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Ajuste al calendario escolar 2021-2022. ¿Y el Sindicato de Maestros?

Por: Abelardo Carro Nava

El SNTE legalmente tiene la representación del magisterio, no así al magisterio. ¿Acaso no lo sabe la maestra?…

Con la llegada de la profesora Delfina Gómez a la Secretaría de Educación Pública (SEP), el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), a través de su dirigente, el profesor Alfonso Cepeda, vio la posibilidad de lograr un acercamiento con la responsable de la política educativa mexicana; algo que no pudo hacer con el ex titular de esta dependencia, Esteban Moctezuma. Y desde luego, la profesora se ha dejado seducir por aquella vieja, romántica y falaz idea que priva en el ámbito político: el SNTE son los maestros; y no es cierto. Este Sindicato legalmente tiene la representación del magisterio, no así al magisterio. ¿Acaso no lo sabe la maestra? En fin.

En las últimas semanas hemos sido testigos de ese acercamiento que refiero; se ha visto muy cómoda a la titular de la SEP y, por supuesto, al Secretario General del SNTE, en diversos eventos, por ejemplo: en la negociación salarial de este año y de la que se obtuvo un “incremento” paupérrimo y el tan difundido bono extraordinario de 720 pesos, o en el encuentro en el que acordaron una serie de medidas para un regreso seguro a las escuelas.

Acciones que, sin duda, pudieran considerarse como una muestra de la “consideración” que, tanto la SEP como el SNTE, tienen para con estos trabajadores de la educación quienes, durante la pandemia, han redoblado esfuerzos para continuar con el proceso formativo de los millones de estudiantes que cursan sus estudios en alguno de los niveles educativos, pero, desafortunadamente, no fue así. Se trató de “encaminar”, sin ningún contratiempo y en alianza, el calendario escolar del próximo ciclo escolar. Era obvio, la profesora necesitaba del apoyo de esa representación sindical para que el magisterio no se inconformara ante la serie de decisiones tomadas y plasmadas en éste.

Como era de esperarse, el sentir de la base trabajadora sobre este asunto se dio a conocer a través de diversos medios de comunicación con un par de demandas: ajuste al calendario escolar y dignidad al trabajo docente (El Universal, 2021).

Y es que, a raíz de que se difundió el contenido del Proyecto publicado en la página oficial de la Comisión Nacional Regulatoria sobre calendario escolar 2021-2022 (Profelandia.com, 2021), las redes sociales se inundaron de diversas expresiones de rechazo puesto que, como tal, dicha propuesta de calendario planteaba: que el próximo ciclo escolar para educación preescolar, primaria, secundaria iniciara el 30 de agosto de 2021 y concluyera el 28 de julio de 2022, mientras que para la educación normal y demás para la formación de maestros de educación básica, que comenzara el 30 de agosto de 2021 y terminara el 19 de julio de 2022.

Además de ello, esta propuesta también contemplaba, que los docentes de educación básica tuvieran un taller intensivo del 17 al 20 de agosto de 2021 y la sesión intensiva del Consejo Técnico Escolar del 23 al 27 de agosto. Aunado a un periodo de identificación del abandono escolar y evaluación diagnóstica comprendida del 30 de agosto al 10 de septiembre, y un periodo de recuperación de aprendizajes del 13 de septiembre al 23 de noviembre, así como también, 8 sesiones de Consejo Técnico a lo largo del ciclo escolar.

Una vez que la SEP tuvo conocimiento de estas reacciones – quiero pensar que así fue –, ni tarde ni perezosa a través de su cuenta de Twitter difundió lo siguiente: “Respecto a los señalamientos del día de hoy, referentes al calendario escolar 2021-2022, es nuestra responsabilidad aclarar que: el documento publicado en la Comisión Nacional de la Mejora Regulatoria, no ha entrado en vigor; se garantizan 20 días de descanso al personal docente y administrativo al término del presente ciclo escolar; es responsabilidad de las autoridades educativas locales garantizar el cumplimiento del próximo calendario lectivo 2021-2022; la próxima semana se dará a conocer, de manera oficial, el calendario escolar 2021-2022, que contempla 200 días de clases”. Además de ello, en este mismo tuit, sugirió revisar el comunicado de la SEP No. 127 que, palabras más palabras menos, aborda lo mismo, pero con otras palabras y detalles sin que haya dado a conocer, de manera puntual y precisa, la o las razones por las que se extendería el ciclo escolar 2021-2022. Probablemente ésta o éstas aluden a “las condiciones impuestas por la pandemia de Covid-19” pero el texto no es explícito en este sentido.

Dicho lo anterior, de esta propuesta llama la atención cuatro aspectos que son dignos de análisis: el taller intensivo de capacitación docente, la sesión intensiva del Consejo Técnico Escolar, el periodo de identificación del abandono escolar y evaluación diagnóstica y el periodo extraordinario de recuperación.

Sobre el primero habría que preguntarse, ¿sobre qué se capacitaría a los docentes si, como se sabe, la oferta que brinda la SEP no se ha ajustado a las demandas y necesidades reales del magisterio? Peor aún, ¿quién o qué instancia brindará esos cursos?, ¿cuál es la responsabilidad de los estados en estos asuntos?

Sobre el segundo, ¿de nueva cuenta se trabajará sobre los Programas Escolares de Mejora Continua de las Escuelas (PEMC)?, ¿no cuenta la SEP con un plan estratégico para que las instituciones educativas decidan qué aspectos, temas o problemas pueden abordar en ese Consejo Técnico?, ¿de qué manera se retroalimentará a los colectivos docentes y directivos sobre los resultados que obtuvieron en los PEMC del ciclo que está por terminar? En fin, ¿no se conoce otra estrategia? Si se conoce, ¿cuál es esa estrategia?

Del tercero, ¿qué pasó con los lineamientos federales para el establecimiento de un sistema de seguimiento y apoyo para estudiantes de educación preescolar, primaria y secundaria cuyo objetivo consistía en procurar su permanencia y continuidad académica tal y como lo mandataba el Acuerdo 12/06/20?, ¿elaboró esos lineamientos y los publicó la SEP? Si fue así, ¿en dónde se encuentran?, ¿qué acciones emprendieron las autoridades locales con base en dichos lineamientos?, ¿qué pasó con los reportes de incidencias que les fueron solicitados a los profesores durante todo el ciclo escolar 2020-2021?, ¿quién tiene esa información y para qué se ha empleado? Peor aún, si se cuenta con toda esta información, ¿qué ha hecho la SEP sobre el abandono escolar y para la evaluación diagnóstica?

