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El PRONI, entre la corrupción y el limbo…

 Abelardo Carro Nava

Los intentos para mejorar la educación en nuestro país se han quedado en eso, en “meros intentos” que han estado llenos de demagogia y populismo por parte de las autoridades gubernamentales y educativas. Tal es el caso del Programa Nacional de Inglés (PRONI) cuyo objetivo, conforme al Acuerdo 23/12/19, consistía en “fortalecer a las escuelas públicas de nivel preescolar, primarias regulares, secundarias generales y técnicas, focalizadas y/o seleccionadas por las Autoridades Educativas Locales, para impartir una lengua extranjera (inglés), mediante el establecimiento de condiciones técnicas y pedagógicas, beneficiando a las escuelas públicas de educación básica de organización completa, multigrado, indígenas, de jornada regular y/o de tiempo completo” (DOF, 29/12/2019), o bien, el señalado en el Acuerdo 28/12/20 y que a la letra dice: “contribuir a que las escuelas públicas de educación básica fortalezcan sus capacidades técnicas y pedagógicas para la enseñanza y aprendizaje del idioma inglés, con el fin de que la población en México acceda a una educación de excelencia, pertinente y relevante” (DOF, 29/12/2020).

Y es que mire usted, se trata de un programa que, más allá de lo que se estableció en estos objetivos, ha venido presentando una serie de “irregularidades” financieras en los últimos años, producto de las pésimas gestiones que, tanto la autoridad educativa federal como de las de los estados, han venido cometiendo en razón del manejo discrecional de los recursos que se destinan para estos propósitos. Por ejemplo, en 2017, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) señaló irregularidades por 594.8 millones de pesos en este programa, tanto por parte del gobierno federal como de los estados (Ortega, 2017). En 2020, la misma ASF, señaló un probable desfalco de 74.2 millones de pesos en la operación del PRONI en el ejercicio fiscal 2019 puesto que, en la primera revisión de la cuenta pública de ese año, informó que dicha cantidad representó el 9.2 por ciento de los 800 millones de pesos que la Cámara de Diputados aprobó para la operación de este programa educativo (López, 2020).

Sí, ejemplos como estos hay muchos, y en las entidades federativas, ni se diga. En noviembre de 2020, la Directora de Administración de la Secretaría de Educación del Gobierno del Estado de San Luis Potosí, Sandra Rojas, afirmó que ni maestros fantasma ni irregularidades en contratos a docentes existían en esta entidad, dadas las observaciones que la ASF había emitido por el presunto manejo irregular de los recursos destinados al PRONI (Mora, 2020). Por su parte, en marzo de este mismo año, en Morelos, la misma ASF detectó que se pagaron 9 millones 969 mil 731 pesos por gasto de honorarios a 144 asesores externos y 440 mil 200 pesos a seis analistas administrativos que nada tuvieron que ver con el PRONI (La Razón, 2020).

Vistos los datos anteriores que pueden localizarse en los informes que la ASF ha emitido, así como también, en diversos medios de comunicación que han dado seguimiento a esta serie de corruptelas al más alto nivel, es que cobra sentido la afirmación con la que inicié estos argumentos: los intentos gubernamentales por mejorar la educación en nuestro país se han quedado en eso, en “meros intentos”. Lo lamentable de todo este desaguisado es que, por estas mismas cuestiones, hoy día los profesores que forman parte de este programa, vivan en el limbo puesto que al momento en que cierro estas líneas, no han recibido instrucciones para iniciar labores en Tabasco, Oaxaca, Chiapas, Durango, Morelos, Puebla, San Luis Potosí, Coahuila, Aguascalientes, Guerrero, Michoacán, Colima, Tlaxcala, Querétaro, Zacatecas, Sinaloa y Guanajuato; es más, en Sinaloa, por ejemplo, se habla de una reducción de número de escuelas beneficiadas con el PRONI, por la reducción al presupuesto aprobado para el 2021, hecho que significa dejar de contratar a personal que brinde esta enseñanza. Ciertamente, habrá quién me diga que las Reglas de Operación son claras y expeditas, pero, ¿acaso no lo es el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024 en cuanto a su Eje 2 Política Social que contempla el Estado de Bienestar con acceso a servicios gratuitos de educación y, por tanto, el PRONI contempla la enseñanza y aprendizaje de una lengua extranjera como lo es el inglés?, ¿acaso los profesores no merecen un trato digno en cuanto a los tiempos de contratación y pago de sus servicios profesionales en tiempo y forma?, ¿acaso los alumnos, que nada tienen que ver en este embrollo, merecen una educación que redunde en beneficios personales y académicos?

Irrisoriamente, un gobierno que impulsa la “cuarta transformación” del país, con estas acciones demuestra lo contrario, puesto que dejará de beneficiar a miles de estudiantes de educación básica de México; entonces, ¿de qué tipo de transformación estamos hablando? Desde mi perspectiva, echar culpas al pasado ya no tiene o adquiere tanto sentido en estos días dado que, como se ha visto, los informes de la ASF han puesto en evidencia que, en estos dos años de lo que algunos llaman “nuevo gobierno”, se han detectado ciertas irregularidades que, presuntamente, mucho tienen que ver con esas prácticas corruptas e indeseables que siguen latentes en el Sistema Educativo Nacional (SEN) y que tanto se critican. Ciertamente, el momento que vivimos en el territorio mexicano por la pandemia ocasionada por el Covid-19, probablemente, pudo tomarnos por sorpresa y, por ello, ciertos recursos se destinaron a otros rubros, pero ojo, las problemáticas señaladas no son nuevas, datan de años, y los gobiernos actuales siguen actuando de la misma manera sin que haya consecuencias administrativas para los encargados de operar estos recursos, ¿en dónde está el problema?, ¿no podrían revisarse las reglas de operación para que, tanto la federación como los estados dejen de echarse “la bolita” y se actúe conforme a la normatividad aplicable?

