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A 100 años de Córdoba: Un mismo actor de la rebeldía

Por: Luis Bonilla-Molina

El 11 de junio de 2018 se inauguraba la Conferencia Regional de Educación Superior, en la ciudad de Córdoba, Argentina. Era la oportunidad para que América Latina y el Caribe conmemorarán los 100 años del Manifiesto Liminar y el Grito de Córdoba. Un panel institucional conformado por autoridades universitarias locales y representantes de la UNESCO parecía augurar que lo interesante de la instalación sería la clase magistral que dictaría Boaventura de Sousa Santos. Todo indicaba que en tiempos de discursos descoloniales ninguna figura latinoamericana y caribeña había sido ubicada ni merecía el honor de compartir escenario con Boa y, que la voz del continente estaría expresada en los ejes temáticos, foros y mesas, durante los días siguientes.

En el acto inaugural sorprendieron positivamente el contenido de las cortas salutaciones de Francisco Tamarí un académico progresista vinculado al Peronismo y del Rector de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) Hugo Juri, -según me informan- un viejo militante de la UCR Argentina. Lució incómoda la intervención de Stefania Giannini (Italia), nueva Subdirectora General de Educación de la UNESCO quien en su intervención pasaba de manera intermitente del español, al inglés y al italiano en un evento de esta magnitud y una región donde predomina el español como lengua oficial; mientras en la sede de ese organismo en París cuando un latinoamericano interviene, es obligatorio hablar francés o inglés, demandando el lenguaje local o el “universal”, aquí esta formalidad fue saltada. Cuanto todo parecía transcurrir como un acto de trámite para iniciar los debates de la CRES2018 con la conferencia de Sousa Santos, le correspondió cerrar la instalación del evento al Sr. Ministro de Educación de la Argentina, Alejandro Oscar Finocchiaro. A partir de ese momento los aplausos protocolares fueron sustituidos por un ensordecedor clamor de los estudiantes ubicados en la parte superior del Aforo, quienes pedían que NO hablara la autoridad educativa y, gritaban consignas contra la política neoliberal del Macrismo.

Fueron minutos tensos en los cuales las palabras del ministro Finocchiaro eran literalmente silenciadas por las consignas de los jóvenes. A punto de culminar su “intervención” el alto funcionario hizo una pausa, para señalar algo así como que los estudiantes de 1918 eran un ejemplo de luchas por la universidad pública, no como otros que en el presente parecen fascistas escondiéndose en las sombras, lo que fue interpretado por muchos de los presentes como una referencia directa a los estudiantes que protestaban por su presencia. Sin embargo, la mayoría de los presentes, profesores universitarios no acompañaron las expresiones rebeldes de los jóvenes, si no se limitaron a observar lo que ocurría como si fuese un video juego asociado a una externalidad del mundo académico.

Esta expresión del alto funcionario de la administración Macri me hizo recordar el incidente parecido que ocurrió en la inauguración de la CRES2008 en Cartagena de Indias, Colombia. En esa oportunidad, el día del inicio de la II Conferencia Regional de Educación Superior, el auditorio estaba pleno de representantes gubernamentales y de la UNESCO, así como de profesores y autoridades universitarias. Todos esperaban la llegada del presidente de la República de Colombia para iniciar el protocolo ceremonial. El Sr. Uribe, presidente constitucional de la nación neogranadina en ese momento, hizo su entrada al recinto y de inmediato un grupo de estudiantes comenzaron a gritar “Asesino, Asesino”. El primer mandatario de ese momento perdió los estribos, y caminando aceleradamente a la tarima central -aún no había comenzado formalmente la inauguración de la CRES2008- tomó el micrófono central e invitó a alguno de los que están vociferando, si tiene pantalones, a que le dijeran por que le llamaban así. Para sorpresa de los presentes e imagino que de quien giró la invitación pública, un joven se levantó de su asiento en el teatro y camino de manera decidida a la tarima. El mandatario comenzó a increpar al joven señalándole que se quitara la gorra que el joven tenía y se metiera la camisa dentro del pantalón porque estaba frente a un presidente. El estudiante no se inmutó, subió las escaleras y tomo uno de los micrófonos para enumerar una larga lista de crímenes de Estado en los que –señalaba- estaba involucrado el alto gobierno de ese país. El dignatario demandó pruebas y el muchacho le respondió “no me va a provocar, usted hizo una pregunta y ya se la respondí. No tengo más nada de qué hablar con usted”. Seguidamente el joven procedió a descender de la tarima rumbo a la silla que ocupaba minutos antes. El regente público tomó nuevamente el micrófono para proferir una expresión que más o menos señalaba: yo sé de dónde eres tú y tu sabes de donde soy yo. Todos los presentes entendimos claramente el mensaje.

El paralelo de los dos incidentes, con diferencia temporal entre uno y otro de diez años, mostraba que lo contestatario del mundo universitario sigue estando en los estudiantes, en los jóvenes que no juegan a la conveniencia ni los buenos modales, sino que expresan a viva voz su rebeldía. La voz de la negra Mercedes Sosa resonaba en mi memoria tarareando: Me gustan los estudiantes. Estas dos fotografías generadas en dos momentos históricos y contextos diferenciados, deberían ilustrar que a los profes universitarios nos hace falta mirar con mayor detenimiento los desbordes ciudadanos de nuestros jóvenes.

Días después, toda Argentina amanecería en clave verde, presionando a los diputados nacionales para que aprobaran la despenalización del aborto. Cientos de miles de mujeres recorrían las calles de Argentina y los propios pasillos del evento, mostrando que algo se estaba moviendo en América Latina y el Caribe en materia de protagonismo de las mujeres. Una agenda extra institucional comenzaba tejerse en Córdoba, espero cooperar en su construcción y poder ver en los próximos años el posicionamiento de las nuevas agendas rebeldes que hoy recorren el continente.

Finalmente quiero aclarar que me han pedido que emita opinión sobre los contenidos de los debates de la CRES2018, pero aún no he podido leer todas las ponencias y exposiciones, espero poder hacerlo en las próximas semanas y entonces, escribir al respecto. Por ahora, espero que el espíritu contestatario juvenil de Córdoba siga empujando los debates necesarios para la transformación de la universidad latinoamericana y caribeña.

*Fuente: https://luisbonillamolina.wordpress.com/2018/06/20/a-100-anos-de-cordoba-un-mismo-actor-de-la-rebeldia/

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Entrevista a Luis Bonilla-Molina: El derecho humano a la educación superior está en una nueva encrucijada en America Latina y El Caribe.

