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Los libros de texto: la crítica y los poderes

Por: Roberto González Villarreal, Lucía Rivera Ferreiro, Marcelino Guerra Mendoza

No entramos en polémicas. Son una pérdida de tiempo.[1] No aportan nada, salvo el espectáculo de las descalificaciones. Por eso no nos detendremos en los obvios problemas de comprensión lectora, las disonancias y distorsiones cognitivas, las falsedades y demás. Quedan ahí, para solaz esparcimiento del respetable.

Otra cosa son los debates; pero nadie se los plantea en estos tiempos, menos aún en las redes sociodigitales. No es su lugar, y en realidad casi siempre son formas edulcoradas de las diatribas o reuniones entre colegas que piensan igual.

Los textos están ahí: a quienes les sirvan para pensar cosas de otros modos, lo celebramos; a quienes no, siempre pueden desecharlos. Búsquense otros, o háganlos, sería mejor. O repitan una y otra vez que algunos argumentos no son científicos, ni pedagógicos, ni didácticos, ni de la edad adecuada, ni de los autores correctos, ni están con los políticos pertinentes, ni con …

Sabemos muy bien cómo funcionan los poderes del discurso. No se preocupen, no citaremos a Foucault ni a otros tantos. Los teóricos son para usarlos, no para revestir las intervenciones con mantos sagrados, o presuntamente sagrados, siempre para unos, no hay que suponer que quienes conformaron la Coalición por la Calidad de la Educación reconozcan a Enrique Dussel. ¡Por Dios!

Ni que los exfuncionarios del INEE adviertan que Lazzarato tenga algo interesante que decir; o que el Bifo pueda aportar cosas relevantes para la comprensión del mundo que se está formando y en el que se van a desarrollar los niños, niñas y adolescentes; mucho menos que Haraway sea una voz indispensable en la configuración ético-política de un porvenir alterativo.

Tampoco que los de Educación con rumbo consideren las co-creaciones de Gustavo Esteva, o piensen que los pluriversos de Escobar sean importantes para pensar mundos y educaciones en las que quepan muchos mundos y múltiples formas educativas. ¡No hay que pedirle peras al olmo!

Sobre todo, desde hace mucho tiempo pensamos que a los autores que amamos hay que usarlos más y citarlos menos; machacarlos, sorberles el tuétano, para luego abandonarlos, pensar por cuenta propia y cuestionar, formular problemas y estrategias. En eso radica el pensamiento crítico. No en la reverencia a otros, sean quienes sean.

La teoría es gris, decía el clásico, verde el árbol resplandeciente de la vida. Lo que se le olvidó es que la teoría también forma parte de los juegos del poder. Los expertos lo saben muy bien, pretenden ser los poseedores de la verdad, por eso se venden, o se juntan con los poderosos, como lo vimos con Calderón y la ACE, o con Peña Nieto y la reforma constitucional 2012-2013, o en aquella iniciativa entre académicos y el PRIANRD, más  MC, en la reforma constitucional de 2019, llamada  Mantiene, Mejora e Innova, que terminó apoyando MORENA.[2]

Así que no vale la pena involucrarse en polémicas con quienes fueron desplazados, o desplazadas, de las oficinas y las mentes de la SEP, pero mantienen, ¿cómo no va a ser?, cercanías con los opositores del gobierno actual, que son los mismos que pidieron la represión al magisterio en lucha -¿necesitan ver el video de Claudio X. González?; los mismos que callaron frente a los asesinatos de maestros; quienes voltearon la vista cuando el ejército transportaba docentes a las evaluaciones; quienes colaboraron con la guerra mediática contra los maestros, mientras durante años y años ignoraron las corruptelas y las múltiples formas de violencia del SNTE.

Son también los mismos que ahora se desgañitan con la presunta falta de respeto a los procedimientos normativos en los libros de texto, cuando se quedaron bien calladitos en diciembre de 2013, mientras el Senado aprobaba la reforma constitucional del Pacto por México en menos de 24 horas.[3]

Ética de la insolencia

Consideramos que la crítica es una tarea indispensable; hay que mostrar una y otra vez cómo funciona el poder, cómo se ejerce, cómo ensambla los discursos, las ciencias y los saberes, con la violencia ruda y cruda;[4]  cómo se acoplan organismos empresariales, oficinas de gobierno, departamentos universitarios, revistas, comunicadores, periodistas, comentaristas, bots y demás, para imponer cursos de acción, conceptos, teorías, libros y demás.[5]

Y peor aún: cómo esos ensamblajes penetran hasta críticos y adversarios; cómo son recuperados por algunas resistencias magisteriales que no son capaces, o no quieren, o no saben cómo fugarse de esas cárceles cognitivas vueltas sentido y lugar común. [6]

Advertimos, y también se enojaron algunas dirigencias de la CNTE, que la reforma constitucional de 2019 no cancelaba la del Pacto por México, sino la mantenía, legitimaba y profundizaba; por eso lamentamos aquel fatídico grito de la Comisión Nacional Única de Negociación en Palacio Nacional “Ya cayó, ya cayó, la reforma ya cayó”. No era cierto, era un engaño; hoy lo reconocen.

El trabajo de la crítica no es acomodar los discursos o los hechos a los deseos del poder, ni del Estado, ni de las resistencias, ni mucho menos de los señores del capital y sus corifeos, sino el desafío de lo existente, el cuestionamiento de las verdades y las certezas. Las que sean.

Sin embargo, es necesario recordar que no basta comprender al mundo, hay que transformarlo.  ¡Ahora más que nunca! Junto al desmontaje de los poderes, es necesario vislumbrar las líneas de fuga, las rendijas por las que se puede escapar para no reproducir los poderes, que siempre se meten en los discursos, las mentes y los corazones de todos. Ese es el desafío.

Cuando aparecen otros gobernantes, otros funcionarios que insisten en el fin del neoliberalismo, en la cancelación de la reforma, en una revolución educativa, la crítica no debe callar.

Los derechosos no lo harán, repetirán sus glorias pasadas en nombre de la ciencia y la pedagogía, pero nosotras tenemos más trabajo que nunca, no sólo para desmontar los nuevos poderes, sino para profundizar, llevar más lejos, posibilitar lo nuevo, lo que no alcanza a surgir, lo que está atrapado todavía por los poderes de antaño. También los engaños y las simulaciones, las falsedades y las mentiras, porque de todo eso hay en los procesos convulsos y las transformaciones.

