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Objetivos globales (post-milenio) en educación. ¿Qué lejos estamos?

Por: Blanca Heredia

El mes pasado se publicó la edición 2016 del Panorama de la Educación: Indicadores de la OCDE. Esta publicación constituye la fuente más completa y actualizada de indicadores educativos comparables internacionalmente para los países de la OCDE y algunos países asociados.

En el Education at a Glance (EAG) 2016 se incluye, por primera vez y además de los datos sobre estructura, finanzas y resultados educativos, un análisis del grado de avance de los países de la OCDE para alcanzar el Objetivo 4, referido a Educación de calidad, de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Los ODS, también conocidos como “Objetivos Globales” fueron adoptados en septiembre de 2015 a partir de un proceso deliberativo muy amplio impulsado por las Naciones Unidas y constituyen la agenda global de desarrollo posterior a los Objetivos del Milenio. Los ODS comprenden objetivos en 17 temas con 169 metas específicas para erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todos.

El Objetivo 4 de los ODS: “Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos” contempla las siguientes 10 metas, a ser alcanzadas en 2030:

1. Primaria y secundaria gratuita, equitativa y de calidad, que produzca resultados escolares pertinentes y eficaces para todos los niños y niñas.

2. Acceso a servicios en la primera infancia y a una enseñanza
preescolar de calidad para todos los niños y niñas

3. Asegurar acceso equitativo para todos los hombres y las mujeres a una formación técnica, profesional y superior de calidad

4. Aumentar sustancialmente el número de jóvenes y adultos con las competencias necesarias, en particular técnicas y profesionales, para acceder al empleo, el trabajo decente y el emprendimiento

5. Eliminar las disparidades de género en la educación y garantizar el acceso en condiciones de igualdad de las personas vulnerables a todos los niveles de la enseñanza y la formación profesional

6. Garantizar que todos los jóvenes y una proporción sustancial de los adultos tengan competencias de lectura, escritura y aritmética

7. Garantizar que todos los alumnos adquieran los conocimientos teóricos y prácticos necesarios para promover el desarrollo sostenible

8. Construir y adecuar instalaciones escolares que respondan a las necesidades de los niños y las personas discapacitadas, contemplen equidad de género, y ofrezcan entornos de aprendizaje seguros, no violentos, inclusivos y eficaces para todos

9. Aumentar sustancialmente a nivel mundial las becas disponibles para los países en desarrollo, en particular los menos adelantados.

10. Aumentar sustancialmente la oferta de maestros calificados.

En relación a los Objetivos de Desarrollo del Milenio en materia educativa, el Objetivo 4 de los ODS presenta dos diferencias centrales.

Primero, las metas establecidas abarcan a todos los países y no sólo a los países en desarrollo. Segundo, a diferencia de los Objetivos del Milenio que estaban centrados exclusivamente en cobertura y acceso educativo, los nuevos ODS en educación, si bien incluyen temas de acceso, concentran la atención en la calidad educativa y en los aprendizajes efectivos de los alumnos.

El análisis acerca del progreso de los países de la OCDE para alcanzar el Objetivo 4 incluido en el EAG 2016 constituye el mayor avance hasta la fecha en la materia y forma parte de un esfuerzo más amplio en curso dentro de la organización para desarrollar el conjunto completo de indicadores requeridos para medir de forma consistente el grado de avance de distintos países en relación a las metas educativas de los ODS.

Los resultados del análisis referido distan mucho de ser positivos, incluso para países con altos niveles de desarrollo. Tenemos así, que de los 35 países de la OCDE para los cuales se dispone de datos, sólo 12 de ellos logran ubicarse en el nivel esperado en al menos 5 de las 10 metas educativas contenidas en el Objetivo 4: Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Finlandia, Japón, Corea del Sur, Países Bajos, Nueva Zelanda, Noruega y Suecia.

Sorprendentemente, países como Alemania y Suiza solamente consiguen niveles esperados en 4 de las 10 metas. Estados Unidos, por su parte, presenta niveles esperados en tan sólo 2 de las metas, cifra igual a la de Islandia, Israel, Italia, Portugal, Eslovaquia y Turquía.

México solamente obtiene nivel esperado en una de las diez metas –totalidad de los niños de 5 años matriculados en educación preescolar– cosa preocupante, sin duda, pero no muy sorprendente. En igual situación –nivel esperado en solamente una meta– se encuentran también, sin embargo, los siguientes países OCDE: Chile, Hungría y… Francia.

Mucho que hacer sí, pero, ahora, no sólo en acceso, sino también en calidad educativa y en todos los países, no sólo en los menos desarrollados.

Fuente: http://www.elfinanciero.com.mx/opinion/objetivos-globales-post-milenio-en-educacion-que-lejos-estamos.html

Foto de archivo

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Laureus ofrece a la ONU el deporte como herramienta de Desarrollo Sosteniblenot

Europa/Alemania/Octubre 2016/Noticia/http://www.marca.com/

Summit Laureus Sport for Good 2016 celebrado en Alemania durante los días 10 y 11 de octubre, ha acogido a más de 100 organizaciones deportivas para reafirmar su compromiso con Naciones Unidas. Fue un evento enfocado a que los programas fundados por la institución reafirmen su compromiso de utilizar el deporte como herramienta para conseguir los Objetivos de desarrollo sostenible de Naciones Unidas, y que contó con el apoyo de la Fundación Dietmar Hopp Stiftung.

Poco después del anuncio de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, Laureus Sport for Good se replanteó su misión y su visión. Tal y como comentó Sean Fitzpatrick, Presidente de la Laureus World Sports Academy: «El reconocimiento por parte de Naciones Unidas del deporte en su agenda fue un momento importantísimo para nosotros. En los últimos meses hemos revisado nuestra visión para realinearla con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU en torno a seis áreas clave.»