Aurelio Nuño ya se fue, Esteban Moctezuma ya se va, pero el reto para la profesora Delfina Gómez está aquí, ¿pondrá orden en la propia Secretaría que en próximas fechas encabezará y, consecuentemente, en cada uno de los estados que operan este programa?, ¿no merecen los niños, padres de familia y profesores algo mejor que un discurso?

Al tiempo.

Referencias:

Fuente: https://profelandia.com/el-proni-entre-la-corrupcion-y-el-limbo/

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Delfina Gómez: Las clases de la “Clase Política”

 Juan Carlos Miranda Arroyo

Una de las preguntas que me planteo con frecuencia, para no caer en el pesimismo ni en el determinismo social durante los análisis de coyuntura, es: ¿Cuál es el papel que juegan las y los docentes, sobre todo de la escuela pública, en la definición de las decisiones que se toman en materia de políticas pública educativas?

Me parece que la respuesta a esa pregunta tiene que ver con las dinámicas que se generan durante los procesos de formación y constitución estructural, institucional, de las élites dirigentes, así como con la organización de los colegiados magisteriales que se crean y se recrean en las comunidades educativas. Por ello, y si vamos por partes, en esta oportunidad haré una breve caracterización sobre las élites que gobiernan en México, y describiré algunas de las lecciones que éstas nos dejan y que son recuperables para entender las dinámicas complejas de la formación y ejercicio del poder público.

Observo, de entrada, que las dirigencias políticas y económicas son élites proclives al “mimetismo” (1). Más que una “clase política” con una cierta unicidad, hay personajes y grupos de las élites políticas y económicas -en plural- que se acomodan para mantener el poder y privilegios… Observo que no hay, en contraparte, un empoderamiento ciudadano, ni una construcción ciudadana del poder político, sino élites políticas que buscan cíclicamente la legitimación social. Para el caso de la caracterización del empoderamiento de las y los docentes de la escuela pública en México, se da una negación o una anulación sistemática de estos actores sociales y sus proyectos alternativos.

Vamos a un caso específico: Delfina Gómez. Sin desacreditar de antemano el trabajo que pueda realizar en su paso por la Secretaría de Educación Pública (SEP), al ocupar próximamente el más alto cargo en la cima de la burocracia educativa, observo que la trayectoria de la Maestra Delfina da pistas acerca de su ubicación como miembro de la élite política emergente del régimen de la “4T”.

Como se sabe, Delfina “se desempeñó como maestra de educación primaria durante la mayor parte de su carrera profesional, desde 1982 hasta 1999; de 1998 a 2012 fue además Subdirectora Auxiliar de Proyectos en la Secretaría de Educación del estado de México.” (WP) Ha sido dirigente sindical del magisterio mexiquense; ha formado parte de una agrupación política con intencionalidades partidistas electorales (el GAP de Higinio Martínez); se ha desarrollado también como política de carrera, pues ha sido presidenta municipal de Texcoco, diputada federal y senadora; fue candidata de Morena a la gubernatura de su estado natal; enlace del gobierno federal actual para coordinar los programas sociales en el Estado de México, y hoy es claramente un personaje cercano al presidente López Obrador.

Pero no solamente con nombramientos en altos cargos del gobierno federal o de las entidades se podría hacer la reconstrucción histórica de las élites, sino también con la movilidad de personajes y grupos que forman parte de la llamada “clase política”, -o dicho en términos más amplios: del “establishment” político nacional o local-, se podría también mirar cómo estas élites dirigentes operan, (lo digo como fenómeno de estudio sociológico o politológico), en diferentes naciones y sistemas políticos.

En México, se podría dar seguimiento a las trayectorias políticas de personajes como Elba Esther Gordillo, del mismo Esteban Moctezuma; o de Marcelo Ebrard, de Ricardo Monreal, Manuel Barttlet y un largo etcétera, que se han beneficiado de su condición de miembros privilegiados de la élite política nacional, tanto con el anterior régimen político hegemónico priista como con el actual, de la “4T”. Queda claro que algunas y algunos de ellos han cerrado filas o han establecido acuerdos cupulares con el presidente López Obrador, como parte de los impulsos políticos de la “4T” y su movimiento social, pero queda pendiente analizar de qué manera estos personajes se vinculan con la ciudadanía y sus demandas sociales, o no, pues sólo servirían al poder o se servirían de él.

Sin duda alguna, podríamos estudiar a personajes que han construido una trayectoria, individual y social, es decir, que han participado en la lucha de las élites dirigentes para ocupar espacios de poder público, los cuales provienen de distintas tradiciones ideológicas o movimientos sociales diversos, lo mismo desde el Partido de Acción Nacional (PAN) que en organizaciones que intentaron romper la alternancia bipartidista, como en su momento lo hizo el Partido de la Revolución Democrática (PRD), junto con otras agrupaciones menores como el PT, MC y Partido Verde. Ahí hay mucha tela de dónde cortar para realizar una sociología de las élites políticas en México.

