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Hacia un ecologismo epicúreo

Reichmann

Por Jorge Riechmann

Artículo publicado en su obra Un buen encaje en los ecosistemas (Madrid: Catarata, 2014)
Leve revisión del texto fue hecha por el autor. Publicado con el consentimiento expreso del autor

 

“Si vivir se ha convertido a veces en un duro trance, ello no impide descubrir las hermosas posibilidades de la vida. El conglomerado de hechos y propuestas, la maravillosa organización del cuerpo humano, la fraternidad de los ojos con la luz, de la piel con el aire, son realidades ‘verdaderas’, regalos brillantes de la naturaleza. La muerte no es, pues, nada para nosotros. Toda su negatividad acaba proyectándose aún más hacia la vida. (…) La vuelta a la vida, contemplando la muerte con ‘naturalidad’ epicúrea, supone una revalorización del tiempo humano…”

Emilio Lledó [1]

“Hay en el epicureísmo algo extraordinario: el reconocimiento del hecho de que no hay más que un único verdadero placer, el placer de existir, y que, para experimentarlo, basta con satisfacer los deseos naturales y necesarios para la existencia del cuerpo. La experiencia epicúrea es extremadamente instructiva; nos invita, como el estoicismo, a una inversión total de los valores”.

Pierre Hadot [2]

“Valoraba [Manuel Sacristán] en alto grado la obra de Epicuro por su materialismo, por su forma de entender la relación de los hombres con los dioses y, sobre todo, por su forma de defender la libertad. Por eso dijo y escribió varias veces que los marxistas son tambiéncerdos del rebaño de Epicuro. Pero, justamente porque priorizaba la política como ética pública o colectiva, no los quería sueltos, es decir, yendo cada cual a lo suyo, a la salvación de su alma, sino en rebaño, en comunidad, con conciencia de los fines colectivos, al servicio de la colectividad”.

Francisco Fernández Buey [3]

“Ayer comimos ensaimadas (…) y compramos crackers ingleses. (…) Pero no me creas vagamente epicúreo. Epicúreo a secas es mejor”.

Julio Cortázar [4]

“En su diario paseo/ que, vejez avanzada,/ mejoraba su ánimo/ Seishu se sorprendió:/ el puente de madera/ para cruzar el río/ roto yacía entre guijarros/ redondeados, lisos/ por los roces del agua,/ tampoco muy profunda./ Con cariño bajó,/ rescató con cariño/ una tabla muy buena./ Con cariño, y con tiempo,/ porque nada le urgía,/ se fabricó una mesa”.

Antonio Martínez Sarrión [5]

“¿cómo se reúne todo esto?// por la política de los encuentros/ sin más beneficio// que no olvidemos nunca/ nuestra vida común en los árboles/ pasados// y en los remolinos del río Razón// hay que preservar la duración del verano/ ahí va volando el pájaro del arcoiris/ por regalo en tu mano deja hoy caer/ una pluma negra”.

Ildefonso Rodríguez [6]

I. Heráclito: esperar lo inesperado

Desde que hace más de tres decenios leí en Heráclito de Efeso que si no se espera lo inesperado, no se lo hallará [7], la frase nunca se ha borrado de mi memoria. Constituye uno de los puntales de ese conjunto de cuatro ideíllas, mejor o peor hilvanadas, que en los momentos de mayor entusiasmo narcisista uno se atreve a considerar su “sistema de pensamiento”. Me gustaría citar un texto del sociólogo francés Edgar Morin que viene al caso, y pido perdón de antemano por la longitud de la cita. Morin, a comienzos de 2003, justo antes del ataque norteamericano contra Irak, reflexionaba sobre globalización, civilización y barbarie en los siguientes términos. VER ANEXO I.

Al borde del desastre, Morin convoca a la heraclítea esperanza en lo inesperado: sigue siendo posible lo improbable. El surgimiento de lo nuevo, en la historia, quiebra las probabilidades. En los momentos en que un sistema se acerca a una bifurcación, cuando está más alejado del equilibrio, pequeñas causas pueden producir grandes efectos (a diferencia de lo que ocurre cerca del equilibrio, cuando grandes inputs producen pequeños outputs).

No deberíamos subestimar la profundidad de la crisis en la que nos encontramos: vale decir, la lejanía del sistema respecto a posiciones de equilibrio [8]. Por ello, aunque hoy se nos antoje inconcebible, no está excluido el triunfo de las posibilidades improbables (y Morin apunta un par de razonables razones para la esperanza, a las que cabría sumar alguna más: por ejemplo, la extraordinaria plasticidad y capacidad de adaptación del ser humano).

Como es sabido, crisis significa en griego “momento crucial, trance de decisión”. En chino la palabra correspondiente, weiji, se compone de dos caracteres: “peligro” y “oportunidad”. Etimológicamente, accidente significa “lo que te cae encima”. Puede ser una ocasión de cambiar radicalmente, en efecto… a condición de que el peso de eso que se desploma sobre nosotros no sea tan grande que nos aplaste.

La crisis ecológico-social es nuestro punto de partida, con el entenebrecimiento del mundo que la acompaña, y que Morin evoca eficazmente en el largo texto que he citado antes. Pues bien: uno se siente tentado de decir que necesitamos ser heraclíteos para sobrevivir –apostando por las posibilidades improbables en esta “noche oscura” donde intentamos actuar–, y epicúreos para vivir bien, más allá de la mera supervivencia. Dedicaré el resto de este capítulo a justificar la segunda afirmación, explorando las formas en que el pensamiento de aquel antiguo griego puede contribuir a mejorar la idea de vida buena que el ecologismo necesita.

II. Enriquecer más la amalgama

Por lo demás, la fórmula heraclíteos para sobrevivir y epicúreos para vivir bien resulta contundente como lo deben ser las fórmulas eficaces, pero demasiado restrictiva. Pues, a poco que reflexionemos, daremos con otros ingredientes filosóficos que nos resultarán imprescindibles para abordar los terribles retos de nuestro Siglo de la Gran Prueba. Sin alejarnos del mundo de la filosofía antigua, pensemos en la Stoa. Por una parte, su intimación a ser ciudadanos del mundo –cosmopolitas– se revela del todo actual precisamente cuando, en el siglo XX, hemos llegado por vez primera a ser una sola humanidad que habita en una sola Tierra (lema de la primera “cumbre” de NN.UU. sobre medio ambiente, en Estocolmo, en 1972). Por otro lado, los estoicos llegan a vislumbrar, en el seno de una sociedad esclavista, intuiciones sobre la explotación laboral que sólo mucho más tarde se desarrollarán en forma de movimientos sociales como el socialismo del siglo XIX: así, Musonio –el maestro de Epícteto– declarará que “es preciso que uno mismo se ocupe de sus tareas y satisfaga las necesidades corporales sin que otro tenga que alimentarle” [9].

No se trata, entonces, de tener que elegir entre ser epicúreos o estoicos: podemos por el contrario amalgamar elementos de las dos escuelas. Karl Jaspers ya apuntó que epicureísmo y estoicismo apuntan a dos polos opuestos pero inseparables de la vida interior: la plenitud experimentable gracias al placer del mero vivir, en el caso de Epicuro y sus discípulos; y la necesidad de un vínculo moral universal, si pensamos en la Stoa.[10] También Goethe caminó por esta senda: en sus conversaciones con Falk habla de ciertos individuos que, gracias a sus tendencias innatas, son a medias estoicos y a medias epicúreos. “Por lo demás, puede decirse de Goethe que era también a medias estoico y epicúreo; así, por ejemplo, amaba intensamente cada instante como los estoicos y gozaba como un epicúreo” [11]. Nietzsche afirmaba que no había que temer seguir un consejo estoico y después, a tenor de las circunstancias, otro consejo epicúreo. En Thoreau cabe encontrar análoga combinación de sensibilidades…[12]. Se puede en efecto sostener que son complementarias: el estoicismo aporta al epicureísmo la sensibilidad hacia el bien común y las necesidades de la comunidad que a éste le falta; y el epicureísmo aporta al estoicismo una mejor perspectiva ontológica y cosmológica (agnóstica, atomista y desprovista de teleología cósmica), y un razonable hedonismo [13].

III. El ideal epicúreo de una frugalidad no represiva

Defiendo que precisamos, en efecto, una buena dosis de sabiduría epicúrea [14] (eso sí, sin la prohibición de enamorarnos y sin la renuncia a la praxis política [15]). Epicuro, en el siglo IV a.C., propuso una filosofía del cuerpo y de la libertad que puede constituir el antecedente antiguo más sólido y sugestivo de un materialismo ecológico a la altura de las circunstancias históricas de hoy [16]. John Bellamy Foster ha subrayado un llamativo paralelismo entre las cuatro “leyes informales” básicas de la ecología, tal y como las propuso Barry Commoner a comienzos de los años setenta del siglo XX, y ciertos principios de la física de Epicuro. VER ANEXO II.

La filosofía de la naturaleza de Epicuro, a partir del principio de conservación, tendía a una visión del mundo que hoy llamaríamos ecológica. Así, Lucrecio –el principal divulgador del pensamiento del filósofo de Samos– aludió a la contaminación atmosférica debida a la minería, a la disminución de las cosechas por la degradación del suelo fértil, y a la desaparición de los bosques, a la vez que argüía que los seres humanos no son radicalmente distintos de los otros animales [17].

Pero entremos sin más en materia. Además del interés científico que sigue presentando el materialismo epicúreo, a mi entender hay al menos tres enseñanzas morales de Epicuro que son claves para un pensamiento ecológico: la primera de ellas es el discurso sobre necesidades, autocontrol y limitación, que apunta hacia el ideal de una frugalidad no represiva. (Las otras dos enseñanzas morales importantes serían, respectivamente, la reflexión sobre la amistad –y la socialidad básica del ser humano– y el cultivo de la vida interior: más abajo abordaremos ambas.)

“Envíame” –escribe el filósofo de Samos establecido en Atenas, desde su famoso kepos, huerto o jardín, a uno de sus discípulos– “un tarrito de queso, para que pueda darme un festín de lujo cuando quiera”. Comentan sus traductores al castellano, García Gual y Acosta:

“Esta alegre moderación del Jardín, un hedonismo que por su limitación casi resulta una ascética, armoniza bien con la antigua máxima apolínea de que la sabiduría consiste en la moderación y en el conocimiento de los límites” [18].

Más sobre ética de la autocontención desde la antigua Grecia: “La pobreza acomodada al fin de la naturaleza es gran riqueza. Por el contrario, la riqueza no sujeta a límites es gran pobreza” [19]. Y también aconseja Epicuro, aquel griego con quien simpatizaron tanto Nietzsche como Marx: “pan y agua procuran el máximo placer cuando los consume alguien que los necesita. Acostumbrarse a comidas sencillas y sobrias proporciona salud, hace al hombre solícito en las ocupaciones necesarias de la vida, nos dispone mejor cuando alguna que otra vez accedemos a alimentos exquisitos y nos hace impávidos ante el azar” [20].

La afirmación de la corporalidad es gozosa, nada puritana: “Quien menos necesita del mañana, al mañana accede con más gozo” [21]. La calidad prima sobre la cantidad, desde una sabiduría vital que busca la liberación de autoimpuestas servidumbres y de falsos temores: “El sabio ni rehúsa la vida ni le teme a la muerte; pues ni el vivir es para él una carga ni considera que es un mal el no vivir. Y del mismo modo que del alimento no elige cada vez el más abundante sino el más agradable, así también del tiempo, no del más duradero sino del más agradable disfruta” [22].

“Si quieres hacer rico a Pitocles, no aumentes sus riquezas, sino limita sus deseos” [23]. Desde esta idea de autocontrol sobre los deseos, Epicuro encarece más de una vez la bondad de la autosuficiencia, “no para que siempre nos sirvamos de poco sino para que, si no tenemos mucho, nos contentemos con poco, auténticamente convencidos de que más agradablemente gozan de la abundancia quienes menos tienen necesidad de ella y de que todo lo natural es fácilmente procurable y lo vano difícil de obtener” [24].

El epicureísmo en políticas públicas querría decir (muy en la línea de lo defendido en capítulos anteriores de este libro): gestión de la demanda en lugar de incremento constante de la oferta (energía, agua, alimentos…). “No es pobre el que tiene poco, sino el que codicia mucho”, dice el viejo refrán castellano [25], en vena epicúrea. Hedonismo ascético no es una contradicción en los términos: de ello testimonia el frescor de aquel jardín griego.

IV. Diferentes clases de deseos humanos

Epicuro, como se sabe, distinguió entre diferentes clases de deseos humanos: así, la vigésimonona de sus “Máximas capitales” establece que “de los deseos, unos son naturales y necesarios. Otros naturales y no necesarios. Otros no son ni naturales ni necesarios, sino que nacen de la vana opinión” [26]. No veo cómo una teoría crítica puede prescindir de algunos criterios para diferenciar entre necesidades básicas, deseos y apetitos humanos [27]: la clasificación de Epicuro posee un considerable potencial liberador incluso hoy en día.

Pues ¿cómo avanzar hacia pautas de consumo sostenibles sin capacidad para discriminar racionalmente entre diferentes tipos de deseos, y elegir en consecuencia? “No hay que violentar la naturaleza sino persuadirla: y la persuadiremos satisfaciendo los deseos necesarios, los naturales siempre que no nos resulten perjudiciales, y rechazando rigurosamente los nocivos” [28]. En este contexto conviene recordar también que, para el pensador de Samos, “no es insaciable el vientre, como suele decir el vulgo, sino la falsa opinión acerca de la ilimitada avidez del vientre” [29]. Nos hace infelices o bien el temor (a la muerte, o las supersticiones acerca de los dioses), o bien “el deseo ilimitado y vano: quien a esto ponga brida puede procurarse la feliz sabiduría” [30]. Liberarnos del miedo y no ser esclavos de nuestros deseos son las claves para la vida buena.

La producción más importante para el capitalismo es la producción de insatisfacción. Para evitar que se sature la demanda, poniendo en riesgo la venta continuada de mercancías –y con ella la acumulación de capital–, hay que organizar la insatisfacción: por esta razón es el capitalismo un enemigo declarado de la felicidad (que tiene que ver con un epicúreo equilibrio entre logros y expectativas). Y por ello, a mi entender, los partidarios de la felicidad humana no pueden ser sino anticapitalistas.

V. Nuestra vida sin amigos es como la vida del león y del lobo

“No hay hombre sin hombre”, dice otro refrán castellano que también podemos considerar una traducción de la vieja sabiduría epicúrea. En efecto, el segundo elemento básico del epicureísmo que necesitamos actualizar es la elaboración sobre la amistad y la socialidad básica del ser humano: ser frente a tener, vincularse frente a acumular. Una cultura que enseñe a aceptar al otro y a disfrutar de la compañía del otro, pues “de los bienes que la sabiduría ofrece para la felicidad de la vida entera, el mayor con mucho es la adquisición de la amistad” [31].

“Mira con quién comes y bebes antes de mirar qué comes y bebes: nuestra vida sin amigos es como la vida del león y del lobo” [32]. Haciendo caso omiso de que no se haga aquí justicia a la notable socialidad del lobo: en una sociedad ecologizada, cultivar conscientemente la riqueza de la relación humana –un factor básico para la felicidad y el bienestar de las personas– puede compensar la relativa pobreza en cosas.

La psicología social contemporánea, en más de un aspecto, reinventa al filósofo de Samos. Por ejemplo, muestra que unas buenas relaciones humanas son uno de los factores más importantes para la calidad de vida (concepto complejo que de ninguna forma puede reducirse a los estándares materiales del nivel de vida[33]. Así, el catedrático de Políticas Públicas de Harvard Robert Putnam señala que “después de medio siglo de investigaciones sobre los factores que contribuyen a una vida gratificante (…) la conclusión más extendida a la que se ha llegado es que el parámetro más significativo para un diagnóstico de la felicidad es el alcance y la profundidad de las relaciones sociales de una persona” [34].Y Richard Eckersley explica que

“las personas socialmente aisladas tienen entre dos y cinco veces más probabilidad de morir en un año dado que las personas unidas por fuertes vínculos con la familia, los amigos y la comunidad. El bienestar desempeña un papel central en estas asociaciones, mejorando la salud por medio de efectos directos sobre nuestra fisiología, incluyendo el sistema inmunitario (…). En resumidas cuentas, el bienestar procede del estar vinculados y comprometidos, inmersos en una red de relaciones e intereses que dan significado a nuestras vidas. Somos seres profundamente sociales. La intimidad, sensación de pertenencia y apoyo que proporcionan las relaciones personales estrechas parecen lo más importante; y el aislamiento es lo que cuesta más caro” [35].

La ética de Epicuro está fuertemente anclada en su materialismo, y con el énfasis concomitante en la corporalidad, la mortalidad y la libertad humanas. Podríamos ordenar su filosofía según una doble referencia. Por una parte, contra la teleología de las diversas filosofías idealistas, y a favor de la inmanencia de la vida humana. Por otra parte, contra el determinismo de otros pensadores atomistas griegos como Leucipo y Demócrito, y favor de la libertad humana [36]. En Epicuro se ha reconocido a un pensador extrañamente moderno, casi un contemporáneo nuestro:

“Con Epicuro sale a la luz algo esencialmente nuevo en el modo en que el hombre toma posición con respecto al devenir. Puede decirse sin más que sale a la luz el hombre nuevo de la Edad Moderna, que se da cuenta de cómo el remedio (o sea la existencia de lo eterno) es peor que el mal (salir de la nada y volver a ella) y que, por lo tanto, se propone eliminar el terror que lo eterno produce en el hombre” [37].

