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Una mini COP escolar de la relación entre cambio climático y salud

Por: 

Nos encontramos en unos días en los que el cambio climático llega por todos los canales de información. Por fin se celebra la Conferencia sobre el Cambio Climático de Glasgow. La comunidad educativa debe enterarse de qué es, qué se busca y cómo se piensa lograrlo. Hagamos un par de preguntas en cada grupo y anotemos ideas, deseos, posibilidades de lograrlo y opiniones personales. Servirán para ajustar un proyecto educativo reclimatizador. En la misma sesión comentemos en profundidad la frase de Antonio Guterres, el secretario General de la ONU: «Basta de tratar a la naturaleza como un retrete». ¿Será cierto eso? ¿Al menos alguna vez? ¿Lo parece cerca de nosotros? Habrá que dejar claro que el aire también es naturaleza.

Con la excusa de la conferencia se pueden dedicar algunas sesiones a conocer las variables del cambio climático y a descubrir su interacción con las personas, por acción o reacción. Para los cursos más avanzados se podría utilizar el Concurso COP26: ¡Pon a prueba tus conocimientos sobre la conferencia del clima de las Naciones Unidad! No estaría de más que la respondiese previamente el profesorado. En algunas escuelas ya se realizan propuestas didácticas que contemplan esta correlación. En todas debería ser un tema principal durante la elaboración de los Proyectos Educativo y Curricular, también en la programación de las materias. Se trata de consolidar un eje argumental de la vida particular y escolar que persista en el tiempo, porque los años venideros es probable que alcance dimensiones todavía no imaginadas, incluso mayores que ahora. Es de urgencia vital hablar de los llamados bienes ambientales, como de otros intangibles que tanto influyen en la interacción personas y entorno. Debemos entender cómo y por qué se van deteriorando o perdiendo pero también aventurar acciones de mejora. Para centrar los debates del profesorado, como parte propositiva de lo que se hace en las aulas, podríamos elegir temas en donde la relación se ve cotidianamente, de manera más sencilla. Puede servir el Informe de 2021 de Lancet Countdown sobre salud y cambio climático: código rojo para un futuro saludable. Habría que seleccionar aspectos básicos del informe para provocar la búsqueda de causas y consecuencias de cada afección seleccionada. El posterior trabajo en equipo podría servir para descubrir en los debates dónde ocurren más y menos y aventurar por qué razón será. Servirían algunos hechos comprobados -para ello hay que recordar al alumnado el valor de la investigación científica- como:

*Aumentan las desigualdades en un mundo que se calienta.

Identificación de posibles causas y consecuencias; localización en el mapa de los países o regiones más desfavorecidas, avance de posibles soluciones a corto, medio o largo plazo.

*Aumentan las enfermedades asociadas al cambio climático.

Relación de la incidencia de cada enfermedad. Identificación de posibles causas y consecuencias; localización en el mapa de los países o regiones más desfavorecidas, avance de posibles soluciones.

* El cambio climático está revirtiendo los avances que se habían conseguido en la mejora alimentaria.

Identificación de avances anteriores ahora en retroceso; localización en el mapa de los países o regiones que pierden conquistas logradas, planteamiento de posibles actuaciones para resolver el problema.

* Si no hay una respuesta global, coordinada, todos nos veremos perjudicados.

Razones y posibilidades de una acción global, aspectos positivos y negativos, asignación de compromisos por parte de entidades gubernativas, sociales y ciudadanas.

* Lo que no se haga de inmediato va a perjudicar mucho a la larga.

Selección de diez acciones urgentes, otras diez importantes, diez más necesarias pero que pueden acometerse a medio plazo. Priorización para redactar una carta y enviarla al Gobierno central y servicios autonómicos y locales.

* Lo que nos afecta a nosotros frente a lo que impide llevar una vida satisfactoria a otros.

Separar prioridades según sectores sociales, países y continentes. Elaboración de un decálogo de acción prioritaria para mantenerlo presente siempre en el aula.

Cada centro tiene la capacidad de seleccionar recursos que están a su alcance o pueden obtenerse en la Red. Ya hemos hablado de algunos en nuestra Ecoescuela abierta. Hoy seleccionaríamos unos que se apoyan en el juego y la gamificación, además de los que proporciona Climántica. No tienen desperdicio climático sus juegos. También se puede mirar lo que hacen las Escuelas Andaluzas por el clima, que aportan materiales específicos para educación primaria y secundaria.