¿Hasta qué punto estas élites dirigentes son representativas se conectan con y atienden efectivamente a las demandas sociales? El sociólogo estadounidense, Alvin Gouldner, que se ha referido en sus obras a la dinámica de las élites burocráticas, tanto en su base como sus liderazgos, ha sugerido algunas ideas interesantes al respecto: “…analiza -por ejemplo- el conflicto que se genera en la burocracia a partir de la resistencia, la falta de consenso e incluso oposición a los lineamientos generados por las autoridades superiores de la organización.”… “muestra que la burocracia puede tener elementos positivos a condición de que se la aplique en un universo técnico-económico estable.” (2) En esta misma línea, sugiero analizar, como escenario inminente o de futuro, las resistencias que opondrá el magisterio de base, (con esto me refiero a las maestras y los maestros, así como a las y los directivos escolares que integran cotidianamente las comunidades educativas), frente a las decisiones que tome la nueva autoridad educativa nacional, el Congreso y los gobiernos de los estados.

Con todo esto, lo que quiero decir es que una de las lecciones que nos deja el nombramiento de la maestra Delfina Gómez, como titular de la SEP, es que importa su trayectoria y no solamente su origen social. Interesan las formas y los contenidos acerca de la carrera política que se ha generado y le han abierto, para convertirla en lo que es hoy: un personaje importante de la nueva élite gobernante. Y si me permiten el atrevimiento, la Maestra Delfina se encuentra, en los hechos, en la antesala de la lucha por la candidatura presidencial del 2024.

Las clases que nos da la “clase política” local pasan por los caminos del devenir histórico, sociológico y político, sin duda. Por los mimetismos, las concesiones y las anulaciones.

Con el nombramiento de la maestra Delfina Gómez al frente de la SEP, se ratifica así, una vez más, la dinámica política compleja del empoderamiento de las élites dirigentes en México.

Notas o fuentes consultadas:

(1) Se entiende por mimetismo al fenómeno que consiste en una “habilidad que ciertos seres vivos poseen para asemejarse a otros organismos y a su propio entorno para obtener alguna ventaja funcional. El objetivo del mimetismo es engañar a los sentidos de los otros animales que conviven en el mismo hábitat, induciendo en ellos una determinada conducta” (WP). Obviamente al escribirlo entre comillas, (“mimetismo”), hago alusión a una metáfora aplicable, libre o arbitrariamente, al ámbito social.

(2) Según Alvin Gouldner: “En la burocracia representativa las normas y reglas son promulgadas por expertos cuya autoridad es en general aceptada por todos los participantes organizacionales. En esta situación se obtiene cumplimiento organizacional con algún tipo de conflicto, pero poco conflicto manifiesto. Bajo este tipo de burocracia existe una razonable compatibilidad entre los valores de la organización y los del personal. El conflicto se diluye para fortalecer el consenso, aunque no está ausente totalmente el conflicto (Gaynor, 2009).” En: José Manuel Juárez Núñez y Sonia Comboni Salinas. Introducción al pensamiento sociológico de Alvin Gouldner. Veredas especial. UAM-Xochimilco. México, 2010, páginas 87-114.

jcmqro3@yahoo.com


Fuente e imagen:  SDPnoticias

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Mientras llega el relevo

Por: Sergio Martínez Dunstan


Finalizó el 2020 e inició el 2021. Conservo mis expectativas acerca del día después de mañana a pesar de los malos augurios. Durante el año que terminó me di la oportunidad de conocerme un poco más, dedicarme a las personas con quienes me relaciono, comprender la manera como actuamos en circunstancias adversas. Reflexionar sobre lo que estaba sucediendo y sus consecuencias. Adaptarme tan pronto como se pudiera. Ponerme en los zapatos de los demás. Mostrarles una buena cara, brindarles la mejor versión de mí. Imaginarme el futuro inmediato porque a largo plazo es punto menos que imposible. Pensar en la manera urgente de concebir y modelar nuestro entorno. Aprender a reinventarnos. Asumir la interdependencia. Los superhombres, los héroes, los salvadores del mundo somos nosotros. Nuestra estancia sobre la faz de la tierra depende de todos y cada uno. Lo que hacemos y haremos en lo individual, en lo colectivo. Hoy más que nunca cobra significado la palabra sustentabilidad. Me comprometo a ser mejor ser humano y espero la comprensión de ustedes estimados lectores. Les deseo lo mejor de la vida,

Pasando a temas mundanos, entrando en los asuntos que nos ocupan, de la agenda nacional en el ámbito educativo, nos habíamos quedado en el anuncio de la salida de Esteban Moctezuma Barragán (EMB) y de quien lo sustituirá, Delfina Gómez Álvarez. En mi colaboración anterior señalé el impacto de tal acontecimiento principalmente en el estilo de operar la política pública del sector educativo lo prematuro de hacer un juicio final porque apenas ha transcurrido la tercera parte de la administración. También identifiqué la necesidad de darle seguimiento y apresurar el desarrollo de tres estructuras: Sistema Educativo Nacional, Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros, Sistema Nacional para la Mejora Continua, Sistema Integral de Formación, Actualización y Capacitación del Magisterio. Lo sigo reiterando hasta pienso que son también los retos para este año que recién comienza. Pero el desafío mayúsculo es el inconmensurable rezago educativo. El derecho a la educación, la equidad, la inclusión y la excelencia están en riesgo de lograrse. Y, en consecuencia, la reforma educativa fracasaría.

El todavía Secretario de Educación Pública, en su alocución con motivo del año nuevo, señaló que seguirá en su cargo, en las próximas semanas o meses, hasta que se materialice la proposición presidencial de estar al frente de la embajada de México en las Estados Unidos de Norteamérica. Así que no adelantemos vísperas. En tanto se formaliza la propuesta y mientras llega el relevo, el reto actual, principal e inmediato, continúa siendo la reapertura de las escuelas. De acuerdo con el plan y la estrategia anunciada por el titular del Ejecutivo Federal, la población menor de cuarenta años será vacunada de junio del 2021 a marzo del 2022. También señaló que el personal docente que regrese a clases presenciales en semáforo verde sería población prioritaria. Este asunto, la reanudación de las actividades escolares, ha resultado muy controversial. Algunos están a favor para evitar la exclusión de los grupos sociales vulnerables. Otros opinan en contra porque ponderan la salud por encima de todo.

