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Por un sindicalismo al servicio del magisterio

Por: Sergio Martínez Dunstan

En mi colaboración anterior, pretendí distinguir entre los derechos laborales establecidos en el Artículo 123 Constitucional y la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado (LFTSE). Así como también, los derechos profesionales surgidos de la reforma educativa establecidos en la Ley General del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros y en el resto de la normativa asociada. Y, al final, plantee dos preguntas en una sola. Y como lo prometido es deuda, intentaré brindar algunos argumentos para una probable repuesta.

Algunos colegas reaccionaron en las redes sociales sobre su contenido. Por ejemplo, Pedro Flores Crespo, académico de la Universidad Autónoma de Querétaro, tuiteó: “¿Se pueden vulnerar derechos laborales dejando intactos los sindicales?” (https://bit.ly/3zx6njw) Teresa Bracho, ex Consejera Presidenta de la Junta de Gobierno del desaparecido Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, señaló: “En teoría, no. Porque los sindicales suponen protección del derecho laboral” (https://bit.ly/2TzIY1v). A lo que el especialista en políticas públicas egresado de la Universidad de York en Reino Unido, reflexionó: “Por eso la dimensión no explícita de la política central para definir el objeto de estudio de la ‘policy’.” (https://bit.ly/3eWcmXf) Interesante aportación. ¿Cuál es su opinión gentil lector?

Desde otro ángulo, Lev Velázquez Barriga, Doctor en Pedagogía Crítica y Educación Popular, en la misma red social a propósito del artículo de opinión referido, mencionó que: la “libertad sindical se redujo a la promoción [de] muchos mini sindicatos, veáse el caso Veracruz donde crecieron por docenas y ninguno democrático.” (https://bit.ly/3ByXBU5) Y ustedes, amables lectores, ¿tienen otros datos?

Ahora bien, los derechos laborales se mantuvieron casi intactos salvo los relacionados con la libertad de sindicación la cual sigue siendo una asignatura pendiente. La protección de los derechos sindicales es un problema irresuelto. Es letra muerta la reforma a la LFTSE. Brilla por su ausencia la filosofía de los Convenios C087 y C098 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). La culpa la tienen los dirigentes del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación (SNTE). Aunque la complicidad del mismo gobierno es innegable. Es una omisión grave a sus atribuciones legales permitir el incumplimiento de las disposiciones.

La participación del magisterio en el Sistema de Carrera es individual y voluntaria. La ley contempla el derecho de interponer su defensa. Mientras que la intervención del sindicato, es marginal. Se limita a lo estrictamente laboral dejando un vacío en la protección de los derechos profesionales. La relación entre autoridades educativas y los maestros es directa, sin intermediarios. Dicho coloquialmente, se rascan con sus propias uñas. Y, en ocasiones, en contra de la voluntad de representantes sindicales. Han padecido una serie de arbitrariedades y abusos de autoridad por parte de la Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros (USICAMM). Reconocidas por la titular de la dependencia, la Secretaria de Educación y el propio Presidente de México. Mientras que los “lideres sindicales” gestionan privilegios al margen de la ley para ellos mismos y sus allegados. De esta manera son cooptados unos y otros por la autoridad educativa. Incluso hay denuncias con casos documentados de tales anomalías. Parece que el que tiene más saliva traga más pinole. Cada quien defiéndase como pueda es la consigna. A eso me refiero cuando digo que el maestro se encuentra en total estado de indefensión. Sus propios recursos son el único apoyo con que cuentan. ¿Para qué le sirve al magisterio un sindicato así?

En contraparte, la autoridad educativa se apropia de la rectoría de la educación. El goce de los derechos laborales del magisterio trae implicaciones educativas y de igual manera el ejercicio de los derechos profesionales conlleva repercusiones laborales. Basta revisar procesos tan relevantes en donde la SEP se arroga la atribución exclusiva:

  • El Sistema Abierto y Transparente de Asignación de Plazas.
  • La estructura ocupacional autorizada.
  • Los procesos de admisión, promoción, reconocimiento desde la determinación de los tiempos a través del calendario, la definición de los perfiles profesionales, la emisión de las convocatorias, el prerregistro y el registro de los participantes, el cumplimiento de cada una de las etapas y fases.
  • Los cambios de adscripción, las licencias y la compatibilidad de plazas.
  • El otorgamiento de licencias por razones de carácter personal.
  • La compactación de horas, la descompactación de plazas.
  • La apertura, crecimiento o modificación de centros escolares.
  • La asignación de plazas vacantes, objeto de los procesos de selección.
  • Los programas de formación, capacitación y actualización, de desarrollo de  capacidades y de desarrollo de liderazgo de gestión.
  • Los programas de reconocimiento para el personal docente, técnico docente, de  asesoría técnico pedagógica, de asesoría técnica, de tutoría y para quienes desempeñan funciones de dirección o supervisión que se encuentren en servicio.
  • El Programa de Promoción Horizontal por Niveles con Incentivos.
  • El Servicio de Asesoría y Acompañamiento a la Escuela.

