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Azahara Palomeque: La Inteligencia Artificial vapulea el futuro del trabajo. Europa

Varios estudios pronostican la desaparición de millones de puestos de trabajo como consecuencia de los diferentes usos y desarrollos de la Inteligencia Artificial. La clase media y los trabajos feminizados serían los más afectados.

Se puede afirmar sin titubeos que una de las mayores preocupaciones en los centros de poder occidentales es el futuro del trabajo. Desde quienes apuntan a las sustanciales mudanzas en el mercado laboral como consecuencia de la crisis climática, hasta los fenómenos azuzados por la COVID-19 –como la llamada ‘Gran Dimisión’– pasando por el impacto que tendrá la Inteligencia Artificial (IA), los debates no paran de sucederse. Específicamente, los efectos de la IA en el empleo ocuparon buena parte de la reunión que mantuvieron los congresistas estadounidenses en el Capitolio con Sam Altman, creador de OpenAI (la empresa que inventó ChatGPT), quien no supo detallar las disrupciones que traerá su criatura. Aunque los distintos actores políticos y económicos difieren en cuanto a los números, existe unanimidad a la hora de afirmar que habrá cambios drásticos, una gran conmoción que, dependiendo de cómo se gestione, puede acabar con millones de personas en la calle.

Millones de afectados

Los peores augurios vienen de la mano de Goldman Sachs. Según un informe reciente de la multinacional bancaria, 2/3 de los trabajos actuales en EE.UU. y en Europa podrían estar sujetos a algún tipo de automatización provocada por la IA generativa, y sería esta tecnología la causante de la pérdida de 1/4 del empleo en dichas regiones. Extrapolados los datos a nivel global, se estima que desaparecerían 300 millones de puestos de trabajo. Aunque algunos expertos apuntan a la creación de nuevas profesiones y un posible incremento de la productividad en algunos sectores, estos avances son más difíciles de predecir y dependerían tanto del desarrollo de la tecnología como del marco regulativo en que esto ocurra. En este sentido, es significativo que la nueva Ley europea sobre Inteligencia Artificial haya dejado fuera de la clasificación como “alto riesgo” el uso de estos sistemas generativos en el mercado laboral y en entornos educativos, lo cual añade más incertidumbre a un tejido social atravesado por la inflación y la guerra en Ucrania.

Mucho más detallado es el último estudio realizado por el Foro Económico Mundial (FEM), conocido como “Foro de Davos” y radicado en Suiza. FEM pronostica que un 23% del mercado mundial experimentará una sacudida debido a varios factores, entre los que destaca la IA, pero también una tendencia a la desglobalización –o relocalización, el término utilizado en la investigación medioambiental– y la transición hacia una economía verde. Así, proporciona números más halagüeños: 83 millones de puestos de trabajo serían eliminados, pero, a cambio, se crearían 69 millones a nivel global. En cualquier caso, los riesgos seguirían siendo notables, principalmente impulsados por la ralentización del crecimiento económico, una subida del coste de los insumos y la reducción del poder adquisitivo de la ciudadanía. Es relevante que en los ámbitos académicos ecologistas se estén discutiendo circunstancias similares, relacionadas con el agotamiento de los recursos naturales y las adversidades climáticas, cuestiones que no suelen tenerse en cuenta en los círculos financieros. El último libro de Gonzáles Reyes y Almazán realiza un análisis pormenorizado por sectores en un contexto de colapso ecosocial, y prevé la disminución de empleos (en el turismo, la pesca, la ganadería, etc.) bien por su carácter insostenible o el daño medioambiental que causan.

Trabajos de clase media y feminizados

La dominación del tejido productivo por parte de la IA presenta algunas novedades: a diferencia de otras épocas en que las máquinas han sustituido el trabajo manual, ahora estaríamos hablando de “tareas que requieren razonamiento, comunicación y coordinación”, asegura el informe del FEM, o, como afirma The Guardian“trabajos de clase media”. Una lectura comparativa de los documentos citados, junto a la investigación de Business Insider, nos devuelve los siguientes empleos amenazados: aquellos que requieren análisis o procesamiento de datos en el ámbito tecnológico (incluyendo programadores e informáticos); análisis de mercado o financiero (asesores fiscales, gestores, profesionales del marketing); asistentes de varios tipos; diseñadores gráficos, periodistas y creadores de contenido en general; y hasta abogados y profesores, aunque en torno a la docencia hay discrepancias, pues para el éxito de los procesos pedagógicos son importantes la interacción humana y la empatía. Además, un estudio citado por Bloomberg subraya el sesgo de género en los peligros laborales que entraña la IA, la cual podría reemplazar a miles de mujeres en puestos tradicionalmente feminizados, como el de secretaria, traductora, o personal de recursos humanos. A grandes rasgos, el análisis del mercado laboral español efectuado por FEM coincide con los sectores identificados como en decadencia internacionalmente, aunque el mayor varapalo estaría desencadenado por la caída del crecimiento global.

Ante este panorama nada alentador, cabe preguntarse, con pensadoras como Yayo Herrero, qué sentido tiene el trabajo como vía de acceso a distintos derechos sociales (sanidad, pensión) y de qué manera orientar la política hacia la obligación de “proteger personas”, no sectores económicos; o por qué las cifras de empleo siguen dominando la opinión pública en lugar de hacerlo la utilidad social del mismo, de acuerdo con David Graeber. Este último autor ya abogaba por la implementación de una Renta Básica Universal (RBU) con el objetivo de blindar cierto bienestar al ciudadano y ahorrarle el desgarro moral que conlleva dedicarse a un “trabajo de mierda”. Puede parecer mentira, pero no hace tanto que los empresarios de Silicon Valley, incluido el mismísimo Altman, abrazaban también esta medida, conscientes de la inestabilidad social que provocarían sus hazañas algorítmicas. Buscar herramientas de protección colectiva, comunitaria, y no sólo predecir la catástrofe empieza a tornarse perentorio en un mundo plagado de incertidumbres.

Fuente: https://www.lamarea.com/2023/07/12/la-inteligencia-artificial-vapulea-el-futuro-del-trabajo/

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Yo no te creo: un recorrido histórico del descrédito de las víctimas de violencia sexual en la infancia

Por: Jara Molina

 

Todo el mundo parece sentir algo más que repugnancia ante la palabra pederastia pero, cuando sucede, nuestra falta de acción denota que lo percibimos como una realidad aislada: jamás en mi familia, imposible en mi barrio, improbable en mi pueblo, quizás en otro lugar, allí donde los monstruos son reales. Sin embargo, según el Consejo de Europa, 1 de cada 5 niños es víctima de abuso sexual infantil en Europa. Save the Children estima datos similares para España y añade que la mitad de estas violencias ocurren dentro de la propia familia, mayoritariamente perpetradas por el padre.

A pesar de la extensión de estos abusos, solo el 15% de los casos se denuncian. Y de esos, según refleja el informe Violencia institucional contra las madres y la infancia, el 86% se archiva sin llegara juicio, siendo el descrédito la causa fundamental de la perpetuación de las violencias sexuales contra la infancia a lo largo de la historia, por lo que finalmente los condenados por violencia sexual infantil son muy pocos de los agresores. Una causa fundamental de esta desestimación de denuncias dentro de la familia, según ha puesto sobre la mesa el mismo informe, es la aplicación continuada del Síndrome de Alienación Parental, un falso síndrome que desacredita a las víctimas que se atreven a romper el silencio.

Y es que de acuerdo con la experta en trauma Judith Herman en su libro Trauma & recovery (1992), el descrédito por sí solo es la causa fundamental de la perpetuación de las violencias sexuales contra la infancia a lo largo de la historia y lo que desconecta a la víctima de la sociedad junto con la posibilidad de sanar el trauma. De modo que, si tomamos perspectiva,  no es difícil comprobar que estas víctimas, que en su mayoría han sido siempre mujeres, han sido desatendidas por la sociedad cuando no directamente acalladas de diversas formas; y los graves síntomas del abuso, que afectan a toda una vida, invalidados desde los albores de nuestra civilización.

De histéricas a poseídas

La palabra histeria proviene del griego antiguo ὑστέρα, cuyo significado es útero. Muchas de las denominadas histéricas debían de haber sido víctimas en su infancia pues padecían de una serie de síntomas que coinciden con los de los actuales trastornos derivados fundamentalmente del abuso infantil: TID (Trastorno de Identidad Disociativo) y TLP (Trastorno Límite de la Personalidad). Tanto las histéricas del pasado como las personas con estas condiciones de la actualidad sufren desde importantes problemas para la regulación emocional hasta flashbacks, convulsiones e intentos de suicidio.

En aquel entonces, donde la curiosidad dio inicio a la primera filosofía y la primera ciencia con teorías incipientes sobre el devenir, los átomos y clasificaciones biológicas, al parecer nadie quiso saber de dónde provenían tales síntomas tan llamativos. Se conformaron con señalar poco más que las histéricas sufrían de cosas de mujeres, que el útero se desplazaba y afectaba a la psique. Y es significativo que en la actualidad digamos “no seas histérica” para decir “no exageres”, como si la histeria consistiera en eso, en exagerar.

Aunque en cierto modo el diagnóstico no fuera del todo desacertado, porque sí había un ser pérfido abusando de muchas estas víctimas (probablemente su padre), el tratamiento del exorcismo supondría no solo una revictimización en este tipo de casos, sino también un nuevo modo de ocultar el abuso invalidando cualquier mensaje de la víctima. Sus síntomas eran achacados a un suceso esotérico en vez de a la perversión paterna, su mensaje de denuncia, acusado y condenado por provenir directamente del diablo: no se me ocurre un descrédito más hostil.

Experimentos al florecer de la ciencia

Entrado el positivismo, ya en el siglo XIX, cabría esperar un estudio más científico y acertado de lo que ocurría a las personas con la sintomatología que hemos descrito anteriormente. Y en algún modo, así fue. Sin embargo, las denominadas histéricas fueron sometidas en la famosa clínica de Jean-Martin Charcot a un sin fin de experimentos abusivos carentes de ninguna ética en favor de la disciplina científica. En la Salpêtrière, el neurólogo de moda creó un auténtico espectáculo público en el que como un mago al amparo de la ciencia producía ataques convulsivos, contorsiones y otras reacciones derivadas de trauma en sus pacientes histéricas.