EMB, en el mensaje dirigido al magisterio a propósito de la reciente reunión del Consejo Técnico Escolar llevada a cabo en diciembre pasado, anticipó la implementación de los Centros de Aprendizaje Comunitarios en las escuelas en aquellas entidades federativas que están clasificadas en amarillo en la semaforización de la pandemia. Servirán, dijo, para brindar asesoría a los estudiantes de educación básica en la forma que sea prudente y de acuerdo con las particularidades contextuales. Enfatizó que sería de manera voluntaria. Siendo así, Sinaloa, Veracruz y Tamaulipas debieran haberlos implementado. Y, por otra parte, en Campeche y Chiapas hubieran regresado a clases. Y aunque se anunció el Programa Aprende en Casa 3 todavía aún no se han dado mas detalles al respecto. Se desconoce cómo se llevará a cabo en el resto de las entidades federativas. Además del discurso populista, hasta la fecha, sólo ha quedado en eso, prácticas discursivas, sobre lo que sucederá en el sistema educativo nacional. Ahí nos avisan cuando se pongan de acuerdo y la decisión que tomarán. Hay que esperar. Ojalá las ocurrencias sin sustento estén al margen. Por el bien de todos, primero los mas necesitados. Así sea.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/mientras-llega-el-relevo/

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Educación: Adiós al 2020

 Juan Carlos Miranda Arroyo

Este año que concluye, hoy, se llevará el recuerdo de los días difíciles de la Epidemia-Pandemia del Coronavirus que generó la enfermedad Covid-19. El periodo en que la cuarentena se volvió cincuentena. Los días, las semanas y los meses, poco más de nueve, se han vuelto interminables. Los ritmos de la vida social se han alterado a grado tal que se han multiplicado las pérdidas de empleo, los cierres de empresas, de todos los tamaños y trayectorias. Año en que la vida se ha sacudido como producto de una crisis sanitaria prolongada.

Pero quizá lo que más llama la atención de este 2020 que se extingue, es la manera en que nuestras instituciones nacionales y locales fueron rebasadas por dicha crisis. La Pandemia de este 2020, nos dejó aprendizajes, pero también un sentimiento de tristeza por los más de 122 mil muertes que ha traído consigo, hasta el momento. La versión optimista de nuestra realidad tendería a decir que también se han registrado más de 990 mil personas recuperadas, después de cursar la nefasta enfermedad. Unas con el apoyo de las instituciones de salud. Otras con el apoyo solidario y cercano de las familias. Como quiera que sea, más de 122 mil personas fallecidas son muchas y cada una de ellas ha dejado una huella significativa para cada una de las familias que han sufrido su pérdida.

2020 ha sido el año en que las escuelas se detuvieron, en su formato presencial, y cuando han intentado continuar la marcha mediante un formato extraordinario, improvisado, a distancia (con y sin apoyo de las nuevas tecnologías de la información), en México y en el mundo, a causa de la Pandemia.

La relación escuela-familia se ha tensado hasta su máximo nivel o su máxima expresión, ello se ha dado en la medida en que el propio sistema educativo no contaba con dispositivos de emergencia para hacer frente a la crisis, ni tenía los protocolos pertinentes, que le dieran la flexibilidad (o la plasticidad, dirían los tecnicistas), que le permitiera adaptarse rápida y organizadamente a las condiciones impuestas por la crisis sanitaria.

Sin duda, la Pandemia puso al descubierto nuestras limitaciones institucionales. Sobre la marcha, el conjunto de instituciones, programas y proyectos que soportan al sistema educativo, por ejemplo, se tuvo que redefinir a través de un primer eje de conexión y operación: “Aprende en Casa I”, para concluir el último tercio del ciclo escolar 2019-2020. Luego vino el programa “Aprende en Casa II” para iniciar y dar continuidad al actual ciclo escolar 2020-2021. Ambos programas fueron montados sobre medios tecnológicos improvisados y a través de alianzas que terminaron por fortalecer a las corporaciones, nacionales y trasnacionales, de las comunicaciones y la información, pero que no fueron poderosamente atractivas ni efectivas para las y los estudiantes.

Las limitaciones institucionales, constituyen un hecho reconocido por las autoridades responsables de los sistemas de salud y de educación, tanto en el plano del gobierno federal como de los gobiernos de los estados. Sin embargo, aún no se hace un ejercicio profundo, amplio e integrado de autocrítica sobre los efectos de las estrategias puestas en marcha. ¿La sociedad debía ir atada a una cuerda, unida a los programas que sobre la marcha delimitaban las autoridades?

Al no contar con estrategias de participación y de respeto a las reglas mínimas de organización frente a la pandemia, por parte de las autoridades educativas, a la postre el resultado ha sido desastroso. Mientras los gobiernos hacen sus llamados a misa, en términos de procurar el confinamiento para controlar la transmisión de la enfermedad, la población desata las cuerdas que les habían sido impuestas sin su consulta ni su consentimiento. ¿La sociedad optó por romper filas? ¿La sociedad es desobediente y sus actos se deben leer sin ninguna responsabilidad de las autoridades civiles?