Luis Bonilla-Molina en entrevista exclusiva para la CLADE sobre la III Conferencia Regional de Educación Superior, realizada en Córdoba, Argentina

19 de junio de 2018

Organizada por el Instituto Internacional de la Unesco para la Educación Superior en América Latina y el Caribe (IESALC UNESCO) y la Universidad Nacional de Córdoba, se realizó en Córdoba, Argentina, la III Conferencia Regional de Educación Superior (CRES2018). La cita más importante del sector universitario de la década se realizó entre el 11 y el 14 de junio de 2018 en los espacios académicos que hacen 100 años fueron escenarios del Grito rebelde de Córdoba y su Manifiesto Liminar.

Organizaciones de la sociedad civil miembros de la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE) estuvieron allí presentes, entre ellas la Red Global/Glocal por la Calidad Educativa, que es también integrante del Consejo de Gobierno del IESALC UNESCO. Luis Bonilla-Molina, coordinador internacional de la Red Global/Glocal por la Calidad Educativa, nos concedió una breve entrevista sobre esta importante reunión de los y las universitarios/as en la región.

¿En cuáles paneles y actividades de la CRES2018 has participado y que balance haces de estas discusiones?

La CRES2018 es una construcción temática y organizativa en la cual he estado involucrado en los dos últimos años. Primero en su definición conceptual y esquema organizativo en mi condición de presidente del Consejo de Gobierno del IESALC UNESCO (2015-2017) y luego como miembro pleno de esta instancia, desde el 2018. Me correspondió participar activamente en el diseño y sistematización del Foro virtual de la CRES2018 que se desarrolló entre junio y noviembre de 2017, en el cual participaron casi 900 foristas quienes desarrollaron aproximadamente 20.000 interacciones en los siete ejes temáticos de la Conferencia (Vea síntesis de este foro virtual aquí).

En el encuentro central de la CRES2018 se estructuraron los siguientes ejes temáticos a) la Educación Superior como parte del sistema educativo en América Latina y el Caribe; b) la Educación Superior, diversidad cultural e interculturalidad en América Latina; c) la Educación Superior, internacionalización e integración regional de América Latina y el Caribe; d) el Rol de la Educación Superior de cara a los desafíos sociales de América Latina y el Caribe; e) la investigación científica y tecnológica y, la innovación como motor del desarrollo humano, social y económico para América Latina y el Caribe; f) el papel estratégico de la educación superior en el desarrollo sostenible en América Latina y el Caribe; g) a cien años de la reforma de Córdoba. En mi caso, me correspondió participar en los paneles sobre el rol de la educación superior de cara a los desafíos sociales en ALC y, coordinar la mesa referida al “impacto de las nuevas tecnologías en la educación superior”. Además, tuve la oportunidad de participar en múltiples encuentros con estudiantes y organizaciones tanto estudiantiles como académicas.

¿Cuál es la importancia de esta Conferencia y que implicaciones tiene este debate para el movimiento académico y estudiantil universitario a nivel regional?

La CRES2018 es un movimiento singular de la corriente histórica social universitaria continental. Es la continuación de las reuniones de La Habana, Cuba (1996), y Cartagena, Colombia (2008), que impulsaron la realización de las dos ediciones de la Conferencia Mundial de Educación Superior organizadas por UNESCO y realizadas en París (1998-2008). Quizá abusando de la síntesis, podríamos señalar que mientras la primera Conferencia expresó la especificidad de la mirada Latinoamericana y Caribeña respecto al desembarco del neoliberalismo y la tercera revolución industrial, la segunda expresó la vocación unitaria de las y los universitarias/os de la región en defender la educación universitaria como un bien público y un derecho humano.

La CRES2018 se convoca asociada al centenario del más importante hito de la historia universitaria regional como lo fue el movimiento de la Reforma de Córdoba de 1918, en un momento en el cual el neoliberalismo acentúa y reconfigura sus orientaciones para el sector, queriendo impulsar una neo privatización del mundo universitario en el marco de la reestructuración del modo de producción capitalista como resultado de la cuarta revolución industrial. La CRES2018 se realiza en medio de inusitadas iniciativas de los organismos económicos globales para privatizar el conocimiento, virtualizar la enseñanza superior y convertir los contenidos de aprendizaje en simples repositorios en la nube tecnológica, con una lógica de mercancía y mercado.

Si bien es cierto que las instituciones universitarias en la región superan el número de las 13000 y en muchos lugares la cobertura alcanza el 50%, también es cierto que esta dinámica se concentra fundamentalmente en cuatro países con una marcada expansión del sector privado de la enseñanza en ALC. La ideología del mercado y la educación superior como mercancía, desembarcaron bajo el discurso de las competencias y ahora tiene un capítulo especial en los rankings universitarios que orientan para la lógica del capital la actividad del sector. Esto afecta las dinámicas académicas y la propia libertad de pensamiento de las y los estudiantes. Por ello, transversalmente en cada uno de los debates de la CRES2018, se expresaron estas tensiones con un protagonismo de profesoras/es y estudiantes en las resistencias contra la imposición de la lógica del mercado en lo universitario.

Córdoba 2018 expresa un balance de lo actuado en materia de defensa de la educación universitaria como bien público y derecho humano fundamental, pero nos muestra también retos y desafíos en su sostenimiento que demandan la unidad de todos los actores sociales interesados. La CLADE está llamada a desarrollar una articulación especial en esa dirección en los próximos años. Córdoba también expresó las tensiones que generan las nuevas narrativas del capital interesado en novedosas formas de privatización y mercantilización que en muchos casos apenas si son percibidas y analizadas por quienes construimos alternativas.

¿Cuáles son los principales desafíos para la enseñanza universitaria a nivel regional, según los diálogos de la Conferencia?

En la CRES2018 se manifestó una conciencia generalizada respecto a pasar definitivamente de las declaraciones a un plan de acción regional que permita unificar los esfuerzos por una educación pública, gratuita y de calidad comprometida con la transformación regional y la justicia social. Buena parte de la construcción de ciencia, conocimiento y referencia ética regional sigue pasando por el mundo universitario, quedando en evidencia en los debates la necesidad de actualizar sus dinámicas y performance a las nuevas realidades del siglo XXI si queremos seguir teniendo este rol estelar.

Desde mi perspectiva el gran desafío está en la actualización de las narrativas de resistencia a la ideología del mercado, para dar cuenta del impacto del mundo tecnológico no solo en la educación como derecho humano, sino en la sociabilidad, el encuentro y la posibilidad de construir juntos el futuro. Son enormes las oportunidades para la educación superior que se abren con el desarrollo tecnológico, pero es urgente prevenir respecto a las pretensiones de sectores del capital global, que no trabajan para usar sus bondades en los procesos de enseñanza-aprendizaje, sino para virtualizar el mundo universitario en su totalidad. A muchos sectores progresistas esto les parece una posibilidad remota y no real y tangible en el corto plazo, eso puede afectar estratégicamente la defensa de la educación como derecho humano para aprender a convivir y construir juntos un mundo mejor. Cada momento histórico tiene sus tareas nuevas para estudiantes y profesoras/es comprometidas/os con el cambio social y este no es la excepción.