Contrariamente a su mentor Charcot, los condiscípulos Freud y Janet se interesaron por las causas de la histeria, aunque tal vez, de acuerdo con la mentalidad racionalista del momento, más por demostrar la superioridad de la ciencia sobre la fe que por ofrecer una solución a aquellas mujeres víctimas de abuso. Entrevistando a las afectadas, llegaron a la conclusión de que el abuso en la infancia era una constante entre aquellas mujeres enloquecidas.

La frecuencia del abuso sexual fue expuesta por a finales del siglo XIX por Tardieu, quien también reveló que era una violencia bastante frecuente donde el agresor era un familiar y que la agresión a menudo no dejaba señales físicas

La frecuencia del abuso sexual realmente ya había sido expuesta por el médico Auguste Ambroise Tardieu a finales del siglo. Tardieu revelaba en sus estudios que era una violencia bastante frecuente donde el agresor era fundamentalmente el padre o un hermano mayor de la víctima, que la agresión a menudo no dejaba señales físicas y que la “educación superior” no inhibía a los hombres de cometer ese abuso. La preocupación por el abuso a la infancia empezaba a tenerse en cuenta por primera vez en la historia.

Y para cuando Freud quiso exponer su primera teoría, según relata Moussaieff Masson —el custodio y estudioso de los archivos privados del creador del psicoanálisis— en su Asalto a la verdad (1992), ya estaban publicados los argumentos defensores del agresor. En estos se partía de la premisa de que un padre respetable nunca cometería ese tipo de abusos por lo que se trataba necesariamente de falsas acusaciones para llamar la atención, de fantasías infantiles o ideaciones de mujeres mentirosas. “La enormidad de la acusación destruye su probabilidad” diría Gamier en su estudio sobre una joven histérica que había acusado de incesto a su “honorable” padre y que ingresaría en el manicomio tras insistir en sus inverosímiles declaraciones.

Nadie estaba dispuesto a asumir que aquellas muchachas, algunas hijas de reputados hombres poderosos, podían haber vivido lo que ellas contaban. Hacerlo implicaría un escándalo que afectaría hasta los círculos de poder más elevados y terminaría con la idea de un hermoso jardín europeo, civilizado y elegante. De modo que la verdad de las histéricas, aquella amenaza al statu quo que desenterraría los trapos sucios de toda una clase social pronto fue acallada y encerrada en el manicomio con sus portadoras. Ante la presión a la que se sometió su teoría, el propio Freud prefirió dar un paso atrás y buscar otra explicación a su descubrimiento, una que la sociedad, o por lo menos los hombres respetables que la dominaban, sí estuvieran dispuestos a aceptar.

Tras la retractación de Freud, fantasiosas sexuales

Si el abuso sexual como causa era inaceptable, solo cabía borrarlo, acudir al propio descrédito que aplica siempre tanto el abusador como el que no quiere creer en el abuso. Las historias solo podían ser inciertas, posibles imaginaciones, fantasías, tribulaciones que pasaban por sus mentes, quizá a causa del miedo o del deseo. Y así Freud desarrolló su nueva teoría, equivocándose, porque los síntomas de la histeria actualmente se explican por trauma en la infancia; una retractación que solo se comprende si entra en juego la falta de aceptación social de lo inicialmente propuesto.

En los juicios de los 80, problemas de memoria. Pero el argumentario de que el recuerdo de las víctimas de abuso es incierto no terminó con Freud. A pesar de que los síntomas de las mujeres con histeria, se han demostrado ya causados por trauma gracias a estudios con veteranos de guerra traumatizados (tuvieron que sufrirlo los hombres para que por fin se resolviera el misterio), el cuestionamiento de las víctimas continúa por la vía judicial.

Cuando se publica en EE UU la ley de protección a la infancia, se inicia una explosión de denuncias a progenitores por parte de personas adultas que habían vivido abusos en su niñez y con ellas llega el falso Síndrome de las Falsas Memorias

Así, cuando en la década de los 70 se publica en EE UU la ley de protección a la infancia, se inicia una explosión de denuncias a progenitores por parte de personas adultas que habían vivido abusos en su niñez. De nuevo se abría la puerta del horror, la sociedad empezaba a despertar pero no llegó a abrir los ojos.

El descrédito llegó de la mano del falso Síndrome de Falsas Memorias apoyado en los estudios de Elisabeth Loftus, las declaraciones como testigo de la propia Loftus y la fundación asociada (False Memory Syndrome Foundation) creada por progenitores denunciados. El supuesto Síndrome de Falsas Memorias alude a la falibilidad de la memoria, su posible alteración y, por tanto, a su escasa validez como prueba en un juicio por abuso infantil ocurrido hace décadas. El problema, tal y como coinciden las investigadoras en psicología Anne P. DePrince, Carolyn B. Allard, Hannah Oh y Jennifer J. Freyd en su artículo What’s in a Name for Memory Errors? es que si invalidas el recuerdo de las víctimas y su estado psicológico consecuente con motivo de ese supuesto síndrome, ¿qué otra prueba se puede conseguir tantos años después de que el abuso existió? Por naturaleza el abuso se produce sin testigos, muchas veces no causa señales físicas y, años después, difícilmente puede quedar algún rastro de él.

Si bien es cierto que la memoria es en cierto modo maleable y manipulable, no se ha demostrado que se pueda implantar la memoria de un recuerdo traumático, y el Síndrome de Falsas Memorias no ha contado con respaldo científico suficiente, de modo que nunca se ha incluido en ningún DSM (el manual diagnóstico por excelencia). En cambio, el síndrome descrito se ha usado en cientos de juicios a veces cuando incluso existía una corroboración externa del recuerdo de la víctima. Parece un recurso estratégicamente diseñado para defender al acusado y desacreditar de nuevo a víctimas permanentemente silenciadas. De hecho, Elisabeth Loftus también ha tratado de desarmar las acusaciones colectivas de abuso a Harvey Weinstein que originaron el MeeToo empleando el concepto de “falsas memorias”, así como de otros agresores sexuales. No es que los niños sean manipulables, es que todas las víctimas de abuso son desacreditadas desde las estructuras de poder.

Acusadas, criminalizadas, encarceladas

Uno de cada cinco lo sufren, pero cuando una madre se atreve a ir al juzgado y denunciar, el 86% de las denuncias se sobresee. No importan los informes pediátricos o psicológicos, no importa que el menor lo cuente, si se puede intuir una motivación espúrea de la madre como que quiera la custodia exclusiva y muestre animadversión hacia el padre, la aplicación del denominado Síndrome de Alienación Parental (SAP) es un hecho. Y evidentemente cualquiera que sospeche del abuso a un hijo va a querer la custodia exclusiva y rechazará al abusador.

Este nuevo falso síndrome, según plantean, por ejemplo, los autores de “La lógica del Síndrome de Alienación Parental de Gardner” en la Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría, parece perfectamente diseñado para defender a acusados de pedofilia intrafamiliar y tampoco ha sido reconocido por los organismos competentes en la materia. Se fundamenta en una serie de síntomas nada raros si se da realmente el abuso infantil. Esto es así hasta el punto de que para no confundirlo con el abuso infantil verdadero, su creador Richard Gardner tuvo que añadir posteriormente, como elemento de diagnóstico, la coletilla “y no debe ser víctima real de abuso”.

Es decir, todo lo que podría ser prueba del abuso, como la aversión del niño al progenitor acusado, la propia narración del abuso o sus problemas emocionales o psicológicos, si no se demuestra fehacientemente y por su propio lado el abuso en sí, se convierte en supuesta prueba de que la madre lo está alienando. Incluso pruebas pediátricas que revelan indicios de abuso terminan convirtiéndose en argumento de que la madre está “obsesionada” y sobreexpone a la niña a “reiteradas exploraciones médicas” probando así la supuesta manipulación materna.

Y es que probar el abuso en sí no es nada fácil porque rara vez deja señales físicas. De modo que para el que no quiere creer, la explicación es simple: todos mienten, las madres, los hijos y si hace falta los psicólogos y los pediatras que se atrevan a evaluarlos. No por nada la ONU acaba de advertir recientemente en un informe de que el SAP se está empleando mundialmente para enmascarar y encubrir violencias contra las mujeres y los niños o ha llamado la atención a nuestro país hasta en 5 ocasiones por ello.

Todo lo que podría ser prueba del abuso se puede convertir en supuesta prueba de que la madre lo está alienando e incluso las pruebas pediátricas terminan convirtiéndose en argumento de que la madre está “obsesionada”

El asunto del falso SAP llega tan lejos que en muchos casos la madre termina perdiendo la custodia en favor del acusado e incluso juzgada y encarcelada por resistirse a las visitas programadas o asumir la custodia establecida, porque ese arrancamiento forzoso del niño a su madre es la terapia planteada para el SAP por su creador. Así, los niños todavía sufren una situación más vulnerable que sus madres: revictimizados, ignorados y entregados a su abusador por la propia justicia.

Parece que los jueces actuales sentencian partiendo de la misma premisa y con los mismos falsos argumentos de aquellos respetables hombres de mediana edad del siglo XIX, esos que cuentan con el privilegio de ser inmunes a la violencia sexual y de decidir a quiénes debemos creer bajo la sombra del sistema patriarcal. Y les resulta muy fácil porque se trata de creencias bien arraigadas en el acervo cultural tras siglos y siglos de historia de descrédito.

Ante el descrédito

La CEDAW ha recibido recientemente cinco informes que denuncian la violencia institucional que ejerce la justicia contra las madres en nuestro país. España tendrá que dar la cara en la ONU, pero la amplificación mediática y social de la situación dista mucho de ser la adecuada a la gravedad.

Muchos pensarían que organizarse colectivamente podría suponer una respuesta, y no cabe duda de que lo es, pero no por ello el descrédito y el riesgo de denunciar parece desaparecer sino que genera una reacción mayor. Como ejemplo, a la asociación de madres que estaban viviendo este problema en años pasados, Infancia Libre, se la ha criminalizado desde la propia policía con un informe falseado realizado a partir de declaraciones de los padres acusados sin ningún tipo de verificación; informe que los jueces han convertido en herramienta para sentencias de madres que ni siquiera pertenecían a la asociación y que el circo mediático supo poner en primera plana.

Sin embargo, parece que no estuvieran en ningún lugar, parece que a pesar de la evidencia, las mujeres siguen siendo unas exageradas, que ahora las palabras del diablo son las palabras de la supuesta madre alienante que susurra al oído de su hijo, que el recuerdo traumático sigue siendo inverosímil, sujeto a la sugestión terapéutica o materna, pura fantasía freudiana. Y sobre todo, parece que no lo podemos asumir, que no, que nada amenace el statu quo, que nada me haga dejar de creer en un mundo sin fealdad.

