Page 25 of 34
1 23 24 25 26 27 34

¿Cómo modificar radicalmente la relación teoría-práctica? Mejora de la formación inicial (y 3)

Por: Jaume Carbonell

La creación de un cuerpo único docente, con una rama común inicial y especializaciones posteriores, además de importantes cambios y mejoras en la formación (inicial y permanente) así como en el sistema de acceso deberían ser estudiadas.

Como implementación de las reflexiones contenidas en el MIF: Programa de Mejora e Innovación en la Formación de Maestros (véase artículos anteriores) se ha abierto un debate con agentes sociales y educativos para proponer algunas acciones estratégicas. Con el propósito de mejorar la competencia docente del futuro se plantean dos objetivos: conseguir un máster universitario como nivel mínimo de formación inicial para el profesorado de la etapa obligatoria, y disponer de una estructura de estudios flexible que se adapte a los perfiles que necesita el sistema educativo, para hacer posible un cuerpo único de docentes de educación básica con la capacidad de cambiar de perfil en el marco de una carrera profesional. Así, se plantea que profesores y profesoras de secundaria puedan compartir actividades en primaria y en la ESO, así como diversificar los requisitos de titulación para impartir la docencia en las dos etapas. Todo esto será posible en la medida que se vayan creando Institutos-Escuela que unifican la enseñanza primaria y secundaria en un único centro público.

Se apuesta por un modelo que prioriza un tronco común formativo en los primeros cursos en contraste con la especialización prematura para facilitar la adquisición de visiones educativas globales compartidas entre el profesorado que ejerce en diferentes niveles y áreas, así como las pasarelas entre ambos. Se trata de un paso importante en el avance del cuerpo único de enseñantes, una reivindicación que en un plano más pedagógico planteó ya la Institución Libre de Enseñanza (ILE) hace siglo y medio, y que diferentes sindicatos y grupos políticos han recogido a partir de la premisa “a igual trabajo, igual salario”. Esta unificación docente evita la jerarquización profesional: “¿Por qué un catedrático de universidad debe tener más ciencia y reconocimiento que un maestro de párvulos?”, se preguntaba Giner de los Ríos, el alma de la ILE. Esta apuesta por la dignificación incluía procesos formativos similares, diálogo y colaboración entre docentes de cualquier tipo y unificación en las condiciones salariales y de trabajo.

Más en concreto, las mejoras afectan, al menos, estos cuatro ámbitos:

1 – El prácticum. La clave de las prácticas reside en la estrecha colaboración entre la tutoría universitaria y la escuela, a partir de un plan formativo compartido que se traduce en un acompañamiento intensivo tanto durante el grado como en el transcurso de un postgrado profesionalizador mediante un modelo de docente residente. Por ello se fijan una serie de criterios: selección de centros educativos como centros formadores de prácticas; la existencia de un responsable del plan de formación en cada lugar para garantizar la coordinación pedagógica entre todas las tutorías, así como el seguimiento de estudiantes. Para esta figura se contempla una dedicación especial con un complemento retributivo. Este tipo de medidas conllevan un cambio sustantivo en la cultura y organización del centro no universitario, así como una ampliación mínima de las plantillas, ya que sin una disponibilidad de tiempo suficiente puede quedarse en mera retórica.

2 – El profesorado universitario. La mejora del prácticum está asociado a la mejora de la calidad docente universitaria y del aprendizaje del alumnado, fomentando el trabajo colaborativo, la investigación y las competencias en los diferentes ámbitos. ¿Cómo establecer las necesarias sinergias para conseguir el acercamiento universidad-escuela? Para ello se piensa en tres tipos de docentes para impartir los grados de educación infantil y primaria:

  • Los perfiles académicos típicamente universitarios, actualmente el más habitual si no el único, para ocuparse de las materias teóricas. Se trata de un profesorado con escasa o nula experiencia y relación con el mundo escolar no universitario y que ha hegemonizado una oferta formativa mayoritariamente al margen de las necesidades reales.
  • Docentes que combinan una formación académica con una experiencia docente en la escolarización obligatoria y que, por tanto, pueden estar en disposición de conectar la teoría con la práctica.
  • Docentes que ejercen en la enseñanza infantil, primaria y secundaria pero que dedican un tiempo a la formación inicial, sobre todo en el ámbito del prácticum, didácticas y otras cuestiones más pegadas a la práctica escolar. A este perfil se le llama profesor vinculado, y formaría parte del claustro de la Facultad de Educación.

Asimismo se contempla la posibilidad de que el profesorado universitario pueda impartir docencia en etapas obligatorias. Esta deseada trilogía docente exige una revisión radical de los procesos formativos -¿cómo y quién forma el profesorado universitario, inicialmente y a lo largo de su carrera profesional? – y de los procesos de selección. Y conlleva también la superación de los departamentos actuales, concebidos como compartimentos estancos, y su sustitución por equipos docentes que impulsan un proyecto educativo global que marque la agenda formativa del futuro profesorado.

3 – Acceso a la profesiónYa lo decíamos en el artículo anterior: hay que romper con el modelo tradicional de las oposiciones memorísticas y de otro tipo de pruebas que se limitan a cuantificar la cantidad de conocimientos de los aspirantes, arbitrando otro tipo de medidas que valoren la competencia profesional, la experiencia y otro tipo de variables más ligadas al ejercicio de la profesión.

4 – Formación permanente. Esta no se concibe desligada de la formación inicial: sea para seguir un posgrado, participar en una investigación o experimentar una innovación. Todo es un continuo. Sin embargo, surgen varios interrogantes. ¿Cuáles son sus fines? ¿De qué contenidos se dota? ¿Cómo se lleva a cabo? ¿Quién la imparte y la dinamiza? ¿Cómo se combina la autoformación con la formación externa? ¿En qué tiempos y espacios se realiza? ¿Puede valorarse la eficiencia de las diversas modalidades y estrategias formativas? ¿Qué aportaciones nos han proporcionado el intercambio de experiencias, los seminarios y grupos de trabajo, la formación en el mismo centro, la visita comentada a otros centros, las redes virtuales y presenciales, la observación compartida de nuestra propia aula y de otros, el viaje, el diario de clase y otros recursos narrativos, la simple charla informal?

Hay mucha, muchísima experiencia acumulada que circula en varias direcciones. Pero ya va siendo hora de que se proceda a un diagnóstico para averiguar qué hay que priorizar y rechazar: desde la libertad de elección pero también desde el conocimiento sólido y fundamentado.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/pedagogiasxxi/2018/11/07/como-modificar-radicalmente-la-relacion-teoria-practica-mejora-de-la-formacion-inicial-y-3/

Comparte este contenido:

“Las maestras de infantil deberían ser las mejor pagadas”.Entrevista a Enrique Díez

Entrevista/08 Noviembre 2018/Autor: Víctor Saura/Fuente: El diario la educación

“La educación, ahora mismo, está sola”, sostiene Enrique Díez, ante un panorama donde al capitalismo sólo le quedan “los bienes públicos” por conquistar. Porque la escuela, añade, educa para la cooperación, pero el sistema social, la tribu, está educando para todo lo contrario.