¿Cuál es el rol de la academia y la educación superior en la transformación de nuestras sociedades para que estas sean más justas, sostenibles e igualitarias?

Hace 200 años la segunda revolución industrial anunció mayores niveles de bienestar para la humanidad. Hoy 1300 millones de personas, es decir una séptima parte de la humanidad no tiene acceso a la electricidad. La tercera revolución industrial nos anunció que la internet posibilitaría mayores niveles de democratización de la comunicación y la información, pero hoy solo el 38% de la población tiene acceso a la conectividad y en la región este porcentaje cae brutalmente. Es hora de que la ciencia, la tecnología y el conocimiento sean realmente democratizados y sirvan para alcanzar justicia social en equilibrio con la naturaleza. La universidad no puede ser una fábrica de tituladas/os sin compromiso social ni puede estar ajena a las crecientes desigualdades que está generando el neoliberalismo en el siglo XXI. De allí que el plano ético del mundo universitario y su compromiso con fomentar un pensamiento crítico actualizado estén a la orden del día en la agenda de transformaciones.

La universidad tiene que repensarse a sí misma. Por ejemplo, atreverse a pensarse en sus orígenes y procesos ya no como una universidad limitada en la práctica a lo formativo, sino dar el auténtico salto a lo investigativo enraizado con las aspiraciones del movimiento popular como epicentro de su actividad. Debemos romper con los prejuicios anti científicos que esconden la aceptación sumisa a la diferencia y atrevernos a construir otras formas de usar los avances científicos para romper desigualdades y alcanzar una sociedad donde el bienestar se democratice realmente. Debemos atrevernos a interrogarnos respecto a la universidad que requiere el presente en el continente, en clave de superación de la concentración de la riqueza. Tenemos que atrevernos a desafiar el peso de la costumbre, atreviéndonos por ejemplo a pensar si la universidad del presente no debe ser más bien una universidad del territorio que rompa con las franquicias derivadas de universidades nacionales. Los desafíos conceptuales y operativos son múltiples y considero que la CLADE puede jugar un papel estelar en el futuro cercano en la reconfiguración de estos debates.

¿Cómo garantizar la educación superior como derecho humano fundamental y desde la perspectiva de derechos, en un escenario regional con fuertes tendencias a la privatización e instrumentalización de esta etapa de enseñanza?

Lo urgente para resistir es actualizar nuestros análisis. Hay una mutación radical del modo de producción capitalista que impactará en el corto plazo al mundo universitario. No es osado pensar que la universidad como espacio de encuentro, sociabilidad y construcción compartida de un destino común está amenazada por “nuevas” formas de aprendizaje centradas en lo cognitivo y no en lo social. La privatización de la segunda década del siglo XXI desarrolla nuevas expresiones y formas que era imposible prever en la década de los noventa del siglo XX. Si usamos argumentos del pasado para enfrentar las ofensivas del presente los esfuerzos en defensa de la educación superior como derecho humano, pueden verse limitadas o resultar insuficientes para enfrentar la mercantilización del presente.

Tenemos que romper la “pulsión de fuga” que se expresa en la apelación a viejos análisis y consignas que hoy pueden resultar significantes vacíos si no los actualizamos. Mi gran preocupación reside en la constatación que mientras los intereses centrados en el mercado usan la innovación para impulsar sus iniciativas, buena parte de las resistencias al modelo educativo del mercado se están quedando petrificadas en la tradición. Es urgente asociar tradición con innovación en los análisis y la articulación de iniciativas en defensa de la educación superior como derecho humano.

*Fuente: http://v2.campanaderechoeducacion.org/es/noticias/853-2018-06-19-16-09-38.html

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Con educación, investigación e innovación, las Universidades La Salle responden a las necesidades globales

América del Norte/ México/ 18.06.2018/ Fuente: www.prnewswire.com.

150 rectores y directores de investigación, internacionalización y misión de 61 Universidades La Salle de todo el mundo, se reúnen en la #CDMX del 18 al 21 de junio, para definir acciones que integren y fortalezcan con un enfoque multicultural, la contribución de las universidades para lograr los Objetivos de Desarrollo.

La edición XII del Encuentro de la Asociación Internacional de Universidades La Salle (IALU, por sus siglas en inglés) es una de las reuniones de educación e investigación más grandes e importantes en el mundo. Su finalidad es sentar las bases trianuales para la continuidad a un proyecto educativo global, que transforma entornos, impacta realidades y crea futuros.

Este año, bajo la temática «Nuestra fortaleza está en la diversidad»las instituciones de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, expondrán distintos casos de éxito en los que, a través de la educación, han logrado responder a las necesidades, problemáticas y tendencias del mundo actual.

Casos como:el Proyecto Fratelli que apoya a niños refugiados por la guerra en Líbano; la Universidad de Belén, el espacio de educación superior más antigua de Palestina; las universidades Católica de Etiopía y en África Occidental la Universidad Lasaliana en Burkina Faso; en el ámbito  local La Salle Nezahualcóyotl, cuyo impacto social se ha convertido en un oasis dentro de uno de los municipios con los más altos índices de delincuencia e inseguridad en el país.

«Las comunidades educativas lasallistas tienen el desafío de abordar el impacto de la globalización, la masificación, el acceso desigual, la movilidad de los estudiantes, las tecnologías de la información y la comunicación; para transformar su entorno y construir un mundo más justo y fraterno» comentó Robert Schieler, Superior General de La Salle en el mundo.

La Asociación Internacional de Universidades La Salle, es una de las redes de educación superior e investigación más grandes en el mundo, con presencia en 17 países y en los cinco continentes. 250 mil estudiantes universitarios, se forman en las 61 universidades lasallistas.

ACERCA DE LA UNIVERSIDAD LA SALLE CIUDAD DE MÉXICO

A 56 años de existencia, la Universidad La Salle está catalogada dentro de las universidades de mayor prestigio a nivel Nacional, recientemente reconocida como la única universidad cien por ciento acreditada en todos los programas de licenciatura, reconocidos por su calidad y pertinencia. Ofrece 97 programas de bachillerato, licenciatura, posgrado. Cuenta con una población de más de 12,600 estudiantes y 2,250 colaboradores. Forma parte de la Red de Universidades La Salle México con 15 universidades y de La Salle Universities con 76 universidades alrededor del mundo. La Salle es animada por los Hermanos de las Escuelas Cristianas (Hermanos Lasallistas) presentes en más de 80 países formando a un millón de estudiantes del prescolar hasta el doctorado. La Universidad La Salle México es liderada por el Dr. Enrique González Álvarez, fsc, nombrado Rector desde el mes de julio de 2011.