La estrategia oficial nuevamente tendió a circular “de arriba hacia abajo”, en forma vertical, sin matices de intermediación. La SEP de EMB, por ejemplo, perdió la oportunidad de convertir a los Consejos Técnicos Escolares (CTE) en Consejos de Emergencia y Atención Escolar, orientados a dar apoyos básicos (de salud, socioemocionales o para tender redes de distribución de materiales didácticos), así como para estrechar los vínculos entre la Escuela y la Familia.

El 2020 nos enseñó también que las autoridades educativas, federales y estatales, fueron incapaces de impulsar una cruzada nacional por la educación en situación de crisis sanitaria. Le apostaron más a la pasividad, pues pusieron a las niñas y los niños, así como a los y las jóvenes, frente a un aparato de televisión, como prioridad; o a sesionar de manera virtual a través de las plataformas electrónicas. ¿Acaso no era factible y más significativo, entregar miles o millones de libros a las familias y a sus integrantes? ¿No fue posible establecer un programa nacional de fomento a la lectura en los hogares, en vez de condicionarlos a usar diariamente un control remoto? ¿Dónde quedó la creatividad de las y los docentes durante el duro confinamiento? ¿Por qué no fueron consultad@s las maestras y los maestros para echar a andar un programa más amigable y de carácter cultural-educativo para apoyar de manera más sustantiva a nuestras jóvenes generaciones?

En fin, el año 2020 se convirtió, así, en el año en que las instituciones educativas nacionales perdieron la oportunidad, lamentablemente, de generar cambios significativos, “desde abajo”, es decir, desde las comunidades educativas, para innovar y para crear opciones pedagógicas propias, singulares, por zonas escolares, por escuelas, por materias o por asignaturas. No, nada de eso. Por el contrario, el lineamiento burocrático y “desde arriba” consistió en colocar a las y los estudiantes a jugar papeles pasivos, y al magisterio a esperar indicaciones centrales y, en el peor de los casos, a reportar las incidencias sobre las actividades a distancia (importan más las formas que los contenidos), y a dar mantenimiento acrítico a los sistemas de controles escolares. Lo administrativo por encima de lo académico. Ese fue el sello de la casa de la Nueva Fundación Escuela Azteca Mexicana.

Adiós al 2020 que nos trajo la mal llamada “nueva normalidad”, como si de lo que se tratara fuera salir de una “normalidad” para entrar a otra, igualmente estandarizada e impersonal. “Nueva normalidad” fue una expresión desafortunada que no pudo evadir la “nueva realidad”.

En un contexto de desnudos institucionales; con una carencia manifiesta y elocuente de creatividad por parte de las autoridades, así como por excesos en las prácticas burocráticas (centralismo y trayectorias verticales en el actuar) durante el ejercicio de las políticas públicas educativas durante la pandemia, le decimos adiós al 2020. Espero que los cambios anunciados, en la cima de la burocracia educativa, para el 2021 venidero, sean propicios para pensar y hacer las cosas de manera diferente.

jcmqro3@yahoo.com

Fuente: https://profelandia.com/educacion-adios-al-2020/

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Apreciable Maestra Delfina

 Manuel Alberto Navarro Weckmann

Llega Usted a la Secretaría de Educación Pública en un momento complicado para el Magisterio Nacional. El cansancio es evidente, solo hace falta ver sus rostros para saber que es necesario hacer algo al respecto.

El estrés causado por la emergencia sanitaria y la eliminación tácita de los límites de los horarios, la carga de buscar incansablemente los medios para localizar a sus estudiantes, pero también el desgaste por las decenas de mensajes para responder a las dudas de estudiantes y familias sobre las actividades a desarrollar, amén de las incontables solicitudes de evidencias por parte de las autoridades para ver “como van” los aprendizajes.

Por ello, no deja de darme gusto sus antecedentes, egresada de una Institución tan respetable como la Universidad Pedagógica Nacional, el haber estado en grupo por más de 16 años, tuve el gusto de cursar al igual que Usted la Maestría en Administración de Instituciones Educativas en el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey y creo que brinda por demás elementos para, acompañada de su experiencia en la Presidencia Municipal de Texcoco, así como tener la experiencia como Diputada y Senadora, desarrollar un trabajo que marque de manera importante la diferencia con sus antecesores.

Por favor no deje que la burocracia le nuble su perspectiva docente, sin duda alguna está Usted en un espacio privilegiado, en donde las políticas públicas entendidas como lo que un gobierno hace, pero sobre todo deja de hacer, pueden marcar la diferencia pensando precisamente en aquello que hace falta para que el magisterio vuelva a creer en el futuro de un país que ha emprendido reformas educativas más allá de lo que cualquier docente del mundo puede asimilar para llevar a su grupo.

Rodéese de personas de las cuales pueda no perder de vista el objetivo principal de una dependencia cuya esencia se encuentra en cada una de las aulas de las más de un cuarto de millón de escuelas en nuestro país, de las cuales casi la mitad no tienen una organización completa y que históricamente no se les ha visibilizado adecuadamente.

Si mi estimada Maestra Delfina, el reto no es menor y me parece que lo sabe. Su paso por este espacio tan privilegiado estará marcado por la manera en que pueda ver la educación desde ese escritorio. Salga, que no le platiquen, llévese ahí junto a Usted su cuaderno de planeaciones que más recuerde con cariño y recuerde con él a los casi dos millones de docentes que hay en nuestro país en todos los niveles, en escuelas públicas y privadas que estaremos atentos a esas decisiones que sin duda habrá de tomar.