Profesor de la Facultad de Educación de la Universidad de León y responsable federal de Educación en Izquierda Unida, Enrique Javier Díez Gutiérrez es una de las voces más rotundas que se pueden escuchar en España sobre organización y sistema educativo. Ha publicado numerosos artículos y libros, entre ellos Neoliberalismo educativo (Octaedro), que los suscriptores de El Diario de la Educación recibieron a principios de año en sus casas. Hace unos días ha pasado por Barcelona, invitado por la FAPAC (federación de ampas) para participar en dos jornadas consecutivas (viernes y sábado) sobre educación intercultural y sobre segregación escolar. Nos encontramos con él un rato antes del primero de los debates, que se hace en la escuela Collaso i Gil, situada en el barrio del Raval, y cuyo alumnado está formado por más de un 90% de hijos de inmigrantes.

En tu libro describes un escenario casi apocalíptico, en el que el capital prácticamente se ha adueñado de la educación. ¿No es un poco tremendista?

Ahora mismo, si nos fijamos en lo que está ocurriendo en Europa, donde la ultraderecha gana terreno, donde el neoliberalismo se ha asentado como pensamiento prácticamente único, donde han desaparecido los movimientos intelectuales que en otra época planteaban alternativas, donde en Brasil surge un movimiento político para penalizar la pedagogía de la liberación… yo creo que el escenario que describo es bastante realista. Es más, creo que el futuro va a ser bastante más tétrico. Y lo que veo es que la comunidad educativa ha asumido los principios y valores neoliberales. Sobre todo en secundaria se habla mucho de objetivos escolares, de sacar alumnos del aula para que así una buena parte del profesorado se dedique a lo que entiende que es el alumnado con el que debería trabajar habitualmente, que es aquel que se ha adaptado al sistema escolar. Por no hablar de la formación universitaria del profesorado.

Hable, hable.

Las nuevas generaciones no se cuestionan el modelo escolar, y de hecho han abandonado la reivindicación como un espacio también del maestro. Y la formación del profesor de secundaria es caótica, ¿qué hace éste cuando sale? Pues repetir lo que experimentó y vivió en su infancia, es decir, contar con sus palabras lo que dice el libro de texto. Yo que he sido orientador me decían: “Este chaval tiene problemas, te lo mando, tú me lo arreglas y cuando funcione bien me lo devuelves”; “oye, que esto no es un taller mecánico, yo estoy para orientarte a ti”; “ah, no, yo no soy ni su padre ni su mentor, yo estoy para dar instrucción”; “es que para esto no te necesita, porque ya está internet”.

Al menos en León saldrán maestros con espíritu crítico…

Mis alumnas me dicen: “Vale Quique, muy bien, buen análisis, pero no me comas la oreja porque este fin de semana me voy a Carrefour”. A comprar y a consumir. Es decir, la escuela, ahora mismo, está sola. Ni siquiera en los niveles superiores se la creen. Con lo cual, si los medios de comunicación, la calle, el sistema social plantea ese modelo donde los referentes tienen otras expectativas, estamos engañando a los alumnos, les estamos haciendo incluso inadaptados sociales. Hace 20 años igual no hubiera dicho que el panorama es muy negro, pero ahora sí.

Cualquier tiempo pasado fue mejor.

Ahora mismo parece que el capitalismo ha conquistado el planeta, ha poblado la tierra, y el último reducto que le queda por conquistar son los bienes comunes. Hablamos mucho de la guerra económica pero no de la ideológica, y creo que nos han ganado por goleada porque han conquistado el sentido común planetario. Por tanto, no digo que hace 20 años fuera mejor, sino que al menos había esperanza porque se planteaban otras alternativas.

Ha hablado antes de la tendencia a separar y a competir en la escuela, pero en cambio cada vez se habla más de la cooperación y la inclusión como valores de futuro.

Es verdad que hay experiencias cooperativas, que son puntuales y muy interesantes, y que hay muchas declaraciones de cooperación, pero eso no es la política general del sistema educativo, ni es la práctica real de la mayoría de centros. También es cierto que hay que diferenciar entre infantil y primaria, y ESO y bachillerato. Como ejemplo, los mismos patios escolares siguen estando dominados fundamentalmente por los chicos que juegan al futbol. O seguimos también con exámenes muy competitivos como método de evaluación. Aquí mismo estamos en un centro segregado en el que no me parece que haya mucha cooperación.

La escuela del franquismo seguro que era más alienante que la actual y en cambio no impidió que apareciera una ciudadanía crítica.

Hay una diferencia fundamental: un sistema fascista es un bloque contra el que luchar, está muy claro quién es el enemigo. Pero cuando el enemigo lo has interiorizado, e incluso lo deseas, es otra cosa muy distinta. Muchos trabajadores de Uber o Cabify te dicen que ellos tienen la libertad de elegir ser explotados. Por eso yo hablo de la claudicación del sentido común. En León acaban de despedir a trabajadores de la multinacional Vestas porque la planta que tiene ahí se deslocaliza, les planteábamos que es el momento para nacionalizar y que asumiesen esa producción como cooperativa con el apoyo público, y lo que nos decían era que querían cobrar el subsidio lo más alto posible y que luego ya se verá. Eso es pan para hoy y hambre para mañana. La mayor parte de la población ahora mismo está en esta línea, que es lo que yo llamo la pedagogía del egoísmo. O sea, la escuela educa para la pedagogía de la cooperación pero implícitamente buena parte del sistema social está educando para lo contrario. Yo lo veo muy claramente en el tema de los conciertos educativos.

Entramos en terreno pantanoso.

Tú les preguntas a las familias y te dicen: “Es que yo quiero el mejor centro para mi hijo”. ¿Y para los demás niños? Y te dicen: “Es que yo tengo derecho a elegir”. Pues no, el derecho a la educación lo tiene el niño o niña, y no lo digo yo, lo dicen todos los organismos comenzando por la ONU y la Unesco. Y segundo, lo que queremos es el mejor centro para todos los niños y niñas. Nadie tiene un derecho por encima del resto, y lo preocupante es que la mayoría de gente quiere libertad de elección para elegir lo mejor para él, es decir, busca salidas individuales, que es el modelo neoliberal.

Es que no se ha encontrado la manera de hacer una asignación de centros de una forma que no genere quejas.

Creo que los poderes públicos tienen la función de planificar, al margen de si hay quejas o no. Tenemos que planificar el sistema educativo en función del bien común, al margen de las preferencias o la selección de los padres, porque no hay libertad de elección, lo que hay es preferencia de selección, y eso lo dicen todas las investigaciones. Por eso los conciertos ahora mismo no tienen ningún sentido. Como dice Gimeno Sacristán, los conciertos sólo se eligen porque no quiero que los míos estén con una clase social distinta de la mía. Toda la clase media es muy aspiracional, yo quiero relacionarme con profesionales, y no quiero estar ni con negros ni con moros ni con gitanos.

Hay escuelas concertadas en cuyo alumnado también hay negros, moros y gitanos.

Efectivamente, siempre hay la excepción que confirma la regla. Yo fui responsable de atención a la diversidad de la provincia de León, y me encontraba con algunos casos en los que no había forma de tener a un alumno en un centro público, ¿y al final a quién acababa recorriendo? A las teresianas. Pero eso no es óbice para los datos que tenemos de dónde está la población migrante y dónde está la población con necesidades educativas específicas, y está muy mayoritariamente en los centros públicos. Pero no solo lo digo por eso, es que el mismo concepto del concierto educativo es una forma de segregación terrible, y además somos una anomalía en toda Europa. Incluso diría que es inconstitucional, porque la Constitución ampara la creación de centros privados pero no que se tengan que financiar con el presupuesto público. Quien quiera escuela privada, que se la pague.

