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Brasil entre el laberinto y el callejón sin salida

Por: Eric Nepomuceno

El viernes pasado asumió el nuevo ministro de Salud del gobierno ultraderechista de Jair Bolsonaro. Se trata de un oncólogo vinculado, a ejemplo del antecesor renunciado el día anterior, Luiz Henrique Mandetta, al sector privado de salud.

Nelson Teich tiene amplia experiencia en administrar hospitales y planes de salud privados (y carísimos). Ya de sistema público, nada de nada.

En su primer día en el cargo se conocieron los nuevos números de la epidemia del Covid-19 en el país, acorde con los datos oficiales, los muertos eran 2 mil 141 y los contagiados, 33 mil 600.

No son números fiables; como en Brasil se aplican pruebas en volumen absurdamente ínfimo, médicos, científicos e investigadores consideran que el número real sea de entre 10 y 15 veces superior. Además, se da por hecho que la curva ascendente de contagiados a partir de ahora gana impulso, para llegar a su pico en mayo y, posiblemente, extendiéndose hasta junio.

Remplazar a un ministro de Salud en medio de semejante escenario suena a iniciativa irresponsable y demencial.

Y exactamente de eso se trata: ya no a cada semana o día, sino a cada hora resulta más claro y evidente que la nación se encuentra bajo el mando errático, absurdo, irresponsable y demencial de un sicópata.

Mandetta tiene, es verdad, parte de la responsabilidad por el actual cuadro. En su primer año como ministro, y a raíz de sus vínculos con los planes de salud privados que en Brasil se ofrecen a precios exorbitantes, trató de recortar recursos del Sistema Universal de Salud, estructura pública inaugurada hace 20 años exactos.

En el primer momento de la actual pandemia no hizo nada para anticipar un plan viable frente al peligro que se avecinaba con ferocidad.

Pero también es verdad que tan pronto quedó evidente el peso del cuadro que se desplomaba sobre Brasil, cambió radicalmente de rumbo. Pasó a respetar todas las recomendaciones de la Organización Mundial de Salud y de médicos, científicos e investigadores locales y de otras partes del planeta.

Se mantuvo firme en posición absolutamente opuesta a la de Jair Bolsonaro, que critica furiosamente el aislamiento social y la cuarentena adoptados por gobernadores y alcaldes de todo el país.

Y han sido precisamente sus aciertos, los que llevaron su popularidad a las nubes, que el resentido, rencoroso y envidioso primate que ocupa el sillón presidencial decidió echarlo.

Mandetta sale con la imagen ampliamente fortalecida. Y cuando se confirme la tragedia que exhala robustas señales, de inevitable y veloz, su peso se desplomará exclusivamente sobre los hombros de Bolsonaro.

Con relación a Teich, el nuevo ministro, de entrada dejó clara cuál fue la razón de haber sido elegido: se declaró totalmente afín al ultraderechista Bolsonaro. Dijo que, de momento, el aislamiento y la cuarentena no sufrirán cambios radicales, y nada más.

El problema central es que esa figura, sin ningún vestigio de experiencia en el sistema público de salud, asume cuando los hospitales de São Paulo y Río de Janeiro, y también de Manaos y de Fortaleza, se acercan al colapso a una velocidad acelerada.

Teich declaró que necesitará unos 15 días para enterarse no sólo de la situación actual real, sino también del funcionamiento del ministerio que asumió.

A un ritmo de 200 muertos diarios, de aquí a unos 3 mil cadáveres habrá empezado a darse cuenta de la realidad.

Y eso, considerando los datos oficiales. Si se confirman las proyecciones de lo que serían los números reales, será sobre un total de unas 30 mil vidas.

Semejante panorama, especialmente agobiante, coincide con otro, también abrumador: la turbulencia cada día más violenta en el escenario político.

Jair Bolsonaro, además de moverse sin norte ni rumbo, está oscilando entre el aislamiento absoluto y la tutela drástica de los uniformados que lo rodean en el palacio presidencial.

A esas alturas, es blanco directo del comando de las dos casas del Congreso, de la mayoría de los integrantes de la Corte Suprema de Justicia, de los gobernadores de los estados con más peso político y económico del país y de los mismos medios hegemónicos de comunicación que fueron cruciales para que llegara a dónde llegó.

Un silencio estruendoso es el resultado de la ausencia absoluta de diálogo con esos sectores claves de la nación, especialmente en medio a una crisis de proporciones inimaginables.

Por si fuera poco, ahora, con la salida de Mandetta, quedó claro que la aplastante mayoría de sus ministros se reducen a figuras inocuas, patéticas cuando no aberrantes, y que en Brasilia hay de todo, excepto gobierno.