Lo anterior resulta una brillante área de oportunidad para las organizaciones gremiales. Este escenario emergente arrojó un nuevo orden jurídico bajo la rectoría de la autoridad educativa quedando al margen la organización sindical porque así fue diseñado de origen el Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros. Los líderes sindicales han quedado obnubilados, preocupados por mantenerse en el poder. Carecieron de fuerza y capacidad para adaptarse a las circunstancias. Les faltó inteligencia para adelantarse a los tiempos, leerlos, interpretarlos. Mientras se ocupan en quitarse la camisa de fuerza impuesta, las autoridades educativas fortalecen su marco de actuación. El Estado Mexicano les ganó la partida a los sindicatos magisteriales. Les restó fuerza y acotó su poder de influencia. Los tienen entretenidos en lo que les conviene y alejados de las decisiones fundamentales. Están maniatados. Estamos siendo testigos del sometimiento de los sindicatos magisteriales. O ¿así siempre debió haber sido?

Con las ideas plasmadas en los párrafos anteriores estoy en condiciones de dar respuesta al cuestionamiento señalado al final del texto “Los derechos profesionales y los derechos laborales del magisterio”. ¿Cuál es el papel que está jugando el sindicato? La pugna por conservar el poder y la lucha por su sobrevivencia.

¿Cuál es el papel que debieran jugar las organizaciones sindicales en la defensa de los derechos profesionales del magisterio?

Volver a sus orígenes plasmado en su propio lema, “Por una educación al servicio del pueblo” pero visto desde otra perspectiva que retome lo fundamental de su razón de ser. Por un sindicalismo al servicio de los trabajadores de la educación. Considerando que los maestros se encuentran en total estado de indefensión hacia ellos debiera dirigirse la acción sindical de manera prioritaria. Nunca sin ellos. Siempre a su lado.  Acompañándolos en todo momento, abandonarlos nunca. Con ellos, por ellos y para ellos. Hasta que la dignidad se haga costumbre. Por un sindicalismo al servicio del magisterio.

Carpe diem quam minimun credula postero

Facebook: SergioDunstan
Twitter: @SergioDunstan

Blog: http://www.sergiodunstan.net

Fuente: http://www.educacionfutura.org/por-un-sindicalismo-al-servicio-del-magisterio/

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Llueva, truene o relampaguee

Por: Carlos Ornelas

Como muchos, estoy convencido de que el presidente Andrés Manuel López Obrador es porfiado, hasta la necedad, según él mismo. Allá por 2007, corrió la chirigota de que al presidente Felipe Calderón lo habían hecho sin reversa. Pienso que López Obrador tiene las calificaciones necesarias para superar a su némesis, aun con la reversa puesta.

En la mañanera del 14 de julio expresó rotundo: “No hay nada que lo impida, hay un pequeño rebrote, afortunadamente, de contagios (por el covid-19), pero ya tenemos más vacunación y por lo mismo hay menos riesgos y ya no podemos seguir con las escuelas cerradas”.

Por la noche de ese mismo día, la Secretaría de Salud avisó de más de 12 mil contagios, muchos para “un pequeño rebrote”. Con todo y que el Presidente estipuló que hay menos riesgos, el número de personas contagiadas crece y, por desgracia, también el de fallecimientos.

Mas el Presidente construye su realidad alternativa —sus otros datos— y rechaza evidencias que muestran el contexto real. Y, si se da cuenta del problema, lo disimula, se fuga hacia adelante e insiste en su convicción.

El fin de semana pasado, en Boca del Río, Veracruz, el presidente López Obrador insistió —y con ardor— en su apuesta: “Vamos a reiniciar las clases, va a iniciar el nuevo ciclo escolar a finales de agosto, llueve truene o relampaguee no vamos a mantener cerradas las escuelas. Ya fue bastante” (Excélsior, 24/07/2021).

Tal vez el Presidente tenga un diagnóstico de la situación. En efecto, ciertos segmentos sociales demandan el retorno a clases presenciales —y lo hacen con razones de peso, por el agobio para todos los actores del sistema educativo—, pero siempre, aun los más vehementes, ponen por delante la seguridad sanitaria.

Obvio, el Presidente señala que debe hacerse con cuidado y la Secretaría de Educación Pública añade que con protocolos de sanidad. Pero nadie en el gobierno dice de dónde saldrán los recursos para poner en práctica esas reglas. Al contrario, el sector educativo sufre con frecuencia recortes en su presupuesto.

Sin embargo, el ambiente no es favorable a la prescripción del Presidente. No tiene una estrategia efectiva para combatir la pandemia, la tercera ola va en ascenso, se calcula que la cresta será en la segunda semana de agosto. Ergo, los riesgos mínimos que observa López Obrador no son tan exiguos.

En las dos ocasiones el Presidente fue perentorio; dio a entender que su palabra es la ley. Y, como espera lealtad ciega de subordinados y seguidores, es casi seguro que el 30 de agosto habrá ceremonias de inicio de cursos en muchas escuelas. En la SEP, cavilo, ya preparan directrices para los consejos técnicos escolares y cabildean con autoridades estatales para que cumplan con la línea que tiró López Obrador.