Me parece que lo mejor que el magisterio podemos ofrecerle, es una crítica constructiva al trabajo de la Secretaría, porque solamente de esta manera, señalando lo que puede mejorarse, nuestras autoridades, de todos los niveles, tendrán la oportunidad de darse cuenta de muchas cosas que difícilmente, de otra manera podrían conocer. Éxito en su nueva encomienda, porque si le va bien a Usted, nos va bien a todo México.

Para mis amables lectores, que sea este 2021 un año lleno de paz, amor, armonía y mejores tiempos de este año que recién termina.

manuelnavarrow@gmail.com

https://manuelnavarrow.com

Fuente: https://profelandia.com/apreciable-maestra-delfina/

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Delfina Gómez: las falacias del optimismo y el pesimismo

 Rogelio Javier Alonso Ruiz

Cuenta Adolfo Gilly (1994, pp.190-191) que en 1914, cuando la fuerzas revolucionarias campesinas habían tomado la Ciudad de México, el general villista apodado “El Agachado” amenazó de muerte a un secretario del gobierno que el mismo villismo sostenía, el de la Convención Revolucionaria. El enojo del militar era hacia un licenciado que años antes había ofrecido defenderlo y sacarlo de la cárcel, pero finalmente desapareció con el pago que, por adelantado, había recibido del preso. Juan Banderas, el general encorvado, alegaba que independientemente de la recuperación de su dinero, no podía tolerar que un hombre tan inmoral ocupara un cargo como el que ostentaba su defraudador. Fue el mismo Pancho Villa quien personalmente recomendó al abogado dejar su puesto y abandonar la capital, advirtiendo que de no hacerlo se lo iban a “quebrar”. Esta sugerencia fue abrazada inmediatamente por el funcionario. Contrario a los deseos de “El Agachado”, el licenciado resultaría, a la postre, el secretario de Educación más reconocido en la Historia de México: José Vasconcelos.

Para 1914, parecería inesperado que aquel abogado fraudulento, que tuvo que salir huyendo temeroso de pagar con su vida las trampas de otros tiempos, terminaría convirtiéndose en el “Apóstol de la educación”: se le consideraría como una de las figuras educativas más relevantes, veneradas hasta por Enrique Krauze, a quienes muchos consideran ideólogo de los últimos gobiernos y ha puesto a Vasconcelos como uno de los referentes para medir el desempeño de la próxima secretaria de Educación. ¿Incurrió entonces “El Agachado” en una falacia? ¿Sus críticas hacia el personaje al cual quería quitar la vida nada tenían que ver con su desempeño en la función pública? En lógica, existe un tipo de razonamiento que se conoce como falacia de composición: transferir las propiedades de los elementos de un conjunto a un todo. Así pues, el general villista fincaba sus augurios en un episodio específico de la vida del secretario de Educación.

Aún sin haber tomado posesión del cargo, la llegada de Delfina Gómez a la Secretaría de Educación Pública (SEP) ha desatado, como era de esperarse, una serie de opiniones favorables y desfavorables. Muchas de éstas pueden ser incluso catalogadas como falacias, al notarse que no existe una relación sólida entre las premisas y las conclusiones a las que se llegan. Se predicen los mejores o peores escenarios, en algunos casos como si se tuviera una bola de cristal, sin cuidar el sostén de tales augurios.

Uno de los argumentos más frecuentes es suponer que, por ser maestra, Delfina Gómez será una buena secretaria de Educación. Desafortunadamente, no necesariamente tiene que ser así. Es necesario dimensionar objetivamente la importancia del perfil de la nueva secretaria de Educación: haber ejercido la docencia es, hasta el momento, sólo una esperanza para que una perspectiva más realista y proveniente del interior de las aulas –y no sólo de las oficinas de gobierno– sea incorporada a las políticas educativas del país. Si la nueva secretaria tiene la capacidad para generar acciones acordes a sus orígenes sociales, académicos y laborales, su paso por el cargo debería suponer una experiencia favorable. Desde luego el pasado en la docencia es un componente atractivo, pero no se puede por eso soslayar otras capacidades de naturaleza política o administrativa igualmente importantes para un cargo de ese tipo. Hasta ahí, pues, por el momento, las razones del entusiasmo: una mera posibilidad que los mismos hechos futuros se encargarán de confirmar o descartar.

Muy cercano al razonamiento anterior surge una falacia que consiste en suponer que, también por tener a una maestra en el cargo, se vienen los mejores tiempos educativos. ¿Es acaso tan fácil resolver el problema educativo como poner a una maestra de secretaria? ¿Por qué no se nos había ocurrido antes? Debe añadirse con respecto a esta idea que el mejoramiento del complejo panorama educativo no puede fincarse en una sola persona, por más importante que sea el cargo que ocupa ésta. Se olvida en todo caso el hecho de que en el éxito educativo confluye el éxito de otras áreas de la vida pública. Aunque se tenga la mayor de las voluntades, ¿de qué sirve cuando otros actores, como el presidente de la República o los legisladores, proponen y aprueban, respectivamente, presupuestos que limitan la capacidad de acción en el campo educativo? ¿Podemos aspirar a mejores resultados educativos cuando prevalece el hambre, la pobreza y la desigualdad, generadas mayormente fuera del ámbito educativo? Es pues un error suponer la omnipotencia de una maestra secretaria de Educación.

Se ha dicho también que, por haber ejercido previamente un cargo de confianza por parte del presidente de la República o incluso por haber recibido su apoyo cuando fue candidata a gobernadora, la nueva secretaria se someterá ciegamente a los deseos de su jefe. Incluso, peyorativamente, hace algunos años el expresidente Felipe Calderón se burlaba del nombre de la maestra sugiriendo, en alusión a un delfín, un supuesto adiestramiento por parte del hoy presidente de México. Cabe matizar aquí: ¿no es hasta lógico que el jefe de un aparato de gobierno busque un mínimo de lealtad entre los funcionarios que designa? ¿Existe algún secretario de Estado que actúe con absoluta independencia del jefe del ejecutivo? Desde luego que Delfina Gómez responderá a los intereses del régimen que integra, tal como sus antecesores lo han hecho. Si será un títere o tendrá el valor para defender su perspectiva, está por verse.