El día en que Teich asumió su ministerio, el vicepresidente, general Hamilton Mourão, se dirigió de manera sucinta a los periodistas: está todo bajo control, aseguró. Para luego añadir: “lo que no se sabe es de quién…”

Mientras el combate a la pandemia deambula en un laberinto confuso, el gobierno de Jair Bolsonaro se mete más y más en un callejón.

Queda por ver si habrá salida.

Fuente : https://www.jornada.com.mx/2020/04/19/opinion/014a1pol

Imagen: https://www.shutterstock.com/image-photo/brasil-infected-covid19-severe-acute-respiratory-1666126099?irgwc=1&utm_medium=Affiliate&utm_campaign=Pixabay+GmbH&utm_source=44814&utm_term=https%3A%2F%2Fpixabay.com%2Fimages%2Fsearch%2Fbrasil%2520coronavirus%2F

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Declaración de la LIS / Latinoamérica: ante la pandemia, no pagar la deuda

América Latina/22/04/2020/Autor: Liga Internacional Socialista/Fuente: http://lis-isl.org

La pandemia de Covid 19 ha revelado las fallas estructurales de los sistemas de salud alrededor del planeta. Décadas de recortes en la salud pública y de políticas orientadas a su privatización han producido como resultado un sistema desigual e incapaz de responder ante situaciones de este tipo. Las y los trabajadores de salud y pacientes sufren las consecuencias de décadas de recortes.

Esta realidad en América Latina y los países más pobres esta estructuralmente vinculada a la deuda externa. A través del pago de la deuda se transfieren riquezas, de manera sistemática, de la clase trabajadora y el pueblo hacia los sectores más concentrados de la burguesía (sean “nacionales” o extranjeros), y de cada uno de nuestros países hacia los países imperialistas. Es una aspiradora que mantiene el flujo de dinero hacia arriba y hacia afuera.

Al mismo tiempo, la deuda es una herramienta de control político. Se trata de un mecanismo de sujeción estructural. Su carácter impagable implica que siempre está sujeta a renegociaciones y restructuraciones a cambio de concesiones hacia los acreedores y las grandes corporaciones, condicionando las decisiones políticas de los países deudores.

Para sostener el pago de la deuda externa los gobiernos han apelado a políticas de austeridad y privatizaciones. El imperativo de pagar deuda logrando superávit fiscal ha implicado un ajuste hacia abajo, recortando la inversión en salud, educación y servicios públicos, reduciendo salarios, imponiendo flexibilización laboral e impulsando reformas previsionales. Éstas últimas han incrementado la vulnerabilidad de las personas mayores, quienes constituyen el principal grupo de riesgo en la pandemia y sobreviven con pensiones que no cubren necesidades vitales esenciales.

El recorte en la salud ha sido una de las variables centrales del ajuste. En 2018, 46 países del mundo destinaban una proporción mayor de su PBI en pagos de la deuda externa que en inversión en salud. En promedio, estos países gastaban 7.8% del PBI en servicios de deuda y 1.8% en salud pública.[1]

Según datos del propio Banco Mundial la deuda externa pública de los países de ingresos bajos y medios se ha duplicado entre el año 2000 y el 2018. Las políticas impulsadas luego de la crisis del 2008 produjeron un salto cualitativo en el endeudamiento tanto público como privado. Aun antes de la pandemia, países como Argentina enfrentaban crisis estructurales de sus economías en gran parte vinculadas al endeudamiento. En octubre del 2019 el FMI señalaba que 34 países estaban en default o en alto riesgo.

La pandemia desató una crisis económica que ya se venía desarrollando. Uno de los elementos de esta ha sido una caída sostenida, y ahora acelerada, de los precios de los commodities. Según mediciones de la financiera Bloomberg el índice compuesto de los precios de los principales commodities de exportación ha caído un 27% en lo que va de 2020. Por otro lado, la fuga de capitales desde los llamados “mercados emergentes” también se ha acelerado. Sólo en marzo se ha registrado una fuga de capitales de 81 mil millones de dólares. En un mes se ha más que duplicado lo registrado durante la crisis de 2008/2009.

Sin embargo, aun en este escenario, la política de los gobiernos sigue siendo sostener el pago de la deuda externa. Por ejemplo, Alberto Fernandez pagó el 30 de marzo pasado 250 millones de dólares, una suma superior a la partida extraordinaria que destinó a enfrentar la crisis sanitaria.