Salud: Mejorar el bienestar mental y alentar el cambio hacía los hábitos saludables

Educación: Apoyar la calidad y el acceso a la educación

Mujeres y niñas: Promover la igualdad, la autonomía y la seguridad

Capacidad de empleo: Aumentar las rutas para la creación de empleo

Sociedad inclusiva: Crear comunidades que acepten las diferencias étnicas, culturales y físicas

Sociedad pacífica: Resolver conflictos, promover el establecimiento de la paz y crear espacios seguros

Presidente de la Academia Laureus, Sean Fitzpatrick

El Summit Sport for Good reunió a los líderes de los proyectos Laureus de cerca de 30 países, de todos los continentes. Laureus instó a todos los programas del movimiento Sport for Good a alinear sus objetivos con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. El objetivo de la Cumbre de tres días fue ofrecer a estas organizaciones la oportunidad de compartir el conocimiento y aprender a promover programas deportivos de alta calidad, capaces de cambiar las vidas de los jóvenes de todo el mundo.

Además de aprender y desarrollarse como líderes, los delegados que han asistido a la Cumbre también tuvieron la oportunidad de conocer a los Miembros de la Academia Laureus Sean Fitzpatrick y Hugo Porta así como a la Embajadora Laureus y Oro Olímpico en baloncesto Tamika Catchings. Las leyendas del deporte ofrecieron sus experiencias personales acerca del poder del deporte y se unieron a las sesiones de análisis para inspirar a los líderes de los proyectos a continuar con su trabajo. Una labor que Andy Griffiths, Director Global en Laureus Sport for Good, alabó: «Estamos tremendamente orgullosos del trabajo realizado por los proyectos que cuentan con el apoyo de Laureus. Escuchar la motivación y la inspiración de los delegados demuestra que nos encontramos en una posición privilegiada para seguir utilizando el deporte para mejorar las vidas de jóvenes de todo el mundo».

Fuente:

http://www.marca.com/otros-deportes/2016/10/14/5800c2a2ca474159508b458e.html

Fuente Imagen:

https://lh3.googleusercontent.com/fnPvMTq3ObF_ajY5469aeYPi53gKmNNIoUErKgTs27Q-YP5YWM816cBWs3q8gF64CUnrCA=s134

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Sobre patrones y trampas del pensamiento para la gestión socioambiental

12 de Octubre de 2016 / Fuente: http://pcnpost.com/

Por: Rodrigo Arce Rojas

Múltiples son los problemas (socio) ambientales que los peruanos no hemos sabido afrontar (Ráez y Dourojeanni, 2016) entre los que podemos mencionar, entre otros, la deforestación, tala ilegal, mala gestión de bosques y la minería ilegal.

Existen múltiples interpretaciones sobre las razones que han llevado a esta situación pero me gustaría explorar las causas desde la perspectiva de los patrones de pensamiento de los tomadores de decisiones. Esta es una dimensión aún poco explorada y requiere mayor profundización.

El Banco Mundial (2015) nos dice que “cuando los individuos piensan, en general no emplean conceptos inventados por ellos mismos. Utilizan conceptos, categorías, identidades, prototipos, estereotipos, argumentos causales y cosmovisiones extraídas de sus comunidades. Todos estos son ejemplos de modelos mentales. Estos modelos influyen en lo que los individuos perciben y en el modo en que interpretan lo que perciben”. Los modelos mentales de los decisores nos llevan a los paradigmas, creencias, ideologías y representaciones que ellos tienen sobre la realidad.

Los psicólogos distinguen dos tipos de procesos utilizados por los individuos al pensar: los que son rápidos, automáticos, asociativos y no exigen esfuerzo, y los lentos, deliberativos, esforzados, seriales y reflexivos. Los psicólogos describen los dos modos, metafóricamente, como dos sistemas distintos de la mente: el sistema 1, el automático, y el sistema 2, el deliberativo (Kahneman, 2003; citado por Banco Mundial, 2015). Podríamos pensar que lo que prima es el pensamiento deliberativo pero esto no siempre es así, máxime aún si la toma de decisiones debe hacerse bajo presión política, económica o social. No son pocas las veces en las que las decisiones son tomadas a destiempo o tienen consecuencias no deseadas.

Existen dos estrategias básicas para la toma de decisiones en el ámbito gubernamental. La primera, la “concepción racionalista”, establece que una vez que el decisor conoce un problema, define claramente una meta y analiza exhaustivamente las alternativas para alcanzarla. Posteriormente, escoge entre ellas de acuerdo con una estimación de sus cualidades, en referencia al estado de cosas preferido, y se procede a generar un cambio “inmediato” y previamente definido.

La segunda estrategia corresponde al “Enfoque Incrementalista”, que procura adaptar la estrategia de toma de decisiones a las capacidades limitadas de los decisores, reduciendo el espectro y el costo de la búsqueda de la información. (Morán y Bianchi, 2005). En el segundo enfoque los decisores pueden moverse entre una saludable propuesta adaptativa de aprender en el camino o caer en el sesgo de decisiones apuradas.

Una forma de estructurar las decisiones para trabajar en problemas de gestión o manejo de recursos naturales y problemas ambientales en el contexto de la producción agropecuaria y forestal es el método de toma de decisiones estructuradas (TDE). Este método consiste en aplicar un pensamiento sistemático donde luego de definir el problema cuidadosamente se trata de conectar decisiones con objetivos mediante la construcción de modelos que ayuden a predecir el comportamiento del sistema ante cada decisión alternativa, evaluando sus consecuencias, permitiendo en última instancia tomar las decisiones óptimas para alcanzar el o los objetivos planteados (Zaccagnini y colaboradores, 2014).