Otro razonamiento que se ha mencionado es que, por las filiaciones políticas de la próxima secretaria, la gobernanza del sistema educativo estará en riesgo: se entregarán las riendas de la educación a corrientes sindicales perversas. No necesariamente el perfil político de la maestra asegura lo anterior. Desde luego es preocupante el guiño que Delfina Gómez, en las elecciones para gobernadora en que participó, recibió por parte de personajes ligados a un sindicalismo charro (la versión anterior al que actualmente ostenta el poder) que busca recobrar fuerza y ya hasta un partido político ha formado. Decía uno de estos personajes que el apoyo era “a cambio de nada”: ¿es esto posible en política? Sin embargo, habría que mirar el pasado y darse cuenta que incluso sin haber recibido muestras explícitas de afecto de los líderes magisteriales, sin ser militantes de corrientes sindicales, otros funcionarios le entregaron buena parte del control del sistema educativo al sindicato, en una simbiosis de acuerdo mutuo. ¿No fue, en el sexenio de Calderón, cuando se extralimitó el poder al SNTE que hasta se le entregó la Lotería Nacional a la lideresa magisterial?

Una última falacia, más ruin y despreciable, consiste en asegurar el fracaso de Delfina Gómez en su nueva tarea, dados sus orígenes sociales, académicos y laborales. No es necesario decir mucho para dar cuenta de la debilidad de este argumento: demuestra no sólo la escasa inteligencia de quienes lo vierten, sino también su clasismo. Algunos demeritan la importancia de una escuela formadora de docentes para enaltecer instituciones educativas de renombre internacional, cuando ya la Historia nos enseñó, en la Revolución, cómo generales militares sin formación, algunos semianalfabetas, hicieron pedazos a los militares de carrera, instruidos en las más prestigiosas escuelas europeas: la lucidez no se adquiere sólo a través de costosas colegiaturas en dólares.  Algunos otros, tácitamente, intentan negar que los alcances de la hija de un albañil puedan compararse con los de los miembros de la aristocracia: guardando las debidas proporciones, ¿qué pensaría de esto aquel indígena zapoteca que llegó a ser presidente?

Como se observa, el polarizado clima de la vida política del país ha hecho incurrir en juicios que deliberada, forzosa y artificialmente, apuntan hacia escenarios positivos o negativos. Ya no hay matices ni puntos medios. La mesura se ha perdido, pasando a echar las campanas al vuelo a la menor provocación, o a alertar de las peores catástrofes, haciendo muchas veces una tormenta en un vaso de agua. Ninguna de las dos posiciones contribuye a un debate pertinente. Por el momento, aunque parecería una obviedad tener que mencionarlo, no hay elementos para calificar a una secretaria de Educación que ni siquiera ha tomado el cargo. Habrá que ser críticos con su desempeño, alejados de filiaciones o antipatías que impidan ver con nitidez el fenómeno educativo. Hasta hoy, el anuncio de la nueva secretaria de Educación únicamente puede generar esperanzas, preocupaciones y conjeturas que sólo el tiempo se encargará de validar. Ojalá, por el bien de México, sea una excelente secretaria de Educación.

Twitter: @proferoger85

Facebook: El Profe Rogelio

Blog: http://proferogelio.blogspot.com/


REFERENCIAS

GILLY, ADOLFO (1994). La revolución interrumpida. México: Era.

Fuente e Imagen: https://profelandia.com/delfina-gomez-las-falacias-del-optimismo-y-el-pesimismo/

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Delfina Gómez y los desafíos del cambio educativo

Por:  Juan Carlos Miranda

Sobre la designación de la Profesora Delfina Gómez como nueva titular de la SEP.

Algunas líneas que escribí esta mañana en las redes sociales digitales, sobre el nombramiento anunciado, hoy, por el presidente López Obrador, en el sentido de que la Profesora Delfina Gómez Álvarez se convertirá en la nueva titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), son las siguientes:

Sobre la designación de la Secretaria de la SEP @delfinagomeza habría que observar sus acciones, sus intenciones, sus recursos, sus vínculos políticos y sus discursos. Prefiero hacer un análisis sobre los hechos, no pronósticos.

Dos puntos a favor de @delfinagomeza en la SEP, son: Es mujer (y no es Elba Esther); y es profesora de base. Conoce a la escuela pública a ras de tierra. Cabe recordar que una parte muy importante del magisterio mexicano (y quizá en el mundo) se integra por mujeres profesionales de la educación. Así que el nombramiento de la Profesora Delfina representa, también, un toque de doble simbolismo como reivindicaciones gremial y de género.

La designación de la Profesora @delfinagomeza es una oportunidad para que la voz de las maestras y los maestros se escuche en serio; hace falta un movimiento educativo desde abajo en este país. Ojalá que su gestión esté por encima de los discursos vacíos y la retórica del “reformismo educativo” (tan deslegitimado), que ha surgido “desde arriba”, y que no sólo ha derivado en un verdadero fracaso, sino que también, por demagógico, ha terminado en el diseño y ejecución de políticas públicas educativas de simulación.

Son lamentables, por misóginos y clasistas, los comentarios atropellados y prematuros que he leído sobre el nombramiento de la Profesora @delfinagomeza, quien estará al frente de la SEP.