Del cuarto punto, sobre el periodo extraordinario de recuperación surgen varias dudas, ¿recuperar qué, para qué y por qué?, ¿acaso la SEP piensa que lo sucedido en todo este periodo de tiempo fue un asunto perdido?, ¿acaso no han leído los estudios que ha venido publicando la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación?, ¿acaso desconoce que los profesores y profesoras, conjuntamente con alumnos y padres de familia, han puesto en marcha diversas acciones para continuar con su proceso formativo? No niego que en todo este camino hayan existido desavenencias en diferentes contextos y con diferentes actores, pero ¿asegurar que todo está perdido?, ¿por qué no reconoce la SEP el gravísimo error que cometió al trasladar la escuela a la casa cuando sabemos (y muchos lo expresamos desde que inicio el confinamiento) que los procesos educativos requieren del tratamiento de un especialista como lo es el maestro y no de un aparato televisivo?, ¿por qué no se dosificaron contenidos y se brindó la oportunidad de aprender con los recursos y materiales propios de los contextos?, ¿por qué la imperiosa necesidad de agotar el currículo? Una pregunta más, si la SEP considera que debe desarrollarse un periodo extraordinario de recuperación, ¿qué información tiene para plantearlo?

Bien se dice que el león cree que todos son de su condición, y no es cierto. El que la SEP y el SNTE no hayan hecho lo corresponde desde que inició la pandemia, no significa que las maestras, maestros, padres de familia y alumnos hayan detenido ese proceso formativo. Repito, con seguridad habremos de señalar algunos casos en los que no sucedió de esta manera, principalmente, por la responsabilidad o irresponsabilidad de ciertos actores, pero, como también se dice, generalizar no es del todo bueno; esa es harina de otro costal que espero abordar en siguientes artículos.

Referencias:

Redacción El Universal. (2021). Piden ajuste al calendario escolar 2021-2022. El Universal. Recuperado de: https://www.eluniversal.com.mx/nacion/piden-sep-ajuste-al-calendario-escolar-2021-2022?fbclid=IwAR0dV7l294PjmGw9iXx2_BlDUFLIZwi5yw6hal5dZphJwMeppX2p_Byyr-s

Redacción Profelandia.com. (2021). Calendario escolar 2021-2022 (propuesta). Profelandia.com. Recuperado de: https://profelandia.com/calendario-escolar-2021-2022-propuesta/?fbclid=IwAR2ypJh_7kEliUCQlienAIridoc7_zViX4wyCg6PHmoxDd6DT2vj8ZQqaLk

SEP. (2021). Boletín No. 127. Garantiza Sep tres periodos vacacionales para el ciclo escolar 2021-2022. SEP. Recuperado de: https://www.gob.mx/sep/articulos/boletin-sep-no-127-garantiza-sep-tres-periodos-vacacionales-para-el-ciclo-escolar-2021-2022?state=published

Fuente: https://profelandia.com/ajuste-al-calendario-escolar-2021-2022-y-el-sindicato-de-maestros/

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SEP: La absurda línea de continuidad

Por: Juan Carlos Miranda Arroyo

Durante su anuncio como secretaria de Educación Pública, Delfina Gómez, adoptó, extrañamente, dos caras…

La Secretaría de Educación Pública (SEP) que es responsable de la administración federal de la educación en México, por el momento, en la actual gestión (2018-2021), no tiene intención de cambiar el rumbo. Prevalece una absurda línea de continuidad con respecto a lo realizado durante el periodo sexenal anterior (2012-2018). Hay evidencias y rastros que conducen a esa conclusión.

Desde que la Maestra Delfina Gómez asumió el relevo en la titularidad como autoridad educativa federal (en la cima de la burocracia), en febrero de 2021, sólo se ha asomado una sola intención: “hacer el máximo esfuerzo para que nada cambie”.

Durante su anuncio como secretaria de Educación Pública, Delfina Gómez, adoptó, extrañamente, dos caras: 1) Una posición crítica, por una parte, y 2) Una actitud de autocomplacencia, por otra.

En la fase crítica, por ejemplo, destaca lo siguiente como ejemplo: “Agregó que muchos maestros, como ella, vivieron o fueron testigos de abusos, de simulaciones, desvíos y de negligencia, en suma, de la corrupción de la noble Secretaría; se pasó de figuras notables y verdaderos idealistas a simples burócratas, administradores de una institución sin alma, automatizada y utilizada.” (1)

Con otra cara, en la etapa de autocomplacencia, sorprendió a más de una y un observador debido a una de sus primeras declaraciones como secretaria del ramo educativo, pues Delfina mostró identificación con otra línea de trabajo y orientación: el no cambio. La crítica a la institución no se volvió crítica de la gestión de su antecesor: “No vengo a hacer cambios”.

Todo indicaba, por lo tanto y para ella, que todo estaba bien. Que la administración de la “Excelencia Musical” había hecho su trabajo en forma adecuada. “Las cosas públicas de la educación estuvieron en buenas manos”, es algo que se podía interpretar de sus dichos.

Al final, lo que la Maestra Delfina muestra, en lo que va de este relevo (febrero-junio de 2021), es que los impulsos de continuidad de la Reforma 2013 y de devaluación del magisterio, forman parte de la línea de políticas públicas educativas propias del periodo Moctezuma-Gómez en la SEP: (2018-2021). ¿Cuándo y cómo se romperá esta línea? ¿La legislatura federal (Cámara de Diputados) que iniciará su periodo (2021-2024) en septiembre próximo, se hará cargo de lo que se requiere en el contexto legislativo o de diseño de leyes? ¿Esa institución del Estado mexicano será factor de ruptura? Ello implicaría insertar los cambios que sean necesarios en términos de las prioridades educativas nacionales, no corporativos.

Particularmente, el diseño institucional y el marco legal que se eligieron en la coyuntura de cambios de 2019, no permite reivindicar a las y los maestros en servicio: La ley del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros de la educación obligatoria (Ley SICAMM), no está a la altura ni cerca de la revaloración magisterial que se requiere, puesto que lo que asegura es la conservación de las prácticas corporativistas.

Existen múltiples quejas de las y los profesores, así como de las y los directivos escolares debido a las inconsistencias existentes en su operación e interpretación sesgada, y que perjudican las intenciones de promoción, en lo que toca a los criterios para que las y los candidatos ser aceptados en los procesos de evaluación (me refiero a los trámites previos; ni siquiera se trata de problemas sobre el modelo de la evaluación, aunque ese es otro tema a considerar).

Docentes que cuentan con más de 10 años de servicio y que han realizado estudios de posgrado, han sido sistemáticamente rechazados por la Unidad respectiva que está a cargo de la SEP (USICAMM), durante el proceso de inscripciones para promociones verticales u horizontales, por no contar con un título de Normal Básica (de este modo, se rechazan a titulados con licenciatura o posgrado de instituciones de educación superior diferentes). Hecho que resulta, sin duda, un grave error en términos de la revaloración magisterial basada, principalmente, en la experiencia profesional dentro de la escuela pública; docentes que, además, se han preparado a través de programas de posgrados en educación.

Eso, sin duda, constituye un conjunto de actos de discriminación profesional. Más allá de la ideología de la “meritocracia”, éste es un asunto de consistencia o de congruencia académica y educativa.