En el libro escribe que se tendría que invitar a los centros concertados que lo quisieran a incorporarse a la red pública.

Esto es una alternativa que hemos consensuado con Podemos. Pero yo suprimiría los conciertos de raíz, aunque está claro que no es una voluntad mayoritaria de la población. Insisto que en Europa eso es una anomalía. Recuerdo la primera vez que fui a Suecia y entré en un colegio y me encontré en un aula con 15 chicos y chicas y tres profesores. Y de esto hace un montón de años. Con esos recursos nadie se plantea ir a una escuela privada, pero claro, ahí no rescatan bancos ni dedican a armamento lo que dedicamos aquí.

También es mucho más elevada la presión fiscal

Sí, aunque también desde hace diez años todos estos países que se ponían antes como referencia han cambiado, porque han entrado gobiernos bastante más conservadores.

¿Pero si nos comparamos con países de nuestro entorno más cercano, aún somos tan anomalía?

En cuanto a los conciertos sí. Quitando a Malta, somos la anomalía del resto de los países de Europa. En Italia hay algo, pero estamos hablando tal vez de un 16%, aquí estamos en un 36% de media, porcentaje que en Cataluña, Madrid y Valencia es más elevado. Claro, se montan donde hay negocio, en Las Hurdes no montan ningún colegio concertado.

También es verdad que algunas escuelas hoy concertadas llegaron a zonas deprimidas antes que lo hiciera la administración.

Y de eso se trataba inicialmente. Pero esto ha cambiado. Las escuelas de barrio que surgieron de congregaciones religiosas, como los Dominicos o los Jesuitas, en su momento tuvieron sentido, pero eso se perdió. Y lo digo yo, que soy católico practicante y hace años fui profesor en un colegio concertado. El 60% de la concertada es de la Iglesia católica, pero ahora ni siquiera las monjas y los curas están dando clase, lo han subcontratado a otra gente a las que no cuestiono, son muy buenos profesionales, pero sí cuestiono el modelo, y no tiene ningún sentido. La iglesia tiene que dedicarse a lo suyo.

¿Y si hablamos de otro tipo de concertada, por ejemplo de las escuelas que son cooperativas de maestros, y que no han delegado la gestión?

Claro, yo también trabajo con las escuelas cooperativas, y me dicen que no son lo mismo, y no lo son, pero me da igual, a la hora de regular y plantear una propuesta tenemos que pensar en el modelo de país. Yo les digo: “Por supuesto que los últimos que dejaremos que tengáis los conciertos seréis vosotros, pero tiene que ser una red pública”. Porque es la única forma de garantizar que no pase lo que está pasando aquí, es decir, que determinados centros acaben segregados y que además se esté pensando en qué centro voy a elegir y acaben los Volvos a la puerta de los grandes centros porque traigo a mi hijo desde no sé dónde porque si va a este cole va a ser algo en la vida. Es decir, toda esa mentalidad que se va creando a mi me parece que es el modelo de educación que no queremos. Y cuando esto se explica a la gente mayoritariamente está de acuerdo. Pero entonces te dicen: “Tiene sentido, pero como esto no se va a poner en marcha ahora mismo, entre tanto vamos a seguir haciendo esto y lo otro”. ¡Es que así nunca cambiaremos!

Pero, por ejemplo, la escuela en la que estamos, ¿está segregado el centro o lo está el barrio en el que se encuentra?

Las dos cosas. En León tenemos dos centros pegados, sólo les separa una pared. Hasta hace poco uno lo dirigía un señor, y el otro su esposa. Ambos personas geniales y progresistas. Pues en uno sólo hay gitanos y en el otro sólo hay payos. Las familias empiezan a decir: es que a mí hijo no se le atiende lo suficiente, es que si se junta con aquellos va a perder nivel… Cuando una población es rechazada acaba yendo no tanto donde aspira sino donde es aceptado. Si a todo esto le sumamos que hay un proceso de gentrificación fuertísimo en las ciudades, ¿dónde acaba la población?

Pero si es que entonces te dicen que van a trabajar la educación intercultural en el cole. ¿Pero qué educación vas a tratar si ese niño sabe perfectamente que a su papá no le alquilan un piso en esa zona? ¿Qué historias les estamos contando en la escuela?

Yo eso lo he visto con la escuela inclusiva: una clase haciendo un taller sobre inclusión en la que no hay ni un solo compañero que tenga una discapacidad. Así es difícil…

Igual que se hacen semanas multiculturales en escuelas sin alumnos migrantes. Eso es el currículum del turista, y además se estereotipa. La educación o es inclusiva o no es educación, o es intercultural o no es educación. Y aquí no hay neutralidad posible. O educamos o deseducamos. Las adaptaciones curriculares o todo esto de sacar al niño del aula, por ejemplo, son medidas segregadoras porque las estamos haciendo desde una perspectiva no inclusiva. Y eso mismo es lo que observamos en el centro donde estamos: cuando los niños y las niñas están recibiendo el mensaje de exclusión de sus familias por parte de todo el entorno, por mucho que hagamos en la escuela parece que les estemos engañando. Es como cuando le dices al guaje que lo importante es participar y te responden que no, que lo importante es ganar porque es lo que me estás enseñando todos los días. Yo quiero ser como Ronaldo, que gana un montón de pasta. Sí, muy interesante el aprendizaje servicio y trabajar cooperativamente pero yo lo que quiero es ganar pasta.

¿Una red pública única garantizaría la no segregación? Al fin y al cabo, en según qué barrios hay públicas que tienen mucha más demanda que las concertadas de su zona.

Es que la escuela pública está asumiendo las mismas prácticas del modelo empresa de la concertada. Y entonces empieza a aparecer en las puertas de las escuelas: “Venid aquí porque tenemos un modelo bilingüe, o que hacemos no sé qué”. Parece que somos como los restaurantes de las Ramblas, que salimos a la puerta a repartir folletos y captar al cliente. La ministra Celáa dice que vamos a corregir el artículo 109 de la Lomce, el que dice que las plazas deben ofertarse según la demanda social. Pero es que una de las funciones que tienen que tener las comisiones de escolarización es controlar toda la distribución equitativa de toda la población escolar, de tal forma que todas las familias tengan al lado de casa un buen centro, para que no tengan que desplazarse. Que ningún niño tenga que ir en coche a la escuela, lo cual es también otra concepción de la ciudad. ¿Si hubiera una red pública única aseguraría esto? Al menos tendríamos muchas más posibilidades de que no hubiera este modelo. Imagínate una ciudad como Barcelona, que es como un hormiguero humano, donde hay una agresión permanente, donde hay un estrés permanente… ¿y aquí decimos que apostamos por trabajar las emociones, la educación lenta… pero cómo? Se dice aquello de que quien educa es la tribu. Pues ¿dónde está aquí la tribu? Aquí la tribu está educando lo contrario a lo que educa la escuela. Por eso digo que soy pesimista.

¿Dónde queda la autonomía de centros? ¿Es compatible con su propuesta?

