se suele decir que lo principal no es saber, sino tener el teléfono del que sabe. Si aun así no logras lo que buscabas, entonces preguntas a Google lo que es un avance colosal ya que, aunque no sea muy inteligente, hasta hace poco, tus únicas opciones eran ojear una enciclopedia o acudir a una biblioteca. Dado que la herramienta más importante para la educación son las preguntas, necesitamos orientar el proceso educativo a “provocar” a los alumnos (confundirlos, desestabilizarlos y ponerlos en situaciones para las que no tengan respuesta) de forma se tengan que hacer preguntas. Mientras aprender se basa en preguntas, enseñar se basa en respuestas. El aprendizaje basado en problemas trabaja mediante la indagación. El coaching trabaja a partir de preguntas para que seas consciente de que debes encontrar tus respuestas, nadie puede hacerlo por ti. A la hora de diseñar actividades de aprendizaje, la clave es decidir qué preguntas quiero que se hagan los alumnos, en qué se van a equivocar y cómo les voy a ayudar a entender por qué se equivocaron.

Lo preocupante es que nadie nos enseña a hacer preguntas. La Innovacion, es un proceso de aprendizaje, ya que enfrentas un camino desconocido, y se desata con preguntas que pueden ser de muchos tipos:

  • Preguntas para cuestionar que afloran gracias a tu curiosidad, a tu habilidad de analizar el entorno y detectar anomalías, inconsistencias y desafiar por qué las cosas son como son. Las grandes preguntas surgen de la confusión, del conflicto y para formularlas se requiere capacidad de análisis y espíritu crítico. Por ejemplo, cuando después de un incendio devastador, se descubre que un grupo de cipreses resistieron incólumes el fuego, la catarata de preguntas que se disparan no se hace esperar.
  • Hay preguntas propositivas, para explorar soluciones a aquello que me cuestioné (por qué necesitamos profesores, por qué enseñamos álgebra). En este caso, formulo preguntas, para desatar la imaginación: ¿por qué no probamos con esto, por qué no podrían ser las cosas de otra manera? Los niños, que siempre están experimentando y aprendiendo, se preguntan todo el rato ¿qué pasaría si…?
  • La lista es infinita: preguntas para indagar, para entender, para verificar, para profundizar, para descartar, para esclarecer…

La pregunta dice mucho acerca de la persona que la formula. Un preguntador no es alguien autocomplaciente ni cómodo. Cada vez que preguntas, demuestras interés por un tema (dime qué preguntas y te diré qué te apasiona) y también por otras personas y por lo que ellas saben acerca de eso. Preguntar es un gesto de humildad intelectual porque reconoces que no sabes y estás dispuesto a aprender de terceros. Preguntar te hace creíble, te hace consciente de tu conocimiento (fortalezas) y muestra que tienes “puntos débiles”. Al preguntar, te permites dudar de lo que sabes, no asumirlo como una verdad indiscutible. Este artículo solo merecerá la pena si al terminar de leerlo, te muestra algún ángulo que desconocías y te deja con más preguntas que las que tenías al inicio.
No preguntar es, en ocasiones, signo de soberbia, de creer que no hay nada más que yo deba aprender. Hay personas que no preguntan porque no quieren quedar en evidencia o decir algo inconveniente. Quien pregunta asume el protagonismo, maneja el rumbo de la conversación y lleva la iniciativa mientras que quien responde no puede evitar ir a remolque del ritmo impuesto por otro. Lo que nos hace falta no es tanto buscar respuestas a preguntas de otros sino generar nuestras propias preguntas. Cuando obtienes una respuesta, ya no sientes la necesidad de seguir profundizando porque asumes que cumpliste el objetivo. La mayoría de ocasiones, la búsqueda de la respuesta es más apasionante que la respuesta misma. Una vez le preguntaron a Einstein cuál era la diferencia entre él y la persona normal. Einstein dijo que si le pides a la persona normal que encuentre una aguja en el pajar, la persona se detiene cuando encuentra una aguja. El, sin embargo pondría patas arriba todo el pajar en busca de todas las agujas posibles. También dijo que “la formulación de un problema es más importante que su solución”. Cada pregunta genera una o varias respuestas que inmediatamente generan nuevas preguntas y el ciclo se repite una y otra vez.

Las preguntas tienen un poder increíble. Cuando te haces una pregunta que te importa, es muy difícil quedarte sin averiguar la respuesta. Una pregunta sin respuesta no te deja tranquilo hasta que la resuelves. Las buenas preguntas te obligan a contestarlas, exigen ser respondidas. Claro que los contextos influyen enormemente. Las religiones o los regímenes dictatoriales (y también bastantes organizaciones), son ambientes poco propicios para innovar. Se trata de espacios donde las preguntas ya están formuladas y las respuestas son inmutables. No puedes cambiar las respuestas ni menos para formular nuevas preguntas. Tampoco es bienvenido que busques respuestas distintas sino que se espera que las obedezcas y no las cuestiones ni amenaces el orden establecido. En estos entornos no hay oportunidades para ejercer la iniciativa ni para discutir las verdades oficiales. Por suerte, innovar depende de ti, no de tu jefe, de tu empresa ni de tu gobierno.

Tu capacidad de hacer preguntas es lo que te abre (o te cierra) puertas gigantescas en la vida. La ciencia solo progresa gracias a las pregunta y a partir de los errores al intentar responderlas. «Sean curiosos«, fue el primer mensaje de Stephen Hawking en Facebook. Lo que más te hace crecer son aquellas preguntas para las que no necesariamente tienes una respuesta, preguntas que no te habías hecho antes y que te obligan a pensar. Sin embargo, todavía se desprecia que respondas “no sé” a una pregunta, toleramos mal a quien no tiene certezas. No nos sentimos cómodos ante la duda o la ignorancia. La obsesión de las empresas por la inmediatez, por obtener resultados hace que no dejemos apenas tiempo para las preguntas. Asumimos que el proceso de reflexión solamente nos retrasa en el logro de nuestros objetivos, lo que nos lleva a aceptar conclusiones apresuradas y tomar decisiones sin haber sopesado detenidamente los riesgos que ello conlleva. Las preguntas generan tensión porque te desafían, te sacan de la zona de confort, de lo que ya sabes y dominas. En una organización, alguien que pregunta mucho resulta incómodo. En primer lugar porque se asume que debería saber (tú deber es saber que por eso te pagan”). Cuando te sientes inseguro para preguntar, entonces optas por mentir, evitas preguntar para no quedar en ridículo o simulas que sabes lo que en realidad no sabes Y en segundo lugar, porque cuando preguntas, puedes dejar en evidencia a otros que deberían saber. Muchos jefes no soportan las preguntas que les perturban porque aunque parezca mentira, sigue siendo embarazoso que un jefe no tenga respuestas a todas las posibles preguntas. Finalmente, está el miedo a hacernos aquellas preguntas de las preferimos no conocer la respuesta…

La creatividad es cuestión de preguntas y no de mística. La pregunta de Newton sobre por qué caen las manzanas no es sofisticada pero el hecho de no hacérsela imposibilita descubrir nada. Las preguntas son las que mueven el mundo. Innovar es una actitud y hacer preguntas está directamente relacionado con tu disposición a observar la realidad y a no dar nada por sentado. Ser inteligente equivale a hacer preguntas oportunas. Nuestro conocimiento y nuestra capacidad para innovar están absolutamente condicionados por las preguntas que hacemos. La innovación es siempre una respuesta que solo aparece a partir de una pregunta, no existe innovación sin pregunta previa. ¿Qué preguntas tienes? ¿Y cuáles no te estás haciendo?

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El rescate de la utopía en el contexto actual

Dado el desamparo que se extiende en Brasil y en la humanidad actual es urgente rescatar el sentido liberador de la utopía. De hecho, vivimos en el ojo de una crisis del orden político y del tipo de democracia que tenemos, y aún más: de una crisis de civilización de proporciones planetarias.

Toda crisis ofrece posibilidades de transformación, así como de riesgo de fracaso. En la crisis, el miedo y la esperanza, las expresiones de rabia y de violencia real o simbólica se entremezclan, especialmente en este momento crítico de la sociedad nacional, y en el plano internacional debido a los 40 focos de guerra y al hecho de que ya estamos dentro del calentamiento global.

Necesitamos esperanza. La esperanza se expresa en el lenguaje de las utopías. Estas, por su misma naturaleza, nunca se van a realizar plenamente. Pero nos mantienen caminando. Lo dijo muy bien el escritor irlandés Oscar Wilde: «Un mapa del mundo que no incluya la utopía no es digno de ser mirado, pues ignora el único territorio en el que la humanidad atraca siempre, partiendo de nuevo hacia una tierra aún mejor». Entre nosotros observó acertadamente el poeta Mario Quintana: «Si las cosas son inalcanzables… / no es motivo para no quererlas / Qué tristes los caminos si no fuera por / la mágica presencia de las estrellas».

La utopía no se opone a la realidad, pertenece a ella, porque esta no está hecha solo de lo que es dado, sino de lo que es potencial y que algún día podría transformarse en dado. La utopía nace de este trasfondo de virtualidades presentes en la historia, en la sociedad y en cada persona.

El filósofo Ernst Bloch acuñó la expresión principio-esperanza. Por principio-esperanza, que es más que la virtud de la esperanza, él entiende el potencial inagotable de la existencia humana y de la historia que nos permite decir no a una realidad concreta, a las limitaciones espacio-temporales, a los modelos políticos y a las barreras que limitan el vivir, el saber, el querer y el amar.

El ser humano dice no porque primero dijo sí: sí a la vida, al sentido, a una sociedad con menos corrupción y más justa, a los sueños y a la plenitud ansiada. Aunque siendo realista no entrevea la plenitud total en el horizonte de las concreciones históricas, no por eso deja de desearla con una esperanza que no decae nunca.

Job, casi a las puertas de la muerte, podía gritar a Dios: “aunque Tú me mates, aún así espero en Ti”. El paraíso terrenal narrado en el Génesis 2-3 es un texto de esperanza. No se trata del relato de un pasado perdido que añoramos, sino que es más bien una promesa, la esperanza de un futuro a cuyo encuentro estamos caminando. Como comentaba Bloch: «el verdadero Génesis no está al principio sino al final. Sólo al terminar el proceso evolutivo serán verdaderas las palabras de las Escrituras: “Y vio Dios que todo era bueno”». Mientras evolucionamos todo no es bueno, sólo perfectible.

Lo esencial del cristianismo no reside en afirmar la encarnación de Dios, otras religiones también lo han hecho, sino en afirmar que la utopía (lo que no tiene lugar) se volvió eutopía (un lugar bueno). Hubo alguien en quien no solo fue vencida la muerte, lo que ya sería mucho, sino que ocurrió algo mayor: todas las virtualidades escondidas en el ser humano, se hicieron realidad. Jesús de Nazaret es el “Adán novísimo” en la expresión de san Pablo, el hombre oculto ahora revelado. Él es solo el primero entre muchos hermanos y hermanas; nosotros le seguiremos, completa san Pablo.

Anunciar tal esperanza en el sombrío contexto actual de Brasil y del mundo no es irrelevante. Transforma la eventual tragedia de la política de la Tierra y de la humanidad, debido a la disolución social y a las amenazas sociales y ecológicas, en una crisis purificadora.

Vamos a hacer una travesía peligrosa, pero la vida estará garantizada y Brasil, así como el Planeta, todavía se regenerarán y encontrarán un camino de esperanza que nos abra un futuro esperanzador.

Los grupos portadores de sentido, las filosofías, los partidos con propuestas sociales bien fundadas y principalmente las religiones y las Iglesias cristianas deben proclamar desde lo alto de los tejados esta esperanza.

Para los cristianos, la hierba no creció sobre la sepultura de Jesús. A partir de la crisis del viernes de la crucifixión, la vida triunfó. Por eso la tragedia no puede escribir el último capítulo de la historia ni de Brasil ni de la Madre Tierra. Este lo escribirá la vida en su esplendor solar.

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Aceptando un debate

perú escuele

Estaré siempre a favor de acabar con las desigualdades educativas. La calidad de algunos no es mejor educación.

 

Lima, Perú/ 23 de marzo de 2016/Fuente: Diario El Comercio

 

Ricardo Cuenca[1]

 

De manera acertada, en un artículo publicado en estas páginas, el ministro Jaime Saavedra ha propuesto un debate (“Proponiendo un debate (más allá de los gestos)”, 4 de marzo del 2016). Como él, creo que es bueno para el país discutir públicamente temas esenciales. Coincidimos en que la educación es uno de ellos. Pero, a diferencia de Saavedra, creo que el debate debe empezar por el qué –ese en el que el ministro supone que todos estamos de acuerdo–, para luego atender el cómo y el cuándo.

Cuando aludo al qué, me estoy refiriendo a la finalidad de la educación que, de un tiempo a esta parte, ha devenido en una confusa noción de calidad. Y es que antes de la irrupción de la calidad, los fines educativos se centraban en la formación de personas para la construcción de un tipo de sociedad y de Estado. Hoy esos fines le han cedido el paso a los resultados de aprendizaje y han quedado atrapados en la idea, incompleta por cierto, que propone que todo existe en tanto sea posible de ser medido.

Al vaciarse de sentido el sentido, la calidad educativa adopta con absoluta libertad formas distintas e incluso opuestas. Se vuelve un “significante vacío” que entonces es llenado ocasionalmente con los triunfos de aquellos que ganan en las batallas por el poder. De esta manera, esa calidad se coloca en el centro de las políticas, se apropia del sentido común y se naturaliza como lo correcto, aun cuando no necesariamente sea así.

Por ejemplo, sostengo que no es calidad educativa que un grupo de estudiantes con mejores habilidades y en mejores condiciones obtengan mejores resultados, mientras que estudiantes sin habilidades excepcionales y en malas condiciones obtengan pequeños resultados. Es cierto, los colegios de alto rendimiento (COAR) son –como dice Saavedra– “centros que permiten que un niño brillante que nació en Condorcanqui, con padres con muy pocos recursos, logre una educación que le permita acceder al bachillerato internacional”. Sin embargo, la pregunta es: ¿Cuánto tiene que esperar un niño no brillante que nació en Condorcanqui, con padres con muy pocos recursos, para tener una buena escuela en su comunidad? ¿Qué sucede con ellos?

O, por el contrario, considero que sí es calidad educativa que todos los jóvenes, independientemente de sus características socioeconómicas, étnico-culturales o familiares, tengan la garantía de que toda la oferta universitaria disponible opera en condiciones básicas de calidad. Porque, como sostiene el ministro: “Pareciera que no importase que sea un mercado imperfecto, en el que las decisiones son casi irreversibles…”. Con la regulación universitaria, el Estado cumple con su tarea de protegernos de inequidades y se asegura de que una persona mejor educada aportará más al desarrollo del país y al fortalecimiento de la democracia.

Por eso es importante debatir sobre el qué. La determinación de ese qué y del sentido de educar permitirá que la decisión de dónde invertir primero y más cobre sentido, que la discusión sobre el gasto recurrente o el de capital salga de una trampa y que, además del importante esfuerzo fiscal, se redistribuyan los recursos del sector, respondiendo a orientaciones preestablecidas.

La estrategia de que una excelente y moderna locomotora arrastrará de mejor manera los vagones (a veces un tanto destartalados) para llegar a destino es solo una hipótesis de trabajo y una perspectiva política. Se trata, por lo tanto, de decisiones, de énfasis, de prioridades que no son arbitrarias ni están libradas al azar. Administrar mejor la precariedad mientras se gestiona exitosamente la excelencia es un enorme riesgo en el futuro.

Atendiendo a su llamado, ministro, iniciemos el debate sin demora. No dudo de que entre los desacuerdos y las coincidencias encontraremos la mejor manera de fortalecer la responsabilidad del Estado en el aseguramiento de una educación de calidad para todos. Por lo pronto, yo estaré siempre a favor de acabar con las desigualdades educativas. La calidad de algunos no es mejor educación. Son solo mejores resultados. ¿Cómo cerramos esas brechas?

 

 

FUENTE DEL ARTÍCULO:

http://elcomercio.pe/opinion/colaboradores/aceptando-debate-ricardo-cuenca-noticia-1887214

 

FUENTE DE LA FOTO:

http://cde.3.elcomercio.pe/ima/0/1/3/3/8/1338811/base_image.jpg

 

PROCESADO POR:

Hans Mejía Guerrero

hans_mguerrero@hotmail.com

 

[1] Director del Instituto de Estudios Peruanos

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«Tienes que afrontar la realidad»

Cuando yo era adolescente, iba a menudo al cine “de arte y ensayo” (es un decir) con un amigo de mi edad, compañero de colegio: Javier Martín Arrillaga, precoz pintor, músico y explorador cultural.

En las sesiones de Filmoteca o Cinestudio Griffith (tantas tardes en la Plaza de San Pol de Mar, donde estuvo el Griffith de 1977 a 1982), jugábamos a un juego. Viendo aquellas películas norteamericanas de los cincuenta (por ejemplo, ciclos de melodramas de Douglas Sirk), estábamos atentos a cuándo iba a surgir una frase casi infaltable en el guión: “Tienes que afrontar la realidad”. Nos regocijaba cuando aparecía: como quien dice, hacíamos otra muesca en la pared.

