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Marcos mentales, política y educación

Por: Manuel Fernández Navas

  • Resulta especialmente preocupante el modo en que el discurso educativo ha girado hacia un lenguaje relacionado con las “evidencias” con la “ciencia” y lo “científico” que activa marcos en los oyentes, relacionados con la exactitud de las cosas y simplifica las decisiones a bueno/malo, científico/pseudocientífico, … cuando sabemos, justo por la investigación científica, de la complejidad de los temas y las decisiones a tomar en el ámbito educativo como ciencia social que es.

Lackoff (2017) hace análisis de los discursos políticos y nos dice que existe un «inconsciente colectivo» que determina lo que consideramos «sentido común». Este inconsciente se construye sobre los «marcos mentales» que todos y todas tenemos y a estos marcos mentales se accede a través del lenguaje.

El conocimiento de esta configuración mental es aprovechado por quienes elaboran discursos para evocar determinadas cuestiones que conecten con nuestros marcos o no y, por lo tanto, nos supongan mayor o menor grado de rechazo.

Puesto que el lenguaje activa los marcos, los nuevos marcos requieren un nuevo lenguaje. Pensar de modo diferente requiere hablar de modo diferente. (p. 17)

El caso más fácil de entender es el que pone el propio autor: no pienses en un elefante. Automáticamente, todos estamos pensando en elefantes. A la manera de la película Origen de Christopher Nolan, se estudian los discursos para “implantarnos ideas y asociaciones” que los favorezcan.

Casos sonados de este uso del lenguaje y la manipulación, los tenemos ampliamente registrados en política. Mucho más con la aparición de la extrema derecha en el panorama político y sus discursos populistas o con la que a todas luces es la experta en el uso de estos mecanismos: Isabel Ayuso con su “socialismo o libertad” cuya asociación cognitiva produce dos cosas: la primera la apropiación de la derecha de la palabra libertad y la segunda, crear el falso marco mental de que socialismo y libertad, son cuestiones opuestas: ¿veis? En una simple frase, la magia mental ha sucedido.

Estas cosas funcionan porque según Lackoff: La gente no vota en función de sus intereses personales sino en función de sus ideas. Aunque estas vayan en contra de sus intereses personales.

Si bien esto daría para muchos análisis políticos. A mí me interesa que pensemos en estas cuestiones con respecto a tres cosas: el uso que desde determinados sectores ideológicos se está haciendo de algunos términos en relación con la política educativa, los debates que se están proponiendo y qué estamos haciendo desde el mundo académico con respecto a esto.

Mi opinión es que como viene siendo habitual, en la izquierda, seguimos al rebufo de los temas que desde la derecha política se están proponiendo como centrales con respecto a la educación, esto está permitiendo que, desde este sector político, se cree en la sociedad la imagen que ellos quieren sobre las políticas educativas del gobierno y sobre lo que debe o no debe ser la educación. Estamos incluso, perdiendo el dominio de conceptos clave en el campo educativo, como por ejemplo «igualdad de oportunidades», «conocimientos», … y sus significados en este «sentido común colectivo».

Gastamos demasiado tiempo en negar y debatir los temas que la derecha propone con respecto a la educación, en lugar de proponer, los nuestros propios. Esto deja a la derecha como dueña del campo de juego de debate: siempre juegan en casa.

Debemos recordar que la contraestrategia ante esto, es negar los marcos de debate que se proponen: si no nos gusta la conversación debemos cambiar el tema.

No obstante, en última instancia, me preocupa otro tema: me preocupa qué estamos haciendo desde el mundo académico ante esto.

Mi impresión es que sumidos en el “cubre ojos” de la ANECA cual caballos de tiro, los académicos hemos descuidado la parte de nuestro trabajo que más tiene que ver con divulgar, devolver a la sociedad y escuchar y analizar los discursos que en ella circulan sobre nuestro campo de estudio.

Me resulta especialmente preocupante el modo en que el discurso educativo ha girado hacia un lenguaje relacionado con las “evidencias” con la “ciencia” y lo “científico” que activa marcos en los oyentes, relacionados con la exactitud de las cosas y simplifica las decisiones a bueno/malo, científico/pseudocientífico, … cuando sabemos, justo por la investigación científica, de la complejidad de los temas y las decisiones a tomar en el ámbito educativo como ciencia social que es.

En esta ilusión de simpleza, triunfan aquellos discursos que huyen de la complejidad y ofrecen soluciones «asépticas»

En este marco del debate, las soluciones a los problemas educativos son tan fáciles como buscar qué dice la ciencia y aplicarlo. Sin embargo, la ciencia dice muchas cosas, incluso a veces, contrapuestas, porque así es el desarrollo científico (y lo hemos visto claramente durante el COVID). Pero en esta ilusión de simpleza, triunfan aquellos discursos simples, que huyen de la complejidad, que ofrecen soluciones “asépticas”.

Las “pruebas de la educación” leía el otro día – como si de un delito se tratase -, y no podía dejar de preguntarme:

¿Dónde están las mentes brillantes de la educación elaborando contradiscursos [1]? ¿Dónde estamos los académicos para poner cotos a estos “argumentos”? ¿Si no paramos estas tendencias hasta dónde van a llegar

Distraídos, ocupados de nuestros certificados y de nuestros papers, de nuestra próxima acreditación, de la siguiente zanahoria que nos ponen delante.

Mientras tanto, entre el profesorado, crece el sentimiento del negacionismo pedagógico y sus representantes y sus discursos se hacen virales en las redes sociales y cuando nos asomamos a twitter, nos da espanto lo que vemos y nos preguntamos: ¿Está loco el mundo entero? Y empezamos a ver que el criterio por el que llaman a determinados ponentes en los congresos deja de ser el académico y empieza a ser el número de seguidores en redes sociales y las polémicas que desatan —ya se sabe que hablen mal de mí, pero que hablen, es el criterio— y, como siempre, tarde y mal, nos llevaremos las manos a la cabeza, pensaremos: ¿cómo ha podido pasar?