En el caso específico de los libros de texto, y en general del Nuevo Marco Curricular y Plan de Estudios de Educación Básica 2022 (MC-PE 22), hemos señalado algunas cuestiones que nos parecen relevantes para una crítica inconformista:

  1. La reforma constitucional de MORENA y aliados en 2019 NO canceló la reforma neoliberal del Pacto por México; en términos conceptuales y de gestión la mantuvo, legitimó y profundizó.
  2. La pretendida reforma de los libros de texto de 2019 fue un fracaso, en términos conceptuales, de diseño, de gestión y de resultados.
  3. Lo nuevo, lo verdaderamente nuevo propuesto por la IV T en educación fue la versión inicial del MC-PE 22, presentada a finales de enero de 2022.
  4. Los procesos de discusión y legitimación del Plan no pudieron desembarazarse de las viejas prácticas de los foros de participación social. Ahí están los hechos para quienes los quieran ver. Aunque también hay que reconocer: esta vez se reunieron también con las resistencias de la CNTE y otros colectivos magisteriales, quienes presentaron sus propuestas de educación alternativa.
  5. Lo más importante de la versión inicial del MC-PE 22 fue la problematización y los ejes articuladores. Pasar de la focalización en la trifecta pedagógica neoliberal -calidad, aprendizajes clave y evaluaciones- a la relevancia de la lucha contra desigualdades y exclusiones, representa un cambio paradigmático. Por fin alguien rompió, desde el gobierno, la hegemonía neoliberal en las concepciones pedagógicas de los últimos treinta años en México. No es para desdeñarse ni menospreciarse. Todas las diferencias, críticas y enojos de las oposiciones actuales se entienden desde ahí.
  6. En las versiones subsecuentes del MC-PE 22, estos planteamientos se fueron deslavando. Se puede entender por la correlación de fuerzas al interior y exterior de la SEP. Conceptos potentes y prometedores como el común, se fueron cambiando por otros más convencionales, como el de comunidad, y en su peor versión: la comunidad escolar; la lucha antipatriarcal se redujo a la igualdad de géneros; y así, hasta terminar en el berenjenal infumable de los programas analíticos y sintéticos, el codiseño y la contextualización; o las fases de aprendizaje que nunca se desarrollaron, o los campos..o…. En otro momento regresaremos sobre este punto.[7]
  7. Si el MC-PE 22 tuvo problemas, la familia de libros de texto está encontrando todavía más; otra vez en términos conceptuales, de diseño, de legitimación y de gestión política y administrativa. Hay algunos problemas en donde hasta la derecha tiene razón, y eso es preocupante.
  8. Una de las mayores dificultades de la nueva política curricular y de materiales, es la gestión de la SEP. Los tiempos para operarla se reducen y el magisterio ni la entiende, ni la comparte como para garantizar que la transformación sea efectiva. Al menos en este momento. No es necesario citar a Rockwell o a Ball para saber lo que eso significa en la puesta en acto.
  9. Los riesgos de que la revolución educativa termine como el parto de los montes, o como el engaño de la cancelación de la reforma educativa neoliberal, están ahí. No advertirlos es un desatino que a nadie de los que hemos luchado durante años contra la educación neoliberal nos interesa o nos conviene.
  10. Por eso no hay que callar. Hay que criticar, en el tono que sea, porque el silencio conlleva el peligro de re-editar lo que ocurrió en 2019.

Seguiremos por ahí, en investigaciones y textos de crítica y divulgación.

P. D.

El 6 de junio encontramos el tuit del Dr. Arriaga sobre nuestro artículo Libros de texto: entre fachos y arrogantes. Celebramos el tono jocoso. No le conocíamos ese rostro de funcionario con sentido del humor, esperamos lo muestre más seguido. El humor y la ironía siempre son agradables.

En una cuestión esencial estamos de acuerdo: las políticas educativas son el resultado de múltiples aspectos, no solo didácticos o curriculares, también económicos, políticos, espaciales, ecológicos y demás. Es lo que ocultan los pedagogos de la derecha, porque se escudan en la política de la verdad de los poderosos.

En otras ocasiones no le gustarán nuestros textos. Así es esto. Ojalá recordemos siempre el buen humor. Y esperemos que pronto podamos llamarlo palurdo peligroso. Será nuestro reconocimiento de que el Plan de Estudios 22, sus libros y sus prácticas, en verdad son una revolución educativa. Mientras tanto…


[1] No citaremos a Deleuze sobre el tema, no se preocupen.

[2] Como mostramos en La continuidad neoliberal .

[3] Los poderes percutidos

[4] Que Nochixtlán no se le olvide nunca, ni  al sargento Nuño y a los académicos que callaron.

[5] Anatomía política de la reforma educativa

[6] El canon crítico de la reforma educativa. Un devenir subordinado   

[7] De eso va nuestro próximo Cuaderno de batalla: Lo que usted quería saber sobre el Plan de Estudios 22 pero no se atrevía preguntar.

Fuente de la información: https://insurgenciamagisterial.com

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Del Programa Sintético al Programa Analítico. El corazón de la NEM

Por: Abelardo Carro Nava

 

«En sentido estricto pienso que, entre el Programa Sintético y el Programa Analítico se encuentra el corazón de la Nueva Escuela Mexicana.»

Después de algunas décadas en que los planes de estudio completamente prescriptivos marcaron la ruta del quehacer educativo y docente en las escuelas, estamos en la antesala de la aplicación de un Plan de Estudio (el 2022) que, de cierta forma, busca superar la idea de que todo lo que deba ser enseñado en los planteles escolares deba ser de la misma forma y, tal vez, con el mismo criterio porque, con ello, supuestamente se lograrían los aprendizajes esperados. Así sucedió en el 2011 y su consecuente Plan de Estudio que, bajo un enfoque basado en competencias, dichos aprendizajes esperados se volvieron pieza medular para la generación del conocimiento debido a que éstos eran (aún lo son) el punto de partida para la enseñanza. De igual manera sucedió en el 2017 con el Plan de Estudio que, bajo un enfoque competencial, los aprendizajes clave colocaron a las competencias como el punto de llegada porque, después de haber transcurrido tan solo 6 años de la implementación del 2011, alguien determinó así debería ser y no de otra manera.

En medio de este asunto, el tema de la calidad educativa y su consecuente evaluación, puso en el centro la medición de los aprendizajes de las niñas, niños y adolescentes (NNA) a través de exámenes estandarizados; cómo olvidar la prueba del Programa Internacional para la Evaluación de los Estudiantes (PISA) o la Evaluación Nacional de Logros Académicos en Centros Escolares (ENLACE), o también, el examen que se desprendía del Plan Nacional para la Evaluación de los Aprendizajes (PLANEA); pruebas o exámenes estandarizados que, indudablemente, buscaban medir la idoneidad de un estudiante para “enfrentar” los retos del mundo contemporáneo; esto sin considerar que, por ejemplo, las diferencias socioeconómicas, culturales o familiares de los NNA influían e influyen en la adquisición de dicho aprendizaje, sin olvidar las prácticas de enseñanza y, desde luego, todo lo que ocurre en la escuela.

Se evaluaba parejo, no había de otra y, por supuesto, los números, los datos, las estadísticas, redujeron un proceso de evaluación de tal envergadura a una simple y llana mirada cuantitativa sin que lo cualitativo fuera tomado en cuenta. Ello podría explicar ¿por qué el maestro o la maestra tenía que enseñar tal contenido porque no había de otra? Ello podría explicar, ¿por qué la existencia de un Plan de Estudio completamente prescriptivo en las escuelas se convirtió en la “piedra angular” que determinaba la generación de conocimiento? Entonces, ¿no había otra forma de concebir la enseñanza y el aprendizaje que considerara las diferencias o las diversidades claramente manifiestan en un país tan diverso como el nuestro?