Foto – http://www2.prnewswire.com.br/imgs/pub/2018-06-15/original/4323.jpg

FUENTE Universidad La Salle

Fuente de la noticia: https://www.prnewswire.com/news-releases/con-educacion-investigacion-e-innovacion-las-universidades-la-salle-responden-a-las-necesidades-globales-685701071.html

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Cómo es por dentro la toma feminista de una universidad en Chile.

América del Sur/Chile/BBC

«Señor decano, procedemos a tomar la Universidad».

Con esas palabras recuerda Isidora Parra, una de las voceras de la toma feminista de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, el momento en que ella y sus compañeras anunciaron a las autoridades de la entidad que este —el pasado 27 de abril— sería su último día de trabajo hasta nuevo aviso.

«Recojan sus cosas y no vengan mañana», les ordenaron.

Ya había pasado la «asamblea de emergencia» en la que cientos de estudiantes, entre euforia e improvisación, decidieron la toma.

Ya las feministas habían tomado otras universidades del país. Ya el machismo estaba instalado en la agenda política.

Protesta feminista
De la mano de las tomas, las protestas feministas en la calle se han proliferado en Chile durante el último mes.

Los jóvenes cerraron las puertas, tomaron cientos de sillas y las colgaron de las rejas de la fachada del edifico, una monumental estructura curvilínea de 1938, estilo art decó, en pleno centro de Santiago.

Los «cabros» armaron sus camas, pintaron sus murales y se declararon en huelga.

«Derecho en toma feminista«, anuncia desde entonces un aviso en la puerta.

Así es como, hace casi dos meses, se encuentran dos decenas de facultades de universidades en Chile (y algunas en Argentina, en el marco de la votación en el Congreso de la despenalización del aborto el miércoles).

Cada toma tiene pedidos particulares, conflictos concretos, reglamentos específicos. Pero todas buscan una educación no sexista que, como primera medida, castigue los abusos en contra de las mujeres.

Toma de la facultad de Derecho de la Universidad de Chile
Image captionLas sillas colgadas de las rejas son un símbolo de las tomas en Chile. Acá, en Derecho, no fue la excepción.

Horizontalidad y hermetismo

Acá, en la facultad de derecho de la universidad pública más importante del país, el mandato de ocupación se renueva cada jueves a través de una votación en internet de la que participan casi 2.000 estudiantes.

Uno de los rasgos más característicos de estos movimientos feministas es que todas las decisiones, tanto fútiles como transcendentales, son sometidas a votaciones y amplios debates.

En Derecho, una vez al día se hace una asamblea en la que deciden turnos de guardia, cocineros, roles de limpieza.

Esa es la «asamblea de toma». Pero también tienen una «asamblea de escuela», en la que todos los miembros discuten las decisiones más importantes, y una «asamblea de mujeres», la más pequeña y exclusiva, en la que se marca la línea del movimiento.

Facultad de Derecho de la Universidad de Chile
Image captionAunque no hay clases, las actividades en las universidades tomadas son recurrentes, con cursos y capacitaciones con enfoque de género.

Además, tienen cuatro comisiones: limpieza, cocina, comunicaciones y seguridad.

El acceso de BBC Mundo fue aprobado por voto en un grupo de WhastApp. Nos dejaron tomar fotos de algunos espacios, pero no de todos ni de las caras de las personas que estaban ahí.

En general, en las tomas el acceso de los medios —e incluso de los hombres— ha sido limitado, en busca de garantizar seguridad y controlar el mensaje que se divulga.

Facultad de Derecho de la Universidad de Chile
Image captionDentro de las tomas algunos venden ropa o objetos de limpieza. En algunas tomas el consumo de drogas o el sexo están prohibidos. En casi todas hay ley seca.

Una toma moderada

Cuando visité la toma, el pasado viernes, los hombres estaban a cargo. Las «wachas» tenían un encuentro feminista en el sur del país.

Isidora me llevó a salones que están convertidos en campamentos llenos de maletas, colchones inflables y sábanas gruesas; no hay calefacción que mantenga caliente durante la noche estos enormes espacios de techos altos.

También entramos a otros salones donde estudiantes practicaban cursos de danza o de capacitación. Acá, cada semana, los hombres se reúnen en un «círculo de deconstrucción de la masculinidad» para hablar de sus privilegios y las formas de adaptarse al nuevo mundo.

En la plaza central, a unos 10 grados centígrados, varios grupos de rock le ponían melodía a un colorido atardecer. Entre una canción y otra se emitía una consigna feminista. Con alegría se saludó la llegada de unas sopaipillas, un pan frito que había preparado la comisión de cocina.

Facultad de Derecho de la Universidad de Chile
Image captionEl ambiente dentro de la toma es amigable, tranquilo. Muchos duermen acá. Otros van y vienen.

También repartieron un vino afrutado que había sido hervido para sacarle el alcohol, porque en esta toma, como en otras, rige una ley seca.

«Si andái curao (borracho) se pierde la esencia de la toma«, me dijo el encargado de este «navegado» sin alcohol.

Pero esta, la de Derecho, es una toma moderada: en otras, rigen prohibiciones de marihuana —ley lúcida—, de relaciones sexuales —ley fría— y de hombres, en los movimientos que se denominan separatistas.

Pero prácticamente en todas se aplica una regla de oro: los cursos que se pierdan por las protestas se remplazan en verano. Las vacaciones se sacrifican por la militancia.

Facultad de Derecho de la Universidad de Chile
Image captionLa comisión de cocina de la toma hace sus deberes: bebida sin alcohol y sopaipilla de cena.

«Somos nietas de las brujas»

Isadora cree, en todo caso, que en esta lucha el extremismo es necesario, «porque el cambio de mentalidad no se logra pidiendo el favor».

La toma de entidades educativas, frecuente también en Argentina, fue común en Chile durante las protestas estudiantiles de 2011, las cuales dieron un vuelco a la política chilena que finalmente se tradujo en la aprobación de la gratuidad universitaria en enero.

Esta vez el movimiento feminista se jacta de haber logrado que el presidente, Sebastián Piñera, pidiera al Congreso hace dos semanas reformar la Constitución para que la igualdad de género sea garantizada por el Estado. El oficialismo también espera introducir leyes sobre violencia familiar y administración del patrimonio.

Pero gran parte del feminismo desconfía de Piñera, cuyas medidas son vistas como insuficientes. Las tomas y marchas, entonces, se han mantenido.

Protesta feminista
Image captionEn la marcha del miércoles 6 de junio se vio mucha piel, algo que para los críticos del feminismo desvirtúa su causa.