Ahí estamos nosotros/as: diciendo a nuestros conciudadanos/as que tienen que afrontar la realidad, sin el menor éxito. ¡Recuerda que hay límites biofísicos! ¡Recuerda que la entropía existe! ¡Recuerda que el planeta es finito! Pero este es el memento mori que nadie desea escuchar…

Lástima que para el radiante futuro de alta tecnología que nos prometen sobre la mitad de la humanidad, y falten los recursos de cuatro o cinco planetas Tierra adicionales.

Para que la Tierra siga siendo habitable, hemos de cuestionar el capitalismo. Y sin embargo la incuestionabilidad del capitalismo sigue siendo el axioma central de la cultura política dominante.

¿Qué desea la gente –el 99%, en todas partes? Crecimiento, prosperidad, desarrollo social y smartphones:[1] una sociedad de la mercancía bien ordenada. Deseo de socialdemocracia, en una palabra –que se verá fatalmente frustrado… Como sociedad, no somos sino una pandilla de adolescentes malcriados que no quieren crecer. El desenlace será catastrófico.

Las clases medias urbanas (venidas a menos)  que se creen la propaganda del “no te conformes con menos”, the sky is the limit y “lo mejor está por venir”, en un mundo de recursos escasos que se precipita al colapso ecológico-social, ¿podrán evitar convertirse en nazis? Es la tragedia política del Siglo de la Gran Prueba.

“Queremos ser Dinamarca”… “Queremos vivir como antes, pero pudiéndolo pagar”… Así se eleva la fantasía colectiva en España. Cuando deberíamos estar construyendo Arcas de Noé para el colapso ecológico-social hacia el que avanzamos.

La única meta política suprema que se reconoce desde la cultura dominante es “cómo hacer que los españoles les vaya bien en la globalización”.[2] No se ve nada más.

Tendríamos que estar debatiendo cómo producir alimentos para la supervivencia –pero la cultura dominante sólo nos habla de videojuegos y negocios multimillonarios…



[1]“Le tocó a la izquierda esta derrota [como la de Evo Morales en el referéndum de febrero de 2016] porque había muchos gobiernos de izquierda y porque prometía desmantelar la desigualdad, erradicar la pobreza. En Bolivia los avances son enormes en movilidad social e inclusión pero no están a la velocidad que quieren los pueblos. A Bachelet y a Roussef les pasa lo mismo, la gente dice hacen mucho pero no lo que quiero (…). En el Latinobarómetro vemos que el 20% de jóvenes menores de 25 años que solo tiene una comida al día, que son pobres, prefieren gastar su dinero en un smartphone antes que una segunda comida. Porque saben que en esa pantallita pequeña esta su futuro, ven el mundo y dicen quiero estar ahí.” Marta Lagos (directora del Latinobarómetro) entrevistada por C.E. Cué, “No es derecha o izquierda, la gente va contra las élites”, El País, 28 de febrero de 2016.

[2]José Luis Álvarez, “Nostalgia atávica de liderazgos”, El País, 28 de febrero de 2016.

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El eje integrador interculturalidad y la apropiación de la cultura popular local

tratamiento metodológico del eje interculturalidad.

 

RESUMEN
El presente trabajo aborda lo relacionado con la necesidad de desarrollar el eje integrador interculturalidad desde los proyectos de aprendizaje y la apropiación de la cultura popular local en los escolares del nivel Primario desde una concepción metodológica  integradora. Interdisciplinar y cooperada
Se exponen diferentes consideraciones teóricas de venidas del trabajo de diferentes autores sobre, interculturalidad, cultura popular, comparándose los puntos de vistas y arribando a criterios y regularidades derivado del análisis de estos fundamentos. Incursiona en una sistematización de ideas expuesta por diferentes autores y propone sugerencias que en lo integral, cooperado  e interdisciplinar desde los Proyecto de aula sirven de pauta para el tratamiento metodológico del eje interculturalidad.

Palabras Claves: eje interculturalidad, cultura popular, Proyecto de Aprendizaje.

 

 Introducción

 Ante la problemática  para la orientación de el eje integrador interculturalidad y la apropiación de la cultura popular local, tomando como referencia los actores que hacen vida en la Escuela Primaria antes mencionada, en función de presentar una alternativa como vía metodológica para su desarrollo y orientación,  para la formación de los escolares de ese del nivel.

Entre las transformaciones y exigencias actuales de la Educación Primaria en Venezuela se encuentra la educación de la interculturalidad para promover nuevos lazos entre la cultura y el sistema educativo, que posibiliten el reconocimiento pleno de su patrimonio, a partir de insertar la cultura popular tradicional en los planes de estudio, como arma fundamental en defensa de las identidades culturales de la nación. El tema de la interculturalidad  responde a una necesidad existente en Venezuela, y por tanto se considera como  principio pedagógico, el  respeto a la diversidad, a las relaciones entre los pueblos y culturas, basado en el intercambio equitativo, de reconocimiento y de respeto mutuo.

En los últimos años se han incorporado o han adquirido presencia y relevancia en los discursos pedagógico y político términos como diversidad cultural, multiculturalidad o interculturalidad, asociados a ideas de inclusión, equidad, Nuevas o retomadas necesidades y demandas están pidiendo marcos teóricos y prácticos que ayuden a manejar situaciones que se perciben diferentes a las que el profesorado, las escuelas y la sociedad encontraban previamente. Se puede afirmar que  uno de los focos de la educación se sitúa, actualmente, en la atención a la diversidad. Y precisamente la educación intercultural tiene esa misma preocupación.

Así, la apuesta por la educación intercultural desde este escenario se justifica en dos

Sentidos:

– La coincidencia en los principios y fines de calidad y equidad entre  el eje

Interculturalidad y lo que debe esperarse de la educación obligatoria.

-La respuesta de la educación desde el desarrollo del eje  interculturalidad a una demanda social sobre atención a la diversidad en educación.

Atendiendo a tales reclamos y con la intención de dar solución a las insuficiencias que en tal sentido se presentan en la escuela primaria “Maturín”, municipio Punceres del Estado Monagas  se realiza esta investigación, con el objetivo de promover un Proyecto de Aprendizaje para el  desarrollo del eje interculturalidad en función de la apropiación  de la cultura popular local de Azagua, por los estudiantes de 5to grado. En su construcción se distingue la atención a las motivaciones y disposiciones existentes en los actores participantes, por considerar el diagnóstico como punto de partida para determinar las posibilidades, potencialidades y realidades existentes para el desarrollo del eje interculturalidad, con carácter integrador. Interdisciplinar y cooperado, con atención a la cultura popular local y sus raíces. En el proceso investigativo se aplicaron métodos teóricos y empíricos y en particular, la sistematización, los cuales posibilitaron determinar las transformaciones logradas en las particularidades del desarrollo del eje interculturalidad, en función de la apropiación  de la cultura popular local de Azagua, con la implementación del Proyecto de Aprendizaje, en relación con los resultados del diagnóstico inicial.

Muy esencialmente de lo que se trata es de reorientar el trabajo de la práctica pedagógica que tiene lugar en las aulas de colectivo de grado, a través de las modalidades de encuentros, auto preparación de la clase y la actividad extradocente y sesiones de trabajo que posibiliten el carácter de cooperación, retroalimentación y subordinación que deben estar presente en las relaciones entre la escuela, la familia, la comunidad. Pero no esta demás decir que hoy cualquier transformación sería en la posibilidad de intervenir en las decisiones acerca del proceso educativo que en ella se desarrolla.

Su importancia, se destaca el papel desde las escuelas primarias que tiene como fin supremo la formación integral y humanista de los escolares, con arraigo a su historia, costumbres y mejores valores, apuntando a la construcción de una sociedad justa, participativa y democrática, desde una educación dirigida al aprecio y valoración de la cultura popular, expresada en  las  tradiciones y costumbres de la localidad, de la región y el país,. Para lo cual se requiere, insertar la cultura popular tradicional en los planes de estudios, como arma fundamental en defensa de la identidad nacional. En este sentido se considera que el docente, en sus acciones pedagógicas, tenga en cuenta el reconocimiento de la venezolanidad, considerando que la sociedad venezolana es reconocida como multiétnica, pluricultural y plurilinguistica.

A partir del análisis epistemológico donde el autor del presente texto asume, los principales elementos que le permiten la integración de los contextos socioeducativos que emprende, hace referencia además a los problemas más frecuentes que se dan en la realidad educativa que  existen Insuficiencias en la práctica desde:

Poca sistematicidad en la aplicación del eje integrador interculturalidad en los Proyectos de Aprendizaje desarrollados, así como existencia de:

Carencias en los docentes en el proceder metodológico para el desarrollo del eje interculturalidad en función del tratamiento de la cultura popular local, en las diferentes etapas del proyecto de Aprendizaje.

Falta de coordinación entre docentes, estudiantes, familias y representantes comunitarios en la planificación, implementación y evaluación de los proyectos.

Limitada utilización del diagnóstico y la evaluación durante el desarrollo de los proyectos de Aprendizaje.

Escasa coherencia y contextualización de los aprendizajes relacionados con la realidad histórica del contexto social en que se desarrollan los estudiantes.

Distanciamiento entre los objetivos y contenidos del eje interculturalidad, de las áreas de aprendizajes y de las intenciones del currículo en la planificación de los Proyectos de Aprendizaje y en los planes de interacción social diarios (unidad de clases).

No se evidencia el carácter interdisciplinar e integrador de las acciones del proyecto en función de la educación de la interculturalidad y de la apropiación de la cultura popular local por los estudiantes.

No se aprovechan todas las posibilidades y oportunidades culturales de la localidad para la formación cultural de los escolares del nivel primario

Insuficiencias en la teoría.

Los trabajos existentes sobre intercularidad en Venezuela, se orientan esencialmente a abordar las culturas indígenas, pero son insuficientemente tratados los fundamentos pedagógicos de este concepto como eje integrador, de tal manera se toma para su tratamiento metodológico  el  trabajo desde los  en proyectos de Aula.

Partiendo de estas insuficiencias la autora en presenta una vía; de cómo desarrolla en los escolares tanto su convivencia, capacidades como sentimiento y convicciones tomando en cuenta: El desarrollo de eje integrador interculturalidad a través de los Proyectos de Aprendizaje. Para la   apropiación de la cultura popular de la comunidad investigada.

Métodos utilizados:

La investigación se fundamento en la concepción dialéctico materialista del conocimiento científico a partir de considerar el estudio de la realidad existente (contemplación viva), con la aplicación de métodos de investigación científicos, cuyos resultados son descritos, analizados, interpretados y valorados (al pensamiento abstracto) cualitativamente como método fundamental la investigación acción participativa, se realiza una intervención a la práctica conjuntamente con los sujetos implicados, vivenciando todo el proceso investigativo en la dimensión de todas las etapas siendo apoyados por  la sistematización como modalidad de apoyo de la investigación cualitativa esto para registrar las transformaciones que se producen en las particularidades del desarrollo del eje interculturalidad, en función de la apropiación de la cultura popular local de Azagua por los estudiantes, en base a la implementación del Proyecto de Aprendizaje.

Los métodos empleados en la investigación fueron los siguientes:

. El analítico-sintético, el inductivo-deductivo, el Histórico y Lógico, Métodos empíricos: La observación participante, entrevista, encuesta, análisis Documental, análisis de documentos, sistematización, el diario del investigador, el producto de la actividad.

Para garantizar la veracidad del estudio se recurre a la triangulación metodológica, para contrastar   la información y es a través de los datos obtenidos  de la recogida de información en cada etapa, la cual constituye una técnica de gran significación en la investigación, como criterio de su rigor metodológico.

Se considera que su novedad  científica radica en que se presenta un Proyecto de Aprendizaje para el desarrollo del eje interculturalidad en función de la apropiación de la cultura popular local de la comunidad investigada, que se distingue por el tratamiento que se ofrece a la atención a los objetivos y contenidos de la interculturalidad y su dinámica, desde las relaciones interdisciplinarias del citado eje, con las áreas de aprendizaje e intencionalidades del currículo, a partir de la determinación de objetivos integradores, que permiten cumplir, el carácter sistémico de la educación y la atención a la diversidad cultural.

La contribución  a la teoría está dada por el esclarecimiento de las características y exigencias a considerar para el desarrollo del eje interculturalidad, con carácter interdisciplinar, integral y cooperado, en función de la apropiación de la cultura popular local por los estudiantes.

Se distingue por el tratamiento que se ofrece a la complejidad de la atención a los objetivos y contenidos de la interculturalidad y su dinámica, desde las relaciones interdisciplinarias del citado eje, con las áreas de aprendizaje e intencionalidades del currículo, a partir de la determinación de objetivos integradores, que permiten cumplir, el carácter sistémico de la educación y la atención a la diversidad.

Desde acciones  planificadas e intencionadas, orientadas y controladas cooperada  en cada una de las etapas,    por la familia, la escuela y la comunidad.

Se revelan los elementos novedosos a partir de las estrategias didácticas diseñadas para la apropiación por los estudiantes de las expresiones culturales de la localidad estudiada,   distinguiéndose por el  tratamiento científico del Proyecto de Aprendizaje y el enfoque histórico cultural que lo fundamenta.

Como aporte práctico, se presenta un Proyecto de Aprendizaje que expone el proceder metodológico de cada una de sus etapas y acciones, en cuanto al desarrollo del eje interculturalidad, y su integración con las áreas de aprendizaje y a las intencionalidades del currículo, para el estudio integral de la cultura popular de Azagua por los estudiantes.

Para el estudio de interculturalidad como eje  en el proceso educativo de la educación primaria, se realizó un estudio de los principales referentes teóricos, y sus posiciones en relación al tema por consiguiente se analizaron  definiciones del eje interculturalidad entre las que se destacan Unesco (2003), como Medina (1994) y Vázquez (1994), Teresa Aguado Nieto y Gorski (2000) Bigot (2008) el equipo Guaicaipuro (2008) ( grupo de investigadores venezolanos), Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999) Ley orgánica de Educación (2007) Currículo del sistema educativo Bolivariano(2007)entre otros.

De acuerdo con la naturaleza de la investigación, se asume los planteamientos.

Interculturalidad: (Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, art. 100) Ley Orgánica de Educación (2009)

Ejes integradores:.   (Orientaciones metodológicas de los Liceos Bolivarianos; 2007).

Eje  integrador interculturalidad: El eje  interculturalidad constituye un basamento para la práctica pedagógica, al integrar los campos del saber, del saber hacer y de crear, a través de conceptos, procedimientos y actitudes, que orienten la conexión del proceso educativo con los aspectos culturales presente en su entorno. (Líneas Orientadoras del Currículo del nivel básico). 2009

Para asumir una definición de cultura Popular  fue necesario analizar diversas investigaciones, entre las que destacan las de”. Guanche (1988:22) Canclini (1982:26), Cerma (1977:19)  Garcia (2012): 120 Capriles (1984):25

“Procesos socio-culturales populares, caracterizadas por su carácter local, por su ámbito variable, pero limitado, por su lentitud de evolución en el tiempo Hace referencia, a las fiestas y celebraciones de determinadas conmemoraciones, a los ritos, mitos, bailes, entre otros.  Capriles (1984)

Proyecto de Aprendizaje las particularidades del presente trabajo se asumieron una concepción interdisciplinar  desde  el desarrollo de Proyectos de Aprendizaje como  metodología de enseñanza y aprendizaje en Venezuela.

Para hacer referencia de de los Proyectos de Aprendizaje Para asumir una definición de Proyecto de Aprendizaje fue necesario analizar a diferentes Autores, entre las que destacan: Kilpatrick (1918:320), Estee  (1995:21) Flores y Agudelo (2005:63) Contreras (2008 p:22), Y se asumió el Proyecto de Aprendizaje como producto de la construcción colectiva de todas aquellas acciones previstas, para lograr los objetivos propuestos a nivel académico, administrativo y comunitario, tiene el propósito y el fin de alcanzar una educación integral de calidad.  (Líneas orientadoras del currículo del nivel básico; 2009)

Fundamentos del proyecto Filosófico: se sustenta en la noción de la filosofía dialéctico–materialista e histórica y en lo más perdurable de las ideas filosóficas de (Simón Rodríguez), (Belén San Juan), (Prieto Figueroa). Desde el punto de vista epistemológico, tiene puntos de contactos con el arte, la cultura, la política y la ética, y Psicológicos: Atención al desarrollo humano Vigotski  (1989). Sociológicos: Se reconoce que la formación  cultural del estudiante de primaria se efectúa en un contexto socio histórico determinado, en un espacio concreto y en sistema de relaciones particulares.Pedagógicos: se fundamenta en la comprensión de la Pedagógica como ciencia que integra los saberes de las demás ciencias. Se asumen las concepciones de la enseñanza desarrolladora expuestas por Zilberstein (2000), Se fundamenta la estrategia en la interrelación de los componentes del proceso de enseñanza aprendizaje: objetivo, contenidos, método, medios de enseñanza, las formas organizativas o vías que se emplean y la evaluación. También se pondera la concepción didáctica. Y se toma en cuenta el Enfoque histórico-cultural.