Hemos presentado suficientes razones para llevar el cambio climático a las aulas. Una vez desarrolladas estas sesiones de trabajo en grupo e intercambio de opiniones queda concretar aquellas acciones que el centro educativo puede llevar a cabo para mejorar la salud colectiva, al día siguiente y a corto plazo. Habrá que concretar y adecuar la contribución de cada curso, en relación con sus capacidades e intereses. Al final quedará una marca sustancial en el espíritu colectivo, una adaptación y, en consecuencia, el cambio climático se verá algo mitigado.

Además de estos materiales, y otros muchos que están disponibles en la web, interesa conocer lo que viene desarrollando el Observatorio de Salud y Medioambiente “Cambio Climático y salud”, una alianza entre DKV y Ecodes. Llevan publicados varios trabajos con propuestas reales para entender la relación entre medioambiente y salud. La última Cambio Climático y salud. La lucha contra el cambio climático, el mayor reto para la salud mundial del siglo XXI está dividida en tres bloques. El primero lleva por título “ABORDAR EL CAMBIO CLIMÁTICO PUEDE SER LA MAYOR OPORTUNIDAD PARA LA SALUD PÚBLICA GLOBAL DEL SIGLO XXI”. Muestra cómo se produce el calentamiento global que origina el cambio climático, repasa qué es el acuerdo de París y aproxima a entender por qué el cambio climático y la salud interaccionan en un contexto educativo. En el segundo bloque “SEGUIMIENTO DE LAS CONEXIONES ENTRE SALUD PÚBLICA Y CAMBIO CLIMÁTICO” se revisan las últimas investigaciones sobre la incidencia del cambio climático sobre la salud. En el tercero “COVID-19, BOSQUES, NATURALEZA, BIODIVERSIDAD Y SALUD EN RELACIÓN CON EL CAMBIO CLIMÁTICO” se analiza la relación entre la pandemia de la COVID-19 y los bosques; se presentan la naturaleza y la biodiversidad como fuentes de salud en relación con el cambio climático. Incluye un cuarto dirigido al personal sanitario “LA COMUNIDAD SANITARIA FRENTE AL CAMBIO CLIMÁTICO”.

Si el profesorado desea fundamentar con más conocimientos el trabajo puede acudir a la web de ISGlobal para conocer los proyectos que vienen desarrollando. Lo mismo podríamos decir de la investigación de García Vinuesa y Meira que contiene resultados de indagaciones recientes. Nuestra ecoescuela debe estar cada vez más atenta a lo que se sucede en torno a un problema tan grave como la crisis/emergencia climática. Debería transformar sus desarrollos curriculares en experiencias compartidas para mejorar el estado global del entorno próximo y lejano. Algunos grupos de profesores y profesoras ya se han puesto en marcha, como es el caso de Teachers for future Spain. Con todo, podremos imaginar si los habitantes de nuestra escuela hacen como esos dirigentes a los que acusaba el señor Guterres de haber convertido la tierra/mar/aire en un retrete.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/ecoescuela-abierta/2021/11/05/una-mini-cop-escolar-de-la-relacion-entre-cambio-climatico-y-salud/

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La mujer en Venezuela más allá del lenguaje

Por: Roberto Patiño

En un esfuerzo para ofrecer datos confiables y de libre acceso a todos los ciudadanos, que permitan planificar políticas públicas con verdadera incidencia, la Universidad Católica Andrés Bello divulgó su último estudio sobre las condiciones de vida del venezolano (Encovi, 2021). Una encuesta que muestra, con verdadera rigurosidad, el tamaño del abismo económico y social en el que estamos los venezolanos tras más de veinte años de revolución.

La investigación confirma lo que hemos constatado en nuestro trabajo en las comunidades y en nuestra experiencia personal, un crecimiento dramático de la pobreza que ha alcanzado a 94,5% de la población. Más de 8 años de caída constante del producto interno bruto y una inflación que no ha podido ser controlada, han llevado a que 76,6% de los venezolanos estén en situación de pobreza extrema, una realidad que nos ha restado 3 años a nuestra esperanza de vida. El país, nos advierte la Encovi, tendría que duplicar su PIB para que todos salgan de la pobreza extrema y entren en situación de pobreza.

Son muchos y muy alarmantes los datos que arroja esta investigación, pero en estas líneas queremos detenernos en la información que nos ofrecen sobre la mujer venezolana, un actor clave en la organización popular de base, como hemos podido constatar en todos estos años.