«Los estudiantes están en un proceso de autoformación e indagación que no solo lucha en contra del machismo, sino contra de las formas tradicionales de entender la política», explica Luna Follegati, historiadora del feminismo y profesora de la Universidad Metropolitana.

«Cada grupo, según su mirada, establece su propia lógica interna de regulación, la cual responde a la manera como están deconstruyendo las relaciones y las formas de hacer política», añade.

«Esto (la toma) no tiene fecha de término», dice Parra. «Esperamos que se termine el patriarcado», añade entre risas. Pero luego aclara: «Estaremos acá hasta que se resuelva nuestro petitorio«.

La toma exige la destitución del profesor Carlos Carmona, expresidente del Tribunal Constitucional, acusado de acoso sexual y laboral.

Pañuelo del aborto en Chile
Image captionDesde el dormitorio de la toma, del cual nos pidieron no sacar fotos, se ven varios pañuelos del movimiento feminista que lucha por la despenalización del aborto en Argentina. Se ven como «hermanas».

También pide capacitación con perspectiva de género para estudiantes, académicos y funcionarios; que se revise el currículo académico; que se revalúen las becas para estudiantes padres; que se reconozca el nombre social de las personas transexuales.

El petitorio, escrito entre decenas de personas y sometido a voto en diferentes instancias, tiene requerimientos tan específicos como que se pongan mudadores en los baños para los estudiantes padres.

«Somos nietas de las brujas que no pudieron quemar en la Inquisición», me dice Parra. Es una idea que marcó la marcha feminista del 6 de junio en Santiago, donde se vieron crudas e irónicas expresiones artísticas de protesta llenas de sangre, piel y ojos vendados.

El tono de la marcha dio pie para que algunos tacharan a estas mujeres de «feminazis».

«En el siglo XV nos intentaron quemar porque no aceptábamos la condición de subordinación en la que estábamos«, afirma Parra, que tiene 20 años.

Y concluye: «Esa vez no lo lograron y esta vez tampoco lo van a lograr».

Facultad de Derecho de la Universidad de Chile
Las tomas van de la mano de expresiones artísticas como esta, que fue pintaba en plena plaza de la facultad de derecho.
Fuente: http://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-44447434
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Escribiendo la revolución feminista en educación superior

En medio de paros y tomas feministas en universidades de todo el país, hay un factor que ha pasado inadvertido: la escritura colectiva de los mensajes y petitorios de las asambleas de mujeres. En esta columna el lingüista Federico Navarro analiza el fenómeno y destaca que este punto es clave, porque “los petitorios se constituyen como escritos de acción que cambian la realidad”. Esta escritura colectiva ha tenido suficiente fuerza retórica para convencer e instalar ideas. Un ejemplo concreto ocurrió en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile. Ahí, el día de las elecciones de decano, los profesores que debían votar leyeron un cartel que decía “tu voto hoy decide si mañana me siento segura o no”. Según Navarro, ese mensaje fue el último eslabón de una serie discursiva feminista que afectó al candidato inicialmente favorito: “Perdió el favor del claustro de profesores y quedó en último lugar entre tres postulantes”.

Por Federico Navarro

“Sobra decir que no es lo que queremos”. Así comienza uno de los muchos petitorios y comunicados de las asambleas de jóvenes mujeres que están en paro o en toma en más de 50 unidades académicas del sistema de educación superior chileno. Estos petitorios pueden parecer meros registros de las discusiones que se producen en las asambleas, un instrumento más para “decir lo que queremos”. Pero, en realidad, la escritura de estos petitorios impone condiciones, compromisos y cambios en la realidad. Lo que sucedió la semana pasada en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile representa un buen ejemplo: la escritura de la asamblea de mujeres en paro dio vuelta el resultado esperado de la elección de autoridades.

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Cartel en las paredes de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile. Fuente: Federico Navarro

La revolución feminista es cultural, educativa, política, legislativa y lingüística, pero se especifica en temas y ámbitos de interés según cada región y país. En Estados Unidos, el movimiento #metoo relató en primera persona los abusos en ámbitos precarizados, masculinizados y asimétricos como la industria del espectáculo o el periodismo. En Argentina, el movimiento #niunamenos opuso manifestaciones masivas a feminicidios, impulsó el paro feminista frente al estupor de los gremios, predominantemente masculinos, y en la actualidad ha inundado de pañuelos verdes el postergado debate legislativo sobre la despenalización del aborto, que se definirá en los próximos días.

Pañuelazo argentina

“Pañuelazo” verde a favor de la despenalización del aborto, frente al Congreso de Buenos Aires, 19/02/18. Fuente: Página/12

En Chile, la revolución feminista está encarnada en el actor político más importante de la última década: las y los estudiantes de educación media superior y universitaria. Y, para sorpresa de la mayoría, tomó por asalto las casas de altos estudios de todo el país con un reclamo específico, distinto de las protestas previas por educación superior pública, gratuita, inclusiva y de calidad, pero con un mismo interés por aspectos culturales, educativos e institucionales: el fin de la cultura patriarcal abusiva en las aulas chilenas. La protesta cobra visibilidad en forma de manifestaciones de mujeres con los pechos descubiertos y máscaras mexicanas, o de paros y tomas en facultades y universidades.

marcha

Marcha de mujeres en Santiago el 16 de mayo de 2018.

Pero además, de forma más silenciosa e igualmente revolucionaria, el movimiento feminista actúa sobre la realidad a través de la escritura, cambiando al mismo tiempo las formas de comunicación y participación estudiantil en educación superior.

Primero, es una escritura colectiva. Los lectores escandalizados por el supuesto anonimato de comunicados y petitorios no entienden las condiciones particulares de producción textual. Estos petitorios se escriben de forma colaborativa y horizontal. En las asambleas, se planifican de forma oral los principales temas, reclamos y argumentos. Al comienzo son punteos, viñetas, listas. Luego, usando herramientas informáticas y las estigmatizadas redes sociales, se amplían y reformulan fragmentos durante días hasta lograr un texto difícil de refutar.

Puede ser que algunas mujeres lideren temporariamente la elaboración de los textos, pero no quedan huellas de su autoría, porque es el reclamo de un colectivo social. Se aportan evidencias recolectadas en terreno, como los porcentajes escandalosamente bajos de profesoras titulares, decanas o rectoras. Se incluyen crudos relatos de acoso sexual en aulas y congresos, o de insultos y revictimizaciones al momento de denunciar, narrados en primera persona. Los petitorios reconstruyen hechos con precisión legalista, aportando fechas, números de expediente, nombres propios y cronologías que otorgan verosimilitud a las denuncias y convencen a los incrédulos, o al menos los hacen dudar.