Acerca de la USICAMM, las Cartas de Francisco están sobre la mesa (Francisco Cartas es el actual titular de esa Unidad): Que renuncie, de acuerdo, por ineptitud e incapacidad, pero hay que recordar que el problema, además de administrativo y burocrático, es estructural y de diseño institucional.

Sin embargo, los pronunciamientos y omisiones de la actual titular de la SEP, son sintomáticos. En su discurso, en Palacio Nacional, de febrero de 2021, la Maestra Delfina: “Abundó que hace dos años inició el cambio en la Secretaría, su limpieza, su despertar, pero hoy ese cambio, no solo debe continuar, como lo ha hecho efectivamente Esteban Moctezuma Barragán, de manera contundente, sino también deberá adquirir mayor velocidad y profundidad.” (misma fuente)

¿De verdad no se requieren cambios en la operación de las diferentes áreas de la SEP? ¿Todo bien en la USICAMM? ¿Y los programas nacionales como el PETC o el PRONI?
Debido a las inconsistencias mencionadas (desafortunados procesos de promoción), así como los desatinos de parte de la autoridad educativa federal, en lo que concierne a los criterios institucionales que se habrán de adoptar para el regreso a clases presenciales, con el consenso del magisterio en servicio o en activo, da la impresión o queda la percepción de que la SEP y el sistema educativo, todo, es como un gigantesco barco a la deriva… Sin capitán a bordo.

Más preguntas: ¿Dónde están los demás actores de la escena educativa nacional? ¿Dónde están las representaciones sindicales (oficialistas y disidentes) para luchar por la marginación que han sufrido muchas y muchos agremiados? ¿Qué opinan las y los especialistas en educación sobre estos actos de discriminación profesional?

En la base, es decir, en las escuelas, las y los docentes no están de acuerdo con la línea del “no cambio” en la SEP, sobre todo cuando se tienen evidencias de la inoperancia, la soberbia y la improvisación de la USICAMM. ¿Qué tendrá que suceder para que inicien los cambios y se subsanen las fallas institucionales? ¿Cuándo y cómo se impulsarán nuevos vientos de cambio en la estructura y los procedimientos para la promoción de docentes y directivos? ¿La próxima legislatura se abrirá a la sociedad para rediscutir los destinos de la educación pública en México o se mantendrá la absurda línea de continuidad, también, desde ahí?

La Maestra Delfina habrá de operar una doble ruptura: Con la Reforma de 2013, cuyos resabios continúan, y con las/los funcionarios y las orientaciones que dejó Esteban Moctezuma durante su paso por la dependencia.

Fuente consultada:

(1) Boletín SEP no. 31. Asume Delfina Gómez Álvarez como titular de la Secretaría de Educación Pública.

jcmqro3@yahyoo.com

@jcma23

Fuente: https://profelandia.com/sep-la-absurda-linea-de-continuidad/

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Era un secreto

Por: Manuel Gil Antón

Ya no. Gracias al trabajo y compromiso ético de quienes integran la Oficina de Defensoría de los Derechos de la Infancia A.C. (ODI), la explotación sexual infantil en escuelas ha tomado otro cariz y tenemos que hacernos cargo, aunque cale. Hay indicios suficientes para establecer una conjetura plausible: se cruzan los linderos de la terrible experiencia que han vivido ¿decenas, centenas, millares? de niñas y niños al ser objeto de abuso sexual en planteles escolares, porque es probable que exista un fenómeno más grave aún al añadir al abuso sexual infantil tan solo una palabra: organizado.

El 31 de mayo se dio a conocer el informe “Es un secreto: el abuso sexual infantil en escuelas” (https://dispensariodi/es-un-secreto). Elaborado por la ODI, fue noticia de primera plana en este diario y se dio a conocer por muchos medios de comunicación tradicionales y modernos.

Sobrio, pero sin eludir las descripciones necesarias, el informe da cuenta cómo, a lo largo de más de una década de litigar casos de abuso sexual ocurridos en planteles escolares, fueron apareciendo patrones semejantes en distintas escuelas. No se trataba sólo de la aterradora experiencia sufrida por las niñas y los niños ubicados entre los 3 y los 7 años de edad, a la que se añadía el padecer de sus familias por esos hechos y el largo transcurso de los procedimientos penales, sino de la ocurrencia de formas similares en que este delito se cometía en planteles públicos y privados. ¿Casualidad acaso?

A partir de las declaraciones de las víctimas, se fueron reiterando características inusuales: no eran acciones aisladas. “Se trata de patrones delictivos marcados por acciones organizadas entre varios adultos y perpetradas de manera masiva dentro de un plantel escolar”. En uno de los casos, 19 niñas y niños fueron agredidos por 10 adultos de manera sistemática y cotidiana; en otro, 49 asediados por 11 adultos.

Esto ocurre no solo en salones o sitios cerrados, sino en pleno patio. Hay personas que ¡toman fotos o videos! A no pocas criaturas les dieron un refresco que “da mucho sueño” – las sedaron – y fueron trasladadas a otros lugares. El uso de máscaras y realizar ritos extraños eran recurrentes: “En 6 escuelas presencian sexo entre adultos. En 7 escuelas son obligados a realizarse tocamientos entre sí. En 16 escuelas se denuncian prácticas ritualistas y grotescas.”

La ODI amplía su mirada y encuentra denuncias, sustentadas, con procedimientos semejantes en 18 escuelas situadas en 7 estados de la república. Y denuncian, con la pulcritud propia de quienes respetan el estado de derecho, la probable existencia de una red en que el abuso sexual infantil está organizado. En otras palabras, la sospecha fundada de la captura de escuelas para la explotación sexual infantil en línea.

No se acusa al magisterio, sino a quienes, ostentándose como tales, o como empleados de los planteles, usurpan esos puestos para cometer crímenes. Esta distinción es muy clara. La colusión de tantos adultos en un solo plantel no se explica como algo casual y es incorrecto que la SEP atienda estos casos sin dar vista a las autoridades judiciales. ¿Omisión, encubrimiento para “no dañar a la educación”, cambiar a quien agrede a otra escuela? ¿Es una red que medra con la venta de las imágenes? Preguntas válidas.

La SEP, la Fiscalía General y las de los estados, y otras instituciones, sin demora, deben realizar una investigación a fondo. Ya no es un secreto. ¿Habrá una respuesta del tamaño de la posible afrenta? Más nos vale.

Fuente: https://www.educacionfutura.org/era-un-secreto/

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El SNTE y el patrullero 777: ¡A sus órdenes jefe!

Por:

¿Por qué el SNTE no se ha puesto de lado de los trabajadores de la educación que dice representar y, en su lugar, solo ha respondido a sus órdenes jefe?…

Mientras escribo estas líneas vienen a mi mente algunos momentos de antaño.