Existen sectores vinculados a los gobiernos llamados “progresistas” nucleados en el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG) que impulsan una declaración firmada entre otros por Rafael Correa, Evo Morales, Dilma Rousseff y José Luis Zapatero. En ella solicitan la “condonación” de la parte de la deuda externa latinoamericana con organismos multilaterales de crédito y una restructuración de la deuda con acreedores privados. Es importante recordar que estos mismos sectores sostuvieron el pago de la deuda durante sus gobiernos. En realidad, lo que piden, son nuevas condiciones para poder seguir pagando.

En una línea similar, los ministros de finanzas del G20 acordaron apoyar la suspensión del pago de la deuda de los países mas pobres durante 2020. Esto no incluye a los acreedores privados a quienes se sugiere que adopten un posicionamiento similar. También es limitado su alcance, se estima que solo alcanzaría a los 76 países de menores ingresos del mundo y se trata de una medida de suspensión temporal. En definitiva, se estiran los plazos de pago para poder seguir cobrando.

En el mismo sentido se han expresado desde el Papa Francisco hasta el FMI. Centralmente promueven rebajas simbólicas de capital, quitas de un porcentaje de los intereses que están pautados pagar en lo que resta de este año y el próximo y nuevos plazos hasta que pase la pandemia y los países estén nuevamente en condiciones de pagar.

Se han vuelto buenos todos estos personajes? Claro que no. Los usureros saben bien que se puede apretar fuerte pero no asfixiar al deudor hasta matarlo, ya que es obvio que si muere no paga.

Nuestra propuesta es no pagar las deudas de manera unilateral. Esta decisión soberana permitiría disponer de todos los recursos de nuestros países para redireccionarlas hacia las medidas de salud y sociales necesarias para hacer frente a la pandemia. La urgencia de la actual situación requiere medidas de fondo. Existen condiciones de impulsar la declaración unilateral del no pago de la deuda, rompiendo con los organismos como el FMI y el Banco Mundial. Nuestros pueblos necesitan independizarse económica y políticamente de todos estos organismos financieros internacionales y disponer de los fondos que se destinan a la deuda y los que provendrían de nacionalizar la banca, el comercio exterior y fuertes impuestos progresivos a las grandes fortunas para garantizar la salud y un salario digno a las mayorías populares.

Desde la Liga Internacional Socialista impulsamos la más amplia unidad de los trabajadores y demás sectores explotados de todo el continente detrás de un proyecto emancipatorio y anticapitalista. Llamamos a la izquierda y los socialistas revolucionarios a construir una gran campaña internacional por la investigación y el no pago de las deudas externas latinoamericanas. Impulsemos desde el clasismo este eje político en los sindicatos y el movimiento obrero. Desde las agrupaciones juveniles en el movimiento estudiantil, y en cada uno de los espacios donde intervenimos, sumándolo a los reclamos concretos contra los despidos, por salarios y por condiciones de seguridad en el trabajo. Hay que unirlo con la lucha por todas las medidas de emergencia necesarias para enfrentar la pandemia, las demandas de las y los trabajadores de la salud y por el incremento del presupuesto y la nacionalización del sistema de salud privado. Impulsemos pronunciamientos, reuniones y acciones unitarias en cada uno de nuestros países. Y en EE.UU. y Europa desarrollemos  una campaña exigiendo la cancelación total y sin condiciones de las deudas, en apoyo y coordinación con los sectores que desde América Latina desarrollan una campaña por el no pago.


[1] Fuente: Datos del FMI y Banco Mundial. https://www.cadtm.org/COVID-19-and-debt-in-the-global-south-Protecting-the-most-vulnerable-in-times

Fuente e imagen: http://lis-isl.org/2020/04/21/declaracion-de-la-lis-latinoamerica-ante-la-pandemia-no-pagar-la-deuda/

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G20 reconoce que coronavirus expone fallas en sistemas de salud

Mundo/22/04/2020/Autor y fuente: www.telesurtv.net

Ministros de Salud del G20 se reunen por videoconferencia para abordar el impacto de la pandemia en los sistemas sanitarios.

El G20 realizó este domingo 19 de abril, la cumbre de ministros de Salud para comparar experiencias y evaluar las respuestas aplicadas por cada país miembro para mitigar los efectos del Covid-19.

El encuentro virtual fue presidido por el titular de Arabia Saudí, país que ejerce la presidencia pro tempore del mecanismo, Taufiq al Rabia, quien afirmó que ha quedado al descubierto «los huecos en los sistemas de salud y las innumerables oportunidades para mejorarlos».