Mientras tanto la visión de transferencia del conocimiento queda cubierta con unas casillas de la acreditación de la ANECA y yo, no puedo dejar de preguntarme por la «alienación de nuestro pensamiento».

[1] Entiéndase, no me refiero a buscar el conflicto. Si no a elaborar discursos alternativos y ocupar con ellos también estos espacios.

Fuente de la información e imagen: https://eldiariodelaeducacion.com

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Ignacio Zafra: «Los profesores no van a cambiar de golpe su forma de trabajar el curso que viene por la nueva ley educativa”, España

El instituto Leonardo da Vinci de Albacete, un macrocentro con 1.700 alumnos, resume cómo llega la escuela a la gran transformación en la forma de enseñar. Los docentes se dividen entre el escepticismo y las ganas de cambio.

“Nos espera un mes de julio intenso”, advierte el director Juan Luis García mientras recorre el pasillo central de su instituto, el Leonardo da Vinci de Albacete: un macrocentro con 1.700 alumnos, baldosas verdes en las paredes, tuberías a la vista y la atmósfera general de búnker que caracteriza cierta arquitectura educativa pública de los años ochenta. El Leonardo da Vinci, como cerca de 30.000 escuelas e institutos españoles, se enfrenta a la implantación en septiembre de los grandes cambios educativos que trae la nueva ley educativa, la Lomloe, de forma un tanto precaria. Los decretos del Gobierno que desarrollan la ley se publicaron tarde. Los de las comunidades autónomas, que deben concretarlos en cada territorio, todavía no han sido aprobados. Y los centros se preparan para el salto de modelo de enseñanza con borradores.

García parece, pese a ello, tranquilo. Otras docentes de su centro expresan mayor preocupación. “Está siendo todo precipitado”, afirma Isabel Martínez, una de las jefas de estudios, “hay una mezcla de agotamiento, de muchas novedades que no están del todo claras, de otras que no caen bien…”. Y Araceli Ruiz, profesora de Geografía e Historia, añade: “Todo esto nos pilla desbordados de trabajo, como siempre a final de curso. Hasta julio no tendremos la normativa de la comunidad autónoma y ahí nos pondremos a mirar algo, pero hasta septiembre no empezaremos con las modificaciones de las programaciones de las clases y demás. Eso abruma porque es mucha burocracia. Dicho esto: ¿hay ganas de cambio? Pues sí. Al menos algunos las tenemos, porque hace falta”.

Una clase de cuarto de la ESO del instituto Leonardo da Vinci de Albacete
Una clase de cuarto de la ESO del instituto Leonardo da Vinci de AlbaceteJOAQUIN DE HARO RODRIGUEZ

El Leonardo da Vinci ha tomado varias decisiones para ganar tiempo. Los alumnos se matricularán del curso que viene sin tener del todo claro qué materias tendrán en septiembre, especialmente los que pasan a primero de Bachillerato. Pero el centro considera que los cambios que introduce la ley en las asignaturas son manejables utilizando los borradores de los decretos autonómicos. La elección de los libros de texto también se ha aplazado a septiembre, cuando los departamentos puedan ver qué editoriales se adaptan mejor a los contenidos aprobados por Castilla-La Mancha.

El director admite que los profesores del centro están “un poco verdes” respecto al cambio más importante que persigue la ley educativa: implantar una forma de aprender más competencial, en la que los alumnos interioricen los conocimientos de forma más profunda, sepan aplicarlos y relacionarlos entre sí. Un giro para el cual no han sido preparados. “Se necesitará formación y tiempo para que realmente cale. El año que viene no creo que en ningún instituto el profesorado cambie de repente radicalmente su forma de trabajar porque haya cambiado la ley. Eso lleva mucho detrás”.

Al mismo tiempo, García que es profesor de Informática en Formación Profesional, unas enseñanzas que por su naturaleza tienden desde hace tiempo a ser mucho más competenciales que la ESO y el Bachillerato, cree que el cambio en la manera de dar clases resulta “inevitable”: “Y no solo porque lo diga la ley educativa, sino porque es la sociedad la que cambia. No puedes permanecer estático porque los alumnos que tienes delante no lo hacen”.

Las reformas educativas generan siempre escepticismo y resistencias en el profesorado, dicen los docentes del Leonardo da Vinci. Y si se implantan precipitadamente, con la experiencia de haber visto caer otras leyes anteriores y con la perspectiva de que la nueva también será sustituida si cambia el color del Gobierno, más. La jefa de estudios general, Isabel Martínez, considera que lo que más dudas genera en su centro es el nuevo sistema para pasar de curso y titular, que ya no depende de un número de suspensos. “La teoría es muy lógica. Tenemos que decidir en función de las competencias y los objetivos alcanzados por el alumno, pero es nuevo para nosotros. Al profesorado le gustaría saber con cuántas asignaturas repite: dos, tres, cuatro… Pero no podemos transmitirle esa instrucción porque la normativa no lo permite”. Martínez ve en ello un problema de igualdad: “Ahora el equipo docente es el órgano decisor. Pero equipos educativos hay muchos y es posible que ante situaciones similares respondan de forma distinta. Eso genera la sensación de no saber si estás actuando bien, perjudicando a un alumno o beneficiando a otro”.

Reunión del equipo directivo del Leonardo da Vinci. De pie el director, Juan Luis García. A la izquierda Isabel Martínez, y a la derecha, Maribel Cebrián.
Reunión del equipo directivo del Leonardo da Vinci. De pie el director, Juan Luis García. A la izquierda Isabel Martínez, y a la derecha, Maribel Cebrián.JOAQUIN DE HARO RODRIGUEZ

Los cambios son vistos con otra perspectiva por otra jefa de estudios del Leonardo da Vinci, Maribel Cebrián, encargada de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) y el Bachillerato. “Yo creo que la ley trata, sobre todo en la ESO, de que el alumno se titule, de que obtenga el graduado”. La Lomloe intenta que la repetición sea algo excepcional (un objetivo que las normas anteriores también enunciaron, sin lograrlo), como sucede en los países del entorno de España. También prevé que cuando se decida que un alumno debe repetir, los docentes expliquen en un informe el por qué, algo que Cebrián considera acertado: “Hay compañeros que dicen: ‘Vaya burocracia’. Pero yo creo que es como si eres médico y vas a dejar tu puesto: lo suyo es que dejes por escrito que a Juan García lo han operado de tal, has probado con esta medicación…, para cuando llegue tu sustituto. Si un alumno repite, tenemos que saber en qué ha fallado para empezar a construir desde ahí”.