Cuando se reducen las oportunidades de empleo formal y cualificado en esa misma medida, nos señala la investigación, bajan los incentivos para contratar a las mujeres. La desigualdad que persisten en las familias venezolanas en la asignación de responsabilidades por criterios de género, obligan a que la mayoría de las venezolanas asuman, muchas veces en solitario, el cuidado de los niños y de los adultos mayores, un compromiso que las sobrecarga de responsabilidades y las hace menos “competitivas” en el mercado laboral, lo que se expresa en diferencias salariales entre hombres y mujeres, donde ellos pueden llegar a ganar un 17,7% más.

Resulta paradójico y profundamente injusto que las venezolanas, al asumir mayores responsabilidades en la supervivencia de todos los integrantes de las familias, estén expuestas a condiciones de desigualdad frente a sus compañeros y su trabajo esté menos retribuido. Quienes hoy por hoy son el actor clave en la supervivencia de muchos venezolanos y motor del cambio en el país, son ciudadanas de segunda categoría tal y como nos muestra, de manera cruda, los datos de esta investigación.

Desde el trabajo en las comunidades a través de Caracas Mi Convive, hemos comprendido la verdadera importancia del rol de la mujer; es así como en  nuestros programas de formación de liderazgos femeninos y nuestros talleres de educación para el emprendimiento, apuntamos a dos objetivos que son necesarios para hacer frente a la pobreza en Venezuela: el empoderamiento de la mujer y la capacitación en habilidades técnicas y profesionales para que este proceso se traduzca en mejoras condiciones económicas que aminoren la brecha entre hombres y mujeres.

Luchar por la verdadera igualdad entre hombres y mujeres va mucho más allá del debate del lenguaje de género y el uso de artículos y pronombres en pasquines propagandísticos tal y como se limita a hacer el régimen. El esfuerzo debe dirigirse a erradicar, desde la raíz de la familia, la violencia de género e intrafamiliar, trabajar por políticas públicas que garanticen una buena salud sexual y reproductiva, suprimir las arbitrarias diferencias culturales que hacen que ellas carguen con todo el peso de las responsabilidades domésticas y lograr que, efectivamente, este proceso de empoderamiento vaya más allá de la corrección lingüística y tengan efectos económicos concretos sobre la calidad del trabajo y la igualdad en el salario.

El trabajo que hemos sacado adelante en las comunidades ha sido logrado, en gran medida, por el compromiso de nuestras lideresas y a ellas debemos que en nuestro país persista, con tenacidad, una convicción para seguir en la lucha por el cambio que tanto necesitamos. Inspirados en su esfuerzo seguiremos trabajando para lograr la Venezuela donde la mujer ocupe el rol que le corresponde en nuestra sociedad.

Este es nuestro compromiso.

www.rpatino.com

Fuente e Imagen: https://www.elnacional.com/opinion/la-mujer-en-venezuela-mas-alla-del-lenguaje/

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Alerta por las desigualdades en la Educación Infantil en Andalucía

diariocordoba.com

El sistema de Educación Infantil de 0 a 3 años en Andalucía genera desigualdades entre las provincias y presenta un déficit de calidad, según Save the Children, que reclama usar los fondos europeos para bajar las ratios del alumnado y mejorar la formación del profesorado y las infraestructuras.

La ONG presentó ayer el informe ‘Donde todo empieza’, en el que realiza un análisis de políticas públicas de Educación Infantil en la comunidad, donde la tasa de matriculación de 0 a 3 años es superior a la media estatal (40,9% frente a un 36,4%). Esta expansión no ha sido homogénea en todas las provincias, y existe un desajuste entre la oferta y la demanda que no responde a las necesidades sociales. En este sentido, Huelva lidera la clasificación de matriculaciones en esta franja de edad con hasta 13 puntos por encima de la media, mientras que Cádiz se coloca en el último lugar, con más de 12 puntos por debajo.

El informe constata que el aumento de las matriculaciones en esta franja educativa ha sido consecuencia del incremento de los conciertos con centros de Educación Infantil de gestión privada y no ha ido acompañado de una planificación que se adecúe a las demandas ni a las necesidades sociales. Además, pone de manifiesto las diferencias de calidad existentes entre las escuelas públicas de titularidad de la Junta de Andalucía y los centros adheridos privados, ya que los centros públicos son los que están mejor financiados, tienen mejores infraestructuras y servicios de asistencia.