Cómo olvidar aquellos fines de semana en los que, reunidos en familia, disfrutábamos de una película en un televisor de bulbos que proyectaba, en blanco y negro, a personajes tan inolvidables que formaron parte de ese cine de oro mexicano. Cómo olvidar las sonrisas, tristezas o llanto que propiciaban las actuaciones de diversos actores que fueron parte de un elenco inolvidable. Cómo olvidar que esa forma de entretenimiento lograba trasladarnos a ciertos lugares que, de alguna u otra forma, eran difíciles de recorrer por las condiciones económicas que atravesábamos en casa. Sí, cómo olvidarlo…

Con verdadero aprecio recuerdo aquella película que, en más de una ocasión, logró arrancarme una tremenda carcajada: el patrullero 777. Una comedia mexicana que fue protagonizada por Mario Moreno “Cantinflas” con su particular estilo. La trama era muy sencilla de entender: el sargento Diógenes Bravo (Cantinflas) era constantemente reprendido por su jefe porque acostumbraba a resolver diversas situaciones que encontraba en su camino empleando métodos muy personales y divertidos.

¡A sus órdenes jefe!, fue el sello que caracterizó al personaje que Mario Moreno le dio vida. Tal expresión, la empleaba cada vez que su jefe requería de su presencia, ya sea para reprenderlo o bien, para darle alguna instrucción. Desde luego, quienes gozamos de sus ocurrencias, pudimos interpretar esta forma de comunicación de diversas maneras: sarcasmo, obediencia, temor o simplemente diversión. En fin.

De vuelta a la realidad en que ocurre este texto, abro las carpetas que guardo celosamente en mi computadora para comenzar a planear las clases de la semana que viene, no sin antes, revisar el calendario escolar pues el fin del ciclo se aproxima y debo tener presente las fechas para organizar las actividades que implementaré y las tareas que encomendaré a mis estudiantes.

La duda salta y la incertidumbre ronda mi pensamiento, ¿será que regresaremos a las aulas en el mes de junio tal y como lo han dicho las autoridades? La más reciente noticia que difundieron diversos medios de comunicación apunta a tal hecho. Y es que, tanto la profesora, Delfina Gómez, titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), y el profesor, Alfonso Cepeda, Secretario General del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), así lo pactaron hace unos días.

Una vez más el patrullero 777 regresa a mi mente; de brote pronto, aparece la imagen del sargento Diógenes frente al mayor Urbano Magalón con su conocida frase ¡A sus órdenes jefe!

Tal analogía no es desproporcionada, por el contrario, cubre ciertos requisitos para emplearla en estas líneas pues, ante la instrucción recibida, el subordinado se limita a acatar las órdenes sin considerar las consecuencias de éstas.

Y es que, durante todo este confinamiento educativo, ¿qué es lo que ha hecho este sindicato? Peor aún, ¿qué acciones ha emprendido la dirigencia sindical para defender los derechos laborales y profesionales de sus agremiados ante los constantes atropellos por parte de la autoridad educativa federal y las de los estados? Aún hay más, ¿por qué el SNTE no se ha puesto de lado de los trabajadores de la educación que dice representar y, en su lugar, solo ha respondido a sus órdenes jefe?

Miro a mi alrededor, y en mi espacio de trabajo, al igual que muchos de mis compañeros y compañeras, encuentro todos los materiales y recursos didácticos que tuve que adquirir para continuar con mi trabajo a distancia. Ninguno de ellos tiene el logo del SNTE o de la Secretaría. Tienen mi sello, y un dejo de satisfacción recorre mi cuerpo, pues el proceso formativo y aprendizajes de los chicos jamás se detuvieron.

Miro a mi alrededor, y pienso en los compañeros y compañeras que ya no están con nosotros. Se nos adelantaron en el camino. Con ellos está mi recuerdo y cariño.

La realidad dista mucho de las imágenes y comunicados que, pomposamente, ha difundido la SEP y el SNTE sobre ese pacto para un regreso seguro a las escuelas. Se alude a la vocación, compromiso moral y a un respaldo sindical, pero, ninguno representa a los trabajadores de la educación y, como parece obvio, muy poco han hecho por la educación y por brindar las mejores condiciones a todos los actores educativos. La foto es lo que cuenta. La empatía y sensibilidad que tanto promueven, quedan muy lejos.

Qué curioso, hoy se encuentran al frente de tales instancias, dos profesores que alguna vez conocieron las entrañas del banquillo de cada uno de los salones que pisaron.

Los tiempos parecen haber cambiado. Las necesidades y demandas han aumentado, pero las fotografías tienen el mismo significado: político y nada educativo.

¿Cuán lejos estamos de un verdadero cambio educativo?

“Quisiera decir algunas cosas compañeros y las voy a decir, aunque me arreste el maloso del mayor Malagón, mucho se ha dicho que se hará justicia caiga quien caiga y resulta que caen los que no debieran caer, mientras a aquellos a quienes les cae de todo, esos nunca caen; vivimos en un mundo de desorden y de violencia, un mundo donde nadie respeta las instituciones, ni las instituciones respetan a nadie, un mundo de injusticias donde se abusa de la autoridad que da el poder…” Fragmento de la película El patrullero 777, expresado por el sargento Diógenes Bravo.

Fuente: https://profelandia.com/el-snte-y-el-patrullero-777-a-sus-ordenes-jefe/

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Operación Regreso A Clases Presenciales ¿Escalonado, Gradual Y Voluntario?

Por: Lucía Rivera Ferreiro, Roberto González Villarreal, Marcelino Guerra Mendoza. 02/06/2021

Era 13 de mayo del 2020, apenas habían transcurrido 51 días de confinamiento cuando el gobierno federal ya anunciaba un conjunto de medidas y etapas para regresar a “la nueva normalidad”. El presidente aseguró que tras la fase crítica de la epidemia (sic), el plan era voluntario (Plan de AMLO para regresar a actividades es voluntario ).

Una semana después, el entonces secretario de educación, Esteban Moctezuma Barragán, declaraba que para reanudar clases presenciales en el país las escuelas deberían contar con agua potable, usar gel antibacterial y promover el lavado constante de manos para evitar los contagios de coronavirus. Dijo que se estaba trabajando junto con la Secretaría de Salud para definir un protocolo de seguridad sanitaria que se aplicaría en las escuelas a fin de que los espacios escolares fuesen seguros; reconoció también que los menores podían ser transmisores del virus (Analizan aplazar calendario escolar 2020-2021: SEP)

Quince días después, la SEP anunciaba junto con la Secretaría de Salud, las nueve medidas de bioseguridad escolar:

1. Activación de los Comités Participativos de Salud Escolar, que, entre otras tareas, definiría la estrategia para realizar acciones de limpieza y desinfección en las escuelas.

2. Acceso a jabón y agua en las escuelas para prevenir contagios.

3. Cuidar al magisterio, los docentes que estén en grupos de riesgo regresarán a las aulas cuando sea seguro completamente.

4. Uso obligatorio de cubrebocas

5. Mantenimiento de la Sana Distancia

6. Maximización del uso de espacios abiertos.

7. Suspensión de cualquier tipo de ceremonias y reuniones.

8. Detección temprana de contagios.

9.- Apoyo socioemocional para alumnos y docentes.