“Lo que hacemos ahora es muy teórico, lo olvidamos pasado el examen”

¿Y los alumnos? Carlos Tapias, que está a punto de acabar cuarto de la ESO en el instituto de Albacete, se plantea ser ingeniero, y no tiene claro qué asignaturas tendrá el curso que viene en primero de Bachillerato, admite que sobre los cambios que vendrán en septiembre le suena sobre todo la polémica que se montó en torno a la filosofía. Preguntado sobre el cambio en la forma de enseñar que pretende la nueva ley, contesta: “Me parece bien, porque al final lo que hacemos es todo muy teórico. Está claro que tenemos que aprender, pero con tanta teoría, al final hacemos un examen y lo olvidamos al cabo de un tiempo. A lo mejor este sistema ayuda a que se nos quede en la memoria”.

Antonio Parada, profesor de Historia en el Leonardo da Vinci afirma que la metodología no soluciona por sí sola los problemas que los docentes se encuentran en el aula, pero ayuda. A Parada le gusta el planteamiento general de la nueva ley: “Ir hacia una educación menos memorística, más comprometida con las necesidades, capacidades e intereses del alumnado. Evaluar las destrezas…”. Pero no le agrada tanto el currículo de su asignatura, en el que echa en falta una mayor concreción y una estructura más cronológica, “al menos en Bachillerato”. Su compañera, Araceli Ruiz, cree que la nueva ley facilita una enseñanza más enfocada a que los alumnos aprendan “a pensar y a razonar”, pero advierte de que ello requiere formación, tiempo para coordinarse con otros departamentos y más profesorado para que, entre otras cosas, pueda haber en ciertos momentos dos docentes en la misma clase.

Fuente: https://elpais.com/educacion/2022-06-20/la-precaria-adaptacion-de-un-instituto-a-la-nueva-ley-educativa-que-se-aplicara-en-septiembre-estamos-un-poco-verdes.html

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Letras pa’l pueblo: bibliotecas populares autogestionadas

Esta semana Barrio Canino nos desplazamos con el estudio radioguerrillero hasta el Local Anarquista Magdalena. Aquí os traemos la charla sobre bibliotecas populares autogestionadas que tuvimos allí en la que participaron la Biblioteca Social Hermanos Quero (Granada), la Biblioteca Jesús Lizano (Fuenlabrada), la Biblioteca La Revoltosa (Alcorcón), la Biblioteca Carnaval y Barbarie (Vallekas) y el Local Anarquista Magdalena, anfitriones de este sarao biblio-radiofónico.

Descarga y escucha online

Alrededor nuestro, quien más quien menos, todos tenemos bibliotecas. La gran mayoría de ellas dependen de administraciones públicas y algunas de ellas también de instituciones privadas variopintas, desde fundaciones de todo tipo hasta las denominadas obras sociales de entidades bancarias. Muchas de estas bibliotecas están dotadas de amplios fondos, otras hacen lo que pueden. Pero, en general, cuando se trata de buscar libros de contenidos sociales o políticos en los márgenes, o pertenecientes a editoriales pequeñas y autogestionadas es difícil encontrar lo que se busca. Ahí es donde nace la necesidad de otros modelos de bibliotecas, populares y autogestionadas que den cabida a otros contenidos fuera de lo habitual, a material autoeditado que se distribuye en circuitos alternativos o que se corresponda con temas políticos y sociales a la izquierda de la izquierda. Estas bibliotecas existen e intentan complementar lo que ofrecen las bibliotecas institucionales con fondos y actividades que no tienen cabida en ellas. Funcionan a través de colectivos autogestionados que subsisten como pueden para hacer funcionar estas bibliotecas, y no solo mantenerse funcionando, sino también mantener, renovar y actualizar sus fondos periódicamente. En la mayor parte de las ocasiones estas bibliotecas se albergan en locales (cedidos, alquilados u okupados) en los que tienen lugar muchas otras actividades. Porque la lectura, y todo lo que ocurre alrededor de los libros, no tiene por qué ser una actividad individual, bien puede ser colectiva a través de clubs de lectura, de puestas en común sobre los temas que contienen estos libros o charlas de presentación de nuevas publicaciones en las que se puedan intercambiar opiniones. Y así, bajo esta inspiración, es como nacen los proyectos que nos acompañan hoy en este episodio de Barrio Canino.

Para este programa volvemos a desplazarnos con el estudio itinerante de radio libre para juntarnos en el Local Anarquista Magdalena, en el corazón de Lavapies, con una doble intención: por una parte para ofrecer actividad al local con lo que mejor sabemos hacer, que es juntarnos alrededor de unos micros para hablar e invitar a la peña a que hable, y que se sepa que Magdalena, y otros espacios similares están abiertos, siguen funcionando porque siguen siendo necesarios, más que nunca, si nos apuráis. Por otra parte para que conozcáis que, concretamente en Magdalena, no solo hay un espacio afín y una biblioteca social, sino que también hay un equipo de radio que en su día utilizó Cabezas de Tormenta y que actualmente utiliza, entre otros, el podcast Lluvia con Truenos, que por cierto podéis escuchar en Ágora Sol Radio y en unas cuantas radios libres más. Este equipo está a disposición de personas y colectivos afines que quieran hacer sus propios programas de radio. Y por cierto, en esta biblioteca también os encontráis el manual «Como hacer una radio» en el que participamos con Radio Guerrilla. Todo queda en casa.