En el caso de la asamblea de mujeres de ciencias de la Universidad de Chile, este respaldo empírico y legal se combina con un cuidado por la privacidad de las denunciantes y de los denunciados sobre los que aún no hay evidencias definitivas. El texto resultante esconde un trabajo profundo, complejo y compartido, el secreto de su solidez retórica. Pero hay otro motivo para la escritura colectiva: se dirige a un interlocutor con mayor poder (profesores y funcionarios) y teme posibles represalias individuales.

Segundo, es una escritura dialógica. Se sabe que el lenguaje nunca habla en el vacío; las afirmaciones y declaraciones tienen ecos de lo que se dijo antes, para confirmarlo, negarlo o modificarlo. De esta manera, el lenguaje siempre está en diálogo con las creencias del oyente o lector, con las conversaciones de días anteriores, con las canciones que se escucharon o los libros que se leyeron. Este carácter dialógico del lenguaje puede ser más implícito y pasar desapercibido, como sucede en un ambiente familiar y distendido, o ser más explícito y seguir mecanismos formales de cita y referencia, como ocurre en la universidad.

Los petitorios elaborados por jóvenes mujeres en paro o en toma seleccionan fragmentos de los documentos institucionales, los citan de forma literal, los desarman en sus partes, y discuten sus posiciones y argumentos. Además, se recogen declaraciones y afirmaciones orales de profesores y autoridades, se las recontextualiza, evalúa, analiza y divulga. El discurso asimétrico de los funcionarios es deconstruido en una pugna dialógica y política por la verdad. Se trata de estrategias complejas de citación, supuestamente desconocidas en los pasillos de una Facultad de Ciencias, en las que se cree que se escribe poco y nada, y que no se discuten ni citan fuentes bibliográficas.

FRAGMENTO

Fragmento del “comunicado de contrarrespuesta” de mujeres estudiantes en paro de la Facultad de Ciencias (Universidad de Chile), 29/05/18. Fuente: fotografía de documento proporcionada por el autor.

Tercero, es una escritura que acciona sobre la realidad. En una concepción simplista del lenguaje, las palabras serían etiquetas descriptivas de lo real, y la escritura transcripción del pensamiento. Pero en realidad se sabe desde hace varias décadas, e incluso aparece hace miles de años en los relatos míticos del Antiguo Testamento, que las palabras crean realidades, estipulan condiciones e implican compromisos. Es necesario decir “sí, quiero”, “lo juro”, “afirmativo”, “perdón” o “te amo” para que ciertas acciones institucionalizadas existan, y los matrimonios, mandatos, compromisos y vínculos sucedan. En los petitorios feministas elaborados en la universidad, la palabra escrita tiene un peso de acción. Las estudiantes hacen demandas específicas, solicitan el desarrollo de legislación institucionalizada, estipulan plazos perentorios, y se comprometen a acciones de distinto tipo según la reacción de sus lectores. Se identifican necesidades y se reclaman cambios concretos, sofisticados y creativos, que la mayoría de los lectores no imaginaron posibles, como por ejemplo un protocolo de prevención de la violencia contra las mujeres en congresos científicos, un espacio en el que se han registrado múltiples acosos. De esta manera, los petitorios se constituyen como escritos de acción que cambian la realidad.

En el caso de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile, el petitorio también solicitaba que un candidato a decano que muchos consideraban como el seguro ganador de las elecciones, pero señalado por la asamblea de mujeres como uno de los responsables institucionales de no investigar casos de acoso y de desacreditar a las denunciantes, desistiera de su candidatura, como se ve en el fragmento a continuación.

FRAGMENTO2

Fragmento del “comunicado de contrarrespuesta” de mujeres estudiantes en paro de Fac. de Ciencias (Universidad de Chile), 29/05/18. Fuente: fotografía de documento proporcionada por el autor. Se ha borrado el nombre del académico interpelado.

La potencia retórica de los manifiestos y petitorios feministas no solo responde a méritos propios, sino, en muchos casos, a cierta falta de reflejos en la respuesta que brindan los actores interpelados. El discurso de las autoridades institucionales y del cuerpo colegiado de profesores no siempre llega a reconocer la complejidad colectiva, dialógica y de acción a la que debe responder, ni parece comprender el shock cultural y el cambio histórico y generacional del que participa. En un giro espectacular de la relación tradicional de asimetría de poder y saber entre los estudiantes y los profesores, son los primeros (en realidad, las primeras) quienes ofrecen una voz más sofisticada, informada y atrevida. Encarnan así, en paro y fuera del aula, un propósito formativo intencionado por el currículum escolar: estudiantes autónomas, integrales, críticas, interdisciplinarias, comprometidas con los derechos humanos y con su entorno, con uso de tecnologías de la información, que transfieren saberes a nuevas situaciones y comunican a interlocutores diversos. Por eso puede afirmarse que estas protestas letradas también están modificando las formas de comunicación y participación estudiantil en educación superior.

Justamente, esta complejidad de la escritura feminista estudiantil como acción retórica colectiva, fundamentada y dialógica que cambia la realidad debe ponerse en relación con las denominadas “narrativas de la crisis de la escritura”. Como se ha demostrado en otras épocas y regiones, los procesos de apertura del sistema de educación superior a sectores sociales amplios tradicionalmente excluidos, como estudiantes de escuelas vulnerables o primera generación universitaria, traen como consecuencia una “preocupación” de los medios de comunicación -y, por su influencia, de la sociedad en general- por una supuesta degradación de la escritura. “Los niños chilenos no entienden lo que leen”, “las redes sociales hacen que los jóvenes escriban con faltas de ortografía”, “la escuela ya no se ocupa de preparar a los estudiantes” son afirmaciones que se pueden leer en titulares de diarios o ver en programas matinales de televisión. No se trata solamente de una nostalgia romántica por el pasado, sino de una reacción elitista a tiempos de mayor inclusión y, paradójicamente, de muchas más personas que nunca antes en la historia -sobre todo, jóvenes- leyendo y escribiendo.

La escritura feminista es colectiva, fundamentada, dialógica y de acción. Es una compleja y efectiva acción retórica que cambia la realidad, tanto o más que la opción por un lenguaje no sexista, el uso de pañuelos verdes o las manifestaciones con pechos desnudos. Pero la narrativa social que supone, equivocadamente, que existe una crisis de escritura -y de formación, de motivación, de esfuerzo, de participación política, de perseverancia- en los y las jóvenes estudiantes hace que la potencia escrita de la revolución feminista todavía pase desapercibida.