El discurso imperante es claro e incluso las propias víctimas lo integran a la perfección: no, no puede ser, será otra cosa, estarás exagerando, te lo habrás imaginado, porque no, no lo puedo creer. Imposible creer cuando no se está preparado. Y es que el abuso es demasiado horrible, tanto que no puede existir, mejor relegado, mejor en secreto, mejor cambiar de tema, que esto me pone mal cuerpo. Nos incomoda, preferimos no escuchar, seguir creyendo que el mundo es un lugar bello, confiar en que los monstruos tienen un solo ojo, color verde y qué se yo; cualquier cosa menos que viven entre nosotros con nuestra propia apariencia.

Quizá sea algo natural, que más allá del interés del abusador en desacreditar a la víctima, todos tengamos interés en desacreditarla porque creerla es un ejercicio demasiado valiente. Creerla significa renunciar a sentirse segura porque es reconocer que sí, que aquí, en tu entorno, también puede estar ocurriendo. Creerla significa sentirse aún más vulnerable porque ni la sociedad ni la justicia parecen ser equilibradas después de lo visto. Creerla significa asumir que el poder goza de privilegios indignos en cualquier tipo de ámbito. Pero debemos creer a la víctima porque es el único modo de que todo eso que no queremos asumir pueda algún día desvanecerse y porque solo con una sociedad humana, las víctimas pueden volver a creer en la humanidad y sanar la herida.

Somos una sociedad inmadura que vive en estado de negación. Igual que la madre negligente que decide no entrar a ver qué ocurre una vez se cierra aquella puerta, somos cómplices del abuso. Pero debemos creer a la víctima porque uno de cada cinco niños están esperando que la sociedad por fin se haga cargo.

Fuente de la información: El Salto

Foto: Niñas y niños juegan en una zona de columpios de Pechón, Cantabría. (David F. Sabadell)

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Represión política en Francia, disolución de “Les Soulèvements de la Terre”

Por: Colombia Informa

 

Desde hace varios años, el gobierno francés aplica políticas neoliberales. Esto provocó fuertes movilizaciones, en las que destacan los chalecos amarillos en 2018-2019, el movimiento contra la reforma de la pensión en 2019-2020 y luego en 2023 a un nivel más local y en temáticas ambientales, varias movilizaciones en contra de mega-proyectos que el gobierno nacional denomina como “desarrollo”.

En el mismo periodo hubo un aumento drástico de la represión política, bien sea en la calle, durante las marchas o a nivel judicial en contra de militantes de organizaciones o asociaciones. La policía de Francia es la más letal de toda Europa, en 2021 sus intervenciones dejaron un muerto semanal.

El asesinato del joven Nahel Merzouk el 27 de junio incendió Francia cuando un video difundido en redes dejó ver que el único delito del muchacho fue no obedecer una orden en un sencillo control de identidad.

Miles de personas resultaron heridas por el accionar de la policía, y numerosos procesos judiciales fueron abiertos en contra del movimiento social. Otra forma de represión que ha surgido de índole administrativa consiste en la disolución o amenaza de disolución de asociaciones o movimientos declarándolas ilegales.

Protestas en Francia el pasado 22 de junio

Prohibición de la protesta y los movimientos sociales

Tras el anuncio del Gobierno de Emmanuel Macron de disolver la organización Levantamientos de la Tierra, esta denunció: “Tras arrojarnos granadas mutiladoras a la cara, afirman que ya no tenemos derecho a existir juntos ni a organizarnos. Ahora pretende disolver una revuelta por todos los medios, incluso deteniendo a activistas en sus casas, como ocurrió el pasado 20 de junio”.

Este fenómeno antidemocrático inició con la disolución de asociaciones musulmanas después de los atentados de 2015 y 2016, con el pretexto de supuestos vínculos de estas asociaciones con grupos terroristas. Esta razón oficial era claramente infundada, pero tenía el objetivo de señalar a la gente musulmana como enemiga de la sociedad. Luego siguió el proceso contra otros sectores.

Recientemente, la Ligue des Droits de l’homme (Liga por los Derechos Humanos) fue amenazada a pesar de ser una asociación muy reconocida en el país. Es en este contexto que el 21 de junio de este año, el Ministro del Interior, Bruno Le Roux, anunció la disolución del movimiento de los “Levantamientos de la Tierra” (Soulèvements de la Terre, SdT).

¿Por qué protesta Levantamientos de la Tierra?

Los Levantamientos de la Tierra son un movimiento de ecología política y protesta en Francia. Fundado en enero de 2021, el movimiento se opone al acaparamiento de tierras y lucha contra determinados proyectos de desarrollo, tales como los “Mega-Pozos”, los de la multinacional Monsanto y varios proyectos de autopistas, así como la línea de tren de alta velocidad Lyon-Turín.

El movimiento expresó sus reivindicaciones mediante manifestaciones y realizó varias acciones de desobediencia civil y sabotaje de infraestructuras industriales que considera contaminantes.

Agrupa a un centenar de asociaciones y colectivos (sindicatos campesinos de izquierda, asociaciones ambientalistas, grupos anarquistas, movimientos alternativos y algunos partidos pequeños), y a más de 110.000 personas y personalidades públicas que afirman pertenecer al movimiento. Sus acciones públicas logran reunir a muchas personas, llegando a ser espectaculares y con una importante presencia en los medios de comunicación.

El 25 de marzo 2023, los SdT convocaron una gran movilización en contra de los proyectos de “mega-pozos”. Estas consisten en unos reservorios superficiales gigantescos de agua, comparables a unas lagunas artificiales, con el único objetivo de surtir agua para el sector agropecuario en temporadas cada vez más frecuentes y largas de sequía.

Estas reservas de aguas son extraídas de fuentes subterráneas, lo cual seca los pozos de los pequeños productores. El acceso es restringido, ya que son priorizados los grandes monocultivos. La creación de estos pozos, lejos de mitigar los efectos del cambio climático responsable de las sequías, empeoraría muy probablemente la situación, según varios estudios.

La represión francesa

La movilización del 25 de mayo congregó a unas 30.000 personas que realizaron charlas y una marcha hacia el sitio de obras. El Estado movilizó 3.000 policías antimotines con un despliegue más visible que de costumbre. Cuando parte de la marcha intentó acercarse al pozo, el cual estaba vacío y en obra, estalló una confrontación que llenó las redes sociales de imágenes de guerra.

Más de 200 personas resultaron heridas, de las cuales varias quedaron en un grave estado, incluyendo pérdida de manos, ojos, o con la cara definitivamente destruida. Dos personas terminaron en coma.

La policía impidió el paso de las ambulancias que llegaban a atender a las personas heridas y disparó en toda la marcha con balas de gomas y varios tipos de granadas. Mientras que las imágenes de la represión provocaron un escándalo en el país, la respuesta del gobierno francés fue acusar al movimiento como una organización ecoterrorista.

La carta gubernamental del “Eco-terrorismo”

Desde hace varios meses que el Gobierno utiliza el término de “eco-terrorismo” para referirse a los SdT, calificando de terrorismo acciones colectivas sin daños humanos. Esto abre la posibilidad de actuar en el marco legislativo del antiterrorismo, que permite actuar más rápido y con más contundencia en contra de las personas que serían parte del movimiento.

El 20 de junio, 15 personas fueron detenidas durante casi 96 horas por la Subdirección Antiterrorista tras su participación en una protesta en contra de la multinacional cementera Holcim.

Las detenciones se llevaron a cabo con diversos pretextos, algunas en relación con la investigación sobre el desmantelamiento de la fábrica de cemento de la empresa Lafarge en Bouc-Bel-Air, que fue difundida por SdT, y otras en relación con un proceso iniciado a raíz de la manifestación de Sainte-Soline del 25 de marzo, en contra de los mega-pozos.

Estas detenciones ocurrieron en vísperas de la disolución del movimiento SdT y permitieron mantener bajo custodia policial durante 4 días a algunas de las personas citadas en el procedimiento de disolución.

La extrema derecha contra las organizaciones ambientales

Es bastante notable que los movimientos ambientalistas generan en este momento mucha resistencia desde todos los rincones del planeta, y los SdT ofrecen una propuesta para unir a las diferentes fuerzas de oposición en este tema.

La Federación Nacional de Sindicatos Agrícolas (FNSEA) es el principal sindicato agrícola francés (es de ultraderecha) y considera al Movimiento SdT como una amenaza importante para sus actividades.

Para esto, usó su considerable capacidad de presión sobre el Gobierno Nacional para que disolviera la asociación, amenazando con “no poder controlar a sus tropas” en caso de que el gobierno no prohíba la existencia de los SdT.

Lo resumieron en la siguiente declaración: “si no quieren una guerra civil, el gobierno tiene que anunciar su disolución”.

Siguiendo el mismo impulso, la FNSEA presionó al gobierno para que criminalice a la Confederación Campesina, un sindicato campesino de izquierda que forma parte de la Vía Campesina.

Las organizaciones sociales vislumbran que la intención del Gobierno de Macron es derribar a la oposición política del movimiento ambiental.

El compromiso de Levantamientos de la Tierra

En su pronunciamiento, el movimiento “Levantamientos de la Tierra” explicó que son un intento de construir una red de luchas locales al mismo tiempo que fomentan un movimiento de resistencia y redistribución de la tierra a mayor escala. Afirman que buscan “establecer una verdadera correlación de fuerzas con miras a arrebatar la tierra de la devastación industrial y comercial”.

El Movimiento SdT dijo: “Somos jóvenes rebeldes que hemos crecido con el desastre ecológico como telón de fondo y la precariedad laboral como único horizonte. Hemos luchado contra la reforma laboral, la violencia policial, el racismo, el sexismo y el apocalipsis climático”.

Agregan además: “Somos campesinas y campesinos. Ya casi no quedan agricultores en Francia. Nos esforzamos por establecer una relación de cuidado cotidiano de la tierra y los seres vivos para alimentar a nuestros semejantes”.

Protestas en Francia

Levantamientos de la Tierra: “Lo que crece en todas partes no puede disolverse”.

Esta frase no es solo una consigna. Esta organización social es una red que cuenta con 110.000 integrantes declarados, 180 comités locales y otras tantas personas implicadas en la vida pública, los colectivos y los sindicatos.

Este movimiento supuestamente prohibido es colectivamente imparable y, aunque está en la mira de las autoridades, tiene arraigo en las regiones, está presente en los lugares de trabajo y en las escuelas, en los graneros y en las trastiendas, incluso están en el corazón mismo de los departamentos gubernamentales.