Por todo ello, es necesario indagar más sobre los patrones y trampas de pensamiento de los decisores para corregirlos. Al respecto, el Banco Mundial (2015) nos dice que “si se presta atención al modo en que los seres humanos piensan (los procesos de la mente) y al modo en que la historia y el contexto configuran el pensamiento (la influencia de la sociedad), se puede mejorar el diseño y la implementación de las intervenciones y las políticas de desarrollo que se centran en la elección y la acción (conducta)”.

Algunas de las trampas de pensamiento identificadas en los decisores socioambientales se presentan como dilemas:

  • Pragmatismo-idealismo
  • Reduccionismo- holismo
  • Eficientismo – inacción
  • Presión – convicción

Exploremos cada uno de estos dilemas:

  • Pragmatismo-idealismo: Esta es una disyuntiva entre tomar decisiones rápidas, prácticas e inmediatas y decisiones que apunten a fortalecer la situación ideal del tema en cuestión. Se asume que el decisor pragmático es ejecutivo y se orienta por los resultados inmediatos (mediatizado por los tiempos políticos). Por el contrario el decisor idealista es visto ya sea como un gran estadista o visionario o alguien que no pisa tierra.
  • Reduccionismo- holismo: Aunque todos los decisores hablan de la importancia del enfoque de desarrollo sostenible no todos están de acuerdo en el tratamiento de cada una de estas variables. Para algunos nada se puede hacer si es que no pasa por una racionalidad económica. En esa misma dirección otros consideran que todo debe subordinarse a los enfoques ambientales. Asimismo, hay quienes plantean que se privilegie la cuestión social. Lo curioso es que estas perspectivas unidimensionales pueden llevar a la inacción o a la distorsión de la realidad. Pero el reduccionismo no solo trata de dimensiones sino también de asociaciones a colores políticos (“rojo” o “verde”). Ello lleva por ejemplo a cuestionar o deslegitimar todo aquello que tiene cierta coloración política. Esta es una manera de simplificar la realidad a categorías o etiquetas.

En el otro extremo un pensamiento “holístico” con apariencia de totalizador puede ser paralizante cuando en nombre del balance de las dimensiones o el abordaje del total de los factores se produce un débil entendimiento de la complejidad y se debilita su entendimiento y tratamiento.

  • Eficientismo – inacción: Cuando la búsqueda de resultados se convierte en ideología muchas veces se cae en reduccionismos y lo que interesan son las metas cuantitativas “a cualquier costo” lo que implica descuidar o subestimar por ejemplo las consideraciones sociales y ambientales en nombre del crecimiento económico que se convierte en el indicador máximo de éxito de gestión socioambiental. Al amparo de esta propuesta de aparente efectividad por ejemplo se plantea eliminar las trabas burocráticas o debilitar la consulta previa a los pueblos indígenas por constituir, desde su perspectiva, un factor que ahuyenta las inversiones. En el otro extremo, se encuentra la inacción porque se “racionaliza mucho” la situación, no se la piensa porque no es prioridad, o demora tanto que cuando se toma la decisión ya es inoportuna.
  • Presión – convicción: Cuando las decisiones de los gestores están sujetas a la presión de actores económicos, políticos y sociales su viabilidad va estar en función del grado de legitimidad que tengan del total de los actores involucrados. Si una de las partes interesas no se siente representada entonces ejerce presión que puede incluso llevar a desestimar la decisión ello independientemente de la consistencia que pueda tener. En el otro extremo se encuentra el campo de la convicción cuando el decisor cree honestamente que es la mejor decisión para todos, aunque la sola creencia de la certidumbre del decisor no garantiza que sea la decisión más racional y coherente.

Cierto es que la realidad socioambiental es compleja e incierta y que se requiere que el decisor esté consciente de sus pautas mentales que les ayude a tomar las mejores decisiones. Pero la realidad ha demostrado que enfoques de comando y control son insuficientes para un buen proceso de toma de decisiones y se requiere fortalecer enfoques y prácticas de gobernabilidad y gobernanza que conlleven a que las decisiones sean producto de un diálogo intercultural, democrático y fructífero, en el que las decisiones sean producto de amplios procesos participativos y de reflexión y propuesta colaborativos.

Quiere decir entonces que no se trata solamente de las pautas mentales de los decisores sino también las pautas mentales de la sociedad civil y de los actores. Esto es un diálogo de sistemas y de intersubjetividades para encontrar respuestas que incorporen la subjetividad de los interesados en la racionalidad de lo que se está tratando.

Esto lleva a fortalecer competencias dialógicas de todas las partes, procesos en los que no se trata de convencer al otro sino de construir juntos realidades y significados compartidos. Para que eso suceda este diálogo intercultural no está exento de tratar con la ética, la transparencia, la buena fe y con información apropiada, pertinente y oportuna.


Literatura revisada:

Banco Mundial. 2015. Informe sobre el desarrollo mundial 2015: Mente, sociedad y conducta, cuadernillo del “Panorama general”, Banco Mundial, Washington DC. Licencia: Creative Commons de Reconocimiento CC BY 3.0 IGO

Morán, Alberto E. y Bianchi, Gustavo F. 2005 “Toma de decisiones ambientales: apuntes para un marco conceptual y meteorológico“. Argentina: Universidad Nacional de General San Martin. Escuela de Posgrado. Cátedra Unesco Cousteau en Ecotecnia

Ráez, E. y Dourojeanni, M. 2016. Los principales problemas ambientales políticamente relevantes en el Perú. Lima: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Fundación Pronaturaleza, Instituto Prensa y Sociedad (IPYS), Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA), Universidad Científica del Sur.