Estas semanas, en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile, la acción feminista, especialmente movilizada a través de documentos escritos, ha tenido efectos concretos sobre la realidad. El pasado 7 de junio, día de las elecciones a decano, cada profesor que asistió a la mesa eleccionaria leyó, colgando de la puerta, el siguiente cartel, último eslabón de una serie discursiva feminista. Como resultado de estas acciones escritas, el candidato interpelado no retiró su candidatura, pero perdió el favor del claustro de profesores y quedó en último lugar entre tres postulantes.

TU VOTO DE HOY

Cartel en la entrada al edificio de ecología de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile, donde se celebraron las elecciones a decano el 07/06/18. Fuente: Federico Navarro.

Como hombre y profesor especializado en asuntos de escritura en educación superior, comparto con humildad estos documentos y reflexiones sobre un movimiento que me interpela, del que no me siento protagonista, pero al que creo que debo aportar desde mi lugar.

Fuente: http://ciperchile.cl/2018/06/13/escribiendo-la-revolucion-feminista-en-educacion-superior/

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Se realizó en Argentina la III Conferencia Regional de Educación Superior

Argentina/16 de Junio de 2018/La Opinión

En la ciudad de Córdoba, Argentina, desde el lunes 11 hasta el  viernes 15 de junio, se llevó a cabo la III Conferencia Regional de Educación Superior (CRES). En ella se reunieron las autoridades de educación superior de América Latina y el Caribe.

Participaron más de 10 mil académicos entre rectoras, rectores, directores, directoras, docentes, estudiantes y representantes de numerosas organizaciones gubernamentales y no gubernamentales. Debatieron y analizaron la situación del sistema educativo de nivel superior en la región.

Acción

Al mismo tiempo, otro de los objetivos centrales de este encuentro, fue delinear un plan de acción para la próxima década. Será producto del intercambio de experiencias y reflexiones en torno a los principios de su fuerza transformadora, que contribuye al desarrollo sustentable de los Estados.

Por otro lado, esta conferencia tuvo como sede a la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). Es en el marco de las celebraciones por los 100 años de la Reforma Universitaria que tuvo lugar en esta casa de estudios.

Trabajo

Durante esta edición se continuó el trabajo desarrollado en La Habana (1996) y en Cartagena de Indias (2008).  Cabe señalar, que dichas instancias contribuyeron a su vez a las Conferencias Mundiales de Educación Superior de la UNESCO de 1998 y 2009.

Por otra parte, es importante señalar que el encuentro estuvo organizado por el Instituto Internacional para la Educación Superior en América Latina y el Caribe (IESALC) de la UNESCO, la universidad anfitriona, el Consejo Interuniversitario Nacional de Argentina y la Secretaría de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación y Deportes de la República Argentina.

CRES

Ante los reiterados intentos de mercantilizar la educación superior, por medio de tratados internacionales de liberalización de los mercados, las CRES acordaron definir a la Educación Superior como un bien público-social, derecho humano universal y responsabilidad de los Estados.

En ese sentido, significa que este nivel educativo debe garantizar el acceso abierto para todos y sin discriminación (igualdad), que el suministro del servicio de manera continua y sin interrupciones (continuidad y permanencia) y sea capaz de adaptarse a las nuevas situaciones, con el objetivo de garantizar la igualdad y continuidad.

Actividades

Como parte de las actividades de la semana, se tuvo previsto instancias de debate participativo con modalidades diversas (foros y eventos regionales) sobre el estado actual de la educación superior, sus fortalezas y debilidades, historia y evolución.

También se plantearon debates acerca de las mejoras y logros que se deben alcanzar en la próxima década, con vistas a los objetivos de desarrollo sostenible y a las definiciones de la agenda Educación 2030 de la UNESCO.

Conclusiones

Cabe destacar, que las conclusiones a las que arribó esta III Conferencia integraran la declaración y el plan de acción que llevarán los países de América Latina y el Caribe a la Conferencia Mundial de Educación Superior. La misma tendrá lugar en 2019, en la sede de la UNESCO en París, Francia.

Asimismo, los asistentes a la conferencia vivenciaron los festejos programados por la Universidad Nacional de Córdoba, el viernes 15 de junio con motivo de celebrarse el Primer Centenario de la Reforma Universitaria, un verdadero hito en la educación superior latinoamericana.

Fuente: http://laopinion-digital.com/ultimas-noticias/educacion/se-realiza-en-argentina-la-iii-conferencia-regional-de-educacion-superior/13-06-2018

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Debate, Educación y Discurso de la Meritocracia

México / 15 de junio de 2018 / Autor: Juan Carlos Miranda Arroyo / Fuente: SDP Noticias

Este 12 de junio, durante el tercer debate entre candidatos a la presidencia de la República, en Mérida, veremos cómo algunos de ellos, especialmente Ricardo Anaya y Pepe Meade, emplearán el discurso de la «Meritocracia» en la Educación, como argumento para contrastarse ante las propuestas en esa materia, del puntero en la contienda, según los estudios de preferencias electorales, Andrés Manuel López Obrador. ¿Cuál es el fundamento, el contenido y el sentido de ese discurso?

Funcionarios públicos (altos y medios), tecnócratas, líderes empresariales y de opinión, del sector privado, así como políticos «modernos» convencidos de las bondades del modelo neoliberal (cuyos valores imprescindibles son el «libre mercado», la globalización de las economías y un «Estado de bienestar disminuido o limitado», entre otros), consideran que la «Meritocracia«, como sistema de selección y formación de élites, es una condición indiscutible en la ruta por alcanzar una educación de «calidad».

El empleo, que hacen estos personajes, de un discurso con ese enfoque particular de la Meritocracia en la Educación, en México y el mundo, puede encontrarse en los textos de los pontífices de la Evaluación Educativa. Eduardo Backhoff, ex consejero del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), por ejemplo, al tratar de contraargumentar las propuestas del candidato Andrés Manuel López Obrador (AMLO) sobre cómo resolver los problemas de la cobertura en educación superior, afirma lo siguiente: «…siempre habrá estudiantes que deseen estudiar en una institución, carrera o modalidad educativa (presencial o a distancia) y que por el cupo limitado de la institución no puedan acceder. En este caso, el único mecanismo que se me ocurre que AMLO puede estar pensando es el que utiliza la Universidad de la Ciudad de México (UCM): el sorteo de ingreso. Con este mecanismo se selecciona al azar a los estudiantes que ingresan a la institución… Sin embargo, este mecanismo presenta muchos inconvenientes. El primero de ellos es que rompe con la racionalidad del mérito y del esfuerzo. Ya no serán los estudiantes más destacados que ingresen a las mejores universidades, sino que todas las IES tendrán estudiantes igualmente formados (buenos, regulares y malos).» (ver SDP Noticias, 9 de junio, 2018)

El discurso de estos tecnócratas de «altos niveles académicos» (algunos, además, miembros del Sistema Nacional de Investigadores), como el ex consejero presidente del INEE, que ocupan puestos en las instituciones públicas con elevados ingresos económicos como «aristócratas de la intelectualidad» (diría Antonio Gramsci: como «intelectuales orgánicos»), sostiene que los estudiantes de Secundaria «deben» ser evaluados para ingresar a la Educación Media Superior, y que éstos a su vez, para ingresar a la Educación Superior, «deben» ser también sujetos (objetos) de la evaluación de ingreso o selección. No podría ser de otra manera, según ellos, porque se podría romper con la sagrada racionalidad meritocrática. Para ellos el «pase automático» en la UNAM, es una desviación insana. Como si el sistema de clasificación no fuera, en sí mismo, un sistema de reproducción de las prácticas de exclusión y de reciclaje de las desigualdades sociales.