En cuanto a la metodología para poner en práctica el eje interculturalidad teniendo en cuenta  las áreas de aprendizajes, con carácter interdisciplinario e integrador , debe ser coherente con las categorías que definen al Sistema Educativo Bolivariano, análisis de situación o diagnóstico, desde la investigación – acción, los distintos saberes y haceres del pueblo, lo que constituye un soporte en la formación de los escolares, considerando los aprendizajes fundamentales: hacer, saber y convivir para el desarrollo del ser social, solidario y creativo.

Para esta investigación la construcción y desarrollo de los Proyectos permiten: conocer los procesos reales que ocurren en los diferentes escenarios educativos. Ayuda a determinar las potencialidades e intereses de los escolares con el fin de ejecutar acciones dirigidas a aumentar la eficacia y eficiencia entre el desarrollo del aprendizaje y  los docentes y especialistas.

Rasgos distintivos:

. La igualdad de oportunidades y condiciones educativas

. La concreción de la coordinación y articulación educativa en los distintos niveles organizativos de los colectivos docentes (especialistas, promotor pedagógico y docentes de aula) y del contexto comunitario

Características, sistematicidad, flexibilidad, participación, interculturalidad, equidad integralidad: desde la concepción interdisciplinar, desde la dimensión de desarrollo.

Para estructurar el Proyecto de Aprendizaje se consideraron: Etapas para el desarrollo del Eje Integrador “Interculturalidad” para la apropiación de la cultura popular local

I ETAPA Motivación

II ETAPA Diagnóstico

III ETAPA: Planificación-Implementación

IV ETAPA: Evaluación

V  ETAPA: Comunicación

INTERVENCIÒN)

Etapa de  I Motivación

Tres momentos esenciales…Sensibilización, Motivación, Visión o sueño de la educación que queremos.

Sensibilización: Objetivo,  Despertar el interés y expectativas de los Docentes, estudiantes y agente comunitario a cerca del Proyecto de Aprendizaje.

Resultado:

  • Las acciones realizadas contribuyeron a sensibilizar a los estudiantes representantes a cerca de la necesidad del conocimiento de la cultura popular de Azagua.
  • Interés en el desarrollo de un Proyecto de Aprendizaje.

Visión o sueño de la educación que queremos.  Objetivo: Determinar los pasos a seguir para lograr la finalidad del Proyecto de Aprendizaje y la toma de conciencia y el comprometimiento de cada uno de los actores participantes en dicho proyecto.

Resultados: Construcción de contenidos específicos de las manifestaciones de la cultura popular de Azagua a incorporar en el Proyecto de Aprendizaje y en los  participantes en dicho proyecto.

  • -Selección del título del Proyecto “Tradiciones Populares de la comunidad”.

Etapa  II Diagnóstico ;Objetivo general: Determinar las posibilidades y necesidades existentes para desarrollar el eje interculturalidad en el proceso educativo del 5° grado en la escuela primaria Maturín, en función de la apropiación de la cultura popular de Azagua.

Resultados:

  • Se logró la determinación de las áreas de aprendizaje y del eje interculturalidad del currículo de 5to. grado que pueden ser utilizados por los docentes en función de la enseñanza de la cultura popular local.
  • Se realizó un estudio por parte de un representante comunitario con experiencias en las manifestaciones culturales de la localidad
  • Se caracterizó la comunidad de Azagua, datos geográficos, y expresiones de la cultura popular local, orígenes, significados y particularidades.
  • En la caracterización del desarrollo del eje integrador interculturalidad en el Proyecto de Aprendizaje, se aprecia: Insuficiente vinculación y acción cooperada de todos los actores educativos.
  • Limitadas relaciones interdisciplinarias con las áreas de aprendizaje, con los restantes ejes y con las intencionalidades o pilares del currículo de la Educación Primaria.
  • Escasa atención a los contenidos de la cultura popular local.
  • Incumplimientos de etapas o de algunos componentes del Proyecto de Aprendizaje.

Etapa de Planificación del Proyectos Aprendizaje.

Objetivo: Elaborar la planificación de las estrategias didácticas y el plan de acción del PA.

Acciones: Planificación de  las estrategias didácticas del proyecto de aprendizaje.

Resultados

  • Determinación del objetivo de las estrategias didácticas, tomando en cuenta los nexos y relaciones interdisciplinarias en los componentes formativos, actividades a desarrollar y el cuadro de responsabilidades, con vista a ir evaluando el proyecto.
  • Establecimientos de los fundamentos teóricos que sustentan el eje intercultural en el sistema educativo de la educación primaria.
  • Se plantean los propósitos, que deben responder al logro de los aprendizajes desarrolladores.
  • Elaboración del Plan de Acción

Etapa de III Implementación

Objetivo general: Desarrollar el eje integrador  interculturalidad a través de estrategias didáctica  integrando  los objetivos y contenidos de las áreas de aprendizaje de las intencionalidades del Currículo y de las expresiones culturales seleccionadas.

Contenidos:

  • Estrategias didácticas de Música (El Joropo)
  • Estrategia didáctica de Danza (El baile el Querepe)
  • Estrategia Didáctica Literaria (Galerón )

Estrategias didácticas para la apropiación de las Manifestaciones culturales (música, danza,  literarias)

Componentes; Objetivo, contenidos, participantes, actividades (metodología) evaluación.

IV- Evaluación

. Determinación de los indicadores para la evaluación.

. Ejecución de los diferentes tipos de evaluación.

¿Cómo se evaluaron los actores?

En este proceso evaluativo se consideraron no sólo la asimilación cognitiva sino también las transformaciones logradas en los planos motivacionales-regulativos, actitudinales y comunicativos

Autoevaluación y evaluación colectiva

Registro de Sistematización

En el mismo se reúne…Guías de observación, Encuestas, Notas de campo, entrevistas, análisis del producto de la actividad

Se evalúo – Durante todo el proceso y especialmente en el cierre pedagógico.

Etapa de IV Comunicación Objetivo: Dar a conocer el alcance del Proyecto de Aprendizaje del desarrollo del eje interculturalidad para la apropiación  de la cultura popular de la localidad de Azagua.

Resultados: Se hicieron visibles carteles realizados en el Proyecto sobre la experiencia, resúmenes, fichas de trabajo y composiciones en las cuales se reflejaron en forma escrita las informaciones y vivencias obtenidas. Se apoyaron con videos y fotografías incluyendo  las actividades de la casa de la cultura .Promoción de actos culturales en las calles de la

¿Qué se controló?: El colectivo que participó, Docentes, representantes, estudiantes, cultores, especialistas. Experiencias transformadoras,
Función del control: registro y caracterización y sistematización de las experiencias suscitadas, la formación de los participantes.

¿Cómo se controló? A través de talleres y sesiones de trabajo que posibilitaron el carácter de cooperación, retroalimentación y subordinación.
¿Para qué se controló?: Para garantizar el desarrollo del proyecto, y poder contextualizar las experiencias entre los diferentes participantes.
Recomendaciones en el orden didáctico metodológico para la aplicación del proyecto educativo.
• La existencia de acciones que promuevan cambio y desarrollo en los escolares, las familias, los docentes y los agentes comunitarios que se incorporan como resultado del diálogo y la construcción colectiva

  • Tener en cuenta en el proyecto, que se perfeccionen las relaciones que posibilitan un mejor desarrollo de los procesos individuales y colectivos.
    • Aprovechar las potencialidades del entorno local y desde la escuela para la formación de la personalidad e identidad del escolar compartiendo espacios, no invadiendo territorios.
    • El vínculo requiere de procesos constantes, cíclicos de diagnóstico, planificación, ejecución, evaluación, seguimiento y control, sin perder la esencia de lo que significa la influencia permanente entre lo preventivo y lo correctivo, si fuera necesario.

CONCLUSIONES.

Teniendo en cuenta el referente histórico del eje interculturalidad se ha visto afectada por acciones repetitivas, llevando a trabajar la huella histórica con la misma tónica en la enseñanza. Primaria.

Las transformaciones que se llevan a cabo en nuestro sistema educacional específicamente en la forma de concebir el trabajo con atención al eje interculturalidad la cultura popular a través de la directriz que lo orienta desde la dirección del Proceso educativo, constituye la plataforma para el diseño de la alternativa metodológica prevista desde los Proyectos de Aprendizaje.

Se comprobó que La cultura Popular no se explota como fuente pedagógica para propiciar el trabajo interdisciplinario a partir de las distintas áreas de Aprendizaje y el desarrollo del eje interculturalidad en el 5°  grado.

El estudio realizado posibilitó la construcción de un Proyecto de Aprendizaje con resultados relevante producto de la diversidad de las producciones obtenidas en las diferentes etapas del Proyecto de Aprendizaje, que contribuirá a elevar el nivel de satisfacción de los escolares del 5° grado en el desarrollo de  las actividades de clases a partir del estudio de la cultura popular de la localidad de Azagua en el Municipio Punceres del Estado Monagas.

 

Las actividades planificadas contribuyeron a fortalecer la relación de la escuela con el entorno cultural y a que los estudiantes y docentes, desde el Proyecto de Aprendizaje y del contenido de las áreas de aprendizaje, se apropiaran de los conocimientos, orígenes y significados de las principales expresiones de la cultura popular de Azagua y que se favoreciera la formación científica a partir de las actividades realizadas.

BIBLIOGRAFIAS

 

  1. AGUADO, Teresa y Gil J, Inés. (2003). “La educación intercultural en la práctica: diagnóstico y desarrollo de actuaciones en contextos escolares “Editorial Almería: Servicio de Publicaciones de la Universidad de Almería. Pp.89-102. Madrid.
  2. CONTITUCIÒN DE LA REPÙBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA. CARACACAS 1999.
  3. CONTRERAS, Ana, R (2008): “El proyecto de Aprendizaje”. Editorial Impresora de Mérida. C.A. Venezuela.
  4. COORDINACIÓN DEL PROYECTO INTERCULTURAL GUAICAIPURO .documento digitalizado  fecha- revisión 12-02 2012.
  5. CUADERNOS PARA LA REFORMA EDUCATIVA VENEZOLANA “Los ejes transversales”- Caracas: Ed. AMAYA. 2000.
  6. Currículo del Sistema educativo Bolivariano “Educación Primaria” Caracas Ed CENAMED. 2007.
  7. DIAZ M, CARLO, VILLARINI ANGEL. (2010) ed. “A refundar la escuela” .SANTIAGO DE CHILE: EDI. Olejnlk
  8. GIL J. Inés (2008) “tesis doctoral “El enfoque intercultural en Educación Primaria una mirada a la práctica escolar. Madrid.
  9. GUANCHE, Jesús (S/F) “La cultura popular tradicional en Cuba experiencias compartidas. La Habana.
  10. LEÓN Rogelio Y MONTACERO R (1997). “Caripe: Historia cotidianidad y oralidad” Monagas- Venezuela: Edi. Litografía Asociados.C.A

 

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El futuro del Pasado

Brasil/Autor: Delmino Gritti. delminogr@gmail.com

 El tiempo  del  viejo  es el  pasado (…)  Mientras que el  mundo del futuro  está abierto a la imaginación, y ya no te pertenece, el mundo del pasado es aquel donde a  través de la remembranza te refugias en ti viejo 1mismo, retornas a ti mismo, reconstruyes tu identidad, que se ha ido formando  y  revelando en la  ininterrumpida serie de  todos  los  actos de la vida, concatenados  entre sí,  te  juzgas, absuelves ,te condenas, y también puedes intentar, cuando el curso de la vida está  a  punto  de consumarse, trazar el balance final”.(Norberto Bobbio)1

“Sueñan mucho los que han vivido mucho: los viejos”. (Antonio Porchia)

Las ciencias describen, pero no explican. Por esto es importante tener presente esta distinción, pues graves confusiones se han derivado por no tener en cuenta esta distinción.

Desde el inicio de la Edad Moderna, fascinadas por los sorprendentes resultados prácticos, que sus nuevos métodos descriptivos estaban posibilitando, olvidaron que estaban describiendo, no explicando, y que en su descripción estaban viendo sólo lo que sus respectivos de aproximación les permitían ver, y creyeron estar poniendo fin a todos los grandes misterios de la realidad. Acreditaron estar resolviendo las cuestiones que habían sido la razón de ser y el cometido de la filosofía y de la religión.

Las ciencias llegaron a considerarse, incluso, garantes de la felicidad de la humanidad. Y hoy dicen con más fuerza todavía por lo dicho arriba. Pero, la felicidad está íntimamente unida a la cuestión del sentido, y ésta no es siquiera rozada por la descripción científica. Todo estaba siendo explicado. El misterio del mundo que había hecho el ser humano antiguo contemplar el mundo con reverencial fascinación, estaba siendo violado. Con esta manera de actuar había confundido y nivelado equivocadamente, la descripción con la descripción. Y hoy lo hace más todavía con las nuevas ciencias hay quien sustenta que el reciente descubrimiento del genoma humano colocará fin las enfermedades que todavía nos afligen y neutralizará los desagradables efectos secundarios de la vejez. Así, la muerte parece ser cada vez más un fenómeno aséptico e impersonal.

La ciencia habla hoy en pistas de la inmortalidad. Descubrió el papel que desempeñan “los radicales libres” del oxígeno, subproductos del metabolismo y que son muy agresivos al material genético. El descubrimiento realizado por un grupo de investigadores ingleses y norteamericanos y experimentados en lombrices de la tierra y parásitos, fue bautizado con el nombre de “caenarhabditis elegans”. Una molécula que se protege contra el estrés oxidativo ha permitido alargar la esperanza de vida de las mencionadas lombrices y parásitos en un 67%. El elixir de la eterna juventud está a punto de ser descubierto, dicen ellos. Michael Zey, profesor de la Montclair State University afirma: “Creo que estemos golpeando las puertas de la eternidad”.

Tal vez, en un futuro próximo, a partir de la ingeniería genética el hombre deja de ser una creación de la naturaleza, del ocaso o de Dios (de acuerdo a las concepciones religiosas o filosóficas de cada uno), pasando a ser un artículo industrial. Las tentaciones que el inmenso poder de la biotecnología representa son irresistibles. ¿Qué podrá pasar? La ciencia aún se mueve sobre hipótesis.

En la medida en que aumenta la proporción de ancianos en la población, el problema de la vejez atrae la atención ansiosa de los investigadores médicos, demógrafos, psiquiatras, sociólogos, reformistas sociales, políticos, y futurólogos (y hoy en Brasil y en varios países del mundo la cuestión de la reforma de la Previsión de Seguro).

Se atribuye falsamente a la medicina moderna un aumento de la expectativa de vida, y, por otro lado, ella dice que tiene el poder de extender la vida aún más y de abolir los horrores de la vejez. Se sabe también que desde 1978 han surgido 30 nuevas enfermedades y reaparecido algunas que estaban controladas. En verdad, el aumento de la expectativa de vida es consecuencia de un estándar de calidad de vida más eleviejo 3vado.

De acuerdo con los hindús, sólo al cabo de cien años el ser humano está en condiciones de morir naturalmente, esto es, puede morir sin agonía (que en griego quiere decir lucha), sin enfermedad, porque si alguien muere de una enfermedad es como si muriese devorado por un tigre o ahogado en un rio.

Este discurso dominante sobre la vejez es en realidad un discurso social biologizado que tiende a naturalizar la vejez para mejor olvidar o negar su naturaleza sociopolítica. Al naturalizar la vejez estamos olvidando que una buena parte de nuestros semejantes pasa su corta y explorada vida arrastrándose como gusanos, mientras que unos pocos sueñan con la inmortalidad.

En las comunidades primitivas indígenas, y en el oriente en algunos pueblos, los viejos casi siempre fueron y son partes vitales de la vida comunitaria. Vivían y viven rodeados de niños. Estuvieron y están siempre presentes en todo lo que sucede y de esta forma se dice que el anciano vuelve a la infancia. Juan Goytisolo, refiriéndose a las personas viejas en los países árabes y específicamente en Marruecos dónde él vive más de veinte años, dice (…): “En Marruecos cuando ves, por ejemplo, una persona abandonada es porque no tiene familia. He vivido bastantes años en EUA y he podido ver la terrible soledad de los viejos. Muchos solo son visitados por sus hijos una vez al año, el día del padre o de la madre. En cambio aquí, los jóvenes viven con sus padres y abuelos, incluso con sus madrastras y padrastros. A nadie se le pasaría por la cabeza abandonar a una persona vieja. Ellos envejecen y no se pudren. Persona vieja en árabe es sinónimo de persona sabia y depositaria del saber. Allí no existe la excrecencia denominada “asilo de viejos” o “casa de reposo”. Los viejos quedan con la familia hasta el último suspiro”. Entre ser pobre en Marruecos y ser pobre en EUA no hay menor duda que es mucho mejor lo primero. El pobre siempre ha tenido un estatuto muy definido dentro del islam: la sociedad se ha hecho cargo de él, se le respeta y la gente es muy caritativa. En EUA, la gente que está tirada en la calle no puede esperar nada de nadie. Hay una indiferencia total”.

Para la cultura y sociedad occidental, esto tiene una connotación negativa porque lleva a suponer que la infancia es cosa subalterna e incapaz, y la madurez es cosa digna.

En la vejez

El rostro ya no tiene más residencia.

Sólo en la vejez conocí el brío

De vivir poco a poco.