Zaccagnini, María Elena; Goijman, Andrea P.; Conroy, Michael J. y Thompson, Jeffrey J. (Editores) 2014. Toma de decisiones estructuradas para el manejo adaptativo de recursos naturales y problemas ambientales en ecosistemas productivos. Conceptos, metodologías y estudios de casos en Argentina. Buenos Aires: Ediciones INTA.

Fuente artículo: http://pcnpost.com/rodrigo-arce-sobre-patrones-y-trampas-del-pensamiento-para-la-gestion-socioambiental/

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La ciencia para el desarrollo sostenible (Agenda 2030) – Parte 1

Por Hebe Vessuri

Resumen
Si aceptamos que un tema se convierte en una cuestión científica “emergente” o “nueva” cuando la comunidad científica lo considera importante, entonces en base a distintas perspectivas científicas, el compromiso experto y otras visiones estándar, la idea de que el continuado funcionamente del sistema Tierra, que ha sostenido el bienestar de la civilización humana en siglos recientes está en riesgo, es una de esas cuestiones.

Si no se desarrollan acciones serias, la implicación es que pudiéramos enfrentar amenazas adicionales al agua, los alimentos, la biodiversidad y otros recursos críticos: estas amenazas podrían intensificar las crisis económicas, ecológicas y sociales, creando el potencial de una emergencia humanitaria a escala global. La Declaración del 2012 sobre el Estado del Planeta es un hito significativo en esta mayor toma de conciencia.

Hemos llegado a reconocer que nuestros sistemas económicos, sociales, culturales y políticos, crecientemente interconectados e interdependientes, han ejercido presiones sobre el ambiente que pueden causar cambios fundamentales en el sistema Tierra y llevarnos más allá de los límites naturales seguros. Pero la misma interconectividad proporciona el potencial de encontrar soluciones: pueden surgir nuevas ideas y diseminarse rápidamante, creando el impulso para la mayor transformación requerida hacia el logro de un planeta verdaderamente sostenible. El desafío definitorio de nuestra era es salvaguardar los procesos naturales de la Tierra para asegurar el bienestar de la civilización erradicando la pobreza, reduciendo el conflicto sobre los recursos, y dando soporte a la salud humana y de los ecosistemas.

La elaboración de agendas de la ciencia para la sostenibilidad en el año 2030 no es soñar despiertos o imaginarnos futuros abiertos. Aunque las líneas gruesas de continuidad con el pasado reciente y el presente son difíciles de cambiar, siempre hay cambio y transformación. El Sistema de las Naciones Unidas se ha comprometido en esfuerzos para lograr el desarrollo sostenible hasta el 2030 y más allá. Quince años son un período breve cuando observamos la velocidad con la que cambia la ciencia. De este modo, los 17 Objetivos del Desarrollo Sostenible y las 169 Metas en el Documento de Naciones Unidas Transformando Nuestro Mundo: la Agenda para el Desarrollo Sostenible 2030 (2015) buscan construir sobre los Objetivos de desarrollo del Milenio y completar lo que ellos no consiguieron. La agenda, puede entenderse como contribuyendo a un mapa de ruta para las acciones en el campo de las políticas en áreas de importancia crítica para la humanidad y el planeta.

Contexto e importancia del problema

Dentro de quince años, imaginemos un mundo crecientemente urbano de más de 8 mil millones de habitantes, con un crecimiento poblacional todavía concentrado en las regiones menos desarrolladas que luchan para proveer incluso a su población actual. Esta población mundial explosiva creará mayores presiones sobre los recursos que ya son escasos de agua, alimentos y energía, conduciendo potencialmente a crecientes niveles de pobreza y conflictos.

Se requerirán nuevos avances tecnológicos para superar las limitaciones en la producción de alimentos, asegurar recursos energéticos sostenibles, y enfrentar las necesidades médicas de una población en aumento y cada vez más vieja. A pesar de los adelantos médicos y las campañas de vacunación, las enfermedades infecciosas y las pandemias globales seguirán siendo una amenaza seria mientras que habrá un creciente predominio de enfermedades
crónicas asociadas con la edad y estilos de vida sedentarios.

Como si esto no fuera suficiente desafío, la mitigación y adaptación al cambio climático, la lucha contra la contaminación, la preservación de hábitats naturales, y el mantenimiento de un elevado nivel de biodiversidad demandarán acciones globales, en el clima político y económico impredecible del futuro.

El progreso en ciencia y tecnología continuará siendo una fuerza importante que dará forma al desarrollo social y económico. Por otro lado, la sociedad juega un papel importante en influenciar la agenda de investigación, facilitando o impidiendo el desarrollo de la ciencia a través de decisiones de financiamiento, y en promover u obstaculizar la colaboración internacional. Nuestra sociedad global, altamente interconectada, tiene el potencial de innovar rápidamente. Un nuevo paradigma de la ciencia para sostenibilidad ha estado adquiriendo mayor importancia. La comunidad científica internacional debe reorganizarse rápidamente para enfocarse en las soluciones de la sostenibilidad global. Debemos desarrollar una nueva estrategia para crear y traducir rápidamente el conocimiento en acción, en un nuevo contrato entre la ciencia y la sociedad, con compromisos de ambas partes.

“A medida que el consumo se acelera en todas partes y surge una población mundial, ya no es suficiente trabajar hacia un ideal distante de desarrollo sostenible. La sostenibilidad global debe volverse un fundamento de la sociedad. Puede y debe ser parte de la base de los estados nación y del tejido de las sociedades” (Declaración del Estado del Planeta 2015).