El ministro de Salud saudí, al Rabia, agregó que se requiere del compromiso de una colaboración global que apoye a países que presentan mayores necesidades en materia de investigación y tecnologías para producir herramientas, vacunas y terapias para mitigar esta o cualquier otra pandemia.

Tras finalizar el encuentro, el G20 emitió un comunicado donde reconocen los estragos de la pandemia que «ha evidenciado la debilidad sistemática de los sistemas sanitarios» y «mostrado las vulnerabilidades de la capacidad de la comunidad global para prevenir y responder a la amenaza de las pandemias».

Por su parte, el representante de Rusia, Mikhail Murashko, resaltó tres puntos importantes para superar la crisis sanitaria: mantener el apoyo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), mejorar los mecanismos de respuesta global para enfrentar este tipo de retos y plantear el problema global del acceso a los suministros médicos.

Murashko señaló que «la pandemia permitirá hoy pensar en la modernización de los sistemas sanitarios, sobre todo para hacer frente a estos retos» en el futuro.

El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, también presente en el encuentro, tuvo la oportunidad de gradecer el apoyo del mecanismo a la Organización, así como su compromiso en la lucha contra la enfermedad.

Tedros Adhanom también instó al G20 a “aumentar la producción y la distribución equitativa de suministros esenciales, y eliminar barreras comerciales”.

Fuente e imagen: https://www.telesurtv.net/news/g20-admite-coronavirus-expone-fallas-sistemas-de-salud-20200420-0004.html

 

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Comunicado de la Federación de Trabajadores Universitarios de Venezuela área Docente

América/Venezuela/22/04/2020/Autor y Fuente: FTUV área Docente.

Carta a Nicolás Maduro Moros 20-04-2020

Caracas, 20 de abril de 2020

 

Nicolás Maduro Moros

Presidente de la República Bolivariana de Venezuela

Su despacho.-

Una nueva amenaza se cierne sobre el mundo entero, dejando a lo largo y ancho del globo terráqueo  miles de víctimas, gran cantidad de contagiados y otra porción de personas que han logrado sobreponerse de las afecciones del denominado COVID19, declarado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una pandemia por la rapidez del contagio y las víctimas fatales que va dejando a diario en todo el mundo.

En  Venezuela, el gobierno revolucionario tomó medidas drásticas al detectarse el primer caso de COVID19 y hasta la fecha se ha logrado aplanar la curva de contagios en el país. Esta pandemia tomó por sorpresa a un mundo ya convulsionado y en plena crisis del sistema económico imperante, y se agrava cuando instituciones de carácter global pronostican una severa contracción de la economía para este 2020 y 2021 y otras organizaciones no dudan en declarar el inició de una gran recesión económica mundial.

Nuestro país como productor de petróleo es impactado fuertemente por las turbulencias del sistema económico mundial aunado al feroz bloqueo producto del conjunto de sanciones económicas impuestas de manera unilateral por el gobierno de los Estados Unidos, las cuales imposibilitan importar desde otras naciones los insumos para la producción de todos los sectores, comprar alimentos, medicinas y equipos médicos que son elementos prioritarios y necesarios para la subsistencia de la especie humana.

Estas sanciones viles e inhumanas las rechazamos firmemente y exigimos el levantamiento de las mismas. Exigimos la liberación de los más de 5000 millones de dólares congelados a la República Bolivariana de Venezuela en Bancos de otras latitudes. Así mismo, deploramos el robo de los 342 millones de dólares que el BCV tenía en depósitos en el CityBank y fueron transferidos a la reserva federal de los Estados Unidos, acción ilegal, premeditada y alevosa de la administración Trump y la derecha venezolana contra el pueblo venezolano.

Reconocemos y es innegable que el gobierno nacional ha realizado múltiples esfuerzos para que el venezolano resista, considerando las grandes vicisitudes que generan el bloqueo económico y financiero, la baja del precio del petróleo, y esta sobrevenida situación de salud para la cual nadie estaba preparado. Los trabajadores venezolanos y el pueblo en general hemos acatado y apoyado disciplinadamente las medidas sanitarias, pero nos invade un alto nivel de preocupación, dada la cuarentena y aislamiento social que exige a los grupos familiares tener altos ingresos para poder adquirir alimentos y medicinas, y cubrir otras necesidades básicas de salud e higiene del hogar. Es allí, donde este contingente de trabajadores que venimos asumiendo la tarea de la defensa de los trabajadores del sector universitario hacemos un nuevo  llamado al Presidente Nicolás Maduro para que en medio de las dificultades que afronta el país, decrete un ajuste salarial suficiente, que junto a otras bonificaciones permitan al trabajador y su grupo familiar sobrellevar la cuarentena, dado que los elementos de plan desestabilizador y golpista (especulación, desabastecimiento, incremento desmedido del dólar) han acabado con el poder adquisitivo del trabajador de manera exponencial, situación que demuestra inequívocamente la ineficiencia del gabinete económico en el diseño de políticas de protección al salario y de la pensión. Conscientes estamos que vendrán otros escenarios, dónde gobierno y trabajadores necesariamente nos sentaremos a discutir y acordar sobre las relaciones laborales, los temas salariales, de salud, entre otros.