Partimos cuando nacemos,

Andamos mientras vivimos

Y llegamos

Y el tiempo que fenecemos

Así que cuando morimos

Descansamos. (Carpinejar)

Cuando las personas no tenían tareas para realizar, siempre se sentían felices pasando horas sentadas conversando en paz consigo mismas y con el mundo. ¿Por qué hoy tenemos que mantenernos siempre ocupados o entretenidos? Inclusive así, nos sentimos muchas veces anestesiados, desasosegados, aprehensivos e irritados porque el tiempo para el occidental es multiplicativo. Para el oriental, el tiempo es cíclico.

El miedo de nuestra soledad sólo puede ser vencido después de un cuerpo a cuerpo con la desnudez total del alma. “Hacer horas”, decimos cuando no tenemos nada que hacer. Pausa de espera o vacío no previsto, para eso hay lugares idóneos, que lo digan los que frecuentan los bares, por ejemplo, aunque allí el tiempo muerto acabe muchas veces en tiempo vivo e inclusive puede dejar de ser espera. Lo bonito en esas horas es ver el tamaño de la amistad y la reserva de humor que uno tiene. Para muchos, los bares son realmente como navegaciones muy personales. Nadie está libre de tropezar con algún poeta o hacer posible una nueva amistad. ¿Por qué no?

Hay bellezas en todas partes, pero hay más belleza en los lugares donde experimentamos esa sensación de alivio que consiste en no tener que retrasar los propios sueños a un futuro incierto que se distancia inexorablemviejo 6ente. Creo también que es preferible y mucho más enaltecedora una soledad repleta de recuerdos de que una promiscuidad física opaca e insignificante, oyendo palabras vacías, inútiles. Pienso que este ruido del alma nos hace bien y nuestro corazón se reflejará en nuestro rostro y en nuestros ojos habrá una fiesta para exponer nuestra locura, la desnuda, para compartirla con tod
os. Tal vez estemos todos haciéndonos esto todo el tiempo. Tal vez algunos se revienten, sean sofocados, exploten. Sea esa condenación o nuestra busca de santidad y el corazón crecerá de todos lados. Bruna Lombardi en su bello libro “Diário do Grande Sertão”, dice: “No cultivar la expectativa del miedo o del cansancio. Si usted escala una montaña enorme, no puede quedarse mirando para arriba, para lo que aún falta por subir, ni mirar para abajo que puede dar vértigo. Uno se concentra dónde está en el momento del próximo paso. La vida es aquí y ahora, para abajo no miro, para arriba no puedo ver. Disfruto el placer del trayecto. Hacer e ir haciendo”2.

Vivir felices, todos nosotros lo queremos, sin embargo, descubrir lo que hace la vida realmente ser feliz, pocos lo buscan como debería ser o si lo buscamos, muchas veces nos encontramos perdidos frente a esta  avalancha de “píldoras de la  felicidad” que esta sociedad de consumo ofrece e impone. Hay un proverbio chino que dice: “Si usted quiere ser feliz por una hora, coma bastante. Si usted quiere ser feliz por un día, beba bastante. Si usted quiere ser feliz por un mes, cásese. Pero si usted quiere ser feliz para siempre, Plante.” Recuerdo también a Alfonso de Aragón, sabio español que para amenizar la “vejez” tenía la costumbre de decir; “La vejez es admirable en cuatro cosas: en la leña que se ha de quemar, en el vino que se ha de beber, en los amigos que merecen confianza y en los libros que tenemos que leer...”3

He aquí un bello poema de Adelia Prado en lo que dice respecto a “hacer horas”:

En las plazas

Los viejos aparecen como gatos

Cuando hay sol

¿Quién adivina su biografía?

Viudos y jubilados

Forman grupos en bancos

Donde antiguamente se sentaban los

Enamorados.

Conversan,

Llenos de certezas y mohos y

Prudencia que los años les enseñaron.

En los jugos de cartas

En los jugos de cartas

Forman archipiélagos de conspiración de naipes,

Ajenos a la alegría que anda a su alrededor,

Matando el tiempo que les queda.

Consumidos por la flema y cautelas

Entregados están a una

Estancada obstinación.

La edad no les dará más

Triunfo en su vida

Con sensatez y resignación,

El horizonte es breve.

Entregados a una

Confabulación marginal

En el tope del mundo

Que ya no les pertenece y

Rumiando la inmensa soledad

Y esperar la llegada de la gran sombra. 4

Los griegos llamaban la muerte de hermana del sueño e hija de la noche. Ella es una mujer de la familia. Comemos con ella. De ahí a juzgarla simple, compartible e incluso amable.

Los pueblos que más miedo tienen a la muerte son los de culturas más jóvenes, que hace poco que se han asomado a la historia. Los pueblos más antiguos tienen más familiaridad con la muerte, la han exorcizado con los ritos, con las fiestas, con los mitos. Los pueblos más jóvenes, que carecen de semejante familiaridad, toman vitaminas, emanan energía pero luego están aterrorizados por los microbios.

Concuerdo que es gracioso pensar que lo que hay de más interesante en la vida de un ser humano es la muerte, y, en una obra, su interrupción. El sufrimiento y la muerte tienen la cruel verdad   de restaurarnos a nosotros mismos. Porque, como dice L. Wittgenstein, “la muerte no es ningún acontecimiento de la vida. La muerte no se vive”. Sabemos que se debe morir, ¿por qué escogemos caminos tan desagradables para llegar a la muerte? Solo captando mejor el sentido de la muerte podrá el ser humano apreciar mejor la vida.

Recuerdo aquí un pasaje de la vida de Alexandre Dumas, escritor francés. Decía que no tenía miedo de la muerte. “Ella me será suave”, decía, “porque yo le contaré una historia”.

Mientras más civilizados somos, más rechazamos la muerte. Para el hombre del campo y para los antiguos habitantes de la tierra, e indígenas de nuestra América, la vida y la muerte estaban situadas en el mismo plano.

El hombre de la ciudad, al contrario, deja de lado la muerte, la esquiva y aún más: ahora la muerte es administrada por la medicina que es su burocratización. La muerte fue substituida por la muerte clínica, solitaria, vergonzosa y absurda. El hombre moderno nace en el hospital, es atendido en el hospital, cuando está enfermo es examinado en el hospital para comprobar si está con salud y es devuelto al hospital la mayoría de las veces para morir.

Rilke, sintiendo la muerte aproximarse, pidió a su enfermera “Niké(Wonderly Volkar) que le ayudase a tener una muerte adecuada: “No quiero la muerte de los médicos -quiero mi libertad. Ayúdame a morirme de mi muerte”.

Señor, da a cada cual la muerte que le es propia

El morir que da aquella vida nace

En el que tuvo amor, sentido y pena.

¿De dónde proviene el miedo a la muerte?

Para los pueblos pre colombianos de América, los abuelos, los ancianos nunca hablaban de la muerte como estado. La muerte era la continuación de la vida. Enseñaron que “somos una semilla” que determinado momento, cuando cumplimos nuestro ciclo “sobre” la Tierra Madre nos reincorporamos al vientre o corazón fresco y fecundo de Ella para seguir subsistiendo en interrelación en todo y con todos. No existe la muerte como castigo o fracaso, sino como un “retorno” al útero materno para emprender otro ciclo de vida, y posibilitar así otras formas de vida. Por eso celebran ese paso del cierrviejo 7e del ciclo de la vida “sobre” la tierra para reincorporarse al vientre materno, sin separarse de la comunidad humana-cósmica.

El cristianismo inculcó que la muerte es consecuencia del pecado. Que el pecado se castiga con el infierno. Por tanto, muerte e infierno son casi la misma tribulación. Para el cristianismo la muerte es un fracaso y para el sistema capitalista también, Un final, una anulación de la vida. La muerte es mala y la vida es buena. Ambas, excluyentes entre sí.

Este maniqueísmo dualista de origen platónico, fue transportado por San Agustín en los primeros siglos en el corazón de la doctrina cristiana. Este maniqueísmo platónico quita la paz a los occidentales cristianos o no cristianos.

Lo más triste es que ese miedo a la muerte, implantado
en la estructura psicológica individual y colectiva de las personas, es hábilmente utilizado por los administradores del miedo. De esta forma tienen de rodillas a pueblos enteros habitados por el miedo a la muerte.

La muerte hoy no es más un desenlace natural, pero es la falencia de la técnica. Nuestro encuentro con la muerte tiene mucho a ver con la forma como fue nuestra vida. Y de acuerdo con José Martí, “la muerte no es verdad cuando se ha hecho bien la obra de la vida”.

Por esto que el dicho hombre civilizado, principalmente el occidental, al sentirse mal, busca luego al médico, al farmacéutico. La verdad es que, se trata del terror al dolor al sufrimiento. El sufrimiento nos enseña mucho porque el dolor fertiliza. Solamente con el dolor y el sufrimiento nos aproximamos a la verdad de nuestros semejantes y sólo entonces nuestra vida será digna y bella. En el viaje adentro nunca se pierde el camino.

Es natural temer la muerte. Y en esta sociedad capitalista tecnocratita que eliminó completamente el sentimiento de lo sagrado, de la solidaridad, el temor es aún mayor. La vejez inspira aprehensión no sólo porque representa el inicio de la muerte, más porque las condiciones de la mayoría de las personas mayores hoy se ha deteriorado muchísimo por causa de este sistema perverso. No obstante, esta sociedad altamente tecnificada, que siempre dice que el desarrollo tecnológico va a dar respuestas a todas las necesidades del ser humano, lo que vemos cada vez más es más miseria moral y social.

La actual civilización tecnológica global se vuelve cada vez más hostil a todas las formas de vida, excepto tal vez a los más resistentes ratones de alcantarilla y de muelle, otros parásitos variados y aquellos pocos prodigios bacterianos que pueden sobrevivir incluso en basura altamente radioactiva. La tecnología actual intensificó tanto la velocidad y la magnitud de los retornos de la consecuencia, que la tierra podrá realmente ser inhabitable si los procesos que la historia humana ha dominado no cambia ahora. Y mucho antes que el planeta se vuelva inhabitable, quedaría sumergido en una insatisfacción tan penetrante que el desasosiego social alcanzaría proporciones descomunales. Recuerdo lo que dice el gran jefe Seatle (era sabio, bondadoso y tenía espíritu) en un discurso para los blancos -sobre la tierra y el respeto que ella merecía: “Vosotros debéis enseñar a los vuestros que la tierra, bajo sus pies, es hecha de cenizas de nuestros abuelos. Para que ellos la respeten, decid a vuestros hijos que la tierra es rica de vida de nuestro pueblo. Enseñad a vuestros hijos lo que nosotros le enseñamos a los nuestros: que la tierra es nuestra madre. Todo lo que le sucede a la tierra les sucede a los hijos de la tierra. Cuando los hombres hacen escaras en la tierra es sobre si propios que hacen escaras”.

Frente a esta realidad tan atroz que vivimos hoy, podemos concluir diciendo que todo lo que esta sociedad súper tecnificada produjo irá a tragarnos. Ustedes de la civilización morirán sofocados por la basura que producen, como concluyó el indio Seatle.

En la relación muerte y naturaleza, cito dos ejemplos de muertes bellísimas y serenas: Guy de Maupassant quería que lo pusieran en contacto directo con la tierra, con los árboles y con los perros. Deseaba que después de la muerte su cuerpo fuese a reunirse con la madre Tierra, para que, como había escrito hace poco frente a los despojos de Víctor Hugo, “las raíces de las plantas y de los árboles viniesen a buscarlo, pegándolo, transformándolo hasta la superficie y poniéndolo nuevamente en contacto con el Sol y con la brisa”. Lo mismo quiso José Lutzenberger, ecologista que luchó mucho para que el ser humano respetase la naturaleza.

El hombre primitivo sintió haber cumplido su tarea, estando preparado para aceptar la vejez y la muerte: envejecer bien como los elefantes que no se quejan del peso de los años, ni de las arrugas que tienen, y cuando perciben la hora de la muerte, caminan pausadamente para cierto lugar- “el cementerio de los elefantes”- y ahí mueren completamente con grandeza existencial, sólo a los grandes permitida.

Clarice Lispector toca justamente en esta grandeza existencial al decir: “¿Conseguiré captar el regocijo infinitamente dulce de morir? Ah, como me inquieta no conseguir vivir lo mejor, y así poder en fin morir mejor. Como me inquieta que alguien pueda no comprender que moriré en una ida para una tonta felicidad de primavera perfumada de amor. Muerta y exhalando el alma viva.”5

No comprendemos la muerte, sólo debemos aprender a aceptarla. La historia de Edipo y la Esfinge tiene algo a decir al respecto. Ella había provocado una peste en la tierra y la única manera de erradicarla era resolver el enigma propuesto por ella: “¿Qué es lo que anda con cuatro piernas, después con dos y enseguida con tres?” Respuesta: “El hombre”. El niño gatea con cuatro piernas, el adulto anda con dos y cuando viejo usa un bastón.

El enigma de la Esfinge es la imagen de la propia vida a través del tiempo: infancia, madurez, vejez, muerte. Cuando enfrentamos y aceptamos el enigma de la Esfinge sin miedo, la muerte no interfiere más en nosotros y la maldición de la Esfinge cesa. El dominio sobre el miedo a la muerte es la recuperación de la alegría de vivir. Sólo llegamos a experimentar una afirmación incondicional de la vida después de que aceptemos la muerte no como algo contrario a la vida, y sí como un aspecto de la vida. Con esta visión estaremos buscando una experiencia de estar vivos, de modo que nuestras experiencias de vida en el plano puramente físico tengan resonancia en el interior de nuestro ser y de nuestra realidad más íntima, pues solamente así podemos sentir el encanto de estar vivos y poder continuar solidario con los otros.

La conciencia de la muerte hace madurar nuestra vida, por esto deberíamos reflexionar un poco más sobre el asombro de que hayamos nacido y que es tan grande como el espantoso asombro de la muerte. Así, nuestra sabiduría no será una meditación sobre la muerte, y sí sobre la vida. Y nuestro tiempo será un presente de las cosas pasadas, un presente de las cosas presentes y un presente de las cosas futuras. Por esta razón, la vida nunca debería dejarnos indiferentes. Y al preguntarnos si la vida tiene sentido, lo que debemos saber es si nuestros esfuerzos morales serán recompensados, si vale la pena trabajar honradamente y respetar al prójimo, ser solidario o si es lo mismo que entregarse a vicios criminosos, en una palabra, si creemos en algo más allá de la vida o apenas en el sepulcro. E incluso no creyendo en algo más allá, respetar o los demás, trabajar honradamente, ser solidario debería ser natural e intrínseco al ser humano.

Hay un proverbio chino que dice: “La muerte del cuerpo es menos dolorosa que la muerte del corazón”. Hay también un texto muy importante en la filosofía: Diálogo de Meneceo e Epicuro”. Meneceo dice a Epicuro:

_Así es, en efecto maestro, puesto que, según lo que expones, no procede temer la muerte desde que se la exhibe como el no tener sensaciones. Si vivir es precisamente tener sensaciones, si vivir es sentir, no hay razón para temer lo que no se ha de sentir. La muerte, por así decirlo, no se topa con nosotros, o para expresarlo con palabras, para nosotros no es.

_Epicuro. Por cierto, Meneceo. El estado de muerte no es susceptible de ser vivido. Aceptado esto, no se ve razón para tenerle miedo. Mientras soy, mi muerte no es, y cuando la muerte es, yo no soy. ¿Cómo ver entonces en la muerte un motivo de temor, querido Meneceo?6

La muerte no es un acontecimiento de la vida, no se vive la muerte. Si entendemos la eternidad no como una duración temporal infinita, y sí como una intemporalidad, entonces vive eternamente aquel que vive en el presente. La aflicción por la muerte no es, en absoluto, lo mismo que el confronto con la muerte. Las personas mueren todo el tiempo en el mundo entero, sin embargo, ¿cómo es posible que tan poca gente tenga sabiduría?

El hombre moderno se siente cada vez más perturbado. ¿Por qué será? ¿Falta de realización personal? ¿No empleó bien su cuerpo? ¿No ganó suficiente dinero? ¿No llenó su vida de otra forma, con otros valores?

La muerte está todos los días en los periódicos y en la TV. La muerte como espectáculo para dar audiencia, por lo tanto, meras estadísticas: es la trivialidad de la muerte. Necesitamos verla de otra manera y tengamos cuidado: la vida y la muerte no son lo que se lee cada día en los periódicos y vemos en la TV.

Los antiguos sabían morir. Elevarse por encima de la muerte fue el ideal constante de su sabiduría. Para nosotros que nos consideramos modernos y posmodernos, la muerte es una sorpresa horrible.

En la Edad Media se vivía el sentimiento de la muerte con una intensidad única. Sin embargo, supo incorporarlo, con fuerza especial al tejido íntimo del ser. Nadie intentaba tramas con ella. Con el Renacimiento comienza el eclipse de la resignación. De ahí la aureola trágica del hombre moderno, preocupado constantemente con la ciencia para suprimir la muerte. Y lo que vemos es un embrutecimiento del espíritu reduciendo su conciencia metafísica.

“Nada revela mejor nuestra decadencia que el espectáculo de una farmacia: todos los remedios que se quiera para cada uno de nuestros males, pero ninguno para nuestro mal esencial, para aquel del que ninguna invención humana puede curarnos”, así se expresó Emil Cioran.