La confianza en la ciencia y la credibilidad de los científicos a los ojos del público y los tomadores de decisiones son cruciales para que la ciencia florezca y tenga una influencia sobre la política. Sin embargo, han sido afectados por un poderoso ataque caracterizado por la negación del cambio climático y la fijación ideológica sobre ‘los libres mercados’ y el auto-engaño por parte de los industriales, banqueros, financistas y agencias “reguladoras” gubernamentales ligados al complejo de la combustión del carbono, en nombre del empleo, el crecimiento y la prosperidad. Mientras que hay conocimiento sobre lo que está ocurriendo, la sociedad humana parece incapaz de detenerlo. En efecto, el aspecto más sorprendente de la situación es cuánto la gente sabe y cuán incapaces parecen ser de actuar sobre lo que conocen. Claramente, el conocimiento no se traduce de manera simple en poder. Para modificar positivamente la cultura organizacional, para racionalizar el ecosistema institucional responsable de formular, monitorear y evaluar la política de la ciencia, la tecnología y la innovación y los instrumentos de política, y para mejorar la gobernanza con todo lo que implica en términos de estabilidad política, efectividad de gobierno y control de la corrupción, el nexo entre las ciencias naturales, las ciencias sociales y las ciencias económicas es crucial.

La escala y ambición de la nueva Agenda requiere un Partenariado Global revitalizado para asegurar su implementación trabajando en un espíritu de solidaridad, especialmente con los más pobres y las personas en situaciones vulnerables. Necesita reunirse a los gobiernos, el sector privado, la sociedad civil, el sistema de Naciones Unidas y otros actores movilizando todos los recursos disponibles. Cada país es primordialmente responsable de su propio desarrollo
económico y social, pero guiado por el nivel global de ambición. De eata manera, el financiamiento público, nacional e internacional, jugará un papel clave en proporcionar servicios esenciales y bienes públicos y en catalizar otras fuentes de financiamiento. El sector privado diverso, desde las micro-firmas a las cooperativas y las multinacionales, y las organizaciones de la sociedad civil y organizaciones filantrópicas todos tienen un papel en la implementación de la Agenda 2030.

Megatendencias observables relacionadas con los objetivos y metas del desarrollo sostenible 

La consideración de una cantidad de megatendencias observables relacionadas con los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODSs) parece un ejercicio relevante. Las tendencias demográficas pueden delinearse bastante bien hasta más allá de los próximos 15-20 años. Hacia el 2030, la población mundial se espera que supere los 8,3 mil millones de personas. La mayor parte del crecimiento total abarcará la población en regiones menos desarrolladas, pasando de 5,6 mil millones a 7 mil millones en 2030. Africa sub-sahariana, que incluye algunos de los países más pobres del mundo, se proyecta que experimente más de un 50 por ciento de aumento en su población (ODS 1). En contraste, la población de las regiones más desarrolladas se espera que cambie mínimamente, ampliando más la brecha entre las naciones ricas y pobres. La población del 2030 será más urbana que nunca. En las próximas dos décadas la población urbana se proyecta que crezca firme hasta ser el 60 por ciento de la población mundial, con la mayor parte del crecimiento ocurriendo en las regiones menos desarrolladas. En general, las áreas urbanas se espera que absorban todo el crecimiento poblacional global, y que atraigan algo de la población rural. La urbanización rápida, en particular el crecimiento acelerado de las grandes ciudades y de las áreas pobres asociadas, plantea desafíos específicos que incluyen
el transporte, el desempleo, la pobreza, el acceso al agua limpia y la sanidad, la degradación ambiental y la contaminación, y cuestiones asociadas de salud (ODS 11, 8).

Globalmente, el predominio de los desafíos de la salud asociados con la edad está creciendo. En las regiones más desarrolladas, la población de 60 años o más se espera que aumente 40 por ciento en las próximas dos décadas, pasando
del 21 por ciento de la población en 2009 a casi el 29 por ciento en 2030. La población mayor de las regiones menos desarrolladas se proyecta que aumente más del doble, desde el 8 por ciento de la población en 2009 a más del 14 por ciento en 2030. Aunque la población de todos los países está envejeciendo, seguirá siendo relativamente joven en países donde la fertilidad todavía es alta. La población más joven se encontrará entre los países menos desarrollados, en su mayoría en Africa Sub-Sahariana.

El rápido crecimiento poblacional junto con una estructura de edad joven plantean desafíos a la provisión de educación, empleo, salud y servicios de seguridad social. Sobre todo, va a cambiar la naturaleza de los problemas de salud. El envejecimiento de la población resultará en aumentos significativos de la mayoría de las enfermedades no trasmisibles, en particular los cánceres. Las cuatro principales causas de muerte globalmente (incluyendo los países de bajos ingresos) en 2030 se proyecta que sean la cardiopatía isquémica, la enfermedad cerebrovascular (infarto cerebral), la enfermedad pulmonar obstructiva crónica y las infecciones respiratorias inferiores (principalmente neumonía). En países de bajos ingresos la lucha contra una cantidad de enfermedades trasmisibles mortales y ampliamente difundidas, que incluyen infecciones respiratorias agudas, enfermedades diarreicas, tuberculosis, malaria, sarampión y SIDA, continúa.