Los docentes universitarios estamos en constante batalla, produciendo y atendiendo nuestras actividades, que insertas dentro de  la cuarentena y aislamiento social  nos lleva a dar un gran debate que va más allá de nuestras fronteras, pues los procesos educativos y las modalidades que se están implementando (a distancia, virtuales, televisadas, vía electrónica) exigen una preparación a nivel metodológico, cultural, así como dotación de equipos  tecnológicos y recursos económicos de las partes involucradas.

Señor Presidente Nicolás Maduro los trabajadores universitarios seguimos atentos a su llamado, para incorporarnos al proceso de  rediseño del papel de las universidades en la Venezuela post pandemia.

POR LA COORDINACIÓN GENERAL DEL ÁREA DOCENTE DE LA FTUV

Telémaco Figueroa

Coordinador General Docente

  Julia Marcano

Coordinadora de Integración y Participación de los Trabajadores Jubilados y Pensionados

Fanny Bazán

Coordinadora del Proceso Socio Productivo

  Luis Ibarra

Coordinación de Pesquisas, Estadísticas e Investigación

José Miguel García

Coordinador de Administración y Finanzas

  Doris Cova

Coordinadora de Igualdad de Género

Ronar Córdova

Coordinador para el Deportes, cultura, Recreación y Turismo del Trabajador

  María Bejarano

Coordinadora de Reclamos y Reivindicaciones Laborales de los Trabajadores

Yanelys Fariñas

Coordinación de Defensa Integral de la Patria

  Oscar Ibarra

Coordinación del Salario Social

Roberto Corona

Coordinador de Organización

 

  Hayah García

Coordinador de Comunicación e Información, Actas y Correspondencia

 

Fuente: FTUV área Docente.

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Las bases neolíticas, coloniales e industriales de las grandes epidemias

Por: Andrés Kogan Valderrama

La aparición de este Covid-19, se sostiene históricamente tanto por la Revolución Neolítica, la Conquista de Abya Yala como por la Revolución Industrial, ya que todas ellas comparten un creciente desapego con la Naturaleza, lo que ha generado, entre otras cosas, la liberación de nuevos patógenos y la pérdida de vida de humanos y no humanos. Es por esto, que esta nueva emergencia sociosanitaria (civilizatoria) nos abre la posibilidad de sentar las bases para una nueva transición socioaecológica, que sea una alternativa frente a la aparición de un nuevo Estado Sanitario, centrado en una delirante guerra antropocéntrica contra estos nuevos virus.

Es así como con la aparición de la agricultura y la ganadería con las primeras grandes civilizaciones antiguas (Mesopotamia, Egipto, China, Grecia, Roma), marcará un quiebre profundo en cómo los seres humanos se vincularán con la Tierra en el futuro a nivel global, al pasar de sistemas de vida nómades a sedentarios, en donde se producirán los primeros incrementos demográficos, los cuales generarán las condiciones óptimas para la aparición de nuevas epidemias.

Si bien durante el periodo paleolítico anterior, marcado por sistemas de vida de subsistencia (cazadores-recolectores), existían enfermedades infecciosas también, la aparición de grandes ciudades y la densidad poblacional generó hacinamiento entre las personas propiciando el contagio. Esto a diferencia del periodo paleolítico anterior, en donde los humanos al conformarse por pequeños grupos y estar en constante desplazamiento, las infecciones no se propagaban.

No es casualidad por tanto que las nuevas epidemias masivas hayan coincidido con la aparición de una nueva forma de ser y de vivir de los seres humanos en estas grandes civilizaciones, de corte antropocéntrico y patriarcal, que supondrá una separación cada vez mayor con el resto de los seres vivos pero también entre hombres y mujeres, dejando a la Naturaleza como algo externo a una Cultura masculinizada. Un especismo androcéntrico que sentará las bases de lo que hoy conocemos como Antropoceno y que nos tiene en medio de una emergencia sociosanitaria.