Totalmente. Yo hablo de planificar en el sentido de dar respuesta a las necesidades educativas, garantizar que todo el mundo tenga derecho a una escuela y con los mejores recursos, y que además sea gratuita. Pero respetando la autonomía, claro está, y de hecho dando mucha más de la que tienen los centros actualmente. Porque ahora ¿qué autonomía pedagógica se está dando? Para dar autonomía real tenemos que hacer un currículum de mínimos, no puede ser esto que se hace de páginas y páginas de estándares de aprendizaje o de evaluación. O de exámenes y reválidas que no las puede poner ni el propio profesorado, porque hay una desconfianza terrible sobre el profesorado. Creo que en su momento la Logse dio mucha autonomía, cuando se dieron unos mínimos, y yo diría que deberían tener autonomía suficiente incluso para incumplir los mínimos.

Ya no quedan muchos que hablen bien de la Logse…

Yo digo que fue buena, pero se hizo sin recursos y con mucha diarrea curricular. Y tuvo un gran defecto, el psicologismo, por el que casi se convertían a las víctimas en culpables. Si tú no te esfuerzas eres tú el responsable. Y con ello la cultura de la autoridad porque alguien tiene que hacer que te esfuerces, y eso es revictimizar a las víctimas. ¿Pero te has preguntado por qué no se esfuerza o por qué no quiere estar en clase? A lo mejor nos tenemos que preguntar por qué un niño a los 4 años pregunta de todo y quiere saberlo todo y a los 14 no quiere saber nada de lo que le contamos. Pero vamos, no puedes hacer una reforma sin una ley de financiación que garantice y blinde esa inversión al 7% del PIB, es decir, al nivel de Europa, y para eso hay que meterla la financiación de la educación en el título 1 de la Constitución. Yo acabo de mandar un alumno mío de doctorado a Noruega ¡y le pagan 2.300 euros al mes por hacer el doctorado! Pero repito que allí no rescatan bancos.

Volvamos al currículum. Decía que hasta se deberían poder incumplir los mínimos.

Si un centro decide trabajar por proyectos y que no haya asignaturas, pues olé sus narices. Yo he visto centros en los que los estudiantes –con los que nunca se cuenta cuando se habla de autonomía– eligen qué estudiar, cómo estudiarlo y con quién ¡Eso sí es autonomía! Y he visto negociar al profesorado con el alumnado. Cuando tú tienes que convencer al alumnado de por qué es importante hacer esto o lo otro estás haciendo una educación para la democracia de verdad –y hablo de Primaria ¿eh?–. Y cuando ellos asumen responsabilidades y se ponen unas normas que ya no son las normas del profesor sino que son las normas consensuadas, tú dejas de hacer de policía, y ellos y ellas las respetan porque se las recuerdan entre ellos. Son responsables cuando les das la oportunidad de serlo. Por tanto, si cogiéramos el currículum, las transversales tendrían que ser el eje central en torno al cual montar la lengua, las matemáticas, el conocimiento del medio, etc. Yo aún recuerdo cuando mi profesora de ciencias naturales llegó a clase, yo tenía 15 años, y nos anunció que con la profe de lengua y el de educación física habían montado un proyecto que se llamaba “aprender a ligar”. Se nos pusieron los ojos como platos. Claro que aprendí un montón de anatomía, de fisiología… Al fin y al cabo es hacer lo que hacían los buenos y las buenas maestras de la República.

Muchos maestros ya querrían, pero no tienen tiempo para planificar y coordinarse.

Es cierto que la financiación tiene que venir acompañada con una bajada de ratios, que haya 20 alumnos en clase. Pero luego te dicen “vamos a hacer un concurso para ver quién argumenta mejor” ¡Pero es que eso se tiene que hacer todos los días! ¡En infantil se hace todos los días! Por eso creo que es importante infantilizar la educación, ahora que se está secundarizando la educación y se presiona tanto para que los modelos de la universidad bajen hacia abajo, y ves a papás que quieren que su hijo sepa hablar inglés en infantil. ¿Pero para qué, tiene muchos niños y niñas inglesas en su cole? Y te dicen que es para el futuro mercado laboral. ¡Pero bueno! Yo creo que debemos aprender de la gente de infantil, y por eso abogamos por un cuerpo único de enseñantes y la gente de infantil debería ser la que más cobrara, no los de universidad ni los de secundaria. Es que vivimos en un mundo al revés.

¿Los de infantil deberían ser los que más cobrasen?

Pero mucho más, no sólo porque ponemos a nuestros hijos en sus manos en los momentos en que su desarrollo es más importante, sino porque son la gente mejor formada y preparada, y están haciendo una labor increíble, y esos sí que trabajan cooperativamente y en equipo. Mira como está montada esta aula [en grupos de seis mesas enfrentadas], ¿por qué no puede seguir así en primaria o secundaria? ¿O por qué en la universidad ni siquiera es concebible esto? Ahora sí, parece que los Jesuitas se están planteando reformar los espacios, pero bueno, es que en infantil lo hacen todos los días. Yo en mi clase de la universidad no puedo hacerlo porque las sillas están clavadas al suelo, por lo que la gente se tumba por ahí, y hacemos corros y nos damos masajes los unos a otros.

Fuente e imagen: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/11/02/las-maestras-de-infantil-deberian-ser-las-mejor-pagadas/

Comparte este contenido:

Altas capacidades, hipersensibilidad y acoso escolar

Por: María Sanchéz Dauder

Las personas con altas capacidades nacen con una característica inherente a este perfil: la hipersensibilidad, que es emocional y sensorial.

¿Qué sucede siempre ante alguien que llora con facilidad ante ciertas situaciones? ¿Qué sucede ante alguien cuyas emociones están a flor de piel y estallan, como si de la erupción de un volcán se tratara, llorando, enfadados, indignados y rebotados? ¿Qué sucede cuando alguien defiende un tema a capa y espada, pone toda la carne en el asador con ímpetu y fuerza, y el grupo que le acompaña no tiene el mismo punto de vista? ¿Qué sucede con la persona que todo le pica, todo le huele mal, todos los ruidos le molestan…?

altas-capacidades

Acoso y altas capacidades

Una persona con altas capacidades no es solo un CI alto, es una persona con unas características que le acompañan para el resto de su vida. Una de ellas es la extrema hipersensibilidad, que no solo se limita a ser emocionalmente sensible, sino también a ser sensorialmente hipersensible.

¿Cómo repercute en el día a día de una persona esta hipersensibilidad sensorial? Las imágenes impresionan mucho más, se leen con más énfasis. Los ruidos siempre molestan: el clac-clac de abrir y cerrar un bolígrafo, los motores de las motos, los petardos y fuegos artificiales, la música alta, el barullo de una clase… Les molesta, y mucho, hasta el punto de generarles fuertes dolores de cabeza. Los olores se multiplican, se intensifican, calan en la pituitaria hasta el punto de generar mareo y cefaleas. Los sabores se sienten también mucho más intensos. Por último, el tacto y la hipersensibilidad táctil: estamos ante uno de los más delicados, ya que genera agobio a ser tocado. Una caricia se puede transformar en una molestia. Para un niño con este perfil, tocar plastilina, pintura o pegamento puede convertirse en algo desagradable y horrible que le puede generar angustia y ansiedad. Curioso, pero cierto.