Y aunque es cierto que el filósofo de Samos sitúa el énfasis de su pensamiento en el individuo, su reflexión sobre la philía (vocablo imperfectamente traducido por “amistad” [38]) impide recluirlo en la estrechez de un individualismo insolidario o despreocupado por lo que sucede en el mundo, extramuros del Jardín.

Por un lado está el deber de no dañar al otro, que nace de una justicia no trascendente, sino acordada entre los seres humanos: “Lo justo según la naturaleza es un acuerdo de lo conveniente para no hacerse daño unos a otros ni sufrirlo” [39]. Por otra parte, no se trata sólo de evitar el daño, sino que en el horizonte despunta la perspectiva de una felicidad compartida. “La amistad danza en torno a la tierra y, como un heraldo, nos convoca a todos nosotros a que nos despertemos para colaborar en la mutua felicidad” [40], reza un famoso fragmento de Epicuro que podemos leer como presentimiento de lo que siglos después hemos llegado a denominar derechos humanos.

Manuel Sacristán se refirió al problema de la superación de las ansias posesivas y consumistas en uno de sus escritos sobre la “Primavera de Praga” de 1968:

“Para el proletariado, la única vía que conduce a la superación del ansia de poseer es la vía materialista que suprime la necesidad y la conveniencia de poseer.

Si los comunistas han de ser (…) ‘pobres y nuevos’, eso se debe no a que hayan de ser enemigos de la abundancia, sino sólo a que no han de querer ser cerdos sueltos del rebaño de Epicuro, sino sólo con la gran piara, encabezada por los involuntarios ascetas proletarios” [41].

Desde una perspectiva de emancipación, precisamos no cerdos sueltos, sino solidarios integrantes de la gran piara humana. VER ANEXO III.

VI. Organizar la cooperación en lugar de la competición

Política de los encuentros, se titula un hermoso libro del poeta leonés Ildefonso Rodríguez [42], y habría que tener presente que ésa es la más alta y más profunda de las políticas. En efecto: no nos hacemos humanos sino en el encuentro con los demás seres humanos. “No hay hombre sin hombre”: una persona, si se piensan las cosas a fondo, no es sino el conjunto de los vínculos resultantes de los sucesivos encuentros, comenzando por el primero y más básico de todos (el encuentro entre el hijo o hija y la madre) [43]. Es la riqueza de nuestros intercambios uno de los rasgos que más radicalmente nos distinguen de otros seres vivos. Como ha subrayado Albert Jacquard -un genetista francés que en los últimos decenios ha desarrollado una reflexión muy sólida a medio camino entre el conocimiento científico y el impulso humanista-,

“La interdependencia impuesta por los límites de nuestro patrimonio crea condiciones favorables a la multiplicación de esos encuentros; es pues una oportunidad, pero hace falta además saber sacar partido de ella. El encuentro es un arte difícil, es algo que se aprende: enseñarlo a todos es la tarea primordial de toda comunidad” [44].

Didáctica de los encuentros, política de los encuentros: ahí es donde nos jugamos nuestro ser o no ser humanos. Y ahí es también donde registramos uno de los mayores fracasos de Occidente –si no el mayor de todos. Al tomar la competencia como motor de la socialidad, al proponer la lucha de cada cual contra los demás como paradigma de la relación humana, la cultura del capitalismo occidental nos sitúa en un pésimo lugar para hacer frente a los desafíos socioecológicos de nuestro “mundo lleno”. Oigamos de nuevo a Jacquard:

“El propósito de una sociedad es el intercambio. Una sociedad cuyo motor es la competición es una sociedad que me propone el suicidio. Si me pongo en competición con el otro, no puedo intercambiar con él, debo eliminarlo, destruirlo” [45].

Asimilar el encuentro humano a un enfrentamiento que se salda con un ganador y un perdedor conduce a que se nos escape toda la potencial riqueza de un intercambio benéfico para ambos. En lugar de un “juego de suma cero” –donde uno gana lo que pierde el otro–, la convivencia humana puede organizarse como un “juego de suma positiva”, donde todos ganan. Epicuro lo vio mejor y nos proporciona recursos más adecuados para las tareas del presente: según la vigésimoprimera de su Máximas capitales, “quien es consciente de los límites de la vida sabe cuán fácil de obtener es aquello que clama el dolor por una carencia y lo que hace lograda la vida entera. De modo que para nada necesita cosas que traen consigo luchas competitivas” [46].

Como decía el naturalista español Joaquín Araujo, entre los derechos humanos se debería incluir también el que todos tenemos a no competir. Urge hoy reemplazar el modelo de la competencia por el de la cooperación: esto, para Occidente, supone toda una revolución cultural [47]. VER ANEXO IV.

VII. Excurso: la vida como fenómeno de simbiosis

Una de las consecuencias socioculturales más interesantes que se derivan de la investigación biológica de Lynn Margulis es la idea de la vida como un fenómeno de simbiosis, frente al énfasis del darwinismo social en la competición y la “lucha por la vida”. Las células de las que estamos hechos comenzaron siendo uniones simbióticas de diferentes clases de bacterias; y en cierto modo, como todos los seres vivos estamos bañados por las mismas aguas y aires, todos los habitantes de la Tierra pertenecemos a una gran unidad simbiótica. “Todas las grandes transiciones evolutivas han sido procesos de cooperación”, sugiere el catedrático de la UPM Miguel Ángel Toro [48]. Como Margulis misma explica:

“Atribuyo la aparición de especies nuevas a la simbiogénesis. (…) Esto es, el contacto físico entre dos organismos vivos distintos para cooperar, ¡acaba por generar organismos nuevos! Dos organismos acaban fusionados en un organismo nuevo, más complejo, con los genes de ambos: en un nuevo tipo de ser vivo. ¡Así fue como apareció la primera célula sobre este planeta! Dos bacterias se fusionaron… y se formó la célula con núcleo, eucariota: las células de las que están hechos todos los animales y las plantas. Desde aquel momento, todo es ya simbiótico: la vida en la Tierra es la resultante de una simbiosis de organismos. (…) Usted, yo y todos los seres vivos somos simbióticos. La vida misma es simbiótica. ¡Vivimos en un planeta simbiótico! O sea, la vida es la tupida red de todos los organismos macroscópicos y microscópicos –conexos, interpenetrados– que genera especies nuevas. (…) Solemos relacionar la palabra ‘bacteria’, ‘microbio’ o ‘germen’ con enfermedad, ¡cuando son justamente la vida! Usted es un saco ambulante de bacterias. Si se las quitasen todas, ¡pesaría usted un 10% menos…!, y moriría, claro. ¡Son maravillosas formas de vida! Fueron la primera forma de vida que apareció sobre este planeta, y cuando la especie humana ya se haya extinguido, ellas seguirán aquí” [49].

“Buen mundo, buena naturaleza ésta donde ha podido producirse la rosa, el agua y la mujer desnuda” [50], pensaba Juan Ramón Jiménez, y Lynn Margulis de seguro añadiría: ¡y el milagro de la bacteria!

La biosfera, diría un darwinista social, es un lugar organizado jerárquicamente donde la principal relación es la de comer o ser comido. Frente a esto, el pensamiento socialista (en sentido muy amplio) organizó desde el siglo XIX un contraataque intelectual que recalcaba los elementos de cooperación y ayuda mutua dentro de la naturaleza: como es sabido, el príncipe –y naturalista, y revolucionario– Kropotkin destacó dentro de esta línea de pensamiento (El apoyo mutuo, 1902).

Ahora, si la hipótesis de Lynn Margulis se ajusta a la verdad (y todo indica que sí), la cuestión de la “ayuda mutua” se plantea sobre bases nuevas y mucho más profundas: la simbiosis estaría en el origen de muchas de las más importantes novedades de la evolución, y las relaciones simbióticas serían el fundamento de toda la vida superior sobre este planeta. La asociación para el provecho mutuo –y no tanto el “comer o ser comido”– constituiría la esencia misma de nuestro vivir como seres orgánicos…

VIII. Excurso a partir del excurso: sobre ecología y utopía en las lejanías australes donde mora el puma

Mario Vargas Llosa ha discurrido sobre ecología y utopía en un artículo titulado “El ejemplo del puma”. Después de narrar la peripecia vital del matrimonio de empresarios estadounidenses Douglas y Kris Thompkins, enriquecidos primero con una cadena de ropa para jóvenes –Esprit– que en 1985 venden con grandes beneficios para dar un giro radical a su vida y consagrarse a la defensa de grandes espacios casi vírgenes adquiridos en el sur de Chile y Argentina a través de suFoundation for Deep Ecology, el novelista peruano concluye:

“Incluso a mí, urbano hasta la médula, amante del asfalto y el acero, alérgico al pasto, al mosquito y a todo lo gregario, convencido de que la inevitable pulverización de las fronteras y las mezclas consiguientes -la odiada globalización- es lo mejor que le ha pasado a la humanidad desde la aparición de la literatura, cuando oigo a Doug Thompkins y veo lo que ha hecho en Pumalín, me conmuevo y quisiera creerle. Por lo auténtico que es y porque detrás de aquello que sostiene ha puesto su vida entera. Pero luego recapacito y digo no: Ésta es otra utopía y, como todas las utopías de la historia, terminará también hecha pedazos. Pero, eso sí, alguna buena huella dejará, algunos bellos bosques y parques y acaso la conciencia en buen número de seres humanos de que la indispensable defensa del medio ambiente debe ser armónica con el desarrollo de la ciencia y la técnica y la industria, gracias a las cuales el ser humano tiene hoy, pese a todo, una vida infinitamente mejor que la del hombre y la mujer de la época feral.

Fui a Pumalín con el sueño de ver a un puma en libertad y nunca lo vi. Pero, gracias a los esfuerzos de Kris y Doug Thompkins, ese hermoso animal, que estaba en vías de extinción, ha renacido y merodea ahora de nuevo por aquí, en la floresta, o en los recovecos de las montañas, esperando la noche para bajar a hacer sus excursiones por los gallineros y los corrales. Pocos lo han visto, porque es arisco, pero todo el mundo ha visto las ovejas destrozadas y las aves de corral devoradas por su ferocidad. El puma, ay, no participa de los románticos anhelos de convivencia, paz y hermandad de los Thompkins, a los que debe su renacimiento Pumalín. El puma es un salvaje depredador. Como el humano” [51].

La última frase –que cierra el artículo– es la clave. Desde la concepción del mundo del neoliberalismo globalizador, los seres humanos son “salvajes depredadores” que no pueden renunciar a devorarse unos a otros. De donde se sigue que los ideales de paz y convivencia [52] han de desestimarse como románticas utopías impracticables, cuando no contraproducentes (pues el infierno, ya se sabe, está empredrado con buenas intenciones). Pero importa darse cuenta de que este juicio sobre el ser humano es un parti pris ideológico, y no una sentencia científica avalada por estudios antropológicos, etnológicos o sociológicos. El puma no puede dejar de devorar ovejas. Pero el ser humano sí que puede dejar de devastar la naturaleza y asesinar a sus congéneres. Está en su naturaleza animal el poder reflexionar, elegir, autoobligarse…

Asombra la pirueta de este liberal redomado: lejos de conceder a los seres humanos la mínima libertad necesaria para efectuar opciones básicas de comportamiento, Vargas los acaba asimilando a la fiera ciegamente cautiva de su instinto. Pero entonces sale sobrando cualquier liberalismo político…

IX. Vuelta desde los excursos: cultivar la vida interior

Finalmente, como tercer tema epicúreo básico para el pensamiento ecológico: “Lo capital para la felicidad es la disposición interior, de la que somos dueños” [53]. Imposible hacer frente a la crisis ecológica sin un consciente cultivo de la vida interior: en un “mundo lleno”, las restricciones a la actuación exterior que nos impone una convivencia regulada por valores de sustentabilidad y justicia han de compensarse con los tesoros que puede deparar la aventura interior. Si tanto turismo a larga distancia no es sostenible, el viaje interior habrá de enriquecerse correlativamente. “Cuando, en efecto, vivimos, gozamos de una dicha similar a la de los dioses” [54]. Es una cuestión que sin duda hay que situar cerca de la exaltación de la corporalidad y el placer que caracteriza a Epicuro, filósofo de la inmanencia:

“La carne concibe los límites del placer como ilimitados, y querría un tiempo ilimitado para procurárselos. Pero el pensamiento, que se ha dado cuenta del fin y límite de la carne, y que ha diluido los temores de la eternidad, nos prepara una vida perfecta, y para nada precisamos ya de un tiempo infinito. Porque ya no se rehúye el placer. Y cuando las circunstancias nos llevan al momento de dejar la vida, no nos vamos de ella con el sentimiento de que algo nos faltó para haberla llevado mejor” [55].

“Después de escribir un poema/ los límites de la hoja ya no están/ donde fue cortado el papel” [56]. Ésta es la forma en que la vida interior puede dilatar los límites que cercan la vida de los hombres. Una vez aceptada a fondo la entropía del mundo físico, la limitación de la biosfera y la finitud de la condición humana, sin embargo la palabra poética (y otras aventuras del espíritu) abren impensados espacios de libertad.

Max Jacob sugirió en la primera frase de su libro Consejos a un joven poeta: “Yo abriría una escuela de vida interior, y escribiría en la puerta: Escuela de arte”. También se podría escribir: Escuela de sustentabilidad.

X. Satisfacción de las necesidades básicas, art de vivre y efectos de umbral

Una traducción del programa epicúreo a los conflictos del siglo XXI podría proponer: satisfacción de las necesidades básicas como punto de partida, y sobre ello reflexivo art de vivre orientado a la sostenibilidad, la libertad y la felicidad.

Como decíamos antes, la investigación social contemporánea ha dado la razón en muchos sentidos al sabio de Samos: “Por encima de un nivel de vida mínimo, el determinante de la calidad de vida individual es el ajuste o la coincidencia entre las características de la situación (de existencia y oportunidades) y las expectativas, capacidades y necesidades del individuo, tal y como él mismo las percibe” [57]. Y la calidad de las relaciones humanas incide mucho más en la sensación de felicidad subjetiva que los niveles de renta. Michel Argyle, comparando las encuestas sobre el grado de satisfacción vital realizadas en diferentes países, concluye que ésta depende principalmente de las relaciones sociales, el trabajo y el ocio, sin que la tríada (donde el primer elemento, si se piensan bien las cosas, en realidad contiene al segundo y al tercero) tenga mucha relación con la renta [58].

Estudios empíricos sobre el grado de felicidad de las poblaciones de diversos países (Encuesta Mundial sobre Valores, con sondeos realizados entre 1990 y 2000) muestran que ingresos monetarios y felicidad (declarada en encuestas) suelen aumentar en paralelo hasta alcanzar cierto límite o umbral (en torno a los 13.000 $ de ingresos anuales, según estos estudios). A partir de ahí, las dos curvas se desconectan, y aumentos ulteriores de ingresos proporcionan un incremento muy limitado de lo que se percibe como felicidad [59]. Aquí tenemos otro “efecto de umbral” similar a los que detectábamos en el capítulo anterior, y que nos encaminan con tanta fuerza a pensar en lasostenibilidad como cuestión de equilibrio, de “justo medio”. VER ANEXO V.

Tampoco esto se encuentra lejos de la reflexión del sabio de Samos: en la Carta a Meneceo expone sintéticamente su clasificación de los deseos (“de los deseos unos son naturales, otros vanos; y de los naturales unos son necesarios, otros sólo naturales; y de los necesarios unos lo son para la felicidad, otros para el bienestar del cuerpo, otros para la vida misma”), para a continuación realizar el elogio de las metas de equilibrio: “Un recto conocimiento de estos deseos sabe, en efecto, supeditar toda elección o rechazo a la salud del cuerpo y a la serenidad del alma, pues esto es la culminación de la vida feliz” [60]. Y también escribió: “Para quienes son capaces de reflexionar, el equilibrio estable de la carne y la confiada esperanza de conservarlo conllevan la dicha más grande y segura” [61].

XI. Reducir selectivamente la complejidad técnica y aumentar la complejidad social

De manera que reivindicamos el hedonismo ascético, el cultivo de la amistad y la aventura interior. Con el viejo Epicuro diremos: el mejor fruto de la autonomía es la libertad [62]. Para el pensador de Samos –realista, desmitificador, antiideológico– “el saber nos hará felices. Al menos el conocimiento de la realidad permitirá deshacernos de la pesada masa ideológica que ha ido acumulando la sociedad, en el duro proceso de su evolución y de su superación” [63].

Para poder reducir selectivamente una complejidad técnica que hoy tiende a hacerse ingobernable, deberíamos aumentar la complejidad social. Las consignas podrían ser: menos trasiego de materiales y energía, y más comunicación humana. Menos automóviles y más erotismo. Menos turismo y más música en vivo. Menos segundas residencias y más poesía.

El elemento del titanismo romántico presente en el marxismo necesita una buena corrección epicúrea. Volver, no ya al joven Marx (el de los Manuscritos de economía y filosofía de 1844), sino al jovencísimo: el de la tesis doctoral sobre Epicuro y Demócrito en 1841 [64]. Quiero decir que el movimiento obrero ha de seguir organizado grupos de estudio de El Capital; pero debería seguramente completarlos con otros grupos para asimilar la filosofía moral de Epicuro.

“La filosofía de la corporeidad y del placer [propuesta por Epicuro] no fue, en ningún momento, esa grosera versión ideológica que una parte de la tradición nos ha entregado. Frente a la mística de las palabras vacías, de los consuelos imposibles, de los premios o castigos de otro mundo, para que los desgraciados se olvidasen de éste, Epicuro levantó la firme muralla de un mensaje revolucionario. Con ello alumbró, de una luz distinta, la democratización del cuerpo humano, el apego a la vida y a la pobre y desamparada carne de los hombres, entre cuyos sutiles y misteriosos vericuetos alentaba la alegría y la tristeza, la serenidad y el dolor, la generosidad y la crueldad. Y, sobre todo, imaginó una educación y política del amor, única forma posible y esperanzada de seguir viviendo” [65]. VER ANEXO VI.