Como seres humanos dignos, la muerte debería ser así: un cielo que poco a poco anochece y uno ni supiese que era el fin. Y como dice João Silvério: “Frente a todo esto, que Dios me dé la gracia de morir emocionado frente a la vida. Conmovido con la despedida. Enteramente encantado con la luminosidad del adiós. Querer morir sin desolación, lanzando al mundo una última mirada de encantamiento, y tal vez de compasión. Porque es tan frágil el mundo. Gracias a Dios que la vejez enseña a vivir de la nostalgia. Y las lágrimas que son tantas, también deberían ser lágrimas suaves, de una tristeza legítima, a la cual tenemos derecho. Tendrán el gusto de nuestra vida vivida profundamente.”7

Para el Occidente, es obvia la calendarización de la historia: creemos que lo que ha ocurrido una vez ocurrió sólo en ese momento y que nada tiene que ver con el momento siguiente. El terror en relación a la vejez está relacionado también con la pérdida de tiempo, tiempo humano que se transforma en valor designado por dinero. Tiempo es dinero. Por lo tanto, el tiempo es mercadería esencial del capitalismo y el dinero es la forma de medirlo y explotarlo.

Para las personas viejas, perder tiempo “sin valor” es la manera más digna y honrosa de perderlo.

Para la cultura indígena el tiempo tiene otra naturaleza, otra rapidez y lentitud y esto es uno de los secretos de la resistencia cultural y de la capacidad combativa de esos pueblos. Para ellos el pasado se encuentra en otra dimensión que sigue coexistiendo con el presente. La memoria indígena es un proceso de revitalización del pasado. El pasado es una fuerza que se mantiene viva. En esa otra dimensión del mundo el tiempo no transcurre, es simultáneo, y por ello el pasado convive con lo que están viviendo en el momento.

Hablar del pasado no como algo muerto y olvidado, sino más bien como algo que llevamos con nosotros, que fecunda el presente y hace atractivo el futuro. La memoria no se debe dejarla en paz, dejarla descansar. Es necesario sacudirla antes que nos lleve al olvido y al confort.

El futuro no es lo que va a suceder, es aquello que hicimos y hacemos ahora, está presente en el presente. El pasado sólo tiene sentido cuando vivo. El verdadero pasado no es aquello que no existe más, es aquello que conserva un sentido para nuestras vidas de hoy. El futuro es una morada y no hay olvido capaz de demolerla. Dice un proverbio de la región de los mares Caspio y Negro: “Nuestro futuro es como los cuernos del caracol; se retraen cuando tocan alguna cosa, y sólo consiguen ver cuando están completamente estirados”. El pasado no como algo muerto u olvidado, sino como algo que llevamos con nosotros, que fecunda el presente y vuelve atractivo el futuro. El futuro, decimos que no es nuestro porque depende de múltiples circunstancias que escapan a nuestra decisión. Por otro lado, no debemos considerarlo totalmente extraño, como si no pudiésemos influir sobre él, como si todo fuese impuesto desde afuera de nosotros mismos. Aceptando esto estaríamos anulando completamente nuestra libertad. Y de nuestro pasado tenemos que pensar lo que dice Alceu A. Lima: “El pasado no es aquello que queda de lo que pasa, es aquello que queda de lo que pasó”. Así, nuestra memoria no será una facultad de retención pasiva de aquello que fue, sino la aplicación al pasado de una voluntad de orden que aplaca disonancias, que disuelve y enmienda para él el mal que en el pasado hubiera. El trabajo de la memoria es conservar estas prodigiosas cosas, defenderlas del desgaste banalísimo del cotidiano con garra, porque tal vez no tengamos otra riqueza mejor. Recojámonos a un diálogo interior que intente adivinar otros diálogos, que prevea preguntas y construya respuestas. Y tal vez las respuestas no sean tan importantes como las preguntas. Miremos de forma demorada dentro de nosotros sin esperar respuestas de políticos, economistas. Quieta dentro del capullo la larva se prepara para volverse mariposa. Y así envejecer poco a poco, y cada día aprender algo nuevo.

La memoria honrada de las cosas bien hechas por mucho tiempo permanecerá. La verdadera memoria será entonces quedar en la memoria de aquellos que dejamos por la buenas obras que hicimos. Esta debería ser siempre la herencia a dejar. Permanece eterno lo que la memoria ama. No hay identidad sin memoria. Si no se recuerda lo que se es, no se sabe lo que se es. La muerte no llega con la vejez, sino con el olvido.

El silencio que mantenemos con relación a lo que sucede y sucedió equivale a la muerte y olvido. Por esto que en la mitología griega se colocaba el río de la Memoria (Mnemosine) junto al río del Olvido (Leteo) porque, Muerte, Memoria y Olvido ajustan la tríade primordial de la condición humana.

Para los griegos, la Memoria era como la madre de todas las musas. En esta condición estará siempre junto a Zeus para engendrar a las nueve musas, comienzo y origen de la experiencia humana. De esta forma la Memoria preserva y enseña.

Hay personas que en la vida nunca se enternecieron, ni se emocionaron, ni lloraron con otros, ni perdieron la razón por gusto, ni dijeron palabras dulces y aromáticas, ni arrullaron como un palomo todas las veces que deberían haberlo hecho. Si esto pasó con nosotros, hagámoslo ahora, no por arrepentimiento o porque dejamos de aprovechar la vida, sino porque esto nos vuelve plenos. Ser realmente humano es eso.

Nuestros actos son como los alviejo 2imentos, y los pensamientos y los sentimientos son las especias. Quien salar o condimentar un dulce con vinagre tendrá problemas.

El tiempo, cuyos estragos continuos, segundo a segundo nos van convirtiendo en otros sin que lo percibamos por causa de nuestro trato diario. Por casualidad, él nos impide que muramos de tristeza y nos permite conservar la ilusión de que somos unos eternos adolescentes a quien todo le puede ser perdonado.

Percibimos que estamos envejeciendo en el cruel y verídico espejo de los otros. Y cuando nos miramos en nuestro espejo diario, cuantos monólogos, ¡cuánta habitada claridad sentimos! Después de conducir para abajo nuestras raíces, llegamos al lugar de donde partimos: ¿De quién son estos ojos que nos absorben? ¿Estas marcas de cansancio tan largo? ¿Somos nosotros mismos? ¿Cómo nos ven los otros? Ah, ¡cuántos recuerdos mezclados y confundidos en el arca confusa de la memoria! No somos apenas el instante que nos contemplamos en el espejo. De otras imágenes pasadas que recordamos, somos nostalgia y la certeza de otras futuras que adivinamos. Muchos rostros, todos tenemos, en estantes giratorios, a cada momento mostramos un rostro, mostramos la máscara que llevamos como defensa.

Yo tengo sesenta, setenta años. ¿Será verdad que los tengo? De qué modo: ¿yo los tengo o ellos me tienen? ¿Los pierdo o ellos mismos me pierden? ¿Por qué debería ser la muerte la única realidad mortal?

En verdad, el espejo es un objeto, un instrumento muy útil en la teoría del conocimiento. A pesar de todas estas marcas y recuerdos, debemos continuar soñando porque el sueño no es apenas una comunicación y (a veces una comunicación codificada), es también una actividad estética, un juego de la imaginación, y ese juego tiene por sí mismo un valor. El sueño es la prueba de que imaginar, soñar con aquello que no sucede es una de las más profundas necesidades del ser humano. Los chinos dicen que hay una manera de que usted se enferme: negar su sueño. Un ser humano que no se alimenta de sueños envejece muy deprisa.

Busquemos en el arte, en la amistad, en la solidaridad,  la fuerza para poder mirar la muerte en la cara y preguntarle donde está su victoria. Oh, muerte, ¿por qué te atreves  tanto en nosotros, que ni pequeños nada somos?

Que nuestros placeres no sean de pasividad o de evasión que no pasan de compensaciones y sí placeres activos, creativos, que sean la celebración de la vida, la creación alegre de una vitalidad interior explotando en una lectura, en una danza, en un canto, en la convivencia amiga en la solidaridad como símbolos del acto de vivir. Así, “la vida sólo es posible reinventada” como dice Cecília Meireles. Y cuando nuestro corazón habla, no es conveniente que la razón haga objeciones. Solamente corazones niños ven cosas indecibles, dicen cosas invisibles. Y el nuestro es una permanente pregunta sin solución.

Es necesario convencernos de que se vive cuando se está soñando y se sueña cuando se vive. No puede tener esperanza quien no tiene recuerdos. Es el camino recorrido que nos da fuerzas para recorrer lo que falta.

Que nuestra casa sea el espacio de los recuerdos y donde vive nuestro corazón. Antiguamente el ático era lleno de cosas y la fantasía nos acompañaba siempre. En este espacio, nuestro ser sentía el silencio y abrigaba los sueños. De mi antigua casa siento el calor color de brasa que viene de los sentidos al espíritu. La experiencia de la memoria profunda de la recordación, el hombre moderno no la considera más necesaria. Quien sabe escuchar la casa del pasado tendrá ecos.

Tengamos entonces aquel estado de espíritu agradable y soñador de los días de lluvia en los que se escuchan melodías en las gotas y así perseguiremos con placer viejos recuerdos.

La vida es una bolsa elástica donde cabe todo, hasta la muerte. La vida adquiere más valor cuando se comienza a comprobar que se está haciendo su viaje de regreso.

Últimamente he mirado mucho para dentro de mi corazón. Esto quiere decir que estoy maduro: lo suficiente para no privarme de mirar con persistencia para atrás. Miro mi corazón y veo a los compañeros y compañeras que en él habitan y por esto, contemos nuestros jardines por las flores, nunca por las hojas que caen. Contemos nuestros días por las horas alegres y olvidemos por completo las nubes. Contemos nuestras noches por las estrellas, no por las sombras. Contemos nuestras vidas por las sonrisas, no por las lágrimas. Y alegremente, con el correr del tempo, contemos nuestras vidas por lo que hicimos y no por los años.

Se dice que la vida es un vaivén entre a remembranza y la esperanza. Por lo tanto, un viejo no se improvisa: se va haciendo desde niño, desde joven, desde adulto.

Cuando se habla en cumpleaños y digo que tengo 65 años, este número es abatido por la suma, uno a uno, de los años que van desde el día de mi  nacimiento, en 1940, hasta hoy .La cuenta está  correcta, pero el resto está errado, como dice Rubem Alves en su bello libro “Retorno e Terno”. Pues 65 años son, precisamente, los años que no tengo. Sesenta y cinco son los años que ya pasaron, años con los que
no puedo contar más y que no se encenderán más como palos de fósforos rascuñados. Los años de una vida nunca se suman; ellos siempre se sustraen.

-Así, la pregunta correcta a ser hecha en un cumpleaños, no es “cuantos años usted está cumpliendo”, y sí, “¿cuántos años está des cumpliendo?”. Y las respuestas, para que sean verdaderas, tendrán que asumir la forma de “yo no tengo 25 años”, “Yo no tengo 37 años”, “Yo no tengo 72 años”.

Pienso que deberíamos invertir el ritual. En la sala oscura y silenciosa un fósforo es rascuñado y una vela es encendida, vela que ningún soplo va a apagar, y que va a quedarse brillando por todo el tiempo que dure la fiesta. Con el encendido de la vela explota la alegría, no por los años que fueron deshechos, pero por aquellos a la espera para ser vividos. Al contrario de soplar la vela, encenderla”.8

De alguna cosa han de valer las cicatrices. La herencia que dejaremos será el recuerdo del amor que tuvimos a los otros, la lucha por la verdad, justicia, libertad, la tríade bendita que justifica el pasaje de cualquier ser humano por este mundo. Así, seremos como río feliz al ir de encuentro al mar y desaguar y, en largo océano eternizar.

Tener presente que la suprema fortuna es saber valientemente merecer la vida, y la suprema desgracia es cobardemente no saber perderla. Llorar por dentro será la única manera que tenemos de aliviar y ocultar el desespero. Seremos entonces como los árboles altos que sólo resisten al viento cuando tienen raíces profundas. Inclusive no encontrando respuesta a muchas preguntas de la vida, esta será nuestra fuerza para continuar andando. Y el punto culminante de esta vida será la comprensión de la vida. De este modo, nuestra sabiduría será el arte de emplear bien la ignorancia, quiere decir, el uso adecuado de nuestros errores.

Saber no es dar respuestas, sino preguntar a través de las dudas.

Soy una pregunta.

¿Quién hizo la primera pregunta? ¿Quién hizo el mundo?

Si fue, ¿quién hizo a Dios?

¿Por qué se muere?

¿Por qué se ama?

¿Por qué hay infinito?

¿Por qué existo?

¿Por qué hago preguntas?

¿Por qué no hay respuestas?

¿Por qué yo podría preguntar indefinidamente por qué?

¿Y por qué debería parar de hacer preguntas?

¿Por qué? 9

Somos el aliento efímero formado por aquello que amamos, por aquello que los amigos y amigas nos amaron y en nuestra memoria dejaron. De esta forma, ser viejo no será un estigma. Será como el ánfora de barro que ya no retiene más la alegría y la propaga para que el cotidiano no sea banal.

No esperemos nada de este mundo. El mundo para esta sociedad sólo tiene sentido como espectáculo. Reservemos nuestras lágrimas para algunos versos de Dante, Manuel Bandeira, Mario Quintana, para la multitud de mendigos a quienes aún les sobra el gesto de poner las manos en la basura. Podremos cambiar un poco el mundo si lo contemplamos con una mirada de solidaridad, emoción o de compasión. Sócrates, indagado sobre a que debían oler los viejos, respondió: Ternura, bondad”.

El humor en la vejez también es necesario. “Bendito aquel que aprendió a reír de sí mismo, porque siempre estará entretenido”, dice John Powell. Y más que esto, “si pierdes la capacidad de reír pierdes la capacidad de pensar”, dice Clarence Darrow.

Quien se toma demasiado a serio corre el riesgo de parecer ridículo. No sucede lo mismo con quien siempre es capaz de reír de sí mismo.

Gracias al humor percibimos lo irracional en lo que parece racional; lo sin importancia en lo que parece importante. El humor tiene necesidad del contraste: es una doble mirada sobre los acontecimientos y sobre la vida. Una simple mirada solo ve las apariencias y produce de manera inevitable también fanatismo, o, más frecuentemente, las dos al mismo tiempo. Una sonrisa es la curva más bonita en el cuerpo de cualquier persona, sea joven o vieja.

Para los orientales, transmitir una enseñanza a través del humor es un arte, desconocido para nosotros occidentales, marcados por un racionalismo torpe.

En la medida en que nos tornamos adultos, perdemos la relación con lo suave, lo flexible, con la risa, con el juego. Ahí está el sentido del humor para recordarnos que crecer y tornarse adulto no implica que el mundo y la vida sean solamente seriedad, que vivir no es sinónimo de ausencia de humor, ausencia de risa y de lo lúdico, que podemos crecer y guardar la vivacidad, la simplicidad y aprender a través del humor que somos pequeños nada, transitorios, finitos.

El sentido del humor es un instrumento tan necesario para vivir, que paradójicamente nos permite tener una visión más profunda de lo que sucede a nuestro alrededor. El humor despoja las cosas de lo superficial y nos hace ver lo más esencial.

A veces nos tomamos muy en serio a nosotros mismos e inflexibles con los otros. El humor es una manera de superar muchas situaciones, sin que esto pueda suponer complacencia con la realidad, la injusticia. La risa y el humor pueden mantenernos salvos de muchas situaciones incomodas.

Muchas veces por el hecho de ser viejos va apoderándose en nosotros la apariencia de individuos aparentemente serios, responsables, pero rígidos, secos e inflexibles.

La importancia personal, las consideraciones, la mentira sobre uno mismo, poco a poco nos envenenan y perdemos el sentido del humor como una manera de ver el mundo.

De esta forma, amargados, el humor puede ser utilizado de diversas maneras para la propia importancia personal: para el engaño o para el ridículo; para atacar o hacer mal a los otros o para escapar de las circunstancias con miedo a enfrentarlas.

A través del humor tenemos un camino para el conocimiento de nosotros mismos y nos da una calidad de vida diferente y ser más honestos con nosotros mismos.

Es necesario aprender a ignorar, a ignorarse, olvidar un poco más las heridas antiguas. Ver apenas, hablar apenas con el silencio y así la soledad en nosotros será sonora. Estamos solos, fuimos solos y seremos solos. Seré activo en el acto de mi nada que soy. Comprenderé que la vida puede disminuir de ser, pero aumentar de intensidad. Seremos apenas una soledad a ser curada. La soledad es el revelador fundamental del valor profundo de toda la sensibilidad humana. Este ritmo de vida que sentimos hoy, somete y destruye nuestro ser íntimo y al mismo tempo lo yergue. La soledad es necesaria para colocarnos frente a nosotros mismos y hacernos más íntimos. Es precisamente en las cosas más profundas e importantes que estamos indeciblemente solos. Entonces estaremos maduros como el árbol que no apura su savia y enfrenta tranquila las tempestades. ¡Amemos esa soledad verdadera! Con seguridad la belleza nacerá. Gozar y no morir de contentamiento. Sufrir y no ser vencido en el dolor: ¡Oh, qué ejemplar serenidad de gozo y que serenidad de sufrimiento!