A pesar de las amenazas del Gobierno francés, esta poderosa organización social propuso una red de resistencia durante los próximos días y semanas: “Vamos a trabajar juntos para hacer que los «Levantamientos de la Tierra» aparezcan de 1.000 maneras diferentes en el espacio público”.

En los próximos días este movimiento realizará acciones en bares, centros sociales, en reuniones abiertas, usando antenas internacionales, inscripciones en las paredes, banderines y fiestas, entre otras actividades.

La conflictividad social sigue en estado máximo en Francia y todo parece indicar que va a continuar en las próximas semanas.

Así lo confirman hechos como que la disolución anunciada por el Gobierno el 21 de junio solamente sirvió para llenar las calles de militantes de esa organización social, el asesinato de Nahel a manos de la policía el 27 de junio produjo motines. Mientras tanto, la lucha contra el decreto que alarga la vida laboral y aplaza las pensiones de la clase trabajadora no ha terminado.

Fuente de la información e imagen:  Colombia Informa

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II Congrés Internacional contra el Neoliberalisme Educatiu

per Rosa Cañadell

Entre el 5 i el 9 d’aquest juny del 2023 ha tingut lloc el 2n Congrés Mundial contra el Neoliberalisme en l’Educació, en el qual vaig tenir el goig de ser invitada i participar-hi amb dues ponències.

Amb el tema “Alternatives pedagògiques i resistències estudiantils i sindicals”, l’esdeveniment va tenir lloc a Panamà i va ser organitzat per l’Associació de professors (ASOPROF) i Centre Internacional de Recerques Altres Veus en Educació (CII-OVE). Va comptar amb la participació de representants de més de 30 països com: Panamà, l’Argentina, Mèxic, Puerto Rico, Veneçuela, Colòmbia, Bolívia, el Perú, Guatemala, Paraguai, l’Uruguai, Xile, els EUA, el Brasil, l’Equador, França, Espanya, Àfrica, entre altres. Amb una forta presència de representants de sindicats, associacions i col·lectius educatius d’Amèrica Llatina i el Carib, i també una representació d’EUA i Europa, així com vídeos de salutacions des dels continents Africà i Asiàtic.

Hi vàrem participar 78 docents internacionals de manera presencial, 12 virtuals, 500 delegats d’ASOPROF i unes 2.000 persones connectades virtualment a través del canal de YouTube d’Altres Veus en Educació.

L’atac del neoliberalisme a l’educació està tenint lloc a escala global

Durant els cinc dies de l’esdeveniment, es van produir desenes de debats i panells, a més d’exposicions de llibres, revistes, vídeos i presentacions culturals, que van debatre els atacs del Capital a l’Educació, la mercantilització de l’ensenyament i la lluita en defensa de l’educació pública com a dret humà.

El més rellevant per a mi, va ser la constatació que l’atac del neoliberalisme a l’educació està tenint lloc a escala global i que compartim problemes similars en diferents parts del món. Els companys i companyes d’Amèrica Llatina presents al Congrés estaven vivint qüestions similars a les que molts estem denunciant en el nostre país: privatització, segregació, continguts i metodologies al servei del mercat laboral, precarietat i males condicions laborals del professorat i una creixent digitalització de l’educació.  I també la constatació de compartir les lluites i les resistències dels i les docents.

Tal i com es denunciava en aquest Congrés, vivim una conjuntura extraordinària, en la qual es manifesten múltiples i variades formes d’atac a l’educació pública presencial. En aquest atac contra l’educació pública convergeixen interessos nacionals i internacionals que pretenen convertir l’educació en una mercaderia. Per això, cal continuar el treball que nacionalment cada organització, col·lectiu i individualitat realitzem, i al mateix temps, cal buscar camins per a construir un horitzó compartit, en el marc de les diversitats.

Interessos nacionals i internacionals que pretenen convertir l’educació en una mercaderia

Així, hi havia un consens en afirmar:

  1. Que l’educació pública presencial és un dret humà fonamental, obligació indeclinable dels Estats, que possibilita disminuir les bretxes socials derivades de l’origen social de classe;
  2. Que per això, el desenvolupament científic- tecnològic dels últims temps, ha de ser vist com un complement de la labor pedagògica presencial i mai com el seu substitut;
  3. Sostenim les demandes per una transformació radical dels sistemes escolars per a col·locar-los a to amb les expectatives de les majories ciutadanes i les diversitats històricament situades, i no del gran capital i els seus interessos;
  4. Que aquestes demandes impliquen revisar les condicions del treball docent, els sous i salaris, la seguretat social i el dret a una pensió digne;
  5. Que la pandèmia de la covid-19 va desplegar les pitjors ofensives de privatització amb la careta del virtual, que va fer que fossin les famílies, estudiants i docents els qui haguéssim de cobrir la transició digital, això se li suma l’estratificació escolar determinada per les diferències en l’accés a connexió d’internet i equips de treball virtual;
  6. A més, el context d’aïllament preventiu derivat de la pandèmia, va augmentar la precarització laboral, impactant sobretot en les dones, treballadores de l’educació que, a més de la seva docència, van haver de fer-se càrrec dels treballs de cura vinculats al domèstic incloent l’acompanyament de l’escolaritat en contextos virtuals dels fills i filles.

Per tot plegat es va arribar a l’acord per un pla d’acció amb l’objectiu de:

  • Construir camins per tal de continuar teixint resistències compartides que permetin enfortir i ampliar el Grup de Contacte Internacional (GCI) com a espai per a conèixer-nos, reconèixer-nos, trobar-nos i caminar junts;
  • Impulsar la construcció de moviments pedagògics, amb les particularitats territorials, que facin front a l’ofensiva contra l’educació pública i elaborin propostes;
  • Realitzar trobades nacionals multiplicadores d’aquesta iniciativa durant 2023 i 2024, privilegiant els espais regionals;
  • Conjuminar esforços per a realitzar el nostre III Congrés Mundial contra el Neoliberalisme Educatiu a Rio de Janeiro, al Brasil, l’octubre del 2024, com un espai per a pensar, dialogar i construir junts;
  • Explorar la possibilitat de convertir al 5 d’octubre de cada any, a partir de 2024, en una jornada global de mobilització i lluita dels i les treballadors i treballadores de l’educació, coordinant internacionalment la defensa de l’educació pública presencial, la professió i el treball docent. Per a això cal establir una ruta de contactes i acords entre les organitzacions presents.

Finalment, no puc deixar de dir que els professors i les professores de Panamà ens van rebre amb molt d’afecte i entusiasme. I, per acabar, crec que val la pena tenir en compte aquestes iniciatives i aconseguir un front conjunt a escala internacional en defensa de l’educació pública presencial i en contra del neoliberalisme a l’educació.

Totes les ponències i debats les poden veure i escoltar pel nostre canal https://www.youtube.com/OtrasVocesEnEducacion/streams

II Congrés Internacional contra el Neoliberalisme Educatiu

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Nou govern, velles polítiques

“El castellà és l’única llengua que té tots els drets garantits, mentre que la llengua minoritzada és el valencià, que és discriminada i atacada, ara també des de les institucions valencianes”

El resultat de les eleccions autonòmiques del passat 28M va configurar unes noves majories a les Corts Valencianes i a molts ajuntaments. Al País Valencià, la suma del Partit Popular i de VOX suposa una majoria suficient per a formar un govern bipartit en la Generalitat. Per afaiçonar el tàndem, només uns dies després de les eleccions van pactar un document que incloïa el repartiment de càrrecs i 50 mesures que abraçaven totes les àrees. El partit d’ultradreta assumirà una vicepresidència primera amb les competències de la Conselleria de Cultura i les conselleries d’Agricultura i Justícia, Interior i Governació, a més de la Presidència de les Corts Valencianes.

Entre les 50 mesures acordades, es dedica un apartat a Educació i Llengua que contempla el vell ideari de la dreta espanyola, resumit en sis punts genèrics que indiquen clarament quina serà la seua acció de govern en aquests dos àmbits. El punt 27 ho deixa ben clar: Garantirem la llibertat d’educació, la lliure elecció de centre i la lliure elecció de la llengua d’ensenyament entre les dues oficials en totes les etapes educatives. Aquest apartat ens retrotrau a la negociació de la Constitució espanyola de 1978 i a la LOECE de 1980, a les mobilitzacions de la dreta educativa, política i sindical dels anys vuitanta, a les diverses lleis educatives que impulsaren a esquena del professorat als darrers quaranta anys o a les seues actuacions al govern espanyol amb Esperanza Aguirre, M. Rajoy, Pilar del Castillo, José Ignacio Wert o Íñigo Méndez de Vigo. Les mostres de poder els serví per a implementar polítiques neoliberals en educació i sanitat durant unes quantes dècades en territoris com la comunitat autònoma de Madrid o el País Valencià. A casa nostra, la dreta espanyola va governar durant vint anys consecutius, des del 1995 al 2015, i hi aplicà, decididament, aquests principis que defensaven i defensen i que defineixen a la perfecció el seu ideari per al futur govern de la Generalitat.

Fet i fet, en l’anterior etapa de govern conservador, un objectiu seu, declarat públicament, fou afavorir l’ensenyament privat per sobre de l’ensenyament públic, d’altra banda, acomodat en un espai allunyat de la subsidiarietat provisional. Llavors parlaven, i continuen parlant, de  complementarietat de les dues xarxes, però el parany estava llançat: van aprovar el Mapa Escolar, l’arranjament escolar per a la planificació educativa, el districte únic en la matriculació, la concertació d’ensenyaments no obligatoris com ara l’Educació Infantil o el Batxillerat, l’ocupació, per part de l’Administració, del Consell Escolar Valencià, la negativa a cedir sòl públic per a la construcció de centres públics, especialment a les grans ciutats i, en canvi, proposaren la creació de centres privats en terrenys públics (CIS), així com el suport a la posada en marxa de diverses universitats privades. Aquestes mesures no afavorien en absolut les famílies i l’alumnat, es va produir, a més, una involució de l’ensenyament en valencià, els centres patiren retallades de prestacions i plantilles i el professorat veié rebaixat el seu salari el 2008.