¿Cómo repercute en el día a día de una persona la hipersensibilidad emocional? Una persona sensible lucha con todas sus fuerzas y energías para defender algo que le parece injusto. La energía que muestra es tal, que lo que genera a su entorno es burla hacia “el motivado” por cierto tema. Cuando un niño, o no tan niño, llora ante un reportaje sobre refugiados o ante un atentado o accidente. Si esta persona no puede evitar las lágrimas ante una pieza musical que despierta emociones o ante un texto literario que vive y siente a flor de piel. Y si se ha sentido traicionado por alguien a quien no considera enemigo ante un problema que le ha hecho sentir hundido bajo tierra… y explota en un mar de lágrimas  ¿qué sucede con las personas que le rodean? ¿Qué situaciones se generan?

Por otro lado, el perfil de altas capacidades suele tener intereses muy peculiares y particulares, completamente lejanos, ajenos e indiferentes para el colectivo social de su alrededor. Estos niños y niñas dominan la astronomía, la historia, la gramática, las matemáticas… cualquier tema que en un momento dado les haya despertado un interés. ¿Cómo se lee esto entre el resto de sus compañeros? ¿Y si al rarito que habla de cosas raras se le suma la hipersensibilidad emocional y la hipersensibilidad sensorial?.

La respuesta a estas preguntas es ACOSO, acoso escolar o, en adultos laboral, en toda regla. Estos niños, adolescentes y adultos se convierten en las dianas de burlas, críticas, comentarios continuos y aceptados por el grupo de personas que conviven con ellos fuera de su ámbito familiar. Estos niños, jóvenes e incluso adultos, sufren constantes ataques diarios, semanales o circunstanciales que les etiquetan como: el raro, el llorica, el plasta… Y ya se les señala con el dedo como centro de diversión a costa de su dolor emocional y de su frustración personal.

¿Qué se genera, además, ante estas situaciones? Lo peor que podría suceder: la normalización social de este acoso y de estas situaciones que se repiten con demasiada frecuencia. Además, que muchas personas no caen en este punto, el día a día de las familias con personas acosadas se convierte en un infierno, pues el acosado está eternamente enfadado, rabioso, hundido y muchas veces deprimido a causa del dolor por los ataques recibidos. Estas familias a veces sufren problemas dada la tensión que se vive en sus casas. ¿Nos ponemos en sus zapatos? Si una familia traslada a un centro su preocupación ante el acoso escolar, por favor, atendamos. Estos papás no hablan de un hecho puntual, ya llevan una mochila en sus espaldas. Y si además se trata de un caso de altas capacidades -aspecto genético – pensemos en su hipersensibilidad y en la de los padres de estos niños. Es muy duro para el niño, pero también para su núcleo familiar.

Y la suma del malestar generado, desgraciadamente, conlleva consecuencias emocionales que conducen a estos sujetos a fatales desenlaces. De hecho, cada vez, desafortunadamente, hay más casos. Todos tenemos una llave mágica, si no permitimos que se normalicen los ataques y si somos valientes que explicamos y defendemos lo que no debe ser. ¿A ti te gusta sufrir? A ell@s, tampoco.

Fuente: http://blog.tiching.com/altas-capacidades-y-acoso-escolar/

Comparte este contenido:

La necesidad de desvelar la hegemonía educativa

Por: Fernando Hernández

La educación de una persona no es una cosa, sino la posibilidad de que un ser humano pueda cambiar sus puntos de vista.

Hace dos años, con Juana M. Sancho y Jaume Carbonell, esbozamos el guion de un libro que, inspirado en el que publicaron en 2014 David Berliner y Gene Glass con el título 50 Myths and Lies That Threaten America’s Public Schools: The Real Crisis in Education, explorara y contrastara los mitos y mentiras en torno a la educación pública en España.

Asociábamos esta propuesta con las percepciones y creencias que circulan como verdades, pero que en realidad son reflejo de valores y creencias. Fue lo que Gramsci denominó ‘hegemonía cultural’ y que aquí se transformaría en ‘hegemonía educativa’. Lo enriquecedor del proceso que compartimos fue las listas de mitos que elaboramos. El proyecto está ahora en el cajón de ideas que es posible que se hagan realidad.

Algo de lo que nos dimos cuenta en nuestras conversaciones fue que, a diferencia de lo que sucede en otros países, aquí no existen evidencias contrastadas que puedan servir para refutar o confirmar esas mentiras y mitos. Que lo que predominan son afirmaciones y pareceres en función del credo y la experiencia de cada cual.

Esta falta de evidencias hace que las decisiones que afectan a las políticas y la vida de los centros educativos se tomen basándose en lo que alguien con responsabilidades o bajo el consejo de quien se supone experto, piensa que es una prioridad que hay que abordar sin demora. Pero que no suele basarse en evidencias ni en una propuesta, cuya implementación requiere de recursos y tiempo.

Además de una estrategia que asuma que, si el profesorado y la comunidad educativa no se siente vinculados a lo que se propone; si no responde a una necesidad reconocida, no tendrá arraigo y quedará en otro producto más del márquetin educativo.

Viene lo anterior a cuenta de las propuestas que escucho en todas las direcciones sobre que la Escuela -el profesorado- ha de “adaptarse y responder a las necesidades de la sociedad en el siglo XXI”. Ya este enunciado me pone en guardia por su generalidad y falta de matices. Por agitarse como reclamo publicitario que proyecta lo que en realidad son los intereses de empresas -especialmente asociadas a tecnologías digitales- o grupos e individuos vinculados al negocio de la educación.

Pero, sobre todo, me sigue sorprendiendo que se piense en un futuro que nadie sabe cómo será y se olvide el presente de quienes hoy están en la Escuela o en la Universidad. También me llama la atención que se acepte sin apenas analizar críticamente su contexto y consecuencias, si desvelamos lo que fundamenta y orienta la propuesta de vida en común que plantea. No es lo mismo pensar en un proyecto colectivo vinculado al darwinismo social, que favorece la estratificación y la desigualdad, que otra que pretende equilibrar las desigualdades. Lo que me lleva a recordar lo que menciona Gert Biesta cuando nos recuerda que la educación de una persona no es una cosa, sino la posibilidad de que un ser humano pueda cambiar sus puntos de vista.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/10/31/la-necesidad-de-desvelar-la-hegemonia-educativa/

Comparte este contenido:

De la actualidad de Paulo Freireg

Por: Xavier Besalú

¿Por qué revindicar a Freire hoy, 21 años después de su muerte, casi 50 años después de que viera la luz su Pedagogía del oprimido?

Freire vivió en el entonces llamado Tercer Mundo, entre el bloque capitalista, capitaneado por los Estados Unidos, y el bloque socialista, encabezado por la Unión Soviética; un mundo dividido, en una denominada guerra fría, que prácticamente obligaba a todos, estados, pueblos y personas, a elegir entre ambos bloques. Él lo vivió desde América Latina, el patio trasero de los Estados Unidos, donde los intentos de revertir su situación neocolonial resultaron casi siempre infructuosos.

Pero el mundo de hoy es bien distinto: desaparecido el bloque socialista, la economía de mercado, el capitalismo, exhibe exultante su triunfo incontestable, mientras los llamados estados del bienestar cada vez lo son menos y se pone en duda su misma viabilidad. Igual que la economía, también la política ha sufrido el impacto de la globalización: al mismo tiempo que se pretende reducir la democracia a las citas electorales periódicas, lo cierto es que las tecnologías digitales han abierto un mundo de posibilidades a la participación de la ciudadanía, que ve incluso factible prescindir de las mediaciones (los partidos políticos, los sindicatos, los medios de comunicación, los representantes elegidos…).