Pero esta semana no hablaremos solo del Local Anarquista Magdalena. Hay otros proyectos de bibliotecas sociales, populares, autogestionadas, libertarias o directamente anarquistas…  no sabemos como denominarlas para que quepan todas bajo un mismo nombre. El caso es que están funcionando en diversos puntos de la geografía y hemos conseguido que se acerquen hoy para tener esta charla a modo de mesa redonda radiofónica. Hemos juntado a cinco: Magdalena (de Madrid Centro y anfitriones del sarao), la biblioteca okupada anarquista Carnaval y Barbarie (de Vallekas), la biblioteca La Revoltosa (de Alcorcón), la biblioteca libertaria Jesús Lizano (de Fuenlabrada) y la Biblioteca Social Hermanos Quero (de Granada). No están todas las que son, está claro, pero son todas las que están.

En esta charla hablamos sobre cómo un colectivo puede autogestionar una biblioteca, qué tipo de fondos se encuentran en ella, cómo se consiguen los fondos de la biblioteca, cómo se catalogan, se prestan los libros y qué otras actividades ocurren en torno a los espacios que albergan estas bibliotecas. Y lo más importante, aprendemos una palabra nueva: tejuelo.

Pasen y lean.

Enlaces:

– Biblioteca Jesús Lizano (Fuenlabrada. Biblioteca popular y club de lectura. https://fuenlabrada.cnt.es/biblioteca/

– Carnaval y Barbarie (Vallekas). Biblioteca anarquista okupada. https://carnavalybarbarie.noblogs.org/

– Biblioteca La Revoltosa (Alcorcón). Biblioteca popular y anarquista. https://bibliotecalarevoltosa.wordpress.com/

– Local Anarquista Magdalena (Madrid Centro). Centro de encuentro, biblioteca, librería,  videoteca y centro de documentación. www.localanarquistamagdalena.org

– Biblioteca Social Hermanos Quero (Granada). Biblioteca, librería, centro de documentación, archivo, espacio de encuentro y autoorganización autónomo. https://www.bsquero.net/

Fuente de la información e imagen: https://www.tercerainformacion.es

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España: Un aula de Vallecas se rebela contra los libros de texto que silencian a las mujeres

Por: Fernando Peinado y  David Expósito

Los alumnos de 4º de la ESO del instituto Tirso de Molina mandan cartas al Ministerio de Educación y al de Igualdad por una foto de la Generación del 27 que solo incluye a hombres

Muchas generaciones de estudiantes en España han aceptado como lo más normal del mundo que el hombre fuera el protagonista absoluto de sus libros de ciencia, historia o literatura. Pero esto parece estar cambiando. Hace unas semanas, una clase de un instituto de Vallecas, en Madrid, se rebeló contra uno de sus manuales.

El cabecilla fue un chico de 16 años que interrumpió a la profesora, Julia Olmedo, mientras ella daba la lección sobre la Generación del 27. En una diapositiva que la maestra había preparado, aparecía una fotografía de ese grupo de escritores, que incluía a las autoras conocidas como las sin sombrero, junto a sus nombres, sus obras y sus premios. El estudiante se extrañó porque en el libro aparecía solo otra imagen, la foto colectiva de algunas de las figuras de aquel grupo artístico en el homenaje a Góngora en Sevilla. Es una de las instantáneas más famosas de la literatura española, 10 hombres y ninguna mujer. Esto molestó al alumno.

—Profe, ¿por qué no están esas escritoras en el libro si son tan importantes?—.

―Es una pregunta que aún nos hacemos muchos profesores. No sabemos por qué no las incluyen—.

El libro, de Lengua castellana y Literatura de la editorial McGraw Hill, no dice ni una sola palabra sobre las sin sombrero. Tampoco cuenta nada significativo sobre escritoras de otras épocas de la literatura en español. No era la primera vez que en esta clase de 4º de la ESO del instituto Tirso de Molina de Vallecas se hablaba de la falta de visibilidad de las mujeres en los libros de texto. En Geografía e historia, a los alumnos ya les había llamado la atención leer un relato de reyes y conquistadores sin apenas presencia femenina. En Biología y geología, hicieron un trabajo sobre mujeres científicas y tuvieron que rebuscar la información en internet. Pero esta foto incompleta de la Generación del 27 fue la gota que colmó el vaso.

Un alumno de la clase de 4º de la ESO del Instituto Tirso de Molina de Vallecas subraya la lista de autores masculinos de la Generación del 27 que aparece en el libro de texto.

Un alumno de la clase de 4º de la ESO del Instituto Tirso de Molina de Vallecas subraya la lista de autores masculinos de la Generación del 27 que aparece en el libro de texto.DAVID EXPÓSITO

Varias alumnas se sumaron a la protesta. El libro solo muestra fotos de escritores masculinos. Carmen Laforet, ganadora del primer Premio Nadal en 1944, aparece mencionada de pasada en un recuadro al margen del texto principal. “La indignación fue creciendo”, recuerda lo ocurrido Olmedo semanas después. Los alumnos pidieron hacer algo y la profesora les sugirió que podían escribir una carta a las ministras de Educación, Pilar Alegría, y de Igualdad, Irene Montero. La profesora redactó la carta y ellos lanzaron ideas desde sus pupitres mientras leían el texto proyectado sobre la pantalla. Olmedo empezó: “Los alumnos de 4º de la ESO C del instituto Tirso de Molina, de Madrid, nos dirigimos a usted…”.

―“¡No, profe! Alumnos y alumnas”―, la interrumpieron.

La carta advierte de la omisión de las sin sombrero y luego continúa: “Sabemos que usted comparte nuestra preocupación acerca de la lucha contra la desigualdad de género y consideramos que el aula es el mejor escenario para partir hacia la búsqueda de equidad. La educación es la base de nuestra sociedad y, si no crecemos de la mano de unos cimientos igualitarios, la información se nos ofrece incompleta”.

“Por ello, queremos solicitarle su colaboración e iniciativa para que, desde lo que esté en su mano, pueda actuar para que en los libros de texto aparezcan de manera equilibrada mujeres y hombres. Quisiéramos no esperar a los días conmemorativos o temáticos para realizar trabajos sobre el papel de las mujeres en la Ciencia, la Historia, la Filosofía, etc. Queremos participar en la formación de una sociedad donde la relevancia para obtener un lugar en la historia no dependa del género”.