No obstante, si el Presidente no tiene reversa, algunos pueden ponerle frenos. Por ejemplo, a la persistencia del Presidente se opone la obstinación de sus antiguos aliados de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación. Sus líderes ratifican que no aceptarán clases presenciales hasta que todos estén vacunados, incluso los alumnos.

La corriente que capitanea Alfonso Cepeda Salas es más cauta. Asegura que apoya la propuesta del Presidente, pero que la seguridad de sus agremiados y los alumnos es prioritaria. Con su cuidada retórica, Cepeda Salas le dice sí, pero con mil condiciones.

El entorno es complejo, la pandemia no cede. Es cierto que el encierro fatigó a la niñez más que a los adultos. Pero regresar a clases en condiciones inseguras es un riesgo alto.

La bronca es que el Presidente ya dictó, no tiene dudas, lo cual, cavilo, inhibe a la SEP de buscar alternativas.

Fuente e Imagen: http://www.educacionfutura.org/llueva-truene-o-relampaguee/

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Clases presenciales y el futuro del modelo híbrido en México…

Por: Abelardo Carro Nava

Hoy, desde Palacio Nacional, se habla de un regreso a clases presenciales en próximos días…

Trasladar la escuela a la casa no fue la mejor decisión que la Secretaría de Educación Pública (SEP) tomó al inicio de la pandemia pues, como se sabe, la escuela es por excelencia el espacio en el que ocurren una serie de interacciones de gran valía para la generación y adquisición de aprendizajes formales en los estudiantes. ¿Por qué fue tan necesario e indispensable que, tanto profesores y alumnos, agotaran los contenidos de un plan de estudios durante el ciclo escolar 2020-2021 o, mejor dicho, porqué no se propuso, desde la propia Secretaría, la dosificación de contenidos o el desarrollo de actividades relacionadas, por ejemplo, con la lectura y escritura situadas en el propio contexto de los educandos para favorecer dichos aprendizajes puesto que las condiciones de vida de los padres de familia de los niños, niñas y adolescentes (NNA) son tan diversas?, ¿acaso no se contaba con un diagnóstico de esas condiciones cuando el propio Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) publica continuamente indicadores sobre ese rubro?

En este sentido, hasta el hartazgo se ha dicho que la contingencia sanitaria visibilizó los males que padece el Sistema Educativo Mexicano (SEM), y esto es cierto porque, quienes cotidianamente transitábamos por diferentes espacios educativos y no educativos, pudimos observar las brechas de desigualdad existentes en una comuna, municipio, estado o región, aunado, desde luego, a las evidentes desigualdades entre escuelas públicas ubicadas en dichos contextos. La falta de agua, energía eléctrica, sanitarios, drenaje, espacios o aulas con mobiliario adecuado, internet, etcétera, contrastaba con aquellas que sí los tenían o, al menos, con la mayoría de ellos.

Es cierto, esto ha sido el lastre que se ha venido arrastrando desde hace muchas pero muchas décadas. Y con esta realidad, a veces lacerante, esta Secretaría diseñó un esquema denominado Aprende en Casa que, como sabemos, fue de poca utilidad, dado que el número de estudiantes y profesores que hicieron uso de la televisión y radio, no fue el esperado.

Y no fue el esperado porque quien conoce perfectamente las condiciones de vida de sus alumnos y de sus familias son las maestras y los maestros. Docentes que, independientemente de su grado de compromiso y responsabilidad con su labor, diseñaron sus propias herramientas de trabajo para sacar a flote el barco, destacan: la adquisición de equipos tecnológicos con sus propios recursos, la elaboración de cuadernillos a partir de su conocimiento y lo que implicaba el trabajo en casa de sus educandos, la toma de cursos para conocer sobre el empleo de alguna plataforma, el uso de internet y diversos materiales educativos pagados con dinero de su bolsillo, el doble trabajo o actividad que en algún momento significó (y aún significa) el quehacer docente de manera sincrónica y asincrónica, las planeaciones modificadas o ajustadas a esta “nueva” realidad, la extenuante revisión de trabajos enviados a todas horas, los consejos técnicos muchas veces sin sentido y sin propósitos acordes a las demandas y necesidades del profesorado, entre otras. Acciones que, indiscutiblemente, los llevo a ser lo suficientemente creativos; pero no fue suficiente, por un lado, no todos los padres de familia y alumnos se comprometieron con la continuidad de ese proceso formativo y, por el otro, la Secretaría hizo oídos sordos a las distintas problemáticas que se fueron gestando a lo largo del ciclo escolar que ha culminado y, de las cuales, no dio una respuesta clara y contundente que permitiera direccionar el trabajo de los mentores.

Hoy, desde Palacio Nacional, se habla de un regreso a clases presenciales en próximos días como si esto fuera la solución a las dificultades que, brevemente, he señalado; no obstante, regresar a lo mismo, desde mi perspectiva, no encuentra sentido porque, indiscutiblemente, no es ni será lo mismo, y por ello tenemos que empezar a reconocer que esas mismas problemáticas se han incrementado en este tiempo y por lo cual dificultarán el proceso de regreso de todos los actores educativos.