También hace un año, la SEP anunció fechas referenciales para el regreso a actividades e inicio del Ciclo Escolar 2020-2021, en los tres niveles educativos.  Incluso presentó un calendario de actividades, aclarando que su cumplimiento dependía de que el semáforo sanitario estuviese en verde. Entre otras acciones contempladas, se incluía un curso remedial a realizarse del 10 al 14 de agosto y una evaluación diagnóstica del 17 al 28 de agosto.

Pero la necia realidad se impuso, los contagios y muertes no hacían sino aumentar dramáticamente, alcanzando su pico más alto en enero de este 2021. De ahí que, en más de una ocasión, la SEP se vio obligada a dar marcha atrás en su intención de regresar a clases presenciales para el segundo semestre del ciclo escolar 2020-2021.

A lo largo del ya prolongado período pandémico, hemos visto y vivido de todo, desde la pérdida de seres queridos, familiares y amigos, pasando por el desempleo, la enfermedad y sus secuelas, la modificación en nuestras formas de trabajar o de relacionarnos con los otros, por mencionar algunos ejemplos. En muchos sentidos, nosotros, los de ahora, ya no somos los que éramos antes de marzo del 2020, un tiempo en el que no prestábamos atención a nuestra salud ni aprecio por la vida.   En ¡Seamos virus! dijimos que el Covid estaría con nosotrxs un buen tiempo; también que la pandemia era un ensayo de la autodestrucción que viene si seguimos con la depredación ecológica, la gestión neoliberal de la economía y de la sociedad que antepone las ganancias a lo que nos es común: salud, cuidados, educación, bienestar, alimentación, vivienda y trabajo digno.

Así ha sido, la pandemia cortó el fluir de la vida, nos ha zarandeado, trastocando todos los ámbitos de nuestra existencia. No obstante, la SEP no ha modificado ni un ápice su concepción sobre este acontecimiento; hoy como ayer, continúa enfrentándola como si fuese una contingencia, una emergencia que tarde o temprano pasará. Basta dar un vistazo a los lineamientos, orientaciones y demás documentos oficiales publicados a lo largo de este período para corroborarlo: la pandemia es una emergencia, si acaso una contingencia inesperada, y hasta ahí. ¿De qué otra forma entender la insistencia en un regreso a clases presenciales adoptando las reiteradas nueve medidas anunciado hace un año?

Si bien la intención gubernamental de un pronto retorno a las escuelas ha estado presente desde el inicio de la pandemia y el confinamiento, ha sido en las últimas semanas que la campaña oficial ha arreciado; desde el presidente hasta el subsecretario de salud, pasando por la jefa de gobierno de la Cd. de México, la titular de la SEP y autoridades educativas estatales, las insistentes declaraciones sobre el inminente regreso no cesan, no pasa un día sin que los medios traten el tema.

Curiosamente, ésta especie de Operación Regreso a Clases, se ha intensificado a medida que se aproximan las elecciones Una rápida cronología permite mostrar cómo ha ido avanzando.

  1. Desde enero de este año, el entonces titular de la SEP anunció  que para cuando el semáforo epidemiológico estuviera en verde, las entidades que pudieran regresar a clases, lo harían mediante protocolos para salvaguardar la salud de los estudiantes, entre ellas la firma de cartas responsivas y presencia de pocos alumnos en aulas (Así planea la SEP el regreso a clases cuando haya semáforo verde y amarillo)
  2. Entre enero y febrero, algunos estados comenzaron a pasar a semáforo verde. En Campeche, las autoridades estatales presentaron un programa piloto para el regreso a las aulas, previsto para el martes 13 de abril. El secretario de salud local señaló que el regreso sería escalonado y voluntario, con protocolos de higiene y docentes con esquema de vacunación completo.
  3. En marzo, López Gatell dice que se haría una modificación a la estrategia original, que era avanzar más rápidamente en la cobertura del personal educativo. Por su alta densidad poblacional, se daría prioridad a zonas urbanas densas (Salud cambia táctica de vacunación contra COVID). Pero la SS pone y el presidente dispone.
  4. A partir de abril, el ejecutivo federal comenzó a pisar fuerte el acelerador político. AMLO anuncia la vacunación de alrededor de tres millones de maestros y trabajadores de la educación con la vacuna Cansino de una sola dosis (Entre el 15 y 20 de abril iniciará vacunación de maestros). Quince días después, se presenta el calendario de vacunación nacional al magisterio; la aplicación de la vacuna comienza el 20 de abril.
  5. Mientras tanto en Campeche -primera entidad en la que el personal del sector educativo fue vacunado-, el gobierno estatal anuncia el regreso a clases presenciales. Pero un mes después informa que ha decidido suspender actividades y cerrar las escuelas ante la ocurrencia de contagios. El presidente no pierde la oportunidad de opinar al respecto, dijo que no se debía cerrar sino aislar en caso de que hubiese un brote, pues la pandemia seguía perdiendo fuerza; podrían presentarse casos aislados, pero no era motivo de preocupación nacional. Más importante es regresar a las clases, para que “no se vuelva costumbre que los niños estén frente a la TV o internet” (“No se debe exagerar”: AMLO pide a Campeche que se mantengan abierta las escuelas)
  6. Funcionarios de salud también participan de esta Operación aportando su granito de arena. López Gatell, en conferencia el 24 de mayo, dijo que el regreso era seguro gracias a los protocolos generales de seguridad sanitaria, probados en espacios abiertos desde hace un año. Pero algo muy importante era no tener falsas expectativas, pues no puede asegurarse que no se presentarán casos de la enfermedad en las escuelas, “sería absolutamente fantasioso pensar que no va a haber ni un solo caso, se pueden presentar. Lo importante es que se tenga una reducción al mínimo de ese riesgo, que se tenga la capacidad de identificar tempranamente la ocurrencia de brotes para que conjuntamente, la autoridad sanitaria, la autoridad educativa y la comunidad de padres trabajen conjuntamente para responder ante este tipo de situaciones” (https://www.youtube.com/watch?v=1gl5EXL5l7g).
  7. De igual forma, la jefa de gobierno de la Ciudad de México, en sintonía con la postura presidencial, asegura que el 7 de junio las escuelas abrirán sus puertas, acompañando el regreso con las medidas correspondientes, entre ellas el uso obligatorio de cubrebocas (Sheinbaum anuncia el regreso presencial a clases en la CDMX para el 7 de junio). Cabe recordar que, al momento de escribir estas líneas, la Ciudad de México continúa en semáforo amarillo.
  8. Sobre este asunto, la maestra Delfina Gómez se ha pronunciado reiteradamente; a tan solo un mes de que culmine el ciclo escolar 2020-2021, la SEP ha dicho que el regreso será escalonado, gradual y voluntario. Pero en los últimos días, la secretaria ha convocado a maestras, maestros y padres de familia a regresar a clases presenciales, primero chantajeando con la vocación (Apela Delfina Gómez a la vocación de los maestros para regresar a las escuelas) luego con el compromiso moral  de los maestros (Pide Delfina Gómez a maestros tener sensibilidad y compromiso moral). 