Aún no han recibido respuesta, pero el Ministerio de Igualdad responde a este periódico que lo considera una iniciativa valiosa: “Es una carta que nos hace sentir mucho orgullo como país. Queda mucho por hacer y hay relevo”. Una portavoz del Ministerio de Educación dice que no han podido encontrar la carta. Las autoridades de ambos departamentos son conscientes de que hay una fuerte demanda social para visibilizar a las mujeres, como atestiguan las campañas en la plataforma online de protestas Change.org, que han obtenido más de 60.000 apoyos. Una fue lanzada hace un año por una profesora de instituto que criticó que los 10 filósofos que estudian sus alumnos en la EVAU son todos hombres. Otra, que reivindicaba a las artistas olvidadas, fue iniciada en 2020 por una aspirante a profesora de Historia del Arte.

Solo el 7,5% de las referencias aparecidas en 115 libros de 19 asignaturas hacen mención a mujeres, según el estudio Análisis de la ausencia de mujeres en los manuales de la ESO: una genealogía de conocimiento ocultada, de Ana López Navajas, con quien colabora el Instituto de la Mujer. Materias como Física y Química o Ciencias Sociales son las que menos referentes femeninos contienen.

El cambio en los institutos debería comenzar a notarse el curso que viene como consecuencia de los nuevos currículos para ESO (12-16 años) y Bachillerato (17 y 18 años), que han sido publicados esta primavera en sendos reales decretos para desarrollar la ley Celaá de 2020. Estas normas contienen peticiones específicas para acabar con el olvido histórico del papel de mujeres destacadas. Las editoriales están en proceso de revisión de sus libros para cumplir con ambas normas estatales y con el desarrollo que haga la Comunidad de Madrid, a la que corresponde en un 40% la competencia de elaboración del currículo educativo.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, le ha declarado la guerra a esos y otros cambios, que considera producto del “adoctrinamiento” y ha animado a los centros educativos a usar los libros previos a esta reforma. También ha recurrido el decreto de Bachillerato estatal al Tribunal Supremo. Pero no queda claro que su campaña pase de un pataleo mediático. Ocurrió con el real decreto de la ESO, cuyo desarrollo en mayo en un proyecto de decreto autonómico madrileño contiene las expresiones “ecofeminismo”, “ecosocial” o “perspectiva de género”, que el Gobierno de Ayuso había prometido eliminar.

“Fútbol femenino”

Los alumnos de 4º de ESO del Tirso de Molina parecen ajenos a los pormenores de esa batalla política, pero no son impasibles ante muchas situaciones de su vida donde las mujeres son invisibilizadas o relegadas. Los alumnos notan cosas que pasan inadvertidas para los mayores. “Al fútbol femenino siempre lo llaman así, pero el fútbol masculino es fútbol a secas”, dice una estudiante durante una lección, semanas después de la rebelión contra el manual de Literatura.

Durante una visita de este periódico, dedicaron la hora de Valores éticos a debatir y reflexionar sobre su acción conjunta de enviar una carta a los máximos responsables de Educación e Igualdad. “Mujeres como las sin sombrero fueron exitosas en su momento y el peso de la historia las ha aplastado y arrinconado. No solo a ellas. Acabamos de dar a Carmen Laforet, escritora española durante el franquismo, que aparece en una esquina del libro de texto en la categoría de otros autores. Teníamos que intentar algo para reivindicarlas”, explica una alumna.

“La desigualdad se aprende indirectamente en todas partes”, añade otro compañero. “Aunque tus padres y profesores te eduquen con los valores adecuados, cualquier serie o película te enseña lo contrario. El protagonista siempre es un hombre. La mujer tiene el papel de acompañante que está enamorada de él”, lamenta.

La profesora Olmedo, de 34 años, cuenta que tampoco se encontró a las sin sombrero durante sus años de estudiante, ni siquiera cuando se formó en Filología Hispánica hace una década. Ha sido posteriormente cuando este grupo de autoras ha empezado a ser reivindicado. Un documental de 2015 puso en valor la obra de estas mujeres, que expertos consideran en determinados casos superior a la de otros compañeros masculinos que sí figuran en los libros de texto. Hombres y mujeres de la Generación del 27 mantuvieron una relación muy estrecha, una circunstancia que hace más hiriente el silencio sobre la mitad femenina de ese grupo.

En estos últimos años también ha cambiado mucho la mentalidad de los adolescentes, dice Olmedo. “El chico que inició el cuestionamiento del libro tiene una situación complicada y eso te emociona más, pero es que el grupo entero estaba de acuerdo con la idea de enviar las cartas”, explica. Este instituto vallecano tiene una fuerte convicción en la tolerancia y la solidaridad. Durante el curso 2021-2022 el profesorado ha desarrollado un proyecto anual, Ecualitirso, en el que participan todos los alumnos para fomentar la igualdad y la integración de las más de 30 nacionalidades que están presentes en el centro entre todos los cursos. Una gran bandera arcoiris da la bienvenida en el vestíbulo. El Tirso de Molina está catalogado como centro de difícil desempeño, lo que implica que en el entorno hay un número importante de familias desestructuradas o perceptoras de subsidios.

A veces, estos alumnos chocan con los valores tradicionales de sus padres. “Vuelves a casa y comentas, por ejemplo, que Margarita Manso, Luisa Carnés o Concha Méndez fueron tan importantes como Lorca o Alberti, pero que no aparecen en el libro de Lengua, que su foto existe y que no la han incluido”, apunta una alumna. “Entonces, tus padres ponen en duda lo que dices o incluso ni te creen”.