En l’anterior etapa de govern conservador, un objectiu seu, declarat públicament, fou afavorir l’ensenyament privat per sobre de l’ensenyament públic

Tota aquesta política va afavorir un rebuig immediat de la Comunitat Educativa valenciana mitjançant la convocatòria de nombroses mobilitzacions liderades per la Plataforma per l’Ensenyament Públic, que agrupava associacions de pares i mares, sindicats estudiantils,  moviments de defensa de la llengua, associacions de les direccions dels centres, sindicats de treballadores i treballadors de l’ensenyament… Cada una de les protestes contra la política educativa conservadora del Consell de la Generalitat va ser clau per poder aturar part de les seues pretensions. Cal destacar, a més, que la pressió va possibilitar acords per millorar les plantilles, les condicions laborals i els salaris del personal que treballava als centres educatius.

L’arribada del Botànic al Consell el 2015 va capgirar la política educativa i lingüística al País Valencià. Al llarg dels vuit anys de govern botànic s’han anat revertint una part important de les mesures implementades pel Partit Popular i s’han aplicat de noves per millorar les ferides provocades en l’ensenyament valencià. En alguns casos hi ha hagut consensos entre la Comunitat Educativa i la Conselleria d’Educació i en altres, desacords amb les mesures aprovades. Vegem-ho.

En matèria lingüística s’ha aprovat la Llei de Plurilingüisme que, d’altra banda, no satisfà les expectatives en posar al mateix nivell l’ensenyament d’una llengua estrangera amb la pròpia del País Valencià i que ha fet recular l’ús del valencià en matèries on es feia servir el valencià per a poder acomplir amb els percentatges previstos en la llei. D’altra banda, s’aprovà el decret que regula l’Oficina de Drets Lingüístics i el Decret que regula els usos institucionals i administratius de les llengües oficials en l’Administració de la Generalitat i s’ha constituït el Consell Social de les Llengües.

El nivell d’odi i rebuig a la llengua els fa veure fantasmes

A més, la nova Llei de la Funció Pública Valenciana, aprovada en el 2021, contemplava l’aplicació de la competència lingüística per a l’accés a les administracions públiques valencianes. Una regulació que s’havia de dur a terme mitjançant un reglament, presentat en 2022, però que s’ha quedat sense efectes perquè no es va arribar a aprovar en la passada legislatura. Tot aquest beneplàcit lingüístic incomoda la dreta, la ultradreta i les entitats afines ideològicament, de manera que alçaren la veu i aconseguiren sentències favorables en alguns aspectes en els tribunals de justícia. En tot cas, sempre hi ha hagut una amenaça: la derogació de tots aquests decrets quan governaren. Ara han arribat a l’absurditat de demanar la derogació del requisit lingüístic en les administracions públiques quan no se n’ha aprovat la regulació. El nivell d’odi i rebuig a la llengua els fa veure fantasmes. Per contra, el que sí que està en vigor és el que s’aplica per accedir als cossos docents. Es tracta d’una norma que va ser aprovada pel conseller del Partit Popular Manuel Tarancón, en 2002, que està consolidada i que no ha generat cap problema en els vint-i-un anys de vigència.

Si reprenem la polèmica Llei del Plurilingüisme, hem de dir que el govern de dretes té previst modificar-la per garantir, segons afirmen la lliure elecció de la llengua vehicular per part de les famílies. El que vol dir, reduir la presència del valencià en el sistema educatiu i impedir que siga la llengua vehicular, tal com recomanen totes les persones expertes. Quant a l’Oficina de Drets Lingüístics, els incomoda i tenen previst desfer-se’n per tal de desentendre’s de les vulneracions lingüístiques que patim, més encara en un moment en què les discriminacions a les persones valencianoparlants han augmentat considerablement. Ara per ara, els portaveus dels partits que configuraran el proper Consell de la Generalitat s’han conjurat per deixar sense efectes diverses normes que regulen l’Ús i l’Ensenyament del Valencià (LUEV). Ho fan, segons diuen, per garantir eixa fantasia política que repeteixen constantment en afirmar que el castellà està discriminat al País Valencià, quan la realitat és la contrària. El castellà és l’única llengua que té tots els drets garantits, mentre que la llengua minoritzada és el valencià, que és discriminada i atacada, ara també des de les institucions valencianes. Caldrà, doncs, estar a l’aguait per veure quins són els seus primers passos quan formen govern i actuar-hi.

El que volen realment és retallar les llibertats, tant dels centres educatius com del professorat, i controlar ideològicament i política el sistema educatiu

Les declaracions fetes i l’acord de les 50 mesures són inquietants. El que anuncien és la tornada al passat, a les polítiques dutes a terme durant els vint anys de govern conservador en l’ensenyament. És cert que també han introduït mesures com el Pin Parental, que tanta polseguera propagandística va provocar sense èxit. Hi tornaran encara que no l’esmenten. Efectivament, la mesura 28 diu: els pares triaran lliurement i si escau autoritzaran el contingut de les activitats extracurriculars, i la 29 la complementa: reforçarem la inspecció educativa per preservar la qualitat de l’ensenyament traient la ideologia de les aules i permetent que els pares escullen l’educació dels seus fills. No diuen, encara que ho saben, que totes les activitats que es fan als centres han de ser aprovades pels seus òrgans de govern, en algunes de les quals estan representades les famílies, i que l’Administració educativa les supervisa. A més, ignoren intencionadament que la Constitució espanyola, que diuen defensar, preveu la llibertat de càtedra. El que volen realment és retallar les llibertats, tant dels centres educatius com del professorat, i controlar ideològicament i política el sistema educatiu, com volia fer el ministre José Ignacio Wert amb la seua LOMQE, que els òrgans que els regesquen siguen merament consultius i que lluny d’una inspecció que voldríem pedagògica, siga censora del professorat i impedisca alhora la formació de  persones lliures i crítiques.

En definitiva, la mercantilització de l’ensenyament i la potenciació de la xarxa educativa privada són objectius que volen dur a terme sota l’enganyifa repetició de la paraula “llibertat” que tant usen,  però que practiquen molt poc. Per a acabar-ho d’adobar, pretenen una mesura ben cridanera: establir una ajuda a les famílies per comprar els uniformes escolars que són un element exclusiu de la xarxa privada. Comptat i debatut, és la mesura perfecta per potenciar les classes benestants i per esborrar les diversitats personals i lingüístiques que tant els incomoda. Sí, al País Valencià hem patit la seua política durant vint anys, un reflex semblant als efectes produïts en sanitat i educació a la comunitat autònoma de Madrid. Ara amb les amenaces escopides i prompte esculpides, hem de blindar el dret a l’educació pública valenciana, democràtica, gratuïta, laica, coeducadora, científica, inclusiva i equitativa, en què tots els estaments educatius participen en el disseny de la política educativa, on la gent que hi treballa tinga unes bones condicions laborals i salarials, i que el nou govern complesca amb tots els compromisos acordats amb la Comunitat Educativa i els sindicats, durant les legislatures anteriors. Si s’hi neguen, que és el més probable, caldrà plantar cara a les seues polítiques i tornar a reivindicar que no es toque ni un sol dret humà. Ara i sempre, defensarem també l’educació pública que volem.

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España: Una línea en el horizonte

Una línea en el horizonte

Rodrigo Ayarza

Narrativas noviolentas

 

—Yuna, ¿por qué dibujas esos animales en el espejo? —le pregunta su hermano Endetas.

Yuna no lo escucha, sigue absorta en su mundo cantando una canción en tonos agudos y la voz de su hermano se pierde. Ella borra con un dedo la oreja de uno de los conejos que al parecer quedó deforme. Luego termina de peinarse las puntas rebeldes de su cabello y busca un hueco por donde ver reflejado su rostro en el espejo, pero le es imposible hacerlo. Decenas de animales dibujados con jabón y pasta de dientes ocupan ese mundo. Retrocede medio metro y observa como unos lobos hambrientos persiguen a un bisonte que fue alcanzado por unas flechas y a unos monos que huyen buscando algún tipo de salvación… Mientras intentan escapar, Yuna los sigue con la mirada.

—Por supuesto que no te puedes ver —le dice su hermano Endetas cuando pasa otra vez por la puerta del baño.

—¿Será verdad? No creo que sea así como dicen… sea como sea, yo también lo quiero ver — dice ella.

—¿Qué quieres ver?, ¿de qué hablas? —le pregunta su hermano.

Yuna lo mira a los ojos y le cuenta: «dicen que obligan a unos niños a cazar y golpear con unos palos a unos animales».

—¿Quiénes los obligan? —pregunta Endetas asombrado, revisando que no falte nada en sus mochilas.

—No lo sé, dicen que unos pandilleros. ¿No lo has visto?, está en internet —Yuna comienza a hacerse una larga trenza y vuelve a tararear parte de la canción que estaba cantando.

—Si, sí, esa es la canción, la recuerdo bien. Eso que cantas es una canción de presentación de un videojuego en internet —dice Endetas convencido.

—Unas amigas la cantan y se me pegó —comenta Yuna.

—Es muy violento lo que pasa en ese videojuego, ¿lo sabías?

—No lo sabía, soy la única de mi clase que no ha jugado.

—No es para tu edad —afirma su hermano, mientras dobla una hoja con unas direcciones en su bolsillo: muelle 7, pesca del día, galpón 6, molida de granos y yerba mate.

—Allí a donde vamos me prometiste que tendríamos internet, ¿verdad?

—Para que querés internet si no tenemos donde ver nada de eso —le responde él.

—Ya te lo dije, me da curiosidad, tengo derecho y quiero ver qué pasa en ese juego.

Endetas guarda silencio. Conoce el videojuego en el que unos jóvenes luchan ferozmente con palos y pinchos en las calles de una ciudad en ruinas con el fin de cazar animales del bando contrario.

Después de cazarlos, cada pandilla elige los animales más aptos y los hace competir con el objetivo de ganar territorios rivales.

Endetas comprende bien la situación, el fiel reflejo de la cultura en una atractiva caja de videojuego: la lucha por la supervivencia, subir de nivel, dominar al enemigo…

Y para el final, el plato fuerte, la versión explícita de la cultura verticalista: unos trepan e intentan alcanzar la cima para impedir que otros también lo hagan. Quienes lo logran tienen el privilegio de quedarse con todo, mientras que el resto, animales y jóvenes descartables, caen olvidados al fondo del foso: game over.

Lo cierto es que Endetas había comenzado a ver el videojuego “Lucha feroz”, pero tuvo que dejarlo. Él también hubiese querido formar parte de ese antídoto contra el aburrimiento, pero no fue posible.

Recuerda el griterío ensordecedor que hacían decenas de chicos pegados a las pantallas jugando en esa sala en horario libre, alentando a esos animales, cantando esa canción que ahora también canta Yuna, mientras él limpiaba el lugar.