Educación presencial, a distancia o en línea parece ser el dilema que habrá de resolverse en los próximos días. No obstante, ¿es viable el establecimiento de un modelo híbrido o combinado entendiéndolo como la integración eficaz de dos componentes: la enseñanza presencial y la tecnología no presencial en las escuelas? (Contreras, Alpiste y Eguia, 2006), ¿el magisterio y los padres de familia están preparado para ello?, ¿las instituciones educativas cuentan con todos los medios para hacerlo efectivo? Es más, ¿de qué manera se asegurará el establecimiento de este “modelo” cuando en los hechos innovar un ambiente de aprendizaje a distancia, no es trasladar la docencia de un aula de adobe a un aula virtual, ni cambiar el gis y el pizarrón, por un pizarrón inteligente? (Moreno, 1997). Preguntas, si usted gusta, sencillas, pero que permiten la reflexión y el necesario análisis y debate en torno a una posible alternativa que, supongo, visualiza la SEP y los “altos” funcionarios de esta Dependencia para el ciclo escolar 2021-2022. Desde mi perspectiva, incorporar este tipo de escenarios sin un diagnóstico real de los sujetos que emplearían este esquema, así como también, de los contextos de trabajo donde presumiblemente operaría con un enfoque estrictamente pedagógico, generaría mayores problemas que aquellos que se busca resolver o atender.

Esto lo traigo a colación por dos cuestiones. La primera, el incremento de contagios de Covid-19 en varios estados de la República Mexicana en los últimos días, y la incertidumbre que priva en la sociedad y en el sector educativo sobre el inminente regreso a clases presenciales anunciado por el Presidente hace unos días.

Tengo claro pues, que un esquema que tienda a trabajar de manera híbrida debe estar fincado en un programa educativo formal mediante el cual, el alumno pueda realizar al menos una parte de su aprendizaje en línea con un cierto grado de manejo sobre el tiempo, lugar, ruta o ritmo del mismo. Mientras que otra parte de ese aprendizaje, podría ser llevado a cabo en un espacio físico distinto a la casa y con algún tipo de supervisión, en este caso, del padre de familia o tutor. Tal programa educativo formal, ¿será el que direccione las actividades escolares y, desde luego, la generación de aprendizajes de los alumnos pues no todos los paterfamilias están de acuerdo en enviar a sus hijos a los centros escolares porque no se garantiza un regreso seguro a los mismos?, ¿la SEP tomará esta alternativa y la establecerá oficial y arbitrariamente cuando no en todas las instituciones educativas se cuenta con los recursos que permitan integrarla adecuadamente para aplicarse pedagógicamente?

Y luego, el tema de la planeación didáctica, un asunto no menos importante puesto que, independientemente de las adecuaciones que los docentes pudieran realizar, tendría que partir del diagnóstico ampliamente referido y de las actividades sincrónicas y asincrónicas que podrían diseñarse a partir de los contenidos; en consecuencia, ¿el trabajo por proyectos es una alternativa?, ¿qué pasará con aquellos estudiantes que no cuenten con los recursos para trabajar virtualmente, por ejemplo?, ¿se tendría que planear para el trabajo a distancia, presencial y en línea?, ¿y los alumnos con alguna discapacidad integrados al Sistema Educativo Mexicano?

Hace tiempo tuve la oportunidad de conocer el caso de una escuela pública que trabajaba bajo este modelo con el esquema denominado “Rotación de Estaciones”. En éste, como su nombre lo indica, los estudiantes rotaban en equipos para trabajar algún contenido, que formaba parte de un proyecto, diseñado por el docente. Mientras unos se encontraban en la sala de cómputo de la institución educativa indagando sobre el tema, otros se encontraban en el aula respondiendo algunas preguntas sobre el mismo, y otros, en casa, leían una lectura dada por el profesor, sobre la misma temática, con la intención de recuperar los aspectos más importantes de ésta. Las condiciones, como parece obvio, eran las que todos quisiéramos que existieran en cada una de las escuelas de nuestro país. ¿Existirán las mismas condiciones en todos los centros escolares y familiares?

En suma, desde mi perspectiva, el modelo híbrido o combinado tiene un futuro incierto en México. Supongo, esto lo deben de saber en la SEP quien, dicho sea de paso, sigue tratando los síntomas, pero no la enfermedad que se ha agravado con esta pandemia.

¿Regreso a clases presenciales a qué, cómo y para qué?

Al tiempo.

Referencia:

  • Contreras Espinosa, Ruth Sofhía, & Alpiste Penalba, Francesc, & Euguia Gómez, José Luis (2006). Tendencias en la educación: aprendizaje combinado. Theoria, 15(1), 111-117.
  • Moreno, M. (1997). El desarrollo de ambientes de aprendizaje a distancia. Ponencia presentada en el VI Encuentro Internacional de Educación a Distancia: Desarrollo de ambientes de aprendizaje, Guadalajara, México.

Fuente e Imagen: https://profelandia.com/clases-presenciales-y-el-futuro-del-modelo-hibrido-en-mexico/

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México: Según la SEP; estas son las ventajas de la educación mixta

Para garantizar el derecho a la educación en los tres niveles educativos, la Secretaría de Educación Pública (SEP) considera la implementación del modelo de aprendizaje mixto en el Sistema Educativo Nacional el cual, además de las clases presenciales o vía internet, difunde el conocimiento a través los servicios de televisión, sistemas públicos y de paga, la radio pública y comunitaria, el uso de los Libros de Texto Gratuitos, visitas personalizadas de maestros a alumnos en sus casas, así como la entrega de materiales educativos en lenguas indígenas para las comunidades con mayores índices de marginación.