Fuente de la información e imagen: https://elpais.com/espana/madrid

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Italia: Presentado en La Habana “Centocellaros”, el nuevo libro de Vasapollo y Rosati. Una historia de revolución necesaria y posible (FOTOS)

Presentado en La Habana “Centocellaros”, el nuevo libro de Vasapollo y Rosati. Una historia de revolución necesaria y posible

El profesor Luciano Vasapollo, decano de economía de la Universidad La Sapienza de Roma, encabeza actualmente una delegación italiana en Cuba en la que están representadas numerosas realidades italianas, entre ellas la Red Comunista, la Red de artistas e intelectuales en defensa de la humanidad y el Padre Virginio Rotondi. Association for Peace Journalism, que promueve las pruebas FarodiRoma y PlaceStPierre. En la ocasión, en La Habana como en otras ciudades de la isla, se realizaron varias presentaciones del libro “Centicellaros. Las cien flores y la rosa de Jericó”, escrita por Vasapollo junto a Luigi Rosati.

Una nueva historia de los años ’60 y ’70 está al alcance de las nuevas generaciones de lectores y militantes, una de las tantas, entre las miles, vividas en el conflicto de clases que atravesó Italia tras la Segunda Guerra Mundial. Esta historia contada por Luigi Rosati y Luciano Vasapollo, ambos protagonistas de muchos de los hechos narrados en el libro publicado por Edizioni Efesto, sin embargo, tiene algo de particular, algo que, lamentablemente, es difícil de encontrar en la enorme bibliografía sobre el tema.

El libro descansa sobre dos tesis, que parecen ser tanto el motivo como el fin de la redacción de estas densas páginas. En primer lugar, los autores insisten en el hecho de que los acontecimientos del “período caliente” del choque revolucionario que tuvo lugar en Italia en las últimas décadas, los infames años 70, deben leerse desde una perspectiva histórica. Es imposible entenderlos si no los conectas con la resistencia partidista al fascismo nazi, con Portella della Ginestra, con la lucha y la organización obrera y campesina de esa explotación colectiva que hoy se llama boom económico, de que la historiografía oficial nos dice sólo cierta espera.

Pero Vasapollo y Rosati van más allá: de nada sirve contar la década del 70 si no está conectada también con lo que pasó después, con las décadas del gran reflujo, las de la despolitización forzada de la sociedad. En este sentido, la primera tesis del libro es clara: la narración de toda pequeña historia política debe tener lugar siempre en relación con la gran historia general, nunca debe estar cerrada o estancada en sí misma, y ​​es precisamente a partir de esta una recomposición que se deriva de la utilidad que la lectura del pasado, tanto de las grandes intuiciones como de los fatales errores, tiene para las nuevas generaciones.

El segundo argumento es en cambio social, en el sentido de que mira directamente a esas masas protagonistas del conflicto de clases en Italia. Los flujos migratorios internos, en particular el enorme movimiento sur-norte de las dos primeras décadas de la posguerra, no pueden leerse como cifras estériles de manual, sino que deben remontarse al desarrollo de las metrópolis del Norte y de Roma, de la que en particular se habla magistralmente del desarrollo urbanístico. La historia del municipio que se convierte en periferia y por tanto se entrelaza con la de sus habitantes, con ese cambio que los aleja del silencio político, hasta el punto de tomar la palabra como protagonista. De este fluir, de esta concentración de hombres y mujeres, y por tanto de diferentes lenguas, culturas, tradiciones, los autores ven nacer el humus social que será fundamental para el desarrollo de una oposición al poder que será posible sin mediación. El resultado es un mosaico compuesto de la realidad italiana pasada y presente, un fresco que nunca cae en el análisis sociológico o en la crónica estéril de los hechos, y sobre todo que no teme tocar nervios aún descubiertos, ayudando a la reflexión y a la correcta colocación de la hechos tendencias históricas que produjo un choque revolucionario único en Europa. Revolución es el sentido del momento histórico, dijo Fidel. Los centocellaros ayudan a encontrar este sentido histórico.

Los autores fueron, son y serán militantes políticos, y esto no es un detalle menor. Aunque distantes físicamente durante muchas décadas, uno en París y el otro en Roma, los autores nunca se separaron y nunca abandonaron el camino: Vasapollo y Rosati continuaron con su compromiso político cuando muchos optaron por el retiro político. Todavía están en sus
puestos de combate. Este es quizás el carácter fundamental que impregna estas páginas: Centocellaros es un libro que todavía quiere la Revolución, que la cree necesaria y sobre todo posible.

Fuente de la Información: https://www.farodiroma.it/presentado-en-la-habana-centocellaros-el-nuevo-libro-de-vasapollo-y-rosati-una-historia-de-revolucion-necesaria-y-posible-fotos/

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Manos Unidas advierte de la gran hambruna acelerada por la guerra

La ONG católica ayudó el año pasado a 1.524.954 personas a través de 721 proyectos

Manos Unidas alertó ayer en Madrid de la «gran hambruna» que ya existe y que se va a extender en el mundo acelerada por la guerra en Ucrania y la falta de agua, factores que afectan especialmente al continente africano.

La ONG lanzó esta advertencia en la presentación de su memoria de actividades de 2021, año marcado por el hambre, el aumento de personas en situación de pobreza y en el que llevaron a cabo casi 500 proyectos nuevos con una inversión de más de 33 millones de euros.

La guerra en Ucrania, subrayó la organización, afecta sobremanera a la subida de los precios y dificulta aún más el acceso a cereales, y tiene un impacto clave en África ya que Rusia y Ucrania son sus principales graneros.

De 474 proyectos ejecutados en 2021, el 38% se desarrollaron en África, el 32% en América y el 30% en Asia. Gracias a la campaña «¿Contagia solidaridad para acabar con el hambre», Manos Unidas consiguió mejorar la recaudación obtenida en 2020 en un 14%, hasta los 33 millones de euros.

Pese a que son tres millones menos de euros que en 2019, la presidenta en funciones de la ONG, Clara Pardo, afirmó en la presentación de estos datos que se están «empezando a recuperar» y ha confiando en volver a las cifras previas a la pandemia. Destacó en este contexto el gran aumento de donaciones por parte de herencias y legados, superando en un 140% las recibidas en 2020.

En 2021 Manos Unidas llevó a cabo 110 proyectos relacionados con el derecho a la alimentación, a los que destinó casi 10 millones de euros –un 29% de su inversión anual– y de los que se beneficiaron casi 123.000 personas.