Vivir las preguntas en un día y en el otro las respuestas y si no vienen las respuestas, son las preguntas que nos hacen andar y los caminos tendrán ventanas y puertas para la aurora. Allá afuera habrá golondrinas siempre y dentro de nosotros ternuras que piden miradas. Nos quedaremos conmovidos por la bella preocupación con la vida y por lo que hicimos y estaremos alegres en el silencio. ¿Qué sería de la soledad que no tuviese grandeza?

Prestemos atención a todo lo que nace dentro de nosotros. Estos acontecimientos interiores merecen todo nuestro amor. Cualquier inquietud, dolor y melancolía trabajan en el perfeccionamiento de nuestra alegre sustancia.

Si queremos ser inmortales, sentémonos debajo de una viña, de naranjeras o de cipreses y pinos que son árboles perfumados por el canto de los pájaros, vislumbremos o recordemos aquellos días de libertad en el pasado de nuestra infancia, en la sombra de estos árboles tal vez el amor perdido o prohibido, las voces felices sonando donde jugábamos. Recordemos a aquella muchacha o muchacho que fue nuestro sueño y que estuvo a la espera de nuestra ternura y deseo. Acordémonos de aquella mujer u hombre que un día agitó de forma admirable de lo alto de un balcón, pero sin nombre y que una tarde nos dijo adiós o de aquellos que estremecieron sólo por la mirada mientras que junto a nosotros se balanceaban. En la infancia, imaginar una mujer era casi un acto fe. Y muchas veces en la palma de la tempestad aprendíamos el alfabeto de la ternura. Acordémonos de cuando nos quedábamos en el balcón a la espera de la Luna llegar o cuando íbamos para el campo a ver la germinación de semillas y la muchacha de nuestro sueño, cabellera suelta al viento. ¡Acordémonos de nuestras respiraciones en suspenso, de las largas confidencias en el jardín de magnolias o de los volantines empinados frente al arco iris queriendo atravesarlo de brazos dados con la muchacha o muchacho de nuestro sueño! Si queremos ser inmortales, acordémonos de los días azules. Sentémonos frente a la aurora y construyamos de nuevo la casa que es la llama donde nuestros recuerdos de reducen a cenizas. Seleccionemos de nuestro pasado un instante feliz, quemémoslo en nuestros párpados con la luz del Sol del mediodía y si con ella logramos esculpirlo como un diamante, entonces seremos ya inmortales.

De encuentro a lo que se dijo antes, Alain  Saury dice: “No se dura un año, o veinte o cien años se dura un solo instante y asumirlo como es nos hace entrar de inmediato en la eternidad. Con todo, la muerte es la compañera fraternal de toda nuestra vida que nos hace sentir el gozo por la conciencia de la precariedad”10

Hacer sesenta años o más es hacer catálogo de olvidos, ruinas e alegrías también. Conforme los años pasan, se multiplican los juicios que nos juzgan; conforme los años pasan, con menos voces dialogamos. Vemos el Sol con otros ojos y todo lo que nos rodea también. Y el poeta Oscar Bertholdo dice: “La vejez es un jarro tan frágil de alegrías, tan lleno de ocasos.”

De esta vida sólo llevamos lo que quedó grabado en nuestra mente, en nuestra memoria. Y en la memoria sólo se graban las emociones y los sentimientos. Y entonces, “iremos para la muerte como para una fiesta al crepúsculo12, como dice Fernando Pessoa.

 

No morir -pero ser escogido por la muerte,

Ser escogido, porque maduro, para el silencio.

No morir -pero pender para la muerte,

Como las frutas que, tocadas por el tiempo,

Se inclinan para el único suelo.

No morir –pero estar con la muerte amplia y serena

En los ojos, en el corazón y en el cuerpo y en el alma.

Estar para el fin, maduro como las moras de vez,

Como las moras de la montaña.

Sentir en sí la armonía de los últimos pasos

Y el consuelo de las miradas que no quieren ver más.

Ser llevado por las manos de la muerte

Y estar con la muerte en sí, como la esperanza,

Como la única esperanza. (Augusto F. Schimidt)

 

Aunque no la comprendemos, aprendamos a aceptarla y así estaremos en el camino del arte de morir como fiesta del adiós, rodeados de amigos próximos y verdaderos.

Para los sabios de las culturas primitivas, la muerte de un anciano de una tribu importante es como un incendio de una biblioteca para los occidentales. En África Negra, lo oral es antes que todo una forma de entretenimiento. Para la mayoría de las sociedades no tiene sentido la necesidad de dotarse de un sistema de escritura. La transmisión del sentido común de su historia es hecha a través de los ancianos.

Entre los indios, el gobierno no es ejercido de forma absolutista por un único individuo, pero repartido entre el cacique, el paje y un consejo de viejos sabios de la tribu. La relación entre hombres y mujeres es mucho más igualitaria que cualquier otra sociedad.

Las personas viejas deberían ser hoy las grandes contadoras de historias. Esto representa su valor: transferir experiencias. Ellas tienen dentro de sí todas las edades. La curiosidad, sorpresa y la admiración que formaron la infancia; el entusiasmo, la generosidad y el ímpetu que formaron la juventud; la reflexión, la ponderación y la serenidad que formaron su madurez.

Mis abuelos me dijeron y mis padres lo confirman que las arrugas son sólo marcas de dolor y de felicidad. Percibo que su tempo es íntimo y cualitativo, que su relación con la muerte y la naturaleza es más tranquila. Mis abuelos, para poder vivir, sentían necesidad de contar sus historias. Y este saber lo adquirieron por la mirada y por el cuerpo. Me enseñaron que la vida no es un “curriculum vitae”. Que la vida escapa al documento, a cualquier certificado de existencia o de identidad. Que la vida es perturbadora y subversiva. Que la vida es más preguntas que repuestas. Que el saber no se enseña. Que no se debe tener miedo y que muchas veces se debe reír de la propia vida, igual que llorar. Mis padres no me transmitieron solamente la vida, me confiaron también un bagaje tan lentamente acumulado en el descorrer de los años, el patrimonio espiritual que ellos mismos recibieron y construyeron.

Miguel Torga, escritor portugués, al completar ochenta y tres años: “El calendario no miente. Ni mi cuerpo todo él es una muestra de vejez cansada. El espíritu es que se mantiene, o parece obstinadamente vivaz. Y Dios lo conserve así, y él me conceda la gracia de asistir mi rendición con lucidez.

Ser joven no es sólo tener veinte años en el cuerpo. Es tenerlos también, intemporalmente en el alma, en cada instante rendido al milagro permanente de la vida y pronta a enriquecerla. “Envejecer no es para cobardes. Y morir, mucho menos.”13

Al envejecer se descubre que se vive profundamente si estamos emocionalmente vivos, si somos curiosos, abiertos a los cambios, a las nuevas esperanzas. El envejecimiento se detiene. No es algo cronológico, y sí psíquico. Sólo debemos conocer la edad de nuestra alma. Sólo así estaremos siempre emocionados, próximos siempre de la bondad humana.

Vivir es expandir, es iluminar. Vivir es derrumbar barreras entre los seres humanos y el mundo. Vivir es comprender. Saber que muchas veces nuestra jaula somos nosotros mismos, que vivimos puliendo las rejas en vez de libertarnos de ellas. Vivir es buscar descubrir en los otros su dimensión universal y única. No podemos vivir permanentemente grandes momentos, pero podemos cultivar su expectativa. Uno es sólo lo que hace a los otros y consecuencia de esa acción.

La vida consiste en un arduo equilibrio entre el recuerdo y el olvido. Vivir es encontrar cuando nada se busca.

Esta sociedad no nos ayuda a envejecer bien y cuando habla en “tercera edad”, es apenas una invención del sistema capitalista para el aumento consumista. El concepto de “tercera edad” es falso, nada más es que un colectivo estadístico que lo quieren convertir en una clase social. Sería como organizar una comunidad de rubios y de 1,80 metros de altura. Por el hecho de ser viejo no hay por qué tener todo en común. La “tercera edad” es un producto típico de la sociedad capitalista de consumo. Se crean centros de jubilados o de fiestas y bailes que en verdad no son más que guetos donde los viejos sólo se relacionan entre ellos y dónde lo importante es entretenerles. En consecuencia desto los viejos aparecen como ociosos que se dedican al turismo, a los bailes, dónde realizan lo que les manda el animador. Todo esto es muy triste.

Ser viejo, a veces significa más serenidad y paciencia. En ocasiones posibilita también más lucidez, porque se ve las cosas, los acontecimientos, no con los ojos del presente, sino con los del pasado. Cuando se es más viejo hay la posibilidad de acertar más sobre el futuro y ser como los viejos chinos que hacen volar su cometa como los niños.

La sociedad capitalista dice preocuparse en prolongar la vida y, sin embargo, al final de la misma la empobrece, la deja inquieta y abandonada. La mayoría de los seres humanos envejece de una forma estúpida, los animales de una forma discreta. Hoy no se tiene la edad del corazón o de la piel, sino la edad de aquello que se compra y se consume.

La naturaleza nos da el rostro que tenemos a los veinte años; depende de nosotros merecer el rostro que tenemos a los sesenta o setenta. Nuestro rostro es nuestra biografía. Sabemos que las arrugas del corazón y del alma son más difíciles de apagar.

Necesitamos preguntar continuamente si aún no envejecemos por dentro. Por esto queremos vivir hasta la vejez más extrema. Viejísimos hasta ser confundidos con árboles más próximos de la tierra. De esta manera, la edad se transfigura, en caso contrario, se petrifica.

Cuando se es joven, la esfinge que nos interpela en la entrada de la Tebas del mundo es siempre una mujer. En la vejez es todavía un bulto femenino, pero siniestro, vestido de negro y con una hoz en la mano.

La vejez es aceptar nuestros límites, darse cuenta de aquello que somos, de lo que podemos ser, o mejor, sobre todo de lo que no podemos ser. Por lo que sentimos y presentimos, no es ser viejo que cuesta: es transitar para la vejez.

Estar en las profundidades de la tristeza es una experiencia tan importante como quedar exuberantemente feliz. La verdadera generosidad para el futuro está en dar todo para el presente. Si somos capaces de celebrar lo que somos y tenemos ahora, incluso en cuanto estamos luchando para abolir el “ahora” por mejor un  “todavía no”, dejaremos más rico el “todavía no” cuando sea ahora. Quien no tiene futuro no tiene pasado. La memoria es una fuerza rejuvenecedora, anti melancólica. Hay algo de intrínsecamente bello en el acto de remembranza.

En el decir de Rubem Alves: “Si hay un tiempo de nacer, hay también un tiempo para morir. Que el último momento sea bello como una puesta del Sol, lejos del frío eléctrico metálico de las máquinas. La modernidad transfirió la muerte del hogar, lugar del amor, para las instituciones, lugar de poder, dinero.

La vida es un niño. Juega por la mañana, trabaja al mediodía, ama por la tarde. Pero llega la hora del crepúsculo, la hora del cansancio. Qué triste no poder descansar”.

¡Ah, los viejos! ¡Estremecido me quedo al mirarlos y adivinar en los ojos lo que fueron, lo que desean ser! Y también adivinar aquello en lo que quedaron: unos descartados, colocados donde está todo lo que sobra: la basura.

En la muerte, dijo Isadora Duncan, no quiero ninguna de esas payasadas que hacen de ella un horror macabro en vez de una exaltación. Que magnífico el gesto de Byron quemando el cuerpo de Shelley en una hoguera a la orilla del mar y lanzar las cenizas al mar, o dispersar las cenizas en un jardín como pidió Lou Salomé. Los funerales modernos son de una fealdad bárbara”.

Muchas veces la edad va haciendo avances por dentro. No son los años que cuentan, sino la intensidad de la luz que cargamos por dentro.

Crear é una forma de espantar la vejez, lo feo. Hasta escribir es posible a los noventa años. Escribir es crear sueños. Escribir para detener el tiempo. Escribir para no morir y suplantar esta realidad tan banal muchas veces y que sofoca nuestra creatividad.

En esta sociedad que vivimos se da mucho valor a la fuerza física, a la destreza. Define como eje fundamental la productividad, excluyendo consecuentemente a los viejos. Presenciamos continuamente en la TV el culto y la apología de la belleza y de la fuerza. Resultado: la desvalorización de la sabiduría de la edad y la mala reputación de todas las formas de autoridad (inclusive la autoridad de la experiencia). Sabemos que los valores que esta sociedad impone, como la belleza, la celebridad  y el poder, declinan con el tiempo.

La sabiduría es uno de los pocos consuelos de la edad. Este valor real acumulado puede ser pasado a las futuras generaciones. Nuestra sociedad, mientras tanto, perdió o no quiere más este concepto de sabiduría y conocimiento. No le da lucro. El constante cambio tecnológico vuelve el conocimiento obsoleto y, por consecuencia, intransferible. Muchos viejos pueden hasta no entender de Internet, de computador, pero su corazón, su memoria, sus resacas del alma, su bien que hicieron es mucho mayor que esto porque la memoria es esencial para la humanidad. Sin memoria no hay identidad. Aquello que la memoria ama permanece eterno. Poseer el tiempo de la memoria es la más bella capacidad, es ese hilo de Ariadna que nos salva del dolor, de la inseguridad de un laberinto y nos devuelve para la alegría de vivir. Esta es nuestra belleza, nuestra verdad que nos permite mirarnos al espejo con toda la serenidad y decir incluso que tenemos la edad del mundo.

Vemos también esta ansia en muchos viejos, casi una obligación de aprender lo nuevo: aprender a lidiar con el computador, la Internet como si fuese la mayor sabiduría y su pasado apagado o intentan apagar y acaban considerando al joven como referencia de este mundo. Con esto están estimulando el corte de sus lazos con el pasado y así serán adultos “macaqueando” estilos jóvenes.

En esta sociedad todo está puesto encima de la utilidad. Seres inútiles es su estigma. Tremenda soledad, la menos sonora esta, el de la vejez. Yo no comprendo a aquellos que se burlan de los viejos, pues no piensa que ellos serán tal vez unos viejos más desgraciados aún y que tendrán que aceptar nuevos conocimientos.

Una sociedad de la cual los viejos fueron y son prohibidos no es más una comunidad viva, sino una fábrica, una prisión. ¿Cómo puede contagiarnos su fría indiferencia? Una sociedad que perdió o eliminó la preocupación por el futuro de sus ciudadanos es una sociedad perversa. Aquél que no respeta la vejez no es digno de ella.

Cuando la perspectiva de ser substituido se vuelve intolerable, la propia paternidad que garante que esto acontecerá, aparece como una forma de autodestrucción.

La vejez no debería ser un desastre. ¿Y que aparece hoy en la discusión de la Reforma del Seguro Social? Como uno de los mayores causadores de problemas sociales de este país. ¿Qué se puede esperar de este Seguro que pretende prolongar la vida de trabajo de los viejos hasta la muerte, mientras que condena a los jóvenes al desempleo, incluso a niños o a un trabajo precario?

En la antigüedad griega y latina, en esas sociedades los viejos creaban asambleas con personalidades venerables que tenían sabiduría. Se hablaba del viejo como noble, mientras que en la actualidad el término es peyorativo, carga prejuicios. Se habla entonces de “tercera edad”, “gente de cierta edad”, o de “personas mayores”.

¿Por qué este gran cambio? Y como decían los filósofos antiguos: “Si el viejo es verdad, es también belleza”. Y belleza tremenda donde está retratada la edad del mundo.

La ciencia trata de hacer la vida más larga -por acentuar lo que ya dije al inicio de este texto -sin embargo, la vejez se convierte en un problema para la sociedad. La verdad es que, a los viejos no les asusta la muerte, pero sí la vida y el temor al futuro, y su breve futuro es lo que los mata. Define mejor a un pueblo entero la forma de tratar a los viejos que la de tratar a los niños: con la esperanza es más fácil relacionarse que con los resultados.

Con relación al Estatuto do Idoso (Estatuto del anciano) aprobado hace poco tiempo por el Congreso de Brasil, lo que he visto y sentido es el no cumplimiento del mismo, principalmente en lo que se refiere a las cuestiones más importantes que están allí inseridas.

Un país que tiene muchas leyes es también señal de que hay mucho incumplimiento de las mismas. Existe un proverbio que dice: “El que hizo la ley hizo la trampa”. En todas las leyes se establece el secreto y no la observancia.

Lo que faltó en las discusiones para la aprobación del “Estatuto do Idoso” fue una participación mayor de la sociedad, de los sectores que fueron involucrados para que el Estatuto se concretizase de forma tal que pudiese ser cumplido y respetado. Verdaderamente, la cuestión fundamental no es la ley en sí que va a “salvar la vejez, al anciano”, sino la conciencia y respeto que cada uno debería tener por el ser humano y más aún por el hecho de este ser humano estar en edad avanzada y por lo que representa y significa dentro de la sociedad. Según Christina Lagarde, directora general del Fondo Monetario Internacional (FMI) “la longevidad es un riesgo financiero. Los ancianos viven demasiado y eso es un riesgo para la economía global, hay que hacer algo”. Y en el decir del ministro de las Finanzas de Japón, Taro Aso, los viejos deben ser autorizados a apresaren a morir para aliviar la presión del Estado. Para mí, estas afirmaciones son de una perversidad sin tamaño.