Es así como la llamada domesticación hacia otros animales y otros grupos naturalizados, como las mujeres por ejemplo, no hizo otra cosa que intentar controlar los ciclos de la Naturaleza, lo que trajo consigo una explotación acumulativa de esta, llevando a nuevas fuentes de infección y liberación de patógenos. De ahí que la llamada zoonosis, fue el resultado de una convivencia jerárquica entre humanos y el resto de los animales, cada vez más desconectada de los territorios.

Es por esto que la aparición de las primeras grandes epidemias (peste de Atenas, peste de Agrigento, peste de Siracusa, peste de Egina), tengan relación con un proceso de desapego de las nuevas ciudades a los ciclos vitales, a través de la construcción de grandes Estados los cuales a través de la apropiación de grandes extensiones de territorios profundizaron el hacinamiento y la desigualdad entre las personas, siendo la peste negra (1347-1351) un momento crítico para la sobrevivencia de lo que hoy conocemos como Europa.

Asimismo, la aparición de las grandes pandemias modernas como tal, fueron el resultado de la formación de un nuevo sistema mundo moderno-capitalista y del predomino de una civilización particular (occidental), la cual solo pudo instaurar su hegemonía a nivel mundial luego de la Conquista de Abya Yala y la imposición de un sistema de vida en donde el centro de la vida estuvo puesto en la explotación y acumulación de mercancías, a partir de un uso extractivista de la tierra y del resto de los animales.

Un proceso de colonización en la región, el cual estuvo marcado no solo por el asesinato de personas a través de la esclavitud y las guerras, sino por llevar patógenos y enfermedades a los distintos pueblos, alterando así sus equilibrios ecosistémicos y sanitarios. Es así como desde la llegada de Cristóbal Colón, quien junto al resto de su tripulación cayeran enfermos de gripe, se iniciará un proceso en las denominadas Antillas (1492-1518), que dejará vivos a 15.600 personas de 3.770.000.

Desde ahí en adelante, que las guerras junto a la aparición de virus como la viruela, el sarampión y otros, le quitara la vida a 55 millones de personas en toda Abya Yala, dejando a solo 6 millones de sobrevivientes, lo que puede verse como una verdadera conquista militar y viral de parte de las distintas monarquías e imperios de occidente, quienes se beneficiaron enormemente de este etnocidio producido para la extracción de minerales y fortalecer así sus economías de acumulación mercantil.

No obstante, será con la denominada Revolución Industrial desde el siglo XVIII, heredera de la Revolución Neolítica y de la Conquista de Abya Yala, que la liberación de patógenos y la crisis sanitaria llegará a su punto más alto, como consecuencia de una transformación económica, científica y tecnológica, sostenida filosóficamente por el racionalismo y mecanicismo, que llevará al extremo la separación entre cultura y naturaleza, en donde occidente (Norte de Europa y Estados Unidos) dejarán atrás una economía rural, dando paso a un modo de producción y sistema de vida urbano, generando una verdadera explosión demográfica sin precedentes.

Un proceso que irá acompañado de cada vez mayor sobreexplotación de los bienes comunes de países y regiones más empobrecidos y no industrializados, como lo son África y América Latina, en donde la desforestación, el monocultivo y la ampliación de la frontera agropecuaria para producir carne, serán la forma de sostener en términos alimentarios a las economías centrales, descuidando completamente las consecuencias socioambientales, en donde la liberación de nuevos patógenos serán uno de ellos.

Consecuencias socioambientales que han traído grandes pandemias modernas, como lo fue la primera entre 1816- 1826 en la India, China y el Mar Caspio, la cual marcará una pauta a las siguientes, como lo fueron, entre muchas otras, la denominada gripe española (1918-1919), la gripe asiática (1957), la gripe de Hong Kong (1968), la gripe rusa (1977), la gripe aviar (2003), la gripe porcina (2009-2010) y esta nueva Covid-19, la cual tiene a los gobernantes y a las elites en el mundo sin saber muy bien qué hacer ante su enorme capacidad de contagio.

En definitiva, la aparición de este Covid-19, se sostiene históricamente tanto por la Revolución Neolítica, la Conquista de Abya Yala como por la Revolución Industrial, ya que todas ellas comparten un creciente desapego con la Naturaleza, lo que ha generado, entre otras cosas, la liberación de nuevos patógenos y la pérdida de vida de humanos y no humanos. Es por esto, que esta nueva emergencia sociosanitaria (civilizatoria) nos abre la posibilidad de sentar las bases para una nueva transición socioecológica, que sea una alternativa frente a la aparición de un nuevo Estado Sanitario, centrado en una delirante guerra antropocéntrica contra estos nuevos virus.