En un comunicado de prensa, la SEP detalló que la educación mixta combina las enseñanzas del salón de clases con los aprendizajes adquiridos de manera diferida o fuera del entorno escolar, es decir, considera encuentros presenciales o sincrónicos y es una modalidad que, desde hace varios años, está vigente en el sector.

La SEP expresó que la educación mixta es un modelo que brinda flexibilidad al combinar estrategias, métodos, herramientas y recursos de las modalidades escolarizada y no escolarizada, y coadyuva a garantizar el derecho a la educación, ante entornos que afectan la asistencia regular a las aulas y en atención del interés superior de la niñez y juventud en el acceso, permanencia y participación de la educación.

Señaló que consolida además esquemas de acompañamiento y convivencia orientados a mejorar la eficiencia terminal, la absorción y el rendimiento escolar, además favorece el acompañamiento y valoración integral por parte del docente, sin dejar de lado la autonomía del aprendizaje por parte del alumno.

En ese sentido señaló las siguientes ventajas de dicho modelo:

  • Permite enseñar y aprender más allá de las aulas.
  • Estimula la transformación del sector educativo mediante la innovación educativa.
  • Alienta el hacer y resolver, más que memorizar y repetir.
  • Facilita el aprendizaje personalizado, pues los estudiantes pueden tener acceso a contenidos con diversos niveles de complejidad.
  • Los estudiantes están en el centro del aprendizaje, dejan de ser actores pasivos y asumen un papel más activo.
  • Los alumnos pueden acceder a los contenidos todas las veces que sea necesario y en los momentos que dispongan.
  • Se extienden los espacios de aprendizaje.
  • Favorece el trabajo colaborativo.
  • Los maestros se convierten en un guía o facilitador de los aprendizajes.

La SEP puntualizó que reitera su compromiso de utilizar, en acuerdo con el magisterio y las madres y padres de familia, todas las opciones para que ningún niño, niña, adolescente o joven se quede sin los aprendizajes.

Fuente de la información e imagen: Profelandia

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SEP – USICAMM: El gatopardismo educativo en su máxima expresión

Por: Eduardo Grajales  

Deja mucho que desear la postura que ha tomado la Secretaría de Educación Pública (SEP) y su Unidad para la Carrera de las y los Maestros (USICAMM), respecto a los mecanismos de evaluación para la promoción docente en sus concursos de acceso a plazas magisteriales, así como en los de ascenso horizontal y vertical, recientemente aplicados.

Después de cometer sendas pifias en la administración de la Plataforma Venus de USICAMM y de mantener desatendidos y en constante incertidumbre a miles de maestros y aspirantes al magisterio en todo el país (incluidas personas con discapacidad auditiva, a quienes dejo en la total indefensión), la SEP y USICAM ya amenazaron con dejar fuera a miles de maestros y maestras, a quienes se suponía les revindicarían sus derechos laborales y les ofrecerían una evaluación transparente, equitativa y con fines de mejoras.

Esto último era el espíritu de la Ley para las y los maestros. Pues resulta que en la realidad, ni lo uno ni lo otro, veamos:

En principio de cuentas, la SEP y USICAM deberían estar avergonzados por su incapacidad operativa y prácticamente sentados en el banquillo de los acusados, al no contar con sistemas digitales calificados y certificados para soportar la afluencia de millones de internautas que saturarían su plataforma web en los días de los exámenes, hecho que causo,  por ejemplo, que miles de exámenes realizados no se guardaran en su plataforma y ha generado que éste se tenga que repetir, sin que hasta la fecha por lo menos la autoridad haya ofrecido una disculpa a miles de aspirantes del proceso 2021, víctimas de la situación anterior.

Asimismo, la SEP paradójicamente dejo fuera a mas de 5 mil maestros aspirantes a la promoción vertical y amenaza con dejar a otros tantos con el argumento de haber identificado “cadenas de respuestas similares” e incluso hasta los mismos errores sin presentar pruebas, cuando esto era evidente que iba a suceder como sucedió sin que la autoridad tomara cartas en el asunto en su momento. Los exámenes se vendían en redes sociales, se ofertaban las respuestas en grupos de WhatsApp, y la SEP y USICAMM no presentaron siquiera una denuncia ante las autoridades correspondientes.

Todo lo anterior en su conjunto fácilmente podría y debería configurarse como actos negligentes ante la Función Pública, por parte de estas autoridades educativa.  Si de aplicar la normatividad por ahí debería empezarse, y tanto SEP como USICAMM le quedarían debiendo a los profesores.

En un escenario racional, pues, la autoridad debió de prever el riesgo que implicaba hacer exámenes estandarizados desde casa y en línea. Si hubiera querido minimizar tal situación ¿Por qué no previó, como cada año, hacer la evaluación en plataforma digital si, pero desde un espacio publico, como normalmente lo hace, y coordinado directamente por el personal de cada Secretaría de Educación Estatal? ¿Falta de presupuesto? ¿Incapacidad?… Si el argumento era el escenario pandémico ¿Acaso no hay esquemas para calendarizar a grupos de docentes, guardando las medidas sanitarias?