El director en funciones de Save the Children en Andalucía, Javier Cabrera, aseguró que el actual modelo es «ineficiente» y cree «inadmisible» que haya listas de espera y a la vez plazas sobrantes.

Por eso, se necesita «más planificación y una oferta pública de calidad, al tiempo que advirtió de que los niños menos escolarizados son los que «más necesitan compensar las desigualdades». Aunque Save de Children reconoce los esfuerzos de la Junta, el informe refleja que las familias llegan a asumir de media el 28 % de los costes totales del servicio (la media en la UE esta en el 25%).

https://www.diariocordoba.com/andalucia/2021/10/27/alerta-desigualdades-educacion-infantil-andalucia-58852472.html

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Libro(PDF): (Des)iguales y (des)conectados. Políticas, actores y dilemas info-comunicacionales en América Latina

Reseña: CLACSO

*Disponible sólo en versión digital

En este libro nos proponemos trabajar sobre uno de los problemas contemporáneos del campo, que quedó expuesto con crudeza a partir de la catástrofe planetaria que ha significado la pandemia «COVID 19: la desigualdad info-comunicacional, que tiene a la conectividad y a su reverso, la desconexión, como algunos de sus puntos medulares.»

Autoras(es): 

Daniela Monje. [Coordinadora]
Alina Fernández. Ana Laura Hidalgo. [Editoras]

Mariela Baladron. Diego de Charras. Ezequiel Rivero. Diego Rossi. Helena Martins. Ivonete da Silva Lopes. Manoel Dourado Bastos. Elisabet Gerber. Luis Breull. Olga Forero Contreras. Juan Diego Muñoz. Iván Jiménez Cárdenas. Hilda Saladrigas Medina. Beatriz Pérez Alonso. Fidel Alejadro Rodríguez Derivet. Willy Pedroso Aguiar. Álvaro Terán. Angy Mora. José Roberto Pérez. Carlos F. Baca Feldman. Daniela Parra Hinojosa. Erick Huerta Velázquez. Eduardo Villanueva Mansilla. Gabriel Kaplún. Federico Beltramelli. Gustavo Buquet. Daniela Monje. María Soledad Segura. César Bolaño. [Autoras y Autores de Capítulo]

Editorial/Edición: CLACSO.

Año de publicación: 2021

País (es): Argentina

ISBN: 978-987-813-003-3

Idioma: Español

Descarga: (Des)iguales y (des)conectados. Políticas, actores y dilemas info-comunicacionales en América Latina

Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?orden=&id_libro=2395&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1565

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La pandemia amplió las desigualdades en el aprendizaje en Colombia

Por: infobae.com

La educación en Colombia, entre otros pilares del país, fue uno de los factores más golpeados a causa de la llegada de la pandemia de coronavirus, a territorio nacional, durante el primer semestre del año 2020. Los estudiantes con menores recursos económicos, o residentes en zonas vulnerables, se vieron más afectados en comparación con los niños, niñas y jóvenes de las principales ciudades que, a diferencia de la primera población, en gran parte, tienen acceso a internet o a aparatos electrónicos que favorecieron su aprendizaje en estas épocas en las que la virtualidad es clave. Según un estudio hecho por la Universidad de los Andes y la Fundación Barco, la covid-19 habría aumentado, en más del 100%, la desigualdad de aprendizaje.

Teniendo como base de su investigación los resultados de las Pruebas Saber 11 del 2020,ambas entidades estudiaron factores como el acceso a internet en los hogares, la tendencia de un computador, el género y la zona de 570.000 estudiantes, y compararon las conclusiones con la situación de los alumnos en años anteriores.

Para empezar, el estudio arrojó la cifra de 19% en el tema acceso a internet. Según evidenciaron la Universidad y la Fundación, el número de estudiantes que no tienen acceso a internet o a un computador, en su hogar, aumentó en ese porcentaje. “Nuevamente lo que más preocupa, y que se observó en este análisis, es una diferencia mucho más pronunciada de los estudiantes de los colegios oficiales, en donde la reducción fue cuatro veces más grande, frente a quienes están en instituciones privadas. Así mismo aumentó 17 puntos la brecha entre niños de zonas rurales con respecto a los de zonas urbanas”, afirmó Sandra García, profesora de la Escuela de Gobierno de la Universidad de los Andes e investigadora en temas de educación.