XII. Beber agua cuando se tiene sed y comer pan cuando se tiene hambre

“El mayor placer está en beber agua cuando se tiene sed y comer pan cuando se tiene hambre” [66], decía el sabio griego del Jardín, absteniéndose cuidadosamente de mencionar la coca-cola y el foie-gras de oca. Con buenas razones para ello: cuando, como ve uno en cafeterías universitarias españolas, The Coca-Cola Company hace anuncios de su refresco que constan sólo de una botella casi vacía y el lema latino CARPE DIEM, conviene examinar a fondo, del derecho y del revés, las exhortaciones que recibimos a “vivir el presente”.

Aquel hedonismo mercantil se halla en las antípodas de nuestro hedonismo epicúreo. No hay ética ecológica válida sin solidaridad con el pasado y sin memoria del futuro. Según el profesor Lledó, los escritos de Epicuro constituyen sobre todo “una propuesta de felicidad” [67], y no es que el ecologismo ande sobrado de propuestas de este tipo –al menos en algunas de las versiones de este ideario, quizá excesivamente centradas en la crítica negativa y la ascesis puritana. Por eso hay que prestar mucha atención a la reflexión proveniente de lo que podríamos llamar el ecologismo –y feminismo– epicúreo contemporáneo, lo que cabría denominar un hedonismo anticonsumista, o –tomando prestada la propuesta de la ensayista británica Kate Soper– un nuevo “arte erótico del consumo” (a new erotics of consumption[68]. Por cierto, vale la pena mencionar que –frente a la misoginia de otros pensadores griegos– en el Jardín de Epicuro las mujeres eran miembros de la comunidad bien recibidas, y participaban en las discusiones filosóficas [69].

Epicuro dijo: “Yo por mi parte no sé pensar el bien, si quito los placeres del gusto, del amor, del oído y los suaves movimientos que de las formas percibo por la vista” [70]. En una vena muy epicúrea, Kate Soper sugiere que, aunque se suele presentar a los partidarios de un consumo crítico (menos orientado hacia el tipo de satisfacciones que ofrece la sociedad mercantil) como ascetas puritanos, inclinados a inculcar a la humanidad una concepción más “espiritual” de los placeres y las necesidades, esto resulta bastante confuso. Quizá quepa señalar que el consumismo moderno peca –entre otras cosas– de excesivo desinterés por los bienes de la carne, de falta de atención a la experiencia sensorial, a fuerza de alimentar la obsesión por toda una panoplia de mercancías y servicios mercantilizados que, o bien nos excluyen, o nos mantienen a distancia de una gratificación más auténtica, erótica y sensual.

En efecto: ¿dónde hallar ascetismo más perverso que en sociedades cuyas omnipresentes pantallas televisivas y mecanismos de realidad virtual proporcionan sucedáneos de experiencia, al mismo tiempo que la experiencia sensorial real se reduce y degrada constantemente?

“Un consumo eco-amigable no entrañaría tanto una reducción de los niveles de vida como una redefinición de lo que esos niveles y estándares significan. (…) La llamada al altruismo ha de complementarse con un llamamiento al interés propio, donde lo que se acentúe no sean sólo los riesgos y miserias que hay que superar, sino los placeres alcanzables por medio de la ruptura con las actuales concepciones capitalistas y mercantiles de la vida buena” [71].

XIII. Amistad con la materia y con el cuerpo

A menudo escuchamos o leemos diatribas moralizantes contra la fiebre del materialismo que corrompe a las sociedades modernas. Pero llamar materialismo a cierto conjunto de desagradables rasgos del capitalismo actual supone una ofensa para quienes nos consideramos, de verdad, materialistas (porque descreemos de trasmundos): si algo caracteriza a nuestro sistema productivista/ consumista es más bien su desinterés por la materia (evidente, por ejemplo, en la desconsideración mostrada hacia los ciclos de materia en la biosfera) y su desprecio por el cuerpo (manifiesto, por ejemplo, en la exaltación de lo “virtual” que traspasa la cultura dominante).

“No es correcto, ni mucho menos, decir que la civilización moderna es materialista, si entendemos por materialista la persona que ama la materia. El cerebral moderno no ama la materia sino las medidas, no los sólidos sino las superficies. Bebe por el porcentaje de alcohol (del que se dice que es ‘espirituoso’) y no por el cuerpo y el sabor del líquido. Construye para ofrecer una fachada impresionante, más que para proporcionar un espacio donde vivir. (…) Un ejemplo especialmente significativo de la acción del cerebro contra el cuerpo, o de las medidas contra la materia, es el sometimiento total del ciudadano a los relojes” [72].

Materialista de verdad, en el buen sentido de la palabra, era la cultura que inventó el hamam (los baños árabes), o la cultura que creó las sencillas exquisiteces propias de la cocina mediterránea: en cambio, la cultura de los parques temáticos y los restaurantes de fast-food resulta francamente indigna de aquel honroso calificativo.

“También la frugalidad tiene su medida”, señaló el sabio de Samos, y excederse en ella sería incurrir en pernicioso puritanismo enemigo de la vida: “el que no la tiene en cuenta sufre poco más o menos lo mismo que el que desborda todos los límites por su inmoderación” [73]. VER ANEXO VII.

No podrá emerger una cultura de la sobriedad no represiva (y laica) sin una transformación profunda de las concepciones vigentes acerca del placer. Y ¿qué querría decir “profunda” en este contexto? Manuel Sacristán sugirió lo siguiente:

“Todos estos problemas tienen un denominador común, que es la transformación de la vida cotidiana y de la consciencia de la vida cotidiana. Un sujeto que no sea ni opresor de la mujer, ni violento culturalmente, ni destructor de la naturaleza, no nos engañemos, es un individuo que tiene que haber sufrido un cambio importante. Si les parece, para llamarles la atención, aunque sea un poco provocador: tiene que ser un individuo que haya experimentado lo que en las tradiciones religiosas se llamaba una conversión. (…) Mientras la gente siga pensando que tener un automóvil es fundamental, esa gente es incapaz de construir una sociedad comunista, una sociedad no opresora, una sociedad pacífica y una sociedad no destructora de la naturaleza” [74].

Desde el cristianismo de base y otras corrientes religiosas, por lo demás, se reclaman también perspectivas radicalmente cuestionadoras del consumismo (aunque a veces con matices puritanos que no tenemos por qué compartir):

“Los ciudadanos del primer mundo deberíamos desarrollar una espiritualidad radicalmente anticonsumista, obsesionada por la sobriedad y porque nuestro aparente valor no consista sólo en aquello que tantas veces no vale nada, pero cuesta más dinero. Aun con la conciencia de que toda nuestra injusta economía descansa sobre la necesidad de un consumo cuanto más desenfrenado mejor, deberíamos comprender que un anticonsumismo masivo –si llegara a darse y se orientara más hacia la solidaridad– podría acabar siendo un arma importante para un nuevo orden económico más racional” [75].

Si bien existen límites externos relativamente rígidos para el crecimiento material de la humanidad, no existen límites para el crecimiento interior: no hay límites para el desarrollo social, cultural y educativo de la humanidad. No hay límites para la mejora moral. No hay límites para el amor, para la solidaridad ni para la ternura. No hay límites para la estupefaciente riqueza del mundo construido mancomunadamente por el tú y el yo, por el yo y el nosotros; no hay límites para el mundo de las relaciones humanas, las artes y las ciencias. La propuesta de Lewis Mumford, hace más de setenta años, sigue constituyendo un programa interesante:

“Cuanto más alto es el nivel de vida, menos puede expresarse adecuadamente en términos de dinero, y más debe expresarse en términos de ocio, de salud y actividad biológica, y de placer estético; y más, por tanto, tenderá a ser expresado en términos de bienes y mejoramientos ambientales que quedan fuera de la producción de la máquina. (…) Nuestra meta no es el consumo incrementado sino un estándar vital: menos en los medios preparatorios, más en los fines, menos en el aparato mecánico, más en el cumplimiento orgánico. Cuando tengamos tal norma, nuestro éxito en la vida no será juzgado por la dimensión de los montones de desechos que hemos producido: será juzgado por los bienes inmateriales y no de consumo que hayamos aprendido a disfrutar, y por nuestras realizaciones biológicas como amantes, compañeros y padres, y por nuestra realización personal como hombres y mujeres que piensan y sienten” [76].

XIV. Bienestar y muchotener

“Rebosa mi cuerpo de dulzura viviendo a pan y agua, y escupo sobre esos placeres del lujo, no por ellos mismos, sino por las complicaciones que llevan consigo” [77]. No hay ninguna razón por la cual una sociedad tenga que considerar como la más alta razón de su existencia el crecimiento frenético del PNB en lugar de –por ejemplo– el cultivo del erotismo y el arte culinario, el conocimiento de otras gentes y lugares, los logros literarios y matemáticos, los cánticos corales y los deportes de equipo, o el pasear por un bosque nevado en trineo arrastrado por traílla de perros bien cuidados. Caminar ligeramente sobre la tierra no implica renunciar a los gozos y los goces de una existencia plena, antes bien al contrario [78]. El pensador de Samos insiste en el carácter autolimitado de la “buena” riqueza: según la décimoquinta de sus Máximas capitales, “la riqueza acorde con la naturaleza está delimitada y es fácil de conseguir. Pero la de las vanas ambiciones se derrama al infinito” [79]. Resulta lógico identificar esta “riqueza acorde con la naturaleza” con lo que las teorías contemporáneas sobre necesidades humanas han identificado como necesidades básicas.

A pesar de que se inscribe la palabra bienestar en las banderas de la sociedad de consumo, el objetivo realmente perseguido podríamos denominarlo más bien muchotener. En sociedades productivistas/ consumistas orientadas hacia lo que no es “natural ni necesario” (por emplear la terminología epicúrea), donde se ha establecido la autofrustrante ideología del tener por encima de todas las demás metas, la reconsideración de los fines humanos propuesta por el sabio de Samos encierra aún un potencial crítico considerable. Desde su subversivo pensamiento, podemos explorar el sentido de un bienestar que incluyese las dimensiones del bienser y el bienvincularse, frente a las agresivas y engañosas propuestas del muchotener [80]. La buena vida, el buen vínculo, frente a la autofrustrante acumulación bulímica de experiencias de consumo que no permiten un verdadero disfrute. Los más altos logros de la vida humana no tienen que ver con el consumo material: el afecto, el respeto propio, el reconocimiento mutuo, el sentirse acogido, la alegría de cooperar y conseguir fines comunes, el juego, la actividad autónoma, la fruición estética, el placer sexual, el amor. Una copla flamenca, en vena muy epicúrea, declara: “¿De qué te sirven los bienes/ si mientras en el mundo vivas/ hora de gusto no tienes?” [81].

“Un tiempo ilimitado y un tiempo limitado contienen igual placer, si uno mide los límites de éste mediante la reflexión”, sentenció el sabio Epicuro [82]. Vivido desde dentro, el tiempo de la felicidad es ilimitado, mientras dura. (Y no cabe pensar ni que dure para siempre, ni que nos situemos en él persiguiéndolo directamente: la felicidad es más bien un “producto colateral” de la persecución de otros fines) [83].

XV. En las calles de Nueva York…

Peter Singer –en Una izquierda darwiniana– evoca la camiseta que vestía en sus tiempos el famoso negociante de Wall Street Ivan Boesky (quien sirvió de modelo a Oliver Stone para su personaje de Gordon Gekko en la película Wall Street): en ella estaba impreso “Gana el que tenga más juguetes cuando se muera”. Vale la pena reparar no sólo en la ideología de competencia destructiva y acumulación consumista que vehicula el lema, sino también en el muy preciso término juguetes, que nos remite a al infantilismo del mundo cultural que crea el capitalismo…

Exactamente en las antípodas de ese ethos, y sin salir de Nueva York, vale la pena traer a colación la hermosa anécdota protagonizada por Enrique Morente que cuenta su amigo y colaborador Juan Verdú. El cantaor estaba paseando con sus músicos por la calle 52 y se encontró con tres homelessnegros, que tocaban recipientes de detergentes como si fueran tambores. “Se paró, pidió a los músicos que le hicieran palmas y se puso a cantar. A mí me dio todos los dólares que tenía y me pidió que fuera a comprarles perritos calientes o lo que encontrara. Cuando volví, ya se había formado un corrillo de gente que aplaudía y echaba dinero. Al final, se abrazó con los indigentes y nos fuimos. Y me dijo al oído: ‘¡Si todos somos mendigos en este mundo! El problema, Juan, es que no nos damos cuenta de nuestra propia miseria’ ”.

Ésa es la clase de sensibilidad flamenca –un ethos de generosidad y desprendimiento en la búsqueda de la belleza– que el mismo Epicuro hubiese admirado. Quizá éste es el momento de evocar el famoso tetrafármaco del pensador de Samos:

“Primero: los dioses no son unos entes a los que debemos temer, sino unas composiciones materiales que deben servirnos de modelo, porque saben lo que es la felicidad del pluro placer de existir. Segundo: el sufrimiento es soportable. Si es verdaderamente terrible, acaba por derrotarnos, y, si no acaba por derrotarnos, es que no es tan terrible, por lo que, en ese caso, debemos recurrir a nuestra fuerza de voluntad para descomponerlo. Tercero: no debemos tener miedo a la muerte porque, si estoy aquí, quiere decir que ella no está, y, si aparece la muerte, yo ya habré dejado de estar. Cuarto: la felicidad es alcanzable, consiste en la satisfacción de los únicos deseos naturales y necesarios (beber y comer para saciar la sed y el hambre, que son los verdaderos sufrimientos) y la negativa a satisfacer todos los demás…” [84].

XVI. Aceptar la finitud sin caer en el nihilismo

En el trasfondo de la crisis ecológica, aparece la impostergable cuestión del sentido de la vida humana. El siglo XIX culmina en un redoble fúnebre que quizá Nietzsche hizo resonar mejor que nadie: Dios ha muerto (reléase el prólogo del Zaratustra). Desaparece el horizonte de justificaciones trascendentes, dejamos de poder recurrir a valores basados en trasmundos. Somos lo que somos, ahora y aquí, en toda nuestra “intrascendencia” y finitud. VER ANEXO VIII.

Se despliega entonces un titánico y frenético intento de dar sentido que, bifurcado en dos entreveradas tendencias, abarcará todo el siglo XX. Por una parte, grandes ideologías enajenantes que llegan a plasmarse en auténticas religiones seculares (en su versión criminal, las hemos llamado nazismo y estalinismo). Por otra parte, saturación del horizonte vital con cantidades crecientes de bienes de consumo: la sociedad productivista/ consumista ensayada con poco éxito en la URSS y la zona de influencia soviética, y con más éxito en el Occidente capitalista.

Pero todo ese vasto movimiento fracasa –y de forma catastrófica. Las decenas de millones de muertos que causan las guerras del siglo XX, el exterminio del pueblo judío en la Shoah, y la gravísima crisis ecológica mundial (que desmiente las promesas de la sociedad productivista/ consumista), evidencian inequívocamente un terrible callejón sin salida para la humanidad.

Ahora bien: si no aceptamos los intentos contrailustrados de poner en pie nuevas ideologías religiosas; si no creemos en la posibilidad o en la deseabilidad de intentar proseguir el impulso expansivo del productivismo/ consumismo más allá del planeta Tierra (véase mi argumentación al respecto en Gente que no quiere viajar a Marte); si somos conscientes de la imposibilidad de seguir tratando de colmar la oquedad de sentido con bienes de consumo (a causa de la finitud de la biosfera y los límites ecológicos); y si por último nos atrevemos a mirar de frente la “muerte de Dios” (nuestra finitud, contingencia y “precariedad del ser”, como dice Gomá), ¿qué queda?

A mi entender, sólo dos opciones: o abandonarse al más abismal de los nihilismos (y aparecen síntomas de ello en bastantes fenómenos sociales actuales, me temo), o luchar por construir formas de vida más austeras pero también más plenas, sociedades amigas de la biosfera y practicantes de la ética de la autocontención, sujetos reconciliados con la corporalidad y la finitud humanas. Con ello estaríamos, de alguna forma, redescubriendo zonas del pensamiento del viejo Epicuro, de quien Nietzsche dijo: “La sabiduría no ha avanzado un solo paso más allá de Epicuro –y frecuentemente ha retrocedido muchos miles de pasos por detrás de él” [85].

XVII. Una reflexión final para gentes de izquierda

Como señaló Manuel Sacristán, “la abundancia es en teoría marxista la condición sine qua non para superar la explotación en cualquier forma, para quebrar la vigencia de las leyes históricas de la economía política y para liquidar sus consecuencias, los fetichchismos y alienaciones” [86]. Por eso, el final de la ilusión de abundancia que va de consuno con el reconocimiento veraz de la crisis ecológica impone una reconsideración profunda del ideario socialista- comunista. No habrá toque de varita mágica que nos libre de las complicaciones históricas relacionadas con la escasez: los problemas de eficacia económica, de justicia distributiva, de buenas instituciones políticas, etc.