También realizó 108 programas de carácter educativo, una de las áreas más críticas debido a la desescolarización y el abandono, con una inversión de 6,5 millones de euros, y 94 proyectos de salud, a los que destinó más de 4,2 millones.

Junto a estos capítulos Manos Unidas lanzó proyectos enfocados al agua y el saneamiento, derechos de las mujeres, derechos humanos y sociedad civil, y medioambiente y cambio climático.

La coordinadora de proyectos en África, Mabel Ibáñez, denunció que con los confinamientos se cerraron las escuelas durante dos años para miles de niños, atrapó en casa a mujeres y menores con sus maltratadores e incrementó la brecha entre los ricos y los pobres. Los desastres naturales, la violencia y las guerras convivieron con el ataque de la Covid, principalmente en su variante Delta, que perjudicó a sistemas sanitarios de los países pobres, que ya eran precarios antes de la pandemia. El virus mató a muchas personas que eran cabeza de familia y principal sustento de miles de hogares.

Fuente: https://www.larazon.es/sociedad/20220616/xwgvqkxk3vayvlxc6lbgkthkwq.html

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Andalucía, el mayor sistema educativo del país ante las elecciones autonómicas

El que fuera bastión del PSOE durante más de tres décadas, cayó en manos del PP y C’s que, junto a Vox han estado gobernando durante los últimos años el mayor sistema educativo del país. En unos días, las y los andaluces pasarán de nuevo por las urnas para, según parece, revalidar a las derechas en el Gobierno, esta vez, sin Ciudadanos y con una extrema derecha con muchos más apoyos.

Cifras globales

Las cifras globales de la educación andaluza son, a veces, un tanto desbordantes. Con unos 140.000 docentes entre la pública y la concertada (prácticamente 100.000 están en centros públicos) y con sus casi 1,6 millones de estudiantes no universitarios, Andalucía es por derecho propio el mayor sistema educativo de todo el país. Con una inversión, además, que se ha más que duplicado en las dos últimas décadas. Y conserva una proporción de escolarización en la pública del 73 % del alumnado, a pesar de las tensiones hacia la privatización que se han venido desarrollando en la última década, sobre todo.

Andalucía tiene 1.792.021 estudiantes, desde educación infantil hasta de régimen especial y de adultos. De esta cantidad, 1.370.814 están en el sistema público y, el resto, principalmente en el concertado (329.729).

El alumnado se reparte entre una inmensa mayoría de centros públicos, salvo en el caso de los de educación especial, en los que la proporción es uno público por tres concertados.

Como ocurre en buena parte del país, es el sistema público el que acaba absorviendo a la mayor parte del alumnado con dificultades, sean de la índole que sean, así como el extranjero.

En los siguientes gráficos se puede ver cómo ha evolucionado la matrícula de chicas y chicos de origen extranjero, tanto en centros privados como públicos de la comunidad autónoma. Salvo el primer año (2000-2001) en el que el 39,7 % estaba en privados, el resto de los años la proporción es bastante menor, sin llegar al 25 %.

Según las cifras oficiales, Andalucía tiene un volumen pequeño de población extranjera matriculada. Según los últimos datos de la adminsitración, del curso 2017-2018, en educacion primaria suponían un 5,3 %; en primaria, 5,7 % y en secundaria obligatoria, 5,8 %. Pero las variaciones entre las provincias son enormes.

Almería y Málaga se llevan la palma en cuanto a escolarización de alumnado extranjero. Sobre todo la primera que supera entre tres y cuatro veces la media andaluza y, comparada con Jaén, provincia con la menor proporción de migrantes, multiplica por casi 11 en infancil; nueve en primaria y 7,6 en secundaria obligatoria.

En el caso del alumnado con necesidades educativas especiales, Andalucía no es una excepción. La mayor parte de estas chicas y chicos se encuentra, como puede verse, escolarizados en centros públicos ordinarios. En este mapa se puede ver al alumnado con NEE según provincia y titularidad del centro. En la parte superior, se puede elegir enter pública y privada y así ver cuál es la proporción de este alumnado (en el que se encuentran chicas y chicos con discapacidad motora, auditiva, con trastornos de la personalidad, etc.).

En la última década el sistema educativo andaluz ha vivido muchos cambios. Tal vez uno de los más importantes tenga que ver con sus cifras de abandono escolar temprano. Por unas cosas u otras, esta autonomía ha conseguido dejar prácticamente en la mitad las cifras que de AET que llevaba arrastrando año tras año. Unas cifras que, en el global, todavía la sitúan fuera de los objetivos europeos, pero en el buen camino.

Es verdad que mirada la estadística, nuevamente, ellas sí han conseguido con creces el objetivo marcado para España en el 15 % mientras que ellos están un poco por encima del 20 % todavía. Incluso a pesar del salto cualitativo tan importante que supuso la pandemia y el confinamiento, en general, en los resultados académicos en todo el país.

Aunque haya que esperar todavía para ver cómo continúa la tendencia o si el efecto pandemia se queda aquí en el tiempo, lo que está claro es que el esfuerzo realizado por el sistema y la sociedad en su conjunto ha sido grande.

A pesar de esto, quedan algunas otras cuestiones que habría que ir resolviendo como, por ejemplo, las tasas de idoneidad a los 15 años. Se trata de porcentaje de alumnado que a esa edad está matriculado en el curso que le corresponde por edad y no ha repetido ningún año en su década de escolarización.

Como en los datos de AET, aquí pueden verse las diferencias por sexos también. Mientras que el 75 % de las chicas están en el curso que les corresponde, tan solo el 66,8 % de ellos lo está, aunque hay que reconocer una constante mejora de la situación desde 2005. Diferentes estudios relacionan la repetición y la tasa de idoneidad con el sentimiento de desenganche del sistema educativo que puede conducir al abandono temprano.