Esta misma docente, en momentos previos, y en entrevistas anteriores, ya había hablado de las dificultades que hoy se viven en colegios, escuelas, institutos y universidades. Hasta el pasado 20 de septiembre, según el Ministerio de Educación Nacional de Colombia registró, hasta el 20 de septiembre de este año, faltaban 2′898.352 estudiantes por regresar a los colegios públicos. Respecto a cifras del sector privado, se supo que han regresado a las aulas de clase 1′417.977, que corresponde al 72% de los matriculados.

”Hay tres secretarías de educación que no han abierto y que van a completar ya un año y medio sin asistencia a las aulas (…) Por lo general, los colegios privados están regresando con una periodicidad mucho más alta que los colegios públicos. Esto preocupa porque el tiempo efectivo de enseñanza y todos los procesos de aprendizaje se está llevando de forma desigual”, manifestó la experta.

Según Sandra García, profesora de la Escuela de Gobierno de la Universidad de los Andes, el tiempo de ausencia de niños, niñas y adolescentes en las aulas de clase equivale a dos años de retraso en el aprendizaje
Según Sandra García, profesora de la Escuela de Gobierno de la Universidad de los Andes, el tiempo de ausencia de niños, niñas y adolescentes en las aulas de clase equivale a dos años de retraso en el aprendizaje

En 2020, según los resultados entregados por el Dane de la Encuesta Nacional de Calidad de Vida, incrementó en un 13% la inasistencia de estudiantes a sus instituciones académicas. Mientras que en el año 2019 el 2,7% de los menores entre los 6 y los 16 años dejaron de asistir al colegio, en 2020, esta cifra fue del 16,4%.

Sandra García, frente a esto, enfatizó, en testimonios recogidos por el periódico El Tiempo, que existen “dos maneras de evitar el aumento en la inasistencia escolar: garantizar comunicación entre docentes y estudiantes vía acceso a conectividad, o abrir los colegios de manera decidida. Para millones de niños en Colombia no se hicieron ninguna de las dos”. Según el Gobierno Nacional, hasta septiembre de este año, se ha abierto el 83,3% de las sedes educativas del país para garantizar la asistencia de los niños, niñas y adolescentes, es decir, en otras cifras, las puertas de 36.539 instituciones educativas están abiertas, y 7.302 colegios, o escuelas, continúan cerrados.

“Cuando uno va a mirar el tipo de educación que están teniendo, hasta agosto de 2021, solo el 47% de hogares manifestaron que sus hijos estaban asistiendo a educación presencial o alternancia. Por otro lado, de ese 50% restante, que no está asistiendo, solo el 12% señaló que ha tenido, recientemente, encuentros con un profesor o un tutor de manera virtual. La otra estrategia que usan para aprender es a través de guías por profesores y haciendo uso de WhatsApp”, expuso García que, a su vez, manifestó que este tipo de situaciones retrasan los proceso de aprendizaje y afecta, especialmente, a las personas de menores recursos en el país. Lo que argumenta García es que el retraso que menciona sería equivalente a dos años escolares.

”La reapertura es el primer paso, pero después debemos recuperar el bienestar emocional de los estudiantes y concentrarnos en reforzar los aprendizajes básicos”, dijo García luego de recalcar que es importante que, cuando haya oportunidad, será necesario hacer hincapié en temas de lectoescritura y operaciones básicas en matemáticas.

https://www.infobae.com/america/colombia/2021/10/06/la-pandemia-amplio-las-desigualdades-en-el-aprendizaje-en-colombia/

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Mundo: 4.100 millones carecen de red de seguridad social, advierte la agencia de trabajo de la ONU

Mundo/03-09-2021/Autor(a) y Fuente: news.un.org

Más de cuatro mil millones de personas viven hoy sin ninguna protección social que las proteja de la crisis, dijo  el miércoles la Organización Internacional del Trabajo (OIT) de la ONU  , al tiempo que destacó cómo la crisis del COVID-19 ha elevado el gasto público en un 30 por ciento.

El Director General de la  OIT , Guy Ryder, encabezó el llamamiento a los países para que extiendan las redes de seguridad social mucho más ampliamente de lo que lo hacen ahora y  insistió en que tal medida ayudaría a los trabajadores y las empresas a prepararse para el futuro frente a los nuevos desafíos.

“Este es un momento crucial para aprovechar la respuesta a la pandemia para construir una nueva generación de sistemas de protección social basados ​​en los derechos”, dijo Ryder.

“Estos pueden proteger a las personas de crisis futuras y brindar a los trabajadores y las empresas la seguridad para abordar las múltiples transiciones que se avecinan con confianza y esperanza. Debemos reconocer que una protección social eficaz e integral no solo es esencial para la justicia social y el trabajo decente, sino también para crear un futuro sostenible y resiliente ”.