Sacristán proseguía: “La única vía que conduce a la superación del ansia de poseer es la vía materialista que suprime la necesidad y la conveniencia de poseer”. Un marxismo ecológico seguirá insistiendo en una superación materialista del ansia de poseer, pero menos wildeana (me refiero a la humorada de Oscar Wilde según la cual la única manera de librarse de la tentación es caer en ella) y más epicúrea (tal y como el mismo Manuel Sacristán apuntó en diversas ocasiones). Esto implica volver a situar en el centro del debate la distinción entre lo necesario y lo superfluo (teoría de las necesidades básicas); enriquecer simultáneamente los vínculos interpersonales y la vida interior; y desarrollar un hedonismo anticonsumista que, sin caer en la denigración del placer, sepa que los consumos humanos agregados en demanda global no pueden superar los límites impuestos por la biosfera.

ANEXO I. Sigue siendo posible lo improbable

MORIN, Edgar. “Globalización: civilización y barbarie”, en Clarín/ Le Monde, Buenos Aires, 15 de enero de 2003

“(…) El círculo vicioso palestino-israelí se globaliza, el círculo vicioso Occidente-Islam se agrava. La guerra de Irak eliminará a un horrible tirano, pero intensificará los conflictos, los odios, las revueltas, las represiones, los terrores; y corre el riesgo de convertir una victoria de la democracia en una victoria de Occidente sobre el Islam.

Las olas de antijudaísmo y antiislamismo se fortalecerán y se instalará el maniqueísmo en un choque de barbaries denominado ‘choque de las civilizaciones’.

(…) La barbarie del siglo XX desató en muchas áreas de humanidad los flagelos de dos guerras mundiales y de dos supertotalitarismos. Los rasgos bárbaros del siglo XX siguen todavía presentes en el XXI, pero la barbarie del siglo XXI, preludiada en Hiroshima, trae consigo además la autodestrucción potencial de la humanidad. La barbarie del siglo XX había suscitado terrores policiales, políticos, concentracionistas. La barbarie del siglo XXI contiene, después del 11 de setiembre de 2001, una potencialidad ilimitada de terror planetario.

Lo único que pueden hacer los países para resistir a la barbarie planetaria es encerrarse en sí mismos de manera regresiva, lo cual refuerza la barbarie. Europa es incapaz de afirmarse políticamente, incapaz de abrirse reorganizándose, incapaz de recordar que Turquía fue una gran potencia europea desde el siglo XVI y que el Imperio otomano contribuyó a su civilización. (Olvida que fue el cristianismo, en el pasado, el que se mostró intolerante hacia todas las demás religiones en tanto que el islam andaluz y otomano aceptaba al cristianismo y al judaísmo).

(…) La idea de desarrollo, incluso si se lo considera ‘sostenible’, toma como modelo nuestra civilización en crisis, la civilización que justamente debería reformarse. Impide que el mundo encuentre formas de evolución distintas de las calcadas de Occidente. Impide generar una simbiosis de las civilizaciones, que integre lo mejor de Occidente (los derechos del hombre y la mujer, las ideas de democracia) pero que excluya lo peor. El desarrollo mismo está animado por las fuerzas descontroladas que llevan a la catástrofe.

En su libro Pour un catastrophisme éclairé, Jean-Pierre Dupuy propone reconocer lo inevitable de la catástrofe para poder evitarla. Pero, más allá de que el sentimiento de lo inevitable puede llevar a la pasividad, Dupuy identifica de manera abusiva lo probable con lo inevitable. Lo probable es aquello que, para un observador en un tiempo y un lugar dados, disponiendo de las informaciones más confiables, se presenta como el proceso futuro. Y efectivamente todos los procesos actuales llevan a la catástrofe.

Pero sigue siendo posible lo improbable, y la historia pasada nos demostró que lo improbable podía reemplazar a lo probable, como sucedió a fines de 1941, a comienzos de 1942, cuando la probable larga dominación del imperio hitleriano sobre Europa se volvió improbable para abrir paso a una probable victoria aliada. De hecho, todas las grandes innovaciones de la historia quebraron las probabilidades: fue lo que pasó con el mensaje de Jesús y Pablo, con el de Mahoma, con el desarrollo del capitalismo y luego el socialismo.

Por lo tanto, la puerta a lo improbable está abierta aunque el aumento mundial de la barbarie lo vuelva inconcebible en el momento actual. Paradójicamente, el caos en el que la humanidad corre el riesgo de caer trae consigo su última oportunidad. ¿Por qué? En primer lugar, porque la proximidad del peligro favorece las tomas de conciencia, que entonces pueden multiplicarse, ampliarse y hacer surgir una gran política de salvación terrestre. Y sobre todo por la siguiente razón: cuando un sistema es incapaz de tratar sus problemas vitales, o bien se desintegra o bien es capaz, en su desintegración misma, de transformarse en un metasistema más rico, capaz de tratar esos problemas”.

ANEXO II. El arco desde Epicuro a Commoner

“La importancia del materialismo para el desarrollo del pensamiento ecológico puede entenderse más claramente, desde la perspectiva ecológica contemporánea, si se consideran las cuatro ‘leyes informales’ de la ecología, bien conocidas, que ha formulado Barry Commoner. Son éstas: (1) todo está relacionado con todo lo demás; (2) todas las cosas van a parar a algún sitio; (3) la naturaleza sabe más; (4) nada procede de la nada.

Las dos primeras de estas ‘leyes informales’ y la última de ellas eran destacados principios de la física de Epicuro, en los que hace hincapié el libro I de Lucrecio, De rerum natura, que fue un intento de presentar la filosofía epicúrea en forma poética. La tercera ‘ley informal’ parece a primera vista implicar un determinismo teleológico naturalista, pero en el contexto en que la formula Commoner se entiende mejor en el sentido de que ‘la evolución sabe más’. Es decir: en el curso de la evolución –que debe entenderse no como un proceso teleológico o rígidamente determinado, sino como un proceso que contiene enormes niveles de contingencia en cada uno de sus estadios–, las especies, incluidos los seres humanos, se han adaptado al medio en el que viven mediante un proceso de selección natural de las variaciones innatas que opera en una escala temporal de millones de años. De acuerdo con esta perspectiva, deberíamos proceder con precaución al llevar a cabo cambios ecológicos fundamentales, y reconocer que, si introducimos nuevas sustancias químicas sintéticas, que no son producto de una larga evolución, estamos jugando con fuego ” [87].

ANEXO III. La base fisiológica de la empatía: neuronas espejo que nos ponen en el lugar del otro

A mediados de los años noventa, investigadores italianos y estadounidenses que estudiaban el cerebro de monos descubrieron un singular grupo de neuronas. Estas células cerebrales no sólo se “encendían” cuando el animal ejecutaba ciertos movimientos sino que, simplemente con contemplar a otro hacerlo, también se activaban. Se les llamó neuronas espejo o especulares.

Los estudios llevados a cabo a partir de técnicas de visualización como la resonancia magnética –que permiten rastrear con precisión, tanto temporal como espacial, las rutas de procesamiento del cerebro, las cuales no sólo están determinadas por los genes, sino además por toda la experiencia que un individuo acumula durante toda su vida– muestran que el cerebro humano contiene un sistema de neuronas espejo. Por ejemplo, nuestra corteza cerebral motora, que normalmente utilizamos para tener un control preciso de nuestros propios movimientos, se activa con el simple hecho de mirar los movimientos de otra persona (como si nosotros mismos nos moviéramos, aunque no lo hagamos).

Las implicaciones trascienden, y mucho, el campo de la neurofisiología pura. Su potencial trascendencia para la ciencia es tanta que el especialista Vilayanur Ramachandran ha llegado a afirmar: “El descubrimiento de las neuronas espejo hará por la psicología lo que el ADN por la biología”.

El sistema de espejo permite hacer propias las acciones, sensaciones y emociones de los demás. Constituye la base neurológica de la capacidad de empatía. Las áreas del cerebro donde se encuentran las neuronas espejo, que se activan durante la ejecución y observación de una acción, también añaden intenciones a las acciones presentadas en un contexto. No se trata sólo del reconocimiento de las acciones, sino de su interpretación: comprender lo que piensa y siente el otro. El sistema de espejo hace precisamente eso, ponernos en el lugar del otro. La base de nuestro comportamiento social es que exista la capacidad de tener empatía e imaginar lo que el otro está pensando o sintiendo.

Según el neurobiólogo Giacomo Rizzolati, de la Universidad de Parma, “el mensaje más importante de las neuronas espejo es que demuestran que verdaderamente somos seres sociales. La sociedad, la familia y la comunidad son valores realmente innatos. Ahora, nuestra sociedad intenta negarlo y por eso los jóvenes están tan descontentos, porque no crean lazos. Ocurre algo similar con la imitación, en Occidente está muy mal vista y sin embargo, es la base de la cultura. Se dice: ‘No imites, tienes que ser original’, pero es un error. Primero tienes que imitar y después puedes ser original. Para comprenderlo no hay más que fijarse en los grandes pintores… La parte más importante de las neuronas espejo es que es un sistema que resuena. El ser humano está concebido para estar en contacto, para reaccionar ante los otros. Yo creo que cuando la gente dice que no es feliz y que no sabe la razón es porque no tiene contacto social” (entrevista en El País, 19 de octubre de 2005) [88].

ANEXO IV. Contextos que favorecen la cooperación

Gerhard Scherhorn y sus colaboradores [89] han mostrado que los seres humanos están dispuestos a participar en tareas comunitarias importantes sin expectativas de ganancia personal. El estímulo proviene de los bienes comunes producidos mediante la acción colectiva. Las condiciones que favorecen esta disposición participativa pueden enumerarse:

  1. La acción ha de ser concreta, sus objetivos bien delimitados.
  2. Fuerzas y recursos han de ser adecuados al objetivo (de manera que haya perspectivas de éxito).
  3. Ha de procederse con justicia, de forma que todos o la gran mayoría participen, sin que la gente se escaquee.
  4. Las cargas han de repartirse equilibradamente, de acuerdo con las capacidades y recursos de cada uno/a.

Con este tipo de conocimiento (y no es escaso el ya acumulado por las ciencias sociales), podemos organizar contextos que favorezcan la cooperación en vez de disuadir frente a la misma.

ANEXO V. ¿Las sociedades sobredesarrolladas experimentan un descenso significativo del bienestar subjetivo de la gente?

SCHWARTZ, Barry. Por qué más es menos. La tiranía de la abundancia. Madrid: Taurus, 2005. p. 114

“Dos libros recientes, The American Paradox: Spiritual Hunger in an Age of Plenty del psicólogo David Myers [90] y The Loss of Happiness in Market Democracies del politólogo Robert Lane [91], señalan cómo el incremento de la riqueza material [en EE.UU.] no ha traído consigo un aumento del bienestar subjetivo. Pero van más allá: ambos sostienen que en realidad estamos experimentando un descenso bastante significativo del bienestar. Como lo expresa Myers de un modo muy gráfico, desde 1960 la tasa de divorcios se ha doblado en EE.UU., la tasa de suicidios entre los adolescentes se ha triplicado, la tasa de delitos violentos registrados se ha cuadruplicado, el porcentaje de bebés nacidos fuera del matrimonio se ha sextuplicado y la tasa de parejas que viven juntas sin casarse (lo que sirve para predecir la separación) se ha multiplicado por siete. Está claro que todo esto no revela un aumento del bienestar. Además, como señala Lane, la tasa de depresión clínica severa se ha multiplicado más de tres veces en las dos últimas generaciones, y del año 1900 al 2000 ha crecido quizá unas diez veces más. Todo esto contribuye a (y se ve agravado por) un aumento masivo de los niveles de estrés. Un estrés que a su vez favorece la hipertensión y las enfermedades cardiacas, reduce la respuesta del sistema inmunológico y causa ansiedad e insatisfacción…”

ANEXO VI. Cultivarnos

Comunicación personal por correo electrónico, 4 de diciembre de 2014

Daniel Gil-Pérez, comentando el documento “Un proyecto económico para la gente”, elaborado por Juan Torres y Vicenç Navarro para la dirección de Podemos en el otoño de 2014, critica la nula atención a la cultura en toda la presentación de este esbozo de programa económico. “Parece que se olvida que la cultura es el tercer sector económico que crea más empleo directo en la Unión Europea y que cerca del 20% de los trabajadores menores de 30 años corresponde a ese sector. Pero hay más: la protección y promoción de la cultura y la defensa de la diversidad cultural constituyen potentes instrumentos para la transición a la Sostenibilidad. Una justificación de esta necesidad la ha ofrecido el escritor franco libanés Amin Maalouf con estas acertadas reflexiones, recogidas en su libro El desajuste del mundo (Alianza Editorial, 2009):

‘Cada vez somos más los que vivimos más años y en mejores condiciones; y no pueden por menos de acecharnos el aburrimiento y el temor al vacío; y no puede por menos de tentarnos huir de ellos mediante un frenesí consumista. Si no queremos agotar enseguida los recursos del planeta, tendremos que dar tanta preferencia como sea posible a otras formas de satisfacción, a otras fuentes de goce, sobre todo a saber más y a desarrollar una vida interior floreciente.

No se trata de imponerse privaciones ni practicar la ascesis. (…) Pero si deseamos disfrutar durante mucho tiempo y con plenitud de cuanto nos brinda la vida no nos queda más remedio que modificar nuestra forma de comportarnos. No para mermar nuestra paleta de sensaciones, sino, antes bien, para ampliarla, para enriquecerla, para buscar otras satisfacciones que podrían resultar intensas.

¿No distinguimos, acaso, en lo referente a las fuentes de energía, entre la energía fósil, que se agota y contamina, y las energías renovables, como las olas, la energía eólica o la geotérmica, que no se agotan? Podrían hacerse distinciones así al hablar de nuestro modo de vida. Podemos intentar satisfacer las necesidades y gozar de los placeres de la existencia consumiendo más, lo que supondrá una carga para los recursos del planeta y acarreará tensiones destructivas. Pero también podríamos hacerlo de otra manera, haciendo prevalecer el aprendizaje en todas las edades de la vida, animando a todos nuestros contemporáneos a que estudien lenguas, a que se apasionen por las disciplinas artísticas, a que se familiaricen con las diversas ciencias, para que así sean capaces de valorar lo que significa un descubrimiento en biología o en astrofísica. El saber es un universo inconmensurable; todos podríamos pasarnos la vida tomando cosas de él sin tasa y no lo agotaríamos’.

Y no se trata solo de proponer el consumo de conocimiento en vez del consumo material: contribuir a ampliar el conocimiento en cualquiera de sus formas, elaborar productos culturales, contribuir a concebir y resolver problemas, junto a otros, puede dar satisfacciones aún mayores que el simple consumo”.

ANEXO VII. Emilio Lledó sobre el placer del cuerpo

LLEDÓ, Emilio. Epicureísmo. Una sabiduría del cuerpo, del gozo y de la amistad. Madrid: Taurus, 2003. p. 105-106

“El corte de la temporalidad inmediata, que va poniendo cerco a cada una de nuestras sensaciones, queda transfigurado por esa presencia del placer. Ese placer no sólo incide en la realidad corporal, estableciendo un puente entre el mundo al que pertenecemos o que nos pertenece y nosotros mismos, sino que además nos ofrece una correspondencia y fraternidad entre esas dos ‘materialidades’, la de nuestro cuerpo y otros cuerpos, la de nuestro cuerpo y el mundo. En el fondo, el placer presta al callado mecanismo de la carne una iluminación que la trasciende; pero cuya principal misión es, en ese acto ‘trascendente’, volver a recobrar esa posibilidad de continuada y esperada afirmación y seguridad que el placer ofrece. Sin duda que todas las lenguas han recogido, en el tesoro de su vocabulario, los términos que designan esas situaciones, la mayoría de ellas surgidas de nuestra capacidad de unión con el mundo y con los otros seres humanos. Esa apropiación de lo real, con ‘consciencia gratificante’ y creadora de esa apropiación, constituye, sin duda, uno de los ‘fenómenos’ más extrordinarios y profundos de la naturaleza.

(…) Toda sociedad en crisis con su propia continuidad ha sido enemiga del placr. Toda negación de la vida y de la limitada pero viva y creadora aventura del cuerpo y de su mente ha producido una cultura quebrada en su origen, y necesitada siempre del engaño, la mistificación y, por supuesto, la violencia. La negación del placer provoca, sobre todo, la alternativa ideológica de los ‘no-gozadores’, de aquellos que entierran la posibilidad del cuerpo para, de paso, aniquilar también la posibilidad de la inteligencia, de la creación, de la libertad. Es sobre esta base primera de la sensación, de la corporeidad y de su afirmación como placer, donde Epicuro quiere establecer el fundamento primero de la vida humana”.

ANEXO VIII. El gran teatro de la finitud

GOMÁ LANZÓN, Javier. “Aprender a ser mortal”. ABCD las Artes y las Letras, 30 de abril de 2005

“Definitivamente, somos seres finitos, somos contingentes, somos y podríamos no ser, somos y algún día no seremos. El hombre ha necesitado siglos para alcanzar esta certidumbre. No faltaron pensadores, poetas y moralistas que tuvieron conciencia de esta precariedad del ser en el pasado, pero lo que hace única la hora presente es la fundación de toda una civilización en esa asunción de la propia finitud, que se manifiesta en el proceso radical de secularización y racionalización de la cultura (…). En ese inmenso desencantamiento del mundo, está por ver la capacidad civilizatoria de la laicidad. La forma política de la finitud es la democracia, porque es un sistema basado en los acuerdos y las mayorías y excluye las verdades absolutas y en general todo absolutismo. (…) Será interesante observar si puede sostenerse mucho tiempo o si incluso es una conquista perdurable este laicismo civilizatorio que renuncia de verdad a legitimarse en la religión y en la mitología, sacrificadas en el altar de una racionalidad democrática y secular. Se trata de una experiencia rigurosamente novedosa de insospechados resultados todavía, pues puede suceder que, en efecto, el experimento tenga buen suceso y madure una innovadora forma de organizarnos política y simbólicamente los hombres, legitimados en nosotros mismos aun sabiendo que somos falibles, sin admitir ninguna instancia de valor absoluto ni siquiera en nosotros mismos, pero bien puede suceder también que el hombre, en el fondo, sea una máquina de sacralizar y que, asfixiado entre tanto relativismo, acabe creándose una nueva mitología por la puerta de atrás o se invente lo que Rosa Sala Rose llama ‘las religiones artificiales’, como el arte o la ciencia, con sus sacerdotes, sus templos, sus cultos y su beatería. El éxito de esta empresa monumental dependerá de la capacidad de cada uno de los sujetos individuales en convertirse en ciudadanos, entendiendo por ciudadano el estatus del yo que acepta su posición relativa en la polis, el gran teatro de la finitud”.