En ese tenor lo mejor hubiera sido, como ahora lo ha señalado, “utilizar otros factores para valorar el desempeño y las habilidades docentes”, y no un examen estandarizado de más de cien preguntas que estresó sobremanera, agotó y quitó las ganas a las y los profesores de enlistarse nuevamente, y en las que incluso y absurdamente había crasos errores como, por ejemplo, una pregunta donde se cita como opción a la derogada Ley General del Servicio Profesional Docente. ¿Acaso los evaluadores de CENEVAL, o quien sea que haya hecho la batería de preguntas no reparó en estos detalles? ¿U ocuparon exámenes de archivo?…

Sea una cosa u otra, ambas situaciones son condenables, pues en este tipo de evaluación donde se busca identificar las mejores practicas docentes, no se le puede inducir al error a la gente, mas bien se trata de generarle conflictos cognitivos donde el sustentante ponga a prueba su intelecto y su habilidad; y menos aún, reutilizar exámenes que están fuera del contexto educativo actual, como parece haber sido… entonces ¿para que tenemos instituciones vanguardistas y de primera como el CENEVAL si no se va a echar mano de ellas? ¿Que sentido tiene exigir dominios, si la misma SEP y el USICAMM son los primeros en promover el condenado copy paste?

De tal manera que la postura tajante de las autoridades educativas sería valida desde una perspectiva normativa, si, pero donde todos siguen las reglas y no donde solo se aplica a contentillo la misma… ¿Cuantas llamadas, correos electrónicos y oficios dejo la USICAMM sin responder a las y los maestros que, preocupados, pedían a gritos se les especificara los pormenores de las indicaciones, o los cambios de ultima hora que trastocaron el mismo calendario oficial de evaluación que la propia SEP incumplió?.

En ese sentido, la postura expuesta por la Secretaría no esta siendo la esperada por los esperanzados maestros y ésta está fuera de todo contexto, pues los responsabiliza de la misma manera como se venía haciendo en otros tiempos, señalándolos a por lo menos unos 5 mil docentes de copiones, y estigmatizándolos ante el escenario colectivo que día con día desvaloriza mas su labor.

Sin duda existen este tipo de comportamientos como existen los estigmatizados “niños mal portados” en las aulas y las escuelas, pero el mismo manual por una educación inclusiva, equitativa y diversificada de la SEP señala que para efectos de mejora, el docente debe darles acompañamiento y no exponerlos al cadalso de la opinión pública… ¿Ahora, quien acompaña al docente? ¿O se trata de seguir en los mismos esquemas de evaluación tradicional?

Sea como fuere, algo anda muy, muy mal al interior de dos dependencias clave en la renovación del entorno educativo nacional, y que tienen la gran responsabilidad de elevar la calidad de la educación en México y hacer que ésta sobrepase dicho estándar para aspirar a la “excelencia” y en así, proponer no solo un acompañamiento y una evaluación con fines de mejora para las y los alumnos, sino también a los maestros que, se suponía serían los principales aliados en la transformación nacional, y a los que se les otorgarían sendos derechos empezando por una carrera equitativa y humanista, que reivindicaría sus “conquistas” perdidas en la anterior administración.

Hoy al igual que antes parece ser que el discurso es el único cambio que se vive en la educación mexicana, que hace gala no de una revolución y una transformación profunda, sino de un gatorpardismo educativo al que ya están acostumbrados los millones de docentes que siguen a la espera de un cambio real…

Habría que preguntarse qué sucedería si esta misma evaluación se aplicará en las oficinas de SEP y USICAMM ¿Cuántos “se quedarían fuera”?

Fuente de la información :  https://www.educacionfutura.org

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Nuevo ciclo escolar sin plan de estudios de la Nueva Escuela Mexicana

Por: Abelardo Carro Nava

La SEP ha fallado en las propias fechas y acciones que ésta misma agendó al inicio de su gestión

Con la Reforma Integral a la Educación Básica (RIEB) implementada en preescolar en 2004, secundaria en 2006 y primaria en 2008, se dio vida a lo que el magisterio conoció como el Plan de Estudios 2011; no obstante, años después, este mismo magisterio transitó al tan renombrado modelo educativo y propuesta curricular Aprendizajes Clave para la Educación Integral justo a un año de que el gobierno peñanietista dejara Palacio Nacional.

El primero tenía como propósito que los estudiantes desarrollaran 5 competencias en los tres niveles educativos porque, según se dijo: “eran para toda la vida”. Su base, como pudimos conocer, estaba fincada en estándares que definían el perfil de egreso en razón de los aprendizajes esperados y organizados en lo que se definió como campos de formación, que no eran lo mismo que campos formativos, puesto que los de formación organizaban, regulaban y articulaban los espacios curriculares y, los formativos, eran los procesos de desarrollo infantil, mismos que constituían los cimientos de los aprendizajes más formales de los alumnos a lo largo de su trayecto escolar y, para ello, se establecieron 12 principios pedagógicos.