Las historias reales de estudiantes que se han abierto camino, como individuos, por medio del sistema de méritos, han sido utilizadas por ciertas narrativas y en este tipo de discursos, para resaltar trayectorias de esfuerzo, trabajo, disciplina y «éxito». A través de esas biografías extraordinarias, se enfatizan los valores y las actitudes de dedicación y perseverancia para abrirse paso como personas, pese a las adversidades sociales, y alcanzar así un «lugar» en la sociedad.

Visto desde una mirada histórica superficial y desde un discurso simplista de la ruta Meritocrática, algunos personajes de nuestra historia nacional, serían ejemplos a seguir en la lógica de ese sistema. Sin embargo, hay que considerar que la noción de la «Meritocracia» es también una concepción ideológica, que busca legitimar un tipo específico de valores del ser humano para una sociedad de desigualdades. En ese sentido, la racionalidad del mérito es una construcción cultural e ideológica, que se basa en la creencia de que es posible generar, de manera libre, las élites profesionales o dirigentes como si se tratara de concretar, en lo social, los mecanismos de la «selección natural» darwiniana. Ideología que, al no considerar sus orígenes ni su estructura filosófica, como noción axiológica, corre el riesgo de dejar de lado las ideas de equidad, inclusión y democratización de la educación.

Tal como lo afirmó recientemente Adriana Puiggrós: «Marcar y establecer jerarquías o méritos entre los alumnos basándose en los logros de aprendizaje, en lugar de atender los obstáculos que se interponen para algunos, está al servicio de intereses que llamaré de la manera más directa: clasistas… Antediluviana es la pedagogía de la voluntad. Pero calza como anillo al dedo con el protocolo pedagógico destinado a formar al meritócrata. Definamos al meritócrata del Siglo XXI: es el que logra alcanzar metas que se imponen desde la sociedad del conocimiento corporativo, potenciadas por los prejuicios clasistas de los dueños del poder. Para ser meritócrata hay que ganarles a todos, meritócrata sólo hay uno, el que gana la carrera y se compra el Chevrolet. Pero no se trata de una rifa, sino de una carrera cruel que deja en el camino a miles y miles de niños y jóvenes, cuyo mérito destruye consignándolos como desertores en diversos escalones del sistema escolar, convertido en maquinaria de clasificación social. Sobre la correlación entre nivel de escolaridad y clase social hay una abundante literatura europea, norteamericana y latinoamericana. La relación entre ambos factores no es automática, pero la intención de usar las diferencias en el proceso educativo como instrumento que afirme a los alumnos en el sector de clase del cual provienen, ha cobrado fuerza en la era neoliberal. Hay cierto placer, cuando no saña, en ilusionarse con ser meritócrata. Hay que tener voluntad y esforzarse para no equivocar un renglón en los comportamientos y contenidos impuestos. Nada de imaginación. Es especialmente importante otorgar consenso a la evaluación. Esta sustituye la enseñanza pues en la pedagogía meritocrática lo que vale es medir bien, no saber. Sustituye el enseñar por la tasación de los conocimientos. Esa es la línea que rige la política educativa del gobierno.» (1)

Un estudiante que egresa de una Telesecundaria, ubicada en una zona rural, sin condiciones económicas favorables y sin servicios sociales ni culturales a su alcance; que no cuenta con oportunidades de desarrollo intelectuales y económicas, y que vive en un entorno con escasa conectividad con las nuevas tecnologías de la información, será con toda seguridad un estudiante expulsado del sistema meritocrático. ¿Qué hacer, entonces, con ese fenómeno social vigente, de la expulsión masiva de los jóvenes (400 mil cada año) del sistema educativo mexicano? ¿Continuar con la aplicación de las reglas y contenidos de la Meritocracia o hacer un cambio profundo, en el que consideren los criterios de equidad y apertura de oportunidades?

«El logro individual (basado en esfuerzo y mérito) versus adscripción o herencia es una imagen poderosa, una representación de las posibilidades del capitalismo moderno, una fuente de legitimación; una importante promesa de movilidad social, de las recompensas al individuo que estudia y se empeña. Al mismo tiempo es una representación que minimiza el papel de las desigualdades socioculturales preexistentes, en las posibilidades reales de movilidad social y en el funcionamiento de la presunta meritocracia (Young: 1958). También implica la “individualización” del éxito y del fracaso escolar y laboral, y la legitimación de la desigualdad (desigualdad “merecida” o deserved inequality) como el resultado objetivo de diferencias en mérito y en logros educativos.» (2)

El discurso de la meritocracia es eje lingüístico y racional de las élites políticas; de los círculos poderosos y cerrados del saber institucionalizado; de los privilegiados miembros del «establishment»; de los sectores dirigentes empresariales que deciden qué y cómo se habrán de seleccionar o reproducir los aspirantes a ocupar las posiciones de poder en los ámbitos económico, político, científico y cultural. El discurso meritocrático es el que esgrimen los «pontífices del saber» para reafirmar su propia autorrepresentación como líderes y como parte esencial de su imaginario social: alcanzar la «cima de la meritocracia». Sin embargo, ignoran, de manera contradictoria o intencional, que la racionalidad meritocrática es, sobre todo, un mecanismo excluyente, de reproducción de las inequidades y las desigualdades sociales.

 

(1) Adriana Puiggrós. Meritocracia o democracia en la Educación. Sociología de la Educación. Mayo, 2016. http://socioldelaeduc.blogspot.com/2016/05/meritocracia-o-democracia-en-la.html

 

(2) Gómez, V. M.; L. González y R. Forero.  Formación de élites y educación superior: meritocracia y reclutamiento en el Departamento Nacional de Planeación. Universidad Nacional de Colombia, Rev. Colombiana de Sociología. Nº 28, 2007.

 

jcmqro3@yahoo.com

 

Fuente del Artículo:

https://www.sdpnoticias.com/nacional/2018/06/11/debate-educacion-y-discurso-de-la-meritocracia

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