—Si conseguimos un teléfono podremos ver cosas que ven otros, escuchar música —insiste Yuna—. Sé que te gusta mucho la música.

Endetas no le responde, tan solo cierra las mochilas y le dice que se tienen que ir.

—Dicen que en internet, durante el videojuego, permiten apostar por quiénes cazan más animales, ¿será verdad? —le pregunta ella mientras busca su sombrero.

—Sí, lo sé —le responde su hermano mientras la espera en la puerta de la casa.

—Sé que vos nunca apostarías por algo así —dice Yuna en el momento en que encuentra su sombrero.

Yuna, sabía que su hermano trabajaba en el centro educativo en la sala de computadoras, pero nunca le había dicho que limpiaba las máquinas y los baños de esa sala. Hace unas semanas lo habían acusado junto a otros de robar unas máquinas durante la noche, pero se habían equivocado.

Endetas no había tenido nada que ver en el asunto.

Yuna guarda una botella de agua en su mochila, se pone su sombrero y los dos hermanos salen de la casa.

Los centros educativos continúan cerrados. Y ellos ahí, en una apartada región fuertemente azotada por sequías extremas a las que se sumó el drama de la pandemia.

Hace meses que Yuna nove a sus compañeros de clase ni los volvería a ver por un buen tiempo.

Es así como decidieron ir al otro lado del cerro alto donde se encontraban los ríos de agua dulce y los cultivos. Lo cierto es que al igual que muchos iban en busca de una oportunidad única y sabían que no la podían desperdiciar.

Durante el trayecto pasan al lado de un grupo de mujeres que plantan semillas. Yuna ve cómo  unas enormes gotas de sudor ruedan por la frente y pómulos de una de ellas y le deja su botella.

La joven mujer apenas puede abrir su boca para agradecerle. Yuna creyó que bebería un poco de agua, pero no fue así y ve cómo la mujer vierte el agua sobre un puñado de semillas. La mujer deja ver un halo de esperanza en su mirada bajo la atenta mirada de las otras que aprueban su decisión.

Luego, Yuna ve cómo otras niñas de su edad hacen unas tortas con semillas secas en unas enormes tablas de madera escondidas bajo la sombra y las saluda. Ellas le devuelven el saludo.

A unos metros de ahí, un niño le regala a Yuna un pájaro hecho con las hojas de plantas de los cultivos. Pero sin viento es imposible que vuele, piensa Yuna.

—No vuela —le dice el niño—. Es para que te acompañe. Hazlo volar cuando encuentres al viento.

Su hermano le toca el hombro, le dice que tienen que seguir.

Caminan varias horas y llegan al lugar arrinconado contra la línea del horizonte, donde les habían prometido que los estarían esperando. Sin embargo, allí donde debería agitarse el río de agua dulce hay un hostil vacío transformado en el mismísimo desierto, desnudo.

Endetas le dice a su hermana que lo siga, ambos se lanzan como bólidos persiguiendo el intento de un sendero imposible. Avanzan por ese mundo durante una hora. Yuna se imagina lo peor.

Impacientes, descubren que lo que debería surgir de una vez por todas no surge, no aparece por ningún lado. Tan solo emergen entre la nada unas manchas deformes y espesas. Deciden enfrentar esa dura realidad y descubrir el rostro de quien se está olvidando de ellos. Sin importar nada más, se abalanzan hacia donde se hace más y más denso ese territorio.

A unos cien metros de donde están, alzan la vista y creen ver la línea del horizonte que están buscando; corren desesperados hacia ese lugar donde les habían hecho creer que se chocarían con esa oportunidad única. Endetas cree que va a estar ahí, le dijeron que confiara, que creyera y siguiera adelante, que tendría ante sus ojos el futuro prometido; pero avanza y tan solo ve flotar unas cenizas moribundas que despedazan en forma perversa la línea del horizonte que alguna vez se atrevió a erguirse o tuvo la imaginación de haber existido. Endetas contempla cómo las cenizas con tintes de vacío tupido profanan esa línea del horizonte y lo peor de todo: la mirada de Yuna  languidece, descubre que no existe otra cosa que un mundo sin posibilidades, inservible. La presencia de ese mundo mutilado, reflejado en el rostro de su hermana, le causa horror a Endetas.

Una especie de arena liviana se posa en las manos de Yuna; se mueve entre sus dedos, empiezan a vibrar miles de partículas, giran y colisionan unas con otras en ese aire inverosímil; sus átomos entran en sinergia, responden a billones de impulsos invisibles que no llegan a solidificarse. No lo pueden creer. Descubren lo insoportable: el futuro transformado en cenizas yace ahí, agonizando, ignorándolos. La línea en el horizonte comienza a ocultarse, comienza a escurrirse debajo de la nada y bajo sus pies hay algo más, descubren el rostro desabrido, las manos laceradas, comprueban que aún se mueve y sienten la piel herida de una línea de horizonte, rendida, vencida por las cenizas, el único monstruo capaz de profanar su presencia.

El sol pega en el cenit. Yuna cae fulminada, Endetas escucha en forma de susurro las palabras que se posan en los labios de su hermana: «no hay nadie esperándonos ¿verdad?» Endetas sabe que se repite lo mismo de siempre, tan solo se tienen el uno al otro. Se da cuenta de que no están hechos para esa línea y hay algo más, esta vez descubre que ni siquiera tiene la chance de luchar y decir hice todo lo que pude y no fue. Y es duro reconocerlo. A estas alturas, no sabe si estas heridas algún día las verá cicatrizar.

Yuna, agotada, enseña su frustración bajo su sombrero castigado y deforme; le insiste a su hermano que tienen que regresar, que ya han visto demasiado. «¿Sabes por dónde, verdad?», le pregunta. Pero él no tiene la respuesta. No existen puntos de referencia por donde escapar ni avanzar. «Yo me voy», insiste Yuna. Endetas, un tanto mareado, intenta levantarla pero le es imposible, la niña no está en donde creía él que podría estar. Definitivamente, se convence: la perdió, perdió de vista el rostro de Yuna. El sol languidece, también se rinde, combatido y vencido por el peso de las insoportables cenizas, cede, y esta vez, Endetas cree escuchar a su hermana que grita, pero se gira hacia una dirección equivocada, desesperado estira su mano para tocarla y nada, ya no está ahí.

Endetas vaga solo por el desierto gris, siente que el silencio ensordecedor le dispara a quemarropa, la angustia de no encontrar a Yuna le hace perder el equilibrio y se desploma en el

suelo. Mueve sus labios sin emitir sonido alguno y revive la dura pregunta que se hizo antes: ¿Alguna vez creíste que no estabas en el lugar correcto? Endetas sabe que ese no es el lugar, ¿pero cuál es el lugar correcto?

Una hora después tropieza con el calzado abandonado de Yuna pero no hay rastros de ella y nota que los cordones están deshechos. Piensa que las malditas cenizas los mordisquearon. Continúa con el calzado de su hermana en su mano; frustrado y angustiado, avanza por ese laberinto infernal hasta que los dedos heridos de sus pies chocan con una superficie irreconocible y descubre un puente para escapar de ese territorio.

Al otro día despierto rodeado por unos extraños pobladores, quienes me ofrecen algo de beber. Un niño me pregunta cómo me llamo: «Endetas», le respondo. Bebo y él me enseña el mismo pájaro hecho con hojas de los cultivos que le habían regalado a Yuna. Una anciana se acerca a mí y me dice que Yuna está bien. No se imaginan la alegría que siento cuando veo que mi hermana corre hacia mí y me abraza con fuerza. Luego me enseña cómo el pájaro vuela y me dice que en esta aldea el viento sí existe.

Nos quedamos en la aldea, el trato es bueno, gente solidaria, muy hospitalaria.

Cuando intento incorporarme no puedo hacerlo, quienes me rodean me preguntan sorprendidos observando mis heridas: «¿qué hacíamos allí?, ¿cómo logramos escapar?» No lo sé. Intento elaborar una respuesta: buscábamos un futuro, al menos uno de verdad, uno que no teníamos. Nos habían dicho que lo hallaríamos en la línea del horizonte. Para darme a entender dibujo en el suelo la cicatriz del río mutilado, también la línea del horizonte convertida en cenizas. Ya no está, pero ese era el lugar, ahí se encontraba lo que estábamos buscando.

La anciana interpreta mis respuestas con una sutileza de adivina, se acuclilla, toca con sus dedos el dibujo en el suelo y me dice que lo que estábamos buscando se debe estar moviendo.

—No entiendo a qué te refieres, ¿moviendo?, ¿hacia dónde? —le pregunto en forma impulsiva.

—Debes tener paciencia Endetas. Para conocer el porqué de estas verdades, tenemos que aprender a masticar lentamente cada una de las ideas —responde la anciana y continúa su relato.

La línea en el horizonte no está ahí para ustedes, no en ese lugar, ni tampoco el futuro que buscan. Ambas o la misma cosa se siguen moviendo…

Nosotros también buscábamos algo que nos estimulara a seguir viviendo, pero ni en un lugar ni en otro lo podíamos hallar. «La mujer dice esto mientras mastica unas hierbas que se le meten entre los dientes como espinas».

Al igual que a ustedes, a nosotros también se nos acabó el camino. Justo ahí por donde llegaron había un enorme agujero en la tierra que se tragaba toda esperanza, «me dice ella». Pasaban los días y nos preguntábamos qué hacer. Aunque los vientos del otro lado no hacían otra cosa que golpearnos en la cara y nos dejaban en la piel olor a desesperación y muerte, igual así, propusimos hacer un puente para abrirnos camino y avanzar. Algunos rechazaron la idea y se amotinaron.

Lo cierto es que los puentes que intentábamos hacer eran frágiles y uno a uno se iban cayendo. Hasta que uno logró sostenerse, pero hubo revueltas y quienes se habían sublevado lograron derribarlo. Fue muy duro todo aquello, sentía que nos despedazábamos, que no valíamos nada…

¿Me entiendes hijo? «Me pregunta la anciana y yo sigo escuchando, atentamente, su relato».

Habíamos retrocedido en todo, hasta habíamos olvidado cómo leer lo que tanto nos había costadoaprender a escribir. Aquello era insoportable. Nos habíamos quedado sin alimentos y luego de intensos debates alcanzamos pequeños acuerdos: logramos construir este brazo de cuerdas, por donde llegaste, como prototipo incipiente de puente.

—¿Y fueron hacia el territorio de las cenizas? —le pregunto a la mujer.