Este es el mundo que nos interpela, esa es la realidad que debemos desocultar, esos son los desafíos del presente: ¿Cómo hacer frente a la creciente desigualdad y al desmantelamiento de los estados del bienestar? ¿Cómo dar un nuevo sentido a la solidaridad entre los pueblos sin generar nuevas formas de dependencia? ¿Cómo defender la importancia de las organizaciones, hoy tan desacreditadas, para poder negociar de tú a tú con unos poderes fácticos tan descomunales? ¿Cómo conjugar las posibilidades que nos ofrecen las redes sociales, su inmediatez y horizontalidad, con la imprescindible reflexión y responsabilidad?

Por otra parte, no se puede comprender a Freire si lo desvinculamos de su fe y de su compromiso cristiano. Si la religión católica se asoció tradicionalmente al poder y a los poderosos, especialmente en América Latina, el concilio Vaticano II abrió las puertas a la teología de la liberación, una lectura del evangelio en clave no solo moral, sino también política y social, y Mounier le mostró el camino para edificar un nuevo humanismo esperanzado y trascendente, en diálogo crítico con el marxismo.

También ha cambiado el panorama religioso en nuestro país, en aquel entonces situado entre el nacionalcatolicismo rampante a nivel jurídico y jerárquico, y una iglesia de base, refugio del antifranquismo. El proceso de secularización experimentado ha sido impresionante, pero el interrogante religioso, el vínculo con el misterio, sigue ahí, tal vez para enfrentar con alguna garantía el insoportable peso negativo de las numerosas indeterminaciones que gravitan sobre nosotros y nos hunden en la perplejidad y, a menudo, en la desesperación, en palabras de Duch.

¿Es posible ser freireano sin esa pulsión religiosa y esperanzada que guió siempre sus pasos? ¿Debemos integrar la dimensión religiosa en una educación efectivamente integral? ¿Cómo fortalecer la subjetividad y la independencia de las personas cuando son tan poderosas las variables situacionales y tan persistentes los riesgos de alienación? ¿Cómo dar un sentido a nuestra existencia para no caer en la indiferencia que imposibilita cualquier posibilidad de lucha por la transformación social?

Freire fue además un intelectual riguroso y reconocido, un pensador de sólidas bases filosóficas, bien conectado con las inquietudes de su tiempo. Una de las columnas maestras de su pensamiento fue el marxismo, de manera especial el de Gramsci, que le transmitió la importancia para la práctica de la lucha cultural, de la ideología, de los imaginarios, de la educación como un factor estratégico de primer orden para la transformación de las personas y de las sociedades. Otra columna fue el pensamiento postcolonial, que bebió directamente de Fanon, como es perceptible en esas palabras de Freire: Mi punto de vista es el de los condenados de la tierra. Y aún deberíamos mencionar a los existencialistas y su visión del individuo como persona libre, sí, obligada a tomar las riendas de su propia vida, a pesar tener que andar a tientas en la oscuridad y de la falta de referentes, porque no debemos esperar que nadie, que ningún absoluto, nos saque las castañas del fuego…

Si el mundo de Freire –como hemos visto- era el de las ideologías fuertes, el pensamiento sólido, las narrativas de salvación, el mundo de hoy es el de la liquidez, el del pensamiento débil, o único, el de la flexibilidad y adaptabilidad… Y una vida líquida es una vida siempre en precario, vivida en condiciones de incertidumbre permanente, de soluciones a corto plazo, sin pasado y sin futuro…

Paulo Freire nos invita, hoy como ayer, a pensar quienes son los condenados de la tierra, quienes son los oprimidos, y a renovar nuestro compromiso teniendo claro a favor de quienes y de qué trabajamos y educamos, y en contra de quienes y de qué. Nos desafía a ser de nuevo críticos y propositivos, a fundamentar sólidamente nuestras posiciones y a ser coherentes en nuestras acciones. Cuando son tan insistentes las llamadas a la innovación, cuando aparentemente las tecnologías digitales van a resolver o a disolver todo tipo de problemas, cuando la privatización de la enseñanza avanza en todos los frentes, los educadores que nos queremos progresistas debemos estar presentes en estos debates y mostrar que las prioridades tal vez deberían ser otras, que no todo es susceptible y razonable de ser eliminado y sustituido, que lo público no es una cuestión exclusivamente instrumental, que el saber es importante más allá de su utilidad…

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/10/15/de-la-actualidad-de-paulo-freire/

Comparte este contenido:

Lecciones del hambre

Por: Juan Carlos Yáñez

Esa miseria, la de la compañía familiar o humana, la de un improbable horizonte distinto para mañana es la más devastadora prueba de la miseria humana, que forjamos ciudadanos impávidos y gobiernos insensibles.

Primera parte

Martín Caparrós, periodista argentino, dedicó un extenso volumen a analizar uno de los flagelos que expone con dureza las contradicciones sociales y la vulnerabilidad de buena parte de los habitantes del mundo. El hambre, se llama el libro, publicado en Argentina en 2014 por grupo editorial Planeta, con apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional.

El hambre, comienza Caparrós: “Es, en mis imágenes más viejas, un chico con la panza hinchada y las piernas flaquitas en un lugar desconocido que entonces se llamaba Biafra; entonces, a fines de los sesentas, escuché por primera vez la versión más brutal de la palabra hambre: hambruna”. El hambre tiene rostro infantil, pero también adulto, de hombre o mujer mayores, abandonados a su suerte por la sociedad, por una familia, un hijo, una pensión… sin esperanza.

Luego confiesa su plan inicial: “Siempre imaginé que empezaría este libro con el relato crudo, descarnado, tremendo de una hambruna. Llegaría acompañando a un equipo de emergencia a un paraje siniestro, probablemente africano, donde miles de personas estarían muriéndose de hambre. Lo contaría con detalles brutales y entonces, después de poner en escena el peor de los horrores, diría que no hay que engañarse -o dejarse engañar-: que las situaciones como estas son solo la punta del iceberg y que la realidad real es muy distinta”.

El hambre es un libro contundente, una bofetada a la comodidad y el confort indolente ante la suerte de millones y millones. Una pregunta ilustra: “¿Se imagina cómo es una vida hecha de días y más días sin saber si va a poder comer mañana?”.

Segunda parte

Esta mañana sabatina la pasé en compañía de Mariana Belén y un puñado de sus compañeros del colegio; nueve con ella, para ser exactos. Completábamos el grupo cuatro maestras y tres padres, en cuatro vehículos. Como parte de un programa social, los niños y sus familias donan productos de primera necesidad todos los jueves y un sábado de cada mes lo recabado se entrega a personas adultas, solas, pobres, de una colonia oriental en la capital de Colima (México).