Las enfermedades epidémicas ampliamente distribuidas y las pandemias globales siguen siendo una amenaza, en parte debido al crecimiento poblacional mal manejado en los ambientes urbanos del mundo en desarrollo (ODS 3). El crecimiento poblacional y la continua urbanización aumentará mucho la presión sobre los ecosistemas (ODS 6, 14, 15). Numerosos servicios ecosistémicos de los cuales dependemos, ya están siendo degradados o usados de maneras insustentables, incluyendo las pesquerías de captura y la provisión de agua. En la actualidad hay especies que se extinguen a la tasa más elevada desde del último evento global de extinción masiva. La conversión de tierra a usos agrícolas continúa siendo el principal factor que amenaza la biodiversidad, pero en algunas regiones otros factores, como la acumulación de nitrógeno y fósforo en ríos, lagos y aguas costeras, la acidificación de los océanos y los efectos potenciales del cambio climático, se vuelven crecientemente importantes, también con serias consecuencias para la salud humana. Los escenarios de cambio ambiental más publicados proyectan continuos niveles elevados de extinciones y pérdida de hábitats, con reducción asociada de algunos servicios ecosistémicos importantes para el bienestar humano.

Si se empuja a los ecosistemas más allá de ciertos umbrales o puntos de inflexión, hay un riesgo elevado de pérdida dramática de biodiversidad y la degradación subsiguiente de una amplia gama de servicios ecosistémicos. La degradación ecosistémica no es lo mismo que la escasez de recursos. Los recursos disponibles a la humanidad aumentan
constantemente, y es probable que continúen haciéndolo Esta es la razón por la cual las profecías catastróficas de escasez de recursos probablemente estén fuera de lugar.

En cambio el temor de una degradación ecológica está demasiado bien fundado. El futuro puede ver al Homo Sapiens logrando el control sobre una cornucopia de nuevos materiales y fuentes de energía, mientras que simultáneamente destruye lo que queda del hábitat natural y llevando a la extinción de la mayoría de las especies restantes. De hecho, el desorden ecológico puede poner en riesgo la vida misma del Homo sapiens.

La importancia de entender y abordar problemas de gobernanza y seguridad son ilustrados por los desarrollos con cultivos genéticamente modificados, los xeno-transplantes, la expropiación de genes humanos por el patentamiento, la ingeniería eugénica de la empresa privada. Los rasgos estructurales de la economía global del conocimiento fuerzan a los gobiernos a roles contradictorios, actuando a la vez como promotores de la empresa de negocios global en el sector del conocimiento y también como reguladores a favor de un público sofisticado y desconfiado que demanda seguridad.

A medida que la tecnología se hace más sofisticada en su manipulación de la información biológica y electrónica, las posibilidades de efectos inesperados se ramifican fuera de control. Las cuestiones sobre la seguridad pueden parecer
paradójicas y plantean nuevos desafíos en el manejo de la incertidumbre, la ignorancia y el peligro (ODS 16). La producción total de alimentos ha aumentado dos veces y medio mientras que la cantidad de personas en el mundo se ha más que duplicado desde 1960. Sin embargo, esto ha sido parcialmente a costas de otros servicios ecosistémicos. E independientemente del aumento de la producción de alimentos, luchamos para alimentar a la población global. El aumento reciente en la inseguridad alimentaria no fue resultado de la disminución de la producción de alimentos sino que se debe a que los precios elevados de los alimentos y los ingresos más bajos han reducido el acceso a los alimentos.
En 2009, poco más de mil millones de personas estaban desnutridas en el mundo. Para alimentar a la población en creciente aumento, la producción de alimentos tienen que aumentar un 40 por ciento hasta el 2030. Esto crea un desafío importante para las próximas décadas.

En un mundo crecientemente urbano, se necesitarán nuevas tecnologías para cultivar en menos tierra disponible, con menos manos. Al mismo tiempo, el cambio climático y una producción de biocombustible incrementada representan amenazas importantes para la seguridad alimentaria en el largo plazo (ODS 2, 5). La provisión de agua insuficiente y contaminada sigue siendo una preocupación mayor en muchas regiones, junto con recursos y capacidades inadecuados para gestionar este recurso. Hoy el 13 por ciento de la población mundial vive sin accesso al agua potable mejorada, y el 39 por ciento no tiene acceso a la sanidad mejorada. En ausencia de políticas y acciones de gobierno adecuadas, casi la mitad de la población mundial en 2030 se proyecta que viva en áreas de elevada presión por el agua.

La agricultura es el mayor consumidor de agua fresca; el 70 por ciento de todas las captaciones de agua fresca van a la agricultura de riego. Como en las décadas venideras la demanda de alimentos irá en aumento, será necesaria la eficiencia del uso del agua mejorada para asegurar una adecuada producción y oferta de alimentos. El impacto combinado de los cambios globales, incluyendo el crecimiento poblacional, la urbanización y el cambio climático, plantean enormes presiones sobre los sistemas de agua fresca, mientras que crecen los riesgos de inundaciones y sequías (ODS 6, 12).

Hay un marcado crecimiento en la demanda de bienes de las industrias mineras y metalúrgicas. Una cuestión crítica es la distribución geográfica de los recursos. De esta forma, la provisión es particularmente vulnerable a cambios en los marcos económicos-geopolíticos. Adicionalmente, muchas reservas conocidas están ubicadas en regiones en desarrollo con condiciones políticas inestables y donde una falta de infraestructura plantea desafíos a la extracción, procesamiento y transporte. La explotación de recursos naturales en las Regiones Polares es un área de creciente debate (ODS 9, 10).