¿A qué viene todo este recordatorio? En primer lugar, permite mostrar que la intención gubernamental de regresar a clases presenciales a la brevedad posible ha estado presente durante todos estos meses de confinamiento, aunque esa intención no coincide con el comportamiento de la pandemia. En segundo lugar, da cuenta de que las frecuentes e insistentes declaraciones de diferentes funcionarios sobre el retorno a clases presenciales, que por cierto arreciaron las últimas semanas, revela una estrategia gubernamental para construir la percepción de una vuelta inevitable a clases presenciales, así sea por unas cuantas semanas, aunque las escuelas se encuentren en condiciones deplorables de infraestructura y carezcan de recursos de todo tipo.

¿Cuatro semanas resolverán el desastre educativo que ya padecíamos? ¿Vale la pena la exposición al contagio cuando los padres de los alumnos que se encuentran en el segmento de 20 a 40 años aún no están vacunados? ¿Acaso la movilidad que implica trasladarse de un sitio a otro para llegar a la escuela, utilizando además diversos medios de transporte público, dejó de ser un factor de riesgo? ¿Con vocación y voluntad se resuelve un problema de salud pública? Definitivamente no.

La pandemia mostró el lamentable estado del Sistema Educativo Nacional: infraestructura deplorable, conectividad incipiente o nula, brechas digitales, desigualdades crecientes, y sobre todo, unos planes de estudio, contenidos y enfoques de enseñanza que priorizan el logro de aprendizajes en lugar de la comprensión y actuación ante la pandemia y sus efectos.

Los ataques a profesionales de salud, las dificultades de comprensión lógica y biológica elemental, las distorsiones cognitivas que impiden reconocer la necesidad de la acción colectiva para enfrentar un acontecimiento que alteró la vida, la incredulidad en la existencia del virus, el incremento de las agresiones a las mujeres, los abusos contra los menores de edad, los déficits de atención -particularmente notables en gobernadores, diputadxs y senadorxs-, son todos ellos signos de que en la educación nacional, casi todo se está haciendo muy mal. Y no ahora, desde hace décadas.

El modo gubernamental de gestionar la educación en estos tiempos pandémicos, reafirman el divorcio radical entre los objetivos del sistema educativo con la vida, con los sentimientos, los lazos afectivos, los requerimientos cognitivos y culturales de niños, niñas, jóvenes, familias y docentes. Y es que, ante la evidente devastación anímica y afectiva de la población, las pérdidas de todo tipo más las graves secuelas en la salud física y mental de buena parte del magisterio, de los alumnos y sus familias, la SEP no se cansa de repetir una y otra vez -véanse las guías de Consejo Técnico- que “hay que ser empáticos”, pero a juzgar por las presiones que están ejerciendo, la mayor parte de las autoridades educativas de todos los niveles jerárquicos, parecen no poseer, mucho menos practicar esa capacidad de ponerse en el lugar de los otros.

La empatía se cultiva, es decir, se desarrolla y potencia. Educar en empatía implica fomentar relaciones de ayuda, cooperación y altruismo, lo que a su vez implica aprender a percibir y comprender los problemas y sentimientos de los otros, de igual forma, a expresar y compartir los propios.

Pero para el sistema educativo, la empatía no es más que un parche mal pegado, necesario para seguir caminando por una ruta trazada desde antes de la pandemia. Aprende en casa en todas sus versionespuso de manifiesto, una vez más, la continuidad neoliberal de la reforma educativa de la IV Transformación Nacional: los aprendizajes esperados se encuentran separados del mundo, orientados a la formación de un sujeto individualista, aislado, responsable de sí mismo, obediente, eficiente, auto-regulado  emocionalmente (que para eso tenemos neurociencias con sus poderosas técnicas de condicionamiento cerebral), dirigido a los requerimientos del sistema, más preocupado por la evaluación que por los problemas que aquejan a la humanidad y a los ecosistemas. De modo que, ponerse en los zapatos del otro, como se define en términos simples la empatía, se convierte en un significante vacío frente a la reiterada reivindicación de una escuela productiva en la que la educación se reduce al logro de aprendizajes instrumentales.

Lo hemos dicho siempre, la Nueva Normalidad es lo mismo que la vieja, pero en versión sanitizada; se propone gestionar las nuevas condiciones para que todo continúe igual; es la negación del acontecimiento y la ceguera a comprender y atender las causas de la pandemia y el desastre que ha dejado a su paso en México, a diferencia de otros países de mayor o igual población.

Entre las presiones, los chantajes y el voluntarismo gubernamental, ya se asoman incipientes rebeliones. Son cada vez más las madres y padres de familia que se pronuncian por el cuidado de la salud y la protección de la vida, pues sin eso, no hay derecho a la educación que valga. Utilizando su sentido común y recuperando sus dolorosas experiencias, concluyen que no vale la pena arriesgar a sus seres queridos por un retorno precipitado con propósitos confusos, así se han pronunciado en las reuniones virtuales a las que han sido convocados.

Fuente: Insurgencia Magisterial

Fotografía: etcetera

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La reapertura de las escuelas no pasa por la SEP

Por. Abelardo Carro Nava

Dos cuestiones llamaron mi atención de lo expresado por el presidente López Obrador, por un lado, aseguró que la SEP emitiría ese día un documento…

Prácticamente a un mes de que culminé el ciclo escolar 2020-2021, la Secretaría de Educación Pública (SEP), en voz de su titular, la profesora Delfina Gómez, ha convocado a las maestras, maestros, padres de familia y autoridades educativas de nuestro país, a regresar a clases presenciales a partir del 7 de junio (Profeladia.com, 2021). Tal convocatoria se expresó durante la conferencia de prensa del 28 de mayo en Palacio Nacional, y bueno, el presidente hizo lo propio y respaldó este llamado porque, según él, ya hay condiciones para ¿regresar a la normalidad? a las escuelas dado que el sector educativo, prácticamente en su totalidad (85%), ha sido vacunado, aunado al hecho de que la inoculación de los adultos mayores no se ha detenido y en próximos días se continuará con los adultos cuyas edades oscilan entre los 40 y 49 años.

En esta misma conferencia, se difundió un video donde se pudieron observar y escuchar, algunos testimonios de profesores cuyas palabras refieren el deseo de regresar a clases por diversas razones, y no se equivocan. Desde hace algún tiempo he venido comentado que la inmensa mayoría de maestros y maestras tienen ese anhelo, pero también he sostenido con argumentos y datos, que las condiciones en las instituciones educativas no son las idóneas para que todos los actores educativos y no educativos tengan un regreso seguro.