Hace unos meses, la sociedad y el magisterio mexicano conoció la propuesta curricular de este sexenio. Insisto, una propuesta que busca superar esa mirada prescriptiva señalada en los párrafos que anteceden a este. Cierto, el propio Gobierno Federal y la Secretaría de Educación Pública (SEP), incluyendo a los distintos funcionarios que han ocupado un lugar en estos espacios, han fracasado en la forma en que pudieron comunicar lo que pretendía (y pretende) este Plan de Estudio. Vaya, quién no recuerda el penoso momento que vivió la Secretaria de Educación frente al cuestionamiento que le formuló una reportera porque, sencillamente, no pudo responderlo dado que no conocía sobre el tema, aunque hubiera tenido formación en la docencia. O toda la serie de penosas y lamentables filtraciones que han sido la marca y/o sello distintivo de esta SEP y de sus propios funcionarios. Y qué decir de la paupérrima formación continua que se le ha brindado al magisterio en los Consejos Técnicos Escolares (CTE), ya no solo en términos de un Plan de Estudio, sino de todo aquello que significa una formación docente para la transformación de su quehacer y de su entorno. Y bueno, ni mencionar el penoso y lamentable protagonismo de un director de materiales educativos que, bajo una supuesta emancipación y una verborrea empobrecida por su falta de congruencia ideológica, “pelea” con todo el mundo que piensa y se expresa diferente a él porque, supongo, su concepción limitada le permite entender que el pensamiento crítico debe ser lo que él concibe como pensamiento crítico y no otro. En fin.

En medio de todo este asunto, algo ha venido sucediendo en las escuelas – más no en todo el Sistema Educativo “burocratizante” como bien podríamos definirlo –, desde luego, desde que los CTE modificaron la forma en la que deberían ser trabajados para dar paso a la construcción de lo que se denominó Programa Analítico a partir de los Programas Sintéticos. Muchos, pero muchos colectivos docentes comenzaron a organizarse en estos espacios para: conocer la propuesta curricular, construir formas de trabajo conjuntas, diseñar algunos formatos que les permitieran sistematizar las ideas, identificar las problemáticas del entorno y de la propia escuela – ya no como una tarea sin sentido – que inciden en los aprendizajes, revisar y retroalimentar sus propias construcciones, realizar las modificaciones a partir de la revisión de distintos materiales, etc.

Es cierto, ojalá lo señalado en el párrafo anterior fuera el común en todos los centros escolares a lo largo y ancho de la República Mexicana; desafortunadamente no es así porque, como se sabe, no todos los colectivos docentes están avanzando al mismo ritmo o con las nociones claras de lo que se puede hacer para contar con programas analíticos que les permitan adentrarse al plano didáctico, relacionado el abordaje de los contenidos una vez que se haya hecho: 1. El análisis del contexto socioeducativo para problematizar la realidad del entorno y la escuela, 2. La contextualización para analizar los programas sintéticos, grados-fases, estrategias nacionales (para el tratamiento de los contenidos de aprendizaje), pero también, para construir y seleccionar situaciones problema, para elegir la metodología a emplear (ABP, STEAM, EG, etc.), 3. El diseño para incorporar contenidos locales que no contemplan los programas sintéticos porque son propios de los contextos tan diversos en los que encuentra los NNA y maestras y maestros, pero también, valorar la pertinencia de dichos contenidos puesto que, como tales, deben responder a las necesidades específicas de la escuela, y 4. Finalmente, lo Didáctico, para que más allá de seleccionar un formato que puede, de nueva cuenta, burocratizar la enseñanza, la maestra o maestro pueda estructurar una planeación didáctica que le permita desarrollar su actividad sin esa prescripción contenida en los Planes de Estudio 2011 y 2017, pero también, para tener la capacidad, autoridad o autonomía para decidir lo que tenga que decidir en el aula y en la escuela porque es un profesional de la educación que, estoy seguro, puede con el reto que se le ponga enfrente, de ahí que sea importante que, por ejemplo, el libro de texto sea solo uno de los tantos recursos que pueda emplear para propiciar el aprendizaje de sus niños, y no el único. En fin

En sentido estricto pienso que, entre el Programa Sintético y el Programa Analítico se encuentra el corazón de la Nueva Escuela Mexicana; por supuesto, las maestras y maestros son una pieza clave en este proceso, pero, desafortunadamente, ni en este ni en otros sexenios han sido valorados como debieran. Hoy, por ejemplo, el profesorado mexicano sigue construyendo un Programa Analítico sin contar con los Programas Sintéticos definitivos y, mucho menos, con libros de texto concluidos. Hoy, por ejemplo, ha buscado la manera cubrir las deficiencias de una formación continua que por años se ha limitado a imponer un carácter instrumentalista, remedial y carencial. Hoy, por hoy, por ejemplo, hay colectivos docentes que han intentado cambiar “el chip” que por décadas les fue impuesto desde la centralidad y, por tanto, comienzan a elaborar sus propios productos sin la pesadez y rigidez administrativa que desde el centro y las periferias se establece o establecía. ¿Podrá la SEP estar a la altura de estas maestras y maestros que, si usted lo piensa bien, por décadas han sido maniatados por las prescripciones y las autoridades educativas que “todo lo saben y todo lo pueden”?, ¿podrán las maestras y maestros apropiarse de esa autonomía profesional, de la que tanto pregonan las autoridades que les han brindado, para formular sus propias propuestas alternativas que permitan mejorar su quehacer profesional en las escuelas?

Entonces, si consideramos que una pieza clave en el corazón de las NEM son las maestras y los maestros, ¿por qué colocar en un pedestal a quienes han visto de la educación un negocio para vivir del magisterio? Para nadie es desconocido que, hoy día, hay quienes venden, por ejemplo, cursos y manuales para la elaboración de un Programa Analítico; vaya, presentan tales esquemas instruccionales como productos que fueron elaborados a partir del trabajo que vienen realizando maestras y maestros en las escuelas, lo cual me lleva a pensar que, si el trabajo de los docentes son los que toman como referente para vender sus cursos y/o manuales, ¿por qué se vende o por qué se lucra con su conocimiento?, ¿hasta cuándo el o los docentes se darán cuenta de que son profesionales de la educación y, por tanto, su trabajo es importante porque saben y han podido hacerlo a pesar de las incompetencias de los gobiernos?

Desde luego, pienso que una ayuda o apoyo nunca está demás; a lo largo de estos años he aprendido de diferentes profesionales en su quehacer como Patricia Frola, Jesús Velázquez o Laura Frade; también, del mismo Ángel Díaz Barriga, Rosa María Torres, Etelvina Sandoval, Frida Díaz Barriga, Silvia Schmelkes, Gunther Dietz; sin embargo, y eso lo tengo clarísimo, el principal aprendizaje lo he adquirido de mis maestros y maestras, de mis colegas y, desde luego, de mis alumnos.