La experiencia fue mucho más significativa que una clase de civismo dictada por una profesora cansada de repetir el tema, incluso, más que una clase impartida por una maestra emocionada. Las niñas, mayoría del grupo, recibieron pronto, adultos incluidos, un cimbronazo brutal al llegar a la primera casa de la ruta. Una precaria edificación, más que humilde, sostenida por milagro, habitada por un hombre mayor, lastimosamente vulnerable. Era nuestra primera experiencia y fuimos del asombro a la consternación. Mirando la escena en segunda fila escuché la conversación del hombre con la maestra coordinadora y los niños; hablaron de apoyarle con láminas para apuntalar su casa. Allí vi derramar las primeras lágrimas de Mariana y algunas otras compañeras, abrazadas, conmovidas de observar la miseria a tan poquitos pasos.

Debíamos seguir el camino. Al auto subieron otras dos niñas con nosotros y su primera conversación me enterneció: “Yo pensaba que mi casa era pequeña”. Lección significativa, donde las haya en la materia. Frialdad paterna frente a estas realidades, también. Pensé en mi periplo vital y abandoné su diálogo.

Tres horas de la mañana pasamos así, de casa en casucha, buscando a veces infructuosamente, dejando la despensa con la vecina, o en una esquinita del jardincito frontal. Al fresco matinal lo sucedió un calor que fue subiendo de intensidad; a mediodía empapaba la ropa y obligaba al refugio en los árboles, en el singular viacrucis que los pobladores contemplaban entre sorprendidos e indiferentes.

Las calles llenas de pobreza y agua que había dejada la lluvia de la noche anterior eran todas iguales, o casi, unas más dañadas que otras. Mundo inédito para la mayoría de la comitiva. Hubo más lagrimas del grupo; no todas fueron de dolor o compasión, algunas de alegría, por las conversaciones de las señoras y los señores que no escatimaban palabras cariñosas para los estudiantes. También momentos tristes, como llegar a la casa de la señora Paty y enterarnos que había muerto tres meses atrás, coincidentemente cuando el colegio suspende el programa por vacaciones.

Tercera parte

Fue una mañana de lecciones brutales, conmovedoras, tiernas. La pobreza la he visto desde nacer, en mi pueblo a donde llegaban para el corte de la caña los pobladores del sureste mexicano a trabajar en condiciones inhumanas y sobrevivían por voluntad divina y generosas dosis de alcohol. Miseria entre la miseria la de aquellos niños y adultos pequeños, de pelo lacio, piel morena y silenciosos, de lengua distinta, invisibles en una sociedad rural que tampoco los admitía. En nuestros países y sociedades la pobreza es vecina de casi todos, consuetudinaria, pero pasa inadvertida. ¿Cómo carajos hacemos para no verla?, preguntaría Martín Caparrós.

Nunca dejé de mirar la miseria. Es parte de nuestro pueblo, de mis temas de investigación, de los paisajes que pueblan nuestras ciudades. Pero la experiencia para Mariana Belén e, imagino, para sus compañeros, fue imponente.

De todo aquello, me quedo con las palabras de una señora que al despedirse agradeció y dijo, palabras más palabras menos: “Visítenme, aunque no traigan nada, nomás vengan a platicar conmigo”. Recordé de nuevo a Caparrós: “Nada me impresionó más que entender que la pobreza más cruel, la más extrema, es la que te roba también la posibilidad de pensarte distinto”.

Como escribiera Victor Hugo en célebre discurso en la Asamblea constituyente, en noviembre de 1848: “Pero si quiero ardiente y apasionadamente el pan del obrero, el pan del trabajador, que es un hermano, quiero, además del pan de la vida, el pan del pensamiento, que es también el pan de la vida”.

Esa miseria, la de la compañía familiar o humana, la de un improbable horizonte distinto para mañana es la más devastadora prueba de la miseria humana, que forjamos ciudadanos impávidos y gobiernos insensibles.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/10/17/lecciones-del-hambre/

Comparte este contenido:

“Sabemos que el entorno por excelencia donde se da el acoso es el patio, es un entorno duro”. Entrevista a Juana Hernández Rodríguez. Psicóloga especialista en autismo

Entrevista/11 Octubre 2018/Autor: Daniel Sánchez Caballero/Fuente: El diario la educación

Recientemente ha terminado una guía sobre acoso y personas con TEA, con la que se pone el foco en un asunto, el acoso a personas con discapacidad, que para ella pasa desapercibido.

Psicóloga de formación, Juana Hernández Rodríguez se especializó en atención a personas con autismo (“no autistas”, aclara, “el Trastorno del Espectro Autista, TEA, es una condición que te acompaña, no que te define”) desde el ámbito educativo. También ha sido profesora en la Universidad Autónoma de Madrid, desde donde ha investigado y publicado trabajos sobre acoso y discapacidad, detección temprana y diagnóstico. Su último trabajo es Acoso escolar y Trastorno del Espectro del Autismo (TEA). Guía de Actuación para Profesorado y Familias, elaborado bajo petición de la Confederación Autismo España y enmarcado en la campaña de esta asociación contra el acoso. La guía, a modo de manual práctico, es de libre distribución y se puede descargar en la web de la campaña de la confederación ().

¿La guía era necesaria porque se desconoce cómo tratar estos temas?

Hay que hablar de los temas de acoso. En la población normotípica el acoso se alimenta del silencio, y si no se habla de ello, sigue perviviendo. Hablar de ello es la mejor forma de evitar que esto ocurra. En el caso de nuestro alumnado en concreto hacía mucha falta. En los últimos años se ha trabajado mucho en el acoso en general, se ha hecho un esfuerzo con campañas de sensibilización, como la de Langui de “Se buscan valientes”. Se ha hecho mucho esfuerzo en campañas de formación, se ha sacado un protocolo para cuando se detectan casos. Pero que se haya hecho un trabajo importante no quiere decir que no haya que seguir. Todavía hay muchas diferencias entre lo que se considera acoso o no, las familias creen una cosa, los profesores otra, los alumnos otra. Se ha prestado mucha atención al tema, pero no al acoso a personas con discapacidad. No se visibiliza, pero está ahí desde hace años y afecta a personas con nombres y apellidos y a familias. Hay que sacarlo a la luz, que en los protocolos se hable de esto, de esta población, que se sepa que esto ocurre. La guía era muy necesaria y es importante haberla dirigido por una parte a familias, pero también a los profesionales, ellos demandan qué hacer y cómo actuar. Y no desde el ensayo y error, que es lo que se hace ahora, o desde acciones aisladas, sino desde un planteamiento más integrado o sistemático. El profesorado a veces tiene acciones bien intencionadas, pero que no llegan a buen puerto y lo que hace es marcar más la diferencia del chico con TEA que integrarlo con sus compañeros. Que se le acepte es el objetivo de la guía, no que se marque la diferencia, que acaba en aislamiento y exclusión. El ejemplo del profesor es fundamental, su buena actuación positiva hace que los chicos lo hagan como el profesor. El profesorado tiene un rol fundamental a la hora de detectar, prevenir y actuar. También he pretendido tender puentes entre profesores y familia, con frecuencia lo que ocurre en este tipo de situaciones cuando hay un posible caso de acoso se suele crear una situación de desencuentro entre unos y otros. Se desconfía de lo que la familia cuenta, la familia desconfía de lo que el centro le comunica. Por experiencia sé que es muy importante en estas situaciones crear un clima de confianza familia-centro y mi objetivo es que la guía pueda contribuir a ello, es fundamental para abordar bien situaciones de este tipo.

¿Están formados los profesores para atender estas situaciones?