Fuente e imagen: https://iberoamericasocial.com/las-bases-neoliticas-coloniales-e-industriales-de-las-grandes-epidemias/

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OPINIÓN | Morir de COVID – 19 en Nueva York

Por: Tlachinollan

En la zona del barrio de Manhattan, sobre la calle 117, en el quinto piso, vive Reyna. En un departamento con tres recámaras habitado por 9 personas. Desde hace 25 años se casó con Ángel y procrearon cuatro hijos. Durante más de dos décadas Reyna empezó a trabajar en labores de limpieza. Comenta que hay familias ricas de Brooklyn que son las que peor pagan, porque te dan 12 dólares por hora”. Ella, por ser hablante del tu’un savi y del castellano, tuvo la oportunidad de trabajar como perito intérprete en el consulado de México en Nueva York. Posteriormente una agencia privada la contrató por dos años. Con la experiencia que adquirió, desde el año 2000, es perito intérprete en las Cortes de los cinco condados de la ciudad de Nueva York.

Este domingo, con gran pesar nos comentó: Estoy muy triste porque se murió mi esposo Ángel. El lunes 23 de marzo, cuando regresó de trabajar se mojó mucho. Le dije que se quitara su ropa y que se sacara su pelo. Se quejó de que estaba muy cansado y luego se recostó. El martes amaneció con calentura y ya no fue a trabajar si no hasta el jueves. En la casa tomó Tylenol y mejoró un poco. El viernes cuando llegó a trabajar, su jefe le dijo que ya no iban a laborar por tres semanas. Fue en esos días en que anunciaron que se suspenderían las actividades de las empresas. El problema fue que la calentura no se le quitaba. Le dije que fuera al hospital, pero por miedo no se animó. Yo le insistí que tenía que ir para saber qué era lo que tenía.

El sábado fue al hospital y le dijeron que no tenía nada. El médico le indicó que estuviera en su casa por catorce días y que siguiera tomando Tylenol. Así estuvo el sábado y hasta el martes con calentura y dolor de pecho. Él mismo me decía que no se sentía bien y, además, empezaba a tener malestar en su pecho. Yo le puse agua con vapor y vaporub. También le di té y le quemé con un trapo caliente su cuello. Me empezó a preocupar porque ya no respiraba bien.

El martes llamé a una ambulancia para que se lo llevaran de urgencia al hospital. Lo recibieron en el Monte Sinaí. No me dejaron acompañarlo y solo me comentaron que se comunicarían más tarde. Me quedé sola con mis hijos esperando la llamada. El miércoles ninguna persona nos llamó. Por eso el jueves salí a buscarlo, pero para mi mala suerte, nadie me dio información. Más tarde hablé con mi cuñada. Ella es ciudadana americana y le dije lo que estaba pasando. Me consoló diciendo que ella se comunicaría al hospital. Así fue, el viernes por la mañana me dio un teléfono para que hablara con Ángel. Le llamé y le pregunté cómo se sentía. Al escucharlo me alegré porque me dijo que estaba un poco mejor. Solo me cuesta respirar, pero ya estoy bien. Me pidió que le llevara jugo y atole de granillo. Bien recuerdo que eran como las 10 de la mañana. Colgué y le comenté a mis hijos más chicos que su papá ya estaba bien, y que le iba a preparar su atole para llevárselo. También se lo compartí a los familiares de Ángel. Estábamos contentos porque el fin de semana estaríamos en casa juntos. Como a las 12 del día recibí una llamada de un número desconocido. La voz fue de una persona que hablaba inglés y que al mismo tiempo se apoyó de un perito intérprete. Me preguntaron primero si yo era Reyna, la esposa de Ángel. Les contesté afirmativamente y es cuando me dijeron que hablaban de parte del hospital para informarme que Ángel había fallecido. Fue como un golpe en el corazón. No supe que decir. Solo me puse a llorar y ya no pude seguir la comunicación. Al principio no creí en lo que me decían, porque había escuchado su voz y sentía que estaba bien. Es más, sus palabras fueron muy claras y por algo me había pedido lo que más le gustaba; su atole de granillo. No sé qué pasó en esas dos horas. Lo más trágico es que no hay alguien que conteste el teléfono para dar alguna información, que nos ayude a entender lo que pasó. Solo fue la noticia fría, de que Ángel estaba muerto.