En un nuevo  informe,  el organismo de la ONU reconoció que la crisis del COVID-19 había llevado a una mayor protección social en todo el mundo, aunque principalmente en los países ricos.

Señaló que solo el 47% de la población mundial está cubierta por al menos una prestación de protección social, mientras que solo uno de cada cuatro niños tiene acceso a las redes de seguridad social nacionales.

Necesidades de los recién nacidos insatisfechas

Investigaciones posteriores indicaron que solo el 45 por ciento de las mujeres con recién nacidos en todo el mundo reciben un beneficio en efectivo, mientras que solo una de cada tres personas con discapacidades graves recibe un beneficio por discapacidad.

La cobertura de las prestaciones por desempleo es aún menor, dijo la OIT, con solo el 18,6 por ciento de los trabajadores desempleados cubiertos efectivamente a nivel mundial.

Sobre el bienestar de la jubilación, el organismo de la ONU descubrió que aunque casi ocho de cada 10 personas reciben alguna forma de pensión, persisten grandes disparidades entre las regiones, entre las áreas rurales y urbanas y las mujeres y los hombres.

Desequilibrios regionales

El informe de la OIT subraya las importantes desigualdades regionales en materia de protección social.

Europa y Asia central tienen las tasas de cobertura más altas, con el 84% de las personas que tienen acceso a al menos un beneficio.

Una mujer sin hogar sentada junto a una vía de tren en Potosí, Bolivia.
OIT / Marcel Crozet
Una mujer sin hogar sentada junto a una vía de tren en Potosí, Bolivia.

Los países de las Américas también están por encima del promedio mundial (64,3%), en marcado contraste con el despliegue del bienestar en Asia y el Pacífico (44%), los Estados árabes (40%) y África (17,4%) .

Destacando las diferencias en el gasto gubernamental en protección social, la OIT dijo que los países de altos ingresos gastan el 16,4 por ciento de la facturación nacional (por encima del 13 por ciento del promedio mundial, excluida la salud), mientras que los países de bajos ingresos presupuestan solo el 1,1 por ciento.

Se necesitan miles de millones más

El organismo de la ONU señaló que desde el inicio de la pandemia de COVID-19, los gobiernos han tenido que aumentar el gasto de forma masiva para garantizar una protección social mínima para todos, en alrededor del 30 por ciento.

Y sostuvo que para garantizar la cobertura básica de protección social, los países de bajos ingresos necesitarían invertir 77.900 millones de dólares adicionales por año, los países de ingresos medianos bajos 362.900 millones de dólares adicionales y los países de ingresos medianos altos otros 750.800 millones de dólares anuales. Eso equivale al 15,9%, 5,1% y 3,1% de su PIB, respectivamente.

“Hay un enorme impulso para que los países avancen hacia la consolidación fiscal, después del masivo gasto público de sus medidas de respuesta a la crisis, pero sería seriamente perjudicial recortar la protección social; se requiere inversión aquí y ahora ”, dijo Shahra Razavi, Directora del Departamento de Protección Social de la OIT.

Al subrayar los múltiples beneficios de la protección del bienestar social, la Sra. Razavi insistió en que podría promover “una mejor salud y educación, una mayor igualdad, sistemas económicos más sostenibles, una migración mejor gestionada y la observancia de los derechos fundamentales… Los beneficios del éxito llegarán más allá de las fronteras nacionales en beneficio de todos ”.

Fuente e Imagen: https://news.un.org/en/story/2021/09/1098892

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La decisión está en los padres de familias…

Por: Abelardo Carro Nava

La SEP ha sido rebasada. De eso no hay duda. Su limitada visión, planeación, organización y evaluación de las actividades para un regreso seguro ha dejado mucho que desear…

Al inicio de esta pandemia conocimos los efectos del SARS-CoV2 en los seres humanos que viven, o vivían en otros países, mediante los medios de comunicación; luego, en febrero de 2020, México registró el primer caso confirmado por este virus; semanas después, se decretó la contingencia sanitaria en el territorio nacional por el incremento de casos positivos hecho que, como se sabe, detuvo la inercia de varias actividades políticas, económicas, sociales y culturales – entre ellas las de naturaleza educativa – pues, según se dijo, se trataba de evitar la propagación de esta enfermedad a través del contacto entre los individuos. Poco se sabía de tan inverosímil “bicho” y el mundo convulsionó intempestivamente.