¿Cuándo las maestras y maestros recuperaran el protagonismo que les fue arrebatado para impulsar sus propios proyectos educativos con la intención de transformar hacia el bien común su entorno y el de sus alumnos? La nueva propuesta curricular materializada en el Plan de Estudio 2022, con todas y cada una de las fallas que podríamos discutir interminablemente abre ese espacio, el de la autonomía profesional por años demandada por un buen sector del magisterio. La pregunta en todo caso sería: ¿las maestras y maestros harán suya esa autonomía profesional para generar sus propias propuestas de intervención o seguirán (seguiremos) esperando lo que desde el centro emane y la autoridad determine?

Fuente de la información:    https://profelandia.com

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Pienso, luego… critico. Parte I

Por: Ricardo Vicente López

Reflexiones sobre las formas del conocimiento como verdades dogmáticas, y de la necesidad de un pensamiento crítico

I.- Consideraciones Previas

Comienzo por una breve referencia al título, que, como no escapará a muchos, consiste en una reversión de la famosa sentencia del filósofo francés René Descartes [1]: «Pienso; luego, existo» (en latín: cogito ergo sum). La traducción divulgada supone erróneamente, por una mala interpretación [[2]], que la relación entre los verbos “pienso” y existo” es de carácter temporal, cuando en realidad expresa, una relación lógica por lo cual una traducción más fiel debería ser: «Pienso; por lo tanto, existo». Para este trabajo, corresponderá entenderlo como: «Pienso; por lo tanto, yo debo ser una persona que ejerza la crítica». Y ese es, precisamente, el objetivo más importante, para cuyo cumplimiento convoco a Ud., amigo lector.

Comencemos por la etimología que nos indica el sentido primero del vocablo crisis, del que hemos heredado crítica y el verbo criticar. Según la Academia:

«Crisis es una situación grave y decisiva que pone en peligro el desarrollo de un asunto o un proceso; es también una coyuntura de cambios en cualquier aspecto de una realidad organizada pero inestable, sujeta a evolución; especialmente, la crisis de una estructura. De allí deriva crítica: Conjunto de opiniones o juicios que responden a un análisis y que pueden resultar positivo o negativo».

Para nuestro caso, con un sesgo más filosófico:

«Crítica es la opinión intuida como una forma de pensamiento que se cuestiona a sí mismo y que considera no sólo los límites y posibilidades de la razón, sino también la realidad humana e histórica de un sujeto que se constituye en un “nosotros”».

El pensamiento crítico no es un concepto nuevo, su origen se remonta a la antigua Grecia: se originó en las ciudades griegas del Asia Menor (Jonia), a partir de las primeras reflexiones de los presocráticos, centradas en la naturaleza, teniendo como base el pensamiento racional o logos. Posteriormente Sócrates y su mayéutica, Platón y su dialéctica, Aristóteles y su retórica. De las tantas definiciones que ha acumulado la historia, tal vez una de las más simples y precisas es la que hizo célebre el filósofo, político, Francis Bacon [3]:

«El pensamiento crítico es tener el deseo de buscar, la paciencia para dudar, la afición de meditar, la lentitud para afirmar, la disposición para considerar, el cuidado para poner en orden y el odio por todo tipo de impostura».

Desde una perspectiva cercana a la modernidad:

«El pensamiento crítico se entiende como la capacidad de analizar y evaluar la consistencia de los razonamientos, en especial, de aquellas afirmaciones que la sociedad acepta como verdaderas en el contexto de la vida cotidiana, como las fake news, especialmente relevantes en la actualidad por su proliferación y rápida viralización».

El pensamiento crítico es también un concepto educativo:

«El pensamiento crítico, como innovación educativa, puede ser definido como el proceso intelectual decidido, deliberado y auto-controlado, que busca llegar a un juicio razonable. Los objetivos del proceso de pensamiento crítico son, primero, llegar a un juicio razonable mediante un esfuerzo honesto de interpretación, análisis y evaluación de evidencias; y segundo, que ese juicio sea explícito y justificado a partir de conceptos, de su contexto y de los criterios en que se fundamenta. En otras palabras: el pensamiento crítico es un proceso mental que permite razonar y evaluar la evidencia disponible, respecto de un problema que se quiere resolver».

II.- La grave crisis del sistema

En el tema que trataré en estas páginas me voy a concentrar en una pregunta muy antigua, que ha dado lugar a múltiples respuestas a través de los siglos. Desde los inicios de lo que se ha definido, para nuestra historia occidental, como los comienzos de la filosofía, en la Grecia de los siglos V a. C. en adelante, la relación entre la realidad, la existencia concreta de las cosas que nos rodean, el mundo físico, y el conocimiento acerca de cómo y qué es esa verdad, derivado en la presentación de un problema: designado como el problema del conocimiento.

Esta articulación entre las cosas y el registro que produce nuestra mente (nuestra conciencia, nuestra inteligencia, o cualesquiera de las otras denominaciones posibles) y de los otros tantos conceptos que se podrían utilizar para referirse a este dispositivo de aprendizaje, hace que la pregunta siga siendo un tema fascinante, de matices variados y riqueza infinita, casi podría decir, si me lo permite, amigo lector: un misterio [[4]]. Esta última palabra puede resultar incómoda, inconveniente, molesta, en desuso (deberíamos preguntarnos por qué); pero creo que no debemos descartarla: ha padecido el ataque del pensamiento positivista. Doy por concedida su autorización: debo incorporarla como parte del problema que me propongo analizar.

Todo ello se ve agravado, enmarañado, complejizado, en este mundo de comienzos del siglo XXI, por la saturación informativa. No hace tanto tiempo, a comienzos del siglo XX, la información era un bien relativamente escaso, cuya obtención imponía arduos esfuerzos; hoy su abundancia es casi incontrolable, nos desborda, nos excede, nos sobrepasa hasta el hartazgo. El problema de hoy no es la escasez sino la sobreabundancia. Y es, precisamente, por la existencia de esa condición, que se utiliza para la saturación, como parte de la estrategia que el sistema global ha dispuesto para ejercer su dominio y control sobre todos nosotros: la denominada opinión pública. (Esta afirmación puede parecer exagerada, porque todavía una parte importante de los ciudadanos de a pie ignora, prácticamente, todo ello [[5]]). Amigo lector, a pesar de que esta afirmación pueda parecer un poco irrazonable, le ruego que sea aceptada como anticipo de lo que vamos a revisar en las páginas siguientes. Ese dispositivo señalado intenta encubrir la realidad con una impresionante catarata informativa, para ocultar o tergiversar el estado de un mundo profundamente injusto, que pretende que sea aceptado callada y sumisamente. Una prueba de lo que estoy afirmando es la carta que Sigmund Freud [6], envió en las primeras décadas de siglo pasado, a Albert Einstein [7], tengamos presente que estaban en plena crisis de los años 30:

«No es exagerado afirmar que la comunidad está formada por elementos de poderío dispar, vencedores y vencidos, que se convierten en amos y esclavos, expresando la desigual distribución del poder entre sus miembros. Los amos intentarán el dominio por la violencia y los oprimidos buscarán iguales derechos para todos. Para conservar la comunidad, le recomiendo a los miembros que deberán re-pactarla permanentemente».