—¡No! —responde ella en forma tajante.

Llegaron primero unos pobladores del otro lado. Se adelantaron y nos acusaron de ser los causantes de todos sus males. Nos definieron con desprecio, dijeron que llevábamos en nuestros huesos el germen de la desesperación y la muerte. En sí, reprodujeron las mismas palabras con las que nosotros también los habíamos prejuzgado e imaginado que así serían ellos y su mundo. Nos señalaron como lobos que habían saqueado sus granjas, nos culparon de haber profanado los escritos originales de sus libros e introducido en ellos símbolos que presagiaban tiempos de sufrimiento y castigo. En fin, de perseguir y corromper su cultura con nuestra amenaza de puente.

Pero estaban equivocados, como te dije, no habíamos pisado su territorio. Por supuesto que no nos creyeron. Creían ver en nuestros rostros las mismísimas miradas de los perpetradores que los habían azotado durante las noches anteriores.

«Luego de una breve pausa, la anciana reflexiona y me dice: ‘préstame atención Endetas’».

Ese suelo de cenizas que conocieron con tu hermana está cargado de extrañas palabras y por lo que veo se les meten en la lengua a cada uno que intenta atravesarlo. Ustedes eligieron hablar de futuro, pero estos otros optaron por escupirnos palabras de venganza a nuestros pies. Respondieron con violencia para amedrentarnos y provocaron ira y hambruna. Pasamos un largo invierno resistiendo ese cruel asedio, hasta que se enfocaron en derribar nuestro puente como forma de perpetuar nuestra sumisión. Por supuesto que no lo consiguieron. Lo defendimos como pudimos, era lo último que nos quedaba, lo único que habíamos aprendido a construir con la esperanza de seguir buscando, creo que al igual que vos y Yuna, nuestro futuro. En sí, lo que trajo angustia y desesperación, terminó uniéndonos y encontramos algo en común por lo que luchar. Hasta que alguien alertó a estos usurpadores que habían vuelto a su suelo de cenizas los mismos forajidos de noches pasadas y fueron tras ellos.

El terror se había apoderado de nuestro espíritu. Mirábamos el puente con recelo y nos preguntábamos con temor cada noche quiénes más podrían llegar a venir desde ese otro lado.

Hasta que ocurrió algo que lo cambió todo: algo inesperado. Llegó alguien muy especial, recuerdo bien la mirada de esa chica. Llegó exhausta, liquidada. La pobre no daba más. Deliraba y también hablaba de líneas vencidas y fugadas en el horizonte, y que estas habían sido enterradas vivas. Hasta que sucedió lo inesperado: ahí estaba ante sus ojos. Lo señaló y su señal fue placentera.

Al parecer, había encontrado algo que nosotros teníamos y que por años había estado buscando.

Encontró en nuestra aldea lo que no había hallado en ese otro lado, una alternativa a esa cultura que la había expulsado y que nosotros al parecer sí teníamos. Aunque no sabíamos qué era, ella con su paciencia nos fue enseñando a descubrirlo. Y sucedió. Hizo lo que habíamos olvidado, lo que otros nos habían enseñado a rechazar. En fin, hizo lo que hacía años nadie se atrevía a hacer.

¡Y nos abrazó!

Muchos rechazaron ese abrazo. Recuerdo que se alzaron las voces a la defensiva: “está loca, ¡echémosla!, vendrán más, ¡nos matarán a todos!”, pero no fue así. Se quedó con nosotros. Se adaptó, debo reconocer que era perseverante, enseñó a los más chicos a escribir y llevó la cosecha como nadie. Aprendimos mucho de ella. Recuerdo bien su nombre: Kranzu, sí, así se dio a conocer y poco a poco nos fuimos metiendo en su piel y dejamos que ella se metiera en la nuestra. Con el tiempo ya fue parte viva de nuestra forma de ser, su latido fue una parte profunda de nuestra aldea y nosotros formábamos también parte de su ritmo y energía. Junto a Kranzu vinieron otros supervivientes, arrastrándose por el puente con sus sueños destrozados, con sus preguntas sin respuesta, que nadie jamás había escuchado. Todos anhelaban algo, diferentes cosas y las fueron hallando poco a poco en nuestra aldea.

La mujer hace una pausa, bebe un líquido extraño que nunca antes había visto: «¿quieres un mete?», me pregunta. Yo acepto ese mate amargo. Y continúa con su relato.

Aquí viene lo importante. Comprendimos para qué estábamos en este lugar: descubrimos que este puente no era para que lo cruzáramos nosotros, sino para recibir a otros. ¿Comprendes, hijo?, «me dice la anciana». Nos dio sentido del por qué teníamos que fortalecer el tejido del puente. Como ves, teníamos ante nuestros ojos la alternativa que habíamos buscado durante años. Y lo mejor de todo es que aprendimos que nosotros formábamos parte de esa alternativa. Y fue así como aprendimos a valorar lo que habíamos creado como alternativa a ese territorio mutilado por las cenizas.

Reconocimos en la historia de Kranzu una especie de inspiración. Recuerdo que ella nos contó que en una noche extremadamente inhóspita y pese a que las fuerzas ya no les daban más, entre varios tuvieron que cargar hasta un refugio a una chica muy joven que estaba embarazada. Quien ante las adversidades más extremas había hecho lo imposible por resistir. Kranzu dio a conocer como esta chica, semi desmayada, se acercó al fuego. Luego de tomar algo caliente y recobrar fuerzas, comenzó a cantarle a su bebé en su vientre. Sintió cómo éste comenzaba a moverse y recuperaba la poca energía que aún le quedaba. Luego sintió unas tímidas palpitaciones, continuó cantándole y sintió como aceleraba sus latidos. Notó que su futuro hijo escuchaba esas canciones.

El ritmo de sus pulsaciones crecía y crecía, hasta que la criatura comenzó a bailar en su vientre. «Sí, así como escuchas Endetas, repite la anciana un tanto conmovida»: comenzó a bailar en su vientre.

Kranzu contó que, durante esa noche, había aprendido a abrazar a la chica embarazada para reanimarla. Nunca antes había abrazado a nadie, o no lo recordaba. Lo cierto es que ni siquiera sabía cómo abrazar y tuvo que aprender a hacerlo. Sí, sí, recuerdo que la joven madre dio a luz en nuestra aldea. Y yo he visto con mis propios ojos el hermoso niño que no solo había bailado, sino que también había aprendido a abrazar en el vientre de su madre. Yo le he visto. Nació con las ansias de querer abrazar, al menos su gesto reflejaba esa expresión.

«Veo que la mujer se lleva su mano al corazón y continúa diciendo». Fue un tiempo muy especial, lo recuerdo bien. Kranzu no solo nos contó que había aprendido a abrazar. A medida que avanzaba el relato de Kranzu, yo también sentía, «dice la anciana» como mis palpitaciones, que habían estado adormecidas, renacían. Y después de esa inspiración de saber que, ante las adversidades más arduas, una criatura respondía bailando en el vientre a las canciones que su madre les cantaba, también mis latidos se aceleraban y buscaban un lugar profundo en mi pecho donde refugiarse.

Kranzu nos enseñó a abrazar. En los abrazos hallamos una forma de esperanza. Y a pesar de las divisiones internas que nos habían desgarrado, en el abrazo encontramos esa alternativa al aislamiento. Y al igual que la joven madre con su hijo, reconstruimos los latidos y los abrazos que la aspereza de la vida había borrado.

La anciana hace una pausa, cierra los ojos y en un eterno susurro casi imperceptible, formado por alientos de otros alientos, agradece a la noche y a quienes la rodeábamos. Luego materializa con su mano el contorno de un objeto inexistente e imagina mover con las delicadas puntas de sus dedos las páginas de esa idea fabulosa. Y en ese sitio escogido suspende su mirada y, como si estuviera leyendo en las hojas más íntimas de un libro sagrado, recita en forma emotiva:  Y en los abrazos permitidos, elegimos cómo querer abrazar, elegimos cómo querer ser abrazados…

Al finalizar el poema, vuelve a mirarme y me dice: ‘creo que tejer puentes que abracen es un arte agotador. Un arte que muchos temen, como buscar un futuro en una línea en un horizonte que han enterrado viva. Lo fue para ustedes y lo fue para Kranzu. Pero aun así descubro que existe la energía necesaria para levantarse cada día y seguir buscando.’

—Y ¿qué ha sido de Kranzu? ¿En dónde está? —le pregunto a la anciana.

—¡Se fue! —me responde ella—. Se fue junto a los que siguen buscando…

Pero basta de tanta conversación. Vete de una buena vez a buscar esa línea en el horizonte que tanto quieres encontrar. A tu edad yo también me hubiese ido. No te preocupes por Yuna. Ella

continúa estudiando y estará bien. Cuando regreses en unas semanas, tendrás tu trabajo en la zafra.

¿Qué más podrías pedir?

—Pero ¿por dónde? ¿Por dónde comienzo a buscar? —le pregunto.

—Encontrarás por dónde. Si me preguntas, ¡arriesga! Muévete contra la corriente. Kranzu siguió moviéndose contra la corriente. Pero ten cuidado. Te perseguirán. Existen ciertos sitios en los que han definido que es peligroso hacerlo. Al menos para los que siguen buscando, está prohibido.

Allí encontrarás a Kranzu. Ah, sí, lo olvidaba. Hay otro chico. Lo llaman Pixyad. Te agradará conocerlos. Ese lugar que muchos buscan, por lo que dicen, es increíble. Si mal no recuerdo, ahí crean sus historias en las que pueden elegir ser ellos mismos… tal como quieren ser, sin que nadie les ande definiendo cómo tienen que latir.

Estas fueron las últimas palabras de la anciana. Me despido de ella y salgo a buscar a los que siguen buscando. A intentar hallar a los que quieren crear sus historias. Porque como saben, también quiero crear mi historia. La que aún no he vivido, la que aún no he comenzado a escribir. No al menos en una línea en el horizonte.