No. Son temas bastante colaterales si es que se tocan. Esto es hablar de convivencia, de cómo se relacionan los alumnos en los centros, es hablar del clima social del aula y, por desgracia, a veces estamos demasiado focalizados en los planes de estudios y los profesores se centran mucho en que los alumnos adquieran el conocimiento, que es importante, pero los otros temas de enseñar a convivir en la diversidad, cómo crear un buen clima, crear una cohesión o que al alumno que se percibe como diferente no haya prejuicios se dejan de lado. Estos temas se tocan menos en la formación. Hay colegios que trabajan bien estos asuntos, pero otros no. Que los alumnos son todos iguales es un espejismo, pero si además hay alumnos diferentes la diversidad es mayor. Si no se trabaja el clima del aula, las normas, ya se entra mal en el tema. El acoso, cuando hay una situación —y si hay con uno lo normal es que haya más, no son casos aislados— se pone la mirada en la convivencia en el centro, si las clases son pacíficas o más bien difíciles, si los alumnos respetan las normas o hablan en clase. Cuando la convivencia en el aula no es pacífica, probablemente ahí hay acoso del alumno con TEA y de alguno más.

¿Era necesaria la guía porque desconocemos cómo actuar en estos casos?

Era necesaria para hacer visible una realidad. Es la primera guía que se hace. Hay pocas sobre el ámbito de la discapacidad y acoso escolar. Este tema no se ha visibilizado todavía. Supongo que las cosas llevan un ritmo y primero van unas y luego otras, pero se podía haber hecho un abordaje conjunto. Lo que hay que destacar es que las personas con TEA son más vulnerables al acoso por sus dificultades comunicativas y sociales. Tener un trastorno del espectro del autismo aumenta las posibilidades de sufrir acoso. Sabemos que tener pocos amigos o ninguno es un factor de riesgo de acoso, y en el caso del autismo tienen dificultades, quieren relacionarse pero les cuesta mucho y no siempre tienen las oportunidades o facilidades para poder tenerlos. Lo que nos dicen los estudios es que el acoso es una realidad frecuente en la vida de estas personas, son más acosadas que sus compañeros. En España se ha investigado poco, pero la proporción dice que si un alumno normotípico sufre acoso, cuatro con TEA lo harán. Las consecuencias luego sí son iguales, les afecta por igual. El malestar emocional, los problemas de aprendizaje, disminución del rendimiento… Todo se da en los compañeros normotípicos. Lo que ocurre es que para los alumnos con TEA los efectos son más intensos y duraderos que para sus compañeros, el riesgo es mayor y los problemas más graves, por tanto. Los estudios también dicen que el acoso es más grande en el último tramo de primaria y el primero de Secundaria. Afecta más cuando tienes un trastorno del espectro del autismo más leve, quizá porque se ve menos el trastorno. Sabemos que el entorno por excelencia donde se da el acoso es el patio, es un entorno duro en el que les cuesta relacionarse, se manifiesta más su comportamiento repetitivo, sus intereses más restringidos. Tenemos conocimiento sobre los factores de riesgo que aumentan la probabilidad de acoso para prevenir, para hacer algo con los patios, con esos tramos de edad, y estar más vigilantes con ese alumnado. Hay que prevenir mucho.

¿Cómo se debe actuar?

Lo ideal sería prevenir para que haya el menor número de casos posibles. La prevención pasa por buscar que la convivencia en las aulas sea positiva. Hay que poner mucho esfuerzo ahí. También hay que saber detectar, tenemos un cuestionario en la guía para detectar posibles situaciones. La detección te lleva a que si se confirma que esto es acoso o no, se intervenga. Siempre hay que intervenir porque en estas situaciones siempre hay un conflicto, haya acoso o no. Y si es acoso hay que intervenir con medidas de apoyo a la víctima y también con acosadores y testigos. Hay que poner un pack de medidas para cuando se confirme que es una situación de acoso.

Supongo que sin datos claros es complicado hacer un diagnóstico, pero, ¿cree que hay más acoso ahora o solo se habla más de él?

No es que ahora haya más sino que ahora se ha puesto la mirada. Antes es que no se hablaba de esto, y lo que no se habla no existe. Al hablar, sale más. Incluso los compañeros lo denuncian ahora, se visibiliza más porque los implicados en una situación lo dicen, las familias también saben más y entonces se detecta más.

“Los compañeros lo denuncian”. ¿Cree que los chicos están más concienciados?

Mucho más. Los chicos que presencian una situación de este tipo sabemos que el que se atrevan a dar el paso y decirlo es fundamental para que no se siga dando. Todas las campañas de sensibilización van dirigidas a los compañeros, como las que hablábamos de El Langui. Hay más conciencia de valores que no se pueden aceptar en la escuela, como la falta de aceptación del otro, de respeto, que te puede llevar a victimizar a un compañero. Los compañeros cada vez alzan más la voz y esto es fundamental porque el acoso es una cosa de grupo, no solo de agresor y víctima, y el efecto del grupo es fundamental. Las campañas de sensibilización son muy importantes y a la hora de intervenir la actuación de los iguales es fundamental, para mí (alumno acosado) la ayuda de mis iguales no es lo mismo que la de mis profesores. Esto es bueno para unos y otros, aprender a mostrar solidaridad con los compañeros y estos aprenden cómo salir de esta situación de una forma más efectiva. Ellos comparten la cultura de iguales y tienen más ideas de cómo se puede salir de ahí. Son fundamentales tanto a la hora de detectar, prevenir y actuar.

¿Los planes de convivencia de los colegios funcionan?

Hay una obligación de tener un plan de convivencia y un protocolo de acoso en todos los centros. Pero a veces puede quedarse ahí escrito y no bajar a acciones concretas de implementación en el aula, en algunos centros sí y en otros no. Y ese documento hay que traducirlo en acciones.

¿Echa en falta un mayor liderazgo de la administración con estos temas?

El liderazgo de la administración es clave y últimamente le ha prestado más atención al acoso. Hay que seguir llegando más al detalle, no a los grandes megaplanes. Los profesores están muy sobrecargados con mucho horario lectivo y poco tiempo para trabajar otros temas como la convivencia y la prevención, ahí es donde se exige ese compromiso de la administración. ¿Cómo puede haber un equipo de convivencia en un colegio si están sobrecargados con la jornada lectiva? ¿Qué tiempos tiene el profesorado para desarrollar el plan? ¿En qué formas? Ahí es donde pedimos el compromiso.

Por último, ¿qué rol debe jugar la familia?

Muchas veces los que detectan una posible situación de acoso es la familia, ven las señales de alarma de una forma más continua e intensa en el ámbito familiar, mientras en el colegio pasan más desapercibidas. Pero en casa lo cuentan. Y si hay dificultades expresivas lo notan en su manera de comportarse y los padres ven las señales. Es muy importante que en el ámbito educativo se recojan esas señales de alarma y que se investigue, que se vea qué está pasando. Puede suceder que esté pasando por un momento más tensionado por época de exámenes o que esté presionado en algún ámbito, pero llamar la atención es importante para que el profesorado recoja como debe estas señales de alarma e investigue qué está pasando.

Fuente e imagen: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/10/11/sabemos-que-el-entorno-por-excelencia-donde-se-da-el-acoso-es-el-patio-es-un-entorno-duro/

Comparte este contenido:
Page 25 of 34
1 23 24 25 26 27 34