Es a partir de la dura realidad de este estado social, de un mundo dual: incluidos y excluidos, de condiciones insoportables para muchos, ya denunciado en el siglo pasado, que muestra una dinámica que, una vez comenzada, se mantendrá por un largo tiempo y se profundizará hasta niveles imposibles de pensar. Pero que no puede ni debe ser eterna, puesto que lleva en su seno las causas de su propia destrucción. Por esta razón debemos pensar el problema que nos presenta su ocultamiento. Además debemos comprender que no se puede cambiar sin saber qué hay que cambiar, por qué hacerlo, cómo hay que intentarlo y al servicio de qué, para luego proyectar el cambio. Dar las respuestas requeridas exige el desarrollo de un pensamiento que sea crítico, que no se satisfaga con las primeras conclusiones, para continuar hasta conseguir un diagnóstico ajustado de esa realidad.

Los informes anuales de Oxfam (el Comité de Oxford de Ayuda contra el Hambre), fundado en Gran Bretaña en 1942, para socorrer a las víctimas de la guerra: su lema es: “Salvamos vidas en situaciones de emergencias, defendemos los derechos de quienes sufren la pobreza y apoyamos sus iniciativas para lograr que la superen”. Anualmente publican un prestigioso informe sobre el hambre en el mundo. Dice en su última presentación: «La desigualdad extrema nos perjudica a todos y a todas, pero especialmente a las personas más pobres, sobre todo a mujeres y niñas. Poco importa lo duro que trabajen, demasiadas comunidades viven en la miseria debido a sueldos bajos y no tienen acceso a derechos básicos. Los diez hombres más ricos del mundo han duplicado su fortuna, mientras que los ingresos del 99 % de la población mundial se han deteriorado a causa de la COVID-19. Las crecientes desigualdades económicas, raciales y de género, así como la desigualdad existente entre países, están fracturando nuestro mundo».

[1] Fue un filósofo, matemático y físico, considerado como el padre de la filosofía moderna, uno de los nombres más destacados de la revolución científica.

[2] Tiene como sinónimos términos como: por consiguiente, por lo tanto, en consecuencia que sería más correcto.

[3] Canciller de Inglaterra, fue un célebre filósofo, político, padre del empirismo filosófico y científico.

[4] Misterio se define como algo muy difícil de entender, algo extraño e inexplicable de comprender o descubrir, por lo oculto que está o por pertenecer a algo muy difícil de conocer por ser recóndito, secreto o reservado.

[5] Puede consultarse para este tema en la página www.voltairenet.org/article145977.html el artículo del Noam Chomsky El control de los medios de comunicación: su autor es lingüista, filósofo, politólogo y activista estadounidense; Profesor emérito de lingüística en el Instituto Tecnológico de Massachusetts.

[6] Médico neurólogo austriaco, padre del psicoanálisis y una de las figuras intelectuales del siglo XX.​

[7] Fue un físico alemán, nacionalizado después suizo; se le considera el científico más importante, conocido y popular del siglo XX.

Fuente de la información:  https://kontrainfo.com

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Laura Marrone: «La crisis educativa que vive América Latina y el Caribe se agravó durante la pandemia»

Por: Mario Hernández

-Estamos en comunicación con Laura Marrone, algunos se preguntarán cómo seguimos con una columna de educación si no hay clases, ¿no?

-Pero como vos me dijiste que tenía que hacer el balance del 2023 me pasé trabajando todo el día. El 2022, perdón.

-Te estás anticipando… ya querés que pase el 2023.

-No, no por favor que la vida es corta y quiero que dure un poco.

-Bueno, entonces ¿cuáles son los hechos más importantes de acuerdo a tu criterio?

-Decidí que voy a centrarme en el ángulo del derecho a la educación. Hemos trabajado bastante en el año con la lucha docente, entonces estuve rastreando un poquito bajo el tema ‘¿Qué pasó con la educación este año?’. Bueno, hay un informe del 2022, y partí de los organismos internacionales, de la UNESCO, UNICEF y otros organismos, titulado: ‘Situación de la pobreza de aprendizaje a nivel mundial. Actualización 2022’.

En este informe se dice que la crisis educativa que vive América Latina y el Caribe se agravó durante la pandemia y que las medidas adoptadas pospandemia no han logrado revertir. Y según ese informe, y eso me sorprendió, nuestra región es la segunda peor del mundo después de la región subsahariana de África. En África la parte más pobre es la subsahariana.

-No me extraña porque la verdad todos los indicadores de pobreza, de desigualdad, esto que planteás vos de educación, etc., ubican a Latinoamérica en el último lugar o en el anteúltimo.

-Anteúltimo lugar en este caso con respecto con la región subsahariana.

-Claro, con respecto a una región muy particular de África, ni siquiera todo África.

-Hay zonas que no están. Datos que dan: 9 de cada 10 estudiantes no podrían comprender un texto al terminar la escuela primaria. En el marco de esto señala la cantidad de población que no tiene conectividad dado que está en zonas rurales y aun las escuelas que les falta conectividad, eso lo hemos trabajado acá.

Un dato que me está preocupando más, que lo da UNICEF, y que después lo vamos a trabajar a nivel nacional, es el problema de salud mental de la niñez y la adolescencia. Para el caso de adolescentes de entre 10 a 19 años señala que 1 de cada 7 sufre algún trastorno de salud mental y que los Estados están dedicando solo un 2% del presupuesto de salud a este tipo de problemas.

Lo voy a tomar y lo dejo acá en el tintero porque el gran drama de las maestras y los docentes son los problemas de salud mental que están teniendo en el aula y no tienen recursos para derivarlos al sistema de salud. No tengo estadísticas precisas de nuestro país para comparar, por ejemplo, con estas que da el documento internacional, pero podemos decir que el diagnóstico es compartido en los grandes temas. Por ejemplo, es una preocupación muy grande hoy de las maestras y los docentes en general pospandemia que no logran recuperar el atraso en los contenidos que produjo todo el proceso de la pandemia.

Los problemas de aprendizaje prepandémicos no se solucionaron y se agravan. Hay problemas de sociabilidad entre los pibes, hay problemas de concentración y de hábitos para estudiar y, por supuesto, esto que te decía, agravamiento en los problemas de salud mental. Por ejemplo, me comentaba una maestra con la que estuve antes de que terminaran las clases de 1º grado, estaba angustiada porque para el año que viene el jardín le traslada de preescolar a 1º grado tres casos de niños con autismo.

Fijate un dato que comentábamos con un amigo, que es también más grave en la adolescencia porque en la adolescencia se combina con elementos de autoflagelación, de mutilaciones. Un dato curioso a indagar es que no hubo festejos del 21 de septiembre en las calles. Habrás estado en tu lejana juventud, yo también, el Día del estudiante era algo muy importante. Aunque sí lo hubo después para el mundial, en un marco escolar no lo hubo. Estos temas son para preocuparnos, sobre todo porque no estamos teniendo las herramientas para poder encararlos. Es decir, los organismos internacionales recomendaron a los gobiernos invertir más en educación como una agenda prioritaria, priorizar la enseñanza de la matemática y la lectura, evaluar el nivel de aprendizaje y tener programas para recuperar los aprendizajes perdidos, pero a gran escala, y abordar las necesidades psicosociales de la población tanto de estudiantes como de docentes, y atender las brechas digitales.