En medio de la incertidumbre y el desasosiego que produjeron las primeras semanas y meses de un confinamiento, las actividades escolares siguieron su curso. Padres de familia, alumnos y maestros, con una infinidad de problemáticas que han sido escritas y difundidas por propios y extraños a través de diversos medios y espacios, buscaron la forma de continuar los procesos formativos en cada uno de los niveles en los que se encontraban insertos.

Las autoridades educativas entumecieron durante ese tiempo; su respuesta, tardía como lo fue, evidenció lo que hasta el hartazgo se ha dicho en diversos momentos de la historia de México: son inmensas las precariedades del Sistema Educativo Nacional (SEN) y las brechas de desigualdad existentes entre los mexicanos.

Mienten quienes piensan o afirman que este Sistema Educativo se detuvo durante los primeros meses de ese necesario confinamiento pues, aunque las escuelas cerraron sus puertas, la educación abrió otras, por el momento, desconocidas.

Mienten quienes afirman que el magisterio fue plenamente apoyado en diversos rubros por parte de sus respectivas autoridades educativas, locales y federales.

Es cierto, las maestras y los maestros no recibieron una orientación profesional o académica, con una base fincada en la pedagogía y la didáctica, que les permitiera tomar decisiones sobre ese qué hacer y cómo hacer para que, de la noche a la mañana, se adentraran a un mundo donde la era digital, a través del empleo de diversas plataformas, no era del todo conocida.

No está por demás señalar, de nueva cuenta, que la Secretaría de Educación Pública (SEP) no despertó durante todo este tiempo. Vivió el sueño romántico de un amor y vocación que lo puede todo. Es más, no fue creativa, ni echó a andar la imaginación y, mucho menos, a toda la maquinaria conformada por una serie de “asesores” o “expertos” para que diseñaran un plan educativo nacional acorde a las necesidades y contextos de los alumnos, profesores y padres de familia.

No, no hizo nada de eso, en su lugar desembolsó más de 400 millones de pesos para costear la trasmisión de algo que fue denominado “Aprende en Casa”, aunque justamente en casa, en los miles de hogares mexicanos, durante ese mismo tiempo, se vivieron diversos momentos: pérdida de empleo, contagios y más contagios, fallecimiento de seres queridos. La tele ¿educa?, pero la vida ¿no educa? Aún me pregunto.

De esta forma, entre subidas y bajadas de números, entre colores de un semáforo epidemiológico que no indicaban mucho que digamos, los niveles de contagio disminuyeron. Las portadas de los periódicos impresos y digitales le dieron vuelo a tal suceso puesto que, a pesar de todas las desavenencias, México superaba las dos “primeras olas” ¿con éxito?

Así, sin un plan nacional para un regreso seguro a las escuelas, con bombo y platillo, la SEP anunciaba la reapertura de los centros escolares en las entidades del país cuyo color, de acuerdo con ese semáforo epidemiológico, estuvieran verde. Poco duraron los festejos; días después de la tan anunciada apertura de los planteles escolares, éstos cerraron sus puertas. Diversas razones fueran las que los llevaron a tomar esta decisión, destacaron: el incremento de contagios y las precariedades, de todo tipo, en las instituciones educativas.

Ni tarde ni perezoso, los alumnos regresaron a sus hogares y los padres de familias retomaron sus actividades cotidianas pues, los comités de participación de salud escolar dejaron de operar. De hecho, aún me pregunto si en algún momento funcionaron conforme a los protocolos diseñados por los expertos dado que la manera en que tendrían o podrían apoyar los mentores con tres hijos en la misma escuela cuya asistencia a ésta difería a lo largo del día, generó serias dificultades. ¿En qué momento este padre o madre de familia tendría el tiempo necesario para que realizara otras acciones que les permitieran llevar un sustento a casa si tenían que participar en el comité de salud escolar referido? En fin.

El ciclo escolar terminó, y un dejó de angustia e incertidumbre apareció. ¿De qué manera iniciaría el próximo año escolar?, ¿cuál sería el plan nacional que darían a conocer las autoridades educativas si es que tenían pensado o contemplado un posible regreso a las aulas?

Vacaciones, al fin un receso.

Casi sin darnos cuenta una tercera ola de contagios llegó, y llegó con fuerza. Se acercó rápidamente a nuestros hogares. De hecho, de la noche a la mañana supimos ¿otra vez? de personas que se contagiaron, ahora, de la variante Delta; nuestros vecinos, gente de nuestra comuna, nuestros familiares, y muy probablemente nosotros mismos corrimos la misma suerte.