Ahora bien, dos cuestiones llamaron mi atención de lo expresado por el presidente López Obrador, por un lado, aseguró que la SEP emitiría ese día un documento oficial para formalizar el regreso a clases presenciales en el país a partir del 7 de junio, pero, por otra parte, el que independientemente de este documento, cada comunidad educativa podría decidir si regresa a clases presenciales o no, “porque todo es voluntario nada es por la fuerza”.

¿Se oficializa el regreso, pero es voluntario? Menuda forma de deslindarse de la responsabilidad que trae consigo la apertura de los centros escolares sin que el gobierno federal, y los gobiernos locales, hayan hecho lo que corresponde para habilitar o rehabilitar la mayoría de los espacios físicos educativos, para dotar de suficientes y necesarios insumos para cuidar la salud y prevenir contagios, para asegurar que haya agua, drenaje y una adecuada ventilación en cada uno de los planteles y salones de clase, para capacitar sobre estos asuntos a padres de familia, alumnos, profesores, directivos y todo aquella persona que, de manera directa o indirecta, se involucra diariamente en las actividades de las escuelas, para informales sobre una línea de trabajo que permita delinear el camino para un regreso seguro de todos los involucrados más allá de lo que se menciona en el protocolo que la SEP elaboró y que hasta la fecha no ha modificado, en fin, ¿por qué no se habló de todo eso?, ¿por qué no se presentaron datos sobre la posible afectación de los aprendizajes de los alumnos durante todo este tiempo?, ¿por qué no se detalló cuántas maestras y maestros han recibido una capacitación sobre la detección de enfermedades como el COVID-19 y los protocolos establecidos por la propia Secretaría?, ¿por qué no se especificó cuántos padres de familia fueron capacitados sobre este mismo asunto?, ¿por qué no se informó del número de escuelas que se habilitaron y rehabilitaron más allá de las que contempla el programa la Escuela es Nuestra?, ¿por qué no se mencionó que, en algunas entidades federativas, se está obligando a los padres de familia y maestros a firmar una carta responsiva, mediante la cual, se deslinda a la SEP y al gobierno federal de cualquier afectación que pudieran tener los niños en su salud por un posible contagio?, ¿por qué no se dijo que, a unas semanas de que terminé el ciclo escolar, la SEP y las Secretarías de los estados, solicitan las evaluaciones de los alumnos a los profesores quienes, por tres o cuatro semanas posteriores a su entrega, repasan contenidos o refuerzan algunos temas vistos en los bimestres lo cual propicia algunas complicaciones porque, tanto los estudiantes como los padres de éstos, sabedores de que su hijo ya ha sido evaluado, deja de mostrar el mismo interés por su desempeño académico?, ¿por qué no se presentó un plan que permitiera aprovechar al máximo esas tres o cuatro semanas para que se trabajara con todos estos temas qua planteo en estas interrogantes para que se iniciara el ciclo escolar 2021-2022 con una base un tanto más sólida que permitiera la toma de decisiones de cada uno de los planteles educativos?, ¿por qué en Tabasco y Baja California ya se están citando a los trabajadores de la educación sin tomar en cuenta lo que desde la misma presidencia nacional se menciona?, ¿es voluntario el regreso o no lo es?

Antes del anuncio de este día (28 de mayo) en Palacio Nacional, tuve conocimiento de que varios colectivos docentes, conjuntamente con padres de familia, tomaron la decisión de considerar el regreso a clases presenciales hasta el siguiente ciclo escolar. Una medida, sin duda, sensata como también lo es, el que otras instituciones educativas, con el acuerdo de los mentores de los alumnos, hayan decidido regresar a las aulas en las siguientes semanas.

La comunidad es conocedora de sus propias circunstancias y, desde mi perspectiva, ahí radica el meollo de este asunto no en la Secretaria.

La SEP tendría, en todo caso, marcar una trayectoria pedagógica, didáctica y de gestión propia de las funciones que realiza con la idea de ofrecer todas las herramientas, instrumentos e insumos para que esto sea posible, pero, desafortunadamente, en lo que va de estos 14 meses de confinamiento educativo, solo ha dado palos de ciego sin saber qué hacer y cómo actuar ante lo que cierto Secretario de Educación denominó “un elefante reumático” como lo es el Sistema Educativo Mexicano.

Al respecto, basta con leer lo que en la página de esta dependencia se publicó sobre este asunto y que denominó “Consideraciones generales para formalizar el regreso voluntario a clases presenciales y finalizar el ciclo escolar”; consideraciones que contienen una serie de “reglas” específicas que “brindan” una orientación a las autoridades escolares para ese regreso a clases que, para acabar pronto, no aportan nada nuevo salvo por aquel aspecto que señala que “las y los alumnos que, por decisión de sus padres de familia, renuncien al servicio presencial, deberán ser incorporados a un ¿programa de renivelación? a fin de valorar los conocimientos adquiridos, y posteriormente, ser reintegrados al nivel o grado respectivo (SEP, 2021). ¿Cuál es el fundamento de ese programa de renivelación?, ¿qué estructura tendría? Y lo que es peor, además de que la SEP plantea una educación basada en una estrategia mixta, ¿el docente tendría un programa más a trabajar con sus alumnos?, ¿no es suficiente con toda la carga administrativa que tiene?

La SEP sigue sin rumbo; viene actuando en razón de las instrucciones recibidas por quien dirige los destinos del país, y no en función de las circunstancias en las que se encuentran cada uno de los centros educativos. ¿Se imagina usted el que los profesores tengan que trabajar de manera mixta con sus alumnos, pero sin que la escuela cuente con la infraestructura, equipos y conectividad requerida para este propósito?

En suma, insisto, la falsa idea de que la crisis por la pandemia está superada y que el propio gobierno viene difundiendo con ahínco en estos días: es por demás oportunista, electorera y alejada a la realidad que vive la educación en México.

Con negritas:

Hasta el momento en que cierro estas líneas, la SEP no ha emitido un comunicado oficial sobre el regreso a clases presenciales el 7 de junio, tal y como lo señaló el presidente. Tampoco se encuentra el documento “Consideraciones generales para formalizar el regreso voluntario a clases presenciales y finalizar el ciclo escolar” puesto que el enlace que colocaron en la página de esta dependencia, remite al mismo sitio en el que no aparece. Vaya eficiencia y eficacia, ¿no cree?

Referencias:

Fuente: https://profelandia.com/la-reapertura-de-las-escuelas-no-pasa-por-la-sep/

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Voluntariamente a fuerzas el regreso a las clases presenciales

Por: Sergio Martínez Dunstan

Se prevé que los padres, madres o tutores deberán elaborar una carta responsiva asentando estar de acuerdo de que sus hijas, hijos o pupilos se encuentren de forma presencial o, de igual manera, manifestar su plena voluntad el dejar de asistir…

El gobierno federal puso en jaque a los padres, madres y tutores. Les pone la espada de Damocles por delante. O llevas a tus hijos a la escuela para que tomen sus clases presenciales o atente a las consecuencias. Tiene la firme convicción de hacerlo sin importar el costo social, incluso electoral, que trae consigo tal decisión. Se pudiera convertir, en los hechos, en un factor de exclusión. Analicemos el asunto.