Terminé de leer ese informe y decía ‘qué hipocresía’ porque son los mismos organismos que luego sostienen los tremendos ajustes que le hacen los gobiernos a la población para poder pagar las deudas externas. Porque está reconocido el carácter usurario que tienen estas deudas y que hacen muy difícil cumplir con estas cuentas que se señalan.

-Deudas que, por otra parte, los ajustes se hacen generalmente en áreas como educación y salud.

-Una de las que más ajustaron en el presupuesto. Vamos ahora a que medidas hubo este año, qué pasó en educación, qué cosas nuevas presentaron los gobiernos, la quinta hora. Nosotros hemos trabajado esto durante el año, pero pongámosla como parte de la síntesis. No hubo mayores inversiones como lo que requeriría el diagnóstico que hemos analizado antes. Ya lo vamos a analizar luego en los presupuestos de este año. Pero los dos lineamientos en disputa en la escena nacional en el gobierno del Frente de Todos a nivel nacional y sus gobernadores, y el gobierno de Juntos por el Cambio en CABA, Mendoza y Jujuy el 2022 pasó sin que hayan desplegado iniciativas acordes a la gravedad que hemos denunciado.

En el caso del ministro de educación nacional, Jaime Perzcyk, que se desempeñó este año, su propuesta más publicitada fue la extensión de una hora de la jornada escolar del nivel primario, al mismo tiempo que redujo el presupuesto del 2022 en un 5%. Recordarás que redujeron el programa Conectar Igualdad, el fortalecimiento de inicio de jardines de infantes y la inversión en infraestructura y equipamiento. Una contradicción con lo que se suponía era su propósito. Con mucho ruido mediático en la página web del ministerio de Educación se señala que 6.727 escuelas ya convinieron instalar una hora más de clase sobre un total de 18.024 escuelas primarias que hay en el país.

-O sea un 30%.

-Hablamos de 1 cada 3. Pero ojo que dice convinieron, no sabemos si las realizaron o no. Pero efectivamente si nosotros comparamos la carga horaria de nuestras escuelas con la de los países del norte, el llamado mundo desarrollado, hay una diferencia. La nuestra es claramente menor. Pero la medida fue inconsulta para la familia, para los docentes, en medio del año escolar, no fue acompañada de una verdadera inversión en infraestructura y en los salarios docentes para que la hicieran productiva. ¿Qué pasó realmente? En los países del norte los edificios escolares coinciden con la unidad educativa, en cambio, en nuestro país en su gran mayoría los edificios son compartidos por varias instituciones. Entonces no había tiempo para la famosa quinta hora con espacios acordes. Materialmente era muy dificultoso, en algunos casos fue un fracaso, las clases se desarrollaron en espacios comunes, de paso, con docentes que no eran del ciclo del estudiante, con propuestas que no completaban las necesidades del nivel y se transformaron en una hora recreativa o de contención social de niñez con familias con problemas laborales que les venía bien una hora más.

Esa fue la gran propuesta del año de Jaime Perzcyk. En CABA la novedad fueron las ACAP, las aproximaciones al mundo laboral que implementó el gobierno de Larreta y Acuña que anunciaron también con bombos y platillos. Impuso un régimen de pasantías laborales para el 5º año donde les estudiantes deberían asistir 80 horas de clase a instituciones industriales, comerciales, culturales, a empresas privadas o públicas de la Ciudad. Ochenta horas que equivalen a casi un mes escolar. La propuesta es en realidad una versión desteñida del proyecto inicial de la Escuela secundaria del futuro, que en 2017 presentó Acuña, que comprendía además un 30% más de horas de clase a cargo del docente y un 70% en actividades en plataformas digitales.

Esa Escuela secundaria del futuro no pasó en su verdadera dimensión porque fue resistida por estudiantes secundarios que tomaron las escuelas y te acordás que fue una gran lucha. La táctica de Juntos por el Cambio es amenazar con todo y avanzar con lo que puede. Esa experiencia fue resistida por estudiantes, familias y sindicatos.

Este año con esta nueva ACAP también hubo una resistencia de estos tres sectores, también hubo una toma de estudiantes y se realizó la marcha más grande desde la prepandemia a la Jefatura de Gobierno acompañada por tomas de escuelas y paros docentes. Se cuestionó el carácter improvisado sin relación con la formación que pretendían los estudiantes, desprovisto de un carácter pedagógico, sin docentes a cargo y en algunos casos reducidos a la repetición de tareas que responden más a un trabajo de mano de obra no paga que a una formación profesional. Veremos qué pasa este año.

-Esta señora Acuña en su carácter de precandidata a jefa de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, ¿se va a tomar licencia este año?

-No tengo la menor idea. Tampoco sabemos si va a ser precandidata.

-Por lo menos es una idea fuerte.

Dos propuestas educativas que dejaron un sabor amargo 

-Señalemos, y acá viene esto, tanto la medida de la ACAP como el tema de la quinta hora fueron dos propuestas que dejaron un sabor amargo. Estaban ofreciendo una carrera de competencia desde los dos lados de la grieta abismal, quién ofrecía algo que era más en términos de impacto electoral que educativo. Esa fue la sensación que tuvimos.

-Bueno, Larreta se la pasa haciendo campaña en las escuelas.

-Sí, y le da mucha importancia en sus campañas a la educación.

-Hay que ver Laura, para la próxima te dejo una tarea, de qué se trata este programa de JxC que ha trascendido.

-Lo estuve mirando, lo que pasa es que está anunciado, pero no está desarrollado y no logré en las páginas web…

-Dicen que es un documento de 40 páginas dividido en 6 ejes.

-El tema es que yo me metí en la página de la fundación con la que acordaron ese documento, que sería, para nuestra audiencia, la plataforma de Juntos por el Cambio para las elecciones del 2023. Lo elaboraron en forma conjunta las fundaciones que componen la coalición. La fundación Alem de los radicales, la fundación Pensar del Pro y el centro Hannah Arendt de la Coalición Cívica…

-Y la fundación Encuentro Federal. Te olvidás de Susana Decibe, ex ministra de Educación de la nación.

-Así es, me pareció que no tenía relevancia y no lo quise poner, pero tenés razón. Está también la fundación donde está Susana Decibe que fue parte del gobierno de Menem. Ellos ponen el eje de su campaña electoral en la educación y dentro de esta la reforma en la formación docente y en una Universidad flexible con bimodalidad, presencial y digital, y con movilidad internacional. Esto es el tema de las acreditaciones internacionales, los convenios internacionales. Vamos a tener que estudiarlo, pero todavía no tengo las 40 páginas. Pero sí destacar la preocupación de Juntos por el Cambio por el tema de reformar la formación docente.

Y acá volvemos sobre una nueva cuestión que estuvimos trabajando la semana pasada o la anterior, ya no recuerdo, en otro programa, que fue y es el ataque que persiste todavía, y vamos a ver si lo vamos a derrotar, del Pro en CABA para el cierre de profesorados. Aquí hay dos lógicas en el ataque a la formación docente, una es política. El contenido de lo que se enseña en sentido de la formación docente porque es el nodo central para cualquier reforma educativa. Esto ya lo venimos estudiando. Desde el Banco Mundial se promueven profesores excelentes, un documento que hemos estudiado mucho desde el 2018 hasta ahora que en general lo que tiende es a condicionar la formación docente a las nuevas demandas del mundo productivo en el marco de la 4ª revolución industrial y las nuevas relaciones laborales que de ellas se desprenden, como trabajadores sin derechos haciendo home office a cambio de contratos a término, no de salarios o relaciones laborales estables.