 

Fuente de la Información: https://static1.squarespace.com/static/56fc2f0c859fd08c7e52a26f/t/64777e736650d82cb348ee67/1685552756003/Una+l%C3%ADnea+en+el+horizonte.pdf

 

 

 

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Irena Vega Medina: Orgullo Crítico, otra forma de luchar por los derechos LGBTI diferente a la oficial: “Está muy monopolizada por los hombres homosexuales”. España

Diferentes colectivos toman las calles de Madrid para reivindicar la revueltas de Stonewall y en contra del capitalismo que se ha apoderado de la manifestación estatal

En el bar Stonewall Inn, en el barrio neoyorquino de Greenwich Village, varias personas, entre ellas Stormé DeLarverie —de quien se dice que fue la que lanzó la primera piedra— decidieron cambiar el mundo y la realidad del colectivo LGTBI el 28 de junio de 1969 al iniciar unas manifestaciones que duraron tres días. El Orgullo Crítico de Madrid, una plataforma que congrega diferentes asociaciones, rinde homenaje a los que comenzaron un movimiento que ya tiene 54 años. Para ello, desde el 2006, cada 28 de junio en Madrid, y cada vez en más ciudades, se celebra una protesta completamente alejada de la manifestación estatal del 1 de julio, organizada por MADO. “Nacemos como respuesta a la comercialización y mercantilización del Día del Orgullo y para que no se pierda el sentido de la conmemoración de la fecha”, explica Tigra, portavoz de Orgullo Crítico, en una videollamada con EL PAIS.

El año pasado llegaron a ser unos 15.000 manifestantes, comenta la vocal de la plataforma, y este año esperan superar su récord. El lema para 2023 es Contra la crisis, Orgullo e Insurrección. Comenzará a las 20.00 desde la glorieta de Cuatro Caminos, pasa por la calle de Bravo Murillo y finaliza en la plaza de la Remonta, cercana a la parada de metro de Valdeacederas. “Yo vivo en un barrio obrero del norte de Madrid, pero esto es como un hermanamiento entre el norte y el sur. Así se puede ver como no solo se comparten las sexualidades, sino otras opresiones, como en este caso la clase”, comenta Eugenia Tenenbaum (Santiago de Compostela, 26 años), divulgadora de arte con perspectiva de género, sobre la descentralización de la manifestación.

Ella acude a la convocatoria de Orgullo Crítico desde el 2018 y admite arrepentirse de no haber ido antes porque “la energía y la sensación de comunidad son inmensas”. Reconoce que no quiere ir a la del centro, la del MADO, porque es una manifestación que está muy despolitizada y, aunque no es “una purista” y cree que hay espacio para todo dentro de la protesta, no comparte la turistificación del evento. “Está muy monopolizado por los hombres homosexuales. Todo lo que se salga de ahí casi que tiene que pedir permiso ya no solo para ir, sino para encontrar a las amigas y moverse por ahí”, añade.

Orgullo Crítico nace como heredera de las posturas críticas desarrolladas por algunos colectivos del Madrid de los años noventa. Primero, recibieron el nombre de Bloque Alternativo de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales y, en 2010, ya se conformó con el nombre por el que hoy se le conoce. “Salimos a las calles para marchar y reivindicar que estamos ahí, que todavía hay carencias en los derechos logrados, como en la Ley Trans, que aún sufrimos violencia, que nos discriminan”, incide Tigra.

La batucada toca en Vallecas el sábado 24 de junio durante la manifestación convocada por el colectivo Orgullo Vallekano.
La batucada toca en Vallecas el sábado 24 de junio durante la manifestación convocada por el colectivo Orgullo Vallekano.JUAN BARBOSA

Darko Decimavilla, que tiene la presidencia de No Binaries España, una asociación de ámbito estatal no mixta para personas trans no binarias, explica que uno de los motivos que les alejaron de la manifestación del 1 de julio fue la poca horizontalidad que existe dentro del MADO. Quisieron participar en el Orgullo del pasado año; pero al vocalizar sus reservas por la participación del PSOE, que votó en contra de incluir a las personas no binarias dentro de la Ley Trans, se les informó de que no podían vetar a nadie, ya que es “algo abierto a todo el mundo”. Este año llevaron la decisión a una asamblea y la decisión fue rotunda: no participarán.

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Además, cuenta que la organización de Orgullo Crítico y la manera de tomar las decisiones es siempre por consenso y de forma asamblearia. Tigra, portavoz de la plataforma, asegura que como tienen “las mismas necesidades y casi las mismas reivindicaciones, ponerse de acuerdo es bastante sencillo”. Decimavilla añade que muchas veces son cosas tan sencillas como decidir cuál será el lema del año. “Desde el MADO lo deciden las dos asociaciones organizadoras, sin contar con nadie más”, lamenta.

No Binaries no es la única plataforma que se ha alejado de la manifestación de 1 de julio. El colectivo Bisexuales y Combativas forma parte de la plataforma Orgullo Crítico desde el 2019. Ellas nacen en el mismo año, cuando se dan cuenta de que no hay un bloque para personas bisexuales. “Nos conocíamos de redes, de seguirnos mutuamente, pero no habíamos traspasado la frontera del ordenador”, revela Diana Cardo, portavoz del colectivo.

El sentimiento que les ha llevado a participar en el 28 de junio es similar al de No Binaries. “A la fiesta institucional no le queda reivindicación. Es el momento del año en el que las marcas se cuelgan las banderas de algo que no respetan”, afirma Sara García de Vicuña, otra vocal de Bisexuales y Combativas.

Como tónica general, todos los entrevistados concuerdan en que el Orgullo comercial, como lo llama Decimavilla, ha perdido el sentido de reivindicación y protesta. “Con tanto arcoíris, con tanta fiesta, con tanta carroza se nos ha olvidado que todavía nos faltan muchos derechos por conquistar”, manifiesta Tigra.

 Laura Argounova, asistente al Orgullo crítico, en los alrededores de la Puerta del Sol, Madrid.
Laura Argounova, asistente al Orgullo crítico, en los alrededores de la Puerta del Sol, Madrid.SAMUEL SÁNCHEZ

Laura Argounova (Madrid, 29 años) comenzó a ir a la manifestación del 28 de junio en 2014. La última vez que fue a la estatal fue ese mismo año. Durante la adolescencia acudía religiosamente a la cita del 1 de julio, pero no era consciente de que además de las carrozas, las fiestas y las carreras de tacones, también se trataba de una manifestación. “Lo llamaba cabalgata, desfile. Para mí era un día de fiesta”, cuenta sentada en una terraza cerca de Sol.

Con el tiempo, empezó a militar en diferentes asociaciones y conoció a Orgullo Crítico y su propuesta. “Algo básico es que se respeta el día y además en la estatal hay carrozas y participan partidos políticos que son abiertamente neoliberales y oportunistas”, justifica Argounova.

Pitu Aparicio, educadora social y monologuista hace muchos años que no va a la manifestación estatal “porque se ha perdido la reivindicación de la marcha y se ha convertido en una fiesta que está muy bien, porque es una celebración y una visibilidad, pero que es tan mainstream que se olvida del colectivo”, señala Aparicio por videollamada.

Pancarta reivindicando la bisexualidad y el no binarismo en la manifestación del Orgullo Vallekano, el sábado 24 de junio, en Madrid.
Pancarta reivindicando la bisexualidad y el no binarismo en la manifestación del Orgullo Vallekano, el sábado 24 de junio, en Madrid.JUAN BARBOSA

Ana Fernández Zarate (Madrid, 29 años) acude todos los años a la manifestación que convoca Orgullo Vallekano. Este año se celebró el 24 de junio y siente que tanto en la que estuvo ella como en la de este miércoles 28, hay una representación real de todas las disidencias. “Hay bloques para personas gordas, discapacitadas, racializadas…”, cuenta por teléfono.

Uge Sangil, presidenta de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB), una de las entidades organizadoras del Orgullo, lamenta la distancia entre ellos y Orgullo Crítico. Conoce los reclamos y acepta algunos de ellos, pero siente que “ambos movimientos pueden convivir”, ya que todos tienen “el objetivo de los derechos humanos y el respeto por la diversidad”. Además, desde su perspectiva, las diferencias “son salvables” y está convencida de que “si se sentasen a hablar, se podrían solucionar los problemas”.

Tigra, por su parte, no sabe si esto es posible. “Durante este mes hay mucha solidaridad, mucho ‘el amor es amor’, logos y banderitas arcoíris, pero al final los mensajes que lanzan algunas empresas son contradictorios”, sentencia la vocal de Orgullo Crítico.

La mirada crítica en las periferias de la capital

La asociación Éboli LGTB, en Pinto, lanzó un comunicado el pasado 21 de junio en el que se desvinculaban por completo de todas las actividades promovidas por el gobierno de la localidad, una coalición del Partido Popular y Pinto Avanza. “No es congruente que hagamos la lectura del manifiesto cuando los dos partidos que nos gobiernan no nos apoyan como colectivo”, expone Abraham Febrer, presidente y fundador de la asociación, que añade que «no todo vale» cuando se trata de los derechos humanos.

Vallecas y Alcalá de Henares, entre otras, son dos zonas que también hacen una lectura crítica del MADO. “Como ambas coinciden, nos pareció importante apostar por orgullo de periferia y, en esta ocasión, priorizamos el de Alcalá”, cuenta Decimavilla, que acudió con No Binaries España a la manifestación propuesta por Alcalá Entiende.

Orgullo Vallekano quiere “recuperar la reivindicación alejados del capitalismo rosa”. “No queremos participar del pinkwashing que hace el MADO y las empresas de doble moral como el Corte Inglés, que puede patrocinar el orgullo y vender libros para ‘curar’ la homosexualidad”, inciden los activistas de la plataforma.

Celebraron su propia manifestación, el sábado 24 de junio, en un recorrido que abarca gran parte de la avenida de la Albufera, en el barrio de Vallecas, al sureste de Madrid. Quieren “un barrio educado y sensibilizado en la diversidad sexo afectiva y de género”, afirman desde la organización.

Para ellos, el MADO “ha perdido la capacidad de reacción frente a partidos políticos y tiene las manos atadas por las ayudas económicas”. La manifestación en Vallecas o la que convoca Orgullo Crítico, inciden, son espacios para “poder decir lo que realmente se opina de las cosas”, ya que, al ser colectivos completamente autogestionados, no “le deben nada a nadie”.

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Irene Vega Medina

Redactora en prácticas en la sección de Local desde febrero 2023, anteriormente en Planeta Futuro. Graduada en Lenguas Modernas Cultura y Comunicación, con un máster en Relaciones Internacionales y Estudios Africanos, ambos en la Universidad Autónoma de Madrid. Cursó el máster de periodismo UAM-EL PAÍS con la promoción 2021-2023.

Fuente: https://elpais.com/espana/madrid/2023-06-28/orgullo-critico-otra-forma-de-luchar-por-los-derechos-lgbti-diferente-a-la-oficial-esta-muy-monopolizada-por-los-hombres-homosexuales.html

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