Fueron momentos de mucho dolor y de mucha impotencia, porque no hay nadie que te preste auxilio y, además, no te permiten verlo. Solo la familia es la que por teléfono nos contestaba las llamadas y nos consolaba. No hay forma de saber dónde acudir para pedir informes. Lo único que pudo investigar mi cuñada es que buscáramos una funeraria, que tuviera algún espacio para poder cremarlo. Nunca creí que la mayoría de funerarias a las que hablé me dijeran que sus servicios estaban saturados y que no me podían programar una fecha para cremar a mi esposo. Gracias a Dios que encontramos un lugar esta semana.

Ahora viene lo más difícil, porque hay que conseguir el dinero. No hay esperanzas de que el gobierno nos ayude. Tampoco la empresa donde trabajaba Ángel, porque ahorita todo está cerrado y solo se puede hablar por teléfono. Como son oficinas nadie contesta. También hemos hablado al consulado de México y ni ahí nos contestan. Por eso, no hay a quién llamar ni a quién pedirle ayuda. Los familiares de Ángel son los que me van ayudar, porque tengo que pagar este lunes mil 700 dólares para el servicio de cremación. No sé cómo le voy a hacer para pagar ese dinero y para seguir comiendo con mis hijos. Hasta que pague me van a decir el día y la hora de la cremación. Solo espero que me entreguen sus cenizas, para que por lo menos podamos llorar y tener sus restos en una urna. Ojalá nos los puedan entregar, para sepultarlo como es nuestra costumbre. Ya que pase todo lo pensamos traer al pueblo, en Chimaltepec, municipio de Alcozauca, para que esté al lado de sus padres y abuelos.

Vivir en Nueva York en estos momentos del coronavirus es un gran sufrimiento, porque no existes para nadie. No hay una persona que te atienda. Cada quién está encerrado como en una cápsula. Todo mundo busca cómo sobrevivir y protegerse de los demás. No sabemos qué vamos a hacer, porque las autoridades de salud no nos han visitado para informarnos qué medidas vamos a tomar y qué estudios nos tienen que realizar. Además del dolor por haber perdido a mi esposo, quien se vino a Nueva York para darles una mejor vida a sus hijos, ahora nos encontramos también en riesgo. No sabemos si somos portadores del COVID – 19. Nos preocupa porque mi hermano y mi sobrino, con quienes compartimos el departamento, también tuvieron los mismos síntomas, aunque ahora están recuperándose. Nadie nos informa sobre lo que tenemos que hacer, para que no se vaya a repetir la historia de mi esposo.

Apenas una amiga mía que vive en el Alto Manhattan y es de Ixcuinatoyac, municipio de Alcozauca, me habló por teléfono, porque supo de la muerte de Ángel. Me compartió llorando de que su primo también había muerto a finales de marzo. Jhonny, es otro paisano, originario de San José Lagunas que también murió el mismo viernes 3 de abril. A los tres días tuvimos noticia de la muerte de Juan, quién radicaba en el Bronx y que era originario de Lomazoyatl, del mismo municipio de Alcozauca. Por último, nos informaron nuestros familiares que viven en la región, que en el periódico salió que otro paisano de Tlapa de nombre Armando, residente en Queens, también falleció el 27 de marzo.

Por los testimonios que hemos registrado con los familiares de las personas que residen en Nueva York son cinco las que han fallecido por la pandemia del coronavirus. Lo más grave es que los consulados no están proporcionando información sobre estos decesos y mucho menos están documentando y estableciendo contacto con las autoridades sanitarias, para atender a las familias de las personas que han fallecido, para prevenir mayores contagios y proporcionarles la atención médica que requieren. El caso de Reyna es un ejemplo de la desatención y discriminación que enfrenta la población migrante en la gran urbe donde se han reportado 9,385, siendo en su mayoría población latina y afroamericana. Un reporte reciente registra que el 34% es población latina y el 28% población afro, es decir el 62% de las defunciones corresponden a poblaciones marginadas. Se estima que alrededor de un millón de los hispanos en Nueva York son inmigrantes indocumentados sin seguro médico, según estimaciones del gobierno municipal. El mismo alcalde de Nueva York expresó que se trata de una “disparidad flagrante». Es decir, de la profunda desigualdad social y racial que existe en la ciudad más poblada de Estados Unidos, donde la población indígena de la Montaña enfrenta los estragos del COVID – 19, sin el apoyo de las autoridades mexicanas. El sueño se ha transformado en pesadilla para centenas de familias cuya sobrevivencia depende de las remesas que envían los migrantes de Nueva York, que en sus hogares ronda la muerte, y que en su horizonte, pesa la incertidumbre de cómo sobrevivir después del COVID – 19.

Fuente e imagen: http://www.tlachinollan.org/opinion-morir-de-covid-19-en-nueva-york/

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