Pienso que es muy triste un país que precisa crear un Estatuto específico para el viejo, cuando en verdad ya existe una Constitución y Pensiones y en ellas  ya existen referencias al viejo. De la misma forma se podría decir con relación al “Estatuto da Criança e do Adolescente” (Estatuto del Niño y del Adolescente), “Da Mulher” (De la mujer), “Do Índio” (Del Indio) ¿Por qué tantos estatutos? El viejo, la mujer, el niño, el negro y el indio son seres marginados en la sociedad. ¿Por qué? ¿Prejuicios? ¿Seres inferiores? La misma sociedad que margina, después crea leyes para decirles que se preocupa con estos seres marginados. Esto es hipocresía, incoherencia. No estoy afirmando que no hay necesidad de leyes. Una cosa es verdadera: países que tienen pocas leyes son países que más cumplen las mismas y menos problemas sociales tienen.

Los Estatutos que cargo en mi corazón y en la mente son los del poeta Thiago de Mello. Estos me han ayudado y proporcionado muchas alegrías en esta caminada toda.

 Artículo 1

(Acto institucional Permanente)

Queda decretado que ahora vale la vida, que ahora vale la verdad, y que de manos dadas trabajaremos todos por la vida verdadera.

 Artículo 2

Queda decretado que todos los días de la semana, inclusive los martes más grises, tienen derecho a convertirse en mañanas de domingo.

Artículo 3

Queda decretado que, a partir de este instante, habrá girasoles en todas las ventanas, que los girasoles tendrán derecho a abrirse dentro de la sombra; y que las ventanas deben permanecer el día entero abiertas para el verde donde crece la esperanza.

Artículo 4

Queda decretado que el hombre no precisará nunca más dudar del hombre. Que el hombre confiará en el hombre como la palmera confía en el viento como el viento confía en el aire como el aire confía en el campo azul del cielo.

Parágrafo único: El hombre confiará en el hombre como un niño confía en otro niño.

Artículo 5

Queda decretado que los hombres están libres del yugo de la mentira. Nunca más será preciso usar la coraza del silencio ni la armadura de las palabras. El hombre se sentará a la mesa con la mirada limpia, porque la verdad pasará a ser servida antes del postre.

Artículo 6

Queda establecida, durante diez siglos, la práctica soñada del profeta Isaías, el lobo y el cordero pastarán juntos y la comida de ambos tendrá el mismo gusto a aurora.

Artículo 7    

Por decreto irrevocable queda establecido el reinado permanente de la justicia y de la claridad. Y la alegría será una bandera generosa para siempre enarbolada en el alma del pueblo.

Artículo 8

Queda decretado que el mayor dolor siempre fue y será siempre no poder dar amor a quien se ama, sabiendo que es el agua quien da a la planta el milagro de la flor.

Artículo 9

Queda permitido que el pan de cada día tenga en el hombre la señal de su sudor, pero que sobre todo tenga siempre el caliente sabor de la ternura.

Artículo 10

Queda permitido a cualquier persona a cualquier hora de la vida el uso del traje blanco.

Artículo 11

Queda decretado, por definición, que el hombre es un animal que ama, y que por eso es bello, mucho más bello que la estrella de la mañana.

Artículo 12

Decretase que nada estará obligado ni prohibido. Todo será permitido. Inclusive jugar con los rinocerontes, y caminar por las tardes con una inmensa begonia en la solapa.

Parágrafo único: Sólo una cosa queda prohibida: amar sin amor.

Artículo 13

Queda decretado que el dinero no podrá nunca más comprar el sol de las mañanas venideras. Expulsado del gran baúl del miedo, el dinero se transformará en una espada fraternal, para defender el derecho de cantar y la fiesta del día que llegó.

Artículo final

Queda prohibido el uso de la palabra libertad, la cual será suprimida de los diccionarios y del pantano engañoso de las bocas. A partir de este instante la libertad será algo vivo y transparente, como un fuego o un río, o como la semilla del trigo y su morada será siempre el corazón del hombre.14

También no entiendo por qué no se preparan los más jóvenes para envejecer con imaginación, con curiosidad, sorpresa, dignidad y asombro!

El estigma de inútiles o de personas que cultivan la tristeza es la mayor injuria que pesa sobre ellos. Decir que poseen el mayor tiempo posible, que les sobra tiempo, que no saben hacer nada. Imágenes de personas ociosas, desocupadas e indolentes que molestan la vida de los que trabajan. Con tantos prejuicios y estigmas, lo difícil para ellos no es morir bien, sino vivir bien.

La vejez se vuelve entonces un peso. ¿Qué sobra para muchos? El hospicio y los asilos, que no son nada más que depósitos de “inútiles”. Y el panorama en estos asilos, hospicios es casi un panorama de horror donde los viejos, con mirar perdido (se quedan solos con sus recuerdos haciendo concesiones, conversando solos con los botones y acabando solos con las emociones) como si hubiesen sido lobotomizados, pasan los días rodeados de teles ligadas a pleno volumen que nadie presta atención. Nada más desolador que esta soledad. Lawrence Durrell hablando sobre a vejez, dice: “En occidente la vejez es algo tremendo. No es de extrañar que se la tema. Ni que a los viejos se los encierre en remotos apartamentos o asilos para ancianos (para quien puede) y se les dejan morir. Ya no son útiles y han perdido la alegría que deberían tener15

La soledad es un estado natural del ser humano como la compañía. Sin embargo, la cultura actual y principalmente la occidental, es impuesta por los medios de comunicación, está montada como si la soledad fuese una desgracia. Pregunto: ¿por qué tanto correr, tanto hacer, buscar, si donde tenemos que ir es para nosotros mismos?

La agitación, el ruido y la velocidad ¿son para escapar de sí mismos?

Si no somos capaces de hacer frente a un presente tan inquietante, lo que nos espera es un futuro peor aún.

El hecho de que no haya proyectos históricos a largo plazo que disimulen la propia finitud, vuelve la vejez más despreciada e inquieta aún.

Los viejos continúan creativos porque el pensamiento creativo incluye fundamentalmente jugar con lo que se sabe hacer, parecer incluso extraño, un poco loco frente a las normas y así el tiempo toma otro gusto en la vejez con el  placer de haber trabajado para construir un mundo mejor, más humano. Si tenemos presente esto, podremos amar la soledad, pero no estaremos solos, tendremos nuestros recuerdos. Depende de lo que se siembra y la manera de cultivar lo que fue sembrado. En la vejez están todas las edades y la soledad es una buena amiga de la bondad y de la belleza. Cuando estamos solos (mirar para adentro), más intensamente nos comprendemos. Y los recuerdos tendrán poder de conforto porque serán cosechados de una larga siembra. Y la idea también de la muerte, del sufrimiento, hará muchas veces el papel de jardinera que arranca las malas yerbas de nuestro jardín.

Los viejos son seres más capacitados para acoger la risa y un instante de placer. No piden mucho. Piden lo que es mejor. Ellos conocen el arte de hacer lentamente aquello que no se puede hacer deprisa. Conocen el arte de amar mejor a los niños, de hacerlos reír, de incentivar jugarretas, de encantarlos con historias del tiempo pasado. El Arte de transmitir la savia profunda de las cosas permanentes, duraderas, el gusto por el trabajo creador. ¿Qué piden a cambio? Bondad y cariño. Esta es su hambre mayor.

Tengo presente también que la sociedad establece diferencias entre envejecimiento del hombre y de la mujer. Del hombre es más aceptable. Puede envejecer de una forma noble como una estatua de bronce, tener carácter y calidad. Para la mujer, la sociedad no perdona el envejecimiento. Exige que su belleza no cambie nunca. ¿Por qué? ¿Será la mujer apenas un objeto de placer para el hombre? Lamento profundamente que el envejecimiento de la mujer sea como flores que marchitan. (La TV continuamente ofrece esta imagen, la joven y la mujer aceptan este papel a cambio de dinero), mientras que el hombre debe ser más parecido al envejecimiento de la arquitectura, con la vieja creencia de que las mujeres deben amar a los hombres por su carácter y las mujeres deben ser amadas por la cualidad efímera, lo que llamamos de belleza física apenas.

Las mujeres de hoy (de cincuenta o más años) están perplejas. El problema va más allá de la menopausia, de los estiramientos de la piel de la cara. Tiene que ver con toda una imagen de identidad en una cultura enamorada de la juventud y sin ningún amor a las mujeres como seres humanos. Las mujeres de cincuenta años están en un estado de perplejidad y rabia. No llegó a suceder nada de aquello que esperaban. Mujer, ¿qué sucedió con los veinticinco años de protestas para no querer ser más unas “Barbies” de plástico? ¿Qué hubo de la rabia, del psicoanálisis y de los mitos de belleza?

Son hombres que obligan a las mujeres a temer el envejecimiento ¿o son las mujeres mismas que están aterrorizadas porque sólo conocen un tipo de poder, el poder de la belleza y de la juventud? Es necesario también preguntar: ¿quién impone los parámetros de la belleza?

Hoy se dan bofetadas por causa del vacío espiritual en el que se encuentran. Sin espíritu es imposible encarar que se envejece y se muere. ¿Y como pueden encontrar con facilidad las mujeres el espíritu en una sociedad en la que su más permanente identidad es la de consumidoras, en que toda la lucha por la autonomía e identidad choca con los implacables dictados del mercado; un mercado que las ve como consumidoras de todo y se prestan a ser vehículos de propaganda, desde carros, cosméticos y cirugía plástica?

¿Por qué la propaganda suprime la cuestión de la muerte cuando habla de la vejez, principalmente si la referencia es la mujer? Claro que no es agradable contemplar la propia muerte si la vida que llevamos no fue digna. Para esta propaganda, una vida digna no le sirve.

Muchos, tal vez se pregunten del tiempo perdido. Y yo aquí me acuerdo de un bello poema de Mario Quintana que dice: “Hubo un tiempo de sillas en la acera. Era un tiempo en el que había más estrellas. Tempo en el que los niños jugaban bajo la claraboya de la luna. Y el perro de la casa, era un gran personaje. Y también el reloj de la pared. Él no medía el tiempo simplemente, él meditaba el tiempo”.16

Otro escritor brasileño que tan bien nos coloca frente a la vejez, es Affonso Romano de Sant’Anna: “En verdad se debería envejecer blandamente. Nunca a los golpes. Los elefantes envejecen bien. Los vinos, mejor aún. Quedan ahí en los límites de su garrafa, en la espesura de su sabor, en la bodega del placer. Vienen envejeciendo y ganando vida, envejeciendo y siendo amados, y, porque viejos, deseados. Los vinos envejecen densamente y dan placer.

Uno debía ir gastándose, gastándose hasta desaparecer sin dolor, como quien caminando contra el viento, de repente, se evaporase. Y ahí iban a preguntar: ¿Dónde está fulano? Y alguien diría: se gastó, fue viviendo, viviendo y acabó.”17. Bilac decía que uno debería aprender a envejecer con los viejos árboles. Walt Whitman tiene un poema que dice: “Creo que podría vivir con los animales. Son tan plácidos y sufridos. Permanezco mirándolos  días e días sin cansarme. No preguntan, ni se quejan de su condición. No andan acordados por la noche, ni lloran por sus pecados. Y no se incomodan discutiendo sus deberes para con Dios. No hay ningún descontento, ni ganancia por la locura de poseer cosas. Nadie se arrodilla delante de los otros, ni delante de los muertos de su clase. ”18

Es necesario no olvidarse del arte de soñar. Quien es rico en sueños no envejece nunca. Puede alguien morir de repente. Pero mueren en pleno vuelo, lo que es muy bonito. Es como dice Alberto Caeiro. (Fernando Pessoa):

Y el tiempo pasa,

No nos dice nada.

Envejecemos.

Sepamos, casi maliciosos,

Sentirnos,

Teniendo a los niños

Por nuestros maestros

Y los ojos llenos de naturaleza.

Cuando digo pasado, no es como algo muerto y olvidado, sino como algo que llevamos con nosotros, que fecunda el presente y vuelve atractivo el futuro y así podré salvarme del miedo de la muerte para que sea capaz de morir dignamente.

Guimarães Rosa dice que los ríos no quieren llegar, ellos quieren quedarse más anchos y más hondos.

Y para terminar, Cecília Meireles dice: “Debíamos ser como la flor que se cumple sin pregunta. La cigarra quemándose en música, al camello que mastica su larga soledad. El pájaro que busca el fin del mundo, el buey que va con inocencia para la muerte. Sé así cualquier cosa serena, libre, fiel. No como los demás hombres.”19

Y Oscar Bertholdo:

 (…)

Todos los caminos caben

En la silla mecedora.

De saberse sin prisa

Incluso sin haber llegado.

La vejez es un jarro

Tan frágil de alegrías,

Tan lleno de ocasos” 20

 “Un animal, al envejecer conserva su gracia. ¿Por qué la bella arcilla humana (el hombre) se estropea así?”. 21

Cito algunos escritores (as) más, pensadores (as) y lo que dijeron sobre a vejez:

 «La  vejez anuncia al hombre su destino: el  hombre insensato, que al final todos somos más o  menos, tiende a rehusarla, maquillándola, disfrazándola mientras puede y después encerrándola lejos de la vista y del corazón. El reverso de la medalla es el culto de la juventud. Televisiones, radio, publicidad, ocio, están cada vez más diseccionados para los jóvenes y adolescentes. Pero bajo el lema «el futuro pertenece a los jóvenes» está normalmente más una apuesta comercial que una verdadera preocupación social. En un mundo en el que la apariencia es todo, las arrugas no tienen derecho a la vida«. (Esther Mucznik)

 La vejez  con sus agruras llega para todos. Yo no me rebelo contra la orden universal de la vida. Aprecié muchas cosas- la compañía de la familia, de los amigos y la puesta del sol. Observé plantas creciendo en la primavera. De vez en cuando tuve una mano amiga para apretar. Una que otra vez encontré un ser humano que casi me comprendía. ¿Qué más puedo querer?” (S. Freud)

 “No me gustaría morir de ninguna manera, pero si llego a hacerlo algún día, que sea a los 500 años de edad y por evaporación lenta”. (Leonora Carrington)

 La vida sólo puede ser comprendida mirando hacia atrás, pero ha de ser vivida hacia adelante”. (Soren Kierkegaard)

 “Los primeros cuarenta años de vida nos dan el texto; los treinta siguientes, el comentario”. (A. Schopenhauer)         

“Para pesar la vida en una balanza justa, debemos siempre recordarnos de la fragilidad humana”. (Plinio, el antiguo)

“Ahora que soy viejo aprendo el Sol en los ojos, el agua en la garganta. Me prendo en lo que puedo y en lo que espero y riego los jardines y canto”. (Delmino Gritti)

 Envejecer no es contar tiempo,

Es aceptar el rumor silencioso del Cuerpo,

Pequeño grito de una hoja

Cayendo del ramo y

Estremecimiento de sombra en la quietud. (Delmino Gritti)

 

“El secreto de una buena vejez es hacer un conveniente contrato con la soledad: Esto quiere decir: saber merecerla y  preservarla”. (Gabriel G. Márquez)

 “Cuando mueras, sólo llevarás aquello que hayas dado”. (Sabiduría árabe)

 “La vejez es cuando un día las muchachas comienzan a tratarnos con respeto y los muchachos sin respeto ninguno”. (Mario Quintana)

 “La vida es un viaje sin billete de vuelta. Resta el consuelo del álbum de fotos: la memoria”. (Frei Betto)

 “Tiene sueños hondos la vejez. El tiempo se abre para adentro”. (Oscar Bertholdo)

 Carlos Drummond de Andrade, refiriéndose a un retrato juvenil de Cecília Meireles, dice: “Lo más  extraordinario no es la muchacha bonita que ella fue. Es la anciana bonita que ella es”.

 “Vuélvete viejo luego, si quieres ser viejo por mucho tiempo”. (Cícero)

 “El olvido, bálsamo devorador de la memoria, es una dádiva, pero es también un arte”. (Casimiro de Brito)

La vejez empieza cando se pierde la curiosidad”. (José Saramago)

 “La ciencia alarga la vida, pero ¿cómo se corta la muerte?” (Roberto Juarroz)

 “Si eres viejo y sabes ser viejo, ¡OH, cuánto sabes!(Antonio Porchia)

“La juventud vive de juventud y la vejez de tiempo”. (Antonio Porchia)

  La vida se mide por su intensidad, no por su duración”. (Avicena)

  Envejecer es pasar de la pasión a la compasión”. (A. Camus)

“Saber envejecer es la obra maestra de la sabiduría, y uno de los capítulos más difíciles en el gran arte de vivir”. (H. Melville)

 La vida de uno no es lo que sucede, sino lo que uno recuerda y cómo lo recuerda”. (G. G. Márquez)

No me siento de ninguna edad. Si hay alguna edad, quizá sea la infancia; la eternidad y la infancia”. (Marguerite Yourcenar)

Porque eso son los viejos:

la cuerda, la Ligazón que hay entre la vida y el abismo

De la muerte. (F. G. Lorca)

 

¿Por qué no recuerdan los viejos

Las deudas ni las quemaduras?

 

La muerte será de no ser

¿O de sustancias peligrosas?