Durante el transcurso de la semana, la Secretaría de Educación Pública (SEP) reiteró su postura sobre el asunto. En el blog institucional, difundió cuatro boletines. En el 102 se informó la conclusión del proceso de inoculación a los docentes. En el 103, hizo un llamado al personal que integra las instituciones educativas para regresar a las escuelas. En el 104, dio a conocer las orientaciones de apertura para el regreso a clases emitidas por la autoridad Educativa Federal de la Ciudad de México. Y, en la Conferencia Matutina del 28 de mayo de año en curso, Delfina Gómez Alvarez, máxima autoridad educativa del país, presentó un informe pormenorizado sobre la vacunación al personal del sector educativo. Con ello, dijo, tenemos la posibilidad de regresar a las escuelas el 7 de junio. También hizo saber que se ha reunido con sus homólogos y gobernadores de las entidades federativas para divulgar los protocolos de seguridad.

El Presidente, Andrés Manuel López Obrador, expuso su postura al respecto. Palabras más, palabras menos señaló:

Necesitamos regresar a clases. No podemos demorarnos más. Resta un mes para concluir el ciclo escolar. Hay quienes opinan que mejor sea hasta el próximo pero yo no lo comparto. Cada comunidad educativa lo decidirá. Si no hay acuerdo, si no hay consenso, no se regresará. No es obligatorio, nada a la fuerza. No vamos a pelearnos. Todo por la razón y el convencimiento. Si hay padres que no quieran, están en su derecho. La educación a distancia continuará para sus hijos. Adelantó que la SEP emitiría un lineamiento oficial.

La instrucción presidencial se atendió con el Boletín 105 a través del cual se presentaron las Consideraciones Generales para las comunidades educativas públicas y privadas del país, que voluntariamente decidan iniciar clases presenciales y finalizar el ciclo escolar 2020-2021. El propósito es cumplir con los planes y programas de estudio para el tipo de educación básica y Normal; y de los tipos medio superior y superior que dependan de la SEP, así como aquellos particulares con autorización y/o reconocimiento de validez oficial de estudios otorgado por la Autoridad Educativa Federal.

En las consideraciones aludidas, se plantea casi lo mismo que se estableció tanto en la “Estrategia Nacional para el Regreso Seguro a Clases Presenciales en las Escuelas de Educación Básica durante el Ciclo Escolar 2021-2021” como en la “Guía de orientación para la reapertura de las escuelas ante COVID 19”. Salvo una disposición por demás digna de ser analizada: Textualmente se menciona:

Los educandos de educación básica cuyos padres, madres o tutores, de forma voluntaria opten por renunciar al servicio presencial, serán incorporados a un programa de renivelación, el cual funcionará conforme las normas de control escolar que emita la Dirección General de Acreditación, Incorporación y Revalidación de Estudios, y que tendrá por objeto valorar los conocimientos del educando durante todo el periodo que se abstuvo de asistir a clase presencial, para que a su regreso al ciclo escolar que corresponda, sea incorporado al nivel o grado pertinente conforme a sus conocimientos y aprendizajes obtenidos”. Y en un párrafo posterior señala: “con objeto de revisar el grado de abandono escolar en el Sistema Educativo Nacional durante el ciclo escolar 2021-2022”. Resalté con negrillas buena parte del párrafo para destacar la importancia del párrafo.

Se prevé que los padres, madres o tutores deberán elaborar una carta responsiva asentando estar de acuerdo de que sus hijas, hijos o pupilos se encuentren de forma presencial o, de igual manera, manifestar su plena voluntad el dejar de asistir.

¡Sopas perico! Voluntariamente a fuerzas. Los sitúa entre la espada y la pared. O llevas a tus hijos a la escuela para que tomen sus clases presenciales o atente a las consecuencias. ¡Órale! Qué fuerte y delicada son las repercusiones implícitas resultado de la elección. La una, de los padres de familia, o la otra, la del gobierno federal. Recordemos que el andamiaje jurídico de la reforma educativa actual, la del dos mil diecinueve, contempla la obligaciones de los mexicanos. Entre ellas, responsabilizarse de que sus hijas, hijos o pupilos menores de dieciocho años concurran a la escuelas, para recibir la educación obligatoria así como participar en su proceso educativo, al revisar su progreso y desempeño, velando siempre por su bienestar y desarrollo (artículo 31 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos).

Al respecto me surgen muchas preguntas, entre otras: ¿en qué consiste el programa de renivelación? ¿un examen? ¿algún curso? ¿o será mero trámite administrativo? ¿bajo qué normas se regulará? ¿a quién le corresponderá operarlo o aterrizarlo? ¿a las unidades administrativas? ¿las escuelas directamente? ¿los maestros? O ¿cómo será el procedimiento? ¿habrá periodos determinados o podrá solicitarse en cualquier momento? Una condición es la de estar inscrito en una escuela. Las otras interrogantes, seguramente se responderán al momento de publicar el acuerdo respectivo en el Diario Oficial de la Federación. Anteriormente, se contabilizaban a los alumnos registrados en el sistema educativo nacional y a quienes, no. A partir de ahora se agrega una tipificación más: quienes están inscritos oficialmente pero que no acuden a clases presenciales y tendrán la posibilidad de regularizarse cuándo deseen regresar bajo los criterios normativos que estipule la autoridad educativa federal.

Lo anterior influirá en decisión que tomen los padres, madres o tutores si acaso tenían la duda de llevar a sus hijos a la escuela para asistir a sus clases presenciales porque esta en riesgo su salud. La deberán pensar muy bien. Nada de que le diga a su hijo… “despreocúpate, no pasará nada si dejas de ir a la escuela en tanto se controle la pandemia”. Y menos que lo diga un director escolar o un maestro a sus alumnos, padres, madres o tutores. “Si no quiere traer a su hijo a clases presenciales, no pasará nada”. Porque sí pasará y mucho. Se reduce también el margen de maniobra que tienen las y los docentes de asistir a la escuela a impartir sus clases. Ellos estarán obligados a hacerlo por su condición contractual salvo que presenten la licencia médica respectiva. Por lo pronto, estarán a la expectativa a ver que dicen sus autoridades educativas escolares de las reuniones que tienen programadas para próximamente con sus superiores. Asimismo, esperaremos a conocer la actitud con la que asumirán la sociedad, el magisterio, los gremios sindicales y las mismas autoridades educativas, quienes tendrán la obligación de cumplir y hacer cumplir lo establecido. Vaya giro que tomó el asunto. Y a usted gentil lector ¿qué opinión le merece?

Carpe diem quam minimun credula postero


Facebook: SergioDunstan

Twitter: @SergioDunstan

Blog: http://www.sergiodunstan.net

Fuente: https://profelandia.com/voluntariamente-a-fuerzas-el-regreso-a-las-clases-presenciales/

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