La Profesora Delfina @delfinagomeza es egresada de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN). No recuerdo un nombramiento de una profesora de escuela pública, y de la UPN, al frente de altos cargos en el gobierno federal, como lo es éste. No sólo en la SEP. Interesante apuesta, y posibilidad de cambio de fondo, hace el presidente López Obrador.

Veo, de bote pronto, a las élites empresariales; de especialistas (sobre todo académicos que han vivido del poder público); funcionarios de la burocracia dorada y de la aristocracia tecnocrática (dentro y fuera de la SEP); de mujeres y hombres dedicados profesionalmente a la política; de la cúpula sindical burocratizada; y voceros de los medios de comunicación asociados con el “establishment” PRIPANPRDista, entre otros, que levantan la ceja luego de haber escuchado el anuncio del nombramiento de @delfinagomeza

Más allá de las reacciones o los comentarios, expresados durante la mañana, de forma un tanto improvisada, me parece que hay diez puntos, de entrada, que la futura funcionaria pública, integrante del gabinete legal y del equipo de trabajo más cercano al presidente de la república, podría considerar en el corto y mediano plazos.

1. La SEP es la dependencia del gobierno federal con el presupuesto más grande del presupuesto anual que se ejerce. Como sabemos, la mayor parte se destina a salarios del magisterio. Y probablemente es la proporción más grande del presupuesto que aplican las entidades federativas. Ello significa que se habrán de multiplicar las acciones para que esos recursos no se dilapiden ni se desvíen, sino que se apliquen correctamente a favor de la educación de las niñas, los niños, las y los jóvenes y adultos de México.

2. La cantidad de docentes, directivos, escolares, personal de apoyo a la educación y demás personal que labora, directa o indirectamente, para el sistema educativo nacional, rebasa los más de un millón 200 mil trabajadoras y trabajadores. Ello implica poner en marcha un sistema de atención federal y estatal, efectivo, que dé respuesta rápida y desburocratizada al magisterio, y que favorezca las condiciones laborales, generalmente adversas, en que trabaja el magisterio mexicano.

3. Es urgente crear una o varias mesas para atender a los casos específicos y prioritarios que tienen que ver con pagos retrasados o incumplidos sobre trabajos realizados por docentes y directivos escolares. Me refiero a las y los docentes de la Prepa en línea; a los profesores y las profesoras del Programa Nacional de Inglés (PRONI); así como a las maestras y los maestros que han participado en el programa de Escuelas de Tiempo Completo (PETC), a quienes se les adeudan ingresos complementarios o incentivos adicionales por trabajar en jornadas ampliadas.

4. He recibido comentarios en el sentido de que la Profesora Delfina pertenece al grupo político de Higinio (Martínez). Considero que tendrá que cortar cables o reestructurar sus vínculos políticos, en el contexto del cargo que, de ahora en adelante, le confía el presidente AMLO. Aunque, como lo escribí esta mañana, prefiero a ese grupo que al “elbismo” o al grupo “Atlacomulco”, que gobierna el EDOMEX.

5. Por otra parte, una compañera que trabaja en el sector educativo, en programas compensatorios, nos escribió lo siguiente, con respecto al nombramiento: “Será un aparador para la contienda del 2023 e irá por la gubernatura del Edo. de México.”. Mi respuesta fue: Habría que ver el trabajo que realice la Profesora Delfina al frente de la SEP, de ahora en adelante, y hasta ese entonces se podrá valorar qué tan adecuada sería su candidatura para que, por primera vez, gobierne una mujer no priista en Toluca, previa elección constitucional, claro.

6. Otro de los grandes retos de la futura titular de la SEP, será resolver los más añejos y complejos problemas generados por el burocratismo y el centralismo inoperantes que han padecido tanto la SEP como las secretarías de educación en las entidades federativas, así como en los organismos desconcentrados que se encargan de la administración de la educación básica en el país. En especial, sería conveniente emprender cambios en la Unidad del Sistema para Maestras y Maestros, que se creó y que mandata la ley aprobada en septiembre de 2019.

7. Un reto o desafío no menor, será la interlocución que habrá de realizar la Profesora Gómez Álvarez, de manera directa, asertiva y basada en la ley, con las dirigencias del oficialista SNTE y de las fuerzas magisteriales disidentes, agrupadas en la CNTE.

8. Lograr una ruptura ante el discurso hegemónico que se ha distribuido en la escuela pública, sobre todo me refiero al “gerencialismo”, que ha permeado o que ha llegado a ocupar eventualmente el lenguaje y las acciones de docentes y directivos escolares. Menos gerencialismo y más pensamiento pedagógico sería quizá la premisa. Ese será también uno de los más grandes y profundos desafíos que enfrentará, como obstáculo, la futura responsable de la educación nacional.

9. Combatir el rezago educativo, que cada año aumenta en el país (hace dos años se tenía un registro de alrededor de 32 millones de compatriotas en esa condición, fenómeno que incluye al analfabetismo). Obviamente en época de crisis sanitaria y económica, ese será uno de los principales desafíos de la gestión de la Profesora como titular de la SEP.

10. Retomar la discusión, desde abajo, acerca de los contenidos, los métodos, los enfoques y las prácticas educativas-pedagógicas, que habrán de movilizar a la escuela pública en México de ahora en adelante, es quizá otro de las principales prioridades del siguiente tramo de la gestión de la SEP a partir de 2021.

Fuente: https://www.sdpnoticias.com/amp/columnas/delfina-gomez-y-los-desafios-del-cambio-educativo.html?__twitter_impression=true

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