El segundo, como su nombre lo indica, consideraba que los estudiantes de educación básica requerían estar preparados para afrontar las demandas sociales y del conocimiento impuestas por el mundo actual. Al igual que en el Plan 2011, se contemplaba un perfil de egreso con ciertos rasgos deseables que deberían trabajarse para cumplirse. Su enfoque fue una cosa extraña que llegó a conocerse con el nombre de “competencial”, y cuya diferencia con el anterior fue que, mientras en el 2011 se especifica que las competencias eran el punto de partida para la generación de aprendizajes, en el 2017, dichas competencias se convirtieron en el punto de llegada o la “meta final”. Y bueno, tales concepciones dieron como resultado otra cosa extraña que recibió el título referido “Aprendizajes Clave”, esto, además de la configuración de las áreas de desarrollo personal y social, aunado a los ámbitos de autonomía curricular con 14 principios pedagógicos.

Con la llegada de una nueva administración al Gobierno Federal en 2018 y, por supuesto, a la Secretaría de Educación Pública (SEP), se dijo que se elaboraría un nuevo modelo educativo ¿otro modelo? fincado en otra cosa extraña que se denominó Nueva Escuela Mexicana y, para ello, se dio a conocer el proceso de construcción “colectiva” que tendría el “nuevo modelo” con su respectivo plan de estudios: a) de mayo a diciembre de 2019, evaluación del plan y los programas de estudios partiendo de las premisas qué fortalecer, qué eliminar y qué nuevos contenidos se incorporarían, y para ello se sugería un análisis técnico, valoración en campo y grupos de enfoque con maestras y maestros; b) de enero a marzo de 2020, versión preliminar del currículum, considerando un análisis con algún cuerpo directivo de la SEP, un consejo de expertos, un organismo coordinador del Sistema Nacional de Mejora Continua de la Educación; c) de abril a junio de 2020, versión final para discusión contemplando análisis con grupos de enfoque con maestras y maestros (general y por nivel); d) en julio de 2020, publicación del plan y programas de estudios en el Diario Oficial de la Federación; e) de julio 2020 a julio 2021, acciones preparatorias para la puesta en marcha del currículum con difusión, capacitación al magisterio y desarrollo, evaluación y selección de materiales educativos; f) en agosto de 2021, etapas de la puesta en marcha del currículo, consistentes en que durante el ciclo escolar 2021-2022, se implementaría de 1º a 3º de preescolar, 1º y 2º de primaria y 1º de secundaria para que, durante el ciclo escolar 2022-2023, se aplicara en toda la educación básica.

Proceso que a todas luces no se cumplió; es más, se desconocen los avances que la SEP pudiera tener sobre ello y eso que ya estamos a unas semanas de iniciar el ciclo escolar 2021-2022. Supongo, la pandemia también vino a “alterar” los trabajos que se desarrollarían para este propósito, pero, ¿era necesaria la presencialidad para dar continuidad a los mismos puesto que, como se señaló en el documento de ruta de construcción colectiva, se conformarían grupos de trabajo con diferentes actores?, ¿no acaso, por ejemplo, las maestras y los maestros, continuaron con su labor docente, misma que incluye, entre otras cuestiones, la realización de sus Consejos Técnicos a distancia? En fin, ¿cuál será la explicación que dará la SEP sobre este asunto?

Lo que se sabe sobre este tema, hasta el momento, es lo que se ha dado a conocer a través de, por ejemplo, el taller de capacitación denominado “Hacia una Nueva Escuela Mexicana” impartido a principios del ciclo escolar 2019-2020, y lo que algunos que otros colegas han escrito en diferentes espacios o medios de comunicación, pero nada más. Lo que sí fue un hecho es que, por instrucción Secretarial, se “suspendió” o “interrumpió” la aplicación del documento denominado Aprendizajes Clave en las escuelas para tomar como referente el de 2011 para el trabajo docente puesto que, según se digo, se tenía que transitar hacia otro modelo menos neoliberal para la generación de aprendizajes en los educandos y, por tal motivo, tendría que surgir como el Ave Fénix “La Nueva Escuela Mexica”.

Cosa curiosa resultó esa “suspensión” o interrupción” puesto que, en los procesos de admisión y promoción del magisterio de este año y que organizó desastrosamente la Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros (USICAMM), sí fueron considerando ambos modelos o planes, tanto el de 2011 como el 2017 para valorar los conocimientos y aptitudes de los profesores ¿entonces? Un mar de contradicciones.

En resumidas cuentas, mi estimado lector, estamos en la antesala de un misterio más que en próximos días podría resolverse. La tan prometida revalorización del magisterio nada más no llega con este gobierno, pero lo más preocupante es, desde mi perspectiva, responder de qué manera se logrará la “excelencia” que fuertemente se impulsó para lograr la reforma a la mal llamada reforma educativa de 2013 si, en los hechos, la SEP ha fallado en las propias fechas y acciones que esta misma agendó al inicio de su gestión.