El presupuesto que la Administración andaluza dedica no ha dejado de crecer desde 2014, desde ls grandes recortes que ya comenzaran en 2010 y se agrandaran tras la entrada del PP a la Moncloa en 2012. El mayor incremento se aprecia en el último de los presupuestos, empujado por los fondos llegados desde la Unión Europea y el Gobierno de España para paliar los efectos de la pandemia.

Desinflar la pública

En los últimos años, diferentes plataformas y sindicatos han venido denunciando el cierre de aulas públicas por todo el territorio. La excusa, como en otras autonomías, es el descenso de la natalidad. Algo que contrasta, en cualquier caso, con el hecho de que las aulas y unidades privadas (la estadística del Ministerio de Educación y FP no segrega privada de concertada) ha venido creciendo o, como mucho, disminuyendo en un grado muy inferior.

«Vemos que se produce desmantelamiento de la pública como pilar de la igualdad de ooportunidades». Son palabras de Marina Vega, secretaria general de la Federación de Enseñanza de CCOO en Andalucía. Desde su punto de vista, el mandato que se cierra este domingo ha tenido un marcado carácter privatizador; por el apoyo a la concertada y, sobre todo, «dejando morir a la pública».

Foto: USTEA

La situación del cierre de aulas públicas ha supuesto, según afirma buena parte de la comunidad educativa, un aumento de la ratio en los centros, al tener que reubicar a niñas, niños y adolescentes de las líneas e incluso centros cerrados. Esta situación ha dado lugar a que se haya puesto en marcha hace unos meses una ILP que busca llevar al Parlamento andaluz la negociación de una bajada de ratios por vía legislativa. De momento van a buen ritmo con la recogida, aunque se plantean la petición de una prórroga para asegurar el tiro.

En el curso 2010-11, había 375.451 criaturas escolarizadas en educación infantil; 262.525 lo estaban en la pública. Diez años después, en el curso 2020-21, la cifra global disminuyó hasta 325.841 criaturas. Una bajada de 49.610 matrículas en total, aunque en la pública se perdieron prácticamente 51.000 estudiantes, frente al aumento de casi 1.500 en la privada. A esto se suma que la pública perdió 1.205 unidades mientras la privada ganaba 1.283.

Algo similar ocurre en primaria. En la misma década la educación andaluza perdió 4.135 estudiantes, pero 3.883 fueron solo de la pública (y 207 unidades), mientras la privada perdía 252 estudiantes y ganaba 35 unidades.

Como confirman desde la patronal de la concertada, Escuelas Católicas, según la Lomloe, las administraciones educativas pueden reducir las aulas y líneas concertadas antes de que llegue el momento de la renovación del concierto. Hasta ahora tenían que esperar los años obligatorios hasta esta renovación global del concierto. En cualquier caso, no parece que esto es lo que haya estado pasando.

En la secundaria obligatoria las cosas están un poco mejor para la pública. Entre los cursos 2010-11 y 2020-21, Andalucía tiene un aumento de 39.000 estudiantes de ESO. 32.200 acaban en centros públicos con 720 unidades más. Aunque las cosas vuelven a torcerse en el bachillerato.

El bachillerato se ha convertido en los últimos años, junto con la educación infantil, en uno de los nichos más importantes de los que conseguir conciertos en determinadas administraciones educativas. Andalucía no es una excepción. En la década señalada, el bachillerato perdió 6.800 estudiantes, pero no de manera equilibrada. 8.322 saleron de la pública, mientras la privada ganaba 1.530 chavales.

Pero el bachillerato no está solo en esto. Los estudios postobligatorios profesionales están en la misma línea. Mientras los grados medios han ganado 11.617 estudiantes en total, 7.775 han ido a parar a centros privados mientras que el resto iba a públicos (3.842). En los grados superiores también ocurre, aunque de manera menos aguda. En total han 30.707 estudiantes más, 14.114 en la pública y 16.593 en la privada.

La tendencia en la formación profesional, ciertamente, es común a todo el país. Durante los últimos 10 años, al menos, las administraciones públicas han hecho dejación a la hora de poner en marcha centros y recursos para dar respuesta al incremento de la demanda de plazas, mientras los centros privados, en buena medida a distancia, han encontrado campo abonado para expandirse. Algo que en su momento admitía Clara Sanz, secretaria general de FP y alma mater de la Ley de FP.

En los siguientes gráficos se ve la tendencia de las unidades de los tres estudios profesionales. Mientras la básica se mantiene en unas cifras más o menos estancadas desde casi el inicio de su implantación, los grados medios y superiores han crecido mucho, especialmente los superiores y, en general, en mayor proporción los privados.

Con la Ley de FP a la espera de los decretos de desarrollo y el Ministerio lanzado a una carrera por promocionar toda la etapa, desde hace años, casi ninguna adminsitración pública ha invertido lo suficiente como para hacer frente al crecimiento sostenido de la demanda. Esto ha hecho, en España y en Andalucía, que el crecimiento de los ciclos privados y, sobre todo, a distancia, haya sido muy elevado sin que los planes previstos parezcan poder hacer fernte a esta demanda de plazas.

Leticia Vázquez es la presidenta de Codapa, la confederación de familias andaluza. También es crítica con la legislatura que termina estos días y, en relación a la privatización de aulas, insiste en la necesidad de que se vayan dejando atrás los conciertos educativos. Si la falta de natalidad es el problema para mantener aulas abiertas, deberían ser, a su juicio, las concertadas las que pierdan la financiación pública y no al revés.

A esto se suman algunas otras concesiones de la Junta de Andalucía, por ejemplo, las rebajas fiscales si se acude a actividades extraescolares en centros privados o academias, o la deducción de 300 euros por hijo matriculado en bachillerato en centros privados. También, está el nuevo decreto de zonificación que supone dar ventajas a las familias que quieran acudir a la concertada. Si en tu zona no hay un centro concertado, puedes escolarlizar en otra zona diferente sin problema.

Marina Vega recuerda que ya con gobiernos socialistas hubo una privatización de los serivicios de los centros, como los comedores escolare, que llegó incluso a la privatización del trabajo de los profesionales técnicos de integración social, que bien pueden ser públicos o privados,

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