En los próximos años, el logro de la seguridad energética global, el enfrentamiento de las crecientes necesidades energéticas de los poderes económicos en ascenso en el mundo en desarrollo, al igual que la atención del cambio climático y otras cuestiones ambientales serán las principales preocupaciones en el sector de energía. Con las tecnologías actuales, la continua dependencia de los combustibles fósiles probablemente tendría consecuencias críticas
para el cambio climático, la acidificación de la tierra y el agua y la salud humana. En ausencia de cambios de política y con limitaciones de la oferta de energía, la demanda energética mundial proyecta elevarse un 40 por ciento hacia el 2030, donde los países no OCDE representarían más del 90 por ciento. La China y la India solas representan una mitad de la demanda incremental y así es como los combustibles fósiles se espera que sigan siendo la fuente dominante de energía mundialmente. Sin embargo, en un país como Alemania, ubicado en segundo lugar en Europa en relación con los elevados precios de la electricidad de consumo doméstico, el apoyo público de su energiewende –una transición agresiva a la energía renovable- se encuentra en un impresionante 92 por ciento. El apoyo se enraiza en una cultura eco-amigable, un deseo colectivo de abandonar la energía nuclear, y leyes que permiten a los ciudadanos beneficiarse de vender su energía a la grilla eléctrica. Aproximadamente el 27 por ciento de la electricidad de Alemania en 2014 provenía de fuentes renovables; el objetivo es lograr que lo sea al menos el 80 por ciento en 2050 (ODS 7, 13).

La población del 2030 creará nuevas demandas masivas de transporte.

En los próximos años, el transporte de personas y bienes crecerá rápidamente, impulsado principalmente por el rápido crecimiento económico en el mundo en desarrollo. La infraestructura de transporte necesaria, sin embargo, se desarrolla más lentamente, generando congestión del tráfico, contaminación y elevadas tasas de accidentes. Los accidentes de tránsito vial se espera que se eleven de ser la novena causa de muerte globalmente en 2004 a la quinta en 2030. En ausencia de cambios de política, la cantidad total de vehículos utilitarios se proyecta que crezca de un estimado de 650 millones en 2005 a 1,4 mil millones en 2030. La mayor parte de este incremento proviene de países no OCDE, con China sola dando cuenta de casi un cuarto de las emisiones de CO2 relacionadas con la energía global. Dadas las tendencias actuales, se espera que el uso de energía de transporte y las emisiones de CO2 aumenten un 50 por ciento en 2030. Combustibles más limpios y vehículos más eficientes serán críticos en la mudanza hacia un transporte más sostenible (ODS 11, 13).

El futuro es más caliente. Hasta el 2030, se proyecta una elevación de la temperatura de aproximadamente 0,2°C por década para una gama de escenarios de emisiones. Después, las proyecciones de temperatura se hacen crecientemente dependientes de escenarios de emisiones específicos. Se espera que el calentamiento será mayor en la tierra y en las latitudes nórdicas más altas, y menor en el Océano Sur y en el norte del norAtlántico, continuando tendencias recientes. El calentamiento reducirá la resiliencia de muchos ecosistemas, aumentará el riesgo de extinción de especies, agravará la presión sobre los recursos de agua y alimentos, y posiblemente aumentará la cantidad e intensidad de patrones de tiempo extremos. Las regiones menos desarrolladas son particularmente vulnerables y Africa probablemente sea el continente más vulnerable, en parte porque la capacidad adaptativa de Africa es relativamente baja debido a sus recursos y gobernanza limitados, con conflictos que exacerban la situación. Mientras que en latitudes medias y altas la producción de alimentos pudiera incluso aumentar, en latitudes más bajas, especialmente en regiones estacionalmente secas y tropicales, la productividad de los cultivos se proyecta que disminuya incluso con relación a pequeños aumentos locales de la temperatura.

En los años por venir, en algunos países africanos, los rendimientos de la agricultura de temporal pudieran reducirse hasta el 50 por ciento. Esto, combinado con el rápido crecimiento poblacional en las áreas ya inseguras en términos de energía y alimentos, pudiera tener consecuencias desastrosas con una cantidad de conflictos y refugiados relacionados con el cambio climático (ODS 13, 12).

Fuente: http://www.unesco.org/new/fileadmin/MULTIMEDIA/FIELD/Montevideo/pdf/PolicyPapersCILAC-CienciaAgenda203-ES.pdf

Imagen de dominio publico tomada de: https://pixabay.com/p-1182713/?no_redirect

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Al Jaber preside delegación de los EAU en la Reunión Anual de Ministros del Grupo de los 77 y China

Emiratos Arabes Unidos/Septiembre 2016/Noticias/http://www.beijingbulletin.com

Reseña:

Señala el New York septiembre, 2016 (WAM) –  que el Dr. Sultan Ahmed Al Jaber, Ministro de Estado EAU, ha presidido la delegación de los EAU en la Reunión Anual de Ministros del Grupo de los 77 y China, celebrada en Nueva York en el marco de la 71 sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Él hizo la declaración EAU en este encuentro, Destacó la necesidad de aprovechar la fuerza del G77 para hacer frente a los retos más urgentes de hoy, con el compromiso de los EAU a los objetivos del desarrollo sostenible, el cambio climático, la potenciación de la mujer y la ayuda humanitaria. El Dr. Al Jaber destacó el papel del G-77 y China como la mayor organización intergubernamental de países en desarrollo en la ONU.expresando: «Es importante para el Grupo para mantener el impulso positivo hacia el logro de la sostenibilidad económica, social y ambiental para todas las naciones en vías de desarrollo».En ese sentoido el ministro de los EAU también hizo hincapié en la importancia de la inclusión activa de las mujeres, diciendo: «Los EAU reconoce que capacitar a las mujeres a nivel local como a nivel mundial, y su participación en todos los aspectos del desarrollo es una parte integral del éxito de nuestros objetivos colectivos.» y añadió: «Estamos orgullosos de acoger la primera oficina de enlace de la Mujer de la ONU en la región del golfo árabe.» El Dr. Al Jaber extendió una invitación a todos los miembros de la próxima Expo 2016 Global de Desarrollo Sur-Sur del 31 de octubre al 3 de noviembre en Dubai, donde los miembros del grupo, la ONU participantes del sector privado y tendrán la oportunidad de discutir y promover la soluciones innovadoras creadas por los países en desarrollo para ayudar en la consecución de los objetivos de desarrollo sostenible.