Notas

[1] Emilio Lledó, El epicureísmo. Una sabiduría del cuerpo, del gozo y de la amistad. Madrid: Taurus, 2003, p. 79.
[2] Pierre Hadot, La filosofía como forma de vida, Alpha Decay, Barcelona 2009, p. 231.
[3] Entrevista en El Viejo Topo (dossier sobre Manuel Sacristán), Barcelona, julio de 2005.
[4] Carta a Eduardo Jonquières, 27 de marzo de 1955.
[5] Antonio Martínez Sarrión, Poeta en diwan, Tusquets, Barcelona 2004, p. 115.
[6] Ildefonso Rodríguez, Política de los encuentros, Icaria, Barcelona 2003, p. 85.
[7] “Si no se espera lo inesperado, no se lo hallará, dado lo inahallable y difícil de acceder que es”. Heráclito, 22 B 18 (véase el volumen 1 de Los filósofos presocráticos, edición de Conrado Eggers Lan y Victoria E. Juliá, Gredos, Madrid 1978, p. 383). He reflexionado sobre esta sentencia fulgurante en numerosos lugares, y especialmente en algunos pasos de Resistencia de materiales, Montesinos, Barcelona 2006.
[8] Vale la pena, en este punto, evocar alguna de las reflexiones de Immanuel Wallerstein: “He explicado que la fuente de la destrucción ecológica es la necesidad de externalizar costes que sienten los empresarios y, por tanto, la ausencia de incentivos para tomar decisiones ecológicamente sensatas. He explicado también, sin embargo, que este problema es más grave que nunca a causa de la crisis sistémica en que hemos entrado, ya que ésta ha limitado de varias formas las posibilidades de acumulación de capital, quedando la externalización de costes como uno de los principales y más accesibles remedios paliativos. De ahí he deducido que hoy es más difícil que nunca obtener un asentimiento serio de los grupos empresariales a la adopción de medidas para luchar contra la degradación ecológica. Todo esto puede traducirse en el lenguaje de la complejidad muy fácilmente. Estamos en el período inmediatamente precedente a una bifurcación. El sistema histórico actual está, de hecho, en crisis terminal. El problema que se nos plantea es qué es lo que lo reemplazará. Ésta es la discusión política central de los próximos 25-50 años. El tema de la degradación ecológica es un escenario central para esta discusión, aunque no el único. Pienso que todo lo que tenemos que decir es que el debate es sobre la racionalidad sustantiva, y que estamos luchando por una solución o por un sistema que sea sustantivamente racional” (Immanuel Wallerstein, “Ecología y costes de producción capitalistas: no hay salida”, Iniciativa Socialista 50, otoño de 1998, p. 62). Vale decir: lo decisivo no se juega en la racionalidad formal de los cambios marginales dentro del sistema, sino en la racionalidad sustantiva del cambio hacia otro nuevo sistema.
[9] El texto de este estoico romano del siglo I d.C. dice: “Los jóvenes sacarían mucho mayor provecho si no frecuentaran a un maestro de ciudad para escucharle disertar en una escuela de filosofía y pudieran verlo trabajar en el campo y experimentar en la práctica lo que sus palabras enseñan, a saber, que es preciso que uno mismo se ocupe de sus tareas y satisfaga las necesidades corporales sin que otro tenga que alimentarle”. Lo cita Pierre Hadot en Ejercicios espirituales y filosofía antigua, Siruela, Madrid 2006, p. 280.
[10] Karl Jaspers, “Epikur”, en Mélanges E. Beutler, 1960, p. 132.
[11] Hadot, Ejercicios espirituales y filosofía antigua, op. cit., p. 281.
[12] Lo rastrea Hadot en su ensayo sobre Thoreau “En la actualidad hay profesores de filosofía, pero no filósofos”, Ejercicios espirituales y filosofía antigua, op. cit., p. 275 y ss.
[13] La idea epicúrea de hedonismo ascético rebrotó con la crisis multidimensional –económica, ecológica, sociocultural– de los años setenta del siglo XX. Véase por ejemplo José Luis López Aranguren, “Ética de la penuria”, en Revista de Occidente 1 (nueva etapa), abril-junio de 1980, p. 67-74.
[14] Una introducción llena de empatía al pensamiento de Epicuro, por uno de los grandes maestros españoles en la filosofía antigua: Emilio Lledó, El epicureísmo. Una sabiduría del cuerpo, del gozo y de la amistad, Taurus, Madrid 2003. Un buen estudio de conjunto sobre las éticas helenísticas en Josu Landa, Éticas de crisis, Fondo Editorial del Caribe, Barcelona (Venezuela) 2012. Y una imprescindible perspectiva de largo alcance en Pierre Hadot, Ejercicios espirituales y filosofía antigua, Siruela, Madrid 2006.
[15] “Hemos de liberarnos de la cárcel de los intereses que nos rodean y de la política” (Epicuro,Ética, ed. de Carlos Carcía Gual y Eduardo Acosta, Barral, Barcelona 1974, p.129; ver también p. 137 para los reparos frente al amor).
[16] Véanse innovadoras relecturas de Marx como la de John Bellamy Foster: La ecología de Marx. Materialismo y naturaleza, Libros del Viejo Topo, Barcelona 2004.
[17] El gran poeta romano Tito Lucrecio Caro, máximo representante del epicureísmo latino en el siglo I antes de nuestra era, plasmó en su poema De rerum natura la exposición más completa de la física epicúrea que ha llegado hasta nosotros. Una buena versión es la de Eduardo Valentí (Eds. Alma Mater, Barcelona 1961).
[18] Epicuro, Ética, op. cit., p. 49.
[19] Epicuro, Ética, op. cit., p. 123.
[20] Epicuro, Ética, op. cit., p. 97.
[21] Epicuro, Ética, op. cit., p. 206.
[22] Epicuro, Ética, op. cit., p. 93.
[23] Epicuro: Ética, op. cit., p. 153.
[24] Epicuro: Ética, op. cit., p. 97.
[25] Refranero clásico español, edición de Felipe C.R. Maldonado, Taurus, Madrid 1982, p. 157.
[26] Epicuro: Ética, op. cit., p. 113. Diógenes Laercio aclara que “naturales y necesarios considera Epicuro a los que eliminan el dolor, como la bebida para la sed. Naturales pero no necesarios los que sólo colorean el placer, pero no extirpan el dolor, como los alimentos refinados. Ni naturales ni necesarios, por ejemplo, las coronas y la dedicación de estatuas”.
[27] Son básicas las distinciones entre necesidades y satisfactores de las mismas, y entre needs ywants. Reflexioné al respecto en Jorge Riechmann (coord.), Necesitar, desear, vivir. Los Libros de la Catarata, Madrid 1998.
[28] Epicuro: Ética, op. cit., p. 121. Vale la pena recordar otra de las exhortaciones del Gnomologio Vaticano: “Éste es el grito de la carne: no tener hambre, no tener sed, no tener frío; quien tenga y espere tener esto también podría rivalizar con Zeus en felicidad” (p. 123).
[29] Epicuro, Ética, op. cit., p. 129.
[30] Epicuro, Ética, op. cit., p. 149.
[31] Epicuro, Ética, op. cit., p. 113.
[32] Epicuro, op. cit., p. 257.
[33] La calidad de vida incluye componentes tanto materiales como inmateriales, y puede pensarse con ayuda de la consagrada terna tener/ amar/ ser (donde al tener pertenecen las condiciones objetivas de vida como alimentación, vivienda, educación, ingresos, salud, condiciones de trabajo, etc.; al amar las relaciones personales, la integración social, la participación, etc.; y al ser las cuestiones de autorrealización, potenciación de capacidades, arte y cultura, etc.). Un adecuadonivel de vida (que incluya al menos la satisfacción de las necesidades básicas) forma parte de lacalidad de vida, pero ésta no se agota ni mucho menos en aquél. Puede valer la pena releer el clásico de Erich Fromm ¿Tener o ser?, FCE, México 1978. Así como Martha Nussbaum y Amartya Sen (coords.), The Quality of Life, Oxford 1993.
[34] Robert D. Putnam, Bowling Alone: The Collapse and Revival of American Community, Simon & Schuster, Nueva York 2000, p. 332.
[35] Richard Eckersley, “What is wellbeing, and what promotes it?”, enhttp://www.wellbeingmanifesto.net/wellbeing.htm, consultada el 26 de diciembre de 2005.
[36] Es la famosa cuestión de la parénclisis, clinamen o desviación de los átomos, introducida –ya lo advirtió Marx– para salvar la libertad humana. Epicuro, en la Carta a Meneceo, señala que algunas cosas suceden por necesidad, otras por azar y otras dependen de la libertad humana, y con cierta sorna comenta: “Era mejor prestar oídos a los mitos sobre los dioses que ser esclavos del destino de los físicos. Aquellos, en efecto, esbozaban una esperanza de aplacar a los dioses por medio de la veneración, pero éste entraña una inexorable necesidad”. Epicuro, Ética, op. cit., p. 101.
[37] Emanuele Severino, La filosofía antigua, Ariel, Barcelona 1986, p. 173.
[38] Véase Lledó, El epicureísmo, op. cit., p. 115 y ss.
[39] Epicuro, Ética, op. cit., p. 113.
[40] Epicuro, Ética, op. cit., p. 127; traducción corregida con la de Lledó, op. cit., p. 125. Comenta el estudioso español: “Todo cuerpo es sagrado, aunque esté ‘dormido’, gravitando sobre el estrecho recinto de su egoísmo, de sus intereses, y acentuando el aspecto de su ‘insaciable sociabilidad’. Esa comunidad de hombres ‘despiertos’ que descubren la común tarea de fraternidad es, efectivamente, un proyecto que entonces debió de parecer utópico, pero que después de veinte suglos se confirma como la única posibilidad de pervivencia y de sentido. Un proyecto utópico, no porque estuviese fuera de la posibilidad, del tópos, del espacio humano, sino porque es ardua la tarea de ‘realizarlo’” (p. 126).
[41] Manuel Sacristán, “Checoslovaquia y la construcción del socialismo”, en Intervenciones políticas, Icaria, Barcelona 1985, p. 253-254. La referencia al rebaño de Epicuro merece una explicación. En una carta que escribió el poeta latino Horacio a un amigo, le cuenta con lujo de detalles un banquete descomunal. Le presenta y describe los platos que ha probado y contabiliza los litros de vino que su organismo feliz ha recibido. El poeta se despide con la siguiente frase: “Te saluda un cerdo de la piara de Epicuro”. El epíteto funda un equívoco: para muchos el epicureísmo se asociará con la desmesura y la concupiscencia, mientras que si algo caracterizaba a su fundador era el ascetismo no enemistado con el placer.
[42] Ildefonso Rodríguez, Política de los encuentros, Icaria, Barcelona 2003.
[43] Entre los pensadores del siglo XX, Cornelius Castoriadis es probablemente el filósofo clave para esta cuestión. Explica Xavier Pedrol cómo para Castoriadis “la configuración de las instituciones que conforman la vida social adquiere una función primordial para el desarrollo de la individualidad. De la misma manera que un medio ambiente sin oxígeno impide el desarrollo del organismo humano, un ser humano sin vida social es un ser sin articulación lingüística, sin autoconciencia y, por lo tanto, imposibilitado de tornarse un individuo, en el sentido habitual de esta palabra. Pero, por otra parte, este conjunto de instituciones que permiten el desarrollo de la individualidad es producto de la creatividad de los seres humanos, de su hacer histórico-social, y adopta formas diversas en cada sociedad. Lo que llamamos individuo es ya, de hecho, una institución social” (Xavier Pedrol en su “Introducción” a Castoriadis, Escritos políticos, Los Libros de la Catarata, Madrid 2005, p. 22).
[44] Albert Jacquard, “Finitud de nuestro patrimonio”, Le Monde Diplomatique (edición española) 103, mayo 2004, p. 28.
[45] Citado en Leonardo Boff: “Porto Alegre, Davos y la globalización”, en REBELIóN, consultado el 25 de enero de 2003. Enlace: http://www.rebelion.org
[46] Epicuro, op. cit., p. 109.
[47] Salir de la carrera competitiva a escala mundial, ¿es posible? Sólo con instituciones de regulación a nivel también mundial. Se trata de implantar estructuras de gobierno planetario más democráticas y eficaces que las que incipientemente ya existen: la Organización de las Naciones Unidas, y algunos organismos especializados como la UNESCO o la OMS (Organización Mundial de la Salud). Como no es éste el lugar para desarrollar esta cuestión importantísima, me limito a dejarla apuntada en breve nota a pie de página.
[48] Miguel Ángel Toro, “Altruismo y cooperación en los grupos humanos”, ponencia en el curso “Dimensiones sociales del animal humano: una interpretación evolutiva”, Facultad de Biología de la UAM, 12 al 21 de diciembre de 2011.
[49] Entrevista en La Vanguardia Digital, 27 de enero de 2003. Se trata de ideas que la profesora de la Universidad de Masschusetts desarrolla en obras como Planeta simbiótico (Debate, Madrid 2002).
[50] Juan Ramón Jiménez: 80 nuevos aforismos (1921-1926), edición de Arturo del Villar, Aula de Literatura “José Cadalso”, San Roque (Cádiz) 1995, p. 24.
[51] Mario Vargas Llosa, “El ejemplo del puma”, El País, 20 de marzo de 2005, p. 14.
[52] Vargas Llosa los pinta de esta guisa: “¿Cómo no resultaría atractiva a muchos jóvenes, nacidos en medio del gran naufragio de las viejas utopías colectivistas y autoritarias, esta fantasía verde, generosa, de un mundo en el que las contaminadas ciudades donde ganarse la vida vuelve al hombre lobo del hombre, serían reemplazadas por pequeñas comunas entrañables y fraternas, que, rodeadas de bosques y ríos y mares ubérrimos, dedicarían su tiempo a quehaceres creativos y solidarios, sin amos y sin siervos, al servicio del ser humano y de la naturaleza, del hermano bípedo y del hermano puma y del hermano pez y de la hermana tarántula, viviendo estrictamente de lo que la buena madre tierra, y el padre bosque, y el abuelo cielo se dignarían proveer? Un mundo sin ansiedad, sin pobres ni ricos, sin fábricas, sin lujos, de espartana belleza, de talleres, donde la diferencia de las culturas sería una virtud y habría tantos dioses como seres vivientes” (loc. cit.).
[53] Diógenes de Enoanda, discípulo de Epicuro, citado en op. cit., p. 58.
[54] Epicuro, Ética, op. cit., p. 157.
[55] Epicuro, máxima XX. He fusionado las traducciones de Lledó (op. cit., p. 105) y García Gual (op. cit., p. 109).
[56] Joan Brossa, La piedra abierta, Galaxia Gutenberg, Barcelona 2003, p. 401.
[57] Levi y Anderson: La tensión psicosocial. Población, ambiente y calidad de vida, Ed. El Manuel Moderno, México DF 1980.
[58] Michel Argyle, The Psychology of Happiness, Methuen, Londres 1987; The Social Psychology of Work, Penguin, Harmondsworth 1990; The Social Psychology of Leisure, Penguin, Harmondsworth 1996.
[59] Worldwatch Institute: La situación del mundo 2004 (centrado en el consumo como tema monográfico). Icaria, Barcelona 2004, p. 299. Se refiere a Ronald Inglehart y Hans-Dieter Klingemann, “Genes, culture, democracy and happiness”, en Ed Diener y E.M. Suh (eds.), Culture and Subjective Well-Being, The MIT Press, Cambridge (MA) 2000, p. 171. De Ed Diener (una figura central en estos estudios empíricos sobre la sensación de felicidad) véase también “Subjective well-being: The science of happiness and a proposal for a National Index”, American Psychologist vol. 55, 2000, p. 34-43.
[60] Epicuro, Ética, op. cit., p. 95.
[61] Epicuro, Ética, op. cit., p. 151.
[62] Epicuro, Ética, op. cit., p. 133.
[63] Emilio Lledó, El epicureísmo. Una sabiduría del cuerpo, del gozo y de la amistad, Taurus, Madrid 2003, p. 67.
[64] Marx escribió su tesis doctoral, titulada Diferencia entre la filosofía de la naturaleza de Demócrito y la de Epicuro, en 1840-41. Sobre el Marx joven y el jovencísimo, Francisco Fernández Buey: Marx (sin ismos), El Viejo Topo, Barcelona 1998.
[65] Lledó, El epicureísmo, op. cit., p. 8.
[66] Epicuro, Ética, op. cit., p. 73.
[67] Lledó, El epicureísmo, op. cit., p. 7.
[68] Kate Soper: Troubled Pleasures. Verso, Londres 1990, p. 23-86.
[69] JB. Foster, La ecología de Marx, op. cit., p. 69.
[70] Citado en Lledó, El epicureísmo, op. cit., p. 110.
[71] Kate Soper, What is Nature?, Blackwell, Oxford 1995, p. 269 y 271.
[72] Alan Watts, La sabiduría de la inseguridad. Mensaje para una era de ansiedad, Cairos, Barcelona 1978, p. 63 y 65. (El original inglés es de 1951.)
[73] Epicuro, Ética, op. cit., p. 129.
[74] Manuel Sacristán: conferencia “Tradición marxista y nuevos problemas” (Sabadell, 3 de noviembre de 1983), ahora en Seis conferencias –Sobre la tradición marxista y los nuevos problemas, edición de Salvador López Arnal, Los Libros del Viejo Topo, Barcelona 2005. Vale la pena recordar que este tema de la “conversión” ocupaba también a Cornelius Castoriadis, más o menos por los mismos años que a Sacristán. Así, el pensador griego (o greco-francés, si se quiere) evocaba la instauración de una verdadera democracia como “tranformación radical de lo que los seres humanos consideran importante y sin importancia, valioso y sin valor, en una palabra, una transformación psíquica y antropológica profunda, y con la creación paralela de nuevas formas de vida y de nuevas significaciones en todos los dominios”. Y seguía: “Tal vez estamos muy lejos de ello, tal vez no. La transformación social e histórica más importante de la época contemporánea, que todos hemos podido observar durante la última década, pues fue entonces cuando se hizo verdaderamente manifiesta, pero que se encontraba en curso desde hacía tres cuartos de siglo, no es la revolución rusa ni la revolución burocrática en China, sino el cambio de la situación de la mujer y de su papel en la sociedad” (Castoriadis, “Reflexiones sobre el desarrollo y la racionalidad”, en Jacques Attali, Cornelius Castoriadis, Jean-Marie Domenach y otros: El mito del desarrollo,Kairós, Barcelona 1980, p. 216).
[75] Cristianisme i Justícia: “Reflexiones sobre el cambio de siglo y de milenio”, Papeles de Cristianisme i Justícia 137, Barcelona, diciembre de 1999, p. 4.
[76] Lewis Mumford, Técnica y civilización, Alianza, Madrid 1992, p. 423. (La edición original inglesa es de 1934.)
[77] Epicuro citado en Lledó, El epicureísmo, op. cit., p. 111. Comenta el profesor Lledó: “El pan y el agua, realidades para la pervivencia individual, son metáforas para la solidaridad colectiva. No es posible la vida social, sin esa esencial distribución del placer, del placer de lo necesario. Detrás de la modesta expresión que reduce toda la teoría hedonista a ese ‘pan y agua’ del fragmento, late la fuerza y la exigencia revolucionaria de la necesidad. Nada es posible, ni la cultura, ni la ética, ni la educación, si no se lucha antes por la política de lo necesario, por la política de la vida” (p. 112).
[78] En el lenguaje más bien cosificador de la teoría económica, a actividades tales como la conversación entre amigos, el encuentro amoroso o el enriquecedor debate de ideas se les llamabienes relacionales (véase Félix Ovejero Lucas: Mercado, ética y economía –Icaria, Barcelona 1994–, p. 40-42). Se denomina así a los bienes caracterizados por las siguientes propiedades: (a) su materia prima es el tiempo, y se producen sin costes económicos; (b) su elaboración es una actividad compartida y placentera en sí misma; (c) se consumen en el mismo instante en que se producen; (d) se consumen conjugadamente (y se parecen en esto a los bienes públicos: el consumo de unos no excluye el que otros puedan consumirlos a su vez). Resulta obvio que una sociedad que primase la “producción de bienes relacionales” frente a otras actividades productivas sería una sociedad de impacto ambiental reducido –amén de resultar deseable por otras propiedades muy atractivas.
[79] Epicuro, Ética, op. cit., p. 107.
[80] Hay toda una interesante línea de investigación contemporánea sobre “bienestar anticonsumista” de la que pueden dar idea: Clive Hamilton, Growth Fetish, Allen & Unwin, Sydney. 2003. H. Shah and N. Marks, A wellbeing manifesto for a flourishing society, New Economics Foundation, Londres 2004. Richard Eckersley, Well & Good: How We Feel & Why It Matters, Text Publishing, Melbourne, 2004. De este mismo autor australiano, “What is wellbeing, and what promotes it?”, en http://www.wellbeingmanifesto.net/wellbeing.htm, página web de un “Manifiesto del Bienestar” australiano que merece la pena leer.
[81] Publicada ya en 1881 por el gran folclorista Demófilo, padre de los poetas Antonio y Manuel Machado.
[82] Epicuro, Ética, op. cit., p. 109.
[83] Sobre los productos colaterales, y estados que son esencialmente subproductos, véase Jon Elster, Uvas amargas. Sobre la subversión de la racionalidad, Península, Barcelona 1988, capítulo 2. Epicuro sabía, y Scitovsky ha mostrado con profundidad, que el dolor es un componente inextirpable del placer, y no se puede querer uno sin querer el otro: Tibor Scitovsky, The Joyless Economy, Oxford University Press 1992 (primera edición de 1976; hay traducción castellana:Frustraciones de la riqueza. La satisfacción humana y la insatisfacción del consumidor, FCE, México 1986). Veáse también Juan Antonio Rivera en El gobierno de la fortuna. El poder del azar en la historia y en los asuntos humanos, Crítica, Barcelona 2000, p. 241 y ss.
[84] Michel Onfray, “Epicuro, un remedio para la crisis”, El País, 26 de abril de 2014.
[85] Friedrich Nietzsche, Fragmentos póstumos (ed. de Günter Wohlfart), Abada, Madrid 2004, p. 55.
[86] De la Primavera de Praga al marxismo ecologista. Entrevistas con Manuel Sacristán Luzón(edición de Francisco Fernández Buey y Salvador López Arnal), Los Libros de la Catarata, Madrid 2004, p. 52.
[87] John Bellamy Foster: La ecología de Marx, op. cit., p. 36.
[88] Véase para todo esto Antonio Damasio, En busca de Spinoza. Neurobiología de la emoción y los sentimientos, Crítica, Barcelona 2003, p. 114 y ss.
[89] Gergard Scherhorn: “Egoismus oder Autonomie”, en Th.L. Heck (coord.): Das Prinzip Egoismus, Nous, Tübingen 1994. El mismo, “Das Ganze der Güter”, en Karl M. Meyer-Abich (coord.): Vom Baum der Erkenntnis zum Baum des Lebens, Beck, München 1997. Sobre las cuestiones de egoísmo, altruismo y reciprocidad tiene un enorme interés el trabajo realizado desde hace años por Samuel Bowles y Herbert Gintis: véase por ejemplo su artículo “¿Ha pasado de moda la igualdad” en Roberto Gargarella y Félix Ovejero (comps.): Razones para el socialismo. Paidos, Barcelona 2001.
[90] David G. Myers: The American Paradox: Spiritual Hunger in an Age of Plenty, Yale University Press, New Haven (Connecticut) 2000.
[91] Robert E. Lane, The Loss of Happiness in Market Democracies, Yale University Press, New Haven (Connecticut) 2000.