Cuando se fueron los huesos

¿Quién vive en el polvo final?

(Pablo Neruda)

 

“Unas gotas de luna en los ojos de los ancianos ayudan a bien morir”. (Jaime Sabines)

 Voy a envejecer para todo. Para el amor, para la mentira. Pero nunca envejeceré para el asombro. Siempre me seguirán asombrando las cosas elementales”. (Chesterton)

 ¿Tenemos un espléndido pasado por delante? Para los navegantes con ganas de viento, la memoria es un puerto de partida”. (Eduardo Galeano)

 El tiempo, que fue nuestra partera, será nuestro verdugo. Ayer el tiempo nos dio de mamar y mañana nos comerá. (E. Galeano)

 Oda a la edad

 Yo no creo en la edad

Todos los viejos

Llevan en los ojos un niño,

Y los niños a veces

Nos observan

Como ancianos profundos.

(Pablo Neruda)

 

Los Indios Viejos

 Los hombres viejos, muy viejos, están sentados

Junto a sus cabras, junto a sus pequeños animales mansos.

Los hombres viejos están sentados junto a un río

Que siempre va despacio.

Ante ellos el aire detiene su marcha,

El viento pasa, contemplándolos,

Los toca con cuidado

Para no desbaratarles su corazón de ceniza.

 

Los hombres viejos sacan al campo sus pecados,

Este es su trabajo.

Los sueltan durante el día, pasan el día olvidando,

Y en la tarde salen a lazarlos

Para dormir con ellos calentándose.

(Joaquín Pasos-Granada)

 

“Cuando nacemos, en general, somos envueltos por brazos protectores. Es mi ambición que cuando sea vieja, muy vieja, también sea envuelta por brazos protectores cuando lo necesite, ojala por los mismos seres a quienes les brindé protección, de esta manera cumplir el ciclo de la vida como me siento que debe ser”. (Ana Arroba)

 Con la edad (ser más viejo) se gana paciencia, más serenidad y madurez por supuesto. Puede ser también que los años le regalen a uno más lucidez, porque las cosas empiezan a verse no sólo con los ojos del presente sino también con los del pasado, y entonces uno puede tener una visión más aproximada del futuro. Pero también cuando uno se hace más viejo, el cuerpo se va deteriorando y la energía cambia, aunque el cuerpo es la meseta donde se apoyan las cosas del espíritu”. (Mario Benedetti)          

 “Las personas viejas tienen la muerte y las personas jóvenes tienen el amor; la muerte llega apenas una vez, y el amor, muchas veces”. (Yasunari Kawabata)

Sólo en la vejez la mesa queda repleta

De ausencias.

(…)

Envejecí,

Tengo mucha infancia por delante. (Fabricio Carpinejar)

 “Todos desean vivir por mucho tiempo, pero nadie quiere llegar a ser viejo”. (Simone de Beauvoir)

 “Los únicos que están realmente muertos son aquellos que han sido olvidados”. (Proverbio Judío)

 “Muerte, desperdicias tu tiempo sobre mi vida herida, pues aquel que nunca vivió no morirá.” (Francisco Quevedo)

 Preguntaron a Diógenes (el filósofo) cual era la cosa más miserable de la vida, dijo: El viejo pobre”.

“La idea de la muerte es lo único que templa nuestro espíritu”. (C. Castaneda)

“Mi fuerza es no haberle encontrado respuesta a nada”. (Emil Cioran)

 “Quien practica la filosofía correctamente aprende a morir y no teme la muerte”. (Sócrates)

 “De lo que me queda de la vida, me preocupa no tener la serenidad que necesito para envejecer  correctamente y vivir sin molestar a nadie”. (Félix Grande)

“Solamente tenemos un recurso frente a la muerte: hacer arte antes que ella”. (René Char)

“Llevar la decrepitud como una flor. O como una corona. Es envidiable el otoño, la segura y hermosa dignidad con que se acuestan las hojas de los árboles sobre la tierra. Es envidiable al invierno de esas latitudes donde la nieve y el silencio se parecen a la sabiduría que nos seduce por su ausencia de sombra”. (Blanca Varela)

 “Observando los rostros descifré la labor del tiempo que avanza sin cesar noche y día, ese tiempo que huye de nosotros y nos abandona tan furtivamente que parece detenerse sin cesar pero que nunca acaba de correr; hasta tal punto que no se puede pensar en el presente sin que haya pasado; el Tiempo, que siempre avanza sin volver atrás, como el agua que baja sin que ni una sola gota puede remontar a la fuente; el Tiempo, a quien nada se resiste, ni el hierro, ni cosa alguna por dura que sea, pues todo lo corrompe y devora; el Tiempo que cambia, nutre y hace crecer todas las cosas; y que todo desgasta y todo lo pudre; el Tiempo que hace envejecer a nuestros padres, a los reyes, a los emperadores y a nosotros mismos. La mayor ilusión del ser humano es creer que el Tiempo pasa. El Tiempo es orilla. Nosotros pasamos y él da la impresión de correr”. (Akenaton)

La vejez. En principio, por la coherencia con la memoria. Somos seres con memoria, sin ella no seriamos nada. La memoria sustenta la amistad, y la energía de la edad, también. Cuando quieres ver tu rostro, miras en un espejo; pero cuando quieres saber quién eres, te miras en el rostro de un amigo, porque el amigo es otro yo”. (Emilio Lledó)

 “Los que viven en la vejez son tiempos frontera. Los recorres, pero siempre mirando lo que ha acontecido en la vida y sin ese camino no te encuentras con la amistad, eres el ser más desgraciado de la vida”. (Fernández Alba)

 “Seguramente no hay una vida después de la muerte, pero fijo que hay una vida antes de la muerte, y hay que construirla tan rica como podamos”. (Jean-Claude Carrière)

 Usted

Usted que es una persona adulta

-por lo tanto-

Sensata, madura, razonable,

Con gran experiencia y que sabe muchas cosas,

¿Qué quiere ser cuando sea niño? (Aníbal Niño)

 

(…)

“Alguien me habló todos los días de mi vida al oído, despacio, lentamente. Me dijo: ¡vive, vive, vive! Era la muerte. (Jaime Sabines)

 “Bastante raro que el pasado esté siempre tan presente”. (Carlos Villamil)

 “Quien posee la facultad de ver la belleza, no envejece”. (F. Kafka)

 La vejez nos hace más arrugas en el espíritu que en la cara”. (Michel de Montaigne)

 Envejecer aún es la única manera que se descubrió de vivir mucho tiempo”. (C. Saint-Beuve)

 “Saber envejecer es la obra prima de la sabiduría y uno de los capítulos más difíciles en la grande arte de vivir”. (Hermann Melville)

Envejecer sin agriarse como los buenos vinos”. (Cicerón)

Envejecer es como escalar una gran montaña: mientras se sube las fuerzas disminuyen, pero la mirada es más libre, la vista más amplia y serena”. (Ingmar Bergman)

 “Vieja madera para arder, viejo vino para beber, viejos amigos en quien confiar y viejos autores para leer”. (Francis Bacon)

 “Una bella ancianidad es, ordinariamente, la recompensa de una bella vida”. (Pitágoras)

“Los que en realidad aman la vida son aquellos que están envejeciendo. (Sófocles)

“Los viejos son más demorados en recordar porque tienen más historias en la memoria”. (Delmino Gritti)

“La vida: el pasado que vemos deprisa, el presente que no podemos congelar, el futuro demasiadamente incierto”. (Delmino Gritti)

 “Ahora sé la mitad de las cosas que juzgaba saber cuándo tenía 18 años”. (Pablo Picasso (ya viejo).

 “No paramos de jugar porque envejecemos; envejecemos porque dejamos de jugar”. (G. B. Shaw)

“Reír es saludable. Cuando uno ha pasado toda la vida entre carcajadas, llegar a viejo con los pulmones cargados de oxígeno”. (Federico Fellini)

La edad nos enseña a ser un tanto más cordiales con nosotros mismos y a mirar el presente con mayor atención, a detenernos en el hoy de nuestra cotidiana posibilidad.

Los años se nos van en aprender a pasar de la orilla de la palabra a la orilla de la memoria, es decir, aprendiendo a llevar a buen término este viaje sentimental”. (Eugenio Montejo)

 “A veces, percibimos la vida más intensamente cuando la recordamos, con más tranquilidad que en el momento en el que transcurre”. (Hector Tizon)

 “Lo peor de hacerte viejo es que das por seguras demasiadas verdades: es cuando necesitas nuevas preguntas”. (Richard J. Roberts)

“Quedarse viejo es una experiencia fascinante. Cuánto más viejo usted se queda, más viejo usted quiere ser”.(Keith Richards)

“El cuerpo se arruga, es inevitable, pero no el cerebro. Mantén tu cerebro ilusionado, activo, hazlo funcionar y nunca se degenerará”. (Rita Levi-Montalcini)

“Si la vida es sueño, ¿por qué hemos de obstinarnos en negar que los sueños sean vida?” (Calderón de la Barca)

“Es necesario preparar un bastón en la juventud, para tener en qué se apoyar en la vejez”. (Kung-Tse)

 “Cuando me siento perdido y la oscuridad rodea mi corazón, yo canto canciones de mis abuelos y mis ancestros bailan a mí alrededor. Un indio nunca está solo”. (Howard Rainer)

 Caer

Caer
era entonces un verbo
casi divertido: me caí
de la cama, me caí
de la bicicleta, me
caí del patinete…

Ahora no.

A esta edad,
caer
es otra cosa.

Peor.

(Neorrabioso)

Lo-único-definitivo

(Mientras estamos vivos)

Es el dolor o sufrimiento.

Lo demás en la vida es puntuación,

Puntadas que nos dan

Las costureras de la muerte. Son

Llamadas parcas.

Nos meten en sus arcas

Y se acabó.

Coma, cedilla, acentos

Circunflejos y punto

Final. Pero el dolor continúa el asunto.

(Armando Uribe Arce)

 “Eso es lo bueno de la naturaleza y de la flor. Descomponerse sin horror. En cambio el ser humano y su obra ya ni se pueden componer sin horror”. (Fogwill)

La muerte es vía, no término. Morir es seguir viaje. La muerte es una victoria y cuando se ha vivido haciendo el bien, el féretro es un carro de triunfo. Por eso, cuando se alce el vuelo hay que tener limpias las alas”. (José Martí)

 “Si algún día dejamos de buscar y acabamos por no querer sino lo que ya somos, será señal que estamos maduros para la muerte”. (Gabriel Celaya)

“La vejez lleva en la voz cierta indulgencia y dulzura, y por decir así, almíbar: en algunos casos, a la verdad, la hace más áspera”. (F. Nietzsche)

“La vida es tan corta y el oficio de vivir tan difícil, que cuando uno empieza a aprender, ya hay que morirse”. (E. Sabato)

“Después de los cuarenta años la verdadera cara la tenemos en la nuca, mirando desesperadamente para atrás”. (Julio Cortázar)

 “Cuanto más se envejece, más tiempo se tiene para perder. (Henry Miller)

El tiempo es un niño que juega con los dados”. (Heráclito)

Jovem, tua juventude é provisória. Minha velhice é definitiva.

Si la muerte iguala a todos, ¿no podríamos practicar un poco de muerte en la vida?

 La pregunta

Un discípulo preguntó a Hejasi:

Quiero saber qué es lo más divertido de los seres humanos.

Hejasi, con piedad, contestó:

Los seres humanos piensan siempre al contrario. Tienen prisa por crecer, y después suspiran por la infancia perdida.
– Pierden la salud para tener dinero y después pierden el dinero para tener salud.
– Piensan tan ansiosamente en el futuro que descuidan el presente, y así, no viven ni el
presente ni el futuro.
– Viven como si no fueran a morir nunca y mueren como si no hubiesen vivido.

En el mundo sufí, queridos amigos, todo es diferente.

(…)

El silencio de los viejos en los bancos de las plazas

Que en tiempo antiguo sentaban enamorados,

Aparecen como los gatos cuándo hay sol,

Un espacio con tiempo de memoria,

Reúnen charlas y silencios llenos de certezas y mohos,

Silencios que los llevan lejos en el tiempo,

Más allá del horizonte,

Viaje que soñaron a la distancia

Que nunca se pierde el camino para el viaje adentro.

Ah, ¡los ojos de la vejez!

Llenos de sol pasado

Y de sombra futura

Condenados a tener

La niebla del presente

Como razón de ver.

Mapa en relieve de áspera geografía,

El rostro de las personas viejas.

De los abuelos, ¡qué infinito y nostálgico mirar y silencio!

En el azul limpio de sus ojos impregnados de sueños,

Sonrisas de milenios en sabiduría envolvidas.

En la plaza, en el bar, con navegaciones propias,

Cada uno con su mapa,

Cada mapa con sus puertos, velas y vientos,

Esperan cualquier cosa, tristezas crecidas presas en la mirada.

Estremecido quedo al mirarlos,

Adivinar en los ojos lo que fueron y

Deseaban ser y

También adivinar en que quedaron.

¿Cómo serán sus rostros

Cuándo sus heridas estuvieren cerradas?

(Delmino Gritti)

 

 

Delmino Gritti (1942). Licenciado en filosofía por la Universidad de Caxias do Sul. Desarrollé trabajos relacionados al libro desde 1965. Participé del libro “Matrícula(poesía) junto con Oscar Bertholdo, Jose C. Pozenato, Jayme Paviani y Ari N. Trentin, publicado en 1967. En 1969 fui premiado con el filme (cortometraje) “Hoy el susto electrónico” en el festival de cinema del Jornal do Brasil. El filme tuvo dirección de Alpheu Godinho y el guión y argumento de Delmino Gritti. En 2004, premio de poesía Nº 38° Concurso Anual de Caxias do Sul. En 2006, premiado por el Fundoprocultura de Caxias do Sul con el libro “De los ladrillos de la  Suméria a los megabytes pos-humanos del tercer milenio” y en 2008, nuevamente premiado por el Fundoprocultura de Caxias do Sul con el libro “Conc(s)iertos en do mayor para las pérdidas del espanto” (poesía).

Complementa el currículo con una propuesta de espacio personal en un contra país de un metro y setenta y tres kilos de peso situados entre la tierra y el mar.

Posee un PIB de dos salarios mínimos que son invertidos en alimentos para el estómago, para el cerebro y en costos de residencia.

Mis antepasados (los abuelos) provenientes de la lejana Italia, fueron instalados en medio de una selva llena de animales feroces. Sobrevivieron con mucho dolor y trabajo.

En mí esta marca continua intacta porque me lleva hasta las raíces. Mi infancia tuvo árboles, animales, pájaros, ríos, piedras. Tuve predominancias más vegetales que platónicas. Vengo enfermo de murmurios de mis raíces. Quién se aproxima de las orígenes se renueva.

“Viviendo se aprende. Pero, lo que se aprende más es hacer otras mayores preguntas”. (Guimarães Rosa)

                                                          (Traducción de María Isabel Ibarra Toro)

NOTAS:

1-Norberto BobbioDe senectud y otros escritos autobiográficos– Madrid- Ed. Taurus- 1997.

2Bruna LombardiDiário do Grande Sertão-Ed. Rio Gráfica-1986.

3Delmino GrttiSobre o livro e o escrever– Ed. Do Maneco- Caxias do Sul-R.S. 2002.

4Adélia PradoPoesia Reunida– Ed. Siciliano- S.P.1999.

5Clarice LispectorA Descoberta do Mundo– Ed. Francisco Alves- R.J. 1992.

6José EcheverriaAprender a filosofar preguntando con Platón, Epicuro, Descartes – Ed. Anthropos- Madrid- España- 1997.

7- João SilvérioAna em Veneza– Ed. Best Seller Círculo do Livro – S.P.1994.

8Rubem AlvesO retorno e Terno– Crônicas- Papirus Ed.-S.P. 1992.

9Clarice LispectorA Descoberta do Mundo– Ed. Francisco Alves- R.J. 1992.

10Alain SauryLa vida autosuficiente- revivir con la naturaleza– 2 vols. Ed. Blume- Barcelona-  España- 1987.

11E. M. CioranEl libro de las Quimeras– Ed. Tusquets- Barcelona- España-1996.

12Fernando PessoaObra Poética– Ed. José Aguilar Ltda. – R.J. 1960.

13Miguel Torga– Diário- vol. XVI- 1941-1993– Gráfica Coimbra- Portugal.

14Thiago de MelloFaz escuro, mas eu canto –Ed. Civilização Brasileira- R.J. -1968.

15Lawrence DurrellLa celda de Próspero– Ed. Edhasa- España-1999.

16- Mario QuintanaCaderno H- Ed. Globo- Porto Alegre- R.S. 1973.

17Affonso Romano de Sant’AnnaO homem que conheceu o amor– Ed.Rocco- R.J. 1988.

18Walt WhitmanObra poética completa– 4 vols.- Ed. Río Nuevo- España-1985.

19Cecília MeirelesCrônicas de Viagem– 3 vols. Ed. Nova Fronteira- R.J.1999.

20Oscar BertholdoBocca Chiusa– Ed. EDUCS- Caxias do Sul- R.S. 1996.

21Antoine de Saint-ExupéryTerra dos Homens– Ed. Nova Fronteira-R. J. 1988.

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