Bueno, reformar los profesorados viene siendo anunciado desde la época de Esteban Bullrich. Compartió también declaraciones el Frente de Todos, lo que pasa es que yo creo que la debilidad del gobierno actual le ha impedido a la fecha presentar un proyecto para su debate en el Congreso Nacional, pero está en carpeta.

Y esto también lo hacen los gobernadores del Frente de Todos. Zamora en Santiago del Estero fue uno de los que más avanzó en el cierre de profesorados en esa provincia. Y acá estamos en CABA con que amenazan cerrar el Profesorado de Lengua y Literatura en el profesorado del Mariano Acosta y el de Física en el Alicia Moreau de Justo. Así como la reducción de carreras, por ejemplo, al profesorado Romero Brest le redujeron muchísimo la currícula y, en general, tienden a focalizar y a destacar materias del tipo instrumental y quitar las que tienen que ver con formación humanística, filosofía, historia, todo aquello que desarrolle el pensamiento crítico.

-Laura, la seguimos en 15 días.

-¿Terminó? Bueno, me había quedado el capítulo del aumento de la desigualdad.

-Lo retomamos en dos semanas.

-Muy bien, un abrazo Mario.

Fuente: https://rebelion.org/la-crisis-educativa-que-vive-america-latina-y-el-caribe-se-agravo-durante-la-pandemia/

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Siete habilidades que serán tendencia en 2023

Por: Sofía García-Bullé

Este año sobresaldrán los profesionistas con pensamiento crítico y capacidad de adaptación, entre otras habilidades.

El debate sobre la intervención de la Inteligencia Artificial (IA) en las disciplinas del arte y la comunicación ha tomado por asalto la conversación en las comunidades productoras de contenido. No hay un consenso aún sobre el impacto de las implicaciones éticas del uso de la IA para sustituir el trabajo artístico y de comunicación humana, ni lo que representa para el futuro del mercado laboral. Pero lo que sí sabemos es que este nuevo uso de la tecnología hará necesario el desarrollo de habilidades que no pueden ser replicadas por máquinas.

Desde hace años ya se hablaba de la posibilidad de un cambio en el conjunto de habilidades que serían valoradas por los empleadores ante el perfeccionamiento de la inteligencia artificial. «Algunos trabajos serán automatizados, pero al mismo tiempo, la Inteligencia Artificial ofrecerá oportunidades para que las compañías generen valor, y nuevos empleos que cambien en énfasis en los tipos de habilidades necesarias para sobresalir», comentó Rachel Russell, Directora de Estrategia de Marketing Corporativa para Aegis Group en 2021. La predicción fue certera. Hoy, las habilidades humanas (también conocidas como soft skills o power skills, como han sido rebrandeadas recientemente), son el diferenciador más importante para mantenerse vigente. ¿Cuáles son las habilidades humanas más valiosas en 2023? A continuación te compartimos  algunas de las más buscadas.

Siete habilidades humanas más valiosas en el 2023

Alfabetización digital

La alfabetización digital comprende las competencias para trabajar y navegar dentro del mundo digital. Consiste en el uso óptimo de dispositivos, software y aplicaciones en el día a día del trabajo de oficina. Las empresas necesitan personas que puedan comunicarse y colaborar fácilmente usando recursos tecnológicos, que se mantengan actualizadas y que entiendan el impacto que estas herramientas pueden tener en su labor y rubro profesional.

Creatividad

La disposición de generar nuevas ideas, imaginar más allá de del statu quo y como influye este proceso en la creación de de soluciones y su implementación para resolver y mejorar condiciones en la ejecución de de un proyecto va a ser una habilidad crítica en las oficinas del futuro. Un trabajador creativo tiene más posibilidades de producir ideas que hagan frente a problemas que vengan con ocurrencias nuevas como el trabajo remoto y las tecnologías emergentes.

Adaptabilidad

En más de tres años de pandemia, uno de los aprendizajes más importantes es que el cambio es inevitable y que no siempre vamos a poder elegir el momento y formas en las que este llegue. Los profesionales que desarrollen la resiliencia mental para navegar eficientemente todos estos cambios, aprovecharlos y aprender de ellos serán recursos invaluables para todas las empresas de cualquier rubro.

Pensamiento Crítico

El pensamiento crítico consiste en analizar información y situaciones priorizando la evidencia y los datos comprobables por encima de lo escuchado y las opiniones. En una época en la que los espacios digitales son dominados por burbujas de contenido, piezas tendenciosas y noticias falsas, esta habilidad se ha vuelto de primera necesidad en todos los niveles educativos y profesionales. Es un auxiliar crítico para la toma de decisiones efectiva.

Liderazgo

El liderazgo no será una habilidad exclusivamente necesaria para quienes estén al frente de un equipo en 2023. La evolución del clima organizacional apunta a agrupaciones más distribuidos, trabajos por proyectos, grupos más diversos y una mayor horizontalidad en las relaciones laborales. Ejercer valores de liderazgo como motivar, inspirar y dar apoyo a un equipo sin importar en qué posición del organigrama estemos, va a ser crucial en un futuro próximo.

Comunicación

Siempre una habilidad básica en la fuerza de trabajo, la comunicación tomará un rol más crítico en un mundo pospandemia en el que el trabajo remoto ha llevado a los equipos a encontrar nuevas formas de colaborar. Desde redacción de correos electrónicos, hasta análisis y comprensión de lenguaje no verbal en juntas de trabajo, las competencias de comunicación será determinante para la realización de un buen trabajo grupal.

Inteligencia Emocional

La inteligencia emocional es la capacidad de identificar, entender y manejar tus propias emociones, así como identificar y empatizar con las de otras personas. Ayuda a construir y mantener mejores relaciones de trabajo. Lo anterior se traduce en mejores resultados en la ejecución de proyectos, ya que reduce la dificultad del trabajo humano a través del conocimiento y el manejo de las emociones propias y las de los miembros de un equipo.

¿Habías visto estas habilidades en alguna otra lista de capacidades valiosas para este año? ¿Qué piensas de éstas? ¿Crees que pueden ser útiles en este nuevo ciclo? ¿Crees que faltó alguna de mencionar? Cuéntanos en los comentarios.

Fuente e Imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/siete-habilidades-que-seran-tendencia-en-2023/

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Reseña: Enseñar pensamiento crítico. bell hooks (PDF)

Por: Selene Kareli/CII-OVE

Enseñar pensamiento crítico es un texto de bell hooks, mismo que fue publicado en 2022 y consta de 32 enseñanzas. Cabe destacar que bell hooks fue escritora y activista feminista radicada en Estado Unidos, quien tomó como postura política la interseccionalidad, esto quiere decir, sosteniendo la lucha por la emancipación de las mujeres desde una perspectiva crítica de clase, raza y género. Asimismo, Enseñar pensamiento crítico, consta de 233 páginas y con número ISBN: 978-84-17925-77-2.