Desde luego, algunos tuvieron o han tenido la oportunidad de ser tratados en sus hogares. Otros, por el contrario, tuvieron que ser hospitalizados para recibir ese tratamiento médico que les permitiera una pronta mejoría y, unos más, lamentablemente fallecieron. Lejos de las cifras que cada día se exponen en los medios de comunicación, no debemos olvidar que ellos fueron hombres y mujeres, de carne y hueso. Con virtudes, con defectos, pero al fin de cuentas, seres humanos.

Hoy, casi casi por decreto presidencial se determina el regreso masivo a las escuelas para que las clases presenciales sean un hecho a partir del 30 de agosto, pues así llueve, truene o relampaguee, los planteles escolares deben reabrir sus puertas.

Hoy, sin un plan nacional para ese tan anunciado y anhelado regreso a la presencialidad, y en medio de un caos y la incertidumbre que la misma SEP ha generado, el magisterio y los padres de familia vuelven a dar muestras de su capacidad para afrontar los retos, cualesquiera que éstos sean, para adecuar los espacios físicos de sus instituciones educativas, para diseñar esquemas de trabajo que permitan generar aprendizajes en sus alumnos, para implementar medidas contextualizadas para asegurar su salud y bienestar de todos los involucrados, para dialogar, valorar y decidir lo más pertinente de acuerdo a su entorno.

La SEP ha sido rebasada. De eso no hay duda. Su limitada visión, planeación, organización y evaluación de las actividades para un regreso seguro ha dejado mucho que desear. Como sabemos, de 10 acciones para este regreso solo quedan 9, porque nadie le “consultó” al presidente sobre la carta que no fue carta pero que sí fue carta pues el mismo gobierno y la Secretaría de Educación la difundieron ampliamente, ¿cuántas acciones más quitarán al final de este proceso?

Los irrisorios insumos para las jornadas de limpieza en las escuelas son anécdota y parte del breviario cultural “memista” en las redes sociales. La SEP no estuvo, no está, ni estará lista. Los problemas la rebasaron y eso que hay una maestra al frente de esta dependencia, ¿se imagina si no estuviera?

No, no se puede ni se debe regresar a lo mismo; no es posible. Simplemente la educación y la escuela tal y como la conocíamos, ha cambiado. Tendremos que asumir este hecho.

Sí, la decisión de enviar a sus hijos a las escuelas está en los padres de familia. Una decisión nada sencilla y sí harto compleja, sobre todo, cuando los estudios indican que también los niños pueden contagiarse, pero sin que dicha escuela sea una fuente de contagios. Una cosa inexplicable que solo se entiende a través de la ciencia.

Sí, la decisión de enviar a sus hijos a la escuela está en los padres, y créame, el magisterio en estos días ha hecho hasta lo imposible para que los espacios físicos y virtuales cuenten con lo mínimo necesario para que los niños continúen su proceso educativo.

Espero que a ese magisterio no se le juzgue y, mucho menos, se le culpe de lo que al interior de las aulas pueda suceder, pero también, que se respete la decisión de cada padre de familia que decida llevar o no a su hijo a la escuela y las posibles consecuencias que de ello se desprendan. El gobierno ha decidido lavarse las manos; toca el turno de entendernos, comprendernos y apoyarnos, porque ni el presidente, ni la secretaria de educación, ni los demás funcionarios que a diario suben fotografías a sus redes sociales mediante las cuales dan “muestras de apoyo” a maestros y padres de familia, pisarán los salones y las escuelas a diario. La comodidad de sus oficinas es muy distinta; de eso no hay duda.

Tengo claro pues, que educación, disciplina y trabajo conjunto entre los diferentes actores educativos y no educativos que concurren cotidianamente a las aulas, son aspectos necesarios para lograr un avance significativo y para disminuir los riesgos que ello representa. Un asunto que se antoja difícil pero no imposible, sobre todo cuando observamos la forma en la que se trasladan hacia su escuela los pequeños y sus mentores en la Ciudad de México, por ejemplo.

¿Podremos hacer algo al respecto?

Sí, es cierto, la decisión de enviar a sus hijos a los planteles escolares está en los padres, ellos, al final de cuentas, conocen las escuelas…

Fuente: https://profelandia.com/la-decision-esta-en-los-padres-de-familias/

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