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Educación implantará KiVa, la idea finlandesa contra el acoso escolar

Finlandia, Marzo de 2016: Autor: L. J. R. |  LOGROÑO

La Consejería de Educación se fija en Finlandia y en la fórmula con la que el país nórdico ha frenado el acoso escolar. La receta se llama KiVa -acrónimo de la expresión finesa Kiusaamista Vastaan (contra el acoso escolar)- y su éxito está fuera de toda duda: los casos de acoso desaparecieron en el 79% y se redujeron en el 18% de los centros que lo han implantando (el 90 por ciento de los existentes). A grandes rasgos, KiVa no se centra en la víctima, sino que intenta cambiar las normas que rigen el grupo para que los no acosadores, los testigos no participen en el acoso, con lo que se cambia la actitud del acosador. El objetivo, apuntan sus promotores «es concienciar de lo importante de las acciones del grupo y empatizar, defender y apoyar a la víctima».

Alberto Galiana, director general de Educación, apunta que el acoso escolar es un problema de máxima preocupación en la Consejería. «Estamos al pie del cañón desde el primer momento», dice antes de reconocer que durante los últimos años ha crecido la sensibilización de los centros y la administración.

«En La Rioja el problema del acoso escolar no es muy alto respecto a la media nacional. En la actualidad se está actuado en unos 10 o 15 casos», dice Galiana, que explica que cada asunto exige un intenso trabajo individualizado para ver qué pasos dar en una actuación en la que, dice, «el centro, la familia y las administraciones debemos ir de la mano». El objetivo es «eliminar y prevenir este tipo de prácticas y potenciar el trabajo sobre el grupo intermedio». Por eso, después de que se hayan impulsado diferentes programas -teléfono de emergencia, un correo electrónico (acosoescolar@larioja.org)- y un estudio en profundidad del ‘bullying’ asume que es necesario «rediseñar y actualizar las estrategias constantemente». De ahí la apuesta por el programa KiVa.

Eso implicará «la formación del profesorado y del alumnado para que ese grupo intermedio sea el que colabore con la dirección de los centros educativos para que sean centros de tolerancia cero», abunda Galiana, para quien el acoso escolar no entiende de clase social: «Es un problema compartido por todo el sistema educativo». «El compromiso de la Consejería es máximo -añade- y contamos con la colaboración de todos, empezando por las propias familias, ante un problema que no es nuevo pero que ha adquirido nuevos tintes trágicos».

Fuente de la Noticia: http://www.larioja.com/la-rioja/201602/21/educacion-implantara-kiva-idea-20160221010836-v.html

Fuente de la Foto:http://www.larioja.com/noticias/201602/21/media/11558194.jpg

Socializado por: Elisabel Rubiano, Centro Internacional Miranda (Venezuela) Doctora en Ciencias Sociales. Mención: Estudios Culturales. Magister en Educación. Mención: Lectura y escritura. Estudios de maestría en Literatura Venezolana.

 

 

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Más de 2 millones de firmas en Rumania para defender el matrimonio y la familia

Rumania, marzo de 2016. Autor: Aciprensa. Fuente:ACI/EWTN Noticias

La plataforma rumana Coalitia pentru Familie (Coalición por laFamilia) lanzó desde octubre de 2015 una campaña para modificar un artículo de la Constitución de Rumania para hacer explícito que el matrimonio es “entre un hombre y una mujer”. Hasta la fecha, han recogido más de 2 millones 200 mil firmas y han sumado más de 70 mil voluntarios a su causa.

La propuesta legislativa busca modificar el artículo 48, párrafo 1, de la Constitución que actualmente señala que “la familia está fundada sobre el matrimonio libremente consentido entre esposos”. Para la organización de defensa de la familia, el término “esposos” es “un término muy amplio en este contexto y, para proteger mejor y ayudar al nacimiento y crianza de nuestras futuras generaciones, necesita ser reemplazado”.

El texto que reemplazaría al actual, en la propuesta de modificación de la Constitución, señala que “la familia está fundada sobre el matrimonio libremente consentido entre un hombre y una mujer, su completa igualdad y el derecho y el deber de padres de asegurar la crianza, educación e instrucción de los niños”.

Coalitia pentru Familie explicó que una reforma de esa magnitud “solo es posible si es aprobada a través de un referéndum”.

Para que se convoque este referéndum, era un requisito superar las 500 mil firmas de ciudadanos votantes. Validadas las firmas, se requiere que la Corte Constitucional y el Parlamento nacional se pronuncien favorablemente al referéndum.

“Nosotros creemos que la familia es más que solo una ‘institución’ que asegure ‘la crianza, educación e instrucción de los niños”, aseguró la coalición.

La familia, indicó, “es, ante todo, el lugar de nacimiento de nuestras futuras generaciones”.

“Proteger el futuro y la santidad de la institución familiar es proteger nuestra continuidad como nación”, señaló.

Para más información, puede ingresar al sitio web oficial (en rumano e inglés) de Coalitia pentru Familie.

Fuente de la Noticia: https://www.aciprensa.com/noticias/mas-de-2-millones-de-firmas-en-rumania-para-defender-el-matrimonio-y-la-familia-23471/

Fuente de la Foto: https://www.aciprensa.com/imagespp/size680/Familia_FotoseimagenesDominioPublico_010316.jpg

Socializado por: Elisabel Rubiano, Centro Internacional Miranda (Venezuela) Doctora en Ciencias Sociales. Mención: Estudios Culturales. Magister en Educación. Mención: Lectura y escritura. Estudios de maestría en Literatura Venezolana

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La crisis ucraniana sin freno

Jurjo 2

Hedelberto López Blanch / La Haine.org 6 de Marzo de 2016
Desde el golpe de Estado fascista financiado por el régimen de EEUU, la renta per cápita anual se ha reducido de 3 500 dólares hace 2 años a menos de 2 000 dólares

 Desde hace dos años cuando Petro Poroshenko se adueñó del poder tras las manifestaciones de fuerzas derechistas, apoyadas por países occidentales, en la Plaza de Maidan, la crisis y la corrupción no han dejado de golpear a la economía y al pueblo ucraniano.

Antes de esos sucesos y durante su permanencia dentro de la extinta Unión Soviética hasta 1991, Ucrania presentaba un nivel económico comparado con el de los países desarrollados, con una política social que beneficiaba a todos sus habitantes los cuales recibían además, educación y salud públicas gratuitas.

El deterioro del nivel de vida de la población ha sido galopante mientras el modelo económico impuesto por los oligarcas que siguen instrucciones directas del gobierno de EEUU y del Fondo Monetario Internacional (FMI) está a punto de colapsar. La economía se contrajo en 2015 un 12% y la inflación llegó al 50,8% según el Banco Mundial.

Una familia promedio en Ucrania constituida por un matrimonio y un hijo, recibe como promedio mensual 11 000 grivnias, de los que deben destinar, por lo menos 4 000 por el alquiler de un apartamento, y 1 200 por los servicios comunales cuya factura era de 300 grivnias hace solo un año.

La canasta básica se convierte en un grave problema para muchos habitantes y la educación media y superior, que antes era gratuita, resultan cada día una ilusión más difícil de obtener.

Con los servicios de salud ocurre una situación similar a la educación pues el sistema se ha privatizado y si las personas no tienen seguro, se les niega la atención en los centros asistenciales.

Pese a la profunda crisis política, económica, social que vive Ucrania, el FMI, como ya es costumbre, se vuelve implacable para aquellos que le solicitan préstamos y los conmina a que realicen mayores sacrificios, lo que siempre afecta a la población menos favorecida.

La amenaza vino directamente de la directora del organismo, Christine Lagarde, que en una nota urgente a Kiev, le advirtió del riesgo de perder el apoyo financiero del FMI si el gobierno no acelera el ritmo de las reformas. Lagarde enfatizó que sin esfuerzos sustanciales para mejorar la reforma de la gobernabilidad y la lucha contra la corrupción, el programa de ayuda no podrá mantenerse.

Este último problema, según el FMI, se ha convertido en uno de los principales aspectos por el cual los organismos financieros occidentales se encuentran reacios a entregar préstamos, pues cualquier crédito que se ofrezca será robado en parte por el gobierno.

El periódico Ukrainskaya Pravda reportó que en esa nación europea la crisis se nota a simple vista en las carreteras llenas de baches, las estropeadas instalaciones públicas y los centros comerciales transformados en mercadillos y desordenados bazares.

La renta per cápita anual se ha reducido de 3 500 dólares hace dos años a menos de 2 000 dólares en la actualidad. Asimismo, el Producto Interno Bruto (PIB) estatal se ha encogido desde 185 000 millones de dólares a 85 000 millones; de esta contracción, un 20% se debe a la pérdida de los mercados en Rusia.

Además, las hostilidades que mantiene el régimen contra las Repúblicas de Donestk y Lugansk le ha costado millonarias sumas, al incrementar el tamaño de las Fuerzas Armadas de 130 000 a 232 000 efectivos y los gastos militares aumentaron de 1 300 millones de dólares en 2014 a 2 100 millones en 2015.

Los ucranianos, mes tras mes, observan y sufren la abrupta reducción de los niveles de vida, el aumento del desempleo, la escasez de productos y la devaluación en más de un 140% de la moneda (grivna).

La debacle de esa nación europea se inició en la década de 1990, tras la desintegración de la Unión Soviética, cuando las nuevas autoridades optaron por un sistema de libre mercado neoliberal extremo, con amplias privatizaciones y desregulaciones en todos los sectores de la producción y los servicios.

Los que tenían relaciones políticas o algún poder adquisitivo en esos años, se adueñaron de las principales empresas productivas, compañías de servicio y comenzaron inmediatamente a acumular grandes fortunas. Otros se hicieron de poder, como el actual primer ministro, Arseni Yatseniuk, al que varios diputados acusan de ser uno de los principales corruptos.

Como se conoce, el gobierno ucraniano está dirigido desde hace dos años por oligarcas, y su principal exponente es el presidente del país, Petro Poroshenko cuya compañía Roshen se encuentra en constante expansión pues en 2014 inauguró 19 tiendas y el pasado año otras 10.

Poroshenko, también conocido como el rey del chocolate, cuenta con una fortuna de 750 millones de dólares y más 3 000 millones de dólares en valores de su empresa.

Como la crisis no parece detenerse, aumenta el número de ciudadanos que añoran aquellos años en que su país se integraba, con virtudes y defectos, a la URSS y podían disponer de estabilidad laboral, educación, salud y vivienda asequible y sobre todo, una paz segura sin enfrentamientos entre sus propios pobladores. Las esperanzas, dicen algunos, nunca se pierden.