Las enseñanzas que hooks nos comparte se centran en los siguientes temas: pensamiento crítico, educación democrática, pedagogía del compromiso, descolonización, integridad, propósito, colaboración, conversación, contar historias, compartir historias, imaginación, dar o no dar clases magistrales, humor en el aula, hora de llorar, conflicto, revolución feminista, negra, mujer y académica, aprender a superar el odio, respetar a los profesores, docente contra la docencia, autoestima, el placer de la lectura, vida intelectual, escribir libros infantiles, espiritualidad, contacto, volver a amar, la transformación feminista, ir más allá de la raza y el género, hablar de sexo, enseñar como una vocación profética y sabiduría práctica.

En el presente texto, hooks comparte parte de su experiencia respecto al transitar por las escuelas que segregaban a las personas negras ―ella incluida― y cómo a partir de ello fue reflexionando y apostando a una educación inclusiva: una «buena educación», lo cual, desde sus palabras, no consistía solo en transmitir conocimientos y preparar para ejercer una profesión, también se volvía necesario fomentar un compromiso indisoluble con la justicia social y, en especial, con la lucha por la igualdad racial. bell creía firmemente que los profesores deben ser siempre compasivos. De igual manera, hooks expresa que, coincidió y compartió con profesores que le enseñaron que la educación era el camino más adecuado para alcanzar la libertad; de esa historia de segregación y resistencia surgen estas 32 enseñanzas, la cual también es una invitación a caminar y construir la «buena educación», aquella en la que la pluralidad cultural, la diversidad de géneros y la libertad en general tienen cabida.

Enlace para su descarga:  https://drive.google.com/file/d/142fhpLqddgLxh4Tlknffag9HeHUeIwim/view?usp=sharing

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NEM: proyectos y economía del emprendimiento

Por: Lev M. Velázquez Barriga 

 

Cada vez que tengo oportunidad, planteo a los maestros y maestras de distintos foros las siguientes preguntas: ¿De qué tipo de educación hablamos cuando decimos que ésta debe fomentar el pensamiento crítico, la creatividad, el desarrollo afectivo y el trabajo colaborativo? ¿Nos estamos refiriendo a una propuesta emancipadora u otra para la reproducción del capitalismo?, y casi siempre las respuestas se inclinan por una educación para la emancipación.

El planteamiento no es ocioso: sucede que las reformas de última generación, educativas y curriculares del neoliberalismo están rompiendo con los paradigmas tradicionales y ortodoxos de la pedagogía, debido a que el capitalismo del emprendimiento demanda personalidades positivas y emotivas de la explotación en el trabajo; sujetos activistas, innovadores y creadores de formas autónomas de precarización laboral.

Se trata de que los trabajadores formales vivan positivamente los valores de la empresa, mientras los más resilientes del desempleo tienen que ser capaces de diseñar y planear con sus propios recursos, humanos y materiales, proyectos autónomos de precariedad en los que la ilusión de éxito personal o grupal aparenta ser fácilmente alcanzable. Aquí el ideal del empresario se vuelve más tangible e inmediato si se comienza con el emprendimiento; aunque finalmente se actúe como un engranaje más, al servicio de las empresas trasnacionales y la economía global.

“Chica: ¿quieres hacer ventas directamente?, no es trabajo, es emprendimiento.” Se lee en una página de ventas por marketplace de Facebook. Las nenis son uno de los ejemplos más ilustrativos; su activismo económico tiene otros antecedentes, pero se acentuó durante la pandemia, cuando las mujeres buscaron resolver situaciones de crisis económica en sus familias ofertando mercancías a través de sus redes sociales, aprovechando que no había compras masivas en las tiendas departamentales y que las ventas online se dispararon de forma descomunal; la iniciativa y capacidad de empoderamiento de estas chicas o mujeres de mayor edad, fueron canalizadas por la industria mundial del hiperconsumo, sobre todo, de lo que se produce irracionalmente desde el gigante asiático.

No es fortuito que las grandes editoriales estén invadiendo el mercado educativo con manuales y recetas para la implementación de metodologías de aprendizaje basadas en proyectos y resolución de problemas donde se ponen en práctica las habilidades del emprendimiento; tan sólo unas horas después de haber implementado el taller nacional de formación para docentes sobre la Nueva Escuela Mexicana (NEM), donde desarrollarían la planeación por fases de la educación básica siguiendo el nuevo plan de estudios y las metodologías en referencia, ya se ofertaba el programa analítico o desglose didáctico por grado académico de los contenidos nacionales de aprendizaje, así como las bitácoras de los proyectos educativos.

Las metodologías de aprendizaje basadas en proyectos, problemas, indagación y servicios no son neutrales; antes que la NEM, la organización patronal Coparmex las ha fomentado entre sus cursos de capacitación para dar vida a esta economía del emprendimiento, en especial una de las cuatro que se presentaron en los talleres nacionales de formación docente, el aprendizaje STEM.

Estas metodologías corresponden también a los perfiles de trabajo que necesitan las empresas, cuya matriz ha sido deslocalizada de un sitio fijo para producir, ofertar servicios o mercancías y que necesitan del activismo positivo de emprendedores que sitúan en cualquier territorio la organización del trabajo en redes que dan la ilusión de autonomía, pero que recurren a la mediación de plataformas digitales para conectarse con el andamiaje global del capitalismo.

En tanto, la industria cultural, véase la serie Playlist, de Netflix, vende y modela la evolución de la startup que dio origen a Spotify como ejemplo de éxito, colaboración, independencia y puesta en acción de ideas creativas y revolucionarias en el único campo posible, el de los negocios, donde los sueños no son solidarios, sino competitivos; la realidad de los proyectos de emprendimiento se parece más a un sistema de autonomía de la precariedad.

Por supuesto, aprender a través de proyectos, resolviendo problemas o haciendo servicio comunitario, no es un enfoque de propiedad privada ni de invención empresarial, lo han hecho antes las pedagogías críticas. En los territorios de la resistencia magisterial se pueden encontrar proyectos de comedores comunitarios, producción de alimentos orgánicos, invernaderos, la milpa como espacio de vida y cosmovisión indígena, construcciones autosustentables, juegos ancestrales, medicina herbolaria, calentadores solares, hidroponía, memoria popular, asamblea de niños y niñas, entre muchos más; pero se orientan a partir de una definición política que organiza la emancipación social y la soberanía de los pueblos.

Sin esta definición política, lo que resalta es otra vez la organización y desarrollo de habilidades de la fuerzas productivas para un tipo de economía del emprendimiento, donde no se hace comunidad en solidaridad, sino que se produce en la competitividad de grupos e individuos que no se unen e identifican perennemente para el bien común, pero sí lo hacen en tiempos determinados para cumplir con las metas de los proyectos de la empresa que también son los mismos para finiquitar su empleabilidad; o bien, para engancharse al capitalismo con los recursos propios, restándole a la empresa la responsabilidad de financiar salarios e infraestructura.

Fuente de la información: https://www.jornada.com.mx

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