Con negritas:

Si usted revisa la Guía del Taller de Capacitación “Hacia una Nueva Escuela Mexicana” fechada en 2 de agosto de 2019, en el apartado denominado Presentación, párrafo tres se señala: Hoy, en el inicio del ciclo escolar 2019-2020, comenzaremos un ejercicio democrático y participativo para construir la Nueva Escuela Mexicana (NEM). La Secretaría de Educación Pública recibirá todas las propuestas y sugerencias sobre cómo debe ser esta nueva escuela, a través del sitio www.nuevaescuelamexicana.edu.mx; sin embargo, este sitio no está habilitado, es más, creo que nunca lo estuvo. ¿Democracia y participación entonces?

Así las cosas…

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México: SEP insiste en volver en agosto a las escuelas en medio de la tercera ola de covid

Por: Soledad Farfalla/laizquierdadiario

 

Tan sólo en 10 días los casos activos de COVID en México se han duplicado. Se habla ya de una nueva ola de la pandemia en el país y los contagios por día se multiplican exponencialmente. En este preocupante panorama, la SEP insiste en volver en agosto a las escuelas.

 

En los últimos días, los positivos por SARS-CoV-2 en nuestro país se han multiplicado de manera exponencial. Tan sólo el jueves 8 de julio se registraron 10 mil nuevos casos. Los hospitales registran un aumento en la ocupación, en redes sociales se ven de nuevo listones negros y gente buscando oxígeno, equipo médico y atención.

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) lleva varios días alertando del incremento de los contagios en México, particularmente entre les jóvenes que aún no han sido vacunades. Se retomaron las conferencias vespertinas en las que se informa sobre el avance de la pandemia.

El panorama es preocupante, particularmente para el pueblo pobre y trabajador -pues somos quienes hemos puesto el 94 % de las muertes en el país-, se viene una nueva ola de desesperación y tragedias familiares.

En medio de este panorama, la SEP publicó su boletín 146 en el que insiste en la vuelta a clases presenciales.

El boletín informa de la reunión entre la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), Olga Sánchez (secretaria de Gobernación) y Delfina Gómez (secretaria de educación) en la que se planteó que la SEP “…mantiene la expectativa de que el ciclo escolar 2021-2022 inicie de manera presencial en todo el país…”.

En esa reunión se presentó el Calendario Escolar 2021-2022 y la Estrategia Nacional para un Regreso Seguro a Clases. Afirma la SEP que dispondrá de los recursos e implementará las acciones necesarias. Las maestras sabemos que hay carencias y daños profundos en las escuelas, sumado a un grave problema de hacinamiento. Nada se ha planteado hasta ahora sobre un plan serio de construcción masiva de escuelas, reconstrucción o reparación de las existentes.

Las autoridades federales y educativas deben creer que con un par de litros de alcohol en gel, un ciento de cubrebocas y un protocolo de señalización o medidas similares, tapan el gran problema que arrastra el abandono histórico de las escuelas o que cumplen con la protección de la salud y la vida de la comunidad escolar.

En dicha reunión Gómez Álvarez informó que para concluir el ciclo escolar 2020-2021 se reabrieron más de 31 mil escuelas en 617 municipios a nivel nacional, con una asistencia de alrededor de 3.4 millones de estudiantes y 386 mil trabajadores de la educación, presentándolo como un gran logro.

Indudablemente el forzado, inseguro y prematuro regreso fue un factor importante en el repunte de contagios que hoy tiene al país en medio de la tercera ola ya con más de 56 mil casos activos (según cifras oficiales), que podrían ser muchos más.
Situación que advertimos las maestras y maestros en todo el país. Ante la indolencia de la SEP, miles de docentes nos pronunciamos contra el regreso, logrando frenarlo en cientos de escuelas; de no haberlo logrado, seguramente los números de contagios y muertes sería mayores en todo el país.

Otra cosa que advertimos hace más de 15 meses las maestras y maestros fue el desastre educativo que se vendría con la imposición de la educación a distancia y el Aprende en Casa. Expusimos que la mayoría de nuestros alumnos no contaban con los medios, exigimos incluso la dotación de insumos tecnológicos (computadoras, tablets, internet, etc.). Fuimos ignorados y su plan se impuso. Hoy el abandono y rezago educativo es brutal.

Ahora en medio del desastre que ocasionaron, cínicamente usan esto como argumento para apresurar el regreso a clases presenciales, pero no nos engañan: no les importó la educación de nuestros niños, como no les importa su vida ahora.

Les docentes y normalistas de Nuestra Clase seguimos en pie de lucha por un regreso seguro, por una canasta digital (computadoras e internet gratuitos) para nuestras alumnas y alumnos y por un presupuesto suficiente que permita la construcción masiva de escuelas y equipamiento de las mismas.

En este marco, se vuelve urgente que recuperemos nuestro sindicato, que lo arrebatemos de las manos de los burócratas que hoy lejos de ponerse al frente de la lucha en defensa de la vida, la salud y la educación, son serviles a los mandatos de la administración federal y las administraciones locales (como lo han sido en gobiernos anteriores).

Se vuelve indispensable también que la CNTE llame a asambleas virtuales escuela por escuela, en las que los docentes podamos intercambiar, reconocer las necesidades de nuestras escuelas y organizar la lucha por estas justas demandas.

Fuente e imagen: https://www.laizquierdadiario.mx

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