CALPU

Texto completo en: http://www.lahaine.org/la-crisis-ucraniana-sin-freno

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Nota complementaria: Hace ya casi dos años la Internacional de la educación denunció el deterioro de las condiciones laborales y el sistema educativo en ese pais. Consideramos importante anexar a esta noticia de Haine.org de hoy, la nota de octubre de 2014 de la IE

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Ucrania: las protestas nacionales defienden a los docentes y la educación de calidad (24 de octubre 2014)

Con una voz unida, los sindicatos de diversos sectores están condenando las nuevas reglamentaciones que pueden dar lugar a recortes salariales de los docentes, a la reducción de empleos en todo el sistema educativo y al cierre de escuelas en toda Ucrania.

 

Los derechos y bonificaciones de los docentes garantizados anteriormente han sido abolidos por el gobierno, por lo que la afiliada de la Internacional de la Educación (IE), el Trade Union of Education and Science Workers of Ukraine (STESU), ha puesto de relieve que la introducción de las nuevas normas para determinar los salarios podría conducir también a recortes salariales generalizados en el sector público. Además, el acceso y la calidad de la educación en las zonas rurales podrían sufrir un impacto negativo.

Manifestación masiva

El 15 de octubre, Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, unos 5.000 sindicalistas ucranianos de diferentes sectores, entre ellos 850 miembros STESU en representación de la educación, se manifestaron y montaron piquetes frente al gabinete nacional de ministros. La protesta fue organizada por la Federación de Sindicatos de Ucrania bajo el lema “Por un trabajo decente – por una vida decente”.

Los participantes instaron al gobierno a luchar contra la economía sumergida y la evasión fiscal de Ucrania, eliminar la discriminación salarial en el sector público, restaurar el derecho de libre acceso a los lugares de trabajo de la Inspección Laboral del Estado con el fin de garantizar los derechos laborales y la seguridad de todos los trabajadores, y asegurar la aplicación gradual de las normas sociales europeas al proseguir con las reformas económicas.

Recortes en las prestaciones

STESU también exigió que se restableciera plenamente la prestación de «prestigio» destinada a los docentes. Esta prestación, que representaba el 20 por ciento del salario base, se introdujo en 2010 y se pagaba a todos los trabajadores de la educación en reconocimiento del alto valor de su trabajo y con el fin de hacer más atractiva la profesión para los jóvenes. En abril, el gobierno dio media vuelta, asignando «hasta» un 20 por ciento del salario base a esta prestación, que será fijada por las autoridades educativas locales en función de los fondos disponibles. Muchas ciudades y distritos de Ucrania ya han fijado esta prestación en un 10,5 por ciento e incluso en un 1 por ciento del salario base, lo que supone a una pérdida de 200 a 500 grivnas ucranianas (12-30 euros) al mes para los docentes.

Las escuelas rurales

El sindicato también exigió que se excluyera el siguiente párrafo de la legislación actual: “Las escuelas de las zonas rurales se establecen en relación con el número de alumnos. Las autoridades locales adoptan sus respectivas decisiones”.

Esto significa que, en caso de aprobarse el proyecto de ley, la creación de las escuelas primarias en las zonas rurales dependería de la cantidad de alumnos y, donde no hubiera suficientes niños, no habría ninguna escuela. Asimismo, la legislación prevista no proporciona ningún medio de transporte u otros medios para mitigar las posibles consecuencias respecto a esta cuestión.

El respeto de los derechos sindicales

Las peticiones principales de los participantes al gabinete de ministros de Ucrania estaban en relación con la presión sobre derechos e intereses sociales, laborales y sindicales de los trabajadores.

Los sindicatos están muy preocupados por los intentos del nuevo gobierno de restringir los derechos de los trabajadores y no pueden estar de acuerdo con las propuestas legislativas antisociales del gobierno. Se oponen firmemente, entre otras cuestiones, a la reducción de empleos, a la congelación de los salarios y las pensiones, a la austeridad fiscal a expensas de los trabajadores, los jubilados y sus familias, a la destrucción del eficaz sistema autónomo de seguridad social y de salud, y a la falta de responsabilidad social por parte del gobierno a la hora de tomar decisiones socialmente importantes.

El dialogo social debe restaurarse

Los sindicatos instaron asimismo al gobierno a reanudar inmediatamente las negociaciones con ellos y con los interlocutores sociales con el fin de determinar las tareas prácticas, los plazos, los indicadores y los mecanismos destinados a alcanzar el objetivo principal de las reformas, a saber, cumplir las normas europeas relativas a los niveles de vida, en primer lugar en materia de empleo, salarios, seguridad laboral, tributación y desarrollo social.

“Esta nueva legislación ha sido preparada por el gobierno excluyendo el diálogo social”, dijo el presidente de STESU, Georgij Trukhanov. “La manifestación fue una acción de advertencia. Los sindicatos exigen que el gobierno respete la legislación nacional y los convenios de la OIT y que entable un verdadero diálogo social con ellos”.

IE: las normas laborales deben ser respetadas

La IE respalda a sus compañeros y compañeras de Ucrania en su lucha para garantizar una educación de calidad para todos en este país. “Reiteramos que la calidad de la educación no puede lograrse sin el respeto de las normas sociales y laborales nacionales e internacionales, el diálogo social y unas condiciones de vida y de trabajo decentes para los docentes”, dijo Martin Rømer, Director de la región europea de la IE, el Comité Sindical Europeo de la Educación.

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Entrevista a Marina Subirats: Cuando se entiende que la escuela tiene que ser inclusiva , la calidad se entiende de otra manera diferente.

20 agosto 2014/ La Otra Mirada

En el marco de las entrevistas realizadas por Luis Bonilla (LB) en su programa “La otra Mirada” a propósito de la consulta internacional sobre la Calidad de la Educación realizada en Venezuela, durante el 2014, se presenta a continuación la reseña del encuentro con con la Doctora Marina Subirats (MS), doctora en Filosofía y Letras y profesora emérita de sociología en la Universidad autónoma de Barcelona. Entre el año 1993 y 1996 fue directora del Instituto de la Mujer (Ministerio de Asuntos Sociales de España). Ha ocupado cargos de representación popular. Fue presidenta del grupo Concejal de educación entre otros cargos. Es autora de numerosas publicaciones y libros. Bienvenida doctora Marina a este contacto internacional.

LB: Recientemente usted escribió un texto importante donde habla de la educación, como la educación pública no es una cuestión solo de las clases pobres sino la educación pública como un derecho y una obligación para todos. Háblenos un poco más al respecto.

MS: Mire, en este momento estoy justamente escribiendo otro artículo sobre esta cuestión. La educación tiene que ser igual para todo el mundo. Igual no significa que todo el mundo tenga que estudiar siempre lo mismo. Hay un momento en que tiene que diferenciarse porque en la medida en que la educación nos prepara para la vida activa no todas las personas van a hacer los mismos trabajos, por lo tanto, a partir de un cierto momento si tienen que haber diferencias en cuanto al contenido. Pero en cuanto a la calidad tiene que ser homogénea por una razón muy clara, porque en la medida en que nuestras sociedades creemos que tienen que haber igualdad y al mismo tiempo sabemos que no la hay, puesto que no todas las personas tiene los mismos recursos. Esto en ningún país se ha logrado todavía.

Bueno, ¿Dónde está la igualdad? –La igualdad está en que todas las personas jóvenes puedan llegar donde quieran, donde puedan, donde realmente sus capacidades las puedan llevar, es decir que la posición de las personas en la sociedad no este condicionada por la clases social de nacimiento.

Ahora bien, si el sistema educativo es un sistema en el cual hay muchas diferencias en la calidad y estas están ligadas a que se paguen al precio que tienen las escuelas, que tienen las universidades. Es evidente que las personas que han nacido en las capas más pobres de la sociedad en la clases trabajadora, etc.. No podrán acceder, no tendrán las mismas condiciones. Por lo tanto, la única manera que hay de asegurar en una sociedad democrática que todas las personas jóvenes tienen las mismas posibilidades. Es como si en una carrera tuvieran que salir del mismo punto o vemos que unos salen ya más adelante que otros. Entonces, en una sociedad democrática todos debemos de salir desde un mismo punto de partida. ¿Cómo lo podemos asegurar? –Bueno si realmente tenemos una escuela, un sistema educativo que es igual para todo el mundo. ¿Cómo lo logramos? –A través de que el sistema sea público. Y cuando introducimos sistemas privados es evidente que habrá ya jerarquías puesto que los sistemas privados serán pagados, por lo tanto si tenemos escuelas privadas en las cuales hay que pagar con diferentes precios, por supuesto según el nivel. Si tenemos universidades privadas en la cuales las cuotas serán muchas más altas, evidentemente ya no existe la igual de oportunidades.

La única manera que tiene un país para asegurarse que sus jóvenes, hombres y mujeres, tienen las mismas capacidades, las mismas posibilidades de alcanzar el máximo de su potencial y de aportar el máximo a su país es precisamente que la escuela pública sea la escuela de todas y todos , que la escuela pública sea la que canaliza a toda aquella gran parte de la población.

A veces me dicen, “pero si hay alguien que quiere una educación distinta”, bueno siempre pueden haber escuelas privadas y entonces estas escuelas privadas tendrán un costo. Pero la escuela pública tiene que ser del más alto nivel posible porque es la escuela para toda la población y, por lo tanto, necesitamos que toda la población pueda acceder al nivel más alto posible. Y esto es una cuestión ya no solo de justicia democrática, sino también de desarrollo económico, puesto que un país que no puede utilizar los talentos de las personas jóvenes, es un país que no va ir adelante, que se va a quedar dependiente de los inventos y las tecnologías de otros países, mientras que un país que quiera progresar tiene que utilizar toda la capacidad de los talentos de la gente joven y eso lo consigue con una buena educación.

LB: ¿Una buena educación, por ejemplo, en el sector primario implicaría formación integral, es decir, no solo conocimientos matemáticos, de lengua, de historia, sino también formación artística, formación deportiva, capacidad de ejercicio de la ciudadanía?

MS: Claro, por supuesto. Mire yo no conozco Venezuela y por lo tanto no puedo opinar sobre su sistema educativo, pero puedo decirle que respecto a los sistemas europeos en muchos lugares del mundo hay que cambiar muchísimo la mentalidad porque fueron construidos en una capa en la cual había muy poca información sobre la historia, sobre la ciencia. Entonces, la escuela, en muchos casos era el único vehículo para dar esta información. 

Ahora en este momento tenemos otros medios como el que estamos utilizando, tenemos acceso a internet, hay muchísimo conocimiento. Entonces sucede que la información es muy abundante y ya la escuela no necesita asentarse en la información , sino que tiene que dar otro tipo de enseñanza. ¿Qué es lo que no tenemos en cambio? –Pues, muchas veces criterios. Ahora mismo estaba oyendo en España, un estudio que se ha hecho y que dice que muchas niñas que son de 10 y 11 años ya están muy preocupadas por su aspecto, por su belleza, tienen problemas e incluso anorexia. Están creciendo en España. Y todo esto sucede porque sabemos que es la publicidad la cual la ha inducido, entonces la escuela tiene que dar criterios para que estas niñas y los niños igual, porque también están sometidos a una tremenda presión publicitarias por otras cosas. Que tengan criterio para saber que aquello que ven en la televisión pues no es conveniente, es nocivo, está mal enfocado. Porque es más difícil corregir la televisión, hay que decirlo, yo lo he intentado repetidamente pero nos cuesta mucho más. La televisión dice “Mire este no es un medio educativo, aquí esto es para entretener”, entonces no podemos evitar que las personas jóvenes estén sometidas a todo esto. Por lo tanto, la escuela tiene que dar aquello que los jóvenes necesitan.

Hoy es importante que aprendan historias, por supuesto, pero sobre todo que aprendan historia de cómo aprender esto, porque la historia pueden aprender en unos libros, la pueden aprender en internet, en cambio, el criterio de cómo voy a aprender una historia, que tengo que saber en relación a la historia, y más allá de la historia y de las matemáticas, de la lengua que por supuesto tienen que tener pues todo lo se necesita para vivir en el mundo de hoy, se debe enseñar en la escuela. Entonces, aquí necesitamos una cuestión importante y es toda la cuestión relativa a la igualdad de géneros de las personas vengan de donde vengan, es decir, una ejecución para la democracia, esto es importantísimo.

Otros aspectos importantísimos que estamos ahora viendo en España, en algunos casos, es la educación para la seguridad, la seguridad vial, la seguridad frente a cualquier imprevisto, a las catástrofes. Todo estos las escuelas tiene que transmitirlo y los valores humanos, e incluso que es vivir en una democracia, que significa la relación con el estado, con el gobierno y como resolver un conflicto. Todo estos son cosas las escuelas tiene que transmitir, por lo tanto hoy no es suficiente con lo que consideramos las asignaturas básicas. Lo que pasa es que cuesta mucho cambiarlo porque hay muchas rutinas.

LB: Marina, nosotros pertenecemos quizá a generaciones que postergamos la utopía, es decir, íbamos a la escuela a aprender cómo iba a hacer el mundo. Los soñábamos para salir al mundo a transformarlo. Hoy los jóvenes quieren vivir la utopía en la escuela, eso implica un enorme desafío, por ejemplo, una escuela debe tal vez comenzar a pensar en consultar a los propios estudiantes sobre los reglamentos, sobre las normas. Es decir, tener participación en la toma de decisiones básicas del propio entorno escolar para poder construir ciudadanía realmente participativa. Sino le puede parecer aburrido a los jóvenes que tienen quizá la utopía del tiempo más corto y la escuela no es atractiva en eso que le hablamos de una nueva ciudadanía. ¿Qué piensas tú al respecto?

MS: Bueno, por supuesto todo esto es importantísimo. Como decía la escuela no es solo aprender las asignaturas clásicas, es aprender la vida, aprender a compartir, aprender a vivir en sociedad, por lo tanto necesitan aprender todo esto. Yo tengo que decir que para mi suerte fui a una escuela en una situación muy rara, porque yo nací en la España Franquista que tenía una educación muy mala pero quedaban algunas maravillosas escuelas del pasado de la etapa republicana y entonces fui a una escuela que me enseñó a participar. Bueno, realmente la vida de la escuela, en gran parte la elevábamos los niños y niñas, teníamos cargos y cada mes se renovaban los cargos. El gobierno tenía una serie de trabajos internos que asumían los alumnos y las alumnas que tenían 6 años y entonces entendí lo que significa la participación, porque cuando algún día tienes responsabilidad sabes que es difícil dejar de lado una responsabilidad y por lo tanto cuando no la tiene, no tiras piedras contra el que tiene responsabilidad con cualquier cosa, porque sabe que no es fácil el ejercer una responsabilidad de mando, por ejemplo. Y todo esto va compensándose y se va aprendiendo.

Yo digo que lo que es muy importante es la utopía de las escuelas profesionalmente para que pueda renunciarse a todo lo que es memorístico, y a esa idea que la letra con sangre entra, que a pesar que es muy antiguo todavía, por desgracia, el gobierno de nuestro país ha promovido una ley educativa que en cierto modo vuelve a ese pasado. De modo que, yo creo que es una ley que no va a durar mucho porque esta en contradicción con lo que es la sociedad actual. Hay que ir por otros caminos. No se puede hacer esto, sino lo que se tiene que hacer es realmente involucrar al estudiantado.

Ahora, sin olvidar que de todos modos hay una diferencia entre lo que es el profesorado y lo que es el estudiantado y que las personas jóvenes necesitan conocer normas y tener normas porque aquí también en una época de España, cuando salimos de una escuela muy autoritaria lo que se hizo fue abolir todas las normas y eso también fue un desastre. Y se vio entonces que las instituciones tienen que tener normas, y normas flexibles y normas que se puedan cambiar y que se puedan discutir y que se puedan mejorar porque la libertad no consiste en hacer lo que me da la gana. La libertad consiste en tener claros cuales son los marcos en los que se puedan actuar y en ver si no son suficientemente amplios como los vamos ampliando pero no haciendo lo que quiera.

LB: Marina, en Europa se está logrando la meta de inclusión igual para los hombres y las mujeres. Tú fuiste presidenta del instituto de la mujer, desarrollaste una perspectiva muy importante en tu gestión. Pero ¿Las metas las estamos logrando? ¿Tienen oportunidades hoy las mujeres tanto para entrar en la escuela como para ejercer profesionalmente la docencia?

MS: En España si, lo que se está produciendo incluso es que hay más mujeres que hombres, en la educación universitaria como pasa también en otros países. Entonces respecto al profesorado, tenemos todavía una jerarquía que no es homogéneas, en el sentido que cuando vamos a las primeras etapas educativas como puede ser en las escuelas primarias o las escuelas infantiles la proporción de profesoras o de maestras es muy elevada, mucho más que la de maestros. Cuando llegamos a la universidad tenemos profesoras que por supuesto son mujeres y son catedráticas pero en una proporción mucho menor que la de hombres, es decir, tenemos en España hoy 15% solo de catedráticas universitarias y entre el 85% de catedráticos, por lo tanto no hemos conseguido todavía una igualdad total.

Lo que le aconsejaría a Venezuela es que hiciera un estudio para saber que porcentaje de mujeres hay en cada nivel educativo, como profesoras y ver si así alcanzo el nivel de equidad.

Lo que decimos siempre en España es nunca más de 60% del mismo sexo ni menos de un 40% y entonces esto tiene que ver cómo están en Venezuela, yo no lo conozco y si no es todavía paritario y poner los medios para que lo sea. Esto es una serie medida que se pueden usar para facilitar y volver a equilibrar la extensión en hombre y mujeres a nivel educativo.