Fuente:

http://www.beijingbulletin.com/index.php/sid/247967975

Fuente imagen:

https://lh3.googleusercontent.com/ieowJcxkc_UnXFFRkB1Oza3p8ysT6j-xd3bN-X1vx55N9c5o8RvTHZb6Lb_b0ZPQcpejqQ=

 

 

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El octavo mandamiento: Destrabar responsablemente

07 de septiembre de 2016 / Por: Rodrigo Arce Rojas / Fuente: http://pcnpost.com/

En estos días se habla de la imperiosa necesidad de destrabar para favorecer la fluidez de las inversiones e incidir favorablemente en el crecimiento económico. Todo está bien en tanto la propuesta se inscriba en un enfoque integral de sostenibilidad, donde el crecimiento económico es un medio pero no la finalidad única.

En un contexto en el que los procedimientos y los trámites resultan engorrosos suena bien el hecho de destrabar. Aprovechando el objetivo compartido de facilitar la vida a personas e instituciones profundicemos lo que implicadestrabar.

Si partimos de la premisa que apuntamos a una gestión pública efectiva y responsable entonces tendríamos que entender primero la razón del trámite y procedimiento y cómo éstos contribuyen a la efectividad de la gestión en una mirada de atención al ciudadano (persona natural o jurídica) con los más altos estándares de calidad.

Sean los diversos usos de la información que se deriva del trámite (información, gestión, control, seguimiento) lo importante es definir cuál es la ruta crítica que hace que el trámite tenga sentido tanto para la administración pública como para el ciudadano (estoy pensando en hombre y mujeres). El problema es cuando el trámite solo se hace para cumplir un rito burocrático y no existe una administración efectiva de esa información.

Una gestión pública moderna debe ser capaz de administrar su información, convertirlo en conocimiento y toma de decisiones efectivas. De ahí se entiende la importancia de avanzar hacia el gobierno electrónico y todo aquello que permita un proceso rápido de toma de decisiones. Pero no estamos hablando de simples decisiones discrecionales del funcionario/funcionaria, sino de decisiones responsables que en buena cuenta quiere decir decisiones de acción con gran sentido de responsabilidad social y ambiental.

Esto significa que destrabar no significa de ninguna manera subestimar, reducir o eliminar consideraciones de naturaleza social y ambiental. Si alguien está pensando que bajo la lógica de destrabar vamos atacar a la “legislación ambiental agresiva”, los “conservacionistas opositores al progreso” o vamos a relativizar el ejercicio de derechos humanos lo invito a revisar si su posición se inscribe en los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Destrabar tiene que ver con una mejor gestión de la información y la administración de materia y energía. Ello implica identificar el paso innecesario, la duplicidad de información, buscar la forma de ahorrar materiales (papeles, tintas, estantes, etc.), energía (física, psicológica, etc.) y personal (mirando el Estado como un sistema y no como un sector o dependencia). De ahí la necesidad de seguir avanzando en el tema de informatización de todos los procesos de la administración pública.

Significa también pasar de una mirada de recurso o producto a una mirada de gestión de sistemas a partir de la identificación de problemas de frontera. Los temas no son absolutamente sectoriales como hablar de árboles o de peces o de rocas, sino que cada uno de estos recursos se ubica en un sistema en el cual interactúan personas, ideologías, valores, intereses, agendas, proyecciones que escapan largamente a una visión sectorializada.

La informalidad o ilegalidad no se resuelve desde miradas sectoriales y se requiere el concurso de diversos especialistas, sectores y niveles de gobierno, incluyendo a los propios actores involucrados en la informalidad o ilegalidad. Es lo que se llama la comunidad extendida de pares que busca de manera creativa los caminos de la transformación con enfoque de sostenibilidad.

Bienvenida entonces las inversiones responsables y los procesos responsables de simplificación administrativa en el marco de una gestión pública efectiva en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Fuente artículo: http://pcnpost.com/rodrigo-arce-el-octavo-mandamiento-destrabar-responsablemente/

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La ONU cifra en 130 millones la cantidad de personas que precisan ayuda humanitaria

19 de agosto, 2016 — El Secretario General de la ONU dijo hoy que 130 millones de personas precisan de asistencia humanitaria para subsistir y señaló que si todas ellas se unieran, conformarían el décimo país más poblado del planeta.

En su mensaje por el Día Mundial de la Asistencia humanitaria que se celebra cada 19 de agosto, Ban Ki-moon recordó a las personas que enfrentan diariamente “opciones imposibles” y exaltó la tarea de los trabajadores humanitarios y los voluntarios que les atienden, a menudo en las primeras líneas de crisis.

Ban pidió a todas las personas que se sumen a la iniciativa de Naciones Unidas “El Mundo que preferirías”, que busca recaudar financiamiento para el Fondo Central para Emergencias (CERF).

El lema elegido para la conmemoración este año, “Una humanidad”, busca evaluar los resultados y compromisos adquiridos en la Cumbre Humanitaria Mundial celebrada en Estambul en mayo pasado.

El responsable de Naciones Unidas recordó igualmente que los Objetivos de Desarrollo Sostenible suponen un plan que ha de servir para disminuir las necesidades y la vulnerabilidad de los más necesitados y la promoción de un mundo de paz, dignidad y oportunidad para todos.

Fuente: http://www.un.org/spanish/News/story.asp?newsID=35653#.V7ch-H9Suko

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