LB: Marina, en toda la región latinoamericana, quizá por la herencia de la etapa colonial siempre miramos con mucha atención las reformas educativas en España y hay una tendencia a copiar en cierta medida los cambios. Se ven como innovación lo que se hace en la Metrópolis Española. Hoy muchos están estudiando el cambio de la LOMCE, Ley Orgánica de Educación de España. ¿Qué aspectos consideras tu que son negativos de esa Ley?

MS: Bueno, quiero decir que ahorita estoy escribiendo un poco sobre esa ley porque un gran porcentaje de profesorados están en contra de esa ley. Consideramos que es una ley negativa y en algunos momentos es una ley que nos lleva a la etapa franquista e incluso la ley de 1970 que existió en España sobre la educación era mucho más abierta, era mucho más progresista de cierto modo de lo que es la LOMCE, de modo que representa un retroceso importantísimo en la LOMCE. Yo considero que en lugar de abrir las posibilidades para que toda la población pueda estudiar y pueda llegar al máximo de sus capacidades, pues lo que hace se va, el acceso. ¿Cómo lo cierra? – De muchas maneras. Primero, favoreciendo las escuelas privadas, favoreciendo la educación privada.

En España hay una gran parte de la educación que es concertada en la educación primaria y secundaria, es decir que es privada pero recibe dinero de un Ministerio pero sabemos que además del dinero del Ministerio normalmente estos centros educativos cobran a los padres aunque sea de forma voluntaria pero realmente hay que pagar para ir. Entonces las universidades privadas también están creciendo, multiplicándose en España, en cambio las universidades públicas tiene recortes muy fuertes en este momento. ¿Qué es lo que realmente se observa ya? –Es que está bajando la matricula en la universidades públicas, se está matriculando menos gente. ¿Por qué? – Porque han subido mucho los precios, las tasas universitarias y porque todos sabemos estamos en una crisis económica en la cual muchas familias no tienen muchos recursos económicos. Por lo tanto mi temor es que los sectores de las clases populares que habían llegado a la universidad en los últimos años y especialmente las mujeres que hoy son todavía mayoría como estudiantes, pues en los próximos años no pueden ir a la universidad o digamos bajen enormemente su porcentaje. Esa es la primera cosa.

Segunda cosa que establece la LOMCE, es que cada vez hay más exámenes más pruebas, más filtros, que es a su vez una manera de filtrar por plazos, que establece una separación de ciclos que perjudica más a los chicos y chicas que vienen de las clases populares. Esto digamos en el aspecto antidemocrático de que el sistema educativo va a servir mucho menos para la promoción de jóvenes que proceden de las clases pobres que tienen menos acceso.

Ahora si no tuviéramos los contenidos se pasan muy altamente a entenderse si la filosofía que está detrás no es la filosofía del humanismo, sino la filosofía del capitalismo, es decir, entender que las personas son básicamente improductores y entonces tienen que educarse para poder producir al máximo, para lograr un rendimiento e incluso se incorporar cosas como decía, aprender algo de un mundo económico desde la enseñanza secundaria y en cambio todo lo que son las materias mas humanistas van cayendo y al mismo tiempo todo ellos con una fuerte presión en la iglesia católica para volver a implantar la revisión no como obligatoria pero si como una materia fundamental que tienen que estar en todo los centros. Eso es grave en este momento porque estamos en un sociedad en España con personas procedentes de diferentes religiones. Tenemos muchos i migrantes que son de creencias musulmanas o de otras creencias y entonces no tiene mucho sentido que las escuelas tengan que dar todas estar religiones o vamos a volver a una etapa de luchas entre los jóvenes porque unos serán cristiano, los otras serán musulmanes, si volvemos allí, volvemos 500 años atrás.

LB: ¿Y la LOMCE también plantea ir al modelo de evaluaciones externas?

MS: Exacto, exacto.  Sabemos que siempre todos los sistemas educativos que tienen tanto interés en el control, es porque quieren hacer clasificaciones porque los que les interesa no es realmente la transmisión de conocimientos, sino la clasificación del alumnado y entonces de allí repetir pruebas y repetir exámenes. Eso es grave en la medida en que sabemos por otra parte que los sistemas educativos más progresistas precisamente en muchos casos se prescinden de los exámenes y se evalúa de otra manera. Pero más exámenes quiere decir volver a un tipo de educación memorística, a un tipo de educación que cree jerarquía y que clasifique a las personas que en cierto modo repite las posiciones de nacimiento, es decir, que quienes son nacidos en sectores más pobres se encuentran con bajas calificaciones.

LB: Sin embargo, ha resultado exitoso la OCDE, el Banco Mundial y al Banco Interamicano de Desarrollo, colocar en discusión un concepto de calidad educativa que hoy en día es una moda. Desde tu perspectiva, ¿Hay una posibilidad de construir una propuesta de calidad educativa no vinculada al gran círculo de producción capitalista?

MS: Claro, por supuesto que hay, pero siempre depende de que consideremos calidad, si se da con el objetivo que las personas salgan preparadas para poder trabajar únicamente, pues la calidad se entiende una manera.  Cuando se entiende que la educación tiene que ser integral y que la escuela tiene que ser inclusiva entonces la calidad se entiende de otra manera completamente diferente. Entonces, por ejemplo, en Europa se ha hablado mucho del sistema educativo en Finlandia que ha sido un sistema educativo que en este momento a través de PISA, por ejemplo está dando los mejores resultados. Bueno y cuando se ve que pasa con los sistemas educativos en Finlandia precisamente es todo lo contrario de lo que nos está proponiendo la LOMCE, es un sistema inclusivo, es un sistema que prescinde de los exámenes en la etapa de primaria, es un sistema que da muchísima importancia a los valores, a la participación.

LB: Marina, atrevámonos a soñar juntos, vamos a imaginar que los decisores en políticas educativas te piden tres ideas fuerzas para transformar los sistemas educativos, en Europa o en cualquier para del mundo que le parezca pertinente. ¿Cuáles serian esa tres ideas fuerzas?

MS: Para mí, la primera idea fuerza seria la escuela inclusiva porque tienen que mezclar alumnas y alumnos de todo tipo, que tienen que ver niños y niñas inmigrantes que traen una riqueza cultural extraordinaria que no está en nuestro alcance. Que tienen que haber niños y niñas que a lo mejor tienen discapacidades pero que en su discapacidad traen otras cosas extraordinarias, que tienen que ver niños y niñas procedentes de otros grupos sociales porque han aprendido cosas diferentes. Las escuelas inclusivas me parecen fundamentales como ha sido la democracia para aprender a convivir con todo tipo de persona. 

Luego para mí sería muy importante que fuera una escuela co-educativa. Cuando me refiero a coeducativa es precisamente el tema de la convivencia en chicos y chicas. Habiendo estudiando a fondo la escuela mixta de que conviene los chicos y chicas pero en realidad es una escuela que está basada en criterios todavía masculinos, por ejemplo, aparecen reyes aparecen batallas y casi nunca aparece una sola mujer. Uno de los estudios que hice el año pasado sobre los libros de textos y pues en el sorteo que hicimos salió comparar o estudiar la elección justamente sobre el descubrimiento de América, luego vimos todos los libros en ese momento de usaban de bachillerato en España y resulta que en ellos no aparecía ni una sola mujer, es decir, hasta la pobre reina católica había desaparecido. Esto tiene que cambiar en bien de los niños y en bien de las niñas. Una de las cosas que hemos visto es que las niñas y los niños se han cambiado un poco el perfil y tenemos acceso a la educación y a todo tipo de educación, pero a los niños se les sigue educando en un modelo muy machista de ejercer la vivencia, de mostrar que eso es fuerte, no tener miedo de nada, tener que ser siempre ganador y esto tiene unas consecuencias terribles para los hombres porque mueren antes y esto no es una afirmación que lo haga por casualidad es porque he trabajado sobre las estadísticas de mortalidad , según las causas de mortalidad y está clarísimo que los hombres sobre todo los jóvenes mueren porque tienen inculcado de que tienen que ser fuertes, poder con todo y entonces esto a través de accidentes, de drogas, de homicidios, pues tiene un precio muy alto en vidas masculinas y femeninas porque tenemos violencia de géneros pero incluso más en vidas masculinas. Entonces tenemos que cambiar este modelo cultural que hay detrás.

Y los de la tercera línea para mí, sería la escuela que transmite valores y responsabilidad y entonces creo que hay que asociar a las personas jóvenes a responsabilidades. Evidentemente, a cada edad, a un nivel determinado. Cuando tienen 6 años los niños y niñas pueden ser jardineros, pueden ocuparse de la biblioteca o pueden poner bien las sillas, pueden cuidar un árbol. Cuando tienen 15 años pueden ocuparse de tareas de su barrio, pueden trabajar con personas mayores de su barrio o con las necesidades que existan en su barrio, pero tener responsabilidades porque estamos educando unas generaciones irresponsables, pero no es culpa suya, es porque no le hemos sabido transmitir la idea de la responsabilidad.

LB: ¿La sexo diversidad sigue siendo invisible en el debate de la acción educativa?

MS: Claro, claro. Esto es algo que se oculta. No pasa nada. En la escuela es para todos, van todos, es igual las niñas y los niños. Por eso tenemos que empezar por distinguir niñas y niños, tenemos que distinguirlos en el lenguaje para ser conscientes. ¿Como es no que no hay mujeres en los libros de textos?. Esto no sé cómo es en Venezuela pero apostaría que debe ser igual que en España.

Cuando se mira que ocurre en el patio de juego de una escuela, los niños ocupan todo el patio, ocupan centro, juegan con el balón, juegan, hacen deporte y las niñas están en los rincones mirando. Esto no puede ser, tienen que haber juegos de niñas, juegos de niñas y que los niños aprendan a jugar los juegos de niñas y las niñas aprendan a jugar los juegos de niños porque hombres y mujeres necesitamos todo tipo de capacidades, saber cuidar. Los niños necesitan también saber cuidar y las mujeres necesitan saber también como pelear cuando es necesario y entonces todo esto es un mundo que tienen que ir cambiando y por eso digo que la coeducación me parece una línea de futuro y una línea que cada vez es necesaria.

LB: Marina, para ir cerrando este contacto internacional nos gustaría que les digieras un mensaje a los maestros, a las maestras, a los profesores y profesoras venezolanos y venezolanas que en sus aulas con sus estudiantes, con sus representantes y con las comunidades están discutiendo el tema de la calidad educativa como una oportunidad para conocer más el sistema educativo y transformarlo. ¿Cuál es tu mensaje para ellos, Marina?

MS:Mi mensajes es que sean felices y que hagan felices a su alumnado, a sus niñas y niños y hacerlos felices no implica que la educación tenga que ser como una tortura, sino todo lo contrario. Lo importante es que les enseñen a vivir, que les enseñe a amar la cultura, a utilizar la cultura para vivir mejor. Y que les enseñen a todos a ser felices a convivir con todo tipo de personas y a valorar a todo tipo de persona.

LB: Conversamos hoy desde Barcelona con la doctora Marina Subirats. Ella es doctora en Filosofía, doctora emérita de sociología en la Universidad Autónoma de Barcelona. Gracias Marina por este contacto internacional.

MS: Gracias, gracias a vosotros.

 Para ver y oir la entrevista:

Producción de la Otra Mirada: Luis Bonilla Molina

Equipo de producción y post producción digital: Dilanci May Sierra

Transcripción de la entrevista: Liliana de Luzón

Edición: Marianicer Figueroa

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España: Recortes en las retribuciones de los docentes durante el periodo 2010-2016

www.feteugt.es/enero-2016/Madrid

Los recortes salariales en los últimos seis años afectan de forma diferente a los cuerpos docentes, pero en algunos casos superan el 57%

 

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Créditos web

El estudio determina los conceptos retributivos de carácter estatal (salario base, trienio, complemento de destino y paga extra) que están fijados y/o modificados por el gobierno según se publican en los PGE. No incluimos en este informe las retribuciones que dependen de las CCAA (complementos específicos y sexenios) que tampoco han aumentado.

Se ha incluido un trienio para mostrar los recortes sufridos también en ese concepto.

Desde hace seis años en el que se recortaron las retribuciones del profesorado un 5% de media, recordemos que el recorte era variable en función del salario (a más salario más recorte) la pérdida de poder adquisitivo del profesorado ha ido en aumento, alcanzando su máximo nivel en 2012 con la supresión de la extra de diciembre de ese año.

Con las tablas adjuntas ponemos en evidencia la pérdida del poder adquisitivo del profesorado durante este periodo, donde los recortes se han asentado en su vida laboral. La “devolución de la paga extra del 2012” ha supuesto, tan solo, la devolución de una pequeña parte de todo lo que se ha quitado.

Este informe no analiza los recortes en otras partidas presupuestarias que afectan también a las condiciones laborales del profesorado (ratios, incremento horario, etc.) que afectan al día a día de la labor docente.

La comparativa se inicia en el 2010 por ser el año en el que se produce el recorte salarial basado fundamentalmente en dos ejes, recorte del sueldo y trienios de las pagas extra en un porcentaje variable (mínimo 5%), en función del grupo de pertenencia y los niveles de complemento de destino.

En el año 2011 los recortes se repitieron con la congelación salarial y la extra reducida, incluso en alguna comunidad se incrementaron con la reducción de hasta un 50% el importe de los sexenios. En julio de 2012 llegó la supresión de la extra de diciembre, cuando ya se había generado el derecho a parte de ella (44 días ) y que finalmente el gobierno se tuvo que retractar porque los tribunales daban la razón a todos los que reclamaron.

En 2013 se sigue con el sueldo congelado y con los mismos recortes en las extras que en 2011. En 2014 algunas comunidades, cansadas de perder en los tribunales la sentencias de la paga extra de diciembre de 2012, empiezan a devolver los 44 días. A día de hoy, Cataluña es la única que no ha devuelto esa parte de la extra aunque acaba de anunciar que lo devolverán. En el resto los recortes continúan en las extras de junio y diciembre.

En 2015, año electoral, las CCAA hicieron “algunos guiños” y devolvieron algo más de la extra de diciembre de 2012 pero se sigue por quinto año consecutivo con los sueldos congelados y las extras reducidas, con lo que la pérdida de poder adquisitivo, suma y sigue.

En 2016 y como consecuencia de las elecciones del 20D, el gobierno aprobó la ley de presupuestos en octubre y en ella se aprobó el minúsculo aumento del 1% en las retribuciones, pero la pérdida sigue aumentando.

Conclusiones

Con los datos que aparecen en las tablas se comprueba:

Salarios del Cuerpo de Maestros: El recorte en las retribuciones de los/as maestros/as llega hasta el 44%. La diferencia salarial en los últimos seis años supera los 9.000€.
Salarios del profesorado Técnico de FP: El recorte en las retribuciones de los/as profesores/as técnicos supera el 43% y la diferencia salarial acumulada roza los 10.000€.
Salarios del profesorado de Secundaria: El recorte en las retribuciones de los/as profesores/as de Secundaria supera el 57% y la diferencia salarial acumulada supera los 14.500€.
Salarios del Cuerpo de Catedráticos: El recorte en las retribuciones de los/as Catedráticos/as de Secundaria supera el 56% y la diferencia salarial acumulada supera los 15.300€.

 

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La educación de los/las niños/as refugiados/as se convierte en un tema extraoficial en Berlín.

www.ei-ie.org/03-03-2016

Con Alemania como telón de fondo, la difícil situación de los/las niños/as refugiados/as y sus oportunidades de educación se han convertido en un tema central de la 6ª Cumbre Internacional sobre la Profesión Docente, donde los sindicatos de docentes se está reuniendo con ministros/as de Educación.

Puede que el tema oficial sea “Formación y desarrollo profesionales de los/las docentes: crear las condiciones para conseguir una educación de calidad para obtener excelentes resultados educativos”, pero la atención de los sindicatos de docentes y los/las ministros/as de Educación que participan en la 6ª Cumbre Internacional sobre la Profesión Docente (ISTP, por sus siglas en inglés) se ha centrado en la crisis de refugiados.

“Cuando los/las docentes dan sus clases no enseñan a una categoría o etiqueta, como ‘refugiados/as’, sino a niños/as; niños/as que han sufrido traumas que la mayoría de nosotros no podemos imaginar”, dijo el Secretario General de la Internacional de la Educación (IE), Fred van Leeuwen, en su enérgico discurso de apertura. Su discurso se basó en visitas realizadas a escuelas de Berlín para ver y experimentar de primera mano las clases de bienvenida para refugiados/as. Van Leeuwen, que se emocionó al conocer a los/las niños/as, recordó a “una niña siria de Aleppo que nos dijo ayer que quería convertirse en profesora de inglés”.

Las afiliadas alemanas de la Internacional de la Educación, GEW y VBE, organizaron las visitas para que las delegaciones de los sindicatos de docentes pudieran ver cómo se está integrando a los/las niños/as refugiados/as en Alemania.

El liderazgo docente, un tema permanente de las Cumbres, ha adquirido mayor importancia en Alemania después de que más de 100 000 niños/as refugiados/as fueran acogidos en clases en 2015.

“Uno de nuestros dirigentes sindicales de este país recibe amenazas de muerte por defender la educación de los/las niños/as refugiados/as. Si no es un buen ejemplo de liderazgo docente excepcional, el término que nos gusta utilizar en estas cumbres, entonces no sé qué es”, dijo van Leeuwen.

La visita reciente del Secretario General a Australia para hablar ante la conferencia anual del Australian Education Union (AEU) sobre la crisis de refugiados coincidió con el próximo lanzamiento de un proyecto centrado en los/las niños/as y docentes refugiados/as. Se elegirán seis sindicatos afiliados de seis países europeos para el programa, que abarcará diferentes aspectos, desde formar a docentes europeos/as para trabajar mejor con niños/as refugiados/as a identificar y formar docentes refugiados/as.

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